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Historia de La Moda

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HISTORIA DE LA MODA

Contenido
1. Historia de la moda....................................................................................................................2
...........................................................................................................................................................2
1. Evolución de la moda desde la Antigüedad hasta el siglo XVIII, ilustraciones de la
enciclopedia sueca Nordisk familjebok (1907)............................................................................2
2. Prehistoria.............................................................................................................................5
.......................................................................................................................................................5
2.1 Edad Antigua..................................................................................................................6
2.2 Mesopotamia..................................................................................................................6
2.3 Egipto...............................................................................................................................7
2.4 Grecia...............................................................................................................................8
2.5 Quitón...............................................................................................................................8
2.6 Roma.................................................................................................................................9
2.7 Toga romana...................................................................................................................9
2.8 Íberos..............................................................................................................................10

1. Historia de la moda
1. Evolución de la moda desde la Antigüedad hasta el siglo XVIII, ilustraciones de la
enciclopedia sueca Nordisk familjebok (1907)

Evolución de la moda desde la Antigüedad hasta el siglo XVIII, ilustraciones de la


enciclopedia sueca Nordisk familjebok (1907)

La historia de la moda refleja la evolución cronológica de las prendas de vestir,


tanto en su vertiente material como estética y sociológica. La moda (del latín
modus, «modo» o «medida»)1 es el arte del vestido (también denominado ropa,
traje, vestimenta o indumentaria, todos ellos sinónimos), de la confección de
prendas sobre la base de parámetros funcionales y estilísticos. Comprende tanto
ropa como accesorios (sombreros, guantes, cinturones, calzado, pañuelos, bolsos,
carteras), así como diversos objetos como joyas, relojes, abanicos, sombrillas,
bastones, gafas o, históricamente, armas; asimismo, suele abarcar campos como
la peluquería, la perfumería y la cosmética e, incluso, artes corporales como el
tatuaje y el piercing. Según Marnie Fogg, el objetivo de la moda es «adornar el
cuerpo humano como expresión de identidad». 1 O bien, en palabras de Georgina
O'Hara, «la moda es un reflejo cambiante de nuestra forma de ser y de los
tiempos en que vivimos». Cabe señalar que la historia de la moda no es
exactamente la historia del vestido, ya que el concepto de moda lleva aparejado
ciertos componentes sociales, culturales y estéticos que no se han dado en todas
la épocas y lugares; sin embargo, aquí se analizará toda la evolución de las
prendas de vestir.

El vestido es una necesidad básica para el ser humano, para protegerse del frío y
de las inclemencias del tiempo. Durante su evolución, el ser humano fue
perdiendo el pelo, que tuvo que suplir con pieles de otros animales o, más tarde,
con lana o productos vegetales como el lino y el algodón. Sin embargo, partiendo
de esta primera necesidad, con el tiempo el vestido adquirió un carácter estético,
por cuanto reflejaba el gusto y el carácter de su portador, y se fue convirtiendo en
un adorno más de la persona, sujeto a los cánones de la moda y del devenir
artístico de cada civilización. Asimismo, en el vestido intervienen factores
climáticos y geográficos, así como sociales —el vestido como reflejo de una
determinada posición social—, morales, religiosos o sexistas —el vestido ha
servido a menudo como objeto de diferenciación sexual—.

Como término ambivalente, el vocablo «moda» tiene varios significados: en


general, puede hacer referencia a los usos, gustos y costumbres más aceptados
por la sociedad en un determinado momento y lugar; en un sentido más
restringido, suele englobar al arte e industria de la vestimenta, de la confección de
prendas de vestir y sus diversos accesorios y complementos. Según la Real
Academia Española —en su segunda acepción—, la moda es el «gusto colectivo y
cambiante en lo relativo a prendas de vestir y complementos». 5 Derivado de ello,
el término «modista» define al creador de prendas de vestir, cuyo proceso de
creación parte de un modelo o patronaje que delimita la forma de la prenda para
pasar después a su confección mediante diversos procedimientos textiles y con
distintos materiales. En este sentido, el oficio de modista suele englobarse dentro
de las artes textiles, que a su vez forman parte de las artes aplicadas. Por otro
lado, el diseño de vestuario puede servir para la elaboración de prendas y su
posterior venta al público, o bien como atrezo para diversas artes del espectáculo
como el cine, el teatro, la danza o la ópera, donde pueden ser prendas de carácter
histórico, coetáneo, exótico, de fantasía u otras tipologías.

Las artes textiles se manifiestan principalmente en tejidos y bordados. Un tejido es


una obra de telar compuesta por varios hilos dispuestos en trama y urdimbre.
Según la multiplicidad o el entrelazamiento de los hilos se obtienen distintos tipos
de tejidos, como el tafetán, sarga, raso, satén, seda, terciopelo, damasco, percal y
otros. Estas telas pueden ser naturales o estampadas, al aplicar tintes sobre el
tejido. Los bordados son labores en relieve realizadas con aguja sobre tejidos ya
confeccionados. Los materiales más comunes para la elaboración de telas han
sido históricamente la lana y la seda —de origen animal— y el algodón, el lino y el
cáñamo —de origen vegetal—; más recientemente aparecieron las fibras
sintéticas y artificiales, como la acrílica, el nailon, el rayón y el poliéster.

Un factor de relevancia en la moda es la estética, las diversas apreciaciones de


gusto, tanto individual como colectivo, aplicados a los diversos elementos que
intervienen en la vestimenta: forma, color, material, ornamentos, etc. La moda
tiene un fuerte componente social, por cuanto el ser humano vive en sociedad y se
rige por normas y costumbres de aceptación general; pero también tiene un
componente individual, por cuanto cada persona adapta su vestuario a su gusto
personal y crea con ello su propia imagen, que puede estar más o menos en
consonancia con el gusto general, por lo que puede ser una seña de
diferenciación individual. La vestimenta produce diversos efectos estéticos, tanto
en quien la lleva como en quien la observa: de prestigio (uniformes militares, togas
de magistrado, batas de médicos), sensación de cuidado personal, de elegancia
—que llevada al exceso puede devenir en dandismo—, de inconformismo —quien
se sale de la moda al uso—, etc.

En su aspecto sociológico, la moda es un fenómeno social que aglutina aspectos


psicológicos, políticos, económicos y de otra índole, así como de gusto y estilo.
Según Georg Simmel (Filosofía de la Moda, 1905), la moda es «una continua
emulación de los grupos prestigiosos», por cuanto las clases inferiores buscan
emular a las superiores y estas intentan desmarcarse de nuevo para diferenciarse
del resto de la sociedad, con la sola excepción de sociedades primitivas y de
castas. Por todo ello, la moda es un proceso en continuo cambio, donde tiene un
papel esencial la innovación y la originalidad. Como factor selectivo se sitúa el
gusto, del que depende la aceptación o el rechazo de nuevas propuestas. De ella
se deriva el estilo, entendido como formas de expresión reconocibles en un
momento y lugar determinados. Cabe señalar que la moda en indumentaria corre
paralela generalmente a otras formas de expresión sociales y culturales, como el
arte, la literatura, la música, la peluquería, la decoración, etc.

La difusión de la moda ha corrido por diversas vías a lo largo del tiempo: en


tiempos antiguos, las sociedades entraban en contacto a través del comercio,
alianzas políticas, conflictos militares, delegaciones diplomáticas y diversos
procesos sociales de intercambio cultural; en la Edad Media, el libro manuscrito
ilustrado fue el principal medio difusor; en la Edad Moderna, la aparición de la
imprenta y el auge del grabado permitieron la difusión de nuevos estilos a través
de la imagen. Desde el siglo XVIII, Francia adquirió la hegemonía en moda y
personajes como Madame de Pompadour o María Antonieta marcaron las
directrices en moda de su tiempo. Entonces aparecieron las primeras
publicaciones sobre moda, que llegaban a un público más numeroso. En el
siglo XIX aparecieron los primeros almacenes, así como los viajantes de moda,
que ofrecían las últimas novedades puerta a puerta. Con la Revolución Industrial,
los nuevos procesos técnicos permitieron un auge de la producción y una
distribución cada vez mayor a todos los ámbitos sociales. A finales de esa centuria
aparecieron los primeros modistas y el concepto de «alta costura», caracterizado
por desfiles de temporada para la exhibición de novedades, mediante «modelos»
o «maniquíes» que lucen la ropa ante los clientes. Surgió entonces la dicotomía
entre los modelos únicos y la fabricación en serie, cada una de ellas orientada a
un determinado nivel adquisitivo. En el siglo XX la moda se volvió más simple y
funcional, al tiempo que los nuevos adelantos tecnológicos permitieron poner
productos de calidad al alcance de más capas de la sociedad. Los nuevos medios
de comunicación de masas, como el cine y la televisión, ayudaron cada vez más a
la internacionalización de la moda, creando una moda global a nivel mundial.
2. Prehistoria

2. El ser humano prehistórico se cubría con pieles de animales

La historia de la indumentaria comienza con la aparición del Homo sapiens, que


en principio se cubrió de pieles de los animales que cazaba. Durante el Paleolítico
el ser humano vivió una época de glaciación, por lo que el motivo principal de
cubrirse era protegerse del frío. Tras cazar al animal y procurarse su piel, se
encontraba con dos problemas fundamentales: hacerla flexible, ya que al secarse
la piel se endurece; y darle forma, para adaptarla a los movimientos del cuerpo. El
primero se solucionó inicialmente a través de la masticación o humedeciendo la
piel y golpeándola con un mazo, hasta que se descubrió que aplicando aceite o
grasa de ballena la piel se mantenía suave y flexible. Otra solución descubierta en
esta época fue la aplicación de ácido tánico procedente de la corteza de algunos
árboles, especialmente el roble y el sauce, que además de flexibilidad
proporcionaba impermeabilidad. El siguiente paso era darle forma, para lo que fue
fundamental el invento de la aguja de coser, un adelanto que antropólogos e
historiadores comparan con la invención de la rueda y el dominio del fuego.
Confeccionadas con huesos de reno, marfil de mamut o colmillos de focas, existen
vestigios arqueológicos de estas agujas desde hace 40 000 años. Las agujas
permitían coser pieles unas con otras y confeccionar prendas con formas
adaptadas al cuerpo. Algunas de estas técnicas aún se emplean, en pueblos como
los esquimales.13

En el Mesolítico y Neolítico el clima empezó a templarse y, en algunas zonas


tropicales, las pieles se fueron sustituyendo por materiales más ligeros, basados
en fibras animales y vegetales. Una de las primeras técnicas utilizadas para tratar
las fibras fue el afieltrado, surgido en Asia Central, consistente en peinar la lana o
el pelo de animales, humedecerlos y colocarlos en hileras sobre una esterilla que
luego se enrolla y se golpea con un palo, con lo que se unen las hebras y resulta
un fieltro flexible y duradero, que se puede cortar y coser fácilmente. Otro método,
intermedio entre el afieltrado y la tejeduría, consistía en cortar tiras de corteza —
sobre todo de higuera o morera— que, una vez remojadas, se colocaban en tres
capas —la central a contraveta— y se golpeaban con un mazo; una vez unidas las
hebras se les aplicaba una capa de aceite. La última técnica y más efectiva fue el
tejido, elaborado con fibras animales o vegetales mediante el entrecuzamiento de
trama y urdimbre. Entre las fibras animales la más empleada fue la de oveja en
Europa y Asia, y la llama, la alpaca y la vicuña en América; entre las vegetales
destacan el lino, el cáñamo y el algodón.

Tras el desarrollo de las diversas técnicas para elaborar prendas fueron surgiendo
las diversas tipologías de indumentaria: la más sencilla parece haber sido una tela
enrollada alrededor de la cintura en forma de falda. El siguiente paso fue
probablemente una tela que cubriese los hombros, sujeta con una fíbula. Estas
telas eran drapeadas, es decir, enrolladas en torno al cuerpo sin adaptarlas a la
fisonomía del cuerpo, lo que fue el principal tipo de indumentaria hasta época
romana. En cambio, los pueblos nómadas de las estepas asiáticas, que vivían en
climas más fríos, fueron los que desarrollaron las prendas más adaptadas al
cuerpo, con mangas en las prendas superiores y pantalones para cubrir las dos
piernas por separado, una prenda que facilitaba montar a caballo, algo
indispensable en estos pueblos que recorrían grandes distancias en sus
cabalgaduras.

2.1 Edad Antigua


La Edad Antigua se inicia con el surgimiento de las primeras civilizaciones y la
aparición de la escritura, que marca el paso de la Prehistoria a la Historia. Los
primeros focos de civilización fueron Mesopotamia, Egipto y algunas regiones de
la India y China. Más adelante se dio la llamada Antigüedad clásica, formada por
las culturas de Grecia y Roma. Este período de la Historia finalizó con la caída del
Imperio romano de Occidente

2.2 Mesopotamia
En Mesopotamia, la región comprendida entre los ríos Tigris y Éufrates (Próximo
Oriente), surgieron las primeras civilizaciones basadas económicamente en la
agricultura y, socialmente, en la estratificación y la división de tareas, al tiempo
que la aparición de la escritura permitió el desarrollo cultural. Según los
testimonios más antiguos, en verano el hombre iba prácticamente desnudo,
mientras que en invierno llevaba una falda de vedija, elaborada con piel de oveja,
y se cubría con un sobretodo de pelleja. Las mujeres llevaban largos vestidos de
lana o pelleja. Los reyes llevaban una «falda de red», que se ajustaba a las
rodillas. Con el paso del tiempo, la industria textil adquirió un gran auge y fueron
surgiendo numerosos tipos de vestidos: con y sin mangas, ceñidos o tirados,
faldas fruncidas, tableadas y de volantes, etc. Se apreciaban mucho los elementos
ornamentales, como cenefas, ribetes y bordados. También portaban numerosos
abalorios de materiales preciosos, como oro, plata, bronce, piedras preciosas,
marfil, carey, conchas, vidrio y otros, que se usaban para hacer collares,
pendientes, diademas, brazaletes, pulseras, anillos y otros accesorios. Para el
calzado, se usaban sandalias de cuero o esparto.

Los sumerios solían vestir con largos mantones de lana, de tipo falda, adornados
con franjas de vivos colores y con pliegues y largos mechones de tela. Los asirios
usaban túnicas de lana, cuya largura dependía de la clase social: hasta las rodillas
el pueblo llano, hasta los pies las clases dirigentes. Los persas usaban prendas de
vivo colorido, destacando el púrpura y el amarillo, y adornados con dibujos de
colores, generalmente círculos, estrellas y flores, de color azul, blanco o amarillo.
Los antiguos persas solían llevar una túnica sobre la que colocaban una bata de
amplias mangas, con dobleces y una faja a modo de cinturón. Estas batas o
levitas se decoraban con motivos guerreros o rosetas azules y blancas. Calzaban
sandalias atadas con correas y llevaban unos gorros de fieltro de forma cilíndrica,
de 12 a 15 cm de altura (excepto el rey, que era de 20 a 25 cm). Otro pueblo
iranio, los medos, llevaban una túnica hasta las rodillas y unos calzones de cuero,
así como una capa de paño sujeta al pecho con dos correas; usaban también un
gorro cilíndrico de fieltro.

2.3 Egipto
En Egipto ya se dan vestigios de prendas muy elaboradas, con el lino como
principal materia para confeccionar telas. El vestido era un privilegio de las clases
altas, mientras que el pueblo llano y los esclavos iban casi desnudos. La base de
su indumentaria era el shenti, una pieza de lino que envolvía las caderas, sujeta
con un cinturón. Durante el Imperio Nuevo apareció el kalasiris, una túnica ceñida
al cuerpo, considerada de lujo. Otra prenda era el sush, un manto utilizado por
faraones y nobles. La principal prenda femenina era la blusa, una túnica larga y
ceñida de distinto color según la posición social: blanca para las campesinas, rojo
o azafrán para rangos más elevados. Los faraones y altos dignatarios solían cubrir
su cabeza con un tocado llamado klaft, un cuadrado de tela rígido con rayas de
dos colores. Los faraones llevaban un tocado llamado pshent, formado por la
corona blanca del Alto Egipto (hedjet) y la corona roja del Bajo Egipto (desheret).
También llevaban el ureus, una figura en forma de cobra erguida que simbolizaba
la diosa Uadyet, que portaban en la frente.

El tejido se centró en el lino, tanto en el vestido como en tapices y alfombras.


Destacan los vestidos hallados en la tumba de Tutankamón, revestidos de cuentas
de cerámica y plaquetas de oro. Los egipcios también trabajaron el cuero, como
se denota en las sandalias de Tutankamón, de cuero verde con hojas de oro, y en
la tienda fúnebre de la reina Isimjeb (dinastía XXI).
2.4Grecia

Un antecedente de la civilización griega fue la cultura minoica, desarrollada en la


isla de Creta. Los hombres llevaban el torso desnudo y una falda-delantal de lino,
lana o cuero, con cinturones de cuero y metal. Las mujeres también llevaban una
falda, que llegaba hasta el suelo, adornada con volantes y fruncidos, así como un
corpiño en el tórax. Los tonos de estas prendas eran de colores vivos,
preferentemente amarillo, rojo y azul. Como adornos llevaban collares, brazaletes
y alfileres en el pelo.

En Grecia se usaba el lino, la lana y el algodón y, más tarde, la seda —


proveniente de Oriente—, con prendas de piezas rectangulares ribeteadas por los
cuatro lados, sin costura ni dobladillo, acompañadas de fíbulas y cinturones. El
vestido más antiguo era la exomis, una tela rectangular sujeta al hombro izquierdo,
anudada bajo el brazo derecho y ceñida por un cinturón. Los campesinos llevaban
pieles curtidas o vestidos gruesos de lana, con un gorro de cuero llamado kyné.
Las clases más favorecidas portaban vestidos de lino o lana fina, llamados quitón,
cubiertos por un manto denominado himatión. El quitón, utilizado desde el
siglo XII a. C. hasta el siglo I a. C., era una túnica sin mangas sujeta a los hombros
mediante broches, utilizada tanto por hombres como por mujeres. Existieron dos
variedades: el quitón dórico, de lana, y el jónico, de lino. El quitón surgió en las
costas jónicas del Asia Menor y se extendió por la Grecia continental entre los
siglos VII y VI a. C. Consistía en dos tiras de tela cosidas, sujetadas sobre los
hombros por un broche, una costura, botones o agujas. Era generalmente de lino
blanco, pero podía ser de otras telas, podía teñirse y podía llevar ribetes o
bordados. Se ceñía a la cintura con un cinturón de dos o tres vueltas. El himatión
era una capa rectangular de lana tejida de tres metros de largo por medio de
ancho.

2.5 Quitón
Las mujeres llevaban una túnica larga llamada peplo y también usaban himatión,
plegado de otra forma. El peplo era una tela rectangular de lana o lino de tres
metros de largo por dos de ancho; podía ablusarse mediante un cinturón, que
formaba un pliegue llamado kolpos, que podía usarse como bolsillo. Los colores
más usados eran el gris, el verde y el violeta; los colores oscuros se consideraban
de luto.

Los efebos y guerreros jóvenes usaban la clámide, una prenda corta y ligera que
permitía el movimiento, especialmente para cabalgar. Solían usar también un
sombrero llamado pétaso, de fieltro, con alas y barboquejo. Otro tipo de sombrero
era el píleo, de forma alta y redonda. Las mujeres no solían llevar sombrero,
aunque en su lugar se colocaban velos o redecillas. Como calzado usaban
sandalias o coturnos, un calzado alto atado con correas. También solían usar
adornos como fíbulas, diademas, brazaletes, pendientes, collares y anillos.

Por influencia de las esculturas griegas se suele pensar que las telas que vestían
los antiguos griegos eran blancas, pero solían estar teñidas de colores, sobre todo
en las clases altas. Los más habituales eran el rojo, el amarillo y el morado. Por
otro lado, los bordes de las telas se decoraban con bordados, generalmente de
flores, animales y la llamada «greca griega».

En cuanto al peinado, en época arcaica tanto hombres como mujeres llevaban el


pelo largo, pero posteriormente fue costumbre que los niños se lo cortasen al
llegar a la pubertad. Entre las mujeres era costumbre sujetarse el pelo con cintas,
así como recogerse el pelo en moños. Hasta el siglo V a. C. la mayoría de
hombres llevaba barba, pero desde entonces fue más corriente el afeitarse.

2.6 Roma

En Roma se usaba igualmente la lana, el lino y la seda, a veces entremezclados.


La prenda más antigua era el subligaculum, un taparrabos alrededor de los
riñones. En época republicana surgió la subúcula, una túnica que podía ser de dos
tipos: dalmática, con mangas, o colobium, sin mangas. Encima llevaban una toga,
una capa semielíptica drapeada según la ocupación: estrecha para los filósofos,
ceñida para los guerreros, con una banda púrpura para sacerdotes y magistrados.
El vestido femenino se componía de taparrabos y strophium —antecedente del
sujetador—, sobre el que iban dos túnicas, la subúcula, larga hasta los pies y sin
mangas, y el supparum, túnica corta semejante al quitón griego, que podía
sustituirse por la stola, túnica de mangas cortas, o la palla, un paño rectangular
sujeto al hombro por fíbulas. Encima podían llevar un manto llamado pallium que,
colocado sobre la cabeza, significaba viudez. Los colores preferidos eran rojo,
amarillo y azul. En época imperial se llevó también una túnica larga hasta los
tobillos llamada caracalla. También, tras el contacto con tribus germánicas,
empezaron a llevar pantalones (braccae), sobre todo en el ejército.

2.7 Toga romana


La toga, elaborada generalmente de lana, podía medir seis metros de largo por
dos de ancho. Se enrollaba en torno al cuerpo, para lo que hacía falta una gran
habilidad, aunque en las clases altas era una tarea que hacían los esclavos. Una
variante, la toga candida, era totalmente de color blanco y la empleaban los
políticos que se presentaban a algún cargo, de donde deriva el término
«candidato».35 En tonos oscuros (toga pulla) era para el luto. La toga morada y
bordada en oro (toga picta) era usada por los emperadores.36
Como en Grecia, en Roma las prendas se confeccionaban de paño tejido, lo que
requería mucha mano de obra, por lo que dichas prendas se consideraban
demasiado valiosas para recortarlas o entallarlas: por ello, se llevaban
superpuestas al cuerpo, bien doblándolas o bien plegándolas, frunciéndolas o, en
menor medida, cosiéndolas alrededor del cuerpo. Durante la República, la
confección la solían hacer las mujeres o esclavos, en el ámbito doméstico, pero en
época imperial el oficio se profesionalizó y llevar prendas de elaboración propia se
consideraba vulgar.37

Las principales piezas de calzado romano eran la sandalia (solea) y el calceus, un


zapato cerrado a la altura del tobillo. 38 Para el mal tiempo usaban borceguíes o
unas botas cerradas llamadas gallicae.39 Aunque generalmente no se cubrían la
cabeza, a veces llevaban un gorro sin ala llamado pileus y, en ocasiones, usaban
el gorro frigio; también usaban una capucha llamada cuculus, bien como prenda
independiente o unida al manto.33 Los romanos usaban numerosos complementos,
como guantes, abanicos, sombrillas y bastones. 38

Los romanos solían llevar el pelo corto y afeitarse. Las mujeres llevaban peinados
más complicados, sobre todo en época imperial, cuando se puso de moda un
peinado en forma de cono llamado tutulus. Era corriente teñirse el pelo de rubio y,
en ocasiones, usaban pelucas y postizos. Por otro lado, era corriente cubrirse la
cabeza con un velo. También usaban tiaras, diademas, collares, pendientes,
brazaletes y tobilleras.40

2.8 Íberos

En la península ibérica, los íberos lograron un alto grado de especialización en


labores textiles, cuya belleza y calidad fue admirada por Estrabón. Se
confeccionaban prendas de lana, lino y esparto, que solían ser teñidas y
adornadas. Polibio reseñó en sus obras la riqueza de los mantos turdetanos,
elaborados en lino y teñidos de púrpura. Los hombres vestían túnica y manto,
drapeados al estilo griego. Las mujeres llevaban dos túnicas superpuestas, así
como un manto sobre los hombros, a veces cruzado oblicuamente bajo un brazo;
en ocasiones, también llevaban un velo sobre la cabeza. Estas prendas solían
estar adornadas con flecos o cenefas y se ceñían con cinturones, broches y
fíbulas. En el peinado femenino destacan los complejos tocados que se aprecian
en las esculturas denominadas «damas», formados por cofias o diademas de las
que colgaban joyas y abalorios, o bien mitras cónicas sobre las que se colocaba el
velo. En ocasiones, llevaban unos rodetes sobre las orejas, como se aprecia en la
Dama de Elche.
3. Historia de la moda

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