Nothing Special   »   [go: up one dir, main page]

Cartas de Bolívar

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 26

CARTAS DE BOLVAR

JURAMENTO DE ROMA JURAMENTO EN EL MONTE SACRO 15 DE AGOSTO DE 1805


Conque ste es el pueblo de Rmulo y Numa, de los Gracos y los Horacios, de Augusto y de Nern, de Csar y de Bruto, de Tiberio y de Trajano? Aqu todas las grandezas han tenido su tipo y todas las miserias su cuna. Octavio se disfraza con el manto de la piedad pblica para ocultar la suspicacia de su carcter y sus arrebatos sanguinarios; Bruto clava el pual en el corazn de su protector para reemplazar la tirana de Csar con la suya propia; Antonio renuncia los derechos de su gloria para embarcarse en las galeras de una meretriz; sin proyectos de reforma, Sila degella a sus compatriotas, y Tiberio, sombro como la noche y depravado como el crimen, divide su tiempo entre la concupiscencia y la matanza. Por un Cincinato hubo cien Caracallas, por un Trajano cien Caligelas y por un Vespasiano cien Claudios. Este pueblo ha dado para todo; severidad para los viejos tiempos; austeridad para la Repblica; depravacin para los Emperadores; catacumbas para los cristianos; valor para conquistar el mundo entero; ambicin para convertir todos los Estados de la tierra en arrabales tributarios; mujeres para hacer pasar las ruedas sacrlegas de su carruaje sobre el tronco destrozado de sus padres; oradores para conmover, como Cicern; poetas para seducir con su canto, como Virgilio; satricos, como Juvenal y Lucrecio; filsofos dbiles, como Sneca; y ciudadanos enteros, como Catn. Este pueblo ha dado para todo, menos para la causa de la humanidad: Mesalinas corrompidas, Agripinas sin entraas, grandes historiadores, naturalistas insignes, guerreros ilustres, procnsules rapaces, sibaritas desenfrenados, aquilatadas virtudes y crmenes groseros; pero para la emancipacin del espritu, para la extirpacin de las preocupaciones, para el enaltecimiento del hombre y para la perfectibilidad definitiva de su razn, bien poco, por no decir nada. La civilizacin que ha soplado del Oriente, ha mostrado aqu todas sus fases, han hecho ver todos sus elementos; mas en cuanto a resolver el gran problema del hombre en libertad, parece que el asunto ha sido desconocido y que el despejo de esa misteriosa incgnita no ha de verificarse sino en el Nuevo Mundo. Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor, y juro por mi Patria, que no dar descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder espaol! Simn Bolvar

Juramento hecho por Simn Bolvar en Roma el 15 de agosto de 1805, cuando era un joven de 22 aos de edad. Con l estaban sus amigos Simn Rodrguez, quien contaba entonces unos 36 aos y haba sido su maestro en Caracas, y Fernando Rodrguez del Toro, de 32. Haban salido de Pars el 6 de abril anterior, y por la va de Lyon, Chambry, Turn, Miln, donde vieron a Napolen coronarse como Rey de Italia, Montichiari, Venecia y Florencia, llegaron hacia el mes de julio a Roma. Ah, segn la tradicin, se alojaron en una posada de la plaza Espaa, cerca de la imponente escalinata que conduce al templo de Santa Trinit dei Monti. Durante varias semanas recorrieron la ciudad, visitando sus monumentos y sus ruinas llenas de evocaciones histricas, testimonios de la grandeza y la decadencia de los imperios. El 15 de agosto se dirigieron los 3 al llamado Monte Sacro, situado entonces fuera del recinto de la ciudad, a orilla del ro Anio. Ese lugar era clebre en la historia de la antigua Roma, que los 3 venezolanos conocan bien, porque all se haban retirado los plebeyos en sus desavenencias con los patricios en la poca de la Repblica. Es muy probable, como lo insinu el mismo Bolvar aos ms tarde, que al dirigirse al Monte Sacro tanto l como sus compaeros tuvieran el propsito de realizar un gesto simblico, como venezolanos que deseaban la independencia de la patria nativa y de toda la Amrica entonces dominada por Espaa. Ascienden por las laderas de la colina, y en la cima conversan sobre la sucesin de las civilizaciones, su apogeo y su declinacin a travs de los siglos. Son hombres penetrados por el espritu de la Ilustracin racionalista, que creen en el progreso indefinido del gnero humano, influenciados tambin por el nacionalismo y el romanticismo presentes ya en la Europa de aquellos aos. Simn Bolvar es un joven madurado por el infortunio: la an reciente muerte de su esposa; la presencia de su antiguo maestro, convertido ahora en consejero y amigo, es un poderoso estmulo intelectual. Simn Rodrguez Bolvar llamar ms tarde El Scrates de Caracas, usa un mtodo similar al de este filsofo de la Grecia antigua, basado en preguntas que poco a poco conducen a su interlocutor a descubrir las realidades. Aquella tarde, mientras el sol se dirige a su ocaso, hablan largamente de las sociedades humanas del pasado, de las luces y las sombras de la historia, de la lucha contra la tirana y del anhelo de libertad que ya tenan los plebeyos de Roma, 5 siglos antes de Cristo, cuando se reunieron y fortificaron en el Monte Sacro para luchar contra la injusticia; la civilizacin que ha soplado del Oriente, exclama Bolvar, ha mostrado aqu (en Roma) todas sus fases, ha hecho ver todos sus elementos; mas en cuanto a resolver el gran problema del hombre en libertad, parece que el asunto ha sido desconocido, y que el despejo de esa misteriosa incgnita no ha de verificarse sino en el Nuevo Mundo? Luego, ponindose de pie, con un gesto firme y tono solemne, hace su juramento con la mirada fija en Simn Rodrguez: Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor y juro por mi patria que no dar descanso a mi brazo ni reposo a mi alma hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder espaol. Unas semanas ms tarde viajaron a Pars. Simn Rodrguez se qued en Europa. Bolvar y Rodrguez del Toro regresaron por separado a Venezuela y juntos combatieron en 1811 contra la Insurreccin de Valencia, donde Bolvar recibi su bautismo de fuego y su amigo fue gravemente herido y qued invlido. Bolvar cumpli su juramento y se convirti en el

Libertador a partir de 1813. Simn Rodrguez volvi a Amrica en 1823; cuando lo supo, el Libertador, le escribi desde Pativilca (Per), el 19 de enero de 1824, una carta en la cual, dndole la bienvenida, le deca entre otras cosas: Se acuerda usted cuando fuimos juntos al Monte Sacro en Roma a jurar sobre aquella tierra santa la libertad de la Patria? Ciertamente no habr usted olvidado aquel da de eterna gloria para nosotros. Entre los historiadores existe total acuerdo en cuanto a la fecha, el contenido y el significado del juramento de Bolvar en Roma; pero ha habido discrepancias en cuanto al lugar exacto. Destacados estudiosos como Caracciolo Parra Prez, entre otros no menos notables, han sostenido que las palabras de Bolvar fueron pronunciadas en el Monte Aventino, una de las 7 colinas romanas; otros se inclinan por el Monte Palatino, que es tambin una de esas clebres colinas. El investigador que ms profundamente ha analizado el tema, Joaqun Daz Gonzlez, sostiene que se trata del Monte Sacro, situado a orillas del Anio. Esta tesis, que es la ms firme y segura, se basa en las propias palabras de Bolvar escritas en 1824: fuimos juntos al Monte Sacro en Roma a jurar Por esto se habla del juramento del Monte Sacro o, en trminos ms generales, del juramento de Roma.

DISCURSO DE BOLVAR ANTE LA SOCIEDAD PATRITICA 4 DE JULIO DE 1811


"No es que hay dos Congresos. Cmo fomentarn el cisma los que conocen ms la necesidad de la unin? Lo que queremos es que esa unin sea efectiva y para animarnos a la gloriosa empresa de nuestra libertad; unirnos para reposar, para dormir en los brazos de la apata, ayer fue una mengua, hoy es una traicin. Se discute en el Congreso Nacional lo que debiera estar decidido. Y qu dicen? que debemos comenzar por una confederacin, como si todos no estuvisemos confederados contra la tirana extranjera. Que debemos atender a los resultados de la poltica de Espaa. Qu nos importa que Espaa venda a Bonaparte sus esclavos o que los conserve, si estamos resultados a ser libres? Esas dudas son tristes efectos de las antiguas cadenas. Que los grandes proyectos deben prepararse con calma! Trescientos aos de calma no basta?. La Junta Patritica respeta, como debe, al Congreso de la nacin, pero el Congreso debe or a la Junta Patritica, centro de luces y de todos los intereses revolucionarios. Pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad suramericana: vacilar es perdernos. Que una comisin del seno de este cuerpo lleve al soberano Congreso estos sentimientos". Con el nombre de Sociedad Patritica se conoce a la organizacin revolucionaria pro independentista que realiz importantes actividades en Caracas y otras poblaciones venezolanas, durante la Primera Repblica (1810-1812). La idea de la creacin de la Sociedad Patritica o Club Patritico, como lo llam luego Manuel Palacio Fajardo, ha debido ser de Miranda y Bolvar que conocieron el valor de la propagacin de las ideas a travs de este tipo de sociedades; sobretodo gracias a las experiencias de Miranda en el Pars de la Convencin y del Directorio. Esto explica que un francs de apellido Leleux

halla venido al pas en diciembre de 1810 en para contribuir a la creacin de la Sociedad Patritica. En esta organizacin de carcter revolucionario figuraron como miembros (adems de Miranda, Bolvar y Leleux), Antonio Muoz, Vicente Salas, Francisco Espejo, Pedro Pelln, Casiano de Medranda, Miguel Pea, Lorenzo Burros, Francisco Antonio Pal (llamado Coto Pal), Pedro Pablo Daz, Jos Antonio Pelgrn, Pedro Salias, Rafael Castillo, Carlos Nez, Jos Mara Nez, Carlos Soublette, Ramn Garca Cdiz, entre muchos otros. La presidencia de la Sociedad Patritica se turnaba, y en diversos momentos se sabe que la ejercieron Francisco de Miranda, Antonio Muoz Tbar y Francisco Espejo. Las sesiones de la Sociedad Patritica se llevaban a cabo durante la noche a partir de las 6 PM y a veces se extendan hasta la madrugada, participando en los mismos miembros de todas las clases sociales e incluso algunas mujeres representativas de diversos estamentos. Para mantener cierto orden en las reuniones, exista un reglamento de debates. En trminos generales, los objetivos de la Sociedad consistan fundamentalmente en lograr la declaracin de la Independencia de Venezuela y el establecimiento de un rgimen republicano y democrtico. Su rgano de difusin era El Patriota de Venezuela, cuyo primer ejemplar apareci a fines de 1810, siendo sus redactores Vicente Salias y Antonio Muoz Tbar Durante el ao de 1811 y los primeres meses de 1812 circularon 7 nmeros. El 19 de abril de 1811, al celebrarse el primer aniversario del movimiento de 1810, los miembros de la Sociedad conmemoraron la fecha levantando un "rbol de la Libertad" y exponiendo en la fachada de su sede, ubicada en la esquina de las Ibarras (donde antes haba vivido el gobernador y capitn general Vicente Emparan) retratos de Manuel Gual y Jos Mara Espaa, lo que identificaba a dicha organizacin con las ideas igualitarias de los promotores del movimiento revolucionario de 1797. Cuando an no se haban iniciado en el Congreso Constituyente de 1811 los debates relativos a la declaracin de la Independencia de Venezuela, ya el tema haba sido ampliamente discutido en la Sociedad Patritica, por lo menos desde fines de mayo de 1811. En tal sentido, cuando algunas personas expresaron su preocupacin de que la Independencia abriese la puerta Anarqua, uno de sus miembros, Francisco Antonio Pal, manifest que la emancipacin absoluta era la nica salida. Por estas razones a fines de junio de 1811, se comentaba en Caracas que existan dos congresos: el Congreso Constituyente y la Sociedad Patritica, que supuestamente quera suplantarlo. Un hecho histrico ocurrido en el seno de la Sociedad, fue el pronunciamiento en la noche del 3 al 4 de julio, del primer discurso poltico conocido de Simn Bolvar, en el que se rechazaba la tesis de los 2 congresos y reafirmaba el respeto de la Sociedad patritica hacia el Poder Legislativo, planteando adems la necesidad de que ste declarase sin demora la Independencia. El 5 de julio de 1811, cuando el Congreso declar la Independencia de Venezuela, un grupo de miembros de la Sociedad que estaban en la barra prorrumpieron en aclamaciones y encabezaron una manifestacin que dirigida por Francisco de Miranda (quien tambin era diputado) y Francisco de Miranda, recorri las calles y plazas de Caracas y entr al palacio arzobispal para pedirle al arzobispo Narciso Coll y Pratt que jurase la Independencia. A pocos das de declarada la Independencia, estall una insurreccin en Valencia por parte fuerzas realistas, para sofocarla fue conformada un ejrcito integrado por varios miembros de la Sociedad y comandada por Miranda. Uno de

los miembros de la organizacin que march a Valencia, fue Lorenzo Burros, quien muri en agosto combatiendo a los insurrectos. El 25 de agosto de 1811, fue fundada en Valencia una Sociedad Patritica, filial de la de Caracas. Casiano de Medranda, miembro de la organizacin de Caracas, pronunci un discurso en el acto de instalacin de la Sociedad valenciana. Sus primeros presidente y vicepresidente, fueron los presbteros Francisco j. Narvarte y Jos Flix Blanco, respectivamente. Otra filial de la Sociedad se instal en Puerto Cabello, el 26 de septiembre de 1811, siendo su presidente el coronel Manuel Ruiz. Posteriormente, sigui el 10 de octubre la de Barcelona, donde pronunci el discurso inaugural Francisco Espejo; tocndoles a los sacerdotes Manuel Antonio Prez y Ramn Godoy, desempear la presidencia y la vicepresidencia. Una ltima Sociedad de la que se tiene testimonio de su existencia fue la de Barinas. Durante los meses finales del ao 1811 y los comienzos de 1812 El Patriota de Venezuela, asumi una actitud ms radical con relacin a las virtudes que republicanas que deban existir para el establecimiento de un verdadero gobierno democrtico. No se tienen datos precisos acerca de las actividades de la Sociedad Patritica despus del terremoto de marzo de 1812 Sin embargo, es probable que muchos de sus miembros se alistasen en el ejrcito de Miranda. Asimismo, cuando se acercaba el fin de la Primera Repblica, el capitn Pedro Pelln intent salvar los archivos de la organizacin, llevndolos a una hacienda de Cacao que posea Francisco Espejo en Barlovento; desconocindose en el presente el paradero de dichos documentos. En definitiva, la Sociedad Patritica dej de funcionar a mediados de 1812.

DECRETO DE GUERRA A MUERTE


SIMN BOLVAR, Brigadier de la Unin, General en Jefe del Ejercito del Norte, Libertador de Venezuela A sus conciudadanos "Venezolanos: Un ejrcito de hermanos, enviado por el soberano Congreso de la Nueva Granada, ha venido a libertaros, y ya lo tenis en medio de vosotros, despus de haber expulsado a los opresores de las provincias de Mrida y Trujillo. Nosotros somos enviados a destruir a los espaoles, a proteger a los americanos, y a restablecer los gobiernos republicanos que formaban la Confederacin de Venezuela. Los Estados que cubren nuestras armas, estn regidos nuevamente por sus antiguas constituciones y magistrados, gozando plenamente de su libertad e independencia; porque nuestra misin slo se dirige a romper las cadenas de la servidumbre, que agobian todava

a algunos de nuestros pueblos, sin pretender dar leyes, ni ejercer actos de dominio, a que el derecho de la guerra podra autorizarnos. Tocado de vuestros infortunios, no hemos podido ver con indiferencia las aflicciones que os hacan experimentar los brbaros espaoles, que os han aniquilado con la rapia, y os han destruido con la muerte; que han violado los derechos sagrados de las gentes; que han infringido las capitulaciones y los tratados ms solemnes; y, en fin, han cometido todos los crmenes, reduciendo la Repblica de Venezuela a la ms espantosa desolacin. As pues, la justicia exige la vindicta, y la necesidad nos obliga a tomarla. Que desaparezcan para siempre del suelo colombiano los monstruos que lo infestan y han cubierto de sangre; que su escarmiento sea igual a la enormidad de su perfidia, para lavar de este modo la mancha de nuestra ignominia, y mostrar a las naciones del universo, que no se ofende impunemente a los hijos de Amrica. Todo espaol que no conspire contra la tirana en favor de la justa causa, por los medios ms activos y eficaces, ser tenido por enemigo, y castigado como traidor a la patria y, por consecuencia, ser irremisiblemente pasado por las armas. Por el contrario, se concede un indulto general y absoluto a los que pasen a nuestro ejrcito con sus armas o sin ellas; a los que presten sus auxilios a los buenos ciudadanos que se estn esforzando por sacudir el yugo de la tirana. Se conservarn en sus empleos y destinos a los oficiales de guerra, y magistrados civiles que proclamen el Gobierno de Venezuela, y se unan a nosotros; en una palabra, los espaoles que hagan sealados servicios al Estado, sern reputados y tratados como americanos. Y vosotros, americanos, que el error o la perfidia os ha extraviado de las sendas de la justicia, sabed que vuestros hermanos os perdonan y lamentan sinceramente vuestros descarros, en la ntima persuasin de que vosotros no podis ser culpables, y que slo la ceguedad e ignorancia en que os han tenido hasta el presente los autores de vuestros crmenes, han podido induciros a ellos. No temis la espada que viene a vengaros y a cortar los lazos ignominiosos con que os ligan a su suerte vuestros verdugos. Contad con una inmunidad absoluta en vuestro honor, vida y propiedades; el solo ttulo de americanos ser vuestra garanta y salvaguardia. Nuestras armas han venido a protegeros, y no se emplearn jams contra uno solo de nuestros hermanos. Esta amnista se extiende hasta a los mismos traidores que ms recientemente hayan cometido actos de felona; y ser tan religiosamente cumplida, que ninguna razn, causa, o pretexto ser suficiente para obligarnos a quebrantar nuestra oferta, por grandes y extraordinarios que sean los motivos que nos deis pare excitar nuestra animadversin. Espaoles y Canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obris activamente en obsequio de la libertad de Amrica. Americanos, contad con la vida, aun cuando seis culpables." Cuartel General de Trujillo, 15 de junio de 1813. Simn Bolvar.

Clebre documento dictado por Simn Bolvar y dado a conocer en la ciudad de Trujillo, el 15 de junio de 1813. La Proclama de guerra a muerte, fue la respuesta de Bolvar ante los numerosos crmenes perpetrados por Domingo de Monteverde, Francisco Cervriz, Antonio Zuazola, Pascual Martnez, Lorenzo Fernndez de la Hoz, Jos Ynez, Francisco Rosete y otros jefes realistas luego de la cada de la Primera Repblica. La matanza de los republicanos por parte de los jefes espaoles lleg a extremos tales de provocar el rechazo de personajes adictos a la causa monrquica. Uno de ellos fue el abogado fue el abogado Francisco de Heredia, oidor y regente de la Real Audiencia de Caracas, quien pidi en distintas formas que cesaran las ejecuciones, lo cual no sucedi. Segn el testimonio del propio Heredia relatado en sus Memorias, un fraile capuchino de las misiones de Apure que actuaba como uno de los partidarios de Monteverde, exhort en una ocasin ... en alta voz a los soldados, de siete aos arriba, no dejasen vivo a nadie... Bolvar en su Campaa Libertadora de 1813 recibi informacin de la consumacin de hechos como el relatado por Heredia, lo que le llev a expresar el 8 de junio en Mrida: Nuestro odio ser implacable y la guerra ser a muerte. Al pronunciamiento de Bolvar del 8 de junio sigui la proclama el 15 de junio en Trujillo del Decreto a muerte el cual termina de la manera siguiente: ...Espaoles y canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obris activamente en obsequio de la libertad de Venezuela. Americanos, contad con la vida, aun cuando seis culpables. En una primera instancia esta manifestacin fue considerada por Bolvar como ley fundamental de la Repblica, que luego ampliara y ratificara en el cuartel general de Puerto Cabello, mediante una proclama del 6 de septiembre del mismo ao 1813, acto que segn algunos historiadores puede ser considerado como un Segundo Decreto de Guerra a Muerte. Posteriormente, cuando en el segundo semestre de 1813 aparecen en escena Jos Toms Boves y Francisco Toms Morales, la matanza se hace ms intensa por parte de los realistas y la respuesta de los republicanos es radicalizar la aplicacin de la guerra a muerte. Derivado de esto se produjo la ejecucin de los presos espaoles y canarios de Caracas y La Guaira ordenada por Bolvar en febrero de 1814. En este ltimo ao la guerra a muerte se recrudece, perdindose numerosas vidas de ambos bandos. Asimismo, es en este contexto de destruccin en el que cae la Segunda Repblica. Entre los aos 1815, 1816 y 1817 la guerra a muerte se extiende a la Nueva Granada, en donde el general Pablo Morillo la ejecuta con la mayor crueldad. Entre las numerosas vctimas de Morillo se pueden destacar el cientfico Francisco Jos de Caldas, los estadistas neogranadinos Camilo Torres y Manuel Rodrguez Torices y los patriotas venezolanos Andrs Linares y Francisco Jos Garca de Hevia. A pesar de haber sido Bolvar el autor del decreto de guerra sin cuartel, en varias ocasiones consider la posibilidad de la derogacin de dicho instrumento. En tal sentido, en su proclama de Ocumare del 6 de julio de 1816, expres que: ...La guerra a muerte que nos han hecho nuestros enemigos cesar por nuestra parte: perdonamos a los que se rindan, aunque sean espaoles. Ningn espaol sufrir la muerte fuera del campo de batalla; lo cual obviamente buscaba humanizar la contienda militar. Finalmente, el 26 de noviembre de 1820 se celebr en Trujillo, en el mismo lugar donde se proclam la guerra a muerte, el Tratado de Regularizacin de la Guerra, el cual derogaba el decreto de 1813.

ACTA DE AL INDEPENDENCIA
"En el nombre de Dios Todopoderoso, nosotros, los representantes de las Provincias Unidas de Caracas, Cuman, Barinas, Margarita, Barcelona, Mrida y Trujillo, que forman la Confederacin americana de Venezuela en el continente meridional, reunidos en Congreso, y considerando la plena y absoluta posesin de nuestros derechos, que recobramos justa y legtimamente desde el 19 de abril de 1810, en consecuencia de la jornada de Bayona y la ocupacin del trono espaol por la conquista y sucesin de otra nueva dinasta constituida sin nuestro consentimiento, queremos, antes de usar de los derechos de que nos tuvo privados la fuerza, por ms de tres siglos, y nos ha restituido el orden poltico de los acontecimientos humanos, patentizar al universo las razones que han emanado de estos mismos acontecimientos y autorizan el libre uso que vamos a hacer de nuestra soberana. No queremos, sin embargo, empezar alegando los derechos que tiene todo pas conquistado, para recuperar su estado de propiedad e independencia; olvidamos generosamente la larga serie de males, agravios y privaciones que el derecho funesto de conquista ha causado indistintamente a todos los descendientes de los descubridores, conquistadores y pobladores de estos pases, hechos de peor condicin, por la misma razn que deba favorecerlos; y corriendo un velo sobre los trescientos aos de dominacin espaola en Amrica, slo presentaremos los hechos autnticos y notorios que han debido desprender y han desprendido de derecho a un mundo de otro, en el trastorno, desorden y conquista que tiene ya disuelta la nacin espaola. Este desorden ha aumentado los males de la Amrica, inutilizndole los recursos y reclamaciones, y autorizando la impunidad de los gobernantes de Espaa para insultar y oprimir esta parte de la nacin, dejndola sin el amparo y garanta de las leyes. Es contrario al orden, imposible al gobierno de Espaa, y funesto a la Amrica, el que, teniendo sta un territorio infinitamente ms extenso, y una poblacin incomparablemente ms numerosa, dependa y este sujeta a un ngulo peninsular del continente europeo. Las sesiones y abdicaciones de Bayona, las jornadas del Escorial y de Aranjuez, y las rdenes del lugarteniente duque de Berg, a la Amrica, debieron poner en uso los derechos que hasta entonces haban sacrificado los americanos a la unidad e integridad de la nacin espaola. Venezuela, antes que nadie, reconoci y conserv generosamente esta integridad por no abandonar la causa de sus hermanos, mientras tuvo la menor apariencia de salvacin. Amrica volvi a existir de nuevo, desde que pudo y debi tomar a su cargo su suerte y conservacin; como Espaa pudo reconocer, o no, los derechos de un rey que haba apreciado ms su existencia que la dignidad de la nacin que gobernaba.

Cuantos Borbones concurrieron a las invlidas estipulaciones de Bayona, abandonando el territorio espaol, contra la voluntad de los pueblos, faltaron, despreciaron y hollaron el deber sagrado que contrajeron con los espaoles de ambos mundos, cuando, con su sangre y sus tesoros, los colocaron en el trono a despecho de la Casa de Austria; por esta conducta quedaron inhbiles e incapaces de gobernar a un pueblo libre, a quien entregaron como un rebao de esclavos. Los intrusos gobiernos que se abrogaron la representacin nacional aprovecharon prfidamente las disposiciones que la buena fe, la distancia, la opresin y la ignorancia daban a los americanos contra la nueva dinasta que se introdujo en Espaa por la fuerza; y contra sus mismos principios, sostuvieron entre nosotros la ilusin a favor de Fernando, para devorarnos y vejarnos impunemente cuando ms nos prometan la libertad, la igualdad y la fraternidad, en discursos pomposos y frases estudiadas, para encubrir el lazo de una representacin amaada, intil y degradante. Luego que se disolvieron, sustituyeron y destruyeron entre s las varias formas de gobierno de Espaa, y que la ley imperiosa de la necesidad dict a Venezuela el conservarse a s misma para ventilar y conservar los derechos de su rey y ofrecer un asilo a sus hermanos de Europa contra los males que les amenazaban, se desconoci toda su anterior conducta, se variaron los principios, y se llam insurreccin, perfidia e ingratitud, a lo mismo que sirvi de norma a los gobiernos de Espaa, porque ya se les cerraba la puerta al monopolio de administracin que queran perpetuar a nombre de un rey imaginario.." Lo que comenz el 19 de abril de 1810 como un movimiento autonomista por parte del Cabildo de Caracas, pero que guardaba fidelidad al rey Fernando VII; en 1811 no slo super el mbito de la Provincia de Caracas al sumarse otras provincias, sino que implic la ruptura definitiva con el nexo colonial espaol. Con esta finalidad se instal en Caracas el 2 de marzo de 1811, el primer Congreso de Venezuela, con la representacin de las Provincias de Caracas, Cuman, Barinas, Margarita, Mrida, Barcelona y Trujillo. Estas siete provincias que formaban la "Confederacin Americana de Venezuela en el Continente Meridional", quedaron simbolizadas en las siete estrellas de la bandera nacional venezolana. Es importante destacar que las provincias de Coro, Maracaibo y Guayana, quedaron excluidas del Congreso por estar dominadas por los espaoles. La instalacin del Congreso se llev a cabo el 2 de marzo de 1811 en la casa del Conde San Javier (hoy esquina de El Conde) en Caracas, con asistencia de la Junta Suprema. Acto seguido se eligi un Presidente provisional del Congreso y pasaron, precedidos por los miembros de la Junta a la catedral de Caracas, donde el arzobispo Narciso Coll y Pratt ofici la misa y despus del evangelio los diputados prestaron juramento, bajo estos trminos: "Juris a Dios por los Santos Evangelios que vais a tocar, y prometis a la Patria conservar y defender sus derechos y los del Seor Don Fernando VII, sin la menor relacin o influjo con la Francia; independientes de toda forma de gobierno de la pennsula de Espaa; y sin otra representacin que la que reside en el Congreso General de Venezuela; oponeros a toda dominacin que pretendiera ejercer soberana en estos pases, o impedir su absoluta y legtima independencia cuando la Confederacin de sus Provincias la juzgue

conveniente...?". Dicho juramento expresa tres aspectos que son importantes destacar. El primero, es el rechazo por parte de la iglesia a la influencia de la Revolucin Francesa en el proceso independentista venezolano (y en toda Hispanoamrica) dado su marcado carcter anticlerical. Segundo, la mencin a la forma federativa (Confederacin) de la Constitucin Poltica, lo cual formar parte del intenso debate centralismo-federalismo que se llevar a cabo durante el Congreso, y que dominar todo el siglo XIX. Tercero, la declaracin de la Independencia absoluta de Venezuela, la cual adems haba que proteger no slo de Espaa sino de las dems potencias europeas. A medida que se fueron desarrollando las sesiones del Congreso, la idea de la Independencia fue ganando adeptos en el seno del mismo. Muchos diputados la apoyaron con apasionados alegatos, otros con argumentos histricos. Entre los diputados que se oponan a la ruptura definitiva con la corona espaola, se encontraba el sacerdote de La Grita, Manuel Vicente Maya, quien pronto se vio abrumado por los discursos de Fernando Pealver, Juan Germn Roscio, Francisco de Miranda, Francisco Javier Yanez y muchos ms, favorables a la idea de la Independencia absoluta. Mientras tanto, los nimos de los jvenes radicales se caldeaban en las reuniones de la Sociedad Patritica, hasta llegar el momento en que Simn Bolvar lanzante las dudas sobre la Independenciasu famosa pregunta: "Trescientos aos de calma, no bastan?". En la maana del 5 de julio contino el debate en el Congreso, y a comienzos de la tarde se procede a la votacin; hecho el recuento de los votos, el presidente del Congreso Juan Antonio Rodrguez Domnguez, anunci solemnemente a las tres de la tarde, que quedaba proclamada la Independencia absoluta de Venezuela. De acuerdo con los testimonios de la poca, luego de la proclamacin se vivieron momentos de intensa emocin. Una manifestacin espontnea, a la cabeza de la cual figuraba Francisco de Miranda, acompaado por miembros de la Sociedad Patritica y del pueblo, recorri las calles de la ciudad, ondeando banderas y gritando consignas acerca de la libertad. En la misma tarde del 5 de julio el Congreso celebr otra sesin, en la que se acord redactar un documento, cuya elaboracin fue encomendada al diputado Juan Germn Roscio y al secretario del Congreso, Francisco Isnardi. En este documento deban aparecer los motivos y causas que produjeron la Declaracin de la Independencia, para que sometido a la revisin del Congreso, sirviese de Acta y pasara al Poder Ejecutivo. Finalmente, debemos aclarar que el texto antes mencionado, el cual se conoce como el Acta de la Independencia, aunque est fechado en Caracas el 5 de julio de 1811 (porque ese da fue declarada) en realidad fue redactada en la noche del da 5 al 6 o en el transcurso del da 6, aprobado el 7 por el Congreso y presentada el 8 al Poder Ejecutivo. Las circunstancias de la guerra de emancipacin, hicieron que se perdiera el manuscrito original del Acta de la Independencia, el que llevaba al pie las firmas autgrafas de 41 diputados y el sello del Congreso. Hasta el presente este documento fundamental para nuestra historia, no ha sido localizado. Sin embargo, el texto autntico del Acta de la Independencia se conoce perfectamente gracias a su reproduccin en El Publicista de Venezuela y la Gaceta de Caracas del 16 de ese mes.

MANIFIESTO DE CARTAGENA
"Libertar a la Nueva Granada de la suerte de Venezuela y redimir a sta de la que padece, son los objetos que me he propuesto en esta memoria. Dignaos, oh mis conciudadanos, de aceptarla con indulgencia en obsequio de miras tan laudables. Yo soy, granadinos, un hijo de la infeliz Caracas, escapado prodigiosamente de en medio de sus ruinas fsicas y polticas, que siempre fiel al sistema liberal y justo que proclam mi patria, he venido a seguir los estandartes de la independencia, que tan gloriosamente tremolan en estos Estados. Permitidme que animado de un celo patritico me atreva a dirigirme a vosotros, para indicaros ligeramente las causas que condujeron a Venezuela a su destruccin, lisonjindome que las terribles y ejemplares lecciones que ha dado aquella extinguida Repblica, persuadan a la Amrica a mejorar su conducta, corrigiendo los vicios de unidad, solidez y energa que se notan en sus gobiernos El ms consecuente error que cometi Venezuela al presentarse en el teatro poltico fue, sin contradiccin, la fatal adopcin que hizo del sistema tolerante; sistema improbado como dbil y ineficaz, desde entonces, por todo el mundo sensato, y tenazmente sostenido hasta los ltimos perodos, con una ceguedad sin ejemplo. Las primeras pruebas que dio nuestro gobierno de su insensata debilidad, las manifest con la ciudad subalterna de Coro, que denegndose a reconocer su legitimidad, la declar insurgente, y la hostiliz como enemigo. La Junta Suprema en lugar de subyugar aquella indefensa ciudad, que estaba rendida con presentar nuestras fuerzas martimas delante de su puerto, la dej fortificar y tomar una actitud tan respetable que dej subyugar despus la confederacin entera, con casi igual facilidad que la que tenamos nosotros anteriormente para vencerla, fundando la Junta su poltica en los principios de humanidad mal entendida que no autorizan a ningn gobierno para ser por la fuerza libres a los pueblos estpidos que desconocen el valor de sus derechos." Cartagena de Indias, diciembre 15 de 1812. Simn Bolvar En este manifiesto, Bolvar expone sus consideraciones sobre la situacin actual de la guerra de independencia, en especial las causas que llevaron al fracaso la primera repblica. As, Bolvar destaca la adopcin de un gobierno que adopt un sistema federal con sus consecuencias fatales para los intereses de unificacin de la repblica; por otra parte la orientacin que tuvieron los magistrados para procurar el orden social quienes consideraron que el mismo se conformaba y construa con la promulgacin de leyes. De manera tal, que tuvimos filsofos por gobernantes y filantropa por legislacin, lo que contribuy a la disolucin total de la primera repblica.

Por ello, a cada conspiracin y acto de corrupcin y desobediencia suceda el perdn que no haca ms que mandar a hacer el crimen, ms an cuando la repblica se encontraba en construccin social y poltica. Contrarios a levantar tropas disciplinadas y fuertes, el gobierno procur la instalacin de soldados y dems burcratas que contrarios a defender los intereses de una repblica que persegua su fortificacin, contribuyeron al agotamiento del erario pblico. El sistema federal adoptado por el gobierno exacerb el caudillismo que termin dando como resultado la rivalidad entre las provincias y ciudades de Venezuela, ms an cuando la unificacin de la patria se encontraba en gestacin. Por otra parte, la adopcin de una nueva y desconocida moneda que pretenda mediar la relaciones comerciales gener una gran incertidumbre que an la poblacin no se encontraba en capacidad de comprender como la expresin abstracta del valor de los bienes y servicios. De manera tal que, la poblacin perciba que con la moneda se les estaba despojando del valor intrnseco (valor de uso) que posean los bienes y servicios, aumentando as el descontento de la poblacin ante el nuevo sistema poltico independiente de la corona espaola. Adems de todo ello, lo que ms debilit a la repblica fue el sistema federal que adopt , que siguiendo las mximas exageradas de los derechos del hombre promovi la anarqua. Debido que a pesar de las bondades del sistema federal, es el ms inadecuado para nuestros pueblos, dado su oposicin a los intereses de unificacin de una repblica que recin naca. En sntesis, Bolvar resume las causas principales que dieron al traste con la primera repblica expresando que en primer lugar debe colocarse la constitucin federal que era tan contraria a los intereses de la repblica como favorable a las intenciones de los enemigos. En segundo lugar, el espritu de misantropa que se apoder de nuestros gobernantes. Tercero, la oposicin de conformar un cuerpo de soldados con cuya fuerza pudieran replegar los ataques de los enemigos y por ltimo, el terremoto que fue explotado por el fanatismos de la iglesia catlica la cual lo utiliz para infundir miedos a la poblacin difundiendo la creencia de que el mismo era la respuesta de dios ante los intentos de independencia de la corona espaola. En este discurso Bolvar dirige sus apreciaciones y sugerencias humildes a los nuevos magistrados a quienes les transfiere el poder poltico. Durante el mismo, Bolvar acepta y reconoce que fuerzas irresistibles han dirigido tanto los fracasos como los aciertos de sus actos por cual sera injusto atriburselos a l. En este discurso, en Bolvar se evidencia la influencia del pensamiento de Aristteles en su visin poltica y social, por cuanto efecta un conjunto de apreciaciones sociolgica, histricas y antropolgicas sobre la conformacin de esta nueva raza de hombres que constituyen las naciones americanas. As Bolvar, expone su visin situacional que los gobiernos deben considerar al momento de decidir sus formas e instituciones polticas.

Los pueblos bolivarianos poseen caractersticas tnicas y climticas que los diferencian en su carcter de otros pueblos, as como otras razones histricas, invitando a los legisladores a que estas sean tomadas en cuenta al construir la forma de gobierno que procure la mayor suma de felicidad posible. " no somos europeos, no somos indios, sino una especie media entre los aborgenes y espaoles". As, quiere evidenciar que es inapropiado pretender imponer sistemas polticos a pueblos que ni siquiera han sido soberanos para instaurar su tirana, la cual habiendo quedado en manos de la colonia espaola, nos ha imposibilitado el conocimiento sobre el negocio y manejo de los asuntos pblicos. De manera tal que, mal podramos pretender que un pueblo en tales condiciones signadas histricamente por la usurpacin de sus ms bsicos derechos, pudiera alcanzar la capacidad de procurarse las instituciones y su instauracin en las mejores condiciones favorables para l. As Bolvar expresa que " un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destruccin", aunado al pensamiento de que " un pueblo uncido al triple yugo de la ignorancia, de la tirana, y del vicio, no ha podido adquirir, ni saber, ni poder, ni virtud" Por ltimo, en este discurso Bolvar denuncia lo pernicioso de que los legisladores se hayan preocupado ms por tomar modelos polticos forneos que por promover la unificacin de la repblica, lo que contribuyen a su disolucin, por cuanto los legisladores olvidan las consideraciones sociolgicas, histricas y antropolgicas de nuestros pueblos. De esta manera, se evidencia una vez ms el carcter situacional de la visin poltica y social de Bolvar. Por ltimo, Bolvar expresa que no crean los legisladores que las repblicas se construyen con leyes e instituciones que nada pudieran parecerse a la idiosincrasia de los pueblos y por ende representar los sentimientos de la nacin y la visin slida poltica sobre la unificacin del repblica.

CARTA DE JAMAICA
"Muy seor mo: Me apresuro a contestar la carta de 29 del mes pasado que usted me hizo el honor de dirigirme, y yo recib con la mayor satisfaccin. Sensible como debo, al inters que usted ha querido tomar por la suerte de mi patria, afligindose con ella por los tormentos que padece, desde su descubrimiento hasta estos ltimos perodos, por parte de sus destructores los espaoles, no siento menos el comprometimiento en que me ponen las solcitas demandas que usted me hace, sobre los objetos ms importantes de la poltica americana. As, me encuentro en un conflicto, entre el deseo de corresponder a la confianza con que usted me favorece, y el impedimento de satisfacerle, tanto por la falta de documentos y de libros, cuanto por los limitados conocimientos que poseo de un pas tan inmenso, variado y desconocido como el Nuevo Mundo.

En mi opinin es imposible responder a las preguntas con que usted me ha honrado. El mismo barn de Humboldt, con su universalidad de conocimientos tericos y prcticos, apenas lo hara con exactitud, porque aunque una parte de la estadstica y revolucin de Amrica es conocida, me atrevo a asegurar que la mayor est cubierta de tinieblas y, por consecuencia, slo se pueden ofrecer conjeturas ms o menos aproximadas, sobre todo en lo relativo a la suerte futura, y a los verdaderos proyectos de los americanos; pues cuantas combinaciones suministra la historia de las naciones, de otras tantas es susceptible la nuestra por sus posiciones fsicas, por las vicisitudes de la guerra, y por los clculos de la poltica. Como me concepto obligado a prestar atencin a la apreciable carta de usted, no menos que a sus filantrpicas miras, me animo a dirigir estas lneas, en las cuales ciertamente no hallar usted las ideas luminosas que desea, mas s las ingenuas expresiones de mis pensamientos. Tres siglos ha dice usted que empezaron las barbaridades que los espaoles cometieron en el grande hemisferio de Coln. Barbaridades que la presente edad ha rechazado como fabulosas, porque parecen superiores a la perversidad humana; y jams seran credas por los crticos modernos, si constantes y repetidos documentos no testificasen estas infaustas verdades. El filantrpico obispo de Chiapa, el apstol de la Amrica, Las Casas, ha dejado a la posteridad una breve relacin de ellas, extractada de las sumarias que siguieron en Sevilla a los conquistadores, con el testimonio de cuantas personas respetables haba entonces en el Nuevo Mundo, y con los procesos mismos que los tiranos se hicieron entre s: como consta por los ms sublimes historiadores de aquel tiempo. Todos los imparciales han hecho justicia al celo, verdad y virtudes de aquel amigo de la humanidad, que con tanto fervor y firmeza denunci ante su gobierno y contemporneos los actos ms horrorosos de un frenes sanguinario. Con cunta emocin de gratitud leo el pasaje de la carta de usted en que me dice que espera que los sucesos que siguieron entonces a las armas espaolas, acompaen ahora a las de sus contrarios, los muy oprimidos americanos meridionales. Yo tomo esta esperanza por una prediccin, si la justicia decide las contiendas de los hombres. El suceso coronar nuestros esfuerzos; porque el destino de Amrica se ha fijado irrevocablemente: el lazo que la una a Espaa est cortado: la opinin era toda su fuerza; por ella se estrechaban mutuamente las partes de aquella inmensa monarqua; lo que antes las enlazaba ya las divide; ms grande es el odio que nos ha inspirado la Pennsula que el mar que nos separa de ella; menos difcil es unir los dos continentes, que reconciliar los espritus de ambos pases. El hbito a la obediencia; un comercio de intereses, de luces, de religin; una recproca benevolencia; una tierna solicitud por la cuna y la gloria de nuestros padres; en fin, todo lo que formaba nuestra esperanza nos vena de Espaa. De aqu naca un principio de adhesin que pareca eterno; no obstante que la in conducta de nuestros dominadores relajaba esta simpata; o, por mejor decir, este apego forzado por el imperio de la dominacin. Al presente sucede lo contrario; la muerte, el deshonor, cuanto es nocivo, nos amenaza y tememos: todo lo sufrimos de esa desnaturalizada madrastra. El velo se ha rasgado y hemos visto la luz y se nos quiere volver a las tinieblas: se han roto las cadenas; ya hemos sido libres, y nuestros enemigos pretenden de nuevo esclavizarnos.

Por lo tanto, Amrica combate con despecho; y rara vez la desesperacin no ha arrastrado tras s la victoria. Porque los sucesos hayan sido parciales y alternados, no debemos desconfiar de la fortuna. En unas partes triunfan los in dependientes, mientras que los tiranos en lugares diferentes, obtienen sus ventajas, y cul es el resultado final? No est el Nuevo Mundo entero, conmovido y armado para su defensa? Echemos una ojeada y observaremos una lucha simultnea en la misma extensin de este hemisferio. El belicoso estado de las provincias del Ro de la Plata ha purgado su territorio y conducido sus armas vencedoras al Alto Per, conmoviendo a Arequipa, e inquietado a los realistas de Lima. Cerca de un milln de habitantes disfruta all de su libertad. El reino de Chile, poblado de ochocientas mil almas, est lidian do contra sus enemigos que pretenden dominarlo; pero en vano, porque los que antes pusieron un trmino a sus conquistas, los indmitos y libres araucanos, son sus vecinos y compatriotas; y su ejemplo sublime es suficiente para probarles, que el pueblo que ama su independencia, por fin la logra. El virreinato del Per, cuya poblacin asciende a milln y medio de habitantes, es, sin duda, el ms sumiso y al que ms sacrificios se le han arrancado para la causa del rey, y bien que sean vanas las relaciones concernientes a aquella porcin de Amrica, es indubitable que ni est tranquila, ni es capaz de oponerse al torrente que amenaza a las ms de sus provincias. La Nueva Granada que es, por decirlo as, el corazn de la Amrica, obedece a un gobierno general, exceptuando el reino de Quito que con la mayor dificultad contienen sus enemigos, por ser fuertemente adicto a la causa de su patria; y las provincias de Panam y Santa Marta que sufren, no sin dolor, la tirana de sus seores. Dos millones y medio de habitantes estn esparcidos en aquel territorio que actualmente defienden contra el ejrcito espaol bajo el general Morillo, que es verosmil sucumba delante de la inexpugnable plaza de Cartagena. Mas si la tomare ser a costa de grandes prdidas, y desde luego carecer de fuerzas bastantes para subyugar a los morigeros y bravos moradores del interior. En cuanto a la heroica y desdichada Venezuela sus acontecimientos han sido tan rpidos y sus devastaciones tales, que casi la han reducido a una absoluta indigencia a una soledad espantosa; no obstante que era uno de los ms bellos pases de cuantos hacan el orgullo de Amrica. Sus tiranos gobiernan un desierto, y slo oprimen a tristes restos que, escapados de la muerte, alimentan una precaria existencia; algunas mujeres, nios y ancianos son los que quedan. Los ms de los hombres han perecido por no ser esclavos, y los que viven, combaten con furor, en los campos y en los pueblos internos hasta expirar o arrojar al mar a los que insaciables de sangre y de crmenes, rivalizan con los primeros monstruos que hicieron desaparecer de la Amrica a su raza primitiva. Cerca de un milln de habitantes se contaba en Venezuela y sin exageracin se puede conjeturar que una

cuarta parte ha sido sacrificada por la tierra, la espada, el hambre, la peste, las peregrinaciones; excepto el terremoto, todos resultados de la guerra. En Nueva Espaa haba en 1808, segn nos refiere el barn de Humboldt, siete millones ochocientas mil almas con inclusin de Guatemala. Desde aquella poca, la insurreccin que ha agitado a casi todas sus provincias, ha hecho disminuir sensiblemente aquel cmputo que parece exacto; pues ms de un milln de hombres han perecido, como lo podr usted ver en la exposicin de Mr. Walton que describe con fidelidad los sanguinarios crmenes cometidos en aquel opulento imperio. All la lucha se mantiene a fuerza de sacrificios humanos y de todas especies, pues nada ahorran los espaoles con tal que logren someter a los que han tenido la desgracia de nacer en este suelo, que parece destinado a empaparse con la sangre de sus hijos. A pesar de todo, los mejicanos sern libres, porque han abrazado el partido de la patria, con la resolucin de vengar a sus pasados, o seguirlos al sepulcro. Ya ellos dicen con Reynal: lleg el tiempo en fin, de pagar a los espaoles suplicios con suplicios y de ahogar a esa raza de exterminadores en su sangre o en el mar." Bolvar no era un inmortal, era un hombre de carne hueso que resista, se expresaba, tratando ensear sus ideales a un pueblo que sufra y padeca. Bolvar trato que su pueblo resolviera sus propios problemas, dejndonos documentos que siempre estarn en nuestro destino. Carta de Jamaica (6 de septiembre de 1815) De este segundo exilio surge el documento inspirado por Simn Bolvar. En 1816 fue ratificado como Jefe Supremo de La Repblica y realiz la expedicin de los Cayos para volver nuevamente a Venezuela. La influencia de la poca era: Lo contagio La Revolucin Francesa, proceso social y poltico acaecido en Francia entre 1789 y 1799, cuyas principales consecuencias fueron el derrocamiento de Lus XVI, perteneciente a la Casa Real de los Borbones, la abolicin de la Monarqua en Francia y la proclamacin de La I Repblica, con final al Antiguo Rgimen de este pas. Adems tenemos las ideas de: Enciclopedistas y liberales procedentes de Francia influyendo en los dirigentes independentistas. Otros de los problemas grandes eran los abusos por los espaoles, marginamiento de los criollos, adems exista una grande ignorancia. Hay que recordar el pensamiento de Bolvar a travs de la Historia. "Un hombre sin estudios un ser incompleto" El Libertador en La Carta de Jamaica vea la situacin muy difcil entre los lazos de Espaa y nuestra Patria. Su sentimiento exploto en la carta cuando se refiere a un pueblo que esta desolado, triste donde hay tantas bellezas no teniendo que envidiarla a nadie. "En cuanto la a la heroica y desdichada Venezuela, sus acontecimientos han sido tan rpidos, y sus devastaciones tales, que casi la han reducida a su absoluta indigencia y una soledad espantosa; no obstante que era uno de los mas bellos pases de cuantos hacan orgullo de Amrica. Sus tiranos gobiernan un desierto; y solo oprimen a triste restos que,

escapados de la muerte, alimentan una existencia: algunas mujeres, nios y ancianos son los quedan. Lo mas importantes de los hombres han perecido por no ser esclavos, y los que viven, combate con furor en los campos y en los pueblos internos, hasta expira arrojar al mar a los que, insaciables de sangre y de crmenes, rivalizan con lo primeros monstruos que hicieron desaparecer de la Amrica a su raza primitiva. Cerca de un milln de habitantes se contaba en Venezuela, sin exageracin, se puede asegurar que una cuarta parte ha sido sacrificada por la tierra; la espada, el hambre la peste y las peregrinaciones; excepto el terremoto todo resultado de la guerra. En La Carta de de Jamaica (1815) ya haba expuesto la idea de unir toda Sudamrica, de Chile hasta Mxico. Bolvar le preocupa su pueblo cuando hablaba de la masacre mediante la palabra exterminio que seg una octava poblacin. Profetizar sobre el tipo de gobierno era difcil, por las condiciones que estaba la patria un pueblo gobernar es una tarea ardua: "Toda idea de relativa al porvenir de este pas me aparece aventurada. Tomando en cuenta las condiciones que estaba la patria, la existencia poltica era nula. De acuerdo a este comentario la poltica debi manejarse con cuidado. Sobre todo se realizo nfasis sobre los invasores. La disertaron se hace enftica que a ese tiempo estaba en una situacin de servidumbre. "El pueblo es esclavo cuando el gobierno, por su esencia o por sus vicios, huella y usurpa los derechos del ciudadano o sbditos" La carta de Jamaica (1815) ya haba expuesto la idea de unir toda Sudamrica, desde Chile hasta Mxico era un ideal ms. La preocupacin de Bolvar era los conocimientos, que el pueblo este preparado para manejar un poder grande le preocupaba la anarqua y desear un buen gobierno. Prcticamente el destino de la patria que tanto hablaba Bolvar estaba en sus gobernantes. "Se erigi un gobierno democrtico, federal, declarando previamente los derechos del hombre, manteniendo el equilibrios de los poderes y estatuyendo leyes generales a favor de la libertad civil de imprenta y otras; finalmente se constituyo un gobierno independiente". Bolvar deseaba que Amrica sea la nacin ms grande del mundo por su libertad y gloria. "Yo deseo ms que otro alguno ver formar en Amrica la ms grande Nacin del mundo, menos por su extensin y riquezas que por su libertad y gloria, aunque aspiro a sea por el momento regido por una gran repblica como es imposible, no me atrevo a desearlo, y menos deseo una monarqua universal de Amrica porque este proyecto, sin ser til, es tambin imposible. Los abusos que actualmente existen no se reformaran y nuestra regeneracin seria infructuosa" Palabras de BOLVAR El gobierno debe ser paternal significa el padre que cuida a sus hijos. Los Estados americanos han de ser menester de los cuidados de gobiernos paternales que curen las llagas y las heridas del despotismo y la guerra

Un pueblo que paso por lo, difcil no era convenientes los reyes sino una repblica, el sistema federal lo consideraba demasiado elaborado. Un sueo:
y y y y y y y y y y

La Nueva Granada una unin con Venezuela Capital Maracaibo, o una nueva ciudad que, con el nombre de Las Casas, en honor de este hroe. Su gobierno imitacin del Ingles Ejecutivo electivo Cuando ms vitalicio y jams hereditario Si se quiere una Republica Una cmara, Senado legislativo hereditario, que en las tempestades polticas se interpongan entre las olas populares y los rayos de gobierno. Cuerpo legislativo de libre eleccin Pronostica los Tipos de Gobierno: Repblicas Federales y Centrales.

Bolvar no dejo sus mensajes, estudiar la tarea de gobernar que es muy difcil, porque una decisin, la responsabilidad esta su gobernantes y involucra el pueblo. Para ello se deba educar el pueblo instruirlo, una decisin se debe tomar el beneficio del pueblo. La Carta de Jamaica es un documento parte de la historia, nos permite observar las condiciones de la poca lo crudo que fue el proceso de pasar una etapa a otras.

LEY DE ABOLICIN DE LA ESCLAVITUD


"El Senado y Cmara de Representantes de la Repblica de Venezuela reunidos en Congreso DECRETAN: Artculo 1 Queda abolida para siempre la esclavitud en Venezuela. Art. 2 Cesa la obligacin legal de prestacin de servicios de los manumisos, quedando en pleno goce de su libertad y sometidos slo a la patria potestad o cualquiera otra dependencia de sus ascendientes como ingenuos. Art. 3 Se prohbe para siempre la introduccin de esclavos en el territorio de la Repblica; y los que sean introducidos contra esta prohibicin, bajo cualquier pretexto, entrarn por el mismo hecho inmediatamente en el goce de libertad. Art. 4 Los dueos de esclavos sern indemnizados del valor que stos tengan por la tarifa, o a juicio de facultativos en caso de enfermedad, con los fondos destinados o que se

destinen al efecto y en justa proporcin, recibindose en pago de contribuciones que por esta ley se establezcan, acreencias contra el fondo de indemnizacin. Art. 5 Se destinan para la indemnizacin de que habla el artculo anterior, las cantidades siguientes: 1, el 10 por ciento con que las rentas provinciales contribuyen al Tesoro pblico segn la Ley; 2, la suma a que monta el impuesto que se establece por tres aos de cinco reales sobre los alambiques de destilar aguardiente y sus compuestos, cobrndose dichos cinco reales por cada galn de cuatro y media botellas que mida el alambique; 3, la suma a que monta el impuesto que se establece por tres aos sobre los individuos que se expresarn, a saber: cinco pesos anuales los que tengan la renta requerida para elector, y diez pesos los que tengan la renta necesaria para ser Diputado provincial, Representante o Senador; 4, la suma a que ascienda el subsidio que se impone por tres aos a todos los ciudadanos que reciban del erario pblico o de las Rentas Municipales, sueldo, pensin o comisin cualquiera, de este modo: 2 por ciento de los que gocen hasta la suma de 800 pesos; 3 por ciento a los de 800 hasta 1.600; 5 por ciento a los de 1.600 hasta 3.000; y 10 por ciento de 3.000 en adelante; 59, los fondos recaudados y que han debido recaudarse del ramo de manumisin, conforme a la ley que ha regido hasta ahora; 6, la parte que corresponde a la nacin de los derechos de registro, luego que haya cesado el objeto para que fue destinada por el articulo 38 de la ley de la materia; 7, el 3 por ciento del total de los bienes de los que mueren dejando herederos colaterales; 8, el 20 por ciento del total de los bienes de los que mueren dejando herederos extraos; y 9, los bienes lquidos de los que mueren y no dejan herederos en grado en que por las leyes deben sucederles NICO. Los individuos que estn comprendidos en ms de un caso de los designados en este artculo, slo abonarn el impuesto mayor que corresponda, quedando libres del pago de toda contribucin aquellos individuos que hayan dado la libertad a sus esclavos desde el da 1 de febrero ltimo hasta la sancin de esta Ley. Art. 6 Para la recaudacin de estos impuestos y otros actos que se dirn, se organizarn Juntas superiores en los cantones capitales de provincia, compuestas del Gobernador que ser su Presidente, del Vicario o Cura prroco ms antiguo, del Procurador municipal y de dos vecinos nombrados por el Poder Ejecutivo; y Juntas subalternas en las cabeceras de los dems cantones, compuestas del Jefe poltico, que ser su Presidente, del Cura prroco, del Procurador Municipal y dos vecinos nombrados por la Junta Superior. NICO. Cada una de las Juntas nombrar un Tesorero que tenga las cualidades de Senador, honradez y probidad, y que d una fianza suficiente a juicio de la corporacin que le elige, para que sea el depositario de los fondos designados en esta Ley, que de ningn modo entrarn en las cajas nacionales, percibiendo el de la capital de la Repblica el 4 por ciento de la recaudacin y los de l os dems puntos el 10 por ciento Art. 7 Todos los dems destinos que se establecen para el cumplimiento de esta ley, se reputan cargas concejiles por tiempo determinado. Art. 8 Publicada que sea esta Ley, se establecern las Juntas a que se refiere el artculo 6 e inmediatamente procedern a formar un censo de todos los esclavos residentes en la provincia, con expresin de sus dueos, edad y valor. Art. 9 Para la fcil formacin de este censo, los que fueron dueos de esclavos y stos,

que quedan en el goce de su libertad, tendrn la obligacin de presentarse ante la Junta respectiva dentro del trmino perentorio de cuatro meses, corridos desde la publicacin de esta Ley en su respectivo vecindario acompaando los primeros los ttulos que justifiquen su anterior propiedad. Art. 10. La Juntas se reunirn cada tres meses a pasar un tanteo de los fondos ingresados, y examinar las cuentas de los respectivos tesoreros, cuyos resultados comunicarn las Juntas subalternas a la superior y sta al Poder Ejecutivo. Art. 11. Hecho el censo de cada Provincia, se remitir copia de l al Poder Ejecutivo para que se forme y publique el general que comprenda todos los esclavos existentes en la Repblica y quedan favorecidos por esta Ley, a fin de que llegando la noticia de todas las autoridades no tenga lugar la doble indemnizacin por un mismo esclavo en dos o ms lugares diferentes. Art. 12. En las reuniones de las Juntas, conforme al artculo 10, se distribuirn los fondos existentes entre los acreedores a prorrata. Art. 13. Los fraudes de cualquiera clase que se cometan en el manejo del fondo de indemnizacin destinado por el artculo 59, se castigarn con el reintegro de la cantidad defraudada desde uno hasta diez aos de presidio e inhabilitacin perpetua para obtener cargo alguno pblico; estas penas se aplicarn simultneamente. Art. 14. La contribucin y fondos a que se refiere el artculo 5 no podrn ser destinados por ninguna autoridad ni corporacin a un objeto distinto cualquiera que sea la porcin que se pretenda distraer y el fin que se le quiera dar. Art. 15. El Poder Ejecutivo reglamentar esta Ley y dispondr lo conveniente, a fin de que sea ejecutada y que no haya fraude o abuso alguno, llenando los vacos que en la prctica se observen; y dar cuenta anualmente al Congreso, de las cantidades recaudadas, su inversin nombre de los acreedores, cules han sido satisfechos y lo que se adeude por virtud de la abolicin de la esclavitud en Venezuela. Art. 16. Se derogan la Ley de 28 de abril de 1848 sobre manumisin y el decreto de 15 de mayo de 1852 que destina el 10 por ciento al pago de lo que las rentas nacionales adeudan a las provinciales Dada en Caracas, a 23 de marzo de 1854, ao 25 de la Ley y 44 de la Independencia. El Presidente del Senado, RAFAEL HENRQUEZ. -El Presidente de la Cmara de Representantes, J. A. FERNNDEZ.-El Secretario del Senado, J. A. Prez.- El Secretario de la Cmara de Representantes, J. Padilla. Caracas, 24 de marzo de 1851, ao 25 de la Ley y 44 de la Independencia.-Ejectese.-J. G. MONAGAS.-Por S. E.- El Secretario de Estado en los Despachos del Interior, Justicia y Relaciones Exteriores, Simn Planas." Entre, los objetivos inmediatos de la lucha en pro de la emancipacin nacional, se han de apreciar: la bsqueda de la autonoma poltica, la implantacin del libre comercio, la puesta en prctica de un gobierno republicano y constitucional y sobre todo la creacin de una nacin soberana que concordara con los intereses econmicos-sociales y polticos de los mantuanos, representantes de los terratenientes, amos de esclavos y comerciantes.

Para comprender a cabalidad el despertar independista de Venezuela, hay que tomar en cuenta, que tal hecho no se gest en el transcurso de 1810-1811, sino que fue producto de mltiples luchas y sacrificios, destacndose: el levantamiento dirigido por Jos Leonardo Chirino en Coro (1795), la accin revolucionaria de Manuel Gual y Jos Mara Espaa en la Guaira (1797). la insurreccin de Francisco Javier Pirela en Maracaibo (1799), las invasiones de Francisco de Miranda por Ocumare de la Costa y por la Vela de Coro en 1806 y la conspiracin de Caracas de 1808. La lucha en pro de la emancipacin nacional desencaden numerosos enfrentamientos blicos, los cuales se prolongaron por trece aos (1810-1823), convirtindose Venezuela a lo largo de toda su extensin geogrfica en un sangriento campo de batalla. Adems, tales conflictos blicos tuvieron un carcter de guerra civil y social. En el transcurso del primer semestre del ao 1812, la labor de los republicanos se ve truncada por la reaccin realista que para ese momento encabezan Monteverde y sus aliados tanto espaoles como criollos; quienes logran derrotar a los patriotas en Coro, en Guayana y en otras reas del pas. El terremoto del 12 de marzo fue utilizado por los realistas para hacer proselitismo a favor de su causa, lo mismo que el levantamiento de los esclavos de la regin de Barlovento. De ah, vemos que: "Se disuelve el Congreso que se haba trasladado a Valencia. Miranda asume la dictadura. Se disuelve el Ejecutivo. Bolvar pierde la plaza de Puerto Cabello. Miranda, de acuerdo con los patricios, capitula el 25 de julio en San Mateo, Monteverde entra en Caracas y viola la capitulacin". La Segunda Repblica (1813-1814), se establece durante los meses iniciales del ao de 1813, despus del triunfo de los patriotas dirigidos por Santiago Mario, Manuel Carlos Piar, Jos Francisco Bermdez y otros, en la regin del Oriente y sobre todo con la reconquista de los Andes y reas centrales del pas, llevada a cabo por Bolvar a travs de la Campaa Admirable, la cual se inicia en la Nueva Granada. " ... llega al Tchira el 12 de abril con 500 hombres y marcha sobre Caracas [ ... ] Mrida le da el ttulo de Libertador de la Patria (Junio). En Trujillo decreta la guerra a muerte, el 15 de Junio. Despus de las batallas de Niquitao, Los Horcones, Los Pegones o Taguanes, ocupa Caracas el 7 de agosto y asume el Gobierno Supremo [...] La Municipalidad de Caracas confiere a Bolvar el ttulo de Libertador de Venezuela (14 de octubre), y le nombra Capitn General de las Tropas ... " La "Proclama de la guerra a muerte, nos presenta a. Bolvar planteando la Justificacin de la lucha que los patriotas estaban realizando por la libertad e Independencia, sin desconocer su inters en sealar quienes eran los verdaderos enemigos de la patria: "espaoles y canarios", sin que omitamos que muchos criollos engrosaban las filas del ejrcito realista. "... La guerra a muerte inevitablemente incremento la tasa de mortalidad, y las prdidas aumentaron con la emigracin. La poblacin de Caracas descendi de alrededor de 32.000 habitantes en 1810 a 11.720 en 1815. La de la Provincia de Caracas disminuy desde 250.278 en 1810 a 201.922 en 1816. En toda Venezuela, el nmero de muertos desde 1810

a 1816 alcanz los 134.487. Entre 1810 y 1822 la poblacin total disminuy desde 898.043 a 767.100 [...] Mientras que la aristocracia colonial se redujo en nmero e importancia, las grandes haciendas pasaron a manos de una nueva oligarqua, los victoriosos caudillos de la guerra de independencia que adquirieron propiedades que en muchos casos haban sido asignadas a las tropas", La denominada Segunda Repblica, se ve amenazada y posteriormente destruida por las hordas realistas, que bajo el mando de Jos Toms Boves, Francisco Morales, Rosete y otros, se enfrentan en numerosas ocasiones al bando de los patriotas, dirigido este ltimo por Bolvar, Santiago Mario, Campo Ellas, Jos Flix Ribas, Juan Bautista Arismendi, Antonio Ricaurte, Rafael Urdaneta, Jos Francisco Bermudez, etc. En tal sentido, las fuerzas realistas en el transcurso del " terrible alo 1814", logran establecer su podero al derrotar al ejrcito republicano en los encuentros blicos que siguen: la 1ra. Batalla de la Puerta (3 de febrero), en donde Boves destruye a Campo Ellas; el triunfo de Rosete sobre Arismendi en Ocumare del Tuy (16 de marzo); la prdida del parque de San Mateo (25 de marzo); la victoria de los realistas en Aroa; en la 2da. Batalla de la Puerta (15 de junio); al ocupar Boves la ciudad de Valencia en donde sacrifica a miles de patriotas. Despus de la cada de la Segunda Repblica, especficamente hacia los aos de 1815 a 1818, el panorama de nuestra nacin entra en una nueva fase en su lucha contra la hegemona del Imperio Espaol, todo ello debido a la presencia en su territorio de un ejrcito venido directamente desde la Metrpoli (abril de 1815), el cual es dirigido por el general Pablo Morillo, quien como Jefe Expedicionario y Gobernador y Capitn General de Venezuela, logra entre otras cosas: internacionalizar el conflicto blico, derrotar transitoriamente a algunos grupos patriotas y ocasiona el destierro de varios de los mximos oficiales independentistas, tal como ocurre con Bolvar, quien se vio obligado a viajar a la Nueva Granada, luego a Jamaica y posteriormente a Hait; pas en donde obtiene la ayuda del Presidente Petin y en donde organiza la Expedicin de Los Cayos, la cual le permite desembarcar en la isla de Margarita en el mes de mayo de 1816. Acontecimiento que contribuye con el triunfo de los republicanos en la isla antes mencionada y en otras zonas del oriente de Venezuela. Observamos que la Venezuela de 1816, an arrastra consigo el problema de la esclavitud, pero dichos rgimen para el ao antes mencionado ha sufrido un conjunto de modificaciones ocasionadas por el impacto de la guerra de independencia y los cambios legislativos que ocurren durante ese perodo; tal como lo podemos apreciar, al tomar en consideracin que en 1810. la Junta Suprema de Gobierno, que se instala despus de los acontecimientos del 19 de Abril, prohbe el trfico y comercio de esclavos, pero, no plantea nada con relacin a la abolicin de la esclavitud. Posteriormente en el contexto de las luchas sociales que acontecen en la llamada Primera Repblica, el Generalsimo Francisco de Miranda, cuando ve amenazada la estabilidad del gobierno que l preside, decreta en 1812, la libertad de los esclavos siempre y cuando stos se incorporaran al Ejrcito Patriota. Tal medida, no logra consolidar los esfuerzos de los independentistas por destruir a las fuerzas espaolas que en poco tiempo frustran los dos primeros intentos de organizacin republicana. Adems, en el transcurso de la guerra muchos esclavos logran su libertad al

participar como soldados en los distintos bandos en conflictos y en otras circunstancias, cuando huyen de sus sitios de trabajo y se trasladan a las comunidades integradas por negros cimarrones, en las cuales consiguen tanto proteccin como alimentos. En 1816 el Libertador Simn Bolvar, inicia su campaa abolicionista, la cual estar acompaada desde el primer momento por la oposicin que le manifiestan los sectores oligrquicos y los terratenientes amos de esclavos, quienes actan desde el mismo seno del Ejrcito Patriota y de las instituciones gubernamentales. Entre los decretos ms importantes promulgados por Bolvar en pro de la abolicin de la esclavitud, encontramos los siguientes: los emitidos el 2 de junio y el 16 de julio de 1816, el primero en Carpano y el segundo en Ocumare de la Costa. En ambos decretos, la abolicin slo beneficiara a los esclavos que se Incorporaran al servicio militar. Posteriormente en 1819, en su discurso al Congreso de Angostura, plantea que la libertad absoluta de los esclavos es tan necesaria como su propia vida y la de la Repblica. La solicitud antes mencionada, no obtuvo el consenso mayoritario de los representantes y senadores y por tal motivo es rechazada. En el transcurso del ao de 1820, el Libertador por la va de un decreto (23 de octubre), decide la confiscacin de la hacienda "Ceiba Grande" y la liberacin de sus esclavos. En 1821 en el Congreso celebrado en la Villa del Rosario de Ccuta, nuevamente Bolvar suplica en pro de la abolicin de la esclavitud, pero el parlamento slo acepta promulgar la libertad de vientre a travs de la Ley de Manumisin, donde se contempla la libertad de los hijos de las esclavas nacidos a partir de tal fecha, aunque no gozaran de sus "derechos civiles" sino cuando cumplieran los 18 aos de edad. Encontramos que en el ao de 1821, despus de la Batalla de Carabobo, el Libertador le otorga la libertad a algunos de los esclavos que an posea en la Hacienda de San Mateo, situada en los Valles de Aragua. Pensamos que esa decisin es tomada en medio de la euforia que le ocasion a Bolvar su triunfo en el campo de Carabobo, sin omitir su inters en que otros propietarios repitieran dicha accin.: Advertimos que en la documentacin consultada, solamente hemos localizado los nombres de seis esclavos, quienes fueron favorecidos por la decisin antes mencionada. Al respecto veamos: Nombres de los esclavos localizacin Hacienda de Mara Jacinta Bolvar Mateo Jos de la Luz Bolvar Mara Bartola Bolvar Francisca Brbara Bolvar Hacienda Mateo Hacienda Mateo Hacienda Mateo de de de

San San San San

Juan de la Rosa Bolvar Nicolasa Bolvar

Hacienda Mateo Hacienda Mateo

de de

San San

La preocupacin del Libertador, por el problema de la esclavitud no culmina en 1821, ya que el 24 de marzo de 1824 redacta un decreto en el cual solicita "Proteccin a los esclavos para que escojan en libertad el dueo que les convenga" y el 28 de junio de 1827, emite otro decreto: "Dando eficacia a la Ley de Manumisin". Pensamos que el inters de Bolvar por el problema de la esclavitud, tambin lo refleja en su relacin con su antigua aya, pues, Jams olvid a Hiplita, en una carta que le enva a su hermana Mara Antonia, estando en la ciudad del Cuzco (Per) fechada el 10 de Julio de 1825, le recomienda " ... que le des todo lo que ella quiere; para que hagas por ella como si fuera tu madre, su leche ha alimentado mi vida y no he conocido ms padre que ella ..." Posteriormente, vemos que cuando Bolvar, hace su ultimo viaje a Venezuela en el ao de 1827, no desatiende a su antigua nodriza, le escribe de nuevo a su hermana Mara Antonia, el da 2 de junio del ao antes mencionado, sealndoles que " ... Del dinero que queda en tu poder procedente de la letra, tendrs la bondad de dar a,.Hiplita cuarenta pesos. Yo te la recomiendo.... En la Constitucin de la Republica de Bolivia, aprobada en el ao de 1826, el Libertador incluy en el artculo 10, Ordinal 5, su idea en pro de la abolicin de la esclavitud en dicho pas, la cual fue expuesta de la siguiente manera : "Todos los que hasta el da han sido esclavos, y por lo mismo quedarn, de hecho, libres en el acto de publicarse esta Constitucin. Por una ley especial se determinar la indemnizacin que se debe hacer a sus antiguo dueos" . En el lapso comprendido entre 1828 y 1830.Bolvar mantuvo una conducta de indiferencia con respecto a la suerte de la poblacin sometida a esclavitud y pensamos que en ella debi Incidir su temor a la llamada "guerra de razas" o "de colores" * tal como se haba desarrollado en Hait y en otras islas antillanas. Durante el primer gobierno del General Jos Antonio Pez, la Constituyente de Valencia, promulga el 2 de octubre, la Ley de Manumisin conocida como la de 1830, la cual modifica la aprobada en 1821 por el Congreso de Ccuta y deroga todos los decretos y dems disposiciones que sobre la materia haban sido formulados por la Repblica de Colombia. Esta nueva Ley, est integrada por 25 artculos y se elabor en base a un proyecto introducido por los diputados: Francisco Javier Yanez, J.M. de los Ros, Matas Lovera, Jos Mara Vargas, Miguel Pea y Bartolome Balza. . En dicha Ley, observamos cinco aspectos fundamentales: 1. 2. Se prolonga la edad para lograr la manumisin, ya que seala que los hijos de esclavas podrn gozar de su libertad slo cuando cumplan los veintin aos; 3. Los padres o los hermanos legtimos, siempre y cuando sean libres, pueden si cancelan los gastos ocasionados por alimentos y crianza "... sacar al nio Joven

del poder del amo de la madre, y este acto le pone en posesin de todos los derechos civiles"; 4. Se prohbe la venta de esclavos tanto para Provincias distintas a las de su residencia como fuera del territorio de Venezuela; 5. Los fondos econmicos necesarios para fomentar la manumisin deban provenir principalmente de impuestos asignados a las personas que al morir dejaran bienes y si la suma obtenida era insuficiente el Tesoro Pblico suministrara sus respectivos aportes y 6. En la capital de las distintas Provincias debe existir una Junta Superior de Manumisin e igualmente en cada "cabeza de cantn", habr una Junta Subalterna, las cuales tienen por misin, supervisar y controlar el proceso de manumisin. La Ley de Manumisin de 1830, responde a los Intereses del bloque de clases dominantes: latifundistas y comerciantes, quienes detentan el poder poltico al servicio de sus privilegios y desean con dicha Ley, Continuar explotando a los grupos sociales sometidos a esclavitud, ya que prolongan la edad para que el manumiso pueda ser libre, ofrecen slo un reducido aporte econmico al fondo de manumisin y a pesar de establecer la libertad de vientre en el Artculo 5, se destaca que el nio o joven que se encuentre bajo el control del dueo de la madre, ser avaluado por " ... la mitad del valor que tendra por la tarifa siendo esclavo" Con la promulgacin de la Ley de Manumisin de 1830, segn la acertada opinin de R.A. Rondn Mrquez. " ... se nota ya la influencia de muchos propietarios, algunos enemigos de la Independencia, que estaban regresando al Pas, y de los mismos propietarios que ahora se aprovechaban de los beneficios de la paz para remachar sus derechos privilegiados" Observamos, que el inters de Bolvar por abolir en forma definitiva la esclavitud, no lleg a consolidarse, ya que distintas fuerzas de carcter poltico y econmico obstaculizan tal proceso. Sin olvidar que en la mayora de nuestros prceres estuvo presente el temor a la llamada "guerra de razas", tal como ocurri en Hait y en otras islas antillanas, como lo sealamos en prrafos anteriores."

A LOS PUEBLOS DE COLOMBIA


Colombianos: Habis presenciado mis esfuerzos para plantear la libertad donde reinaba antes la tirana. He trabajado con desinters, abandonando mi fortuna y aun mi tranquilidad. Me separ del mando cuando me persuad que desconfibais de mi desprendimiento. Mis enemigos abusaron de vuestra credulidad y hollaron lo que me es ms sagrado, mi reputacin y mi amor a la libertad. He sido vctima de mis perseguidores, que me han conducido a las puertas del sepulcro. Yo los perdono.

Al desaparecer de en medio de vosotros, mi cario me dice que debo hacer la manifestacin de mis ltimos deseos. No aspiro a otra gloria que a la consolidacin de Colombia. Todos debis trabajar por el bien inestimable de la Unin: los pueblos obedeciendo al actual gobierno para libertarse de la anarqua; los ministros del santuario dirigiendo sus oraciones al cielo; y los militares empleando su espada en defender las garantas sociales. Colombianos! Mis ltimos votos son por la felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la Unin, yo bajar tranquilo al sepulcro. Hacienda de San Pedro, en Santa Marta, a 10 de diciembre de 1830. 20. Simn Bolvar

También podría gustarte