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02 - La Autorregulación de La Docencia

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La autorregulación de la

docencia: un
acercamiento cualitativo
a elementos
significativos de la
práctica docente en la
BENV “Enrique C.
Autorregulación-Docencia Rébsamen”
Práctica Docente Virginia Aguilar Davis*
Autorregulación-Docencia Alfonso Cruz Morales+
Alejandro Asvin Arrington Báez=
Práctica Docente
BENV “Enrique C. Rebsamen”

* Licenciada en Educación Media en el área de


Ciencias Sociales y en Educación Preescolar, Maestra
en investigación en Psicología aplicada a la Educación,
Doctora en Educación y Doctora en Formación del
profesorado en la didáctica y Evaluación de
Instituciones Educativas. Actualmente es docente e
investigadora en nivel superior, y coordinadora de la
Línea de generación y aplicación del conocimiento
“Evaluación Educativa y procesos de Autorregulación
en la docencia y el aprendizaje” correo electrónico:
vaguilard@hotmail.com

+ Licenciado en Educación Primaria, Licenciado en


Pedagogía, Especialista en Investigación Educativa,
Maestro en educación básica. Actualmente es docente
de la BENV “Enrique C. Rébsamen”.

= Licenciado en lengua inglesa, y maestro en


Educación por la Universidad de Georgia. Actualmente
docente de tiempo completo en la BENV “Enrique C.
Rébsamen”.

5
SUMARIO: 1. Resumen/Abstract; 2. Introducción; 3. Desarrollo; 3.1 La
autorregulación: breve recorrido teórico; 3.2. Método; 3.3. Resultados;
3.3.1. Respuestas generales; 3.3.2. Análisis de resultados obtenidos a
partir del modelo de auto regulación aplicado; 4. Comentarios finales;
5. Fuentes de consulta.

1. RESUMEN

El aprendizaje autorregulado, emerge como un tema impostergable en la agenda educativa


actual, sin embargo, este artículo, aborda uno de los temas menos investigados en este
campo: la autorregulación de la docencia. En el presente texto, se hace énfasis en la
necesidad de analizar la autorregulación docente, específicamente entre quienes se
orientan a la formación inicial de futuros licenciados en educación básica. La investigación,
de enfoque cualitativo y alcance descriptivo, tuvo como propósito principal analizar el objeto
de estudio, con base en las fases y áreas que lo conforman, en las licenciaturas de
educación preescolar y primaria de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana. Los
hallazgos, obtenidos a partir de una entrevista realizada a nueve docentes voluntarios,
permiten confirmar la utilidad del modelo empleado para este análisis, además de reiterar
que la autorregulación no puede ser considerada en términos absolutos, sino como un
proceso humano en construcción y adaptación permanentes.

PALABRAS CLAVES: Autorregulación, Aprendizaje, Docencia, Educación Superior,


Cognición, Motivación, Comportamiento, Contexto, Autoevaluación.

ABSTRACT

Self-regulated learning emerges as a theme that cannot be postponed in the current


educative agenda; this article, however, addresses one of least investigated subjects in this
field: the self-regulation of teaching. In the following text, emphasis is made on the need of
analyzing the self-regulation of teaching, specifically among those who orient themselves to
the initial training of future graduates on the Bachelor of Basic Education. The qualitative
approach and descriptive range research had as a main purpose to analyze the study object
based on the phases and areas that constitute it on the Preschool and Elementary Education
Bachelor’s Degrees of the Benemerita Escuela Normal Veracruzana. The findings, obtained
from an interview conducted to nine volunteer teachers, allow confirming the usefulness of
the model used for this analysis, as well as to reiterate that self-regulation cannot be
considered on absolute terms, but as a human process that is under permanent construction
and adaptation.

KEYWORDS: Self-regulation, Learning, Teaching, Higher Education, Cognition, Motivation,


Behavior, Context, Self-assessment.

5
2. INTRODUCCIÓN

Recientemente, el tema de la autorregulación es incluido con mayor frecuencia en la


literatura referida a diversos campos de la actividad profesional. Así encontramos, por
ejemplo, que este término se emplea en textos de gestión, comunicación, derecho,
psicología y, por supuesto, del ámbito educativo, donde su aplicación y estudio se han
orientado principalmente hacia los procesos de aprendizaje. Sin embargo, subrayando el
relevante papel que seguimos desempeñando los docentes como promotores del
aprendizaje, con todas las competencias y retos que ello implica en la sociedad actual, es
fácil advertir que escasamente se atiende a la autorregulación de la docencia.

En este sentido, innumerables autores han puesto en evidencia los retos de la función
docente, a través de una extensa bibliografía al respecto. Entre ellos resulta ampliamente
conocido el trabajo de Philippe Perrenaud, quien desde 2004 define diez competencias que
en su criterio debemos tener los docentes, actualmente, para enseñar; a saber: organizar y
animar situaciones de aprendizaje, gestionar la progresión de los aprendizajes, elaborar y
hacer evolucionar dispositivos de diferenciación, implicar a los alumnos en sus aprendizajes
y su trabajo, utilizar las nuevas tecnologías, trabajar en equipo, participar en la gestión de
la escuela, informar e implicar a los padres, afrontar los deberes y los dilemas éticos de la
profesión y, finalmente, organizar la propia formación continua (Perrenaud, 2004). De cada
una de estas competencias, se desprenden a su vez, otras específicas, que describen de
manera fehaciente los requerimientos para poder educar en el siglo XXI.

Lo anterior implica que no solamente los alumnos precisan de estrategias que les permitan
autorregular su aprendizaje, sino que también el docente requiere el desarrollo de
habilidades que le permitan autorregular su formación y quehacer profesional.

Ahora bien, tomando en cuenta que un profesor de educación superior, implicado


específicamente en la formación inicial de futuros docentes en educación básica, pretende
desarrollar en sus alumnos habilidades para la docencia, es deseable que él mismo las
haya desarrollado en su propia acción didáctica; sobre todo considerando que su labor, se
verá reflejada indirectamente, en los alumnos atendidos por sus egresados.

Con esta base, la presente investigación centra su atención en docentes de las licenciaturas
en educación preescolar y primaria, que cursan el plan de estudios 2012, en la Benemérita
Escuela Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen”, tratando de responder a los
cuestionamientos siguientes: ¿Cómo perciben y regulan los docentes su propia cognición,
emociones y motivaciones, comportamientos y contexto, antes, durante y después de una
intervención educativa? ¿Cómo definen y describen su propia práctica? ¿Qué fases y áreas
de la autorregulación se ven reflejadas en la práctica docente? Al mismo tiempo, uno de los
principales propósitos de la misma, fue analizar los procesos de autorregulación de la
docencia en las licenciaturas e institución ya mencionadas, teniendo como referente un

6
modelo desarrollado propiamente para la investigación, basado a su vez en el modelo del
aprendizaje autorregulado de Paul R. Pintrich (2000; citado en Torrano y González, 2004:
5).

El propósito de este artículo, es presentar un análisis de los resultados obtenidos a partir


de entrevistas realizadas a nueve docentes de la institución ya mencionada (cinco de la
licenciatura en educación preescolar y cuatro de la licenciatura de educación primaria), en
la idea de tener un primer acercamiento por parte de los autores, a los procesos
autorreguladores de la docencia. Cabe mencionar que, los datos tanto cuantitativos como
cualitativos obtenidos en esta investigación, fueron publicados con mayor detalle en el tomo
II del libro “Avances de investigación en la mejora de la educación en la formación de
docentes”, en donde Aguilar, Cruz, Arrington y Hernández (2014) exponen con mayor
detalle los resultados, por lo cual, en el afán de no duplicar información, se presenta aquí
solamente el análisis reflexivo y sintético de los mismos, en tanto que el lector interesado
en conocer mayores detalles al respecto, puede remitirse a la fuente mencionada.

Así, el desarrollo de este texto, inicia con algunos referentes teóricos útiles como base para
el estudio de la autorregulación del aprendizaje, información que posteriormente será
aplicada a la docencia; posteriormente, se menciona la metodología empleada para esta
fase de la investigación (diagnóstico), seguida de la síntesis comentada de los resultados;
finalmente, como último apartado, se incluyen algunas conclusiones derivadas de este
análisis, que además de resaltar puntos importantes para los autores del presente,
pretenden incitar a los interesados, a investigar y profundizar en este naciente tema.

3. DESARROLLO

3.1 La autorregulación: breve recorrido teórico

Son los trabajos de Albert Bandura -psicólogo canadiense cuya primera orientación teórica
fue conductual- aquellos considerados como principales antecedentes de la
autorregulación, denominada por él mismo en un principio, como autocontrol. Así Bandura,
desde el enfoque socio-cognitivo, destacó la importancia de las influencias sociales en el
comportamiento y sostuvo que la gente adquiere conocimientos, reglas, habilidades,
estrategias, creencias y emociones observando a otros (Pintrich y Schunk, 2006). En tal
sentido, teniendo como antecedentes la Teoría de la imitación y la Teoría del aprendizaje
social, Bandura consideraba inicialmente que la autorregulación era resultado de la
socialización.

Más tarde, Zimmerman define la autorregulación como el “proceso por el que los
estudiantes activan y sostienen cogniciones, comportamientos y afectos que se orientan
sistemáticamente hacia la consecución de sus metas” (Zimmerman, 1989; citado en Pintrich
y Schunk, 2006, p. 170). Así, continuando con la perspectiva sociocognitiva, se entiende a
la autorregulación como un proceso autodirectivo mediante el cual los estudiantes
transforman sus habilidades mentales en actividades y destrezas necesarias para funcionar

7
en diversas áreas. De acuerdo con este enfoque, el aprendizaje autorregulado es una
actividad que los estudiantes realizan para sí mismos de un modo proactivo más que como
un acontecimiento pasivo, que ocurriría cuando reaccionan a las experiencias de
enseñanza (Zimmerman, Kitsantas y Campillo, 2005).

Por otra parte, la teoría sociocognitiva sostiene que la autorregulación es un proceso cíclico,
dado que los factores que la determinan (personales, comportamentales y ambientales)
cambian normalmente durante el aprendizaje lo cual conduce a cambios en las estrategias,
la cognición, el afecto y el comportamiento de la persona (Pintrich y Schunk, 2006).

Esta naturaleza cíclica queda reflejada generalmente en los modelos de autorregulación


existentes, por ejemplo el de tres fases propuesto por Zimmerman en 1998, en donde “la
fase previa precede a la ejecución y se refiere a los procesos que preparan el escenario de
la acción. La fase de control de la ejecución conlleva procesos que ocurren durante el
aprendizaje y afectan a la atención y a la acción. Durante la fase de autorreflexión, que
tiene lugar después de la ejecución, las personas responden a sus esfuerzos” (Pintrich y
Schunk, 2006, p. 173).

Por otra parte, el cuerpo de trabajos empíricos de Pintrich construyó puentes clave que
permitieron unir los aspectos cognitivos y motivacionales del aprendizaje autorregulado
(Winnie, 2004). Con esta base, Pintrich propuso un Modelo que permite clasificar y analizar
los distintos procesos que, según la literatura científica, están implicados en el aprendizaje
autorregulado (Torrano y González, 2004). En este modelo, los procesos autorreguladores
se organizan en cuatro fases: a) Preparación/Planificación/Activación, b) Auto-observación,
c) Control/Regulación y d) Evaluación. Al mismo tiempo, estas fases se enmarcan dentro
de cuatro áreas: la cognitiva, la motivacional-afectiva, la comportamental y la contextual. A
continuación se muestran las fases y áreas mencionadas:

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Tabla 1. Fases, áreas y procesos implicados en el aprendizaje autorregulado

MOTIVACIÓN / COMPORTA-
FASES COGNICIÓN CONTEXTO
AFECTO MIENTO

Establecimiento Adopción de Planificación


de metas metas del tiempo y
del esfuerzo Percepción de
la tarea
1.PREPARACIÓ/
PLANIFICACIÓN/ Activación del Juicios de
ACTIVACIÓN conocimiento autoeficacia
previo Percepción
del contexto

Activación de las
Activación del creencias sobre el
conocimiento valor de la tarea
meta-cognitivo

Activación del
interés personal

Afectos
(emociones)

Conciencia y Conciencia y
auto- auto-
2.AUTO- Conciencia y Conciencia y auto observación observación
OBSERVACIÓN auto- observación de la del esfuerzo, de las
(Self-monitoring) observación de motivación y del del empleo del condiciones
la cognición afecto tiempo y de la de la tarea y
necesidad de del contexto
ayuda

Incremento/dis Cambios en
minución del los
3.CONTROL– Uso de Uso de estrategias esfuerzo requerimiento
REGULACIÓN estrategias de control de la s de la tarea y
cognitivas y motivación y del en las
meta-cognitivas afecto condiciones
Persistencia
del contexto

Búsqueda de
ayuda

9
Juicios Reacciones Elección del Evaluación de
cognitivos afectivas comportamient la tarea y del
4.EVALUACIÓN o contexto

Atribuciones Atribuciones

(Tomado de Pintrich, 2000; citado en Torrano y González, 2004, p. 5)

Cabe mencionar que, coincidiendo totalmente con Torrano y González (2004) cuando
afirman la dificultad de observar empíricamente por separado las fases de auto-observación
y control, se decidió en esta investigación, analizar la autorregulación de la práctica docente
uniendo ambas fases en una sola, quedando conformada la autorregulación por tres fases
y cuatro áreas.

Ahora bien, relacionando lo expuesto anteriormente, con el quehacer docente, cabe citar a
Pérez (2012), cuando afirma que “educar significa fomentar desde adentro, ayudar a
construir y desplegar las propias potencialidades, los talentos singulares de cada cual” (p.
212). En este sentido, es posible afirmar también que los docentes encargados de esta
labor deben, idealmente, haber desarrollado en sí mismos estas cualidades.

Por ello, surge la inquietud de explorar los procesos de autorregulación desarrollados por
los docentes, tomando como base el Modelo de Paul Pintrich ya citado, pero orientado en
esta ocasión a la práctica profesional. Cabe mencionar que esta propuesta también está
fundamentada pedagógicamente, desde el marco de la docencia reflexiva, ampliamente
desarrollado por Donald Schön (1998), entre otros.

Desde esta perspectiva, la práctica profesional reflexiva, permite al docente la construcción


de conocimientos a través de la solución de problemas que se encuentran en la práctica;
esto conlleva a la construcción de un tipo de conocimiento desde las acciones, para tomar,
en lo sucesivo, decisiones mediante la utilización de estrategias y metodologías para
innovar (Cassís, 2011).

A continuación se mencionan algunos elementos del modelo de autorregulación de la


docencia, construido para esta investigación, separado en tres bloques correspondientes a
cada una de las fases de la autorregulación. Para ser sintéticos, se incluyen solamente
algunos elementos referidos a las áreas presentes en el modelo de Pintrich: cognición,
emoción/afecto, comportamiento y contexto.

Fase: Preparación/Planificación/Activación

Esta fase implica la reflexión previa a la acción, de modo que se activen mecanismos
cognitivos, emocionales, comportamentales y contextuales, que conjugados posibiliten la

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planificación de la intervención1 futura. Aquí el docente se prepara generalmente en función
de su materia: alumnos y contexto, imaginando el escenario en el cual habrá de ejercer su
función frente a grupo.

Al explorar esta fase de la autorregulación, cabría preguntarnos como docentes ¿Qué


conocimientos y experiencia previas poseo, sobre el tema que voy a abordar?, ¿Cuáles son
las capacidades cognitivas personales, tales como memoria, retención, comprensión,
reflexión, expresión verbal o escrita, que habré de requerir para desempeñar con éxito mi
futura intervención?, ¿Me considero capaz de promover el aprendizaje y las competencias
requeridas en este grupo de alumnos?, ¿Cuál es mi principal fuente de motivación para
trabajar con este grupo en específico?, ¿Qué conocimientos y habilidades necesito para
enfrentar las dificultades que pudieran presentarse durante mi intervención docente?, entre
otras.

Fase: Autoobservación y Control/Regulación

En esta fase, se incluyen elementos que permiten centrar la atención en la toma de


conciencia por parte del docente, del estado de su cognición, motivación, afecto, uso del
tiempo y esfuerzo, así como de las condiciones de la tarea y del contexto, justo en el
momento en que la realiza. Esta fase abarca los procesos que los docentes ponen en
marcha para ser conscientes de su patrón motivacional y de su propio comportamiento, así
como de las acciones que realizan y del contexto del aula.

Por otra parte, entendemos por regulación el hecho de ajustar o poner en orden algo,
reglando su funcionamiento dentro de un determinado ámbito mediante el acatamiento de
una serie de pautas o reglas, ya establecidas, de orden y control. En este sentido, la
estrategia de regulación consiste en la introducción de cambios motivados en el plan
original de trabajo.

A pesar de que la regulación hace referencia, generalmente, a la influencia de un agente


externo al que aprende, en este caso forma parte de la autorregulación como un importante
mecanismo de control ejercido por el propio sujeto, en el momento justo de realización de
la tarea, donde es consciente de las dificultades y facilidades enfrentadas, así como de los
mecanismos cognitivos, emocionales, conductuales y contextuales que necesita modificar
o controlar, a fin de tener éxito en la realización de la actividad académica y, principalmente,
en el logro de los propósitos planteados (Aguilar y Cano, 2013).

Como acciones concretas en esta fase, se encuentran, por ejemplo, la conciencia y el


control de las emociones, motivaciones y afectos experimentados a lo largo de la realización
de la tarea, así como de las conductas que se están ejecutando, pudiendo, en ese mismo

1 Cundo aludimos a la intervención docente, nos referimos a aquel lapso o episodio de tiempo en
que el docente trabaja con su grupo de alumnos para fines educativos o didácticos. Algunos
sinónimos de este episodio son: trabajo frente a grupos, dar o impartir la clase, entre otros.

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momento, tomar las decisiones necesarias a fin de reorientar cuando sea necesario, la
actividad desempeñada.

Fase: Evaluación de resultados/Reflexión

La última fase o escala, referida a la reflexión o evaluación, abarca los juicios y las
valoraciones que en este caso los docentes realizan acerca de su intervención,
comparándola con los criterios previamente establecidos por ellos mismo o por las
autoridades. En este punto, también se incluyen las atribuciones que realizan sobre las
causas de sus éxitos o fracasos, las reacciones afectivas que experimentan ante los
resultados, la elección del comportamiento que se llevará a cabo en el futuro, así como las
evaluaciones generales sobre la ejecución de la actividad académica y el ambiente general
de la clase (Torrano y González, 2004).

El punto central de esta fase está en la etapa que sigue a la intervención docente y en la
consecuente obtención de resultados ―específicamente, cuando tratamos de explicarlos.
Al respecto, la Teoría de las atribuciones causales “analiza los tipos de causas a las que
las personas atribuyen los resultados de su conducta, ya sea del éxito, ya del fracaso. Las
atribuciones dan cuenta de las representaciones que se hacen los sujetos respecto del
esfuerzo emprendido y del resultado alcanzado en una tarea, estableciendo una relación
causal entre ambos” (Weiner, 1992, citado por Lanz, 2006, pág. 15).

En esta fase de la autorregulación, cabrían por ejemplo, los cuestionamientos siguientes:


¿En qué grado mis habilidades cognitivas para aprender, percibir, comprender, recordar,
razonar, etc., facilitaron el éxito en la intervención docente?; ¿En qué medida mis formas
de seleccionar, organizar, sintetizar, comparar, comprender y ejemplificar fueron
adecuadas?; ¿Qué estrategias cognitivas necesito desarrollar o reforzar en el futuro, a fin
de mejorar mi intervención docente?; ¿Fui capaz de mantener o modificar correctamente
mis emociones, motivación y actitudes durante la intervención docente?; ¿Existe
correspondencia entre el esfuerzo que realicé como docente y los resultados obtenidos?;
¿Qué factores relacionados con la materia, los alumnos o el contexto, fueron determinantes
en el éxito o fracaso de mi intervención?; entre otras.

3.2. Método

En este artículo se presenta el fragmento cualitativo de una investigación más amplia,


desarrollada en la misma institución. Participaron, en esta etapa, 9 docentes de las
licenciaturas ya referidas, quienes voluntariamente, accedieron a ser entrevistados.

El tipo de investigación fue aplicada, con alcance descriptivo y enfoque cualitativo. La


técnica de recolección de datos fue la entrevista semi-estructurada y el instrumento fue una
guía de entrevista que consta de 33 preguntas, elaborada con base en una exhaustiva

12
operacionalización de la variable autorregulación, validada por dos expertos en el tema y
piloteada de manera previa a su aplicación definitiva.

Para interpretar los datos obtenidos de la entrevista, fue utilizado el programa de análisis
de datos cualitativos MAXQDA (versión 2012) mismo que organizó las respuestas de los
entrevistados a través de resúmenes, esquemas y gráficas a partir de las dimensiones y
sub dimensiones asignadas por el equipo investigador. Posteriormente los resultados se
concentraron en tablas estructuradas con base en el modelo utilizado, e interpretadas a la
luz de la teoría brevemente referida.

3.3. Resultados

Para la presentación de los resultados, este documento se ha estructurado en dos


apartados: en el primero, se analizan y sintetizan las coincidencias y diferencias de las
respuestas de los entrevistados ante las siguientes preguntas generales: ¿cuál es su
concepto de docencia?, ¿cómo describiría su forma de ejercer la docencia? y ¿se considera
apto para la docencia?; posteriormente y como segundo apartado, se presenta una
descripción explícita y sintética de las respuestas que ofrecen los docentes con relación a
las fases, áreas, dimensiones y sub dimensiones del modelo elaborado para esta
investigación, el cual se basa a su vez, en el modelo ya citado de Pintrich.

3.3.1 Respuestas generales

Reflexionar sobre la práctica docente, significa pensar en las acciones didácticas que se
dan en los ambientes de aprendizaje. El docente como protagonista principal del cambio
educativo, debe pensar en sus alumnos, en el proceso de enseñanza, y en los
conocimientos, que lejos de acumularse, deben transformarse en aprendizajes
significativos; desde este referente, conocer el concepto de docencia de los sujetos
entrevistados, sus rasgos y características, fue importante para los fines de la presente
investigación.

Así, al preguntar concretamente ¿cuál es su concepto de docencia? Encontramos que seis


docentes se refieren a la docencia como una actividad o acto trascendente, útil, complejo,
importante y agradable; mientras dos entrevistados, conciben a la docencia como un
proceso, con los atributos ya mencionados. También en dos respuestas, fue posible advertir
un concepto de docencia referido a la transmisión de conocimientos de manera
unidireccional, sin hacer referencia a actitudes, habilidades o competencias.

Al respecto citamos las palabras de uno de ellos: “Es aportar a los alumnos aquellos
conocimientos que yo tengo”. En contraste, otro docente afirma “Es un proceso bidireccional
en el cual se favorecen los aprendizajes en los alumnos…la mejor oportunidad para poder
desarrollarme personal y profesionalmente”. Con esta última expresión, es posible advertir
cómo algunos docentes amplían el concepto de docencia como algo trascendental,

13
concibiéndolo como un proceso bidireccional compartido, que ofrece la oportunidad de
crecimiento como seres humano.

A partir de estas expresiones, podemos inferir que los docentes adjudican diferentes
significados a la docencia, lo cual refleja a su vez diferentes concepciones
psicopedagógicas subyacentes. Al respecto, Schön (2010) expresa que algunas
profesiones deben entenderse como una actividad reflexiva y artística en la que, en todo
caso, se incluyen algunas aplicaciones técnicas. Por este motivo Schön propone la
búsqueda de una nueva epistemología de la práctica implícita en los procesos intuitivos y
artísticos que algunos profesionales llevan a cabo en las situaciones de incertidumbre,
inestabilidad, singularidad y conflicto de valores.

Teniendo como referente esta perspectiva, podemos decir que no existe un concepto único
e inequívoco de la docencia, sin embargo, si es posible advertir que las opiniones de los
entrevistados, reflejan concepciones tanto orientadas levemente a la transmisión del
conocimiento, como relacionadas –por ejemplo- con la docencia reflexiva.

Ante la pregunta ¿Cómo describiría su forma de ejercer la docencia? Encontramos como


respuesta coincidente que la experiencia, la preparación y la planeación son la base para
un ejercicio docente profesional; solamente difiere la forma de expresarlo, por ejemplo, un
docente cuenta con un método ecléctico, holístico, parte del conocimiento de sus alumnos
y sus capacidades, tiene presente el dominio que deben de adquirir y parte de la resolución
de problemas como un enfoque innovador. Por otra parte, leer, investigar, compartir entre
pares, planear, dar seguimiento; son algunas características que muestran seis docentes
al ejercer su docencia y uno de ellos, revela que la satisfacción de poder trabajar en la
docencia, es apasionante.

Los entrevistados, también hacen referencia al conocimiento de los alumnos, del programa,
los contenidos y los tiempos, así como al trabajo reflexivo plasmado en la planeación, su
desarrollo y evaluación, siendo estos algunos de los pasos que siguen los docentes
entrevistados para ejercer la docencia.

Lo anterior, incita a pensar que los docentes muestran rasgos fundamentales para
autorregular su labor, apreciación que podrá ser corroborada con los datos que se
presentan más adelante. Sin embargo, pareciera que se requiere aún más, pensar sobre el
propio pensamiento, esto es, tomarlo como objeto de reflexión. Los nueve docentes dentro
de sus cursos, cumplen un rol fundamental en el aprender a pensar y esto se ve reflejado
en su propio ejercicio profesional.

La experiencia docente de los entrevistados, dio la pauta para preguntar ¿se considera apto
para la docencia?, la respuesta de los nueve entrevistados fue afirmativa, pero al
argumentar las razones, se encontraron diversas expresiones: “Es una actitud profesional”,
“Está en función de las evaluaciones externas”, tres docentes manifiestan que es un “gusto”,
otros dicen que es un proceso de reflexión. Así, resulta indiscutible que los entrevistados si
se consideran aptos para ejercer la labor docente, independientemente de su preparación

14
profesional y años de experiencia, sin embargo, no quedan claros los argumentos por los
cuales se da esta afirmación.

3.3.2 Análisis de resultados obtenidos a partir del modelo de autorregulación


aplicado

Antes de dar inicio a la presentación de este análisis, se considera conveniente realizar las
aclaraciones siguientes:

a) Generalmente se hace referencia al número de sujetos entrevistados (nueve) y las


respuestas coinciden con este número, sin embargo, en algunos casos, se habla de
número de datos o número de respuestas emitidas por los sujetos, lo cual significa
que la suma de estos puede ser diferente a nueve.
b) Los datos fueron clasificados y analizados, en tres niveles: fortalezas, debilidades y
vacíos. Las fortalezas, se refieren a aquellos datos en donde todos o la mayoría de
los sujetos coinciden, y en donde, con esta base, pudiera considerarse que los
docentes manifiestan de manera casi homogénea, ciertos rasgos de la
autorregulación. Como debilidades, fueron considerados aquellos datos no
coincidentes o incluso, escasos, pudiendo inferir que algunos docentes manifiestan
los rasgos deseables de la autorregulación, mientras que otros no, o lo hacen de
diferente manera. Como vacíos, se hace referencia a aquello que los docentes no
mencionaron, lo cual conlleva a la ausencia de datos en algunas dimensiones o sub
dimensiones de la autorregulación; de ninguna manera esto significa dar por hecho
que los docentes carecen de estos rasgos, simplemente que no hablaron sobre ello.
Esta distribución fue la que orientó la redacción del análisis por fases y áreas, por lo
que el lector, podrá advertir esta secuencia en cada uno de los apartados.
c) Atendiendo a la confidencialidad de los datos, aunque entre los entrevistados hay
sujetos tanto del género femenino como masculino, se hace referencia a todos ellos
en términos masculinos. Esto también simplifica la redacción, puesto que, con base
en la igualdad de género, habría que mencionar tanto a los sujetos femeninos, como
a los masculinos con la misma frecuencia.
d) Finalmente, cabe mencionar que fueron anotadas en letras cursivas, tanto las
dimensiones como las sub dimensiones relacionadas con el modelo utilizado. Este
modelo podrá ser consultado a detalle próximamente, puesto que se encuentra en
proceso de publicación.

Una vez mencionado lo anterior, a continuación se comentan los principales hallazgos en


términos cualitativos, de la etapa diagnóstica correspondiente a esta investigación.

1) Fase de preparación / planificación / activación

a. Cognición

15
Esta área y fase está conformada por cinco dimensiones, a saber: activación del
conocimiento previo, activación del conocimiento meta-cognitivo, apropiación y
establecimiento de objetivos, y finalmente, establecimiento de metas cognitivas.

Al respecto, entre las fortalezas encontradas a partir de las respuestas de los entrevistados,
se identifica a la dimensión de activación del conocimiento previo, puesto que todos los
sujetos afirman identificar los conocimientos y experiencias previas sobre el tema que van
a abordar.

Sin embargo, en cuanto a activación del conocimiento meta-cognitivo, es decir, en cuanto


a estar plenamente conscientes de sus capacidades y estilos cognitivos como persona
(memoria, retención, comprensión, reflexión, expresión verbal o escrita, por ejemplo), sólo
dos sujetos ofrecen respuesta; mientras que cinco se refieren al conocimiento meta-
cognitivo, pero orientado a la tarea, es decir, haciendo referencia a las habilidades
cognitivas específicas que habrá de requerir durante su próxima intervención docente
(análisis, síntesis, ejemplificación, organización, generalización, demostración, por
ejemplo). Ahora bien, con relación a la meta-cognición orientada a las estrategias o
habilidades cognitivas que en el pasado les han sido de utilidad en la práctica docente, se
encontró que doce datos apuntan a la descripción de estrategias específicas. Finalmente,
todos los docentes parecen reconocer la importancia del establecimiento de metas
cognitivas y establecer las propias, principalmente: incrementar su conocimiento del tema,
organizar mejor la información, clarificar las ideas, mejorar la expresión verbal, etc.,
destacando el hecho de que estas metas se establecen, generalmente, pensando en el
beneficio de los alumnos.

También fue notorio que un docente se refiere a identificar las estrategias cognitivas en
sus alumnos y no las propias; mientras que cinco docentes ofrecen datos sobre la
determinación de estrategias cognitivas de selección, es decir, sobre identificar claramente
los contenidos más importantes del tema o componentes de la competencia a desarrollar.

Como debilidades se encontró que siete docentes no ofrecen datos sobre la sub dimensión
personal, la cual implica conciencia sobre las propias capacidades y estilos cognitivos. Por
otra parte, no hay datos en apropiación y establecimiento de objetivos, es decir, en cuanto
a asegurarse de comprender completamente el objetivo o propósito del tema, posiblemente
porque estos generalmente ya están dados por el programa.

Al parecer, hay más interés sobre la determinación de estrategias cognitivas, y meta-


cognición en función de la tarea y las estrategias, pero poco sobre el sujeto que actúa, es
decir, sobre los mecanismos cognitivos del propio docente. Esto podría significar que los
docentes no estamos habituados a reflexionar sobre nuestra propia cognición, antes de una
intervención, sino que más bien activamos nuestro conocimiento previo y reflexionamos
sobre nuestras habilidades cognitivas, así como los mecanismos requeridos, en función de
la tarea que habremos de emprender, cuidando de poseer y hacer uso de lo necesario para
desarrollarla con éxito. Esta última afirmación se basa en el destacado papel que juega en
los entrevistados, la activación del conocimiento previo, el uso de estrategias (de selección)

16
y el establecimiento de metas cognitivas propias, lo cual entre otros elementos, permite
realizar una intervención docente apropiada.

Esto pudiera estar influenciado por la propia organización del sistema, que orienta a la
planeación didáctica en su conjunto, hacia el programa y los alumnos, descuidando
probablemente, el reconocimiento de las capacidades cognitivas del propio docente como
persona, a fin de potencializarlas y desarrollar la capacidad de orientarlas, en función de su
labor. De esto podría derivarse, como recomendación general, promover espacios en la
formación docente (inicial y continua) para revisar reflexivamente las propias habilidades y
capacidades cognitivas, pues este conocimiento, podría brindar al docente mayor seguridad
en su acción futura, así como la posibilidad de desarrollar aquellas habilidades que no
posea.

b. Motivación/afecto

Una de las fortalezas más notorias en esta fase y área, es que todos los entrevistados
afirman sentirse capaces para ejercer la docencia, específicamente, para provocar
aprendizajes en sus alumnos, apuntando esto a la sub dimensión de
autoeficacia/competencia; sin embargo, sólo uno hace alusión de manera más detallada al
respecto, mencionando que se siente bien al considerarse capaz de provocar aprendizajes.
Por otra parte, ocho docentes responden en la sub dimensión de sentimientos y emociones,
que definitivamente, el éxito en su intervención docente, les hace sentir satisfacción y gusto;
cabe mencionar que, en esta misma dimensión, un docente se expresa en términos
negativos de su experiencia docente.

En general, lo anterior puede significar que hay conciencia sobre los sentimientos y
emociones que provoca la docencia, aspectos vinculados con la motivación intrínseca.

Sobre la motivación extrínseca, específicamente en la sub dimensión de visualización de


recompensas premios, incentivos, reconocimiento o afecto, solo aportan datos siete
docentes, y de ellos cuatro hacen referencia al valor que otorgan al reconocimiento por
parte de sus alumnos, mientras que solamente dos se inclinan por el apoyo material o
económico; cabe mencionar que un docente manifiesta rechazo hacia el proceso de beca
al desempeño docente. En esta misma sub dimensión, solo un docente hace alusión al
reconocimiento por parte de los colegas, mientras que ninguno se refiere al reconocimiento
por parte de las autoridades escolares. Nadie visualiza otros motivantes.

Con respecto a la adopción de metas, al parecer ningún docente relaciona la autoestima


(autovaloración) con la labor docente, probablemente porque no se considera que la
autoestima dependa de esta tarea.

Como debilidades, se encontró que la mayoría de los entrevistados responden


afirmativamente a la autodeterminación, es decir, consideran que en mayor medida, de ellos
depende el éxito del proceso de enseñanza-aprendizaje; sin embargo solamente un
docente explica claramente esto, mientras que los demás responden en función de la

17
motivación y el gusto por la actividad docente; es decir, pocos hacen alusión claramente a
su papel en el éxito del proceso e-a.

Así mismo, sobre el valor dado a la tarea, ningún docente responde claramente si considera
a la docencia como una tarea valiosa en sí misma, sino que refieren otros aspectos
motivacionales; finalmente, cuatro docentes nada mencionan al respecto.

c. Comportamiento

Entre las fortalezas, se encontró que los docentes responden ampliamente a la sub
dimensión de planificación del tiempo y el esfuerzo que se va a emplear en la intervención
docente, describiendo sus actividades y demostrando saber seleccionar estrategias de
organización tanto individual como colectiva, con base en un óptimo ejercicio de cálculo del
tiempo y esfuerzo requeridos.

También, entre las fortalezas se encontró que los entrevistados refieren ampliamente la
previsión de estrategias que les permitan enfrentar posibles dificultades durante la
intervención docente, lo cual queda reflejado generalmente en su planeación.

Sin embargo, entre las debilidades detectadas en esta fase y área de la autorregulación,
está el hecho de que los docentes aportan datos diferentes, o incluso no ofrecen respuestas
sobre incluir la regulación del aprendizaje, en su planeación; incluso un docente admite
explícitamente no considerar (en esta fase) la regulación del aprendizaje. Cabe mencionar
que, considerar la regulación del aprendizaje en la planeación, llevaría a que los docentes,
en función de los alumnos y el tema o actividad a realizar, anticiparan estrategias para
modificar (regular) el grado de dificultad o ritmo de la tarea académica, estableciendo o
agregando posibles pasos intermedios, para facilitar la comprensión o ejecución de la
misma.

Otra posible debilidad, se advierte en que ningún docente responde sobre la revisión de
registros previos, durante su preparación o planificación. Lo anterior, puede deberse a una
omisión no intencional, puesto que en la experiencia de los autores del presente, es
evidente la recurrencia en varios colegas, a los registros y planeaciones previas, a fin de
retomar lo que en su momento, haya sido de utilidad.

d. Contexto

En esta fase y área de la autorregulación, destacan como fortalezas que la mayoría de los
docentes demuestran tomar en cuenta las capacidades, aptitudes, necesidades y
características personales de los alumnos, atendiendo a la sub dimensión denominada
conocimiento personal y académico (de los alumnos); así como interesarse por conocer las
metas y expectativas de los estudiantes, referido ello al establecimiento de metas, como
sub dimensión, abarcando así los aspectos importantes a considerar dentro de la

18
dimensión: percepción del alumno, elemento importante dentro del área contextual. Cabe
mencionar que solamente dos docentes, no ofrecen información al respecto.

Sobre aspectos materiales y sociales que se deben controlar, en la dimensión de


percepción y ajustes al contexto; los nueve docentes coinciden en recurrir al trabajo por
equipos, haciendo con ello referencia a la visualización de la organización en que
preferentemente trabajará el grupo. Sin embargo, en este mismo sentido, los docentes
manifiestan escases de recursos materiales y tecnológicos para realizar su labor, además
de que no mencionan datos sobre diferentes formas de distribuir a los grupos, haciendo
alusión casi de manera exclusiva a la organización por equipos. Esto puede deberse a las
circunstancias político-laborales que se dieron al inicio del semestre, puesto que ante el
paro laboral de casi mes y medio, los docentes se vieron presionados y con escaso tiempo
para cubrir sus programas.

Así, pasando a las posibles debilidades detectadas, pocos docentes aportan datos sobre la
sub dimensión de objetivos, metodología y evaluación, correspondiente a la dimensión de
percepciones y ajustes del plan de estudios y programa; al respecto quienes responden, se
enfocan a la modificación de contenidos y adaptaciones en cuanto al calendario. Por su
parte, la mayoría de los entrevistados menciona adaptarse al perfil de egreso, pero no se
observa una adaptación a los objetivos del curso o unidad, ni tampoco alusión a los criterios
de evaluación. Recordará el lector que en esta misma fase, pero en el área cognitiva, una
de las debilidades precisamente fue la carencia de datos con respecto a la dimensión:
apropiación y establecimiento de objetivos.

Otro dato importante, es que en la dimensión percepción y ajustes del contexto, solamente
dos docentes se muestran sensibles a las condiciones del ambiente, pero ninguno refiere
hacer modificaciones al contexto o espacio físico.

Sintetizando algunos puntos aquí mencionados, es factible advertir que poco se habla
sobre la percepción y ajustes al plan de estudios o programa, específicamente en cuanto a
los objetivos, y la evaluación; tampoco se menciona sobre modificar las condiciones
ambientales. Estos aspectos, considerados como vacíos, se explican si consideramos que
en las escuelas normales, los planes y programas de estudio están definidos a nivel
nacional, aunado a que los docentes entrevistados, ejercen su labor con planes de estudio
recientemente modificados, lo que probablemente incita aún más a “respetar” la estructura
establecida, en tanto no se dominen plenamente los mismos. Por otra parte, el motivo de
no realizar modificaciones al contexto, puede deberse a que en la institución de referencia
en esta investigación, la mayoría de los espacios ya están acondicionados con
determinadas características y funciones, lo cual por supuesto, no impide realizar algunos
cambios mínimos, pero si limita modificaciones más notorias.

En sí, la mayoría de los docentes que laboran en esta institución, seguramente han
desarrollado estos aspectos de la autorregulación docente, sin embargo, el contexto tanto
físico como normativo de la propia institución, podrían limitar en cierto sentido, su
manifestación.

19
2) Fase de autoobservación y control/regulación

a. Cognición

En esta fase, nos situamos justamente en el momento de la acción, es decir, de la


intervención docente, sea ésta dentro del aula, o en algún otro espacio físico de la institución
o incluso fuera de ella. En esta fase, específicamente dentro del área cognitiva, destacan
como dimensiones dos: meta cognición y regulación de la cognición. Al respecto, fue
posible identificar como fortalezas, varios elementos de la dimensión llamada meta-
cognición, por ejemplo, cinco docentes que manifiestan ser conscientes, justo en el
momento de su intervención, de su capacidad de memoria; mientras que, cuatro
entrevistados no confían en su propia memoria y son conscientes de su poca capacidad de
retención, en cuyo apoyo refieren utilizar diferentes estrategias. Al mismo tiempo, siete
docentes mencionan las estrategias que utilizan para apoyar su comprensión y dominio del
tema, además de hacer referencia amplia a las estrategias cognitivas que utilizan, lo cual
demuestra la plena conciencia de ello.

En contraste, en la misma dimensión, hay poca evidencia de si los docentes identifican sus
momentos de atención (alerta, concentración o distracción), afirmando solamente uno de
ellos, apoyarse en las estrategias de comprensión para evitar distracciones.

Continuando con la dimensión de meta-cognición, en la sub dimensión de lenguaje, hay


poca evidencia de conciencia en el nivel de claridad con el cual los docentes se expresan.
Esto puede tener diferentes explicaciones, por ejemplo: a) omisión involuntaria de esta
información, o b) confusión entre los diversos niveles de lenguaje (coloquial, técnico,
académico), lo cual se considera poco probable. Lo anterior, no descarta otras posibles
explicaciones que sería interesante explorar; pero al menos en la muestra analizada y con
base en la evidencia obtenida, en esta fase hay vacíos de información en cuanto a dos
subdimensiones: atención y lenguaje.

En cuanto a la dimensión regulación de la cognición, específicamente en la subdimensión


que tiene relación con el uso de estrategias de selección (hacer énfasis en los contenidos
relevantes, y discriminar entre los grados de complejidad de los temas o competencias, a
fin de organizarlos de lo más simple a lo más complejo) sólo cuatro docentes afirman utilizar
este tipo de estrategias y las describen, aunque las respuestas difieren entre sí. En cuanto
a las estrategias de elaboración (realizar esquemas, mapas, cuadros, resúmenes, o algún
otro producto para apoyar su comprensión del tema y su intervención docente, por ejemplo),
también cuatro docentes hacen referencia a ellas, mientras que los demás no ofrecen
respuesta. Finalmente, en cuanto a las estrategias de comprensión (por ejemplo, practicar
el auto-diálogo o auto-cuestionamiento, a fin de reforzar la comprensión del tema o de la
competencia a promover en los alumnos), sólo cuatro docentes las mencionan aunque de
manera poco precisa; los demás no ofrecen datos al respecto.

b. Motivación/afecto

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Continuando con la fase de autoobservación y control/regulación, pero ahora en el área
relacionada con las emociones, no fueron claramente detectadas las fortalezas, al menos
de manera homogénea o coincidente entre los entrevistados, sino que las fortalezas son
individuales y diversas entre sí, no habiendo una dimensión o sub dimensión, en donde la
mayoría de los sujetos coincidan.

Por lo tanto, antes que hacer referencia a fortalezas o debilidades, serán mencionados los
hallazgos de la manera en que fueron visualizados. Así, se encontró que, en la dimensión
de motivación y afecto, solamente dos docentes se manifiestan conscientes de su patrón
motivacional y emocional en el momento de su intervención; los demás no ofrecen datos
concretos al respecto.

Al mismo tiempo, en la dimensión referida a las metas, tres docentes manifiestan darse
cuenta del nivel de logro de las mismas, aunque de manera diferente entre sí; mientras que
sólo dos docentes aportan datos sobre la conciencia de su patrón actitudinal (siguiente
dimensión), refiriendo un ejemplo de esto. Los demás no ofrecen información precisa sobre
alguna de estas dos dimensiones.

Al indagar sobre la dimensión correspondiente al uso de estrategias de control de la


motivación y el afecto, específicamente en cuanto a las estrategias motivacionales de
regulación extrínseca o intrínseca, solo un docente hace referencia a lo que hizo en un caso
de pérdida de interés; otros entrevistados, hacen alusión a lo que hacen cuando advierten
pérdida de interés en sus alumnos, mas no se enfocan a su propia motivación; y otros más,
no ofrecen datos al respecto.

En esta misma dimensión, pero con respecto al control volitivo, cuatro docentes afirman no
experimentar nervios, estrés o ansiedad durante sus intervenciones, mientras que solo uno
reconoce que experimenta estas sensaciones durante la planeación, pero que gracias a
ésta, elimina los nervios frente al grupo. En cuanto al patrón actitudinal, solo un sujeto
refiere escasamente lo que hace para modificar sus actitudes; los demás docentes tampoco
ofrecen respuestas claras sobre ello.

De manera general, se puede decir que hay pocos datos coincidentes, sobre esta área de
la autorregulación. Lo comentado sobre las dimensiones anteriores, podría significar que lo
concerniente a la percepción de nuestras emociones y actitudes en el momento mismo de
la intervención docente, así como el uso de estrategias para regularlas, es un asunto
personal y privado, en donde cada sujeto le otorga diferente significado a estos procesos o
incluso, cada uno ha desarrollado sus propios mecanismos de percepción y control.

Bajo el riesgo de especular un poco, podría decirse también que los docentes reconocemos
la importancia de la motivación -en términos generales- para el aprendizaje, pero omitimos
tal vez, asociarla plena o conscientemente con la labor docente; también podría indicar que,
quienes ejercemos la docencia, prestamos la mayor parte de la atención al patrón
motivacional de los alumnos –depositando en ellos nuestro principal interés- mas no
revisamos el nuestro, al menos en el justo momento de la acción, y en caso de hacerlo, no
invertimos esfuerzos por modificarlo, si fuese necesario. Sin embargo, cabe también la

21
posibilidad, como en casos anteriores, de que la ausencia de datos al respecto se deba a
una simple omisión.

c. Comportamiento

En esta fase y área, se hace referencia a dos dimensiones: conciencia del comportamiento,
y uso de estrategias de autocontrol y auto-supervisión. Conforme a ello, fueron detectadas
dos fortalezas importantes, específicamente referidas a la segunda dimensión, en donde
seis docentes hacen alusión a la sub dimensión denominada búsqueda de ayuda o apoyo
adicional, refiriendo que de ser necesario, solicitan apoyo a colegas, alumnos o buscan
información adicional a su curso en otras fuentes. Al mismo tiempo, cinco docentes
mencionan la elaboración de registros durante la intervención, especificando dos de ellos,
que lo hacen sobre sus formatos de planeación.

En contraste con lo anterior, en la dimensión de uso de estrategias de autocontrol y auto-


supervisión, específicamente en la sub dimensión de planeación, al parecer solamente dos
docentes coinciden en hacer ajustes a esta en caso necesario, los demás afirman no tener
que modificar lo planeado o no mencionan nada al respecto. En la misma dimensión, sólo
tres docentes auto-revisan su intervención, y esto lo hacen a partir de las notas que tomaron
durante la misma. Estos docentes podrían pertenecer al grupo de quienes toman nota de
los sucesos importantes durante la sesión. Finalmente, solo dos docentes hacen alusión a
la regulación del aprendizaje, aunque de diferente manera. Los demás no ofrecen respuesta
sobre esta sub dimensión.

En cuanto a la primera dimensión (conciencia del comportamiento), solamente dos


docentes hacen alusión al incremento o disminución del esfuerzo, ejemplificando una
manera concreta de hacerlo. En las demás sub dimensiones, no hay datos reportados, es
decir, los entrevistados no mencionaron nada acerca de la conciencia sobre la persistencia
ni sobre estar atentos para determinar si las estrategias empleadas son adecuadas,
solamente un docente hace alusión a la retroalimentación.

En definitiva, hay pocos datos que refieran la conciencia del comportamiento. Caben
mencionar, que los aspectos preguntados sobre esta dimensión, son diferentes a los que
se refieren al uso de estrategias, por lo que no se puede concluir que se empleen
estrategias sin conciencia de ello.

d. Contexto

En esta fase, el área de contexto tiene dos dimensiones: percepción de la tarea y del
contexto, y ajustes en la tarea y el contexto. Aquí, las principales fortalezas se ubican en la
primera dimensión, puesto que siete docentes están conscientes de la necesidad de
implementar normas, propiciando el consenso para establecer y respetar las mismas; cinco
docentes coinciden en saber identificar las estrategias de aprendizaje de sus alumnos; y

22
los nueve entrevistados afirman estar atentos a las demandas y necesidades de los
alumnos; percibiendo también o siendo sensibles, al clima emocional del grupo.

Con respecto a la segunda dimensión, y como pudo constatarse en respuestas anteriores,


los docentes afirman organizar al grupo de acuerdo con la actividad a realizar, prefiriendo
la distribución de tareas por equipos; con ello aseguran realizar los ajustes necesarios en
la organización del trabajo con los alumnos.

En contraste, solamente seis docentes afirman tomar medidas para tener un mejor
desempeño, por ejemplo: tomar café, evitar distractores, apagar su teléfono celular, entre
otras. Estas acciones, se refieren solamente a la sub dimensión de adaptación al contexto
físico y social, o intentos por ajustarlo de forma que facilite la tarea académica, es decir, no
implica todas las medidas que un profesor pueda tomar, para optimizar su desempeño.

Finalmente, solo dos docentes afirman hacer adaptaciones al espacio físico, orientadas a
la funcionalidad más que a la comodidad. Y por otra parte, no hay datos sobre si los
docentes conceden o proponen algún cambio justificado a las actividades, a fin de alcanzar
mejor los objetivos o metas, por ejemplo: ampliar el tiempo de realización, modificar criterios
de evaluación, etc. Lo que la experiencia refleja, es que este tipo de ajustes es propuesto
generalmente, por los estudiantes.

3) Fase de evaluación

a. Cognición

En esta fase, el área de la cognición está conformada por dos dimensiones: juicios y
atribuciones cognitivas, y mecanismos cognitivos requeridos o por reforzar en el futuro. Al
respecto, fue posible identificar como fortaleza, que todos los docentes afirman reflexionar
sobre su desempeño, aunque lo hacen de diferente manera.

Sin embargo, a pesar de que los docentes realizan estos juicios y atribuciones sobre el éxito
o fracaso de su intervención, no relacionan estos con sus habilidades cognitivas (referidas
a las sub dimensiones de persona o tarea), sino que relacionan los resultados con los
productos de aprendizaje solicitado (su complejidad, sus características, etc.). Solamente
dos entrevistados atribuyen el éxito o fracaso a las estrategias empleadas, revisando sus
notas o su planeación. Esto podría indicar, que como docentes, poco estamos habituados
a relacionar el éxito o fracaso de la intervención didáctica, con nuestras propias habilidades
cognitivas, ni con el grado de comprensión que nosotros tuvimos sobre el tema o la tarea
desarrollada.

Por otra parte, en cuanto a la segunda dimensión, sólo una persona hace alusión a los
mecanismos cognitivos requeridos o por reforzar en el futuro referidos a su persona, pero
apoyándose de la opinión de los alumnos mediante un instrumento de evaluación docente.
Por su parte, sólo tres docentes refieren estrategias para determinar cómo mejorar su
comprensión de futuros temas (sub dimensión referida a la tarea) y otros tres, identifican

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las estrategias cognitivas que requieren desarrollar o reforzar en el futuro, a fin de mejorar
su intervención docente.

b. Motivación/afecto

En esta fase, el área de motivación/afecto, está conformada por cuatro dimensiones, en


donde se observa como fortaleza, que nueve docentes perciben las reacciones afectivas y
actitudinales experimentadas ante los resultados; siete entrevistados valoran el nivel de
logro de metas, aunque de forma diferente; y también, siete sujetos, afirman que son
capaces de identificar cuando sus actitudes o emociones fueron la causa de éxito o fracaso
en la tarea, referido este último aspecto, a la sub dimensión determinación de atribuciones
causales.

Sin embargo, como debilidad podría decirse que, solamente tres docentes, al parecer,
valoran el manejo de elementos motivacionales, es decir, reflexionan sobre la medida en
que fueron capaces de mantener o modificar correctamente las emociones, motivación y
actitudes, durante su intervención docente; los demás no ofrecen respuesta.

c. Comportamiento

Efectividad de las estrategias empleadas, elección del comportamiento futuro,


autoevaluación y auto-reacción, son las cuatro dimensiones que forman parte del área de
comportamiento en esta fase de la autorregulación.

Dentro de estas dimensiones, de acuerdo con los datos aportados por los sujetos
entrevistados, las principales fortalezas se orientan a la primera de ellas, específicamente
en lo correspondiente a planificación y enseñanza, pues la totalidad de los docentes verifica
la utilidad de la planeación y organización inicial, a fin de hacer modificaciones para futuros
cursos o sesiones; a la par que cinco sujetos identifican las técnicas y estrategias de
enseñanza que le resultaron más efectivas.

En contraste con ello, y señalando algunas de las posibles debilidades en esta fase y área,
se encontró que solamente un docente afirma tomar decisiones sobre las estrategias y
comportamientos futuros que le permitirán una mejor intervención docente, pero lo hace
con base en la opinión de los alumnos. Sin embargo, cabe mencionar que, aunque aquí los
docentes no ofrecen respuesta, en otros momentos de la entrevista si aluden a la toma de
decisiones futuras.

Con respecto a la autoevaluación, sólo tres docentes se autoevalúan, pero uno de ellos lo
hace solamente a través de la opinión de sus alumnos, mientras que, al parecer, nadie
comprueba la correspondencia entre los esfuerzos realizados y los productos obtenidos,
elemento importante dentro de esta dimensión.

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Finalmente, solo una persona se manifiesta consiente de su comportamiento ante los
resultados obtenidos en la intervención, haciendo esto alusión a la dimensión de auto-
reacción.

d. Contexto

Son tres las dimensiones incluidas en esta área y fase de la autorregulación, a saber: de la
actividad académica, de los alumnos, y del contexto. Al respecto, la totalidad de los
docentes entrevistados afirman reflexionar sobre su comodidad o disfrute durante la
intervención docente, manifestándose –la mayoría- cómodos ante el contexto institucional
que los rodea.

Sin embargo, pasando a lo que en este artículo se plantea como posibles debilidades, y en
la misma dimensión referida al contexto, se encontró que un docente asegura que no evalúa
el ambiente de la clase ni el lugar donde realiza la intervención; otro docente afirma hacerlo
mediante la observación y uno más observando las actitudes de los jóvenes y su
disposición, habiendo utilizado en una ocasión la co-evaluación; otro profesor hace alusión
al clima emocional. Todo lo anterior, se refiere a la sub dimensión de apreciaciones
generales sobre el ambiente de aprendizaje.

En cuanto a la sub dimensión de atribuciones del éxito o fracaso, sólo un entrevistado


visualiza, a través de un instrumento de evaluación, qué elementos de la actividad
académica fueron determinantes, mientras que no hay evidencia de tales atribuciones
referidas a los alumnos o al contexto.

4. COMENTARIOS FINALES

El acercamiento a la autorregulación de la docencia a partir de las respuestas específicas


de los catedráticos entrevistados, así como de las fases, áreas y procesos de la
autorregulación del modelo de Paul R. Pintrich, permitió hasta este momento, establecer un
conjunto de relaciones analíticas entre los supuestos teóricos de la autorregulación y las
reflexiones de los entrevistados. En este sentido, ciertos componentes de la autorregulación
como proceso auto-directivo y auto-reflexivo, donde se activan cogniciones,
comportamientos y afectos, constituyen algunos elementos significativos que fueron
encontrados en los docentes en el momento de preparar, ejercer y evaluar su labor, mismos
que fueron ya descritos e interpretados, con base en el modelo empleado.

Así, las respuestas obtenidas de la entrevista, al parecer, derivan de la formación


académica, la experiencia, la reflexión, la práctica, el trabajo en academia y el sentido
común, reconociendo en general, la importancia de enseñar a pensar, partiendo del propio
proceso reflexivo y de autocontrol. En definitiva, es posible afirmar que en esta
investigación, fueron encontrados rasgos importantes que ubican a la mayoría de los

25
entrevistados, como docentes expertos en su quehacer profesional, y además, como
docentes capaces de autorregular su docencia.

Sin embargo, recordando que la autorregulación no es un proceso total, que se manifiesta


empíricamente exactamente igual que su modelo de referencia teórica, y que siendo
flexible, también puede depender de múltiples variables y factores; es conveniente evitar
hablar de la autorregulación en términos absolutos, es decir, en términos de todo o nada.
Incluso, a sabiendas de que la autorregulación se aprende y desarrolla paulatinamente, es
factible afirmar que los docentes manifiestan diferentes grados de desarrollo de la misma,
dando la pauta con esto, al establecimiento de un programa de seguimiento o reforzamiento
de esta compleja habilidad.

De esto podría derivarse como recomendación general, promover espacios en la formación


docente (inicial y continua) para revisar reflexivamente las propias habilidades y
capacidades cognitivas, motivacionales y comportamentales, pues este conocimiento,
podría brindarle mayor seguridad en su acción futura, así como la posibilidad de desarrollar
aquellas habilidades que no posea.

En resumen, se puede concluir que los docentes normalistas entrevistados, manifiestan


diferentes rasgos y niveles de autorregulación entre sí, habiendo advertido también, en
conjunto, las principales fortalezas y posibles debilidades en este proceso.

Al respecto, un dato importante qué mencionar, es que los entrevistadores notaron ciertas
dificultades en los sujetos, para centrar sus respuestas en sí mismos, puesto que
generalmente respondían pensando en sus estudiantes. Así, en repetidas ocasiones, los
entrevistadores se vieron en la necesidad de recordar a los docentes, que las preguntas
estaban orientadas a ellos mismos (sus emociones, cogniciones, comportamientos,
percepciones, entre otros), y no hacia sus alumnos.

También, es conveniente reiterar que, aunado a las limitantes propias del diseño de
investigación y del tipo de muestreo utilizado, los datos aquí presentados no son
generalizables. Esto significa que los resultados son aplicables única y exclusivamente a la
muestra estudiada, siendo necesario ampliar el estudio, con el fin de confirmar o descartar
estos resultados. Sin embargo, sirva la presente investigación como un primer
acercamiento al tema, útil para invitar a los docentes e investigadores interesados, a seguir
indagando al respecto y profundizar más en los aspectos aquí señalados, específicamente
en lo que acontece en las aulas de educación normal.

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26
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la mejora de la educación en la formación de docentes, Tomo II, México: Universidad Autónoma

Indígena de México, 2º Congreso Internacional Espacio Común de Formación Docente. Libro

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