El Conocimiento Como Hecho Social (32 P)
El Conocimiento Como Hecho Social (32 P)
El Conocimiento Como Hecho Social (32 P)
Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño general y la cubierta, puede ser copiada,
reproducida, almacenada o transmitida de ninguna forma, ni por ningún medio, sea éste eléctrico,
químico, mecánico, óptico, grabación, fotocopia, o cualquier otro, sin la previa autorización escrita
de los titulares del copyright.
© FUOC • PID_00186196 El conocimiento como hecho social
Índice
Introducción............................................................................................... 5
Objetivos....................................................................................................... 6
1. Conocimiento y sociedad................................................................. 7
1.1. Realidad y conocimiento ............................................................ 7
1.2. La sociología del conocimiento .................................................. 8
1.3. Conocimiento y vida cotidiana .................................................. 9
Resumen....................................................................................................... 28
Actividades.................................................................................................. 29
Bibliografía................................................................................................. 31
© FUOC • PID_00186196 5 El conocimiento como hecho social
Introducción
Para hacer este camino, el módulo propone un breve recorrido por los autores
y las perspectivas que han llevado al establecimiento de una sociología�del
conocimiento, interesada sobre todo en la construcción de la realidad de la
vida cotidiana antes que en la constitución y el fundamento epistemológico
de los conocimientos especializados.
Desde los antecedentes más remotos, como Maquiavelo y Rousseau –de quién
se descubre la actualidad del pensamiento–, pasando por los maestros de la
sospecha, como Marx y Nietzsche –de los cuales se estudian las respectivas
teorías del conocimiento–, y hasta los padres propiamente dichos de la socio-
logía del conocimiento, Scheler, Mannheim y Schütz, todos ellos nos lleva-
rán hasta la obra de Berger y Luckmann, que nos proporciona una descrip-
ción esmerada de los mecanismos más interesantes de esta relación entre co-
nocimiento y sociedad.
© FUOC • PID_00186196 6 El conocimiento como hecho social
Objetivos
Con este módulo didáctico el estudiante tiene que alcanzar los objetivos si-
guientes:
1. Conocimiento y sociedad
Importancia�de�la�dimensión�cognitiva�de�la�construcción�de�la�realidad
social
Por lo tanto, no es sólo que el conocimiento tenga una historia social, sino
que la realidad social es, siempre, conocimiento de algo. Eso no priva de que,
subjetivamente, la realidad y el conocimiento se vivan socialmente en un es-
tado "naturalizado", como si tuvieran una vida independiente cuya presencia
se impondría a nuestra conciencia individual desde un mundo exterior autó-
nomo.
lugar a las filosofías de la sospecha. Pero de momento hace falta que digamos
que la conciencia del hecho que la realidad es sobre todo apariencia y que los
conocimientos suelen engañar esta en la raíz de todo el pensamiento socioló-
gico.
Sólo una visión muy restrictiva podría justificar una aproximación parcial a Película recomendada
un determinado tipo de conocimiento: por ejemplo, lo que analizaría una so-
P. Wintonick; M. Achbar. Ma-
ciología del conocimiento científico, del conocimiento que producen los in- nufacturing consiente. Noam
telectuales, del conocimiento religioso propio de una sociedad determinada o Chomsky and the media.
Este documental canadiense,
del conocimiento que fabrican los medios de comunicación de masa. traducido al catalán con el tí-
tulo La fàbrica del consens, re-
coge las ideas fundamentales
Pero en este módulo lo que nos interesa no son unas formas particulares de que tiene Noam Chomsky so-
bre el papel de los medios de
conocimiento, sino el conocimiento que, sin considerar el estatuto epistemo- comunicación como fabrican-
tes de consenso social. De for-
lógico –es decir, con independencia de lo que valga–, está en la base de la reali- ma clara y contundente, os ha-
dad social por excelencia, para utilizar una expresión de Alfred Schütz, y que réis cargo de hasta qué punto
los medios de comunicación
es la "realidad de la vida cotidiana". fabrican conocimientos que, a
su vez, fabrican realidad social.
cia, los que constituyen la vida de cada día, son, por así decirlo, invisibles y
no problemáticos. La realidad, subjetivamente vivida, es más densamente real
cuanto más implícita sea en nuestro flujo de la experiencia.
La�realidad�como�evidencia�y�la�realidad�cuestionada
2) La segunda consideración que nos trae la perspectiva que aquí hemos adop-
tado es que el interés que tenemos por el conocimiento es independiente de si
es un buen o un mal conocimiento. Es decir, la sociología�del�conocimiento
no tiene ningún inconveniente en que se la considere como una sociología del
desconocimiento, o del error, o del prejuicio, o del engaño y el autoengaño, o
de la confusión, o incluso como una sociología de la mentira.
Esta es una objeción que ha sido hecha incluso por sociólogos de renombre
como Raymond�Aron, que ha observado que si todo conocimiento depende
de factores sociales, la sociología del conocimiento también tiene que propor-
cionar un conocimiento sesgado.
No hay una única historia posible del estudio que se ha hecho desde la socio-
logía de las relaciones entre conocimiento y sociedad. Cada historia refleja lo
que se considera más relevante en función del punto final donde se quiere
llegar. Podríamos hacer un recorrido más ligado a la tradición filosófica u otro
más vinculado a la tradición marxista y a su crítica de la ideología.
En nuestro caso, se tratará más bien de prestar atención a los grandes autores
y a los conceptos que han llevado hasta lo que es el análisis de la construcción
social de la realidad de la vida cotidiana, más que no a las corrientes que se
han preocupado de la cuestión del valor del conocimiento y de cómo se puede
llegar a la verdad o de cómo se puede transformar la realidad.
En cambio, sí se puede decir con certeza que, en los primeros pasos de lo que
acabaría dando forma al nacimiento de una ciencia social propiamente dicha,
ya encontramos una reflexión sobre el conocimiento, y más particularmente,
sobre un conocimiento político que se convertía en autónomo de su contex-
to de justificación, desarrollado por un técnico de la política. Nos referimos,
huelga decirlo, a Maquiavelo (1469-1527).
Así pues, se puede decir que en la obra de Maquiavelo está la primera socio-
logía del conocimiento político. Maquiavelo analiza un mundo caduco, el de
los pequeños reinos o señoríos, que tenían los días contados, pero lo hace con
un estilo moderno que le es proporcionado por la inmoralidad de su punto de
vista. El príncipe –que también es el título de su obra más conocida–, según
Maquiavelo, no sirve al pueblo, sino que se sirve de este.
Ahora bien, quien desarrolla más propiamente una reflexión específica sobre la Lectura recomendada
vinculación entre formas de conocimiento y sociedad es Jean-Jacques�Rous-
De Rousseau, podéis leer
seau (1712-1778). Rousseau desconfía del supuesto humanista que sostiene la el Discours sur l'origine de
posibilidad de todo individuo de acceder a la razón en condiciones de igual- l'inégalité parmi les hommes,
que se publicó por primera
dad. Y por eso, desde su pesimismo político, elabora una teoría sobre los oríge- vez en 1755 y que podéis en-
contrar en catalán en:
nes de la desigualdad en relación con las formas de conocimiento. A diferencia
Jean-Jacques�Rousseau
de la amoralidad de la perspectiva de Maquiavelo, sin embargo, la preocupa- (1983). Discursos. Profesión de
ción de Rousseau es de orden moral. fe. Barcelona: Laia.
"Es muy fácil encontrar situaciones en las cuales, gracias a la ciencia, Orden y Justicia no
se convierten en otra cosa que palabras vanas para ser impuestas al pueblo."
El objetivo� de� Rousseau es, pues, desenmascarar el arte de la dominación Lectura recomendada
política, que consiste en conseguir que el pueblo, engañado, desee aquello que
Uno de los mejores estudios
se le obliga a hacer. La sociología del conocimiento de Rousseau quiere ser al sobre Jean-Jacques Rousseau
mismo tiempo liberadora, porque suscita los engaños filosóficos y estéticos, es el publicado por Jean Sta-
robinski:
y acción sobre la sociedad, porque tendría que permitir el desarrollo de una Jean�Starobinski (1983).
sociedad fundamentada en la voluntad general y no en la manipulación de Jean-Jacques Rousseau: la
transparencia y el obstáculo.
unos pocos. Madrid: Taurus.
"En la producción social de su vida, los hombres entran en determinadas relaciones ne-
cesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción, que corresponden
a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto
de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, sobre
cuya base real se levanta la supraestructura jurídica y política y a la cual corresponden
determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material
determina el carácter general de los procesos de la vida social, política y espiritual."
"No es la conciencia del hombre lo que determina su ser, sino, al contrario, el ser social
lo que determina su conciencia."
Al lado de Marx, el otro gran precedente intelectual de la sociología del co- Nietzsche,...
nocimiento es Friedrich�Nietzsche (1844-1900). Toda la obra de Nietzsche es
... hijo de una familia de pas-
una reflexión sobre la íntima relación entre pensamiento y lenguaje. Para este tores y teólogos luteranos, se
autor, el conocimiento es interpretación, y el objetivo de su pensamiento es el sintió decepcionado por la uni-
versidad de su tiempo, de la
desenmascaramiento de la acción reificadora del conocimiento, es decir, de la cual dijo: "la verdad habita ra-
ramente allí donde se constru-
creencia que produce en los objetos convirtiéndolos en cosas en sí. Por eso se yen templos y se ordenan sa-
cerdotes". Todo un aviso, tam-
subleva contra el positivismo, que pretende limitarse al conocimiento de los bién, para nuestros días.
hechos, porque para él "no hay hechos, sino sólo interpretaciones".
Y añade:
"En nosotros hay un poder ordenador, simplificador, que falsea y separa artificialmente.
La Verdad es la voluntad de apoderarse de la multiplicidad de sensaciones: organizar los
fenómenos en determinadas categorías."
Para salvar el riesgo del relativismo escéptico al cual llevaba el pluralismo irre-
ductible que derivaba del estudio de las culturas, muy condicionado por el
historicismo alemán, Max Scheler distinguirá los factores�ideales, que obede-
cen a su propia lógica, la del sentido, de los factores�reales, que, ciegos ante
el sentido, siguen las leyes de la causalidad mecánica.
Para Scheler, en cada periodo histórico los factores reales actúan negativamen-
te, excluyendo la presencia de determinados factores ideales que son incom-
patibles con los datos materiales, y positivamente, permitiendo la realización
de lo que, en caso contrario, habría existido en la orden de la virtualidad. Los
factores reales, pues, determinan la presencia, pero no el contenido ni el sen-
tido del conocimiento. Scheler recurre a la metáfora del río (los factores idea-
les) y la esclusa (los factores materiales), con la cual intenta huir del idealismo
de una lógica de la "historia" hegeliana, pero con la cual también critica el
naturalismo, que lo querría reducir todo a una base material.
"La diversidad de perspectivas que se tienen sobre el mundo de las esencias es infinita,
pero esta diversidad no hace otra cosa que multiplicar las perspectivas de una identidad
que constituye su fondo común de verdad."
1) Con respecto a las raíces� políticas, hay que hacer noticia del shock que
representó la Primera Guerra Mundial y del interés y la preocupación por la
emergencia de fuerzas sociales irracionales que suscitó.
Mannheim�y�la�Primera�Guerra�Mundial
"El proletariado con conciencia de clase comprende la lucha que lo rodea y la verdad del
futuro que él crea y que le será plenamente revelado en el momento de la revolución. En
el instante de la decisión revolucionaria la conciencia se transformará directamente en
acción, y la teoría en práctica; la revolución, por lo tanto, lleva a la filosofía, la ciencia
y la conciencia de clase proletarias a sus máximos niveles de adecuación lógica y, signi-
ficativamente, pone fin al dominio de la ideología en la esfera intelectual."
"Las ideas que después resulta que no han sido otra cosa que representaciones deformadas
de un orden social pasado o potencial, eran ideológicas, mientras que aquellas que serían
convenientemente realizadas en el orden social subsiguiente eran utopías relativas. Las
ideas realizadas del pasado ponen fin a la polémica de las meras opiniones sobre el pro-
blema de decidir cuáles, entre las ideas del pasado que trascendían la realidad existente,
eran utopías relativas que destruían el orden establecido, y cuáles eran ideologías que
sólo servían para enmascarar la realidad. El grado de realización de ideas constituye una
pauta suplementaria y retroactiva para distinguir hechos que, en tanto que contemporá-
neos, se encuentran enterrados todavía por las peleas de opinión entre grupos."
Así pues, la base de esta vida de cada día será lo que podemos llamar el mun-
do�dado�por�descontado o mundo�implícito, que funciona proporcionando
evidencias colectivas al grupo social. La realidad�social�de�la�vida�cotidiana,
pues, se construye naturalizando determinadas actitudes y expectativas típi-
© FUOC • PID_00186196 20 El conocimiento como hecho social
indeterminación biológica es la que necesita la intermediación de los modelos Es obvio que los individuos te-
de conocimiento adquiridos socialmente. Ciertamente, no es que se cuestione nemos hambre, y que el ham-
bre implica la puesta en acción
la existencia de los determinantes genéticos, neurológicos o fisiológicos en la de unos mecanismos fisiológi-
cos internos. Pero no es menos
conducta social de los individuos de la especie humana, sino que sostenemos cierto que tenemos hambre a
unas determinadas horas so-
que estos determinantes no serían suficientes para organizarlos como grupo cialmente establecidas, que te-
y orientar la actividad, y que, en cualquier caso, incluso las manifestaciones nemos hambre de algo –que
culturalmente es aceptado co-
fisiológicas más insignificantes siempre están sujetas a interpretación social. mo apetitoso por nuestro gru-
po social– o que hay factores
externos que nos la hacen te-
En razón de esta apertura, como hemos dicho, los individuos buscamos los ner o perder –hay quien pier-
de el hambre cuando el Sevi-
patrones�culturales que nos tienen que facilitar la relación con el resto del lla no gana un partido–, y cier-
tamente, todos conocemos la
grupo, que nos tienen que facilitar la construcción de una identidad perso- vinculación de factores socia-
nal y que nos proponen formas de relacionarnos con el medio físico. Por eso les como la moda o la estética
corporal a las graves afeccio-
podemos decir que "toda actividad humana tiende a convertirse en hábito", nes psíquicas que están rela-
cionadas con la comida, como
y que cuando esto pasa estas acciones se transforman en rutinas, las cuales, la anorexia y la bulimia.
por el simple hecho de poder ser reconocidas como tales, ya se convierten en
subjetivamente significativas.
"Hoy por hoy, lo que nos interesa subrayar es que la relación entre el hombre (productor)
y el mundo social (producto) es siempre una relación dialéctica; es decir, que el hombre
(no aisladamente, claro, sino como miembro de una colectividad) y su mundo social es-
tán en interacción. El producto repercute sobre quien lo ha producido. Exteriorización
y objetivación son, pues, momentos de un proceso dialéctico constante. Del tercer mo-
mento del proceso, que es la interiorización (por medio de la cual el mundo social obje-
tivado es reintroducido en la conciencia gracias a la socialización), nos ocuparemos con
bastante detalle más adelante. Pero ya desde ahora podemos darnos cuenta de la relación
fundamental que hay entre estos tres momentos dialécticos de la realidad social. Cada
uno corresponde a una característica esencial del mundo social. La sociedad es un producto
humano. La sociedad es una realidad objetiva. El hombre es un producto social."
Política,�lenguaje�y�realidad Lecturas
complementarias
Es propio de los debates políticos poner en marcha, de forma bastante trans-
parente, este tipo de combates para naturalizar o desnaturalizar las realidades Para el primer caso, podéis
discrepantes: consultar:
• Casos como los de la violencia política, que es etiquetada como terrorismo Varios�autores (1998).
por parte del Estado o como lucha armada o de liberación por los propios "El discurs mediàtic sobre
actores, son bastantes elocuentes. ETA" (monográfico). Ámbitos
• Asimismo, se podrían analizar los conflictos nacionales y los debates ideoló- de Política y Sociedad (nº. 6).
gicos a propósito del nacionalismo y su demonización. Sobre el segundo debate, es
recomendable:
Varios�autores (1991).
El�objetivo�de�los�universos�simbólicos es hacer que las objetivaciones de "L'autoestima i l'autoodi en
la cultura política". En: Recull
primer orden, las que van asociadas directamente a la experiencia social, estén de ponències de les Cinquenes
objetivamente disponibles y sean subjetivamente plausibles. En situaciones Jornades El nacionalisme ca-
talà a la fi del segle XX (pp.
ordinarias no es probable que tengamos que recurrir a las legitimaciones, pero 15-104). Barcelona: Edicions
sí lo tendremos que hacer en situaciones de crisis o de conflicto. de la Revista de Catalunya.
Legitimaciones�para�momentos�de�crisis
La�Génesis�como�tratado�de�teoría�del�conocimiento
tenemos de comprender los procesos subjetivos de los otros con el fin de hacer
que su mundo también sea nuestro mundo, hasta poder crear un "nosotros"
intersubjetivo.
Las típicas conversaciones entre desconocidos que se comparten en un viaje Sobre el papel de la conversa-
en tren, o entre amigos que pasan el rato en compañía, o los saludos formales, ción en el mantenimiento de
suelen iniciarse sobre temas intranscendentes –como el tiempo que hace o la la realidad subjetiva, podéis
programación de televisión del día anterior– para encontrar más los puntos de leer el artículo:
acuerdo iniciales que los de desacuerdo. P.�L.�Berger;�H.�Keller
En estas circunstancias, para no romper la comodidad de la relación, se está (1977). "Matrimoni i construc-
dispuesto a llegar fácilmente a acuerdos que, en otra situación de debate, no ció de la realitat. Un exercici
aceptaría de ninguna manera. de microsociologia del coneixe-
ment". Perspectiva Social (nº.
9, pp. 39-60).
2) Por otra parte, hay mecanismos�de�mantenimiento�para�situaciones�de
crisis, destinados a preservar la realidad de la vida cotidiana en situaciones
límite o de cambios importantes. Entre estos, hay que mencionar, por su im-
portancia, los rituales sociales y, muy especialmente, los rituales de iniciación
y de traspaso. Si en las situaciones de rutina lo importante es que los mecanis-
mos sean continuos y coherentes, en el caso de las experiencias de crisis hace
falta que sean explícitos e intensivos. Este es el caso de los rituales sociales,
que son acciones de una densidad significativa elevada que se transmite por
medio de un lenguaje simbólico que resume de forma concentrada un orden
general integrador. El ritual transforma en acción concentrada lo que dicen
los mitos fundamentadotes del orden social en el cual hay que integrar la ex-
periencia límite.
Rituales�sociales
Entre estos rituales sociales, hay que destacar el papel de los que están desti-
nados a acompañar los cambios de estatus social: nacimiento, matrimonio,
muerte y, en general, los de iniciación a cualquier marco institucional especia-
lizado –órdenes religiosas, profesionales, asociativas...
Asimismo, es interesante observar qué pasa cuando los rituales tradicionales
entran en crisis, como los de traspaso, que tradicionalmente iban ligados al
poder simbólico que ejercía la Iglesia en la sociedad, y qué consecuencias se
derivan.
Resumen
Desde este punto de vista, el afán por la verdad del conocimiento deja de ser el
centro de todas las preocupaciones y, en cambio, nos interesamos por el papel
del conocimiento en la fundamentación de la vida cotidiana.
Este tipo de aproximación al papel del conocimiento hace los primeros pasos
en las ciencias sociales visto como instrumento de poder, desde una perspec-
tiva cínica e inmoral en Maquiavelo o desde una perspectiva moralizadora en
Rousseau. Más adelante, los maestros de la sospecha, Marx y Nietzsche, se
interesan por el conocimiento como ideología, como falsa conciencia o como
expresión de la voluntad de poder, e insisten en su función interpretativa al
servicio del poder.
Desde Scheler, que utiliza por primera vez el concepto de sociología del cono-
cimiento, hasta Mannheim, se sigue estudiando el conocimiento en relación
con los determinantes sociales, aun intentando dar respuestas al problema del
relativismo; el primero con instrumentos filosóficos, distinguiendo esencia de
existencia de las ideas, y el segundo proponiendo un nuevo concepto de obje-
tividad en que el relativismo se convertiría en relacionismo o perspectivismo.
Actividades
1.�Actividades�de�lectura�y�comprensión
Buscad relaciones con este módulo y con los otros módulos de los materiales de la asignatura.
Haced un resumen y destacad los autores y las corrientes de pensamiento en que se inscribe
la sociología del conocimiento y los temas más relevantes que quiere responder.
c) Leed el capítulo "I. Los fundamentos del conocimiento en la vida cotidiana", del libro de
P. Berger y T. Luckmann La construcción social de la realidad.
Resaltad los aspectos fundamentales, según estos autores, de la realidad de la vida cotidiana.
¿Cuáles son los elementos constitutivos fundamentales?
2.�Actividades�de�comentario�de�texto
"Comenzamos por analizar el mundo de la vida cotidiana que el hombre adulto alerta que
actúa en él y sobre él entre sus semejantes experimenta, dentro de la actitud natural, como
una realidad.
«Mundo de la vida cotidiana» significará el mundo intersubjetivo que existía mucho antes de
nuestro nacimiento, experimentado e interpretado por Otros, nuestros predecesores, como
un mundo organizado. Ahora está dado a nuestra experiencia e interpretación. Toda inter-
pretación de este mundo se basa en un acervo de experiencias anteriores a él, nuestras propias
experiencias y las que nos han transmitido nuestros padres y maestros, que funcionan como
un esquema de referencia de la forma de «conocimiento a mano».
A. Shütz (1974). "Sobre las realidades múltiples" (pág. 198). En: El problema de la realidad
social. Buenos Aires: Amorrortu.
3.�Actividades�de�reflexión-escritura
© FUOC • PID_00186196 30 El conocimiento como hecho social
b) Leed el prólogo de Louis Wirth en Ideología y utopía, de Karl Mannheim. Después, intentad
escribir en dos o tres de páginas cuál es la concepción que el autor tiene de la objetividad
en ciencias sociales y en qué difiere de la que habitualmente se ha considerado propia de las
ciencias de la naturaleza.
c) Reflexionad sobre el problema del relativismo que emerge tan pronto como se pone de
manifiesto la interrelación profunda entre conocimiento y sociedad.
Es muy recomendable que veáis el documental de James Burke El día que el mundo cambió, de
la serie Worlds Without End. Un paseo por otras épocas y por otras culturas, y una mirada
a lo que ha sido y es la evolución del conocimiento científico, pondrá sobre la mesa todos
los elementos para empezar una buena reflexión.
Ya hemos hecho referencia al documental sobre Noam Chomsky, La fábrica del consenso, que
podría ser un buen punto de partida para encarar este ejercicio.
© FUOC • PID_00186196 31 El conocimiento como hecho social
Bibliografía
Bibliografía básica
Es el tratado de sociología del conocimiento sobre el cual se basa la tercera parte del módulo
y que permite completar aquellos aspectos que se tratan aquí sólo de una manera breve.
Claval, P. (1991). Els mites fundadors de les ciències socials [versión en francés: Les mythes
fondateurs des scienses socials. Paris: PUF]. Barcelona: Herder.
Es un magnífico auxiliar para situar obras, autores y tendencias en la historia de las ciencias
sociales.
Fromm, E. (1984). Marx y su concepto del hombre. México: Fondo de Cultura Económica.
Mannheim, K. (1987). Ideologia i utopia [versión en español: Ideología y utopía. Madrid: FCE,
1997]. Barcelona: Edicions 62.
Es un texto clásico de sociología del conocimiento. El último capítulo de la obra, que ini-
cialmente se había publicado como un artículo independiente, hace una reflexión profunda
sobre lo que para Mannheim tendría que ser la sociología del conocimiento.
La obra recoge diversos artículos, algunos de los cuales permiten ver la potencia analítica
de sus conceptos. Es bastante recomendable el titulado "El forastero. Ensayo de psicología
social" (pp. 95-107).
Bibliografía complementaria
Namer, G. (1985). Court traité de sociologie de la connaissance. París: Librairie des Méridiens.
Como dice el título, es un tratado breve de sociología del conocimiento, pero que sigue
una orientación complementaria a la que hemos utilizado nosotros. Puede complementar lo
estudiado, pero no profundizar en lo que se ha presentado en el módulo.
Varios autores (1991). "L'autoestima i l'autoodi en la cultura política". En: Recull de ponèn-
cies de les Cinquenes Jornades El nacionalisme català a la fi del segle XX. Barcelona: Edicions de
la Revista de Catalunya.
Varios autores (1998). "El discurs mediàtic sobre ETA" (monogràfic). Àmbits de Política i
Societat (nº. 6).
Referencias bibliográficas
Marx, K. (1967). Sociologia i filosofia social [versión en español: Sociología y filosofía social.
Barcelona: Península, 1968]. Barcelona: Edicions 62.
Nietzsche, F. (1977). "Aus dem Nachlass der Achtzigerjahre". En: Nietzsche Werke. Munic:
Hauser.
Wirth, L. (1987). "Pròleg a l'edició anglesa". En: K. Mannheim. Ideologia i utopia [versión
en español: Ideología y utopía. Madrid: FCE, 1997]. Barcelona: Edicions 62.