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Capítulo 131: Separando Colores; la Casa de Textiles Abierta.

Tercer Libro: Con Infinitas Posibilidades.

El Maestro del Viento alguna vez le había dicho que esta persona era
probablemente Yin Yu, ya que solo había unos cuantos oficiales celestiales
que habían sido desterrados en años recientes.

Por lo tanto, Xie Lian preguntó.

—¿Cómo debería llamarlo, buen señor?

El hombre con máscara fantasmal replicó.

—Por favor, Su Alteza, no soy nada más que un sirviente sin nombre.

Entrando a la abandonada casa de textiles, Xie Lian se sorprendió. Había


dentro todo tipo de ropajes colgados en estante tras estante de madera;
ropajes de boda, conjuntos gubernamentales, satén de mujer, uniformes,
ropa para niños… incluso había simples y vulgares camisas de cáñamo
ensangrentadas, como si temieran que la gente no creyera de verdad que
estaban malditas. Pila tras pila, montón sobre montón, tenebrosas y
escalofriantes, empapadas con esencia maligna, como si cada una de las
prendas se tratara de un cadáver andante. Incluso si ninguna era el
Brocado Inmortal, ciertamente no eran nada bueno tampoco.

Largas telas de varios entintados colgaban en lo alto de los percheros;


algunas eran de un blanco pálido, otras estaban sucias. Había pasado
mucho desde que alguien les había dado un poco de atención. Quan
Yizhen se encontraba acuclillado junto a un gran barril de tinte con su
cabeza dentro, inspeccionando la pintura dentro; el fluido tenía un color
gracioso y emitía un olor extraño. Xie Lian temía que, en cualquier
instante, insertara su dedo para lamer y probar, así que rápidamente lo
arrastró lejos. Fuera del jardín, había un grupo de fantasmas y monstruos,
todos atados con una misma cadena de acero, acuclillados en formas
fetales y sosteniendo sus cabezas.

Xie Lian se preguntó.

—¿Qué…?

El hombre con la máscara fantasmal respondió.

—Los monstruos y fantasmas que han estado vendiendo el Brocado


Inmortal en Ciudad Fantasma y otros lugares están todos aquí. Un total de
noventa y ocho piezas de ropa han sido confiscadas.

Noventa y ocho piezas y todas fueron recolectadas en tan corto periodo de


tiempo. Xie Lian estaba ligeramente conmovido.

El hombre con la máscara fantasmal continuó.

—Si hay algún tipo de comportamiento extraño, también podemos


capturarlos de inmediato para Su Alteza.

Escuchando esto, Xie Lian no pudo evitar decir.

—No será necesario. Por favor dígale a San… Hua Chengzhu que no hay
necesidad de que se moleste más con esto. Yo también puedo hacerlo por
mi cuenta.

Los resultados serían los mismos, solo tomarían un poco más de tiempo y
energía, eso era todo. Él tenía el título de oficial celestial y servía a los
cielos, después de todo, e incluso si no tenía muchos seguidores, aún
tenía un trabajo que hacer.
El hombre con la máscara fantasmal replicó.

—Naturalmente, Chengzhu comprende que Su Alteza es capaz de lograr


esto con eficiencia. Pero es precisamente por eso que él desea que Mi
Señor no desperdicie energía en asuntos pequeños que cualquiera podría
hacer. El tiempo de Su Alteza y su esfuerzo deben ser puestos en otros
asuntos más importantes.

—... —Xie Lian dudó, pero al final, aún preguntó —¿Podría preguntar
cómo se encuentra Chengzhu ahora mismo…?

Lang Ying, mientras tanto, se mecía con calma a un lado de Xie Lian. El
hombre con la máscara fantasmal replicó.

—Chengzhu está muy ocupado de momento.

Xie Lian de inmediato replicó.

—Oh, entonces eso está bien. Ojalá todo esté yendo muy bien para él, le
deseo éxito.

Interrogaron a cada uno de los fantasmas y demonios que se encontraban


atados, y todos y cada uno de ellos fueron tercos al decir que sus
productos habían sido distribuidos a todos por un misterioso hombre
enmascarado. No parecían mentir, pero en un lugar como Ciudad
Fantasma, ¿Cuántos cientos de individuos enmascarados no rondaban las
calles al día?

El interrogatorio fue inútil, por lo tanto, el hombre con la máscara fantasmal


tiró de la cadena y se despidió mientras guiaba a los escandalosos
fantasmas lejos. Sin embargo, aquellas noventa y ocho prendas
fantasmales fueron dejadas atrás. Xie Lian sintió que, en todo su tiempo
recolectando basura y viejos trapos, jamás había visto tanta ropa junta.
Con tan solo hurgar un poco, sospechó que, nada allí era lo que buscaban.
Le dijo a Quan Yizhen.

—Qi Ying, ¿Por qué no viene y da un vistazo?

No obstante, Quan Yizhen solo sacudió su rizado cabello suelto y negó


con la cabeza.

—Son demasiadas.

Demasiadas túnicas fantasma. Cada una de las piezas de ropa emitía una
esencia maligna, afectando por consecuencia a todas las demás y
logrando que uno perdiera la habilidad del juicio.

Esta situación era parecida a alguien que poseía un agudo sentido del
gusto. Aunque bien podían diferenciar entre los sabores de los rellenos
confitados de la pera y la manzana, si noventa y ocho diferentes tipos de
rellenos frutales eran mezclados y presentados a la persona en cuestión
para que los probara, perdería entonces su sentido del gusto por completo.
Xie Lian estaba intentando pensar en otro método, pero cuando giró su
cabeza para mirar, vio que Quan Yizhen había recogido una túnica y
estaba a punto de colocársela sin pensarlo más. Xie Lian rápidamente le
detuvo y colgó la túnica de vuelta en el perchero.

—Alto, alto, alto. Qi Ying, tengamos un acuerdo: primero, no ponga cosas


aleatorias en su boca, y segundo, tampoco se ponga prendas aleatorias.
Estas dos son acciones peligrosas.

Sin embargo, Quan Yizhen señaló tras él.

—¿Entonces qué hay de él?

Xie Lian de pronto olió que algo se quemaba y siguió el punto al cual Quan
Yizhen apuntaba. De inmediato vio que Lang Ying había encontrado una
vara de algún lugar y la había encendido. Sostuvo la vara ardiente y le
prendió fuego a una de las túnicas fantasma mientras llevaba un rostro
estoico.

— … ¡¡¡No… jueguen con fuego tampoco!!! —Xie Lian exclamó.

La túnica fantasmal parecía sufrir el dolor mientras ardía. El dobladillo


comenzó a erizarse, retorciéndose con locura e intentando huir; luciendo
más como una anguila viva y poco como una prenda de ropa, pintando así
una imagen cruel. No obstante, aunque estaba presente el olor a
quemado, no había rastros de la tela siendo consumida en absoluto. Al
parecer la esencia maligna en las túnicas fantasma había sido impregnada
lo suficiente para hacerlas capaces de escapar del fuego.

Escuchando que Xie Lian le decía que no jugara con fuego, Lang Ying
lanzó la vara al suelo y la pisó para extinguir las llamas, luciendo muy
obediente otra vez. Xie Lian no sabía si reír o llorar y se acercó.

—¿Por qué eres tan… hoy?

Se detuvo a media oración y su expresión cambió de repente para


volverse seria.

Vio, no muy lejos de él, una larga y ondeante tela blanca que colgaba en lo
alto de uno de los estantes de madera, meciéndose gentilmente en la brisa
de la noche. Encima de la tela estaba una figura humana, la cual se movía
lentamente. Esta figura no tenía cabeza.

Xie Lian arrastró a Lang Ying detrás de él e inmediatamente desenvainó su


espada.

—¡TODOS, CUIDADO!

El movimiento de su espada cortó la tela y a la sombra por la mitad. No


obstante, cuando la tela cayó al suelo, no encontró a ni un alma detrás; la
sombra sin cabeza había desaparecido. Xie Lian no tuvo la oportunidad de
correr para cerciorarse antes de que algo detrás de él lo hiciera temblar.
Giró su cabeza y sus pupilas se encogieron. De algún modo, una mujer
con vestiduras hermosas había aparecido sin hacer ruido tras su espalda.

¡No! ¡No era una mujer, era una túnica!

Lo que había cortado a la mitad era también una túnica, y una vez que
hubo caído al suelo, fue cubierta por otros textiles. A su alrededor, de
pronto, hubo un montón de figuras humanoides emergiendo,
balanceándose y meciéndose lentamente, rodeando a los tres. Resultaba
que, todas las noventa y ocho prendas fantasmales que colgaban en el
patio y en los pasillos de la casa de textiles, se habían liberado de sus
percheros.

Xie Lian estaba aturdido.

—Todas estaban bien hace un segundo, ¿Qué sucedió?

A su lado, se hizo presente una voz baja.

—El despertar de los millones de fantasmas.

Xie Lian se giró para ver, y a quien vio hablar fue a Lang Ying. A pesar de
que no mostraba ningún signo de nerviosismo, sus venas resaltaron en los
dorsos de sus manos. Obviamente estaba siendo afectado por algo
también.

¡Otra ola del despertar demoníaco! Cuanto más se acercara el día en el


que las puertas del Monte Tonglu se abrieran, más fuerte sería el resonar
en los oídos de los fantasmas como recordatorio. Lo primero que Xie Lian
pensó fue: ¿Cómo estará San Lang?

Sin embargo, la situación actual no le dio mucho tiempo para pensar.


Mientras que su mente daba vueltas rápidamente, más de veinte túnicas
fantasma ya habían atacado. Quan Yizhen no pestañeo ni pensó antes de
que su puño se levantara. Si su puño aterrizara sobre el muro o el suelo, la
tierra seguramente se movería y las montañas se sacudirían, las rocas y la
tierra se abrirían, no obstante, este puño de mil toneladas fue lanzado
hacia las ropas.

Consideren esto: incluso los niños sabían que en ‘‘Piedra, Tela y Tijeras’’
la tela envolvía a la piedra.

La ligera, suave y ondeante prenda era perfecta para evadir los puños, sin
importar cuán duros fueran, la tela solo lo cubriría y suavemente huiría del
daño; solo la espada de Xie Lian era capaz. No obstante, las túnicas
fantasma eran ligeras y hábiles para la evasión, de modo que un simple
salto hacia atrás podría poner varios metros de distancia entre ellos. Ya
que apenas y tenían peso, prácticamente no creaban ningún sonido o
brisa, así que detectar sus movimientos para esquivarlos o emboscarlos
era incluso más difícil que con los humanos.

Usualmente, era la gente la que escogía la ropa, pero ahora, era la ropa la
que escogía a la persona. Aquellas noventa y ocho túnicas fantasma
buscaban animadamente un cuerpo que les quedara, una persona que les
gustara. Entre la gente, eran las mujeres que amaban escoger ropa; entre
las túnicas fantasma, eran las prendas femeninas las que amaban escoger
personas. Más de diez vestidos largos con colores distintos para damas se
presionaron contra Xie Lian, e incluso la espada no pudo alejarlas. Esta
batalla era incluso más rigurosa que la de un grupo de mujeres que había
visto una bonita túnica y peleaban para ver quién la ganaba. En ese
momento, fue como si Xie Lian hubiera sido rodeado por flores y seda,
apretado entre las túnicas femeninas, siendo jalado en todas direcciones.

Quan Yizhen alejó muchas piezas de ropa para niño que tercamente
intentaban pasar por su cabeza y las lanzó lejos. Mirando a Xie Lian,
aturdido, se preguntó.

—¿Cómo es que le agrada a la ropa para mujeres?


—¿Quizás es porque piensan que me veo amistoso? —Xie Lian respondió.

No obstante, ni una sola prenda fantasma fue a acosar a Lang Ying.


Quizás se debía a que él era también un fantasma y sabían que no
podrían absorber nada beneficioso de él, por lo tanto no se acercaron. Xie
Lian ondeó su espada horizontalmente y partió a un número de vestidos
para dama, pero las túnicas fantasma que fueron cortadas a la mitad aún
se movieron a su gusto y, de algún modo, se volvieron incluso más ágiles
al esquivar. Xie Lian notó, desde el rabillo del ojo, que muchas túnicas
fantasma se escabullían por la ventana y gritó.

—¡CERREMOS LA PUERTA Y COLOQUEMOS UNA BARRERA! ¡NO


PERMITAMOS QUE SALGAN!

Dos dioses y un fantasma serían capaces de lidiar con la situación. Pero si


los ropajes fantasma se escabullían para buscar problemas con otros,
entonces sería un lío. Sin embargo, su gritó pareció haberse emitido
demasiado tarde. El jardín de la casa de textiles estaba al aire libre y ya
había una larga túnica ondeando sus inmensas mangas, flotando en el aire
como un enorme murciélago y disparándose hacia el cielo.

Xie Lian gruñó ‘‘¡Qué dolor de cabeza’’ mentalmente y gritó.

—¡Qi Ying! ¡Dejo la casa de textiles en sus manos!

Y entonces, se inclinó y saltó fuera del muro, atrapando el dobladillo de la


larga túnica fantasma.

Con el peso agregado de una persona entera, la larga túnica intentó agitar
sus mangas tan fuerte como pudo pero fue inútil y se precipitó contra el
suelo con Xie Lian aferrándose al dobladillo con fuerza. No obstante, la
túnica era extremadamente astuta y ¡ZIIIIP! trozó su dobladillo como un
soldado cortando su propio brazo y rápidamente se escabulló de las
manos de Xie Lian. Justo en ese momento, coincidentemente estaba allí
un transeúnte que iba de camino a casa después de una noche de bebida;
después de ver a la criatura sin cabeza que volaba en su dirección, gritó
aterrorizado.

—¡AAAAAAHHHHHHHHHH, UN FANTASMA SIN CABEZA! ¡NO TIENE


CABEZA!

Xie Lian inmediatamente reaccionó y atrapó la túnica otra vez para


mostrársela al transeúnte y calmarlo.

—¡No tema, no tema! ¡No es que no tenga cabeza, en realidad no hay


nada dentro!

El transeúnte observó y justo como había dicho, los pliegues de la túnica


se mostraba vacíos ¡Nada! Esto era definitivamente más aterrador que un
fantasma sin cabeza y sus ojos rodaron hacia atrás, desmayándose allí
mismo. Xie Lian rápidamente lo atrapó y gentilmente lo recostó sobre el
suelo.

—¡Lo siento mucho! ¡Me encargaré de esto inmediatamente!

Después de que la ola de caos terminara, Xie Lian finalmente fue capaz de
apoderarse de todas las túnicas fantasma que huyeron de la casa de
textiles. Las contó, asegurándose de que no faltara ni una sola pieza antes
de soltar un suspiro de alivio.

Ante la situación actual, Xie Lian dijo.

—Supongo que solo podemos hacer uso del simple y crudo método de Qi
Ying. Pongámonos cada una de estas túnicas y veamos.

No le importaba probarlas en sí mismo, pero era difícil decir lo mismo de


sus otros dos compañeros. Si realmente se ponía el Brocado Inmortal,
quién sabe si serían capaces de lidiar con cualquier incidente que
sucediera. Al final, se decidió que él vigilaría mientras los otros dos se
vestían.

Por lo tanto, tanto Lang Ying como Quan Yizhen se quitaron sus túnicas
exteriores y comenzaron a intentar ponerse túnica tras túnica. Con cada
nueva túnica, Xie Lian les daría simples comandos como ‘‘salten’’ o ‘‘giren’’
para ver si obedecían.

No obstante, después de probarse cada una de las noventa y ocho


túnicas, ambos poniéndose cerca de cuarenta a cincuenta cada uno, no
pareció haber ningún tipo de reacción extraña. Al parecer, en esta pila de
túnicas fantasma, ninguna era el Brocado Inmortal; trabajaron la noche
entera para nada.

Lang Ying y Quan Yizhen se acuclillaron en el suelo con una sola capa de
ropa, mientras Xie Lian se sentaba sobre la cima de una pila de todo tipo
de prendas.

Apoyando su frente contra su mano, Xie Lian murmuró.

—De verdad no vale la pena comprar falsificaciones…

Después de sentarse por un tiempo fue y buscó a Ling Wen en la red de


comunicación espiritual.

—Ling Wen, recolecté algunas de las túnicas fantasma aquí. Aunque el


verdadero Brocado Inmortal probablemente no está en esta pila, aún están
malditas; un poco difíciles de controlar. ¿Podría enviar a alguien para que
se las lleve?

—Entendido, lo coordinaré de inmediato. ¿Cuántas piezas recolectó? —


Ling Wen respondió.

—Noventa y ocho piezas —Xie Lian replicó.


—... —Ling Wen remarcó —Su Alteza realmente es un hombre capaz,
incluso recolectó más de las que reporté.

Xie Lian aclaró su garganta suavemente.

—No fui yo en realidad…

Pero antes de que terminara su oración, se hizo presente otro escalofrío


familiar que le recorrió la espalda. Xie Lian tembló y levantó la vista.

Delante de él, encima de un número de ligeras y ondeantes cortinas


blancas se encontraba la sombra de una silueta humana.

Esta vez, tenía cabeza y no ondeaba. Quien se encontraba de pie tras las
largas cortinas de tela era sin lugar a dudas un hombre. Era fácil identificar
que se trataba de un joven hombre muy alto, e incluso unos desordenados
mechones de pelo eran fácilmente distinguibles a los costados de la
silueta.
Capítulo 132: La Túnica Fantasma Número Noventa y Nueve Escondida
en Peligro.

Tercer Libro: Con Infinitas Posibilidades.

Xie Lian instantáneamente se puso sobre sus pies.

—¡¿EL BROCADO INMORTAL?!

Naturalmente, la silueta no respondió y tampoco se movió; solo


permaneció de pie y quieta.

Xie Lian presionó sus manos contra los hombros de los otros dos y
susurró.

—No se muevan.

Un momento después, una brisa nocturna sopló y la silueta pareció haber


suspirado antes de dispersarse, yéndose con el viento. Xie Lian
abruptamente se enderezó. Justo en ese momento, fuera de la puerta de
la casa de textiles se hicieron presentes los sonidos de golpes sobre la
puerta. Los tres miraron en esa dirección y Xie Lian levantó la voz.

—¿Quién es?

La voz de un hombre resonó desde el exterior.

—Su Alteza, soy yo.


Xie Lian fue y abrió la puerta; afuera de la casa de textiles se encontraba
un hombre de aspecto claro, su forma inmaculada y casta. Entró con sus
manos a los costados. Xie Lian estaba ligeramente sorprendido.

—Ling Wen, ¿Por qué ha venido por su cuenta?

Ling Wen acomodó sus mangas.

—Ya que escuché a Su Alteza mencionar que las cosas eran complicadas,
imaginé que los típicos oficiales celestiales no serían capaces de asistir,
por lo cual, he venido para ver las cosas por mi cuenta. Saludos, Su Alteza
Qi Ying. ¿Por qué se sienta en el suelo? ¿Qué sucede? ¿Por qué tiene
ese rostro?

Era Ling Wen en su forma masculina. Xie Lian caminó hacia la cortina de
tela y la hizo a un lado, justo como pensó, no había nada detrás. Un
momento después, giró su cabeza.

—El Brocado Inmortal se mostró.

Ling Wen se asombró.

—¿Qué?

—Debería serlo, estoy seguro —Dijo Xie Lian —Era un hombre joven,
bastante alto en estatura, quizás dos pulgadas más alto que yo. A juzgar
por su estructura ósea, debe ser alguien hábil en las artes marciales.

Ling Wen estaba de algún modo dudoso.

—Su Alteza, ¿Está seguro? En los últimos años, nunca se ha mencionado


que el Brocado Inmortal se mostrara ante nadie. Además, ¿No dijo usted
que ninguna de esas noventa y ocho túnicas era lo que buscamos?
¿Podría ser que alguien en disfraz esté jugando trucos?
—Me temo que eso no es posible —Xie Lian replicó —Después de que la
ola de caos terminara, para prevenir que las túnicas fantasma escaparan y
molestaran a los morales, cerramos puerta y ventanas y creamos una
barrera. Lo que está dentro no puede salir, y lo que está afuera no puede
entrar. Solo había tres de nosotros en la casa de textiles, ¿Quién entre
nosotros jugaría trucos?

Reflexionando por un momento, Ling Wen dijo.

—Entonces lo que buscamos debe operar bajo circunstancias especiales.


¿Pero qué si lo que vieron fue la silueta de un espíritu vengativo que
poseía las túnicas fantasma?

Lang Ying y Quan Yizhen estaban acuclillados en el suelo, ambos


espaciando. Xie Lian y Ling Wen asumían la apariencia de adultos
mientras estaban de pie con los brazos cruzados y discutían con seriedad.

Finalmente, Ling Wen sugirió.

—¿Por qué no llevo estas túnicas fantasma al Palacio de Ling Wen y hago
que mi gente las examine? Si eso no funciona, entonces tendremos que
hacer preguntas en la siguiente reunión. Estoy seguro de que alguien en la
Corte Superior debe tener experiencia.

Dándole a su idea un poco de reflexión, Xie Lian asintió.

—Es probablemente una buena idea. Pero, esta es una misión de la cual
somos responsables después de todo, aún me gustaría indagar más al
respecto. Ya que el Brocado Inmortal sigue mezclado por aquí en algún
lado, permítame pensar en otras maneras para hacerlo salir. Si aún no hay
resultados para mañana, entonces le entregaré las noventa y ocho túnicas
a usted.

Después de todo, este asunto no estaba bajo la jurisdicción del Palacio de


Ling Wen.
—No hay necesidad de que Su Alteza sea tan cortés —Ling Wen dijo —
Oh, si las envía mañana, deberían ser entonces ciento y una piezas, ¿Me
equivoco?

Xie Lian se sorprendió ''Por qué agregó más de pronto?'' Después, cayó en
cuenta.

—¿Sospecha de las ropas que llevamos puestas ahora mismo?

—No es imposible —dijo Ling Wen.

Xie Lian levantó uno de los dobladillos de la manga de su túnica


cultivacional, tan desgastada que los hilos comenzaban a sobresalir.

—He usado estas túnicas por muchos años ya, definitivamente no tendrían
problemas. La que Lang Ying lleva puesta ahora mismo ha sido recién
comprada pero él no ha obedecido mis palabras antes, así que no debería
ser un problema tampoco.

Le había dicho a Lang Ying que no trabajara, pero Lang Ying aún había
cortado leña; le había dicho también que se quedara en casa como un
buen niño, pero Lang Ying aún lo había acompañado.

Sin embargo, Ling Wen negó con la cabeza.

—No es a lo que me refiero. Su Alteza, usted podría no saber esto, pero la


esencia maligna del Brocado Inmortal es fuerte, y ya que está aquí, su
esencia debería afectar a otras prendas ordinarias. En todo caso, sólo
tenga cuidado, no use las ropas que lleva ahora mismo nunca más y haga
algo con ellas.

Escuchando esto, Xie Lian inmediatamente quitó las túnicas exteriores de


Lang Ying y Quan Yizhen.
—Ya no usen estas, no las usen. Quítenselas, quítenselas. Entonces,
ataré las ropas y las llevaré al Palacio de Ling Wen mañana.

—Enviaré a mi gente para que las recoja —dijo Ling Wen.

—No es necesario, no es necesario —Xie Lian dijo —Ya es de por sí


vergonzoso molestarlo cada vez. Su palacio está ajetreado, yo puedo
encargarme solo.

Al siguiente día, Xie Lian ató arduamente una inmensa pila de ropas y
cargó los enormes paquetes por su cuenta para ascender a la Corte
Celestial.

Ling Wen ya lo había estado esperando en el palacio por un buen rato.


Hoy, no parecía estar tan bullicioso como antes, con dioses corriendo de
un lado al otro. Xie Lian desempacó los enormes paquetes de túnicas
fantasma; ropas coloridas se desparramaron y esparcieron por todos
lados. Limpió el sudor sobre su frente mientras Ling Wen se acercaba con
calma.

—¿Ha hecho algún descubrimiento?

Xie Lian suspiró lamentablemente.

—Con mucha pena, ha sido inútil. Me disculpo de antemano; ya que no


tengo más manos que me ayuden, no pude evitar que las cosas se vieran
un poco desastrosas. Había demasiado caos ayer, no estoy seguro de que
lo que traje sean todas las prendas. Sigo sintiendo que me hacen falta una
o dos piezas, pero no lo sé.

—No es un problema —dijo Ling Wen. Después, miró abajo y contó a ojo
de buen cubero —Realmente hay piezas faltantes. Su Alteza, al parecer
las ropas que usaba ese pequeño fantasma que le acompañaba no están
incluidas.
La mano derecha de Xie Lian se hizo un puño y ligeramente la golpeó
contra su mano izquierda.

—¡Ah, es verdad! Lo recuerdo ahora. Lang Ying se acostumbró a tener la


túnica encima y yo olvidé quitársela. Iré por ella ahora mismo.

Ling Wen rió —No hay prisa, cuídese, Su Alteza.

No obstante, Xie Lian no se movió para irse. En su lugar, permaneció


quieto en su lugar y su expresión se volvió oscura. Ling Wen estuvo a
punto de ordenar a algunos oficiales celestiales bajo su comando que
vinieran a llevarse las túnicas fantasma, pero cuando se giró y vio que
seguía allí, con solo los dos en el salón, se quedó perpleja.

—Su Alteza, ¿Tiene algo más que decir?

Xie Lian la observó con una expresión indescifrable.

—No mucho, es solo que, estaba pensando: en el caso de que yo


realmente le traiga a usted el Brocado Inmortal, si me doy la vuelta, ¿Lo
escondería de mí?

—... —La sonrisa de Ling Wen comenzaba a desvanecerse pero


permaneció extremadamente cortés —¿Su Alteza?

Xie Lian la observó serenamente.

—Desde el inicio, tuve este presentimiento.

—¿Qué presentimiento? —Ling Wen preguntó lánguidamente.

—Gente normal, los típicos demonios y fantasmas, no se atreven a


irrumpir en el Gran Templo Marcial. Si alguien está lo suficientemente
familiarizado con el Gran Templo Marcial como para robar objetos que han
sido sellados y aún es capaz de escapar sin ser atrapado, entonces me
temo que... además de Jun Wu... solo está usted, Ling Wen Zhenjun.

Después de todo, el Palacio de Ling Wen se encargaba de ir a todos los


palacios día y noche. Podría decirse que eran los más familiarizados con
los dominios de todos.

Ling Wen sonrió.

—Su Alteza, me parece que está haciendo de su razonamiento un hecho.


''La persona con el acceso más fácil es aquel más sospechoso''.
Basándonos en esta línea de pensamiento, ¿Entonces no sería más
probable que Jun Wu se esté robando a sí mismo?

Xie Lian asintió —Debo admitir que no se equivoca. Pero, lo que me hizo
comenzar a pensar que las cosas eran sospechosas fue esa Mujer con
Medio Maquillaje.

—¿Qué hay con la Mujer con Medio Maquillaje? —Ling Wen preguntó.

Xie Lian replicó —Ella tenía en su posesión el Brocado Inmortal falso, y


coincidentemente fue a tocar a mi puerta. ¿Cómo podría existir tal
casualidad? Además, me resultó que ella bien podría haber escrito
''sospechosa'' en su rostro, como si temiera que yo no fuera a sospechar
que ella era la culpable. Sus intenciones eran demasiado obvias.

—¿Oh, qué intenciones?

—¿Acaso no lo dijo ella misma? —Dijo Xie Lian —Intercambiar viejo por
nuevo. ¡Lo que ella quería eran las viejas ropas en mi Santuario Puqi!

En retrospectiva, cuando el Brocado inmortal fue hurtado, el Gran Templo


Marcial se enteró demasiado rápido; y comenzaron la investigación en el
momento que se dieron cuenta. Por lo tanto, el ladrón no se atrevería a
mantenerlo en sus propias manos y en su lugar, lo escondería antes que
nada. Entonces, ¿Cuál sería el mejor escondite?

Esconde hojas en un bosque.

Si Xie Lian quisiera ocultar el Brocado Inmortal, él lo convertiría en una


extremadamente poco llamativa túnica de cáñamo ordinaria y la lanzaría al
reino mortal, pero lo mantendría en vigilancia desde la distancia.
Normalmente, no muchos querrían comprar una túnica con una confección
tan tosca. Sin embargo, la vida que Xie Lian llevaba no podía catalogarse
como normal, y él mismo había estado usando la misma túnica
cultivacional desgastada de las orillas por los últimos años; el dinero que
tenía sólo podía permitirle este tipo de conjunto después de todo. Además,
mientras su ropa lo mantuviera caliente y estuviera limpia, eso era todo lo
que pedía y no era quisquilloso. También era el tipo de persona que
poseía la increíble habilidad para escoger las prendas de ropa más
peligrosas en el gran cajón de descuento entre todas las otras incontables
prendas de ropa. Por lo tanto, al auto felicitarse por el increíble descuento,
compró y llevó a casa el legendario Brocado Inmortal.

—Su Alteza, lo que dice es un poco excesivo —dijo Ling Wen —Usted
proviene de un escenario marcial celestial, después de todo. Pensándolo,
usted bien debería saber que la Mujer con Medio Maquillaje sería
instantáneamente sometida por usted si se acercaba a su puerta y no sería
capaz de llevarse ninguna túnica, ya sea vieja o nueva.

—Ella ciertamente no sería capaz de llevarse nada ¿pero quién dice que
tenía que hacerlo? Si no había más incidentes, ¿Cómo se hubiera tratado
con ella? —Xie Lian dijo.

Si Xie Lian hubiera pensado que la Mujer con Medio Maquillaje tenía en
sus manos al verdadero Brocado Inmortal, entonces él seguramente lo
reportaría a Ling Wen y entonces, Ling Wen probablemente descendería
ella misma. Como el día anterior, probablemente le diría a Xie Lian que por
seguridad, todas las ropas necesitarían llevarse de vuelta al Palacio de
Ling Wen para ser inspeccionadas.

Realmente había sido demasiado malo que Quan Yizhen estuviera allí en
el momento. Y, fue inesperado que, después de solo haber usado el
Brocado Inmortal una vez, directamente pudiera determinar que el Brocado
Inmortal que la Mujer con Medio Maquillaje llevaba era falso. Lo que
significaba que ya no sería fácil ni lógico que Ling Wen confiscara todas
las prendas en el Santuario Puqi.

Toda la información que Xie Lian tenía, había sido proveída por Ling Wen,
por lo tanto, era capaz de hacer cualquier tipo de pregunta abiertamente y
conocer de principio a fin la ubicación y movimientos de Xie Lian. Cuando
la Mujer con Medio Maquillaje fue expuesta, Ling Wen inmediatamente
contactó a Xie Lian a través de la red de comunicación espiritual y le dijo
que Ciudad Fantasma estaba distribuyendo muchas falsificaciones que
necesitaban de inspección, dándole nuevas misiones para no darle tiempo
de pensar con detenimiento nada que pareciera cuestionable.

—No sé si las falsificaciones fueron distribuidas por usted, pero sin duda
fue usted quien me otorgó la información. Con este paso, usted
probablemente quiso dirigir mi atención lejos del Santuario Puqi antes de
venir por Lang Ying —Xie Lian dijo.

No obstante, inesperadamente, Lang Ying lo siguió y fue con él.

—No estoy seguro de que el hecho de que el Brocado Inmortal se haya


revelado de la nada esté dentro de lo que usted anticipaba, pero para
alguien como usted, pensar rápido y cambiar el curso de acción no debería
ser difícil.

Con tantas túnicas fantasma, imposibles de discernir si eran verdaderas o


falsas, seguramente habría una oportunidad para deslizar el Brocado
Inmortal en medio del caos. Y con el Brocado Inmortal mostrándose, Ling
Wen también podría usarlo como una oportunidad para aparecer
personalmente, abiertamente confiscando todas las prendas en el lugar.
Mientras que por cómo las cosas serían juzgadas y cómo se determinaría
el asunto y la explicación de esa silueta, todo recaía en Ling Wen.

Habiendo escuchado hasta este punto, Ling Wen gesticuló para que
pausara.

—Su Alteza, por favor deténgase allí. Entonces, cree que... Lang Ying, ese
es su nombre ¿correcto? ¿Cree que la túnica que él estaba usando era el
Brocado Inmortal? No olvide que, una vez que él se la puso, no obedeció
ninguna de sus órdenes, ¿Me equivoco? Usted mismo lo dijo. Tiene que
saber que los poderes del Brocado Inmortal son extremadamente fuertes e
incluso un Rey Fantasma no es la excepción si es que se llegara a topar
con él.

Xie Lian replicó —Usted también dijo: ''Debería operar bajo circunstancias
especiales''. Mientras que cuál circunstancia especial debería ser esa
exactamente, estoy seguro de que usted está mejor informada que yo.
Rezo porque pueda responder esa pregunta para mí.

Ling Wen frunció el ceño ligeramente y apretó los puños. Dijo suavemente.

—Su Alteza, ¿Esto significa que me ha considerado el ladrón? Perdone mi


honestidad, pero esto me hace sentir un poco... disgustada.

Xie Lian inclinó su cabeza ligeramente.

—Mis disculpas.

—Disculpa aceptada —dijo Ling Wen —Sin embargo, Su Alteza, si va a


ser insistente al respecto, bien puede serlo, mientras tenga evidencia.
Después de todo, esto no ha sido nada más que una especulación.

Xie Lian replicó lentamente.


—Antes de hoy, no tuve ninguna evidencia. De hecho, no tenía nada antes
de entrar al Palacio de Ling Wen. Pero, la obtuve mientras teníamos esta
conversación.

Ling Wen hizo un ademán de invitación para que continuara.

—Por favor

—La evidencia es que, justo ahora, nunca se molestó en contar el número


exacto de túnicas fantasma —Xie Lian dijo.

La expresión de Ling Wen apenas y cambió, no obstante, sus cejas


parecieron haberse retraído ligeramente.

Xie Lian continuó.

—El número de túnicas fantasma que traje conmigo es sin duda menor,
pero no fue solo una la faltante. De hecho, solo traje conmigo ochenta y
ocho piezas... ¡así que un total de diez prendas hacen falta!

—Cada prenda de ropa que consideré sospechosa, la conservé y no la


traje conmigo. Usted nunca pensó que el número fuera incorrecto, pero
con un solo vistazo, fue capaz de darse cuenta de que la que Lang Ying
utilizaba no estaba aquí. Así que, rezo para que me diga ¿Cómo supo que
era esa prenda en particular la que faltaba?

Ling Wen levantó una mano.

—Por favor espere.

Sin prisa, ella hizo recuento de todas las túnicas fantasma en el suelo una
vez más y descubrió que realmente solo había ochenta y ocho piezas de
ropa.

Manteniendo su tono impasible, replicó.


—Supongo que puede decir que nadie es perfecto y siempre habrá algo
que uno pase por alto.

—Muy bien —dijo Xie Lian —Ya que contó seriamente esta vez y debió
haber visto cada una de las prendas de ropa, entonces, déjeme
preguntarle algo: ¿Se percató? ¡La túnica que usó Lang Ying ayer está
entre estas ochenta y ocho túnicas!

—Su Alteza, ¿Qué está intentando decir? —preguntó Ling Wen.

Xie Lian se acuclilló en el suelo y tomó aleatoriamente una túnica de la pila


de ropa, sacudiéndola para abrirla; era una simple túnica de cáñamo.

—La que usó Lang Ying ayer es esta ¿Acaso no está aquí? ¿Cómo es que
no se dio cuenta mientras contaba por segunda vez?

—Su Alteza debería saber también que no hay nada especial con esta
túnica de cáñamo, así que no puede culparme por no reconocerla de un
solo vistazo —replicó Ling Wen.

—Realmente no hay nada que destacar —Xie Lian dijo —Entonces, usted,
Ling Wen Zhenjun, quien es competente y confiable, trabajadora y
cuidadosa, ¿Por qué razón diría tan precipitadamente que una túnica tan
poco llamativa faltaba cuando aún no hubo contado correctamente?

La sonrisa de Ling Wen no cedió.

—Hay muchas túnicas, mis ojos están nublados; los pergaminos están
apilados como montañas y yo estoy ajetreada.

—Sus ojos no están nublados, es lo contrario —dijo Xie Lian —Sus ojos
son muy agudos. Permítame decirle una segunda cosa: yo realmente no
traje la túnica que Lang Ying usó ayer. La que tengo en mis manos ahora
mismo solo es otra que he replicado basándome en la original, pero, fui
cuidadoso con los detalles de esta réplica. Así que, ¿Cómo fue capaz de
determinar de un solo vistazo que la verdadera que Lang Ying usó ayer no
estaba aquí?

Ling Wen estaba confundida.

—Falso o no, de cualquier forma, no la vi. Su Alteza, ¿Acaso siempre


piensa tanto en cada uno de sus casos? ¿Por qué pondría tanto esfuerzo
en crear esta réplica?

Viendo que esquivaba el punto, Xie Lian dijo.

—No he terminado, le diré una última cosa.

Xie Lian levantó la blanca túnica de cáñamo y dijo suavemente.

—... Esta túnica de cáñamo no es más que una que recogí de la pila.
''Réplica basada en la original'' o ''cuidadoso con los detalles'' solo son
tonterías que acabo de inventar. Como usted dijo, ¿Por qué desperdiciar
mi tiempo haciendo una réplica? Usted ha caído. Esta de aquí ni siquiera
es del mismo color que la túnica que llevaba Lang Ying ayer. Pero le
interrogué incluso sosteniéndola frente a usted, ¿Acaso nunca pensó que
fuera extraño?

—. . .

Xie Lian observó a Ling Wen con atención.

—Ling Wen, justo ahora, solo necesito que responda un pregunta muy
simple: ¿Cuál era el color de la túnica que llevaba Lang Ying ayer?

Ling Wen no respondió de inmediato y solo levantó sus pestañas con


lentitud.

La blanca túnica de cáñamo cayó al suelo.


Xie Lian dijo.

—Como la estimada diosa civil número uno, cientos de miles de


pergaminos detallando los asuntos de la Corte Superior pasan por sus
manos. Su memoria no debería ser tan mala. ¿Cómo es que ni siquiera
puede recordar el color de la túnica que usó Lang Ying ayer?

—No es capaz de responder, porque está en guardia ante mi potencial


engaño; no se atreve a responder tan fácilmente porque no sabe de qué
color fue inicialmente. ¡Porque ayer, lo que usted vio en él fue un saco
andrajoso de tela sin cuello ni mangas!

Enunció cada palabra:

—El Brocado Inmortal toma miles de formas, pero eso no es más que un
encantamiento de ilusión. Sin embargo, sin importar cuán poderoso sea el
encantamiento de ilusión, siempre será ineficiente en un individuo... ¡Quien
lo creó!

—Sin importar qué forma tome, en los ojos del creador, siempre mostrará
su forma verdadera. Antes, observó las ochenta y ocho túnicas fantasma y
no vio ningún saco de tela sin cuello ni mangas, ¡así que por supuesto fue
capaz de determinar inmediatamente que el Brocado Inmortal no estaba
en la pila!
Capítulo 133: Viendo a Través del Rey Fantasma; Jugando con el Rey
Fantasma.

Tercer Libro: Con Infinitas Posibilidades.

Al principio, solamente había planeado mantener las sospechosas túnicas


fantasma y examinarlas nuevamente por su cuenta, pero no había
planeado que con el comentario descuidado de Ling Wen, sería capaz de
captar la mentira en sus ojos. En el momento que Xie Lian se percató,
siguió la corriente y la engañó en cada segundo. Al final, realmente logró
destruir la armadura de Ling Wen.

Ling Wen permaneció allí de pie, congelada.

Xie Lian dijo —Por supuesto, puede negar todo esto. Pero será fácil probar
si es real o falso. Una vez que presente la túnica en el Gran Salón Marcial,
haga que cambie su forma ante el Emperador Celestial y le pregunte a
usted si puede describir cómo luce, todo saldrá a la luz.

Durante la estadía del Brocado Inmortal en el reino mortal, había absorbido


la sangre de más de quinientas personas; era un objeto de gran maldad. Si
Ling Wen solo había irrumpido en el Gran Templo Marcial para hurtar el
brocado y no hubiera tenido la oportunidad de dañar a nadie entonces no
sería un crimen tan grande que no se pudiera perdonar. Sin embargo, Ling
Wen fue, al inicio, reclutada como una general adjunto antes de ascender y
las historias más recientes sobre el Brocado Inmortal surgieron
considerablemente tiempo después de que Ling Wen se estableciera como
general adjunto.
Lo que significaba que, esto había sucedido después de que Ling Wen
hubiera tomado sus responsabilidades en el reino celestial… ¡Y que ella
había creado el Brocado Inmortal siendo un oficial celestial!

Un oficial del cielo, que tenía la tarea de proteger a los mortales, había
seducido y asesinado a un hombre; esto ya debería ser merecedor de una
sentencia severa. El mortal que había sido seducido y asesinado era
también un futuro oficial celestial. Por lo cual, este asunto no sería tan
misericordioso.

Ling Wen suspiró.

—Su Alteza, usted realmente es…

Después de una pausa, dijo.

—Quizás fue solo mi mala suerte que esta misión se le otorgara a usted.
Aunque solo somos nosotros dos aquí en el Salón Ling Wen y tenemos
siglos de amistad entre nosotros… creo que si le rogara que cerrara sus
ojos ante este asunto tomando en cuenta nuestros años de amistad,
probablemente usted no estaría de acuerdo. Es más probable que me pida
entregarme al Gran Salón Marcial, ¿Me equivoco?

Xie Lian suspiró también. Aunque él y Ling Wen se habían conocido por
siglos, siempre habían sido solo negocios y nunca se habían vuelto
cercanos. Su relación no era mala. Incluso cuando hubo ascendido por
tercera vez, mientras todos lo tachaban como el Dios de la Basura, Ling
Wen nunca lo menospreció. Por el contrario, le había otorgado incluso más
asistencia y cuidó de él. Pero la misión del Brocado Inmortal tuvo que caer
justo sobre su cabeza. Una vez que la verdad fue revelada, y aunque era
difícil reportarla, era incluso más imposible que no lo hiciera.

Xie Lian replicó con formalidad.

—Mi suerte es mala también.


Ling Wen cruzó los brazos y negó con la cabeza.

—Su Alteza, alguien como usted… Algunas veces es inteligente, pero


otras no lo es; otras veces es de corazón blando pero otras es de un
corazón frío también.

Después de una pausa, preguntó.

—Entonces, ¿Dónde está la túnica ahora?

—En mi posesión —Xie Lian replicó —Después de que terminemos aquí,


personalmente la entregaré al Gran Salón Marcial.

Ling Wen asintió, luciendo como si no tuviera nada más que decir.

Xie Lian agregó —Entonces, podría decirme usted, ¿Cómo es que cuando
Lang Ying usó el Brocado Inmortal, sus efectos no funcionaron?

—Probablemente podría adivinar —Ling Wen respondió —Pero si Su


Alteza quiere conocer la respuesta, ¿Aceptaría primero un favor?

—¿De qué se trata? —preguntó Xie Lian.

—¿Me dejaría verlo? —Ling Wen dijo —El Brocado Inmortal.

Xie Lian se sorprendió.

Ling Wen continuó.

—Solo necesito un día. Después de todo, si debo entregarme al Gran


Salón Marcial, posiblemente no haya muchas oportunidades después para
hacerlo. No me malinterprete, no haré nada. Es solo que, ayer cuando
usted mencionó que se había mostrado, me sorprendí.

Ella negó con la cabeza, sus ojos desenfocados.


—... Han pasado tantos años, pero nunca he visto a Bai Jing aparecer.

—¿Así que el nombre del joven soldado es Bai Jing? —Xie Lian preguntó.

Ling Wen pareció volver en sí.

—Oh, sí. Pero la gente usualmente lo llamaba Xiao Bai. (1)

—¿Xiao Bai? —se preguntó Xie Lian —Eso suena como…

Como si llamaran a un perro, o a un tonto.

Ling Wen rió.

—Es tal como usted lo está pensando. Yo le di el nombre de Bai Jing.


Nadie nunca lo llamó así, así que no muchos conocían su nombre. Pero, si
uno lo llama con ese nombre, él estará feliz.

En la leyenda del Brocado Inmortal, la manera en la que la jovencita que el


joven hombre amó lo trataba, solo la hacía ver como alguien cruel y
horrible; porque si no se trataba de algún resentimiento profundo, entonces
solo era pura sangre fría. Aun así, cuando Ling Wen hablaba sobre el
joven hombre, su tono era amigable; no había ni afecto ni odio.

—Entonces ¿lo hará? Si Su Alteza teme que huya, puede hacer que
Ruoye me ate. No soy un dios marcial, no será capaz de escapar.

Por alguna razón, Xie Lian sintió que debía confiar en Ling Wen. Después
de considerarlo por un momento, asintió con la cabeza.

—Muy bien.

Ambos abandonaron el Palacio de Ling Wen como si no hubiera sucedido


nada. Mientras caminaban por la Gran Avenida Marcial, aún saludaron a
los oficiales celestiales que pasaban con normalidad. Ling Wen se veía
como siempre, no dando nunca a entender que las manos bajo sus
mangas estaban atadas firmemente por Ruoye. No habían ido muy lejos,
cuando se toparon con Pei Ming, quien recién había regresado de hacer
vigilancia callejera. Ambos se saludaron, de pie a un costado de la calle,
haciendo saludos superficiales y comentarios sarcásticos. Pei Ming miró a
Xie Lian el tiempo entero y Xie Lian estuvo ligeramente alarmado.

—¿Por qué está el General Pei mirándome así?

Pei Ming frotó su frente y replicó con formalidad.

—No voy a mentir, Su Alteza. Cada vez que lo veo, me siento ansioso y mi
cuerpo se tensa, como si fuera a sucederle algo a quien sea que camine
junto a usted. Así que cuando lo veo caminando con Ling Wen, mi corazón
se acelera. Ling Wen, será mejor que tengas cuidado.

Ling Wen rió —¿Cómo podría ser eso posible? General Pei, deje de
bromear.

Xie Lian, no obstante, no sabía si reír o llorar. Hasta cierto nivel, los
instintos de Pei Ming eran bastante exactos.

Una vez que regresaron, mientras se acercaban al Santuario Puqi, en la


distancia pudieron ver a Lang Ying, quien se recargaba contra un viejo
árbol frente al santuario. Su mano izquierda giraba juguetonamente la
escoba sin cuidado y un montón de hojas doradas se encontraba apilado
junto a su pie. Xie Lian entrecerró los ojos y lo observó por un buen rato,
antes de que pusiera más fuerza en sus pisadas a propósito para anunciar
su llegada. Lang Ying no miró atrás, pero debió haberse percatado de su
presencia y muy naturalmente cambió su pose. Continuó barriendo antes
de girarse y actuar como si recién hubiera visto a Xie Lian y a Ling Wen.

Xie Lian aclaró su garganta ligeramente.

—¿Barriendo otra vez?


Lang Ying asintió. Viéndolo así, Xie Lian no pudo contenerse; acarició su
cabeza como un anciano lo haría y le halagó.

—Qué buen niño.

Lang Ying aceptó su gesto con simpleza. Ling Wen los observó sin
comentar y Xie Lian la guió mientras abría la puerta del Santuario Puqi.

—Está aquí dentro…

Sin embargo, inesperadamente, en el momento que abrió la puerta, vio


una figura acuclillada frente a la caja de donaciones, una vez más
insertando barras de oro dentro. Xie Lian rápidamente corrió para alejarlo.

—Qi Ying, deje de llenar la caja, es realmente suficiente. Ni siquiera he


sacado las que ya había metido la última vez, todas están atoradas.

Ling Wen asintió.

—Saludos, Su Alteza Qi Ying.

Qi Ying le saludó también.

—Hola.

Había un perchero de madera en el centro del Santuario Puqi, y encima


del perchero colgaba una simple túnica de cáñamo. Por supuesto, eso era
solo lo que Xie Lian veía. Ling Wen se acercó y la observó solemnemente
por un largo tiempo, pero la túnica no reaccionó. Giró su cabeza
ligeramente.

—Mis Señores, me gustaría verlo sola, ¿Está eso bien?

—Está bien —Xie Lian dijo.


Ruoye tenía sus manos atadas y no era una deidad marcial, así que,
razonablemente no sería capaz de intentar nada. Xie Lian no estaba tan
preocupado, así que puso una mano sobre el hombro de Quan Yizhen.

—Salgamos.

Al menos este caso estaba considerado cerrado, y Xie Lian podría


relajarse. Resultaba que recién, los vecinos le habían obsequiado un
montón de frutas y verduras, así que Xie Lian las tomó todas, listo para
cocinar. Esto era a lo que le llamaban espíritu incansable. Después de
muchos días, Quan Yizhen parecía haber tomado al Santuario Puqi como
alguna especie de granja feliz; después de todo, estaba siempre saltando
de arriba a abajo, algunas veces escalando árboles, algunas otras robando
calabazas, algunas otras pescando peces, y otras atrapando ranas. En un
momento de descuido para Xie Lian, Quan Yizhen se había escabullido en
la cocina y había agarrado una batata. Sintiendo el espacio vacío sobre la
encimera, Xie Lian giró su cabeza y vio a Quan Yizhen, quien tenía la
batata en su boca, escabulléndose de la cocina y huyendo como un pez
que escapaba de la red.

Xie Lian bramó.

—¡No está cocinada aún, no la coma!

No obstante, era precisamente porque no estaba cocinada aún que debía


comerse inmediatamente. Una vez que Xie Lian la cocinara, no sería
comestible nunca más. Xie Lian negó con la cabeza, y entonces vio a Lang
Ying, acercándose a él con sus ojos en forma de lunas crecientes.

—Lang Ying, ¿Estás libre? Ven y ayúdame a cortar algunos vegetales.

Lang Ying estuvo a punto de ir a arrebatar la batata que Quan Yizhen se


había llevado cuando escuchó el comando de Xie Lian, de inmediato se
acercó para ayudar sin pensarlo dos veces. Tomó el cuchillo que estaba
encima de la tabla para cortar y lo presionó contra el repollo; así comenzó
a cortarlo, corte tras corte, tomándose la tarea muy en serio. Xie Lian lo
observó, después, giró su cabeza para lavar el arroz mientras charlaba.

—Lang Ying, has visto a un gran número de dioses y fantasmas que han
venido a nuestro pequeño Santuario Puqi ¿Verdad?

Cada uno de ellos, más bizarro que el anterior. Lang Ying respondió detrás
de él.

—Mn.

Xie Lian continuó —Entonces, déjame preguntarte: si tuvieras que elegir,


¿Quién entre esos dioses y fantasmas es el más atractivo?

Lang Ying cortaba las verduras sin decir nada, pareciendo pensarlo
mucho. Xie Lian levantó sus cejas lentamente.

—Dime. Solo di lo que sea verdad en tu mente.

Por lo tanto, Lang Ying respondió.

—Usted.

Xie Lian rió.

—Además de mí.

—El de rojo —Lang Ying dijo.

A Xie Lian se le iba a reventar una tripa por contener la risa. Respondió
con una voz seria.

—Mn, yo también lo pienso.


Después de una pausa, Xie Lian preguntó otra vez.

—Entonces, ¿Quién crees que es el más fuerte?

Lang Ying aún respondió con:

—El de rojo.

Xie Lian continuó su línea de preguntas sin detenerse.

—¿Quién es el más adinerado?

—El de rojo.

—¿Quién te parece más admirable?

—El de rojo.

—¿Quién es el más tonto?

—El de verde.

Las preguntas habían venido una tras otra sin pausa, pero realmente fue
capaz de cambiar su respuesta a tiempo, lo cual resaltaba su ingenio y
reacción.

Xie Lian comentó.

—Parece que realmente te agrada el gege vestido de rojo. Su nombre es


Hua Cheng, recuérdalo. Entonces, ¿Esto significa que crees que es una
muy buena persona?

Involuntariamente, los movimientos del cuchillo en la mano de Lang Ying


parecieron haberse incrementado en velocidad.
—Muy bueno.

Xie Lian dijo —Entonces, una vez que estemos libres, ¿Crees que
debamos invitarlo aquí otra vez?

—Mn, por supuesto, es una necesidad —Lang Ying replicó.

—Yo también lo creo —dijo Xie Lian —Pero, su subordinado dijo que ha
estado muy ocupado últimamente, así que debe estar haciendo cosas muy
serias ahora mismo. Creo que será mejor si no lo molestamos.

Después del comentario, los sonidos del crujir de los vegetales siendo
rebanados por Lang Ying se volvieron de pronto más pesados. Xie Lian se
sostuvo del filo de la estufa, sus tripas doliendo por contener su risa. De
pronto, Quan Yizhen asomó su cabeza por la ventana. Tomó una mordida
de la batata y barrió con la mirada el interior de la cocina.

Entonces le dijo a Lang Ying.

—Los has hecho trizas, ya no sabrán bien.

—¿Mm? ¿Qué has dicho? —Lang Ying le amenazó.

Xie Lian giró su cabeza para mirar, el repollo no estaba solo hecho trizas,
sino que no había nada más que pequeños restos a este punto. Aclaró su
garganta suavemente.

—Mi dios, tu habilidad con el cuchillo es realmente mala.

—. . . .

Lanzando todo tipo de condimentos a la olla, Xie Lian palmeó sus manos y
decidió dejar que hirviera a fuego lento por dos horas y abandonó la
cocina. Le lanzó una mirada a Ling Wen; ella seguía aún apropiadamente
en el santuario, así que continuó con sus tareas. De la pila de trozos de
madera, sacó una gran tabla, pidió prestados un pincel y tinta de la casa
del líder de la aldea y se sentó frente a la puerta, una mano sosteniendo la
tabla mientras la otra sostenía el pincel, perdido en sus pensamientos.
Lang Ying se acercó también y Xie Lian levantó la mirada.

Preguntó con calidez.

—Lang Ying, ¿Puedes leer? ¿Sabes cómo escribir?

—Sí —Lang Ying replicó.

—¿Cómo es tu escritura entonces? —preguntó Xie Lian.

—Mediocre —Lang Ying replicó.

—Eso está bien —dijo Xie Lian —Mientras sea legible. Ven y dame una
mano.

Le entregó la tabla y el pincel a Lang Ying y sonrió.

—Nuestro santuario no tiene una placa de establecimiento. ¿Qué tal si


escribes una para mí?

—. . .

Bajo la presión de Xie Lian, Lang Ying tomó el pincel. El pequeño pincel en
su mano parecía pesar miles de toneladas, incapaz de moverlo sin
importar qué.

Finalmente, un momento después, pareció aceptar la derrota y bajó el


pincel y la tabla. Una lamentable voz se hizo presente tras los vendajes.

—... Gege, me equivoqué.


La voz no le pertenecía en absoluto a Lang Ying; era claramente la voz de
Hua Cheng. Solo que, era más fresca de lo normal, el sonido de un niño.
Xie Lian estaba recargado contra el muro a un costado con sus brazos
cruzado, y habiéndolo visto luchar por tanto tiempo y finalmente rendirse,
realmente no pudo contenerse más. Xie Lian cayó al suelo mientras reía.

—¡San Lang realmente está muy ocupado!

Notas:

1.- [白錦] “Bai Jing” significa ‘‘Brocado Blanco’’. La palabra blanco también
significa ‘‘claro’’. ‘‘Xiao Bai’’ o ‘‘Pequeño Blanco’’ es un nombre de mascota
como ‘‘spot’’. ‘‘Bai Chi’’, ''El que es blanco de mente’’, significa idiota.
Capítulo 134: Viendo a Través del Rey Fantasma; Jugando con el Rey
Fantasma.

Tercer Libro: Con Infinitas Posibilidades.

Al principio, Xie Lian lo había extrañado mucho, ya que no se habían visto


por un largo tiempo, incluso cuando este ‘‘largo tiempo’’ solo habían sido
unos pocos días. No obstante, ¿Quién iba a imaginar que Hua Cheng
había estado allí todo ese tiempo a su lado y ocultándose? De pronto, el
humor de Xie Lian se avivó y todas sus preocupaciones y ansiedades
anteriores fueron olvidadas por completo. Se reía tan fuerte que tuvo
problemas para ponerse de pie.

—Gege, me has tendido una broma —Hua Cheng le acusó.

Xie Lian recogió el pincel y la placa y dijo.

—No me acuses, San Lang me tendió una broma primero. Déjame


adivinar… has estado aquí desde que rompí la estufa, ¿Verdad?

Hua Cheng lo elogió.

—Ah, ese es de hecho el caso. Gege, ¿Cómo lo supiste? ¡Eres tan


asombroso!

Xia Lian sacudió su mano.

—¿Qué asombroso? San Lang, si quieres disfrazarte de alguien más, no


seas tan perezoso. Sería más asombroso si fuera difícil de adivinar. Y yo
aquí pensando que había una segunda persona que es capaz de comer…
ajem, pero ‘‘¿Quién es el más atractivo? ¿El más fuerte? ¿El más
adinerado? ¿Quién es más admirable?’’ Jajajajaja…

—... Gege, por favor olvida que eso alguna vez sucedió —Hua Cheng dijo
suavemente.

Xie Lian se rehusó con firmeza.

—No, recordaré esto por siempre.

Hua Cheng dijo lamentable.

—Gege, aunque estoy muy feliz porque tú estés feliz, ¿Es de verdad tan
gracioso?

Xie Lian abrazó su propia barriga.

—¡Por supuesto! Solo después de haberte conocido volví a descubrir que


es algo tan simple ser feliz, jajaja…

Al escuchar esto, Hua Cheng parpadeó. Las carcajadas de Xie Lian se


atenuaron, percatándose de que lo que había dicho era demasiado
revelador. Ahora que se había calmado, incluso él pensó que era un poco
empalagoso. Aclarando su garganta, Xie Lian frotó las esquinas de sus
ojos y se forzó a controlar su propia expresión.

—Muy bien, basta de juegos. ¿En dónde está el verdadero Lang Ying?
¿Por qué te disfrazaste como él? Puedes traerlo de vuelta ahora.

Hua Cheng replicó lánguidamente.

—Lo envié temporalmente a Ciudad Fantasma como un invitado.

Ya que era Hua Cheng quien se lo había llevado, Xie Lian no estaba para
nada preocupado. Asintió y estuvo a punto de decir algo cuando la puerta
de madera se abrió. Ling Wen salió del interior del Santuario Puqi con sus
manos a los costados.

—Su Alteza.

Hua Cheng no tenía intenciones de revelar su identidad, así que Xie Lian
no lo mencionó tampoco, pretendiendo aún que era Lang Ying frente a los
demás. Notando la expresión solemne de Ling Wen, Xie Lian
inconscientemente se volvió serio también, su sonrisa desvaneciéndose
por completo.

—¿Qué sucede? El Brocado In… ¿Sucede algo malo con Bai Jing?

—No, no sucede nada con él —Ling Wen dijo —Es solo que, parece haber
un extraño olor proveniente de la cocina. ¿Está Su Alteza cocinando algo?

Xie Lian rápidamente replicó.

—Oh, sí. Estoy cocinando.

Después de pensarlo un poco, Ling Wen usó un tono cortés para decir
algo verdaderamente descortés.

—Por favor tírelo, Su Alteza. Lo que sea que esté cocinando, está
probablemente arruinado.

—. . .

Dos horas después, la tarde había llegado.

Dentro del Santuario Puqi, ante la mesa altar, Hua Cheng, Ling Wen y
Quan Yizhen se sentaron en un círculo alrededor de la mesita de madera.
Xie Lian trajo la olla de la cocina y la colocó sobre la mesa. En el momento
que abrió la tapa, reveló muchas pequeñas, redondas, blancas, suaves y
adorables albóndigas colocadas perfectamente al fondo.
—¿Acaso no guisó con agua? ¿Por qué se convirtieron en albóndigas? —
Quan Yizhen demandó.

Xie Lian entonces las presentó así.

—Este platillo se llama ‘‘Las Albóndigas de Castidad Incorruptible’’. (1)

—¿Acaso no guisó con agua? ¿Por qué se convirtieron en albóndigas? —


Quan Yizhen demandó.

Xie Lian continuó su presentación.

—Ya que amasar albóndigas requiere de una fuerza delicada, no


demasiado fuerte, no demasiado suave, esto llevó mucho tiempo y
esfuerzo.

—¿Acaso no guisó con agua? ¿Por qué se convirtieron en albóndigas? —


Quan Yizhen demandó.

—. . .

Ya que Quan Yizhen estaba siendo demasiado insistente, Xie Lian explicó
con calidez.

—Usé agua, tiene razón. Pero ya que hubo un ligero problema al controlar
el fuego y el tiempo, la olla entera hirvió hasta secarse, así que agregué
algunos condimentos e hice albóndigas en su lugar.

Escuchando esto, Ling Wen le halagó de corazón.

—Su Alteza realmente va un paso adelante, incomparable en la historia de


la humanidad; este sirviente se ha empapado de un profundo respeto.

—Gracias, gracias, su halago es demasiado alto —Xie Lian dijo.


—No lo es —dijo Ling Wen —Al menos, creo que definitivamente no puede
haber nadie en la historia del universo que pueda crear un platillo llamado
‘‘Las Albóndigas de Castidad Incorruptible’’.

Xie Lian repartió los palillos.

—Quién sabe, quién sabe. Todos, por favor.

Ling Wen y Quan Yizhen tomaron los palillos con sus manos derechas y
las izquierdas se dirigieron para tomar los fríos bollos a un costado de la
mesa al mismo tiempo. Solo Hua Cheng había tomado una Albóndiga de
Castidad Incorruptible y la colocó en su propia boca.

Después de un momento, remarcó.

—Muy buenas.

Viendo esto, los ojos de Quan Yizhen se ampliaron.

Hua Cheng entonces agregó.

—El sabor es un poco ligero.

—Bien, debidamente anotado —dijo Xie Lian.

Viendo con grandes ojos que el jovencito cubierto en vendajes a su lado


engullía varias brillantes y suaves como cemento albóndigas y daba su
opinión sincera, Quan Yizhen pareció completamente convencido.
Después de pensarlo un poco, también tomó una albóndiga.

Xie Lian mantuvo su sonrisa. Sonrió y observó a Quan Yizhen tragarla.


Sonrió mientras veía que el rostro de Quan Yizhen se volvía pálido y sonrió
mientras Quan Yizhen caía al suelo, incapaz de volverse a parar.

Xie Lian continuó sonriendo mientras preguntaba.


—¿Sucede algo?

Hua Cheng respondió.

—Probablemente comió demasiado rápido y se atragantó.

Ling Wen sonrió. Justo en ese momento, Xie Lian de pronto escuchó una
voz familiar resonando en su oído.

—Gege.

No era la murmurante voz de Lang Ying, y tampoco era la fresca y


lánguida voz del pequeño Hua Cheng, sino, la voz del usual Hua Cheng.
Estaba intentando hablar con Xie Lian a través de su red de comunicación
espiritual privada.

Xie Lian levantó sus pestañas ligeramente y respondió.

—¿Qué sucede?

—Ling Wen es alguien cruel y astuta, sin corazón y sin piedad. Ahora que
la has traído aquí, las cosas podrían no terminar tan fácilmente.

Esta era la primera vez que Xie Lian había escuchado a alguien hacer ese
tipo de comentarios respecto a Ling Wen. Después de un poco de
meditación, replicó.

—A mí me parece que tiene buenas intenciones con el Brocado Inmortal,


eso no debería ser falso.

—Tener buenas intenciones y no tener piedad no entran en conflicto. Ella


es el dios civil número uno en los cielos, sus ojos y oídos están por todas
partes y sus brazos tienen un largo alcance. Gege necesita cuidar que
busque ayuda con alguien.
—¿El General Pei? —Xie Lian preguntó.

—No debería ser él —Hua Cheng dijo —Si el Tirano del Agua aún
estuviera aquí, entonces ella definitivamente pediría su ayuda para
suprimir el asunto, después de todo, Shi Wudu siempre solía brindar
asistencia basándose más en la amistad que en las razones. Pero si se
trata de Pei Ming, mientras uno le cuente la verdad de todo, seguramente
no elegirá ayudar a la corrupción. Gege, ten cuidado.

—Muy bien, tendré cuidado —Xie Lian dijo —Es bueno que un día pase
rápido.

Sin embargo, la voz de Hua Cheng en su oído era oscura.

—No, Gege, me has malentendido. Te digo que tengas cuidado de algo


más. Alguien viene.

Justo entonces, una serie de sonidos de campanas tintineantes entraron


en los oídos de Xie Lian. Hua Cheng frunció el ceño ligeramente. Xie Lian
miró a través de las grietas de la ventana y vio a un cultivador de mediana
edad con una campana en mano, balanceándola mientras se acercaba a la
entrada de la Aldea Puqi.

El cultivador usaba una túnica cultivacional lujosa. Llevaba un baúl del


tesoro tras su espalda y el baúl estaba cubierto de talismanes amarillos. La
campana sonaba mientras caminaba. Xie Lian tenía buen ojo para estas
cosas, y reconoció de inmediato que era una buena campana. Si había
monstruos o demonios normales alrededor, sus cabezas palpitarían
cuando escucharan el replicar y se mantendrían alejados. Antes de que el
cultivador se acercara más, unos cuantos grandes monjes con cejas
blancas y túnicas amarillas se le unieron con bastones en las manos.
Pronto, una multitud de cincuenta a sesenta se reunió, como si todos
hubieran planeado juntarse. Sin notarse sorprendidos por encontrarse allí
todos, rodearon el Santuario Puqi.

La multitud no era solo para impresionar, sus cuerpos estaban cubiertos


con artefactos espirituales variados, sus manos y pies firmes, muy
obviamente hábiles. Los oficiales celestiales tomaban el poder espiritual de
las ofrendas de sus seguidores, y algunos cultivadores y monjes podían
también recibir poderes espirituales de los oficiales celestiales a los que
adoraban. Estos monjes y cultivadores podrían poseer incluso poderes
espirituales más grandes que los de Xie Lian, un oficial celestial. Para que
se reunieran tantos de la nada, seguramente no podrían tener buenas
intenciones. Xie Lian arrugó sus cejas ligeramente, presintiendo que los
recién llegados no venían en paz.

Hua Cheng bajó su cuenco y palillos y se puso de pie. Xie Lian escuchó un
sonido de exasperación en su red de comunicación espiritual privada.

—Esos viejos monjes y asquerosos cultivadores se atreven a seguirme


hasta aquí. Lamento haber traído problemas a tu puerta, Gege; los alejaré
de aquí.

Xie Lian lo agarró.

—No te muevas.

Ling Wen estaba sorprendida.

—¿Qué sucede?

Xie Lian le dijo a Hua Cheng a través de su red de comunicación espiritual


privada.

—No vayas. Dime la verdad, ¿Te está afectando realmente la reapertura


del Monte Tonglu?
—No —Hua Cheng respondió.

Xie Lian observó los ojos tras las vendas con firmeza.

—Deja de mentir, eres un Rey Fantasma Supremo. Al inicio nunca tuviste


necesidad de temer a mortales como ellos; ¿Por qué no solo los golpeas y
haces que se vayan directamente en lugar de alejarlos? ¿No estabas
jugando una broma al cambiar a esta forma, me equivoco?

Con la apertura del Monte Tonglu, cuanto más fuerte fuera un fantasma o
demonio, más sentirían los efectos. La primera vez que los fantasmas
tuvieron su despertar, Xie Lian hubo presenciado con sus propios ojos
cuánta miseria había sufrido Hua Cheng. Y cuanto más se acercaba la
fecha para que las puertas se abrieran, los temblores solo incrementaban
más y más. Bajo estas circunstancias, si fuera Xie Lian, escogería sellar su
propia forma temporalmente y transformarse en una pequeña criatura para
guardar sus poderes y evitar enloquecer, esperando hasta que todo
terminara para remover el sello.

Por lo tanto, aunque esto podría evitar el tormento y la agravación, ya que


sus poderes estaban sellados, esto le daba a otros la oportunidad de
emboscarlo.

Xie Lian maldijo.

—Qi Rong, tú…

Esa noche, Qi Rong había amenazado que iba a convocar a todos los
cultivadores y monjes que sufrieron de los agravios de Hua Cheng, pero
creyó que solo estaba fanfarroneando. Hua Cheng negó con la cabeza
ligeramente.

—Gege, ellos están aquí solo por mí. Todo estará bien una vez que me
vaya. Aunque con mi forma actual no puedo matarlos con un solo
movimiento de mi mano, al menos puedo hacer que se pierdan.
No obstante, Xie Lian amenazó.

—Si te vas ahora, no regreses a verme nunca más.

—. . .

—¡Su Alteza! —Hua Cheng bramó.

Hua Cheng siempre había sido despreocupado, pero meticulosamente


atento. En el pasado, ayudó a Xie Lian múltiples veces, y ahora que Xie
Lian tenía la oportunidad de ayudarlo a él, ¿Cómo sería posible que
permitiera que Hua Cheng se fuera por su cuenta?

Xie Lian dijo amenazante.

—Siéntate. Yo saldré.

Quan Yizhen abrió los ojos con gran dificultad y preguntó mientras seguía
aturdido.

—¿Vino… vino alguien? ¿Necesita que… que los golpee?

—. . .

Su voz era ronca, Xie Lian le ayudó a cerrar los ojos.

—Qi Ying, solo siga recostado allí. Además, no puede golpear mortales así
porque sí, le costará méritos.

Xie Lian se presionó contra la puerta de madera para escuchar los


movimientos del exterior. Algunos aldeanos que justo habían terminado su
trabajo seguían afuera en los alrededores y no habían ido a casa aún para
tomar la cena, todos estaban sorprendidos al ver tantos cultivadores y
monjes de repente y preguntaron.
—¿Qué hacen todos estos maestros reunidos aquí? ¿Están todos aquí por
Xie Daozhang?

Un monje lleno de intenciones asesinas juntó sus manos sonoramente en


una oración.

—Amitabha Buddha. Querido donante, ¿Sabía usted que este lugar ha


sido invadido por criaturas malignas?

—¡¿Qué?! —Los aldeanos se quedaron perplejos —¡¿CRIATURAS


MALIGNAS?! ¿QUÉ TIPO DE CRIATURAS MALIGNAS?

Otro monje replicó misteriosamente.

—¡Un Rey Fantasma único en su clase que trae caos al mundo!

—¡¿Qu.. qué deberíamos hacer?! —Los aldeanos exclamaron.

El cultivador vestido con ropajes lujosos, quien había sido el primero en


llegar, dijo.

—¡Déjelo a nosotros! ¡Hoy, todos nosotros, que caminamos el mismo


sendero, nos hemos reunido aquí por esta misma razón: la oportunidad
única en la vida para capturar a esa cosa maldita!

Entonces, estuvo a punto de acercarse cuando el líder de la aldea lo


empujó de vuelta. El cultivador le lanzó una mirada.

—¿Quién es usted? ¿Qué es lo que hace?

El líder de la aldea dijo.

—Um, maestros. Yo soy el líder de la aldea. Estamos todos muy


agradecidos de que estén aquí, pero, jeje, a decir verdad, ustedes se ven
demasiado costosos…
—... —El cultivador vestido lujosamente dijo —Hemos venido a derrotar al
mal, ¡¿Cree que estamos aquí por recompensas?!

Después de esto, estuvo a punto de moverse otra vez, pero los aldeanos
lo detuvieron nuevamente. Los monjes y cultivadores comenzaron a
irritarse, pero no podían pasar sobre la personas a la fuerza tampoco así
que demandaron con impaciencia.

—¡¿Y ahora qué?!

El líder de la aldea frotó sus manos.

—Si es gratis entonces muy bien, gracias a los maestros por venir aquí a
derrotar al mal con corazones benevolentes. Pero… es solo que, todo el
trabajo aquí está bajo el cuidado de Xie Daozhang, es difícil para mí como
el líder de la aldea si los maestros vienen aquí a robar su labor.

El grupo de monjes y cultivadores se miraron entre ellos.

—¿Xie Daozhang?

Por lo cual, se reunieron para discutirlo.

—¿Existía una casa cultivacional capaz y reconocida con el nombre Xie en


este oficio?

—No lo parece.

—De cualquier modo, jamás he escuchado de él. Probablemente sea un


don nadie.

—Si no hemos escuchado al respecto, entonces no es reconocido.


Olvídenlo.

Después de discutir, el cultivador de ropajes lujosos se giró.


—El Xie Daozhang del que hablan, ¿Es quien vive en este lugar?

Los aldeanos respondieron.

—Sí.

Entonces gritaron.

—¡Xie Daozhang, Xie Daozhang! ¡Sus compañeros de oficio están aquí!


¡Hay muchos de ellos! ¿Está en casa?

Un viejo monje con una túnica amarilla juntó sus manos en una oración.

—Amitabha Buddha. No importa si Xie Daozhang no está. ¡La criatura


maligna se oculta en esta casa ahora mismo!

Los aldeanos quedaron perplejos.

—¡¿EH?!

Justo en ese momento, Xie Lian empujó la puerta y salió con calma.

—Estoy aquí ¿Qué sucede?

Los aldeanos exclamaron inmediatamente.

—Daozhang, estos monjes y cultivadores eminentes dicen que en su casa,


hay un… un… fantasma…

Xie Lian sonrió.

—¿Eh? ¿Se dieron cuenta?

—¡Lo admitió rápido!

Xie Lian lanzó un frasco.


—¡Así es, ciertamente hay un fantasma!

El cultivador de ropajes lujosos atrapó el frasco y estuvo deleitado al inicio,


pero cuando lo abrió, su sonrisa colapsó.

—¿La Mujer con Medio Maquillaje?

Entonces lanzó el frasco de vuelta, luciendo bastante insatisfecho.

—No bromee, mi amigo. ¡Un monstruo vulgar como este no puede ni


siquiera considerarse un Feroz! Usted sabe bien a lo que nos referimos.

Xie Lian atrapó el frasco y pudo sentir que la fuerza de este hombre no era
débil, definitivamente era alguien que había cultivado arduamente por años
y alguien considerable.

Un número de monjes le dijeron al cultivador vestido lujosamente.

—Dao-xiong, este cultivador parece estar desbordando esencia maligna de


su cuerpo, podría ser…

El cultivador con ropajes lujosos dijo.

—¡Lo sea o no, Yo, el Ojo del Cielo, puedo saberlo con una sola mirada!

Entonces, dio un fuerte gritó, mordió su dedo y dibujó una línea en su


frente; como si un tercer ojo hubiera brotado en su rostro. Viendo su
habilidad, Xie Lian también lo alabó mentalmente y se recargó contra la
puerta, admirando su espectáculo. El cultivador con ropajes lujosos le
lanzó una mirada penetrante y se mantuvo contemplándolo firmemente por
un momento.

—¡Lo sabía… hay esencia maligna! ¡Y ES UNA ESENCIA MALIGNA MUY


PESADA! ¡REY FANTASMA! ¡CAMBIASTE DE ROSTRO DESPUÉS DE
TODO!
Xie Lian estaba atónito.

¿Cómo podría él, un estimado oficial celestial, tener esencia maligna en


él? Justo estaba pensando que este hombre parecía tener cierta habilidad,
pero ahora se giraba y comenzaba a soltar tonterías de la nada.

Al escucharlo, los más de cincuenta maestros reunidos se comportaron


como si estuvieran a punto de enfrentar un gran mal, y cada uno de ellos
se colocó en posición de combate.

Hua Cheng le dijo a Xie Lian a través de su red de comunicación privada.

—Estas personas son tan molestas.

—Está bien, está bien, solo siéntate —Xie Lian replicó.

Un momento después, el cultivador con ropajes lujosos habló nuevamente,


pero con un tono confuso.

—... Eso no parece estar bien.

Los monjes a su lado preguntaron.

—¿Qué no está bien?

El cultivador con ropajes lujosos frotó la marca de sangre en su frente.

—Esto es extraño. Estoy mirando a este hombre, pero de momentos está


cubierto por esencia maligna, al siguiente segundo brilla con luz espiritual y
después se oscurece y atenúa… esto es realmente extraño.

—¿Eh, cómo puede ser eso posible? Dao-xiong, ¿Realmente puede hacer
esto? Sino, nosotros podemos encargarnos.

—Sí, ¿Cómo podría ser él tan extraño?


El cultivador con ropajes lujosos dijo furioso.

—¿Qué? ¿Creen que no puedo hacer esto? Si yo no puedo ¿Qué les hace
pensar que ustedes sí? ¡Yo, el Ojo del Cielo, he estado en este oficio por
muchos años, y raramente me he equivocado!

Xie Lian frotó su frente, negó con la cabeza y preguntó con gentileza.

—Entonces, ¿Por qué no da un vistazo y me dice qué parte de mí está


impregnada con la esencia maligna más fuerte?

El Ojo del Cielo frotó su frente con fuerza y después de mirar por un
momento, exclamó con firmeza.

—¡SUS LABIOS!

—. . .

Notas de MXTX:

Algo como la Esencia del Mal no puede enjuagarse tan fácilmente con solo
cepillarse los dientes o hacer gárgaras con agua… agua bendita debe ser
usada. (Muy amarga y muy peculiar)

Mi gusto al permitir que Xie Lian cree nuevas recetas de defensa es solo
un poquito menor que la de dejar que Hua Hua se cambie de vestuarios
nuevos.

Notas:
1.- [玉潔冰清] ‘‘Limpio como el jade; claro como el hielo’’ es un modismo que
significa Castidad Incorruptible. Suele ser un modismo utilizado para describir a
las chicas. Xie Lian está usando el modismo para describir a sus lindas albóndigas.

Capítulo 135: Mi Santuario Puqi colapsará Supremamente.


Tercer Libro: Con Infinitas Posibilidades.

—¡Así es, son sus labios!

El Ojo del Cielo proclamó con mucha seguridad, no obstante, todos los
monjes y cultivadores estaban perplejos.

—¿Por qué en los labios?

—¿Cómo es posible que la esencia maligna esté solo en los labios? ¿Un
Bálsamo Labial de Espíritu?

Sin pensarlo, las manos de Xie Lian instantáneamente cubrieron su boca.

No creyó que la esencia que Hua Cheng había impregnado en él después


de haberse abrazado y besado una noche entera en el Templo Qiandeng
aún no se hubiera disipado.

El Ojo del Cielo lo señaló.

—Vaya, vaya, vaya, ¿Lo ven todos? ¡Es consciente de su culpa!

Xie Lian inmediatamente bajó las manos y se forzó a suprimir el impulso


de girarse y ver la expresión que Hua Cheng tenía después de haber
escuchado; incluso aunque su rostro estuviera cubierto de vendajes y nada
pudiera ser determinado de cualquier forma.

Explicó gentilmente.
—Um, mi compañero de Dao, se equivoca. En realidad, es porque mi
forma de vivir es un poco torcida, que cada objeto en el hogar es usado
para varios propósitos, como este frasco por ejemplo.

Levantó el frasco de barro en su mano y dijo con confianza.

—Aunque uso esto para atrapar fantasmas de vez en cuando,


normalmente lo uso para hacer verduras en escabeche. Los pepinillos
conservados en este frasco tienen un sabor único, una vez que los coman,
naturalmente… si no me creen, pueden probarlos.

… Técnicamente, esto no era imposible. Los monjes y cultivadores


estaban dudosos, pero los aldeanos cubrieron sus bocas también.

—¿EH? Xie Daozhang, ¿Quiere decir que todos esos pepinillos que nos
dio antes fueron encurtidos de este modo también?

—¿Entonces nuestras bocas no deberían estar llenas de esencia maligna


también?

Usualmente, cuando los aldeanos le ofrecían frutas y vegetales, él


devolvería el gesto regalándoles verduras en escabeche. Rápidamente
agitó su mano.

—¡No se preocupe, los envases que uso para encurtir los de los demás
son diferentes!

El Ojo del Cielo dijo furioso.

—¡¿Está mal de la cabeza?! ¿Acaso no teme que comer cosas como esas
reduzca su esperanza de vida? ¡Deje de perder el tiempo, aún hay
personas escondidas en su santuario, y no es sólo una persona! ¡A un
lado!
Esta vez, temeroso de que el líder de la aldea lo detuviera nuevamente,
antes de que terminara de hablar siquiera, comenzó a caminar. Viendo que
la situación había cambiado muy rápido, Xie Lian inmediatamente volvió
dentro.

Recogió a Quan Yizhen, quien estaba tumbado en el suelo, lo agitó con


locura del cuello de sus ropas y gritó junto a su oído.

—¡Qi Ying, escuche bien! ¡Lo haré comer una Albóndiga de Castidad
Incorruptible!

Al escuchar esto, los ojos de Quan Yizhen se abrieron de golpe. Al mismo


tiempo, el Ojo del Cielo, quien recién se había acercado, chilló y cubrió su
frente, con un salto volvió al exterior.

—¡NO ENTREN! ¡ES UNA EMBOSCADA!

Justo como había dicho, la multitud de monjes y cultivadores no se


atrevieron a mover y se reunieron a su alrededor para cubrirlo.

—Xiong Ojo del Cielo, ¿Qué fue lo que vio?

El Ojo del Cielo dijo.

—¡No vi nada, solo una inmensa y cegadora luz blanca!

—¡Oh no, Dao-xiong! ¡Su ojo del cielo está humeando!

El Ojo del Cielo tocó su frente y justo como había dicho, la marca roja en
su frente se había vuelto negra y emitía una pequeña ráfaga de humo
blanco como una vela recién soplada.

Aturdido y consternado, exclamó.

—¡¿Qué… QUÉ?!
Ling Wen bajó el bollo a medio comer parsimoniosamente y preguntó.

—Hay mucho escándalo afuera, ¿Qué sucede?

Un monje dijo.

—Xiong Ojo del Cielo, mire. Hay dos niños y una mujer, dentro del
santuario, además del cultivador. Hay cuatro personas. ¿Cuál es ‘‘Él’’?

El Ojo del Cielo frotó con fuerza su frente, pero sin importar qué, no pudo
abrir el ojo. Aquella esfera de luz blanca había sido el aura espiritual de
Quan Yizhen. Cuando los Oficial Celestial presentían que estaban a punto
de enfrentar un gran peligro, las auras espirituales protegiendo sus
cuerpos se extenderían en una explosión. Xie Lian usó el momento de la
detonación para cegar el Ojo del Cielo del cultivador. No fue como si Xie
Lian hubiera arruinado diez años de su cultivación; él sólo no sería capaz
de abrir el ojo en los próximos días, eso era todo. Entonces, Xie Lian
recogió el plato con las albóndigas.

Quan Yizhen estaba completamente despierto ahora, así que tomó la


mano de Xie Lian con fuerza y croó.

—No las comeré.

Xie Lian revirtió el agarre y atrapó su mano.

—¡No tema, no son para usted!

El grupo de maestros que rodeaba el santuario Puqi, todos se miraron


unos a otros, y casi uniformemente gritaron, corriendo hacia adelante. No
obstante, antes de que pudieran llegar a Xie Lian, rebotaron lejos por una
barrera invisible.

Por encima de los cielos, provino una profunda voz que dijo.
—Viejos monjes y asquerosos cultivadores, todos ustedes son como
moscas, ¿Acaso se han obsesionados con acosarme? ¿Se atreven a
perseguirme hasta aquí? ¡¿Acaso están cansados de vivir?!

—Hua, Hua, Hua…

Tartamudeó ‘‘Hua’’ un gran número de veces, pero al final, el Ojo del Cielo
aún sucumbió ante el poder de Hua Cheng y no se atrevió a llamarlo por
su nombre completo.

En su lugar, tartamudeó.

— …¡HUA CHENGZHU! Para, para de enaltecerte. Todos aquí saben que


has sido afectado por la inminente apertura del Monte Tonglu y que has
sellado tus poderes. No puedes ser tan insolente como usualmente lo eres.
A, a, a, así que ríndete…

Cuanto más hablaba, más fuerza perdían sus palabras. Xie Lian podía
sentir que Hua Cheng estaba verdaderamente enojado en ese momento e
inmediatamente corrió de vuelta dentro para recogerlo.

Le susurró —¡No digas más! ¡Deja de desperdiciar tus poderes, guarda tu


fuerza! ¡Déjamelo a mí!

El cuerpo de Hua Cheng había estado tenso al principio pero después de


haber sido recogido, pareció haberse calmado lentamente. Replicó en voz
baja.

—Muy bien.

Sosteniéndolo, Xie Lian pudo sentir que la edad de Hua Cheng había
decrecido nuevamente; ahora probablemente era un niño de no más de
doce o trece años. Xie Lian no pudo evitar preocuparse. Con un brazo
sosteniendo a Hua Cheng, y el otro empuñando a Fangxin, salió.
—¿Nadie nunca consideró que el Fantasma Verde Qi Rong los estuviera
engañando?

Sin embargo, inesperadamente, cuando lo escucharon, tanto los monjes


como los cultivadores, se mostraron confundidos.

El Ojo del Cielo preguntó.

—¿El Fantasma Verde Qi Rong? ¿Engañarnos sobre qué? ¿Por qué él


nos engañaría?

Xie Lian frunció el ceño ligeramente.

—¿No fue él quien les dijo a todos que vinieran aquí?

El Ojo del Cielo chasqueó la lengua.

—¿Quién cree usted que somos que necesitamos a un Ira para darnos
información? ¡¿Por qué estaríamos en el mismo barco que él?!

¿No había sido Qi Rong? ¿Entonces cómo fue que la información se filtró?

Antes de que pudiera pensarlo más, los monjes y cultivadores ya habían


comenzado sus ataques. Con un movimiento de su espada, Xie Lian
bloqueó a un gran número de bastones y espadas.

Un monje cuestionó.

—Amitabha Buddha, ¿Por qué razón nuestro amigo de Dao protegería a


esa criatura del mal?

Xie Lian no cedía por nada pero replicó.

—Maestro, sin importar qué, no es agradable emboscar a la gente cuando


tienen la guardia baja.
El Ojo del Cielo gritó.

—¡Es un fantasma, no una persona! ¡No tergiverse la lógica, muchacho


inmaduro!

Los bastones espirituales y espadas sagradas atacaron todas al mismo


tiempo. Si Xie Lian usaba a Fangxin, podría lastimar a un mortal. Por credo
de justicia, los mortales podían golpear a los oficiales celestiales, pero los
oficiales celestiales no podían golpear a los mortales, y en cambio debían
ser tolerantes, generosos, compasivos y benevolentes con ellos, nunca
yendo en sus contras. Si uno se atrevía a golpear a un mortal, méritos
serían restados. Xie Lian no era ni desenfrenado ni adinerado como Quan
Yizhen; y no tenía muchos méritos para empezar, si por algún motivo se le
eran quitados, se quedaría en ceros.

Por lo tanto, guardó su espada y gritó.

—¡RUOYE, VEN! ¡QI YING, VIGILE A LING WEN!

Cuando Ruoye era atado a hombres, siempre estaba agravado, pero


cuando era atado a mujeres, cambiaría su semblante. Xie Lian tuvo que
llamarlo dos veces antes de que, muy en contra, se despegara de las
manos de Ling Wen. Al segundo siguiente, un destello blanco azotó las
manos de decenas de personas; cuando sus fuerzas se volvieron
inestables, no fueron capaces de seguir manteniendo el agarre en sus
artefactos espirituales.

Perplejos, todos preguntaron.

—¿Qué artefacto espiritual es ese?

—¿Eso era un artefacto espiritual? ¿... Cómo es que se veía como tela
blanca mientras se colgaba de mí? Apesta a maldad…

—¡Quién lo diría, este mocoso en realidad tiene un par de movimientos!


Inesperadamente, justo cuando Xie Lian se encontraba en medio de
bloquear a los maestros, Ling Wen sacudió su cabeza, limpió sus mangas
y se puso de pie.

—Gracias por su cálida hospitalidad, me iré ahora.

Xie Lian se sorprendió.

—¡Ling Wen, el día aún no termina! ¿A dónde va? ¿Romperá su


juramento?

—Es correcto, romperé mi juramento —Ling Wen dijo.

Su voz era confiada y determinada, como si estuviera diciendo que iba a


derrotar al mal por mandato del cielo. Xie Lian era incapaz de tomar
represalias.

Un breve momento después, él declaró.

—Quien filtró la información no fue Qi Rong, fue usted.

Ling Wen sonrió.

—Puedo no ser un dios marcial, y aunque estuve atada por Ruoye, uno
puede lograr mucho solo haciendo uso de la red de comunicación.

¡Lo sabía! Pero, ¿Cómo es que Ling Wen supo que el niño vendado era
Hua Cheng? Apenas y había hablado con él, apenas y lo había visto.
¡Incluso Xie Lian no se había dado cuenta tan rápido como ella lo hizo!

Viendo que ella estaba a punto de irse y Xie Lian no podía zafarse, gritó.

—¡QI YING! ¡NO DEJE QUE HUYA!


Aunque había ingerido una Albóndiga de Castidad Incorruptible momentos
atrás, Quan Yizhen era capaz de levantarse del suelo ahora, su fuerza
regresando. Además, Ling Wen era una diosa civil, no era rival para él
cuando Quan Yizhen era capaz de detenerla sin usar un solo dedo.
Escuchando que Quan Yizhen gritaba —¡MUY BIEN! —desde lejos, Xie
Lian se relajó y volvió para pelear con la multitud. Un momento después,
hubo un repentino retumbar, y el techo del Santuario Puqi fue perforado de
un golpe; la silueta de una figura siendo lanzada al aire.

Xie Lian volvió su mirada, en shock, gritó hacia el interior.

—¡QI YING, NO PELEE ASÍ!

No era nada para un dios marcial ser lanzado de este modo; los dioses
marciales crecieron siendo golpeados. Pero sin importar cómo uno lo viera,
Ling Wen era una oficial celestial mujer y una diosa civil además; si Quan
Yizhen peleaba contra ella tan despiadadamente, ¡sería pulverizada!

Aún así, la figura que caminó fuera con calma dijo.

—Bai Jing, no pelees así.

Esta voz era fría y fresca, muy obviamente perteneciente a Ling Wen. No
obstante, en el momento que salió, Xie Lian sintió que veía una ilusión
fugaz, como si quien hubiera salido no fuera Ling Wen, sino un hombre
extremadamente alto, con un aura vengativa rugiendo hacia los cielos. Sin
embargo, cuando Xie Lian enfocó sus ojos, solo era la solitaria figura de
Ling Wen.

Ling Wen era una diosa civil, eso era seguro. Si ella había ocultado su
fuerza intencionalmente durante todo ese tiempo, no sería capaz de
engañar a Xie Lian, ¿Cómo es que había lanzado de la nada a Quan
Yizhen al cielo entonces?

Hua Cheng susurró.


—Gege, ten cuidado; se ha puesto la túnica.

¡Así que era eso! A pesar de que en la superficie aún parecía que Ling
Wen seguía vestida de negro, una tenue aura negra la rodeaba, luciendo
como si se hubiera convertido en una persona completamente distinta. Las
intenciones asesinas eran fuertes, pero su rostro blanquecino permanecía
extremadamente calmado, lo cual creaba un contraste peculiar. Xie Lian
intentó probar las aguas al atacarla con su espada, pero Ling Wen desvió
el ataque con un movimiento de su manga. Coincidentemente, Quan
Yizhen descendió para estrellarse contra el suelo, cayendo a tiempo para
presenciar la escena. Instantáneamente, sus ojos se iluminaron.

—¡Hermoso!

Los ojos de Xie Lian se iluminaron por igual y exclamó también.

—¡Hermoso!

El movimiento que Ling Wen había hecho era verdaderamente hermoso.


No, debe destacarse, que lo que era hermoso, era el movimiento que el
Brocado Inmortal había usado para ayudar a Ling Wen a desviar el ataque.

Cuando el Brocado Inmortal era usado por otros, o perdían las cabezas o
sus sangres eran succionadas. Sin embargo, cuando era usado por Ling
Wen, ni una sola arma era capaz de atravesarla. Ella incluso podía atacar
con fiereza, instantáneamente permitiendo que un dios civil lanzara al Dios
Marcial del Oeste al aire. Nunca nadie había escuchado que el Brocado
Inmortal poseyera esta increíble habilidad. ¿Quién iba a pensar que,
después de haber cortado la cabeza y extremidades del Brocado Inmortal,
aún permitiría que lo usara?

Ahora, no solo estaban los aldeanos de Puqi perplejos, sino que incluso el
grupo de monjes y cultivadores estaba en shock.

El Ojo del Cielo exclamó.


—¡¿Hermoso?! ¿Es bueno ser golpeado? ¿Hay alguien normal dentro de
ese santuario? ¡Pienso que ningún alma allí es humana!

Quan Yizhen estaba ansioso por luchar, así que saltó sobre sus pies para
atacar una vez más.

Ling Wen dijo en voz baja.

—¡Dije que no te quedaras!

Aquellas palabras estaban dirigidas al Brocado Inmortal, pero su cuerpo no


obedecía y su codo bloqueó el puño de Quan Yizhen antes de proceder a
comenzar una pelea sin cuartel. Atacando y bloqueando, bloqueando y
atacando, los puños y palmas sacudieron las viejas paredes del Santuario
Puqi, el cual se estremeció como si estuviera listo para colapsar. Como se
esperaba del Brocado Inmortal que contaba con el potencial para
ascender, incluso Quan Yizhen se estaba quedando atrás.

Xie Lian no pudo evitar gritar.

—Um… disculpen, ¿Podrían ambos luchar en otro lugar más lejano? ¡Más
lejos por favor!

Pero antes de que terminara de hablar, los monjes y cultivadores lo


rodearon otra vez; de cuarenta a cincuenta cuchillas, espadas, hachas y
bastones, todas se precipitaron y el rostro de Xie Lian decayó, levantando
sus manos.

—¡ESPEREN, NO! ¡NOOOO!

Y en medio del trágico lamento, el Santuario Puqi, el cual había resistido


incontables adversidades pero que aún había permanecido de pie,
finalmente, verdaderamente, colapsó por completo.

Xie Lian estaba perplejo, la desolación invadió su corazón.


—Sabía que ninguna de mis casas resistiría más de medio año. Ahora de
verdad necesito rogar por donaciones para reconstruir…

—Gege, no estés triste. Es solo una casa, hay muchas alrededor —Hua
Cheng le consoló.

Xie Lian intentó hacerse el fuerte, pero entonces el Ojo del Cielo se acercó
tropezando, su mano cubriendo su frente mientras lo señalaba.

—¡Usted, jovencito sin nada más que trucos! ¡Se atrevió a arruinar mi
cultivación! ¿Quién es su maestro? ¿A qué generación pertenece? ¿Bajo
qué templo está registrado? ¡¿Qué clase de dios adora?!

Xie Lian se giró de golpe y una expresión que provoca escalofríos


centelleó en su rostro. Se enderezó y declaró solemnemente.

—¿Preguntas quién soy? ¡ESCÚCHAME BIEN! ¡YO, SOY LA ALTEZA


INMINENTE, EL PRÍNCIPE HEREDERO! ¡Ustedes, radicales
desenfrenados, ARRODÍLLENSE ANTE MÍ!

Su voz resonó como relámpagos en el claro cielo. Hubo algunos que


realmente estuvieron a punto de arrodillarse y no se dieron cuenta hasta
que algunos de sus compañeros los sostuvieron!

—¿Qué haces? ¿De verdad te estás arrodillando?

—E.. es raro, lo hice sin darme cuenta.

Xie Lian proclamó tajante.

—YO, TENGO MÁS DE OCHOCIENTOS AÑOS. SOY MAYOR QUE


TODOS USTEDES JUNTOS. HE CRUZADO MÁS PUENTES QUE LOS
CAMINOS QUE USTEDES HAN CAMINADO.
—YO, POSEO SANTUARIOS Y TEMPLOS EN LO VASTO DE ESTA
TIERRA; MIS DEVOTOS Y ADORADORES SE EXTIENDEN POR LOS
CUATRO MARES. SI NO CONOCEN MI NOMBRE, ES PORQUE SON
IGNORANTES DEL MUNDO.

—YO, NO ADORO A LOS DIOSES.

—YO, SOY DIOS.

Cuando la multitud escuchó este discurso, el cual era tan desvergonzado


pero que había sido expresado con un aire incomparablemente
impresionante, todos quedaron aturdidos y sus mandíbulas cayeron.

—¿...EH?

Xie Lian había inventado todas esas tonterías porque estaba esperando
ese momento exacto. Barrió el plato en su mano y todas aquellas
pequeñas albóndigas blancas fueron disparadas al aire como compresos
de acero, esparciéndose en todas direcciones. Sin fallar ni una vez, todas
cayeron dentro de las bocas de las personas boquiabiertas. Entonces
limpió su sudor.

—¿Podrían todos por favor olvidar todo lo que acabo de decir? ¡En
realidad soy solo un recolector de basura!

Todos los rostros de los que habían comido una albóndiga cayeron.

—¡¿EH?! ¡NOS, NOS HAN TOMADO EL PELO!

Unos cuantos fueron más rápidos y detuvieron las albóndigas con sus
espadas, pero cuando levantaron las cuchillas, las albóndigas aún giraron
rápidamente, creando chispas gracias a la fricción. La multitud estaba
aterrada.
—¡¿QUÉ… QUÉ ES ESTA ARMA SECRETA?! ¡Incomparablemente sólida
con un brillo peculiar! ¿Podrían ser? ¡Los legendarios…!

—¡Así es! —Xie Lian exclamó —¡Son los legendarios compresos de


Castidad Incorruptible! ¡Extremadamente venenosos, y si ochenta y un
cuencos de agua pura no son ingeridos en el lapso de un día para
desintoxicarse, entonces explotarán en sus estómagos!

A pesar de que nadie había escuchado de algo parecido antes, la multitud


se aterrorizó incluso más.

—¡OYE! ¿SON DE VERDAD TAN VENENOSOS?

—¡Sea como sea debemos ir a tomar agua! ¡El antídoto es agua pura!
¡Salgamos de aquí! ¡A BUSCAR AGUA!

En un instante, una gran porción de la multitud, los que habían caído en la


trampa, huyeron.

Por otro lado, Ling Wen luchaba más y más agresivamente; al final tenía
ambas manos estrangulando a Quan Yizhen mientras lo elevaba.

A pesar de tener la ventaja, Ling Wen no lucía complacida en absoluto y


bramó en voz baja.

—¡Bai Jing! ¿Vas a matarlo? ¡No hay necesidad de seguir luchando,


vámonos ahora!

Afortunadamente, Xie Lian tenía una albóndiga sobrante, y justo cuando


Ling Wen dijo la palabra ‘‘ahora’’, con un hábil movimiento, hizo volar la
albóndiga hasta su boca.

Instantáneamente, la luz en los ojos de Ling Wen se extinguió, como si


hubiera sido absorbida por la cosa que había tragado; de inmediato, el
aura que rodeaba su persona también se atenuó un poco.
Con una expresión que mostraba que estaba conteniendo las ganas de
vomitar, ella miró a Xie Lian, sus labios temblando sin emitir sonido.
Después de soportar por un largo rato, lanzó a Quan Yizhen al suelo y se
fue con su mano izquierda sosteniendo su sien.

Quan Yizhen saltó sobre sus pies para perseguirla. Xie Lian quiso
seguirlos también, pero la multitud de monjes y cultivadores bloquearon su
camino y gritaron.

—¡TODOS, RESISTAN! ¡LOS REFUERZOS ESTÁN EN CAMINO!

¡¿Más?! No podían quedarse más tiempo en el Santuario Puqi, será mejor


que huya primero y piense después. Al perseguir sin parar a Ling Wen,
Quan Yizhen pronto desapareció.

Xie Lian cargó a Hua Cheng en sus brazos y dijo.

—¡Sostente fuerte de mí!

Entonces, doblando sus piernas para dispararse, dejó atrás a la multitud y


huyó.

Hua Cheng siguió sus instrucciones y lo abrazó con fuerza. Por alguna
razón, esta escena se sentía familiar para Xie Lian, pero no tenía tiempo
para recordar las viejas historias del pasado; este asunto debía ser
reportado a la corte lo más pronto posible. Sin pensar, envió un mensaje a
la red de comunicación privada.

—¡Ling Wen, algo sucedió, yo…!

Ling Wen —... Lo sé.

Xie Lian —... Lamento mucho molestarla.

Un instante después, fue Ling Wen quien cortó la comunicación primero.


Xie Lian estaba sin palabras también. En el pasado, siempre se había
comunicado con Ling Wen directamente. Ahora que era la mismísima Ling
Wen quien era el problema, no tuvo tiempo para acostumbrarse a la idea y
al final había intentado reportar el incidente con ella; no sabía si reír o
llorar. Xie Lian entró entonces a la red de comunicación espiritual pública y
gritó mientras huía con Hua Cheng en brazos.

—¡TODOS, POR FAVOR ALERTEN A LA CORTE ENTERA! ¡LING WEN


HA HUIDO USANDO EL BROCADO INMORTAL!
Capítulo 136: Mi Santuario Puqi colapsará Supremamente.

Tercer Libro: Con Infinitas Posibilidades.

No obstante, inesperadamente, nadie en la red de comunicación espiritual


lo escuchaba. Era como si algo grande hubiera sucedido y cada oficial
celestial parloteaba escandalosamente.

Xie Lian escuchó a Feng Xin gritar.

—¿Su Alteza? ¿DIJO ALGO? ¡ESTÁ TODO MUY CAÓTICO POR AQUÍ…!

Xie Lian levantó la voz.

—¡FENG XIN! ¡DIJE, LING WEN ES QUIEN CREÓ EL BROCADO


INMORTAL! ¡ESTÁ HUYENDO MIENTRAS LO USA, TENGAN CUIDADO!

—¡¿QUÉ?! —Feng Xin gritó —¡¿QUE SUCEDIÓ QUÉ?!

Xie Lian estuvo a punto de continuar con los detalles cuando el ruido en
sus oídos se detuvo abruptamente, y nada más pudo ser escuchado.
Sorprendido, intentó llamar nuevamente.

—¿Todos? ¿Siguen allí?

Llamó un par de veces más pero nadie respondió.

Hua Cheng habló.


—Es inútil. La red de comunicación espiritual de la Corte Superior fue
creada por Ling Wen, debió haberla roto ahora mismo. Necesitará ser
reconstruida.

—¿Qué deberíamos hacer entonces? —Xie Lian estaba boquiabierto.

Usualmente, cuando se comunicaba con la Corte Superior, era ya sea a


través de la red de comunicación espiritual, a través del contacto directo
con Ling Wen o con el Maestro del Viento. No conocía la contraseña verbal
de ningún otro oficial celestial. Ahora que no podía depender de Ling Wen
o el Maestro del Viento, y la red de comunicación estaba rota, ¿Qué
debería hacer?

Hua Cheng parecía conocer cada una de sus preocupaciones y dijo.

—No te preocupes, ¿Acaso Gege no reportó ya el problema clave? No


todos los oficiales celestiales en la Corte Superior son idiotas, y Jun Wu
está también en la Corte Celestial ahora mismo. Estará bien una vez que
el mensaje sea pasado.

Xie Lian pensaba eso también y asintió. Después de su huida desquiciada,


ya había cruzado bastantes cumbres, dejando a los maestros muy muy
lejos. Y a pesar de esto, parecía que no serían capaces de seguir al
Brocado Inmortal ni a Quan Yizhen.

Hua Cheng agregó.

—Si Gege aún desea investigar al Brocado Inmortal, debe darse prisa.

No obstante, Xie Lian negó con la cabeza.

—Eso era antes. Qi Ying ya está persiguiendo a Ling Wen, así que ahora
tenemos asuntos más importantes en nuestras manos, San Lang —
Observó atentamente a Hua Cheng en sus brazos —Tu forma… parece
haber cambiado otra vez.
Antes, cuando Hua Cheng estaba disfrazado de Lang Ying, tenía la
apariencia de un joven de quince o dieciséis, y no era fácil para Xie Lian
cargarlo. Y aunque podía hacerlo, no se veía nada bien. Pero ahora, el
cuerpo de Hua Cheng parecía haberse encogido en tamaño, luciendo de
no más de once o doce. Xie Lian podía cargarlo con una sola mano y
también colocarlo sobre su brazo. Aún a pesar de la situación, el aire
tranquilo de Hua Cheng nunca había cambiado.

—No es un problema. Cambiar de forma es solo un plan temporal.


Después de que todo esto termine, mi forma original volverá.

Desató las vendas de su rostro mientras hablaba. En aquel rostro tan


blanco como la nieve, un par de ojos negros y profundos observaron a Xie
Lian; entre sus cejas aún estaba presente la sombra de ese joven y
apuesto hombre. Era claramente el rostro de un niño, pero su aura y
expresión tenían la calma que siempre había asumido.

Xie Lian lo contempló atontado, no diciendo ni una sola palabra.

Hua Cheng frunció el ceño ligeramente.

—Su Alteza, tú…

De pronto, la mano contraria de Xie Lian se levantó y pellizcó su mejilla.


Esto había sido tan repentino, que hizo a Hua Cheng agrandar los ojos
mientras su rostro cambiaba de forma por el pellizco.

—... ¡GEGE!

Xie Lian carcajeó.

—Jajajajaja… lo siento, San Lang, pero eres demasiado adorable, no


puedo contenerme, jajajaja…

—. . .
Xie Lian lo estrujó con ternura mientras decía gentilmente.

—Entonces, San Lang, ¿Seguirás cambiando de forma? ¿Te convertirás


en un niñito de cinco o seis años? O mucho mejor, ¿Un bebé?

Escuchando su tono esperanzado, Hua Cheng replicó impotente.

—Me temo que tendré que decepcionar a Gege.

Xie Lian bajó su mano y sonrió.

—Tonterías, San Lang nunca me ha decepcionado. Estoy muy feliz de


tener esta oportunidad para protegerte.

Sin embargo, Hua Cheng dijo sombríamente.

—Yo no estoy feliz.

—¿Por qué? —Xie Lian preguntó.

La voz de Hua Cheng se volvió fría.

—¡Yo… odio verme así!

Xie Lian pudo detectar un rastro de aborrecimiento en su voz y estuvo


ligeramente sorprendido. Hua Cheng bajó su cabeza.

—¡No quiero que me veas en una forma tan vulnerable, y definitivamente


no quiero que tengas que protegerme!

Quizás se debía a que la edad de Hua Cheng había disminuido que sus
emociones parecían inestables. Xie Lian sintió que su corazón se agitaba y
rápidamente lo apretó entre sus brazos, ligeramente palmeando su
espalda mientras reía.
—Entonces, acorde a esa lógica, bien podría morir, ya que me has visto
siendo un desastre tantas veces. Además, no es como si fueras
completamente inútil ahora mismo, solo estás guardando tus poderes
temporalmente, eso es todo.

—... —Hua Cheng enterró su rostro contra su hombro y refunfuñó con una
voz ahogada —No es lo mismo. Su Alteza, debo ser el más fuerte. Debo
hacerme más fuerte que los demás. Solo entonces puedo…

Aunque su voz era joven y tierna de momento, estaba presente el leve


rastro de una fatiga duradera.

Xie Lian le consoló.

—Siempre has sido el más fuerte. Pero, no necesitas ser fuerte cada
segundo del día. Solo… piensa en esto como si me dieras algo de cara, y
déjame protegerte por esta ocasión. ¿Sí, por favor?

Pasó un largo rato antes de que Hua Cheng levantara su cabeza de entre
el abrazo y colocara sus manos sobre los hombros de Xie Lian,
contemplándolo.

—Su Alteza, espera por mí.

—Muy bien, esperaré por ti —Xie Lian prometió.

Hua Cheng aseguró nuevamente, muy seriamente.

—Dame un poco de tiempo, volveré muy pronto.

Xie Lian sonrió.

—No hay prisa, ve a tu propio ritmo.

Al siguiente día, ambos llegaron a una ciudad pequeña.


Xie Lian tomaba la mano de Hua Cheng, y el par de adulto y niño
caminaron por las calles, charlando con calma.

Xie Lian preguntó.

—Con la reapertura del Monte Tonglu, todos los Reyes Fantasma


precedentes son afectados por los temblores. ¿Significa eso que es lo
mismo para Agua Negra?

Hua Cheng tenía una mano tras su espalda mientras él y Xie Lian se
tomaban de la mano con la contraria. Replicó.

—Sí, pero nuestra situación es diferente, nuestros métodos de


entrenamiento son distintos y naturalmente nuestras maneras de resistir la
provocación son también distintas.

—¿Por ejemplo? —Xie Lian preguntó —¿Cómo es que él resiste el


agravio?

—Hibernación, probablemente —Hua Cheng respondió.

La frase ‘‘Come cuando tiene hambre, duerme cuando está lleno’’ apareció
en la mente de Xie Lian.

Hua Cheng continuó.

—Cuando Agua Negra era un mortal, sufrió el tormento de la prisión. Con


solo una comida cada tres días, incluso si se le daba comida para cerdos,
debía tragarlo. El hambre arruinó su estómago; algunas veces se alimenta
sin parar, algunas otras rechaza comer en absoluto.

—No es de extrañar que haya sido tan impresionante al tragar todo —Xie
Lian reflexionó.
A decir verdad, en la situación de He Xuan, él podía concentrarse en
devorar fantasmas hambrientos; ya que poseía ese atributo por naturaleza,
los fantasmas hambrientos debían ser más de su gusto. No obstante, de
todos los más de quinientos fantasmas y demonios que devoró Xuan el
Demonio Agua Negra, la mayoría habían sido demonios de agua. Esto
debía ser porque recordaba el rostro de Shi Wudu, y con el fin de romper
su magia de agua, He Xuan había elegido dichos aperitivos
intencionalmente. Cuando engullía demasiado, después de un tiempo,
necesitaría tomar una siesta para digerir.

—Exactamente —Hua Cheng dijo —También cabe mencionar que, el


hecho de que Qi Rong se de un banquete con carne humana, es porque
intenta imitar a He Xuan a propósito.

Xie Lian se quedó sin palabras por un momento y pensó.

‘‘¿Cómo podría alimentarse de humanos ser lo mismo que alimentarse de


fantasmas?’’

Entonces, después de un poco de reflexión, preguntó.

—Entonces, el bosque de cadáveres colgantes. ¿Podría ser su intento por


imitarte a ti?

—Correcto —Hua Cheng replicó —Ya que quiso conseguir el mismo


escenario de lluvia sangrienta pero no supo cómo lo hice yo, simple y
vulgarmente cuelga filas tras filas de cadáveres en el aire.

—. . .

Hoy, Xie Lian pudo finalmente comprender por completo por qué cada vez
que Qi Rong era mencionado, nadie sabía qué decir. Él tenía toda la
apariencia, pero nada de clase.

Xie Lian suspiró al pensar.


‘‘Qi Rong se llevó a Guzi, quién sabe si el pobre niño termine siendo
comido o abandonado. El Maestro del Viento… quién sabe si Agua Negra
se lo llevó. Rezo porque ambos estén a salvo.

Entonces preguntó.

—¿Qué hay de tu Ciudad Fantasma? ¿No irá nadie a causar problemas?

Hua Cheng respondió.

—Sellé Ciudad Fantasma al irme y filtré falsa información sobre mi


ubicación. Incluso si alguien se atreve a causar problemas, si no pueden
encontrarme, no serán muy duros con ellos. Pero estoy seguro de que hay
muchos ojos observando el lugar.

Hua Cheng no era capaz de volver a Ciudad Fantasma y Xie Lian no podía
llevarlo a los cielos tampoco, no podían arriesgarse a ser descubiertos por
un oficial celestial, así que ambos retozaron entre las multitudes del reino
mortal sin un destino en mente.

Xie Lian frunció ligeramente sus cejas.

—Filtraste información falsa, pero Ling Wen filtró información real. Aún no
puedo entender cómo es que fue capaz de ver a través de tu disfraz de
Lang Ying.

—Lo que yo no entiendo es otra cosa —dijo Hua Cheng.

—¿Qué? —Xie Lian preguntó.

—A ese cultivador Ojo del Cielo. Le jugué un par de bromas, sus


habilidades no son malas —Hua Cheng dijo.

Xie Lian estuvo de acuerdo.


—Mn, es verdad. Realmente tiene el talento y se ha esforzado.

—Sí, entonces, ¿Por qué diría que los labios de Gege están impregnados
de esencia maligna? —cuestionó Hua Cheng.

—. . .

Las manos de Xie Lian se hicieron puños al instante, pero cuando recordó
que aún tomaba la mano de Hua Cheng, inmediatamente soltó su agarre.

Hua Cheng le presionó en voz baja.

—Gege, no me digas palabras que usarías para aplacar idiotas. Solo dime
con exactitud qué fue lo que te hice esa noche.

—. . .

‘‘No es lo que tú me hiciste, sino más bien lo que yo te hice…’’

Xie Lian pensó.

De pronto, sus ojos se iluminaron.

—Espera, San Lang, mira allá.

—¿Gege? —Hua Cheng cuestionó.

Pero Xie Lian ya lo estaba arrastrando hacia una lujosa y espléndida


tienda sobre la calle. El dueño tras el mostrador los observó de arriba a
abajo, la curiosa combinación de un cultivador y un muchachito.

El dueño preguntó.

—¿Qué puedo hacer por usted, Daozhang?


Xie Lian levantó a Hua Cheng y sonrió.

—No es para mí, sino para él.

Hua Cheng inclinó su cabeza entre sus brazos.

Un incienso de tiempo más tarde, Hua Cheng emergió desde el fondo de la


tienda.

Las ropas de Lang Ying de antes, hechas para un joven de quince o


dieciséis años, ya no le quedaban al Hua Cheng actual, así que Xie Lian
escogió un vestuario nuevo especialmente para él. En el momento que
emergió, los ojos de Xie Lian se iluminaron.

—¡Qué muchachito tan bello y con una piel tan blanca como la nieve!

Usando una túnica tan roja como un arce encendido y un par de botas de
cuero de ciervo que lucían cadenas de plata, Hua Cheng era tan apuesto
como vivaz. Sus mechones negros estaban sueltos, antes, tenía una sola
trenza delgada junto a su mejilla derecha, pero Xie Lian no pudo evitar
trenzar otra del lado izquierdo para que combinara, haciéndolo lucir incluso
más vivaracho. Lo que era de verdad demasiado, sin embargo, era su
expresión; sus ojos eran llamativos y brillantes, su aire tranquilo y calmo,
no luciendo para nada como un niño. Tal contraste, hacía a uno difícil
desviar la mirada. Las damas que compraban en la tienda estaban todas
perplejas, reuniéndose en un círculo mientras sus manos se hacían puños
sobre sus corazones y bramaban —¡Aiyo, aiyo! —en apreciación.

Hua Cheng se acercó a Xie Lian con calma y Xie Lian aplaudió
ligeramente.

—Lo sabía, San Lang se ve mejor de rojo, después de todo.

Hua Cheng tiró de su pequeña trenza izquierda mientras refunfuñaba


desamparado.
—Mientras Gege esté feliz.

Xie Lian bajó su brazo para tomar su mano y sonrió mientras ambos iban
al mostrador, listos para pagar. El traje de Hua Cheng no era barato, y Xie
Lian no tenía mucho dinero para dar, así que usualmente no entraría a
este tipo de tienda. Sin embargo, había ahorrado una pequeña fortuna
para renovar el santuario, y ahora que no había nada más que renovar,
bien podía comprarle ropas a Hua Cheng antes de preocuparse por otra
cosa. Justo cuando se encontraba contando sus monedas, una por una,
Hua Cheng se apretujó a su costado y con un ¡PA! azotó papel de oro
sobre el mostrador.

Xie Lian —. . .

El dueño —. . .

Las damas —. . .

—Quédese con el cambio —Hua Cheng dijo —Gege, vámonos.

Tiró de la esquina de la manga de Xie Lian y después salió de la tienda


con sus manos a los costados. Xie Lian sonrió y caminó, cuando de
pronto, Hua Cheng regresó en sus pasos y entró nuevamente, chocando
contra sus brazos.

Xie Lian lo sostuvo de los hombros y preguntó.

—¿Qué sucede?

Entonces, levantó la mirada y vio la sombra de una figura en medio del


bullicio en la calle, su corazón se retumbó.

Coincidentemente, el dueño preguntó.

—¿A ambos les gustaría comprar otra cosa?


Xie Lian levantó su mano.

—¡Sí, por favor deme esa túnica de allí!

Notas de MXTX:

Hua Hua: Ese día, Su Alteza me llevó a una tienda lujosa para comprar
marcas de fábrica (¿¿¿EH???)

El príncipe heredero es bueno haciendo verduras en escabeche. Ya que


comer bollos al vapor y gachas de avena necesita de encurtidos para
acompañar, ha practicado esto por siglos, así que tiene experiencia.
Además, la mayoría de veces uno no tiene que concentrarse mucho al
hacer escabeches; solo basta con dejarlos en una esquina y la química
hará su trabajo. La mayoría de sus fracasos (en la cocina) vienen de su
intenso deseo por crear algo nuevo.
Capítulo 137: Sobre Colinas Áridas; Alborotando la Posada de Corazón
Negro.

Tercer Libro: Con Infinitas Posibilidades.

El tendero se sorprendió.

—¿Eh? Daozhang, ¿Seguro que no se está equivocando?

Xie Lian confirmó.

—¡No, esa es la que quiero!

De inmediato, él mismo se dio prisa para agarrar la túnica. Cargó a Hua


Cheng y regresó al interior de la tienda, deslizándose tras un par de
cortinas. Esta tienda de ropa era audaz, y una innovadora además, por lo
cual, había una pequeña casilla dentro, para que aquellos que vinieran a
comprar ropa, pudieran probársela de inmediato. El resto de individuos se
quedó sorprendido. Un momento después, un cultivador con ropajes
lujosos pasó frente a la tienda, gruñendo mientras frotaba su frente, detrás,
le seguía un grupo de monjes y cultivadores con apariencias extrañas y
maliciosas.

Cuando vieron que la tienda de ropa tenía a bastante gente reunida, él


ladró con molestia.

—¡¿Qué están mirando?!

—Ah, olvídenlo, démonos prisa. ¡Debo ir al baño otra vez!


—Espere, Xiong Ojo del Cielo, hay mucha gente aquí, ¿Por qué no les
preguntamos si lo han visto?

—Damas donantes, ¿Han visto de casualidad a un cultivador vestido de


blanco con un niño pequeño cubierto en vendajes?

La multitud permaneció callada, pero hubo algunos que inconscientemente


lanzaron una mirada al fondo de la tienda. El grupo levantó la guardia y
algunos hicieron un ademán que decía ‘‘vaya y vea’’. El Ojo del Cielo
entró, sostuvo su aliento y lentamente se acercó a las cortinas. Un
momento después, apartó la cortina de golpe. Instantáneamente, hubo un
chillido.

Detrás de las cortinas se sentaba una mujer, sus largos mechones de


cabello negro se enroscaban en un moño medio suelto, su cuello era
delgado y blanco con una gargantilla negra y una cadena de plata delgada
alrededor. Su túnica se resbalaba, revelando un hombro tan blanco como
la nieve y una pequeña fracción de su espalda. La túnica parecía que
estaba a punto de deslizarse y caer, logrando que el rostro de uno ardiera
y el corazón latiera.

Cuando las cortinas se abrieron, al figura de la mujer tembló; ella cubrió su


rostro son sus mangas y gimió suavemente, como si estuviera perpleja por
el repentino acto brutal. El Ojo del Cielo instantáneamente dejó caer las
cortinas.

—¡L-L-L-L-L-L-LO SIENTO!

El grupo de monjes y cultivadores que seguían al Ojo del Cielo gritó


también.

—¡QUÉ PECADO, QUÉ PECADO!

Y todos cubrieron sus propios ojos. Tomando ventaja de la oportunidad, la


‘‘mujer’’ se giró, ¿Quién más podría ser sino Xie Lian? Hua Cheng estaba
sentado en sus brazos y simplemente había sido cubierto por el cuerpo de
Xie Lian. A pesar de que Xie Lian era un hombre y sus hombros eran más
anchos que los de una mujer ordinaria, sólo había dejado caer la mitad de
la túnica para exponer el mejor ángulo, creando el efecto perfecto.

Con un brazo cargando a Hua Cheng, Xie Lian levantó la falda con su otra
mano y corrió frente a los monjes y cultivadores que gritaban y se cubrían
los ojos, huyendo como el viento. El dueño de la tienda y las mujeres
estaban todos perplejos. Viéndolo huir, el dueño de la tienda quiso
detenerlo, pero solo pudo abrir y cerrar la boca, al final, miró abajo y vio el
papel de oro que fácilmente podía comprar dos conjuntos de ropa o más y
simplemente encogió los hombros y dejó de importarle.

Xie Lian corrió con locura mientras llevaba a Hua Cheng en los brazos,
dejando atrás nada más que nubes de polvo. Los transeúntes en las calles
solo tuvieron tiempo de ver la sombra difusa de una ‘‘mujer’’ que sostenía
a un niño mientras huía tan ágil y feroz como un jaguar y creaba nubes de
sofocante polvo a su paso. La gente tosió y se atragantó, sus ojos
incrédulos. Un pequeño puesto de comida al costado del camino fue
cubierto con polvo y el dueño comenzó a maldecir.

—¡¿QUÉ DIABLOS TE SUCEDE?!

Xie Lian se dio un segundo para girar su cabeza y gritar con fuerza.

—¡TODO ME SUCEDE! ¡LO SIENTO! ¡LO SIENTO!

Justo en ese momento, escuchó un salvaje alarido detrás de él.

—¡DETÉNGASE JUSTO AHÍ…!

Miró atrás, y vio que era el grupo que había salido de la tienda de ropa.

‘‘Realmente me pregunto qué pasa por las mentes de las personas que
gritan ‘‘detente allí’’. Es obvio que quien huye no se va a detener. ¡En su
lugar, seguro aguantarán el aliento y correrán aún más rápido!’’ Xie Lian
pensó, e inmediatamente se concentró, corriendo aún más rápido.

Con este gran grupo corriendo por la calle, más polvo voló e impregnó el
aire; el dueño del puesto de comida no pudo seguir maldiciendo ni
quisiera, y en cambio, lanzó su propia olla con ira.

—¡¿PARA QUÉ ME MOLESTO SIQUIERA?!

Después de haber corrido por horas, justo como se esperaba, los monjes y
cultivadores, quienes gritaban mientras corrían, finalmente perdieron el
aliento y sus pasos disminuyeron. Mientras que Xie Lian, quien estaba
experimentado en el arte del escape, perseveró en silencio hasta el final.
Una vez que el grupo perdió su rastro por completo, Xie Lian bajó a Hua
Cheng y se quedó junto al camino, jadeando por aire.

Hua Cheng sostuvo sus hombros y dijo en voz baja.

—No respires muy fuerte, te lastimarás.

Xie Lian levantó la mirada y vio el diminuto fruncir de Hua Cheng, pero ya
que aún llevaba el rostro de un niño, no pudo evitar reír con fuerza.

—¡JAJA, JAJAJA… Ah!

Había reído muy abruptamente y un dolor agudo se disparó desde sus


costillas, de inmediato sostuvo sus costados. Viendo que Hua Cheng lucía
consternado, agitó la mano.

—No es nada… ¿eh? ¿Esa de allí es una posada?

Justo como pensaba, no muy lejos de allí, una posada con un brillo cálido
sobresalía entre el inevitable azul de la noche, como si llamara a los
viajeros.
Xie Lian se enderezó y dijo.

—Vamos allí y descansemos.

—Muy bien —Hua Cheng dijo.

Xie Lian tomó su mano y ambos caminaron hacia la pequeña edificación.


Cuando llegaron ante la entrada, Xie Lian se percató de que la posada
tenía dos pisos, mucho más lujosa de lo que parecía desde lejos. Las
puertas estaban cerradas y Xie Lian levantó una mano para golpear
ligeramente.

—¿Hay alguien allí? Vinimos a pasar la noche.

Justo como esperaba, alguien llamó desde el interior.

—¡Vamos, vamos!

Un momento después, la puerta se abrió y varios asistentes se acercaron


para saludarlos, sus rostros llenos de sonrisas.

—Buen se…

Habían querido decir ‘‘buen señor’’ al inicio, pero al ver que la persona
ante ellos vestía una túnica de mujer, cambiaron a…

—Señori…

Antes de que las palabras abandonaran sus labios, Xie Lian emergió de la
oscuridad con Hua Cheng en mano. Si había un niño con ella, entonces no
podía ser una mujer soltera, así que cambiaron nuevamente…

—Mada…
‘‘Madam’’ aún no había abandonado sus labios cuando el rostro de Xie
Lian fue iluminado completamente por la luz de la posada. Aunque esta
persona estaba vestida con ropa de mujer y tenía un semblante gentil, si
debían ser honestos, sin importar cómo lo vieran, era el rostro de un
hombre. Los asistentes se quedaron mudos y pasó un buen momento
antes de que volvieran a su saludo original.

—Buen señor, por favor venga dentro.

Xie Lian sonrió y asintió. Ahora estaba bien acostumbrado a usar lo que
sea, y no había en él ni una gota de incomodidad mental o física. Con Hua
Cheng en mano, cruzó el extremadamente bajo umbral y se sentó a la
mesa en una de las esquinas del vestíbulo. Además de los asistentes en la
posada, no había nadie más. En el momento que entraron, los asistentes
cerraron la puerta inmediatamente y se reunieron a su alrededor,
colocando sonrisas en sus rostros. Eran esas sonrisas lo que estaba
haciendo sentir incómodo a Xie Lian.

Tomó el menú y dijo.

—¡No es fácil encontrar una posada como esta en medio de la nada, estoy
asombrado!

Los asistentes respondieron.

—¡No es fácil tener clientes como usted en medio de la nada tampoco!

Por alguna razón, aunque sonreían, sus sonrisas lucían como si estuvieran
pintadas, muy falsas. Xie Lian no movió ni un músculo ni cambió su
expresión. Giró el menú y ordenó unos cuantos platillos antes de que los
asistentes se fueran alegremente para traer sus órdenes de la cocina.

Hua Cheng jugaba con sus palillos.

—Gege, entramos a un establecimiento sospechoso regido por fantasmas.


—Mn —Xie Lian estuvo de acuerdo.

Una pequeña posada y un par de asistentes en medio de la nada ya era


bastante asombroso, si no fuera extraño, ¿Por qué habría un
establecimiento tan lujoso con tantos asistentes entonces?

Por supuesto, esta no era evidencia fuerte. La razón principal de la


sospecha, fue que cuando Xie Lian entró a la posada, pudo percibir el
pesado hedor de sangre fresca.

La gente normal no notaría el hedor de sangre, pero alguien con tanta


experiencia y con un sentido tan agudo como el de Xie Lian, la pesadez
había alcanzado un punto en el que no podía ignorarlo.

Xie Lian dijo —Hay más personas en el segundo piso, escucho los pasos.
Me pregunto si también son viajeros que pasan aquí la noche.

Si lo eran, entonces debían ser rescatados. Ambos se sentaron frente a


frente con sus rostros cerca, hablando en susurros por un largo rato antes
de que los asistentes volvieran finalmente con sus platos.

—¡Orden lista!

Xie Lian estuvo a punto de hablar cuando notó un movimiento del exterior.
Inmediatamente se puso de pie.

—Iremos a descansar a nuestras habitaciones, ¿Podemos molestarlos


para que lleven nuestra comida arriba?

—¡No es problema, no es problema!

Xie Lian tomó la mano de Hua Cheng y levantó su falda con la otra mano
con una calma practicada mientras subían las escaleras. Después, miró
atrás.
—Oh, por cierto, si alguien pregunta por nosotros, por favor díganle que
nunca nos han visto.

—¡Sin problema, sin problema!

Xie Lian se dio prisa para subir las escaleras. No pasó mucho para que el
sonido escandaloso de alguien tocando las puertas se hiciera presente y
una voz hosca gritara.

—¡Abran, abran!

Los asistentes abrieron las puertas con sonrisas en sus rostros. La multitud
que entró fue el Ojo del Cielo y el implacable grupo de monjes y
cultivadores.

Xie Lian y Hua Cheng ya habían entrado a una habitación en el segundo


piso para entonces. Mientras cerraban las puertas tras ellos, pudieron
escuchar que la gente que recién entraba a la posada gritaba —¡BAÑO,
BAÑO, BAÑO! —y corrían al interior mientras otros demandaban —¡JEFE!
¡¿TIENE AGUA?!

Viendo que tanta gente entraba al mismo tiempo, los asistentes se


regocijaron.

—¡Por allí, por allí, por favor esperen, enseguida!

—¡Ahh, voy a reventar! —El Ojo del Cielo se quejó —Es increíble. Esos
compresos de Castidad Incorruptible realmente son un veneno tenaz. Solo
he bebido veintiún cuencos de agua, ¿Cuánto más me tomará llegar a
ochenta y uno?

—. . .

Xie Lian no había imaginado que los monjes y cultivadores fueran


realmente tan honestos. Les había dicho que bebieran ochenta y un
cuencos de agua, por lo tanto, realmente habían planeado beber ochenta y
un cuencos de agua exactamente.

Uno de los monjes replicó.

—Amitabha Buddha, este monje ya ha bebido veinticinco cuencos de


agua, y debo decir que han sido muy efectivos como antídoto. Este monje
ya se siente mucho mejor.

Al escuchar esto, Xie Lian no supo si reír o llorar. Buscó por todas partes si
había alguna grieta por la cual pudiera mirar. Vio a Hua Cheng medio
acuclillado en el suelo a su lado, llamándolo.

—Gege, mira aquí.

Xie Lian se acuclilló también y miró hacia donde apuntaba en el suelo,


pero no vio nada fuera de lo común.

—¿Qué hay allí?

De pronto, Hua Cheng picó y un pequeño agujero apareció en el sólido


suelo, un tenue rayo de luz atravesándolo.

—Mira, ahora podemos ver.

—. . .

Xie Lian se inclinó y observó a través del agujero. El grupo estaba reunido
ante una larga mesa en medio del vestíbulo, y el Ojo el Cielo palmeaba la
superficie.

—¡HUMP! Fuimos muy descuidados esta vez. ¡Para la próxima, si vemos a


ese cultivador maligno, no le daremos ninguna oportunidad para que se
aproveche de nosotros! ¡Debemos derrotar a Hua, Hua, Hua Chengzhu y
erradicar el mal en el nombre del cielo!
Xie Lian susurró.

—San Lang, ¿Cómo fue que les ofendiste exactamente?

Hua Cheng no respondió, sin embargo, alguien ya había preguntado por


Xie Lian.

—Es cierto, jamás pregunté, ¿Pero cómo es que todos ustedes están aquí
para atrapar a ese rey fantasma? ¿Cuál es la historia?

Por lo tanto, el grupo comenzó una reunión para intercambiar condenas.

—¡De solo hablar al respecto trae ira a mi corazón! Hace veinte años, hubo
una aldea en donde un monstruo cerdo se volvió loco y derribó la casa del
un maestro. La casa colapsó y la familia entera fue asesinada. El cerdo
huyó a Ciudad Fantasma. Yo recién había entrado al negocio en ese
tiempo así que lo perseguí, pero fui brutalmente golpeado por un montón
de fantasmas y no tuve más opción que huir. ¡Qué humillación! También
envió a un lacayo para decirme que no había razón para comer una familia
entera de cerdos, y que un cerdo no pudiera asesinar a toda una familia en
venganza. Si el cerdo no busca venganza, entonces es tu día de suerte;
pero si lo hace, entonces te lo mereces. Ahora díganme, ¡¿Qué sucede
con esa lógica podrida?!

—¡Qué coincidencia! ¡Nuestra secta experimentó algo similar, pero fue con
un espíritu gallo!

—Nuestra historia es simple. Ya que el dios al que adorábamos en nuestra


secta era uno de los que había tomado en cuenta para un desafío, sin
importar cuántos templos le construyéramos, él los quemaría todos. ¡Qué
coraje! ¡Absolutamente irrazonable!

—Yo también, yo también. Todos conocen a mi shixiong, ¿Cierto?


¡Talentoso, con un futuro infinito! Solo tenía un pequeño vicio: le gustaba
jugar con las mujeres. Décadas atrás, una pequeña fantasma prostituta
sedujo a mi shixiong y lo chupó hasta dejarlo seco, y ese Hua, Hua, Hua...
ese rey fantasma se atrevió a protegerla.

Las críticas de abajo ardían, pero encima de ellos, Hua Cheng parecía
aburrido, ni siquiera molestándose en dar una risilla burlona.

El Ojo del Cielo dijo.

—Creo que escuché de su shixiong antes. ¿No fue el tipo que, bajo el
pretexto de conducir rituales y ceremonias, confundiría y forzaría a mujeres
casadas con él? ¿El mismo que fue encerrado por tres meses?

—¡Ajem, ajem, ajem!

Por coincidencia, los asistentes habían llegado ya con la comida, y el


grupo inmediatamente desvió su atención del tema.

—La comida está aquí, la comida está aquí, vengan vengan vengan, xiong
Ojo del Cielo, no hablemos más, comamos.

Xie Lian se enderezó y observó los platos que los asistentes de la posada
habían traído; Hua Cheng dijo.

—No hay necesidad de seguir mirando, se desplomarán en cuanto coman


esas cosas.

Xie Lian dijo en voz baja.

—Esto será un problema.

A pesar de que el grupo de monjes y cultivadores era obstinado y molesto,


no podían dejar que estiraran la pata en este peculiar y turbio
establecimiento. Pero tampoco era buena idea llamar la atención.

Justo en ese momento, el Ojo del Cielo habló.


—¡Alto!

Miró los platos y bloqueó el camino de los demás, sus ojos agudos y
centelleantes.

Xie Lian le alabó mentalmente.

‘‘¡De verdad tiene algo de habilidad!’’

Los otros preguntaron.

—Xiong Ojo del Cielo, ¿Qué sucede?

El Ojo del Cielo acercó uno de sus dedos y lo deslizó sobre las orillas de
un plato, después, levantó muy arriba ese mismo dedo y gritó con furia.

—¡TANTA GRASA CON TAN SOLO UN DESLIZ DEL DEDO! ¡Los platos
no están bien lavados! ¡¿Qué clase de negocio creen que tienen aquí?!

—. . .

Xie Lian creyó que se había percatado de que algo andaba mal, pero no
imaginó que fuera un tipo deferente de ‘‘mal’’. A pesar de que se había
quedado un poco sin palabras, los resultados eran los mismos. En el
momento que el Ojo del Cielo se quejó, los otros comenzaron a rezongar
también.

—¡Mi dios, es verdad! ¡Qué es esto, está todo pegajoso como saliva…
esperen! ¡HAY CABELLO EN ESTE PLATO!

Alguien acercó sus palillos para hurgar y justo como hubo dicho, unos
cuantos mechones de cabello negro fueron extraídos!

—¡SANTA MIERDA! ¿QUÉ SUCEDE CON SU COCINA? ¿QUIÉN


DIABLOS ES EL ENCARGADO?
Los asistentes frotaron sus manos y sonrieron.

—Um… ¡recientemente matamos a unos cuantos cerdos, así que esos son
probablemente pelos de cerdo!

No obstante, cuando los palillos extrajeron los cabellos, cuanto más se


alejaban, más largos se volvían los mechones.

—¿QUÉ CLASE DE CERDOS TIENEN UN PELO ASÍ DE LARGO?


¡¿ACASO LA JEFA SE ESTÁ LAVANDO EL CABELLO EN LA COCINA?

—¡Llévense estos y háganlos otra vez!

—¡Sí, señor, sí señor! —Los asistentes rápidamente atendieron —


¡Volveremos a hacerlos todos inmediatamente! Mi señores, por favor
tomen agua, tomen agua.

‘‘Beber agua no será bueno tampoco’’ Xie Lian pensó ‘‘¡Debe haber algo
en el agua también!’’

Antes de que los asistentes se fueran, cuando el agua recién había llegado
a los labios del grupo, el Ojo del Cielo les llamó otra vez.

—¡Vuelvan aquí!

Un asistente volvió, con una sonrisa arrepentida.

—¿Mi Señor Daozhang necesita algo más?

—Permítame preguntarle, ¿Ha visto a una mujer muy bizarra con un


pequeño niño por aquí? —preguntó el Ojo del Cielo.

Así que por fin había preguntado.

‘‘Gracias al cielo que les dije que no dijeran nada’’ Xie Lian pensó.
Sin embargo, quién iba a pensar que, mientras pensaba esto, ese
asistente respondió sin dudar.

—¡Oh, claro que sí!

Xie Lian —¿¿¿???

El grupo estaba perplejo y todos bajaron sus aguas, atenuando la voz.

—¿En dónde están?

El asistente también bajó la voz.

—¡Arriba!

El grupo se puso instantáneamente alerta, sus miradas volviéndose para el


techo. Xie Lian rápidamente bloqueó el agujero que Hua Cheng había
hecho con su dedo. Un momento después, se hicieron presentes los
sonidos progresivos del grupo de personas subiendo las escaleras. Xie
Lian se pegó a la puerta, escuchando los pasos; al parecer, el asistente
había dirigido al grupo arriba, yendo furtivamente hacia ellos. Su brazo
izquierdo sostuvo a Hua Cheng, su espada estaba aferrada a su mano
derecha, y Ruoye estaba a su lado para escudarlo; todas sus armas
estaban listas y él estaba tenso y en guardia. No obstante, los pasos
pasaron frente a la puerta y continuaron hasta lo profundo del pasillo.
Confundido, Xie Lian se presionó contra la puerta y observó a través de las
grietas. El grupo pasó de largo junto a su puerta y ahora se encontraba
rodeando la entrada de otra habitación.

Dentro de esa habitación parecía haber una persona; una tenue luz se
filtraba a través de las ventanas de papel y reflejaba la silueta de una
mujer sentada cerca de una mesa.
Capítulo 138: Sobre Colinas Áridas; Alborotando la Posada de Corazón
Negro.

Tercer Libro: Con Infinitas Posibilidades.

Nunca se hubiera imaginado que el asistente cumpliera su palabra de


verdad y no los delatara. Era otra persona de la que hablaba.

Al parecer, además de ellos dos, realmente había otra "mujer bizarra" con
un niño pequeño que había llegado a la posada para pasar la noche.

El Ojo de Cielo y su grupo se miraron entre sí e hicieron gestos con las


manos casi uniformemente, dispuestos a abrir la puerta de una patada. De
repente, la luz del interior de la habitación se apagó y la silueta
desapareció. Justo después, se escuchó una serie de ruidos sordos, tun,
tun, tun, como una serie de pasos rápidos y apresurados; de pronto, una
mujer abrió la puerta de un tirón, maldiciendo.

—¿QUÉ HACEN USTEDES, HOMBRES APESTOSOS, REUNIDOS


TODOS FRENTE A MI PUERTA EN MEDIO DE LA NOCHE? ¡SU
ABUELA QUIERE DARSE UN BAÑO! ¿QUÉ ESTÁN PLANEANDO?
¿¡EH!?

Esta mujer era de figura esbelta y sensual, su rostro sin pintura era
celestial; aunque daba el aire de un gallo de pelea, era sin embargo, una
mujer en su totalidad. Ella chasqueó la lengua, se arremangó y siguió
maldiciendo.

—Y SON UN GRUPO DE MONJES Y CULTIVADORES. ¿NO SON


TODOS SACERDOTES RELIGIOSOS? ¿QUÉ SUCEDE CON SUS
VOTOS DE CASTIDAD?
Algunos de los monjes murmuraron.

—Es un malentendido, es un malentendido…

La mujer alzó las cejas de forma imposible, levantando las manos como si
estuviera dispuesta a golpear.

—NO ME IMPORTA SI ES UN MALENTENDIDO O UN ACCIDENTE,


VÁYANSE AHORA O ESTA ABUELA LES CONCEDERÁ UN BUEN
BAÑO DE AGUA.

—OIGA OIGA OIGA, SEÑORITA BENEFACTORA, ¿CÓMO PUEDE SER


ASÍ? ¡DEBE TENER CUIDADO CON SUS VIRTUDES!

—Salgamos de aquí...

Aunque Xie Lian no reconocía el rostro de esa mujer, sentía que su voz y
aura eran extremadamente familiares. Un momento después, exclamó en
un susurro.

—¿Lan Chang?

—Así es, es ella —respondió Hua Cheng.

Al ver que la multitud se dispersaba, Lan Chang pareció dejar escapar un


suspiro de alivio. Miró alrededor y se apresuró a volver a su habitación,
cerrando la puerta. No estaba cubierta de maquillaje, y solo mostraba al
mundo un rostro sencillo. Aunque había un buen número de arrugas
alrededor de sus ojos, y su edad era aparente, lucía inesperadamente un
poco elegante, por lo tanto, Xie Lian casi no la reconoció. Si se hubiera
presentado así aquel día en el Gran Salón Marcial, la afirmación de
inocencia de Pei Ming podría no haber sido tan convincente. Antes,
cuando el Monte Tonglu se reabrió y los fantasmas tuvieron su primer
despertar, hubo un número significativo de monstruos y demonios que
escaparon de sus sellos en todos lados; Lan Chang y el feto espíritu
estaban entre ellos. Si la "mujer bizarra" a la que se refería el asistente,
era Lan Chang, entonces ¿No significaba eso que el niño que traía con ella
era…?

Xie Lian susurró a Hua Cheng.

—El feto espíritu debe estar con ella. Esa criatura es demasiado peligrosa,
no podemos dejarla libre así.

Sin embargo, la posada en la que se encontraban ya era de por sí un lugar


turbio, y allí mismo se encontraba un grupo de mortales que perseguía a
Hua Cheng. No iba a ser fácil para ellos capturarlos bajo dichas
circunstancias.

El grupo de monjes y cultivadores llegó a la escalera y el asistente


preguntó.

—¿Entonces? ¿No era la persona que mis señores estaban buscando?

—¡No lo es! —Respondió el Ojo del Cielo —¡Ah! Déjame preguntarte


entonces, ¿Has visto a un cultivador con un niño pequeño?

El asistente pensó un poco y dijo.

—No hay un niño, pero hay un cultivador que está solo.

Al oír esto, el grupo se animó de nuevo y preguntó en voz baja.

—¿Dónde está?

El asistente respondió también en voz baja.

—Por aquí.
Esta vez, señalaba una habitación diferente. La multitud se miró de nuevo,
y una vez más se escabulleron con quien los guiaba.

Pero, inesperadamente, esta vez, cuando todavía estaban a un metro de la


puerta, se oyó un sonido agudo que perforó en el aire. Un talismán amarillo
salió disparado de las grietas de la puerta, rozando la mejilla del Ojo del
Cielo y clavándose en la pared detrás de él. Atónitos, todos los asistentes
fueron a echar un vistazo al talismán, descubriendo de inmediato que
estaba medio incrustado en la pared como una placa de acero.

Varios de ellos estuvieron a punto de entrar en la habitación, pero el Ojo


del Cielo los detuvo.

—¡No es él! Pero aún se trata de alguien impresionante, que nadie se


precipite y empiece problemas.

Luego tomó sus manos en un saludo y llamó.

—Sentimos haberle molestado, hábil maestro. Esto no es más que un


malentendido.

Quien estaba dentro de la habitación no respondió, verdaderamente, el


estilo de un maestro hábil.

La multitud retrocedió y alguien preguntó.

—Dao-xiong, ¿por qué ha dicho que no es él dentro de la habitación? ¿No


es acaso la mano de ese cultivador basura que lanza armas ocultas igual
de contundente?

Cultivador basura... Xie Lian tuvo que pensarlo de verdad antes de caer en
cuenta de que el "arma oculta" de la que hablaban, eran sus compresos de
Castidad Incorruptible y pensó "Bueno, está bien...’’

El Ojo del Cielo respondió en voz baja.


—Por supuesto que no es él— Ambos habían lanzado armas ocultas, pero
las manos y la fuerza del que estaba dentro de la habitación era
ligeramente más débil que la del cultivador basura...

No había terminado su frase, cuando otros siete u ocho talismanes


amarillos salieron disparados detrás de ellos, clavándose en las puertas y
paredes como flechas. La multitud estaba aterrorizada y huyó hacia abajo
sin decir nada más. Al ver que todos se habían ido, Xie Lian abrió
sigilosamente la puerta, tomó un talismán amarillo de la pared y volvió a la
habitación. Hua Cheng usó dos dedos para encender el talismán amarillo,
y después de darle un solo vistazo, lo lanzó lejos.

—El Ojo del Cielo realmente no es tan malo.

En la superficie del talismán amarillo, había una capa de aura espiritual, lo


cual había provocado que fuera tan afilado como un cuchillo, fuerte como
el acero al salir disparado, cortando profundamente la pared.

Sin embargo, antes, cuando Xie Lian lanzó las albóndigas con tanta fuerza
que salieron disparadas como balas de hierro, fue todo gracias a su propia
fuerza, sin ningún poder espiritual añadido.

Después de todo, había vivido siglos sin poder espiritual, y se había


acostumbrado a depender sólo de sí mismo para hacer cualquier cosa, en
lugar de depender de poderes espirituales.

El Ojo del Cielo había utilizado esto para determinar la diferencia de la


fuerza.

Xie Lian no pudo evitar preguntarse.

"¿Cuántos tipos diferentes de personas están reunidas en esta posada?


¿Por qué hay otro cultivador alojado aquí? ¿Podría estar aquí también
para derrotar el mal? Es normal que esos monjes y cultivadores mundanos
no noten nada, pero con el nivel de habilidad de este individuo, ¿Cómo
podría no haber percibido nada raro en la posada? De cualquier manera,
ahora no puedo permitir que los monjes y cultivadores descubran que San
Lang está aquí. Si empiezan a hablar y este individuo en la habitación
escucha, se podría añadir uno más a la persecución. Este podría no ser
tan fácil de tratar como el grupo.

El grupo volvió a bajar las escaleras y regresó al vestíbulo, sentándose de


nuevo en aquella larga mesa. Xie Lian se asomó por el agujero que creó
Hua Cheng y el asistente dijo.

—Iré a hacer que la cocina prepare sus órdenes de nuevo ahora mismo,
rezo para que Mis Señores esperen un poco, jijiji.

—¡ESPERA! Llévate también las aguas, y laven bien los cuencos antes de
servir en ellos.

—Por supuesto, por supuesto. Jijijiji.

El asistente se fue con la cara llena de sonrisas, probablemente


dirigiéndose a la cocina. Xie Lian pareció recordar que la cocina se
encontraba detrás de la posada, así que recogió a Hua Cheng y salió por
la ventana para aterrizar fuera. Dio la vuelta a la parte de atrás y recogió
unos cuantos guijarros pequeños, agarrándolos en su mano en caso de
que necesitara usarlos más tarde.

Se acercó a la pared fuera de la cocina. Hua Cheng volvió a picar, y un


pequeño agujero apareció en la pared, como si estuviera hecha de tofu.
Xie Lian se acercó para ver qué clase de propietario se encargaba de este
tipo de establecimiento.

La luz de la cocina era tenue, sólo estaban encendidas unas pocas


lámparas moribundas y no había nadie a la vista.

Pero al escuchar con atención, pudo percibir crujidos procedentes de algún


lugar.
Xie Lian cambió su ángulo de visión varias veces, y finalmente descubrió
que el sonido venía de debajo de la estufa. Su visión estaba bloqueada por
la propia estufa, pero al lado de ella había una pierna humana.
Evidentemente, el hombre ya estaba muerto, pero seguía retorciéndose en
conjunto del sonido de mordiscos y el saboreo.

Justo en ese momento, varios de los asistentes entraron en la cocina.

—Mi rey...

Detrás de los fogones, un hombre desaliñado y mugriento levantó de


repente la cabeza, con la boca masticando, respondió sombríamente.

—¡¿QUÉ?!

Los labios de aquel hombre estaban cubiertos de sangre fresca, sus ojos
emitían un brillo verde, y en su boca colgaba la mano de un humano como
si fuera una pata de pollo. Por mucho que esa expresión y la figura fueran
horripilantes, todavía se podía distinguir con facilidad… ¡Era el hombre que
Qi Rong poseía!

Con las mejillas llenas, chupó los dedos de esa mano que aún no se había
comido del todo, y un momento después, escupió unos cuantos huesos,
golpeando de lleno la cara de los asistentes. Maldijo.

—¡Basura inútil, nacida de un montón de mierda! Chillando como si


estuvieran de luto, y aquí pensé que ya le traían comida a este ancestro.
¿Y bien? ¿Dónde están los humanos? ¿Dónde está la carne? ¿NO LES DI
A USTEDES EL VENENO YA, POR QUÉ SIGUEN DE PIE?

Al parecer, el que yacía en el suelo y estaba siendo masticado era el


propietario original del establecimiento, o algún otro viajero que pasaba por
allí.

Los asistentes se sintieron agraviados.


—Mi rey, no es que seamos inútiles, pero ese grupo de monjes y
cultivadores no deja de presionar y hacer todo más difícil. Primero
despreciaron los platos por ser demasiado grasientos, luego despreciaron
el cabello en los platos. Se niegan a comer lo que sea que les sirvamos.

Qi Rong masticó y crujió, y luego chupó la sangre de los diez dedos.

—¿QUÉ? ¡¿QUÉ DEMONIOS?! ESTE ANCESTRO LES COCINARÁ


PERSONALMENTE UN FESTÍN DE EJECUCIÓN. Ya deberían estar
llorando lágrimas de alegría por no hacerles arrodillarse y lamer el suelo,
¿QUIÉN MIERDA les dio el derecho a negarse? Deberían probar lo que
hace el primo príncipe heredero, ESA MIERDA ES PEOR QUE LA
MIERDA, ESOS CABRONES DEBERÍAN SABER ARRODILLARSE EN
GRATITUD ANTE ESTE ANCESTRO!

Xie Lian —. . .

—...Gege, no hagas caso a lo que dice la basura inútil —consoló Hua


Cheng.

—...Sí.

—¡TODO ES PORQUE USTEDES SON BASURA INÚTIL, NO SABEN NI


LAVAR BIEN UN PLATO!

Qi Rong se puso en pie de un salto y maldijo mientras golpeaba a los


asistentes. Cuando su ira estuvo saciada, Qi Rong se arremangó, se limpió
los labios cubiertos de sangre con un movimiento de su mano, y cogió la
espátula, haciendo sonar el wok de hierro, maldiciendo mientras ordenaba.

—¡¡¡VENGAN AQUÍ!!! ¡Abran esos ojos de mierda, les permitiré presenciar


las habilidades de este ancestro! ¡A ver si tienen después alguna mierda
que decir!
Las llamas rugieron al cielo, y poco después, rehízo efectivamente otra
serie de platos, ordenando así a los asistentes que los sirvieran.

Qué platillos, en efecto; la carne era abundante, las verduras frescas,


aromáticas y seductoras. Xie Lian volvió a su habitación en el segundo
nivel y se asomó hacia abajo; los monjes y cultivadores estaban todos
asombrados.

—¡Esto tiene buena pinta!

—¡Sí! Esto está tan bien hecho, especialmente las patas de pollo con sal y
pimienta, gordas y tiernas... ¿no son un poco demasiado gordas y tiernas?
Nunca he visto patas de pollo tan largas.

Los asistentes explicaron.

—¡Oh! Esta es nuestra especialidad de la casa, no son del tipo común sino
patas de pollo de fénix blanco, especialmente seleccionadas y sin garras.
¿Acaso no parecen suaves y delicadas como las de una chica, seductoras
y tentadoras?

—Tienes razón. Pero lo que más me gusta es esta piel de cerdo frita; la
piel del cerdo es ligeramente crujiente y tierna, la temperatura seguro fue
la exacta... espera, ¿por qué este cerdo tiene tatuajes?

Los asistentes explicaron.

—¡Oh! Es porque nuestro chef quería demostrar sus divinas habilidades de


tallado, así que eso fue intencionalmente grabado para demostrar un
pequeño truco, eso es todo.

—Estas costillas agridulces no parecen estar bien cocinadas, y la salsa es


demasiado espesa, no estarán intentando ocultar nada raro con todo el
sabor agridulce, ¿verdad?
Los asistentes explicaron.

—¡Oh! Nada de eso. Todo en este establecimiento es cortado y se vende


el mismo día, es sólo que nuestro chef tiene un gusto un poco fuerte, eso
es todo.

—. . .

Viendo cómo alababan los platos sin parar y estaban a punto de hincarle el
diente, Xie Lian realmente no pudo contenerse más. Lanzó uno de los
pequeños guijarros que había recogido antes, arrojándolo fuera del
pequeño agujero.

Este disparo golpeó la mano que el Ojo del Cielo usaba para levantar la
taza de té de la que iba a beber para "desintoxicarse", y su brazo se
estremeció, derramando el agua dentro ella. El líquido salpicó
directamente la cara de uno de los sonrientes asistentes.

El agua no estaba caliente, pero fue como si hubiera caído agua hirviendo
sobre él; este se cubrió la cara gimiendo.

—¡¡¡AHHH!!!

Ahora todos en la mesa estaban desconcertados, levantando sus armas.

—¡¿QUÉ ESTÁ PASANDO?!

El Ojo del Cielo agarró la mano del asistente y la apartó de un tirón. La


muchedumbre hizo:

—¡AH!

Los rasgos faciales del asistente estaban medio derretidos, como si el


agua se hubiera derramado sobre una hoja de papel en blanco y la tinta se
hubiera emborronado. Borrosos y nebulosos, los rastros de tinta se
extendían por las mejillas y caían hacia abajo.

¡Sus rasgos y sonrisa habían sido dibujados con un pincel!

—. . .

En un instante, el grupo volcó la mesa, y de inmediato comenzó una pelea


con los asistentes.

Los asistentes se abrazaban la cabeza mientras eran golpeados, aullando.

—¡¡¡MIS SEÑORES!!! ¡POR FAVOR, PAREN! UM, LA UM, LA MUJER


BIZARRA CON UN NIÑO PEQUEÑO QUE ESTÁN BUSCANDO ¡ESE
EXTRAÑO CULTIVADOR! ¡ESTÁ ARRIBA! ¡ESTÁN ARRIBA! ¡VAYAN A
BUSCARLOS! ¡DÉJENNOS IR! SOLO SOMOS ASISTENTES DE TIEMPO
PARCIAL!!!

—¡PTUI! ¿ASISTENTES DE TIEMPO PARCIAL? ¿A QUIÉN QUIEREN


ENGAÑAR?

—¿INTENTAN ENGAÑARNOS? ¿CREEN QUE SOMOS TAN FÁCILES?


YA ES DEMASIADO TARDE.

Los asistentes se mostraron agraviados.

—¡No estamos mintiendo! ¡Es verdad!

La pelea de abajo se estaba volviendo salvaje, y al ver que los maestros


tenían una abrumadora ventaja, Xie Lian sacudió la cabeza. Dejó de
preocuparse y estuvo a punto de capturar a Lan Chang y al feto espíritu en
medio del caos, cuando inesperadamente, antes de que la puerta se
abriera siquiera, un grito llegó desde el pasillo.

La voz aterrorizada de Lan Chang resonó.


—¡No... te lo ruego, no quiero ir! ¡Por favor, te lo ruego! ¡Déjanos ir! ¡Me
arrodillaré y me postraré!

La voz airada de un joven dijo.

—¿A quién le importa que te postres? Si te vas, entonces, ¿Qué debo


hacer yo... qué debería hacer mi general? ¡Joder, ustedes, par de madre e
hijo realmente han metido la pata esta vez! ¡Basta de charla inútil, vienen
conmigo!

Al escuchar esa voz, Xie Lian abrió la puerta de golpe.

—¡¿Eres tú?!

En el largo pasillo, un joven vestido de negro estaba de pie bloqueando el


camino de Lan Chang, su expresión oscura. En el momento que Xie Lian
salió, levantó ligeramente la vista y se sorprendió

—¡¿Eres tú?!

Xie Lian salió por la puerta.

—¿Fu Yao? ¿Por qué estás aquí?

Lan Chang lo vio y abrió los ojos.

—...¿El príncipe heredero?"

—... —Fu Yao le miró de arriba abajo durante un momento, con los labios
crispados; al menos sus ojos no se pusieron en blanco. Volvió a preguntar.

—¿Por qué estás tú aquí también?

Xie Lian se miró a sí mismo, se apresuró a despojarse de la túnica


femenina y respondió.
—Es una larga historia.

Justo entonces, Fu Yao se dio cuenta de que Hua Cheng estaba a su lado;
sus pupilas se encogieron.
Capítulo 139: Sobre Colinas Áridas; Alborotando la Posada de Corazón
Negro.

Tercer Libro: Con Infinitas Posibilidades.

Fu Yao soltó —...¡¿Tú?!

Hua Cheng se mofó fríamente y lo ignoró. En cuanto a Lan Chang, en el


momento que los vio, se dio la vuelta para salir corriendo. Fu Yao se dio
cuenta y se giró.

—¡DETENTE AHÍ!

Todavía no había salido cuando una larga banda de seda blanca salió
disparada y le ató el tobillo. Lan Chang cayó inmediatamente al suelo,
abrazándose el vientre mientras se daba la vuelta. Al parecer, el feto
espíritu estaba escondido en su vientre de nuevo.

Xie Lian dijo mientras tiraba de Ruoye.

—Si querías que se detuviera, deberías haber hecho esto... solamente


gritar no tiene sentido. Por cierto, antes mencionaste a tu general, ¿Qué le
ha sucedido?

Fu Yao no respondió. Resopló y fue a agarrar el brazo de Lan Chang,


luciendo realmente furioso al momento. No sólo había agarrado por la
fuerza a una mujer, su acción implacable y dura, sino que incluso había
maldecido ‘‘joder’’ antes; este no era el Fu Yao que conocía. Sin embargo,
inesperadamente, antes de que pudiera tirar de Lan Chang, su vientre se
hinchó de repente como un globo, y una figura blanca salió disparada,
chillando mientras se abalanzaba sobre la cara de Fu Yao.
¡Era el feto espíritu!

Cada vez que volvía al vientre de su madre, acumulaba otra ronda de


energía. Por tanto, este ataque era peligroso, y Fu Yao tuvo que
concentrarse para combatirlo, levantando su mano para golpear. El feto
espíritu fue golpeado y lanzado hacia atrás como una pelota, estrellándose
contra la pared con un estruendo, después, salió disparado hacia Xie Lian.

—¡Atrápalo! ¡No dejes que huya!— Fu Yao gritó.

Antes de que Xie Lian se moviera, Hua Cheng ya estaba posicionado


frente a él. El feto espíritu frenó bruscamente al toparlo, y cargó contra Fu
Yao una vez más. La bola fantasma rebotaba y alborotaba el pasillo de
arriba, pero también era un completo caos en el piso de abajo. Podían oír
desde ahí los gritos de los ‘‘asistentes’’ pidiendo clemencia.

—¡Mis señores, por favor, sean magnánimos! ¡Nosotros, seres humildes,


también hacemos esto por un bocado de comida!

—¡Sí, no lo haremos más! ¡A decir verdad, a lo sumo sólo robaremos


algunos pollos para comer; todo es por ese... Viejo Maestro Verde, que
nos obligó a ser sus secuaces para que hiciéramos esto! ¡Está en la cocina
ahora mismo!

Viendo que la situación se había vuelto un completo caos, Xie Lian de


repente recordó algo, y saltó desde el segundo piso. Qi Rong estaba en la
cocina, con las piernas cruzadas, hurgándose los dientes alegremente
mientras esperaba que su ‘‘comida’’ se sirviera en bandeja de plata. De
repente, se oyó un fuerte estruendo; una figura había pateado la pared y
había entrado con un salto agresivo.

—¡Qi Rong! ¿Dónde está Guzi?

Esta clásica entrada del dios marcial hizo que Qi Rong se pusiera en pie.
—¡¿TÚ?! ¿Por qué estás aquí? ¡¿NO PUEDES TOCAR LA PUERTA
COMO UNA PERSONA NORMAL?!

Sin perder un segundo más, Xie Lian se acercó y lo golpeó, presionándolo


sobre la superficie de la tabla para cortar como si fuera un pato.

—¡Para con tus tonterías! ¿Qué le has hecho al niño?

Qi Rong esbozó una sonrisa llena de dientes.

—Jejeje, mira, ¿Acaso no está esparcido por todo el suelo?

¿Qué estaba esparcido por todo el suelo exactamente? ¡Huesos humanos!

La furia ardió en el corazón de Xie Lian, y apretó con más fuerza. Qi Rong
entonces comenzó a gemir y aullar.

—¡AY, AY, AY, MI BRAZO! ¡MI BRAZO ESTÁ ROTO! ¡ROTO, ROTO!
PRIMO PRÍNCIPE HEREDERO ¡ESPERA! VALE, VALE, VALE, SERÉ
HONESTO, HE MENTIDO ¡NO ME LO COMÍ! ¡NO LO HICE! ¡LO IBA A
HACER PERO AÚN NO LO HAGO!

—¿Dónde está ahora?— Xie Lian exigió.

—¡DEJA DE APLASTARME, DEJA DE APLASTARME! Te diré, ese


pequeño Pies-Arrastrados está encerrado en el cobertizo de junto, ¡Sólo
tienes que echar un vistazo y lo verás!

Xie Lian ordenó a Ruoye que atara a Qi Rong, y abrió una pequeña puerta
al costado de la cocina. Efectivamente, Guzi estaba acurrucado dentro. Xie
Lian revisó su respiración, la cual era constante, su rostro rojo y sonrojado,
parecía estar profundamente dormido.
Sin embargo, cuando Xie Lian levantó al niño, pudo sentir que su cuerpo
estaba caliente al tacto como si tuviera fiebre, y el corazón de Xie Lian se
tensó.

Justo entonces, los monjes y cultivadores entraron también. En el


momento que entraron en la cocina y pisaron el suelo lleno de huesos
humanos, casi haciéndolos resbalar, la escena los impactó y todos gritaron
con horror.

—¿EH? ¡ES UN ESTABLECIMIENTO OSCURO!—

—¡¿ASÍ QUE TODOS ESOS PLATOS DE FUERA... ESTÁN TODOS...


HECHOS DE CARNE HUMANA?!

—¡Te dije que nunca había visto patas de pollo tan largas!

Justo al mismo tiempo, hubo otro fuerte estruendo, y un nuevo agujero fue
perforado a través del techo, una bola blanca impactó.

—¡¿QUÉ ES ESO?!— gritó la multitud.

Poco después, Fu Yao saltó desde el agujero, lanzando más de diez


talismanes amarillos con un solo movimiento de su mano, gritando.

—¡Piérdanse! ¡NO SE METAN EN MI CAMINO MIENTRAS TRABAJO!

—¡Ah! ¡Es el hábil Maestro!— gritó la multitud.

Entonces, Lan Chang se arrastró y rodó hacia abajo también.

—¡DEJA DE GOLPEARLO!

—¡¿QUÉ?! ¡Una mujer!— la multitud gritó de nuevo.


Los talismanes amarillos salieron disparados como clavos de hierro, como
cuchillas voladoras, y mientras Xie Lian esquivaba con sólo un ligero
movimiento de su cuerpo, Qi Rong no pudo escapar, y todos ellos se
clavaron directamente en su espalda.

Gritó patéticamente.

—¡¡¡ASESINATO FANTASMA!!!

La multitud se arremolinó y se reunió a su alrededor para examinar los


talismanes, jadeando con asombro.

—Vaya, qué increíble habilidad para disparar talismanes...

La vieja y buena cocina se vio de repente apretada y abarrotada, ruidosa y


alborotada. Fu Yao perseguía al feto espíritu que saltaba de arriba a abajo,
Lan Chang seguía a Fu Yao como si se hubiera vuelto loca. La mitad de la
cara de Qi Rong había cambiado de forma por la manera en la que Xie
Lian lo presionaba contra la tabla de cortar, su espalda se había convertido
en un blanco para los talismanes amarillos que Fu Yao lanzaba mientras
era observado por la multitud y Lan Chang pisaba sobre él de vez en vez.

Él se lamentó patéticamente.

—¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ HAY TANTA GENTE? ¿QUIÉNES SON


USTEDES? ¿Y USTEDES QUIÉNES SON? ¿ACASO NADIE ME VA A
DEJAR COMER POR UNA MALDITA VEZ? ¿POR QUÉ SIEMPRE ES ASÍ
VAYA DONDE VAYA? ¿QUÉ TIENEN TODOS USTEDES CONTRA MÍ?

Mientras se lamentaba, sus ojos giraron y vieron a través de la pared


derrumbada de la cocina hacia el exterior de la posada. Hua Cheng no
parecía estar al tanto del caos en el interior, y en cambio se encontraba
sentado tranquilamente bajo un árbol con la calma suficiente para construir
un palacio de hojas de oro. Quién sabe por cuánto tiempo había estado
jugando, pero ante él, ya había una suntuosa mansión hecha de más de
diez hojas de oro.

Qi Rong cambió al instante su tono y gritó a todo pulmón.

—¡QUE TODO EL MUNDO MIRE FUERA! ¡RÁPIDO! ¡¡¡LLUVIA


SANGRIENTA QUE BUSCA A UNA FLOR SE CONVIRTIÓ EN UN
MOCOSO!!! ¡¡¡SI LE GUARDAN RENCOR, VAYAN AHORA!!! ¡¡¡NO
PIERDAN ESTA OPORTUNIDAD, SI PASAN DE LARGO POR ESTE
PUEBLO NO ENCONTRARÁN OTRA TIENDA IGUAL...!!!

Antes de que terminara, un escalofriante y reluciente cuchillo carnicero


ensangrentado se le clavó en la boca y entre los dientes. El mango del
cuchillo carnicero estaba siendo sostenido por la mano de Xie Lian.

Xie Lian sonrió —¿Mm? ¿Por qué gritas?

Qi Rong no fue capaz de ver cómo Xie Lian pudo clavar el cuchillo en su
boca; solo podía sentir escalofríos en los labios, mientras la punta de su
lengua tocaba un objeto extremadamente afilado. Aunque no estaba
herido, si intentaba moverse aunque fuera un centímetro, su boca
sangraría, por lo tanto, toda voz murió en su garganta.

Sin embargo, la multitud ya había notado a Hua Cheng, quien se


encontraba apilando un palacio con hojas doradas lejos de la posada.

—¡¿ES ÉL?!

—¡PROBABLEMENTE!

Con Guzi en un brazo y tirando de Ruoye con el otro, Xie Lian salió
corriendo para llegar allí antes que los demás. Qi Rong seguía atado por
Ruoye, y chillaba mientras era arrastrado por el suelo.
—¡XIE LIAN! ¡MALDITO PERRO! DEBES ESTAR HACIENDO ESTO A
PROPÓSITO. NUNCA HE VISTO A NADIE TAN MALVADO COMO TÚ,
FALSO LOTO BLANCO ¡AAAAAAHHHHHH…!

La multitud se reunió alrededor.

—¿Entonces… vamos?

—Cuidado con sus artimañas ¿Qué tal si observamos primero?

Justo al mismo tiempo, Hua Cheng terminó de construir el pequeño palacio


de oro, y se puso sobre sus pies. Levantó las cejas mientras miraba de
reojo el pequeño edificio que había construido y después, le lanzó una
patada relajada.

Tac, tac, tac y el palacio dorado se derrumbó.

Y la posada también retumbó y desmoronó.

La ilusión se había roto. Xie Lian se giró y miró; detrás no había una
posada, sino una cabaña de campo derrumbada, del tipo que era normal
encontrar en colinas áridas como esta. La posada de antes había sido
creada gracias a un hechizo de ilusión.

La multitud de monjes y cultivadores que aún no habían decidido si era


una buena idea salir a la carga estaban todos aplastados debajo, siendo
golpeados por troncos podridos y paja raída. Xie Lian entonces corrió al
lado de Hua Cheng.

—San Lang, ¿no te afectará usar poderes como este?

Hua Cheng agitó su mano con serenidad y todas las hojas de oro
desaparecieron en el aire.

—No te preocupes, Gege, algo tan pequeño como esto no es nada.


Justo entonces, un trozo de techo roto se movió y Fu Yao se asomó de
entre medio. Empujó un montón de heno, y exclamó con rabia.

—¡NO TE IMPORTA A TI, PERO A MÍ SÍ!

Hace unos segundos, por fin había logrado capturar al feto espíritu, pero
su visión se oscureció de repente, y cuando miró hacia arriba, el techo
podrido había comenzado a partirse y derrumbarse, desmoronándose justo
encima de él, ¡Qué desastre! Fu Yao se arrancó un trozo de paja del pelo y
salió a toda prisa ante Xie Lian y Hua Cheng, mirando al Hua Cheng que
era más bajo que él de momento y enfureció.

—¡TÚ... tú hiciste esto a propósito!

Hua Cheng parpadeó pero no se opuso, y tampoco se burló, sólo levantó


sus ojos negros como la tinta para observar a Xie Lian. Xie Lian
inmediatamente dejó caer su brazo, agarró su hombro y tiró de él detrás de
su persona.

—No, no, es seguro que no. Los niños no saben cómo controlarse... lo
siento mucho, Fu Yao.

Fu Yao le observó incrédulo, con la cabeza llena de pelos revueltos.

—...¿Niños? Su Alteza, ¿Realmente crees que estoy tan ciego como para
no reconocer quién es este?

Xie Lian respondió inocentemente.

—¿De qué estás hablando? Este es un pequeño bastante normal.

—. . .

Fu Yao miró fijamente a Hua Cheng y entrecerró los ojos, pero entonces,
detrás de ellos se escucharon los débiles sonidos de crujidos. Al parecer,
Lan Chang también había empujado un trozo de techo y se había
arrastrado hacia fuera.

Fu Yao se volvió hacia ella. Xie Lian suspiró aliviado y puso a Guzi en el
suelo, pero mientras lo hacía, una voz vacilante resonó en sus propios
oídos.

—...¿Su Alteza?—

Xie Lian se enderezó inmediatamente —...¿Feng Xin?

Realmente era Feng Xin del otro lado, además parecía que también
suspiraba aliviado.

—¡Gracias al cielo! Su contraseña verbal no ha cambiado después de


todo.

Xie Lian soltó una risa seca. Hace ochocientos años, cuando activó su
contraseña verbal por primera vez, había sido ‘‘Solo recita los Sutras
Éticos mil veces’’ e incluso ochocientos años después, nunca había
cambiado; Feng Xin realmente lo recordaba.

Xie Lian recordó la forma en la que Feng Xin se rió hasta quedarse ronco
cuando escuchó por primera vez su contraseña verbal tantos años atrás, y
no pudo evitar sentir nostalgia a pesar de que no era el momento
adecuado.

—Sí, no ha cambiado ¿Cómo está todo en la Corte Superior? ¿Está el


Emperador Celestial informado sobre el asunto con Ling Wen?

Hua Cheng escuchó que estaba hablando con un oficial celestial de la


Corte Superior y conscientemente se apartó, poniendo su mano en la
frente de Guzi para comprobar si estaba enfermo. Por otro lado, la voz de
Feng Xin se volvió seria.
—No está nada bien. Él lo sabe. La Corte Superior entera es un caos
ahora mismo.

Xie Lian suspiró —Toda la coordinación y disposición de los asuntos en la


Corte Superior siempre han sido gestionados por Ling Wen; no puede
evitarse ¿No podría algún otro dios civil tomar su lugar?

—Lo han intentado, pero ninguno es eficiente — dijo Feng Xin —


Normalmente son los más diligentes al despreciar al Palacio de Ling Wen,
insinuando siempre que podrían hacer el trabajo mucho mejor si tuvieran la
posición. Ahora que necesitamos que asuman la responsabilidad, ni uno
solo puede hacer ni la mitad de lo que ella hace. Sólo la organización y la
gestión de las noticias y la información los marea; varios dioses civiles
abandonaron y rechazaron el puesto de inmediato.

Xie Lian sacudió la cabeza, y Feng Xin añadió.

—Y no sólo Ling Wen, sino que algo también le ocurrió a Mu Qing. Al


principio lo habían encerrado, pero golpeó e hirió al oficial que hacía de
guardia y escapó.

—¡¿Qué?!

Al escuchar esto, por impulso, Xie Lian miró instantáneamente a Fu Yao.


El joven vestido de negro estaba hablando con Lan Chang, y aunque había
disgusto en su rostro, había más inquietud que nada. Xie Lian se alejó más
y bajó la voz.

—¿Qué ha pasado con Mu Qing? ¿Cómo llegó a esto?

—No sólo fue encerrado, sino que todo el Palacio de Xuan Zhen ha sido
suspendido y está en espera de investigación—respondió Feng Xin —
Todo fue por culpa del feto espíritu.

La voz de Xie Lian se suavizó.


—¿Qué pasó con el feto espíritu? ¿Estaba realmente relacionado con el
caso?

—Mn —dijo Feng Xin —Los demonios y monstruos que habían estado
sellados lograron escapar esta vez; Mu Qing fue responsable de la mujer
fantasma Lan Chang y del feto espíritu, pero no consiguió capturarlos, y en
cambio los dejó escapar. Pero durante la persecución, el feto reconoció a
Mu Qing y dijo que quien lo extrajo del vientre de su madre y lo moldeó en
un pequeño fantasma fue Mu Qing.

—¡Eso es imposible!— Soltó Xie Lian —¡Imposible! ¡Aunque Mu Qing es


alguien... um, no tenía ninguna razón para hacer algo así!

—Quién sabe— dijo Feng Xin —Pero aparentemente, existe un método de


cultivo perverso que implica el uso de bebés muertos para acelerar la
ascensión. Ahora hay un gran número de personas sospechando si su
ascensión también es problemática, por lo que planearon encerrarlo antes
de tomarse su tiempo para investigar a fondo todos sus actos del pasado,
sin embargo, quién iba a saber que no podría quedarse quieto y huiría él
mismo. Ahora todos creen que es culpable y que escapó debido al crimen.

—Espere, espere, espere, espere— dijo Xie Lian —Esto de verdad no está
bien. Si Mu Qing es el verdadero culpable, entonces ¿Por qué el feto
espíritu y Lan Chang no lo reconocieron en el Gran Salón Marcial al
principio, y tuvieron que acusarlo mientras se les perseguía? ¿No es esto
obviamente una calumnia?

—Cuando me enteré, las cosas ya habían llegado a este punto, así que
tampoco estoy seguro de lo que ocurrió realmente tampoco— dijo Feng
Xin —Parece que Lan Chang y el feto espíritu no sabían tampoco quién
fue el hechicero, no obstante, cuando el pequeño fantasma fue moldeado y
surgió, tuvo un momento aleatorio de claridad, se liberó y dejó una cicatriz
en dicho individuo. Mientras el feto espíritu luchaba con él, notó que
también había una marca de mordisco en el brazo de Mu Qing, una vieja
herida que de hecho tiene cientos de años de antigüedad.

—...¿La marca de mordida coincidía con los dientes del feto espíritu? —
preguntó Xie Lian.

—Completamente —respondió Feng Xin.

—¿Y cómo justificó Mu Qing esta cicatriz?— Preguntó Xie Lian


solemnemente.

—Admitió que había visto al feto espíritu antes— dijo Feng Xin —Pero no
admite que él mismo es el culpable; afirma que salvó al feto espíritu por
benevolencia, pero fue mordido por él en el proceso. Con una confesión
como esa, bien podría no haber intentado explicar nada.

Eso era cierto, sólo que ‘‘ayudar por benevolencia’’, ‘‘amar y proteger a los
niños’’, ‘‘hacer el bien sin referenciar su nombre’’ en la mente de todos,
todas estas eran cosas que Mu Qing nunca haría. Mu Qing siempre había
sido ‘‘solitario’’; nunca mostrando bondad innecesaria, y nunca haciendo
realmente algún amigo íntimo en los cielos.

Ahora que había sucedido algo, nadie le iba a creer aunque intentara
argumentar a su favor, por tanto, naturalmente no había nadie que hablara
en su nombre. Probablemente fue por eso que eligió huir e investigar la
verdad por sí mismo.

—Las cosas siguen fuera de control aquí, Su Alteza— dijo Feng Xin —
¿Dónde está usted? El Emperador Celestial dijo que la reunión fantasma
probablemente debe ser imparable a este punto ¡Dese prisa y únase a la
asamblea!

—De momento estoy...— Xie Lian comenzó.


Sin embargo, antes de que continuara, la fría voz de Fu Yao se hizo
presente repentinamente detrás de él.

—¿Con quién estás hablando?


Capítulo 140: Lenguas Afiladas y Dientes Puntiagudos; Vientos Engullidos
y Flechas Destrozadas.

Tercer Libro: Con Infinitas Posibilidades.

Xie Lian suspiró y se dio la vuelta.

—Ah, quería hablar con alguien, pero ahora que la red de comunicación
espiritual de la Corte Superior se ha roto y no conozco la contraseña verbal
de ningún otro oficial celestial, no puedo decir nada aunque quiera. Fu
Yao, ¿recuerdas la contraseña verbal de algún oficial celestial? Es sólo
para que pueda enviar algunas noticias de vuelta y hacerles saber que
estoy aquí; también solicitar algo de ayuda.

Parecía calmado y natural, extremadamente persuasivo, por tanto, las


nubes sombrías en el rostro de Fu Yao se dispersaron y dijo
apaciguadoramente.

—No lo sé. Los Cielos son un desastre ahora mismo, todo mundo está
ocupado. Encárgate tú mismo de las cosas.

Justo entonces, Hua Cheng habló desde un lado.

—Gege, este niño ha estado hambriento por dos días, y ahora mismo está
ardiendo.

Xie Lian se acercó a comprobarlo, y efectivamente, la frente de Guzi


estaba tan caliente que un huevo podría freírse encima. Al instante,
levantó a Qi Rong y le preguntó.

—¿Cómo diablos es que cuidas niños exactamente?


Qi Rong escupió con el rostro cubierta de sangre.

—¡No es como si este ancestro fuera su verdadero padre! ¡Es ya


increíblemente compasivo de mi parte no habérmelo comido! Apúntame
los méritos, ¡rápido!

—Creo que es más bien porque no te sabría muy bien con fiebre la razón
por la que no te lo has comido aún —comentó Xie Lian.

A un lado, Lan Chang dudó un momento antes de hablar.

—¿Está enfermo el niño? ¿Qué tal si le echo un vistazo?

Ella también estaba cubierta de cortes y magulladuras gracias a las vigas


derrumbadas de la cabaña en ruinas, pero se había compadecido del niño
y se acercó a gatas. Acunó a Guzi en sus brazos y colocó la palma de la
mano sobre su cabeza, al parecer utilizando su cuerpo frío para calmar la
fiebre de Guzi.

Fu Yao se acercó con el feto espíritu hecho bola gracias a un talismán en


su mano.

—Es hora de irnos.

Lan Chang obviamente no quería irse, pero su hijo estaba en sus manos,
así que se encontraba desamparada.

Xie Lian habló.

—Espera, no te vayas todavía. Fu Yao, ¿eres capaz de comunicarte con tu


general ahora mismo?

Fu Yao le miró.

—¿Qué quieres?
Xie Lian masticó sus palabras.

—En realidad...

Antes de que completara la oración, su mano se estiró de repente y, tan


rápido como un rayo, instantáneamente torció los brazos de Fu Yao hacia
atrás y lo sujetó con un agarre mortal antes de continuar.

—¡En realidad, ya sabía que está en problemas!

Fu Yao se había dejado atrapar en un descuido, y estaba a la vez


sorprendido y furioso.

—¡TÚ! ¡TÚ, MAÑOSO…!

—No, no. Esto es sólo gracias a mi propia fuerza. Puedes intentar


emboscarme de la misma manera y verás si eres capaz de sujetarme.

Hua Cheng aplaudió cortésmente.

—Estoy de acuerdo.

Fu Yao iba a poner los ojos en blanco de la ira.

—BUENO, ¿ENTONCES POR QUÉ NO ME SUELTAS Y ME DEJAS


INTENTAR, EH?

Xie Lian compuso su expresión.

—La próxima vez, si es que hay una oportunidad. Ahora mismo tenemos
cosas más importantes de las que preocuparnos. Fu Yao, ¿me ayudarías a
aconsejar a tu general para que regrese a la Corte Superior?

—...¿Regresar?— La ira de Fu Yao fue fuertemente suprimida en una voz


baja. —¡Eso es fácil para ti decirlo! Si el que estuviera atrapado en la
situación fueras tú, ¿volverías? ¿Qué dirías si otros te instaran a regresar?
¿Regresar para ser agraviado y sólo esperar la condena? ¡¿Volver y
esperar la muerte?!

—No te irrites, estoy hablando en serio— dijo Xie Lian —No estoy siendo
sarcástico. Tu general y yo somos diferentes, su situación no está tan
perdida al punto de no retorno; lo que fue realmente malo es que haya
huido. Si puedes conectar con él, dile que puedo ayudarle a investigar.

Fu Yao se quedó perplejo.

—Tú. ¿Ayudarle a investigar?

—Sí. He hecho muchas investigaciones, así que tengo algo de


experiencia. Estoy más experimentado que él, al menos— dijo Xie Lian.

—Su Alteza, ¿Es necesario que te recuerde la cantidad de oficiales


celestiales que has investigado después de tu regreso a los cielos? —Dijo
Fu Yao —¿Y cuántos de ellos han caído después de cada una de tus
investigaciones?

Xie Lian se aclaró la garganta suavemente.

—Eso es diferente, después de todo, el problema no reside en mí. Si


realmente no cometió ningún crimen, entonces por supuesto que puedo
probar su inocencia.

Fu Yao soltó una carcajada de exasperación y le cortó de tajo.

—¡Ya basta! No es que nadie sepa sobre las rencillas personales entre
ustedes dos. ¿Ayudarle a investigar? ¿Tendrá él siquiera la oportunidad de
darle la vuelta a esto entonces? Si quieres usar esta oportunidad para
arrastrarlo y reírte de él, sólo dilo en lugar de actuar con tanta falsedad.
Al escuchar esto, el rostro de Hua Cheng se ensombreció. Un momento
después, sonrió.

—Olvídalo, Gege. Este tipo no sabe reconocer la bondad cuando la ve, así
que ¿por qué desperdiciar tu aliento? Algunas personas simplemente
nacen siendo ingratas, y miden el corazón de un hombre íntegro con sus
sucias mentes cerradas. Él no confía en ti, y bueno, no tengo tiempo para
ocuparme por él. Deja que luche y resuelva las cosas por su cuenta.

Fu Yao le miró y se burló.

—¿''Niño''?

Hua Cheng le devolvió el gesto y se burló.

—¿''Oficial Menor''?

El rostro de Fu Yao cayó ligeramente.

Xie Lian apretó su mano y dijo suavemente.

—Bueno, esto y aquello son dos asuntos completamente diferentes, los


asuntos personales y los negocios no deben mezclarse. Una cosa es que
él y yo tengamos una rencilla personal, pero que haya cometido un crimen
es otra cosa. Alguien como Mu Qing, aunque es de mente estrecha,
mezquino, sensible y escéptico, tiene una mala personalidad, salta a
conclusiones con constancia, no dice cosas agradables, le gusta quejarse,
siempre ofender a todos y tiene un montón de gente que no le agrada, no
tiene amigos, puede recodar pequeños detalles sin importancia durante
mucho tiempo...

—. . .

Xie Lian prosiguió en un suspiro con cara seria, pero al final concluyó con,
—...Pero lo conozco desde que éramos niños, después de todo, aún es
alguien con principios.

—. . .

Xie Lian continuó.

—Puede que escupa en el vaso de alguien que no le agrada, pero él


nunca jamás envenenaría el agua para dañar a alguien.

—. . .

Hua Cheng comentó con rotundidad.

—¿De verdad? Aunque eso sigue siendo asqueroso.

A Fu Yao casi se le salían las venas.

—¡NO! ¡Él tampoco escupiría nunca!

—Laxantes entonces— dijo Xie Lian.

Fu Yao parecía reprimirse.

—Tú... ¿De verdad tienes que describirlo así? ¿Estás hablando a su favor
o en su contra?

—Lo siento, es solo que no se me ocurren mejores ejemplos de momento


— se disculpó Xie Lian.

Fu Yao luchó un poco, pero no pudo aflojar el agarre. Exigió alarmado.

—¿Acaso lo estabas delatando con alguien en los cielos hace un


momento?
Xie Lian respondió con pesadez.

—Aún no, sólo charlaba. No te preocupes, no voy a dañar a tu general. Si


realmente no quiere regresar allá, ¿por qué no se une a mí y actuamos
juntos? De esa manera, habrá un testigo para cualquier cosa que haga. De
lo contrario, no será capaz de lavarse las manos y las cosas se pondrán
peor…

Justo en ese momento, se hizo presente de pronto el rugido de una risa


cruda detrás de ellos. Qi Rong miraba fijamente el rostro de Lan Chang, y
de repente se volvió loco.

—¡JAJAJAJAJAJA ME PREGUNTABA QUIÉN ERA! ¿NO ES ESTA… NO


ES ESTA MI SEÑORITA JIAN LAN?

Lan Chang, quien sostenía en brazos a Guzi y se encargaba de enfriar su


temperatura, se estremeció al escucharlo y sus ojos se abrieron de par en
par.

—¿Quién eres tú? ¿Cómo es que tú también...?

Qi Rong se rió —¿Cómo es que yo también lo sé? ¡POR FAVOR! ¡Casi


ibas a llamarme primo! ¿Qué, acaso todo el mundo se ha convertido en un
fantasma? Voy jodiendo por aquí y por allá y todos son rostros conocidos,
este mundo es realmente pequeño y muy animado, ¡jeje!

Xie Lian frunció el ceño.

—Qi Rong, ¿te has vuelto loco otra vez? ¿Quién es Jian Lan?

—Je, primo príncipe heredero, ¿estás ciego o te haces el tonto?— Se


burló Qi Rong. —¡Mira bien quién es, es la doncella número uno de
nuestro Xian Le… la Señorita Jian Lan! Su familia era toda de políticos y
comerciantes, indescriptiblemente grandiosa y gloriosa. Su aspecto era
pasable, pero su nombre estaría en las listas cada vez que hubiera una
valoración de bellezas en Xian Le. Tan orgullosa, que incluso ojos le
crecieron por encima de la cabeza; nunca preocupándose por nadie. Casi
entró en el harén, ¡Y por poco fue elegida como concubina!

—¿Qué?

Los ojos de Xie Lian volaron hacia el rostro de Lan Chang. En aquel
entonces, el rey y la reina de hecho habían tenido la intención de elegir
una concubina para él, y convocaron a un número de señoritas
exquisitamente seleccionadas para que entraran al palacio y asistieran a
un banquete sólo para dejarle ver si había alguien que que le pudiera
gustar. Sin embargo, el joven Xie Lian tenía todo su corazón
completamente concentrado en el cultivo, y abandonó el banquete
después de hacer una sola ronda, ni siquiera molestándose en recordar los
rostros y nombres de las muchachas, por lo que no era capz de recordar
nada.

Lan Chang miró a Fu Yao, pero él solo se limitó a resoplar.

—Mi general no dijo nada sobre esto. Esta mujer también es una
ciudadana remanente de Xian Le, así que debe haberte visto en el pasado.

Xie Lian se volvió hacia Hua Cheng, y él tampoco parecía sorprendido, por
lo que no parecía que fuera algo que acabara de descubrir.

Xie Lian se volvió hacia Lan Chang y murmuró.

—Usted realmente...

Sin embargo, Lan Chang se apresuró a taparse los oídos y gritó.

—¡No lo diga! ¡No lo diga en voz alta! ¡¡NO USE ESE NOMBRE PARA
DIRIGIRSE A MÍ!! Yo... hace tiempo que cambié mi nombre.
Xie Lian se sorprendió al principio, pero bajó el brazo y suspiró
pesadamente.

La hija de una familia noble de antaño era ahora una prostituta en el reino
fantasma. Probablemente cambió su nombre porque temía avergonzar a
su familia fallecida y no quería admitir que la de ahora seguía siendo la
misma.

Esta mujer fue una vez su devota, su ciudadana, ¿Cómo no iba a suspirar?

Justo entonces, sintió de repente calidez en su mano. Cuando miró hacia


abajo, vio a Hua Cheng; él no lo estaba mirando, pero sostenía su mano.

Aunque en ese momento tenía la forma de un niño pequeño y su


temperatura corporal era fría, cuando su pequeña y fría mano sostenía la
suya, se sentía infinitamente cálida.

Sin embargo, Qi Rong no tuvo ninguna simpatía y chasqueó la lengua.

—¿Quién iba a pensar que la Señorita Jian Lan, quien estaba tan fuera de
alcance en el pasado, se convertiría en una vieja y fea bruja ahora? Nunca
pensé que fueras hermosa de verdad, y ahora veo que mis ojos
ciertamente no me fallaban, ¡realmente no te ves tan bien! Bien podría
preguntar, ¿Quién es el padre de este perro al que has parido?

Sus palabras eran extremadamente vulgares, y el rostro de Jian Lan se


estaba poniendo pálido.

Qi Rong continuó —¿No puede ser el primo del príncipe heredero, no? No,
no, a este primo mío probablemente ni siquiera se le levanta, por eso pasa
todo su tiempo fingiendo que es todo un casto sin espacio en su mente
para las mujeres, que farsante. ¿Cómo podría tener un hijo? ¡Oh-OH!
¿Cómo podría olvidarlo? Después de la caída de Xian Le, ¿no fue mi
señorita vendida a uno de esos lugares? ¡Debe ser la semilla de algún
plebeyo de Yong An!
Xie Lian no pudo soportarlo más. Estaba a punto de ir y hacerle callar,
pero Jian Lan explotó más rápido que él, y abofeteó a Qi Rong con fuerza.

—¡¿QUÉ ES TODA ESA BASURA QUE VOMITAS?!

La nariz de Qi Rong sangró por la bofetada y él le lanzó una mirada.

—NO ERES MÁS QUE UNA FEROZ O UNA SEVERA; ¡¿PERO UNA
BASURA COMO TÚ SE ATREVE A GOLPEARME A MÍ, ALGUIEN QUE
ES UN CASI DEVASTACIÓN?!

Jian Lan le escupió en el rostro, y luego, estrangulando su cuello, le dio


dos bofetadas más.

—¡QUÉ DEVASTACIÓN DE MIERDA! ¡SEGURO QUE SABES COMO


ENALTECERTE A TI MISMO! ¿QUIÉN CREES QUE ERES? ¿CREES
QUE ERES DIGNO DE SER CONSIDERADO UN IGUAL A LOS OTROS
TRES SUPREMOS? ¿PARA QUÉ ERES BUENO? ¿PARA TENER UNA
PIEL GRUESA? ¡POR SUPUESTO QUE ME ATREVO A GOLPEARTE!

Sus palabras apuñalaron a Qi Rong donde dolía, y Qi Rong se frustró


también, gritando con su saliva volando por todas partes.

—¡PUTA ASQUEROSA, ALEJA TUS GARRAS DE POLLO! ¡ESTE


ANCESTRO PIENSA QUE ESTÁS SUCIA! ¡¡¡UGH UGH UGH!!!

Ambos se enzarzaron en una pelea, sin embargo, era Jian Lan quien
golpeaba a Qi Rong de forma unilateral; después de todo, Qi Rong estaba
atado por Ruoye y no podía mover ni un músculo, aulló.

—¡XIE LIAN! ¿CÓMO ES QUE ESTA VEZ NO VAS A DETENER LA


PELEA? ¿DÓNDE ESTÁ TU CORAZÓN SANTO?
Xie Lian tenía a Fu Yao siendo sujetado con una mano, y la cabeza baja
hablando con Hua Cheng, luciendo como si no hubiera escuchado los
gritos de Qi Rong.

Jian Lan le dio una patada a Qi Rong, con los ojos enrojecidos, y escupió
con rabia.

—Aunque esta vieja señora haya sido usada por plebeyos, ¡no quiero que
un gusano como tú me toque un solo dedo! Una criatura como tú que es
desechada por todo mundo, ¡basura! ¡Te crees tan bueno como para
llamar a los demás plebeyos! ¿A quién llamas plebeyos?

Qi Rong estaba indignado.

—¿Desechado? ¿YO, BASURA? ¿UNA MUJERZUELA QUE ESTÁ


PODRIDA HASTA LOS HUESOS HUESO COMO TÚ TIENE DERECHO A
DECIRME ESO? ¿Quién más que los plebeyos apreciaría mirarte?! ...
¡¡Espera!! ¡¡¡BAJA ESA ROCA!!!

Mientras luchaban, una ola de estruendos rugió desde los cielos. Todos
miraron hacia arriba al mismo tiempo.

Fu Yao exigió.

—¿No dijiste que no lo habías delatado y que sólo estabas charlando?

Hua Cheng frunció un poco el ceño y resopló.

—Llegando sin invitación.

Un crujido estalló en el cielo nocturno, y todos cerraron los ojos por el


repentino relámpago. Cuando los abrieron nuevamente, no muy lejos
vieron a un alto oficial celestial vestido de negro con un largo arco tras su
espalda, el cual, se acercaba a ellos con grandes zancadas.
—¡Su Alteza!

Xie Lian dejó caer su manga y empujó subrepticiamente a Hua Cheng


detrás de él.

—¡Feng Xin! ¿Por qué ha venido?

Feng Xin se acercó rápidamente.

—De repente dejó de responder, así que averigüé un poco y encontré su


paradero gracias a las ondulaciones de energía espiritual —Luego frunció
las cejas.

—¿Qué está pasando aquí? Qué lío ¿Se ha topado con algo?

Xie Lian estuvo a punto de responder cuando Feng Xin notó a Fu Yao, que
estaba siendo sujetado por una de sus manos, y a Hua Cheng, quien
estaba de pie detrás de su persona. Era una imagen completamente fuera
de su imaginación, y parecía no saber de qué sorprenderse más.

—Qué...— Finalmente, señaló a Hua Cheng después de todo y preguntó


—...¿Qué sucede con ese niño?

Xie Lian se rió con sorna.

—Lindo, ¿verdad?

Feng Xin miró a Hua Cheng, cuya expresión no coincidía con el


comentario de Xie Lian. Preguntó dubitativo.

—...¿Lindo? Pero, ¿por qué creo que se parece mucho a...?

Xie Lian respondió fácilmente.

—Como a mi hijo, ¿verdad?


—¿Eh? ¿Cuándo tuvo usted un hijo?— Feng Xin se sorprendió.

Xie Lian sonrió —Todavía no lo he tenido. Sólo digo que si tuviera un hijo,
debería ser igual de lindo, ¿verdad?

Hua Cheng le cogió la mano y sonrió.

—Así es.

Feng Xin — . . .

Fu Yao —. . .

—Jajajaja... ¿eh? Señorita Lan Chang, ¡no huya! —Llamó Xie Lian.

Feng Xin se dio la vuelta y vio la sombra de una mujer saltar lejos de Qi
Rong, huyendo salvajemente. Sin dudarlo un instante, apuntó su flecha y
disparó hacia sus piernas.

Sin embargo, inesperadamente, tal vez porque sintió que su madre estaba
en peligro, el feto espíritu que estaba hecho una bola por un talismán
amarillo en la mano de Fu Yao empezó a temblar de repente.

Hizo estallar el talismán y chilló mientras se abalanzaba sobre Feng Xin.


Jian Lan parecía haber salido corriendo con la cabeza llena de pánico, y
sólo cuando escuchó su voz recordó que su hijo seguía en manos de
alguien más.

Esta fue la primera vez que Xie Lian se enteró del nombre del feto espíritu.
Así que su nombre era Cuo Cuo.

La flecha de Feng Xin cambió su rumbo y se disparó hacia el feto espíritu


que era tan blanco como la nieve. Sin embargo, sólo pudieron escuchar un
crujido, y el feto espíritu dio un par de giros en el aire, saltando a un árbol
cercano. Había atrapado la flecha entre sus dientes, y todos tuvieron la
oportunidad de ver su apariencia con claridad.

Más que decir que se trataba de un feto, parecía más bien un pequeño
monstruo deforme. Su piel estaba blanqueada como si hubiera sido
palpada con una capa de polvo; sus ojos eran anormalmente grandes y
brillaban con una luz peculiar; en la parte superior de su cabeza había
unos cuantos mechones de pelo amarillentos. Dos filas de colmillos
afilados como cuchillas royeron la flecha de Feng Xin, partiéndola en dos,
después, escupió la brillante punta de la flecha, clavándola junto a las
botas de Feng Xin. Entonces, una larga y oscura lengua roja como la de
una serpiente salió de su boca como si le provocara.

Sin decir nada más, Feng Xin buscó otra flecha y la disparó en su
dirección. El feto espíritu trepaba por el árbol como un lagarto,
extremadamente ágil, no era de extrañar que Fu Yao no fuera capaz de
atraparlo tan fácilmente.

Jian Lan gritó con ansiedad.

—¡¡¡No luches contra él, corre!!!

Sólo un padre de sangre podría cuidar de este tipo de monstruo


desagradable. Feng Xin se colocó en posición, aflojó la cuerda del arco, y
la flecha voló. La pequeña pierna del feto espíritu fue clavada, y chilló,
incapaz de seguir trepando. Jian Lan corrió de vuelta, estirándose para
intentar extraer la flecha pero, como las de su tipo eran de clase baja,
cuando tocó la cola de la flecha, salió disparada hacia atrás; incluso
salieron chispas del impacto. Retrocedió un par de pasos pero siguió
volviendo para extraerla sin cesar, logrando que erupcionaran chispas
constantemente.

Feng Xin guardó su arco y se acercó.


—Muy bien, es hora de volver. No agreguen más trabajo del que ya
tenemos... ¡¿JIAN LAN?!

Jian Lan, quien había salido disparada de nuevo, se estremeció al oír su


voz y dejó de moverse, dándose rápidamente la vuelta.

Sin embargo, Feng Xin tiró de ella y volvió a preguntar.

—¿Jian Lan?

—...— Xie Lian pudo percibir problemas y preguntó, desconcertado.

—¿Qué sucede?

Jian Lan murmuró vagamente con la cabeza gacha.

—Te equivocas de persona.

—¿De qué estás hablando? ¿Cómo voy a confundirte con otra persona?—
Feng Xin exclamó —Ahora te ves muy diferente, pero aún así no...

Pero las palabras se atascaron en su garganta, porque antes, cuando Jian


Lan se presentó como Lan Chang y se cubría el rostro con un pesado
maquillaje, luciendo como una criada, él realmente no la había reconocido.

No se podía evitar. Feng Xin seguía teniendo el mismo aspecto que


antaño, pero la transformación de Jian Lan era realmente demasiado
grande. El aspecto, el maquillaje, los modales, la forma de hablar, el
comportamiento... incluso si sus padres de sangre se pusieran delante de
ella, bien podrían no reconocer a su preciosa hija.

Feng Xin estaba asombrado.

—...Eres tú. Realmente eres tú. ¡Tienes que ser tú! ...Creí que te habías
casado y vivías bien. Cómo... cómo es que te convertiste en esto…
Al escuchar hasta este punto, Jian Lan se giró de repente y le empujó,
maldiciendo.

—¡TÚ, HIJO DE PUTA!

Feng Xin retrocedió unos pasos por sus empujones, sin poder hablar. Jian
Lan continuó empujándolo, empujando su pecho hacia atrás con fuerza
mientras gritaba.

—YA TE DIJE QUE NO SOY ESA BRUJA, ¿NO ENTIENDES LAS


PALABRAS HUMANAS? ¡¿ESTÁS TONTO DE LA CABEZA?! ¿QUE
DEMONIOS ES ESO DE '’TÚ, ¡ERES TÚ, ERES REALMENTE TÚ!'’? ¿NO
PUEDES FINGIR QUE NO ME CONOCES? ¡¿NO PUEDES FINGIR QUE
NO ME RECONOCES?! VIEJO MAESTRO, POR FAVOR TE LO RUEGO,
DAME ALGO DE CARA, ¿SÍ? ¿DE ACUERDO?

Actuando así, no era diferente de una arpía en las calles. Esto era
probablemente demasiado diferente de la Jian Lan en los recuerdos de
Feng Xin, así que sólo la observó, incapaz de hablar. Xie Lian estaba igual.
Qi Rong era el que estaba encantado, rodando por el suelo mientras reía.

—¡JAJAJAJA OH MI MALDITO DIOS! ¡PRIMO PRÍNCIPE HEREDERO!


¿VES LO QUE ESTÁ PASANDO? ¡¡TE HA ENGAÑADO TU PERRO MÁS
LEAL!!

Jian Lan pisoteó violentamente a Qi Rong unas cuantas veces.

—¡PERRO! ¡UN PERRO! ¡TÚ ERES EL QUE MÁS PARECE UN PERRO!

Estrictamente hablando, Jian Lan había sido seleccionada alguna vez con
la pesada esperanza de su familia sobre los hombros, pero nunca hubo
entrado formalmente en el harén, y por lo tanto, nunca fue elegida como
concubina, por lo que el deleite de Qi Rong no tenía sentido. Sin embargo,
Xie Lian realmente no sabía qué decir.
Nunca hubiera imaginado que Feng Xin, quien nunca hablaría con una
mujer si podía evitarlo, en realidad...

Justo entonces, el feto espíritu destrozó la flecha con un crujido, y se


abalanzó sobre Feng Xin una vez más. En un momento de descuido, Feng
Xin permitió que su brazo fuera profundamente mordido y la sangre se
filtró inmediatamente, vertiéndose sin parar.

El brazo derecho era el que Feng Xin utilizaba habitualmente. Para un dios
marcial, que un brazo usado habitualmente fuera herido no era nada, aún
así, Feng Xin levantó su mano izquierda listo para golpear cuando
entonces, Jian Lan gritó.

—¡NO LO GOLPEES!

La mano de Feng Xin se detuvo abruptamente en el aire, y de repente


nació en él un pensamiento aterrador.

No era sólo él; todos los presentes llegaron a pensar lo mismo. Feng Xin
permitió que el feto espíritu royera su brazo como una piraña mientras él
observaba a Jian Lan.

—...¿Este… es...?

Notas:

El sonido ‘‘C’’ en chino se pronuncia ‘‘Tss’’, por lo que ‘‘Cuo Cuo’’ suena
como ‘‘Ts-woh ts-woh’’. ‘‘Cuo’’ significa ‘‘mal’’ o ‘‘un error’’. Duplicar una
palabra en un nombre suele hacerlo más bonito o infantil.

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