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Figura Retorica

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Hermaneutica1

Figura Retorica

Regina M. Martinez Cárcamo


1. Encuentre y defina cada figura retórica con sus respectivos ejemplos Bíblicos

LA METÁFORA
Esta figura tiene por base alguna semejanza entre dos objetos o hechos,
caracterizándose el uno con lo que es propio del otro.
Ejemplos: Al decir Jesús: "Yo soy la vid verdadera," se caracteriza Jesús con lo
que es propio y esencial de la vid; Y al decir a los discípulos: "Vosotros sois los
pámpanos," les caracteriza a ellos con lo que es propio de los pámpanos. Para la
recta interpretación de esta figura no preguntamos, pues: ¿qué caracteriza a la
vida?, o ¿para qué sirve principalmente?
En la contestación de tales preguntas está la explicación de la figura. ¿Para qué
sirve una vida? Para comunicar savia y vida a los pámpanos, a fin de que lleven
uvas. Pues esto es lo que, en sentido espiritual, caracteriza a Cristo: cual una vida
o cepa verdadera, comunica vida y fuerza a los creyentes, para que, como los
pámpanos llevan uvas, ellos lleven los frutos del cristianismo. Procédase del
mismo modo en la interpretación de otras figuras de la misma clase, como por
ejemplo: "yo soy la puerta, yo soy el camino, yo soy el pan vivo; vosotros sois la
luz, la sal; edificio de Dios; id, decid a aquella zorra; la lámpara del cuerpo es el
ojo; cachorro de león es Judá; tú eres mi roca y mi fortaleza: sol y escudo nos es
Jehová: la casa de Jacob será fuego, y la casa de José será llama, y la casa de
Esaú estopa," etc. Juan 15:1: 10:9; 14:6: 6:51; Mat. 5:13, 14; la Coro 3:9; Luc.
13:32; Mat. 6:22: Gén. 49:9: Sal. 71:3; 84:11; Abdías 1:18).
LA SINÉCDOQUE
Hácese uso de esta figura cuando la parte se pone por el todo o el todo por la
parte.
Ejemplos: Pone la parte por el todo el Salmista al decir: "Mi carne posara segura,"
en lugar de decir: mi cuerpo o mi ser, que sería el todo, siendo la carne sólo parte
de su ser. (Sal.16:9).
Pone el todo por la parte el Apóstol cuando dice de la Cena del Señor: "Todas las
veces que bebiereis esta copa," en lugar de decir bebiereis de esta copa, es decir,
parte de lo que hay en la copa. (1a Cor. 11:26).
Ponen asimismo el todo por la parte los acusadores de Pablo al decir: "Este
hombre es pestilencial y levantador de sediciones ante los judíos por todo el
mundo;" es decir, por aquella parte del mundo o del Imperio Romano que había
alcanzado con su predicación el Apóstol. Úsase la misma figura cuando se dice
que "salió edicto de parte de Augusto César que toda la tierra fuese
empadronada," queriendo decir, por supuesto, la parte de la tierra que gobernaba
Augusto César. (Hech. 24:5; Luc.2:1).
LA METONIMIA
Emplease esta figura cuando se pone la causa por el efecto, o la señal o símbolo
por la realidad que indica el símbolo.
Ejemplos: Válese Jesús de esta figura poniendo la causa por el efecto al decir:
"Tienen a Moisés y a los profetas; óiganlos," en lugar de decir que tienen los
escritos de Moisés y de los profetas, o sea el Antiguo Testamento. (Luc. 16:29).
Pone asimismo la señal o símbolo por la realidad que indica la señal cuando dice
a Pedro:
"Si no te lavare, no tendrás parte conmigo." Emplea Jesús aquí la señal de lavar
los pies por la realidad de purificar el alma, porque hace saber él mismo que el
tener parte con él no depende del lavamiento de los pies, sino de la purificación
del alma." (Juan 13:8).
Del mismo modo, Juan hace uso de esta figura poniendo la señal por la realidad
que indica la señal al decir: "La sangre de Jesucristo su hijo nos limpia de todo
pecado," pues es evidente que, aquí la palabra sangre indica toda la pasión y
muerte expiatoria de Jesús, única cosa eficaz para satisfacer por el pecado y
purificar al hombre del mismo. (Juan 1:7).

LA PROSOPOPEYA
Usase esta figura cuando se personifican las cosas inanimadas, atribuyéndoseles
los hechos o acciones de las personas.
Ejemplos: El Apóstol habla de la muerte como de persona que puede ganar
victoria o sufrir derrota al preguntar: "¿Dónde está, ¡oh muerte!, tu aguijón?" (LCor.
15:55). Emplea el apóstol Pedro la misma figura, hablando del amor, y refiriéndose
a la persona que ama, cuando dice: "La caridad (el amor) cubre multitud de
pecados." (1 a Pedro 4:8). Como es natural, ocurren Con frecuencia estas figuras
en el lenguaje poético del Antiguo Testamento, dándosele así una hermosura,
vivacidad y animación extraordinarias, como por ejemplo al prorrumpir el Profeta:
"Los montes y los collados levantarán canción delante de vosotros y todos los
árboles del campo darán palmadas de aplauso." Convendría observar que en
casos como éstos no se trata solamente de una mera personificación de las cosas
inanimadas, sino de una simbolización por las mismas, representando en este
pasaje los montes y collados personas eminentes y los árboles personas
humildes, alabando de regocijo los unos y a los otros al Redentor ante sus
mensajeros. (Isaías 55:12)
Otro caso de personificación grandiosa ocurre en el Salmo 85: 1 0, 11, donde se
hace referencia a la abundancia de bendiciones propias del reinado del Mesías en
estos términos: "La misericordia y la verdad se encontraron: la justicia y la paz se
besaron. La verdad brotará de la tierra y la justicia mirará desde los cielos."
LA IRONÍA
Hácese uso de esta figura cuando se expresa lo contrario a lo que se quiere decir,
pero siempre de tal modo que se hace resaltar el sentido verdadero.
Ejemplos: Emplea esta figura Pablo cuando llama a los falsos maestros grandes
apóstoles y sumos apóstoles, dando a comprender al mismo tiempo que de ningún
modo son tales apóstoles (2a Coro 11:5; 12:11, véase 11:13).
Válese de la misma figura el profeta Elías cuando en el Carmelo dice a los
sacerdotes del falso dios Baal: "Gritad, que acaso duerme (vuestro dios) y
despertará," dándoles a comprender a la vez que es del todo inútil que griten. (1a
Reyes 18:27). También Job hace uso de esta figura al decir a sus amigos:
"Vosotros sois el pueblo y con vosotros morirá la sabiduría" haciéndoles saber a la
par que estaban muy lejos de ser tales sabios. (Job 12:2).
LA HIPÉRBOLE
Es la figura por la cual se representa una cosa como mucho más grande o más
pequeña que en realidad es, para presentada viva a la imaginación. Tanto la ironía
como la hipérbole se usan muy poco en las Escrituras, pero alguna que otra vez
ocurren.
Ejemplos: Hacen uso de la hipérbole los exploradores de la tierra de Canaán
cuando vuelven a contar lo que allí habían visto, diciendo: "Vimos allí gigantes... y
éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas... las ciudades (son) grandes
y muradas hasta el cielo." (Núm. 13:34; Deut. 1:28). De lo que se ve que esos
exploradores hablaban como se acostumbra entre nosotros al decir una persona u
otra, por ejemplo: "Va le he avisado mil veces," queriendo decir tal sólo: "Va le he
avisado muchas veces."
También Juan hace uso de esta figura al decir: "Hay también otras muchas cosas
que hizo
Jesús, que si se escribiesen cada una por sí, ni aun en el mundo pienso que
cabrían los libros que se habrían de escribir." (Juan 21:25). Determinadas en
sentido figurado en las Escrituras, sino, a veces, textos o pasajes enteros; así es
que hallamos el uso de la alegoría, de la fábula, del enigma, del símbolo y de la
parábola, figuras que ocurren también en otra clase de literatura.
LA ALEGORÍA
La alegoría es una figura retórica que generalmente consta de varias metáforas
unidas, representando cada una de ellas realidades correspondientes. Suele ser
tan palpable la naturaleza figurativa de la alegoría, que una interpretación al pie de
la letra casi se hace imposible. A veces está acompañada la alegoría, como la
parábola, de la interpretación que exige.
Ejemplos: Tal exposición alegó rica nos hace Jesús al decir: "Yo soy el pan vivo
que ha descendido del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá siempre; y el
pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo... El que come
mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna," etc.
Esta alegoría tiene su interpretación en el mismo pasaje de la Escritura. (Juan
6:51-65). Otra alegoría refiere el Salmista (Salmo 80:8-13) representando a los
israelitas, su traslación de Egipto a Canaán y su historia sucesiva bajo las figuras
metafóricas de una vida con sus raíces, sarmientos, etc., la cual, después de
trasladada, echa raíces y se extiende, pero que más tarde queda estropeada por
el puerco montés y comida por las bestias del campo (representando el puerco y
las bestias poderes gentílicos).
Aun otra alegoría nos presenta al pueblo israelita bajo las figuras de una viña en
lugar fértil, la cual, a pesar de los mejores cuidados, no lleva más que uvas
silvestres, etcétera. También esta alegoría está acompañada de su explicación
correspondiente. "Ciertamente, dice el pasaje en que la hallamos, la viña de
Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y de todo hombre de Judá su planta
deleitosa," etc. (Isa. 5: 1-7).
LA FÁBULA
La fábula es una alegoría histórica, poco usada en la Escritura, en la cual un
hecho o alguna circunstancia se exponen en forma de narración mediante la
personificación de cosas o de animales.
Ejemplos: Leemos en 2a Reyes 14:9. "El cardillo que está en el Líbano envió a
decir al cedro que está en el Líbano: da tu hija por mujer a mi hijo. Y pasaron las
bestias fieras que están en el Líbano y hollaron al cardillo." Con esta fábula
contesta Joás, rey de Israel, al reto de guerra que le había hecho Amasías, rey de
Judá. Joás se compara a sí mismo al robusto cedro del Líbano y humilla a su
orgulloso contrincante, igualándole a un débil cardillo, desechando toda alianza
entre los dos y prediciendo la ruina de Amasías con la expresión de que "las
bestias hollaron al cardillo. "
EL ENIGMA
El enigma es también un tipo de alegoría, pero su solución es difícil y abstrusa.
Ejemplos: Sansón propuso a los filisteos lo siguiente (Jueces 14:14): "Del comedor
salió la comida, y del fuerte salió dulzura." La solución de este enigma se halla en
el susodicho pasaje bíblico.
Entre otros dichos de Agar, hallamos en Prov. 30:24 el enigma a continuación:
"Cuatro cosas son de las más pequeñas en la tierra, y las mismas son más sabias
que los sabios." Este enigma tiene también su solución en el mismo pasaje en que
se halla.
EL TIPO
El tipo es una clase de metáfora que no consiste meramente en palabras, sino en
hechos, personas u objetos que designan semejantes hechos personas u objetos
en el porvenir.
Estas figuras son numerosas y llámense en la Escritura sombras de los bienes
venideros, yse hallan, de consiguiente, en el Antiguo Testamento
Ejemplos: Jesús mismo hace referencia a la serpiente de metal levantada en el
desierto,como tipo prefigurando la crucifixión del Hijo del Hombre. (Juan 3:14).
En otra ocasión se refiere Cristo al conocido acontecimiento con Jonás como tipo,
prefigurando su sepultura y resurrección (Mat. 12:40).
Pablo nos presenta al primer Adán como tipo, prefigurando el segundo Adán,
Cristo Jesús; y asimismo al cordero pascual como tipo del Redentor. (Rom. 5: 14;
la Coro 5: 7).
Sobre todo, la carta a los Hebreos hace referencia a los tipos del Antiguo
Testamento, como, por ejemplo, al Sumo Sacerdote que prefiguraba a Jesús; a los
sacrificios que prefiguraban el sacrificio de Cristo; al Santuario del templo que
prefiguraba el cielo, etc. (Heb. 9:11-28; 10:6- 10).
LA PARÁBOLA
La parábola es una especie de alegoría presentada bajo la forma de una
narración, relatando hechos naturales o acontecimientos posibles, siempre con el
objeto de declarar o ilustrar una o varias verdades importantes.
Ejemplos: En Lucas 18:1-7 expone Jesús la verdad de que es preciso orar
siempre y sin desmayar, aunque tardemos en recibir la contestación. Para aclarar
e imprimir en los corazones esta verdad, se vale del ejemplo o parábola de una
viuda y un mal juez, que ni teme a Dios ni tiene respeto a los hombres. Acude la
viuda al juez pidiendo justicia en orden a su adversario. Pero el juez no le hace
caso; más, a fuerza de volver y molestarle, consíguela viuda que el juez injusto le
haga justicia. y así Dios oirá a los suyos "que claman a él día y noche, aunque sea
longánima con ellos."
Una parábola que tiene por objeto ilustrar varias verdades la tenemos en el
Sembrador (Mateo 13:3-8), cuya simiente cae en la tierra en cuatro puntos
distintos, necesitando cada uno su interpretación. (Véase verso 18-25). Otra
parábola que ilustra varias verdades tenemos en la de la cizaña en el mismo
Cáp..., verso 24:30 y 36-43. Varias verdades aclaran también las parábolas de la
oveja perdida, de la dracma perdida y del hijo pródigo. (Luc. 15).
Otro tanto sucede con la del fariseo y publicano y otras. (Luc. 18:10-14).

SÍMIL
La figura de retórica denominada símil procede de la palabra latina "similis" que
significa semejante o parecido a otro. La palabra es definida de la siguiente
manera por el Diccionario de la Real Academia Española: "Figura que consiste en
comparar expresamente una cosa con otra, para dar idea viva y eficaz de una de
ellas." La Biblia contiene numerosos y bellísimos símiles, que cuales las ventanas
de un edificio, dejan penetrar la luz y permiten que los que están en su interior
puedan mirar hacia afuera y contemplar el maravilloso mundo de Dios.
La metáfora consiste en denominar a una cosa empleando el nombre de otra, en
el entendimiento de que el lector o el oyente reconocerán la similitud entre el
sentido recto y el figurado de la comparación. El Señor Jesús empleó con respecto
a Herodes el calificativo de aquella zorra, lo cual constituye una metáfora. Si
hubiera dicho que Herodes era como una zorra, habría empleado la figura retórica
denominada símil, más en este caso, hubiera restado fuerza a su declaración.
La palabra zorra le sentaba tan bien al astuto rey, que el Señor Jesús no necesitó
decir que
Herodes era como una zorra. En el símil se emplea para la comparación la palabra
como u otra similar, mientras que en la metáfora se prescinde de ella. Ejemplos:
"Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, engrandeció su misericordia
sobre los que le temen." (Símil).
“Como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le
temen”. (Símil). "Porque él conoce nuestra condición; acuérdase que somos
polvo." (Metáfora). "El hombre, como la hierba son sus días: florece como la flor
del campo. Que pasó el viento por ella, y pereció: y su lugar no la conoce más."
(Símil). Salmo 103: 11-16. Otra serie de símiles se halla en Isaías, capítulo 55.
En los versículos 8-11 tenemos símiles de rara belleza, como por ejemplo: "Como
son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros
caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos." (Símil). "Porque
como desciende de los cielos la lluvia, y la nieve, y no vuelve allá, sino que harta
la tierra y la hace germinar y producir, y da simiente al que siembra, y pan al que
come; así será mi palabra que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, antes hará
lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié." (Símil).
"Los símbolos escogidos," nos dice el Dr. Delitch en su Comentario Bíblico de
Isaías, "tienen profundo significado alusivo. Así como la nieve y la lluvia son
causas mediatas del crecimiento y asimismo de la satisfacción que proporcionan
los productos cosechados, así también la Palabra de Dios ablanda y refresca el
corazón humano, transformándolo en terreno fértil y vegetativo.
La Palabra de Dios proporciona asimismo al calificativo de aquella zorra, lo cual
constituye una metáfora. Si hubiera dicho que Herodes era como una zorra, habría
empleado la figura retórica denominada símil, más en este caso, hubiera restado
fuerza a su declaración. La palabra zorra le sentaba tan bien al astuto rey, que el
Señor Jesús no necesitó decir que
Herodes era como una zorra.
En el símil se emplea para la comparación la palabra como u otra similar, mientras
que en la metáfora se prescinde de ella. Ejemplos: "Porque como la altura de los
cielos sobre la tierra, engrandeció su misericordia sobre los que le temen." (Símil)
"Como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le
temen." (Símil). "Porque él conoce nuestra condición; acuérdese que somos
polvo." (Metáfora).
"El hombre, como la hierba son sus días: florece como la flor del campo. Que pasó
el viento por ella, y pereció: y su lugar no la conoce más." (Símil). Salmo 1 03: 11-
16. Otra serie de símiles se halla en Isaías, capítulo 55. En los versículos 8-11
tenemos símiles de rara belleza, como por ejemplo: "Como son más altos los
cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis
pensamientos más que vuestros pensamientos." (Símil).

INTERROGACIÓN
La palabra interrogación procede de un vocablo latino que significa pregunta. Más
no todas las preguntas son figuras de retórica. Solamente cuando la pregunta
encierra una conclusión evidente es una figura literaria. El Diccionario de la Real
Academia Española define a la interrogación de la siguiente manera: "Figura que
consiste en interrogar, no para manifestar duda o pedir respuesta, sino para
expresar indirectamente la afirmación, o dar más vigor o eficacia a lo que se dice."
Ejemplos: "El juez de toda la tierra ¿no ha de hacer lo que es justo?" (Gen. 18:25).
Esto equivale a decir que el Juez de toda la tierra hará lo justo. "¿No son todos
espíritus administradores, enviados para servicio a favor de los que serán
herederos de salud?" (Hebreos 1: 14). En este versículo el ministerio noble de los
ángeles se considera un hecho incontrovertible. Las interrogaciones que se
encuentran en Romanos 8:33-35 constituyen hermosos ejemplos del poder y del
uso de esta figura literaria. La mente, en forma instintiva, va de la pregunta a la
respuesta en actitud triunfal. "¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el
que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, él que
también resucitó, quien además está a la diestra de Dios, el que también intercede
por nosotros. ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o
persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?"
"Entonces Jesús le dijo: Judas, ¿con beso entregas al Hijo del Hombre?" Estas
palabras equivalían a decir: "judas, tú entregas al Hijo del Hombre con un beso."
(Lucas 22:48). En el libro de Job hay muchas interrogaciones. Aquí tenemos
algunos ejemplos: "¿No sabes esto que fue siempre, desde el tiempo que fue
puesto el hombre sobre la tierra, que la alegría de los impíos es breve, y el gozo
del hipócrita por un momento?" (Job 20:4, 5). "¿Alcanzarás tú el rostro de Dios?
¿Llegarás tú a la perfección del Todopoderoso?" (Job 11:7). La respuesta de Dios
desde un torbellino (capítulos 38-40) está expresada en su mayor parte por medio
de interrogaciones.
APÓSTROFE
El apóstrofe se asemeja mucho a la personificación o prosopopeya. La palabra
apóstrofe procede del latín apostrophe y ésta del griego apo, que significa de, y
strepho, que quiere decir volverse. El vocablo indica que el orador se vuelve de
sus oyentes inmediatos para dirigirse a una persona o cosa ausente o imaginaria.
El Diccionario de la Real Academia Española nos proporciona la siguiente
definición: "Figura que consiste en cortar de pronto el hilo del discurso o la
narración, ya para dirigir la palabra con vehemencia en segunda persona a una o
varias presentes o ausentes, vivas o muertas, a seres abstractos o cosas
inanimadas, ya para dirigírsela a sí mismo en iguales términos." Cuando las
palabras están dirigidas a un objeto impersonal, la personificación y el apóstrofe
se combinan, como por ejemplo, en la Corintios 15:55, y en algunos otros pasajes
que siguen:
Ejemplos: "¿Qué tuviste, oh mar, que huiste? ¿y tú, oh Jordán, que te volviste
atrás? Oh montes, ¿por qué saltasteis como carneros, y vosotros collados como
corderitos? A la presencia del Señor tiembla la tierra, a la presencia del Dios de
Jacob; el cual tomó la peña en estanque de aguas, y en fuente de aguas de roca."
(Salmo 114:5-8). A continuación tenemos otro ejemplo que combina la
personificación con el apóstrofe: "Oh espada de Jehová, ¿hasta cuándo no
reposarás? Métete en tu vaina, reposa y sosiega." Jeremías 47:6).
Uno de los apóstrofes más extraordinarios y conocidos es el grito del angustiado
David, a raíz de la muerte de su hijo rebelde: "¡Hijo mío Absalom, hijo mío, hijo mío
Absalom! ¡Quién me diera que muriera yo en lugar de ti, Absalom, hijo mío, hijo
mío'!" (2° Samuel 18:33). Las palabras dirigidas al caído monarca de Babilonia
(Isaías 14:9-32) constituyen unos de los apóstrofes más vigorosos de la literatura.
El apóstrofe, empleado por oradores hábiles, es en la mayoría de los casos la
forma más efectiva y persuasiva de la retórica. "Escuchad, cielos y hablaré; y oiga
la tierra los dichos de mi boca." (Deut. 32:1). Estas palabras nos recuerdan a
Jeremías que dijo: "¡Tierra, tierra, tierra! oye palabra de Jehová" Jeremías 22: 29).
Constituye una forma muy enfática de reclamar atención y recalcar la importancia
de lo que se habla. En Números 21:29 es donde encontramos una de las primeras
menciones en la Biblia de esta figura de Retórica: "¡Ay de ti, Moab! Perecido has,
pueblo de Chemosh" Aquí se le dirige la palabra a la devastada tierra de Moab
como si estuviera presente. En el famoso cántico de Débora y Barac, se les dirige
la palabra a los reyes y príncipes ausentes y dominados, como si estuvieran
presentes: "Oid, reyes; estad, oh príncipes, atentos: yo cantaré a Jehová, cantaré
salmos a Jehová Dios de Israel." (Jueces 5:2).
Por razones de espacio, sólo presentamos dos apóstrofes más. Ambos proceden
de labios del Maestro. La incredulidad. La indiferencia y la resistencia de las
ciudades que habían sido testigos de la mayor parte de sus obras maravillosas le
hicieron exclamar: "Ay de ti. Corazón!, ¡Ay de ti, Bethsaida! porque si en Tiro y en
Sidón fueran hechas las maravillas que han sido hechas en vosotras, en otro
tiempo se hubieran arrepentido en saco y en ceniza... Y tú, Capemaum, que eres
levantada hasta el cielo, hasta los infiernos serás bajada." (Mateo 11:21,23).
¿Quién no comparte la angustia del Salvador, cuando exclama: "¡Jerusalén,
Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que son enviados a ti!
¡Cuántas veces quise juntar tus hijos, como la gallina junta sus pollos debajo de
las alas, y no quisiste!"? (Mateo 23:37) En estos últimos ejemplos. Se combinan el
apóstrofe y la prosopopeya.
ANTÍTESIS
Este vocablo procede de la palabra latina antithesis y ésta de palabras griegas que
significan colocar una cosa contra la otra. El diccionario de la Real Academia
Española nos da la siguiente definición: "Figura que consiste en contraponer una
frase o una palabra a otra de contraria significación." Se trata de una figura de
retórica muy efectiva que se encuentra en muchas partes de las Escrituras. Lo
malo y lo falso sirve de contraste o fondo que da realce a lo bueno y lo verdadero.
Ejemplos: El discurso de despedida de Moisés (Deut. capítulos 27 al 33) consiste
en una notable serie de contrastes o antítesis. Nótese la que se encuentra en
Deut. 30: 15 que dice: "Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la
muerte y el mal." Tenemos aquí un contraste o antítesis doble. Asi mismo en el
versículo 19: "A los cielos y la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os
he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición (dos antítesis):
escoge pues la vida, porque vivas tú y tu simiente."
El Señor Jesús presenta en su Sermón de la Montaña numerosas antítesis.
Nótese la que aparece en Mateo 7:13, 14: "Entrad por la puerta estrecha: porque
ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a perdición, y muchos son los
que entran por ella. Porque estrecha es la puerta y ancho el camino que lleva a la
vida, y pocos son los que la hallan." El Señor Jesús establece contraste o antítesis
entre la puerta estrecha y la ancha; entre el camino angosto y el espacioso; en los
dos destinos, la vida Y la destrucción y entre los pocos y los muchos. Tenemos
aquí una cuádrupla antítesis. En los versículos 17 Y 18 se contrasta el árbol malo
y sus malos frutos con el árbol bueno y sus buenos frutos. En los versículos 21 al
23, el Señor efectúa un contraste entre dos personas: la una profesa obediencia a
la voluntad divina, sin practicarla, mientras que la otra realmente practica la
obediencia. A continuación ilustra la diferencia mediante una extraordinaria y
múltiple antítesis. (Versículos 24-27).
CLÍMAX O GRADACIÓN
La palabra clímax o gradación procede del latín clímax y éste del griego klimax
que significa escala, en el sentido figurado de la palabra. El Diccionario de la Real
Academia Española nos proporciona la siguiente definición de la palabra
gradación: "Figura que consiste en juntar en el discurso palabras o frases que, con
respecto a su significación, vayan como ascendiendo o descendiendo por grados,
de modo que cada una de ellas exprese algo más o algo menos que la anterior."
Lo esencial es que exista avance o progreso en la oración, párrafo, tema, libro o
discurso. La mayoría de los sermones bien preparados tienen más de una
gradación, y terminan mediante una gradación final de carácter extraordinario.
La gradación puede consistir de unas pocas palabras o puede extenderse por todo
el discurso o libro. Puede consistir en palabras sueltas, preparadas de tal manera
que lleven la mente en progresión gradual ascendiente, o puede consistir en una
serie de argumentos que estallan en triunfal culminación, como el argumento
incontrovertible de la resurrección en 1 Corintios, capítulo 15. El gran capítulo de
la fe, (Hebreos 11) es un ejemplo de un largo y poderoso clímax o gradación.
Ejemplos: El capítulo octavo de los Romanos es un maravilloso clímax o
gradación. Comienza con los vocablos "ninguna condenación," y termina diciendo
que "ninguna criatura nos podrá apartar." Para crear este poderoso clímax o
gradación, el apóstol emplea una serie de gradaciones. Tenemos aquí una de
ellas: "Porque no habéis recibido el espíritu de servidumbre para estar otra vez en
temor; mas habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos, Abba,
Padre. Porque el mismo Espíritu da testimonio a nuestro espíritu que somos hijos
de Dios. Y si hijos; también herederos: herederos de Dios, y coherederos de
Cristo; si empero padecemos juntamente con él, para que juntamente con él
seamos glorificados." Versículos 15-1 7.
Tenemos aquí los peldaños de la escala: (1) Estamos expuestos al espíritu de
servidumbre y temor: (2) hemos sido adoptados; (3) al comprender los lazos que
nos unen a Dios, susurramos, cual niños pequeños, la palabra Abba, que significa
padre, en arameo: (4) hasta el Espíritu da testimonio de la verdad y realidad de
esta nueva relación: (5) pero los niños son herederos, Y también lo somos
nosotros: (6) somos herederos de Dios, el más rico de todos: (7) estamos en el
mismo pie de igualdad con Jesús, su Hijo, quien es heredero de todas las cosas
(Hebreos 1:2): y si sufrimos con él, (8) también seremos glorificados con él.
Tenemos a continuación otra figura de gradación. En los versículos 29-30 notamos
cómo el apóstol asciende cúspide tras cúspide: conoció, predestinó, llamó,
justificó, glorificó. Después de haber alcanzado esta altura, ¿podrá el apóstol
seguir ascendiendo? Sí, lea los versículos 31-39. Nótese la base de nuestra
completa y absoluta confianza y seguridad: (1) "Si Dios por nosotros, ¿quién
contra nosotros?" (2) Si nos dio libremente a su Hijo para que muriera por
nosotros, ¿cómo nos podrá negar la gracia o bendición que necesitamos? (3)
¿Quién nos acusará, puesto que es Dios mismo quien nos justifica? (4) ¿Quién se
atreverá a condenamos, cuando Cristo ha muerto para salvamos? (5) Está ahora a
la diestra de Dios como nuestro Abogado para interceder por nosotros. (6) ¿Quién
nos separará del amor que Cristo tiene para con nosotros? ¿Nos separará acaso
(a) la tribulación, (b) angustia, (c) persecución, (d) hambre, (e) desnudez, (f)
peligro, (g) cuchillo? Después de haber alcanzado este plano, el apóstol se
detiene lo suficiente como para citar el Salmo 44:22 para demostrar que en época
remota el pueblo escogido sufrió el martirio por amor de Dios, insinuando así que
estamos preparados para la misma prueba. SI, en estos conflictos hacemos más
que vencer. Luego en los versículos 38, 39 se eleva a alturas que producen
vértigos, llegando luego a una de las gradaciones más grandiosas de toda la
literatura.
Recordemos asimismo que en el caso de Pablo no se trataba de un despliegue
oratorio. Se trataba de la plena confianza y profunda convicción de su corazón, y
quedó demostrada en su propia vida victoriosa (2a Cor. 11:23-27) y muerte (2a
Tim. 4:6-8).
El anticlímax es lo contrario del c1imax o gradación y es a menudo empleado por
escritores inexperimentados. Consiste en descender de lo sublime a lo ridículo o
colocar al final del escrito o discurso las frases de menor importancia.
PROVERBIO
Este vocablo procede de las palabras latinas pro que significa antes y verbum que
quiere decir palabra. Se trata de un dicho común o adagio. El proverbio se ha
definido como una afirmación extraordinaria y paradójica. Los proverbios del
Antiguo Testamento están redactados en su mayor parte en formas poéticas,
consistentes en dos paralelismos, que generalmente son sinónimos, antitético s o
sintéticas. El libro de los Proverbios contiene gran variedad de proverbios,
adivinanzas, enigmas y dichos obscuros. En este último sentido de palabra se usa
el proverbio por dos veces consecutivas en Juan 16 (25, 29). En Juan 10:6
tenemos la misma palabra griega, mas allí ha sido traducida como parábola. En
Lucas 4:23 el griego dice proverbio y la versión castellana refrán. Algunos
proverbios son parábolas abreviadas o condensadas, otros, metáforas, otros
símiles y otros se han extendido hasta formar alegorías.
El propósito de los proverbios es afirmado así en la introducción al Libro de los
Proverbios (1: 2-6): "Para entender sabiduría y doctrina; para conocer las razones
prudentes; para recibir el consejo de la prudencia, justicia, y juicio y equidad; para
dar sagacidad a los simples, y a los jóvenes inteligencia Y cordura. Oirá el sabio, y
aumentará el saber; y el entendido adquirirá consejo; para entender parábola y
declaración; palabras de sabios, y sus dichos obscuros."
Ejemplos: "Médico cúrate a ti mismo." (Lucas 4:23). Este debe de haber sido un
dicho común en Nazaret. Se aplicaba al principio a médicos atacados de
enfermedades físicas, quienes trataban de curar de ellas a otros. Jesús
comprendió que sus antiguos conocidos de la ciudad de Nazaret, motivados por la
incredulidad, emplearían esas palabras contra él, si no realizaba en Nazaret
milagros tan maravillosos como los que había efectuado en Capemaum. El Señor
respondió a sus pensamientos, que no se habían trasuntado aún en palabras, con
otro proverbio, que constituye una defensa propia: "No hay profeta en su tierra."
Esta parece ser la interpretación condensada del proverbio que dice: "No hay
profeta deshonrado sino en su tierra, y entre sus parientes, y en su casa." (Marcos
6:4; Mateo 13:57). Jesús demuestra la verdad de su declaración al referirse a la
historia de Elías (1 Reyes, capítulos 1 7 Y 18) Y de Elíseo (2 Reyes 5:1-14).
Contra los maestros apostatas y reincidentes que sembraban la mina en aquella
época, el apóstol Pedro emplea con grandes resultados dos hechos, que todos
debían de haber observado, condensados en un proverbio, a saber: "El perro se
volvió a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno." (2a Pedro 2:22).
La interpretación es evidente, y no es difícil encontrar ejemplos para ilustrar la
verdad, aun en nuestros días. (Compare Proverbios 26: 11, donde la primera parte
de este doble proverbio se aplica con respecto a un necio y su necedad.)
ACRÓSTICO
La palabra acróstico procede de dos vocablos griegos que significan extremidad o
verso.
Tenemos varios ejemplos de acrósticos en el Antiguo Testamento. El más notable
es el Salmo 119, con sus 176 versos. Contiene veintidós estrofas, y cada una de
ellas corresponde a una letra del alfabeto griego. Hay ocho líneas dobles en cada
estrofa. Cada una de las ocho líneas en la primera estrofa es Aleph, la primera del
alfabeto hebreo. La primera palabra de cada una de las ocho líneas dobles en la
segunda estrofa comienza con Beth, la segunda letra del alfabeto, y así
sucesivamente, hasta el fin. Se cantan en alabanza de la Palabra de Dios y de su
Autor. Es imposible trasladar esta característica singular del original a la versión
castellana, más la traducción de Valera indica el acróstico colocando en orden las
letras hebreas y sus nombres respectivos al comienzo de las estrofas o secciones.
En el idioma hebreo esta forma constituye una verdadera ayuda para la memoria.
Dado que los salmos se habían escrito para ser cantados sin libros, y puesto que
se aprendían y recitaban de memoria en la escuela. Esta disposición alfabética
constituía una gran ayuda para aprender este capítulo, el más largo de la Biblia.
Los Salmos 25 Y 34 tienen veintidós versículos en castellano, y el mismo número
de estrofas en hebreo: una para cada letra del alfabeto, tomadas en orden. En los
Salmos 111 y 112 cada uno de los versículos o estrofas está dividido en dos
partes, siguiendo el orden del alfabeto. Los últimos veintidós versículos del
capítulo final de los Proverbios comienzan con una letra del abecedario hebreo, en
orden alfabético.
La mayor parte de las Lamentaciones de Jeremías están escritas en acrósticos, y
algunos de los capítulos repiten cada una de las letras una o más veces. Tenemos
aquí un modelo posterior de acróstico, en traducción libre: Jesús, que en la cruz su
sangre dio. El dolor y el desdén por mi sufrió. Sentenciado fue por la turba cruel.
Ultrajado bebió la amarga hiel. Socórreme y hazme siempre fiel.
Los cristianos de la primera iglesia, como lo evidencian las catacumbas en la
ciudad de
Roma, empleaban comúnmente acrósticos en los epitafios Uno de los símbolos
favoritos y secretos de su fe inconmovible bajo el fuego de la persecución era el
dibujo de un pescado.
La palabra griega equivalente a pescado es icchthus. El alfabeto griego consta de
caracteres que nosotros representamos mediante dos letras. De esta manera th y
ch son letras sencillas en el alfabeto griego. Al recordar este hecho, el pez
simbólico se leía de la siguiente manera:
I Iesous Jesús
CH Cristos Cristo
TH Theou De Dios
U Uios Hijo
S Soler Salvador
PARADOJA
Se denomina paradoja a una proposición o declaración opuesta a la opinión
común; a una afirmación contraria a todas las apariencias y a primera vista
absurda, imposible, o en contraposición al sentido común, pero que si se estudia
detenidamente, o se medita en ella, resulta correcta y bien fundada.
La palabra procede del griego y nos llega por intermedio del latín. Está formada de
los vocablos para que signifique contra y doxa, opinión o creencia. Suena al oído
como algo increíble o imposible, si no absurdo. Nuestro Salvador empleó con
frecuencia esta figura entre sus oyentes, con el objeto de sacudidos de su letargo
y despertar su interés.
Ejemplos: (a) "Mirad, y guardaos de la levadura de los Fariseos y de los
Saduceos." (Mateo
16: 16: Marcos 8: 14-21' Lucas 12:1). Los discípulos pensaron que el Señor
hablaba de la levadura del pan, porque se habían olvidado de llevar pan consigo.
Jesús les censuro su falta de comprensión hasta que finalmente entendieron que
el Señor se refería a las malas doctrinas y a la hipocresía de los fariseos y
saduceos. (Mateo 6:12)
(b) "Deja que los muertos entierren a sus muertos." (Mateo 8:22; Lucas 9:60). Esta
fue la extraordinaria respuesta que nuestro Señor le dio a uno de los candidatos al
discipulado, que no comprendía lo que significaba seguir al Señor, y se proponía ir
primero y sepultar a su padre. Aquellos que están muertos en el sentido espiritual
de la palabra, pueden asistir a los funerales de los que han fallecido en el aspecto
físico. Otro deseaba seguir al Señor Jesús, más quería primero despedirse de los
de su casa. Nuestro Señor comprendió que la consagración tenía algún defecto, al
igual que en el caso primeramente señalado, y por lo tanto replicó por medio de la
parábola: "Ninguno que poniendo su mano en el arado mira atrás, es apto para el
reino de los cielos." (Lucas 9:61, 62). De esta manera el Señor Jesús hizo
comprender a la gente la importancia que tenía el ser su discípulo y el predicar el
evangelio.
(e) "¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?" Y extendiendo su mano
hacia los discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel
que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y
hermana, y madre." (Mateo 12:46- 50; Marcos 3:31-35; Lucas 8: 19-21). Mediante
este procedimiento notable nuestro Señor inculcó la doctrina de la relación
espiritual más elevada.
(d) "Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y
hermanos, y aun también su vida, no puede ser mi discípulo." (Lucas 14:26). Esta
paradoja constituye un hebraísmo, tal como se explicara en la página 26. Si esta
declaración se tomara en forma literal, constituiría una completa contradicción con
otras Escrituras que nos enseñan que debemos amar a nuestros familiares.
(Efesios 5:28, 29 y otras).
(e) "Porque el que quisiera salvar su vida, la perderá; y el que perdiere su vida por
causa de mí y del evangelio, la salvará." (Marcos 8:35; Mateo 16:25; Lucas 9:24)
Mediante esta paradoja extraordinaria, el Señor hace comprender a sus
seguidores el valor del alma, y la pérdida terrible que experimentan aquellos que
mueren sin esperanza. Al mismo tiempo el
Maestro enseña que la mejor manera de emplear la vida es sirviendo a Dios. Las
páginas de la historia misionera están pletóricas de incidentes que ilustran el gran
principio que el Señor Jesús enunció en esta paradoja. En otra paradoja (Marcos
9: 43-48), el Señor demuestra que es mejor sufrir la pérdida de uno de los
miembros de nuestro cuerpo que rendimos a la tentación y quedar perdidos para
siempre.
(1) "¡Coláis el mosquito, mas tragáis el camello!" (Mat. 23:24). La pieza más
notable de invectiva de la literatura, es la lanzada por el Señor contra los escribas
y fariseos hipócritas de su tiempo. Consiste de una serie de ocho amargos
presagios pronunciados contra ellos, poco antes de su muerte. (Mateo 23:13-33).
El Señor Jesús los denomina "guías ciegos" que cuidadosamente cuelan el
mosquito, más se tragan el camello. El versículo precedente nos muestra las
diferencias sutiles que hacían en lo que respeta a la interpretación de la ley, y
cuán escrupulosos eran para dar diezmos de la menta, el eneldo y el comino que
crecía en sus huertos y luego omitían los asuntos más importantes "de la ley, del
juicio, de la misericordia y de la fe."
(g) "Mas os digo, que más liviano trabajo es pasar un camello por el ojo de una
aguja, que entrar un rico en el reino de Dios." (Mateo 19: 24; Marcos 10:25; Lucas
18:25) Esta paradoja hizo maravillar a los discípulos, quienes preguntaron:
"¿Quién podrá ser salvo?" El contexto nos proporcionará ayuda. El Señor Jesús
acababa de finalizar su entrevista con el Joven rico, que luego se había alejado
triste. En esas circunstancias, el Señor Jesús hizo el siguiente comentario a sus
discípulos: "Un rico difícilmente entrará en el reino de los cielos."

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