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FAGALE NURIA-SINDROME DE DOWN Y DISCAPACIDAD INTELECTUAL - Articulo Nuria Fagale
FAGALE NURIA-SINDROME DE DOWN Y DISCAPACIDAD INTELECTUAL - Articulo Nuria Fagale
FAGALE NURIA-SINDROME DE DOWN Y DISCAPACIDAD INTELECTUAL - Articulo Nuria Fagale
DOWN Y
DISCAPACIDAD
INTELECTUAL
UN POCO DE HISTORIA
Fue un médico británico, John Langdon Down (1828-1896) quien describió las
características del síndrome que actualmente lleva su nombre. En 1866 publicó
un breve artículo detallando algunos de los rasgos del síndrome. (Pueschel, S.:
1998: 34) “…La gran contribución de Down consistió en el reconocimiento de
las características físicas y su descripción de este estado como una entidad
independiente y precisa.” En el año 1932, Davenport plantea una asociación
entre irregularidades cromosómicas y ciertas formas de discapacidad
intelectual, entre ellas el síndrome de Down. Respecto a las causas, fue
tiempo después, con los nuevos métodos de visualización de cromosomas que
se obtuvieron nociones más exactas. Jerome Lejeune (1926-1994), un médico
genetista francés, fue quien explicó las causas del Sindrome de Down, dando
cuenta del cromosoma extra en el par N° 21. En 1970 Torbjörn Oskar
Caspersson (1910 – 1997) realizó aportes al estudio de las causas de la
trisomía 21, postuló que el material genético triplicado, responsable del
síndrome de Down, se encuentra en la porción distal del brazo largo del
cromosoma 21. A esta porción se la denominó “región crítica”. Sin embargo
esta noción, según la Revista Argentina de Clínica Neuropsiquiátrica, Alcmeon,
está siendo criticada, pues ciertos rasgos parecieran no corresponder a la
porción identificada. Respecto a las causas del exceso cromosómico, si bien
se ha asociado estadísticamente a una edad materna avanzada, aún no se han
identificado las condiciones que suponen dicho estado.
No Disyunción:
23 23 23
24
46
47
46 46
47 47
47 47 47 46 46 46
47 46
Cuello corto
Lengua prominente.
Paladar estrecho.
Estatura baja
Rasgos Conductuales
Discapacidad intelectual
Enfermedades asociadas
Cardiopatías
Trastornos endócrinos
Infecciones respiratorias
Infecciones de la piel
Trastornos odontológicos
DIAGNÓSTICO
Es fundamental que los niños con Sindrome de Down cuenten con un espacio
de Atención Temprana. Desde diversas disciplinas, sabemos la relevancia que
presenta la primera infancia en la adquisición y perfeccionamiento de funciones
decisivas para la adaptación social. Es en ese momento del desarrollo, cuando
se forman las bases biofisiológicas y psicológicas que determinarán la calidad
de todos los aprendizajes posteriores. Cuando nace un niño con discapacidad
o alteraciones en su desarrollo, surge la necesidad de la intervención
temprana. Esta práctica nace junto con los avances en la producción de
conocimiento sobre desarrollo infantil temprano y su finalidad es lograr que el
niño, que presenta alteraciones en su desarrollo o riesgo de padecerlo,
consiga una adecuada interacción con el entorno y adquiera los aprendizajes
válidos para su adaptación al medio y mejoramiento de su calidad de vida.
Según el Grupo Institucional de Prevención y Atención al Desarrollo Infantil de
Madrid (PADI) (1996), compuesto por profesionales adscriptos a diferentes
instituciones competentes en materia de estimulación temprana, la definen
como: “el conjunto de actuaciones planificadas con carácter global e
interdisciplinario, para dar respuesta a las necesidades transitorias o
permanentes, originadas por alteraciones en el desarrollo o por deficiencias en
la primera infancia”.
DESARROLLO: CARACTERISTICAS
Resulta fundamental que tanto padres como personal a cargo, ya sea docentes
o cuidadores conozcan las características propias de este Sindrome. Como
quedó explicitado anteriormente, la trisomía del par 21, implica un exceso
cromosómico que genera características tanto físicas como conductuales
particulares y que son propias del Sindrome de Down. Dichos rasgos influyen
en la evolución del desarrollo, será importante entonces conocer dichas
manifestaciones en las distintas áreas: motora, del lenguaje, sensorial,
cognitiva y afectiva.
Desarrollo motor:
El desarrollo motor de los niños con Sindorme de Down está caracterizado por
la hipotonía, es decir, un tono muscular bajo. A su vez por la cortedad de
brazos y piernas, la laxitud de ligamentos y la reducción de fuerza. Hay que
tener presente que a ello pueden agregarse problemas médicos como
cardiopatías o problemas endócrinos que pueden limitar su desarrollo. Es
importante considerar que el desarrollo motor tanto grueso como fino sigue la
misma secuencia que los niños sin el Sindrome, pero con tiempos más lentos.
Es decir que el niño con la trisomía seguirá los mismos pasos en su desarrollo
psicomotor pero con retraso en sus adquisiciones, logrará primero el control
cefálico, luego de tronco, lo que le permitirá rotar sobre su propio eje y luego la
sedestación, al conseguir el equilibrio en su cadera adquirirá el gateo (que
puede estar presente o no, igual que en lo niños sin el sindrome), luego logrará
arrodillarse, pasar a la posición erecta y marchar. Todo ello con tiempos más
prolongados que un niño con desarrollo típico. El área de atención temprana
será fundamental para que en la familia incorporen experiencias que
favorezcan y enriquezcan este desarrollo. Generalmente los tiempos
aproximados en los hitos del desarrollo motor grueso son los siguientes.
Obviamente que cada niño presentará sus propios tiempos y particularidades,
lo que se presenta es un tiempo estimado:
3 años: Sube y baja escaleras. Trota y hace saltos. Logra con apoyo seguir
una dirección recta al correr.
4 años: Puede sortear obstáculos como aros o sogas. Patea una pelota y logra
mejor coordinación, lo que le permite por ejemplo manejar un triciclo.
Desarrollo sensorial:
Tal como explica la Psicología Genética, el aprendizaje en los primeros tiempos
es sensorio motor, es decir, que es a partir de las experiencias sensoriales y
motoras que se van a construir los primeros esquemas de conocimiento, que
luego se irán combinando, integrando y complejizando. A nivel sensorial, los
niños con Síndrome de Down presentan generalmente un nivel de respuesta
menor que aquellos que cuenta con un desarrollo típico. Suelen presentar
alteraciones en la audición y en la visión que obviamente afectan el desarrollo
de esta área. Las funciones visuales suelen aparecer con mayor lentitud, pues
generalmente tardan más en fijar la mirada ante estímulos visuales, en
converger y realizar el seguimiento de un objeto en movimiento. Respecto a lo
auditivo, requieren mayor tiempo que un niño sin el Sindrome en dar
respuestas de orientación ante estímulos sonoros. También pueden demorarse
más en la discriminación táctil, el reconocimiento del espacio y la ubicación
espacial. Será fundamental que cuando se generen instancias de
exploración se integren los distintos sensorios. Es decir que al presentar
estímulos táctiles, por ejemplo, sean acompañados por estímulos auditivos y
visuales. Es fundamental que desde los primeros tiempos de vida se brinden
experiencias al niño que enriquezcan sus intercambios con el entorno. Dichas
experiencias deben ser significativas afectivamente, es decir, que como base
tengan el establecimiento y consolidación de los lazos vinculares y la
comunicación, que hacen a la subjetivación de ese niño. No debemos olvidar
que además de los 5 sentidos que solemos tener presentes: tacto, oído, vista,
olfato y gusto, hay dos que suelen quedar relegados: la propiocepción y lo
vestibular. Respecto a lo propioceptivo, es la percepción del propio cuerpo, de
los movimientos y la posición de nuestros músculos. Lo vestibular tiene que ver
con el equilibrio y la posición de nuestro cuerpo en el espacio. Según Jean
Ayres el sistema vestibular permite detectar los movimientos de nuestro
cuerpo, informar sobre los cambios de posición de la cabeza, registrar si la
cabeza está de lado o erecta y coordinar los movimientos de ojo, cabeza y
cuerpo, que en conjunto permitirán la orientación del cuerpo en relación al
espacio. Las experiencias que tomen en cuenta estos dos sensorios,
contribuirán a la conformación del esquema corporal y a la orientación espacio
temporal. Ligadas a estímulos visuales, auditivos, táctiles, etc, será relevante
generar también en el niño experiencias que permitan el movimiento del
cuerpo, los balanceos, el equilibrio, los desplazamientos, entre otras.
Desarrollo Cognitivo:
Respecto a lo cognitivo, los niños con Sindrome de Down presentan
características propias en sus aprendizajes. En primer lugar hay que tener
presente que cursan con un grado variable de discapacidad intelectual. Tal
como se explicita en la última versión del manual diagnóstico y estadístico de
los trastornos mentales, DSM V, la discapacidad intelectual, antes denominada
“retraso mental”, incluye limitaciones tanto del funcionamiento intelectual como
del comportamiento adaptativo. Dichas limitaciones afectan el razonamiento, la
resolución de problemas, la planificación, el pensamiento abstracto, el juicio, el
aprendizaje académico y el aprendizaje a partir de la experiencia, entre otras.
Respecto al funcionamiento cognitivo presentan las siguientes características
(Durlach, R: 1999: 39):
“- tendencia a la distracción
A los 12 meses inicia actividades por imitación y comienza a usar medios para
alcanzar un fin. Por ejemplo, para alcanzar un objeto deseado que esté atado
a un piolín tirar de éste y así acercarlo.
A los 20 meses guarda un objeto en una caja y con guía logra hacer una torre
con cubos.
A edad preescolar se inicia en el juego simbólico, al igual que los niños con
desarrollo típico, pero generalmente las situaciones de juego suelen ser más
acotadas y con menor variación en el uso simbólico de los objetos, pudiéndose
presentar perseveraciones o estereotipias. Es decir que la complejidad del
juego simbólico está relacionada con el nivel de desarrollo cognitivo. Es
importante que al niño con Sindrome de Down se le ofrezcan situaciones de
juego, de imitación y de exploración de objetos, para enriquecer el inicio de la
representación.
Desarrollo afectivo:
Los niños con Sindrome de Down suelen ser muy afectivos. Focalizan su
atención en las situaciones de interacción social. Los patrones socio –
afectivos siguen patrones similares a los de los niños con desarrollo típico.
Debemos considerar, sobre todo en esta área, la singularidad de cada niño.
Más allá del síndrome y de los rasgos que lo caracterizan, cada niño está
inmerso en un grupo familiar particular, atravesará experiencias que le serán
propias y se establecerá en vínculos que se irán construyendo también de
manera singular. No debemos olvidar los tiempos de constitución subjetiva, los
niños con Sindrome de Down, al igual que cualquier otro niño, también irán
atravesando etapas en la conformación de su subjetividad, en donde las
interacciones primarias cobran un valor fundamental como patrón en la
conformación de sus próximos vínculos. Si bien, suelen presentar un retraso
en las adquisiciones del lenguaje y comunicativas, la interacción social y la
intención comunicativa suelen estar preservadas. La sonrisa social, es decir la
capacidad de sonreír ante cualquier rostro humano, patrón que da cuenta de la
secuencia del desarrollo subjetivo, suele aparecer cerca de los 3 meses.
Aproximadamente a los 8 - 10 meses suele hacerse diferenciada. Es decir que
comienzan a sonreír ante personas que le resultan cercanas o familiares y se
muestran retraídos ante personas desconocidas. También a esta edad suelen
prestar mayor atención a las interacciones que les propone el adulto y
responden con sonrisas. Así mismo, inician juegos como el del “escondite”,
cuando el adulto cubre su cara y la descubre reaccionan con alegría. Hay que
tener presente que suelen tener mayores dificultades en la capacidad de
autoinhibirse, es decir tienden a la conducta impulsiva y suelen ser más
pasivos en el juego. Respecto a los hábitos de autonomía se los suele
infravalorar, pero frecuentemente los niños con Sindrome de Down logran
adquirirlos sin mayores dificultades. Por tal motivo es importante estimularlos
en la adquisición de hábitos diarios como el aseo personal, la alimentación, el
vestido, etc. Los niños, ya en edad preescolar pueden adquirir rutinas estables
en hábitos que hacen a su autonomía, cuidado personal y cuidado de sus
pertenencias.
DISCAPACIDAD INTELECTUAL
• Leve
• Moderado
• Grave
• Profundo
- Menores de 5 años.
Siguiendo a los autores Beatriz Martínez y Darío Rico, los cambios más
significativos en los criterios diagnósticos correspondientes a la Discapacidad
Intelectual, son los siguientes: - el inicio en el período de desarrollo, en la
versión anterior especificado antes de los 18 años, - las habilidades adaptativas
se dividen en conceptuales, sociales y prácticas, - El trastorno requiere una
especificación en función de la gravedad, que se hace en función del nivel
adaptativo y no en función del CI (cociente intelectual). Ello determinará el tipo
y nivel de apoyos que serán más adecuados para la interacción y el
funcionamiento.
Hodapp, R., Dykens, E. (2004) Revista Síndrome de Down 21: 134-149, 2004
Genética y fenotipo conductual en la discapacidad intelectual: su aplicación a la
cognición y a la conducta problemática (1ªParte)
Link: http://www.avap-cv.com/images/actividades/2014_jornadas/DSM-
5_Final_2.pdf
Pueschel, S. (1991) Síndrome de Down: Hacia un futuro mejor. Guía para los
padres. Barcelona: Masson.
Schalock, Robert (2009) La nueva definición de discapacidad intelectual,
apoyos individuales y resultados personales: Hastings College, Nebraska Siglo
Cero : Revista Española sobre Discapacidad Intelectual: Vol 40 (1), Núm. 229,
2009 Pág. 22-39