Agriculture">
Nothing Special   »   [go: up one dir, main page]

Arquitectura

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 15

UNIVERSIDAD AUTONOMA DE SANTO DOMINGO

UNIDAD 2.1 LA INDUSTRIALIZACION


SIGLO XIX PRINCIPIOS DEL XX EN SANTO DOMINGO

Prof. Risoris Silvestre


Investigadora UASD

El siglo XIX fue una época muy convulsionada políticamente e inestable


económicamente. En este se diferencian dos etapas que marcan variantes en la
arquitectura por lo que para su estudio la dividiremos de la siguiente manera:

Primer periodo. 1801-1875. Este periodo se distingue por la inestabilidad política. La


economía descansaba en las exportaciones de maderas preciosas y principalmente
asentadas en la banda norte, pero el volumen que se manejaba no representaba
aportes significativos para los ingresos del Estado.

Segundo periodo. 1875-1939. Después de la segunda República, gracias a la estabilidad


que se estableció en esos momentos, los gobiernos comenzaron a implementar políticas
de incentivos fiscales con la finalidad de atraer capitales extranjeros. Esto impulso el
desarrollo industrial en el país, marcando el inicio de una nueva etapa para la
arquitectura dominicana.

Primer periodo 1801-1875

Situación política
• 1795-España cede la isla a Francia.
• 1809-Juan Sánchez Ramírez vence a los franceses y la parte este de la isla se
declara de nuevo colonia española.
• Dic. 1821- José Núñez de Cáceres declara la independencia, nombrada
Independencia efímera.
• Enero 1822- se unifica la isla dominada por Haití.
• 1844- Se declara la Independencia Nacional.
• 1861-Pedro Santana anexa el país de nuevo a España.
• 1865-Se declara de nuevo la República.

La consecuencia económica de esta inestabilidad era de escaso desarrollo, donde las


construcciones, podría decirse, que estaban paralizadas en todo el país.
En la ciudad de Santo Domingo solamente se registra como aporte francés la
intervención que realizaron en el Palacio de Gobierno, Casas Reales.

Aporte Francés. Las simple fachada colonial que tenía el palacio de gobierno se vio
por primera vez modificada con la intervención que hiciera el General francés Ferrand.
En esta intervención se aplicaron los principios de la arquitectura que se estaba
utilizando en Francia en esos momentos, quienes habían adoptado la rigidez de la
arquitectura Renacentista desde el siglo XVI cambiando la improvisada fachada
medieval. Ya para el siglo XIX la arquitectura europea había pasado del rebuscado
Barroco hacia un rígido neoclásico, cuyos principios de proporciones influenciaron las
remodelaciones que se introdujeron en la fachada de la casa de gobierno. Estas
reformas no han llegado hasta nosotros ya que las adiciones fueron removidas a
principios del siglo XX habiéndose preservado el dibujo de los planos que nos permiten
conocer el alcance de estas remodelaciones.

Las intervenciones consistieron en:


 Bajar los niveles de las ventanas de la segunda planta para convertirlos en
puertas colocando balconcetes individuales en cada hueco, igual a los españoles.
 Los huecos del primer y segundo nivel fueron alineados sobre un mismo eje
introduciendo la proporcionalidad de los estilos historicistas y aportando rigidez a
la fachada.
 El aporte más innovador fue el balcón corrido y techado que se colocó en la
esquina del edificio con barandas y soportado por delgadas columnas.
 Se elevaron los antepechos en las esquinas coronadas con molduras, recurso que
contribuyó a darle elevación y elegancia al conjunto.
Con estas modificaciones se establece un nuevo modelo de diseño en la ciudad,
abandonando por primera vez el estilo desorganizado de la fachada medieval, pero
limitado a una sola edificación que pudo servir de modelo cuando los dominicanos
pudieron remodelar sus viviendas.

Aporte haitiano. se puede apreciar actualmente en la remodelación que se hiciera al


Palacio de Borgellá, (general haitiano, quien adecuó en 1828 para su residencia la casa
española frente a la plaza mayor). A esta le fue agregado un portal con cinco arcos
rebajado, en primera y segunda planta, similares a los del antiguo palacio de Don Diego
Colón que se proyectan directamente en la calle, coronado con un elevado antepecho.
En el interior fue agregada una escalera en el segundo cuerpo de entrada que abre a
ambos lados, reminiscencia de la arquitectura barroca, estilo que tuvo muy poca
presencia durante la colonia española, salvo por pequeños detalles en algunas iglesias
intervenidas durante el siglo XVII.
Esta
modificación se desplomó en 1998 por efecto del huracán George y vuelta a reconstruir
por considerarse perteneciente al contexto histórico urbano de la ciudad histórica. Esta
reconstrucción fue llevada a cabo por el Arq. Conservador, José Manuel Battle Pérez.

PRIMER PERIODO. LA NACIENTE REPÚBLICA (1844-1875)

Situación política y económica


La declaratoria de la independencia el 27 de febrero de 1844 es una fecha memorable
de la historia nacional. Este hecho no bastó para cambiar el estado de pobreza de la
nueva república, peor aún, la nación tenía que financiar la defensa del naciente país de
los vecinos haitianos, pues considerando que la isla era una e indivisible, ellos trataron
de unificar la isla de nuevo y se sucedieron las invasiones haitianas al territorio
nacional.

Además de la inestabilidad política, las luchas internas fueron el marco social que
caracterizó casi todo el siglo XIX, y la carencia de planes económicos de los gobiernos
de turno para hacer prosperar el país. Esto trajo como consecuencia que las principales
familias de la ciudad emigraran a otras islas, alejando el capital privado y la casi
inexistencia de contacto comercial con otras naciones frenó la introducción de nuevos
conceptos y sistemas constructivos. La agricultura había quedado rezagada, aplicándose
todavía los mismos métodos coloniales y la producción apenas alcanzaba para el
consumo nacional. En los pueblos del interior se seguía construyendo en madera y
paja, lo que no produjo un desarrollo de la arquitectura, ya que esta desaparecía
constantemente por la quema de ciudades que se producía ante invasiones y
revueltas1, además de los agentes atmosféricos que azotan constantemente la isla.

En todo el país las construcciones eran muy escasas, más bien la ciudad de Santo
Domingo permaneció parcialmente despoblada, con sus grandes caserones coloniales
vacíos. En el interior de la isla y hasta en la periferia de las ciudades, se construía con
los materiales naturales en la misma forma de construcción heredada de los
antepasados Tainos, africanos y españoles, con una arquitectura sin arquitectos que se
ha denominado arquitectura vernácula.

Desarrollo urbano
El paisaje urbano, igual que la economía, reflejaba la pobreza de sus habitantes,
encontrándose la mayoría de la población diseminada por los campos y en algunos de
los viejos asentamientos españoles.

Como centros urbanos de importancia se encontraban en 1863: Santo Domingo (8,000


a 10,000 habitantes2), Puerto Plata (2,000 a 3,000 habitantes3) y Santiago (8,000

1
Para una descripción del ambiente arquitectónico de la isla ver Hazard, Samuel, SANTO DOMINGO, PAST AND
PRESENT, Editora de Santo Domingo, 1974.
2
Cassa, Roberto. 1982. Pág. 17.
habitantes4). La importancia de los dos primeros radica en que, en el momento, eran
los únicos que poseían sus puertos en funcionamiento y Santiago como productor de
cacao que exportaba hacia Hamburgo por el puerto de Puerto Plata, aunque en
condiciones muy precarias. El total de habitantes en toda la isla en 1863 era de
207,0005.

Los demás poblados esparcidos por el territorio, eran simples caseríos con unos cientos
de habitantes, la mayoría fundados durante la colonia. La traza urbana se mantenía con
su trazado original, calles rectas en forma de damero con el parque en el centro con la
iglesia en frente. Este trazado fue utilizado por los españoles en el desarrollo urbano en
toda Latinoamérica durante la colonización.

Al igual que la división de la sociedad, se evidencian dos tipos de vivienda: la vivienda


rural utilizada por los campesinos, que también era usada en la periferia de los pueblos
alojando la clase baja y la vivienda urbana para la clase alta, quienes la replicaron en
las zonas rurales como segunda vivienda.

ARQUITECTURA VERNÁCULA.

La vivienda vernácula: es un conjunto compuesto por la casa, la cocina y la letrina,


dispuestas en forma casual en el terreno, con características similares en todo el
territorio nacional. La casa es un espacio rectangular dividido en dos con techo a dos
aguas, construida con los materiales del lugar (madera de tablas de palma o tejamanil,
techadas de yagua o cana, según la disponibilidad de la región donde se encuentren) y
las técnicas constructivas indígenas o africanas.6 Esta choza o bohío, según el nombre
indígena, usualmente es construida por los mismos usuarios, con los materiales que
encuentra en el lugar y con las técnicas aprendidas tradicionalmente.

El espacio exterior es utilizado en su totalidad para desarrollar las labores cotidianas del
diario vivir, convirtiendo las sombras de los árboles circundantes en parte de la vivienda
y reservando los interiores para dormir y guarecerse del mal tiempo. La pequeña
enramada que corresponde a la cocina, se coloca separada y detrás del núcleo
principal, consiguiendo alejar el humo de la leña y la letrina, se coloca mucho más
alejada del conjunto. En algunas se anexa, entre la casa y la cocina, un espacio
techado, a manera de terraza, que complementa el espacio exterior. Esta vivienda
vernácula7 ha sido utilizada por toda población aborigen bajo las mismas condiciones.

3
Hazard, Samuel. 1873. Pag. 180.
4
Hazard, Samuel. 1974. Pág. 324.
5
Cassa, Roberto. 1982. Pág. 17
6
Prieto Vicioso, Esteban. ARQUITECTURA VERNÁCULA Y POPULAR. Capítulo 1. HISTORIAS PARA LA
CONSTRUCCIÓN DE LA ARQUITECTURA DOMINICANA 1492-2008. Colección Centenario, Grupo León
Jiménez. 2008.
7
“La arquitectura vernácula del Gran Caribe es el resultado de la mezcla e integración de las experiencias formales
y constructivas de la población aborigen de la región y de los aportes africanos y europeos; de ahí su riqueza cultural
singular y distintiva, ya que se trata de una arquitectura que responde a una unidad familiar y demás edificaciones de
La vivienda urbana
Los ejemplos de la vivienda urbana colonial fueron explicados extensamente en la
primera parte. Esta fue utilizada también en los hatos como residencia de los
propietarios8, los administradores de ingenios y algunos funcionarios públicos que
residían en las fincas. Éstas se distinguían de la vivienda rural tanto por el material
(construidas en piedra) como por el tamaño, encontrándose generalmente dentro de
entornos muy bien cuidados, circundados por siembras ornamentales9.

En los pueblos del interior, no se han encontrado ejemplos de las viviendas españolas
en piedra, debido a las innumerables vicisitudes a que estuvieron sometidos desde la
colonia, siendo arrasadas y quemadas en las contiendas políticas que se fueron
sucediendo en diferentes momentos históricos y los agentes naturales como terremotos
y ciclones, causantes también de la desaparición de muchas de ellas. Solamente se han
conservado algunas de las ruinas de las viviendas que se levantaron en los ingenios
coloniales. De las originales solamente podemos tener acceso a la vivienda de Diego
Caballero en Higuey10, las ruinas del Palacio de Palavé en los alrededores de Santo
Domingo y las ruinas de la vivienda que se encuentra en el sitio del ingenio de
Engombe. En todas se puede apreciar la distribución espacial, similar a la descrita por
Palm como tipo A. De las viviendas similares en madera, correspondientes a los
hateros, no se han podido conservar las originales debido a lo perecedero del material
de construcción.

Para estudiar el paisaje urbano y la vivienda de finales del siglo XIX nos apoyaremos en
los relatos y dibujos de Samuel Hazard11 que con su magistral pluma ilustró y describió
cada poblado que visitaba, las viviendas donde fue alojado, las costumbres de los
habitantes, los paisajes circundantes, la agricultura del momento, en fin, todo el
ambiente que encontraba a su paso por el país en 1871, convirtiéndose en el
documento gráfico más importante para el estudio del hábitat del momento.12

actividades complementarias de la comunidad, con materiales propios de la región, que mantiene sistemas
constructivos específicos con la presencia de elementos industriales simples cuyo resultado volumétrico, sus
relaciones espaciales, el color y el detalle identifican al grupo que la produce, respondiendo a una manufactura
artesanal siempre con la participación del usuario.” Foro de Cultura Caribena; Cancún, México, 1989. Citado por:
Prieto Vicioso, Esteban. (2008). Arquitectura vernácula y popular. En Historias para la Construcción de la
Arquitectura Dominicana 1492-2008. Capitulo I. (p. 71). Rep. Dom.: Grupo León Jiménez.
8
“el dueño del hato, prominente por su posición económica en la región, erigía, en lo que denominaba el asiento,
su fundo o casa solariega y demás instalaciones donde albergaba su familia y servidumbre.” H. Hoetink. 1997. p.
23.
9
El entorno de la vivienda de un ingenio se describe como “un espacio cuidado en frente de la casa, sombreada
aquí y allá por los mejores especies de palma royal, mientras que un buen ganado pastaba en la hierba  la casa era
cómoda pero simple, de un solo piso, de madera y pintada de un rojo brillante”. Samuel Hazard. 1974. p. 320.
10
Actualmente restaurada donde funciona el Museo de Ponce de León.
11
Hazard, Samuel. 1974.
12
Samuel Hazard era parte de una comisión oficial estadounidense que llegó en 1871 para estudiar las condiciones
del país ante la solicitud de anexión incoada por el gobierno dominicano.
En general la mayoría de las viviendas urbanas eran construidas en madera, de una
sola planta con techos en fibra vegetal, distinguiéndose de las viviendas rurales
solamente en el tamaño. Las calles se mantenían sin pavimentar, reflejando en
conjunto la pobreza de sus habitantes, siendo descritas por Hazard como oscuras y
llenas de lodo.

Analizando las imágenes de Hazard, en Puerto Plata las mayores y mejores


construcciones se encontraban ubicadas en la zona cercana al puerto, con unos cuantos
almacenes y algunas edificaciones de dos niveles, techadas con cana, presentando solo
una de ellas un techo de tablitas. En los suburbios del pueblo se aprecia la típica choza
campesina, de tabla de palma y yagua. En Santiago se distinguen claramente los
almacenes de mampostería o ladrillo, donde un tímido neoclásico acerca la arquitectura
pueblerina a las corrientes estilísticas europeas, a pesar del aislamiento en que se vivía,
rodeado de edificaciones de madera y cana. La Vega y Moca no ofrecen tampoco un
panorama muy diferente. Hazard solamente menciona, como caso excepcional, una
buhardilla13 en Moca la que considera “un grado de civilización que no había visto en el
país”14, otro aditamento que refleja influencias extranjeras, llegadas posiblemente con
las migraciones de canarios.

La distribución del espacio interior es descrita en la visita que hiciera a la casa del
alcalde de Cotui donde se ofrece un ejemplo preciso de este tipo de vivienda "esta casa
era de construcción humilde, semejante a las que habían en el pueblo, bastante simple,
de una sola planta, dividida en tres partes, con techo de cana; esas tres partes
formaban las habitaciones, la de la izquierda donde el alcalde celebraba su corte, la del
centro el área social, mientras que la tercera estaba dividida en dos pequeñas
habitaciones, una la zapatería de su hijo y la otra la habitación acondicionada para el
uso de Mr. White.15

El mobiliario descrito era sobrio; un banco alrededor de las paredes, una mesa y el
espacio central de las habitaciones para colgar las hamacas16 , demostrando nueva vez,
la pobreza de los habitantes y la austeridad de la forma de vivir sin lujos superfluos.

En general se puede concluir que la arquitectura que caracterizaba los


pueblos del país hasta 1870 era la arquitectura vernácula, destacándose los
materiales como la madera, tabla de palma, la cana y la yagua y la escasez de
materiales industrializados.

13
La buhardilla o mansarda es un elemento tradicional de la arquitectura europea popularizado por Jules Hardouin
Manzard en el Palacio de Versalles, 1668-1686, mucho antes de la época victoriana.
14
Hazard, Samuel. 1974 p. 16.
15
Hazard, Samuel. 1974, p. 294. Mr. White era el superior de la comisión que Samuel Hazard pertenecía.
16
Hazard, Samuel. 1974. p. 384.
La arquitectura en Santo Domingo no mostraba mejores condiciones17; las viviendas de
mampostería presentaban un aspecto sobrio y pobre, rodeadas de chozas iguales a las
descritas para el campesinado18, como en todos los pueblos. Esta ciudad no tenía más
atractivo que sus antiguas iglesias, conservándose a través del tiempo por la nobleza de
los materiales, no por la voluntad de sus residentes. Los demás pueblos no fueron
estímulo para los dibujos de Hazard ya que los describe como simples caseríos de
chozas campesinas.

SEGUNDO PERÍODO. LA INDUSTRIALIZACIÓN (1875 –1939)

A finales del siglo XIX se consolidó la revolución industrial a nivel mundial, aumentando
la demanda de materias primas. Estados Unidos desarrolló su predominio apoyándose
en la explotación de los recursos naturales de las islas del Caribe, forzando a reducir las
relaciones comerciales que éstas tenían con Europa. Durante los gobiernos finales del
siglo se crearon programas para atraer capitales extranjeros, decretando concesiones
para los que se asentaban e invertían en el país, 19 atrayendo capitales extranjeros y
dinamizando la economía. Estas concesiones permitieron la llegada de inversionistas a
establecerse en tierras dominicanas con nuevas e innovadoras empresas de explotación
de los recursos agrícolas, provocando grandes cambios en las condiciones económicas y
sociales.

La primera medida oficial de alcance nacional tendiente a fomentar y proteger la


industria azucarera fue tomada en 1875, durante el gobierno del Presidente Ignacio
María González, quien concedió una serie de beneficios a las personas, nacionales o
extranjeras que quisieran establecer en el país fincas para el cultivo de la caña e
ingenios para la producción de azúcar.

En 1879 el Poder Ejecutivo decretó la concesión de determinadas exenciones a todo


inmigrante que viniera al país contratado por algún propietario de fincas rurales, o por

17
De la ciudad de Santo Domingo, Hazard dice “parece que ni una mano de progreso había pasado, donde la
naturaleza había cambiado más que los hombres. Paredes pintadas alegremente, con negros sucios apoyados en
ellas, calles estrechas, con casas sólidas, con inmensas puertas y espaciosas ventanas contrastando con su limitada
altura solamente de dos pisos”. Hazard, Samuel. 1974. p. 214.
18
“La periferia de la ciudad está compuesta de chozas poco atractivas de madera o de barro, techadas de yaguas o
paja, mientras en el interior del pueblo muchas de las casas son de sólida construcción. Están construidas en la
antigua forma española, generalmente de un piso, rara vez de dos. Con una amplia entrada y una inmensa puerta
que abre a un zaguán que conduce al patio, alrededor del cual están los cuartos y oficinas. La misma falta de vidrio
en las ventanas y el uso de barras de hierro, igual que en cuba, son universales aquí, mientras que la tranquilidad
de muchas de las calles en la parte arriba del pueblo recuerda la ciudad de los durmientes. En las calles cerca del
embarcadero y en la vecindad del mercado, se ve más vida, y la arquitectura de las tiendas y casas, no son tan
imponentes, son más modernas”. Hazard, Samuel. 1974. p. 220.

19
H. Hoetink. EL PUEBLO DOMINICANO: Apuntes para su sociología histórica. Ediciones Librería La Trinitaria.
Santo Domingo. 1997
compañías creadas al efecto, ya en 1876 se les había concedido el disfrute gratuito de
los terrenos del Estado. Ese mismo año de 1879 el Congreso aprobó una ley en la cual
el gobierno se obligaba por una sola vez a cubrir los gastos de viaje de los inmigrantes
en que incurriera el contratista. (del Castillo, 1979, p. 11).

En 1889 el Gobierno creó la Junta Central de Inmigración, con asiento en la ciudad de


Santo Domingo estableciendo juntas dependientes de aquella, radicadas en Montecristi,
Puerto Plata y Sánchez, otra medida para promover la inmigración, preferentemente de
agricultores y de obreros, para quienes vinieran a establecerse con sus familias.
(Incháustegui Cabral, 1955, p. 108).

Muchos dominicanos tuvieron la oportunidad de trascender, llenando la demanda de


médicos, abogados y personal docente. Por otra parte la demanda de mano de obra en
ciertos medios de producción, como la industria azucarera y de obreros para la
construcción de carreteras y de edificaciones, tuvieron que ser complementadas con
mano de obra importada. Las migraciones procedían de diferentes países, entre ellos,
judíos, canarios, españoles, árabes, italianos, chinos y de otras islas del Caribe.20

En ese momento se modificó todo el obsoleto sistema económico, implantando por


primera vez el capitalismo que imperaba mundialmente. Se instalaron numerosos
ingenios cambiando los viejos trapiches por la nueva máquina de vapor. La producción
de café y de cacao de la banda norte se modernizó, aumentando su calidad y cantidad
de producción, provocando la apertura del ferrocarril en la zona norte que impulsó el
comercio de los productos agrícolas hacia las potencias industriales mundiales. Los
puertos de Montecristi, Sánchez y San Pedro de Macorís fueron abiertos, provocando la
diversificación de los centros económicos.

El desarrollo general fue evidente, los nuevos visitantes trajeron consigo adelantos
tecnológicos y nuevos métodos de comunicación internas como ferrocarriles, telégrafos,
teléfonos21, correos, puentes, puertos, planes de canalización, innovaciones en el
transporte urbano, tranvías, electricidad y acueductos y claro está, nuevas formas de
construcción de viviendas. Apoyados en un decreto presidencial promulgado en 1871,
se permitió la importación de todo lo que ayudase al desarrollo de la producción. En
este momento se introdujeron las primeras corrientes de la industrialización en el país y
nuevos materiales de construcción, que contribuyeron a cambiar la arquitectura del
país.}

Todas estas medidas cambiaron definitivamente la economía dominicana expandiendo


los negocios e insertando al país, por primera vez en su historia, en el comercio

20
Idem.
21
La línea de telégrafo entre Santiago y Puerto Plata se inauguró en julio de 1885, así como la de Santiago, Moca y
La Vega entre septiembre y noviembre del mismo año., así como el teléfono entre el palacio de la gobernación y la
fortaleza.
internacional. Los extranjeros trajeron consigo, además de capitales, tecnologías y
conocimientos gerenciales, influenciando de manera positiva en la industria nacional
mejorando sobremanera la calidad de los productos.

Entre los materiales que llegaban al país


• Columnas de piedra, mármol, bronce o hiero para ornamentos de edificios
• Escaleras de todas clases
• Estatuas de todas materias para ornato de edificios públicos
• Elementos de enlace como goznes, cerraduras, bisagras y clavos
• Vidrios de cualquier clase, planos o de otra forma
• Hierro colado en balconadura u otras piezas
• Cemento romano desde 1891
• Hierro forjado, varillas, planchas, vigas
• Planchas de zinc, hierro galvanizado para techos
• Pintura (toda la variedad)
• Losas para enlosar pisos, loza fina en canastos
• Ladrillos de todas clases
• Tubos y efectos de barro para construcción
• Maderas de varios tipos con cortes industriales

Elementos de hierro importados


Los elementos de hierro usados son simples elementos compositivos de fachadas, más
estéticos que estructurales, tales como columnas, balaustradas de balcones, ménsulas,
escaleras, plafones; todos finamente elaborados y con diferentes motivos decorativos,
también se introdujeron estructuras completas de este material.

Entre los elementos compositivos se destacan:


 Columnas de hierro colado, principalmente para galerías y balcones
 Balaustres
 Escaleras
 Ménsulas
 Plafones
 Aditamentos urbanos como: bancos, verjas, faroles, relojes públicos
 Tuberías de desagües e instalaciones sanitarias
 Elementos de enlace como goznes, cerraduras, bisagras y clavos
 Planchas de hierro galvanizado (cinc), lisas y acanaladas que sustituyeron los
tejados de fibra vegetal. También fueron usados en las paredes para proteger la
madera.

Estructuras completas en hierro:


 Mercados en hierro galvanizado
 Almacenes importados
 Kioscos
 Estaciones de ferrocarril (la de Puerto Plata permanece restaurada)
 Faros (el de Puerto Plata, inaugurado en 1879, todavía está en pie)22
 Puentes.
 Iglesias (Moroviana en Samaná y en San Pedro de Macorís destruida por el ciclón
George)

Zinc. Entre los primeros materiales que fueron importados se encuentra el hierro
galvanizado, siendo uno de los más necesarios ya que la paja y la yagua que se
utilizaban para techar las viviendas de madera se quemaban frecuentemente
perdiéndose a veces barrios enteros porque el fuego se propagaba con mucha facilidad.
La misma situación de imprevisión era devastadora cuando azotaba los ciclones tan
frecuentes en el país. Las viviendas de materiales naturales se destruían
completamente para volverlas a levantar con los mismos materiales. Se permitió su
importación desde 1845. Este material recibió en varias ocasiones exoneración de
impuestos para facilitar la sustitución del material de los techos cuando ocurrían
desastres.

INFLUENCIAS DE LA INDUSTRIALIZACION EN LA ARQUITECTURA DE LA


CIUDAD DE SANTO DOMINGO

La ciudad de Santo Domingo se vio ampliamente beneficiada ya que en sus alrededores


se establecieron ocho ingenios entre 1875 y 1881, cuyos pagos semanales aumentaron
el poder adquisitivo de los habitantes mejorando considerablemente la economía local.
Así como se produjeron cambios importantes en la estructura económica, la llegada de
inmigrantes extranjeros y el aumento del poder adquisitivo causaron un cambio en la
sociedad estratificándola y separándola creando diferentes estructuras según las
regiones y ciudades.

Los grandes empresarios, importadores y exportadores consolidaron las elites viviendo


también en las casas antiguas que fueron adaptando a sus nuevas necesidades y a los
adelantos modernos del momento. Se puede mencionar, además, una clase media
heterogénea que poseía gran facilidad de ascender en la sociedad por medio de la
cultura y la acumulación de dinero (Hoetink, 1997).

El aumento poblacional tuvo un gran impacto en la ciudad ya que la nueva población


exigía mas espacios habitacionales produciéndose una densificación en las manzanas
subdividiéndose en parcelas más pequeñas. Las ampliaciones eliminaban los espacios
entre las construcciones y frente a las calles haciendo colindar las paredes laterales,
provocando el “lindero cero” que apreciamos ahora, y consecuentemente aumentando
el número de fachadas. Las mayores modificaciones fueron ampliaciones de las
construcciones existentes que en esos momentos adquirieron segundas plantas y
anexidades en los grandes patios para poder alojar más inquilinos.

22
Según el Dr. Puig, José Augusto, en EL FARO DE PUERTO PLATA, publicado en Puerto Plata en 1979, en la
página 7 dice “en el litoral dominicano de la isla de Santo Domingo, veinte y seis faros están colocados.”
El deseo de ostentación, de mostrar a los vecinos los peldaños escalados socialmente,
se vuelcan en la vivienda, transformándolas y embelleciéndolas, modificando por
primera vez la casa tradicional española, que había permanecido con las mismas
características desde que fueron levantadas por constructores españoles. Esa nueva
burguesía, que se ubicaba en las calles céntricas, fueron los responsables de las
modificaciones que recibieron las viviendas cambiando por primera vez la fisonomía de
la ciudad e imprimiendo una característica diferente correspondiendo ahora al gusto del
nuevo dominicano.

Vivienda de tapia con balcón corrido. La vieja casa medieval desarrollada alrededor
del patio, descrita en la primera parte, se fue agrandando a medida que la población
iba creciendo, recibiendo anexos primeramente alrededor del patio, también se le
agregaron segundas plantas, y finalmente se expandieron hacia la calle a través de un
balcón corrido.

Los primeros espacios que se anexaron fueron habitaciones perpendiculares al cuerpo


principal de la casa, como martillos a ambos lados del patio, reduciendo los mismos,
con habitaciones colocadas en hileras, comunicándose por medio de pasillos exteriores
y por puertas interiores, todas mirando hacia el patio. Se utilizaron los linderos como
paredes de las habitaciones de manera que no permite la apertura de ventanas, lo que
se traduce en habitaciones oscuras y sin ventilación. Los arcos que adornaban los
patios, tanto en primera como en segunda planta, se fueron cerrando para aumentar la
capacidad de las habitaciones. Como ejemplo de las ampliaciones de la vivienda se
puede mencionar la casa de la calle Hostos No. 155, donde se aprecia las diferentes
ampliaciones que fue recibiendo a lo largo de los siglos.

En el frente de las casas se colocaron los balcones corridos con techos, ofreciendo una
fachada completamente diferente a la simple fachada medieval. Este aditamento
arquitectónico es un símbolo de la apertura del dominicano, alejándose por primera vez
del confinamiento español, que solamente permitía el lujo y ostentación en los
interiores de su vivienda. El balcón refleja el deseo del dominicano de vivir en contacto
con la actividad de la calle, en interés de mostrar su recién adquirido estatus social,
reflejando el temperamento abierto, amigo de las tertulias, del compadreo y de las
apariencias. Para colocar estos balcones se destruyeron muchos adornos que habían
permanecido desde la colonia, considerándolos en ese momento como símbolos de un
pasado.

Características de las fachadas


 El balcón se convirtió en un punto de referencia para captar el nivel económico
del usuario
 Estas adquirieron una apariencia de elegancia elevando los antepechos por
encima de los techos y añadiendo molduras horizontales.
 Los techos a dos aguas se cambiaron a un agua para desaguar hacia el patio y
así permitir la elevación del muro frontal (antepecho) y quitar los caños que
desaguaban a la calle.
 Las puertas y ventanas de la primera planta se bajaron hasta nivelarse con la
calle y permitir el acceso directo, lo que facilitaba la ocupación de esa planta por
el comercio.
 Se colocaron molduras alrededor de las puertas unificándolas. Estas molduras
aunque tímidas todavía, se encuentran en más variedad, además de rectos los
hay en forma piramidal con remate en círculo. Aparecen también rosetas,
composiciones estrelladas o simples juegos de líneas sinuosas.
 En la segunda planta, para poder acceder al balcón, se bajaron las ventanas
convirtiendo los huecos en puertas. Se colocaron puertas francesas que
permitían la ventilación de los interiores.
 En los balcones se colocaron balaustradas de hierro, con diseños artísticos,
añadiendo elegancia, en esos momentos se presentaron motivos serpenteantes y
hasta florales en hierro forjado dando hermosura a la fachada. Se comenzaron a
usar también las cresterías23, posibles ahora por la facilidad de las maquinarias,
brindando un nuevo atractivo a las fachadas estas se colocaban en los aleros de
los balcones.
 En las barandillas, las columnas y las ménsulas de los balcones, se sustituyó la
madera por hierro. Las cubiertas de madera y tejas curvas se sustituyeron por
planchuelas de cinc. Los techos de los balcones eran soportados por columnas
finas, también en hierro y se techaban con zinc curvo o recto. El techado del
balcón siempre se mantuvo separado del techo de la edificación

23
Cresterías son detalles realizados cuidadosamente en madera calada con diseños repetitivos realizadas en madera.
Transformación de la planta
Las viviendas grandes se dividieron en dos o en tres, se redujeron los patios con
anexos, dejando de ser el órgano articulador de las actividades domésticas, aunque
conservando su importancia como órgano que permitía luz y aire a los interiores. Las
arcadas circundantes se tapiaron dejando solamente huecos para ventanas. Las
paredes y los techos interiores se forraban de tabloncillos de madera.

En caso de añadir un piso a la vivienda existente, se utilizaba uno de los aposentos


laterales de la primera crujía para la colocación del acceso y las escaleras, las
edificaciones en altura daban la impresión de mejor posición económica. Las demás
dependencias de la vivienda se mantuvieron iguales.

El agua seguía dependiendo de los pozos y aljibes. Se cocinaba con carbón vegetal que
obligaba a colocar la cocina en uno de los martillos o en el traspatio por el humo y para
estar cerca del pozo.24

El comercio tuvo un gran auge y las grandes residencias se vieron modificadas para
colocar los negocios en la misma edificación que las viviendas. El comercio se colocaba
en la primera planta, en la primera crujía hacia la calle y la vivienda en la segunda
planta. Esto ofrecía economía y seguridad para sus propietarios.

24
Del Monte Soñé, José Enrique, Rodríguez Marchena, Ricardo José, Mercedes Fernández, Martín. LA EPOCA
REPUBLICANA EN LA ARQUITECTURA, CIUDAD INTRAMUROS 1844 –1930. Tesis para optar por el título
de arq. Presentada en la UNPHU, Santo Domingo 1988

También podría gustarte