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Narcisismo y Pulsión, Dificultades Del Narcisismo Oscar Massota.

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~or .ejemplo, ~ la heterosexualidad. Por ejemplo, el fe- 16.

EL NARCISISMO Y LA PULSION
tichista que tiene como condición cortar el cabello y así
mantiene relaciones con su mujer y va todo bien. El único
problema que van a tener es que llega t1n momento (para
contar un ejemplo de Ferenczi) en que la mujer no tie-
ne .más pelo. Entonces tiene que ir a analizarse, porque
3;11~ cortando llega a un límite. Por otra parte, los fe-
t1ch1stas viven tranquilos con su fetiche y diñcilmente
acuden al análisis, salvo que la cosa sea grave.
En el libro de Kraft-Ebbing, 56 por otra parte se dice
. '
que ciertas formas fetichistas son históricas. A fmes del
~iglo xrx abundan los cortadores de trenzas, llegándose Con respecto al texto de 1914, ''Introducción al narci-
incluso a establecer una grave penalización por esta sismo", lo que hay que decir es que es un texto que me-
práctica.
rece ser leído, merece ser ubicado en la evolución de los
conceptos teóricos en la constitución de la teoría freudia-
na. Y leído no sólo por lo que el texto tiene, sino en re-
lación con la intertextualidad histórica, dentro de la obra
de Freud, con respecto a los otros textos.
Lo que está en juego en "Introducción al narcisismo"
es, en primer lugar, la definición del modelo de las pul-
siones. A saber, en verdad, los referentes mayores a par-
tir de los cuales deben ser constituidos todos los otros
conceptos teóricos. Son los conceptos de base.
Leer el texto significa, en primer lugar, que hay que
encontrar en él una ausencia. Es decir que cuando se lee,
algo falta: alguna referencia a la agresión o a la pulsión
de muerte. Esto es obvio, no es que uno se lo invente,
porque alguien podría decir: '~Bueno, pero ¿por qué pe-
dirle a un texto que hable sobre la pulsión de muerte
si ese texto no trata de la pulsión de muerte?'' Pues, pre-
cisamente, por lo que acabo de decir, por el lugar que
ocupa el texto en el desarrollo de la teoría. En ese mo-
mento, en verdad, lo que está en juego es la relación del
narcisismo con la agresividad. Y la agresividad no apa-
rece en el texto. Podríamos decir que hay un convida-
do de piedra: es la muerte, que no aparece.
56. Kraft-Ebbing, au tor de Psychopatia sexualis, citado por Frcud en Tres Lo que pasa es que Freud estaba intentando dirimir
ensayos para una i,eoría. sexual (1905), tomo II, pág. 1169.
otra cuestión, que era, precisamente, la significación y
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la necesidad del dualismo pulsional en la teoría. Ese es el campo teórico de los objetos ilusorios, fundamental-
el tema del texto. En verdad no quiere introducir la pul- mente. El narcisismo tiende a l"'eificar la falta, por eso
sión de muerte, sino que quiere justificar el dualismo, tiene que ver con la determinación de lo imaginario. El
podríamos decir casi un dualismo sin contenidos. Como narcisismo es el lugar de todas las identificaciones y de
si le interesara -más allá de los contenidos que podría todas las alienaciones del sujeto. Narcisismo, identifica-
tener el dualismo pulsional- afirmar que el modelo debe ción y alienación son términos que pertenecen al mismo
ser dualista. ¿Se entiende lo que digo? No importa que campo teórico y constituyen, a su vez, el campo de las
en ese momento las pulsiones debieran de ser no sexua- defensas. Esta vertiente del narcisismo debe entender-
les y sexuales -porque después van a ser "de vida" y se con referencia al gato.
''de muerte", los contenidos van a variar-, sino que lo La otra vertiente es la que vincula al narcisismo con
que importa es que se trate de un dualismo. Y, ahora, la agresividad, algo que ya habíamos visto cuando
con una sencilla reflexión, voy a decir por qué. 57 hablábamos del estadio del espejo. Habíamos dicho
De los referentes para estudiar el narcisismo, hay uno -¿recuerdan?- que en el estadio del espejo el sujeto se
que ya lo tenemos en el texto, que está absolutamente constituía según cierta matriz que constaba de dos po-
clarificado con respecto a nuestra ubicación en cuanto al los: tendencia a la unificación y peligro de la atomiza-
orden de lectura del texto. Nosotros estudiamos el nar- ción. El cuerpo despedazado, por una parte y, por otra
cisismo cuando, en cierto sentido, casi hemos agotado la parte, el sujeto que se toma a sí mismo -para .defen-
temática fálica. Hemos leído todos los artículos que tie- derse contra la atomización- por la imagen unificada
nen que ver con el falo, prácticamente todos. No nos he- que ve en el espejo. Esa alienación del sujeto en la ima-
mos olvidado de ninguno. A continuación, hemos intro- gen del espejo es el fundamento de toda identificación.
ducido el narcisismo. Es por ello que Lacan, como vimos, describe dos momen-
Así, el concepto de narcisismo se analiza en la teoría tos. Al primero, nosotros lo llamábamos, con términos
psicoanalítica en relación con otros dos conceptos bási- sui generis, "Identificación con el espejo"; y al segundo,
cos. Uno, el concepto de falo; otro, el de agresividad. Cada "Identificación con el semejante". Lo que ocurre con el
uno de esos conceptos se podría decir que abre vertien-. espejo, el sujeto lo repite con otro sujeto, el nenito con
tes conceptuales o caro pos teóricos. el nenito. Es la etapa del transitivismo infantil.
Una primera vertiente es la relación entre el narci- Recordáis que yo decía que el destino del cuerpo des-
sismo y el falo. Por este lado, el narcisismo se ubicará pedazado en la relación del sujeto consigo. mismo e~
entonces en el campo de todas las ''imaginerías'' con las el espejo- iba a ser, al introducirse otro suJeto, el on-
cuales el sujeto constituirá la idea que tiene de sí mis- gen de la agresividad. La relación con otro sujeto es una
mo. Entonces, hay que decir que el narcisismo es una relación doble. El sujeto utiliza al otro para alimentar
identificación, algo que nos introducirá en 11n campo de su propia libido narcisista.
imágenes. Y, hablando desde un punto de vista lacania- Identificándome con el otro, me unifico a mí mismo;
no, el narcisismo determina el nivel de lo imaginario; es necesito con el otro para unificarme. Pero, al mismo
tiempo, expulso, pongo en el otro los pedazos de mi
atomización. Se entiende con esta reflexión de dónde sa-
57. Cf. Osear Masotta: El niodelo pulsional, Ed. Altazor, donde desarrolla
le el bombardeo agresivo de las partes que constituye
ampliamente esta temática. la base del modelo kleiniano. Es la puesta en el otro de

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la atomización, al mismo tiempo que el sujeto utiliza al agresividad, la pulsión de destr1:1cción y 18: p~lsión de
otro para unificarse libidinalmente. muerte. Estoy hablando de términos que sigrufican co-
Fíjense que, dicho todo esto así, hay como una espe· sas distintas, pero que por el momento podemos poner
cie de modelo de ocupaciones. Podemos verlo también en en el mismo saco.
un texto famoso de Freud, Más allá del principio del pla- Hagamos ahora unas breves reflexiones con respe~to
cer, en el que ocurre así: si es que hay un lugar del su- a ciertos térrninos. En primer lugar, ~on respecto al ter-
jeto en el yo, éste por definición- busca unificación mino pulsión. Les hablo de la pulsió~ porque .leer "In-
y esa unificación la obtiene en su identificación con el troducción al narcisismo" significa ubicar esta introduc-
otro. Le drena al otro libido unificante. Entonces, cuan- ción del concepto de narcisismo en la historia del ~od~­
do llena su lugar con esa libido, envía los pedazos de su lo pulsional. Bueno, tenemos entonces ahora este termi-
propia atomización al otro. no, que nos resulta nuevo, ya que hasta el ~omento
El término alemán que fue traducido por catexis en habíamos hablado de otras cosas, como fase fálica, nar-
inglés y por "cargas" o "catexias'' en español es besetzung, cisismo, madre fálica, función del padre, etc. Pero no he-
que quiere decir ''ocupar". Este término Freud lo usa en mos profundizado en otros términos que aparecen m':1-
Más allá del principio del placer para discutir la cues- cho en Freud y que son muy importantes en la teon~
tión del masoquismo primario que resultaría de una es- psicoanalítica, como es el caso precisamente del térmi-
pecie de flexión espontánea de la pulsión de muerte .. Dice no pulsión.
que esta tendencia primaria a la autodestrucción se de- De entrada, con respecto a la palabra "pulsión'' haga-
posita en el yo, y el sujeto, en la medida en que se ero- mos las siguientes observaciones. E~ primer lugar, t~~a
geniza a sí mismo, la expulsa hacia afuera. En la me- reflexión con respecto a la palabra misma, una reflex~on
dida en que pone libido, ocupa con libido el yo, tiene que externa. La palabra alemana Trieb debe ser traducida
expulsar la atomización. por "pulsión'' y no por "instinto'', mientras que en esta
Es en el último modelo pulsional donde Freud plan- edición está traducida por "instinto" -no se sabe muy
tea lo que fue llamado -no por él mismo, sino por otros bien por qué . Nunca logré ent~nde~ por q~~ In:otiv,?
analistas- la pulsión de destrucción. Aunque Freud la ciertos autores, después de traducir Trieb por mst1nto ~
nombra así alguna vez. El concepto de pulsión de des- acaban diciendo todo lo contrario, que en verdad no se
trucción remite a lo que ocurre cuando el sujeto debe ex.: trata de un instinto. Entonces, ¿por qué usar esa pala-
pulsar, en tanto quiere unificarse, la atomización origi- bra? Algo les pasa; el significante, como dice Lacan, no

naria que sería el resultado de la pulsión de muerte. Por es mgenuo.
eso, la definición general de pulsión de muerte es la ten- Bien, que no es el instinto quiere decir qu~ cu~do se
dencia a la desunión de las partes. Entonces, habría trata de pulsión no hay relación de determinación _con
como una tendencia fundamental a la desunión: el ma- respecto al objeto. Mientras que cua~~~ se trata de in~­
soquismo primario como tendencia primaria a la destruc- tinto, cualquiera que fuera la defin1c1on -aun la m.as
ción. En la medida en que el sujeto se libidiniza, la ex- banal- que diéramos de este término, es alg~ que tie-
pulsa. Y eso es muy importante, porque es la forma en ne que ver con el desencadenamiento de mecams_mos que
que Freud aborda la temática tratada por Lacan en "El pertenecen a la especie, que p~eden ser est~~ados en
estadio del espejo". los individuos, en los grupos animales y tamb1en en con-
Así, esta otra vertiente es la que se relaciona con la ductas de grupo: algo que, una vez desencadenado, con-

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duce al individuo, en el interior de la especie hacia uil cho. Que el secreto de esto, de la palabra "pulsión" cuan-
o~eto. ' do se refiere a las pulsiones parciales, es recordar como
Mientras que e11 el psicoanálisis no hay esa relación fórmula mnemónica que cuando Lacan dice la pulsión,
de determinación; es algo absolutamente distinto. Por- está queriendo decir que es parcial. La pulsión, por de-
que cuando Freud empieza a hablar de pulsión, sabemos finición, es parcial. 58
que postula que su objeto es lábil. El objeto es \1n ob- Casi se podría decir más: el concepto de pulsión im-
jeto perdido, profundamente perdido, en todo caso debe plica parcialidad. Y hay que tener e~ cuenta_ entonces
ser reencontrado, pero nunca está efectivamente ahí. O que, estrictamente hablando, las (1nicas puls1ones ~:1e
si se presenta, lo hace bajo formas raras como en el fe. Freud estudia son las sexuales. El concepto de puls1on
tichismo o en las fobias. Bueno, todo esto con respecto remite siempre a la sexualidad, y la pulsión parcial supo-
al término pulsión. ne una teoría sobre la erogenización de ciertas zonas del
Con respecto a la pulsión en el interior de la teoría cuerpo, así como, por otra parte, una teoría ~ob~,e l~ que
podemos decir que el término tiene dos usos que corres~ en psicoanálisis se llamó "la relación de objeto , v:1i:cu-
ponden a distintos campos teóricos. Estos campos teóri- lada con la teoría de las etapas del de~arrollo de la libido.
c?s seguramente se conectan entre sí, pero no es dema- Recuerden que "etapas del desarrollo de la libido"
siado claro de qué modo. Y Freud usa indistintamente -esto para la lectura de Freud es importante tiene d.os
el término en uno y otro sentido. Uno de ellos se refie- sentidos distintos. Freud mismo dice que hay que dis-
1e a lo que podemos llamar, de ahora en adelante, pa- tinguirlos, aunque él a veces no lo hace. Cuall:do digo
r~ ponemos de acuerdo, el campo del gran modelo pul- "etapas del desarrollo de la libido", ¿en qué pe?sá1s? Ana-
sional. El otro se refiere a la teoría de las pulsiones lidad, oralidad, etc., ¿no es cierto? Pero también hay que
parciales. pensar en el autoerotismo, el narcisismo ... Recor~ad que
. Co~, re~pecto al primero, esto del ''gran modelo pul- hay un texto de Freud, importantísimo, donde dice que
s1onal , digamos que uso esta expresión simplemente hay que distinguir las etapas del desarrollo del yo au-
porque es el modelo que está arriba, el modelo de refe- toerotismo, narcisismo, elección de objeto- y ~as etapas
rencia en el conjunto de la teoría -pulsiones yoicas 0 del desarrollo de la libido -analidad, oralidad, fase
de conservación y pulsiones sexuales, posteriormente fálica, período de latencia, genitalidad-. Hay que distin-
pulsiones de vida y pulsiones de muerte-. guirlas por una razón teórica fundamental, puesto que
. Bueno, cuando se habla de pulsión, se habla en par- no casan unas con otras, hay un desfase entre ambas.
ticular de un modelo pulsional en un momento deterrni- Aho1·a comentaremos el artículo "La disposición a la
nado de la historia de la teoría. Más adelante haremos neurosis obsesiva", donde hallamos una reflexión sobre
alguna descripción de esa historia, que estudiaremos en la analidad. Se trata de algo fundamental y tiene que
la segunda parte de nuestro programa. De cualquier ma- ver con el tema que estamos tratando: la conexión en-
nera lo fundamental es que Freud se mantiene dualis- tre narcisismo y agresividad. Esto es lo que decíamos que
ta., En.ton~ lo que hay que intentar contestar es por faltaba precisamente en el texto de "Introducción al nar-
que en verdad, parece que hay alguna razón lógica cisismo" y hay que verlo así.
básica-. Ya hablaremos sobre ello.
. En cuanto al ~tro punto, la cuestión de la pulsión par- 58. J. Lacan: Seminarw 11, op. cit., cap. XVI "La pulsión parcial Y su cir-
cial, voy a repetir algo que en otro momento hemos di- cuito".

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La determinación f11ndamental es que hay un párra- cisismo es la agresividad. Recuerden bien este texto por-
fo de este texto donde Freud critica a los autores que con- que es fundamental.
funden las etapas del desarrollo del yo con las etapas del Bueno, estábamos en esto de que la pulsión es siem-
desarrollo de la libido cosa que Lacan repite en su se- pre parcial, cuestión en la que Lacan insiste. O, dic~o
minario "Las relaciones de objeto y las estructuras freu- de una manera más sintética y con una fórmula ; decir
dianas''-. O sea que él sí las distingue, y de esta dis- "pulsión'' -que implica que es sexual, ya que en Freud
tinción surge esa cosa extraña que dice Freud en este no hay un verdadero análisis de la pulsión de conserva-
texto .. . dice: ahora comprendo por qué el hombre es ori- ción- es, entonces, decir "la función de la parcialidad,
ginariamente malo, como dijo Ferenczi una vez. ¿Recuer- la pulsión de la parte". De acuerdo con la reflexión la-
dan eso? ¿Por qué el hombre es originariamente malo? caniana, la relación de la boca con el objeto de la nece-
Porque hay l.Jn desfase, el sujeto está más adelantado en sidad es de "todo o nada", es una relación de totalidad,
el nivel del narcisismo, es decir, en el nivel de la sínte- el objeto de la necesidad es totalitario. La pulsión no lo
sis yoica, que en el de la síntesis que alcanza en el pla- es. Cuando la boca sirve para besar, el objeto deja de ser
no genital. Entonces responde a sus exigencias sintéti- total y se constituye en objeto erótico. Con la boca se pue-
cas con lo que puede. Responde de forma anal. Y como den hacer montones de cosas, aparte de comer. Y esos
el culo es el lugar del sadismo para Freud, entonces el montones de cosas ya describen una serie de objetos in-
hombre es desde el origen malo. tercambiables.
Par~ce una reflexión loca, pero es fundamental, por- Desde el punto de vista lacaniano, cuando se consti-
que fíjense que es, otra vez, el estadio del espejo, pero tuye la pulsión parcial, cuando se erogenizan ciertas zo-
ahora conectado con la determinante de la evolución de nas del cuerpo, ello significa una caída de la totalidad
la ~ibid?. Es esto lo que decíamos en otra ocasión, que orgánica. Esto es ideológicamente importantísimo. Aquí
lo inteligente es conectar la teoría de las pulsiones con está toda la diferencia fundamental con la fenomenología
el narcisismo y con el desarrollo de la libido. y la distinción fundamental althusseriana entre ideo-
Entonces, ¿en qué se parece el estadio del espejo a esto logías y ciencias. Sea cual fuere la determinación con-
que acabo de decir? Se trata de lo mismo, integrando creta de la ideología, las categorías de la ideología in-
otras cosas en el campo definido por Lacan, cuando dice cluyen la totalidad. En la ciencia se termina ese esque-
que el hombre nace adelantado mentalmente, desde el ma categorial, se pasa a otras cosas. En la teoría psi-
punto de vista de la percepción, y atrasado desde el pun- coanalítica, podríamos decir que es la relación en la que
to de vista de su constitución fisiológica. el sujeto se constituye como sujeto del goce, los obje-
Enton.ces, en lo que se refiere al desarrollo de la libido, tos aptos al goce están determinados como parciales. En-
Freud está diciendo lo mismo. Digamos que, en el nivel tonces tenemos ahora objetos en la teoría, pero objetos
de las exigencias sintéticas, el yo está constituido pero en el sentido duro, es decir, que tienen objetalidad y
el sujeto no está genitalizado. que están referidos al sujeto del goce, son aptos para el
Además, por otra regla fundamental que da Freud el goce.
.
SUJeto se enfrentará al objeto siempre con los elemen-
'
En la ''Introducción al narcisismo" no hay reflexiones
tos de que dispone. Sucede entonces que sintetiza ata- ni con respecto a la agresividad, ni con respecto a la pul-
cando. Pero decir que el strjeto sintetiza atacando no es sión. El tema, en verdad, es el destino teórico del gran
más que decir, de otra manera, que la otra cara del nar- modelo pulsional. No se habla, en ''Introducción al nar-

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cisismo'', del desarrollo de la libido ni de la teoría de las homeostasis como esas válvulas que hay en las calde-
etapas. ras que avis~n cuando la presión sube más allá de cier-
En tanto, entonces, que el tema fundamental es la his- to límite, de modo que el aparato quede a salvo. Esto es
toria del gran modelo pulsional, lo que tenemos que ha- el principio del placer en Freud. .
cer son algunas reflexiones sobre esa historia, Hay un En el último modelo pulsional, ocurre una cosa dis-
artículo que ustedes tienen que leer, un artículo de Ba- tinta. Tenéis las pulsiones de vida dotadas de energía
lint, y que es la mejor exposición académica de lo que que tienden a producir cosas. Y el regulador ahora es la
pasa en Freud con respecto a esto: cómo va cambiando pulsión de muerte. Pero la pulsión de muerte pr~te~de
la constitución, históricamente, del modelo pulsional. reducir la tensión a cero. Por otra parte, Freud insiste
El primer modelo del aparato psíquico que Freud tie- en el texto en que la pulsión de muerte es el modelo de
ne es el siguiente: el aparato psíquico es algo que está toda pulsión y que originariamente toda pulsión es la
sometido a una exigencia de trabajo. Una pulsión es una tendencia a cero. .
exigencia de trabajo. En este sentido, la pulsión se pa- Entonces, en el primer modelo lo difícil era justificar
recería al toro en el ruedo hay que saber un poco de la existencia de lo desagradable. En el último, lo raro,
toros.... , en verdad, el ruedo es el lugar donde el toro lo misterioso es que todavía haya energía, es decir, que
es puesto en una situación artificial. Igual sucede con la todavía haya libido. Pero aunque esto sea algo oscur~,
pulsión del inconsciente freudiano: no se puede escapar lo que importa entender en todo caso es que se termi-
al estímulo. Entonces, el estímulo que en un origen fue na el modelo de la hómeostasis y el elemento regulador
exterior ya no tiene más las características de un tiene ahora estatuto de pulsión.
estímulo externo. De modo que la exigencia de trabajo En el primer modelo había pulsion~s y princip.io re-
es una exigencia de la cual no se puede huir. gulador. En el último modelo hay pulsiones y puls1on~s.
En los primeros modelos, Freud propone algo que tie- y son ciertas pulsiones con ciertas cualidades o propie-
ne que ver, además, con su primera concepción de la de- dades -las pulsiones de muerte- las que hacen de re-
fensa hay que poner atención porque ideológicamen- gulador. Como se ve, tenemos razones justificadas para
te la teoría psicoanalítica se va a quedar en este mode- pensar que, en efecto, en el modelo pulsional ~e están
lo-. Esta idea tiene un resultado ideológicamente malo jugando cosas cruciales con respecto a la teona. ·
Y aristotélico, por otra parte: que el aparato regula la exi- Podríamos comenzar entonces, ahora, recordando las
gencia de trabajo con los ''principios''. Lo que Freud llamó etapas. Empiezo por la bibliografía: en p~er lugar to-
principios eran reguladores del aparato contra la exigen- dos los artículos de la Obra completa que tienen que ver
cia de trabajo. con pulsiones. "Introducción al n~rci~~smo'' y, funda~en­
En el segundo modelo, el principio regulador mismo talmente, "La pulsión y sus destino~ . Luego, el art!culo
s~ va~ confundir con una pulsión. Y, entonces, para de- de Balint "La historia de las pulsiones en Freud , un
cirlo simplemente, en lugar del regulador, del principio artículo del lnternational Journal, y, después, también
del placer proponer una salida agradable frente a la los artículos correspondientes del Vocabulario del psico-
exigencia de trabajo-, el sujeto, en verdad, tiende a su- análisis de Laplanche y Pontalis, que verán cómo
primir toda excitación. Al principio, el modelo de apa- además coinciden taro bién más o menos con lo que he-
rato psíquico que desarrolla Freud es el de un sistema mos dicho. Parece que todo el mundo está de acuerdo en
que trata de regular las fuerzas, según un principio de líneas generales. El desacuerdo puede estar en la ínter-

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pretación de los conceptos. Si ustedes quieren, después guna vez reflexionar sobre estos textos freu~anos, pero
de leer ''Introducción al narcisismo", podemos leer el si lo hacen siempre se encontrarán con el mismo prob~e­
artículo de Strachey y van a ver cómo en un artículo de ma. Cuando Freud habla del modelo pulsional, _uno quie-
t:es páginas se encuentran los errores ideológicos sufi- re ejemplos y, entonces, no los encu~ntra o no sirven. De-
cientes como para acabar en la psicología del yo. Se lo bido a estas dificultades, Freud decia que el modelo pul-
puede ver, depende de los acentos, de cómo se interpre- sional estaba en la cúspide del edificio teórico ! que
ten los acentos . se podía suprimir sin afectar ~ conjunto. E~ decir que
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. Podríamos decir, así, que la historia de las pulsiones cuando trataba el modelo básico de las pulsiones esta-
tiene tres partes. En la primera parte el modelo es: ba tanteando.
pulsión de conservación y pulsiones sexuales. El texto Lo que se puede decir es que, en la primera época, el
-aunque hay otros muchos en Freud- donde podemos modelo del conflicto para Freud estaba planteado en es-
encontrar esto es Tres ensayos para una teoría sexual. tos términos conceptuales, con todo lo que tienen todavía
En este texto está el primer modelo. ' ·
de no constituidos estos termmos: ''Yo'' f r~nte a "~ ex.ua-
La cuestión fundamental es la siguiente: que, sin em- lidad". Como si el aparato psíquico estuVIe:a escmdido
bargo, este modelo no le sirve a Freud para dar cuen- en dos partes que no funcionaban bien conJuntamente.
ta de lo que él intenta explicar, que es el conflicto psíqui- Por una parte, e11contramos la descripción_ de estas dos
co. Vamos a hacer aquí un inciso con respecto a esto de tendencias generales que él llamó puls1ones- de la
''~onflicto psíquico" que puede sonar mucho a psicoanáli- vida psíquica, sexualidad y cons~rvación. Y, por otr.o
sis malo, pero no es así. lado la idea básica del yo defendiéndose de la sexuali-
Lo que preocupa a Freud es la explicación teórica del dad.' El enemigo en el conflicto es la sexualidad. Esto está
conflicto psíquico, donde lo que se juega es la deter·mi- en el comienzo del psicoanálisis; lo que Freud descubre
nación misma del concepto de sexualidad y la relación es que la gente se enferma porque se defiende. de la se-
del goce con el saber. Porque sobre el conflicto psíqui- xualidad. , . ,.
co tenemos cincuenta teorías llamadas "dinámicas", y Sabemos que eso no constituye la teona psicoanalítica,
encontrarán la palabra "conflicto" en cualquier teoría porque dejar las cosas en esos términos r;º. resuelve
que tenga que ver más o menos con lo psicogenético. En- nada. Desde el punto de vista del discurso teorico es una
tonces, a Freud no le interesa tanto el conflicto en ge- primera referencia, un sab~r ~d~uirido sobre la sexua-
neral como el conflicto pensado en función del objeto fun- lidad. Si yo digo que una h1sterica se defiende del ac~­
damental de la teoría: la relación del sujeto con el goce so de su padre, doy por supuesto q~e es u~~ cosa tern-
Y la participación del saber en esa relación, a saber la ble. Pero esto, desde el punto de VIsta teonco, no ade-
temática fálica. No crean que al hablar de pulsiones ~e lanta nada. Puede que sea terrible, pero 1:1º lo es para
olvido del falo. todo el mundo. De todos modos la sexualidad, en tan-
Pero, volviendo al primer modelo puls!cual, no conse- to contenido, no sirve como explicación, por más grave
guía explicar suficientemente el conflicto psíquico. Era que sea lo que haya pasado~ -las ,c~sas más espan-
muy descriptivo: la boca sirve para comer y sirve tam- tosas- para dar cuenta del obJeto teonco que nos ocu-
bién c?mo ·1u~ar de pulsiones eróticas. Pero no siempre
se entiende bien y en los textos de Freud aparecen ejem-
plos harto oscuros. No sé si ustedes han intentado al- 59. Cf. "Introducción al narcisismo", tomo II.

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pa. ~omo l~canianos, no buscamos un saber sobre la se- 17. LAS DIFICULTADES DEL NARCISISMO
xualidad, sino la relación del saber con la sexualidad
. El psicoanalista no es aquel que sabe sobre la sexua~
l~dad, Y el _paciente alguien que no sabe nada. El ana-
lista e_s quien, por una relación analítica, va a permitir
al paciente, tal vez, desembarazarse de algunas relacio-
nes de determinación que existen entre el saber y el se-
xo en_ s~ ~aso particular. Esto es algo sobre lo que
estoy ms1st1endo siempre. Si yo superpongo el saber al
sexo, seguramente constituyo cierto discurso; en térmi-
nos l~cania?os, un discurso universitario en el que diré
que s1 al SUJeto le pasa algo es porque él no sabe. O, aún
peor, sostener una forma determinada de relación entre
el saber y el sexo. Ayer hablábamos sobre la "Introducción al narcisis-
mo'' y en esa introducción se citó un texto con respec-
to a la historia de la teoría de las pulsiones. El texto,
en verdad, es pobre en lo que se refiere al tema de la
psicosis, porque, como decíamos ayer, la psicosis estaba
utilizada para pensar el narcisismo, y no al revés. Freud,
por otra parte, conoció bastante poco a los psicóticos;
según dice, los vio desde la puerta.
En segundo lugar, el tema fundamental era el desti-
no del gran modelo pulsional. El centro del texto es la
caducidad del modelo pulsional y lo que el texto no dice,
que es la conexión entre el narcisismo y la agresividad.
El convidado de piedra es la muerte y ahí en ese tex-
to no está, no hay ninguna referencia.
Entonces vamos a ver lo que pasa dentro del texto.
Está dividido en tres capítulos. El capítulo primero tie-
ne tres partes; las voy a evocar a continuación.
En la primera parte del primer capítulo se presenta
el término de "narcisismo''. La primera observación que
habría que hacer con respecto al texto es acerca del título
mismo en su traducción española: está mal, porque no
deja ver lo que dice el original. El título no quiere de-
cir que Freud vaya a introducir el concepto de narcisis-
mo, sino que va a pensar con todos los medios que tie-
ne a su alcance para dar cuenta del concepto. Es una

190 191

reflexión sobre el concepto y no una introducción al dard Edition-60 por primera vez en la teoría: libido de
térm~o~ El texto además se llama; Zur Einfürung de1· objeto y libido del yo.
Narzissimus que quiere decir "Aportaciones sobre el nru·- Parte de esta tardía reflexión sobre el concepto de nar-
cisismo''. Es una reflexión sobre el narcisismo. La tra- cisismo surge en Freud a partir de la& neurosis de trans-
ducción inglesa está bien: On narcissism: An introduc- ferencia, es decir, las psiconeurosis, que es de lo que has-
tion. ta ahora hemos hablado. En las neurosis lo que se ve
Bien. Así, de las tres, la primera parte contiene cier- es la dificultad del sujeto con la libido objeta!. Y es so-
tas reflexiones con respecto al término. Freud hace re- lamente cuando se descubre el campo abierto por las psi-
ferencia al uso que se ha hecho de él para describir una cosis que se pone de manifiesto la retracción de la libido
perversión, la de quienes gozan con su propio cuerpo lle- al yo.
~ando al orgasmo por vía mastur~atcria, etc., pero él Hay en el texto una palabra que conviene distinguir
mtroduce el problema con una frase en el párrafo para su uso, que es el concepto de "introversión" (bus-
tercero donde se dice que hay un narcisismo primario y car en el Diccionario de Laplanche). Para Freud intro-
normal. versión significa el pasaje de la libido de los objetos rea-
Cita entonces a Rank, que habla de la observación de les a los objetos de la fantasía. Significa no la pérdida
una etapa narcisista, o de una estructura narcisista en de los objetos, no una pérdida total de objeto, sino la con-
la homosexualidad. Luego se trata de una estructura de servación de los objetos en la fantasía. Pertenece al cua-
la,, constitución
. del sujeto y no de l1n cuadro perverso en dro de las neurosis.
s1 mismo. Tened en cuenta lo que ya decía Jones: que a Freud
Bueno, esto, si ustedes quieren, nos introduce ya en no le gustaba mucho este texto de introducción al nar-
una primera gran dificultad que es la siguiente: no se cisismo porque era un texto escrito de forma muy com-
van a poder explicar las parafrenias palabra compli- plicada. No tiene aire la estructura del texto. Y tened
cada, sofisticada-, que Freud introduce para designar en cuenta esto, porque hay un montón de lugares don-
una mezcla de esquizofrenia y paranoia. de, en efecto, cada vez que Freud tiene dificultades teóri-
Entonces, la primera complicación es que el narcisis- cas el texto se pone espeso. Freud era un autor claro,
mo está en todos lados: está en el cuadro normal carac- esto hay que reconocerlo; los textos de Freud son claros.
teriza a la perversión y es propio de la psic~sis. El Lo difícil a veces es entender los conceptos, conectarlos.
primer problema de orden conceptual es la utilización Cuando Freud en verdad tiene dificultades, el texto se
del término para distinguir propiedades específicas. Pe- apelotona y se pone oscuro eso es lo que sucede al me-
ro acá Freud va a utilizar todo lo que tiene a mano nos en tres lugares de este texto . Puede decirse de
para pensar el concepto, y no al revés, eso es lo fun- otros artículos que las ideas son bastante complejas, sin
damental. embargo el texto mismo puede ser un texto claro, abier-
Sin embargo, hay una o dos especificaciones con res- to, aireado.
pecto a la psicosis que hay que tener en cuenta y a las Termina la primera parte y comienza una reflexión so-
que hay que darles un alcance probablemente mayor que
el que tienen en el texto y a las cuales me voy a refe- 60. The Standard Edition of the Complete Psychological Works ofSigmund
Freud, ed. de James Strachey, 24 vols., Londres, Hogarth Press, 1953-66. (La
rir ahora. El resultado es que aparecen dos té1·minos edición de Amorrortu de las Obras conipletas se inspira en la Standard e in-
nuevos que Freud introduce como bien dice la Stan- cluye las notas de Strachcy .) [N. Editor: Trad. al español, Ed. Amorrortu.]

192 193
bre lo que es el punto fundamental del primer capítulo: que depende de las decisiones últimas con respecto a los
una reflexión sobre la necesidad de mantener el mode- conceptos. Es cierto que la construcción de los concep-
lo dualista en el interior del gran modelo pulsional. tos puede seguir un camino que se aleje de los concep-
En primer lugar habla ahora de una libido del yo. tos de referencia básicos. Pero la relación entre unos y
Pero, entonces, si el yo ahora está libidinizado, quiere otros es rigurosa. Entonces, la metáfora del sombrerito
decir que el primer modelo pulsional se le viene a pique: demuestra los problemas que Freud experimenta con
se le viene abajo porque en el primer modelo pulsional respecto al modelo pulsional. Estamos en tina época en
el yo era el centro de la pulsión de conservación. Aho- la que todavía no·se introduce la pulsión de muerte en
ra el yo mismo está libidinizado. En verdad, entonces, la teoría.
¿qué pasa? Que la libido está en todos lados. Entonces, Bien, inmediatamente, entonces, Freud se pone a dis-
no se puede mantener más ya ese modelo dualista de pul- cutir con Jung -última parte del capítulo I . Y de ahí
siones de conservación y pulsiones sexuales. lo que hay que deducir son ciertas reflexiones sencillas
Vemos pues a un Freud luchando teóricamente para con respecto a la necesidad de mantener el dualismo. Se
seguir manteniendo el dualismo a pesru· de las dificul- podría decir que en un momento en que él se da cuen-
tades. Freud mismo después, en la Azltobiografía, en la ta de que su teoría es débil, mantiene, sin embargo, el
Introducción al psicoanálisis y en otros textos, vuelve so- dualismo como una exigencia formal. Es como si supie-
bre el texto de 1914 61 y dice que el primer modelo pul- ra que el día que vaya a caro biar el modelo adoptará otro
sional ya estaba liquidado, que los conceptos ahí soste- dualismo. Está seguro de algo: de que necesita el dua-
nidos eran un esfuerzo por mantener una teoría que no lismo.
funcionaba. Hay una referencia a Jung cuando está hablando de
En el texto se aprecia la lucha por mantener esta que puede que su modelo esté mal, pero no hay ningu-
teoría. Dice cosas como ésta: un modelo puede ser malo no mejor. Freud lo caracteriza así: que lo que está mal
pero, mientras no haya uno mejor, continuamos con él. es pensar que hay una energía general de la cual la libido
Lo cual quiere decir que es consciente de que este mo- sería una manifestación. Contrapone a esto su teoría,
delo es malo. Después dice cosas epistemológicamente donde hay libido, por una parte, y, por otra parte, otra
sospechosas como, por ejemplo, una metáfora que usa cosa, pulsiones de conservación y pulsiones sexuales o
dos veces, un lugar común de Freud, que es la metáfora libidinales.
del edificio: el gran modelo pulsional no es la base del En el momento en que empieza a defender el dualis-
edificio, sino su cúspide, de modo que se puede caro biar. mo, aparece en el texto una conocida y famosa metáfora,
Yo lo llamaría el modelo del sombrero: cada vez que le que podemos llamar "de las razas". Freud dice que Jung
viene a uno mal o que le falla, se lo cambia por otro. Es está equivocado y que su modelo no sirve para nada, ya
una metáfora mala que vuelve a utilizar en "Las pulsio- que si yo afirmara que todas las razas se conectan en-
nes y sus destinos''. Mala por esta simple razón: porque tre sí, en el caso de que a un individuo le correspondie-
no es un sombrerito que se pueda uno poner y sacar, sino ra una herencia por su raza, no podría otorgársele la he-
rencia al no poder determinarse de qué raza es. ¿En-
61. Lecci.ones introductoria.s al psi-eoanáli.si.s (1915-1917), tomo II, pág. tendéis lo que dice? Esto quiere decir lo siguiente: para
2125. que haya un campo específico de la sexualidad en tanto
Autobi.ografía (1924), tomo III, pág. 2761. tal, tiene que haber un campo de algo que no sea sexual.

194 195
Es a partir de la diferencia que podemos determinar la Si ustedes se interesan por la epistemología, les voy
sexualidad en tanto tal. a decir que, en verdad, en Freud hay u.n a matriz teórica
Lo esencial, algo que nosotros constantemente repe- fundamental que podría defmirse en pocas palabras, con
timos -ya que a partir de ahí vamos a poder entender una fórmula que es la siguiente: cuando se trata del gran
los conceptos en una perspectiva lacaniana , es lo si- dualismo pulsional, Freud es dualista, mientras que,
guiente: afirmar, como Jung, que la libido no es sino una cuando se trata de la genitalidad, niega que haya una
manifestación de una energía más general, es no dejar pulsión genital y se torna extrañamente monista: sólo
campo a la teoría, no dejar lugar en el campo teórico para hay un tipo de libido que es esencialmente masculina,
una indagación de lo sexual. En primer lugar, fijense que también para la mujer.
si el campo no es dualista, no sólo no hay lugar en él Podríamos así decir que el campo teórico tiene tres ni-
para la sexualidad, sino que no hay lugar para una in- veles, tres pisos ideológicamente importantísimos. Pri-
dagación teórica sobre la sexualidad. mero: exigencia del dualismo para otorgar a lo sexual es-
Entonces podemos entender otra cosa que dice Freud pecificidad en tanto tal. Segundo: ello significa que el
cuando, inmediatamente en el texto, discute el monis- campo de la sexualidad es motivo de una indagación so-
mo de Jung. Jung, burlándose de Freud, había dicho que bre la articulación entre el saber y el goce, en términos
si se explican las psicosis en función de una retracción de Lacan. Tercero: no se puede hablar de 11na pulsión
de la libido al yo, sería algo que no se entendería muy genital y sólo hay 11na libido para los dos sexos. Desde
bien, puesto que la retracción de la libido al yo -dice el punto de vista ideológico, con respecto a la diferen-
Jung- puede producir el caso de un anacoreta, pero no cia de los sexos, esto es algo positivo. Lo único es que
explicar una esquizofrenia. Freud simplemente le con- Freud sugiere que esa única libido es masct1lina, lo cual
testa: decir eso implica limitar la concepción de la se- podría molestar a las mujeres. Pero fíjense que, si uno
xualidad a la idea de una genitalidad grosera. El caso tiene una mentalidad 11n poco lógic.a , si hay una libido
del anacoreta es el de alguien que no mantiene relacio- y es masculina, entonces no s e puede definir lo que es
nes sexuales. Pero no es éste el caso de la psicosis para un hombre, porque no hay otro. El hombre, ¿qué es lo
Freud. ¿En qué se ha convertido para Jung el concep- que consigue con la libido? ¿Qué es un hombre? Y tam-
to de libido? En un concepto de relaciones genitales efec- poco hay una mujer, porque la mujer es "masculina". En
tivas. Se ve muy clara la diferencia. todo caso, se podría acusar a Freud de que soñaba con
un mundo de mujeres masculinas y de hombres inexis-
El texto, entonces, contiene esas tres partes: tentes, pero no se le podría acusar de antifeminista. Bue-
Primera parte: una reflexión sobre la palabra. no, esto con respecto al capítulo l.
Segunda parte: una caracterización del narcisismo a Así como el tema fundamental del capítulo 1 es la dis-
partir de la retracción de la libido al yo, que explicaría cusión del dualismo y todo el embrollo sobre el gran mo-
la psicosis. delo pulsional, el tema del capítulo 11 es la elección de
Tercera parte: reflexiones epistemológicas generales objeto narcisista y su distinción respecto de la elección
poco afortunadas, pero de las que surge una certeza de de objeto anaclítica en la traducción española lo en-
Freud: la necesidad del dualismo. contramos así: "elección de objeto anaclítica", también en
Podemos añadir una cuarta parte: la disensión con la traducción inglesa .
respecto al monismo junguiano. Como bibliografía puede ser tina bibliografía equi-

196 197
vocada pero muy buena para estudiar la cuestión del En relación con el modelo narcisista de elección de ob-
narcisismo , en primer lugar los artículos o el libro de jeto, Freud enumera cuatro posibilidades. Esto es muy
Balint sobre Narcisismo y amor primario. (The narcis- importante, porque todas ellas están rigurosamente ubi-
sism and primary love ). 62 cadas en función de la articulación fundamental en la
que hemos insistido hasta ahora cuando hemos tratado
Pregunta: ¿Y el artículo de Green ?6 3 toda la cuestión del falo. O sea: el chico es el falo de la
El artículo de Green es muy complicado. La primera madre.
p~rte está bien y se entiende. Pero después, al fmal, em- Las cuatro posibilidades encontradas son: la primera,
pieza a confundir la cuestión del afecto, que es la ten- elegir al objeto sobre el modelo de uno mismo. Podríamos
dencia de Green, y ya no se entiende más. Lacan tam - decir ahora según el "yo ideal". La segunda, elegir al ob-
bién es oscuro, pero Lacan es Lacan. Igual que Ma- jeto sobre el modelo de lo que uno fue para el Otro. Uno
llarmé: hay uno solo... fue el falo faltante de la madre, es decir, el objeto ab-
soluto del deseo de la madre. La tercera, elegir al obje-
Pregunta: Pero, ¿el libro de Green sobre La concepción to sobre el modelo de lo que uno quisiera ser. Podríamos
psicoanalítica del afect'O?. poner: "ideal del yo''. Y la cuarta, elegir al objeto sobre
Sí, tiene algunas partes que son útiles, pero está mal. el modelo de lo que fue una parte de sí mismo, lo que
Además, es completamente reaccionario, porque la tesis se perdió.
~d~mental es que el psicoanálisis tiene dos enemigos Estas cuatro posibilidades constituyen la elección de
prmc1pales: Lacan y Hartmann. Un tanto ambiciosa objeto narcisista. Llamo la atención sobre el hecho de que
co~.º tesis. Pero la primera parte nosotros la podemos en las cuatro se incluyen dos cosas cuyas direcciones son
utilizar -porque Green conoce muy bien todos los tex- distintas: desde el chico, lo que uno fue, es decir, el ob-
tos de Freud- para estudiar la cuestión de la angustia. jeto absoluto del deseo de la mach~e. Desde la madre, una
Para un acercamiento académico al problema de la an- parte de i1,no mismo, es decir el hijo como a través de
gustia en Freud está bien. la equivalencia siro bólica.
BieJ."J.. Así, el tema en el segundo apartado es la dis- Es interesante porque, ¿de qué narcisismo se está ha-
tinción entre "elección narcisista del objeto" y "elección blando? ¿Del de un sujeto o del de dos sujetos? Esto es
anaclítica" o ''en apoyo". muy importante, porque el concepto teórico de narcisis-
¿Qué quiere decir "en apoyo"? Porque ''anaclítica" es mo contiene una problemática del sujeto. No se está ha-
un término complejo que hace olvidar de qué se trata y, blando de un sujeto, sino tratando de determinar un con-
en verdad, se trata de algo muy sencillo: que se elige al cepto que tiene más de un sujeto y comprende distintas
otro sobre el modelo de la persona que alimentó o del direcciones. Es interesante que este capítulo termine ha-
padre protector. blando del narcisismo de los padres que se refleja en los
hijos, cuando 11no trata de pensar en el narcisismo de
un sujeto aislado.

62. M. Balint: La [alta bási.ca (1967), Parte II: "Narcisismo y amor prima- Ahora unas breves observaciones sobre las cosas que
rio", Paidós, 1982.
63. A. Green Y otros: Objeto, castración y fantasfa en el psicoanálisis, Ed.
dice Freud tal vez no excesivamente relevantes- y
Siglo XXI. que pueden molestar a l_as feministas por alguna razón.

198 1.99
Después de hablar de que hay dos tipos de elección de jeres se plantean narcisísticamente la relación, se pue-
objeto, que son el narcisista y el de apoyo, Freud trata de decir que, si bien no es algo general, en todo caso ell~
de lo que él llama ''vida erótica de los sexos", que es la tiene una justificación y una sola. Puesto que la ?efiru-
conducta del sujeto en la relación con el partenaire. Y ción del concepto de narcisismo implica el valor fálico del
Freud pasa de una cosa a otra sin transición, y enton- propio cuerpo -según la ecuación cuerpo-falo-, aque-
ces dice esto que es ideológicamente un poquito moles- lla que es más proclive a hacer esa ecuación es aquell~
to y que tiene una sola justificación que voy a decir. que, precisa.mente, no lo tiene. Es la falta lo que permi-
¿Cuál es el comportamiento del hombre? El hombre te proyectar, alucinar el falo en el cuerpo.
se comporta en la elección amorosa según el modelo "en
apoyo", entonces "sobrevalora'' al partenaire. El hombre Pregunta: ¿Pero esto no es una alucinación típicamen_-
sobrevalora a la mujer. Las causas de la sobrevaloración, te masculina? Es decir, desde un punto de vista femi-
para Freud, están en el modelo de la primera dependen- nista la realidad del machismo es la incorporación del
cia biológica: "la que me dio de comer'', queda sobreva- falo ~n la mujer. O sea, que eso sería una proyecció!1'.
lo1·ada. ¿Recuerdan las dos tendencias de las que Eso sería una complicación de la estructura. Pero, m-
habíamos hablado, la cai·iñosa y la sensual, en la psi- dudablemente, el problema planteado por el feminismo
cología de la vida erótica? Así, pues, el hombre persigue es la mujer en tanto que se defina social e ideológica-
a la mujer po1·que la sobrevalora; no es que quiere ser mente como femenina, la mujer que se plantea como ob-
alimentado por ella sobre el modelo en apoyo, sino que jeto de goce. Precisamente cuando el ~ombre ~e plantea
la sobrevalora. como muy "machito'', eso le da un cariz femenino alma-
Pero, ¿qué le pasa a la mujer? Se plantea la relación chismo del hombre, porque está jugando a lo mismo, a
narcisísticamente. Juega a ser la perseguida, según ser objeto de goce.
Freud. De ahí su1·ge toda una serie de cosas: por ejem- Hay mucha bibliografía sobre el cuerpo como falo. H~y
plo, compara a las mujeres con los grandes felinos, un artículo de Germán García, en los Cuadernos Sig-
con los tigres, con la independencia que muestran los ga- mund Freud 64 número 4. Detrás de este cuaderno hay
tos ... Son seres un poco cerrados y misteriosos que Freud toda una bibliografía en español, es muy extensa Y
alaba porque dice que tienen en la vida erótica un pa- además bellísima, muy buena.
pel fundamental: seres fundamentalmente seductores, Hay después una parte del texto donde Freu~ tr~ta
etc. de la hipocondría y encontramos algo q~e pue?e inqw~­
Bien. Sobre lo que yo quiero llamar la atención, sea tar los espíritus. Las cosas que Freud dice ahí de la hi-
esto cierto o no lo sea, es sobre un deslizamiento que hay pocondría nos enfrentan al vasto terreno q~e va de~de
en el texto. No tienen nada que ver los motivos de la elec- el síntoma hipocondríaco a la enfermedad ps1cosomát1ca
ción de objeto con los motivos de la manera en que el y al síntoma histérico de conversión, porque en todos los
sujeto se comporta en la relación. Son dos cosas distin- casos se trata del cuerpo.
tas y Freud pasa subrepticiamente de una a otra. A lo De todos modos, hay una idea para extraer: que la .hi-
mejor se puede hallar una conexión en el secreto, la cir- pocondría, para Freud, es el máximo nivel de retracción
cularidad de la constitución misma del concepto de nar-
• •
c1s1smo. 64. Germán L. García: "La ecuación cuerpo igual falo", en Cuaderrws Sig-
Ahora bien, con respecto a si es cierto o no que las mu- niund Freud, n° 4.

200 201
de la libido al yo -muy grave porque el nivel de sim- 18. VALORES ESTETICOSNALORES ETICOS
bolización es el menor posible . El sujeto no puede sim-
bolizar sino el mínimo posible. En el mismo texto la com-
para con la megalomanía ei delirio de grandeza-
como un intento de simbolizar, aun cuando
, toda la libido
esté puesta en el yo. Claro, en lJn caso, la libido vuel-
ve al yo, pero queda capturada en el organismo; en el
otro caso, al menos, se siro boliza algo. Esta es la idea
más interesante. Para Freud, la hipocondría sería la últi-
ma retracción de la libido al yo, sin capacidad de sim-
bolización.

Como vimos, Freud utilizó distintos elementos para


ensanchar el caro po de la reflexión sobre el narcisismo:
la enfermedad orgánica, la hipocondría y la vida erótica
de los sexos.
Con respecto a la enfermedad orgánica, se trata de un
ejemplo bastante banal. La única utilidad de fondo, tal
vez, para Freud es que es el único caso que muestra que
habría 11n interés por la autocooservación que se asocia
con la retracción de la lioido. El sujeto que está enfer-
mo tiene interés en la propia conservación orgánica, por
una parte, y, por otra parte, deja de amar. Sería un ejem-
plo de alguna manera, aunque débil, del modelo del dua-
lismo pulsional tal como está planteado en ese momen-
to: pulsiones de conservación o yoicas, frente a las pul-
siones sexuales. En cuanto a la hipocondría, vimos que
remitía a la cuestión de las neurosis actuales, que Freud
distingue de las psiconeurosis. Las neurosis actuales
están presentes al comienzo de la obra de Freud, aun-
que después este concepto es prácticamente abandona-
do, a pesar de lo que dicen algunos autores. Se trata de
un concepto de poca utilidad clínica, que no sirve para
la clínica psicoanalítica. La. idea de las neurosis actua-
les le sirve a Freud para sostener que la causa, la etio-
logía, es sexual -real-. Esto es interesante, sobre todo
en relación con la historia del concepto de angustia, por-

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