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Niños Transgénero
Niños Transgénero
Niños Transgénero
https://www.larazoncomunista.com/post/ni%C3%B1os-transg%C3%A9nero-qui%C3%A9n-
sabe-lo-correcto
Resumen: En los últimos años se ha impuesto una visión única en el tratamiento de los
niños con disforia de género (el disgusto, desajuste o malestar con el sexo
biológicamente dado), que ha sido apuntalada por una legislación que tiende a la
penalización del tratamiento psicológico, alternativo al tratamiento médico y quirúrgico.
El artículo tratará de ofrecer una visión rigurosa de la clínica del transexual,
repasaremos las teorías sobre la transexualidad, frente a las ideologías y al cientificismo.
¿Por qué tratar de iniciar un tratamiento de cambio de sexo con menores cuando
sabemos que la inmensa mayoría acaban aceptando su sexo biológico a edad adulta?
Veremos que el problema, además de generar un gran sufrimiento, tiene múltiples
implicaciones sociales.
Palabras clave: Disforia de género, transexualidad, Nombre del Padre, Enfoque
afirmativo, LGTBI.
I. Introducción
En enero de 2017 se lanzó, generando una gran polémica, Transgender Kids: Who Knows Best?
El documental producido por la BBC sobre la disforia de género.
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La disforia de género (el disgusto, desajuste o malestar con el sexo biológicamente dado), está
rodeada de una gran confusión, que a su vez genera un gran sufrimiento en las personas que la
padecen. La película nos ofrece un atractivo marco de iniciación al análisis.
Para profundizar en la cuestión, hasta el nivel que me permita ser entendible por el lector que no
tenga conocimientos previos, tengo que ampliar el marco inicial. Desde el punto de vista clínico
me adentraré en el problema de la sexuación y el tratamiento del transexual, analizaré el papel
de la ideología, nos asomaremos a la pequeña ventanita de otra cultura distinta a la occidental y
finalizaré regresando al tratamiento de la disforia en los niños, junto con las implicaciones de la
nueva legislación.
cambio de sexo, que surge con la oferta científica. Como indica Catherine Millot, sin cirujano ni
endocrino, no hay demanda y no hay transexual (Millot, 1984: 14).
III. La sexuación
El ser humano nace con unos cromosomas que determinan su sexo biológico, pero la
determinación del sexo psíquico es más compleja.
La sexuación en el ser humano no viene dada, sino que es un proceso que, en el mejor de los
casos, se va dando en las vinculaciones del niño durante la crianza. Como nos indica Geneviéve
Morel, la sexuación debe distinguirse de la mezcolanza de identificaciones, de las que cada
sujeto está repleto (Morel, 2012: 106).
Stoller introduce en 1968 la noción de identidad de género en su libro Sex and Gender. En la
psicosis, a falta de sexuación, las identificaciones sostienen al sujeto, pero si se produce el brote
algunas se caen. La confusión de géneros que vivimos en el momento presente podría jugar aquí
una influencia nefasta, pues puede dificultar el proceso de sexuación o su suplencia en un sostén
imaginario.
La sexuación tiene que ver con la función de corte. La palabra sexo viene del latín sexus, la cual
viene del verbo secare (cortar). (Nota 2).
En el diálogo platónico de El banquete, Aristófanes propone el mito originario del ser humano
como dos cuerpos unidos. Como la fuerza así obtenida suponía un desafío a los dioses, estos
separaron los dos cuerpos, condenándolos a buscarse eternamente. Evocando el mito, el infante
también debe ser separado de la unión fusional con su madre (o con la figura que ejerza de
madre). En psicoanálisis se llama función paterna a este corte que permite la individuación y la
sexuación. Esta función, tradicionalmente realizada por el padre, puede realizarla también otra
figura vincular significativa que ejerza una autoridad sobre el menor, o incluso la propia madre,
aunque la dificultad es mayor.
Entienda el lector, a continuación, que los conceptos teóricos nos sirven aquí como herramienta
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Siguiendo a Millot, la falta de NP en el caso del varón puede tener un efecto de feminización.
Niño y madre quedan en una relación dual dejando al primero sin desarrollar su sexuación.
A su vez, se observan casos en que hay una merma en las posibilidades identificatorias del
varón al padre, una inconsistencia imaginaria de la virilidad. En esta falta de sexuación por
carencia de NP, hay un sostenimiento imaginario de la masculinidad, tan frágil que, como en el
caso Schreber (Freud 1911), podría dar lugar a experiencias delirantes de emasculación.
En casos de psicosis la identificación a La Mujer puede poner límites a esa falta de límites que
experimenta el sujeto. El síntoma transexual podría funcionar, precisamente, como una
suplencia de la psicosis dando estabilidad.
A continuación, veamos brevemente dos casos clínicos que espero nos ofrezcan una visión con
más detalle.
En definitiva, lo que nos enseñan ambos casos es el que el sujeto puede quedar atrapado en el
deseo del gran Otro omnipotente, por ejemplo, la Ciencia.
Que ese Otro [de la Ciencia] se ofrezca para responder al interrogante del deseo conduce al
transexual a constituirse en el objeto de su goce. Es el cobaya ofrecido en cuerpo y alma a la
Ciencia, y paga con su carne para dar consistencia al fantasma de omnipotencia de la Ciencia
moderna.
(..) Cuando a partir de la etiqueta que se le propone un sujeto se ha definido como transexual, en
cierto sentido la cuestión queda cerrada. Ha escogido renunciar a mantener abierto el
interrogante de su deseo. En cierta manera ha renunciado por tanto a su propio deseo, para
consagrarse en adelante al goce del Otro, para mayor gloria de la Ciencia. (Millot, 1984: 130).
Como hemos visto, las identificaciones de género no son suficientes para sexuarse, pero pueden
facilitar o dificultar el proceso. Desde que las nuevas políticas de género se vienen aplicando ya
tenemos algunas cifras y son alarmantes: según el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido,
entre 2010 y 2015 los casos de niños transgénero han aumentado un 1000% (Fuentes 2017).
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Según American Academy of Pediatrics, mientras en 1970 del 2% al 4% de los niños y del 5%
al 10% de las niñas de edades comprendidas entre los 4 y 18 años se comportó como el sexo
opuesto ocasionalmente, en la actualidad del 5% al 13% de los adolescentes varones y del 20%
al 26% de las adolescentes manifestaron un comportamiento de género cruzado. De estos, del
2% al 5% de los varones y del 15% al 16% de las niñas llegaron al convencimiento de que
pertenecían al sexo opuesto. Pero aunque esta tasa es relativamente elevada, resulta que la
prevalencia final es solo del 0,01% (1 entre 10.000 a 30.000).
Sería del todo deseable que estos materiales fomentasen la inclusión y el respeto por la
diversidad, pero creo que bombardear la cabeza de los niños con estos nuevos planes de
enseñanza puede generarles una enorme confusión en un momento de gran vulnerabilidad, en
especial, los que tienen particulares dificultades para sexuarse.
Insisto, es absolutamente deseable, y debería ser un objetivo, el que los niños puedan convivir
armoniosamente con otros niños que expresan su género u orientación sexual de forma
diferente, pero creo que este loable propósito puede encontrar dificultades si no facilitamos los
procesos de maduración. En el individuo maduro su edificio de identificaciones imaginarias
está, por decirlo así, estructurado por el registro simbólico, lo que le permite confrontar,
construir y transigir diferencias. Las identificaciones imaginarias con el deseo del otro, sin
mediación del corte de la sexuación, confunden al individuo, fomentan su dependencia y su
agresividad, cuando el reflejo que se le devuelve no concuerda con el ideal. Nos hallamos
precisamente en un momento histórico en el cual numerosos individuos muestran una gran
inmadurez e incapacidad para aceptar diferencias, y esto parece ser una tendencia en aumento.
Numerosos padres no asumen su rol y se colocan en una posición de igualdad respecto del
menor, como si fueran un amigo. Difícilmente pueden ejercer el amor y la autoridad que el
menor necesita.
Si analizamos los nuevos programas educativos, como el Plan Skolae (2017-2021), del
Gobierno de Navarra para edades comprendidas desde los 0 hasta los 20 años (Nota 5),
encontramos un apartado dedicado a la prevención de la violencia, en el cual sólo se contempla
la violencia ejercida por hombres hacia mujeres. Los planes educativos de prevención de
violencia sólo contemplan la violencia unidireccionalmente. Si recordamos el caso de Ives, o el
caso de Josiane (Morel 2012), (este último no tratado en este artículo), encontrábamos que las
categorías masculinas estaban descalificadas, lo que había influido en la creación del síntoma
transexual.
El Plan Skolae contempla las siguientes pautas para el itinerario en educación infantil:
Reconocimiento de la sexualidad infantil desde el nacimiento despenalizando el reconocimiento
y la vivencia de dicha sexualidad en el ámbito de la escuela y la familia (curiosidad sexual,
juegos eróticos infantiles…) (p. 68).
Analizar y luchar contra todo juguete estereotipado por géneros, todas las criaturas juegan con
todo. Analizar las tareas domésticas del entorno familiar. Analizar las imágenes, los cuentos, las
canciones… y cambiarlas. Aportar referentes masculinos de igualdad. Cuidar también los
referentes de igualdad en las canciones, cuentos, imágenes igualitarias en los cuidados y en lo
doméstico. Cambiar el sexo de los personajes de los cuentos y hablar sobre ello (p. 41).
Si trascendemos el ámbito de las comunidades y ojeamos las guías educativas de la UNESCO,
en su Educación de la sexualidad y prevención de las ITS y el VIH/sida desde los enfoques de
género, de derechos y sociocultural de 2011, encontramos una persistente obsesión en eliminar
las posibles identificaciones de género, por ejemplo: “Tener en cuenta las características de
algunos juguetes…, la no existencia de “juguetes sexuados”, puesto que la esencia está en el rol
que el niño o la niña desarrolle con él, se juega con todos por igual” (p. 27) (Nota 6).
Pero si por un lado observamos una serie de directrices que podrían dificultar la sexuación,
debido a la confusión de géneros que podrían generar, por otro lado observamos directrices que
podrían sexualizar prematuramente a los menores, como la recomendación de juegos eróticos
infantiles del Plan Skolae. Una sexualización prematura, cuando los niños aún no pueden
comprender ni tienen recursos para afrontar la sexualidad, puede ser traumática.
Para saber más concretamente en qué consisten estos planes educativos, recomiendo visionar la
charla sobre sexología impartida por el Servicio Riojano de Sexología (SERISE), a los padres
de niños en educación primaria, dentro del Plan Skolae (Información de La Contra TV):
https://www.youtube.com/watch?v=JvkEp6eeJms
La posición sexual no se elige, y tampoco depende directamente de la cultura, pero como hemos
visto la ideología de género puede generar una gran confusión. Lo que se presenta como libertad
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de elección, con la lista de más de cien géneros de la ONU, responde en verdad a una falta de
diferencia sexual, que puede generar dificultades para aceptar diferencias.
Las tasas de suicidio son veinte veces mayores entre los adultos que utilizan hormonas cruzadas
y sufren cirugía de reasignación de sexo, incluso en Suecia, que se encuentra entre los países
con mayor respaldo LGBT. ¿Qué persona compasiva y razonable condenaría a ese destino a
chicos jóvenes sabiendo que tras la pubertad hasta un 88% de las chicas y un 98% de los chicos
aceptarán la realidad y alcanzarán un estado de salud física y mental?
Condicionar a los niños a creer que es normal estar toda la vida sustituyendo química y
quirúrgicamente su propio sexo por el opuesto constituye un abuso infantil. Respaldar la
discordancia de género como algo normal a través de la educación pública y de las políticas
legales confundirá a hijos y padres, llevando a muchos niños a acudir a “clínicas de género”
donde les administren fármacos bloqueadores hormonales. Esto, a su vez, virtualmente asegura
que ellos “elegirán” recibir hormonas cruzadas cancerígenas o de un modo u otro tóxicas, y
probablemente considerarán innecesariamente, cuando sean adultos jóvenes, la mutilación
quirúrgica de sus órganos sanos (Cretella, M. A., Van Meter, Q., McHugh, P., 2017).
Como he venido argumentando la sexuación es un proceso, y en el desarrollo de este proceso
pueden darse síntomas o inhibiciones. La disforia o la transexualidad formarían parte de un
desarrollo problemático que debe ser atendido por profesionales con absoluta normalidad.
La indecisión en cuanto al propio sexo, por ejemplo, o bien la homosexualidad, son situables
como formaciones imaginarias, y como tal corresponden a efectos derivados de posiciones
estructurales diversas… El sentirse mujer en un cuerpo de hombre (o a la inversa), puede
adquirir un sentido muy diferente según el contexto. Igualmente la demanda de cambiar de
sexo, que en sí misma es un síntoma, puede emanar tanto de una hipocondríaca (se han
encontrado casos), que alegará una posición transexual para hacerse quitar los senos, pues teme
que un día el cáncer los ataque, como una histérica que se propone al deseo de poder de aquel
que precisamente se ofrece a operarla… Lacan sostiene que en la psicosis hay una pendiente
hacia el transexualismo. El caso Schreber, estudiado por Freud, es ejemplar desde este punto de
vista. (Millot, 1984: 21).
IX. Legislación
Si al comienzo del artículo nos hacíamos eco de la Bill 77 canadiense (Nota 1), en España hasta
11 leyes de ámbito autonómico regulan la expresión de género. Para ilustrarlas nos centraremos
únicamente en la de Madrid, pues el resto son similares.
Dice la Ley 2/2016, de 29 de marzo, de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y no
Discriminación de la Comunidad de Madrid (Nota 7), en sus artículos 6 y 14:
Artículo 6:
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“Las personas trans menores de edad tienen derecho a recibir el tratamiento médico oportuno
relativo a su transexualidad. La atención sanitaria que se les preste, en tanto que menores, se
hará de acuerdo con lo dispuesto en la Ley Orgánica 8/2015, de 22 de julio, de protección a la
infancia y la adolescencia, en la Ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la
autonomía del paciente y de los derechos y obligaciones en materia de información y
documentación clínica, la Convención de Derechos del Niño y con atención a lo establecido en
los protocolos de las sociedades médicas y pediátricas internacionales”.
Artículo 14:
“Sin perjuicio de lo establecido por la Ley 1/2007, de 21 de febrero, de Mediación Familiar de
la Comunidad de Madrid, la negativa de padres o tutores a autorizar tratamientos relacionados
con la transexualidad o a que se establezca preventivamente un tratamiento de inhibición del
desarrollo hormonal, podrá ser recurrida ante la autoridad judicial cuando conste que puede
causar un grave perjuicio o sufrimiento al menor. En todo caso se atenderá al criterio del interés
superior del menor”.
Es decir, que cualquier alternativa que no sea afirmar al menor en su creencia puede acarrear a
los padres o tutores problemas con la justicia. La ideología política se impone aquí, de forma
totalitaria, al conocimiento científico y a la salud del menor.
X. Discusión y conclusiones
Como nos enseña la clínica del transexual, la diferenciación sexual tiene que ver con un proceso
de separación psíquica de la fusión con la figura materna, modulado, eso sí, por la cultura. Pero
es importante establecer una separación entre crianza y educación. La primera tiene más que ver
con el vínculo y la segunda con el conocimiento, y es en los vínculos en los que se da el proceso
sexuación. En nuestra sociedad, la caída del Nombre del Padre, de toda forma de autoridad, la
anomia creciente, que pareciera un paradigma de doble vínculo, donde al tiempo que se dice que
hay respetar la ley se conmina a burlarla, la caída de las doctrinas universales, sustituidas, sin
embargo, por ideologías sectarias, generan, a mi juicio, una creciente confusión, ruptura e
incapacidad de filiación. El sujeto que no está en paz con sus padres, sobre todo con la figura
que ejerció el corte, puede convertirse en un individuo permanentemente irascible que
desplazará el conflicto a toda forma de autoridad, incluida el Estado del cual emanan nuestros
derechos. Las ideologías sostienen el síntoma y pueden dificultar la maduración. El sujeto no
puede prescindir de sus síntomas, así como así, pues entraría en una crisis para la que no está
preparado. La ideología y la nueva legislación empujan hacia una afirmación del niño en su
creencia de pertenecer a otro sexo, en detrimento de la atención psicológica. Sabemos que
algunos individuos adultos parecen haber encontrado una solución óptima con la operación,
pero muchos otros entran en crisis y en intentos suicidas. Además, no pocos piden recuperar sus
órganos. El tratamiento psicológico podría evitarle el sufrimiento de haber tomado una decisión
equivocada, podría canalizar su síntoma hacia una solución menos lesiva. Cabe preguntar a los
partidarios del enfoque afirmativo, si cuando ven a un niño que se cree superman, también le
afirman en su creencia y le invitan a volar por la ventana; bloquear su crecimiento y amputar sus
genitales no es cosa menos seria.
Notas
1. Ontario, Legislative Assembly (2015). Bill 77. Affirming Sexual Orientation and
Gender Identity Act. Tomado de:
https://www.ola.org/en/legislative-business/bills/parliament-41/session-1/bill-77
2. Tomado de Etimologías Chile: http://etimologias.dechile.net/?
sexo#targetText=SEXO,grupos%20distintos%3A%20masculino%20y%20femenino.
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3. “Quizás el mayor problema al que se enfrentan las ciencias académicas es que lo que
es medible a menudo es irrelevante, y lo que es relevante a menudo no se puede medir".
George Vaillant.
4. Recuperado de:
http://www.inmujer.gob.es/actualidad/NovedadesNuevas/docs/2015/Abrazar_la_diversi
dad.pdf
5. Recuperado de:
https://consejoescolar.educacion.navarra.es/web1/wp-content/uploads/2017/09/
SKOLAE-Berdin-Bidean-Creciendo-en-Iguadad_Programa.pdf
6. Recuperado de:
http://www.unesco.org/new/fileadmin/MULTIMEDIA/FIELD/Havana/pdf/Libro
%20Educacion%20de%20la%20sexualidad%201.pdf
7. Recuperado de:
http://www.madrid.org/wleg_pub/secure/normativas/contenidoNormativa.jsf?
opcion=VerHtml&idnorma=10412&word=S&wordperfect=N&pdf=S#no-back-button
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Sobre el autor:
Pedro Hoyos González es Graduado en Psicología por la UNED, Maestría en
Psicoterapia Psicoanalítica por la Universidad Complutense de Madrid. Web y blog
personal: https://hoyospsicologo.com/
Twitter, Facebook e Instagram: @HoyosPsicologo