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Historia de La Medicina

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Historia de la medicina

La historia de la medicina es la rama de la historia dedicada al estudio


de los conocimientos y prácticas médicas a lo largo del tiempo. También
es una parte de cultura "es en realidad la historia de los problemas
médicos".

Desde sus antiguos orígenes, el ser humano ha tratado de explicarse la


realidad y los acontecimientos trascendentales que en ella tienen lugar
como la vida, la muerte o la enfermedad. La medicina tuvo sus
comienzos en la prehistoria, la cual también tiene su propio campo de
estudio conocido como antropología médica. Se utilizaban plantas, Lección de anatomía del Dr. Willem
minerales y partes de animales, en la mayoría de las veces estas van der Meer, por el pintor
sustancias eran utilizadas en rituales mágicos por chamanes, sacerdotes, neerlandés Michiel Jansz. van
1
magos, brujos, animistas, espiritualistas o adivinos. ​ Las primeras Mierevelt (1617).
civilizaciones y culturas humanas basaron su práctica médica en dos
pilares aparentemente opuestos: un empirismo primitivo y de carácter
pragmático (aplicado fundamentalmente al uso de hierbas o remedios obtenidos de la naturaleza) y una medicina
mágico-religiosa, que recurrió a los dioses para intentar comprender lo inexplicable.

Los datos de la Edad Antigua encontrados muestran la medicina en


diferentes culturas como la medicina Āyurveda de la India, el antiguo
Egipto, la antigua China y Grecia. Uno de los primeros reconocidos
personajes históricos es Hipócrates quien es también conocido como el
padre de la medicina; supuestamente descendiente de Asclepio, por su
familia: los Asclepíades de Bitinia; y Galeno. Posteriormente a la caída
de Roma en la Europa Occidental la tradición médica griega disminuyó.
En el siglo V a. C. Alcmeón de Crotona dio inicio a una etapa basada en
la técnica (tekhné), definida por la convicción de que la enfermedad se
originaba por una serie de fenómenos naturales susceptibles de ser Pintura mural que representa a
modificados o revertidos. Ese fue el germen de la medicina moderna, Galeno e Hipócrates. Siglo XII,
aunque a lo largo de los siguientes dos milenios surgirán otras muchas Anagni (Italia).
corrientes (mecanicismo, vitalismo...) y se incorporarán modelos
médicos procedentes de otras culturas con una larga tradición médica,
como la china.

En la segunda mitad del siglo viii, los musulmanes tradujeron los trabajos de Galeno y Aristóteles al arábigo por
lo cual los doctores islámicos se indujeron en la investigación médica. Algunas figuras islámicas importantes
fueron Avicena, que junto con Hipócrates se le ha sido mencionado también como el padre de la medicina,
Abulcasis el padre de la cirugía, Avenzoar el padre de la cirugía experimental, Ibn al-Nafis padre de la fisiología
circulatoria, Averroes y Rhazes, padre de la pediatría. Ya para finales de la Edad Media posterior a la peste
negra, importantes figuras médicas emergieron de Europa como William Harvey y Grabiele Fallopio.2 ​

En el pasado la mayor parte del pensamiento médico se debía a lo que habían dicho anteriormente otras
autoridades y se veía del modo tal que si fue dicho permanecía como la verdad. Esta forma de pensar fue sobre
todo sustituida entre los siglos XIV y XV, tiempo de la pandemia de la peste negra.3 ​ Asimismo, durante los
siglos XV y XVI, la anatomía atravesó un gran avance gracias a la aportación de Leonardo Da Vinci, quien
proyectó junto con Marcantonio della Torre, un médico anatomista de Pavía, uno de los primeros y
fundamentales tratados de anatomía, denominado Il libro dell'Anatomia. Aunque la mayor parte de las más de
200 ilustraciones sobre el cuerpo humano que realizó Da Vinci para este tratado desaparecieron, se pueden
observar algunas de las que sobrevivieron en su Tratado sobre la pintura.4 ​
A partir del siglo  xix se vieron grandes cantidades de descubrimientos.
Investigaciones biomédicas premodernas desacreditaron diversos
métodos antiguos como el de los cuatro humores5 ​ de origen griego,
pero es en el siglo XIX, con los avances de Leeuwenhoek con el
microscopio y descubrimientos de Robert Koch de las transmisiones
bacterianas, cuando realmente se vio el comienzo de la medicina
moderna. El descubrimiento de los antibióticos que fue un gran paso
para la medicina. Las primeras formas de antibióticos fueron las drogas
sulfas. Actualmente los antibióticos se han vuelto muy sofisticados. Los
antibióticos modernos puede atacar localizaciones fisiológicas
específicas, algunas incluso diseñadas con compatibilidad con el cuerpo
para reducir efectos secundarios. El Dr. Edward Jenner descubrió el
principio de la vacunación al ver que las ordeñadoras de vacas que
contraían el virus de vaccinia al tener contacto con las pústulas eran
inmunes a la viruela. Años después Louis Pasteur le otorgó el nombre de
vacuna en honor al trabajo de Jenner con las vacas. A finales del
Edward Jenner, descubridor de la
siglo  xix, los médicos franceses Auguste Bérard y Adolphe-Marie
vacuna contra la viruela. En 1980 la
Gubler resumían el papel de la medicina hasta ese momento: «Curar
OMS declaró a esta enfermedad
pocas veces, aliviar a menudo, consolar siempre».
como erradicada.
La medicina del siglo  xx, impulsada por el desarrollo científico y
técnico, se fue consolidando como una disciplina más resolutiva, aunque
sin dejar de ser el fruto sinérgico de las prácticas médicas experimentadas hasta ese momento. La medicina
basada en la evidencia se apoya en un paradigma fundamentalmente biologicista, pero admite y propone un
modelo de salud-enfermedad determinado por factores biológicos, psicológicos y socioculturales.6 ​ La
herbolaria dio lugar a la farmacología: de los diversos fármacos derivados de plantas como la atropina,
warfarina, aspirina, digoxina, taxol etc.; el primero fue la arsfenamina descubierta por Paul Ehrlich en 1908
después de observar que las bacterias morían mientras las células humanas no lo hacían.

En el siglo xxi, el conocimiento sobre el genoma humano ha empezado a tener una gran influencia, razón por la
que se han identificado varios padecimientos ligados a un gen en específico en el cual la biología celular y la
genética se enfocan para la administración en la práctica médica, aun así, estos métodos aún están en su infancia.

Índice
Orígenes de la medicina
Mesopotamia
Antiguo Egipto
Medicina hebrea
India
China
América precolombina
La antigüedad clásica
Grecia
Roma
Bizancio
Edad Media
Mundo islámico
Europa
Medicina renacentista
El siglo XVII y la Ilustración
El siglo XIX
El siglo XX
Principales avances de la medicina
Véase también
Notas y referencias
Bibliografía
Enlaces externos

Orígenes de la medicina
Véase también: Medicina en la prehistoria y la protohistoria

Para hablar de los orígenes de la medicina, es preciso hacerlo antes de


los rastros dejados por la enfermedad en los restos humanos más
antiguos conocidos y, en la medida en que eso es posible, de las huellas
que la actividad médica haya podido dejar en ellos.

Marc Armand Ruffer (1859-1917), médico y arqueólogo británico,


definió la paleopatología como la ciencia de las enfermedades que
pueden ser demostradas en restos humanos de gran antigüedad. Cráneo datado en el Neolítico, con
gran orificio de trépano, descubierto
Dentro de las patologías diagnosticadas en restos de seres humanos en Nogent-les-Vierges (Seine-et-
datados en el Neolítico se incluyen anomalías congénitas como la Oise, Francia). Conservado en el
acondroplasia, enfermedades endocrinas (gigantismo, enanismo, Musée de l’Homme (París).
acromegalia, gota), enfermedades degenerativas (artritis, espondilosis) e
incluso algunos tumores (osteosarcomas), principalmente identificados
sobre restos óseos. Entre los vestigios arqueológicos de los primeros Homo sapiens es raro encontrar individuos
por encima de los cincuenta años por lo que son escasas las evidencias de enfermedades degenerativas o
relacionadas con la edad. Abundan, en cambio, los hallazgos relacionados con enfermedades o procesos
traumáticos, fruto de una vida al aire libre y en un entorno poco domesticado.

Una de las hipótesis más aceptadas sobre el surgimiento del Mycobacterium (el germen causante de esta
enfermedad) propone que el antepasado común denominado Marchaicum, "bacteria libre", habría dado origen a
los modernos Mycobacterium, incluido el M. tuberculosis.7 ​ La mutación se habría producido durante el
Neolítico, en relación con la domesticación de bóvidos salvajes en África. Las primeras evidencias de
tuberculosis en humanos se han encontrado en restos óseos del Neolítico, en un cementerio próximo a
Heidelberg, supuestamente pertenecientes a un adulto joven, y datados en torno a 5000 años antes de nuestra
era.8 ​ También se han encontrado datos sugestivos de tuberculosis en momias egipcias datadas entre los años
3000 y 2400 a. C.9 ​

En cuanto a los primeros tratamientos médicos de los que se tiene constancia hay que hacer mención a la
práctica de la trepanación (perforación de los huesos de la cabeza para acceder al encéfalo). Existen hallazgos
arqueológicos de cráneos con signos evidentes de trepanación datados del período Neolítico, hace entre 4000 y
2400 años, por razones que se supone pueden ser diversas.10 ​ Restos óseos trepanados con un excelente nivel
de conservación, obtenidos por excavaciones arqueológicas realizadas en Ensisheim (Alsacia), permiten suponer
que ya se practicaban intervenciones quirúrgicas craneales más de 7000 años atrás.11 ​ Existen además otras
evidencias de cirugías craneales antiguas obtenidas de excavaciones en la cuenca del Danubio, Dinamarca,
Polonia, Francia, Reino Unido, Suecia, España o Perú.
La etnología, por otra parte, extrapola los descubrimientos realizados en
culturas y civilizaciones preindustriales que han conseguido sobrevivir
hasta nuestros días para comprender o deducir los modelos culturales y
conductuales de las primeras sociedades humanas.

En las sociedades sedentarias neolíticas, había un personaje que tenía la


función de un líder espiritual, es decir, curaba a los heridos de caza
apoyado por la influencia divina y ayudaba a la comunidad a manipular
el ánima para la caza. Estos sanadores suelen ocupar una posición social
privilegiada y en muchos casos se subespecializan para tratar diferentes
enfermedades, como se evidenció entre los mexicas, entre los que podía
encontrarse el médico chamán (ticitl) más versado en procedimientos
mágicos, el teomiquetzan, experto sobre todo en heridas y traumatismos
producidos en combate, o la tlamatlquiticitl, comadrona encargada del
seguimiento de los embarazos. Por el contrario, las sociedades nómadas,
recolectoras y cazadoras, no poseen la figura especializada del sanador y
cualquier miembro del grupo puede ejercer esta función, de manera
principalmente empírica. Solían considerar al enfermo como un
«impuro», especialmente ante procesos patológicos incomprensibles,
acudiendo a la explicación divina, como causa de los mismos.
Chamán esquimal fotografiado en
El enfermo lo es porque ha transgredido algún tabú que ha irritado a Nushagak, Alaska, alrededor de
alguna deidad, sufriendo por ello el «castigo» correspondiente, en forma 1890, por Frank G. Carpenter.
de enfermedad.12 ​

La evolución de la medicina en estas sociedades arcaicas encuentra su máxima expresión en las primeras
civilizaciones humanas: Mesopotamia, Egipto, América precolombina, India y China. En ellas se expresaba esa
doble vertiente, empírica y mágica, característica de la medicina primitiva.

Mesopotamia

La «tierra entre ríos» albergó desde el Neolítico a algunas de las primeras y más importantes civilizaciones
humanas (sumeria, acadia, asiria y babilónica).

En torno al 4000 a. C. se establecieron en este territorio las primeras ciudades sumerias y durante más de tres mil
años florecieron estas cuatro culturas, caracterizadas por el empleo de un lenguaje escrito (cuneiforme) que se ha
conservado hasta nuestros días en numerosas tablillas y grabados.

Es precisamente esa capacidad de transmisión de la información, científica, social y administrativa, a través de


un sistema perdurable lo que determinó el desarrollo cultural de los primeros asentamientos sumerios, y lo que
permitió a los historiadores posteriores reconstruir su legado.

El principal testimonio de la forma de vida de las civilizaciones mesopotámicas se encuentra en el código de


Hammurabi, una recopilación de leyes y normas administrativas recogidas por el rey babilónico Hammurabi,
tallado en un bloque de diorita de unos 2,50  m de altura por 1,90  m de base y colocado en el templo de
Sippar.13 ​
En él se determinan a lo largo de trece artículos, las responsabilidades en que incurren los médicos en
el ejercicio de su profesión, así como los castigos dispuestos en caso de mala praxis.

Gracias a este texto y a un conjunto de unas 30  000 tablillas recopiladas por Asurbanipal (669-626  a.  C.),
procedentes de la biblioteca descubierta en Nínive por Henry Layarde en 1841 ha podido intuirse la concepción
de la salud y la enfermedad en este período, así como las técnicas médicas empleadas por sus profesionales
sanadores.
De todas esas tablillas unas 800 están específicamente dedicadas a la
medicina, y entre ellas se cuenta la descripción de la primera receta
conocida.14 ​ Lo más llamativo es la intrincada organización social en
torno a tabúes y obligaciones religiosas y morales, que determinaban el
destino del individuo. Primaba una concepción sobrenatural de la
enfermedad: esta era un castigo divino impuesto por diferentes demonios
tras la ruptura de algún tabú.

De este modo, lo primero que debía hacer el médico era identificar cuál
de los aproximadamente 6000 posibles demonios era el causante del
problema.

Para ello empleaban técnicas adivinatorias basadas en el estudio del


vuelo de las aves, de la posición de los astros o del hígado de algunos
animales.15 ​A la enfermedad se la denominaba shêrtu. Pero esta palabra
asiria significaba, también, pecado, impureza moral, ira divina y castigo.

Cualquier dios podía provocar la enfermedad mediante la intervención


directa, el abandono del hombre a su suerte, o a través de
encantamientos realizados por hechiceros.

Durante la curación todos estos dioses podían ser invocados y


requeridos a través de oraciones y sacrificios para que retirasen su
nociva influencia y permitiesen la curación del hombre enfermo.
De
entre todo el panteón de dioses Ninazu era conocido como «el señor de
la medicina» por su especial relación con la salud.

El diagnóstico incluía, entonces, una serie de preguntas rituales para


determinar el origen del mal:
Código de Hammurabi, impresión
¿Has enemistado al padre contra el hijo? ¿O al hijo contra el cuneiforme donde se recogen por
padre? ¿Has mentido? ¿Has engañado en el peso de la balanza? escrito los principales aspectos
legales de la civilización sumeria.
Y los tratamientos no escapaban a este patrón cultural: exorcismos,
plegarias y ofrendas son rituales de curación frecuentes que buscan
congraciar al paciente con la divinidad o librarlo del demonio que le acecha.

No obstante, también es de destacar un importante arsenal herborístico recogido en varias tablillas: unas
doscientas cincuenta plantas curativas se recogen en ellas, así como el uso de algunos minerales y de varias
sustancias de origen animal.16 ​

El nombre genérico para el médico era asû, pero pueden encontrarse algunas variantes como el bârû, o
adivinador encargado del interrogatorio ritual; el âshipu, especializado en exorcismos; o el gallubu, cirujano-
barbero de casta inferior que anticipa la figura del barbero medieval europeo, y que encuentra homólogo en otras
culturas (como el Tepatl azteca). Este sajador se encargaba de sencillas operaciones quirúrgicas (extracción de
dientes, drenaje de abscesos, flebotomías...).

En el Museo del Louvre puede contemplarse un sello babilónico de alabastro de más de cuatro mil años de
antigüedad con una leyenda en la que se menciona el primer nombre conocido de un médico: ¡Oh, Edinmungi,
servidor del dios Girra, protector de las parturientas, Ur-Lugal-edin-na, el médico, es tu servidor!17 ​Este sello,
empleado para firmar documentos y recetas, representa dos cuchillos rodeados de plantas medicinales.

La invasión persa del año 539  a.  C. marcó el final del imperio babilónico, pero hay que retroceder de nuevo
unos tres mil años para hacer mención a la otra gran civilización del Próximo Oriente antiguo poseedora de un
lenguaje escrito y de una cultura médica notablemente avanzada: la egipcia.
Antiguo Egipto

Durante los tres mil años largos de historia del Antiguo Egipto se
desarrolló una larga, variada y fructífera tradición médica.

Heródoto llegó a llamar a los egipcios el pueblo de los sanísimos, debido


al notable sistema sanitario público que poseía, y a la existencia de «un
médico para cada enfermedad» (primera referencia a la especialización
en campos médicos.

En la Odisea de Homero se dice de Egipto que es un país «cuya fértil


tierra produce muchísimos fármacos» y donde «cada hombre es un
médico».18 ​ La medicina egipcia mantiene en buena medida una
concepción mágica de la enfermedad, pero comienza a desarrollar un
interés práctico por campos como la anatomía, la salud pública o el
diagnóstico clínico que suponen un avance importante en la forma de
comprender el modo de enfermar.

El clima de Egipto ha favorecido la conservación de numerosos papiros Tratamiento de la migraña recogido


con referencias médicas redactados con escritura jeroglífica (del griego en un papiro egipcio, a base de un
hierós: ‘sagrado’, y glypho: ‘grabar’) o hierática: emplasto de hierbas y un cocodrilo
de arcilla.
Los papiros de Ramesseum (1900  a.  C.), en los que se
describen recetas y fórmulas mágicas.
Los papiros de Lahun (1850  a.  C.), que tratan de materias tan dispares como obstetricia,
veterinaria o aritmética.
El papiro Ebers (1550  a.  C.), uno de los más importantes y de los más largos documentos
escritos encontrados del antiguo Egipto: mide más de veinte metros de longitud y unos treinta
centímetros de alto y contiene 877 apartados que describen numerosas enfermedades en varios
campos de la medicina como: oftalmología, ginecología, gastroenterología... y sus
correspondientes prescripciones.

Este papiro incluye la primera referencia escrita acerca de los tumores.

El papiro Edwin Smith (1650 a. C.), de contenido fundamentalmente quirúrgico.

La información médica contenida en el papiro Edwin Smith incluye el examen, el diagnóstico, el tratamiento y el
pronóstico de numerosas patologías, con especial dedicación a diversas técnicas quirúrgicas y descripciones
anatómicas, obtenidas en el curso de los procesos de embalsamamiento y momificación de los cadáveres.

En este papiro se establecen por primera vez tres grados de pronóstico, de modo similar al de la medicina
moderna: favorable, dudoso y desfavorable.

El papiro Hearst (1550  a.  C.), que contiene descripciones médicas, quirúrgicas y algunas
fórmulas magistrales.
El papiro de Londres (1350 a. C.), donde se entremezclan recetas y rituales mágicos.
Los papiros de Berlín (el Libro del corazón) (1300  a.  C.) que detallan con bastante exactitud
algunas patologías cardíacas.
El papiro médico Chester Beatty (1300 a. C.) recetario variado.19 ​
El papiro Carlsberg (1200 a. C.) de temática obstétrica y oftalmológica.

Dentro de las numerosas descripciones anatómicas ofrecidas por los textos egipcios hay que destacar las relativas
al corazón y al aparato circulatorio, recogidas en el tratado «El secreto del médico: conocimiento del corazón»,
incorporado en el papiro Edwin Smith:
El corazón es una masa de carne, origen de la vida y centro del sistema vascular (...) A través del
pulso el corazón habla por los vasos a todos los miembros del cuerpo.

Las primeras referencias pertenecen a la temprana época monárquica


(2700  a.  C.). Según Manetón, sacerdote e historiador egipcio, Atotis o
Aha, faraón de la primera dinastía, practicó el arte de la medicina,
escribiendo tratados sobre la técnica de abrir los cuerpos.

De esa época datan también los escritos de Imhotep, visir del faraón
Necherjet Dyeser, sacerdote, astrónomo, médico y primer arquitecto del
que se tiene noticia.20 ​ Tal fue su fama como sanador que acabó
deificado, considerándose el dios egipcio de la medicina.

Otros médicos notorios del Imperio Antiguo (del 2500 al 2100  a.  C.)
fueron Sachmet (médico del faraón Sahura) o Nesmenau, director de
una de las casas de la vida, templos dedicados a la protección espiritual
del faraón, pero también protohospitales en los que se enseñaba a los
alumnos de medicina mientras se prestaba atención a los enfermos.

Varios dioses velan por el ejercicio de la medicina: Thot, dios de la Papiro Ebers.
sabiduría, Sejmet, diosa de la misericordia y la salud, Duau y Horus,
protectores de los especialistas en medicina ocular, Tueris, Heget y Neit,
protectores de las embarazadas en el momento del parto, o el mismo Imhotep tras ser divinizado.

El papiro Ebers describe a tres tipos de médicos en la sociedad egipcia: los sacerdotes de Sejmet, mediadores
con la divinidad y conocedores de un amplio surtido de drogas, los médicos civiles (sun-nu), y los magos,
capaces de realizar curaciones mágicas.

Una clase de ayudantes, denominados ut, que no se consideran sanadores, asistían en gran número a la casta
médica, adelantando el cuerpo de enfermería.

Existe constancia de instituciones médicas en el antiguo Egipto como mínimo a partir de la primera dinastía.

En estas instituciones, ya en la decimonovena dinastía, sus empleados disponían de ciertas ventajas (seguro
médico, pensiones y licencia por enfermedad), siendo su horario laboral de ocho horas.21 ​

También fue egipcia la primera médica conocida, Peseshet, quien ejerció su actividad durante la cuarta dinastía;
además de su rol de supervisión, Peseshet evaluaba a parteras en una escuela médica en Sais.22 ​

Medicina hebrea

La mayor parte del conocimiento que se tiene de la medicina hebrea durante el I  milenio  a.  C. proviene del
Antiguo Testamento de la Biblia. En él se citan varias leyes y rituales relacionados con la salud, tales como el
aislamiento de personas infectadas (Levítico 13:45-46), lavarse tras manipular cuerpos difuntos (Números 19:11-
19) y el entierro de los excrementos lejos de las viviendas (Deuteronomio 23:12-13).23 ​

Los mandatos incluyen profilaxis y supresión de epidemias, supresión de enfermedades venéreas y prostitución,
cuidado de la piel, baños, alimentación, vivienda y ropas, regulación del trabajo, sexualidad, disciplina, etc.24 ​

Muchos de estos mandatos tienen una base más o menos racional, tales como la circuncisión, la supuesta
impureza de las parturientas,25 ​ impureza de la mujer durante la menstruación,26 ​ las leyes relativas a la
alimentación (prohibición de la sangre y del cerdo), el descanso del Sabbat, el aislamiento de los enfermos de
gonorrea y de lepra, y la higiene del hogar.27 ​
El monoteísmo hebreo hizo que la medicina fuera teúrgica: Yahvé era el responsable tanto de la salud como de la
enfermedad. El monoteísmo en general significa un avance: facilitó el desarrollo de la ciencia al concentrarse el
hombre en una sola idea. Terminó con la noción de un dios para cada fenómeno de la naturaleza y cada
circunstancia de la vida como lo postulaba el politeísmo. Esto permitió el estudio y la indagación del origen de
cada cosa. [cita requerida]28 ​

La enfermedad puede ser también una prueba divina como en el caso de Job: «Entonces salió Satanás de la
presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza»
(Job 2:7). Los hebreos adoptaron preceptos médicos de los pueblos con los cuales tuvieron contacto:
Mesopotamia, Egipto y Grecia. En el Talmud se habla del número total de los huesos del hombre. Los hebreos
notaron que en el hombre faltaba el báculo (el hueso interno del pene) típico en todos los animales machos.29 ​El
médico era llamado rophe, y el circuncidador era el uman.

India

Hacia el año 2000  a.  C. en la ciudad de Mohenjo-Daro (en la actual


Pakistán), todas las casas disponían de cuarto de baño y muchas de ellas
también poseían letrinas. Esta ciudad es considerada la más avanzada de
la Antigüedad en lo que a higiene se refiere. Esa cultura del valle del
Indo (Pakistán) desapareció sin dejar herencia en las culturas posteriores
de la India.

El periodo védico (entre el siglo  XVI y el VIII  a.  C.) fue una era de
migraciones y guerras, que dejó textos como el Rig-veda (el texto más
antiguo de la India, de mediados del II milenio a. C.), pero demuestra la
ausencia completa de conocimiento médico.

En el período brahmánico (siglo VI a. C. a X d. C.) se formularon las


bases de un sistema médico. Las enfermedades eran entendidas por los
hinduistas como karma, un castigo de los dioses por las actividades de la
persona. Pero, a pesar de su componente mágico-religioso, la medicina
hinduista aiurveda realizó algunos aportes a la medicina en general,
como por ejemplo, el descubrimiento de que la orina de los pacientes
diabéticos es más dulce que la de los pacientes que no padecen esta Dhanuantari, dios de la medicina,
patología. con cuatro brazos y atributos que lo
igualan al dios Visnú.
Para poder diagnosticar una enfermedad, los médicos aiurvedas
realizaban una exploración minuciosa a los pacientes, en la que se
incluía la palpación y la auscultación. Una vez emitido el diagnóstico, el médico daba una serie de indicaciones
dietéticas.

Los dos textos más famosos de la medicina tradicional india (aiurveda) son el Cháraka-samjita (siglo II a. C.) y
el Súsruta-samjita (siglo III d. C.).

La primera escuela, Charaka, se basa en la mitología, pues dice que una divinidad bajó a la tierra y al
encontrarse con tantas enfermedades dejó un escrito sobre como prevenirlas y tratarlas. Más adelante esta
escuela se basaría en la creencia de que ni la salud ni la enfermedad son parte de lo que las personas deben vivir
y que con esfuerzo la vida se puede alargar. Esta escuela es parecida a la medicina moderna en el ámbito de
tratar las enfermedades crónicas. Uno de los mayores esfuerzos de esta escuela era mantener la salud del cuerpo
y la mente, ya que, según sus creencias, se encontraban en constantes comunicación.

Según Cháraka, ni la salud ni la enfermedad están predeterminadas (lo cual contradecía la doctrina del karma
predominante en el hinduismo de la época), y la vida puede ser alargada con algo de esfuerzo.
La segunda escuela, Súshruta, basó sus conocimientos en especialidades, técnicas conformadas para curar,
mejorar y alargar la vida de las personas.

China

La medicina tradicional china surge como una forma fundamentalmente taoísta de entender la medicina y el
cuerpo humano.

El tao es el origen del universo, que se sostiene en un equilibrio inestable fruto de dos fuerzas primordiales: el
yin (la tierra, el frío, lo femenino) y el yang (el cielo, el calor, lo masculino), capaces de modificar a los cinco
elementos de que está hecho el universo: agua, tierra, fuego, madera y metal.

Esta concepción cosmológica determina un modelo de enfermedad basado en la ruptura del equilibrio, y del
tratamiento de la misma en una recuperación de ese equilibrio fundamental.

Uno de los primeros vestigios de esta medicina lo constituye el Nei jing, que es un compendio de escritos
médicos datados alrededor del año 2600 a. C. y que representará uno de los pilares de la medicina tradicional
china en los cuatro milenios siguientes.

Una de las primeras y más importantes revisiones se atribuyen al emperador amarillo, Huang Di.
En este
compendio se encuentran algunos conceptos médicos interesantes para la época, especialmente de índole
quirúrgica, aunque la reticencia en estudiar cadáveres humanos parece haber restado eficacia a sus métodos.

La medicina china desarrolló una disciplina a caballo entre la medicina y la cirugía denominada acupuntura:
Según esta disciplina la aplicación de agujas sobre alguno de los 365 puntos de inserción (o hasta 600 según las
escuelas) restauraría el equilibrio perdido entre el yin y el yang.

Varios historiadores de la medicina30 ​ se han cuestionado el motivo por el que la medicina china quedó anclada
en esta visión cosmológica sin alcanzar el nivel de ciencia técnica a pesar de su larga tradición y su amplio
cuerpo de conocimientos, frente al modelo grecorromano clásico.

El motivo, según estos autores, se encontraría en el desarrollo del concepto de logos por parte de la cultura
griega, como una explicación natural desligada de todo modelo cosmológico (mythos).

Con la llegada de la dinastía Han (220-206 d. C.), y con el apogeo del taoísmo (siglo II a VII d. C.), se empieza
a enfatizar los remedios vegetales y minerales, los venenos, la dietética, así como las técnicas respiratorias y el
ejercicio físico.

De esta dinastía, y hasta la dinastía Sui (siglo vi) destacaron los siguientes sabios:

Chun Yuyi: De sus observaciones se desprende que ya sabían diagnosticar y tratar


enfermedades tales como la cirrosis, las hernias y la hemoptisis.
Zhang Zhongjing: Fue probablemente el primero en diferenciar la sintomatología de la
terapéutica.
Hua Tuo: Un gran cirujano multidisciplinar a quien se le atribuye las técnicas de narcosis (Ma
Jue Fa) y de aberturas abdominales (Kai Fu Shu), así como de la sutura. También se centró en
la obstetricia, en la hidroterapia y en ejercicios de gimnasia (Wu Qin Xi).
Huang Fumi: Autor de Zhen Jiu Yi Jing, un clásico sobre acupuntura.
Wang Shu He: Autor de Mai Jing, un clásico sobre la toma del pulso.
Ge Hong: alquimista, taoísta y fitoterapeuta que desarrolló métodos de longevidad basados en
ejercicios respiratorios, dietéticos y farmacológicos.
Tao Hongjing: experto en remedios farmacológicos.

Durante las dinastías Sui (581-618) y Tang (618-907) la medicina tradicional china vive grandes momentos.
En el año 624 fue creado el Gran Servicio Médico, desde donde se
organizaban los estudios y las investigaciones médicas.

De esta época nos han llegado descripciones muy precisas de multitud


de enfermedades, tanto infecciosas como carenciales, tanto agudas como
crónicas.

Y determinadas referencias dejan entrever un gran desarrollo en


especialidades como la cirugía, la ortopedia o la odontología.

El médico más destacable de este periodo fue Sun Simiao (581-682).

Durante la dinastía Song (960-1270) aparecen sabios multidisciplinares


como Chen Kua, pediatras como Qian Yi, especialistas en medicina La acupuntura, una técnica milenaria
legal como Song Ci, o acupuntores como Wang Wei Yi. que la medicina china actual emplea
todavía.
Poco después, antes de la llegada de la dinastía Ming, cabe destacar a
Hu Zheng Qi Huei (especialista en dietética), y a Hua Shuou (o Bowen,
autor de una relevante revisión del clásico Nan Jing).

Durante la Ming (1368-1644) aumentaron las influencias de otras latitudes, médicos chinos exploraron nuevos
territorios, y médicos occidentales llevaron sus conocimientos a la China.

Una de las grandes obras médicas de la época fue el Gran Tratado de Materia Médica de Li Shizhen.

También cabe citar al acupuntor Yang Jizou.

A partir del siglo xvii-xviii, las influencias recíprocas con Occidente y sus avances técnicos, y con las diferentes
filosofías imperantes (por ejemplo el comunismo), acaban de conformar la actual medicina china.

América precolombina

El vasto territorio del continente americano acogió durante todo el


período histórico previo a su descubrimiento por Europa a todo tipo de
sociedades, culturas y civilizaciones, por lo que pueden encontrarse
ejemplos de la medicina neolítica más primitiva, de chamanismo, y de
una medicina casi técnica alcanzada por los mayas, los incas y los
aztecas durante sus épocas de máximo esplendor.

Existen, sin embargo, algunas similitudes, como una concepción


mágico-teúrgica de la enfermedad como castigo divino, y la existencia
de individuos especialmente vinculados a los dioses, capaces de ejercer
las funciones de sanador.

Entre los incas se encontraban médicos del Inca (hampi camayoc) y


médicos del pueblo (ccamasmas), con ciertas habilidades quirúrgicas
fruto del ejercicio de sacrificios rituales, así como con un vasto
conocimiento herborístico.
Nesjaja Hatali, sanador navajo,
Entre las plantas medicinales más usadas se encontraban la coca fotografiado por Edward S. Curtis en
(Erytroxilon coca), el yagé (Banisteriopsis caapi), el yopo (Piptadenia 1904.
peregrina), el pericá (Virola colophila), el tabaco (Nicotiana tabacum),
el yoco (Paulinia yoco) o el curare y algunas daturas como agentes
anestésicos.
El médico maya (ah-men) era propiamente un sacerdote especializado que heredaba el cargo por linaje familiar,
aunque también cabe destacar el desarrollo farmacológico, reflejado en las más de cuatrocientas recetas
compiladas por R. L. Roys.31 ​

La civilización azteca desarrolló un cuerpo de conocimientos médicos extenso y complejo, del que quedan
noticias en dos códices: el Códice Sahagún y el Códice Badiano.

Este último, de Juan Badiano, compila buena parte de las técnicas conocidas por el indígena Martín de la Cruz
(1552), que incluye un curioso listado de síntomas que presentan los individuos que van a morir.

Cabe destacar el hallazgo de la primera escuela de medicina en Monte Albán, próximo a Oaxaca, datada en
torno al año 250 de nuestra era, donde se han encontrado unos grabados anatómicos entre los que parece
encontrase una intervención de cesárea, así como la descripción de diferentes intervenciones menores, como la
extracción de piezas dentarias, la reducción de fracturas o el drenaje de abscesos.32 ​

Entre los aztecas se establecía una diferencia entre el médico empírico (de nuevo el equivalente del «barbero»
tardomedieval europeo) o tepatl y el médico chamán (ticitl), más versado en procedimientos mágicos.

Incluso algunos sanadores se podían especializar en áreas concretas encontrándose ejemplos en el códice
Magliabecchi de fisioterapeutas, comadronas o cirujanos.

El traumatólogo o »componedor de huesos» era conocido como teomiquetzan, experto sobre todo en heridas y
traumatismos producidos en combate.

La tlamatlquiticitl o comadrona hacía seguimientos del embarazo, pero podía realizar embriotomías en caso de
aborto.

Es de destacar el uso de oxitócicos (estimulantes de la contracción uterina) presentes en una planta, el cihuapatl.

Francisco López de Gómara, en su Historia de Indias, relata también las diferentes prácticas médicas con las que
se encontraron los conquistadores españoles.

Libellus de Medicinalibus Indorum Herbis (Códice Badiano)

La antigüedad clásica
De nuevo 3000 años antes de nuestra era, en la isla de Creta surge una civilización que supera el Neolítico,
empleando los metales, construyendo palacios y desarrollando una cultura que culminará con el desarrollo de las
civilizaciones minoica y micénica.

Estas dos culturas son la base de la Grecia Clásica, de influencia capital en el desarrollo de la ciencia moderna en
general y de la medicina en particular.
El desarrollo de los conceptos de la physis (naturaleza) y del logos (razonamiento, ciencia) suponen el punto de
partida de una concepción de la enfermedad como una alteración de mecanismos naturales, susceptible, por
tanto, de ser investigada, diagnosticada y tratada, a diferencia del modelo mágico-teológico determinista
predominante hasta ese momento.

Surge el germen del método científico, a través de la autopsia (‘visión por uno mismo’) y de la hermenéutica
(interpretación).33 ​

Grecia

El término clásico acuñado por los griegos para definir la medicina,


tekhne iatriké (la técnica o el arte de curar), o los empleados para
nombrar al «médico de las enfermedades» (ietèr kakôn) y al cirujano
(kheirourgein, ‘trabajador de las manos’) sintetizan ese concepto de la
medicina como ciencia.

El ser humano comienza a dominar la naturaleza y se permite (incluso a


través de sus propios mitos) retar a los dioses (Anquises, Peleo, Licaón u
Odiseo).

La obra griega escrita más antigua que incluye conocimientos sobre


medicina son los poemas homéricos: la Ilíada y la Odisea.

En la primera se describe, por ejemplo, cómo Fereclo es lanceado por


Meriones en la nalga, «cerca de la vejiga y bajo el hueso del pubis»,34 ​o
el tratamiento que recibe el rey Menelao tras ser alcanzado por una
flecha en la muñeca durante el asedio a Troya: el cirujano resulta ser el
médico Macaón, hijo de Asclepio,35 ​ dios de la medicina griega,
educado en la ciencia médica por el centauro Quirón. Asclepio.

De su nombre deriva esculapio, un antiguo sinónimo de médico, y el


nombre de Hygea, su hija, sirvió de inspiración para la actual rama de la medicina preventiva denominada
higiene.36 ​

A Asclepio se atribuye también el origen de la Vara de Esculapio, símbolo médico universal en la actualidad.

En el siglo vi a. C. Alcmeón de Crotona, filósofo pitagórico dedicado a la medicina, desarrolló una teoría de la
salud que comenzaba a dejar atrás los rituales sanadores pretécnicos que hasta ese momento cimentaban la
medicina griega: la plegaria (eukhé) a los dioses de la salud (Asclepio, Artemisa, Apolo, Palas Atenea,
Hygea,...), las danzas o ritos sanadores (Dionisos) y el conocimiento empírico de remedios básicos.

En Crotona, Cos o Cnido comenzaron a florecer escuelas médicas seguidoras del concepto de Alcmeón, basado
en la ciencia natural, o fisiología.

Pero la figura médica por excelencia de la cultura griega clásica es Hipócrates. De este médico se conoce,
gracias a la biografía escrita por Sorano de Éfeso unos 500 años después de su muerte, que nació en Cos en
torno al año 460 a. C. y su vida coincide con la edad de oro de la civilización helena y su novedosa cosmovisión
de la razón frente al mito. Galeno y posteriormente la escuela alejandrina lo consideraron «el médico perfecto»,
por lo que ha sido aclamado clásicamente como el Padre de la Medicina Moderna.

En realidad la obra atribuida a Hipócrates es una compilación de unos cincuenta tratados (Corpus
Hippocraticum), elaborados a lo largo de varios siglos (la mayor parte entre los siglos V y IV a. C.), por lo que
es más adecuado hablar de una «escuela hipocrática», fundada sobre los principios del denominado juramento
hipocrático. Los campos médicos abarcados por Hipócrates en sus tratados incluyen la anatomía, la medicina
interna, la higiene, la ética médica o la dietética.
En su teoría de los cuatro humores, Hipócrates despliega un concepto,
próximo a la medicina oriental, de salud como equilibrio entre los cuatro
humores del cuerpo, y de enfermedad (nosas) como alteración (exceso o
defecto) de alguno de ellos. Sobre esta base teórica desarrolla entonces
un cuerpo teórico de fisiopatología (cómo se enferma) y terapéutica
(cómo se cura) basado en el ambiente, el aire, o la alimentación (la
dietética).

Los siguientes dos siglos (IV y III) supusieron el despegue de los


movimientos filosóficos griegos.
Aristóteles aprendió medicina de su
padre, pero no consta un ejercicio asiduo de esta disciplina. En cambio,
su escuela peripatética fue la cuna de varios médicos importantes de la
época: Diocles de Caristo, Praxágoras de Cos o Teofrasto de Ereso,
entre otros.

En torno al año 300 a. C. Alejandro Magno funda Alejandría, la ciudad


que en poco tiempo se convertiría en el referente cultural del
Mediterráneo y Oriente Próximo. La escuela alejandrina compiló y Grabado de Hipócrates realizado por
desarrolló todos los conocimientos sobre medicina (como de muchas Pedro Pablo Rubens en 1638.
otras disciplinas) conocidos de la época, contribuyendo a formar algunos
destacados médicos. Algunas fuentes apuntan la posibilidad de que los
Ptolomeos pusieran a su disposición reos condenados a muerte para practicar vivisecciones.37 ​

Uno de los médicos más notables de la escuela alejandrina fue Erasístrato de Ceos, descubridor del colédoco
(conducto de desembocadura de la bilis en el intestino delgado), y del sistema de circulación portal (un sistema
venoso que atraviesa el hígado con sangre procedente del tracto digestivo).

Herófilo de Calcedonia fue otro de los grandes médicos de esta escuela: describió con acierto las estructuras
denominadas meninges, los plexos coroideos y el cuarto ventrículo cerebral.

Paralelamente se desarrolla la escuela empirista, cuyo principal exponente médico fue Glauco de Tarentio
(siglo i a. C.).

Podría considerarse a Glauco el precursor de la medicina basada en la evidencia, ya que para él sólo existía una
base fiable: los resultados fundados en la experiencia propia, en la de otros médicos o en la analogía lógica,
cuando no existían datos previos para comparar.

A partir de la incorporación de Egipto como provincia romana (30 a. C.), finaliza el periodo alejandrino y da
inicio la época de esplendor de la medicina de Roma.

Roma

La medicina en la Antigua Roma fue una prolongación del saber médico griego.

La civilización etrusca, antes de importar los conocimientos de la cultura griega, apenas había desarrollado un
corpus médico de interés, si se exceptúa una destacable habilidad en el campo de la odontología.38 ​

Pero la importancia creciente de la metrópoli durante las primeras épocas de expansión va atrayendo a
importantes figuras médicas griegas y alejandrinas que acaban por conformar en Roma el principal centro de
saber médico, clínico y docente, del área mediterránea.39 ​

Las figuras médicas más importantes de la Antigua Roma fueron Asclepíades de Bitinia (124 o 129  a.  C.–
40 a. C.), Celso y Galeno. El primero, abiertamente opuesto a la teoría hipocrática de los humores, desarrolló
una nueva escuela de pensamiento médico, la Escuela metódica, basada en los trabajos de Demócrito, y que
explica la enfermedad a través de la influencia de
los átomos que atraviesan los poros del cuerpo, en
un anticipo de la teoría microbiana.

Algunos médicos adscritos a esta escuela fueron


Temisón de Laodicea, Tésalo de Trales o Sorano de
Éfeso, el redactor de la primera biografía conocida
de Hipócrates.

Entre los años 25  a.  C. y 50 de nuestra era vivió


otra figura médica de importancia: Aulo Cornelio
Celso. En realidad no hay constancia de que
ejerciera la medicina, pero se conserva un tratado de
medicina (De re medica libri octo) incluido en una
obra mayor, de carácter enciclopédico, llamada De
artibus (Sobre las artes). En este tratado de Hipócrates (derecha) y Galeno. Las dos figuras médicas
más importantes de la antigüedad clásica, en un fresco
medicina se incluye la definición clínica de la
perteneciente a una capilla benedictina de Anagni, Lacio, al
inflamación que ha perdurado hasta nuestros días:
sur de Roma. Siglo xii .
«Calor, dolor, tumor y rubor» (a veces también
expresada como: «Tumor, rubor, ardor, dolor»).

Con el comienzo de la era cristiana se desarrolló otra escuela médica en Roma: la Escuela Pneumática. Si los
hipocráticos se referían a los humores líquidos como la causa de la enfermedad y los atomistas acentuaban la
influencia de las partículas sólidas denominadas átomos, los pneumáticos verían en el pneuma (gas) que penetra
en el organismo a través de los pulmones, la causa de los trastornos patológicos padecidos por el ser humano.
Fueron seguidores de esta corriente de pensamiento Ateneo de Atalia o Areteo de Capadocia.

En Roma la casta médica se organizaba ya (de un modo que recuerda a la actual división por especialidades) en
médicos generales (medici), cirujanos (medici vulnerum, chirurgi), oculistas (medici ab oculis), dentistas y los
especialistas en enfermedades del oído. No existía una regulación oficial para ser considerado médico, pero a
partir de los privilegios concedidos a los médicos por Julio César se estableció un cupo máximo por ciudad.40 ​

Por otra parte, las legiones romanas disponían de un cirujano de campaña y un equipo capaz de instalar un
hospital (valetudinaria) en pleno campo de batalla para atender a los heridos durante el combate.41 ​

Uno de estos médicos legionarios, alistado en los ejércitos de Nerón, fue Pedanio Dioscórides de Anazarbus
(Cilicia), el autor del manual farmacológico más empleado y conocido hasta el siglo xv. Sus viajes con el ejército
romano le permitieron recopilar un gran muestrario de hierbas (unas seiscientas) y sustancias medicinales para
redactar su magna obra: De materia medica (Hylikà, conocido popularmente como «el Dioscórides»).

Pero la figura médica romana por excelencia fue Claudio Galeno, cuya influencia (y errores anatómicos y
fisiológicos) perduraron hasta el siglo xvi (el primero en corregirlo fue Vesalio). Galeno de Pérgamo nació en el
año 130 de nuestra era, bajo influencia griega y al amparo de uno de los mayores templos dedicados a Esculapio
(Asclepios). Estudió medicina con dos seguidores de Hipócrates: Estraconio y Sátiro, y aún después visitó las
escuelas de medicina de Esmirna, Corinto y Alejandría. Finalmente viajó a Roma donde su fama como médico
de gladiadores le llevó a ser elegido médico del emperador (Marco Aurelio). Sin embargo, en Roma las
autopsias estaban prohibidas, por lo que sus conocimientos de anatomía se fundaban en disecciones de animales
lo que le llevó a cometer algunos errores. Pero también realizó aportaciones notables: corrigió el error de
Erasístrato, quien creía que las arterias llevaban aire, y es considerado uno de los primeros experimentalistas de
la medicina:

Corto y hábil es el sendero de la especulación, pero no conduce a ninguna parte; largo y penoso es
el camino del experimento, pero nos lleva a conocer la verdad.
Fue el principal exponente de la escuela hipocrática, pero su obra es una
síntesis de todo el saber médico de la época. Sus tratados se copiaron,
tradujeron y estudiaron durante los siguientes trece siglos, por lo que es
considerado uno de los médicos más importantes e influyentes en la
medicina occidental.

Areteo de Capadocia no obtuvo la fama y el reconocimiento público de


Galeno, pero el escaso material escrito que se ha conservado de él
demuestra un gran conocimiento y un aún mayor sentido común. No se
conocen muchos datos de este modesto médico romano, salvo su
procedencia de la actual provincia turca de Capadocia y que vivió durante
el primer siglo después de Cristo. Debió formarse en Alejandría (donde se
permitían las autopsias), ya que sus conocimientos de anatomía visceral son
muy completos. Es el primer médico en describir el cuadro clínico del
tétanos, y a él se deben los nombres actuales de la epilepsia o la diabetes.42 ​
Galeno de Pérgamo, figura
romana excluyente en la Historia
Hay que destacar una aportación capital de la medicina pública romana:
de la Medicina.
Entre los principales arquitectos romanos (Columella, Marco Vitruvio o
Marco Vipsanio Agripa) existía la convicción de que la malaria se
propagaba a través de insectos o aguas pantanosas. Bajo este principio acometieron obras públicas como
acueductos, alcantarillas y baños públicos encaminadas a asegurar un suministro de agua potable de calidad y un
adecuado sistema de evacuación de excretas. La medicina moderna les dará la razón casi veinte siglos después,
cuando se demuestre que el suministro de agua potable y el sistema de eliminación de aguas residuales son dos
de los principales indicadores del nivel de salud de una población.

Según Henry Chadwick, emeritus regius professor en la Universidad de


Cambridge e historiador del cristianismo primitivo, la práctica de la
caridad expresada de forma eminente a través del cuidado de los
enfermos fue probablemente una de las causas más poderosas de la
expansión del cristianismo.43 ​ Ya en el año 251, la Iglesia de Roma
apoyaba a más de 1 500 personas en situación de necesidad. A pesar de
la existencia de los protohospitales de campaña romanos, el Imperio
careció de conciencia hospitalaria social hasta la fundación de los
primeros grandes hospitales cristianos. En Oriente se fundó el hospital
Basiliade cerca de Capadocia (inspirado por Basilio de Cesarea),44 ​ y
otro hospital en Edesa por parte de Efrén el Sirio, con trescientas camas
para apestados.45 ​

En Occidente, el nosocomium fundado por Fabiola de Roma constituye


el primer antecedente documentado de la «medicina social» e hizo de
ella una de las mujeres más famosas en la historia de la medicina
organizada.46 47
​ ​

En ese hospital, los pobres eran atendidos gratuitamente. Las Fabiola de Roma, fundadora a orillas
excavaciones arqueológicas revelaron el plano y el arreglo de ese del Tíber del primer nosocomium
organizado de Occidente,
edificio único en su tipo en el cual las habitaciones y los pasillos para los
antecedente documentado de la
enfermos y los pobres se agrupaban ordenadamente en torno al cuerpo
moderna «medicina social».
edilicio principal,48 ​ organizado en repartos, según las diferentes clases
de enfermos.45 ​ Según el historiador Camille Jullian, la fundación de
este hospital constituye uno de los acontecimientos soberanos de la historia de la civilización occidental.49 ​

Bizancio
El Imperio Romano Oriental heredó, tras la división por la muerte de
Teodosio, la cultura y la medicina griegas. En su afán por recuperar, o
no perder los conocimientos clásicos la cultura bizantina ejerció una
función fundamental recopilando y catalogando lo mejor de las
tradiciones griega y romana, realizando, en cambio, pocas aportaciones
novedosas.

El médico personal de Juliano el Apóstata, Oribasio de Pérgamo (325-


403  d.  C.) recogió en 70 volúmenes (Las Sinagogas médicas) todo el
saber médico hasta esa fecha.50 ​ Con el consejo de Oribasio, Juliano
estableció la obligatoriedad de obtener a través de un examen una
licencia (symbolon) oficial para ejercer la medicina.

Siguiendo con ese espíritu compilador, pero poco innovador,


encontramos a Alejandro de Trales (hermano del arquitecto de la basílica
de Santa Sofía), o a Aetius de Amida, en el siglo vii.

El médico más notable de este período fue Pablo de Egina, autor de


Epítome, Hypomnema o Memorandum, siete volúmenes que recogen
los conocimientos de medicina, cirugía y obstetricia. Entre sus
aportaciones, destacan la descripción de los pólipos nasales o del líquido
sinovial de las articulaciones, y describió algunas técnicas quirúrgicas
Cosme y Damián, médicos y
novedosas, como una técnica para extirpar costillas. hermanos, ejercieron la medicina en
Cilicia en el siglo iii . Fueron
Se fundaron varias escuelas médicas, como la Stoa Basilike (Escuela de
ajusticiados por Diocleciano y
Artes Liberales, en Constantinopla), o la escuela de Níbisis, en Siria,
declarados santos y protectores de
cuna de médicos como Zenón de Chipre, Asclepiodoto o Jacobo los médicos por la Iglesia católica.
Psicresto, y en el siglo  v Teodosio II funda un centro de formación
intelectual y destina varios edificios públicos a la curación de enfermos.

Se conserva constancia de la existencia de algunos otros médicos y cirujanos de cierto relieve: Meletio, del
siglo vii, autor de Sobre la constitución del hombre; Teófanes Nonno (siglo x); Miguel Psellos y Simeón Seth en
el siglo xi; o, entre los siglos XII y XIII, Sinesio, Teodoro Pródromo o Nicolás Myrepso.

La razón del estancamiento de nuevos avances en medicina a partir de este período y durante la Edad Media
responde a la importancia creciente del cristianismo en la vida política y social, reacio al concepto helénico de
ciencia natural y más proclive a una visión determinista (teocentrista) de la enfermedad.51 ​

Edad Media
Véase Categoría:Médicos medievales

A medida que las sociedades se desarrollaban en Europa y Asia, los sistemas de creencias iban siendo
desplazados por un sistema natural diferente.

Todas las ideas desarrolladas desde la antigua Grecia hasta el Renacimiento, pasando por las de Galeno, se
basaron en el mantenimiento de la salud a través del control de la dieta y de la higiene.

Los conocimientos anatómicos estaban limitados y había pocos tratamientos curativos o quirúrgicos.

Los médicos fundamentaban su trabajo en una buena relación con los pacientes, combatiendo las pequeñas
dolencias y calmando las crónicas, y poco podían hacer contra las enfermedades epidémicas que acabaron
expandiéndose por medio mundo.
La medicina medieval fue una mezcla dinámica de ciencia y misticismo.
En la temprana Edad Media, justo tras la caída del Imperio Romano, el
conocimiento médico se basaba básicamente en los textos griegos y
romanos supervivientes que quedaron preservados en monasterios y
otros lugares.

Las ideas sobre el origen y sobre la cura de las enfermedades no eran


puramente seculares, sino que también tenían una importante base
espiritual. Factores tales como el destino, el pecado, y las influencias
astrales tenían tanto peso como los factores más físicos. Esto se explica
porque desde los últimos años del imperio romano, la iglesia católica va
adquiriendo un papel cada vez más protagonista en la cultura y la
sociedad europeas. Su estructura jerárquica ejecuta un papel de Monjes infectados por alguna
funcionariado global, capaz de ejercer como depositario y administrador enfermedad exantemática son
de la cultura y de amparar y adoctrinar a una población a la que ya no bendecidos por un sacerdote.
Ilustración de letra C capital del
llegan las leyes del imperio.52 ​
manuscrito inglés del siglo xiii Omne
Simultáneamente, el movimiento monacal, procedente de Oriente, Bonum de James le Palmer.
comenzó en el siglo v a extenderse por Europa.

En los monasterios se acogía a peregrinos, enfermos y desahuciados, comenzando


a formarse el germen de los hospicios u hospitales, aunque la medicina practicada
por monjes y sacerdotes carecía, en general, de base racional, siendo más de índole
caritativa que técnica.

En el Concilio de Clermont, en 1095, llegó a prohibirse a todo clérigo el estudio de


cualquier forma de medicina.53 ​

Existen antecedentes de estructuras hospitalarias en Egipto, la India o en Roma,


pero su extensión y concepción actual se debe al modelo monástico iniciado por
San Benito en Montecasino, y a sus variantes posteriores denominadas leproserías
o lazaretos, en honor a su santo patrón san Lázaro.
Doctor dominico tomando
Pero el mayor hospital conocido de la época se encontraba en El Cairo; Al- el pulso.Manuscrito
Mansur, recinto hospitalario fundado en 1283 se encontraba ya dividido en salas de conservado en la
especialidades médicas, al modo actual, contaba con una sección de dietética Biblioteca de la
Universidad de
coordinada con la cocina del hospital, una sala para pacientes externos, sala de
Pensilvania.
conferencias y biblioteca.54 ​

Mundo islámico

Tras la muerte de Mahoma en el año 632 comienza el período de expansión musulmana.


En apenas cien años los
árabes ocupan Siria, Egipto, Palestina, Persia, la península ibérica y parte de la India. Durante esa expansión se
van incorporando, por mandato del profeta («Buscad el saber aunque tengáis que ir a China»), los elementos
culturales más relevantes de cada territorio, pasando en poco tiempo de practicar una medicina primitiva
(empírico-mágica) a dominar la medicina técnica helénica de clara influencia hipocrática.

La primera generación de médicos persas de excelente reputación surgió de la Academia Hippocratica de


Gundishapur, donde los nestorianos, cristianos herejes exiliados, se empleaban en la tarea de traducir las
principales obras clásicas del griego al árabe.
Allí se formó la primera hornada de médicos árabes, bajo las
enseñanzas de Hunayn ibn Ishaq (808-873), quien llegaría a ser médico personal del califa Al-Qasim al-Mamun.
Desde ese puesto fundó la primera escuela médica del islam.
También fue allí donde el persa Al-Razi (Abu Bakr Muhammed
ibn Zakkariya al-Rhazí, también conocido como Rhazes) (865-
932) empezó a utilizar el alcohol (árabe al-khwl ‫الكحول‬, o al-
ghawl ‫ )الغول‬de forma sistemática en su práctica médica. De
este médico, director fundador del hospital de Bagdad, se cuenta
que para decidir su ubicación colgó cadáveres de animales en los
cuatro puntos cardinales de la ciudad, optando por la
localización en la que tardó más en producirse la
descomposición.55 ​

Las tres obras principales de Al-Razi son Kitab-el-Mansuri


(Liber de Medicina ad Almansorem, síntesis de los
conocimientos teóricos sobre anatomía, fisiología, patología); Al-
Hawi (compendio clínico traducido al latín como Continens, La
Continencia). En ella registró los casos clínicos que trató, lo cual
hizo del libro una fuente muy valiosa de información médica; y
la obra monográfica titulada Kitab fi al-jadari wa-al-hasbah, que
contiene una introducción al sarampión y a la viruela de gran
influencia sobre la Europa contemporánea.

Otra de las figuras representativas de la medicina islámica


medieval fue Avicena (Ali ibn Sina). La obra de este filósofo
persa, titulada Canon de medicina, se considera la obra médica Ilustración anatómica del siglo xiii que
medieval más importante en la tradición islámica hasta su muestra la circulación sanguínea.
renovación con conceptos de medicina científica. Tuvo también
gran influencia en toda Europa hasta la llegada de la Ilustración.
Si Rhazes era el clínico interesado en diagnosticar al paciente, Avicena
fue el teórico aristotélico dedicado a comprender las generalidades de la
medicina.

Hay que destacar varias figuras médicas de interés originarias de Al-


Ándalus, como Avempace (h. 1080-1138) y su discípulo Abentofail,
Averroes (1126-1198) o Maimonides, que aunque judío, contribuyó de
forma importante a la Medicina Árabe durante el siglo  xii.56 ​
A finales
del siglo  xiii y principios del XIV, también en Al-Andalus, Al-Safra,
médico personal del séquito de Muhammad ibn Nasr (sultán de
Granada), en su libro Kitāb al-Istiqsā, aporta diversos avances acerca de
los tumores y medicamentos.
También es de destacar la influencia de
Mesué Hunayn ibn Ishaq conocido abreviadamente con su nombre
latino como Johannitius o Mesué el Viejo, que fue un destacado
traductor de obras de medicina en Persia debido a su gran capacidad o
'don de idiomas', y que escribió varios estudios de oftalmología.
Kitab al-Qanun fi al-tibb (Canon de
Ibn Nafis (Ala-al-din abu Al-Hassan Ali ibn Abi-Hazm al-Qarshi al-
medicina) de Avicena en una edición
Dimashqi), médico sirio del siglo  xii, contribuyó a la descripción del
iraní del siglo xv.
sistema cardiovascular. Su descubrimiento sería retomado en 1628 por
William Harvey, a quien suele atribuirse dicho hallazgo. De la misma
forma, muchas otras aportaciones médicas y astronómicas atribuidas a
europeos tomaron como punto de partida los descubrimientos originales de autores árabes o persas.[cita requerida]

Abulcasis (Abul Qasim Al Zaharawi) es el primer «especialista» cirujano conocido del mundo islámico. Nació
en Medina Azahara en el año 936 y vivió en la corte de Abderramán III. Su principal obra compilatoria es Kitàb
al-Tasrìf ("la práctica", "el método" o "la disposición"). En realidad se trata de una traducción ampliada de la de
Pablo de Egina, a la que añadió una prolija descripción del instrumental quirúrgico de la época, y fue
posteriormente traducida al latín) por Gerardo de Cremona.57 ​
En esta obra
describe cómo quitar piedras del páncreas, operaciones oculares, del tracto
digestivo, etc. así como el material quirúrgico necesario.

Otra cita atribuida al profeta Mahoma dice que sólo hay dos ciencias: la
teología, para salvar el alma, y la medicina, para salvar el cuerpo. Entre los
musulmanes Al Hakim (El Médico) era sinónimo de "sabio maestro". Los
médicos árabes tenían la obligación de especializarse en algún campo de la
medicina, y existían clases dentro de la profesión: De mayor a menor
categoría encontramos al Hakim (el médico del maristán, hospital), el
Tahib, el Mutabbib (médico en prácticas) y el Mudawi (médico cuyo
conocimiento es meramente empírico). Muchas de las figuras médicas y
obras del islam influyeron de manera importante en la Europa medieval,
especialmente gracias a las traducciones, de vuelta al latín, de la Escuela de
Traductores de Toledo, o las de Constantino el Africano, que están en el
origen de la primera escuela médica medieval europea de importancia: la
Escuela de Salerno.
Los instrumentos quirúrgicos
inventados por Abulcasis en el
Europa siglo xi .

Entre los siglos XI y XIII se desarrolló al sur de Nápoles una escuela


médica de especial interés: la Escuela Médica Salernitana.
La situación
geográfica privilegiada de la Campania, en el sur de Italia, nunca del todo
abandonada por la cultura tras la caída del imperio, ya que fue refugio de
bizantinos y árabes, permitió el surgimiento de esta protouniversidad,
fundada según una leyenda, por un griego (Ponto), un hebreo (Helino), un
musulmán (Adela) y un cristiano (Magíster Salernus), dándose
originalmente el nombre de Collegium Hippocraticum.

En ella, para la obtención del título de médico y, por tanto, el derecho de


ejercicio de esta práctica, Roger II de Sicilia estableció un examen de
graduación.

Algunos años después (en 1224) Federico II reformó el examen para que
este fuese realizado de forma pública por el equipo de maestros de Salerno,
y regulando para la práctica de la medicina un periodo de formación teórico
Anatomía del ojo por primera vez
(que incluía cinco años de medicina y cirugía) y un periodo práctico de un
en la historia por Hunayn ibn
año.58 ​ Ishaq en el siglo ix.

Una figura de relevancia de esta escuela fue el monje Constantino


el Africano (1010-1087), médico cartaginés que recogió numerosas
obras médicas a lo largo de sus viajes y contribuyó a la medicina
europea con la traducción del árabe de varios textos clásicos.59 ​
Esta labor le valió el título de Magister orientis et occidentis.

Algunas de las obras traducidas por Constantino son el Liber


Regius, de Alí Abas; el Viáticum, o ‘medicina de los viajes’, de Ibn
Al-Gazzar; los Libri universalium et particularium diaetarum o el
Liber de urinis, de gran influencia en la escuela salernitana, hasta el
punto de que el vaso de orina se convirtió en el signo distintivo del Médico musulmán examinando a un
médico.60 ​ paciente.
La orientación de la Escuela de Salerno es fundamentalmente
experimental y descriptiva, y su obra más importante es el Regimen
Sanitatis Salernitanum (1480), un compendio de normas higiénicas, de
nutrición, de hierbas y de otras indicaciones terapéuticas, que llegó a
alcanzar la cifra de 1500 ediciones.

En la Escuela, aparte de las enseñanzas médicas , había además cursos


de filosofía, teología y derecho.

Cabe mencionar que en dicha escuela, las mujeres eran admitidas como
profesoras y como alumnas, y eran conocidas como las Mulieres
Salernitanae. Miniatura que representa la Scuola
Medica Salernitana.
Su declive comienza a principios del siglo  xiii, debido a la proliferación
de las universidades medievales, (Bolonia, París, Oxford, Salamanca...).

Una de las secuelas más fructíferas de Salerno se encuentra en la


Escuela Capitular de Chartres, de donde surgieron médicos como
Guillermo de Conches, precursor de la escolástica, junto con Juan de
Salisbury.

La Facultad de Medicina de Montpellier situada en Francia , existe


desde el siglo  xii, aunque su primer marco institucional lo obtuvo en el
año 1220. Su enseñanza médica en nació en la práctica, fuera de todo
marco institucional, Actualmente es la facultad de medicina en actividad
más antigua del mundo . En su seno estudiaron personajes ilustres tales
como Arnau de Vilanova, François Rabelais o Guillaume Rondelet entre
otros.

Entre las más destacadas figuras de la medicina europea medieval se


encuentra el español Arnau de Vilanova (1238-1311). Formado en
Montpellier y posiblemente también en Salerno, su fama lo llevó a ser
médico de la corte de los reyes de Aragón, Pedro el Grande, Alfonso III Un grupo de pacientes muestra su
y Jaime II. Además de algunas traducciones de Galeno y Avicena, orina a Constantino el Africano.
desarrolla un cuerpo propio de investigación médica en torno a la tisis
(una forma de presentación de la tuberculosis). A él se atribuye una
recopilación de aforismos en versos leoninos del siglo  xiii conocido
como Flos medicinae (o Flos sanitatis).

Dentro de la concepción teocentrista propia de este periodo se van


introduciendo terapias alternativas de carácter sobrenatural. A partir de
los siglos VII y VIII, con la extensión del cristianismo se incorporan a
las ceremonias de coronación los ritos de unción real, que otorgan un
carácter sagrado a la monarquía.61 ​

A estos reyes ungidos se les atribuyen propiedades mágico-curativas. La


Enrique IV de Francia toca a
más popular es el "toque del rey": Felipe el Hermoso, Roberto II el
numerosos enfermos durante la
Piadoso, San Luis de Francia o Enrique IV de Francia tocaban las
ceremonia del «toque real.». La
úlceras (escrófulas, o lesiones tuberculosas cutáneas) de los enfermos
leyenda del grabado original reza:
pronunciando las palabras rituales "El rey te toca, Dios te cura" (Le Roy
Des mirabili strumas sanandi vi solis
te touche, et Dieu te guérit).62 ​
Los reyes franceses solían peregrinar a Galliae regibus christianissimis
Soissons para celebrar la ceremonia y se cuenta que Felipe de Valois divinitus concessa liber unus.
(1328-1350) llegó a tocar a 1500 personas en un día.63 ​
La popularización de este tipo de ritos sanadores acabó por rebautizar a la escrófula-tuberculosis como «mal du
roi» en Francia, o «King's Evil» en Inglaterra.64 ​
Tal fue la profusión de este tipo de ritos que llegaron a
establecerse «especialidades» por monarquías; la «especialidad» del rey de Hungría era la ictericia, la del rey de
España la locura, la de Olaf de Noruega el bocio y las de Inglaterra y Francia la escrófula y la epilepsia.

En el siglo xiii Roger Bacon (1214-1294) anticipó en Inglaterra las bases de la experimentación empírica frente a
la especulación. Su máxima fue algo así como «duda de todo lo que no puedas demostrar», lo que incluía a las
principales fuentes médicas clásicas de información.
En el Tractatus de erroribus medicorum describe hasta 36
errores fundamentales de las fuentes médicas clásicas. Pero tendrían que pasar doscientos años, hasta la llegada
del Renacimiento, para que sus ideas se pusieran en práctica.

Medicina renacentista
Dos hechos históricos marcaron el modo de ejercer la medicina, e incluso
de enfermar, a partir del Renacimiento.

Por un lado, las grandes plagas que asolaron y protagonizaron el final de la


Edad Media. Durante el siglo  xiv hace su aparición en Europa la Peste
Negra, causa de la muerte, por sí sola, de unos 20 o 25 millones de
europeos.65 ​

Por otro, los siglos XV (il Quattrocento) y XVI (il Cinquecento) tuvieron
en Italia el origen de unas filosofías de la ciencia y de la sociedad basadas
en la tradición romana del humanismo. El florecimiento de Universidades
en Italia al amparo de las nuevas clases mercantiles supuso el motor
intelectual del que se derivó el progreso científico que caracterizó a este
periodo. Esta "nueva era" recaló con especial intensidad en las ciencias
naturales y la medicina, bajo el principio general del "revisionismo crítico".
El universo comenzaba a contemplarse bajo una óptica mecanicista.
Varias plagas asolaron la
Es la época de los grandes anatomistas: la evidencia experimental acaba con población europea hasta el final
los errores anatómicos y fisiológicos de Galeno y las propuestas adelantadas de la Edad Media y bien entrado
de Roger Bacon alcanzan a todas las disciplinas científicas: Copérnico el Renacimiento: la peste, la
publica su teoría heliocéntrica el mismo año en el que Andrés Vesalio, el lepra o la tuberculosis son los
principal anatomista de este período, publica De humani corporis fabrica, ejemplos más conocidos, pero
su obra más relevante y manual imprescindible para los estudiantes de hubo muchas otras epidemias:
medicina de los siguientes cuatro siglos. sífilis, sarna, carbunco, tifus...
Durante la epidemia de peste de
Vesalio se doctora en la universidad de Padua, tras formarse en París, y es 1656, en Roma, los médicos
nombrado "explicator chirurgiae" (profesor de cirugía) de esta universidad creían que esta vestimenta
italiana. Durante sus años como profesor redactará su gran obra, acabando protegía del contagio: un mantel
su carrera profesional como médico personal de Carlos I y, posteriormente, encerado, máscara y guantes. En
de Felipe II. Peregrinó a Jerusalén, según se revela en una carta de 1563, el pico se colocaban sustancias
tras serle conmutada por el rey la pena de muerte por la penitencia de la aromáticas.
peregrinación. El motivo de la condena es la disección que realizó a un
joven noble español tras su muerte y el descubrimiento, al abrirle el pecho,
de que el corazón aún latía.66 67
​ ​

Pero Vesalio es el resultado de un proceso que se desarrolló lentamente desde bien entrado el siglo xiv. En 1316
Mondino de Luzzi, medieval por nacimiento, pero renacentista por derecho, publicó en la Escuela de Bolonia su
Anathomia, el primero en hacer una descripción anatómica sobre una disección pública, dando paso a una
sucesión de tratados anatómicos y quirúrgicos en los que la medicina debe reinventarse como disciplina empírica
y protocientífica. El mismo Leonardo da Vinci publicó un innumerable
catálogo de ilustraciones, a caballo entre la anatomía y el arte, basados
en disecciones de, al menos, veinte cadáveres, y se publica la primera
clasificación de las enfermedades mentales

La obra de Vesalio vio dos ediciones en vida del autor, y supuso una
concepción de la anatomía radicalmente diferente a las anteriores: se
trata de una anatomía funcional, más que topográfica, vislumbrando, en
la descripción de las cavidades del corazón, lo que será el gran
descubrimiento anatómico y fisiológico de la época: la circulación
pulmonar o menor, que formularán de modo más completo dos grandes
médicos renacentistas: Miguel Servet (en Christianismi restitutio de
1553) y Mateo Realdo Colombo (en De re anatomica, 1559), y cuya
paternidad se ha atribuido clásicamente al médico inglés del siglo  xvii
William Harvey.68 ​ Mondino, Anathomia, 1541.

Debido a su enorme influencia han quedado con el nombre de Vesalio


algunos epónimos en estructuras anatómicas del cuerpo humano, como
el "agujero de Vesalio" (orificio del hueso esfenoides), la "vena de
Vesalio" (emisaria que pasa por el agujero de Vesalio), o el "ligamento
de Vesalio" o de Poupart (en el borde inferior de la aponeurosis del
músculo oblicuo mayor). También se convirtieron en epónimos
anatómicos los nombres de algunos de sus discípulos o contemporáneos,
como Gabriel Falopio (1523-1562) o Bartolomeo Eustachio (1524-
1574).

Además de anatomistas en el Renacimiento, también surgieron algunas


figuras médicas de interés, como Ambroise Paré, padre de la cirugía
moderna, Girolamo Fracastoro y Paracelso.

Paré representa a la perfección el modelo renacentista de médico hecho a


sí mismo y reinventor del papel de la medicina. Era de familia humilde,
pero alcanzó tal fama que acabó siendo el médico de corte de cinco
reyes. Su formación se inició en el gremio de los barberos y sacamuelas,
pero compaginó su trabajo con la asistencia al Hôtel-Dieu de París.
Sufrió un cierto rechazo de la comunidad médica, ya que su extracción
humilde y su desconocimiento del latín y el griego le llevaron a escribir
toda su obra en francés. Desde sus inicios fue considerado un
De humani corporis fabrica, xilografía
"renovador", lo que no siempre le benefició, aunque su reputación fue
164. Edición de 1543.
hasta el final su principal aval. Buena parte de su obra es un compendio
de análisis y refutación de costumbres, tradiciones o supersticiones
médicas, sin fundamento científico ni utilidad real.69 ​

Del segundo habría poco que destacar, de no ser por una obra menor escrita en 1546 que no alcanzaría
repercusión hasta varios siglos más tarde: De contagione et contagiosis morbis. En ella Fracastoro introdujo el
concepto de "Seminaria morbis" (semilla de enfermedad), un anticipo rudimentario de la teoría microbiana.

Y, en cuanto a Paracelso (Theophrastus Philippus Aureolus Bombastus von Hohenheim), su controvertida


personalidad (el sobrenombre autoproclamado de Paracelso lo tomó por considerarse "superior a Celso", el
médico romano) lo ha colocado en un lugar tal vez inmerecido de la historia: más próximo a la alquimia y a la
magia que a la medicina. Hay que destacar, sin embargo, su estudio crítico de la teoría hipocrática de los
humores, sus estudios sobre el líquido sinovial, o su oposición a la influencia de la escolástica y su predilección
por la experimentación frente a la especulación. En 1527 proclama en Basilea:

No vamos a seguir las enseñanzas de los viejos maestros, sino la


observación de la naturaleza, confirmada por una larga práctica y
experiencia. ¿Quién ignora que la mayor parte de los médicos dan
falsos pasos en perjuicio de sus enfermos? Y esto sólo por
atenerse a las palabras de Hipócrates, Galeno, Avicena y otros. Lo
que el médico necesita es el conocimiento de la naturaleza y de
sus secretos.

Esta posición abiertamente enfrentada con la medicina más ortodoxa, así


como sus estudios herborísticos, le valieron el rechazo de los médicos
alemanes y, en general, de la historiografía médica oficial.

También destacaron algunos clínicos, como el francés Jean François


Fernel, autor de Universa Medicina, 1554, al que se debe el término
venéreo: A finales del siglo  xv se produjo en Europa una pandemia de
sífilis. La máxima extensión de esta epidemia (en 1495) se dio durante el
sitio de Nápoles, defendido por italianos y españoles y asediado por el
ejército francés al servicio de Carlos VIII. Durante el asedio las
prostitutas francesas propagaron la enfermedad entre los ejércitos
Estudio anatómico de Leonardo da
mercenarios y los soldados españoles, bautizándose a la misteriosa plaga
Vinci: Los órganos principales y los
con el nombre de morbo gallico (enfermedad de los franceses), y más sistemas vasculares y urogenitales
tarde como "enfermedad del amor". de una mujer, 1507.

El Renacimiento también es la época de despegue de la psicología, con


Juan Luis Vives, de la bioquímica con Jan Baptist van Helmont, o de la
anatomía patológica: Antonio Benivieni recopiló en su obra De abditis morborum causis (De las causas ocultas
de las enfermedades, 1507) los resultados de las autopsias de muchos de sus pacientes, cotejándolos con los
síntomas previos al fallecimiento, al modo del empirismo científico moderno. La gran figura de la anatomía
patológica, sin embargo, pertenece al siguiente siglo: Giovanni Battista Morgagni.

El siglo xvii y la Ilustración
En los comienzos del siglo  xvii la profesión médica no gozaba todavía de excesivo prestigio entre la población.
Francisco de Quevedo se explaya contra su incompetencia y su avaricia en numerosos versos:

Sangrar ayer, purgar hoy.

Mañana ventosas secas

y es otro Kirieleyson.

Dar dineros al concejo,

presentes al que sanó

por milagro o por ventura,

barbar bien, comer mejor.

Contradecir opiniones.

Culpar siempre al que murió

de que era desordenado

y ordenar su talegón.

Que con esto y buena mula,

matar cada año un lechón

y veinte amigos enfermos;

no hay Sócrates como yo.70 ​


Edward Jenner, descubridor de la

vacuna de la viruela. En 1980 la
OMS declaró erradicada a esta
Francisco de Quevedo. enfermedad.
Pero Isaac Newton, Leibniz y Galileo darán paso en este siglo al método científico. Mientras aún se catalogan
enfermedades como la diabetes en función del sabor más o menos dulce de la orina, o mientras la viruela se
convierte en la nueva plaga de Europa, los avances técnicos y científicos están a punto de inaugurar una época
más eficaz y resolutiva. Edward Jenner, médico británico, observa que los ganaderos que han padecido una
enfermedad leve procedente de sus vacas, en forma de pequeñas ampollas rellenas de líquido, no contraen la
temible viruela, y decide realizar un experimento para contrastar su hipótesis: Con una lanceta inocula parte del
líquido de una ampolla de una joven infectada por la viruela vacuna (variolae vaccine) a un niño llamado
James Phipps, voluntario para el experimento. Tras unos días presenta los síntomas habituales: febrícula y
algunas ampollas. A las seis semanas inocula al niño una muestra procedente de un enfermo de viruela humana
y espera. James Phipps no contraerá la enfermedad y, desde entonces, a este tipo de inmunización se la conoce
como "vacuna".

William Harvey, médico inglés, es el gran fisiólogo de este siglo, descubridor oficial de la circulación sanguínea,
prolijamente descrita en su Exercitatio anatomica de motu cordis et sanguinis in animalibus (1628). En los
últimos años de su vida también escribió algunos tratados embriológicos de interés. La teoría más extendida
sobre la sangre antes de la publicación de la obra de Harvey es que esta se fabrica en el hígado constantemente a
partir del alimento. Pero sus observaciones le demuestran que esto no es posible:

la cantidad de sangre que pasa de la vena cava al corazón y de este a las arterias es
abrumadoramente superior a la del alimento ingerido: El ventrículo izquierdo, cuya capacidad
mínima es de onza y media de sangre envía a la aorta en cada contracción no menos de la octava
parte de la sangre que contiene; por lo tanto cada media hora salen del corazón unos 3000 dracmas
de sangre (unos 12 kg), cantidad infinitamente mayor que la que pueda formarse en el hígado:
luego es necesario que vuelva a pasar por el corazón.

Harvey adopta una visión más vitalista frente al mecanicismo


renacentista: los seres vivos están animados por una serie de fuerzas
determinantes, que están en el origen de su actividad fisiológica,
susceptibles de su estudio bajo una óptica científica, pero todas ellas
supeditadas a una vis (fuerza) superior, origen de la vida, aunque no
necesariamente de naturaleza divina.

Durante este siglo la experimentación avanzaba a un ritmo tal que la


clínica era incapaz de absorber. Comienzan a fundarse las Academias de
expertos para la transmisión de la información obtenida de los continuos
hallazgos: la Academia dei Lincei en Roma, la Royal Society en
Londres, o la Académie des Sciences en París. A consecuencia de las
múltiples e innovadoras propuestas terapéuticas surge la iatroquímica
como una disciplina con entidad propia, cuyo principal exponente es
Franciscus Sylvius, heredero de la perspectiva química de la medicina
anticipada por Helmont.
William Harvey, padre de la fisiología
Importantes médicos adscritos a esta escuela iatroquímica fueron
y la embriología modernas.
Santorio Sanctorius o Thomas Willis. Santorio fue el autor de un estudio
Considerado por algunos autores
que le colocó al inicio de una larga lista de endocrinólogos, al ser el
como una de las máximas figuras de
primero en definir los procesos metabólicos: El primer experimento
la historia universal del saber
controlado sobre el metabolismo humano fue publicado en 1614 en su
médico.
libro Ars de statica medicina.71 ​
Santorio describía como se pesó a sí
mismo antes y después de dormir, comer, trabajar, tener relaciones
sexuales, beber y excretar. Encontró que la mayor parte de la comida que ingería se perdía en lo que él llamaba
"transpiración insensible". Igual que Harvey, Santorio achacaba estos procesos a una "fuerza vital" que animaba
al tejido vivo.72 ​
El vitalismo se desarrollaba como planteamiento filosófico y encontraba
adeptos entre los médicos y naturalistas, alcanzando su máximo apogeo
en pleno siglo  xviii, de la mano de Xavier Bichat (1771-1802), John
Hunter (1728-1799), François Magendie (1783-1855) o Hans Driesch
(1867-1941).

Thomas Willis, en su obra Cerebri anatomi (1664), describió varias


estructuras anatómicas cerebrales, entre ellas el polígono vascular de
Willis, así llamado en su honor; pero las mejoras técnicas, como el Portada de Cerebri anatomi, de
microscopio, iban ampliando el nivel de detalle de las descripciones Thomas Willis.
anatómicas y pronto proliferan las estructuras epónimas bautizadas por
sus descubridores o por los historiadores posteriores: Johann Georg
Wirsung (que da nombre al conducto excretor del páncreas), Thomas Wharton (el conducto de Wharton es el de
excreción de la glándula salival submandibular), Nicolás Stenon (conducto de Stenon: excretor de la glándula
parótida), Caspar Bartholin, De Graaf y un largo etcétera.

Otro médico destacable de este período es Thomas Sydenham, apodado


como el Hipócrates inglés. Un clínico nato más interesado en la
semiología (la descripción de los síntomas como método diagnóstico)
que en la experimentación, y que también dejó su nombre asociado al de
enfermedades como la Corea de Sydenham. En sus tratados se plantea el
concepto de entidad morbosa, un concepto muy actual de enfermedad,
entendida como un proceso originado por las mismas causas, con un
cuadro clínico y evolutivo similar y con un tratamiento específico. Este
concepto de enfermedad lo completará, gracias a sus descripciones
anatómicas microscópicas Giovanni Battista Morgagni. Morgagni,
discípulo de Antonio María Valsalva destacó desde joven por sus
inquietudes médicas. Su obra más importante es "De sedibus et causis
morborum per anatomen indicatis" publicada en 1761 y en ella describe
más de 700 historias clínicas con sus protocolos de autopsias. En su
haber se cuenta la novedosa (y acertada) propuesta de que la
tuberculosis era una enfermedad infecciosa, susceptible por tanto de ser
contraída al contacto con enfermos. Esa teoría tardará en ser demostrada
por Robert Koch, pero origina los primeros movimientos sociales de
"cuarentena" en instituciones específicas para enfermos de este mal.

Marcello Malpighi también supo aprovechar las mejoras desarrolladas


por Anton van Leeuwenhoek en el microscopio. Sus descripciones de
tejidos observados bajo aumento le han valido el título de padre de la
histología. En su honor han quedado bautizadas unas estructuras renales
denominadas pirámides de Malpighi. Microscopio compuesto fabricado
hacia 1751 en Magny.
El despotismo ilustrado inspiró
un humanismo vertical que está
en el origen de la medicina social (antecedente de la salud pública),
cuyo primer gran éxito es la implantación de la vacuna de la viruela tras
el descubrimiento de Jenner. Ese mismo humanismo será el inspirador de
los primeros trabajos en ética médica (Thomas Percival) y de los
primeros estudios sobre historia de la medicina. Entre los cirujanos
notables de esta época están Pierre Dessault o Dominique-Jean Larrey
(cirujano de Napoleón) en Francia y John Hunter en Inglaterra.
La lección de anatomía del Dr.
Con la revolución industrial se dieron una serie de circunstancias
Nicolaes Tulp de Rembrandt.
sociales y económicas que impulsaron de nuevo a las ciencias médicas:
por un lado se inauguran los fenómenos migratorios de grandes masas
poblacionales que se hacinan en las ciudades, con las consecuencias insalubres correspondientes: mala
alimentación y desarrollo de enfermedades relacionadas con la misma (pelagra, raquitismo, escorbuto...) y
proliferación de enfermedades infecciosas (especialmente la tuberculosis). Pero también se dan las condiciones
técnicas para que los descubrimientos apuntados durante la ilustración vean cumplido y mejorado su desarrollo
técnico: El siglo  xix va a ser el siglo de la salud pública, de la asepsia, de la anestesia y de la victoria definitiva
de la cirugía.

El siglo xix
La medicina del siglo  xix todavía contiene muchos elementos de arte
(ars medica), especialmente en el campo de la cirugía, pero empieza a
vislumbrarse, merced a la imparable consecución de conocimientos y
técnicas, un modo de ejercerla más científico y, por tanto, más
independiente de la "habilidad" o la experiencia de quienes la practican.
Este siglo verá nacer la teoría de la evolución, expresión antropológica
del positivismo científico que le es propio. La realidad puede medirse,
comprenderse y predecirse mediante leyes, que a su vez van siendo
corroboradas por los sucesivos experimentos. Por ese camino avanzan la
astronomía (Laplace, Foucault), la física (Poincaré, Lorentz), la química
(Dalton, Gay-Lussac, Mendeleiev) y la propia medicina.

La figura médica por excelencia de este período fue Rudolf Virchow.


Desarrolló las disciplinas de higiene y medicina social, en los orígenes
de la medicina preventiva actual. Es el mismo Virchow el que postuló la Luis Pasteur en su laboratorio, por
teoría de "Omnia cellula a cellula" (toda célula proviene de otra célula) Albert Edelfelt. El siglo xix
y explicó a los organismos vivos como estructuras formadas por células. revoluciona la medicina: la asepsia,
Poco antes de su muerte, en 1902, será candidato al Premio Nobel de la medicina preventiva y el
Medicina y Fisiología, junto al español Santiago Ramón y Cajal, quien diagnóstico por imagen suponen un
obtendrá finalmente el galardón en 1906. salto cualitativo en los resultados
que la ciencia médica puede ofrecer.
Las últimas décadas del siglo  xix fueron de gran trascendencia para el
desarrollo de la medicina contemporánea. Joseph Skoda y Carl von
Rokitansky fundaron la Escuela Moderna de Medicina de Viena (Neue
Wiener Schule), cuna de la nueva hornada de figuras médicas de este
siglo. Skoda es considerado el principal exponente del “nihilismo
terapéutico”, corriente médica que propugnaba abstenerse de cualquier
intervención terapéutica, dejando al cuerpo recuperarse sólo o a través
de dietas apropiadas, como tratamiento de elección frente a muchas
enfermedades. Fue un notable dermatólogo y clínico, alcanzando fama
por sus diagnósticos brillantes, certeros e inmediatos. A él se debe la
recuperación y expansión de las técnicas diagnósticas a través de la
percusión (adelantadas por Leopold Auenbrugger un siglo antes), y crea
Una investigación (1897), obra de
en 1841 el primer departamento dermatológico junto a Ferdinand von
Joaquín Sorolla. La pintura muestra
Hebra, el maestro de la dermatología del siglo xix.
el interior del laboratorio del
neurólogo Luis Simarro.
Rokitansky es considerado por Rudolf Virchow «el Linneo de la
anatomía patológica» debido a su meticulosidad descriptiva, lo que
acabó dando nombre a varias enfermedades descritas por él (tumor de
Rokitansky, úlcera de Rokitansky, síndrome de Rokitansky...).

En 1848 Claude Bernard, el gran fisiólogo de este siglo y "fundador" oficial de la medicina experimental,
descubre la primera enzima (lipasa pancreática). En ese año comienza a emplearse el éter para sedar a los
pacientes antes de la cirugía y a finales de este siglo Luis Pasteur, Robert Koch y Joseph Lister demostrarán
inequívocamente la naturaleza etiológica de los procesos infecciosos mediante la teoría microbiana. En Francia y
Alemania se desarrolla la bioquímica, rama de la biología y de la
medicina que estudia las reacciones químicas implicadas en los procesos
vitales. De aquí surgirán los estudios sobre vitaminas y se pondrán los
cimientos de la nutrición y dietética modernas.

Ignaz Semmelweis (1818-1865) fue un médico húngaro que representa


el paradigma de la ruptura definitiva de la medicina contemporánea, de
índole empírica y sometida al método científico, con la medicina
"artesanal" ejercida hasta ese momento: De origen humilde, se formó en
Pest y posteriormente en el Hospital General de Viena, donde entró en
contacto con Skoda, Virchow, Hebra y Rokitansky, estudiando junto a
este último los procesos infecciosos en relación con las intervenciones
quirúrgicas. De ahí nacerá la obsesión que le acompañará toda su vida, y
que le llevará, durante su trabajo en una de las Maternidades del Ignaz Semmelweis, «el salvador de
Hospicio General de Viena, a establecer la fuerte sospecha de que la las madres».
mortalidad materna por una infección contraída durante el parto se debía
a que los estudiantes no se lavaban las manos antes de asistir a las
parturientas.

Obtuvo sus evidencias mediante un rudimentario, pero correcto estudio epidemiológico: comparando las salas
donde las mujeres eran asistidas solo por matronas, con las salas en las que los estudiantes ayudaban al parto, y
en las que la mortalidad era muy superior (hasta un 40 % de las mujeres que daban a luz en ellas morían por
dicha infección).73 ​

En realidad, y así lo postulo Semmelweis, el origen de la infección se encontraba en que los estudiantes acudían
a los partos después de asistir a las sesiones de disección de cadáveres, portando en sus manos un agente
infeccioso procedente del material putrefacto de los mismos. Y la solución, propuesta y corroborada con un
nuevo estudio por él mismo, se basaba en el lavado de manos previo al parto con una solución de cloruro
cálcico. Sin embargo, y salvo contadas excepciones, el estamento médico oficial rechazó sus evidencias,
tildándolo de farsante.

Los avances en el conocimiento de los diferentes órganos y tejidos se


multiplican durante todo el siglo. Theodor Schwann, Purkinje, la ley de
Frank-Starling, François Magendie, el conducto de Volkmann, la angina
de Ludwig, la enfermedad de Graves Basedow, la enfermedad de
Addison, Santiago Ramón y Cajal,... la lista de médicos insignes se hace
interminable, cada uno especializado en un órgano o territorio
específico. Fuera de este grupo, aun sin ser médico, pero de gran
trascendencia para la ciencia médica, hay que destacar a Gregor Mendel,
padre de la genética.

Louis Pasteur tampoco estudió medicina, pero puede considerarse uno Radiografía del tórax de un ser
de los investigadores más influyentes en la historia de la medicina del humano. Mediante el empleo de los
rayos x pueden visualizarse
siglo  xix. Su formación como químico le llevó a diseñar un método de
estructuras como huesos, corazón o
observación de sustancias químicas mediante luz polarizada, lo que le
pulmones.
abrió las puertas para el estudio de los microorganismos (inicialmente
levaduras), demostrando que en los procesos de fermentación no se
producían fenómenos de "generación espontánea" sino de proliferación
de microorganismos previamente presentes. Joseph Lister aplicaría posteriormente este conocimiento
desarrollando mediante calor la práctica quirúrgica de la asepsia y la antisepsia, y consiguiendo así disminuir
drásticamente las tasas de mortalidad tras las operaciones, principal obstáculo para el definitivo despegue de la
cirugía. El golpe definitivo a las enfermedades infecciosas (tras las vacunas y la asepsia) lo dará Alexander
Fleming a comienzos del siglo xx con el descubrimiento de la penicilina, el primer antibiótico.
El 8 de noviembre de 1895 Wilhelm Röntgen, un físico alemán, consiguió producir un nuevo tipo de radiación
electromagnética en las longitudes de onda correspondientes a los actualmente llamados Rayos X. Por ese
descubrimiento recibiría el Premio Nobel de Física en 1901. Es la primera de las técnicas de diagnóstico por
imagen que permitirán observar el interior del cuerpo humano en vivo. En 1896 los físicos Henri Becquerel,
Pierre Curie y Marie Curie descubrieron la radioactividad, que originaría la medicina nuclear.

El siglo xx
Entre los siglos XIX y XX se desarrollan tres concepciones o paradigmas médicos: el anatomoclínico (el origen
de la enfermedad está en la "lesión"), el fisiopatológico (se busca el origen en los "procesos" alterados) y el
etiológico (o de las causas externas), todos ellos herederos del modelo científico, principalmente biologicista y
fundamentación filosóficas en el positivismo. Cada vez despuntan menos genios individuales con repercusión
general y la investigación se basa en equipos interdisciplinarios o dedicados a búsquedas muy específicas. En
este siglo se articula la relación entre investigación e industria farmacéutica y se asienta la estadística como
procedimiento principal para dotar a la medicina de base científica. De hecho hacia finales del siglo se acuña el
término de medicina basada en la evidencia: los protocolos estandarizados de actuación, avalados por los
estudios científicos, van sustituyendo a las opiniones y experiencias personales de cada facultativo, y consiguen
otorgar al cuerpo de conocimientos teóricos médicos una validez global en un mundo cada vez más
interconectado.

Entre los más destacados médicos de este siglo cabe destacar a Sigmund Freud, el gran revolucionario de la
psiquiatría, Robert Koch, descubridor del bacilo causante de la tuberculosis, Paul Ehrlich, padre de la
inmunología, Harvey Williams Cushing, padre de la neurocirugía, o Alexander Fleming, descubridor de la
penicilina, con la que da comienzo la «era antibiótica» de la medicina.

En términos sociales, el conocimiento médico se consolida como un saber "experto" que permite definir lo
normal y lo patológico y no sólo en un sentido corporal sino, también, en un sentido social y cultural y resolver
así sin aparentes ambivalencias realidades culturales y sociales más complejas. Así se define la normalidad de las
mujeres a las que la medicina atribuye, hasta bien entrado el siglo, un exclusivo papel como esposas y madres,
en franca (y científicamente productiva) connivencia con las ideas sociales imperantes. Pero, además, la
medicina contribuye a medicalizar comportamientos que habían sido manejados con destrezas culturales muy
diversas. Desde la homosexualidad a la hiperactividad (comportamiento infantil travieso) van ocupándose
territorios de la vida y generándose etiquetas médicas y tratamientos farmacéuticos que proclaman resolver
complejas problemáticas sociales con la sistemática administración de ciertas píldoras. Pero la medicalización
también ha contribuido a generar respuestas sociales muy diversas de carácter individual o colectivo y a tomar
conciencia sobre la importancia de otros saberes culturales en la vida cotidiana que hoy en día se encuentran
amenazados por el monopolio médico.

Y en ese denso entramado de equipos investigadores y


superespecializaciones va desarrollándose también una nueva forma de
entender la enfermedad, o más bien, al enfermo, al hilo de una sociedad
que despierta al ecologismo (entendido como movimiento social que
pretende integrar de nuevo al individuo en el ambiente). Los siglos XVII
al XIX, profundamente racionalistas, se esforzaron en clasificar los
órganos, tejidos y enfermedades y en establecer las leyes de
funcionamiento de los procesos fisiológicos y patológicos. Pero la
evidencia de la complejidad de los seres humanos lleva a la conclusión En 1948 se funda la OMS bajo el
de que no hay enfermedades, sino personas enfermas. En este contexto amparo de la ONU, primer organismo
se desarrollan los modelos de salud y enfermedad propuestos por la médico internacional especializado
Organización Mundial de la Salud, y que incorporan las esferas en gestionar políticas de prevención,
psicológica y social a la biológica, como determinantes de la salud de las promoción e intervención en salud a
personas. En 1978 se celebra la Conferencia Internacional sobre nivel mundial.
Atención Primaria de Salud de Alma-Ata, donde se pone de manifiesto
esa declaración de principios, así como la importancia crucial de las
medidas sociales (suministro adecuado de agua potable y alimentos, vacunaciones...) y de la atención primaria
de salud para la mejora del nivel sanitario de las poblaciones. El lema (finalmente no cumplido) de esta
conferencia fue Salud para todos en el año 2000.74 ​

Sin embargo, paralelamente a esa evidencia, el desarrollo de la


farmacología a nivel industrial y económico ha convertido a la medicina
del siglo  xx en tributaria del medicamento como icono de salud. La
aspirina, sintetizada por Felix Hoffmann en 1897 se ha convertido en
uno de los símbolos de la cultura de ese siglo. Estos rasgos
contradictorios (una medicina deshumanizada y mercantilizada, pero que
ha conseguido erradicar enfermedades como la viruela o la poliomielitis
y que ha conseguido aumentar la esperanza de vida media por encima de
los 70 años en la mayoría de los países desarrollados)76 ​ son la síntesis
de la medicina moderna.

A partir de Emil Kraepelin y Eugen Bleuler, y posteriormente de


Sigmund Freud, despega una de las ramas más tardías de la medicina La medicina técnica, capaz de
moderna: la psiquiatría. El primero es el pionero en proponer que las desentrañar los secretos del cuerpo
enfermedades psiquiátricas son causadas principalmente por trastornos humano mediante dispositivos como
biológicos o genéticos. Bleuler realiza algunos aportes fundamentales en la resonancia magnética, ha
psiquiatría clínica (a él se deben los términos de esquizofrenia y generado una corriente social
autismo), y de Freud cabe decir que es el fundador del movimiento "medicalizadora", en la que
psicoanalítico. La escuela psicoanalítica, renovada por sus discípulos, ha problemas y conductas se
seguido en mayor o menor grado vigente tras la muerte de su fundador y convierten en enfermedades. De
las ideas centrales han trascendido a la psiquiatría alcanzando disciplinas este modo se consiguen dos
tan dispares como el arte, la religión, o la antropología pasando a formar objetivos: transferir la
parte de la cultura general. Posteriormente la psiquiatría recogerá, a responsabilidad del individuo a la
través de Karl Jaspers, las influencias de la fenomenología y el "enfermedad", y dejar su solución en
existencialismo y a través de John Broadus Watson, del conductismo. manos de la técnica.75 ​

En las últimas décadas del siglo  xx la psiquiatría desarrolló una escuela


psicofarmacológica basada en la premisa de que el mecanismo de acción de los psicofármacos revelaba a su vez
el mecanismo fisiopatológico secundario al trastorno psíquico acercándose de este modo a la neurofisiología.

Más logros técnicos que deben destacarse son la transfusión sanguínea, llevada a cabo por primera vez con éxito
en este siglo gracias a los trabajos sobre grupos sanguíneos desarrollados por Karl Landsteiner, o el trasplante de
órganos, abanderado, no por el primero, pero sí por el más mediático y exitoso de sus desarrolladores: Christiaan
Barnard, primer cirujano en realizar con éxito un trasplante de corazón.

Nace la genética molecular, y se desarrollan las aplicaciones de la física en diferentes áreas de la medicina: el
empleo de radioisótopos, la electroforesis, la cromatografía, la espectrofotometría, el uso del láser, el microscopio
electrónico, las técnicas de ultrasonidos en ecografía, la tomografía axial computarizada o la resonancia
magnética.

La automatización del cálculo mediante sistemas informatizados ha transformado la sociedad del siglo  xx. Esa
herramienta ha supuesto un gran impulso para muchas ciencias aplicadas como la medicina. Posiblemente el
mayor logro médico del siglo xx sea la secuenciación del genoma humano y aunque todavía se tardarán algunas
décadas en comprender y aprovechar ese enorme caudal de información, no cabe duda de que supondrá una
nueva revolución en el modo de abordar muchas enfermedades e, incluso, en el modo de comprender y definir al
ser humano.

Principales avances de la medicina


Los principales avances médicos de la historia
3000 a. C.: Primeras evidencias de trepanaciones, con supervivencia del paciente, en la
cuenca del Danubio.
Siglo iv a. C.: en Grecia, Alcmeón de Crotona desarrolla la primera teoría natural de la
enfermedad.
420 a. C.: Hipócrates escribe los Tratados hipocráticos y crea el juramento hipocrático.
1451: Nicolás de Cusa inventa lentes cóncavas para tratar la miopía.
1543: Andrés Vesalio publica De humanis córpori fábrica, el mismo año en que Copérnico
enuncia que el modelo Ptolemaico es erróneo.
1588: Francisco Díaz publica en castellano el que será considerado el primer tratado mundial
sobre urología.
1628: William Harvey explica el sistema circulatorio y la estructura del corazón en De motu
cordis et sanguinis.
1665: John Elsholz realiza la primera inyección intravenosa.
1796: Edward Jenner desarrolla la primera vacuna eficaz contra la viruela.
1800: Humphry Davy publica las propiedades anestésicas del óxido nitroso.
1816: René Laennec inventa el estetoscopio.
1839: Rudolf Virchow publica la teoría celular.
1842: Crawford Long lleva a cabo la primera intervención quirúrgica con anestesia.
1865: Publicación del artículo de Gregor Mendel Experiments on Plant Hybridization, que da
inicio a los estudios sobre genética.
1869 Friedrich Miescher descubre el ADN.
1870: Louis Pasteur y Robert Koch publican la teoría microbiana de las enfermedades
infecciosas.
1895: Wilhelm Röntgen descubre los rayos X.
1896: Henri Becquerel descubre la radioactividad.
1906: Frederick Gowland Hopkins describe las vitaminas y propone su carencia como causa
del escorbuto y del raquitismo.
1910: Thomas Hunt Morgan demuestra que los genes residen en los cromosomas.
1929: Alexander Fleming publica su descubrimiento sobre la penicilina en el British Journal of
Experimental Pathology dando inicio a la era antibiótica.
1933: Jean Brachet demuestra que el ADN se encuentra en los cromosomas y que el ARN
está presente en el citoplasma de todas las células.
1953: Francis Crick, James D. Watson y Rosalind Franklin descubren la estructura molecular
del ADN.
1980: La OMS declara oficialmente erradicada a la viruela, la primera enfermedad humana en
ser completamente vencida.
1990: Se funda el Proyecto Genoma Humano con la misión de determinar las posiciones
relativas de todos los nucleótidos (o pares de bases) e identificar los 20 000 a 25 000 genes
presentes en él. El proyecto se completa en el 2003.
1992: El “Evidence-Based Medicine Working Group” (EBMWG) de la Universidad McMaster
en Ontario (Canadá), publicaba en la revista JAMA, el artículo titulado: Evidence-based
medicine. A new approach to teaching the practice of medicine, dando origen a la medicina
basada en la evidencia.

Véase también
Portal:Medicina. Contenido relacionado con Medicina.
Anexo:Cronología de la medicina y de la tecnología médica
Anexo:Premio Nobel en Fisiología o Medicina
Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos
Historia de la anticoncepción
Historia de la ciencia
Historia de la ciencia y la tecnología en España
Historia de la cirugía
Historia de la depresión
Historia de la hipertensión
Historia de la farmacia
Historia de la medicina general en España
historia de la Organización Médica Colegial de España
Historia de la psiquiatría
Historia de la tecnología
Historia de la tuberculosis
Medicina
Medicina del sueño
Medicina en la prehistoria y la protohistoria

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Enlaces externos
Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Médico.
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Historia de la medicina.
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Médicos.
Wikcionario tiene definiciones y otra información sobre Médico.
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Mil años de Ciencia en Italia, Cronología de la Medicina (en italiano) (http://www.imss.fi.it/millean
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El Nosocomio (https://web.archive.org/web/20100802143724/http://www.elnosocomio.com/)
Academia Panamericana de Historia de la Medicina (https://academiapanamericanahistoriamedi
cina.weebly.com/)
Sociedad Internacional de Historia de la Medicina (http://www.biusante.parisdescartes.fr/ishm/sp
a//)

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