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Capítulo 7 Psicología Del Desarrollo y El Aprendizaje I - Bibliografía

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CAPÍTULO 7

LAS ENCRUCIJADAS DE LA PSICOLOGÍA EVOLUTIVA


Lo innato frente a lo adquirido
La individual frente a
lo sociocultural
La psicología de la infancia y
adolescencia frente a la psicología
del ciclo vital
¿DE DÓNDE VENIMOS Y HACIA DONDE VAMOS?
¿De dónde venimos?
¿Dónde estamos?
¿Adónde vamos?

Las encrucijadas de la Psicología Evolutiva

La Psicología Evolutiva, si por algo se caracteriza, es por su gran fragmentación en


múltiples modelos explicativos alternativos que pretenden explicar diferentes o
incluso idénticos fenómenos.
La presencia de esta multiplicidad de modelos y formas de estudiar el desarrollo
muchas veces ha tomado la forma en nuestra disciplina de alternativas
contrapuestas sobre las que cada modelo se pronuncia y que establecen las
diferencias entre ellos.

Lo innato frente a lo adquirido

La dicotomía entre lo innato y lo adquirido se centra en el porqué del cambio, en


las razones que lo explican.
Ciertamente, esta es una cuestión central dentro toda ciencia evolutiva, que tiene
entre sus tareas principales esclarecer porqué es posible que estructuras y
funciones complejas surjan de otras anteriores más simples,es decir, de porqué lo
simple puede dar lugar a lo complejo.
Diferentes concepciones del desarrollo atribuyen a causas diferentes los cambios
evolutivos. En esta atribución de causas al desarrollo, ya desde los primeros
momentos de la Psicología Evolutiva como ciencia se configuraron dos grandes
posiciones: una contempla estas causas como factores en último término biológicos
y la otra que enfatiza las causas ambientales, sociales o culturales como motor del
desarrollo.
Sin embargo, aunque ambas posturas pueden contemplarse como los extremos de
un continuo, curiosamente comparten una asunción común: la complejidad se
puede atribuir a alguna fuente preexistente al organismo que la muestra. Para los
innatistas (o nativistas), esa complejidad ya estaba presente en los genes del
individuo, que mantienen codificada la información necesaria para desplegarla en
el momento adecuado. En cambio, para los empiricistas, la complejidad donde
preexiste es en el ambiente, y el individuo la absorbe a través de procesos de
aprendizaje. En ambos casos, no sólo se cree que la información necesaria para
dar cuenta de la complejidad precede al individuo, sino que también se minimizan la
transición entre las formas y actividades simples y las complejas:
• Para el innatismo, los estados iniciales son más complejos de lo que aparentan.
Los genes tienen codificado todo lo necesario desde el primer momento, los
niños nacen preprogramados con las esencias de las competencias que
mostrarán en su forma adulta.
• Para el empiricismo, la complejidad final es realmente más simple de lo que
parece, y puede ser explicada a partir de mecanismos muy simples.
Entre estos dos extremos del continuo podemos encontrar, obviamente, un amplio
abanico de posibilidades. En una posición central encontramos el constructivismo,
que adopta una postura que tiene en cuenta la interacción entre lo innato y lo
adquirido enfatizando el papel activo del individuo en la construcción del
conocimiento.
¿Cuál es el estado actual de la cuestión en Psicología Evolutiva? Quizá un
repaso, necesariamente breve, por la trayectoria de estas posiciones a lo
largo de la historia de nuestra disciplina permitirá comprenderlo.
En este sentido, las posiciones innatistas se vieron reforzadas, en un principio, por
la gran influencia de Darwin y las teorías evolucionistas y los avances de la
genética. Así, algunas de las primeras teorías evolutivas veían el proceso de
desarrollo como el despliegue de unas potencialidades, de unas capacidades
predeterminadas desde el nacimiento
Sin embargo, con la aparición del conductismo en los años 20, el debate se
decantará claramente a favor de las posiciones empiricistas, al menos dentro del
ámbito anglosajón, y durante prácticamente medio siglo la creencia del ser humano
como una caja negra que va acumulando asociaciones entre estímulos ambientales
y respuestas dominarán la psicología. En la Psicología Evolutiva, sin embargo, aún
bajo el dominio conductista, se mantendrán posiciones alternativas:
• En la teoría de Piaget, que se aleja tanto del innatismo como del empirismo
para crear una tercera vía constructivista, en la que la actividad del sujeto es
la clave (ver, por ejemplo, Piaget, 1980, p. 3).
• En la tradición socioculturales soviéticas (con Vigotski a la cabeza) que, aunque
enfatiza los factores sociales y culturales en el desarrollo, lo hace descartando
el reduccionismo y el elementarismo conductista. Esta posición también es
considerada constructivista, pero mientras el constructivismo en Piaget es
individual, en Vigotski es social y cultural.
Hoy por hoy el empirismo radical que representa el conductismo prácticamente ha
desaparecido como enfoque teórico relevante en la Psicología Evolutiva
contemporánea.
En cuanto al innatismo, con la revolución cognitiva, en los años 50 y 60 del pasado
siglo, y el declive del conductismo como modelo dominante de explicación
psicológica, experimentará un cierto ‘revival’, que continúa en la actualidad, de
manera que hoy en día podemos decir que un numeroso grupo de investigaciones
evolutivos está inspirado en ideas de corte innatista más o menos radicales.
Esta recuperación del debate entre lo innato y lo adquirido al principio tiene lugar
desde un punto de vista psicométrico, en investigaciones empíricas que intentarán
determinan cuantitativamente el grado de determinación genética o ambiental de
competencias como la inteligencia.
En cuanto al constructivismo, en la actualidad goza también de buena salud. Sin
embargo, no podemos hablar de un único constructivismo sino de varios
constructivismos, de naturaleza muy diversa. Tienen en común no sólo la
concepción del sujeto como un participante activo en la construcción del
conocimiento, sino también el rechazo, más o menos virulento, a las posturas
innatistas: en esta atribución del desarrollo a causas innatas ven un intento, en
último término, de escamotear la explicación evolutiva. Desde este punto de vista,
los factores innatos son una especie de ‘misterio’ que nos impide ir más allá y
avanzar en cómo se produce el proceso desarrollo y los modelos innatistas serían
en el fondo muy poco evolutivos

La individual frente a lo sociocultural

La psicología del desarrollo (y, en general, la psicología) es una disciplina científica


que ha partido de presupuestos dualistas a la hora de explicar el comportamiento
humano. De acuerdo con estos presupuestos, el individuo y el entorno que le rodea
(el mundo externo al individuo) son entidades radical e inherentemente diferentes.
Dentro de este esquema, el conductismo optó por un tipo de explicación que
podríamos denominar outside-in: el conductismo, el ambiente, entendido como un
conjunto determinado de estímulos discretos, potencialmente asociables al
comportamiento del sujeto, es el motor y configura el desarrollo del
comportamiento de la persona.
Con la caída del conductismo, el péndulo entre lo externo (el ambiente) y lo interno
(el sujeto) cambió hacia este. De lo que se trataba entonces era de explicar el
desarrollo partiendo del individuo e intentando dar cuenta de las estructuras,
funciones y procesos que tienen lugar en la mente individual. Estos modelos optan
por una línea de explicación inside-out, en la que el motor del desarrollo se
encuentra dentro del sujeto y este desarrollo tiene sus efectos en la relación que el
individuo establece con el contexto- ambiente que le rodea. Por ejemplo:
• Para Piaget (y sus modelos derivados, como la teoría de la teoría), el entorno
es un mundo de objetos físicos o sociales susceptibles de recibir la acción del
niño y, en el mejor de los casos de plantear conflictos que facilitan el
desequilibrio cognitivo (interno) y el cambio (interno) de esquemas.
La intención de estas teorías era, en último término, dar cuenta del individuo en
abstracto, de la mente humana en lo que tiene de general, desvinculándola del
mundo que la rodea y, en concreto, de las personas y el contexto social y cultural en
el que tiene lugar el desarrollo.
En las últimas décadas, han surgido algunas propuestas que pretenden romper
este individualismo que ha caracterizado la Psicología Evolutiva durante la segunda
mitad del siglo XX, dando una importancia fundamental al contexto como fuente de
desarrollo, pero sin volver a caer en las cajas negras conductistas.
Esta mirada hacia el contexto se ha producido de varias maneras. Por una parte,
los estudios transculturales o modelos como la psicología lifespan de Baltes
enfatizan el papel el contexto (el contexto físico, pero también el social y el cultural)
como aspecto determinante del desarrollo. Desde este punto de vista, sin embargo,
se mantiene un dualismo de base en el que se siguen diferenciando claramente
entre individuo y ambiente/contexto y en el que el contexto se conceptualiza y
fragmenta en variables discretas (aunque ya no en estímulos, sino muchas veces de
carácter amplio: étnia, clase social, nivel educativo, etc.)
Una segunda forma, supone la ruptura con el dualismo inherente a la gran mayoría
de modelos evolutivos. En esta segunda alternativa, que cuenta como inspirador la
psicología sociocultural rusa, con Vigotski a la cabeza, el individuo no es un a priori,
sino una creación cultural en la interacción con las personas significativas,
vehiculada a partir de instrumentos culturales, es lo fundamental. Desde este punto
de vista, el contexto deja de ser un input o un escenario del que se recibe
información o al que se vierten ciertos productos de la mente, para pasar a ser
una parte esencial de la propia trama de la actividad psicológica, una actividad
psicológica que antes de serindividual ha sido compartida

La psicología de la infancia y adolescencia frente a la psicología del ciclo


vital

Una última encrucijada que nos gustaría comentar se refiere a la propia extensión
del campo de estudio de la Psicología Evolutiva.
Si hemos definido la Psicología Evolutiva en función del concepto amplio de
cambio, parecería lógico que este estudio del cambio se extendiera a los cambios
que se dan a lo largo de la vida, y no únicamente a los que acaecen en una
determinada parte de ella.
Sin embargo, tradicionalmente la Psicología Evolutiva ha sido, de facto, una
psicología del cambio en la infancia y la adolescencia, olvidando los cambios que
acontecen más allá de estas edades. Sólo en las últimas dos décadas han
aparecido corrientes importantes (aunque antecedentes tenemos a lo largo de toda
la historia de la disciplina) que abogan por esta extensión de la Psicología Evolutiva
a todo el ciclo vital.
Las razones de esta autolimitación de la Psicología Evolutiva al ámbito de la infancia
y la adolescencia en nuestra opinión estriban en la presencia de cierta noción de
desarrollo, una noción que importa este concepto de la biología y que caracteriza a
los modelos que podemos englobar dentro de lo que llamaremos metamodelo
organicista.
Desde esta perspectiva, el desarrollo se entiende como una secuenciaordenada de
cambios evolutivos que presentan las siguientes características:
• Sólo se entiende por desarrollo aquellos cambios que suponen una ganancia
para el organismo.
• Son cambios en las estructuras y funciones del individuo paralelos a los
cambios biológicos entendidos como maduración o crecimiento físico y muy
asociados a la edad.
• El desarrollo se contempla como un proceso de carácter normativo y universal.
• El desarrollo es un proceso que sigue patrón similar de ganancia en todas las
diferentes estructuras y funciones psicológicas del individuo: el desarrollo
supone el progreso de todas ellas.
• El desarrollo es un proceso de carácter ordenado y secuencial.
• Existe una meta específica hacia la que la persona avanza en su proceso de
desarrollo y que supone la culminación del proceso
Esta concepción maduracionista del desarrollo como proceso paralelo al
crecimiento biológico subyace a concepciones defendidas por figuras de gran
prestigio e influencia dentro de la Psicología. Por ejemplo, Piaget, centrándose en el
ámbito cognitivo, plantea el desarrollo como una serie de etapas normativas que la
persona sigue en su infancia (estadios sensoriomotor, preoperacional, operacional
concreto) hasta llegar, en laadolescencia, a la meta del desarrollo: el estadio de las
operaciones formales, caracterizado por la presencia de un tipo de pensamiento
hipotético-deductivo propio de la ciencia. En su esquema, el acceso a una
determinada etapa tiene como requisito la presencia previa del tipo de pensamiento
propio de la etapa anterior. El trabajo de Freud también podría ser otro ejemplo
paradigmático, esta vez centrado en el ámbito del desarrollo psicosexual y de la
personalidad. Las diferentes etapas, caracterizadas por una fijación de la libido en
unas zonas determinadas (fases oral, anal y fálica), son transiciones que si son
superadas con éxito permiten llegar a una etapa final de madurez, alcanzada en la
adolescencia con la genitalidad. En el caso de Freud, como en el de Piaget, su
formación biológica previa puede de alguna manera explicar o hacer comprensible
esta adscripción a concepciones del desarrollo de corte maduracionista.
El desarrollo se entiende que es propio de unas ciertas fases del ciclo vital y no de
otras. En concreto, se restringe el desarrollo psicológico del individuo a aquellas
etapas en las que se da maduración o crecimiento físico, es decir, a la infancia y
adolescencia. El resultado es una Psicología Evolutiva que se dedica al estudio de
la infancia y la adolescencia, ignorando los procesos evolutivos que más allá de
estas etapas.
Aunque esta separación continúa todavía hoy vigente, algunos teóricos abogan por
una Psicología Evolutiva que sea verdaderamente una psicología del ciclo vital, sin
privilegiar unas etapas de la vida por encima de otras, y que permita reintegrar el
estudio del desarrollo adulto y el envejecimiento dentro del ámbito de la Psicología
Evolutiva. Para permitir esta ampliación del campo de estudio han propuesto un
concepto alternativo de desarrollo que permite esta ampliación. Este nuevo
concepto de desarrollo presentaría, entre otras, las siguientes características
(Baltes, 1987; p. 613):
• Multidimensionalidad: los procesos de cambio no afectan necesariamente a
todas las dimensiones del ser humano. En determinado momento evolutivo
algunas pueden presentar ganancias mientras, simultáneamente, en otras
pueden darse procesos de cambio negativo o pueden permanecer estables.
Por otra parte, se deja de considerar que existen etapas vitales de ‘cambio’
(positivo en la infancia, negativo en la vejez), mientras otras son de
‘estabilidad’ (madurez). Cambio y estabilidad son parámetros presentes a lo
largo de todo el ciclo vital.
• Énfasis en las diferencias individuales: el desarrollo ya no se concibe como
un proceso normativo, sino que, además de reconocer las diferencias
intraindividuales, también se reconocen las diferencias interindividuales,
producto del intento de adaptarse a las condiciones particulares de vida que
afectan al individuo. Esta capacidad plástica del ser humano se mantiene en
todas sus etapas vitales, incluida la vejez.
• Desarrollo como coocurrencia de pérdidas y ganancias: lejos de entenderse
sólo como ganancia, el desarrollo en cualquier momento del ciclo vital es el
conjunto de ganancias (cambios hacia una optimización adaptativa de
determinada dimensión) y pérdidas (cambios que suponen un deterioro o
empeoramiento de la capacidad adaptativa en cierta dimensión). Ningún
cambio evolutivo en ninguna etapa es sólo ganancia o sólo pérdida.
• Énfasis en una multicausalidad en el desarrollo, que permita atribuir
los cambios no únicamente a factores de tipo biológico, sino que tenga en
cuenta también las variables de tipo ambiental, social y cultural y su efecto en
la trayectoria evolutiva de las personas.

¿De dónde venimos y hacia dónde vamos?

¿De dónde venimos?

El siglo pasado, que prácticamente vio nacer nuestra disciplina, también vió
aparecer y caer grandes teorías y sistemas explicativos de amplio alcance, entre
los que encontramos:
• El psicoanálisis, aunque con gran importancia histórica, es un modelo teórico
que hace años que dejó de estar en primera línea de las investigaciones
evolutivas, debido, entre otras razones a su falta de compromiso con cierto
modelo de ciencia.
• El conductismo, que ejerció gran dominio sobre la psicología (especialmente la
anglosajona) durante la parte central del siglo XX, se ve a partir de la década
de los 50 y 60 de ese siglo seriamente cuestionado, hasta prácticamente
desaparecer como modelo también deprimera línea.
Somos conscientes que estos dos grandes modelos no son los únicos presentes en
la primera mitad de siglo, pero sí, especialmente por lo que respecta al
conductismo, los que tenían voluntad de aportar una versión explicativa global y de
carácter científico del panorama psicológico en general y evolutivo en particular. La
caída de estos grandes modelos dio paso a otros, que podríamos llamar de
segunda generación, unos modelos que han dominado el ámbito evolutivo durante
la segunda mitad del siglo pasado y que, de alguna manera, se han convertido en
esperanzas frustradas de contar con una explicación homogénea del desarrollo.
Son propuestas que han cambiado la faz de la Psicología Evolutiva, pero que no
han conseguido dominarla:
• La revolución cognitiva de los años 50 y 60, que tanto contribuyó a la crisis del
conductismo prometiendo un nuevo estudio científico de las entidades internas
que habían sido vedadas desde la ‘dictadura’ de la conducta, se concretó en un
modelo de procesamiento de la información que equipara a las personas a
ordenadores. Un modelo que, tras unas décadas de popularidad, ha ido
perdiendo fuelle como punto de partida integrador para el estudio del desarrollo.
• La perspectiva de Piaget, que nunca se perdió en la Europa Continental, fue
redescubierta en los países anglosajones en los años 60. Tras una gran
popularidad inicial, en parte debido a su gran consistencia interna y aplicación a
múltiples ámbitos del desarrollo, ha ido mostrando algunas de sus carencias y
rigideces en la explicación de muchos fenómenos de desarrollo.
• Las propuestas de Vigotski y de la psicología sociocultural rusa, que, aunque
también fue redescubierta con entusiasmo en los años 70 por el mundo
anglosajón, se ha hecho un hueco sólido, pero no dominante, en eso que
podemos llamar el mainstream de las Psicología Evolutiva.

¿Dónde estamos?

Los últimos 15 o 20 años han conocido una expansión sin precedentes tanto por lo
que respecta al número de investigadores y publicaciones centradas en el
desarrollo desde todos los puntos de vista, pero desde estos tres grandes sistemas
(en especial de la teoría de Piaget), en opinión de algunos autores la Psicología
Evolutiva se encuentra huérfana no sólo de sistemas teóricos integradores, sino
siquiera de la esperanza de que puedan proponerse algún día
¿Dónde se ha realizado entonces la gran inversión de esfuerzo investigador?
Creemos que en al menos estos aspectos (a modo de síntesis):
• Aparición o auge de modelos relativamente nuevos. En cualquier caso, estos
modelos no tienen la ambición de los que ya hemos mencionado, y se
conforman con especializarse en ciertos ámbitos, generalmente reducidos, de
comportamiento, para los que ofrecen explicaciones y predicciones muy
precisas.
• A veces estos modelos proceden de la evolución de modelos ya existentes.
En este caso encontramos al conexionismo y sus modelos
computacionales que cambiar la metáfora del ordenador por la metáfora
del cerebro y la neurona, o a la teoría de la teoría, que incorpora a unos
fundamentos constructivistas de sabor piagetiano conceptos del
procesamiento de la información e incluso admiten propuestas innatistas
• Por último, encontramos algún modelo con propuestas genuinamente
novedosas (aunque es dudoso que podamos calificar una propuesta de
‘nueva’ cuando toda idea recoge aportaciones de ideas anteriores), como
por ejemplo los modelos de sistemas dinámicos. Estos modelos pueden
ser tanto una fuente teórica que inspire nuevas investigaciones como un
punto de partida para integrar y hacer compatibles modelos diversos que
prestan atención a niveles diferentes de la realidad.
• Auge de la neuropsicología y de la búsqueda en la biología de las causas del
comportamiento y el desarrollo. Este giro hacia la biología se produce a veces a
partir de conceptos psicológicos que se intentan materializar en aspectos
biológicos a veces de forma distal (aludiendo a explicaciones de tipo
evolucionista), otras a partir de la incorporación de conceptos con sabor
biológico en teorías psicológicas
• Expansión de un punto de vista sociocultural sobre el desarrollo que,
inspirado en las ideas de Vigotski y la escuela sociocultural rusa han
profundizado en su explicación y también, como si fuera una subdisciplina, ha
seguido una dinámica propia de especialización y división en ‘escuelas’ o
corrientes. Así, mientras algunos permanecen más fieles a las ideas originales
de Vigotski, profundizando en conceptos como la interiorización o la zona de
desarrollo próximos, otros se muestran más radicales en la ‘culturización’ de la
Psicología Evolutiva, hablándonos de aprendizajes situados, de apropiación de
prácticas compartidas, de discursos y narrativas, etc. Aún otros intentarán
abordar cuestiones que Vigotski abordó, pero no con la suficiente profundidad,
como la fundamentación filogenética e histórica del desarrollo ontogenético.
• Por último, también es necesario comentar que la expansión de la Psicología
Evolutiva no sólo se ha producido verticalmente (en profundidad y
especialización) sino también horizontalmente (a lo largo del ciclo vital). Aquí
cabe destacar el crecimiento absolutamente espectacular que han tenido los
estudios sobre aspectos psicológicos de la adolescencia y, sobre todo, del
desarrollo adulto y el envejecimiento. Aunque no todos estos estudios tienen
una inspiración evolutiva, su relevancia para la configuración de una psicología
del desarrollo que comprenda todo el ciclo vital es fundamental y los debates
que se producen en este ámbito son en gran medida los mismos que los que
podemos encontrar en la Psicología Evolutiva infantil, la tradicional.
Aparte de estos nuevos ámbitos de investigación, dos tendencias subyacen a la
evolución de nuestra disciplina durante los últimos años:
• Por una parte, la cada vez mayor interdisciplinariedad. En concreto, es cada
vez mayor la influencia de disciplinas de tipo bio- médico (especialmente
disciplinas neurológicas), de ciencias computacionales (diseño de cerebros-
ordenadores cada vez más potentes y con mayor posibilidad de simular el
comportamiento humano) y de las ciencias sociales y culturales (lingüística,
antropología, etc.) Esta influencia, sipor una parte sin duda enriquece y aporta
una mayor profundidad a la explicación psicológica, por otra difumina los límites
tradicionales de nuestra disciplina.
• Por otra, un desarrollo muy grande durante los últimos años de las aplicaciones
prácticas de nuestra disciplina. La complejidad de las sociedades occidentales
(donde se produce la Psicología Evolutiva) y las numerosas problemáticas
que esto implica, algunas endémicas y otras de nueva producción que afectan o
que tienen implicaciones para la Psicología Evolutiva (nuevas configuraciones
familiares, cambios tecnológicos que plantean nuevas exigencias, nuevas
enfermedades, mayor contacto entre culturas en un mundo globalizado,
criminalidad y conflicto social, etc.) La PSICOLOGIA EVOLUITIVA se ve urgida
en producir conocimientos relevantes para comprender estas situaciones y para
poder, a partir de ellos, diseñar soluciones y medios para atajar los problemas,
por una parte, para mejorar la vida colectiva e individual por otra.

¿Adónde vamos?

Hemos descrito el panorama presente de la Psicología del Desarrollo y el


Aprendizaje como un panorama de fragmentación y multiplicidad. Desde esta
descripción, muchos estarían tentados de mantener una visión pesimista de la
situación actual de la Psicología Evolutiva y, en consecuencia, pesimista también
en cuanto a su futuro.
No creemos, sin embargo, que esta multiplicidad y fragmentación sea
necesariamente algo perjudicial para la disciplina. Hemos de recordar que a esta
diversidad se llega, precisamente, a partir de la crítica a modelos de desarrollo
quizá demasiado monolíticos y totalizadores, y como un intentode comprender de
manera más profunda el desarrollo del ser humano.
Si el pasado y el presente es la mejor (y a veces el único) indicador fiable de cómo
será el futuro, no creemos muy arriesgado afirmar que el futuro nos seguirá
deparando una profundización en la interdisciplinariedad y en la investigación
aplicada. Respecto a las perspectivas teóricas, dos serán las vías de progreso de la
disciplina:
• Por una parte, una psicología cada vez más ‘biologizada’ propone incluso lo
que el denomina ‘biología evolutiva’ como el único candidato posible a ser una
teoría dominante en la Psicología Evolutiva del futuro,el modelo que sustituya a
las ‘grandes teorías’, con la teoría de Piaget a la cabeza, que han venido
experimentando un declive
• Por otra, Bjorkund hipotetiza también un movimiento en sentido aparentemente
contrario: un auge de la cultura como elemento fundamental para la
Psicología Evolutiva. Este movimiento implicará una comprensión del
comportamiento humano como inherentemente constituido y situado dentro de
un contexto sociocultural, a través del que adquiere sentido y que, por otra
parte, ayuda a mantener y crear.

¿No son estas dos direcciones de la Psicología Evolutiva contradictorias?
¿No contribuirán, debido a ello, a una cada vez mayor fragmentación de nuestra
disciplina que podría desembocar en una escisión? De acuerdo con Bjorklund, la
respuesta para que esto no se produzca se encuentra en marcos teóricos que
puedan articular ambos puntos de vista, que puedan dar cuenta del
comportamiento humano como un sistema de múltiplesniveles en interacción, en el
que ambos tipos de factores no únicamente puedan coexistir pacíficamente, sino
que se conciban como densamente entrelazados, siendo el examen de estos lazos
el mayor desafío con el que se encontrará nuestra disciplina en el futuro. Un
sistema en el que puedan convivir múltiples niveles de explicación en interacción,
sin reduccionismos.

Cartografía de la psicología del desarrollo


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