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Cp 2 DELACAMPAGNE. LAS FILOSOFÍAS DEL FINAL.

Este capítulo engloba corrientes heterogéneas de finales del siglo XIX o principios del siglo XX
que tienen en común la conciencia de cierre o de final de un momento. En concreto, el tema
desarrolla tres grandes filosofías del final:

1. Final de Europa como unidad común de paz y civilización tal como aparece en la
Ilustración, entorno a la terrible Guerra de 1914-18. Nos centraremos en dos autores:
Franz Rosenweig y Martín Heidegger (que aparecerá en otros temas, especialmente el
tercero).
2. La conciencia opuesta de que es posible superar la opresión impuesta sobre el
proletariado por la II Revolución industrial, cuyo momento álgido se presenta en la
revolución de 1917. Hablaremos de Marx y de las variantes que adoptará el marxismo,
que aparecerá en el tema 4.
3. El círculo de Viena propugna, desarrollando las tesis del atomismo lógico que hemos
visto en el tema 1, el final de la metafísica.

El problema es que el hombre, la historia y la filosofía siguen. Por eso, el tema concluye con
algunas propuestas para seguir pensando después de los supuestos finales anteriores.

1. EL FINAL DE EUROPA.

Europa había disfrutado de paz desde la Guerra francoprusiana (1870). La creación de la


sociedad de naciones, daba la idea de que era posible una cultura europea en paz. La primera
guerra mundial, mucho más cruenta que todas las anteriores, destruye completamente esa
posibilidad. Se suceden los escritos que manifiestan esa crisis: en 1918 escribe Spengler “la
Decadencia de Occidente”; dos años después, Freud pondrá el instinto de muerte (Thanatos) a
la altura del de placer. Se suceden las escuelas filosóficas que propugnan un patriotismo
militante como H. Cohen en Marburgo (neokantismo) al que se enfrentan Ernst Cassirer y los
fenomenólogos como Max Scheler o Karl Jaspers. Algo parecido intenta desde Francia el
premio nobel Henri Bergson.

En este contexto destaca la figura de Franz Rosenweig, pensador judío, que partiendo de
Hegel se va a ir alejando progresivamente de él. El Estado-nación de Hegel se presenta como
un absoluto que sacrifica en su seno al individuo y que justifica la guerra como desarrollo de
los pueblos. Rosenweig reacciona contra las pretensiones totalitarias del logos dialéctico
hegeliano (y después marxista).

En 1921 escribe su obra “La estrella de la redención”. Entiende la muerte como un absurdo al
que la filosofía quiere darle sentido, pero no lo hace desde la metafísica clásica. Proyecta un
mundo nuevo y una resurrección espiritual.

Frente a él, alcanza en los años anteriores a la II Guerra Mundial un papel estelar Martin
Heidegger. De origen católico, discípulo de Husserl (al que vimos en el capítulo primero) se
afilia al partido nazi y escribe desde la fenomenología su obra crucial: “Ser y tiempo” (1927),
que supone una eliminación de la ontología clásica que procede desde los griegos. Para
Heidegger, la ontología metafísica anterior es culpable del olvido del ser, que se toma como un
objeto. Por el contrario, él lo entiende como una vivencia del sujeto, como realidad en la que
existe el ser humano, que es el ser que además de existir, es consciente de su existencia. Por

1
ello, Heidegger lo llama “dassein”. A partir de las vivencias fenomenológicas conscientes del
ser humano estudia las categorías fundamentales de su vida que para él son:

- La TEMPORALIDAD. El ser humano es el animal que tiene el sentido y la conciencia del


tiempo. Vive proyectándose hacia adelante, desde el pasado al futuro. Visto desde la
inmanencia en la que vive Heidegger tras abandonar la fe cristiana, el límite temporal
del “Dassein” es la muerte (es un “ser para la muerte” con una experiencia de angustia
que antes ha descrito Rosenweig y en el siglo XIX Kierkegaard, el padre de los
existencialismos).

- La HISTORICIDAD. El ser humano se sabe finito y debe vivir su existencia desde su


libertad, de forma inauténtica (en el anonimato), como un ente entre los otros entes;
o de forma auténtica (integrándose en la comunidad espiritual en la que vive, que él
asociará en este momento con Alemania y el proyecto nazi).

Heidegger es un autor muy leído pese a la dificultad de su obra, en la que rompe con el
intelectualismo ilustrado (especialmente en su debate de 1929 “¿Qué es el hombre?” con
Cassirer). En 1928 escribe “¿Qué es metafísica?” donde abunda en la angustia que produce la
nada de la libertad interior. Rompe con las posibilidades de la razón que defendía Husserl
considerando que la Filosofía no puede ser ciencia.

2. EL FINAL DE LA OPRESIÓN.

La segunda gran línea de desarrollo es el desplome de los Imperios que se producirá en la


Guerra del 14, y la entrada en escena del marxismo en Rusia, que encarna lo mejor y lo peor
del movimiento comunista internacional.

Los comunistas al tomar el poder se inspiran en Marx, pero se ven obligados a desarrollar
determinados aspectos del marxismo desde su propia óptica. Esto dará lugar a la aparición de
diversos marxismos a lo largos del siglo XX.

2.1. K. MARX.

El libro antecede los marxismos del siglo XX con una reflexión sobre el pensamiento de K.
Marx. Pensador del siglo XIX, influido por los grandes pensadores ilustrados y románticos:
Kant, Hegel, Feuerbach y antes, Voltaire, Helvetius o D´Holbach.

Plantea una filosofía crítica, progresista y con afán redentor, cuyo primer impulso es de orden
ético. En 1845 rompe con la filosofía especulativa hegeliana y propugna el primado del
materialismo. Su objetivo no es explicar el mundo sino transformarlo. Entiende la naturaleza
con una continuidad con la acción del hombre. Ya no existe al margen del trabajo de éste, y
considera que la única forma plena de conocimiento es la ciencia que intenta aplicar al cambio
social. De ahí que llamará a su sistema “Socialismo científico”. Ya no hay filosofía que es
tematizada como ideología sino sólo ciencia, pero se apoya para el análisis racional de la
realidad tanto en la dialéctica hegeliana como en el materialismo ilustrado.

Su amigo y continuador Friedrich Engels planteará un sistema flexible y abierto, en gestación,


que en los autores posteriores se irá desarrollando en direcciones diferentes.

2.2. EL MARXISMO POLÍTICO.

2
El marxismo inicial no ha desarrollado, como hemos visto, todas las cuestiones. Por eso nos
encontramos con propuestas diferentes entre 1889 y 1914, con el triunfo en Rusia del
leninismo:

- Karl Kautsy, perteneciente a la rama ortodoxa, defensor del socialismo científico en su


versión más determinista, naturalista y darvinista.

- Antonio Labriola, que –como veremos en autores posteriores- prefiere centrarse en el


concepto de praxis del joven Marx, antes de este absolutismo cientifista.

- Eduard Bernstein, también partidario del revisionismo y contrario al necesitarismo


histórico que eliminaba la libertad. Rompe con el marxismo y deriva hacia la
socialdemocracia.

- Marx Adler y Otto Bauer, más cercanos a la vertiente ética del socialismo y hostiles al
materialismo.

- Georgi V. Plekhanov, perteneciente al materialismo filosófico en la línea de los


ilustrados. Defiende la unión entre materialismo y dialéctica, pero distingue entre la
ciencia y la filosofía. Será maestro de Lenin.

- Alexander Bogdanov, partidario del empiriocriticismo que habían desarrollado ya en el


siglo XIX R. Avenarius y Ernst Mach. Será enemigo de toda metafísica.

2.3. LENIN.

Es la figura central de este momento. Vladimir Ilitch Ulianov considera que tiene la misión de
unir al proletariado mundial y realizar la transición del capitalismo al socialismo.

Es un pramatista radical, y su obra filosófica más importante es “Materialismo y


empiriocriticismo” de 1909. Considera que existen dos filosofías: la materialista, que es
revolucionaria y la idealista que es reaccionaria. Por eso, critica a los materialistas que son
filosóficamente idealistas. Tiene una visión determinista de la física que aplica posteriormente
a la política.

Con Lenin y Stalin se abre un importante debate: ¿continúan el genuino pensamiento marxista
o rompen con él? Hay muchas posiciones: la continuista, la rupturista, o la que habla de una
renovación libre. Delacampagne considera que el stalinismo es una imposición de un modelo
de cambio a un pueblo. De hecho, a partir de 1924, en la URSS el marxismo-leninismo se
convierte en doctrina oficial y única filosofía válida con el triunfo de Stalin sobre Deborin.

2.4. EL MARXISMO POSTERIOR.

Aunque se volverá a hablar del marxismo en los temas 3 y 4, este capítulo nos hace una
referencia a los principales autores marxistas posteriores:

- Georg Lukács, centrado en temas de estética, insiste en el marxismo como un


humanismo. Será obligado a revisar su pensamiento por el marxismo soviético.

- Ernst Bloch, que vive en occidente. Relaciona marxismo y utopía, y de una manera
inmanente conecta el mesianismo judío con el marxismo. Tiene una gran preocupación
ética y por la posibilidad de dar esperanza. Respeta el papel de la mística y de las
grandes utopías.

3
- Antonio Gramsci, filósofo de la praxis, humanista e historicista. Entronca con la
tradición histórica y política italiana: Maquiavelo, Vico, Benedetto Croce, G. Gentile, así
como con Hegel y Nietzsche. Enfrentado en occidente al stalinismo, pertenecerá al PC
Italiano.

- Georges Politzer forma parte del PC francés. Se enfrenta al espiritualismo bergsoniano


y al existencialismo. Algo parecido le ocurre a Paul Nizan enfrentado igualmente a los
autores espiritualistas.

El marxismo irá en un progresivo declive como sistema filosófico a lo largo del siglo XX,
sufriendo una profunda crisis tras la caída del Muro.

3. EL CÍRCULO DE VIENA: EL FINAL DE LA METAFÍSICA.

Continuadores de parte del pensamiento que hemos visto en el tema 1, toman como único
saber las ciencias matemáticas y experimentales, siendo muy hostiles contra la metafísica.
Reciben el influjo de Hume y de E. Mach. Consideran que la filosofía debe centrarse en la
Filosofía de la ciencia. Destacan:

- Morris Schlick: que critica la tesis kantiana de que existen juicios sintéticos a priori. En
la línea de Hume, sólo habría proposiciones lógico-matemáticas y sintéticas. Niega los
enunciados metafísicos.

- Rudolf Carnap: sigue los cursos de Frege y lee a Russell (ambos vistos en el tema 1).
Quiere llevar el atomismo lógico de Russell a su plenitud: sólo valdría la explicación
científica que une la experiencia sensorial con las construcciones lógicas. Al estudiar el
lenguaje, considera que las expresiones metafísicas no tienen sentido, son palabras
vacías de significación (vicios lógicos sin conexión experimental). Propone como
criterio el principio de verificación.

En 1929, se realiza el manifiesto del Círculo de Viena que defiende 4 grandes tesis:

1. Pretende oponer la metafísica al espíritu ilustrado, deslindando los problemas


científicos (racionalmente resolubles) de los prácticos (emotivos).

2. El error de la metafísica radica en intentar usar el lenguaje natural. Quieren un


lenguaje unificado de la ciencia.

3. Contra Husserl, consideran que la ciencia se basta a sí misma y no precisa de la


Filosofía.

4. Tienen una dimensión social y política, presentando un empirismo que será


culturalmente compartido.

El grupo se disgrega a partir de la II Guerra Mundial. Algunos miembros van a criticar las tesis
de E. Mach, planteando una filosofía convencionalista. En el lado opuesto, reciben la crítica de
Karl Popper, de gran impacto: la metafísica no está desprovista de significación. Popper critica
el valor del principio de verificación y propone el de falsabilidad.

4. DESPUÉS DEL FINAL.


4
El anunciado final de la Filosofía no se ha producido, pero durante un tiempo la Filosofía
analítica, heredera de la corriente anterior va a tener un gran impacto en el mundo anglosajón,
desarrollando la filosofía de Carnap y el “Tractatus” de Wittgenstein (tema 1).

En Inglaterra destacan:

- Gilbert Ryle. No es antimetafísico. Es tan opuesto al dualismo cartesiano mente-cuerpo


como al materialismo.

- John Austin. Trabaja mucho la filosofía del lenguaje ordinario con desconfianza tanto
hacia las posiciones de la metafísica clásica como hacia las del neopositivismo del C. de
Viena. Las palabras no son enunciados constatativos (no definen estados de cosas)
sino performativos (definen acciones). Sigue la línea pragmatista del lenguaje.

- Peter F. Strawson: vuelve a reexaminar las tesis de Russell sobre las expresiones
denotativas que vimos en el tema 1. Sólo reconoce los cuerpos materiales y las
personas físicas, pero no teme enlazar con la metafísica clásica. En general será un
pensamiento opuesto al continental y sobre todo al pensamiento francés, que se verá
en los temas siguientes.

En EEUU tiene mucho éxito el pragmatismo que va a enlazar con el empirismo lógico. Va a
dominar en las universidades americanas. Destacan:

- John Dewey, pensador instrumentalista, que va a proponer una nueva pedagogía de


estilo humanista y optimista. Es pragmatista (toma como eje la utilidad) pero con
acciones de solidaridad colectiva.

- Willard Quine: recibe el pensamiento del Círculo de Viena pero se distanciará después
de Carnap. Para él, sólo son verdaderas las proposiciones analíticas no las que
proceden de la experiencia (sintéticas). Considera la epistemología como rama de la
psicología (los autores del tema 1 era antipsicologístas). Niega que los términos tengan
un significado en sí y que exista una verdad única y definitiva.

- Nelson Goodman, seguirá a Carnap, pero considera que cada saber tiene un lenguaje
propio en el que tiene sentido. No es relativista.

- Donald Davison: analiza la frontera entre ciencia y filosofía, considerando que la


filosofía tiene problemas propios. Desarrolla un monismo neutral, ni materialista ni
idealista. Existe una realidad objetiva que no tiene que coincidir con la lingüística como
pensaba el atomismo lógico (a favor de Popper y Quine contra Carnap).

- Saul A. Kripke va a estudiar a Wittgenstein. Rechaza la asociación kantiana entre


necesidad y a priori, y considera que mente y cerebro son distintos: hay una dimensión
subjetiva indudable (conecta con John Searle).

Se va a desarrollar una escuela que disiente del empirismo, influida por Thomas S. Khun y por
Noam Chomsky (pensador racionalista, no empirista, pero centrado en posiciones políticas de
izquierda). A diferencia de los ingleses, están más relacionados en los temas ético-políticos con
sus colegas europeos.

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