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III Libro de Psicologia Social Critica P
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13. El presente texto forma parte de las reflexiones desarrolladas para la creación de la Maestría
en Intervenciones Psicosociales, de la Fundación Universitaria Luis Amigó, en la cual re-
sulta de vital importancia una aproximación a lo psicosocial como categoría transdisciplinar
que dé fundamento al posgrado.
14. Psicólogo, Magíster en Educación: Desarrollo Humano, Doctorando en Investigación Psi-
cológica, Docente de la Facultad de Psicología y Ciencias Sociales de la Fundación Univer-
sitaria Luis Amigó.
15. Licenciado en Pedagogía Reeducativa. Psicólogo, Especialista en Docencia Investigativa
Universitaria, Magíster en Drogodependencias, Coordinador de Posgrados de la Fundación
Universitaria Luis Amigó.
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La pertinencia de la transdisciplinariedad
En la esfera del conocimiento, asistimos a la realidad de una vida polisémica
y compleja que no se acomoda a las ideas generales y abstraccionistas de un
racionalismo que depura, reduce, analiza, corta y trocea la realidad. Nos enfren-
tamos al multiculturalismo y no es el momento de despreciar, sino de abrir el
espíritu y desarrollar un pensamiento audaz que supere los límites disciplinares
del racionalismo moderno y comprenda los procesos de interacción, mestizaje
e interdependencia que subyacen a las sociedades complejas (Maffesoli, 1997).
manera, deja de importar la relación del concepto con el universo del cual hace
parte en esencia.
Otro tanto sucede con la propuesta metodológica. Los métodos, las metodologías
y las técnicas aparecen como herramientas de trabajo puestas al servicio del
investigador. Atrás quedan las reificaciones metodológicas para dejar sitio a
la solución práctica de problemas concretos. Ningún método posee un valor
intrínseco que le atribuya a priori una condición de superioridad frente a otras
formas de abordar un problema. Los objetivos, las situaciones y las necesidades
finalmente determinarán si conviene más recurrir a la experimentación, a la
observación participativa o a otro dispositivo metodológico.
Las nuevas formas de conocer un objeto (en términos de las ciencias sociales)
abogan por generar procesos más complejos que permitan no solo conocer la
integralidad del objeto, sino también las relaciones que establece con otros. Sin
embargo, es posible que la disciplina por sí misma no posibilite salidas concre-
tas al reconocimiento del objeto, lo cual hace primordial que alguien que no
haya tenido contacto con él tenga algo que decir e ilumine nuevas formas de
observarlo y entenderlo. Morin (2004) denomina estas formas de abordar los
objetos sociales como una mirada extradisciplinar “cuando uno no encuentra la
solución en una disciplina, la solución viene desde fuera de la disciplina” (p. 36).
Ahora bien, el abordaje con base en un diálogo profundo de las distintas disci-
plinas sociales debe fortalecerse para permitir un mayor progreso de la ciencia.
El objeto de las ciencias sociales desde la visión transdisciplinar, permite crear el
intercambio, la cooperación y “la policompetencia” (Morin, 1994.). Por su parte,
Zemelman (2003) afirma que el sumergimiento en una sola disciplina constituye
una “pedagogía de bonsái que mutila la capacidad de pensamiento” (p. 40).
Como podemos ver, al igual que muchas otras ciencias sociales la psicología
social es una ciencia inacabada que requiere superar las querellas tradicionales
Lo psicosocial como categoría transdisciplinar. norMan d. Moreno carMona - oscar d. Bohórquez Marín 73
entre las “escuelas” psicológicas y sociológicas para mejorar los niveles de com-
prensión de los fenómenos psicosociales.
Vygotsky plantea que la mente se construye desde afuera, es decir, el origen cog-
nitivo de los procesos superiores se encuentra en las condiciones de vida social,
históricamente determinadas, y en las relaciones del niño con el adulto. En este
proceso de construcción social de los procesos, el lenguaje adquiere un papel central,
convirtiéndose en el principal vehículo a través del cual la interacción con los otros
va dando lugar a la conciencia individual (p. 191).
Incluso, llama la atención que autores como Luria (1931) planteen que “[…] las
principales categorías de la vida psíquica del hombre empiezan a comprenderse
como productos de la historia social que se modifican al modificarse las formas
básicas de la práctica social y que tienen, por tanto, una naturaleza social”
(Luria, 193, citado por Álvaro y Garrido, 2003, p. 191).
Por otra parte, Durkheim (citado en Rocher, 1990) platea la teoría de las dos
conciencias, a saber, la conciencia colectiva y la conciencia individual:
individuales hacen que existan sociedades diversas. Así, para pertenecer a una
sociedad hay que plegarse a las maneras colectivas de obrar, pensar y sentir
propias de esa sociedad y es preciso aceptarlas y practicarlas.
Esta coacción no suele ser percibida por parte de los miembros de una sociedad,
quienes absorben y asimilan la conciencia colectiva mediante la educación
recibida, la hacen suya, la convierten en su propia conciencia moral y está a
la vez fuera de las personas y en su interior. La coacción es sustituida por el
hábito y por la conciencia moral desarrollada en cada persona, de modo que se
restablece la continuidad entre el individuo y la sociedad, entre los psíquico y
lo social (Rocher, 1990).
Todo lo anterior para decir que las personas constituyen una realidad externa
e interna que les genera su identidad y su consolidado de referente desde los
cuales enmarcan sus pensamientos, sentimientos y acciones.
Con base en lo anterior, es menester hacer una mirada reflexiva a la forma como
los pueblos evolucionan cada día, basada en su historia, política, religiosa, social,
educacional, económica, estética, de salubridad y tecnológica, entre otras. Con
todo ello, las personas generan nuevas formas de comportamiento individual y
grupal. La comprensión de estos nuevos dinamismos, lleva a preguntarse cómo se
gestan asuntos de orden psicológico y social y cómo estos se tornan en aspectos
que afectan a las personas hasta constituirse en formas psicosociales que de-
mandan una mirada analítica y crítica, cimentada en los distintos componentes
que originan otras subculturas y cohabitan hoy en realidades tan complejas de
leer como las expresadas por los seres humanos en estos tiempos.
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Según Fermoso (1994), el objeto de la pedagogía social se puede ver desde di-
versos ángulos: el objeto material, que no es otro que el propio de la pedagogía
general: la realización práctica de una posibilidad previa, la educabilidad; y el
objeto formal, que es la sociabilidad.
Las personas que conforman una sociedad y por ende pertenecen a una cultu-
ra, se ven diariamente en la necesidad de ser intervenidas por diferentes áreas
sociales y humanas, una de las cuales es la educación en todas sus dimensiones.
Aquí cobra importancia el papel que desempeñan la pedagogía social y la edu-
80 III libro de psicología social crítica. Psicología social crítica e intervención psicosocial
cación social, dado que aportan al desarrollo integral del ser humano a partir
de sus características formativas, que son a la vez incluyentes.
Para Ruiz Amado (1929), la pedagogía social procura educar al hombre como
naturalmente ordenado a vivir en sociedad, por lo cual supone esta verdad: el
hombre es un ser social y solo en sociedad puede realizar sus más elevados ideales.
No basta que alcance su perfección como individuo, sino que esta perfección
se proyecte al perfeccionamiento de la sociedad.
Por otro lado, la educación social engloba la educación cívica y política, aspecto
importante de la llamada formación integral –tanto individual, como social– de
la persona (Pérez, 2005).
Lo psicosocial en la investigación
y en la intervención
Más allá de generar una investigación para dar cumplimiento a los estándares
curriculares exigidos, el investigar favorece el rompimiento de esquemas y
preconcepciones sobre el otro y lo busca en todas sus dimensiones. No es expli-
carlo, sino comprenderlo y comprenderse a sí mismo con el fin de construir con
él una relación madura, sincera y equilibrada que permita un diálogo sincero y
comprensivo que posibilite el verdadero encuentro de saberes. Y en tal sentido,
comprender que “la realidad es la representación conceptual, fluida y evolutiva
de una producción humana; establecida a través de un lenguaje codificado, ya
sea el lenguaje común o el formal. Es de esta forma que el hombre descubre el
sentido de las cosas creando un sentido humano que corresponde a las cosas”
(Kosik, 1970, p. 92).
con la realidad que busca conocer y asegura las conciliaciones para mantener
un equilibrio. Esto permite la salida de esquemas formales para comprender al
ser humano poseedor de saber, de identidad, de propuesta política, con intereses
personales hacia su comunidad.
Interacción simbólica
Prácticas sociales
Fuente: Componente psicosocial. A ritmo de vida, Corporación Juan Bosco (Cali, 2007)
Lo psicosocial como categoría transdisciplinar. norMan d. Moreno carMona - oscar d. Bohórquez Marín 83
El sujeto, sea niño, joven, adulto, hombre o mujer, es un actor social que intenta
sus propias elaboraciones discursivas y prácticas acerca del mundo, de la vida y
de lo ético. Por tanto, se debe reconocer como persona con capacidad y cuali-
dades para establecer relaciones con su entorno sociocultural y como asociado
del Estado que lo convierte en sujeto de derechos y deberes.
Frente a esta paradoja –que ha sido resuelta por muchos de manera simplista
y con tintes de exclusivo asistencialismo–, se hace necesario aproximarse a la
realidad de tal manera que se incluyan ambas esferas y se aporte a su manejo
integral. El ámbito comunitario es el espacio propicio para desarrollar múltiples
estrategias que fortalezcan lo social con aportes del sujeto convertido en actor
social, pero también enriquezcan y desarrollen lo subjetivo producto de tal
experiencia en el contacto colectivo.
Este es, pues, un proceso de ida y vuelta en el que el sujeto se enriquece a partir
de su experiencia colectiva y el colectivo trasciende en comunidad con el aporte,
el esfuerzo y las capacidades y potencialidades de los sujetos, ahora fortalecidas.
Es en este contexto donde cobran vida las intervenciones psicosociales y se
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