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Una Revision A Guadalajara
Una Revision A Guadalajara
Una Revision A Guadalajara
ISBN 978-607-8107-38-4
Todos los derechos reservados. Aparte de los usos legales relacionados con la investigación, el estudio pri-
vado, la crítica o la reseña, esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, en español
o cualquier otro idioma, ni registrada en o transmitida por un sistema de recuperación de información,
en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico,
por fotocopia o cualquier otro inventado o por inventar, sin el permiso expreso, previo y por escrito
del autor.
Índice
La gran mayoría de esos nuevos tapatíos, se afincan en lo que se conoció como “las
colonias”, territorio en el que aún sobreviven estoicamente, un buen número de construc-
ciones que datan, algunas de ellas, de las tres primeras décadas de la pasada centuria, como
bien lo relata el autor. Pero Xavier Iturbide no se limita a exponer la arquitectura que
por sí sola, requería de sólidas finanzas; recorre los barrios más antiguos de la ciudad,
donde se establecieron los primeros pobladores del valle de Atemajac, donde Cristóbal
de Oñate funda la cuarta y última Guadalajara, el martes 14 de febrero de 1542; fecha
digna de celebración y no precisamente por el invento comercial, llamado día “del amor
y la amistad”. En estos espacios, la óptica del Arq. Iturbide se agudiza y rescata verdaderas
joyas arquitectónicas. Incluso, las que se fueron para siempre o están desapareciendo
paulatinamente. Por esto, entre otros aciertos, Una Revisión a Guadalajara, es una real
sacudida a nuestra memoria histórica. El autor dejó de lado las construcciones amplia-
mente reseñadas, analizadas, visitadas y fotografiadas, como el teatro Degollado, la
Catedral, el museo Regional, el hoy Instituto Cultural Cabañas, los templos y otras fincas
por demás conocidas, para centrarse en las casas habitación y edificios.
En la actualidad, Guadalajara crece hacia los lados y para arriba; hasta hace cuarenta
años, fácilmente se contaban los edificios de más de cinco niveles; está dejando de ser
chaparra y no sé si para bien o para mal. Está cambiando a ritmo de taquicardia y esto,
le agrega valor a este magnífico trabajo de Xavier Iturbide Godínez, quien se ha compro-
metido con su origen y con lo que esto significa, pero de verdad; sin artificios.
H ay que tener claro que no es lo mismo hacer edificios, que hacer Arquitectura, es
por eso que es de suma importancia el rol que toma la Arquitectura en un proyecto
para la construcción de una ciudad y por ende, de una sociedad.
Cada ficha nos dota de información de distintas fincas que conforman la urbe, así
como un análisis, tanto pragmático como de su propio juicio, permitiendo entender sus
eficiencias, su historia, su relación con el entorno y su impacto sobre la metrópoli.
El ejemplar menciona muchas de las hoy ya famosas obras tapatías y en adición, hace
honor a algunas fincas desconocidas u olvidadas, sin embargo, dignas de mención. Si bien
elogia a los edificios que han sido un acierto para la ciudad, también construye una crítica,
algunas veces desde su propia opinión y otras, con datos duros y cifras; resaltando los
desaciertos arquitectónicos que conforman la urbe.
A través de estas críticas, el autor intenta guiar al lector a una búsqueda de una nueva
propuesta inmobiliaria, que no sólo persiga un resultado financiero comercial, sino que
se oriente principalmente a resolver un problema; a la búsqueda de piezas arquitectónicas
que brinden beneficios y redunden en la revitalización de la ciudad.
Alberto Tacher
Dos cosas han cambiado respecto a la primera edición; la primera es que las fichas
han sido ordenadas cronológicamente, de acuerdo a la fecha aproximada de construcción.
La segunda es que se han agregado más fichas, pero lamentablemente el tiempo es tan
escaso que la idea de actualizar las fichas pasadas con nuevas fotografías e información
será, de momento, imposible. Me pareció más importante integrar nuevas construcciones
al documento debido a que incluso, si las anteriores fueran modificadas, su registro queda
y su historia hasta el momento también; y eso, me parece, es lo importante.
L o primero que vale la pena señalar, es que este libro está basado en un blog que
comencé en 2006. Este se puede visitar en la dirección web www.revisionesgdl.com.
Las entradas, que yo llamo “Fichas”, hablan de construcciones individuales que me he
encontrado en mis paseos por la ciudad, o que a propósito he ido a visitar para docu-
mentar y criticar. El orden en el que se encuentran dispuestas en el presente volumen
obedece, como lo he mencionado, a la fecha aproximada de su construcción.
Esto nos lleva al segundo señalamiento: Este trabajo es la segunda de lo que espero sean
muchas ediciones del mismo. En un mundo ideal, estarían aquí plasmadas fichas de todas
las construcciones o espacios de la ciudad que considero interesantes, que vale la pena men-
cionar. El tiempo aquí es un factor importante y creo que publicar este trabajo, que me ha
llevado algunos años, debe ser el primer paso. El proyecto que existe en mi mente es, quizá,
infinito.
Aquí el tercer señalamiento: Las obras incluidas en este libro, las historias y las críticas
son todas interpretaciones mías, con excepción de los datos tomados de otras fuentes y
que se señalan. Como el manifiesto que sigue lo indica, no me considero un experto ni
espero que la presente obra sea referencia académica. Simplemente decidí documentar
MANIFIESTO
(Transcrito directamente del blog www.revisionesgdl.com)
E ste es un sitio de revisión, de crítica y exploración de los asuntos urbanos que acon-
tecen, acontecieron y dieron forma a nuestra ciudad. No se pretende ser autoridad,
pero sí intentar descifrar e interpretar las formas urbanas y arquitectónicas que han
construido los habitantes de Guadalajara a través de casi medio milenio de historia.
La intención del sitio, es simplemente la de admirar y dar a conocer las obras que hacen
importante y bella (y hacen sufrir) a nuestra ciudad. Creo que no hay mejor forma de
conocerla que a través de sus calles y avenidas, casas y monumentos. No se trata
de enlistar las típicas obras de postal, si no de explorar la parte más íntima de la ciudad,
sin dejar de lado las maravillas arquitectónicas que le ha dado la historia y darles el
espacio que merecen.
MAESTRANZA 239
(Esquina Prisciliano Sánchez)
U
na grata sorpresa de la época colonial espera al paseante que visita la Plaza
de San Francisco, la cual está rodeada al mismo tiempo de decentes edifi-
cios de la época porfiriana, que intentos burdos de Art Déco y de bodrios
cincuenteros anti-arquitectónicos. Frente a la fuente de la misma plaza y ocupando
la cabecera de manzana formada por las calles Maestranza, Prisciliano Sánchez y
Degollado, se encuentra esta discreta construcción de color ocre y dos plantas.
Esta casona nos provee pistas suficientes para pensar que data del siglo XVII.
GARIBALDI 531
antiguo colegio de san diego
(Entre González Ortega y Contreras Medellín)
U
na de las casas más antiguas de la ciudad es sin duda ésta, elegante propiedad
neoclásica de principios del siglo XVIII, que fue durante muchos años el
Colegio de San Diego.
A finales del siglo XVII, Juan de Urbina donó un molino de trigo a la monja
Ana de San José, quien con la ayuda de la Sra. Juana de Jesús Alcorta lo operaron
y obtuvieron recursos para fundar un colegio, que al principio consagraron a la
Virgen del Rosario. En el año de 1709 comenzó la construcción del colegio en el
sitio que actualmente ocupa, frente al Templo de San Diego, que es muy posterior.
Por muchos años operó este colegio, sirviendo también como casa de descanso
para los obispos de la ciudad. En 1762 el obispo Rodríguez de Rivas, con su
familia, la ocupó como casa habitación. En esa época, el inmueble estaba en las
afueras de la ciudad. Durante la nacionalización de los bienes del clero ordenada
La casa es típica del siglo XVIII, de estilo neoclásico sobrio, con zoclo, cornisas,
marcos de puertas y ventanas de cantera, con el ingreso en medio de la propiedad,
con dos ventanas a cada lado. Las dos de los extremos fueron convertidas en puertas
hace más de 200 años y la restauración actual las ha devuelto a su estado original.
En este ingreso destaca el arco superior, con dos columnas cuadradas de cantera,
adosadas. También destacables son las gárgolas de cantera; en el interior dos son
originales y otras dos han sido restauradas, mientras que las del exterior son todas
nuevas, pero respetando el estilo original. El interior tiene cuatro corredores con
arcos de cantera, modificados en su mayoría al ser vecindad, pero que están siendo
restaurados. Sin duda esta es una propiedad digna de conservarse y merece una
felicitación el propietario y el arquitecto encargado de la obra actual.
S
obre la calle de Manuel Acuña, entre las calles de González Ortega y Sta.
Mónica, se encuentra lo que probablemente fue una casa de campo o descanso
construida para F. Antonio Alcalde y Barriga, entonces obispo de Guadalajara.
*Villaseñor y Villaseñor, T. I, p. 27
GARIBALDI 602
(Esquina Mariano Bárcena)
E
sta casa de estilo regional primitivo fue seguramente construida a finales
del siglo XVIII o principios del XIX. Ha sufrido cambios a lo largo de los
años, más notoriamente la conversión de algunas de sus ventanas en puertas,
seguramente para dividir el interior en dos o más propiedades independientes.
Según fotos aéreas, conserva su patio original, así como la mayor parte de los
marcos de cantera en puertas y ventanas. De igual forma presenta un pequeño
pretil de cantera que posiblemente fuese agregado en época posterior, pero que
armoniza con el resto de la construcción.
GALEANA 252
(Esquina Prisciliano Sánchez)
E
sta casa regional del siglo XVIII ha sufrido algunas modificaciones con el
tiempo, pero aún mantiene algunos rasgos típicos de las construcciones de
la época. Destaca la columna esquinera de cantera con balcón corrido en la
parte superior de la misma.
U
n café ocupa parte de esta casa de estilo regional que data de finales del
siglo XVIII o principios del siglo XIX. Antes fue la escuela de artes plás-
ticas de Luis Larios Ocampo, quien la heredó de la familia Portillo, quienes
ocuparon el inmueble desde principios del Siglo XX*. Es quizá de las viviendas más
viejas que se conservan en la ciudad en su estado casi original.
U
na de las joyas coloniales más bellas de la ciudad, por su diseño y calidad
de ejecución, es sin duda el templo de San Felipe Neri, ubicado a un
costado del edificio de la Preparatoria de Jalisco. Su construcción, que
duró 50 años y fue dirigida por el maestro alarife don Pedro José Ciprés, le ha
proporcionado a la ciudad una de las torres eclesiásticas o campanarios más bellos
de toda la colonia en el país.
S
obre la calle de Pedro Loza, ahora mejor conocida por su nombre “andador
Pedro Loza” (desde que lo hicieron peatonal), se encuentra esta casona de
mediados del siglo XIX. Restaurada completamente en 2006, el edificio
funciona actualmente como hotel y salón de eventos.
Según los propietarios actuales del inmueble, la casa data de 1848. De ser así,
la casa fue en un principio de estilo regional de un sólo piso, ya que su planta es
grande, con patio en medio como era la usanza. Fue remozada durante el porfiriato,
donde le añadieron una segunda planta y adornos de fachada de estilo neoclásico
y ecléctico, como los pedimentos y el entablamento. El patio fue techado con
material translúcido. Junto con las propiedades contiguas, la casa hace un excelente
conjunto porfirista en esta sección de la calle.
JACOBO GÁLVEZ 45
hotel del carmen
(Entre Pavo y 8 de Julio)
U
bicado en pleno Jardín del Carmen, y con el Templo del mismo nombre
a unos pasos, este hotel boutique fue nombrado uno de los ganadores del
Premio Anual de Conservación de Fincas con Valor Patrimonial que da
el Patronato del Centro Histórico de Guadalajara. Ubicada en un lugar tan espe-
cial, como lo es este oasis en medio del caos de Av. Juárez, se puede disfrutar de
un buen café o una cerveza en su terraza exterior, bajo la sombra de los fresnos y
las galeanas centenarias del jardín. Aunque esta otrora casona neoclásica de 1867
de dos niveles y planta tradicional, no presenta elementos arquitectónicos que la
hagan especialmente distinguible, si es de admirarse el trabajo de restauración y el
estado de conservación que en ella se hizo. Como resultado, se convierte en testi-
monio del pasado de la ciudad y prueba de que es posible devolverle la dignidad a
tantos edificios que han sido maltratados por el progreso y el tiempo.
OCAMPO 279
casa gómez camarena
(Entre Prisciliano Sánchez y Miguel Blanco)
E
l barrio de Mexicaltzingo ha sido maltratado por la destrucción sistemá-
tica del patrimonio arquitectónico. Sus calles han sido despiadadamente
invadidas por comercios de dudosa reputación y peor imagen. Sin que el
gobierno lo controle, cualquiera puede tomar una casa regional decente de finales
del siglo XIX y pintarrajearla de colores fosforescentes, ponerle letreros gigantes y
modificarla sin sanción. El mal gusto domina. El más mínimo sentido de la esté-
tica está ausente.
Ahí, en medio del caos y la anarquía visual, se encuentra, entre otras pocas, esta
casa solitaria en su elegancia. El terreno donde está el número 279 de la calle Ocampo,
tiene una pintoresca historia; fue alguna vez parte del convento de Santa Teresa, que
existía ahí desde tiempos pasados, antes de que durante la Reforma, sus propiedades
fueran confiscadas por el gobierno. El abogado y catedrático Antonio Pérez Verdía
tomó posesión de la propiedad, que luego vendió a su mentor, el también abogado
y catedrático jalisciense Andrés Terán. Tiempo después, el Sr. Gómez Camarena
construyó la casa que hoy nos ocupa y en donde nació en 1889 su sobrino, José
Garibi Rivera, quien sería el primer cardenal mexicano*.
OCAMPO 318
(Entre Libertad y Miguel Blanco)
O
tro de los garbanzos de a libra de la zona de Mexicaltzingo, vecina de la que
revisamos en Ocampo 279, se encuentra esta casa de cantera de una planta.
Según Ramiro Villaseñor*, esta casa fue construida por la familia Salcedo y
su interior era famoso, pues tenía un lavabo de mármol en cada habitación. Hoy en
día esto es casi obligatorio, pero en aquella época la usanza era tener un baño para
toda la casa.
OCAMPO 421
(Entre Leandro Valle y Nueva Galicia)
E
sta casa de un piso, ubicada a media cuadra de las famosas “Nueve Esquinas”,
y a un costado del otrora cine “Tonallan”, destaca por sus ventanas y puerta,
rematadas con arco de herradura o morisco, trabajadas con carpintería de
diseños geométricos. Este estilo se puso de moda en la ciudad durante los eclécticos
años 20’s y 30’s.
16 DE SEPTIEMBRE 183
banco de londres y méxico
(Entre López Cotilla y Madero)
U
no de los mejores edificios del porfiriato en la ciudad, es sin duda esta
sucursal del Banco de Londres y México, construida a fines del siglo XIX
en la esquina de 16 de Septiembre y Madero. El edificio de dos pisos
fue diseñado por el inglés Charles Strange, quien también diseñó algunos de los
edificios más emblemáticos, unos ya desaparecidos de la ciudad; entre ellos el
cine Lux y el hotel San Francis, también conocido como hotel Imperial. Una de
sus otras obras perdura, la casa de Don Luis Pérez Verdía en Chapala (también
conocida como Casa Braniff).
MADERO 239
el banco de jalisco
(Esquina con Av. 16 de Septiembre)
E
n la esquina de Madero y 16 de Septiembre se encuentra el sobrio y elegante
edificio que fuera del Banco de Jalisco, formando junto con su vecino de la
acera norte, una de las mejores esquinas de la ciudad, arquitectónicamente
hablando. Este edificio de cantera, que alguna vez perdió su planta baja original,
fue correctamente restaurado y hoy luce casi como el día que abrió sus puertas a
finales de 1880.
Para 1919 el Banco de Jalisco había dejado el edificio y estaba ocupado por
locales de comercio y consultorios. A través de los años lo han ocupado diversos
giros comerciales (entre ellos varios bancos); hoy en día es sede de una marca de
calzado por catálogo. Esta ha sabido respetar a fachada colocando letreros discretos,
aunque para mi gusto, demasiados.
E
n la esquina sur-poniente de las calles de Miguel Blanco y Colón, con su
esquina ochavada mirando hacia el Jardín de San Francisco de Asís, se
encuentra esta imponente casa de cantera gris que perteneció a una de las
familias más prominentes de Jalisco del siglo XIX. Hoy en día, el edificio funciona
como la Tesorería Municipal de Guadalajara, después de ser comprado a los
descendientes de la familia Cuervo en 1983.
La historia de esta casa comenzó alrededor de 1880, cuando el Sr. José Cuervo
contrató al Ing. Arnulfo Villaseñor Carrillo para que diseñara y construyera este
edificio. Al casarse don José en 1900 con Ana González Rubio, la viuda del entonces
propietario del Tequila Cuervo, la nueva pareja se mudó a esta casona. Cabe recordar
que doña Ana González Rubio vivió con su anterior marido, don Jesús Flores, en la
ahora famosa Casa de los Perros, ubicada en la Av. 16 de Septiembre y que es ahora
el Museo del Periodismo y las Artes Gráficas.
LICEO 306
(Esquina con Garibaldi)
U
bicada en la calle de Liceo (anteriormente llamada Seminario), en la
esquina con Garibaldi, esta casona neoclásica de finales del siglo XIX fue
una de las primeras obras importantes del Ing. Arróniz Topete, construida
antes de su obra magna, el edificio de la calle Zaragoza 224.
La casa, que originalmente fue habitada por la familia Allende, como dijimos,
fue posteriormente adquirida por la familia Tapia y se habitó como casa habitación
probablemente hasta los años de 1950. Luego, sirvió como oficinas y en los años de
1980 fue sede del Centro Cultural Banca Promex; después fue escuela y hoy en día es
una casa de descanso para adultos mayores.