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Tesis Melissa Covarrubias

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UNIVERSIDAD VERACRUZANA

INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FORESTALES

Estrategia forestal diversificada para la conservación de


especies útiles: el caso de los bosques de Oecopetalum
mexicanum en el municipio de Misantla, Veracruz, México.

TESIS DE MAESTRÍA

PARA OBTENER EL GRADO DE MAESTRO EN CIENCIAS

PRESENTA:

MELISSA COVARRUBIAS BÁEZ

DIRECTOR: DRA. MAITE LASCURAIN RANGEL

XALAPA-VERACRUZ AÑO 2014


Agradecimientos

A mi directora de tesis Dra. Mayte Lascurain Rangel por su constante apoyo, dedicación y

confianza para la elaboración de este trabajo. Al Dr. Juan Carlos López Acosta por su

contribución al desarrollo de esta investigación.

A las Dras. Rosa Amelia Pedraza Pérez y Virginia Rebolledo Camacho por sus constantes

sugerencias, enseñanzas, dedicación y apoyo durante el análisis y estructuración del

presente trabajo.

A los Dres. Claudia Álvarez Aquino, Citlalli López Binnqüist y Armando Aparicio

Rentería por la revisión del presente, por sus valiosas observaciones y correcciones.

A los Sres. Felipe Hernández y Juan Hernández de la localidad de Pueblo Viejo, Misantla,

Ver. por la confianza para permitirnos montar la parte experimental del presente en sus

propiedades, por compartir sus conocimientos y su paciencia. A la Sra. Felipa López y su

familia por las facilidades que nos brindaron durante la realización de este trabajo.

Al Sr. Miguel Gonzáles, la Sra. Maribel Hernández Jiménez y sus hijos Fany, Keila,

Miriam, Miguel y Ashley por abrirnos las puertas de su casa, brindar sus conocimientos,

confianza, amistad y apoyo durante dos años de trabajo ¡Muchas gracias!


Resumen

Los cambios que ha generado la humanidad sobre los ecosistemas reflejan la forma en que

los vemos, valoramos, entendemos y manejamos. Muchas de las decisiones que se han

tomado tratando de mejorar la calidad de vida humana pueden terminar alterando o

degradando fuertemente los ecosistemas. La pérdida de especies vegetales nativas es una

consecuencia de ello, que además de afectar el funcionamiento ecológico del ecosistema

repercute en la economía de familias que dependen del bosque para su subsistencia. En

tales casos enriquecer fragmentos de bosque con especies útiles nativas es una alternativa

de conservación. Un objetivo del presente trabajo fue caracterizar los bosques de

Oecopetalum mexicanum (Icacinaceae) (cachichinales) de acuerdo a su manejo, estructura

y composición vegetal. Se aplicaron entrevistas, se obtuvieron índices de valor de

importancia (IVI), se estimó el índice de diversidad Shannon-Wiener, índice de equidad de

Pielou e índice de similitud de Sorensen a ocho cachichinales del municipio de Misantla,

Veracruz, México. En 2400 m2 se registraron 31 familias y 50 especies, 41 nativas y 7

introducidas. O. mexicanum es la especie que presenta mayor IVI en todos los casos,

seguida de otra especie útil. La diversidad y equidad son similares entre los cachichinales,

se identificaron seis prácticas de manejo de las cuales deshierbar y quitar bejuco son las que

se aplican de manera homogénea. El segundo objetivo se centró en realizar un ensayo de

enriquecimiento de cachichinales con tres especies nativas útiles sugeridas por los

habitantes del municipio para evaluar la supervivencia y tasa de crecimiento relativo (TCR)

en altura y diámetro probando dos técnicas (translocación y producción en vivero). La

translocación de Ocotea Puberula es apta para enriquecimiento de cachichinales tanto por


su alto porcentaje de supervivencia (80%) como por su TCR en altura (0.27cm);

Beilschmiedia anay puede utilizarse mediante las dos técnicas con 46-60% de

supervivencia y crecimientos en altura de 0.11-0.16 cm. Pseudolmedia glabrata presenta

mayor TCR en la técnica de producción en vivero tanto en altura como en diámetro con

0.22 y 0.25 cm; sin embargo, su supervivencia es de 31% por lo que requiere medidas de

protección al ser introducida a campo.


ÍNDICE

I. Introducción - - - - - - - - - 1

II. Marco teórico - - - - - - - - - 4

Manejo de bosques y sistemas intermedios - - - - - - 4

Prácticas de manejo - - - - - - - - - 12

Enriquecimiento de cachichinales como alternativa de restauración - - 13

III. Antecedentes - - - - - - - - - 18

Algunos ejemplos de bosques enriquecidos - - - - - 18

El caso del cachichinal en la Sierra de Misantla, Veracruz - - - 24

Descripción de especies para ensayo de enriquecimiento - - - - 27

IV. Área de estudio - - - - - - - - - 30

V. Objetivos - - - - - - - - - - 31

General - - - - - - - - - - 31

Particulares - - - - - - - - - - 31

VI. Hipótesis - - - - - - - - - - 31

VII. Método - - - - - - - - - - 32

VIII. Resultados - - - - - - - - - 42

Etapa 1.- Origen, manejo y visión acerca de los cachichinales - - - 42

Etapa 2.- Diversidad, estructura y composición de especies vegetales - - 49

Índice de valor de importancia de especies presentes en los cachichinales - 49

Riqueza, diversidad y equidad de cachichinales - - - - 54

Análisis clúster y similitud - - - - - - - 55

Etapa 3.- Enriquecimiento en cachichinales - - - - - - 57

Supervivencia - - - - - - - - - 57
Crecimiento de plántulas - - - - - - - 62

IX. Discusión - - - - - - - - - 67

X. Conclusiones - - - - - - - - - 74

XI. Recomendaciones - - - - - - - - 75

XII. Literatura citada - - - - - - - - 76

XIII. Anexo - - - - - - - - - - 82

ÍNDICE DE FIGURAS

Figura 1. Modelo conceptual del continuum en el proceso de domesticación de bosques y


lógica de los sistemas intermedios (Adaptado de Ross-Tonen, 2012). - - - 9

Figura 2. Cachichinal de Pueblo Viejo, Misantla, Ver. - - - - - 25

Figura 3. Mapa de localización del Municipio de Misantla, Ver., México. - - 30

Figura 4. Mapa de localización de ocho cachichinales para caracterización de riqueza,


estructura y composición florística en el Municipio de Misantla, Veracruz, México. - 34

Figura 5. Número de plántulas utilizadas para ensayo de enriquecimiento de cachichinales


en la localidad de Pueblo Viejo, Misantla, Veracruz. - - - - - 36

Figura 6. Diseño pareado para plantación de enriquecimiento en campo (medidas


aproximadas sujetas a las características topográficas del sitio). T: translocación y V:
producción en vivero. - - - - - - - - - 37

Figura 7. Diseño, distribución y número de plántulas por sitio para ensayo de


enriquecimiento. Sp.1: Ocotea puberula, Sp.2: Beilschmiedia anay, Sp.3: Pseudolmedia
glabrata, T: translocación, V: producción en vivero. - - - - - 39

Figura 8. Sitios para ensayo de enriquecimiento de cachichinales. Localidad de Pueblo


Viejo, Misantla, Veracruz. - - - - - - - - - 40

Figura 9. Registro de altura y diámetro de plántulas. - - - - - 41

Figura 10. Árbol ligado - - - - - - - - 44

Figura 11. Índice de Valor de Importancia (IVI) en los ocho cachichinales estudiados del
Municipio de Misantla, Veracruz. a) cachichinales 1 y 2, localidad de Pueblo Viejo; b)
cachichinales 3 y 4, localidad Los Trapiches; c) cachichinal 5, localidad Villa Nueva;
cachichinal 6, localidad Díaz Mirón; d) cachichinales 7 y 8, comunidad Santa Rosa,
localidad Pueblo Viejo. - - - - - - - - 52

Figura 12. Análisis clúster de ocho cachichinales. - - - - - 56

Figura 13. Porcentaje de supervivencia de tres especies mediante las técnicas de


translocación y producción en vivero. - - - - - - - 57

Figura 14. Porcentajes de plántulas vivas (V), estresadas (E) y muertas (M) de a) Ocotea
puberula, b) Beilschmiedia anay y c) Pseudolmedia glabrata. - - - 60

Figura 15. TCR en altura de Ocotea puberula, Beilschmiedia anay y Pseudolmedia


glabrata en dos técnicas. - - - - - - - - 63

Figura 16. TCR de 12 meses para altura de Ocotea puberula, Beilschmiedia anay y
Pseudolmedia glabrata en dos técnica. Comparación de medias de Duncan (A, B, C y D). -
- - - - - - - - - - - 64

Figura 17. TCR en diámetro de Ocotea puberula, Beilschmiedia anay y Pseudolmedia


glabrata en dos técnica. - - - - -- - - - - 65

Figura 18. TCR de 11 meses para diámetro de Ocotea puberula, Beilschmiedia anay y
Pseudolmedia glabrata en dos técnicas. Comparación de medias de Duncan (A, B, C y D).
- - - - - - - - - - - 66

ÍNDICE DE CUADROS

Cuadro 1. Características generales de ejemplos de sistemas intermedios. - - 7

Cuadro 2. Valores de importancia de especies útiles e introducidas y número de especies


b)
por sistema de manejo (Covarrubias, 2010). - - - -- - - 26

Cuadro 3. Datos de localización de los ocho cachichinales estudiados, Municipio de


Misantla, Veracruz, México. - - - - - - - - 33

Cuadro 4. Superficie, apertura de dosel y pendiente de tres sitios de ensayo de


enriquecimiento en la localidad de Pueblo Viejo, Misantla, Veracruz. - - - 38

Cuadro 5. Especie, nombre común y uso de plantas útiles que forman parte de los
cachichinales. - - - - - - - - - 45

Cuadro 6. Especie, nombre común y uso de especies sugeridas para sembrar en el


cachichinal. - - - - - - - - - - - 47

c)
Cuadro 7. Origen, riqueza, número de especies útiles e introducidas de los ocho
cachichinales estudiados. - - - - - - - - - 53

Cuadro 8. Localidad, riqueza, diversidad y equidad de los ocho cachichinales estudiados. -


- - - - - - - - - - 54

Cuadro 9. Pruebas t para diversidad con diferencias estadísticamente significativas [p <


0.001]. - - - - - - - - - - - 55

Cuadro 10. Coeficiente de similitud de Sorensen (por debajo del área sombreada), número
de especies compartidas (por encima del área sombreada) y número de especies por
cachichinal (entre paréntesis). - - - - - - - - 55

Cuadro 11. Porcentaje anual de plántulas vivas (V), estresadas (E) y muertas (M) de Ocotea
puberula, Beilschmiedia anay y Pseudolmedia glabrata. T: translocación, V: producción en
vivero. - - - - - - - - - - - 59

ÍNDICE DE ANEXOS

Anexo 1. Entrevista para propietarios de cachichinales. - - - - - 82

Anexo 2. Origen y uso de especies presentes en ocho cachichinales (I-Introducida, N-


Nativa). - - - - - - - - - - - 85

Anexo 3. Densidad (DR), frecuencia (FR), dominancia (DoR) relativas e índice de valor de
importancia (IVI) de especies presentes en los ocho cachichinales estudiados (*especie
introducida). - - - - - - - - - - - 87

Anexo 4. Porcentaje de plántulas vivas (V), estresadas (E) y muertas (M) de Ocotea
puberula, Beilschmiedia anay y Pseudolmedia glabrata durante 13 meses. - - 91
I. Introducción

Históricamente muchos bosques han sido usados y manipulados por habitantes locales que

causan la transformación del bosque original a un ambiente enriquecido por recursos útiles

(Peters, 2000). Estas actividades de selección y manejo de recursos forestales hoy en día las

reconocemos como las primeras etapas dentro de un proceso de domesticación tanto de

especies como de los bosques donde crecen (Michon, 2005), en donde posiblemente la

principal finalidad fue el aprovechamiento de productos forestales no maderables (PFNM)

por tratarse de productos para subsistencia. Actualmente la gran variedad de PFNM que

proporcionan los bosques tropicales sigue siendo fuente importante para sustento y mejoras

en la economía de muchas familias en comunidades rurales por lo que su conservación y

manejo son aspecto fundamental para asegurar su existencia (Hall y Bawa, 1993).

Los indígenas o campesinos modifican o manejan el bosque de dos diferentes formas: 1)

por medio de aclareos, quemas y manipulación de la sucesión, y 2) alterando la densidad y

distribución de especies útiles removiendo, plantando y protegiendo únicamente las

especies de interés (Boot, 1997). Bajo la segunda premisa situamos el caso de Oecopetalum

mexicanum, especie de la familia Icacinaceae que crece en la Sierra de Misantla, zona

centro del estado de Veracruz. Éste árbol produce, en los meses de abril y mayo, una

semilla comestible que se recoge del suelo llamada cachichín. En este periodo se pueden

observar prácticas culturales históricamente arraigadas en la región, como lo son las

prácticas de manejo que reflejan el conocimiento adquirido y transmitido por generaciones,

la convivencia familiar y entre amigos que se manifiesta durante su recolección y consumo.

1
Por otro lado, la venta constituye un importante ingreso económico para los recolectores

(Lascurain et al., 2013). Su distribución natural va desde los 400 a los 1100 msnm. Dentro

de esta franja, en lo que corresponde a la selva alta subperennifolia existen fragmentos

modificados en los que predominan las poblaciones de O. mexicanum (Gutiérrez, 1993)

llamados localmente cachichinales (bosques de O. mexicanum), nombre alusivo a la

abundancia de “palos de cachichín”. Es importante mencionar que O. mexicanum también

crece en el bosque (ecotonía de selva alta subperennifolia y bosque caducifolio), cafetales y

en solares, aunque para este estudio no se tomarán en cuenta.

Un estudio previo indica que los cachichinales comprenden una serie de características

únicas de uso y manejo, así como de diversidad de especies vegetales útiles asociadas a

estos bosques (Covarrubias, 2010). Algunos cachichinales han sido modificados con la

presencia de otras especies, en especial árboles frutales que se consumen a lo largo del año

como Beilschmiedia anay, Citrus tangerina, Ardisia compressa, Psidium guajava y Musa

paradisiaca, por lo que entran en la categoría de bosques enriquecidos descrita por

Wiersum (1997) y referida por Peters (2000) para la clasificación sistemas de manejo

indígena forestal. Es también destacado el hecho de ser un sistema forestal diversificado

que podría albergar un mayor número de especies de uso local. Sin embargo, la

permanencia de estos bosques se ha visto amenazada en primer lugar por el restringido

rango de distribución de la especie, y en segundo por el cambio de uso de suelo debido a

que parte de la población prefiere sembrar café por ser la principal actividad económica de

la región.

2
A pesar de los antecedentes estudiados aún quedan interrogantes como: ¿Las prácticas de

manejo se aplican de manera homogénea a todos los cachichinales? ¿La estructura y

diversidad es semejante entre estos? ¿Cuál es su origen? ¿Se podrían introducir otras

especies de uso regional con el fin de enriquecer el cachichinal?

Ante la múltiple importancia y particularidades de este recurso y del sistema donde crece,

el presente estudio se centra en caracterizar detalladamente la estructura y composición de

la vegetación asociada a Oecopetalum mexicanum en los cachichinales e identificar

prácticas de manejo comunes, lo que ayudará a entender el papel ecológico y social que

juegan estos bosques enriquecidos en la región. Además se lleva a cabo un ensayo de

enriquecimiento con especies útiles nativas mediante dos técnicas: translocación y

producción en vivero, para probar si las condiciones ambientales del sistema favorecen el

crecimiento de especies provenientes del bosque natural (ecotonía de bosque caducifolio y

selva alta subperennifolia); con la finalidad de aumentar la diversidad del sistema y

conservar los bosques enriquecidos de la región que, si bien no se han podido mantener en

su forma original de bosque natural, se pueden promover como alternativa de conservación

a través de un manejo sencillo y funcional para mejorar o incrementar la subsistencia de

muchas familias de la zona.

3
II. Marco teórico

Manejo de bosques y sistemas intermedios

Existe un sinnúmero de estudios que se han concentrado en describir los procesos que

intervienen en los sistemas agroforestales como la agricultura de roza, tumba y quema, el

manejo de acahuales, etapas sucesionales, entre otros. (Alcorn, 1983; Hernández-Xolocotzi,

1985; Prance, 1987; Toledo y Salick, 2006; entre otros). También casos en que se integran

sistemas de domesticación forestal o agrícola con árboles útiles de valor comercial cuyos

productos tradicionalmente son recolectados en los bosques naturales (Leakey y Newton,

1994; Leakey y Simons, 1998). Debido a que los bosques de las tierras tropicales albergan

una alta concentración de biodiversidad, cada vez se realizan más esfuerzos para entender

el funcionamiento y conservar estos sistemas en los que las poblaciones indígenas o

mestizas han subsistido gracias a algún nivel de manejo de los mismos (Michon, 2005).

Los bosques primarios no son exactamente vírgenes y la conversión de estos no

necesariamente significa su final (Peters, 2000); Antrop (2005) menciona que los paisajes

cambian porque son la expresión de la interacción dinámica entre las fuerzas naturales y

culturales en el ambiente. Los bosques primarios son necesariamente remplazados “por

algo más” y ejemplos detallados de diversas partes del trópico y el mundo muestran que

“algo más” está aún relacionado con el bosque original y permite su preservación en

muchas de las funciones forestales: protección del suelo, regulación de los flujos de agua,

producción de recursos forestales como madera, fibras, exudados, químicos o plantas

comestibles; hábitat para la fauna y una buena proporción de la biodiversidad original del

4
bosque (Michon, 2005). En México la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable

(2003) señala la importancia de preservar estas funciones forestales, describe al manejo

forestal como: “el proceso que comprende el conjunto de acciones y procedimientos que

tienen por objeto la ordenación, el cultivo, la protección, la conservación, la restauración y

el aprovechamiento de los recursos y servicios ambientales de un ecosistema forestal,

considerando los principios ecológicos, respetando la integralidad funcional e

interdependencia de recursos y sin que merme la capacidad productiva de los ecosistemas y

recursos existentes en la misma”.

Los saberes de los pueblos indígenas están basados en una relación directa, práctica y

emotiva con la naturaleza (Toledo, 2009), de la que moldean estrategias de uso múltiple

combinando varias actividades, manteniendo cierto equilibrio e interacción entre ellas. En

términos de ecología del paisaje esta estrategia tiende a mantener complejos mosaicos

donde la heterogeneidad espacial es el resultado del manejo de los sistemas y por ende de

procesos y funciones ecosistémicos; además de incrementar los valores de la biodiversidad

(Conabio, 2003). Por consiguiente, en estos casos, la conservación no es un objetivo del

productor, sino una consecuencia (Michon, 2005) que surge de la necesidad de preservar la

principal fuente de recursos para sustento.

El manejo del bosque o en pequeñas propiedades (pequeña escala) que hacen los

campesinos de origen indígena o mestizo han sido escasamente estudiados debido a que se

ha mantenido el enfoque sobre una cultura forestal que se refiere a monocultivos a gran

escala donde intervienen grandes inversiones y técnicos forestales certificados. Los

manejos a pequeña escala presentan la característica de ser “invisibles”, poseen estructura y

5
composición vegetal distintas según el caso por lo que no corresponden a una clasificación

de uso de suelo específica; por lo tanto, no aparecen reportados en los mapas y no existe un

concepto o término apropiado que los unifique ni en agricultura, silvicultura o

agrosilvicultura (Michon, 2005). Con el fin de visibilizar estos sistemas y sistematizar el

conocimiento existente sobre su manejo, en el año 2000 se organiza el simposio de

“Sistemas Intermedios” para compartir experiencias acerca de una serie de sistemas

similares a los bosques en los que la influencia y el diseño humanos eran de gran

importancia. Como resultado del simposio se puntualiza que cada uno de los sistemas

discutidos tiene sus peculiaridades propias debido a que se han desarrollado bajo diferentes

contextos históricos, económicos, sociales y políticos; sin embargo, exhiben rasgos

universales interesantes y cualidades que los hacen distintos de los sistemas de extracción y

de los monocultivos. Todos están diseñados para producir al menos un producto de valor

comercial que genere un ingreso en efectivo al productor. Puede contener otras especies

útiles como plantas medicinales, frutales, hongos comestibles y animales para subsistencia

o venta. Si hay bosques naturales cercanos, los lugareños también pueden cosechar de ellos.

No son unidades de producción de manera aislada; por lo general, son parte de los sistemas

agrícolas locales, en los que se complementan los cultivos de subsistencia de alimentos

básicos y otras actividades económicas (Belcher et al., 2000). Su manejo está dirigido a

componentes específicos del bosque ya sean árboles individuales o parches. A su vez, los

diferentes componentes forestales pueden estar sujetos a diferentes intensidades de manejo

con prácticas silvícolas, agrícolas u hortícolas por lo que tienden a ser dinámicos y cumplir

funciones ecológicas importantes.

6
Los sistemas intermedios comprenden una amplia gama de posibilidades de manejo de los

recursos forestales, las cuales incluyen desde la extracción no controlada en áreas de acceso

libre, hasta el manejo de plantaciones forestales (Michon y De Foresta, 1997; Wiersum,

1997; Belcher et al., 2000; Wiersum, 2008) (Cuadro 1). Wiersum (1997) define a estos

estados como el continuum o fases evolutivas dentro del proceso de domesticación de

bosques, menciona también que un recurso según sus características particulares y las del

sistema en que se encuentre (ecológicas, insumos, prácticas de manejo, comercialización,

biodiversidad, productividad) puede estar situado en una u otra fase evolutiva; es decir, el

continuum no es un proceso unidireccional. Michon (2005) señala que la calidad de

“intermedio” en estos sistemas representa dos aspectos fundamentales y afines, la

intensidad de los insumos y la estructura y la función del ecosistema, lo cual no implica una

evolución en el tiempo (Belcher et al., 2000) (Fig. 1).

Cuadro 1. Características generales de ejemplos de sistemas intermedios.

Sistema de
Prácticas de Autor y
manejo Características/estructura Regeneración Origen
manejo año
intermedio
Sistemas - Diversidad de plantas - Natural - Prácticas - Bosque Belcher et
intermedios valiosas (multifuncional) - Inducida agrícolas, natural al., 2000
(Intermediate - Mínimo una especie de silvícolas y - Bosque
systems) valor comercial hortícolas antropogénico
- Similar al bosque natural
o secundario
- Diversidad distinta entre
casos
Bosque - Mayor densidad de - Natural - Protección - Bosque Wiersum,
enriquecido especies útiles (comestibles - Dispersión de selectiva o natural 1997
(Enriched o comerciales) propágulos incidental - Barbecho Peters,
forest) - Reducción de 2000
la competencia
- Enriqueci_
miento

7
Bosques - Mezcla de árboles (útiles) - Protección de - Dirigidas a - Bosque Wiersum
intermedios - Diversidad distinta entre regeneración árboles natural y Gómez,
(Intermediate casos natural individuales (tolerancia de 2000
forest) - Similar al bosque natural - Selección de - Puede incluir especies
recursos prácticas nativas)
arbóreos silvícolas, -
específicos agrícolas y Reconstruido
hortícolas de etapas
-Enriqueci_ sucesionales
miento
Complejos - Mayor densidad de - Natural - Enriqueci_ - Aclareo Schroth et
agroforestales especies útiles (maderables (especies útiles) miento selectivo del al., 2004
(Complex y no maderables) en - Inducida - Plantación bosque natural
agroforest) comparación con el bosque - Especies - Aclareo
natural cultivadas fallido (roza,
- Similar a un bosque tolerantes a la quema)
natural sombra
- Diversos estratos de
vegetación
Manejo - Mayor densidad de - Natural - Enriqueci_ - Bosque Michon,
forestal en especies útiles - Inducida miento natural 2005
pequeñas - Diversidad distinta entre - Plantación - Destrucción
propiedades casos de la
(Smallholder vegetación
forest original y
management) reconstrucción
gradual
dirigida
apropósitos
específicos de
producción

8
Figura 1. Modelo conceptual del continuum en el proceso de domesticación de bosques y lógica de los
sistemas intermedios (Adaptado de Ross-Tonen, 2012).

Como se mencionó anteriormente, sistemas intermedios es un término que engloba de

manera general a un grupo de sistemas de pequeña escala que no pertenecen a la

silvicultura, no generan un drástico cambio de uso del suelo, excluyen a los productos

agrícolas y no son simples actividades de extracción. Sin embargo, a pesar de tener

similitudes, se pueden observar diferencias importantes como su origen, formas de

regeneración, prácticas de manejo, estructura, etc. Algunos ejemplos se pueden observar en

el cuadro 1; en el caso del complejo agroforestal se presentan dos vertientes, puede

originarse del manejo paulatino de un bosque natural o de una intervención fallida similar a

lo que sería una intervención de roza, tumba, quema mal aplicada (Schroth et al., 2004).

9
A continuación se mencionan los principales nombres con los que diversos autores se han

referido a estos sistemas intermedios y algunas características generales. Según Michon

(2005) los ejemplos de ellos pueden encontrarse con nombres como: man made forest

(Torquebiau, 1984), managed forest (Momberg, 1993), improved fallows (Cairns, 1997) y

forest gardens (Belcher et al., 2000; Belcher et al., 2005). Wiersum (1997) en su

clasificación de sistemas de manejo indígena forestal define al bosque enriquecido, este

reúne características de los sistemas intermedios y es el concepto más afín al caso de los

cachichinales (Peters, 2000).

Sistemas de manejo indígena forestal.- Son invisibles y fisonómicamente cercanos a los

bosques primarios o secundarios que fácilmente son confundidos con los bosques naturales

(Wiersum, 1997; Michon, 2005). En esta clasificación se encuentra el bosque enriquecido,

un sistema diverso, dinámico que incorpora actividades sociales y de manejo de vegetación,

cuya finalidad es proteger, utilizar y distribuir los recursos forestales (Wiersum, 1997),

incluye el manejo de la regeneración natural del bosque. Peters (2000) señala estos bosques

como parsimoniosos, de bajos insumos y muy efectivos. Son la culminación de cientos de

años de ensayo y error de los pueblos indígenas y contienen todo lo aprendido de ellos, por

lo que son los “expertos en el arte de producir y cuidar un bosque”.

Complejos agroforestales.- Estos son los sistemas más parecidos a un bosque de todos los

sistemas agrícolas, tanto en estructura como en apariencia, algunos de ellos pueden ser

fácilmente confundidos con un bosque natural si se miran a distancia (Schroth et al., 2004).

Incluso si el recurso de interés se refiere a un producto forestal no maderable la evidencia

de que el bosque está siendo manejado puede no ser visible (Peters, 2000). En algunos

10
casos la única evidencia de que un bosque está siendo manejado es la distribución y

abundancia de sus especies útiles (Peters, 2000; Campbell et al., 2006). Schroth et al.

(2004) reporta que los complejos agroforestales pueden ser distinguidos del uso extractivo

del bosque natural por un sustancial incremento en la densidad de árboles de especies útiles

y la concomitante restructuración de la vegetación original. Sin embargo, Schroth (2004) y

sus colaboradores señalan que los límites entre el extractivismo puro, el practicado en el

bosque natural y el cultivo de complejos agroforestales es flexible; a menudo ocupan un

lugar de transición en el paisaje entre el uso intensivo de tierras agrícolas y el bosque

natural.

Smallholder forest management (SFM).- Michon (2005) menciona que el manejo forestal

de pequeños productores (pequeñas propiedades) a menudo presenta una considerable

cantidad de actividades de plantación y domesticación del cultivo forestal. Define al

llamado cultivo intercalado en el que el enriquecimiento se da integrando especies en la

estructura forestal existente sin destruirla o sustituirla completamente. El patrón silvícola

integra una intensiva pero temporal fase de producción forestal en una matriz de bosques

antiguos no manejados. Por otro lado, menciona que el cultivo forestal integral involucra

una modificación más drástica del bosque original, usualmente destruye la vegetación

original, mediante rosa-tumba-quema y paulatinamente se reconstruye de acuerdo al

propósito específico de producción. Es cíclico y se integra a los ciclos productivos

agrícolas. Se replanta árbol por árbol y es una silvicultura permanente en algunos casos.

Como ejemplo podemos citar al cultivo del damar (Shorea javanica) en Indonesia. Esta

especie produce una resina que es utilizada para la producción de incienso, barniz, pintura y

11
cosméticos. El establecimiento de este sistema consta de tres principales etapas; la primera

implica el aclareo del bosque y una posterior siembra de arroz y vegetales. Entre estos dos

componentes también se planta pimienta, café, damar y frutales. En la segunda etapa (tres

años después) se cosechan café y pimienta. La tercera etapa, alrededor de 20 años después,

la pimienta y el café ya no son productivos pero el damar y los frutales sí (Koen et al.,

2008).

A diferencia del cultivo de damar, una ventaja que tiene el bosque enriquecido es que en

caso de ser abandonados los sitios, muchas de las especies abundantes en el dosel pueden

fácilmente mantenerse por sí solas. Después de décadas de manejo las especies desarrollan

una población con todas las clases de edades con semilleros, juveniles, adultos, etc. En la

ausencia de intervención humana estas especies continúan creciendo en el sitio por muchas

generaciones, incluso si el nivel de regeneración es drásticamente reducido (Peters, 2000).

Prácticas de manejo

Los sistemas de manejo forestal han sido manejados históricamente con el fin de garantizar

la disponibilidad, el aumento o bien mejorar la calidad de recursos para subsistencia o

comercio. Para tal fin, la principal herramienta del manejo forestal son las prácticas de

manejo; éstas varían dependiendo el objetivo del productor y las características del recurso

de interés (Wiersum, 1997). Existen variadas formas de manejo de especies aparentemente

silvestres, pero ocupan un estado intermedio entre lo silvestre y lo cultivado; éstas son

denominadas manejo incipiente (Caballero y Cortés, 2001). González-Insuasti et al. (2008)

mencionan que las prácticas del manejo incipiente pueden ser tanto in situ como ex situ y

12
que puede ser aplicables solo a algunos individuos o a la población. Estas prácticas de

manejo se dividen en cuatro categorías según su propósito (Caballero y Cortés, 2001):

1. Las de tolerancia, referentes a conservar individuos de especies silvestres útiles

durante la preparación de terrenos para agricultura u otras actividades productivas.

Mantiene la disponibilidad de recursos importantes para la economía doméstica.

2. Las de protección, implican acciones de eliminación de competidores, protección

contra heladas, herbivoría.

3. Las de promoción, encaminadas al aumento de la densidad de poblaciones de

plantas. Entre ellas la poda, corte, preparación del suelo, aplicación de fertilizantes,

dispersión intencional de semillas.

4. Las de cultivo ex situ, basadas en propagación vegetativa o germinación de semillas.

Por su parte Wiersum (1997) menciona que las prácticas de manejo forestal son un

grupo de actividades deliberadas que divide en tres propósitos generales: el uso

controlado de los recursos; la protección y mantenimiento de la masa forestal; y la

propagación intencional de cualquier especie silvestre o domesticada.

Enriquecimiento de cachichinales como alternativa de restauración

El uso y el manejo de Oecopetalum mexicanum es muy antiguo, quizá desde la época

prehispánica; el registro más antiguo de su uso data de 1831 (Chenaut, 1995) cuando el jefe

político de Misantla Ángel de Ochoa y Ortega hace una descripción de los alimentos

13
comunes de la zona y en 1885 según el archivo municipal se solicita a la comunidad de

Misantla madera y hojas de cachichín para construir el mercado de Misantla. Los

cachichinales son bosques creados por los pobladores de esta región debido al interés que

prevalece en la especie O. mexicanum, actualmente sus semillas comestibles son

comercializadas anualmente en parte de la Sierra de Misantla, Ver. y ciudades aledañas

como Xalapa. Estos sistemas tienen parecido con la selva alta subperennifolia, su presencia

está sustituyendo la función de estos bosques naturales y ofreciendo invaluables servicios

ambientales. Sin embargo, al ser un bosque antropogénico no clasificado en ningún tipo de

aprovechamiento (agrícola, forestal), al encontrar evidencias de disminución de especies

locales (Covarrubias, 2010) y percibir el interés/necesidad de la gente por adoptar cultivos

de especies introducidas que generen mayores ingresos económicos se prevé un cambio de

uso de suelo en corto tiempo. Se considera que para evitar este cambio de uso de suelo el

cachichinal puede fungir como una matriz vegetal que auxilie la recuperación del bosque

natural y la conservación de germoplasma local, por lo que en este estudio se plantea el

tratamiento de enriquecimiento de bosques aplicado al cachichinal.

En términos de restauración ecológica el enriquecimiento de bosques es un tratamiento de

apoyo a la regeneración, significa una reforestación dentro de un bosque existente, en

claros o espacios disponibles para el crecimiento de especies elegidas; la disposición de las

plántulas a sembrar puede ser en grupos pequeños, plantas individuales o bien repartidas

por toda el área de manejo (Gerez y Purata, 2008). Por ejemplo, Ramírez et al. (2007)

hicieron una plantación de enriquecimiento para evaluar la supervivencia y crecimiento en

altura y diámetro de 16 especies de bosque mesófilo de montaña en el Parque Nacional

14
Lagunas de Montebello Chiapas, para lo que dispusieron de ocho parcelas en las que se

trasplantaron 3030 individuos de manera aleatoria; ellos argumentan que para que las

medidas encaminadas a la restauración o recuperación de sitios perturbados de bosque sean

exitosas debe haber bases de información sólidas sobre aspectos biológicos y de uso de las

especies que caracterizan los sistemas ecológicos de interés.

Tomando en cuenta la complejidad y particularidades de cada caso a restaurar, la

restauración ecológica en el sentido ecológico estricto de ayudar al restablecimiento de un

ecosistema que ha sido degradado o destruido da un giro con la visión de la restauración

holística, la cual especifica que se debe incluir tanto el componente ecológico como el

social (valores ecológicos, socioeconómicos, culturales y personales) (Pandey, 2002).

Dicho enfoque concuerda con las necesidades identificadas para el caso de los

cachichinales; como señalan Montagnini et al. (1997), el enriquecimiento es aplicable

donde hay especies nativas y económicamente valiosas, aprovechables dentro de bosques

secundarios con fines de conservación o cuando las características del suelo no son aptas

para otros usos, donde han desaparecido especies clave para el funcionamiento ecológico y

subsistencia de las personas (Mansourian et al., 2005). Además la restauración holística

plantea que promover los sistemas autosostenibles y que presten servicios a la sociedad es

la mejor manera de proteger la biodiversidad (Clewell y Aronson, 2007).

Los sistemas degradados comúnmente presentan pérdida de especies nativas, colonización

por las especies invasoras, simplificación de la estructura de la comunidad, reducción del

control de microclima, cambios en la distribución de frecuencia de las formas de vida de las

plantas, pérdidas en las propiedades beneficiosas del suelo y reducción de la capacidad de

15
retención de nutrientes y la reducción de la capacidad de regular el régimen de humedad

(Clewell y Aronson, 2007). Para prevenir o disminuir estos problemas hay una gama de

intervenciones, en algunos casos es suficiente con suprimir el factor de estrés en el sistema;

por ejemplo, el pastoreo o reducción de herbivoría en especies específicas. En otros casos

las intervenciones implican el restablecimiento de especies o conjuntos de especies

consideradas deseables en un ecosistema restaurado (ecosistema de referencia); para este

propósito se pueden emplear técnicas como el almacenamiento de semillas, cultivo de

tejidos, tratamientos de germinación, translocación, entre otros. (Hoobs y Cramer, 2008).

La translocación como un mecanismo de restauración ecológica ha sido más aplicada en el

manejo de poblaciones animales que vegetales, entendido como el movimiento de animales

de una localización a otra, a fin de aumentar el tamaño de poblaciones pequeñas que

tienden a aislarse por efecto de la fragmentación de hábitats (Gálvez, 2002). Winston et al.

(2012) definen a la colonización asistida como la translocación de especies en peligro de

extinción o amenazadas por el cambio ambiental local o global fuera de su distribución

nativa; sin embargo, aclaran que muchas translocaciones han sido reintroducciones debido

a que el movimiento de los individuos en varios casos ha estado dentro del rango de

distribución histórica de la especie. En contraste, la World Conservation Union (1987)

únicamente menciona que la intención de una translocación es el establecimiento,

restablecimiento o aumento de una población existente. Juárez (2011) hizo un análisis para

determinar qué tan factible es el uso de la especie Rhamnus capraeifolia mediante su

translocación para la restauración ecológica en fragmentos de bosque mesófilo de montaña,

entendiendo a la translocación como una estrategia para la integración de especies

16
vegetales, las cuales deben ser sobre todo leñosas nativas y que deben tener la potencialidad

de crecer en zonas alteradas para que, con el tiempo, permitan la recuperación, mejoría o

control de la fertilidad y estabilidad del suelo. El éxito de las translocaciones depende en

gran medida del contexto, como el grado de herbivoría, disturbios, competencia u otros

factores ecológicos o antropogénicos; y han sido evaluadas mediante análisis de

supervivencia, crecimiento y fecundidad de las semillas o plántulas (Menges, 2008). Por su

parte Parker (2008) concluye que ha sido una herramienta de especial relevancia para

proyectos de conservación en Nueva Zelanda y otros países en los que la participación

activa de la comunidad ha sido componente clave para su éxito. Por lo anterior se considera

la translocación como un mecanismo de restauración potencial para el enriquecimiento de

los cachichinales de Misantla, Ver.

Para restaurar antiguas tierras de cultivo en el mundo y en especial en el trópico, es muy

importante explorar modelos de cómo restaurar estas tierras de una manera efectiva, de bajo

costo, que simule mejor la recuperación del bosque y que sea capaz de proporcionar medios

de vida. Vieira et al. (2009) definen a la restauración de agro-sucesión como la

incorporación de una serie de técnicas agroecológicas y agroforestales como una fase de

transición temprana en la restauración de los bosques. Estas opciones van desde el cultivo

intercalado hasta sistemas muy similares a un bosque nativo con respecto a diversidad de

especies, funcionalidad, dinámica de sucesión y estructura horizontal y vertical.

La restauración de sucesión es lenta si se inicia en un pastizal pero aplicable en

plantaciones de enriquecimiento debido a que corresponden a una etapa sucesional

avanzada (Allen et al., 2003), incluso puede tener una importante aplicación en el manejo

17
de árboles nodriza que resguardan plántulas de diversas especies del excesivo viento, sol y

erosión del suelo (Ricker y Daly, 1998). Menges (2008) señala que la translocación de

especies clave como plantas nodriza ha sido fundamental en algunos casos de restauración

en España y que translocar plántulas de especies nativas bloquea el flujo de especies

exóticas.

III. Antecedentes

Algunos ejemplos de bosques enriquecidos

La relación que establecen los campesinos con los recursos forestales no maderables en los

bosques naturales no es exclusivamente de tipo extractiva (Wiersum, 1997; Michon, 2005).

Aunque cada manejo de dichos recursos no maderables presenta características únicas,

generalmente resultan en una conversión positiva que favorece el crecimiento de bosques

donde predomina una especie, y que muchas veces llamados por su nombre genérico como

por ejemplo los asaizales en Brasil, que son sistemas donde predomina la palma de asaí

(Euterpe oleracea) (Brondizio, 2008).

El tratamiento de enriquecimiento de bosques consiste en talar árboles de especies menos

deseadas y en su lugar plantar y mantener árboles de especies más valiosas según las

necesidades e intereses de la gente (Ricker y Daly, 1998), aunque el concepto de las

plantaciones de enriquecimiento no ha sido muy estudiado, son muchas las evidencias de

que los bosques han sido manejados durante miles de años (Alcorn, 1981; Gómez-Pompa y

18
Kaus, 1992), quizá en algunos casos bajo este tratamiento. Entre las evidencias más

comunes de estos manejos están la distribución y abundancia de las especies útiles

presentes en el sitio o pruebas físicas de su aprovechamiento. Por ejemplo, para el caso del

Brosimum alicastrum existen dos hipótesis principales que explican su abundancia en las

zonas arqueológicas mayas: la primera es que las características fisiológicas del árbol le

han permitido ser muy exitoso durante el proceso de regeneración natural, y la segunda, es

que seguramente los árboles se encontraban presentes en el área antes de la ocupación

humana, pero no eran necesariamente abundantes, y la selección del hombre (protegiendo y

cultivando) fue el factor fundamental que determinó su abundancia (Rico-Gray y García-

Franco, 1991). En la actualidad a estos parches con abundancia de B. alicastrum se les

conoce como ramonales, capomeras, mojoteras y ojitales según la región en alusión a

algunos de sus nombres comunes en distintas regiones (Meiners et al., 2009). Gómez

Pompa et al. (1987) mencionan que los mayas seleccionaban ciertas áreas dentro del

bosque para plantar y proteger especies útiles, este sistema llamado pet kot no se caracteriza

por la abundancia de una especie en particular como en el bosque enriquecido descrito por

Wiersum (1997), sino que presenta una combinación de especies frutales y maderables

principalmente entre las que podían estar Bursera simaruba, Brosimum alicastrum, Cedrela

odorata, Manilkara zapota, Spondias spp., entre otras. (Rico-Gray y García-Franco, 1991).

Los esfuerzos por incrementar la densidad y desarrollo de especies útiles en un bosque

natural se pueden observar también en los bosques de hule (Hevea brasiliensis) del

Amazonas, tradicionalmente han sido enriquecidos a través de siembra de semillas, de lo

contrario estos declinarían (Dean, 1987). Otro rasgo esencial es el manejo de la

19
regeneración, actividad que también se lleva a cabo en los bosquecillos de la nuez del

Brasil (Bertholletia excelsa). Sobre esta especie Peréa Serrano (2005) realizó un estudio en

el Valle del Río Acre (Brasil), donde comparó la regeneración y la estructura poblacional

de B. excelsa en tres diferentes campos de más de 50 kilómetros. Las diferencias en su

estructura poblacional fueron relacionadas con las características históricas del uso de la

suelo de cada lugar, historia de recolección y distribución de clases de tamaño.

Otro importante ejemplo de manejo indígena forestal es el que se lleva a cabo en el Caboclo

Amazónico con las palmas de asai (Euterpe spp.), su fruto es comestible y los troncos se

utilizan para construcción. Las palmas de asai crecen en relativa abundancia en los

estuarios de las partes bajas según el manejo, densidad y distribución dependiendo de

factores ambientales, transformando estas áreas en asaizales. La variabilidad de los

asaizales implica tres áreas de manejo: las no manejadas, las de nivel intermedio y de

manejo intensivo; donde las prácticas de manejo principales son: limpias, podas,

eliminación de malezas, selección de individuos productivos y aclareo (Brondizio, 2008).

El autor hace una caracterización de los parámetros de intensificación del manejo,

asociados a los años y prácticas de manejo que se llevan a cabo en diferentes sitios por

diferentes productores. Esta especie muestra un claro ejemplo de un recurso que se

encuentra en varias fases del continuum definido por Wiersum (1997) y ya descrito en el

apartado Manejo de bosques y sistemas intermedios de esta tesis.

En el Norte de Sumatra se observa también el caso de los árboles de benzoin, los cuales

producen una resina aromática que ha sido utilizada desde hace 10 siglos de manera local

en la elaboración de inciensos, y abriéndosele un mercado más reciente en la industria

20
farmacéutica y perfumería. La resina es cosechada de árboles en bosque natural o en

parches con abundancia de los mismos, estos parches son creados por los campesinos y

pueden estar compuestos por una o varias especies del género Styrax (García-Fernández et

al., 2003). Los campesinos plantan el benzoin entre la maleza del bosque natural y a

medida que van creciendo regulan la presencia de otras especies por medio de podas o

eliminación de competidores con la finalidad de mantener las condiciones adecuadas de luz

y temperatura para la especie de interés (benzoin). Después de ocho años los árboles son

productivos y se puede cosechar su resina hasta por 60 años con una reducción del

rendimiento después de los 30 años; sin embargo, por el largo periodo de vida productiva

de los árboles de benzoin, al menos tres generaciones de campesinos pueden beneficiarse

de esta actividad. A pesar de que este manejo favorece a una sola especie, con el tiempo

aumenta gradualmente la diversidad vegetal, algunos productores hacen una asociación de

benzoin con árboles frutales o maderables. Después de un máximo de 65 años de cosecha,

el parche de benzoin es abandonado y en ausencia de manejo, vuelve a tomar forma de

bosque natural (García-Fernández et al., 2003; Michon, 2005).

Al Oeste de Sumatra el paisaje presenta campos de cultivo de arroz permanente, seguidos

por aldeas bordeadas por bosques manejados que se mezclan con los bosques naturales

hacia la parte alta de las montañas. Estos bosques manejados tienen componentes típicos,

principalmente árboles frutales como Arthocarpus spp., Nephelium lappaceum, Baccaurea

spp. y Eugenia spp., estas se venden en mercados locales o pueden ser solo utilizadas para

autoconsumo. Aprovechan especies maderables como Toona sinensis y Pterospermum

javanicum principalmente; árboles de especias Cinnamomun burmanii (canela) como la

21
más importante por ser comercializada ampliamente, Coffea robusta (café), Myristica

fragrans (nuez moscada), Aframomum sp. (cardamomo) o Syzigium aromaticum (clavo de

olor). Albergan otras especies de árboles pequeños, malezas, una asombrosa diversidad de

epífitas incluyendo orquídeas, lianas pequeñas y herbáceas propias de sotobosque (Michon,

2005). Sin embargo, el árbol representativo es el durian (Durio zibethinus), importante

tanto en la estructura de estos parches como en términos sociales y económicos de la

población. Cada temporada de cosecha de durian las familias se reúnen y todas las

actividades del día y de la noche están dedicadas a la recolección, transporte a los pueblos,

comercialización y procesamiento del fruto (Michon, 2005).

Para México no hay ejemplos reportados como bosques enriquecidos, los casos más

parecidos son el de Brosimum antes mencionado y un caso de Cordia alliodora reportado

en Veracruz (Ricker y Daly, 1998). Una especie potencial a manejar como bosque

enriquecido es Manilkara sapota, esta crece en asociación con Brosimum alicastrum.

Barrera (1992) señala que es utilizada para la extracción de chicle principalmente y por el

fruto comestible que produce (zapote); la madera ha sido utilizada en construcción. M.

sapota es una especie dominante o codominante en las selvas alta y mediana

subperennifolia de la península de Yucatán y representa una fuente importante de ingresos

para los chicleros de la zona.

En el entendido de que una plantación de enriquecimiento consiste en manejar árboles

comercialmente valiosos dentro de la selva existente, Ricker et al. (1999) estudiaron el caso

de una plantación de enriquecimiento con la especie Pouteria sapota en Los Tuxtlas. Sus

resultados señalan que el transplante de plántulas de P. sapota en la sombra de la selva es

22
posible debido a que se desarrollan bajo el dosel con una apertura del 60% (Ricker et al.,

2000). Ellos plantean este caso desde el punto de vista comercial pero expresan que la

producción comercial de frutos puede requerir una selección de árboles, injertación, poda y

el desarrollo de una copa amplia en lugar de un tronco alto. De todos modos, es posible

sembrar 40-200 plántulas de P. sapota por hectárea dentro de un sistema de manejo forestal

seminatural y así conservar la biodiversidad. Con este tratamiento de enriquecimiento no

proponen sustituir otras actividades comerciales, sino que al implementarlo en islas de

selva seminaturales amenazadas por la expansión de los pastizales, los campesinos

empiecen a manejarlas con un impacto moderado, comiencen a considerarlas valiosas y

despierten su interés en conservarlas.

El te'lom huasteco es un sistema tradicional manejado por medio de prácticas silvícolas

como el enriquecimiento, poda casual, protección de especies deseables, entre otras. Las

especies útiles que no crecen en el te’lom por si solas, pueden ser trasplantadas del bosque

o de los huertos y las especies indeseables son removidas. Las proporciones y formas del

te’lom pueden ser muy variadas. La composición de especies, edades y localización se

dispone por rodales y varía de un sitio a otro, reflejando los objetivos de manejo de cada

labrador (Alcorn, 1981). Aun cuando las prácticas utilizadas en este sistema coinciden con

las de un bosque enriquecido, las características del sistema al final son distintas, ya que se

altera toda la estructura y disposición natural de las especies.

23
El caso del cachichinal en la Sierra de Misantla, Veracruz

El cachichinal como bosque enriquecido, es una siembra activa de Oecopetalum

mexicanum (cachichín) dentro de la vegetación de un bosque preexistente que ha sido

modificado, no presenta cambio de uso de suelo y el cuidado de la regeneración se enfoca

únicamente en esta especie. Se encuentran en lo que corresponde a la selva alta

subperennifolia entre los 450 y 850 msnm.

De acuerdo a las características de sistemas intermedios (Michon, 2005), el cachichinal está

formado por un manejo intercalado perenne, no perceptible (invisible) porque su

composición y estructura es muy parecida a la del bosque natural con los que a menudo se

confunde; además todas las especies presentan distintas clases de edades. Existe dentro de

la matriz del bosque conservado sin presentar una fase de regeneración masiva: cada árbol

de cachichín se sustituye o poda según las necesidades del propietario, al igual que el resto

de las prácticas. Las especies asociadas al cachichinal pueden ser plantadas o crecer

espontáneamente, esto lo convierte en un manejo multifuncional diseñado para un solo

producto y, en pequeña proporción, para otras especies (Fig. 2). En el sistema intervienen

intereses y funciones productivas, sociales, económicas y culturales, por lo que es una

estrategia de manejo forestal a baja escala que permite la conservación de biodiversidad

principalmente local.

24
Figura 2. Cachichinal de Pueblo Viejo, Misantla, Ver.

En un estudio realizado en 2010 por Covarrubias, que tuvo como objetivo general

caracterizar y comparar composición, estructura, riqueza y diversidad vegetal de tres

sistemas de manejo (cachichinales, cafetales y bosques) asociadas a las prácticas de manejo

tradicionales dirigidas hacia Oecopetalum mexicanum; se encontró que, a pesar de que el

cachichinal es el sistema menos diverso (Diversidad H’ bosque 3.19; cafetal 2.09 y

cachichinal 1.36), presenta mayor índice de valor de importancia (IVI) en cuanto a especies

útiles se refiere (Cuadro 2).

25
Cuadro 2. Valores de importancia de especies útiles e introducidas y número de especies por sistema de
manejo (Covarrubias, 2010).

IVI total Sistema de manejo IVI especies útiles (%) IVI especies introducidas
(%)
300% Bosque maduro 120.75 (18) 1.85 (1)
Cachichinal maduro 281.89 (12) 64.99 (3)
Cafetal maduro 201.87 (15) 107.84 (6)

200% Bosque regeneración 115.84 (15) 0 (0)


Cachichinal regeneración 189.45 (15) 28.57 (2)
Cafetal regeneración 136.93 (7) 69.93 (2)

Se identificaron cinco prácticas de manejo que los dueños de estos terrenos hacen cuando

está próxima la época de recolección (abril y mayo) de cachichín: barrer hojarasca, eliminar

maleza, podar, eliminar árboles viejos y bejucos, procurar regeneración (reubicar

plántulas). La mano de obra es familiar, campesinos comentan que la inversión requerida

para su manejo es muy baja, únicamente lo que invierten en dar mantenimiento a sus

herramientas de trabajo (machete, hacha, azadón). El sistema ha sido enriquecido con

especies frutales como Beilschmiedia anay (escalán), Citrus tangerina (naranja), Ardisia

compressa (capulín), Psidium guajava (guayaba), Coffea arabica (café) y Musa

paradisiaca (plátano) y, como refiere Peters (2000) para los bosques enriquecidos, la

estructura y composición de los cachichinales refleja los objetivos y particularidades de

manejo de cada propietario.

Un dato interesante que arrojan los IVI de especies maduras y de regeneración en los

cachichinales, es que si suponemos la ausencia de árboles de O. mexicanum, la especie

predominante sería Coffea arabica (Covarrubias, 2010). La producción de café es una de

26
las principales actividades económicas de esta región y sus prácticas de manejo son muy

diferentes a las dirigidas al cachichinal. Lo anterior significa un cambio drástico en

estructura y composición de la vegetación que favorecería la propagación de especies

introducidas, pérdida de germoplasma vegetal local y el hábitat de fauna silvestre, riesgo de

erosión y contaminación de suelo por fertilización, entre otras. Por estas razones es

importante en el presente trabajo caracterizar la estructura y composición vegetal de los

cachichinales en un rango más amplio (varios puntos del Municipio de Misantla),

identificar prácticas de manejo y si se aplican de manera homogénea a todos los

cachichinales; probar que otras especies útiles de origen local presentes en el bosque

natural pueden sobrevivir en el cachichinal y al mismo tiempo apoyar a la subsistencia de

los propietarios.

Descripción de especies para ensayo de enriquecimiento

Las razones principales para la elección de estas especies es que las tres son nativas, están

presentes en los fragmentos de bosque caducifolio (Covarrubias, 2010), fueron sugeridas

por los propietarios de cachichinales entrevistados con el argumento de que Ocotea

puberula (alamanca) y Beilschmiedia anay (escalán) son de uso maderable y los frutos de

este último son comestibles; por último Pseudolmedia glabrata (tepetomate) también

produce un fruto comestible típico de la región. Otro motivo para su elección es que

plántulas de estas tres especies se encontraban disponibles tanto en bosque como en los

viveros locales. A continuación se describen brevemente:

27
Ocotea puberula.- Árbol de 7 a 27 m de altura y hasta 70 cm de DAP, corteza café (joven)

a gris pálido (viejo). Hojas simples de 7 x 2.5 a 21 x 8 cm; verde brillante en el haz y verde

olivo en el envés. Flores color amarillo verdoso, de 2 a 5 mm de largo, dispuestas en

racimos. Frutos de 6 a 8 mm de diámetro, globosos, color verde oscuro lustroso. Florece en

el mes de noviembre y fructifica entre enero y febrero. Se distribuye en México, Centro y

Sudamérica tropical de los 0 a 700 msnm, en clima cálido húmedo. Su madera es usada

para construcción de casas, cimbra, puertas, ventanas y muebles como camas y roperos por

lo que es cultivada o simplemente se deja crecer en los terrenos para su aprovechamiento

(Gutiérrez y Dorantes, 2004). Su nombre común en la Sierra de Misantla es alamanca.

Beilschmiedia anay.- Árbol de hasta 22 m de altura y 70 cm de DAP, tronco derecho, ramas

ascendentes y copa densa. Corteza externa escamosa, moreno rojiza. Hojas simples,

generalmente dispuestas en espiral, de 13 x 7 a 28 x 13 cm; verde brillante en el haz y

pubescentes en el envés; con olor fuerte a aguacate cuando se estrujan. Flores en panículas

axilares de 4 a 12 cm de largo, pubescentes; ligeramente fragantes; color crema verdoso

con anteras pardas. El fruto es una baya solitaria de 7 a 10 cm de largo y 3 a 5 cm de ancho,

piriforme y de color negro. Su nombre común en la región de estudio es escalán. Florece de

agosto a septiembre y fructifica en septiembre (Lascurain et al., 2010). Es un árbol

originario de las regiones tropicales húmedas de América (Niembro et al., 2004). En

México se distribuye en la vertiente del Golfo probablemente a lo largo de la Sierra Madre

Oriental en San Luis Potosí y desde el centro de Veracruz hasta la zona de Los Tuxtlas y al

noreste de Chiapas, en las selvas altas o medianas perennifolias de los 400 a los 700 msnm.

Crece especialmente en laderas montañosas con suelos bien drenados y de origen volcánico

28
o calizo (Pennington y Sarukhán, 2005). El fruto es comestible y muy apreciado en el

Municipio de Misantla. La madera es utilizada para leña, carbón, estacas, postes y

elaboración de mangos para herramientas agrícolas. Niembro et al. (2004) lo describen

como un árbol raro, escasamente estudiado y apto para propagar dentro de programas de

reforestación y restauración.

Pseudolmedia glabrata.- Árbol de hasta 30 m de alto y hasta 1 m de DAP; tronco derecho,

copa redonda y densa. Corteza externa gris parduzca, lisa a ligeramente escamosa en

pequeños pedazos. Hojas alternas simples, de 5 x 1.8 a 15 x 4.5 cm, estrechamente elípticas

u oblongas; verde amarillento a oscuro brillante en el haz y verde grisáceo en el envés.

Flores masculinas en cabezuelas verdosas, aplanadas, axilares, solitarias de 1 cm de

diámetro; flores femeninas solitarias o agrupadas en axilas de las hojas, de 3 a 6 mm de

largo incluyendo el estilo. Florece de enero a abril y fructifica en abril y mayo (Lascurain et

al., 2010). Los frutos son bayas de 1.5 a 2 cm de largo, ovoides o elipsoides, rodeadas

completamente por el perianto acrescente rojo. En México se distribuye en la vertiente del

Golfo de México desde el norte de Puebla y Veracruz hasta la selva lacandona en Chiapas y

el sureste de la península de Yucatán. Forma parte de selvas altas o medianas, perennifolias

y subperennifolias. En suelos de origen volcánico se encuentra asociada a especies como

Ulmus mexicana y diversas lauráceas. El fruto es comestible, conocido en la región como

tepetomate. La madera es usada para la fabricación de durmientes y localmente para

construcciones rurales, así como para fabricar mangos de herramientas agrícolas

(Pennington y Sarukhán, 2005).

29
IV. Área de estudio

Los bosques de Oecopetalum mexicanum se encuentran ubicados en el estado de Veracruz,

sobre la Sierra de Misantla, esta deriva de la Sierra Madre Oriental y el Eje Neovolcánico

Transversal. El Municipio de Misantla se encuentra ubicado en la zona centro del estado de

Veracruz en las coordenadas 19° 56’ latitud norte y 96° 51’ longitud oeste, a una altura de

300 metros sobre el nivel del mar. Sus suelos son ricos en acumulación de arcilla, son de

tipo luvisol y vertisol. El clima para esta zona es cálido húmedo Af (m) con lluvias todo el

año (Fig. 3).

Figura 3. Mapa de localización del Municipio de Misantla, Ver., México.

30
V. Objetivos

General:

Caracterizar y enriquecer los cachichinales como sistemas de manejo alternativos para

conservación de biodiversidad en el Municipio de Misantla, Veracruz, México.

Particulares:

1. Caracterizar los cachichinales de acuerdo al manejo, estructura y composición de

sus componentes vegetales.

2. Probar dos técnicas de enriquecimiento en cachichinales usando especies nativas de

importancia cultural, económica y ecológica en la región.

VI. Hipótesis

1. Las prácticas de manejo de los cachichinales influyen en su estructura y

composición de vegetación.

2. El origen de las tres especies seleccionadas para el enriquecimiento del cachichinal

afecta su crecimiento y supervivencia.

31
VII. Método

El estudio se dividió en tres etapas, la primera fue de reconocimiento del área y obtención

de información sobre el manejo de cachichinales; en la segunda se analizaron la estructura

y composición de la vegetación; y en la tercera se probaron dos técnicas de enriquecimiento

de cachichinales con tres especies locales útiles, analizando también su crecimiento y

supervivencia.

Etapa 1.- Esta etapa fue de reconocimiento del área y georreferenciación de cachichinales,

en campo se utilizó un GPS de la marca Garmin.

Se aplicaron 20 entrevistas semi-estructuradas a hombres y mujeres del municipio de

Misantla, propietarios de cachichinales (Alexiades, 1996; Martin, 2000). Las preguntas

estuvieron centradas en identificar especies útiles o de usos potenciales de interés para los

propietarios (no presentes en sus cachichinales), a partir de esto se hizo un ensayo de

enriquecimiento en cachichinales correspondiente a la etapa 3. La entrevista también

incluyó aspectos del manejo, la génesis de los cachichinales, cuáles son los beneficios de

tener un cachichinal y como son concebidos por sus dueños, y fue analizada mediante

porcentajes de cada variable para obtener una descripción general de estos sistemas (Anexo

1).

Etapa 2.- En esta etapa se caracterizó la riqueza, estructura y composición florística de ocho

cachichinales vigentes en manejo y recolección de cachichín, que cumplieran con las

características fisionómicas del sistema descritas en el apartado El caso del cachichinal en

la Sierra de Misantla, Veracruz y que hubiera accesibilidad del propietario para la toma

32
de datos correspondiente. Los sitios elegidos están distribuidos en cuatro localidades del

Municipio de Misantla, en el cuadro 3 se muestran los datos de localización y en la figura 4

su ubicación en el mapa.

Cuadro 3. Datos de localización de los ocho cachichinales estudiados, Municipio de Misantla, Veracruz,
México.

Localidad Cachichinal Coordenadas Altitud (msnm)

Pueblo Viejo 1 19º 48’ 51.8’’N-96º 52’ 05.6’’O 770

Pueblo Viejo 2 19º 48’ 31.6’’ N-96º 51’ 43.6’’ O 718

Trapiches 3 19º 50’ 44.6’’N-96º 52’ 18.1’’O 610

Trapiches 4 19º 50’ 08.6’’N-96º 52’ 29.8’’O 600

Villa Nueva 5 19º 46’ 12.4’’N-96º 52’ 10.5’’O 1050

Díaz Mirón 6 19º 48’ 33.6’’N-96º 52’ 47.9’’O 860

Pueblo Viejo (Comunidad 7 19 49 41.4 N, 96 51 58.1 O 750

Santa Rosa)

Pueblo Viejo (Comunidad 8 19 49 42.4 N, 96 51 58.4 O 711

Santa Rosa)

En los ocho sitios de bosque enriquecido se siguió la metodología propuesta por Gentry

(1982 y 1988) y modificada por López y Dirzo (2007) para un análisis de diversidad

florística en bosques dominados por palmas de la especie Sabal mexicana; ésta consiste en

establecer tres transectos al azar de 50 por dos metros cada uno (en cada cachichinal), lo

que da un total de 2400 m2 muestreados. Se identificaron todos los individuos a nivel de

33
Figura 4. Mapa de localización de ocho cachichinales para caracterización de riqueza, estructura y
composición florística en el Municipio de Misantla, Veracruz, México.

34
especie y se registró el diámetro a la altura del pecho (DAP = 1.30 m de altura) de los que

tuvieron un DAP mayor o igual a un cm. Con los datos obtenidos se calcularon las

siguientes variables: densidad (D = número de individuos/300 m2), dominancia (Do = área

basal de todos los individuos) y frecuencia (F = número de transectos en donde la especie

estaba presente/3). Con los valores relativos (R) de las tres variables (equivalentes a 100%

cada una) se calculó el Índice de Valor de Importancia (IVI) con la siguiente fórmula

(Lamprecht, 1990):

IVI = DR + FR + DoR = 300%

Se realizó un análisis clúster con la finalidad de agrupar los cachichinales de acuerdo a la

distancia euclidiana o similitud que hay entre ellos según la presencia o ausencia de

especies en cada uno, para ello se utilizó el programa MVSP (Multi Vriate Statistical

Package). Este análisis se complementó aplicando el coeficiente de similitud de Sorensen

que expresa el grado en que dos muestras son semejantes por las especies presentes en ellas

relacionando el número de especies en común con la media aritmética de las especies en

ambos sitios (Moreno, 2001).

Se estimó el índice de diversidad Shannon-Wiener (H’) con logaritmo en base 10 para cada

cachichinal y se hicieron pruebas t-Student con el programa PAST con la finalidad de

determinar si existen diferencias estadísticas significativas asociadas a la diversidad de

cada sitio. También se determinó el índice de equidad de Pielou, este mide la proporción

de la diversidad observada con relación a la máxima diversidad esperada. Su valor va de 0

35
a 1, de forma que 1 corresponde a situaciones donde todas las especies son igualmente

abundantes (Magurran, 1988).

Etapa 3.- Con base en las entrevistas realizadas a los propietarios de los cachichinales y la

revisión bibliográfica para identificar las características principales de la vegetación del

municipio, se escogieron tres especies (Ocotea puberula, Beilschmiedia anay y

Pseudolmedia glabrata). Dichas especies se consideraron aptas desde el punto de vista

ecológico, económico y cultural para hacer un ensayo de enriquecimiento en el que se

evaluó la supervivencia de un total de 540 plántulas (180 de cada especie) mediante dos

técnicas: translocación y producción en vivero. Se utilizaron 270 plántulas mediante la

técnica de translocación y 270 mediante la técnica de producción en vivero (Fig. 5).

Figura 5. Número de plántulas utilizadas para ensayo de enriquecimiento de cachichinales en la localidad de


Pueblo Viejo, Misantla, Veracruz.

36
Las plántulas translocadas se tomaron directamente del bosque (ecotonía de bosque

caducifolio y selva alta subperennifolia) se envolvió la raíz en hojas de periódico húmedas

para evitar maltrato y desecación durante el traslado a los cachichinales. Para la técnica de

producción en vivero se utilizaron plántulas cultivadas en 2 viveros de la localidad de

Pueblo Viejo, cuyo origen fueron semillas del bosque. Las características de las plántulas

utilizadas en las dos técnicas para el ensayo de enriquecimiento variaron según la especie,

las de Beilschmiedia anay entre 27 y 32 cm, las de Ocotea puberula tuvieron entre 13 y 20

cm de altura, y las de Pseudolmedia glabrata entre 10 y 16 cm de altura. Todas tuvieron al

menos dos hojas verdaderas y se cuidó al máximo evitar el maltrato de la planta tanto de su

parte aérea como de las raíces.

Con la finalidad de definir las diferencias en supervivencia y crecimiento de las plántulas

de las dos técnicas se utilizó un diseño pareado (Juárez, 2011) (Fig. 6). Este diseño consiste

en colocar una plántula translocada y una producida en vivero (las dos de la misma especie)

a la misma altura con respecto a la pendiente y con un espacio de 50 cm entre una y otra

aproximadamente.

Figura 6. Diseño pareado para


plantación de enriquecimiento en campo
(medidas aproximadas sujetas a las
características topográficas del sitio). T:
translocación y V: producción en
vivero.

37
Debido a la pequeña extensión de las propiedades y para no interferir en las actividades de

los propietarios, se eligieron tres cachichinales en la localidad de Pueblo Viejo (Fig. 7 y 8)

en los que se estableció una parcela experimental por cada uno, en lo sucesivo serán

nombradas como sitio 1, 2 y 3. Cada sitio tuvo una superficie variable (Cuadro 4) debido a

las características particulares de cada cachichinal, en especial por la presencia de rocas que

impedía la elaboración de hoyos para la plantación.

Cuadro 4. Superficie, apertura de dosel y pendiente de tres sitios de ensayo de enriquecimiento en la localidad
de Pueblo Viejo, Misantla, Veracruz.

Sitio Superficie (m2) Apertura de dosel Pendiente (º)


(%)

1 128 18.2 33

2 105 15.6 40

3 70 15.6 22

En estos sitios las plántulas se distribuyeron y plantaron (180 plántulas por cachichinal) en

forma aleatoria según las características del cada sitio, respetando únicamente la

disposición del diseño pareado. Todas las plántulas se etiquetaron con flagging tape con la

siguiente información: sitio, surco, especie, técnica y número de planta. A partir de la fecha

de plantación en el mes de julio de 2012 se realizó un monitoreo mensual (de agosto 2012 a

agosto 2013) para cuantificar la supervivencia de cada plántula bajo las categorías: viva

(V), muerta (M) y estresada (E). Esta última categoría fue definida como la pérdida de

turgencia o etiolación de las hojas, pero con un tallo aun verde. Se obtuvieron y analizaron

38
los porcentajes de supervivencia, tomándolos como indicador del establecimiento de la

especie en campo. Así mismo se construyeron curvas de supervivencia, analizadas

mediante modelos no paramétricos de Kapplan-Meier utilizando el programa JMP6.

Figura 7. Diseño, distribución y


número de plántulas por sitio para
ensayo de enriquecimiento. Sp.1:
Total = 540
Ocotea puberula, Sp.2: Beilschmiedia
plántulas
anay, Sp.3: Pseudolmedia glabrata, T:
translocación, V: producción en
vivero.

39
Figura 8. Sitios para ensayo de enriquecimiento de cachichinales. Localidad de Pueblo Viejo, Misantla,
Veracruz.

Además, se registró la altura de las plántulas en centímetros, midiéndose desde la base

hasta el meristemo apical con un flexómetro; este dato fue registrado cada dos meses (julio,

septiembre, noviembre, enero, marzo, mayo y julio). El diámetro del tallo se registró en

centímetros utilizando un vernier, este dato se tomó por encima de la corona del tallo de las

plántulas cada tres meses (septiembre, diciembre, marzo y junio) (Fig. 9), debido a que se

observó que el incremento en diámetro es mucho más lento que el incremento en altura

para estas especies. Estas dos variables (diámetro y altura) se analizaron mediante la

fórmula de tasa de crecimiento relativo (TCR) (Hunt, 1978):

40
TCR = (In h2 – In h1)

t2-t1

Donde h es altura/diámetro y t1y2 es el tiempo en meses.

Figura 9. Registro de altura y diámetro de plántulas.

Se hicieron análisis descriptivos de todas las variables y se realizó un análisis de varianzas

factorial (ANOVA), tomando como factores la técnica con dos niveles (translocación y

producción en vivero) y a la especie con tres niveles (Beilschmiedia anay, Ocotea puberula

y Pseudolmedia glabrata) para determinar si existen diferencias estadísticamente

41
significativas entre especies, técnica y en la interacción técnica-especie para cada caso; se

utilizó el programa STATISTICA.

VIII. Resultados

Etapa 1.- Origen, manejo y visión acerca de los cachichinales

El 86.6% de las entrevistas realizadas fueron respondidas por hombres y solo el 13.3 % por

mujeres. La edad de los entrevistados oscila entre los 45 y 65 años (53.3%), solo un 20%

respondió tener más de 70 años. Los datos indican que un 86.6% de los cachichinales

fueron heredados de sus padres, su superficie varía de media a 1 ha según 53.3% de los

entrevistados, solo 20% corresponden a 2 ha, 13.3 % de ¼ ha y 6.7% respondieron que su

cachichinal tiene ¾ ha. Es importante señalar que en algunos casos las propiedades son más

grandes (por ejemplo, 3 o 4 ha), pero la superficie destinada al manejo de cachichín es de 2

ha o menos.

La mayoría de los propietarios entrevistados refieren que la edad de sus cachichinales

fluctúa entre los 10 a 25 años (66.7%) y una minoría que mencionó más de 45 años (20%).

Con respecto al origen de los cachichinales, 40% de los propietarios afirman que cuando

empezaron a trabajar su terreno, este correspondía a una finca de café que para cubrir sus

necesidades económicas y de subsistencia fueron cambiando. 20% mencionaron que

cuando empezaron a trabajarlo ya era un cachichinal, 26.7% afirman que era bosque y que

de igual forma por sus necesidades lo fueron modificando.

42
La mayoría de los entrevistados reconocen las características del árbol de cachichín como

la temporada de floración y fructificación. Con respecto a la pregunta de que si el árbol

presenta enfermedades o plagas, en general respondieron que no (46.7%), hay quienes

comentan que las cotorras comen los frutos (33.3%) pero que esto no afecta la producción,

otros que a las plántulas les puede salir un hongo negro cuando hay excesiva humedad

(13.3%) y que la hormiga arriera come la hoja (6.7%).

La mano de obra para mantener el cachichinal es familiar, solo 26.7% respondieron que lo

hacen individualmente sin apoyo de la familia. Entre las prácticas de manejo que realizan

en los cachichinales está barrer (60%), ya sea con la mano, azadón, rastrillo o con una

rama, lo hacen antes de que empiece a caer el fruto (enero-febrero o cada ocho días durante

la temporada) con la finalidad de facilitar la recolección y evitar encontrarse con serpientes.

Como parte de las prácticas de manejo también se preguntó el uso de fertilizantes. El 80%

de los propietarios entrevistados no fertiliza el suelo, mientras que un 20% mencionan que

aplican urea una o dos veces al año. Es importante mencionar que las personas que dijeron

fertilizar lo hacen como práctica dirigida a las plantas de café, debido a que llevan un

manejo simultáneo de Coffea arabica y Oecopetalum mexicanum. Mencionan que aplicar

urea aumenta los retoños y aplicar sulfato aumenta la producción de café (6.7% de los

entrevistados). Aclaran que lo hacen para obtener mayor producción de café pero que dicha

práctica también tiene efecto positivo en la producción de frutos de cachichín.

60% de los entrevistados afirman que podan las ramas bajas de cachichín u otras especies

para poder caminar dentro del cachichinal. Otros entrevistados (13.3%) especifican que

podan para reducir la sombra y favorecer la producción de café u otras especies como el

43
capulín. Mencionan que podan árboles de cualquier especie y lo hacen cuando se necesita,

algunos lo hacen cada año (20%), mientras que otros (6.7%) cada dos o tres años cuando se

cerró el dosel. En cuanto a ligar/cinchar árboles viejos responden que lo practican con

cualquier especie en el momento que los necesitan, por ejemplo cuando se ponen amarillos

y sirven como leña; un 6.7% especifican que eliminan cualquier especie de árbol a

excepción de la alamanca (Ocotea puberula), por su uso maderable (Fig. 10).

Figura 10. Árbol ligado

Todos los entrevistados coinciden en que eliminan el bejuco para que no seque los árboles.

Deshierbar o chapear es otra práctica en la que coinciden todos, ya que quitan toda la hierba

para que esté limpio el terreno; la mayoría (86.6%) dicen que dejan las plántulas de

44
cachichín como material de recambio de la especie, el resto de los entrevistados comentan

que también las quitan porque “no quieren que se tupa”. Un 6.7% menciona que cuando el

quelite huesillo crece en la orilla del cachichinal lo colectan para uso comestible. Otra

práctica que se lleva a cabo en los cachichinales es cortar ramas bajas tiernas y delgadas de

los árboles de cachichín para hacer canastas con la finalidad de atrapar langostinos y

truchas en los meses de mayo a septiembre, solo un 20% de los entrevistados respondieron

que realizan esta actividad. Señalan que al cortar estas ramas no dañan al árbol, ya que

brotan ramas nuevas. Por otra parte, los dueños mencionan que en temporada de pesca

(abril-junio) hay gente que entra a terrenos ajenos y cortan los arbolitos de cachichín de

entre 1 y 1.20 m de altura para esta práctica, con la que dicen no estar de acuerdo.

Las prácticas de manejo que se aplican de manera homogénea en los cachichinales son

deshierbar, chapear y procurar la regeneración de O. mexicaum.

Los entrevistados respondieron que aparte de cachichín hay entre una y 10 especies útiles

que forman parte de sus cachichinales, siendo la respuesta más común siete especies por

cachichinal (20%). En total mencionaron 27 especies útiles (Cuadro 5).

Cuadro 5. Especie, nombre común y uso de plantas útiles que forman parte de los cachichinales.

Especie Nombre común Uso


Ardisia compressa Capulín Comestible
Beilschmiedia anay Escalán Maderable y comestible
Cedrela odorata Cedro Maderable
Chamaedorea spp. (3) Tepejilote Ornamental
Citrus spp. (4) Limón, mandarina, naranja china, Comestible
naranja de jugo
Coffea arabica Café Comestible

45
Cornutia grandiflora Tabaquillo Maderable
Guadua sp. Tarro Construcción
Heliocarpus donnellsmithii Jonote Maderable
Inga spp. (3) Chalahuite delgado, chalahuite hoja Sombra, leña y comestible
ancha, chalahuite
Musa spp. (3) Plátano blanco, plátano largo, plátano Comestible
ratán
Ocotea puberula Alamanca Maderable
Persea schiedeana Pagua Comestible y maderable
Pimenta dioica Pimiento Condimento
Prunus persica Durazno Comestible
Pseudolmedia glabrata Tepetomate Comestible
Psidium guajava Guayaba Comestible
Tapirira mexicana Bienvenido Comestible y maderable

Ante la pregunta de que si los cachichinales son buenos para sembrar otras plantas o

árboles, respondieron que si (93.33%) siempre y cuando se tenga un buen manejo de la

sombra y que de preferencia se siembre en poca densidad. Los comentarios que apoyan esta

respuesta son: “los cachichinales son escasos pero apoyan la economía de la familia”, “me

gusta tener así mi terreno”, “tengo varios productos que aprovecho a lo largo del año”, “en

los terrenos de esta región es lo único que crece bien”, “el fruta gusta mucho y para

nosotros es tradición comerla”.

Se preguntó a los propietarios que plantas no tienen en sus cachichinales y por qué les

gustaría tenerlas, lo que dio como resultado un total de 10 especies sugeridas por su uso. Se

observó preferencia por el uso maderable (Cuadro 6); sin embargo, 13.3% de los

entrevistados respondieron que no quieren otros árboles porque su cachichinal les gusta con

las especies que ya tienen y 6.66% argumentó que no tendrían tiempo de cuidarlo si

introdujeran otras especies.

46
Cuadro 6. Especie, nombre común y uso de especies sugeridas para sembrar en el cachichinal.

Especie Nombre común Uso


Alchornea latifolia Hoja ancha Maderable
Beilschmiedia anay Escalán Maderable y comestible
Cedrela odorata Cedro Maderable
Gmelina arborea Melina Maderable
Litchi sp. Lichi Comestible
Ocotea puberula Alamanca Maderable
Pimenta dioica Pimienta Condimento
Pouteria sapota Zapote mamey Comestible
Pseudolmedia glabrata Tepetomate Comestible
Swietenia macrophylla Caoba Maderable

Con respecto a la recolección del fruto todos los propietarios coinciden en recoger el

cachichín de sus cachichinales, la mayoría en compañía de su familia (esposa e hijos); 60%

responden que no dejan entrar gente a su cachichinal pero que aun así se meten a

escondidas y “se los ganan”; algunas personas (13.3%) dicen dejar entrar solo a familiares

y otras (26.7%) que dejan entrar cualquier gente porque es un fruto que gusta mucho y

todos quieren comerlo. Comentan que si es para su consumo dejan que cualquier persona

recoja la cantidad de cachichín que quiera, excepto cuando hay un interés comercial: “lo

malo es que luego van y lo venden”. Ninguno de los entrevistados dijo cobrar cuota o hacer

algún trueque cuando encuentran gente llevándose los cachichines de su terreno, sin

embargo hay quienes (6.7%) les dicen que pidan permiso para recoger y también quienes

(6.7%) les advierten que “no los corten porque están vanos y dañan el árbol”, “que solo

junten los de abajo”.

47
Los recolectores de cachichín a menudo lo venden verde, seco o tostado, las cantidades en

kilogramos de lo que venden no fueron reveladas, argumentan que eso depende de la

producción de ese año y cantidad que recojan. Las cantidades aproximadas de venta varían

de 50 a 600 kg por temporada entre verde, seco y tostado, la forma más común de venta

entre los entrevistados es en estado verde. Del mismo modo hay una marcada diferencia en

las cantidades del fruto que destinan para autoconsumo, que varía entre 10 y 250 kg por

familia por temporada. Cabe mencionar que los kilos de fruto que recogen son colectados

en varios sitios, no precisamente corresponden a un solo cachichinal.

Hay una percepción generalizada de que hay años en que los árboles de cachichín producen

más y otros menos. Una minoría de los entrevistados (13.3%) piensa que el efecto del clima

o el sol son posibles factores, pero el 86.6% señala que se produce mucho un año y al

siguiente los árboles descansan.

La visión de los propietarios a futuro sobre los cachichinales está dividida de la siguiente

manera: 40% opina positivamente, con comentarios como “son tierras que se pueden

trabajar bien”, “vale más que el café”, “es una ayuda económica”, “la gente los cuida

porque les gusta la fruta”, “los cachichines están cerca de nosotros”. El otro 40% creen que

habrá menos cachichinales, argumentan que “a la gente fuera de esa zona no les gusta la

fruta”, “a las familias ya no les gusta trabajar el cachichinal”, “aquí donde no es café es

potrero”, “la gente no los cuida y hay personas que se meten a escondidas y los acaban”,

“mientras yo viva habrá porque mi hijo tiene otras ideas”, “gente los cuida y gente no, se

tiran para sembrar café porque es buen ingreso”. Algunos opinan que se mantendrá igual

(6.7%) y el resto de los entrevistados no saben. Esta situación no es extraña, pues en las

48
poblaciones del Municipio de Misantla (desde luego es un fenómeno generalizado en toda

la Sierra), la generación de jóvenes se ve influenciada por amigos y parientes para migrar a

los Estados Unidos en busca de oportunidades de trabajo.

Etapa 2.- Diversidad, estructura y composición de especies vegetales

 Índice de valor de importancia de especies presentes en los cachichinales

Con base en los muestreos realizados en ocho cachichinales del Municipio de Misantla se

registraron 31 familias distribuidas en un total de 50 especies, donde la mejor representada

es Fabaceae con seis especies, seguida de las familias Anacardiaceae, Euphorbiaceae y

Lauraceae con tres especies cada una. De estas 50 especies, 41 son nativas y siete son

introducidas; a 35 de ellas se les da un uso en las comunidades (Anexo 2).

En los cachichinales muestreados se encontraron de 8 a 21 especies por cada uno (Cuadro

6), se tomaron solo las ocho con el mayor índice de valor de importancia (IVI) para

representarlas en los gráficos siguientes. El IVI es la suma de la densidad, frecuencia y

dominancia relativas, estas poseen valores independientes que se pueden observar en el

anexo 3.

En la figura 11a se observan los cachichinales 1 y 2 pertenecientes a la localidad de Pueblo

Viejo; los dos tienen su origen de un cafetal a los que se introdujeron árboles de

Oecopetalum mexicanum y cuidaron los propágulos que se dispersaron en forma natural.

Para los dos cachichinales mencionados, se observa que O. mexicanum presenta el mayor

IVI; el 1 con 109.71%, más de la tercera parte del valor total que, como se dijo

49
anteriormente, para este análisis es de 300%. En el cachichinal 2 O. mexicanum alcanza un

95.78%, casi la tercera parte del IVI total. En los dos cachichinales se observa que la

siguiente especie con mayor IVI es Coffea arabica con 62 y 60% respectivamente. En

ambos casos estas dos especies ocupan más de la mitad del IVI total; lo que quiere decir

que en términos de densidad, frecuencia y dominancia son las más representativas en estos

sistemas (Anexo3). En el cachichinal 1 la tercera especie más importante es Inga semialata,

normalmente utilizada para dar sombra al café, sin embargo su porcentaje es menos de la

cuarta parte del IVI de O. mexicanum. La tercera especie más importante en el cachichinal

2 es Chamaedorea oblongata con 38.23%.

En los cachichinales 3 y 4 correspondientes a la localidad de Los Trapiches, la especie con

mayor IVI es Oecopetaum mexicanum con 100% en ambos cachichinales. En el cachichinal

3 las especies representativas son Chamaedorea oblongata y Beilschmiedia anay;

comparadas con O. mexicanum, estas presentan valores bajos en dominancia y densidad lo

que se ve reflejado en sus IVI con 49.71% y 26.34% respectivamente. En el cachichinal 4

la segunda especie más importante es Cedrela odorata, apreciada por su madera con un

47.88% de IVI; a pesar de ser una especie muy dominante presenta mínima densidad. Por el

contrario, Coffea arabica presenta altos valores de densidad y mínima dominancia (Anexo

3). Cabe mencionar que a pesar de pertenecer a la misma localidad el cachichinal 3 se

originó a partir de un bosque natural y el cachichinal 4 se originó a partir de un acahual en

donde el dueño dispersó semilla de O. mexicanum (Fig.11b).

La figura 11c muestra las ocho especies con mayor IVI de los cachichinales 5 y 6. El

cachichinal 5 pertenece a la localidad de Villa Nueva, se originó a partir de un cafetal que

50
los dueños han ido modificando y de los ocho cachichinales, es en el que se registró mayor

número de especies. El cachichinal 6 se encuentra en la localidad de Díaz Mirón y se

originó a partir de un bosque natural. En estos dos cachichnales se presenta la misma

tendencia que en los cachichinales 1 y 2 con Oecopetalum mexicanum como la especie con

mayor IVI y Coffea arabica como la segunda, las diferencias en el IVI se ven influenciadas

principalmente por la dominancia relativa. En el cachichinal 5 O. mexicanum muestra el

porcentaje más bajo de los ocho cachichinales, su densidad, frecuencia y dominancia

relativas reflejan un IVI de 78.39%. En el cachichinal 6, O. mexicanum alcanza un IVI de

121.67%, mientras que Coffea arabica que es la siguiente especie, comprende menos de la

mitad (51.98%) del IVI de la pirmera.

En el cachichinal 7 se encontraron ocho especies, de las cuales siete comprenden 113.32%

de IVI, mientras que Oecopetalum mexicanum es la más alta, pues tiene la mayor densidad,

frecuencia y dominancia relativas reflejando un IVI de 186.68% (Anexo 3). La segunda

especie es Heliocarpus appendiculatus con el 21.80% de IVI. Cabe mencionar que es el

cachichinal con menos especies registradas y que su manejo tiene un fin comercial de

cachichín. En el cachichinal 8 se registraron 16 especies, Pseudolmedia glabrata ocupa el

segundo lugar de mayor IVI (7.56%), lo que corresponde a menos de la tercera parte de la

especie principal que, como en los cachichinales anteriores, es O. mexicanum con un

95.30% de IVI. Ambos tienen su origen en un bosque natural (Fig. 11d).

51
a) b)
IVI IVI

c) d)
IVI IVI

Figura 11. Índice de Valor de Importancia (IVI) en los ocho cachichinales estudiados del Municipio de
Misantla, Veracruz. a) cachichinales 1 y 2, localidad de Pueblo Viejo; b) cachichinales 3 y 4, localidad Los
Trapiches; c) cachichinal 5, localidad Villa Nueva; cachichinal 6, localidad Díaz Mirón; d) cachichinales 7 y
8, comunidad Santa Rosa, localidad Pueblo Viejo.

52
Los propietarios entrevistados identificaron entre una a 10 especies útiles en sus

cachichinales coexistiendo con Oecopetalum mexicanum. De acuerdo al inventario

realizado en ocho cachichinales se registran 38 especies útiles (Anexo 2), se observa que

cada cachichinal alberga entre cinco a 20 de estas (Cuadro 7). Se registra un total de 41

especies nativas, de siete a 16 presentes en los cachichinales. El cachichinal 5, formado a

partir de un cafetal, tiene el mayor número de especies introducidas (cinco). Los

cachichinales 1 y 3 tienen tres especies introducidas (Anexo 3). Sin embargo, el origen del

cachichinal 1 es un cafetal y del 3 es un bosque. En los cachichinales 2 y 4 se observaron

dos especies introducidas, ambos tienen origen en un sistema antropizado (cafetal y

acahual). Por último, los cachichinales 6 y 7 presentan una especie introducida y el

cachichinal 8 con ausencia de ellas, tuvieron su origen en un bosque natural.

Cuadro 7. Origen, riqueza, número de especies útiles e introducidas de los ocho cachichinales estudiados.

Localidad Cachichinal Origen Riqueza Especies útiles Especies


introducidas
Pueblo Viejo 1 Cafetal 12 10 3

Pueblo Viejo 2 Cafetal 12 11 2

Los Trapiches 3 Bosque 16 15 3

Los Trapiches 4 Acahual 12 9 2

Villa Nueva 5 Cafetal 21 20 5


Díaz Mirón 6 Bosque 13 11 1
Pueblo Viejo 7 Bosque 8 5 1
(Santa Rosa)

Pueblo Viejo 8 Bosque 16 7 0


(Santa Rosa)

53
 Riqueza, diversidad y equidad de cachichinales

El índice Shannon revela que el cachichinal más diverso es el 5 con una diversidad de 2.38

correspondiente a la localidad de Villa Nueva, seguido del cachichinal 6, 2, 1, 3, 8 y 4,

mientras que el menos diverso es el cachichinal 7 con 0.73 de diversidad de la comunidad

de Santa Rosa (localidad Pueblo Viejo). En términos de equidad la tendencia es similar, el

más equitativo es el cachichinal 5 seguido del 6, 2, 1, 4, 3, 8 y 7 (Cuadro 8).

Cuadro 8. Localidad, riqueza, diversidad y equidad de los ocho cachichinales estudiados.

Localidad Cachichinal Riqueza H' Shannon J' Pielou


Villa Nueva C5 21 2.387 0.7840
Díaz Mirón C6 13 1.818 0.7088
Pueblo Viejo C2 12 1.706 0.6865
Pueblo Viejo C1 12 1.644 0.6618
Los Trapiches C3 16 1.621 0.5845
Pueblo Viejo C8 16 1.53 0.552
(Santa Rosa)
Los Trapiches C4 12 1.504 0.6051
Pueblo Viejo C7 8 0.731 0.351
(Santa Rosa)

Al comparar los índices de diversidad entre los ocho cachichinales se determinó que el

cachichinal 5 ubicado en Villa Nueva es diferente a los dos de Santa Rosa, Pueblo Viejo (7

y 8); así como el 6 de Díaz Mirón con respecto al 7 de Pueblo Viejo (Cuadro 9). Para el

resto de las comparaciones los valores de t calculada son menores que la t en tablas

estadísticas por lo que se acepta la hipótesis nula en cuanto a que las diversidades son

iguales.

54
Cuadro 9. Pruebas t para diversidad con diferencias estadísticamente significativas [p < 0.001].

Comparación entre t gl
cachichinales
5–7 3.216283832 121.5186452
5–8 2.14728141 179.9736171
6–7 2.111548954 138.1699641

 Análisis clúster y similitud

La diversidad β para los cachichinales analizada mediante el coeficiente de similitud de

Sorensen revela que los cachichinales 7 y 8 son los más afines con un 0.58 de similitud y

corresponden a la comunidad Santa Rosa, localidad de Pueblo Viejo. Los menos afines son

el cachichinal 2 y 8 con un 0.14 de similitud, pertenecientes a la misma localidad de Pueblo

Viejo, pero uno de ellos en la comunidad Santa Rosa (Cuadro 10).

Cuadro 10. Coeficiente de similitud de Sorensen (por debajo del área sombreada), número de especies
compartidas (por encima del área sombreada) y número de especies por cachichinal (entre paréntesis).

C1 (12) C2 (12) C3 (16) C4 (12) C5 (21) C6 (13) C7 (8) C8 (16)


C1 (12) 5 6 5 6 5 3 3
C2 (12) 0.41 5 5 5 5 2 2
C3 (16) 0.42 0.35 6 10 7 2 5
C4 (12) 0.41 0.41 0.42 3 5 4 5
C5 (21) 0.36 0.3 0.54 0.18 7 4 5
C6 (13) 0.4 0.4 0.48 0.4 0.41 3 5
C7 (8) 0.3 0.2 0.16 0.4 0.27 0.28 7
C8 (16) 0.21 0.14 0.31 0.35 0.27 0.34 0.58

55
En la figura 12 se muestra el dendograma del análisis de clúster en el que se observan tres

clústers o conglomerados. Este muestra que de acuerdo a la presencia/ausencia de especies

los cachichinales que tienen mayor similitud son el 7 y 8, formando el primer clúster con la

distancia más próxima a cero; ambos proceden de la misma localidad (Pueblo Viejo,

comunidad Santa Rosa) y son geográficamente cercanos. Los cachichinales 1, 2, 4, 6 y 3

forman el segundo clúster esto coincide con el coeficiente Sorensen que presenta valores de

0.35 a 0.48 de similitud. El cachichinal 5 geográficamente es el sitio muestreado más

alejado, forma un tercer clúster individual, presenta mayor distancia euclidiana; es decir,

tiene mayor diferencia en relación al resto.

Figura 12. Análisis clúster de ocho cachichinales.

56
Etapa 3.- Enriquecimiento en cachichinales

 Supervivencia

Después de 13 meses de haber establecido la plantación de enriquecimiento se observa un

porcentaje de supervivencia global de 53.79% para la técnica de translocación y una

supervivencia de 58.36% para la técnica de producción en vivero.

La tendencia de la supervivencia de las tres especies es similar entre ambas técnicas

siguiendo un mismo patrón con mayores porcentajes Ocotea puberulla (80-82%), seguida

de Beilschmiedia anay (46-61%) y Pseudolmedia glabrata (33-31%). Sin embargo, los

porcentajes finales para O. puberulla y B. anay producidas en vivero son mayores que los

de la técnica de translocación, mientras que los de P. glabrata son mayores en

translocación (Fig. 13).

Figura 13. Porcentaje de supervivencia de tres especies mediante las técnicas de translocación y producción
en vivero.

57
El análisis no paramétrico de Kaplan-Meier muestra que hay diferencias estadísticamente

significativas entre la supervivencia de las especies tanto para la técnica de translocación

(Wilcoxon: X2 = 23, P ˂ 0.0001) como para la de producción en vivero (Wilcoxon: X2 =

24.12, P ˂ 0.0001).

Al aplicar el mismo análisis para identificar diferencias para cada especie en cada una de

sus técnicas se encontró que para las 180 plántulas de Ocotea puberula no hay diferencias

estadísticamente significativas (Wilcoxon: X2 = 0.03, P = 0.85).

En el caso de Beilschmiedia anay casi todo el año es más alta la supervivencia para la

técnica de producción en vivero presentando al cabo de 13 meses una diferencia de 15%;

sin embargo, no se identifican diferencias estadísticamente significativas (Wilcoxon: X2 =

3.31, P = 0.068).

Para el caso de la especie Pseudolmedia glabrata la tendencia es similar a la de Ocotea

puberula por lo que no se presentan diferencias estadísticamente significativas entre las dos

téccnicas (Wilcoxon: X2 = 0.051, P = 0.82).

Asociado a las curvas de supervivencia se determinó durante 13 meses, el estado de las

plántulas por técnica para cada especie bajo las categorías de viva (V), estresada (E) y

muerta (M). Los porcentajes del primer y último mes de estas categorías pueden ser

observados en el cuadro 11, y el gráfico de las mismas durante 13 meses en la figura 14.

58
Cuadro 11. Porcentaje anual de plántulas vivas (V), estresadas (E) y muertas (M) de Ocotea puberula,
Beilschmiedia anay y Pseudolmedia glabrata. T: translocación, V: producción en vivero.

Ocotea puberula Beilschmiedia anay Pseudolmedia glabrata

Año Mes Técnica V% E% M% V% E% M% V% E% M%


2012 Ago T 87.37 12.63 0.00 65.98 34.02 0.00 62.64 30.77 6.59

2013 Ago T 23.16 56.84 20.00 25.77 20.62 53.61 3.30 27.47 69.23

2012 Ago V 67.37 31.58 1.05 28.87 70.10 1.03 76.92 18.68 4.40

2013 Ago V 40.00 41.05 18.95 32.99 27.84 39.18 6.59 24.18 69.23

Las observaciones por técnica para Ocotea puberula son que en translocación se obtuvo el

mayor porcentaje de individuos vivos durante los primeros cinco meses; sin embargo al

cabo de 13 meses la técnica de producción en vivero presenta el mayor porcentaje de

individuos vivos con un 40%. De la misma forma la técnica de translocación tiene el

porcentaje más bajo de estrés durante los primeros cinco meses, se registra un incremento

en esta categoría en el mes de enero, lo que sugiere que la especie bajo esta técnica es

afectada por el frío (Anexo 4). En el mes número 13 alcanza un 56.84% de estrés, mismo

que se debió al daño mecánico en las plántulas ocasionado por habitantes del pueblo. Para

individuos muertos de O. puberula el porcentaje más alto se registra en la técnica de

producción en vivero en el mes de diciembre con 35.79%; sin embargo, hacia el mes

número 13 en esta técnica el porcentaje de individuos muertos es de 18.95%. Esto significa

que en ocho meses hubo un 16.84% de retoños. El valor más alto de mortalidad al cabo de

13 meses para O. puberula es de un 20% en la técnica de translocación (Fig. 14a).

59
a)

b)

c)

Figura 14. Porcentajes de plántulas vivas (V), estresadas (E) y muertas (M) de a) Ocotea puberula, b)
Beilschmiedia anay y c) Pseudolmedia glabrata.

60
Con respecto a Beilschmiedia anay los porcentajes de individuos vivos son más altos en la

técnica de translocación durante los primeros cinco meses, pero del sexto en adelante la

técnica de producción en vivero presenta los valores más altos, hasta 32.99% en el último

mes. Los valores más altos de estrés para esta especie se presentan en la producción en

vivero, oscilando entre 6% en el mes número 10 y 70% en el mes número uno. Contrario a

este caso el mayor porcentaje de estrés en la técnica de translocación se registra en el mes

12 con 53.61%, lo que sugiere que, mientras que los individuos producidos en vivero

tuvieron estrés post-manipulación, los individuos translocados se estresaron en temporada

de lluvias (Anexo 4). Otro factor de estrés que afectó las plántulas de B. anay durante los

primeros cinco meses fue que mamíferos pequeños (tejones, zorrillos y ardillas)

desenterraban las plántulas para comer la semilla. La técnica con mayor porcentaje de

muertos en el último mes de monitoreo es la translocación con 53.61%. Para la producción

en vivero se registra 55.67% de individuos muertos en el quinto mes y un 39.18% en el

último mes; es decir, en ocho meses hubo 16.49% de retoños bajo esta técnica (Fig. 14b).

Para Pseudolmedia glabrata el mayor porcentaje de plántulas vivas se da en la técnica de

producción en vivero con 6.59%. Los porcentajes más altos para individuos estresados se

presentaron en la técnica de translocación; en el mes número 13 se registra un 27.47% de

estrés. Para las dos técnicas se registra el porcentaje más alto de estrés (68.13%) en el mes

número 12 (julio) (Anexo 4). El porcentaje de individuos muertos en el mes número 13 es

de 69.23% para las dos técnicas, lo que se puede relacionar con el intenso periodo de

lluvias que se registró en agosto de 2013. De igual manera en las dos técnicas las plántulas

presentan el mismo patrón registrándose 60.44% de retoños entre el mes 11 y 12 de

61
monitoreo (Fig.14c). P. glabrata tuvo mayor dificultad para sobrevivir y establecerse en

campo, debido a que las raíces fueron dañadas por mamíferos pequeños en el intento de

comer la semilla durante los primeros cuatro meses.

 Crecimiento de plántulas

La figura 15 muestra el crecimiento de cada especie por técnica, expresado en tasa de

crecimiento relativo (TCR) en altura de los individuos vivos durante 12 meses de

levantamiento de datos. Se observan diferencias en TCR desde el inicio del experimento

debido a las características propias de cada especie. También podemos observar que la

tendencia para Ocotea puberula es que en promedio hay mayores crecimientos en la técnica

de translocación, para Beilschmiedia anay los crecimientos son mayores en la misma

técnica y el crecimiento de Pseudolmedia glabrata es mayor en producción en vivero. Cabe

mencionar que B. anay es la única especie que parece estabilizar su tendencia ascendente

en TCR para altura a partir de los seis meses en la técnica de producción en vivero y a los

ocho meses en translocación; mientras que la TCR al cabo de un año para las otras especies

continua fluctuando.

62
0.95 intervalo de confianza
0.08

0.07

0.06

0.05
TCR Altura (cm)

0.04

0.03

0.02

0.01

0.00

-0.01

-0.02
ene-mar

ene-mar
may-jul

may-jul
sep-nov

sep-nov
mar-may

mar-may
jul-sep

nov-ene

jul-sep

nov-ene
O. puberula
B. anay
P. glabrata
TRANSLOCACIÓN P. VIVERO

Figura 15. TCR en altura de Ocotea puberula, Beilschmiedia anay y Pseudolmedia glabrata en dos técnicas.

El análisis de varianza para TCR en altura durante un año revela diferencias

estadísticamente significativas únicamente entre especies (p = 0.000673) y en la interacción

especie-técnica (F = 3.9048, p = 0.02142). La comparación de medias por Duncan revela

que O. puberula es la especie con diferencia estadísticamente significativa entre sus

técnicas. Beilschmiedia anay y Ocotea puberula tuvieron mayor TCR en la técnica de

translocación con medias de 0.26 y 0.15 respectivamente, mientras que Pseudolmedia

glabrata alcanza su mayor TCR en la técnica de producción en vivero con una media de

0.21 (Fig. 16).

63
Crecimiento Altura
0.95 intervalo de confianza
0.35

A
0.30
D

D
0.25

C
B
0.20
TCR (cm)

C
0.15

0.10

0.05

Translocación
0.00 P. Vivero
O. puberula B. anay P. glabrata

Figura 16. TCR de 12 meses para altura de Ocotea puberula, Beilschmiedia anay y Pseudolmedia glabrata en
dos técnica. Comparación de medias de Duncan (A, B, C y D).

La TCR en diámetro muestra la misma tendencia para las dos técnicas. En el primer

intervalo de tiempo crece más Pseudolmedia glabrata, seguida de Ocotea puberula y

después Beilschmiedia anay. Para el segundo intervalo de tiempo la situación es contraria,

crece más B. anay, seguida de O. puberula y después P. glabrata. La figura 17 señala que

en crecimiento en diámetro B. anay es la especie que menos varía sus promedios de TCR

de un periodo a otro.

64
0.95 intervalo de confianza
0.25

0.20

0.15

0.10
TCR Diámetro (cm)

0.05

0.00

-0.05

-0.10

-0.15

-0.20
sep-dic mar-jun sep-dic mar-jun O. puberula
dic-mar dic-mar B. anay
P. glabrata
TRANSLOCACIÓN P. VIVERO

Figura 17. TCR en diámetro de Ocotea puberula, Beilschmiedia anay y Pseudolmedia glabrata en dos
técnica.

El análisis de varianza para TCR en diámetro de las tres especies durante 11 meses

demuestra que hay diferencias estadísticamente significativas entre especies (p=<0.05) y en

la interacción especie-técnica (F=6.0425, p=.00274) (Fig. 18). La comparación de medias

de Duncan indica que la especie con diferencias estadísticamente significativas entre sus

técnicas es Pseudolmedia glabrata (Fig. 18). Se observa también que Beilschmiedia anay y

P. glabrata alcanzan su mayor TCR en la técnica de producción en vivero con medias de

0.09 y 0.25 respectivamente. Ocotea puberula tiene mayor crecimiento en la técnica de

translocación con una media de 0.16. La tendencia de crecimiento en diámetro para cada

65
técnica es la misma, en ambos crece más P. glabrata, seguida de O. puberula y por último

B. anay.

Crecimiento Diámetro
0.95 intervalo de confianza
0.35

D
0.30

0.25
C

0.20 A
TCR (cm)

0.15 A
B B

0.10

0.05

Translocación
0.00 P. Vivero
O. puberula B. anay P. glabrata

Figura 18. TCR de 11 meses para diámetro de Ocotea puberula, Beilschmiedia anay y Pseudolmedia glabrata
en dos técnicas. Comparación de medias de Duncan (A, B, C y D).

66
IX. Discusión

Los cachichinales son sistemas de manejo forestal tradicional que se encuentran

distribuidos en algunas localidades de la Sierra de Misantla en el centro de Veracruz. En el

Municipio de Misantla estos sistemas son terrenos pequeños entre ¼ a 2 ha, los más

comunes son de ½ a 1 ha., y ocupan en el paisaje un lugar de transición entre la zona

agrícola y el bosque natural, característica que comparte con los complejos agroforestales

descritos por Schroth et al. (2004). Con respecto al proceso de domesticación de

Oecopetalum mexicanum, el cachichinal ocupa un estado intermedio en el continuum entre

el aprovechamiento del cachichín en un bosque natural y en una plantación de monocultivo

(Wiersum, 1997).

Se observa que hay dos vertientes para la génesis de los cachichinales; si bien se ha dicho

que derivan de un bosque natural, que a través del tiempo se maneja y modifica su

estructura y composición con el fin de cubrir las necesidades de los pobladores, las

entrevistas indican que algunos cachichinales tuvieron su origen en los cafetales. Después

de la caída del precio del café a partir del año 1989 (Nava, 2012), varios terrenos destinados

a este cultivo quedaron en desuso y muchos productores optaron por regresar al cultivo de

especies locales, favoreciendo principalmente al cachichín por ser una semilla de consumo

tradicional y por representar un importante ingreso económico de temporada; situación que

dio origen a la segunda vertiente de formación de un cachichinal. Mientras que el primer

caso coincide con la visión de Michon (2005) sobre el reemplazo de un bosque primario

por un manejo que permite preservar las funciones forestales, el segundo se refiere a la

modificación de un bosque antropogénico; ambas condiciones concuerdan con el origen de

67
los sistemas intermedios (Belcher et al., 2000) y los bosques enriquecidos postulados por

Wiersum (1997). Además concuerda con el resultado de las entrevistas acerca de que los

cachichinales actuales son relativamente jóvenes (entre 10 y 25 años), el más viejo

mencionado es de 45 años.

La mano de obra es de tipo familiar y no representa inversión económica importante para

los dueños. Las prácticas de manejo de ligar/cinchar árboles viejos de diferentes especies y

eliminar los bejucos se hacen en el momento que el dueño lo considera necesario y según la

clasificación de las prácticas de manejo incipiente (Caballero y Cortés, 2001) están

relacionadas con el mantenimiento y protección de los árboles, principalmente de

cachichín. Por otra parte, las prácticas encaminadas a facilitar la recolección del cachichín

como barrer la hojarasca, hacer podas en ramas bajas, deshierbar y/o chapear, se hacen

entre enero y marzo; similar a lo que sucede en los bosques de benzoin (Styrax spp.) en

Sumatra (García et al., 2003; Michon, 2005) donde antes de la cosecha de resina se

eliminan hierbas, arbustos y muérdago para facilitar la recolección. La gente procura la

regeneración de los árboles de cachichín en partes donde se abren claros o cuando hay

plántulas que están creciendo adecuadamente y a los dueños les parece importante dejarlas

crecer, como ellos dicen “en donde hacen falta”, induciendo el recambio de individuos.

Estas se clasifican como prácticas de promoción (Caballero y Cortés, 2001) debido a que de

esta manera los dueños regulan la densidad de los árboles, la presencia de otras especies y

mantienen las condiciones adecuadas de luz, tal y como sucede en el caso de los asaizales

(Euterpe spp.) en el Amazonas (Brondizio, 2008).

68
Otras prácticas identificadas son la aplicación de fertilizantes para mejorar la producción de

café y el corte de ramas jóvenes, delgadas (de no más de 1 cm de diámetro) para elaborar

canastas para atrapar langostinos. Ninguna de las dos prácticas es necesaria para

mantenimiento, protección y/o mejora del cachichinal; tampoco son aplicadas en todos los

cachichinales (20% de los entrevistados) por lo que en los cachichinales se aplican de

manera incidental.

La presencia de sistemas biodiversos con aprovechamiento de productos forestales no

maderables, que corresponden a estados intermedios entre los bosques naturales y las

plantaciones de monocultivo, reflejan la creatividad de las comunidades locales en la

búsqueda de mejorar su entorno con especies de alto valor (Ros-Tonen y Wiersum, 2005).

Dichas condiciones se pueden apreciar en los cachichinales; el 93% de los entrevistados

mencionó que son sistemas de manejo apropiados para sembrar otras especies cuando se

tiene un manejo adecuado de la sombra y la densidad de individuos. Michon (2005)

menciona que en Maninjau, oeste de Sumatra los bosques de Durian (Durio zibethinus)

albergan también especies frutales como el rambután (Nephelium lappaceum), golden

berries (Baccaurea spp.), maderables como el surian (Toona sinensis), entre otros.

De acuerdo con el Índice de Valor de Importancia (IVI) se cumple la premisa inicialmente

propuesta para este estudio: Oecopetalum mexicanum es la especie más importante en este

sistema y alcanzó aproximadamente la tercera parte del porcentaje total en seis

cachichinales. O. mexicanum y la segunda especie más importante suman la mitad del IVI

total; excepto para los cachichinales 5 y 8, dos con el mayor número de especies. Coffea.

arabica es la segunda o tercera especie más importante para cinco cachichinales. Por otra

69
parte, especies como Chamaedorea oblongata, Tapirira mexicana o maderables como

Beilschmiedia anay, Cedrela odorata y Trema micrantha representan más del 20% de IVI.

Los resultados del índice de diversidad y el de equidad revelan que son más diversos y

equitativos los cachichinales que tuvieron origen en un cafetal. Este dato coincide con

Covarrubias (2010) quién menciona que la tendencia es que los bosques son más diversos y

equitativos que los cafetales y estos a su vez más diversos y equitativos que los

cachichinales. Sin embargo en un estudio de tres tipos de sistemas cafetaleros en Veracruz

relacionan la mayor riqueza y diversidad de especies con el tipo de manejo que promueve

una mayor complejidad estructural en la vegetación utilizada como sombra; por lo tanto el

monocultivo de café bajo sombra presenta menor riqueza y diversidad que los denominados

policuiltivos sencillo (introducción de Inga spp. y cítricos) y diverso (tolerancia y uso de

árboles útiles nativos) (Williams-Linera y López-Gómez, 2008). Esta situación se puede

observar también en los cachichinales estudiados; el cachichinal 7 que tiene un manejo que

promueve el aprovechamiento casi exclusivo de cachichín para fines comerciales presenta

menor riqueza y diversidad que el resto de los cachichinales en los que los propietarios

expresaron la importancia de obtener otros recursos de subsistencia. En contraste, el

coeficiente de similitud de Sorensen muestra que en la misma localidad se tienen los

cachichinales con menor coeficiente de similitud (2 y 8) y los cachichinales más similares

(7 y 8). Los cachichinales 1 al 5 están ubicados cerca de las poblaciones (entre 100 a 2000

m aprox.) y están rodeados de fincas de café, cultivos de maíz, platanares y potreros. Los

cachichinales 6, 7 y 8 se originan de un bosque, se localizan en contigüidad con fragmentos

de bosque natural y su distancia a las poblaciones es de 4 a 5 km aproximadamente. Estas

70
relaciones demuestran que la composición de especies en los cachichinales no solo se debe

a su origen, sino a su ubicación, al manejo según las preferencias del propietario y a los

cultivos o bosques contiguos a cada uno de ellos.

En el ensayo de enriquecimiento se observa que la supervivencia de Ocotea puberula es

similar en las dos técnicas y comparable con el porcentaje de supervivencia de Quercus

acutifolia (80%) en una parcela experimental en fragmentos de bosque mesófilo de

montaña (BMM) en el centro de Veracruz (Álvarez-Aquino et al., 2004). Beilschmiedia

anay es 15% mayor en la técnica de producción en vivero y sus porcentajes de

supervivencia son comparables con los de Symplocos coccinea (45-60%) analizados

también en BMM del centro de Veracruz (Álvarez-Aquino et al., 2004). La supervivencia

de Pseudolmedia glabrata es similar en las dos técnicas; sin embargo, es muy baja en

comparación con las otras dos especies (33-31%). Para ninguna de las tres especies se

registró diferencia estadísticamente significativa entre las técnicas.

El crecimiento de Ocotea puberula se ve favorecido por la técnica de translocación, tanto

en diámetro como altura. Y si se toma en cuenta que el estrés y el daño mecánico

registrados en el mes 13 para la técnica de translocación fue ejercido por los pobladores, se

puede concluir que O. puberula prospera perfectamente bajo las dos técnicas, pero se

recomienda específicamente la de translocación como técnica de enriquecimiento en

cachichinales, ya que asegura la supervivencia y el crecimiento de individuos sanos. Un

estudio en Misiones, Argentina enfocado a generar información ecológica de 11 especies

para enriquecimiento de bosques secundarios concluye que en siete años O.puberula tiene

altos crecimientos en altura (1.79-4.11m) y diámetro (5.49-6.05cm); además de importantes

71
porcentajes de supervivencia (40-75%) considerándolo apto para enriquecimiento de

bosques (Montagnini et al., 1997).

Beilschmiedia anay presenta los mayores porcentajes de estrés durante los primeros cinco

meses en la técnica de producción en vivero; después de 13 meses conserva el mayor

porcentaje de individuos sanos. La TCR indica que B. anay tiene el mayor crecimiento en

altura en la técnica de translocación y mayor crecimiento en diámetro (1mm) en el de

producción en vivero con crecimientos mayores a los presentados para los géneros

Carpinus (0.5mm), Fagus (0.31mm), Quercus (0.14mm) y Symplocos (0.32mm) en una

evaluación de supervivencia, y crecimiento (altura y diámetro) durante 14 meses en

fragmentos de BMM (Álvarez-Aquino et al., 2004). Pese a esto, no se encuentran

diferencias estadísticamente significativas entre técnicas, asociadas a la supervivencia o al

crecimiento en altura y diámetro de B. anay.

Se observó que Pseudolmedia glabrata es la especie con menor porcentaje de

supervivencia. El crecimiento de esta especie en altura (0.18 y 0.22cm) es similar al de

Quercus acutifolia (0.12, 0.18 y 0.23cm) (Álvarez-Aquino et al., 2004); en cuanto al

diámetro, es la especie de mayor crecimiento con 2.5mm superando las TCR presentadas

por (Ramírez et al., 2007) para las especies Liquidambar styraciflua (1.6mm), Turpinia

tricomuta (1.6mm) y Styrax magnus (1.7mm) después de 34 meses de evaluación en BMM

(Chiapas). P. glabrata presenta un tallo delgado y frágil que aunado al tipo de terreno (con

pendiente y pedregoso), dificultan su establecimiento. Se observaron plántulas cubiertas por

el arrastre de tierra o piedras; mamíferos pequeños las desentierran para comer la semilla,

72
otras hierbas las cubren fácilmente y son dañadas accidentalmente por la gente de la zona o

por los perros de compañía.

Pedraza-Pérez y Williams-Linera (2005) hacen énfasis en la importancia de la exclusión de

plántulas de Carpinus caroliniana y Liquidambar styraciflua durante el primer año de vida

en campo para evitar la herbivoría. Mencionan que no aplicar esta medida de protección no

repercute en el crecimiento en altura para estas especies pero si en la supervivencia,

presentando una diferencia de 28% para C. caroliniana y 10% para L. styraciflua entre el

tratamiento de exclusión y no exclusión. En este mismo estudio los crecimientos de las dos

especies al interior del bosque son más bajos que en las orillas, similares a los crecimientos

de O. puberula, B. anay y P. glabrata con medias menores a 1cm.

73
X. Conclusiones

 En el Municipio de Misantla los cachichinales ocupan en el paisaje un lugar de transición

entre la zona agrícola y el bosque natural. Su origen puede ser un bosque natural o un

bosque antropogénico (acahual, cafetal) y se pudo determinar que los provenientes de

cafetal tienen más especies introducidas y son ligeramente más diversos y equitativos.

 Se identificaron seis prácticas de manejo, dos relacionadas con el mantenimiento y

protección principalmente de los árboles de cachichín (eliminar bejuco y procurar

regeneración), y cuatro dirigidas a facilitar el proceso de recolección (barrer hojarasca,

podar ramas bajas, deshierbar/chapear, ligar/cinchar árboles viejos). Además de dos

prácticas incidentales para apoyar actividades que generen ingresos como son la

fertilización del café en los cachichinales y corte de ramas para elaboración de canastas.

Las prácticas de manejo se aplican de manera flexible según el interés del propietario,

deshierbar un mes antes de que caiga el cachichín y eliminar bejuco de los árboles son las

más importantes ya que de ellas depende la producción y recolección de la semilla.

 La estructura y composición de especies en los cachichinales no solo está influenciada por

las prácticas de manejo, sino por una mezcla de factores como son: su sistema de origen, su

ubicación en el mapa, preferencias del propietario, intensidad de manejo y sistemas

contiguos. La especie representativa del sistema es Oecopetalum mexicanum (mayor IVI)

asociada a otras dos o tres similarmente abundantes.

 Los datos obtenidos en este estudio dan la pauta para sugerir la translocación de Ocotea

puberula como técnica de enriquecimiento en cachichinales, ya que favorece la

74
supervivencia y el crecimiento de individuos sanos de la especie. También se considera

apto el uso de Beilschmiedia anay mediante su translocación o producción en vivero;

siempre y cuando las plántulas se resguarden con un protector cilíndrico de malla para

evitar daño por herbivoría durante los primeros meses en campo. Por último el uso

plántulas de Pseudolmedia glabrata producida en vivero como especie para enriquecer

cachichinales es restringido al uso de protectores cilíndricos de malla para evitar daño hasta

que el árbol alcance 50 cm de altura.

XI. Recomendaciones

 Es importante realizar estudios que permitan determinar la distribución, abundancia y el

porcentaje que ocupan los cachichinales en la sierra. Además de evaluar desde un punto de

vista económico su aportación a la subsistencia de la población.

 Es recomendable establecer más parcelas experimentales con diversas especies útiles en las

que se pueda hacer un monitoreo a mediano y largo plazo en relación a su establecimiento,

crecimiento, producción de biomasa, entre otros aspectos, con la finalidad de identificar

beneficios alternos a la venta del cachichín y resaltar la importancia de los cachichinales

para la conservación de especies locales.

75
XII. Literatura citada

Alcorn, J. 1981. Huastec noncrop resource management: implications for prehistoric rain forest management.
Human Ecology, 9(4): 395-417.

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81
XIII. Anexo

Anexo 1. Entrevista para propietarios de cachichinales.

Entrevista a propietarios de cachichinales, Municipio de Misantla, Veracruz


≈Datos generales
Lugar______________Fecha_________Nombre de quien llenó la ficha _____________________
Edad del entrevistado (a) 15-25 25-35  35-45  45-55  55-65  65-70  más 
Sexo: masculino  femenino 
La tenencia de la tierra: ejidal  comunal  privada 

≈Temporada y características del cachichinal


1. ¿Cuál es la temporada de la recogida del cachichín? _____________________________________
2. ¿Cómo sabe que se aproxima la temporada? ____________________________________________
3. Su predio es: comprado  herencia  rentado  Otro ___________________
4. ¿Qué superficie tiene? (hectáreas) ______________
5. ¿Cuántos años considera usted tiene su cachichinal?
5-10 10-15 15-25 25-35  35-45  45-55  55-65  65-70  más
6. ¿Desde cuándo lo tiene?
2-4 5-10 10-15 15-25 25-35  35-45  45-55  55-65  más 
7. ¿Cómo era su cachichinal cuando empezó a trabajarlo?
________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________
¿Era monte o cafetal y usted lo fue cambiando? (sembrando o procurando cachichín,
eliminando árboles viejos o que no quería
________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________
¿Ya estaba así?_______________________________________________________

≈Prácticas de manejo y mantenimiento


8. ¿Qué labores realiza en su cachichinal?
a) Barrer hojarasca No  Si  ¿Cada cuánto? __________________________________
¿Para qué lo hace? _______________________________________________________
¿Con qué lo hace? _______________________________________________________
b) ¿Fertiliza el suelo? No  Si ¿Qué aplica? __________________________________ ¿Cada
cuánto? ___________________________________
c) Podar árboles No  Si  ¿Cada cuánto? ________________ ¿Cuáles árboles y por qué?
__________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
d) Ligar árboles (o quitar bejucos) No  Si  ¿Cada cuánto? ____________ ¿Cuáles árboles o
bejucos y por qué?
______________________________________________________________________________
________________________________________________________________
e) Deshierbar/chapear (eliminar) No  Si  ¿Cada cuánto? _________ ¿Qué tipo de hierbas y por
qué esas?
_______________________________________________________________________
f) ¿Cuáles plantas deja usted crecer en el cahichinal?
¿Cachichín? No  Si 
¿Lo siembra? Si  No 
¿Les busca un lugar? Si  No 
¿Protege las plantitas que van naciendo? Si  No 
¿Deja crecer otras plantas? No  Si 

82
¿Cuáles? ¿Cuál es su uso? (leña, comestible, ornato)
_______________________ Uso______________________________________________
_______________________ Uso______________________________________________
_______________________ Uso______________________________________________
_______________________ Uso______________________________________________
_______________________ Uso______________________________________________
_______________________ Uso______________________________________________
_______________________ Uso______________________________________________
_______________________ Uso______________________________________________
_______________________ Uso______________________________________________
_______________________ Uso______________________________________________
¿La siembra? Si  No 
¿Busca un lugar para esas plantas? Si  No 
¿Protege las plantitas que van naciendo? Si  No 
9. ¿Quién le ayuda a mantenerlo con mano de obra?
solo familia amigos paga jornales
10. ¿Hay alguna plaga o enfermedad en el árbol o en el fruto?
________________________________________________________________________________
11. ¿Cuándo se usan las varas para hacer las canastas de camarón? _______________
¿Usted corta varas para hacer canastas? No  Si 
¿Cuáles varas y cómo las cortan?
_________________________________________________________________________
¿Hay algún daño al árbol? ___________________________________________
¿Salen brotes nuevos? _______________________________________________

¿Usted permite que otras personas corten las varas en su cachinanal?


No  Si ¿Les cobra alguna cuota o hace algún trueque?
_______________________________________________________________________________
¿Cuáles varas y cómo las cortan?
_________________________________________________________________________
¿Hay algún daño al árbol? ___________________________________________
¿Salen brotes nuevos? _______________________________________________

≈Acuerdos recoger en los cachichinales


12. ¿Deja entrar a la gente a recoger cachichines a su terreno?
No  Si  ¿Les cobra alguna cuota o hace algún trueque? No  Si 
¿Qué cantidad, qué intercambia o a qué acuerdos llega?
________________________________________________________________________________
¿Usted vigila que nadie entre? No  Si 
¿Qué les dice o pide que hagan?
________________________________________________________________________________
13. ¿Usted recoge el cachichín de su terreno?
No  Si  ¿Quién lo acompaña? solo familia amigos jornales
14. ¿Usted recoge en otros sitios que no son de su propiedad?
No  Si  ¿Cuáles? monte  cachichinal  cafetal  solar 

≈Producción y venta
15. ¿Usted vende el cachichín que recoge de su cachichinal? No  Si 
seco  ¿Cuántos kilos en promedio por temporada? ____________
tostado  ¿Cuántos kilos en promedio por temporada? __________
verde  ¿Cuántos kilos en promedio por temporada?____________
16. ¿Guarda para el autoabasto?
No  Si ¿Cuántos kilos en promedio por temporada? ______________
17. ¿Los cachichinales siempre han producido lo mismo?

83
Si 
No  ¿Por qué? ______________________________________________

≈Visión sobre el cachichinal (diversificación)


18. ¿Piensa que habrá más cachichinales en el futuro?
Si  ¿Por qué? _____________________________________________________
No  ¿Por qué? ____________________________________________________
19. ¿Considera que los cachichinales son buenos lugares para sembrar y obtener otras plantas o árboles?
____________________________________________________________________
20. ¿Vale la pena conservar los cachichinales o le gustaría tener en su lugar maíz, café o dejarlo como
monte? _______________________________________________________
21. ¿Qué otros árboles o plantas le gustaría tener en su cachichinal y por qué?

84
Anexo 2. Origen y uso de especies presentes en ocho cachichinales (I-Introducida, N-Nativa).

Familia Especie Origen Uso

Acantaceae Sp 1
Actinidiaceae Saurauia scabrida Hemsl. N
Altingiaceae Liquidambar macrophylla Oerst. N
Anacardiaceae Mangifera indica L. I Comestible
Anacardiaceae Spondias purpurea L. N Comestible
Anacardiaceae Tapirira mexicana Marchand N Comestible
Arecaceae Chamaedorea oblongata Mart. N Ornamental
Arecaceae Chamaedorea tepejilote Liebm. N Ornamental
Betulaceae Alnus acuminata Kunth N Maderable
Burseraceae Protium copal (Schltdl. & Cham.) Engl. N
Canaceae Canna indica L. N Envolver tamales
Cannabaceae Trema micrantha (L.) Blume N Construcción
Caricaceae Carica papaya L. N Comestible
Cyatheaceae Cyathea sp. N
Euphorbiaceae Alchornea latifolia Sw. N Construcción
Cnidoscolus multilobus (Pax) I.M.
Euphorbiaceae N
Johnst.
Euphorbiaceae Croton draco Schltdl. & Cham. N Medicinal, combustible
Fabaceae Inga alata Benoist N Sombra
Fabaceae Inga jinicuil Schltdl. N Comestible, sombra
Comestible, combustible,
Fabaceae Inga paterno Harms N
Sombra
Fabaceae Inga semialata (Vell.) Mart. N Sombra, combustible
Fabaceae Inga vera Willd. N Sombra, combustible
Fabaceae Leucaena diversifolia (Schltdl.) Benth. N Comestible
Oecopetalum mexicanum Greenm. & Comestible, construcción,
Icacinaceae N
C.H. Thomps. Combustible
Lamiaceae Cornutia grandiflora Steud. N Construcción
Beilschmiedia anay (S.F. Blake) Maderable, comestible,
Lauraceae N
Kosterm. Combustible
Lauraceae Ocotea puberula (Rich.) Nees N Maderable
Lauraceae Persea schiedeana Nees N Comestible
Malpighiaceae Bunchosia lanceolata Turcz. N
Malvaceae Heliocarpus appendiculatus Turcz. N
Meliaceae Cedrela odorata L. N Maderable

85
Moraceae Ficus sp. N
Pseudolmedia glabrata (Liebm.) C.C.
Moraceae N Comestible
Berg
Musaceae Musa paradisiaca L. I Comestible
Piperaceae Piper auritum Kunth N
Piperaceae Piper umbellatum L. N
Platanaceae Platanus mexicana Moric. N
Primulaceae Ardisia compressa Kunth N Comestible
Rosaceae Eriobotrya japonica (Thunb.) Lindl. I Comestible
Rosaceae Prunus tetradenia Koehne I Comestible
Rubiaceae Coffea arabica L. I Comestible, combustible
Rutaceae Citrus sinensis (L.) Osbeck I Comestible, combustible
Rutaceae Citrus tangerina Yu. Tanaka I Comestible
Sabiaceae Meliosma alba (Schltdl.) Walp. N Construcción
Sapindaceae Cupania dentata DC. N Construcción, combustible
Solanaceae Cyphomandra hartwegii (Miers) N Comestible
Solanaceae Solanum sp. N
Urticaceae Cecropia obtusifolia Bertol. N
Urera caracasana (Jacq.) Gaudich. ex
Urticaceae N Combustible, medicinal
Griseb.
Sp. 2 (palo hueco)

86
Anexo 3. Densidad (DR), frecuencia (FR), dominancia (DoR) relativas e índice de valor de importancia (IVI)
de especies presentes en los ocho cachichinales estudiados (*especie introducida).

Pueblo Viejo. Cachichinal 1


Nº Especies DR FR DoR IVI
1 Oecopetalum mexicanum 31.82 16.67 61.23 109.72
2 Coffea arabica* 42.42 16.67 3.58 62.67
3 Inga semialata 3.03 11.11 11.82 25.97
4 Beilschmiedia anay 3.03 5.56 10.31 18.90
5 Trema micrantha 1.52 5.56 11.49 18.56
6 Cnidoscolus multilobus 4.55 11.11 0.09 15.74
7 Chamaedorea oblongata 4.55 5.56 0.16 10.26
8 Musa paradisiaca* 3.03 5.56 1.02 9.61
9 Citrus tangerina* 1.52 5.56 0.11 7.19
10 Sp. 1 1.52 5.56 0.11 7.19
11 Chamaedorea tepejilote 1.52 5.56 0.04 7.11
12 Carica papaya 1.52 5.56 0.02 7.09

Pueblo Viejo. Cachichinal 2


Nº Especies DR FR DoR IVI
1 Oecopetalum mexicanum 32.67 14.29 48.83 95.79
2 Coffea arabica* 32.67 14.29 13.21 60.17
3 Chamaedorea oblongata 16.83 19.05 2.36 38.24
4 Inga semialata 3.96 9.52 8.17 21.66
5 Citrus sinensis* 2.97 9.52 6.98 19.48
6 Inga paterno 0.99 4.76 8.93 14.68
7 Croton draco 1.98 4.76 4.19 10.93
8 Platanus mexicana 0.99 4.76 3.15 8.90
9 Chamaedorea tepejilote 2.97 4.76 0.31 8.04
10 Spondias purpurea 0.99 4.76 1.96 7.71
11 Ardisia compressa 1.98 4.76 0.66 7.40
12 Inga alata 0.99 4.76 1.26 7.01

Los Trapiches. Cachichinal 3


Nº Especies DR FR DoR IVI
1 Oecopetalum mexicanum 38.76 11.11 50.28 100.15
2 Chamaedorea oblongata 36.52 11.11 2.09 49.71
3 Beilschmiedia anay 1.12 7.41 17.81 26.34
4 Tapirira mexicana 1.12 3.70 19.09 23.91
5 Chamaedorea tepejilote 6.74 11.11 0.33 18.18
6 Coffea arabica* 6.18 7.41 0.77 14.36

87
7 Persea schiedeana 1.12 7.41 3.59 12.12
8 Trema micrantha 1.12 7.41 1.15 9.68
9 Ardisia compressa 1.69 7.41 0.20 9.29
10 Citrus tangerina* 0.56 3.70 2.07 6.34
11 Mangifera indica* 0.56 3.70 1.43 5.70
12 Alchornea latifolia 1.12 3.70 0.87 5.70
13 Canna indica 1.69 3.70 0.24 5.62
14 Cornutia grandiflora 0.56 3.70 0.05 4.32
15 Solanum sp. 0.56 3.70 0.02 4.29
16 Inga vera 0.56 3.70 0.01 4.28

Los Trapiches. Cachichinal 4


Nº Especies DR FR DoR IVI
1 Oecopetalum mexicanum 48.31 15 37.63 100.93
2 Cedrela odorata 1.69 10 36.19 47.88
3 Coffea arabica* 28.81 15 1.05 44.86
4 Heliocarpus appendiculatus 0.85 5 20.24 26.09
5 Chamaedorea oblongata 8.47 10 0.10 18.58
6 Ardisia compressa 1.69 10 0.05 11.74
7 Citrus tangerina* 1.69 10 0.02 11.72
8 Beilschmiedia anay 2.54 5 0.99 8.53
9 Bunchosia lanceolata 0.85 5 2.10 7.95
10 Croton draco 2.54 5 0.21 7.75
11 Sp. 2 (Palo hueco) 1.69 5 0.68 7.38
12 Ocotea puberula 0.85 5 0.74 6.58

Villa Nueva. Cachichinal 5


Nº Especies DR FR DoR IVI
1 Oecopetalum mexicanum 19.05 10.34 49.00 78.40
2 Coffea arabica* 28.57 10.34 1.37 40.29
3 Trema micrantha 2.38 3.45 14.34 20.17
4 Musa paradisiaca* 8.33 3.45 8.08 19.86
5 Inga jinicuil 7.14 6.90 2.20 16.24
6 Meliosma alba 4.76 6.90 3.82 15.48
7 Inga vera 3.57 6.90 3.80 14.27
8 Inga paterno 3.57 6.90 0.32 10.79
9 Tapirira mexicana 4.76 3.45 1.83 10.04
10 Cecropia obtusifolia 1.19 3.45 4.69 9.33
11 Cornutia grandiflora 2.38 3.45 2.90 8.73
12 Citrus sinensis* 2.38 3.45 2.73 8.56
13 Cupania dentata 1.19 3.45 2.33 6.97

88
14 Persea schiedeana 1.19 3.45 2.10 6.74
15 Prunus tetradenia* 2.38 3.45 0.08 5.91
16 Eriobotrya japónica* 1.19 3.45 0.14 4.78
17 Carica papaya 1.19 3.45 0.12 4.76
18 Cyphomandra hartwegi 1.19 3.45 0.08 4.72
19 Chamaedorea tepejilote 1.19 3.45 0.02 4.66
20 Canna indica 1.19 3.45 0.02 4.66
21 Chamaedorea oblongata 1.19 3.45 0.02 4.66

Díaz Mirón. Cachichinal 6


Nº Especies DR FR DoR IVI
1 Oecopetalum mexicanum 31.82 12.50 77.36 121.68
2 Coffea arabica* 35.45 12.50 4.03 51.99
3 Leucaena diversifolia 5.45 12.50 4.82 22.78
4 Chamaedorea oblongata 7.27 12.50 0.68 20.45
5 Inga paterno 3.64 8.33 4.83 16.80
6 Beilschmiedia anay 2.73 4.17 4.80 11.69
7 Chamaedorea tepejilote 2.73 8.33 0.27 11.34
8 Inga vera 1.82 8.33 1.04 11.19
9 Piper auritum 3.64 4.17 0.98 8.78
10 Pseudolmedia glabrata 2.73 4.17 0.73 7.62
11 Protium copal 0.91 4.17 0.23 5.30
12 Ardisia compressa 0.91 4.17 0.12 5.20
13 Meliosma alba 0.91 4.17 0.11 5.19

Pueblo Viejo (comunidad Santa Rosa). Cachichinal 7


Nº Especies DR FR DoR IVI
1 Oecopetalum mexicanum 84 25 77.69 186.69
2 Heliocarpus appendiculatus 4 16.67 1.14 21.80
3 Piper umbellatum 2.67 16.67 0.26 19.59
4 Sp. 2 (Palo hueco) 1.33 8.33 9.63 19.29
5 Meliosma alba 1.33 8.33 7.68 17.35
6 Carica papaya 1.33 8.33 3.16 12.82
7 Coffea arabica* 4 8.33 0.22 12.55
8 Urera caracasana 1.33 8.33 0.24 9.90

Pueblo Viejo (comunidad Santa Rosa). Cachichinal 8


Nº Especies DR FR DoR IVI
1 Oecopetalum mexicanum 64.36 10.34 20.61 95.31
2 Pseudolmedia glabrata 6.93 10.34 10.29 27.56
3 Liquidambar macrophylla 0.99 3.45 20.08 24.52

89
4 Beilschmiedia anay 1.98 3.45 17.78 23.21
5 Alnus acuminata 0.99 3.45 12.74 17.18
6 Saurauia scabrida 3.96 10.34 2.17 16.48
7 Cyathea sp. 1.98 6.90 7.37 16.24
8 Sp. 2 (Palo hueco) 3.96 10.34 1.71 16.02
9 Piper umbellatum 4.95 10.34 0.70 15.99
10 Heliocarpus appendiculatus 2.97 10.34 0.23 13.54
11 Trema micrantha 1.98 3.45 1.58 7.01
12 Ficus sp. 0.99 3.45 2.29 6.72
13 Meliosma alba 0.99 3.45 1.77 6.21
14 Cecropia obtusifolia 0.99 3.45 0.64 5.08
15 Urera caracasana 0.99 3.45 0.05 4.49
16 Solanum sp. 0.99 3.45 0.01 4.45

90
Anexo 4. Porcentaje de plántulas vivas (V), estresadas (E) y muertas (M) de Ocotea puberula, Beilschmiedia
anay y Pseudolmedia glabrata durante 13 meses.

Ocotea puberula Beilschmiedia anay Pseudolmedia glabrata

Año Mes Técnica V% E% M% V% E% M% V% E% M%


2012 Ago T 87.37 12.63 0.00 65.98 34.02 0.00 62.64 30.77 6.59
2012 Sep T 85.26 13.68 1.05 34.02 47.42 18.56 28.57 28.57 42.86
2012 Oct T 91.58 7.37 1.05 40.21 35.05 24.74 35.16 20.88 43.96
2012 Nov T 83.16 12.63 4.21 32.99 35.05 31.96 29.67 18.68 51.65
2012 Dic T 76.84 6.32 16.84 23.71 34.02 42.27 25.27 54.95 19.78
2013 Ene T 32.63 61.05 6.32 49.48 12.37 38.14 25.27 17.58 57.14
2013 Feb T 64.21 28.42 7.37 44.33 14.43 41.24 24.18 16.48 59.34
2013 Mar T 56.84 34.74 8.42 44.33 13.40 42.27 25.27 13.19 61.54
2013 Abr T 64.21 26.32 9.47 42.27 12.37 45.36 17.58 21.98 60.44
2013 May T 55.79 33.68 10.53 46.39 6.19 47.42 19.78 15.38 64.84
2013 Jun T 44.21 38.95 16.84 32.99 15.46 51.55 10.99 23.08 65.93
2013 Jul T 65.26 17.89 16.84 24.74 53.61 21.65 26.37 68.13 5.49
2013 Ago T 23.16 56.84 20.00 25.77 20.62 53.61 3.30 27.47 69.23

2012 Ago V 67.37 31.58 1.05 28.87 70.10 1.03 76.92 18.68 4.40
2012 Sep V 58.95 36.84 4.21 19.59 67.01 13.40 38.46 23.08 38.46
2012 Oct V 42.11 52.63 5.26 22.68 62.89 14.43 37.36 15.38 47.25
2012 Nov V 62.11 31.58 6.32 18.56 61.86 19.59 38.46 13.19 48.35
2012 Dic V 55.79 8.42 35.79 20.62 23.71 55.67 25.27 53.85 20.88
2013 Ene V 48.42 42.11 9.47 64.95 11.34 23.71 18.68 26.37 54.95
2013 Feb V 77.89 12.63 9.47 63.92 11.34 24.74 19.78 23.08 57.14
2013 Mar V 56.84 33.68 9.47 64.95 7.22 27.84 21.98 19.78 58.24
2013 Abr V 71.58 18.95 9.47 59.79 12.37 27.84 18.68 20.88 60.44
2013 May V 69.47 15.79 14.74 62.89 6.19 30.93 20.88 16.48 62.64
2013 Jun V 47.37 35.79 16.84 38.14 24.74 37.11 13.19 20.88 65.93
2013 Jul V 52.63 20.00 27.37 34.02 40.21 25.77 26.37 68.13 5.49
2013 Ago V 40.00 41.05 18.95 32.99 27.84 39.18 6.59 24.18 69.23

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