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Ensayo 5

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Josselyn Ayuy Cevallos, Ensayo N°5. Violencia y la guerra contra las mujeres.

Violencia, calle y miedo


Era un sábado por la tarde, esperaba con mi pareja que el semáforo se pusiese en verde para
cruzar la calle. De la nada, un señor aparece de la nada y se nos acerca a pedirnos dinero.
Me asusté, mi reacción fue jalarlo hacia la calle a pesar de la presencia de los vehículos. Él
me preguntó: - ¿Por qué lo hiciste? ¡Nos van a pisar! – Yo respondí. – Perdón me asusté, y
la verdad es que crecí con la idea de que siempre es más seguro caminar por el filo de la
calle, y si alguien se acerca saltar hacia los autos. Porque si te atropellan mínimamente tu
cuerpo va a parar en un hospital y pueden entregarte a tus familiares, pero si alguien te
secuestra hay mayor probabilidad de que no vuelvan a encontrarte, y que te hagan más
cosas de las que un auto te atropelle.

“Ninguna sociedad trata a sus mujeres tan bien como a sus hombres” (PNUD, 1997) Citó Segato en
su obra, evidenciando que la violencia contra las mujeres es un problema global que afecta a
millones de personas en todo el mundo, y que tiene graves consecuencias sociales,
económicas, políticas y humanas. En Ecuador, solo de enero a noviembre de 2023, se
registraron 277 feminicidios, y de esos casos el 42% de los “feminicidas mantenían un
vínculo sentimental con las víctimas” (EFE, 2023).
Sin embargo, la violencia de género no es un fenómeno homogéneo ni estático, sino que
adopta diferentes formas y manifestaciones según el contexto histórico, cultural y político
en el que se produce. ¿Cómo podemos comprender y explicar la violencia contra las
mujeres desde una perspectiva antropológica? ¿Qué factores intervienen en la etiología de
la violencia de género?
Para responder a estas preguntas, nos basaremos en la obra de Rita Segato ¿Cómo piensa la
autora la violencia contra las mujeres? Segato es una reconocida antropóloga y feminista
argentina, que ha dedicado gran parte de su trayectoria académica y activista al estudio de
la violencia de género en diferentes contextos y regiones. Además, propone una teoría
crítica y original sobre las estructuras elementales de la violencia, el contrato y el estatus en
la etiología de la violencia. Asimismo, analiza las nuevas formas de la guerra y el cuerpo de
las mujeres, y cómo la violencia contra ellas se convierte en un objetivo estratégico en este
nuevo escenario bélico (Traficantes sf.).

De esta forma es necesario exponer la tesis de Segato sobre las estructuras elementales de
la violencia, el contrato y el estatus en la etiología de la violencia. Para ello, nos basaremos

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Josselyn Ayuy Cevallos, Ensayo N°5. Violencia y la guerra contra las mujeres.

en una de sus obras publicadas en 2003, donde la autora presenta su análisis antropológico
de la violencia de género, a partir de su experiencia como perita en casos de feminicidio en
Ciudad Juárez, México.

Según Segato, las relaciones de género son la célula elemental de toda violencia, y se basan
en un sistema patriarcal que regula la distribución de los bienes y los cuerpos entre los
hombres. Este sistema se sustenta en dos principios: el contrato y el status. El contrato es el
acuerdo tácito o explícito entre los hombres para garantizar el acceso a los recursos y a las
mujeres, que son consideradas como objetos de intercambio y de consumo. El status es el
reconocimiento social que se otorga a los hombres en función de su capacidad de acaparar
y defender esos recursos y esas mujeres. El contrato y el status conforman las estructuras
elementales de la violencia, es decir, las condiciones que hacen posible y legítima la
violencia como una forma de mantener el orden social y de resolver los conflictos entre los
hombres.

En este contexto argumentativo, en el cual se señala el hecho de que las relaciones de


género obedecen a estructuras de orden muy arcaico y responden a un tiempo
extraordinariamente lento, yo agregaría la violación como una situación en la que un
contrato que debería regular las relaciones entre individuos en la sociedad moderna se
demuestra ineficaz para controlar el abuso de un género por el otro, derivado de un
pensamiento regido por el estatus. (Segato 2003, 29)

La violencia de género se entiende, entonces, como una forma de castigar las transgresiones
al contrato patriarcal, que pueden ser de dos tipos: las transgresiones de las mujeres, que
desafían el control y la posesión de los hombres sobre sus cuerpos y sus vidas; y las
transgresiones de los hombres, que amenazan el estatus y el honor de otros hombres. En
ambos casos, la violencia de género tiene una función pedagógica y ejemplarizante, que
busca restablecer el equilibrio roto y enviar un mensaje de advertencia a los demás
miembros de la comunidad. La violencia de género no es, por tanto, un acto irracional o
patológico, sino que responde a una lógica situada que debe ser entendida a partir del punto
de vista de los actores sociales que la ejecutan.

Tal como se desprende de innumerables relatos de presos condenados por violadores,


podríamos decir, para parafrasear aquella expresión clásica sobre el significado de la obra

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Josselyn Ayuy Cevallos, Ensayo N°5. Violencia y la guerra contra las mujeres.

de arte en la modernidad cuando habla del "arte por el arte", que en la sociedad
contemporánea la violación es un fenómeno de "agresión por la agresión", sin finalidad
ulterior en términos pragmáticos. Y aun cuando se disfrace con alguna supuesta finalidad,
en última instancia se revela como el surgimiento de una estructura sin sujeto, una
estructura en la cual la posibilidad de consumir el ser del otro a través del usufructo de su
cuerpo es la caución o el horizonte que, en definitiva, posibilita todo valor o significación.
(Segato 2003, 22-23)

En otro texto, en que la autora aborda nuevas formas de la guerra y el cuerpo de las
mujeres, explora las transformaciones históricas y políticas que han dado lugar a un nuevo
escenario bélico, caracterizado por la informalidad, la para-estatalidad y la corporatización
de la violencia. Según ella, las nuevas formas de la guerra se despliegan hoy en un espacio
intersticial que podemos caracterizar como para-estatal, porque se encuentra controlado por
corporaciones armadas con participación de efectivos estatales y para-estatales. Estas
corporaciones pueden ser grupos paramilitares, narcotraficantes, mercenarios, empresas de
seguridad privada, o incluso agentes estatales que actúan al margen de la ley. En este
espacio de para-estatalidad, la violencia contra las mujeres ha dejado de ser un efecto
colateral de la guerra y se ha transformado en un objetivo estratégico de este nuevo
escenario bélico.

En ese sentido, inclusive, podríamos arriesgar la idea, a ser desarrollada en otra parte, de
que la quema de brujas en el medioevo europeo no equivale a los feminicidios
contemporáneos, pues aquella representaba una pena pública de género, mientras los
feminicidios contemporáneos, aunque sean realizados en medio del fragor, espectáculo y
ajustes de cuentas de las guerras paraestatales, nunca alcanzan a emerger de su captura
privada en el imaginario de los jueces, procuradores, editores de medios y la opinión
pública en general. (Segato 2014, 23)

La violación y la tortura sexual de las mujeres se usan como una forma de control
territorial, de intimidación colectiva y de pedagogía de la crueldad. La violencia contra las
mujeres tiene una función simbólica y comunicativa, que busca enviar un mensaje de poder
y de dominación a los demás actores sociales que disputan el territorio. La violencia contra
las mujeres también tiene una función económica y política, que busca apropiarse de los
recursos naturales y humanos que se encuentran en el territorio. La violencia contra las

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Josselyn Ayuy Cevallos, Ensayo N°5. Violencia y la guerra contra las mujeres.

mujeres, entonces, no es un acto de placer o de odio, sino que responde a una lógica
estratégica que debe ser entendida a partir del punto de vista de los actores sociales que la
ejecutan.

De esta forma, la respuesta a la pregunta central de este ensayo es que Segato piensa la
violencia contra las mujeres más allá de una mirada convencional y simplista, sino que
propone una mirada compleja y situada, que reconoce la diversidad y la historicidad de las
formas de violencia contra las mujeres, y que busca comprender las lógicas y los sentidos
que las sustentan desde el punto de vista de los actores sociales que las ejecutan.

Además, la autora piensa la violencia contra las mujeres desde una preocupación ética y
política, que la lleva a denunciar la violencia de género como una violación de los derechos
humanos de las mujeres, y a proponer alternativas de transformación social y jurídica que
apunten a la construcción de una sociedad más justa e igualitaria. “Hacer teoría sin acción
es soñar despiertas, pero la acción sin teoría amenaza con producir una pesadilla” (Segato
2003, 133).

Referencias

EFE. Ecuador registro 277 femicidios entre enero y noviembre de 2023. 24 de noviembre
de 2023. https://www.primicias.ec/noticias/sociedad/ecuador-feminicios-violencia-
mujeres/#:~:text=Ecuador%20registr%C3%B3%20277%20femicidios%20entre
%20enero%20y%20noviembre%20de%202023 (último acceso: 18 de diciembre de
2023).
Segato, Rita. «Las estructuras elementales de la violencia: contrato y status en la etiología
de la violencia.» En Las estructuras elementales de la violencia, de Rita Segato.
Prometeo, 2003.
Segato, Rita. Las nuevas formas de la guerra y el cuerpo de las mujeres. Puebla: Pez en el
Árbol, 2014.
Traficantes. Segato, Rita Laura. s.f. https://traficantes.net/autorxs/segato-rita-laura (último
acceso: 18 de diciembre de 2023).

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