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Oracion de Liberación

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Oración exorcista de San Benito

La Santa Cruz sea mi Luz

no sea el demonio mi guía

retírate satanás

no me aconsejes cosas vanas

son malas las cosas que brindas

bebe tú ese veneno.

Escudo de San Patricio (oración exorcista)

Me envuelvo hoy día y ato a mi una fuerza poderosa, la invocación de la Trinidad, la fe en las
Tres Personas, la confesión en la unidad de Creador del Universo.

Me envuelvo hoy día y ato a mi la fuerza del Cristo con su Bautismo, la fuerza de su crucifixión
y entierro, la fuerza de su resurrección y ascensión, la fuerza de su regreso para el Juicio de
Eternidad.

Me envuelvo hoy día y ato a mi la fuerza del amor de los querubines, la obediencia de los
ángeles, el servicio de los arcángeles, la esperanza de la resurrección para el premio, las
oraciones de los patriarcas, las profecías de los profetas, las predicaciones de los apóstoles,

la fe de los mártires, la inocencia de las santas vírgenes y las buenas obras de los confesores.

Me envuelvo hoy día y ato a mi el poder del Cielo, la luz del sol, el brillo de la luna, el
resplandor del fuego, la velocidad del rayo, la rapidez del viento, la profundidad del mar, la
firmeza de la tierra, la solidez de la roca.

Me envuelvo hoy día y ato a mi la fuerza de DIOS para orientarme, el poder de DIOS para
sostenerme, la sabiduría de DIOS para guiarme, el ojo de DIOS para prevenirme, el oído de
DIOS para escucharme, la palabra de DIOS para apoyarme, la mano de DIOS para defenderme,
el camino de DIOS para recibir mis pasos, el escudo de DIOS para protegerme, los ejércitos de
DIOS para darme seguridad

contra las trampas de los demonios

contra las tentaciones de los vicios

contra las inclinaciones de la naturaleza


contra todos aquellos que desean el mal de lejos y de cerca, estando yo solo o en la multitud.

Convoco hoy día a todas esas fuerzas poderosas, que están entre mi y esos males,

contra las encantaciones de los falsos profetas,

contra las leyes negras del paganismo,

contra las leyes falsas de los herejes,

contra la astucia de la idolatría,

contra los conjuros de brujas, brujos y magos

contra la curiosidad que daña el cuerpo y el alma del hombre.

Invoco a Cristo que me proteja hoy día del veneno, el incendio, el ahogo, las heridas, para que
pueda alcanzar yo abundancia de premio.

Cristo conmigo, Cristo delante de mi, Cristo detrás de mi, Cristo en mi, Cristo bajo mi, Cristo
sobre mi, Cristo a mi derecha, Cristo a mi izquierda, Cristo alrededor de mi. Cristo en la
anchura, Cristo en la longitud, Cristo en la altura, Cristo en la profundidad de mi corazón.
Cristo en el corazón y la mente de todos los hombres que piensan en mi, Cristo en la boca de
todos los que hablan de mi, Cristo en todo ojo que me ve, Cristo en todo oído que me escucha.

Me envuelvo hoy día en una fuerza poderosa, la invocación de la Trinidad, la fe en las Tres
Personas, la confesión de la unidad del Creador del Universo.

Del Señor es la salvación, del Señor es la salvación, De Cristo es la salvación.

Tu salvación Señor esté siempre con nosotros.

Amén.

Oración por los enfermos

Omnipotente y sempiterno Dios, Salud de los que en Ti creen y esperan, escucha las oraciones
que te hacemos por nuestros enfermos, y, por intercesión de la Santísima Virgen de la Medalla
Milagrosa, concede vida abundante a sus almas y devuélveles, según tu beneplácito, la salud
del cuerpo. Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amén.

Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida.


Oración de abandono o entrega

Padre celestial en tus manos, me pongo haz de mí lo que tú quieras.

Y por todo lo que hagas por mi yo te doy las gracias.

Estoy dispuesto a todo y lo acepto todo con tal que tu voluntad se cumpla en mi y en todas tus
criaturas. No deseo nada más , Dios mío.

Pongo mi alma entre tus manos.

Te la doy, con todo el amor de mi corazón porque es una necesidad de amor el darme, el
entregarme entre tus manos, sin medida, con confianza infinita, porque tú eres mi padre.

Amén

Coloco ahora la sangre de Jesús entre todo mal y yo _______

Coloco ahora la sangre de Jesús entre todo mal y mi familia ____

Y declaro que somos victoriosos contra el demonio y sus obras por el poder de la sangre de
jesus. Amen aleluya gloria y honor a ti Jesús. Amén

Sellamiento con la sangre de Cristo

Padre celestial, en union con el espiritu santo pido que el poder de la sangre preciosa de jesús
me cubra, selle, guarde, proteja, sane, libere, guarde, y me de vida en abundancia en todo mi
ser, en mi familia, mi historia, mis bienes, las personas que dispones a mi lado, tu voluntad
sobre mi vida, mi trabajo, mi estudio y mi vida social, los lugares en que vivo y visto y la
creacion entera. Tu sangre preciosa me libre de las tentaciones y de todo mal. Ahora y en la
hora de mi muerte.

Amen

Oración de protección

Yo (dí tu nombre completo) con la Sangre preciosa de Jesús, protejo y sello todo mi ser,
interior y exteriormente, deposito en el Corazón Inmaculado de la Virgen María, todo mi haber
y poseer; para que ni en el presente, ni en ningún momento futuro, lleguen a ellos daños por
venganzas de lo oculto.
En el nombre de Jesús, queda prohibida toda acción e interacción, toda comunicación e
intercomunicación espiritual. Invoco la presencia de los ángeles, arcángeles (Miguel, Gabriel y
Rafael), principados, virtudes, potestades, dominaciones, querubines, serafines y tronos de
Dios; para que sean ellos quienes lleven a cabo esta batalla contra el mal. Pido la ayuda de la
comunión de los santos.

Amén, amén, amén.

Oración de perdón

En el nombre de Jesucristo, yo (dí tu nombre completo) perdono a: (dí el nombre de la persona


a la que vas a perdonar).

Te perdono por toda ofensa, humillación, envidia, maldición y rechazo.

Te perdono por los pleitos, insultos, abandonos, golpes y rencores. Te perdono por tu
alcoholismo, por las infidelidades y mentiras.

Te perdono por no cumplir lo prometido, por tus chismes y calumnias.

Te perdono por toda falta de amor, consideración y caridad.

(Respira profundamente y menciona todo lo que tengas que sentir de la persona que estás
perdonando).

En el Nombre de Jesús: yo te perdono, en el Corazón de Jesús: yo te perdono, en la


Misericordia de Jesús: yo te perdono, te bendigo y desato todo lazo de rencor entre tú y yo.

Delante de Dios te declaro inocente y libre, ya no me debes nada, le pido a Jesús que te ame
profundamente, te llene de paz y se manifieste en ti con abundancia de bienes espirituales y
materiales.

Amén, amén, amén.

Oración por los antepasados

Padre Dios, en nombre de Jesús, te pido que por los méritos y virtudes de Sus Santas Llagas,
sean lavados por Su Sangre todos los efectos, causas, consecuencias y atributos de las faltas de
mis antepasados que no fueron reparadas y que todavía pesan sobre mi en forma de
debilidades o tendencias hacia esos mismos errores y pecados. Te pido perdón en su nombre
por haberse burlado o renegado de los sacramentos de la Santa Iglesia, siendo bautizados, o
por insultos y negaciones hechos a Tu Santa Trinidad, te pido perdón por toda infidelidad y
desconfianza hacia ti. Pido perdón en su nombre por los daños que mis antepasados causaron
a la familia, al matrimonio, a la sociedad, a Tu creación.
En nombre de Jesús, te ruego que Tu amor repare las injusticias que cometieron en contra de
todas las personas, instituciones, pueblos o naciones y en sus descendientes.

Que por intercesión de la Inmaculada Concepción de María nos concedas la sanación a partir
del instante de nuestra concepción, la de mis antepasados y la de mi descendencia.

Que Tu Espíritu Santo me inspire todos los días de mi vida para hacer obras de caridad y
servicio.

Pido que Tu Misericordia alcance a los que ya han muerto, para que descansen en paz junto a
ti y para los que aún vivan, tu Espíritu Santo los convenza de sus errores dándoles la gracia del
arrepentimiento.

Amén, amén, amén.

Rechazo, insomnio, deseos de suicidio, aislamiento, locura, soledad, neurosis, depresión,


obsesión, miedo, angustia, debilidad, enfermedades crónicas, invalidez, ceguera, sordera,
mudez, falta de olfato, imposibilidad de saborear la comida, insensibilidad, celos,
inconformidad, incapacidad para vivir, conseguir o conservar un trabajo, una pareja, un
matrimonio o una familia.

En el nombre de Jesús denuncio, renuncio y echo fuera de mí todo espíritu de alcoholismo o


de cualquier otra adicción, de mal carácter, de falta de memoria, de falta de control y dominio
de mi ser, irrealidad, inconsciencia, envidia, abandono, gula, suciedad, desorden, malos olores
crónicos en mi cuerpo, ropa o casa, de falta de fe, esperanza y caridad, de falta de interés en la
vida, de desprecio a la eucaristía y de aborrecimiento o flojera para tener vida de oración.
Corto, destruyo y nulifico los medios a través de los cuales fueron hechos los daños antes
mencionados, si fueron veladoras, fotos, ropa, tijeras, agujas, fetiches, entierros, lo que haya
sido.

Renuncio a lo que en forma consciente o inconsciente haya yo hecho o haya sido hecho por
otra persona en mi nombre para obtener poderes, dinero, éxito, buena suerte o pretender
saber el futuro, o bien para conseguir el amor y la salud propios o ajenos, o tener dominio y
control sobre personas, objetos, animales, lugares, espíritus y fuerzas de la naturaleza.

Nulifico los efectos de cualquier práctica contraria al compromiso adquirido a través de mi


bautismo, de fidelidad y reconocimiento a Jesucristo como mi único Salvador, a los
Sacramentos, a la Virgen María y a la iglesia católica.

A lo que impida el ejercicio de mi sentido común, capacidad de juicio, entendimiento y


voluntad.

Echo fuera de mí todo aquello con lo que haya intentado sustituir el amor y la confianza de
Jesús. Renuncio al rechazo de mis padres desde el instante de mi concepción y durante mi vida
en el seno materno. Renuncio al mal que me causaron por intentar abortarme: con yerbas,
sustancias químicas o con objetos punzo cortantes. Renuncio a todo el rencor que tengo si fui
dado en adopción o abandonado sin haber conocido a mis padres biológicos o a maldiciones
recibidas durante mi gestación.

Nulifico por las llagas de Jesús todo mandato de fracaso, muerte en vida y suicidio que hay en
mí por estas causas, la incapacidad para aceptar el amor de Dios, para aceptarme a mí mismo
o a las personas, para estudiar, trabajar y ser feliz.

Renuncio a todo lo que sea contrario a la salud, el respeto y la dignidad que como templo del
Espíritu Santo, necesita todo mi ser y que esté impidiendo relacionarme con Dios, conmigo
mismo (a), con mi entorno en una forma sana, tener una familia unida y un trabajo digno y
bien remunerado.

Porque Jesucristo se manifestó para deshacer las obras del diablo: habiendo denunciado,
renunciado y echado fuera de mí todos los espíritus del mal, los envío atados y amordazados a
los pies de la Santa Cruz y les prohíbo regresar.

Habiendo nulificado todos los efectos, causas y consecuencias, tomo autoridad, en el nombre
de Jesús, para que caigan todos los bloqueos, tinieblas y barrer, las que satanás construyó a mi
alrededor y le ordenó a todo ser demoníaco que despojó a mi familia o a mí mismo (a), que
nos devuelva, lo que nos quitó.

Padre Santo, te lo ruego, sana toda mi vida, toda mi historia personal, perdóname, ayúdame,
libérame, bendíceme.

Padre Dios, acepto que Tú seas mi Padre, Jesucristo mi Hermano, la Virgen María mi Madre,
porque hoy, yo (dí tu nombre completo) les pertenezco para siempre.

A través de Tu Santo Espíritu, guíame para la reparación de todas las faltas que cometí y
enséñame a amar Tu Voluntad. Gracias Padre.

Amén, amén, amén

Oración para sellar la sanación


Con el dedo pulgar de la mano derecha haz el signo de la Cruz en tu frente y repite con
nosotros:

Con la Sangre Preciosa de Jesús, sello esta sanación que Tú Padre Dios acabas de hacer en mí,
para que no vuelvan más estos males y espíritus a mi vida, ni en número de uno, ni en ningún
otro número, ni de la misma naturaleza, ni de naturaleza parecida.

Te ruego Padre Dios que el Espíritu Santo ocupe todo mi ser y restaure las virtudes que estos
males han destruido en mí.

Desato en mi todos los dones y frutos de Tu Santo Espíritu.

Envíame tus ángeles administradores de paz, unidad, salud y prosperidad.

Espíritu Santo de Dios recibe la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, dígnate ser en
adelante mi Director, mi Luz, mi Guía, mi Fuerza y todo el amor de mi corazón.

Amén, amén, amén.

Oración de bendición

Nuestro Señor Jesucristo que nos amó con un amor tan desmedidamente grande y que fue
puesto sobre la Cruz de madera y condenado a la muerte más amarga: lave y bendiga tu alma
con Su Sangre preciosa, en recuerdo del sufrimiento con el que pagó por ti, a fin de que tu
amor arda para él. Que ese poderoso fuego de amor consuma todos tus pecados y te conceda
reposar sobre Su Bendito Brazo, donde todos los santos reposan. En el nombre del Padre, del
Hijo y del Espíritu Santo.

Amén, amén, amén.

que me cures de los traumas psíquicos

que me han afectado en tierna edad

y de aquellas heridas que me los han provocado

a lo largo de toda la vida.

Señor Jesús, Tú conoces mis problemas,


los pongo todos en Tu corazón de Buen Pastor.

Te ruego, en virtud de aquella gran llaga

abierta en Tu Corazón,

que cures las pequeñas heridas que hay en el mío.

Cura las heridas de mis recuerdos,

a fin de que nada de cuanto me ha acaecido

me haga permanecer en el dolor, en la angustia,

en la preocupación.

Cura, Señor,

Todas esas heridas que, en mi vida,

han sido causa de raíces de pecado.

Quiero perdonar

a todas las personas que me han ofendido,

mira esas heridas interiores

que me hacen incapaz de perdonar.

Tú que has venido a curar los corazones afligidos,

cura mi corazón.

Cura, Señor Jesús, mis heridas íntimas

que son causa de enfermedades físicas.

Yo te ofrezco mi corazón,

acéptalo, Señor, purifícalo y dame

los sentimientos de Tu Corazón Divino.

Ayúdame a ser humilde y benigno.

Concédeme, Señor,

la curación del dolor que me oprime

por la muerte de las personas queridas.

Haz que pueda recuperar la paz y la alegría

por la certeza de que Tú eres la Resurrección y la Vida.


Hazme testigo autentico

de Tu Resurrección,

de Tu Victoria sobre el pecado y la muerte,

de Tu Presencia de Viviente entre nosotros.

Amén.

Plegaria de liberación

Oh, Señor, tú eres grande, tú eres Dios, tú eres Padre,

nosotros te rogamos, por la intercesión de María

y con la ayuda de los arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel,

que nuestros hermanos y hermanas

sean liberados del maligno que los ha esclavizado.

Oh, santos, venid todos en nuestra ayuda.

De la angustia, la tristeza y las obsesiones,

nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.

Del odio, la fornicación y la envidia,

nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.

De los pensamientos de celos, de rabia y de muerte,

nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.

De todo pensamiento de suicidio y de aborto,

nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.

De toda forma de sexualidad mala,


nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.

De la división de la familia, de toda amistad mala,

nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.

De toda forma de maleficio, de hechizo,

de brujería y cualquier mal oculto,

nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.

Oh, Señor, que dijiste “la paz os dejo, mi paz os doy”,

por la intercesión de la Virgen Maria

concédenos ser liberados de toda maldición

y gozar siempre de tu paz.

Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

Oración de la sangre de Cristo

Señor Jesús, en tu nombre y con

el Poder de tu Sangre Preciosa

sellamos toda persona, hechos o

acontecimientos a través de los cuales

el enemigo nos quiera hacer daño.

Con el Poder de la Sangre de Jesús

sellamos toda potestad destructora en

el aire, en la tierra, en el agua, en el fuego,

debajo de la tierra, en las fuerzas satánicas

de la naturaleza, en los abismos del infierno,

y en el mundo en el cual nos movemos hoy.

Con el Poder de la Sangre de Jesús

rompemos toda interferencia y acción del maligno.


Te pedimos Jesús que envíes a nuestros hogares

y lugares de trabajo a la Santísima Virgen

acompañada de San Miguel, San Gabriel,

San Rafael y toda su corte de Santos Ángeles.

Con el Poder de la Sangre de Jesús

sellamos nuestra casa, todos los que la habitan

(nombrar a cada una de ellas),

las personas que el Señor enviará a ella,

así como los alimentos y los bienes que

Él generosamente nos envía

para nuestro sustento.

Con el Poder de la Sangre de Jesús

sellamos tierra, puertas, ventanas,

objetos, paredes, pisos y el aire que respiramos,

y en fe colocamos un círculo de Su Sangre

alrededor de toda nuestra familia.

Con el Poder de la Sangre de Jesús

sellamos los lugares en donde vamos

a estar este día, y las personas, empresas

o instituciones con quienes vamos a tratar

(nombrar a cada una de ellas).

Con el Poder de la Sangre de Jesús

sellamos nuestro trabajo material y espiritual,

los negocios de toda nuestra familia,

y los vehículos, las carreteras, los aires,

las vías y cualquier medio de transporte

que habremos de utilizar.


Con Tu Sangre preciosa sellamos los actos,

las mentes y los corazones de todos los habitantes

y dirigentes de nuestra Patria a fin de que

Tu Paz y Tu Corazón al fin reinen en ella.

Te agradecemos Señor por Tu Sangre y

por Tu Vida, ya que gracias a Ellas

hemos sido salvados y somos preservados

de todo lo malo.

Oración por los enfermos (Padre Emiliano Tardif)

Jesús. Señor Jesús.

Creemos que estás vivo y resucitado. Creemos que estás realmente presente

en el Santísimo Sacramento del Altar y en cada uno de nosotros.

Te alabamos y te adoramos. Te damos gracias Señor, por venir hasta nosotros

como pan vivo bajado del Cielo. Tú eres la plenitud de la vida.

Tú eres la resurrección y la vida.

Tú eres, Señor la salud de los enfermos.

Hoy te queremos presentar a todos los enfermos que están aquí, porque para

ti no hay distancia ni en el tiempo ni en el espacio.

Tú eres el eterno presente y tu lo conoces.

Ahora, Señor, te pedimos que tengas compasión de ellos. Visítalos a través

de tu Evangelio proclamado en la Santa Biblia, para que todos reconozcan

que tu estás vivo en tu Iglesia de hoy; y que se renueve su fe y su

confianza en ti. Te lo suplicamos Jesús.

Ten compasión de los que sufren en su cuerpo, de los que sufren en su

corazón y de los que sufren en su alma que están orando y viendo los

testimonios de lo que Tú estás haciendo por tu Espíritu Renovador en el

mundo entero. Ten compasión de ellos, Señor.


Desde ahora te pedimos. Bendícelos a todos y haz que muchos vuelvan a

encontrar la salud, que su fe crezca y se vayan abriendo a las maravillas

de tu amor, para que también ellos sean testigos de tu poder y de tu

compasión.

Te lo pedimos Jesús, por el poder de tus santas llagas, por tu santa cruz y

por tu preciosa sangre.

Sánalos Señor. Sánalos en su cuerpo, Sánalos en su corazón, Sánalos en su

Alma.

Dales vida y vida en abundancia. Te lo pedimos por intercesión de María

Santísima, tu Madre, la Virgen de los Dolores, la que estaba presente, de

pie, cerca de la cruz.

La que fue la primera en contemplar tus santas llagas y que nos distes por

madre. Tú nos has revelado que ya has tomado sobre ti todas nuestras

dolencias y por tu santas llagas hemos sido curados.

Hoy, Señor, te presentamos en fe todos los enfermos que nos han pedido

oración y te pedimos que los alivies en su enfermedad y que les des la

salud.

Te pedimos por la gloria del Padre del Cielo, que sanes a los enfermos que

van a leer este libro.

Haz que crezcan en la fe, en la esperanza, y que reciban la salud para la

gloria de tu Nombre.

Para que tu Reino siga extendiéndose más y más en los corazones, a través

de los signos y prodigios de tu amor.

Todo esto te lo pedimos Jesús, porque tú eres Jesús. Tú eres el buen pastor

y todos somos ovejas de tu rebaño. Estamos tan seguros de tu amor, que aún

antes de conocer el resultado de nuestra oración, en fe te decimos Jesús

por lo que tu vas hacer en cada uno de ellos.

Gracias por los enfermos que tu estás sanando ahora, que tu estás visitando

con tu misericordia.
Que lo cubras de tu sangre divina, y que a través de este mensaje tu

corazón de buen pastor hable a los corazones de tantos enfermos que van a

leerlo.

¡Gloria y alabanza a ti, Señor. ¡

Amén

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