Behavioural Sciences">
El Cerebro Del Autismo
El Cerebro Del Autismo
El Cerebro Del Autismo
11 ABRIL 2016
MJ MAS
137 COMENTARIOS
La neuro-anatomía en el autismo
Intentar explicar las alteraciones cerebrales en el autismo es muy complejo. El autismo es
un trastorno que afecta al desarrollo cerebral –neurodesarrollo– y que produce
dificultades en la comunicación y la interacción social.
Cuando se nos presenta un niño con autismo, esto ni es fácil ni disponemos de herramientas
diagnósticas para hacerlo en la clínica diaria.
El autismo se resiste a ser explicado por el método neurológico clásico. Las explicaciones
neuroanatómicas no consiguen dar una respuesta definitiva a la “coincidencia” de los
síntomas del autismo.
Si además tenemos en cuenta otras dificultades que aparecen en el trastorno del espectro
autista, la cuestión se complica aún más.
En el 70% de los niños con autismo encontramos una discapacidad intelectual de mayor
o menor gravedad, y la aparición de convulsiones y epilepsia es mucho más frecuente que
en los niños sin autismo. Precisamente esta última circunstancia abrió los ojos a los
médicos para dejar de considerar el autismo un “trastorno emocional” y empezar a
considerarlo un trastorno biológico.
Las personas con autismo también suelen tener dificultades en la percepción visual,
auditiva o táctil sin que podamos evidenciar alteraciones en las pruebas de visión, audición
o somatosensoriales.
Por otra parte lesiones graves de la corteza cerebral –como las debidas a un daño
cerebral por traumatismo, parálisis cerebral o la prematuridad–, también pueden causar
autismo. Sin embargo en estos casos hay un patrón lesional bien conocido en el que la
sustancia blanca cerebral también está dañada.
Parece pues que los síntomas del autismo podrían estar relacionados con alteraciones de la
corteza cerebral que está implicada en las funciones de asociación, de integración de
información.
Sabemos que 1 de cada 5 niños con autismo presenta macrocefalia a los 4 años de edad,
sin embargo este mayor tamaño del cráneo ya no está presente en la adolescencia. Estos
niños tuvieron un crecimiento acelerado del perímetro craneal entre los 6 y los 14 meses.
Aunque una vez más ni todos los niños con autismo tienen un crecimiento craneal
acelerado, ni mucho menos todos los niños con crecimiento acelerado tendrán autismo.
El cerebro crece porque crecen las conexiones entre neuronas, esto hace que la corteza
cerebral vaya haciéndose cada vez más gruesa y la sustancia blanca subyacente también.
Diferentes estudios de resonancia magnética hechos a niños con autismo, demuestran que
el incremento de crecimiento craneal se correlaciona con un mayor grosor de la sustancia
gris y de la sustancia blanca.
Estos hallazgos no son suficientes, lo que más nos puede ayudar a comprender la estructura
cerebral del autismo es el estudio histológico –estudio del tejido cerebral–. Pero el estudio
histólogo del cerebro solo se puede hacer postmortem, aún no tenemos técnicas
suficientemente desarrolladas y seguras para hacerlo in vivo.
Los estudios cerebrales necrópsicos de personas con autismo han permitido identificar
alteraciones en la corteza cerebral, cerebelo y estructuras subcorticales.
Para ejercer esta acción “controladora”, presente también en tareas cognoscitivas, tiene
conexiones con el tronco del encéfalo y con la corteza cerebral a través de unas células de
gran tamaño llamadas células de Purkinje. Que son insuficientes en número en las
personas con autismo.
Las dendritas son las ramificaciones de las neuronas que permiten que se conecten unas
con otras. El incremento de conexiones que se produce durante la infancia, para ser soporte
de las nuevas habilidades que el niño va adquiriendo, es lo que aumenta el volumen
cerebral.
Estas ramificaciones son más densas en las personas con autismo. Sobre todo en las capas
más profundas de la corteza frontal, temporal y parietal. Mayor densidad no implica mayor
eficacia, al revés, es posible que el exceso de conexiones enlentezca la velocidad de los
procesos cognoscitivos y sea causa de dificultades.
La presencia de una mayor conectividad frontal estaría en relación con las dificultades en
los procesos ejecutivos; nivel temporal con las dificultades en la comprensión del
lenguaje; y a nivel parietal con las de la percepción.
En el autismo estas microcolumnas son más numerosas y estrechas, con mayor volumen
de la sustancia blanca adyacente. Esto parece estar en relación con la falta de
sincronización entre las redes neuronales, la hipersensibilidad sensorial y un mayor riesgo
de epilepsia.
Neuronas espejo
La imitación es muy importante para el aprendizaje. En las etapas iniciales de la
comunicación, cuando aún no hay lenguaje, los niños aprenden a comprender el mundo
observando las conductas de los adultos y sus reacciones. Antes que el lenguaje necesitan
adquirir la habilidad de la atención compartida. No basta con mirar e imitar, es necesario
comprender la intencionalidad del otro para que el aprendizaje tenga no solo efecto, sino
también sentido.
El sistema de las neuronas en espejo está formado por un grupo de neuronas del lóbulo
frontal que se activa al observar a los otros y actúa conjuntamente con el sistema límbico.
Así es posible la imitación a través de la comprensión de la intencionalidad y las emociones
en las acciones de los demás.
En los niños con autismo parece que este sistema no se activa ni durante la observación ni
la imitación de expresiones emocionales. Pero los estudios realizados son pocos y con
pocos individuos, lo que lleva a cuestionarse la validez de esta teoría, como bien
explica ciencia bruja en este post.
Teoría de la infraconectividad
Consecuencia de todas las explicaciones que he mencionado hasta ahora, la teoría de la
infraconectividad postula que las conexiones entre distintas áreas cerebrales estaría
disminuida o tendría menor eficacia en el autismo.
Conclusiones
Los hallazgos neuroanatómicos encontrados en el cerebro de las personas con autismo nos
permiten profundizar más y mejor en el conocimiento del cerebro y de su
funcionamiento.
Estos hallazgos permiten explicar parcialmente los síntomas clásicos del autismo y
también los síntomas sensitivos y motores no incluidos en la tríada clásica. Ofrecen una
explicación más global y comprensible de como se produce el autismo, reforzando la
idea de que efectivamente se trata de un trastorno del neurodesarrollo con
manifestaciones particulares.
Pero a pesar de los avances de la neurociencia del autismo, aún no tenemos una explicación
completa y definitiva ni de sus causas ni de sus mecanismos de causar patología. Esto,
junto a la dificultad de trasladar a la práctica clínica estos conocimientos, hacen difícil
poder comprender el autismo y ofrecer un tratamiento eficaz.
Tipos de Autismo
El diagnóstico diferencial entre los diversos trastornos se establece atendiendo aspectos como el grado
de desarrollo del lenguaje, la edad en que aparecieron los primeros síntomas y la severidad del trastorno.
Autismo infantil o Síndrome de Kanner: es una afectación en mayor o menor grado de las tres esferas
principales del autismo: interacción social, lenguaje verbal y corporal. Así como restricción de
comportamientos con acciones muy repetitivas e inmotivadas. Son individuos altamente sensibles ante
estímulos externos, como sonidos.
Síndrome de Asperger: forma bastante leve de autismo en la cual los pacientes no son capaces de
interpretar los estados emocionales ajenos,carecen de empatía. Estas personas son incapaces de
relacionar la información facilitada por el entorno y el lenguaje corporal de las personas acerca de los
estados cognitivos y emocionales de estas.
Síndrome de Rett: trastorno cognitivo raro (afecta aproximadamente a 1 de cada 10,000
personas, principalmente del sexo femenino), que se manifiesta durante el segundo año de vida, o en un
plazo no superior a los 4 primeros años de vida. Se caracteriza por la aparición de graves retrasos en el
proceso de adquisición del lenguaje y de la coordinación motriz. En un porcentaje alto de los pacientes
se asocia con retraso mental grave.
Trastorno de desintegración infantil: aparece un proceso súbito y crónico de regresión profunda y
desintegración conductual tras 3-4 años de desarrollo cognitivo y social correctos. Habitualmente existe
un primer periodo de síntomas característicos (irritabilidad, inquietud, ansiedad y relativa
hiperactividad), al que sigue la pérdida progresiva de capacidades de relación social, con
alteraciones marcadas de las relaciones personales, de habla y lenguaje, pérdida o ausencia de interés por
los objetos, con instauración de estereotipias y manierismos. Suelen presentar crisis epilépticas.
Trastorno generalizado del desarrollo no especificado (PDD-NOS): se diagnostica a niños/as que
presentan dificultades de comunicación, socialización y comportamiento, pero que no cumplen los
criterios específicos para el diagnóstico de ninguno de los otros trastornos generalizados del desarrollo.
Causas
Con frecuencia las causas del autismo son desconocidas; aunque en muchos casos se
sospecha que se debe a cambios o mutaciones en los genes, no todos los genes involucrados
en el desarrollo de esta enfermedad han sido identificados.
Las investigaciones científicas han relacionado la aparición del autismo en niños/as con las siguientes
causas:
Estadísticas
A nivel mundial se calcula que 1 de cada 160 niños tiene un TEA. Esta estimación representa una
cifra media, pues la prevalencia observada varía considerablemente entre los distintos estudios. No
obstante, en algunos estudios bien controlados se han registrado cifras notablemente mayores. La
prevalencia de TEA en muchos países de ingresos bajos y medios es hasta ahora desconocida.
En México se ha realizado un estudio de prevalencia del autismo (2016). La cifra indica que 1 de cada
115 niños estarían en esa condición. Este estudio fue realizado por científicos financiados por la
organización Autismo Speaks – la conocida asociación estadounidense dedicada a la difusión de
información y concienciación sobre este desorden del desarrollo – y se realizó exclusivamente en León,
Guanajuato.
Casi 1% de todos los niños en México, alrededor de 400 mil, tienen autismo. Debido a que éste es el
primer estudio de prevalencia en México, no se puede comparar esto con la prevalencia en años previos,
pero para comparación, hace 20 años se pensaba que el autismo afectaba a uno de cada mil o menos
niños/as en EU. Así que 400 mil niños/as es un número muy importante y un problema urgente de salud
pública en México.