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Juan P. Ballhorn - A Propósito de La Revolución de Octubre (2017)
Juan P. Ballhorn - A Propósito de La Revolución de Octubre (2017)
Juan P. Ballhorn - A Propósito de La Revolución de Octubre (2017)
NOTA
Juan P. Ballhorn
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A propósito de la
Revolución de Octubre.
Hacia una verdadera reivin-
dicación del Centenario de
la Revolución Rusa.
Juan P. Ballhorn
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A propósito de la revolución de Octubre
embargo, en aquellas reflexiones se evaden conscientemente temas
cruciales como los métodos, la organización, la línea ideológica1 de
los bolcheviques, entre algunos puntos más, y cuando estos de mane-
ra fortuita son mencionados, se deslizan consigo ideas que caracte-
rizan a todos estos factores históricos determinantes como “propios
del contexto”, “inaplicables en la actualidad”, sin mencionar ya los
casos claramente renegados y vergonzantes en donde se mencionan
dichos factores entre los “errores” de la revolución de octubre que
“minaron desde un inicio” la construcción del socialismo en Rusia.
Por otro lado, y en contraparte, están los sectores clasistas, los cua-
les, preocupados en hacer frente al “revisionismo”, destacan dichos
factores del bolchevismo como lo principal. Al asumir tal actitud
no les falta razón, puesto que cada vez que la izquierda burguesa
hace referencia a la historia de las revoluciones, lo hace con el único
fin de encontrar elementos que sirvan a su oportunismo electorero,
sepultando la revolución rusa en la historia, reconociéndolo como
un hecho a destacar sí, pero finalmente concibiéndolo como algo
lejano en el tiempo y que tuvo su momento. Los sectores revolucio-
narios -y en el Perú hay que precisar: los sectores maoístas2- hacen
bien en apuntar que la revolución bolchevique fue una revolución
victoriosa por apoyarse en las masas obreras y campesinas, estar
dirigidos por una vanguardia (partido de nuevo tipo), sustentarse
firmemente en el marxismo, emplear la violencia revolucionaria,
entre otras cosas. El problema es que sus “balances” o “saludos” a la
revolución bolchevique son en su mayoría una suma de consignas
o un recuento histórico que no supera los datos que puede ofrecer
un manual pre-universitario o de historia del PCUS. Solo veamos,
como un ejemplo de este tipo de proceder, el balance que realiza
3 En 1994 apareció un texto titulado Sobre ciento cincuenta años de revolución pro-
letaria mundial (Centésimo aniversario del Presidente Mao Tse-tung) cuya autoría
estaría a cargo de Abimael Guzmán. Este se difundió como documento del PCP.
4 O cuando se pretende extraer lecciones para el presente, se dicen cosas tan
generales como que “el camino comprende avances y retrocesos”.
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A propósito de la revolución de Octubre
aglutinó, armó y dirigió a todo el pueblo en la resistencia contra los
atropellos y las masacres que comenzó a perpetrar el régimen de
Kiev5. En Ucrania, la arremetida bélica del gobierno (que cuenta
con el apoyo financiero y armamentístico de los EEUU) contra el
pueblo rebelde no ha cesado ni por un minuto, y si no fuera por la
resistencia armada de las milicias de esas zonas, desde un inicio es-
tos intentos independentistas hubieran fracasado. El pueblo de es-
tas regiones ucranianas solo ha podido mantener su independencia
con las armas en las manos. Pero de igual forma, solo ver que Ve-
nezuela, a pesar de no ser una república socialista ni popular (pero
sí anti-yankee), resiste gracias al respaldo de las fuerzas armadas al
gobierno bolivariano, es una muestra de la necesidad de que todo
movimiento de liberación, y más aún, un movimiento revoluciona-
rio, cuente con un fuerte contingente armado que resista las agre-
siones tanto internas como externas. Es más, dada la larga tradición
golpista en nuestro país y de Latinoamérica, bastaría hacer referen-
cia a nuestra historia última para sustentar que el asalto al poder por
parte de la clase obrera para la construcción de una nueva sociedad
no será posible por medios pacíficos. De la misma manera, cuando
se defiende la construcción (o reconstrucción) del destacamento de
vanguardia o se hace referencia al marxismo, ¿cómo demuestran
estos grupos la vigencia del marxismo, o la superioridad del mar-
xismo frente a otras concepciones? Lo curioso es que aquí se en-
cuentra su punto más débil. A diferencia de los bolcheviques, mu-
chos (o casi todos) lo grupos maoístas en el Perú están ausentes en
los debates teóricos contemporáneos, lo cual hace de su referencia
a la “ideología” una defensa nuevamente abstracta, completamente
vaga, como diría Lenin, “solo una frase”. ¿Qué contraponen a las teo-
rías burguesas en las que se sustenta la izquierda legal? Solo frases.
5 Este acontecimiento en Ucrania no solo pone en vigencia cuestiones medulares
del marxismo como es el caso de la violencia revolucionaria y de la guerra justa,
sino incluso el papel de vanguardia del proletariado, pues la resistencia fue im-
pulsada, sostenida y, por un buen tiempo, dirigida por los proletarios mineros de
esta región de Ucrania. [Nota del 2023]
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Juan P. Ballhorn
Pero bien, esta digresión solo quiso demostrar las insuficiencias
de reivindicar abstractamente determinados acontecimientos his-
tóricos sin demostrar cómo siguen vivos en nuestros días, a pesar
de tener los medios y las experiencias al alcance. Ante esto tene-
mos que decir: sí hay razón para defender estos factores históricos
como los más importantes, eso no es el error, el error consiste en
cómo se reivindican, y creo que la forma-consigna es insuficiente,
no debería ser la principal, sino más bien la forma-reflexiva (o dia-
léctica) es la que realmente sirve a los fines revolucionarios, esta
es aquella que estudia, examina y hace hablar al acontecimiento
histórico pasado mediante los hechos y los agentes contemporá-
neos. Esto último es lo que trataré de hacer y, consciente de mis
limitaciones, no solo bibliográficas, sino también interpretativas,
me ocuparé modestamente de destacar solo ciertos aspectos que
me parecen ser algunos de los más importantes para nuestra época
(nacional) y para nuestro movimiento. Sigo pensando que un ver-
dadero homenaje, o un manifiesto que verdaderamente reivindique
a la revolución rusa, debió ser producto de un previo estudio con-
cienzudo de dicho proceso y no de algunas ideas escritas a contra
tiempo para cumplir con “saludar” la heroicidad del proletariado
ruso de 1917. Como exclama Engels “¡A veces, parece como si estos
caballeros creyesen que para los obreros cualquier cosa es buena!
¡Si supiesen que Marx no creía nunca que incluso sus mejores cosas
eran bastante buenas para los obreros y que consideraba un cri-
men ofrecer a los obreros algo que no fuese lo mejor de lo mejor!”6.
Lo que encuentro interesante del proceso revolucionario ruso
es sobre todo cómo se condujeron los bolcheviques en cada una
de las distintas etapas que enfrentó el movimiento obrero, y lo
interesante reside en que esta experiencia puede ser contrasta-
da muy bien con la práctica de los insurgentes en el Perú. Creo
que las lecciones más grandes que en este momento podemos
extraer de la experiencia rusa, haciéndole un justo homena-
6 Carta de Friedrich Engels a Konrad Schmidt. Londres, 5 de agosto de 1890.
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A propósito de la revolución de Octubre
je, demostrando que dicha experiencia sigue viva, es destacando
y estudiando las formas que adoptaron los bolcheviques, las me-
didas que tomaron y cómo resolvieron los nuevos problemas (in-
ternos y externos al POSDR7) en las épocas de repliegue político.
Como bien sabemos, desde 1905 en Rusia se produjeron una
serie de levantamientos populares armados que llegaron a su fin
más o menos en 1907, todo este periodo es definido por Lenin
como un periodo de ofensiva del proletariado y la burguesía an-
timonárquica. Una vez que hubieron fracasado los intentos revo-
lucionarios, lo que sigue es una época de cruda persecución que
inicia con el autogolpe del Zar Nicolás II contra toda oposición
política (¿Autogolpe? ¿Repliegue? ¿Nos suena conocida esa his-
toria?). Dicho autogolpe, en cuanto medida política -afirmaría
Lenin- sanciona el aburguesamiento definitivo de la monarquía
zarista, trayendo abajo toda ilusión del “romanticismo económi-
co”, el cual seguía afirmando que la sociedad rusa no era una so-
ciedad capitalista8 o, como se dice hoy en nuestro medio, que era
un país semifeudal o de economía principalmente precapitalista.
Es interesante ver cómo, en nuestro país, un sector maoísta si-
gue sosteniendo que el Perú es semifeudal, precisamente cuando
el Perú ha pasado por momentos muy similares a la experiencia
rusa: una reforma agraria trunca, el paulatino asalaramiento del
campo, la progresiva inserción del pequeño propietario agrícola en
el mercado nacional, desplazamiento poblacional hacia la ciudad
y reformas que dan apertura al capital extranjero. En el Perú, con
7 Partido Obrero Social-Demócrata de Rusia (POSDR). “Social-Demócrata” era
la denominación de los partidos socialistas marxistas previos a la ruptura de la
II Internacional. Posterior a la traición de los principales dirigentes y partidos
socialdemócratas durante la Primera Guerra Mundial, los bolcheviques retoman
la denominación de Partido Comunista, tal como lo formularon Marx y Engels.
[Nota del 2023]
8 Tesis combatida por Lenin desde mucho antes, sobre todo en el debate contra
los populistas, que abarcó los últimos años del siglo XIX y que tuvo como fruto la
obra El desarrollo del capitalismo en Rusia (1899).
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Juan P. Ballhorn
el autogolpe de Fujimori, que tuvo también como objetivo liqui-
dar toda oposición de izquierda, principalmente a los alzados en
armas, se impone una Constitución que, acorde a los dictámenes
norteamericanos -que expresan las necesidades del capitalismo
de la época- impulsa el desarrollo de la economía peruana como
economía capitalista (no estamos afirmando que con Fujimori
ingresa el capitalismo al Perú, puesto que este ya había ingresado
hace mucho antes, ampliando cada vez más su rango de acción,
tal como ya lo observaba Mariátegui). Incluso en los 80s era difícil
afirmar categóricamente que el Perú era una sociedad semifeudal,
aunque aún podía tomarse como referencia dicha definición, claro
está, teniendo en cuenta siempre que para entonces se aproximaba
más a una sociedad regida por la lógica de la mercancía. Lo claro
es que, con el autogolpe fujimorista y el ingreso colosal de capi-
tal extranjero, toda afirmación que supone a la sociedad peruana
como una sociedad semifeudal no expresa más que puro idealismo.
Retomando el hilo, este periodo de ofensiva reaccionaria y re-
pliegue revolucionario ruso se va a expresar en el descabeza-
miento de las principales fuerzas políticas opositoras al Zar, en
la disolución y dispersión de estas fuerzas anti-monárquicas. Di-
rigentes obreros serán asesinados, encarcelados y deportados,
el movimiento obrero ruso vive uno de los momentos más difí-
ciles de su historia y uno de los más dolorosos. Sin embargo, en-
tre todas las fuerzas, dice Lenin “fueron los bolcheviques quienes
retrocedieron con más orden, con menos quebranto de su “ejér-
cito”; con una conservación mejor de su núcleo central, con las
escisiones menos profundas e irreparables, con menos desmorali-
zación, con más capacidad para reanudar la acción de un modo
más amplio, acertado y enérgico”9. Y esto último queremos co-
mentar: la capacidad de los bolcheviques de no renunciar a la lu-
cha política incluso en las épocas más difíciles y de gran debilidad.
11 Cabe señalar que, dadas las condiciones en las que se encontraba el país y las
fuerzas revolucionarias en ese momento, la postura de “proseguir” las acciones
armadas era ya un total disparate y, en términos políticos, significaba reemplazar
el principio marxista de la ‘política al mando’ por una línea militarista-burguesa
del ‘fusil al mando’. En el caso bolchevique, Lenin tuvo la madurez suficiente para
reconocer que había pasado el momento de la lucha armada, esta había fracasado
y era momento de pasar a la lucha política sin armas, obviamente, en vistas a
preparar una futura insurgencia. [Nota del 2023]
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A propósito de la revolución de Octubre
para adaptarse y desarrollar la lucha política en medio del repliegue.
Lenin defiende la necesidad de una participación bolchevique en
la Duma12 y esto va a causar una ruptura en el seno de los más de-
cididos y consecuentes revolucionarios. Al interior de los bolchevi-
ques se van a formar tres fracciones, la de Lenin, la de los llamados
“otzovistas” y la de los “ultimatistas”, estos últimos, a diferencia de
Lenin, sostenían la inadmisibilidad de la participación de los co-
munistas en el parlamento y afirmaban que la correcta línea revolu-
cionaria debía centrar en la actividad ilegal13. Ambas fracciones se
oponían a cualquier tipo de participación en los organismos legales,
sobre todo en las elecciones a la Duma, argüían que en las condi-
ciones de Rusia no se podía desarrollar ningún otro trabajo excepto
el clandestino. En el caso de los mencheviques, su ala derecha con-
gregada al rededor del periódico Golos Sotsial-demokrata, plagada
del pesimismo de las épocas de reacción, empieza a propugnar el
abandono de toda actividad ilegal para destinar todas las fuerzas
hacia la actividad parlamentaria. De esta manera, los de “Golos”
señalaban que era momento de abrir el partido y luchar por legali-
zarlo, pues el trabajo legal -a su juicio- daba mejores posibilidades y
el partido ilegal, bajo estas condiciones, se encontraba “desfasado”.
Lenin define ambas posturas como posturas liquidacionistas,
por una parte, la posición de Golos (liquidacionismo de dere-
cha) significaba abandonar la revolución, puesto que sin una or-
ganización centralizada y clandestina era imposible sostener la
lucha de clases del proletariado cuyo objetivo es la toma del po-
der; por otra parte, la posición del “otzovismo” (liquidacionismo
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Juan P. Ballhorn
prender que un fraccionamiento se debe, tal como lo caracteriza
Lenin, a un estado determinado de las masas en una situación his-
tórica dada y, por tanto, el fraccionamiento del Partido no se pue-
de superar apartado de la lucha de estas. Así, el llamamiento por
un “acuerdo de paz” solo fue visto por las amplias masas del país
como un asunto ajeno a sus intereses, mientras que la persistencia
en esta nueva estrategia terminó significando el total aislamiento
y hundimiento de una organización que había crecido exponen-
cialmente durante los años previos a la detención de su dirección.
Retomando la experiencia rusa, el fraccionamiento es algo que
en realidad nunca se superó en el POSDR, por más acercamientos
que hubo entre los bolcheviques leninistas y los mencheviques “con
espíritu de partido” (como los llamaba Lenin) liderados por Pleja-
nov. El fraccionamiento se superó y la unidad del partido obrero
se logró solo luego de la revolución de Octubre, aunque para ese
entonces la fracción bolchevique ya actuaba como partido inde-
pendiente, lo cual confirma la tesis leninista de que el fracciona-
miento solo es superable en medio de la lucha de las masas, solo
la revolución de octubre sancionó cuál era la fracción que encar-
nó y aplicó de manera más fiel los principios revolucionarios del
proletariado, cuál era realmente la “fracción roja”, y una vez dada
esta lección histórica, los revolucionarios honestos se agruparon
en torno al núcleo bolchevique que se erigió como el verdadero
partido del proletariado ruso. Y en realidad, este no es un hecho
desconocido para nosotros, pues desde los años 60s el PCP tam-
bién pasó por un proceso de fraccionamiento, el cual no se superó
por la conciliación de posiciones, sino por la depuración paulatina
de los sectores ajenos a la organización revolucionaria del prole-
tariado en medio de la lucha de masas, de esta manera, solo fue
un sector, que en el transcurso de sus acciones armadas asumió el
maoísmo, el que desplegó una actividad destinada a la toma del
poder, que en medio de dicho proceso consolidó su unidad y al-
canzó también su apogeo. Otra es ya la historia de su fracaso, que
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A propósito de la revolución de Octubre
da lugar a otras reflexiones y a trabajos más extensos. Solo cabe
señalar que dichos dirigentes, quienes tuvieron luego que enfren-
tar nuevamente un proceso de fraccionamiento (“acuerdo de paz”
y “proseguir”), y que hoy en día enfrentan otro aun más nume-
roso17, parecen haber olvidado algo que en su momento supieron
aplicar. ¿Cuál es la causa de este “olvido”? Esto sería parte ya de
otra investigación. Hasta acá, vale reconocer cómo se condujeron
los bolcheviques en tiempos de repliegue y cómo se condujeron las
fuerzas insurgentes en el país para extraer importantes lecciones.
Esto nos remite a un último punto que no quiero dejar de men-
cionar: el éxito de los bolcheviques se debe a su persistencia radi-
cal en la pureza ideológica y política, algo que Mao va a recalcar
cuando, como dirigente también de una revolución victoriosa, diga:
El que sea correcta o no la línea ideológica y política lo decide
todo. Cuando la línea del Partido es correcta, lo tenemos todo:
si no tenemos hombres, los tendremos; si no tenemos fusiles, los
conseguiremos, y si no tenemos el Poder, lo conquistaremos. Si la
línea es incorrecta, perderemos incluso lo que hemos obtenido18.
Lenin y los bolcheviques fueron siempre defensores cabales del
marxismo como teoría de la revolución y sabían que el éxito de esta
dependía del afianzamiento de los cuadros en esta teoría. No solo
en filosofía, sino en todos los aspectos, los bolcheviques se preo-
cuparon por su fidelidad a las enseñanzas de Marx y, sin pretender
originalidad alguna, fueron finalmente los verdaderos desarrolla-
dores del marxismo. Lenin y los bolcheviques eran caracterizados
por sus detractores como dogmáticos, pues fueron opuestos a cual-
quier forma de eclecticismo y hacían reparos minuciosos frente a
17 Dentro de los que asumieron un llamado para detener las acciones armadas,
hay sectores que en los últimos años han manifestado abiertamente su discre-
pancia de principios con la dirección de Abimael Guzmán y Elena Yparraguirre
y hacen un llamado a hacer un balance crítico del proceso de “guerra popular”.
Estos sectores se han declarado a sí mismos como “fracciones” en el seno del PCP.
18 Mao Tsetung. Charla sobre el asunto Lin Piao, 1971.
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Juan P. Ballhorn
cada posición o frase que se propalaba en el medio revoluciona-
rio. Una reciente nota en el medio de prensa ruso RT relata que
Lenin se caracterizaba por tener pocos amigos, pues era una per-
sona que ponía en discusión absolutamente todo hasta lograr la
más absoluta claridad19, posiblemente a esta cualidad de Lenin se
deba la fortaleza del núcleo bolchevique, fracción que llegó a te-
ner tal unidad que le permitió liderar la revolución que marcaría
el siglo XX. Esto es una lección de cómo se debe constituir aquella
fracción que apunte realmente a dirigir una revolución. Lenin su-
friría de esa “enfermedad” que Abimael Guzmán les adjudica a los
intelectuales, la “argumentitis” y “debatitis”20. A lo largo de su vida
política, a Lenin lo acusaron de ser un personaje muy teórico, de-
bido a que centraba en gran medida, diferenciándose de los otros
líderes, en los asuntos doctrinales y de principios. Como se puede
ver en su biografía y en sus enmiendas y acotaciones a los congre-
sos y conferencias del POSDR, la prioridad de Lenin siempre era
la cuestión doctrinal, el tema de los principios generales rectores
del movimiento revolucionario, y dejaba en un segundo lugar las
“tareas inmediatas”, aquello que siempre exigían poner en primer
lugar los “economistas”21 en sus distintas variantes. Solo gracias a
una preocupación excesiva de Lenin y los bolcheviques por saber
el marxismo, defenderlo y aplicarlo de la manera más pura, es que
tal núcleo se convirtió en el consolidado de hombres capaces de
guiar a las amplias masas obreras y campesinas de Rusia. Es precisa-
19 Véase: https://actualidad.rt.com/actualidad/234269-lenin-revolucion-rusia-
bolcheviques
20 A. Guzmán y E. Yparraguirre. Memorias desde némesis, 2014.
21 Para quienes no están muy familiarizados con los textos de Lenin, el “eco-
nomismo” fue una corriente a inicios del siglo al interior de la socialdemocracia
rusa que postulaba (entre otras cosas) que el movimiento obrero debía de centrar
en la lucha por reivindicaciones económicas, puesto que de estas luchas emerge-
ría la conciencia de clase revolucionaria. Lenin desbarata todas las posiciones del
“economismo” en su publicación titulada ¿Qué hacer? Problemas candentes de
nuestro movimiento de 1902.
20
A propósito de la revolución de Octubre
mente en la búsqueda de esta pureza ideológica que Lenin siempre
va a estar en minoría, pero teniendo a la historia de su parte. Esta
búsqueda de la pureza, que no se debe confundir con dogmatismo
-pues “pureza” u “ortodoxia” no significa para nada una estrechez
de horizontes en el estudio e interpretación de la realidad, tal como,
por ejemplo, lo demuestra Mariátegui al considerar la importan-
cia que podía tener el psicoanálisis para el marxismo-, fue el sos-
tén del fraccionamiento, condición a la que Lenin nunca renunció
bajo un llamado abstracto a la “unidad” puesto que, en el fondo,
renunciar al fraccionamiento en esas condiciones era renunciar al
marxismo mismo. De Lenin y los bolcheviques debemos aprender
su abnegada dedicación al estudio riguroso del marxismo al que
debieron sus éxitos de interpretación de la realidad, pues ¿cómo
interpretar la realidad desde un punto de vista marxista si no se
conoce lo que realmente es el marxismo como doctrina de Marx y
Engels22? Cuando Lenin hacía un llamado a que el estudio esté liga-
do a la lucha de clases, nunca hacía referencia a un empirismo vul-
gar, como es lo que sostienen hoy casi todas las fracciones y grupos
maoístas en nuestro país23, cayendo en el más burdo empirismo.
En consecuencia, podemos destacar estos tres aspectos importan-
tes dentro del bolchevismo que hicieron posible su victoria en 1917.
Cabe señalar que no los considero de ninguna manera los únicos
factores de dicha victoria, sino solo algunos de los que podría men-
cionar. Creer que el éxito de octubre se debió a un accionar de un
año o de algunos más, es caer en el más superficial de los análi-
sis. El éxito de los bolcheviques, como bien lo he visto planteado
en algunos manifiestos de estos días, fue producto de su firmeza
22
A propósito de la revolución de Octubre
nin criticaría, más bien, serían las enfermedades -como lo vi
una vez en las redes sociales- del “dogmatitis” y “empiritis”.
Estos factores hicieron posible que, luego de 10 años de repliegue
político y militar de las fuerzas revolucionarias, Lenin y los bolche-
viques llevaran la revolución proletaria a la victoria, construyendo
la primera nación socialista del mundo24 e inspirando las futuras
revoluciones socialistas y las luchas de liberación nacional del si-
glo XX. Una correcta línea ideológica y política convirtió en 10
años el fracaso de 1905-1907 en la victoria de 1917. Por parte de
las fuerzas insurgentes en el Perú, vemos cómo una errada línea
ideológico-política, a 25 años de su fracaso, no ha podido hasta hoy
revertir su condición de aislamiento y debilidad política. Mientras
los bolcheviques participaron inmediatamente en la Duma convo-
cada por el zar, en el Perú, el sector maoísta partidario ahora de la
lucha política sin armas, esperó casi 20 años para asumir tal labor y,
mientras el mismo año de la Duma los revolucionarios rusos ya te-
nían tribunos del pueblo en el parlamento, en el Perú los ex-insur-
gentes hasta hoy no consiguen su inscripción en el Jurado Nacional
de Elecciones. La experiencia rusa nos da la más grande lección de
todas: distinguir una línea justa y correcta de una línea errónea.
Octubre, 2017