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Tema 5 El Paleolítico Superior y La Aparición Del HAM
Tema 5 El Paleolítico Superior y La Aparición Del HAM
Tema 5 El Paleolítico Superior y La Aparición Del HAM
A modo de introducción
La extinción del H. Neandertal varía en función zonas pero, los primeros casos de
extinción local aparecen en torno a 43ka BP. La ya explicada Teoría del Ebro será la
más aceptada para explicar la expansión del HAM y del Auriñaciense (primera cultura
unificadora del Paleolítico Superior).
En esta fase ambigua contamos con una evidencia que cuenta con el total consenso de la
comunidad científica: se dan diferentes modelos de transición entre el Norte y el Sur
de la Península Ibérica. En la Cornisa Cantábrica existe un musteriense final con
elementos “innovadores” (hojitas y simbolismo) que apuntan a un comportamiento
moderno y, las industrias transicionales a las que hacemos referencia tan sólo se
documentan en este marco geográfico con un Auriñaciense de Transición hace 40ka
BP y el Chatelperroniense desde 38ka BP. Por otra parte, en Aragón y Cataluña se
documenta un Auriñaciense muy arcaico en torno al 39-38ka BP tras fuertes
potencias de ocupación que se corresponden con la facie neandertal del Musteriense
Típico. Finalmente, en el resto de la PI el Musteriense perdura hasta fechas entorno
al 30ka BP, cuando es sustituido por industrias propias del PS que se vinculan con el
Auriñaciense Evolucionado y el Gravetiense Inicial.
Figura 1: Punta del Chatelperron
Podemos destacar los yacimientos de L´Arbreda (40ka BP), Ermitons (36,4ka BP) y
Morín (36,950ka BP)
Que estas fases de transición sólo se den en la zona superior del Río Ebro se debe a que,
siguiendo la teoría de Zilhao en 2006, este río funcionó como frontera natural entre
los HAM y HN entre 40ka y 37ka BP.
Figura 1: Láminas estranguladas
El útil más característico y que será el auténtico fósil director del Auriñaciense son las
hojitas Dufour, es decir, una hojita de hasta 3cm de altura finamente tallada con un
perfil curvo y con finos retoques marginales, continuos y semiabruptos que pueden
ser realizados en uno o ambos lados. Se da la novedad respecto al PM de la
importancia de la industria ósea y, sobre todo de las azagayas (puntas de hueso) las
cuales cuentan con formas anchas y podemos clasificarlas en función de su tipología
en el enmangue siendo, pues, divididas entre monobiseladas, ahorquilladas o
biapuntadas.
Se dan 3 fases:
- Auriñaciense arcaico/0 con cronologías entre 38ka y 31,8ka BP. Esta fase se
desarrolla principalmente en la zona del N de la PI, se dan hojas y hojitas a
partir de núcleos prismáticos porque aparecen útiles muy rectilíneos y,
destacan los raspadores y buriles carenados que, como ya hemos dicho,
también pueden ser núcleos.
- Auriñaciense antiguo/1 con cronologías entre 35ka y 31ka BP, fase donde
destacan los raspadores “en hocico”.
- Auriñaciense superior/evolucionado con cronologías entre 31ka y 27ka BP
donde vemos su expansión a la zona S del Ebro y destacan las hojitas de
Dufour.
Durante el Auriñaciense Cantábrico se da una aparente especialización en la caza de
ciervos, lo cual es un aspecto novedoso comparándolo con las técnicas de subsistencia
del Musteriense Cantábrico, esta novedad puede deberse al descenso del número de
caballos debido a las condiciones climáticas del período. Además, en el Auriñaciense
contaremos con diferentes asentamientos en función de la estrategia de caza
desarrollada:
1, Yacimientos de agregación donde se reúnen varios grupos humanos para dar cacería
a un gran conjunto de animales como en el yacimiento de la Cueva del Castillo.
Entre sus útiles podemos destacar las Puntas de la Gravette y las microgravettes
siendo la diferencia entre ellas el tamaño del útil y el soporte empleado para su
realización (lámina o laminita), Puntas de Font-Robert y los Buriles de Noilles. Estos
útiles comienzan a aparecer en el N de la PI por influencia del Gravetiense francés y,
se tratan de los fósiles directores del período. Además, gracias a la reducción de la
presencia de buriles en los yacimientos, podemos saber que se reduce la cantidad de
industria ósea pero, aparecen punzones y azagayas monobiseladas.
Figura 1: Punta de la Gravette
A nivel peninsular, los grupos de HAM con mayor importancia se encontraran tanto en
el área cantábrica como en el área mediterránea. En cuanto al primer núcleo, cuenta con
una cronología entre 29ka y 20ka BP, se mantienen ciertas tradiciones auriñacienses
como las puntas Dufour y las láminas estranguladas las cuales se combinan con algunos
elementos gravetienses y; se dan variaciones internas que nos sugieren la
regionalización cultural tanto en la industria como en las estrategias de subsistencia
y nos habla de las diferenciaciones existentes entre grupos y tribus de HAM de la
zona. En cuanto al segundo grupo, se da un predomino de la tradición gravetense y,
se trata de un grupo homogéneo aunque en la última fase se intensifican las
microgravettes en el Sur peninsular.
Por otra parte, podemos establecer que las variaciones en la confección de útiles están
vinculadas a la funcionalidad de los asentamientos y no a sus cronologías ya que se
dan paralelismos entre los yacimientos con la misma finalidad, lo cual sabemos gracias
a su secuencia estratigráfica. Cabe destacar que las piezas astilladas que han sido
halladas son realizadas en madera y hueso y que, en los yacimientos estudiados se ha
detectado la abundante presencia de restos de lagomorfos. Finalmente, podemos
destacar dos yacimientos. Morín (20,710ka BP) en el área cantábrica y Mallaetes en el
País Valencia, los cuales son los yacimientos más importantes de este período.
Las comunidades del Paleolítico Superior Medio
Podemos hablar una renovación tecnológica, sobre todo en la talla lítica. Esto se debe
al desarrollo de puntas de retoque plano cubriente, este tipo de retoque cubre toda la
superficie del útil por lo que no nos deja observar el estado inicial de la hoja/hojita
empleada como soporte del útil; no obstante, este tipo de retoque provoca el aumento de
la fragilidad de la punta y, por tanto, en este período aumenta la cantidad de útiles
fabricados y hallados en los yacimientos. Además, se desarrolla el retoque por presión
en el que es necesaria la aplicación de calor al útil y, finalmente aparecen puntas de
proyectil de tipología variada aunque comparten la base cóncava para poder ser
ancladas al soporte; las cuales son el fósil director del Solutrense y del subperíodo en el
que se enmarca y, nos permite conocer una regionalización de las industrias ya que
algunas de ellas sólo se dan en un marco geográfico concreto:
Ahora bien, la presencia del Solutrense en la Península Ibérica es casi total pero,
contamos con una concentración de yacimientos en las zonas costeras y en la
Cornisa Cantábrica. Además, las dataciones del período varían en función de la zona
ya que, este período perdura 2000 años más en el Sur peninsular que en el área
cantábrica. Podemos destacar los yacimientos de:
La alta presencia de buriles en los yacimientos denota que la industria ósea vuelve a
ser vital para el desarrollo de la vida humana, hecho que no observábamos desde el
Auriñaciense. En esta industria destaca la presencia las azagayas, útil empleado por los
arqueólogos para realizar la periodización del Magdaleniense y; los arpones los
cuales se clasifican en función de sí tienen una hilera de dientes o no, si son
simétricas entre sí, si se encuentran intercaladas y, si se encuentran en un lado o en
ambos. Además, debemos destacar la presencia de bastones de mando, astas de ciervo
decoradas con motivos zoomorfos y geométricos y que pudieron tener un papel
ritual/funerario y, finalmente, los propulsores; formados por una pequeña estructura
de bisel que necesita del empleo de lanzas más finas y que permiten aumentar la
distancia recorrida por la lanza en su lanzamiento lo cual duplica la fuerza del útil y,
aumenta la letalidad de la lanza.
Enterramientos
Los enterramientos, a pesar de contar ya con una cierta importancia en este período, son
escasos en la Península Ibérica llegando al punto de que algunos de ellos sólo nos
aportan los restos huesos de gran interés para los investigadores del período.
En los enterramientos del período suele darse la aparición restos de ocre, lo cual pudo
tener un significado ritual ya que este pigmento tiene propiedades curativas sobre la
carne en descomposición y sobre los huesos de difuntos. Además, se da la presencia de
ajuar funerario formado por útiles y adornos sin realizar distinción de edad y sexo.
Finalmente, en los casos más excepcionales aparecen fosas de piedra o pequeños
montículos de tierra que indican la existencia de una sepultura.
Cueva Morín: Se dan dos sepulturas en fosa, las cuales separadas por postes,
albergan 4 individuos. En la fosa 1 los cadáveres aparecen de costado con las manos
dobladas hacía el cuello, las rodillas flexionadas y, se rodean de restos de animales;
cabe destacar que esta fosa posteriormente se cubrió y se le prendió fuego. En el interior
de las fosas se hallaron moldes con la forma del cuerpo que albergaban, lo cual se
conoce como el fenómeno de la adipocira basada en una putrefacción incompleta que
genera una sustancia conocida como grasa cadavérica que conserva la forma del
cuerpo. Posteriormente, la grasa cadavérica se descompuso pero, gracias a la filtración
de aguas con sedimentos de arcillas, de manera que se formó un molde positivo en
3D con la forma de los huesos y el tejido muscular. Cabe destacar que este yacimiento
data en el período auriñaciense con una cronología de 28.500 BP.
Lapedo, Lapar Velho: Este yacimiento se encuentra situado al norte de Portugal,
cuenta con una cronología gravetiense. Se descubrió en él un esqueleto humano
correspondiente a un niño de 4 años. Estaba acostado bocarriba, con la cabeza hacia
el este y el costado izquierdo mirando hacía el acantilado, con la pelvis en
horizontal y los pies cruzados. El cuerpo estaba cubierto de ocre rojo y, por debajo
del cuerpo se encontraba una piel. Cabe destacar que el ajuar funerario estaba formado
por una concha en el cuello, un tocado del que se conservan tres dientes de ciervo y,
bajo sus piernas aparecen carbones de Pynus sylvestris que indican la quema de una
rama previamente a la efectuación del enterramiento.
El análisis de los restos óseos reveló que el niño contaba con un mentón y miembros
inferiores anatómicamente correspondientes al HAM pero con la mandíbula y la
constitución corporal de un H. Neandertal, siendo un auténtico mosaico genético.
Actividades cinegéticas
La caza sufre una gran evolución gracias a la incorporación de nuevos útiles como los
propulsores, la jabalina de mano y, según distintas hipótesis el arco. La caza colectiva,
gracias a la implementación de la jabalina y el propulsor será más rentable y con
menor riesgo de sufrir daños ya que los HAM contaban con la capacidad de realizar la
caza a distancia debido a su capacidad para lanzar, con la que no contaban los H.
Neandertales. Por otra parte, la caza individual aumenta su rentabilidad gracias al
empleo de útiles más letales y la incorporación del arco.
Ahora bien, en los inicios del período vemos el empleo de propulsores y jabalinas
que, con el paso del tiempo son sustituidos por azagayas, arpones y arcos; cambio
que sobre todo veremos en el Magdaleniense. La caza del Paleolítico Superior es
especializada, sobre todo en el Mediterráneo, por lo que los HAM elegirán la presa
en función de su especie, edad y género. Podemos establecer al ciervo como la
especie animal más utilizada como alimento en el Paleolítico Superior, sobre todo a
partir del Magdaleniense junto a la cabra, el conejo y la liebre; siendo estos dos
últimos una especie dominante ya que los cambios climáticos de finales del
Magdaleniense permitieron que aumentaran de peso y aumentaran su número de
ejemplares. En la zona norte peninsular al tratarse de un área de pradera y estepa
podemos destacar también la caza de renos, uros, caballos, rinocerontes e incluso
mamuts. Además, en los yacimientos aparecen restos óseos de pájaros cuya existencia
es más que probable que se deba a su implementación como adornos personales.
Por tanto, podemos hablar de una gran importancia de la caza menor ya que permitía
la diversificación del espectro alimentario. En las investigaciones zooarqueológicas
de SW Europa se ha determinado que los lepóridos formaban el 90% del aporte
cárnico de la dieta de los grupos cultural de S Francia, del área mediterránea y en
el área de Portugal.
Recolección
Comportamiento comunitario
Observamos una elevada población que ocupa territorios más pequeños, que se
abastece de una dieta con un elevado porcentaje de pescado y vegetales, que cuenta
con una dependencia de productos almacenados y con un área de
aprovisionamiento de materias primas de distancias reducidas. No obstante, debido
a darse una alta concentración poblacional en el área central valenciana, en el estuario
del Tajo y en el área cantábrica; contaban con una alta movilidad logística para la
obtención de materias primas de buena calidad.
Podemos realizar un gran paralelismo etnográfico con las zonas árticas y subárticas
actuales que nos informan de la más que probable existencia de una estructura
familiar similar a la actual con relaciones de estructura abierta orientada a la
exogamia, con presencia de grupos mayores de tamaño variado (1-2 familias que se
extienden sobre 15-75 individuos), con una frecuente división para actividades
específicas y con reuniones a nivel de bandas para actividades muy concretas; como
la caza y las ceremonias rituales en yacimientos de agregación.
Adornos
Los yacimientos podían ser lugares de habitación los cuales se sitúan en cotas bajas
cerca de zonas de agua que les permitía una mayor facilidad para el acceso de
recursos, podían darse en cueva los cuales eran los más abundantes y se ocupaba la
zona exterior de estas ya que era el área donde llegaba la luz del día y, los yacimientos
al aire libre de los que no contamos con muchos restos debido a sus problemas para
la conservación.
Además, estos podían funcionar como campamentos base donde residía un grupo
humano durante un tiempo más o menos amplio, que presentan estructuras, diversidad
de restos útiles y de restos de alimentación y, que se suelen localizar en valles con
recursos y climas favorables; como campamentos estacionales y/o especializados
donde podía residir todo el grupo o una parte de este, se solían localizar en zonas de
paso de animales o cursos de agua y, se encuentran en ellos un escaso
acondicionamiento y poco resto material; y finalmente campamentos de agregación
que cuentan con gran variedad industrial y motivos artísticos debido a la presencia en
ellos de diversos grupos humanos.