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Tema 5 El Paleolítico Superior y La Aparición Del HAM

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Tema 5 El Paleolítico Superior y la aparición del HAM

A modo de introducción

Cuando hablemos del Paleolítico Superior debemos tener en cuenta principalmente la


aceleración del ritmo histórico, es decir, las transformaciones en los grupos de
homínidos se dan con mayor frecuencia. En este período existe una mayor diversidad
cultural y regionalización, provocando grandes diferencias entre las áreas peninsulares
a pesar de contar con la misma cultura. Esto se debe a la expansión del HAM que
observaremos en este período ya que, su principal característica es el cambio cultural
que realizan con el fin de adaptarse al medio físico en el que se localizan. Además,
podemos hablar de una colonización óptima del territorio por parte del HAM ya que
se da un aumento poblacional, basada en el aumento del nº de yacimientos
encontrados, donde no habrá vacíos cronológicos donde descienda dicho
poblamiento lo cual se debe a que la Península Ibérica funcionó como un refugio de las
extremas condiciones climáticas que se venían sucediendo y que perduran hasta el
Último Máximo Glaciar.

A la hora de analizar el período, contamos con una mayor precisión cronológica


debido a la posibilidad de realizar dataciones absolutas mediante C14 (a partir de
fechas entre 45 y 40ka BP), se da una tipología de útiles mucho más concreta dentro
del período y, aparecen estratigrafías de los yacimientos mucho mejor conservadas.
Finalmente, en este período se dan innovaciones tecnológicas como la leptolitización,
es decir, el uso de láminas y laminitas como soporte dando lugar a la continua
tendencia al microlitismo. Además, vemos las primeras manifestaciones artísticas
(las cuales trataremos en un tema aparte) y, en cuanto a las estrategias de subsistencia
podemos hablar de nuevas técnicas de caza mediante el empleo del arco y la flecha
desde el PSM, una mayor variedad de hábitats fruto a la continua mayor densidad de
población, contamos con yacimientos que documentan grupos humanos de 40-50
individuos y, entre estos yacimientos aparecen campamentos de agregación donde se
da el intercambio de información cultural y artefactual y, el flujo genético entre los
diversos grupos.

Marco ambiental de la época

Las industrias de transición entre el PM y el PS

La extinción del H. Neandertal varía en función zonas pero, los primeros casos de
extinción local aparecen en torno a 43ka BP. La ya explicada Teoría del Ebro será la
más aceptada para explicar la expansión del HAM y del Auriñaciense (primera cultura
unificadora del Paleolítico Superior).

En esta fase ambigua contamos con una evidencia que cuenta con el total consenso de la
comunidad científica: se dan diferentes modelos de transición entre el Norte y el Sur
de la Península Ibérica. En la Cornisa Cantábrica existe un musteriense final con
elementos “innovadores” (hojitas y simbolismo) que apuntan a un comportamiento
moderno y, las industrias transicionales a las que hacemos referencia tan sólo se
documentan en este marco geográfico con un Auriñaciense de Transición hace 40ka
BP y el Chatelperroniense desde 38ka BP. Por otra parte, en Aragón y Cataluña se
documenta un Auriñaciense muy arcaico en torno al 39-38ka BP tras fuertes
potencias de ocupación que se corresponden con la facie neandertal del Musteriense
Típico. Finalmente, en el resto de la PI el Musteriense perdura hasta fechas entorno
al 30ka BP, cuando es sustituido por industrias propias del PS que se vinculan con el
Auriñaciense Evolucionado y el Gravetiense Inicial.
Figura 1: Punta del Chatelperron

Figura 2: Cuchillo del Chatelperron

Entre las industrias de transición debemos destacar el Chatelperroniense la cual se


asocia a H. Neandertales, cuenta con la totalidad de sus yacimientos al N del Río
Ebro y, en ella predomina la técnica propia del Paleolítico Medio. En su registro
arqueológico aparecen núcleos prismáticos (rectangulares) unipolares y bipolares
(tratados por uno o dos lados), hojas y hojitas rectilíneas de menos de 12cm de
longitud destinadas en su mayoría a la realización de puntas del Chatelperron (fósil
director de la industria), abundantes piezas de dorso denominadas cuchillos de
Chatelperron, raspadores “toscos” sobre lasca cuyo número es mayor que la
cantidad de buriles que aparecen en los yacimientos por lo que podemos hablar de una
industria ósea con poco peso y, la aparición de piezas de sustrato debido a la
tradición musteriense con la que cuenta esta cultura.

Podemos destacar los yacimientos de L´Arbreda (40ka BP), Ermitons (36,4ka BP) y
Morín (36,950ka BP)

Los tecnocomplejos del Paleolítico Superior Inicial

1, Auriñaciense (40-28ka BP)


Esta industria no cuenta con apenas presencia hasta su fase final debido a la
coexistencia entre HAM y HN pero, en la Cornisa Cantábrica y en la zona N del
Mediterráneo encontramos potencias estratigráficas que nos permiten entender esta
transición del PM al PS. En esta zona, se dan dos fases de transición desde el
Musteriense hasta el Auriñaciense:

1. Protoauriñaciense (desde 42-41,2ka BP) con yacimientos como Cueva del


Castillo y Abric Romaní. El problema de estos yacimientos es que se realizaron
cronologías relativas por lo que la información transmitida no es del todo fiable.
2. Auriñaciense inicial (desde 40-39,2 ka BP) con yacimientos como Reclau
Viver y L´Arbeda.

Que estas fases de transición sólo se den en la zona superior del Río Ebro se debe a que,
siguiendo la teoría de Zilhao en 2006, este río funcionó como frontera natural entre
los HAM y HN entre 40ka y 37ka BP.
Figura 1: Láminas estranguladas

Figura 2: Hojitas Dufour

Figura 3: Raspadores “en hocico”

Ahora bien, la característica principal que la diferencia de la industria Musteriense es


la talla laminar, es decir, el uso de láminas como soporte para la creación de útiles.
Este tipo de láminas suelen ser largas con retoques escamosos (con varias filas de
retoque) y, destaca la presencia de láminas estranguladas (estrechamiento en la mitad
superior del útil) las cuales se tratan de un fósil director del período. También
podemos destacar la gran presencia de raspadores carenados las cuales pueden
cumplir la función de raspador y de núcleo para la obtención de laminitas lo cual
explica que cuenten con una mayor anchura que el resto de raspadores del período y,
que se ha demostrado mediante el estudio a microscopio de las estrías tecnológicas,
las cuales nos permiten ver en los negativos de los raspadores las extracciones
realizadas.

El útil más característico y que será el auténtico fósil director del Auriñaciense son las
hojitas Dufour, es decir, una hojita de hasta 3cm de altura finamente tallada con un
perfil curvo y con finos retoques marginales, continuos y semiabruptos que pueden
ser realizados en uno o ambos lados. Se da la novedad respecto al PM de la
importancia de la industria ósea y, sobre todo de las azagayas (puntas de hueso) las
cuales cuentan con formas anchas y podemos clasificarlas en función de su tipología
en el enmangue siendo, pues, divididas entre monobiseladas, ahorquilladas o
biapuntadas.

Se dan 3 fases:

- Auriñaciense arcaico/0 con cronologías entre 38ka y 31,8ka BP. Esta fase se
desarrolla principalmente en la zona del N de la PI, se dan hojas y hojitas a
partir de núcleos prismáticos porque aparecen útiles muy rectilíneos y,
destacan los raspadores y buriles carenados que, como ya hemos dicho,
también pueden ser núcleos.
- Auriñaciense antiguo/1 con cronologías entre 35ka y 31ka BP, fase donde
destacan los raspadores “en hocico”.
- Auriñaciense superior/evolucionado con cronologías entre 31ka y 27ka BP
donde vemos su expansión a la zona S del Ebro y destacan las hojitas de
Dufour.
Durante el Auriñaciense Cantábrico se da una aparente especialización en la caza de
ciervos, lo cual es un aspecto novedoso comparándolo con las técnicas de subsistencia
del Musteriense Cantábrico, esta novedad puede deberse al descenso del número de
caballos debido a las condiciones climáticas del período. Además, en el Auriñaciense
contaremos con diferentes asentamientos en función de la estrategia de caza
desarrollada:

1, Yacimientos de agregación donde se reúnen varios grupos humanos para dar cacería
a un gran conjunto de animales como en el yacimiento de la Cueva del Castillo.

2, Yacimientos de disgregación donde solamente un grupo humano realiza caza de


ciervos y otras especies similares.

3, Yacimientos con especialización en la caza de cápridos como en Rascaño

Finalmente, podemos establecer que, aunque se den novedades, las estrategias de


subsistencia durante finales del PM continúan durante el Auriñaciense por lo que
debió de haber una continuidad cultural de los grupos de homínidos de ambos
períodos y, por tanto, podemos establecer una coexistencia de grupos de HN y de HAM
en la Cornisa Cantábrica durante dicha transición.

Cabe destacar una serie de yacimientos, siendo de vital importancia el conocimiento


sobre la Cueva del Castillo (40ka BP) relacionado con el primer núcleo auriñaciense y,
por otra parte, yacimientos como Finca de Doña Martina (Murcia) y el Vale de Porco
(Portugal) relacionados con la expansión del HAM y del Auriñaciense hacía el S de la
PI.

2, Gravetiense (28ka-21ka BP)


En este momento, se da la presencia de grupos de HAM en la mayor parte de la
Península Ibérica por lo que podemos hablar, desde este instante, de una colonización
efectiva del territorio por parte del HAM. Su principal característica es la
desaparición total de los útiles musterienses y, se tratará de una industria sobre
hojas/láminas con retoques abruptos que provocan un perfil en la pieza de 90º.

Entre sus útiles podemos destacar las Puntas de la Gravette y las microgravettes
siendo la diferencia entre ellas el tamaño del útil y el soporte empleado para su
realización (lámina o laminita), Puntas de Font-Robert y los Buriles de Noilles. Estos
útiles comienzan a aparecer en el N de la PI por influencia del Gravetiense francés y,
se tratan de los fósiles directores del período. Además, gracias a la reducción de la
presencia de buriles en los yacimientos, podemos saber que se reduce la cantidad de
industria ósea pero, aparecen punzones y azagayas monobiseladas.
Figura 1: Punta de la Gravette

Figura 2: Punta de Font-Robert

Figura 3: Buril de Noilles

A nivel peninsular, los grupos de HAM con mayor importancia se encontraran tanto en
el área cantábrica como en el área mediterránea. En cuanto al primer núcleo, cuenta con
una cronología entre 29ka y 20ka BP, se mantienen ciertas tradiciones auriñacienses
como las puntas Dufour y las láminas estranguladas las cuales se combinan con algunos
elementos gravetienses y; se dan variaciones internas que nos sugieren la
regionalización cultural tanto en la industria como en las estrategias de subsistencia
y nos habla de las diferenciaciones existentes entre grupos y tribus de HAM de la
zona. En cuanto al segundo grupo, se da un predomino de la tradición gravetense y,
se trata de un grupo homogéneo aunque en la última fase se intensifican las
microgravettes en el Sur peninsular.

Además, en el Gravetiense de facción ibérica la evolución industrial es limitada. En las


primera fases se da un abundante porcentaje de piezas de dorso microlaminares y
una elevada proporción de microgravettes y; además, presenta una relación entre el
incremento progresivo de las microgravettes y el incremento progresivo del utillaje
de dorso microlaminar. Cabe destacar que el uso de microgravettes implica de una
mayor economía de materias primas ya que, su pequeño tamaño provoca su
fragilidad y, por tanto, que sea necesaria la fabricación de una gran cantidad de útiles.

Por otra parte, podemos establecer que las variaciones en la confección de útiles están
vinculadas a la funcionalidad de los asentamientos y no a sus cronologías ya que se
dan paralelismos entre los yacimientos con la misma finalidad, lo cual sabemos gracias
a su secuencia estratigráfica. Cabe destacar que las piezas astilladas que han sido
halladas son realizadas en madera y hueso y que, en los yacimientos estudiados se ha
detectado la abundante presencia de restos de lagomorfos. Finalmente, podemos
destacar dos yacimientos. Morín (20,710ka BP) en el área cantábrica y Mallaetes en el
País Valencia, los cuales son los yacimientos más importantes de este período.
Las comunidades del Paleolítico Superior Medio

3, Solutrense (21ka-17ka BP)


Abarca desde el Peniglaciar (21ka BP) al Tardiglaciar (17,5ka BP), por lo que es
contemporáneo al Último máximo glacial lo cual provocó grandes cambios en la
industria y en las estrategias de subsistencia. Las condiciones climáticas adversas en el
centro de Europa provocaron un movimiento de población hacía la Península Ibérica,
funcionando esta como un reducto climático y, pues, en ella se da un notable aumento
demográfico lo cual sabemos gracias al aumento de yacimientos; estando estos
concentrados en la Meseta y en las zonas cálidas ya que las condiciones climáticas de
las zonas montañosas imposibilitaban la vida humana.

Podemos hablar una renovación tecnológica, sobre todo en la talla lítica. Esto se debe
al desarrollo de puntas de retoque plano cubriente, este tipo de retoque cubre toda la
superficie del útil por lo que no nos deja observar el estado inicial de la hoja/hojita
empleada como soporte del útil; no obstante, este tipo de retoque provoca el aumento de
la fragilidad de la punta y, por tanto, en este período aumenta la cantidad de útiles
fabricados y hallados en los yacimientos. Además, se desarrolla el retoque por presión
en el que es necesaria la aplicación de calor al útil y, finalmente aparecen puntas de
proyectil de tipología variada aunque comparten la base cóncava para poder ser
ancladas al soporte; las cuales son el fósil director del Solutrense y del subperíodo en el
que se enmarca y, nos permite conocer una regionalización de las industrias ya que
algunas de ellas sólo se dan en un marco geográfico concreto:

 Protosolutrense: Puntas con 1 o 2 caras retocadas


 Solutrense Inicial: Puntas de cara plana
 Solutrense Medio: Puntas foliáceas (hojas de Sauce y hojas de Laurel)
 Solutrense Final: Puntas de aleta y pendúculo, de muesca de retoque plano o
abrupto, las hojitas de dorso y, en menor medida las foliáceas.

Figura 1: Punta de cara plana

Figura 2: Hoja de Laurel

Figura 3: Hoja de Sauce

Figura 4: Punta de pedúnculo y aletas

Figura 5: Punta de muesca con retoque plano

Figura 6: Hojita de Dorso


Debemos destacar que el retoque plano desarrolla un ángulo menor de 45º respecto la
base al útil, mientras que el retoque abrupto desarrolla un ángulo de entre 45º y 90º
respecto a la base en el útil en el que se realiza. Además, la regionalización la podemos
observar la regionalización de la industria lítica del Solutrense en el Mediterráneo se
dan puntas de muesca con retoque abrupto y, puntas de aletas y pedúnculo; lo cual
la diferencia del Paleolítico Superior del resto de la PI. Cabe destacar que no se tiene del
todo claro si se trataban puntas de flecha o de lanza ya que, el primer arco está datado
en el Epi-paleolítico pero, como todos sabemos el arco está realizado en madera por lo
que es difícil su conservación y, pudo haber existido en épocas anteriores y que no
tengamos información de ello.

Ahora bien, la presencia del Solutrense en la Península Ibérica es casi total pero,
contamos con una concentración de yacimientos en las zonas costeras y en la
Cornisa Cantábrica. Además, las dataciones del período varían en función de la zona
ya que, este período perdura 2000 años más en el Sur peninsular que en el área
cantábrica. Podemos destacar los yacimientos de:

- Cova de Parpalló: En esta cueva de Valencia, contamos con todas las


secuencias del Solutrense. Se trata del primer yacimiento donde aparecieron las
puntas de pedúnculos y las puntas de muesca con retoque abrupto. Además,
en este yacimiento han aparecido plaquetas de caliza talladas las cuales son el
conjunto de arte mueble más grande del PS y, estas plaquetas sirven de
comparación para datar otras representaciones artísticas. Cabe destacar que los
caballos que se representan en las plaquetas, se establece una característica
común a todas las representaciones de caballos en el Solutrense: la
representación de los caballos con la parte inferior del torso abombado.
- Cueva Ambrosio (Almería): En este yacimiento, los restos de 4 paneles de
pinturas paleolíticas fueron apareciendo conforme se fue excavando por lo que
se pudo realizar una datación relativa en relación al suelo arqueológico. En el
nivel 2 del yacimiento, se da un taller lítico de 6m2 donde se realizaron todo
tipo de útiles solutrenses, por lo que este yacimiento nos permite conocer la
evolución de la lítica mediterránea en el Solutrense.

Finalmente, debemos destacar la importancia de la Región de Murcia en el Soluntrense


debido a la gran cantidad de yacimientos que aparecen pero, el principal problema para
su estudio es que los útiles se encuentran fuera de un contexto arqueológico y las
estratigrafías analizadas cuentan con poca potencia arqueológica. Podemos distinguir
dos grandes núcleos: el primero en la zona interior de Totana, Cieza y Mula y, el
segundo en la costa de alrededor de Mazarrón y Cartagena; este segundo núcleo ha
sufrido procesos erosivos muy fuertes por lo que no aportan toda la información que se
habría podido sacar de él. Ahora bien, podemos hacer una periodización a partir de los
yacimientos encontrados:
1. Protosolutrense en la Cueva de Tollos
2. Solutrense Inicial en Abrigo de la Boja
3. Solutrense Superior con Abrigo de la Finca de Doña Martina y Cueva
Perneras
4. Solutrense Superior Evolucionado donde aparecen pinturas rupestres que han
sido datadas mediante su comparación con las plaquetas de Parpalló,
podemos destacar las existentes en Cieza: Cueva de Jorge, Cueva del Arco y
Cueva de las Cabras.

Las comunidades del Paleolítico Superior Final

4, Magdaleniense (17-11ka BP)


Esta industria se caracteriza por la disminución del tamaño de los útiles, debido al uso
de hojitas como soporte. Además, aunque los geométricos son característicos del Epi-
Paleolítico, en el Magdaleniense aparecen los primeros geométricos por lo que
podemos hablar del inicio de una tendencia clara hacía el microlitismo. En los
yacimientos, destaca la presencia de puntas de dorso cuya reducción de tamaño provoca
que también se le denominen hojitas de dorso y, también destaca la presencia de
raspadores y de buriles, siendo estos últimos realizados sobre lasca y empleados
también como núcleos para obtener laminitas y geométricos. Cabe destacar que en este
período vuelve a ser frecuente el uso de retoques abruptos en los dorsos de los útiles
los cuales, como ya hemos explicado, generan un ángulo de entre 45º y 90º respecto a la
base.

La alta presencia de buriles en los yacimientos denota que la industria ósea vuelve a
ser vital para el desarrollo de la vida humana, hecho que no observábamos desde el
Auriñaciense. En esta industria destaca la presencia las azagayas, útil empleado por los
arqueólogos para realizar la periodización del Magdaleniense y; los arpones los
cuales se clasifican en función de sí tienen una hilera de dientes o no, si son
simétricas entre sí, si se encuentran intercaladas y, si se encuentran en un lado o en
ambos. Además, debemos destacar la presencia de bastones de mando, astas de ciervo
decoradas con motivos zoomorfos y geométricos y que pudieron tener un papel
ritual/funerario y, finalmente, los propulsores; formados por una pequeña estructura
de bisel que necesita del empleo de lanzas más finas y que permiten aumentar la
distancia recorrida por la lanza en su lanzamiento lo cual duplica la fuerza del útil y,
aumenta la letalidad de la lanza.

Figura 1: Hojita de dorso

Figura 2: Microlito geométrico

Figura 3: Tipos de propulsores


En este período encontramos frecuentes movimientos poblacionales por lo que
podemos establecer que, en este período contamos con poblaciones totalmente
nómadas con una planificación de sus movimientos en función de los recursos que
necesitan obtener. Se da la caza de especies de menor tamaño lo cual influye en la
tendencia al microlitismo que observamos y, además, se presupone la existencia del
arco (aunque no existan restos de ello) ya que los útiles son de 2-3cm. Además, se da
la búsqueda de materias primas de buna calidad (como el sílex o cuarcito de grano
fino) que en ocasiones son de procedencia lejana cuya aparición puede deberse tanto a
la intercomunicación existente entre especies como por el propio movimiento de los
grupos. Finalmente, podemos establecer un cambio de comportamiento el cual se
refleja en la distribución y los restos hallados en los yacimientos, donde podemos
destacar la aparición de muchas estructuras y acumulaciones de material en las cuevas.

En el Magdaleniense el territorio más poblado fue la Cornisa Cantábrica formada por


unos 400km2 y, dichas zonas se comunicaban por el pasillo costero desde Asturias
hasta Navarra; pasillo que además comunicaba esta área con los Pirineos franceses,
zona que albergaba un excelente refugio de ungulados y grandes afloramientos de sílex
de gran calidad por lo que era un área idónea para la caza. Cabe destacar que, esta
comunicación con los Pirineos franceses explica los parecidos culturales y
tecnológicos entre ambos. Entre los yacimientos de esta zona debemos destacar los
yacimientos de Las Caldas, La Viña, El Buxu, Llonín y El Pindal (Asturias);
Altamira, El Castillo y La Pasiega (Cantabria) y; Venta Laperra y Amalda (País
Vasco). En el Sureste Peninsular podemos destacar Los Mejillones, El Algarrobo y el
Caballo los cuales son yacimientos excavados en la 2ª mitad del s. XX con grandes
restos óseos en mal estado de conservación y; en el área de Portugal podemos destacar
Siega Verde y Foz Côa donde aparecen tablillas de pizarra grabadas.
Patrones de comportamiento en el Paleolítico Superior

Enterramientos

Los enterramientos, a pesar de contar ya con una cierta importancia en este período, son
escasos en la Península Ibérica llegando al punto de que algunos de ellos sólo nos
aportan los restos huesos de gran interés para los investigadores del período.

En los enterramientos del período suele darse la aparición restos de ocre, lo cual pudo
tener un significado ritual ya que este pigmento tiene propiedades curativas sobre la
carne en descomposición y sobre los huesos de difuntos. Además, se da la presencia de
ajuar funerario formado por útiles y adornos sin realizar distinción de edad y sexo.
Finalmente, en los casos más excepcionales aparecen fosas de piedra o pequeños
montículos de tierra que indican la existencia de una sepultura.

Los enterramientos existentes en la Península Ibérica presentan muchas


problemáticas debido a que suelen tener poco restos los cuales son muy frágiles ya que
se encuentran fracturados y de pequeño tamaño y, las excavaciones son antiguas por lo
que faltan dataciones exactas. Estos enterramientos, estadísticamente, nos aportan 3
ejemplos por cada 1000 años. Los yacimientos que albergan enterramientos son:

Tito Busillo: En la cata nº 1 se hallaron una abundancia de restos óseos machacados y


fragmentados de imposible reconstrucción formal, situados en el interior de una fosa
oval rodeada de piedras y con abundantes restos de ocre. Cuentan con una cronología de
32.990 +- 40 BP, es decir, en época Auriñaciense.

Cueva Morín: Se dan dos sepulturas en fosa, las cuales separadas por postes,
albergan 4 individuos. En la fosa 1 los cadáveres aparecen de costado con las manos
dobladas hacía el cuello, las rodillas flexionadas y, se rodean de restos de animales;
cabe destacar que esta fosa posteriormente se cubrió y se le prendió fuego. En el interior
de las fosas se hallaron moldes con la forma del cuerpo que albergaban, lo cual se
conoce como el fenómeno de la adipocira basada en una putrefacción incompleta que
genera una sustancia conocida como grasa cadavérica que conserva la forma del
cuerpo. Posteriormente, la grasa cadavérica se descompuso pero, gracias a la filtración
de aguas con sedimentos de arcillas, de manera que se formó un molde positivo en
3D con la forma de los huesos y el tejido muscular. Cabe destacar que este yacimiento
data en el período auriñaciense con una cronología de 28.500 BP.
Lapedo, Lapar Velho: Este yacimiento se encuentra situado al norte de Portugal,
cuenta con una cronología gravetiense. Se descubrió en él un esqueleto humano
correspondiente a un niño de 4 años. Estaba acostado bocarriba, con la cabeza hacia
el este y el costado izquierdo mirando hacía el acantilado, con la pelvis en
horizontal y los pies cruzados. El cuerpo estaba cubierto de ocre rojo y, por debajo
del cuerpo se encontraba una piel. Cabe destacar que el ajuar funerario estaba formado
por una concha en el cuello, un tocado del que se conservan tres dientes de ciervo y,
bajo sus piernas aparecen carbones de Pynus sylvestris que indican la quema de una
rama previamente a la efectuación del enterramiento.

El análisis de los restos óseos reveló que el niño contaba con un mentón y miembros
inferiores anatómicamente correspondientes al HAM pero con la mandíbula y la
constitución corporal de un H. Neandertal, siendo un auténtico mosaico genético.

Actividades cinegéticas

La caza sufre una gran evolución gracias a la incorporación de nuevos útiles como los
propulsores, la jabalina de mano y, según distintas hipótesis el arco. La caza colectiva,
gracias a la implementación de la jabalina y el propulsor será más rentable y con
menor riesgo de sufrir daños ya que los HAM contaban con la capacidad de realizar la
caza a distancia debido a su capacidad para lanzar, con la que no contaban los H.
Neandertales. Por otra parte, la caza individual aumenta su rentabilidad gracias al
empleo de útiles más letales y la incorporación del arco.

Ahora bien, en los inicios del período vemos el empleo de propulsores y jabalinas
que, con el paso del tiempo son sustituidos por azagayas, arpones y arcos; cambio
que sobre todo veremos en el Magdaleniense. La caza del Paleolítico Superior es
especializada, sobre todo en el Mediterráneo, por lo que los HAM elegirán la presa
en función de su especie, edad y género. Podemos establecer al ciervo como la
especie animal más utilizada como alimento en el Paleolítico Superior, sobre todo a
partir del Magdaleniense junto a la cabra, el conejo y la liebre; siendo estos dos
últimos una especie dominante ya que los cambios climáticos de finales del
Magdaleniense permitieron que aumentaran de peso y aumentaran su número de
ejemplares. En la zona norte peninsular al tratarse de un área de pradera y estepa
podemos destacar también la caza de renos, uros, caballos, rinocerontes e incluso
mamuts. Además, en los yacimientos aparecen restos óseos de pájaros cuya existencia
es más que probable que se deba a su implementación como adornos personales.

Por tanto, podemos hablar de una gran importancia de la caza menor ya que permitía
la diversificación del espectro alimentario. En las investigaciones zooarqueológicas
de SW Europa se ha determinado que los lepóridos formaban el 90% del aporte
cárnico de la dieta de los grupos cultural de S Francia, del área mediterránea y en
el área de Portugal.
Recolección

Observamos una recolección basada en bayas (moras y frambuesas), vegetales


(champiñones y tubérculos), frutos secos (nueces y bellotas) y hojas verdes (diente de
león y consuelda); lo cual se acompañaba de la recolección de moluscos tanto para
confeccionar adornos personales como para alimentarse y, una abundante pesca
estacional en ríos y en alta mar que deja a los peces varados y posibilita la pesca de
forma más sencilla.

Comportamiento comunitario

Observamos una elevada población que ocupa territorios más pequeños, que se
abastece de una dieta con un elevado porcentaje de pescado y vegetales, que cuenta
con una dependencia de productos almacenados y con un área de
aprovisionamiento de materias primas de distancias reducidas. No obstante, debido
a darse una alta concentración poblacional en el área central valenciana, en el estuario
del Tajo y en el área cantábrica; contaban con una alta movilidad logística para la
obtención de materias primas de buena calidad.

Podemos realizar un gran paralelismo etnográfico con las zonas árticas y subárticas
actuales que nos informan de la más que probable existencia de una estructura
familiar similar a la actual con relaciones de estructura abierta orientada a la
exogamia, con presencia de grupos mayores de tamaño variado (1-2 familias que se
extienden sobre 15-75 individuos), con una frecuente división para actividades
específicas y con reuniones a nivel de bandas para actividades muy concretas; como
la caza y las ceremonias rituales en yacimientos de agregación.

Adornos

Debemos destacar la abundancia de caninos de animales perforados, de cuentas de


collar, brazaletes, rodetes y conchas perforadas provenientes del marisqueo. Además, en
las cavidades donde se dan manifestaciones artísticas encontramos la realización de
lámparas con grasa animal que sustituyen a las antorchas para la iluminación.

Tipos de yacimientos y viviendas

Los yacimientos podían ser lugares de habitación los cuales se sitúan en cotas bajas
cerca de zonas de agua que les permitía una mayor facilidad para el acceso de
recursos, podían darse en cueva los cuales eran los más abundantes y se ocupaba la
zona exterior de estas ya que era el área donde llegaba la luz del día y, los yacimientos
al aire libre de los que no contamos con muchos restos debido a sus problemas para
la conservación.
Además, estos podían funcionar como campamentos base donde residía un grupo
humano durante un tiempo más o menos amplio, que presentan estructuras, diversidad
de restos útiles y de restos de alimentación y, que se suelen localizar en valles con
recursos y climas favorables; como campamentos estacionales y/o especializados
donde podía residir todo el grupo o una parte de este, se solían localizar en zonas de
paso de animales o cursos de agua y, se encuentran en ellos un escaso
acondicionamiento y poco resto material; y finalmente campamentos de agregación
que cuentan con gran variedad industrial y motivos artísticos debido a la presencia en
ellos de diversos grupos humanos.

Para la creación de viviendas encontramos un empleo generalizado de textiles, pieles y


cordelería, estas viviendas eran de tipología variada y contaban con hoyos para la
conservación del alimento. Podían encontrarse tanto en hoyos cubiertos por placas
como en suelos apisonados y, dentro de estas aparecían estancias bien diferenciadas
para diversas actividades.

Finalmente, debemos destacar la presencia de hogares en los yacimientos los cuales


nos permiten obtener datos acerca de lo que comían gracias a los restos de semillas y
huesos quemados. Además, podemos obtener información acerca de la organización
social gracias al empleo del fuego, elemento de unión y de agregación dentro de las
cavidades. Cabe destacar que los hogares nos permiten obtener datos sobre la captación
de recursos orgánicos ya que, en algunos yacimientos podemos observar que especies
orgánicas empleaban y observar su existencia o no en los alrededores.

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