Abrahamic Religions">
Lopez Martin, Julian - La Liturgia de La Iglesia.
Lopez Martin, Julian - La Liturgia de La Iglesia.
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Serie de Mantiales de Teoloj^ia
La Liturgia
de la Iglesia (
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PLAN GENERAL DE LA SERIE
I. Teología fundamental
1. Introducción a la Teología, por J. M." Rovira Belloso.
2. Dios, horizonte del hombre, por J. de Sahagún Lucas. (Publi-
cado.)
3. Fenomenología de la religión, por J. Martín Velasco.
4. Teología de la revelación y de la fe, por A. González Montes.
5. Historia de la Teología, por J. L. Illanes e I. Saranyana.
6. Patrología, por R. Trevijano. (Publicado.)
POR
Pags
INTRODUCCION XXI
BIBLIOGRAFÍA XXVI
S I G L A S Y ABREVIATURAS XXXII
PARTE PRIMERA
EL MISTERIO EN LA HISTORIA
CAPITULO II La liturgia en la economía de la salvación 19
I De Cristo donante del Espíritu a la liturgia de la
Iglesia 20
1 Cristo resucitado, fuente de la salvación 20
2 La Iglesia, sacramento de Cristo 21
3 Pascua-Pentecostes permanentes 21
II La economía de la salvación 22
1 Las etapas de la historia de la salvación 22
2 La liturgia, síntesis de la historia salvifica 24
III La liturgia obra del Padre del Hijo y del Espíritu
Santo 24
1 La presencia y la obra del Padre 25
2 La presencia y la obra del Hijo Jesucristo 25
3 La presencia y la obra del Espíritu Santo 27
Indice general
Pags
65
65
XI
PARTE SEGUNDA
CAPITULO V I La celebración 73
I La palabra «celebración» l'i
1 Etimologia y uso primitivo 74
2 En el latin cnstiano 74
3 En los libros litúrgicos 76
II Aproximaciones al concepto de celebración 76
1 Desde la antropología 76
2 Desde la teología 77
III Definición y aspecto'i de la celebración 79
IV El misterio de Cristo en el centro de toda celebración 81
CAPITULO VII La Palabra de Dios en la celebración 83
1 La Sagrada Escritura en la liturgia 84
1 Fundamento 84
2 Significado 85
11 La Palabra de Dios en la historia de la salvación 86
111 La Iglesia bajo la Palabra de Dios 86
IV La liturgia de la Palabra 87
1 La liturgia, lugar de la Palabra 88
2 Estructura de la liturgia de la Palabra 88
3 Primacía del Evangelio 89
V El Leccionario de la Palabra de Dios 90
1 Signo de la Palabra 90
2 El Leccionario de la Misa en la historia 90
3 Organización del Leccionario de la Misa 92
CAPITULO Vili La asamblea celebrante 95
1 La Iglesia sujeto de la acción liturgica 95
1 La Iglesia, «cuerpo sacerdotal» de Cristo 96
2 La liturgia, «de la Iglesia» y «para la Iglesia» 97
II La asamblea celebrante 98
1 La asamblea, signo sagrado 98
2 Dimensiones de la asamblea como signo 99
3 Asamblea liturgica e Iglesia local 100
XII Indice generalPagsI
Págs.
Págs.
Pags
PARTE TERCERA
Pags
PARTE CUARTA
Pags
Pags
Págs.
Págs.
PARTE QUINTA
3
Indice general
353
I
IV. El àmbito especifico de la pastoral litúrgica 354
1 La pastoral de los sacramentos y sacramentales 354
2 La pastoral de los tiempos litúrgicos 355
3 La pastoral de los ejercicios piadosos del pueblo cns-
tiano 356
V El derecho liturgico, al servicio de la pastoral litúrgica 356
1 Nocion 356
2 Autoridad liturgica 357
3 El espíritu del actual derecho litúrgico 358
3 AUXILIARES
' Este apartado y los siguientes recogen y amplían la mformacion publicada en Not
286(1990), 250-287,293 ( 1991 ), 716-721 Para otras areas lingüisticas vease la revista
citada
SIGLAS Y ABREVIATURAS
2 OBRAS M A S CITADAS
La historia de la liturgia, 1 - 2 ( B A C 1 3 2 y
R I G H E T T I : RIGHETTI, M . , 144,
Madrid 1 9 5 5 - 1 9 5 6 ) .
1. Introducción general. El año litiírgico. El Breviario.
2. La Eucaristía. Los sacramentos. Los sacramentales. Indices.
Las siglas bíblicas y de los documentos del Concilio Vaticano II son las más
comunes y conocidas.
LA LITURGIA DE LA IGLESIA
CAPITULO I
BIBLIOGRAFIA
1. Antecedentes
' c f . SC 16; OT 16; S.C. pro Institutione Catholica, Ratio fundamentalis institu-
tionissacerdotalis. de 6-1-1970 (adaptada en 1985), n.79, en AÁS 62 (1970), 370; ID.,
Ordinationes ad Const. Apost. «Sapientia Christiana» rite exsequendam. de 29-IV-
1 9 7 9 , n . 5 1 , e n A A S 7 1 (1979), 513.
c.l. ' Ciencia litúrgica y formación litúrgica 5
^ Véanse las senes de colecciones, antologías y subsidios para estudiar las fuentes
e n JOHNSON, M . , Bihlwgraphia liturgica ( B E L S 63, R o m a 1992), 61-94.
' Cf. FIITHAUT, Th., Teología de los místenos Exposición de la controversia
(Bilbao 1963), NEUNHELSER, B., «Odo Casel. A 25 anni della sua morte», en RL 60
(l973), 228-236; SANTANÜADA, O. D., «Dom Odo Casel Contributo monografico
generale delle sue opere, degli studi sulla sua dottrina e della sua mfluenza nella
teologia contemporanea», en ALW 10 (1967), 7-77.
VAGAOGINI, C , El sentido teológico de la liturgia Ensayo de liturgia teològica
generali^AC 181, Madrid 1959), 6.
c.l.'Ciencia litúrgica y formación litúrgica 8
1. Los contenidos
2. El método
C f LOPF7 MARTIN 2, 2 3 6 0
Cf MARSH I, S , «Teologia liturgica», en NDL, 1948-1967 (Bibl ), y RL 80/3
(1993)
Cf TRIACCA. A M , «Le sens thcologique de la liturgie et/ou le sens liturgique
de la théologie Esquisse pour une synthèse», en ID-PISIOIA, A {á\r), La lituigie son
sens son spnt sa méthode (Liturgie et théologie) (BELS 27, Roma 1982), 321 338
Posteriormente ha publicado mas estudios en la misma linea
C 1 Cienc la liturgie a y formacion liturgie a 13
V LA FORMACION LITURGICA
1. Noción
2. Características
JUAN PABLO II, Carta Apost Vicesimus qumtus annus de 4-XII-1988 (Typis
Polyglottis Vaticanis 1989). n 15, cf S C I 5-19, 115, 129 OT 4, 8, 16, 19, PO 4-5, H ,
14, 18,etc
c.l. ' Ciencia litúrgica y formación litúrgica 14
3 Objetivos
" Cf supra n 1
" S C pro Institutione Catholica, De mstitutione liturgica in wminanis (Typis
Polyglottis Vaticanis 1979), trad española, en separata de Vocacwne', (Salamanca
1979)
» En EDICE (Madrid 1986)
JUAN PABLO II, Exhort apost Pastores dabo vobis de 25-III 1992 (Typis Poly-
glottis Vaticanis 1992), n 48 Sobre la formacion liturgica de los presbíteros cf GON
ZALEZ, R , «La vida y la formacion liturgica de los candidatos al sacerdocio», en
Seminarios 39 (1993), 431-449, LAGHI, P , «La formazione permanente del "Prete
presidente" della celebrazione liturgica», en Not 330 (\ 994), 29 40, LOPFZ MARTIN, J ,
«El caracter mistagogico de la formacion liturgica de los futuros presbíteros Ante el
Smodo de 1990», en Salm 37 (1990), 5 32, ID , «La formacion liturgica del presbítero
Notas bibliográficas» en Ph 179 (1990), 417-433, SARTORE, D , «Formacion liturgica
de los futuros presbíteros», en NDL, 903-912, y Ph\l(> (1990)
PARTE PRIMERA
EL MISTERIO EN LA HISTORIA
CAPÍTULO II
BIBLIOGRAFIA
' C a í I 0 7 6 s s y 1210SS.
20 P.I. El misterio en la historia
' SAN LEON,//off! 74,2, en (JARRIDO, M (eá ), San Leon Magno Homilías sobre e!
año liturgico (BAC 291, Madnd 1969), 307 Una frase analoga de san Ambrosio
«Cara a cara te has mostrado, oh Cristo, te encuentro en tus sacramentos», en Apcil
prof David 12,58, en PL 14, 875
' SANAOLISIIN, £•/; 1 8 7 , 3 4 , en P L 3 8 , 8 4 5
C.2. La liturgìa en la economia de la salvación 21
3 Pascua-Pentecostés permanentes
® Cf. VAOAOOINI, C., El sentido teológico de la liturgia (BAC 181, Madrid 1959),
184-233.
' Ut nemo in precibus vel Patrem pro Filio, vel Filium pro Patre nominet: el cum
altari assistitur, semper ad Patrem dirigatur oratio: Can. 21 del Concilio de Hipona,
can. 23 del Concilio de Cartago, en MANSI, III, 884 y 922; cf NEUNKFUSBR, B., «Der
Canon 21 des Konzils von Hippo 393 seine Bedeutung und Naehwirkung», ita Angus-
tinianumlS (\9%5), 105-119.
26 P.I. El misterio en la historia
" «Cada vez que celebramos este memorial del sacrificio de Cristo, se realiza la
obra de nuestra redención» Super oblata del dom II durante el año Sobre este texto
cf PiNFLL, J , «I testi liturgici, voci di autonta, nella costituzione SC», en Not 151
{\919),n 108,espec 87-99
C a i l l 0 4 , cf 1084 1085
M) PI El misterio en la historia
3 El memorial
BIBLIOGRAFIA
I EL CULTO
1. Noción
tello de aquella Verdad que ilumina a todos los hombres» (NAe 2).
Estas religiones, a través de la experiencia de Dios (cf. GS 7), orien-
tan a los hombres que no han conocido a Cristo y se esfuerzan en
vivir honestamente de acuerdo con los preceptos y doctrinas, a los
que llega también la luz verdadera (cf. Jn 1,9) El conocimiento de
las formas de culto en las religiones es muy útil para penetrar en el
sustrato antropológico de la liturgia cristiana.
2. El culto en el Antiguo Testamento. El comienzo de un culto
característico de Israel y centrado en la adoración del Dios único
debe situarse en tomo al Exodo En efecto, el culto aparece ligado
a la revelación mosaica y formó parte del dinamismo religioso de la
liberación de Egipto (cf. Ex 3,12.18, etc.). La entrada en el desierto
estuvo motivada también por la necesidad de alejarse de las divini-
dades paganas para encontrarse con el Señor. Después vino el asen-
tamiento en la tierra prometida y la organización del culto caracteri-
zado por la prohibición de las imágenes y de ciertos sacrificios, has-
ta llegar a la edificación de un santuario que hizo de Jemsalén el
centro de Israel. Pero la historia de este pueblo está llena de retroce-
sos y caídas a causa del influjo de los pueblos vecinos.
De tiempo en tiempo, el Señor purifícaba a su pueblo. El destie-
rro de Babilonia significó una gran crisis, de manera que, después
del retomo, se produjo un proceso de centralización del culto en Je-
msalén. En el culto del Antiguo Testamento destacan algunas carac-
terísticas que preparan la llegada de la plenitud del culto cristiano:
a) La dimensión comunitaria del culto se manifestó, ante todo,
en la simbiosis entre lo social, lo político y lo religioso. El pueblo
tenía conciencia de pertenecer al Señor y de ser depositario de una
alianza (cf Ex 19,5-6; Dt 6,4-9; Sal 33,12). Las fiestas, los ritos y
todos los actos de culto estaban orientados a expresar el reconoci-
miento de la soberanía de Dios y el propósito del pueblo de vivir en
su presencia.
b) La dimensión interior no significaba la exclusión de los ri-
tos, por ejemplo las oblaciones y sacrificios, ni la imposibilidad de
que pudiesen ser expresión de un culto espiritual. Sin embargo, la
necesidad de la pureza interior y de la fidelidad a la alianza es una
Espíritu (cf. Hech 2,42-45; 4,32-35, etc.). Las comunidades son lla-
madas iglesias (cf. Hech 5,11; cf. Dt 4,10), iglesias de Dios (Hech
20,28; 1 Cor 1,2) y de Cristo (Rom 16,16X que invocan el nombre
de Jesús (cf. 1 Cor 1,2) y se reúnen en asamblea (cf. 1 Cor 11,18.20;
14,28).
c) El culto nuevo es ahora, con mayor razón, interno y espiri-
tual, porque se desarrolla en los creyentes bajo la acción del Espíritu
Santo y es, ante todo, culto «en el Espíritu Santo y la verdad». El
diálogo de Jesús con la samaritana (cf. Jn 4,7-26) condensa la ense-
ñanza del Nuevo Testamento sobre el culto. La pregunta sobre el
lugar de culto (v. 20) fue contestada por Jesús indicando el modo
como Dios mismo quiere ser adorado (v. 21 ), es decir, en el templo
nuevo que es el mismo Jesús resucitado (cf. Jn 2,21-22; Ap 21,22)
En resumen, el culto cristiano se define por los actos internos y
extemos en los que el hombre creyente y la comunidad expresan su
vinculación existencial a Cristo y son transformados por la acción
del Espíritu para hacer de la propia vida —en la fe y en el amor— el
culto espiritual grato al Padre La critica de la secularización al
culto se diluye en la vinculación de éste a la santidad original de
Cristo, el Verbo encamado, y a la Iglesia, sacramento de Cristo
11. LA LITURGIA
1. La palabra «liturgia»
" Ruiz BUENO, D, (ed.). Padres Apostólicos (BAC 65, Madrid 1967), 92.
" En RUIZ BUENO, D. (ed.), op. cit., 214-215.
S. AGUSTÍN, Enarr in Ps 135, en P L 39, 1757.
()38 P.I. El misterio en la historia
Cf. MARSH I, S., «La teología della liturgia nel Vaticano II» y «La liturgia culto
della Chiesa», en Anamnesis 1,85-105 y 107-136
^^ Para ampliar este concepto consúltese la voz «liturgia» de Cath 7,862-902; CFP,
5 8 0 - 5 9 4 , D E 2 , 4 8 9 - 5 0 7 , D E T M , 5 9 1 - 5 9 9 ; D P A C 2 , 1 2 7 9 - 1 2 8 0 ; DSp 9 , 8 7 3 - 8 8 4 ,
D T D C , 8 1 3 - 8 2 9 , D T I 1, 6 2 - 8 3 ; DVatlI, 1 2 9 4 - 1 3 4 2 , LThK6, 1083; S M 4, 3 2 4 - 3 5 3 , y
FERNANDEZ, P., «Qué es la liturgia en nuestra cultura secular», en CiTom 98 (1971)
377-414; LE GAEL, R , «Pourune conception intégrale de la liturgie», en QL 65 (1984)
181-202; y «Cuadernos Phase» 29 (Barcelona 1991)
CDC, c 839, § 2. Sobre esta cuestión cf BOUYER, L , La vie de la liturgie (Pans
1956), 2 9 9 - 3 1 4 , LECLERCQ, J., Eludes de pastorale hturgique ( P a n s 1944), 149-173,
MARSILI, S., «Liturgia e n o n liturgia», en Anamnesis 1, 137-156; SCHMIDT, H., op. cit.,
88-98 y 118-129.
C 3. La plenitud del culto verdadero 41
para dar a Dios, a los santos y a los beatos el culto que les es debido;
las demás acciones sagradas que se realizan en una iglesia o fuera de
ella, con o sin sacerdote que las presencie o las dirija, se llaman
ejercicios piadosos»
Ahora bien, esta distinción entre acciones litúrgicas y ejercicios
piadosos no es netamente jurídica. La diferencia obedece también a
factores teológicos. El primer factor es la relación de la liturgia con
el misterio de la Iglesia. Según esto, «litúrgico» es lo que pertenece
al entero cuerpo eclesial y lo pone de manifiesto (cf SC 26). Por eso
son acciones litúrgicas únicamente las celebraciones que expresan el
misterio de Cristo y la naturaleza sacramental de la Iglesia, esposa
del Verbo encamado (cf SC 2; 7; 41; SC 26). Todo lo demás son
actos de piedad, comunitarios o individuales
Un segundo factor lo constituye la eficacia objetiva de los actos
de culto. Acciones litúrgicas y ejercicios piadosos se refieren a los
mismos acontecimientos salvífícos. Ahora bien, no todas las formas
de piedad son evocación y actuación de estos acontecimientos en el
plano de los signos. Los ejercicios piadosos evocan el misterio de
Cristo únicamente de manera contemplativa y afectiva, es decir, sub-
jetiva y psicológica, mientras que las acciones litúrgicas lo hacen
actualizando ante todo la presencia del acontecimiento por medio del
rito La eficacia de los actos litúrgicos depende de la voluntad
institucional de Cristo y de la Iglesia, y de que se cumplan efectiva-
mente las condiciones necesarias para su validez. La eficacia de los
ejercicios piadosos depende tan sólo de las actitudes personales de
quienes toman parte en ellos.
2. Devoción y devociones
eos como las devociones han de estar informados por una auténtica
devoción.
En efecto, la devoción (en latín devotio, palabra próxima a pie-
tas) es, segiin la definición de Santo Tomás recogida expresamente
por la encíclica Mediator Dei de Pío XII, «un acto de la voluntad del
que se ofrece a sí mismo a Dios para servirlo» (MD 46) En este
sentido, la devoción, como actitud interna básic^, hace más fructuo-
sa la participación en la liturgia.
CAPITULO I V
LA LITURGIA EN LA HISTORIA
La liturgia consta de una parte que es inmutable, por
ser de institución divina, y de otras sujetas a cambio, que
en el decurso del tiempo pueden y aun deben variar
(SC 21)
BIBLIOGRAFIA
^ Véase Cat 1096, cf HAHN, F., II servizio liturgico nel cristianesimo primitivo
(Brescia 1972), RODRIGUEZ DEL CUETO, C., «Nacimiento del culto cristiano en el am-
b i e n t e j u d i o » , ENSILEG 1 6 ( 1 9 7 5 ) 1 9 1 - 2 0 8 ; SCHWEIZER, E -DIEZ MACHO, A., La Iglesia
primitiva Medio ambiente, organización y culto {Salamanca 1974), VV.AA , Influen-
ces juives sur le eulte chrétien (Louvain 1981 ).
' C f SAN JUSTINO, I ^ p o / 61 y 65-67, en Ruiz BUENO, D {eà.). Padres apologistas
gnego.ííBAC 116, Madrid 1954), 250-251 y 256-259.
Cf. BOTTE, B. (ed.). La Tradition Apostolique de saint Hippolyte (LFQ 39, Muster
i . W . 1963)
' FUNK,F X (ed.). Didascalia et Constitutiones Apostolorum, 1 (Paderbom 1905).
'' Cf SAXER, V , Vie liturgique et quotidienne à Cartage vers le milieu du III siècle
(Città del Vaticano 1969)
c.4. La liturgia en la historia 45
II. E L G R A N D E S A R R O L L O L O C A L (SS, I V - V I )
1. Crecimiento en libertad
' Cf. BOUYER, L., «L'improvisation liturgique dans l'Eglise ancienne», en LMD
111 (1972), 7-19
« N 10, e n B o m , B . , o p en., 29
' Véase el Epitafio de Abercio: cf SOLANO, J., Textos eucaristicos primitivos, 1
( B A C 88, M a d r i d 1952), 7 9 - 8 4
Cf JUNGMANN, J A., La liturgie des premiers siècles (Pans 1962), 171-188,
RORDORF, W , Liturgie, foi et vie des premiers chrétiens Etudes patristiques (Pans
1986).
" C f KRETSCHMAR, G,, «La liturgie ancienne dans les recherches historiques
actuelles», en LMD 149 (1982) 57-90
()46 P.I. El misterio en la historia
La nueva etapa abarca desde el ñnal del pontificado del papa san
Gregorio Magno (590-604) hasta san Gregorio VII (1073-1085). Es
el tiempo del Imperio bizantino. En Occidente el monacato desarro-
lló una gran labor evangelizadora.
La nueva etapa cubre los siglos xi-xiv y está marcada por la obra
del papa san Gregorio VII (t 1085). El Pontificado alcanzó el más
alto prestigio de la época con Inocencio 111 (1198-1216), cuyas re-
formas afectaron también a la liturgia
^ Cf. CRISTIANI, M , «La controversia eucanstica nella cultura del secolo IX», en
Studi Medioevah 9 (1968), 167-233; NEUNHEUSER, B , L'Eucharistie au Moyen-Age et
à l'époque moderne (Pans 1966)
^ Cf GOUGAUD, L , Dévotions et pratiques ascétiques du Moye-Age (Pans 1925),
VANDENBROUCKE, F., La spiritualité du Moyen-Age (Pans 1961).
Cf DYKMANS, M.. Le cérémonial papal delà fin du Moyen-Age à la Renaissance,
1 -2 (Bruxelles - Rome 1977-1981 ), Gv, P.-M., «L'unification liturgique de l'Occident
et la liturgie de la Cune Romaine», en RScPhTh 59 (1975) 601-612; (1981) 74-79.
Cf AZEVEDO, E DE (éd.). Vêtus Missale Romanum monasticum lateranense
(Romae 1754), y ANDRIEU, M , «Missale Cunae Romanae ou Ordo missalis secundum
consuetudmem Cunae du XlIIème s.», en Miscellanea EHRLE 2 (Roma 1924), 348-
376 Este Misai fue la base de la edición principe impresa en Milán en 1474, antece-
dente del Missale Romanum promulgado por san Pío V en 1570, cf LOPEZ MARTIN, J ,
«Misal Romano», en NDL, 1293-1311.
" Brevianum secundum consuetudmem Romanae Cunae aprobado por Inocen-
cio III.
Cf DUK, S J. P. VAN-HAZEEDEN, J., The Origins oj the Modern Roman Liturgy.
The Liturgy of the Papal Court and the Franciscan Order in the Thirteenth Century
(London 1960).
" C f ANDRIEU, M., Le Pontifical Romain au Moyen-Age, 1-4 (Città del Vaticano
1938-1941).
()50 P.I. El misterio en la historia
2. La espiritualidad
2. Intentos de renovación
BIBLIOGRAFIA
3 bis
II. LAS FAMILIAS LITURGICAS ORIENTALES
lén Estudio terminológico del «Itnerarium Egeriae» (Jerusalén 1993), GARCÍA DEL
VALLE, C., Jerusalén. un nglo de oro de vida litúrgica (Madnd 1968)
' Cf. FERNANDEZ SANGRADOR, J. J., Los orígenes de la comunidad cristiana de
Alejandría (SaXwaancu 1994).
Cf JANERAS, S , «San Basilio en la historia de la liturgia», en Ph 120 (1980)
475-492
' Paia situarlas geográficamente cf LACKO, M., Atlas hierarchicus Ecclesiarum
Catholicarum Orientalium (Roma 1972)
« Cf PASQUATO, O., «Antioquía (liturgia)», en DPAC 1, 142-144; Voicu, S J
«Iglesia Jacobita», en DPAC 2, 1139-1140
()60 P.I. El misterio en la historia
2. Liturgia Maronita
4. Liturgia Sirio-Malabar
5. Liturgia Bizantina
Forma un grupo propio dentro de la gran familia antioquena
Los grandes obispos de Constantinopla Eudoxio, san Juan Crisòsto-
mo y Nestorio eran sirios, como también los himnógrafos y teólogos
Romano el Melode, san Andrés de Creta y san Juan Damasceno.
Siguen esta liturgia los Patriarcados Ecuménico de Constantinopla,
Alejandría, Jerusalén (ortodoxo griego), Moscú etc., y numerosas
Iglesias autocéfalas. Pero es también el rito de Iglesias en comunión
con Roma, como el Patriarcado de los Greco-Melquitas en Jerusalén,
el Patriarcado de Antioquía de los Sirios en Beirut y el Patriarcado
greco-melquita en El Cairo. Estas Iglesias celebran su liturgia en
siríaco y en árabe, además del griego. Hay fíeles católicos de Rito
Bizantino en el sur de Italia, en Ucrania y en otros países de Europa.
La Liturgia Bizantina alcanzó su forma definitiva entre los si-
glos xiii-xv bajo la dinastía de los Paleólogos, últimos emperadores
de Bizancio, pero se puede reconstruir su forma antigua gracias a
algunos comentarios litúrgicos y a los diversos typica de los siglos x
y XI.
Cuenta con numerosos libros litúrgicos. La liturgia de la Palabra
comprendía, entre los siglos iv al vil, al menos dos lecturas antes del
Evangelio, una siempre del Antiguo Testamento. Se usa la célebre
Anáfora de san Juan Crisòstomo, que prevalece sobre la capadocia
de san Basilio. El iconostasio y la veneración de los iconos definen
el espíritu de esta liturgia. El año litúrgico bizantino comprende un
ciclo fijo y otro móvil. El primero comienza el 1 de septiembre y
tiene su primera gran fiesta el 8 de septiembre (Natividad de María),
terminando el 15 de agosto con la Dormición de María. El ciclo
móvil, centrado en la Pascua, comprende la precuaresma, la cuares-
ma, la semana santa y la cincuentena pascual
6. Liturgia Armenia
7. Liturgia Copta
" Cf BARONI AN, Z , «La liturgie de l'Eglise arménienne dans le cadre des liturgies
des autres nies orientaux», en Orthodoxia 27(1975) 15-171, CON YBEARF, F. C., Riluale
Armenorum (Oxford 1905), DAY, P D , Eastern Christian Liturgies, 1 Armenian,
Coptic. Ethiopian and Syrian (Dublin 1972), Voie u, S. J., «Armenio (Rito)», en DPAC
1,219-220
Cf BURMESTFR, O H E . The Egyptian or Coptic Church A Detailed Descrip-
tion oh her Liturgical Services (El Cairo 1967), GASTÓLE, A -LECLFRCQ, H , «Alexan-
drie (Liturgie)», en DACL 1 (1904), 1182-1204, GERARD, V , La liturgie des coptes
dEgipte{?an?, 1978), ORLANDIS, T , «Copto», en DPAC 1, 493-497
()64 P.I. El misterio en la historia
8. Liturgia Etíope
" Cf MARCOS, D , The Liturgy of the Ethiopian Church (El Cairo 1959), PANLI
KowsKi, J T , «The Judaic Spirit of the Ethiopian Orthodox Church: A Case Study in
religious Acculturation», enJounal of Religion in Africa 4 (1972), 178-199, RANIERI,
O , «Etiopía (Liturgia)», en DPAC 1, 795-796.
C5 Ritos y familias litúrgicas 65
1. Liturgia Africana
La liturgia latina del norte de Africa, que se benefició de la obra
de san Cipriano (249-258) y de san Agustín (396-430), no sobrevi-
vió a las invasiones de vándalos y bereberes que arrasaron desde el
siglo V las florecientes Iglesias norteafricanas
Desde el punto de vista litúrgico existía una perfecta organiza-
ción, especialmente en la Iniciación cristiana. La disciplina peniten-
cial era muy rigorista a causa del problema de los lapsi, y el matri-
monio contaba ya con la bendición nupcial. El Oficio disponía de
colectas sálmicas. Pero de todo esto no han quedado más que algu-
no Cf CATTANEO, E., Il culto cristiano in Occidente (BELS 13, Roma 1978), 113-
183, GY, P M., «Historia de la liturgia en Oceidente hasta el Coneilio de Trento», en
MARTIMORT, 7 3 - 9 0
Cf MAGOIONI, C , «Le antiche liturgie italiche non romane», en RL 80 (1993),
463-483
^^ C f VAZ, A L , «O Rito Bracarense Pode-se reconstruir e actualizar o antigo rito
de Braga?», en Ora et Labora 19 (1973), 249-266, ID , O Rito Bracarense desde os
orígenes ao Missal de Mateus (Braga 1976), ID., Liturgia Bracarense das primitivas
dalgreja (Braga 1981)
" Cf CABROL, F , «Aírique (Liturgie)», en DACL 1 (1924), 591-657, KILMARTIN,
E J , «Early African Legislation concerning Liturgical Prayer», en EL 99 (1985),
105-127, MARINI, A , La celebrazione eucaristica presieduta da san Agostino (Brescia
1989), SAXER, V , Vie hturgique et quotidienne à Carthage vers le milieu du ///' siede
(Città del Vaticano 1969), ID , «Africa», en DPAC 1, 35-37
()6 P.I. El misterio en la historia
nos textos que han sobrevivido en otras Hturgias con las que se reali-
zó un notable intercambio.
3. Liturgia Ambrosiana
4. Liturgia Hispano-Mozárabe
san Eugenio III de Toledo ( t 657), san Ildefonso (f 667) y san Ju-
lián de Toledo ( t 690), san Braulio de Zaragoza (f 651) y san Qui-
rico de Barcelona ( t 656), se debe recordar también la acción litúr-
gica de los Concilios de Toledo, destacando el III (a. 589), en el que
se produjo la conversión de Recaredo, el IV (a. 633) y el X (a. 656).
El resultado de toda esta labor creadora y pastoral cristalizó en las
recopilaciones efectuadas por san Julián
En ese momento ya se contaba con una serie de peculiaridades
en la celebración eucaristica, en los sacramentos, en el año litúrgico,
en el santoral y en el Oficio catedral y en el monástico, que diferen-
ciaban notablemente a la Liturgia Hispánica de las demás.
La vida de la Liturgia Hispánica fue tranquila hasta que surgió la
herejía adopcionista en España. Félix de Urgel y Elipando de Toledo
(s. vili) se habían servido de textos litúrgicos hispánicos para apoyar
sus doctrinas. Esto ocasionó que la sospecha de heterodoxia se ex-
tendiera a todo el Rito, no obstante la aprobación efectuada por el
papa Juan X (f 928). Finalmente, en 1073 el papa Gregorio VII de-
cretó la abohción del Rito, ejecutada en 1080 por el Concilio de
Burgos para los Reinos de Casdlla y de León Pero ya hacía tiem-
po que el Rito Hispánico estaba siendo sustituido por el Romano
3. Supervivencia y restauración. N o obstante, en 1085, el
mismo Papa, a raíz de la reconquista de Toledo, concedió a los cris-
tianos mozárabes el privilegio de seguir usando la liturgia que les
había ayudado a mantener su fe. Pero poco a poco fueron desapare-
ciendo los manuscritos litúrgicos. Cuando en 1495 el cardenal Cis-
neros accede a la Sede Primada, tan sólo se mantenía fiel al antiguo
rito la parroquia de Santas Justa y Rufina. Gracias a él se imprimie-
ron el Missale Gothicum secudum regulam Beati Isidori, dictum Mo-
zárabes en 1500 y el Breviarium Gothicum en 1502.
En 1982 el cardenal de Toledo don Marcelo González Martín, de
acuerdo con la Santa Sede y la Conferencia Episcopal Española,
creó una Comisión para la revisión ex integro del Rito Hispánico
según los principios del Concilio Vaticano II (cf SC 3-4) El pri-
" Cf PiNEi 1, J , «La Liturgia Hispánica Valor documental de sus textos para la
historia de la teología», en Repertorio de Historia de las Ciencias Eclesiásticas en
España, 2 (Salamanca 1971), 29-68; ID , «Libn liturgici ispanici», en Anamnesis 2,
190-201 (Bibl )
^^ Véase la Carta del Papa a los reyes de León, Castilla y Aragón, en JAFFB, PH.
(ed ), Regesta Pontificum Romanorum (Leipzig 1885), nn.4840ss. cf PEREZ, F., «San
Gregorio Vil y la liturgia española», en L/TOR^'ÍA 3 (1948), 101-113 y 323-333 , SAINT
DENIS-SAINT PI TER, S., The Reception of the Roman Liturgy in Leon-Castile in 1080
(New York 1985)
Cf JANINI, J , «Liturgia Romana», en DHEE 2, 1320-1324.
^^ Cf ALDAZABAL, J , «Il Rito Ispanico-Mozarabico si mette di nuovo in cammino»,
en RL 71 ( 1984), 591 -596, RAMIS, G., «Pervivencia y actualidad del Rito Hispano-Mo-
C5 Ritos y familias litúrgicas 69
5. Liturgia Galicana
6. Liturgia Celta
LA CELEBRACION
BIBLIOGRAFIA
I. LA PALABRA «CELEBRACION»
2 En el latín cristiano
1. Desde la antropologia
i
giche», en EL 92 (1978), 245-260.
C.6. La celebración 77
Cf. GUARDINI, R., «La liturgia como juego», en El espíritu de la liturgia (Barce-
lona 1962), 137-157; MAGGIANI, S., «Per una definizione del concepto di liturgia: le
categorie de "gratuità" e di "gioco". La proposta di R. Guardini», en DELL'ORO, F.,
Mysterion. Miscellanea S. A f o r s / / / ( L e u m a n n - T o r i n o 1981), 8 9 - 1 1 4 ; THURIAM, M . , « L a
liturgia è una festa», eaNot 172 (1980), 578-581.
H(i
P.Il. La celebración del misterio
" CASFL, O., «La notion de jour de fête», en LMD I (1945), 23-36, aquí 25-26;
también ID ,«Hodie»,/È 65(1961), 127-132 Véase NEUNHEUSFR,B., «La celebrazione
liturgica nella prospettiva di Odo Casel», en RL 57 ( 1970), 248-256.
Cf FEDERICI, T , «Liturgia, creatività, interiorizzazione, attuazione», en Not 127
(1977), 73-87; también DUPONT, V L , «Le dynamisme de l'action liturgique Une
étude de la mystagogie de samt Maxime le Confesseur», en RevSR 65 (1991) 363-388
" Cf L G 49-50; Cai 1137-1139.
Cf ANDRONIKOF,C.,El sentidode la liturgia La relación entre Dios y el hombre
(Valencia 1992), 217-235; AUGE, M., «La comunidad eclesial colocada en la tensión
entre el mundo actual y el mundo futuro», en Claretianum 10(1970), 139-162, BROVEE
LI, F. (dir.). Escatologia e liturgia Aspetti escatologici del celebrare cristiano (BELS
4 5 , R o m a 1 9 8 8 ) , CASTELLANO, J , « E s c a t o l o g i a » , e n N D L , 6 5 9 - 6 7 6 ; MAGRASSI, M , « I l
clima escatologico della celebrazione primitiva», en RL 53 (1966), 374-393, MARTÍ-
NEZ, G., La escatologia en la liturgia romana antigua (Madrid 1976), RORDORF, W,,
« L i t u r g i e e t e s c h a t o l o g i e » , e n E L 9 4 ( 1 9 8 0 ) , 3 8 5 - 3 9 5 , TRIACCA, A . M -PISTOIA, A .
{àw ). Eschatologie et liturgie {BEL?, 35, Roma 1985)
C. 6. La celebración 79
BIBLIOGRAFIA
' Cuando se habla de la Palabra de Dios, la expresión tiene alguno de estos signi
ficados el Verbo de Dios, el HIJO preexistente (cf Jn 1,1 ) que se ha encamado (v 14),
la Promesa hecha a los Padres, el contenido de las Esenturas bajo la inspiración del
Espíritu Santo, la proclamación de estas Escrituras en la comunidad, y, finalmente, el
H(i P.Il. La celebración del misterio
1. Fundamento
El propio Jesús, que citaba las Escrituras del Antiguo Testamen-
to, aplicándolas a su persona y a su obra, no solamente mandó acudir
a la Biblia para entender su mensaje (cf Jn 5,39), sino que, además,
nos dio ejemplo ejerciendo el ministerio del lector y del homileta en
la sinagoga de Nazaret (cf Le 4,16-21) y explicando a los discípu-
los de Emaús «cuanto se refería a él comenzando por Moisés y si-
guendo por todos los profetas» (cf Le 24,27), antes de realizar la
«fracción del pan» (cf Le 24,30). En efecto, después de la resurrec-
ción hizo entrega a los discípulos del sentido último de las Escritu-
ras, al «abrirles la inteligencia» para que las comprendiesen (cf Le
24,44-45) 2.
Hacia el año 155, en Roma, san Justino dejó escrita la más anti-
gua descripción de la eucaristía dominical. La celebración comenza-
ba con la Liturgia de la Palabra Es muy probable que, desde el
principio, la liturgia cristiana siguiera la práctica sinagogal de pro-
clamar la Palabra de Dios en las reuniones de oración y en particular
en la eucaristía (cf Hech 20,7-11). Por otra parte, es fácilmente
comprensible que, cuando empezaron a circular por las Iglesias «los
recuerdos de los Apóstoles», su lectura se añadiese a la del Antiguo
Testamento. Más aún, muchas de las páginas del Nuevo Testamento
han sido escritas después de haber formado parte de la transmisión
oral en un contexto litúrgico.
La proclamación de la Palabra es un hecho constante y universal
en la historia del culto cristiano, de manera que no hay rito litúrgico
que no tenga varios leccionarios, en los que ha distribuido la lectura
de la Palabra de Dios de acuerdo con el calendario y las necesidades
pastorales de la respectiva Iglesia
libro que contiene la Palabra divina dispuesta para ser leída y proclamada en la cele-
bración.
^ Cf GAIDE, G , «Le apparizioni del Risorto secondo il terzo Vangelo (Le 24)», en
PAF 21 (Brescia 1970), 61-86 Numerosos pasajes del N.T. llevan la huella del uso
l i t ú r g i c o : c f BEOUERIE, P h , « L a B i b l e n é e d e la l i t u r g i e » , e n L M D 1 2 6 ( 1 9 7 6 ) , 1 0 8 -
1 1 6 ; JÖRNS, K l - P . , « L i t u r g i e , b e r c e a u d e l ' E c r i t u r e » , e n L M D 1 8 9 ( 1 9 9 2 ) 5 5 - 7 8 .
' Véase el texto en I Apo/, 67, en Ruiz BUENO, D , Padres Apologistas (BAC 116,
Madrid 1954), 258.
" C f FEDERICI, T , « E l n u e v o L e c c i o n a r i o R o m a n o » , e n C o « c 1 0 2 ( 1 9 7 5 ) , 1 9 9 - 2 0 8 ,
C. 7. La Palabra de Dios en la celebración 85
2. Significado
PHAL, G., «La prédication présence du Seigneur», en BOTTE, B. et AA.AA., op. cit.,
145-154.
* Cf. FEDERICI, T., «Parola di Dio e liturgia nella costituzione SC», en Noi 161
( 1979), 684-722, aquí 709-711.
C. 7. La Palabra de Dios en la celebración 87
mundo las obras de Dios: «Calla y escueha, Israel. Hoy te has con-
vertido en el pueblo del Señor tu Dios. Escucha la voz del Señor tu
Dios, y pon en práctica los mandatos y preceptos que yo te prescribo
hoy» (Dt 27,9-10; cf. Sal 95,1.7-8; Heb 3,7-11).
Cada año, el pueblo del Antiguo Testamento se reunía delante
del Arca de la Alianza para renovar su adhesión y fidelidad. El Arca
contenía las tablas de la Ley, Palabra permanente del Señor, y el
vaso del maná, comida de salvación para el pueblo (Ex 25,10-16; Dt
10,1-5).
La misma realidad, transfigurada por Cristo, resuena en el Nuevo
Testamento: La ofrenda de la Alianza nueva y eterna, sellada con la
Sangre del Cordero de Dios, se realiza también en la fidelidad a la
Palabra: «Si me amáis, guardad mis mandamientos» (Jn 14,15); «el
que me ama, guardará mi Palabra...» (Jn 14,23.24).
El pueblo de Dios está llamado a escuchar continuamente la Pa-
labra de Dios (cf Rom 10,8-17; Jn 14,15), y a preferirla por encima
de cualquier otra cosa (cf Le 10,38-42). Pero, además, el pueblo de
la Palabra está caracterizado por la misión recibida del Señor de
anunciar el Evangelio a todas las gentes (cf Mt 28,18-20), para que
todos los hombres vengan a formar parte de la asamblea pascual de
los discípulos del Señor (cf Hech 2,1-11). Todo bautizado y confir-
mado por el Espíritu Santo es servidor de la Palabra y mensajero del
Evangelio (cf 1 Cor 9,16).
La Iglesia no sólo es el pueblo de la Palabra de Dios, sino que
sabe que ha de vivir de esta Palabra. Por esto en la asamblea extraor-
dinaria del Sínodo de los Obispos de 1985 se denominó a sí misma
«Iglesia bajo la Palabra de Dios», que «celebra los misterios de Cris-
to para la salvación del mundo»
Aunque toda la Biblia habla de Cristo (cf. Jn 5,39), son los cua-
tro Evangelios los que contienen la narración de los hechos y de las
palabras realizados por él. Estos hechos y palabras, y de modo par-
ticular el misterio pascual, constituyen el centro de la historia de la
salvación. En este sentido. Cristo glorificado, que está junto al Pa-
dre, reúne en sí mismo el pasado, el presente y el futuro de la histo-
ria humana e ilumina con la luz de la Pascua tanto el Antiguo como
el Nuevo Testamento (cf. DV 14-20), y la celebración de la Iglesia
en el tiempo del Espíritu ' '.
Esto supone que los hechos y las palabras de la vida histórica de
Jesús, que sucedieron «para que se cumplieran las Escrituras» (Le
24,44), tienen que ser continuamente recordados y actualizados para
que los hombres tengan acceso a la salvación efectuada por Cristo.
«La lectura del Evangelio constituye el punto culminante de la litur-
gia de la Palabra; las demás lecturas, que, según el orden tradicional,
hacen la transición del Antiguo al Nuevo Testamento, preparan a la
asamblea reunida para esta lectura evangélica» «Los Evangelios
ocupan, con razón, el lugar preeminente» (DV 18).
Por eso el Evangelio se proclama y el resto de la Escritura sim-
plemente se lee El orden lógico del contenido de la homilía debe-
ría respetar también esta prioridad del Evangelio respecto de las res-
tantes lecturas. Cada episodio evangélico es el contendio concreto
del hoy litúrgico de la Iglesia, que actualiza el misterio de la salva-
ción en cada celebración, siguiendo el año litúrgico.
1. Signo de la Palabra
Por este motivo en numerosos países, entre ellos España, se han heeho ediciones
artísticas del Evangeliario ef NotììQ (1992), 332-364
Véase el documento, de 25-1V-1993, de la P Comision Bíblica, La interprela-
ción de la Biblia en la Iglesia (Librería E. Vaticana 1993).
C.7.La Palabra de Dios en la celebración 91
(
CAPÍTULO VILI
LA ASAMBLEA CELEBRANTE
La principal manifestación de la Iglesia tiene lugar en
la participación plena y activa de todo el pueblo santo de
Dios en las mismas celebraciones litúrgicas (SC 41).
BIBLIOGRAFIA
" Cat 1091 y 1099, cf Cat 1091-1109 Sobre la acción del Espíntu Santo en la
liturgia, cf supra, n 15 del cap II, y OLIANA, G , «La Chiesa, corpo di Cristo in crescita
sotto l'azione dello Spinto», en EL 105 (1991), 30-58; 107(1993), 136-168, TRIACCA',
A M , «Presenza e azione dello Spinto Santo nell'assemblea liturgica», en EL 99
(1985), 349-382, etc
98 P.ll. La celebración del misterio
SC 27), para que cada cual desempeñe todo y sólo aquello que le
corresponde según la naturaleza de la acción y las normas litúrgicas
(cf SC 28)
En síntesis, el sujeto integral de la acción litúrgica es siempre la
Iglesia, incluso cuando el ministro ordenado se encuentre solo, por-
que también aquí es ministro del Cristo total, por voluntad del Señor
y no por delegación de la comunidad ^
II LA ASAMBLEA CELEBRANTE
' Cf C para la Doctrina de la Fe, Carta sobre algunas cuestiones acerca del
ministro de la Eucaristía de 6-VIII 1983, en A A S 75 (1983), 1001-1009, trad españ
e n GUERRERO 1 , 3 1 7 - 3 2 1
'' Cf CHIRAT, H , La asamblea cristiana en tiempo de los apostoles (Madnd 1968),
LÓPEZ MARTIN, J , «La asamblea liturgica de Israel al cristianismo», en Nova et Vetera
14 (1982), 205-224, MAERTENS, Th , La asamblea cristiana (Marova 1964)
C. 8. La asamblea celebrante 99
1. La palabra «participación»
2. El concepto
" Cf. BARAÚNA, G., «La participación activa, principio inspirador de la constitu-
ción», en La sagrada liturgia renovada por el Conc/fío (Madrid 1965), 225-285; LOPEZ
MARTÍN, J., «La participación de los fieles según los libros litúrgicos y en la práctica»,
enPh 144(1984), 487-510.
" E n GUERRERO 1, 6 2 3 .
" Ib., 631-680 (= MD y párrafo).
C. 8. La asamblea celebrante 103
3. Exigencias
Cf S C 2 ; 4 1 ; 4 2 ; L G 1 0 - n ; 2 6 ; P 0 5 .
Cf SC 11, 14, 19, 21, 26-30,48, etc.
104 P.ll. La celebración del misterio
BIBLIOGRAFIA
1. Espiritualidad bíblica
2. Testimonios de la historia
Mwœ con niños de 1973, el Ceremonial de los Obispos de 1984, y la Instrucción sobre
La Liturgia Romana y la Inculturación, de 25-1-1994 (Typis Polyglottis Vatieanis
1994), n.40.
" Cf COMBE, P,, Histoire de la restauration du chant grégorien d'après des
documents inédits (Solesmes 1969); MANZANO, M., «El futuro del canto popular reli-
gioso», en P/i 39 ( 1967), 228-241.
UNIVERSA LAUS, «La mvisiea litúrgica hoy», 1.4, en La música en la liturgia, op.
cit., 53; cf RAINOEDI, F., «El documento "Universa Laus" en la historia de la música
de iglesia desde Pío X a nuestros días», enPastL 114/115 (1980), 13-23.
C. 9. El canto y la música en la celebración 142
1. Caracterísficas
p r o m e t i e n d o las z o n a s m á s p r o f u n d a s d e la e m o t i v i d a d y d e l senti-
miento.
Por este motivo «no ha de ser considerado el canto como un
cierto ornato que se añade a la oración, como algo extrínseco, sino
más bien como algo que dimana de lo profundo del espíritu del que
ora y alaba a Dios, y pone de manifiesto de un modo pleno y perfec-
to la índole comunitaria del culto cristiano» (OGLH 270).
2. Expresión poética. El paso de la palabra al canto se produ-
ce, generalmente, a través de la función poética del lenguaje. Por
medio del canto la palabra alcanza una fuerza significativa mayor,
ganando en expresividad y en belleza. La palabra hablada y el canto
son dos modos diversos de expresión. Cuando se habla, de suyo lo
más importante es lo que se dice, o sea, la comunicación de una idea
o de un concepto. Sin embargo, el canto no se queda en esta finali-
dad práctica y, en cierto modo, utilitaria. Lo mismo que la poesía, el
canto contiene un mensaje en sí mismo, es una acción que se justifi-
ca por sí sola.
3. El canto crea comunidad, es decir, une y reftierza los víncu-
los de un grupo y es un signo de comunión. Cantar crea una atmós-
fera de sintonía, por encima de individualismos y diferencias de
cualquier tipo. El que canta sale de su aislamiento interior y se pone
en actitud de comunicarse; renunciando al propio tono de voz y al
propio ritmo, se acomoda al tono y al ritmo que exige el canto y
contribuye a la unidad del grupo. Los Santos Padres comparaban a
la Iglesia con un arpa en la que cada cuerda da su propio sonido,
pero suena una sola melodía: «mediante la unión de las voces se
llega a una más profimda unión de corazones»
4. Ambiente de fiesta. Los valores señalados antes convergen
todos en este último, es decir, en la fiesta como atmósfera que ha de
envolver toda la celebración. En este contexto, el canto sirve para
liberar sentimientos, normalmente inhibidos; la dimensión poética
contribuye fuertemente a crear un clima agradable, y los aspectos
comunitarios del canto provocan también un sentimiento gozoso co-
mún. En la celebración «hay que esforzarse en primer lugar por que
los espíritus estén movidos por el deseo de la genuina oración de la
Iglesia y resulte agradable celebrar las alabanzas divinas» (OGLH
279).
2. Papel en la celebración
" C f LÓPEZ MARTÍN, J., «Canto y música en la liturgia: punto de vista teológico»,
e n GAEINDO, A . ( d i r . ) , o p . e i t . , 1 9 5 - 2 2 0 .
114 P.ll. La celebración del misterio
1. El himno
2. La aclamación
" Sobre la musiea instrumental vease la Instrucción Musicarti sacrarti cit, nn 62-
67, cf AYARRA, J E , «Los instrumentos musicales en la liturgia», en Ph 169 (1989),
2 9 - 4 3 , STEFANI, G , « G l i i s t r u m e n t i e l a m u s i c a » , e n GELINEAU 1, 3 0 6 - 3 0 8
Cf STEFANI, G , «Essai sur les communications sonores dans la liturgie», en PLit
52 (1970), 99-106,232-242 y 319-336, ID , «II canto», en GELINEAU 1,280-298
C. 9. El canto y la música en la celebración 115
3 Meditación
4. Proclamación lírica
liturgia por el canto, la aclamación y el silencio (Madrid 1970); RAINOLDI, F., «Cele-
brare con il canto: ma che cosa cantiamo oggi?», en RL 75 (1988), 503-517; TAULE,
A., «Los cantos en las celebraciones litúrgicas. Teoría y praxis», Ph 188 (1992),
113-123; VELADO, B. , «Teología y pastoral del canto litúrgico. Punto de vista pastoral»,
e n GALINDO, A . ( d i r . ) , o p . c i t . , 2 2 0 - 2 4 3 .
" Instracción Musicam sacram, cit., n.7.
Cf ALDAZABAL, J., «El canto en las exequias», en P/I 182(1991), 111-123; ID.,
«El canto en Cuaresma y Semana Santa», ib. 187 (1992), 37-48; DUCHESNEAU, Cl., «Les
chants rituels dans la Messe», en L M D 192 (1992), 25-34; GELINEAU, J., et AA.AA.,
«Los cinco cantos del Ordinario», en Ph 30 (1965), 333-384; TAULE, A., «Los cantos
de la Misa», en Ph 92 81976), 138-143; VELADO, B., «El canto en la Liturgia de las
Horas», e n P a s t L 115/116 (1993), 80-105.
Cf. InstrucciónMusicam sacram, cit., nn. 19-24; ALVAREZ, T., «La función de los
C. 9. El canto y la música en la celebración 117
coros en las celebraciones», PastL 2\5/2\6 (1993), 56-67; COLS, D., «La schola can-
t o r u m » , e n OrH 15 ( 1 9 8 4 ) , 3 3 2 - 3 3 5 .
® C f ALDAZABAL, «LOS actores del canto litúrgico», en PastL 215/216 (1993),
41-55.
Cf. C. para la Educación Católica, Instrucción sobre la formación litúrgica en
los seminarios, de 3-VI-1979, en separata de Vocaciones, n.56.
I
CAPÍTULO X
LA PLEGARIA LITURGICA
BIBLIOGRAFIA
I. LA PLEGARIA LITURGICA
1. Fundamento bíblico
2. Primeros testimonios
1. Dimensión trinitaria
2. Dimensión cristológica
3. Dimensión eclesial
4. Dimensión antropológica
1. Actitudes internas
" Véanse las misas por diversas necesidades: ef AUGE, M., «Messe e orazioni per
vane necessità», en DELL'ORO, F. (dir.). Il Messale Romano del Valicano II, 2 (Leu-
mann-Tonno 1981), 399-418.
C f Cat 2096-2098 y 2628, LOPEZ MARTIN, J., «Adoración», en DTDC, 5-11.
C f OLM 19-22, OGLH 100-109; Cai 2585-2589
124 P.ll. La celebración del misterio
2. Dimensión corporal
C f Cat 2625-2649.
C. para el Culto Divino, La Liturgia Romana y la Inculturación. IV Instrucción
para aplicar la constitución «SC» (nn.37-40) (Typis Polyglottis Vatieanis 1994),
nn.41-42.
V é a n s e O G M R 2 0 - 2 1 ; O G L H 2 6 3 - 2 6 5 ; y ALDAZABAL, J . , « E l e u e r p o t a m b i é n
reza», en OrH 11 (1980), 177-180; ID., «La expresión corporal en la oración», ih. 21
(1990), 287-292; SAGNE, J. CE., «Le corps dans la priére», en Cath 12,2339-2347.
C.IO. La plegaria litúrgica 125
3. Eficacia
1. Eucología mayor
2. Eucología menor
BIBLIOGRAFIA
1. Nociones
2 Clases de comunicación
Otra cosa son las retransmisiones por radio o television cf Directorio para las
Misas en radio y television de 4-111 1996 (Madrid 1986), y «Cuadernos Phase» 44
(Barcelona 1993)
' Cf VALBttNA, F , «Comunicación interpersonal», en DCTC, 258-266 (Bibl ),
ID , «Comunicación colectiva», ib , 230 242
* C f CAFFAREL,C , « C o m u n i c a c i ó n n o v e r b a l » , e n D C T C , 2 6 6 2 7 8 , DAVIS, F , «La
comunicación no verbal» (Madrid 1992,18 ed ), HINDE, R A (dir ), La comunicazione
non verbale (Ban 1974)
132 P.ll. La celebración del misterio
3. Proceso de la comunicación
1. Comunicación sonora
2 Comunicación visual
Cf Instr Musicam sacram de 5-V 1967, ii 17, OGMR 23, 32,47, 88, 122, ete ,
O L M 28, 31, etc , O G L H 48, 201 y 2 0 2 , cf BUSQUET, P , «El silencio en la celebra-
ción», enP/i 92 (1976) 144-148, y RL 76/4 (1989)
1 I (> p.ll. La celebración del misterio
relación y resalta una intención. Por medio del gesto litúrgico el cre-
yente expresa sus disposiciones interiores y el ministro pone de ma-
nifiesto la acción de Dios que acoge, santifica, bendice, etc. No im-
porta que se trate de gestos estereotipados o que sean siempre los
mismos. La liturgia sólo pide que sean auténticos y que se realicen
con naturalidad y verdad.
2. La comunicación mediante el simbolismo y las imágenes uti-
liza, en primer lugar, los símbolos en sentido estricto y también
los iconos, las figuras, efigies o representaciones plásticas de Jesu-
cristo, la Santisima Virgen y los santos, en sí mismos o en escenas
de su vida. A esta categoría de comunicación pertenecen también los
elementos figurativos u ornamentales, como el vestido, las insignias,
los objetos litúrgicos, las flores y otros elementos que llenan el espa-
cio de la celebración.
3. Comunicación mediante el espacio. El local de la celebra-
ción y la disposición de los distintos «lugares» —como el altar, el
ambón, la sede y otros— crean también un ambiente significativo.
La arquitectura, más allá del resultado artístico y de la funcionalidad,
interpreta el espacio y comunica mensajes, traduciendo en estructu-
ras y en ornamentación los valores atribuidos a los diversos aspectos
de la existencia humana
" Cf. ALDAZABAL, J., «El incienso», en Gestos y símbolos, op cit, 62-67
Sobre el lenguaje litúrgico, además de los títulos citados al principio, cf LEGAR
DIEN, L , « Y a - t - i l u n l a n g a g e h t u r g i q u e ? » , Q L 6 2 ( 1 9 8 1 ) . 1 4 5 - 1 5 4 , PARENT, R , « L e
triple langage de l'acte hturgique», en NRT 96 ( 1974), 406-413, PISTOIA, A , «Introdu-
zione critica al dibattito recente sul linguaggio liturgico», en EL 94 (1980), 3-26.
138 P.ll. La celebración del misterio
" Cf. GIBERT, J., «Le lingue nella liturgia dopo in Concilio Vaticano II», en Not
1 5 6 / 1 5 8 ( 1 9 7 9 ) , 3 8 5 - 5 2 0 ; HAUSSLIN(Ì, A . , « L e n g u a l i t ú r g i c a » , e n S M 4 , 353-357,
LLABRES, P., «Las lenguas vivas en la liturgia», en Ph 137 (1983), 411-432, MARTI-
MORT, A G . , « L a n g u e s e t l i v r e s l i t u r g i q u e s » , e n Not 2 2 0 ( 1 9 8 4 ) , 7 7 7 - 7 8 6 , ROUIILARD,
PH , «Langues liturgiques», en Cath 7, 897-900.
™ Cf CDC, e. 838 Sobre las traducciones litúrgicas cf GUERRA, M , Las traduc-
ciones de los textos litúrgicos (Toledo 1990), VENTURI, G., «Traducción litúrgica», en
NDL, 1994-2004, VV AA., La traduzione dei libri liturgici Atti del Congresso Roma
1965 (Libreria Vaticana 1966)
Cf MAEDONADO, L., «Memoria y narratividad, denominador común de la teolo-
gia litúrgica y de la teologia politica», Ph 88 (1975), 297-307.
^^ Cf ALTISERI, D., El problema del lenguaje religioso (Madrid 1976); TORNOS, A.,
«Causas de la crisis del lenguaje religioso», en Conc 85 (1973), 165-176.
c.l ì. La comunicación y ei lenguaje liiúrgico 139
Cf CHAUVET, A., «La dimension biblique des textes liturgiques», en LMD 189
(1992), 131-147; PAESINI, R. (dir.). Il jondamento biblico del linguaggio liturgico
(Milano 1991); HUERRE, D , «Une liturgie impregnée par l'Ecriture», en LMD 190
( 1 9 9 2 ) , 7-24, ete.
^^ Cf LADRIERE, J , «La performatividad del lenguaje litúrgico», en Conc 82
(1973), 215-229
^^ C f MAGGIANI, S., «Linguaggio rituale per celebrare», en Commissione E per la
Liturgia (ed.). Celebrare oggi (Roma 1989), 37-68.
Cf GUARDINI, R , «La severa majestad de la liturgia», en El espíritu de la liturgia
(Barcelona 1962), 159-180.
" Cf C. psiXdi A CvàioUnvcLO, La Liturgia Romana y la Inculturación Instrucción
para aplicar la constitución «SC» (nn 37-40) (Roma 1994), n.39.
I
Í
CAPITULO XII
EL SIMBOLISMO LITURGICO
En la l i t u r g i a , m e d i a n t e s i g n o s s e n s i b l e s , se s i g n i f i c a
y s e r e a l i z a , s e g ú n cl m o d o p r o p i o d e c a d a u n o , la s a n t i -
f i c a c i ó n del h o m b r e ( S C 7 )
BIBLIOGRAFIA
t,
142 P.II. La celebración del misterio
I. NOCIONES BASICAS
1. El signo
2. El símbolo
' Cf. BERNARD, GH. A., «Panorama des études symbolíques», en Gre 55 (1974),
379-392; RAHNER, K., «Para una teología del símbolo», en Escritos de Teologia 4
(Madrid 1964), 283-321; Ruiz, F., «Símbolo», en DE 3, 393-395; SARTORE, D., «Sig-
n o / S í m b o l o » , e n N D L , 1 9 0 9 - 1 9 2 1 , y e n D T I 4 , 3 0 7 - 3 2 2 ; SCHEETTE, H . R . , e n « S í m b o -
l o » , e n C F T 4 , 2 7 1 - 2 7 9 ; SPEETT, J . , « S í m b o l o » , S M 6 , 3 5 4 - 3 5 9 .
^ SAN AGUSTÍN, De Doctr. christ. 2,1, en PL 34,35.
I C.12. El simbolismo litúrgico
3 Cat 1145.
^ Cf. Caí 1147-1148.
144 P.ll. La celebración del misterio
1 El simbolismo bíblico
' JUNO, C , El hombre y sus símbolos (Madnd 1967), 21, cf ID , Simbologia del
espíritu {Mexico QV 1964)
' Cf MARTIN VELASCO, J , El hombre ser sacramental (Raices humanas del simbo
hsmo) {M&áná 1988), 39 46
' Cf C a n 146 y 1149
Cf hun!.í.K,M , El mensaje de los símbolos Mitos culturas y religiones (Barce-
lona 1992), 59-76 Veanse también BEIOBEDER, O , Léxico de los símbolos (Madnd
1989), CIRLOT, J E , Diccionario de símbolos (Barcelona 1978), CHAMPEAUX, G DE-
STERCKX, S , Introducción a los símbolos (Madnd 1989), CHEVALIER, J , Diccionario
de los símbolos (Barcelona 1986), ELIADE, M , Imágenes y símbolos (Madrid 1974),
FRUTIGER, A , símbolos marcas ¿•EÑA/EJ (Barcelona 1981), etc
' Cf LURKER, M , Dizionario delle magmi e dei simboli biblici (Cmisello B
1991), también DANIELOU, J , Los símbolos cristianos primitivos (Bilbao 1993)
I C.12. El simbolismo litúrgico 145
2. El simbolismo en la liturgia
" Cf ALDAZABAL, J., Gestos y símbolos, «Dossiers del CPL» 40 (Barcelona 1989);
BARTOII, L., La chiave per la comprensione del simbolismo e dei segni nel sacro
(Trieste 1982); GUARDINI, R., Los signos sagrados ( B a r c e l o n a 1957); URECH, E., Dic-
tionnaire des symboles chrétiens (Neuehàtel 1972); WEIDINGER, G., Gesti, segni e
simboli nella liturgia (Torino-Leumann 1985).
C f CIBIEN, C., « G e s t o s » , en N D L , 9 1 9 - 9 2 9 ; LAURENTIN, A., Liturgia en cons-
trucción. Los gestos del celebrante (Madrid 1967); LUBIENSKA, H., LA liturgia del gesto
( S a n S e b a s t i á n 1 9 5 7 ) ; MARTIMORT, 2 0 0 - 2 1 0 ; NEUNHEUSER, B . , « G e s t o s l i t ú r g i c o s » , e n
D P A C 1, 9 4 8 - 9 4 9 ; RIGHETTI 1, 3 2 9 - 3 8 2 .
" Cf MOLE, X., «Peregrinaciones», en DE 3, 146-148; Rosso, ST., «Procesión»,
en NDL, 1639-1648; y RL 79/4 (1992).
" Cf DEBARGE, L., «De la danse sacrée à la liturgie dansante», en MélScR 49
(1992), 143-161.
" C f FRANCO BEATRICE, P . , La lavanda dei piedi ( B E L S 28, R o m a 1982).
148 P II La celebración del misterio
V. EL RITO
" KFNNIDY, E , «Valor del rito religioso para el equilibno psicológico», en Conc
62 (1971), 212-218, aquí 212; VEROoit, A., «Regards du psychologue sur le symbo-
lisme liturgique», en LMD 91 (1967), 129-151. Para las restantes dimensiones del rito
cf BOUSQUET, F , Le nie (Pans 1981), CAZENEUVF, J , La sociología del rilo (Buenos
A i r e s 1972), MAGGI ANI, S , « R i l o - R i t o s » , en N D L , 1 7 4 3 - 1 7 5 1 , MALDONADO, L., « T e o -
ría y praxis de la ritualidad», en P/i 107 0 978), 423-441, RIZZI, A., «Rito», en DTl 4,
204-220, etc
C f MARTIN VELASCO, J , Lo ritual en tas religiones (Madnd 1986), 15-33,
también BOUYFR, L , El rito y el hombre Sacralidad natural y liturgia (Barcelona
1967).
" Véase la descripción de cada tipo en TERRIN, A N., «Antropologia cultural», en
NDL, 111-136, aquí 127-131, y su aplicación a la liturgia-/¿>, 132-135
150 P.II. La celebración del misterio
CO s e ñ a l a u n a r u p t u r a t o t a l r e s p e c t o d e l a r i t u a l i d a d r e l i g i o s a u n i v e r s a l .
E s t o q u i e r e d e c i r q u e e n l o s ritos c r i s t i a n o s e x i s t e u n a « c o n c e n t r a c i ó n
cristológica» c o m o n o r m a y carácter específico
Por otra parte, los ritos cristianos expresan y realizan el misterio
de la Iglesia como «señal e instrumento de la unión íntima con Dios
y de la unidad de todo el género humano» (LG 1; cf SC 2; LG 48).
En este sentido, la ritualidad de la liturgia gira en tomo a la Eucaris-
tía y a los sacramentos, que constituyen la Iglesia y manifiestan y
comunican a los hombres el misterio de la salvación (cf Cat 1118).
' ' Cf. HAMELINE, J. Y., «Observations sur nos manières de célébrer», en LMD 192
(1992), 7-24. De la dimensión corporal de la plegaria se ha hablado en el capítulo X.
à
CAPÍTULO XIII
EL TIEMPO DE LA CELEBRACION
La santa madre Iglesia considera que es su deber cele-
brar la obra de la salvación... en días determinados a lo
largo del año (SC 102).
BIBLIOGRAFIA
I. EL TIEMPO
El tiempo es una de las nociones más complejas y difíciles de
explicar que tiene el hombre. «¿Qué es el tiempo? Si nadie me lo
154 P.ll. La celebración del misterio
1. El tiempo cósmico
2. El tiempo sagrado
Surge así una noción nueva del tiempo, o mejor, una caracterís-
tica de determinados tiempos en los que ocurre o va a ocurrir algo.
El hombre trata entonces de delimitar el «poder» del tiempo y de
traspasar, con el menor riesgo posible, el umbral que le introduce en
ese tiempo «distinto», llamado tiempo sagrado, frente al tiempo or-
dinario Ambos están dentro del tiempo cósmico, pero se tiene la
impresión de que el tiempo sagrado es un espacio circunscrito, un
paréntesis en el devenir de las cosas, un instante sustraído a la eter-
nidad. El tiempo sagrado se convierte entonces en una hierofanía. El
3. El tiempo histórico-salvífico
4. El tiempo litúrgico
II. LA FIESTA
1. Noción
2. Estructura humano-religiosa
MARIIN VELASCO, J., «Recuperar la fiesta cristiana», en Comm 4/3 (1982) 145-161;
PFRNIGOTTO, A., «Cosa é la festa cristiana?», en EL 87 (1973), 75-120; y «Cuadernos
Phase» 27 (Barcelona 1991 ).
' C f MALDONADO, L., La religiosidad popular, nostalgia de lo mágico (Madrid
1975), 193-218.
MARTÍN VELASCO, J., «La fiesta. Estructura y morfología de una manifestación
r e l i g i o s a » , mPh 63 (1971), 239-255.
158 P.ll. La celebración del misterio
1. El ritmo anual
2. El ritmo diario
" NUALC 17; cf. SC 102. Del año litúrgico se tratará en el cap. XVIII.
Esta fiesta, ligada al plenilunio de primavera, se celebra no obstante, por decisión
del Concilio de Nicea (a. 325), el domingo siguiente. Esto hace que su celebración
oscile entre el 22 de marzo y el 25 de abril.
C f LÓPEZ MARTIN, J . , « E l a ñ o l i t ú r g i c o , c e l e b r a c i ó n d e la v i d a » , e n TROBAJO, A .
(dir.). La fiesta cristiana (Salamanca 1992), 65-100.
NUALC 3.
160 P.ll. La celebración del misterio
3. El ritmo semanal
generale, que rige las celebraciones del año litúrgico de toda la litur-
gia romana, fue promulgado en 1969 22. Además existen los calenda-
rios de las Iglesias locales y de las familias religiosas, denominados
calendarios particulares
BIBLIOGRAFIA
I. EL ESPACIO C E L E B R A T I V O
' Cf. supra. n. 14 del cap.XI; y DAI MAIS, 1. H., «Le reflet de sa gioire. Architecture
et iconographie chrétiennes», en LMD 114 (1973), 68-84; VV.AA., Espace sacre et
architecture moderne (Paris 1971); VARALDO, G., La chiesa casa del Popolo di Dio.
Liturgia e architettura (Torino-Leumann 1974); ZUNZUNEGUI, J. M., LA Iglesia casa del
Pueblo de Dios. Liturgia y arquitectura (San Sebastián 1979).
164 P.ll. La celebración del misterio
1 El espacio sagrado
2 El templo en la Biblia
3 El espacio litúrgico
1 Configuración general
2 Aportaciones posteriores
' PÍO XII, en la eneieliea Mediator Dei (aflo 1947), invito a ello, en GUERRERO 1,
239-241
" Veanse el mensaje del Concilio Vaticano II a los art'stas y los discursos de
Pablo VI, en PLATERO, R PEREZ DEI RIO, J A (ed ), Arte sacro Orientaciones y
normas (Oviedo 1986), 17 41 y OÑATIBIA, I , «Relaciones con los institutos de arte
sacro», en A^oí 270/271 (1989), 160-168
' Vease el apartado 2 del capitulo IX
Cf CHENIS, C , Fondamenti teorici dell arte sacra Magistero post-conciliare
(Roma 1991), y BALTHASAR, H U VON, «Revelación y belleza», en&savosíeo/ogicoí
1 (Madrid 1964), 127-166, EVDOKIMOV, P , Teologia de la belleza El arte del Icono
(Madrid 1991), GATTI, V , «Arte», en NDL, 156-165, HERWEGEN, 1, Iglesia arte
misterio (Madrid 1960) ROUEF, A An et liturgie (Pans 1992), y Conc 152 (1980),
LMD 159 (1984), Ph 119 (1980), 143 (1984)
168 P.ll. La celebración del misterio
1. Estética
Las obras verdaderamente artísticas facilitan al hombre el acceso
a los niveles más profundos del misterio. «Por ello, la santa Madre
Iglesia ha sido siempre amiga de las bellas artes, ha buscado cons-
tantemente su noble ministerio e instruyó a los artistas, sobre todo,
para que las cosas destinadas al culto sagrado fueran realmente dig-
nas, elegantes y bellas» (SC 122).
La intención de la Iglesia es facilitar el encuentro del hombre con
Dios dentro de un ámbito de dignidad y belleza, como expresión de
la infinita hermosura de Dios y signo de las realidades que se cele-
bran en la liturgia. Por esto el arte cristiano en general y el arte
litúrgico en concreto han buscado siempre el equilibrio entre el mis-
terio y la forma, o entre la verdad y la belleza, de tal manera que la
forma esté siempre al servicio del misterio celebrado y la belleza se
convierta en el rostro visible de la verdad ' '.
Más aún, si se tiene en cuenta el misterio de Cristo, icono del
Dios invisible (cf Col 1,15, etc.), se encuentran nuevos motivos para
dar al arte toda la importancia que tiene en la liturgia. En el rostro
humano de Jesús reverberaba la gloria de Dios (cf 2 Cor 4,4-6; Heb
1,3), como señal de que la encamación ha alcanzado a la materia,
transformándola y llenándola de la energía del Espíritu, capaz de
llegar a todo hombre (cf Ef 4,24) y a tod^a realidad creada (cf Sab
1,7; Rom 8,19-22). En este sentido, el arte auténtìco significa la
transfiguración de la creación.
2. Idoneidad
Bajo esta expresión se entiende la competencia de los lugares de
la celebración y de todos los objetos que entran en él, para servir a
los fines de la liturgia. Los documentos de la reforma litúrgica seña-
lan algunas funciones del espacio celebrativo '2;
a) Desde el punto de vista de la comunicación en el interior de
la asamblea que celebra, la arquitectura debe hacer posible la consti-
' ' Cf GUARDINI, R., «La severa majestad de la liturgia», en El espíritu de la liturgia
(Barcelona 1962), 159-180.
Por ejemplo, OGMR cap.V; y lospraenotanda del Ritual de la dedicación de la
iglesia y del altar (Coeditores Litúrgicos 1979) (= RDIA); el Código de Derecho
Canónico de 1984 (= CDC), y el Ceremonial de los Obispos (trad, del CELAM, 1991 )
(= CE). También IGUACEN, D., La Iglesia y su patrimonio cultural (Madrid 1984);
Secretariado N. de Liturgia, Ambientacióny arte en el lugar de la celebración (Madrid
c.l3. Eltiempode la celebración 169
" RDIA p. 24; cf. OGMR 253-257; CDC c.1214-1234. C f DUVAL, N., «Edificio
de culto», en DPAC 1, 664-682; GAILLARD, J,, «Domus Dei», en DSp 3 (1957),
1551-1567, etc.
H CE 42-44; SC 41; LG 26; ef supra, n.9 del cap. VIII.
OGMR 273.
OGMR 274-275.
170 P.ll. La celebración del misterio
colores», en Gestos y símbolos («Dossiers del CPL» 40, Barcelona 1989), 34-41 y
49-54, PASTOREAU, M , «Ordo eolorum Notes sur la naissance des eoleurs liturgiques»,
en L M D 176 (1989), 54-66, SALMON, P , Etude sur les insignes du Pontífice dans le
Rite Romain (Roma 1955), etc
" O G M R 289-296, cf. BUSQUET, P , «El arte y los objetos sagrados», en Ph 82
(1974), 373-380, COCCHINI, F., «Cáliz», en DPAC 1, 350, etc.
Cf O G M R 80, 268-270; 287-288; 311-312, CE 125.
C f C E 48, 236, 252, 299, 824, 873 b, 929, 931 a, 1104, etc
Cf BEYRON, G , «L'orgue en perspective historique», en L M D 193 (1993),
141-166, ete.
31 Cf LECLERCQ, H , «Cloche, clochette», en DACL 3 (1914), 1954-1977.
Cf DEMETRIO I, «Teología y espiritualidad del Icono», en Ph 168 (1988), 527-
541, y DONADEO, M., El icono, imagen de lo invisible (Madrid 1989), GIRAUD, M. F.,
Aproximaciones a los iconos (Madrid 1990), OUSPENSKY, L , Théologie de l'icône dans
l'Eglise Ortodoxe (Pans 1980); QUENOT, M., El icono, ventana al absoluto (Bilbao
1990), TORRA CUIXART, L M., «LOS iconos, ventana a la eternidad», enNova et Vetera
35 (1993), 23-59 (BibL); y Vita Monastica 179 (1989), etc.
C f BOESPELUNG, F.-LOSSKY, N., Nicée 11 787-1987 Douze siècles d'images
religieuses (Pans 1987), FRANQUESA, A , «El Concilio II de Nicea y el icono», en Ph
143 (1984), 417-435; CROUZEL, H , «Les raisons théologiques du culte des images selon
Saint Jean Damascène», en No/ 250 ( 1987), 285-308; DISTANTE, D. (dir ), l a legitimità
del culto delle Icone (Ban 1988); LOPEZ MARTIN, J., «La veneración de las imágenes
en la Iglesia Católica», en Past Ecuménica 1 ( 1990), 30-48, PERI, V., «Roma e la crisi
dell'iconoclastia», enTVoi 255 (1987), 1042-1097, etc
172 P.ll. La celebración del misterio
LA EUCARISTIA
La Iglesia procura con sumo cuidado que los fieles no
asistan a este misterio de fe como espectadores mudos o
extraños, sino que, comprendiéndolo bien, mediante ri-
tos y oraciones, participen consciente, piadosa y activa-
mente en la acción sagrada (SC 48).
BIBLIOGRAFIA
3 RUIZ BUENO, D. (ed.), Padre.s Apostólicos (BAC 65, Madrid 1967), 86-88 y 91;
cf MAZZA, E., «Didaché IX-X. Elementi per una interpretazione eucaristica», en EL
92 (1978), 393-419, ete.
^ Ad Philad 4; Ad Esmirn. 8, etc. en Ruiz BUENO, D. (éd.), op. cit., 483 y 493; cf
PERLER, O., «Eucharistie et unité de l'Eglise d'après saint Ignace d'Antioche», en
XXXV Congreso Eucaristico Internacional de Barcelona (1952), 2 (Barcelona 1953),
424-429.
' El texto se analizará en el cap. XIX.
' Apol 1,65-67: véase el texto en Ruiz BUENO, D. (ed.). Padres Apologistas griegos
( s . 11) ( B A C 1 1 6 , M a d r i d 1 9 5 4 ) , 2 5 6 - 2 5 9 .
' BOTTE, B. (ed.). La Tradition Apostolique de Saint Hippolyte (LQF 39, Münster
i. W. 1963); cf HANSSENS, J. M,, La liturgie d'Hippolyte (Roma 1959), etc.
« C f JUNGMANN, J. A.,op. cit., 206-208; NOCENT, A., en Anamnesis 3/2, 189-190.
178 P.III. Los signos del misterio
2. La liturgia de la Palabra
Cf PARNÉS, P., «El acto penitencial de la Misa», enPk 165/166 (1988), 235-245;
FRANQUESA, A., «El acto penitencial en la Misa», ib., 187 (1992), 63-70, etc.
23 Cf OGMR 8; 9; 33; OLM 10 y 11-30. De la liturgia de la Palabra se ha tratado
en el cap. VII.
2" Cf BEELAVISTA, J, «La oración de los fieles», enPli 165/166 (1988), 261-270; y
RL74/1 (1987); O r / / 2 3 / 7 - 8 (1992).
c. 15. La eucaristía 183
V. LA CONCELEBRACION
LOS SACRAMENTOS
Los sacramentos están ordenados a la santificación de
los hombres, a la edificación del cuerpo de Cristo y, en
definitiva, al culto a Dios, pero, como signos, tienen
también un fin instmctivo... Es muy importante que los
fieles comprendan fácilmente los signos sacramentales y
reciban con frecuencia los sacramentos instituidos para
alimentar la vida cristiana (SC 59).
BIBLIOGRAFIA
' Publicados o en curso de publicación: ARNAU, R., Tratado general de los sacra-
mentos (Madrid 1994); OÑATIBIA, I., Bautismo y Confirmación; GESTEIRA, M., La
Eucaristia; ARNAU, R., Orden y Ministerios; FLÓREZ, G., Penitencia y Unción de
enfermos (Madrid 1993); ID., Sacramento del Matrimonio.
188 P.III. Los signos del misterio
1. Celebraciones de la Iglesia
2. Elementos dinámicos
La celebración de los sacramentos comprende la liturgia de la
Palabra, para que se ponga de manifiesto la íntima unidad entre la
Palabra y el rito (cf SC 35). Más aún, las lecturas bíblicas son una
«proclamación de las maravillas obradas por Dios en la historia de la
salvación o misterio de Cristo, que está siempre presente y obra en
nosotros, particularmente en las acciones litúrgicas» (ib.). Con esta
finalidad se han seleccionado lecturas oportunas para cada sacra-
mento
En este contexto, la homilía contribuye a suscitar la fe e iluminar
los corazones de quienes van a recibir los sacramentos (cf SC 59).
De la misma manera los cantos previstos por la misma liturgia, es-
pecialmente los salmos, alimentan la fe y favorecen una participa-
ción más provechosa
La celebración tiene su ritmo, su tiempo de acción y su tiempo
de contemplación. La recomendación de que algunos sacramentos se
realicen en el interior de la celebración eucaristica (cf SC 71; 78)
expresa la orientación de todos los hacia la Eucaristía (cf PO 5). La
" Cf. OGMR 326; 330; OLM 72; 87-88; BOGGIO, G., «Temí del lezionarío delle
Messe rituali», en VV.AA., Il Messale Romano del Vaticano II, 2 (Leumann-Torino
1 9 8 1 ) , 3 3 4 - 3 9 5 ; LOPEZ MARTIN, J . , « E l L e e e i o n a r i o d e l R i t u a l d e O r d e n e s » , e n Ph 139
( 1984X 23-36; RINAUDO, S., «Il Lezionario del rito della Penitenza», en RL 62 (1975),
1 0 9 - 1 2 3 ; TENA, P . , « E l L e e e i o n a r i o d e la C o n f i r m a e i ó n » , e n Ph 6 9 ( 1 9 7 2 ) , 2 8 1 - 2 8 7 ;
etcétera.
^ C f Secretariado Nacional de Liturgia, Canto y música en la celebración. Direc-
torio litúrgico pastoral (EDICE 1992), nn. 178-191.
190 P.III. Los signos del misterio
litúrgico», en SalTer 60 ( 1972), 483-502; SIRBONI, S , «Dal libro liturgico alla celebra-
zione», en RL 77 (1990), 37-56; SODI, M., «Il libro liturgico: strumento per la celebra-
zione o per la vita?», ih 72 (1985), 455-468
' Cf CoGoi, R., - COLOMBO, G., «Le condizioni della celebrazione nei sacramenti»,
en RL 75 (1988), 359-404; LOPEZ MARTIN, J., «El «modelo» de pastoral de los sacra-
mentos en el Vaticano II y en los actuales rituales», enPh 156(1986), 479-508, etc
® SC 63 b; CDC, c 826 y 838; C. para el Culto Divino, La Liturgia Romana y la
Inculturación IV Instrucción para aplicar la constitución «SC» (nn 37-40) (Roma
1994). Cf CHUPUNGCO, A. J., «L'adattamento della liturgia dei sacramenti principi e
possibilità», en Anamnesis 3/ì, 365-404, OÑATIBIA, I„ «¿Para cuándo las adaptaciones
profundas?», en Ph 103 (1978X 9-32, etc.
' C f «Relación final» Il,B,b,2, en Documentos del Sínodo 1985 (BAC, Madnd
1986), 14.
Véase la reflexión de san Ambrosio, en De Mysteriis 1,2, ed. BOTTE, B., Des
Sacrements Des mystères (Paris 1961), 156-157. De la catcquesis litúrgica y de la
mistagogia se tratará en el cap. XXVIII.
192 P.III. Los signos del misterio
" Cf Ca/ 1229 y 1233, LG 11, PABLO VI, Const Apostòlica Dmnae consortium
naturae, de 15-VIII-1971, en A A S 63 (1971), 657-664, aquí 657, etc
Ordo Initiationis Christianae Adultorum (Ed typica, Typis Polyglottis Vatiea-
nis 1972), ed oficial española de Coeditores Litúrgicos 1976 Cf DUJARIER, M La
iniciación cristiana de los adultos (Bilbao 1986), y EL 88/3 (1974), L M D 132 (19'77)-
«Quaderni di Rivista Liturgica» N S 8 (Leumann-Tonno 1985), y RL 66/3 (1979)'
Véase la bibliografía de LOPEZ MARTIN, J , en PA 171 ( 1989), 225-240, espec 234-236.
Ordo Baptismi parvulorum (Ed typica, Typis Polyglottis Vaticams 1969) ed
española de Coeditores Litúrgicos 1970 Cf NOCENT, A , «Bautismo», en NDL, 189-
210; RODRÍGUEZ DEL CUETO, C , «Ordo Baptismi parvulorum Un paso importante en la
r e n o v a c i ó n litúrgica», en StLeg 18 (1977), 9 - 4 8 , y E L 84/1 ( 1 9 7 0 ) , L M D 98 (1969)-
C. 16. Los sacramentos 193
" Cf. Observaciones generales previas del ritual De Ordinatione Episcopi, pres-
byterorum el Diaconorum (Ed typiea altera, Typis Polyglottis Vatieanis 1989), n.6.
Ed typica, Typis Polyglottis Vatieanis 1968, ed española Ritual de Ordenes
(Coeditores Litúrgicos 1977) Cf B o u t , B , «Le nouveau rituel d'ordination», en QLP
49 (1968), 273-278, y EL 83/1-2 (1969), LMD 98 (1969), 102 (1970), LJ 19 (1969),
Ph 139 (1984), RL 56/1 (1969), RivPL 33 (1969) Consúltese LÓPEZ MARTIN, J.,
«Ordenación para el ministerio Notas bibliográficas», en Salm 39 (1992), 131-160,
aquí 149-152
Cf. GARC IA MAC IAS. A., El modelo de presbítero segun la actual «Prex Ordina-
tionis presbvterorum» (Toledo 1995), FERRARO, G , Le preghiere di ordinazione al
diac onato, al presbiterato e ali 'episc opato (Napoli 1977), etc
Cf. LESSI-ARIOSTO, M , «Commentanum [De Ordinatione Episcopi ], en Not
283 (1990), 95-115, LOPEZ MAR UN, J , «La II edición típica de los rituales del Orden y
del Matrimonio», enPasíL 199/200(1990), 10-23, y LMD 186 (1991 );/>/! 186(1991).
196 P.III. Los signos del misterio
BIBLIOGRAFIA
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2. La consagración de vírgenes
" Ordo consecrationis virginum (Ed. typica, Typis Polyglottis Vatieanis 1970); ed.
española: Ritual de la Profesión religiosa y Consagración de Vírgenes (Coeditores
Litiirgicos 1979). Cf. ORIOL, J., «El nuevo rito de la consagración de vírgenes», en PA
63 (1971), 292-296; RAMIS, G., «¿Para qué sirve el Ritual de la consagración de
vírgenes?», en Ph 131 (1982), 385-398; ID., «Consagración de vírgenes y profesión
r e l i g i o s a » , e n BOROBIO 3 , 5 2 7 - 5 4 8 ; y E L 9 5 / 4 - 5 ( 1 9 8 1 ) ; 9 6 / 2 ( 1 9 8 2 ) y L M D 110
(1972).
' Cf CALABUIG, I.-BARBIERI, R., «Virginidad consagrada en la Iglesia», en NDL,
2061-2081; RAMIS, G., La consagración de la mujer en las liturgias occidentales
(Roma 1990), etc.
« C f BAUDOT, J., «Bénédiction d'un abbé et d'une abbesse», en DACL 2 (1910),
723-727, ete.
200 P . I I I . Los signos del misterio
4. La profesión religiosa
' Ordo benedictionis Abbati': et Abbatissae (Ed typicae, Typis Polyglottis Vatica-
nis 1970), trad española «Bendición de un Abad o de una Abadesa», en Rituales de
la dedicación de iglesias y de altares y de la bendición de un Abad o una Abadesa
(Coeditores Litúrgicos 1979), 135-167 Cf NOCENT, A , L 'Ordo benedictionis abbatis
et abbatissae, en R L 60 (1973), 3 2 1 - 3 2 5 , ete
Ordo Professionis Religiosae (fíá typica Typis Polyglottis Vaticanis 1970), ed
española Ritual de la Profesión religiosa y Consagración de Vírgenes, cit Cf FARNES,
P , «La nueva liturgia de la profesión religiosa», en Ph 60 (Ì 970), 580-587, RAMIS, G.,
«El Ritual de profesión religiosa y consagración de vírgenes (Aproximación teologi-
ca)», enPh 117 (1980), 199-228, y «Cuadernos Phase» 6 y 36 (Barcelona 1988 y
1992)
1" Cf AUGE, M., «Profesión religiosa», en NDL, 1659-1674, CANALS, J. M , «Pro-
fesión rehgiosa», en DTVR, 1407-1425, etc.
C. / 7. Los sacramentales 201
" Cf n 7 de los praenotanda del cap U del Ordo dedicationis Ecclesiae et Altaris
(Ed typica, Typis Polyglottis Vatieanis 1977), trad española Rituales de la dedicación
de Iglesias y de altares y de la bendición de un abad y de una abadesa, op cit, 26
San Ambrosio, en el aflo 336, dedicó de este modo la iglesia de Milán Ep 22, en
PL 16, 119-126 El papa Vigilio (t 555) informó a Profuturo de Braga de cómo se hacía
la dedicación en Roma, en PL 84, 829-832.
202 P.III. Los signos del misterio
" Cf. MAIER, P.. Die Feier der Missa chrismatis (Regensburg 1990), 33-232;
ROOUES, J., «La préface consécratoire du chrême», L M D 49 (1957), 35-49, etc.
" Ordo henedicendi olea et eonftciendi Crisma (Ed. typica, Typis Polyglottis
Vatieanis 1970); en España está publicado en el Ritual de Ordenes (Coeditores Litúr-
gicos 1977), 205-220. C f AROZTEGUI, F. X., «Consagración del crisma», en OrH 24
(1993), 475-480; SORCI, P., « L ' o l i o per l'unzione. C o m m e n t o alla benedizione
dell'olio», en RL 80 (1993), 54-84, etc.
Sobre la bendición biblica c f supra n.2 del cap. X.
" BOTTE, B. (éd.). La Tradition Apostolique de saint Hippolyte (MùnsX&c'^. 1963),
nn.5-8; 29 y 31 -32. C f SODI, M., «Bendición», en N D L , 210-230; TRIACCA, A. M.-Pis-
TOIA, A. (dir.). Les bénédictions et les sacramentaux dans la liturgie (BELS 44, Roma
1988), etc.
™ De benedictionibus (ed. typica, Typis Polyglottis Vatieanis 1984); ed. española;
FIENRFICÍONA/(Coeditores L i t ú r g i c o s 1 9 8 6 ) . C f LOPEZ MARTIN, J . , « L a s o r i e n t a c i o n e s
generales del Bendicional», en Ph 157 (1987), 45-57; ID., «Las bendiciones», en
204 P.III. Los signos del misterio
IV LOS EXORCISMOS
V LAS EXEQUIAS
1 Signifícado
CAPÍTULO XVIII
EL AÑO LITURGICO
BIBLIOGRAFIA
1. El n o m b r e
2. El concepto
En el capítulo Xlll se estudió el tiempo como ámbito de la ac-
ción de Dios en la vida y en la historia de los hombres. Ahora se
trata de profundizar en el significado del tiempo litúrgico según el
ritmo anual, aunque lo que se dice tiene aplicación a todos los tiem-
pos de la celebración.
En efecto, el Vaticano 11 habla de «sagrado recuerdo en dias de-
terminados», de desarrollo «del misterio de Cristo en el circulo del
año» y de conmemoración de «los misterios de la redención» (cf SC
102). En las citadas expresiones se pueden reconocer las huellas del
pensamiento teológico de Odo Casel
En este sentido, el año litúrgico es un espacio de gracia y de
salvación (cf 2 Cor 6,2), continuación del año jubilar bíblico perpe-
tuado por Jesús (cf Le 4,19.21). Puede definirse como la celebra-
ción del misterio de Cristo y de la obra de la salvación en el espacio
del año (cf SC 102). Por eso es un signo que representa, tanto en
Oriente como en Occidente, la concreción histórica y dinámica de la
presencia del Señor en la vida de la Iglesia
Pero el año litúrgico es también el resultado de la búsqueda, por
parte del pueblo de Dios, de una respuesta al misterio de Cristo
por medio de la conversión y de la fe, fruto de un itinerario roturado
por la experiencia de la Iglesia a lo largo de los siglos.
" Cf CASEL, O , El misterio del culto (San Sebastián 1955), 151-170; Véase tam-
bién NEUNHEUSER, B , «L'année liturgique selon Dom Casel», en QLP 38 (1957)
286-298 También MARSILI, S., LOS signos del misterio de Cristo (Bilbao 1993), 319-
408, NEUNHEUSER, B., «II mistero pasquale, "culmen et fons" dell'anno liturgico», en
R L 6 2 (1975), 151-174, etc.
' Sobre el aflo litúrgico en las liturgias orientales cf BELLAVISTA, J , «La celebra-
ción del tiempo en las Iglesias orientales», en Ph 113 (1979), 367-375, CORBON, J ,
«L'année liturgique byzantine (Structure et mystagogie)», en POC 38 (1988), 18-30,
FEDERR I, T , Z, 'anno liturgico nei riti orientali (Roma 1972), SAMIR, S Kh , «L'anné
liturgique copte», en POC 39 (1989), 26-34 Sobre el año litúrgico en las liturgias
occidentales no romanas cf TRIACCA, A. M., «Teología dell'anno liturgico nelle litur-
gie occidentali antiche non romane», cn Anamnesis 6, 307-366
* C f TALLEY, Th., Le origini dell'anno liturgico (Brescia 1991), VERHFUL, A,
«L'année liturgique, de l'histoire á la théologie», en QL 74 (1993), 5-16
212 P.IV. La santificación dei tiempo
2. Desarrollo posterior
EL DOMINGO
La Iglesia, desde la tradición apostólica que tiene su
origen en el mismo día de la resurrección de Cristo, ce-
lebra el misterio pascual cada ocho días, en el día que se
llama con razón día del Señor o domingo (SC 106)
BIBLIOGRAFIA
' Cf BACCHIOCC HI, S , Du Sabbat au Dimanche Une recherche historique sur les
origines du Dimanche chretien ( P a n s 1984), LOPEZ MARTIN, J , «El o n g e n del domin-
220 P.IV. La santificación dei tiempo
1 Testimonios bíblicos
2 Didaché 14,1, en Ruiz BUENO, D., Padres Apostólicos. Texto bilingüe completo
(BAC 65, Madrid 1967), 91. También en RORDORF, W., Sabato e domenica nella
Chiesa antica (Tonno 1979) (= RORDORF), 134-135.
SAN IGNACIO DE ANTIOQUÍA, Ad Magnesios 9,1-2, en Ruiz BUENO, D., op. c i t , 464;
y e n RORDORF 1 3 4 - 1 3 5 .
" Carta del Pseudo-Bemabé (Ep. 15,9), en Ruiz BUENO, D., op. cit., 803; y en
RORDORF 2 6 - 2 9 .
3 SAN JUSTINO, Apol 1,67, en Ruiz BUENO, D., Padres Apologistas griegos (BAC
116, Madrid 1954), 258-259; y en RORDORF 136-141; cf. LEGARDIEN, L., «Comment les
chrétiens du IP siècle passaient-ils le dimanche?», en QL 66 (1985), 38-40.
222 P.IV. La santificación dei tiempo
' RORDORF, W., El domingo, op. cit., 233. El autor reafirma esta opinión en LMD
148 (1981), espec. 111-122; cf. LEMMFNS, E., «Le dimanche à la lumière des appari-
tions pascales», en QL 73 (1992), 177-190; LOPBZ MARTIN, J., art. cit., 295-297.
Cf BOTTE, B., «Las denominaciones del domingo en la tradición cristiana», en
«Cuademos Phase» 24 (Barcelona 1990), 11-32; DANIÉLOU, J., Sacramentos y culto
según los SS. Padres (Madrid 1962), 259-329; MARTIMORT, A.-G., «El domingo», en
Ph 1 2 5 ( 1 9 8 1 ) , 3 5 9 - 3 8 0 ; ROUILLARD, PH , « L o s S S . P P . : la s i g n i f i c a c i ó n d e l d o m i n g o » ,
enAsSeñ 1 (1965), 44-54, etc.
" C f CUVA, A., «La celebrazione del mistero pasquale: domenica e Pasqua», en
KACZINSKI, R.-JOUNFI , P (dir.). Liturgia opera divina e umana. Miscellanea A. Bugnini
(Roma 1982), 649-669; HILD, J., Domingo y vida pascual (Salamanca 1966); MAGRAS-
SI, M., «La domemca, sacramento delia Pasqua», en VV.AA., La domenica (Roma
1968), 73-94; THURIAN, M., «La domenica, giomo dei quattro memoriali», en Liturgia
245/247 (1977), 659-665.
224 P.IV. La santificación dei tiempo
Véase S. JUSTINO, £)¡a/. 41,4 y 138,1-2, en Ruiz BUENO, D., Padres Apologi.sta.s,
op. cit., 370 y 542; ef. DANIÉLOU, J., «El domingo como octavo día», en «Cuademos
Phase» 24, op. eíL, 33-61.
226 P.IV. La santificación dei tiempo
L a Iglesia c a d a s e m a n a c o n m e m o r a la resurrección
del Señor, q u e u n a v e z al a ñ o celebra también, j u n t o c o n
su santa pasión, en la m á x i m a s o l e m n i d a d de la P a s c u a
( S C 102).
BIBLIOGRAFIA
' En Misal Romano (Coeditores Litúrgicos 1988), 101 -112 (= NUALC y artículo).
230 P.IV. La santificación dei tiempo
1 El T r i d u o
2 La Cincuentena
2. Evolución de la Cincuentena
" Cf PiNELL, J , «La benediccio del ciri pasqual i els seus textos», en Liturgica 2
(«Scnpta et Doeuraenta» 10, Montserrat 1958), 1-119
' Cf LOPEZ MARTIN, J , «Jueves Santo Misa vespertina de la Cena del Señor», en
Ph 145 (1985), 25-39 (Bibl ), etc
'» Cf ScHMiDT, H A , Hebdómada sancta, 1-2 (Romae-Fnburgi B -Barcinone
1956-57), TENA, P , «La «recepción» de la Semana Santa reformada», en Ph 145
(1985), 5-14
" Sobre la fiesta judia de shavuhôt o pentêkostê cf POTIN, J , La fêtejmve de la
Pentecôte Etudes des textes liturgiques 1 -2 (Pans 1971 ), y en diccionarios y vocabu-
lanos de la Biblia
C f CABIE, r , o p c i t , 3 - 1 1 3 , e t c
" Cf CHAVASSE, A , «La signification baptismale du carême et de l'octave pasea-
C.20. El Triduo pascual y la Cincuentena 233
Creación (Gen 1,1-2,2 y Sal 103), Abrahan (Gen 22,1-18 y Sal 15), Exodo (Ex
\ 4 15-15,1 y 15,l-7a 17-18), Profetas (Is 54,5-14 y Sal 29), Is 55,1-11 y 12,2 4-6, Bar
3 9'.] 5 32-4 4 y Sal 18, Ez 36,16-17a 18-28 y Sal 41), Nuevo Testamento (Rom 6,3-
11), Sal 117 y aleluya, Evangelio (Mt 28,1 -10 — A — , Me 16,1 -8 —B—, Le 24,1 -12
¿ ) c f LOPEZ MARTIN, J , El don de la Pascua o p c i t , 2 4 8 - 2 5 7 , p a r a los textos
del Misal cf ,216-218 y 226-229
2' Asi lo indica el prefacio pascual I, propio no solo del domingo, sino de toda la
octava Sobre este prefacio cf MERCIER, G , «La preface de Pâques», en LVC 53
(1966), 13-20
C.20. El Triduo pascual y la Cincuentena 237
2. La octava pascual
LA CUARESMA
El tiempo cuaresmal prepara a los fíeles a oír la Pala-
bra de Dios más intensamente y a orar, especialmente
mediante el recuerdo o la preparación del bautismo y la
penitencia, para celebrar el Misterio pascual (SC 109).
BIBLIOGRAFIA
I. ESTRUCTURA DE LA CUARESMA
Cf WARD, A.-JOHNSON, C., The Prefaces of the Roman Missal (Rome 1989),
102-165.
Para el leccionario bienal cf LESSI-ARIOSTO, M., «Liturgia Horarum-Supplemen-
tum», mNot 306/307 (1992), 9-167, aquí 78ss y 130ss.
Cf RAMOS, M., «El domingo de Ramos. El pórtico de la Semana Santa», en Ph
145(1985), 15-23.
Para el curso bienal cf LESSI-ARIOSTO, M., art. cit., 91-92 y 143.
C.21. La Cuaresma 247
Para el leccionario bienal cf. LESSI-ARIOSTO, M., art. cit., 78-91 y 130-142.
" Para el curso bienal del oficio de lectura c f LESSI-ARIOSTO, M., art. cit., 92-93
y 143-144.
Cf ROSE, A., «La signification de la Messe ehrismale», en QL 69 (1988), 26-66;
Russo, R., El «propio» de la Misa Crismal en el Misal Romano de Pablo VI. Estudio
histórico-litúrgico-teológico {Romae 1992); TENA, P., «La misa crismal. Una aporta-
ción catequética», en P/i 127 ( 1982), 67-70. Para los textos de la bendición de los óleos,
cf. supra, n n . l 8 y 19 del cap. XVII. Para el prefacio cf ABAD, J. A., «Fuentes y teología
del prefacio crismal del nuevo Misal Romano», en Teología del sacerdocio 4 (Burgos
1972), 351-363.
CAPÍTULO XXII
ADVIENTO, NAVIDAD Y EPIFANIA
La santa madre Iglesia, en el ciclo del año, desarrolla
todo el misterio de Cristo, desde la encamación y el Na-
cimiento... y la expectativa de la feliz esperanza y venida
del Señor» (SC 102).
BIBLIOGRAFIA
I. E S T R U C T U R A DEL C I C L O N A T A L I C I O
1 Navidad y Epifanía
' Puede verse el texto en PASCHER, J , El año litúrgico (BAC 247, Madrid 1965),
3 5 0 3 5 2 , c f JOUNEL, P , « L o s c a l e n d a r i o s » , e n MARTIMORT, 1 0 1 2 - 1 0 1 3
C.22. Adviento, Navidad y Epifanía 251
' Una referencia a las tres misas aparece ya en S. GREGORIO MACINO, Horn 8 m
£ v a n g , e n P L 7 6 , 1103.
» C f RIGHETTI 1 , 7 0 3 - 7 1 5
' En Stromata 1,146,1, en PG 8, 887
C f LEMARIE, J , « E p i p h a n i e » , e n DSp 4 ( 1 9 6 0 ) , 8 6 3 - 8 7 9 , SAXER, V . , « E p i f a n í a » ,
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" E n GARRIDO, M . , o p . c i t . , 1 2 3 - 1 5 3 , c f LAÑO, A P , «Anklänge an liturgische
Texte in Epiphaniesermonen Leos der Grossen», en Sacrar 10 (1959), 43-126, etc
Véase ant. del Magnificat de las 11 Visp. de la Epifanía.
C.22. Adviento, Navidad y Epifanía 253
2. El Adviento
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M / W ( R o m e 1989), 5 7 - 1 0 1 (Bibl.), etc.
" Cf PINELL, J., «Vhodie festivo negli antifonari latini», en RL 61 (1974), 679-
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" Véase las colectas respectivas: cf ASHWORTH, H., «The liturgical Prayers of St.
G r e g o r y the G r e a t » , en Traditio 15 ( 1 9 5 9 ) , 107-161, aquí 118-121; CAPELLE, B., «La
main de Saint Grégoire dans le sacramentaire romain», en RBén 49 (1937), 13-28; ID.,
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" Cf. HERZ, M.. Sacrum commercium (Miinchen 1958).
C.22. Adviento, Navidad y Epifanía 255
" Esta fiesta había sido introducida en el calendario romano en 1893 por el papa
León XIII, en el domingo III después de Epifanía La reforma del calendario la ha
acercado a la Navidad sobre el antiguo oficio y misa c f PASCHER, J , El año litúrgico
(BAC 247, Madrid 1965), 454-462.
El OLM de 1981 ha introducido arftóiíMm, para el año B, Is 55,1-11 y I Jn5,l-9,
y para el año C, Is 40,1-5 9-11 y Tit 2,11-14, 3,4-7, que tocan, respectivamente, los
temas del agua viva del Espíritu y del bautismo cristiano.
23 Se han vuelto a usar las antífonas Veterem hominem en vanas horas: cf LEMARIE,
J., «Les antiennes Veterem hominem du jour de l'octave de l'Epiphanie», en EL 72
(1958), 3-38.
C.22. Adviento, Navidad y Epifanía 257
® Véanse el prefacio IV del Misal Romano en español (ed de 1988) y las conside-
raciones de Pablo VI en la exhortación Manaln cultus, de 2-11-1974, nn4-5, en
GUERRERO 1, 685-686, también CASTELLANO, J., «La Virgen María en la espera y en la
manifestación del Señor», en OrH 18 (1987), 362-369; Rosso, S t , «Adviento», en
NDM, 33-64, ete
Cf OGLH 157
" Cf OLM 94, FARNES, P., «L as lecturas bíblicas en Adviento», en OrH 14 ( 1983),
325-331, FONTAINE, G , «Le lectionnaire de la Messe au temps de l'avent», en Not
66l(,l ( 1 9 7 1 ) , 3 0 4 - 3 1 7 y 3 6 4 - 3 7 6 ; TENA, P., «El Leccionario ferial de Adviento», en
Ph 1 1 3 ( 1 9 7 9 ) , 3 8 7 - 3 9 5
260 P.IV. La santificación dei tiempo
Cf. KNOBLACH, TH. J., «The "O" Antiphons», en EL 106 (1992), 177-204.
33 Cf supra, n.l5; y ROSE, A., «Les oraisons du Rotulus de Ravenne», en QL 52
(1971), 271-292.
CAPÍTULO X X I I I
BIBLIOGRAFIA
I. E S T R U C T U R A D E L T I E M P O « D U R A N T E EL A N O »
2 RIGHETTI 1, 654; cf. BELLAVISTA, J., «El tiempo durante el año en la tradición
litúrgica», en P/í 1 8 9 ( 1 9 9 2 ) , 185-201.
' C f . GODU, G . , « E v a n g i l e s » , e n D A C L 5 ( 1 9 2 2 ) , 8 5 2 - 9 2 3 , a q u í 9 1 9 - 9 2 3 .
" En la liturgia hispánica ocurrió algo semejante: c f SANCHO ANDREU, J., LOS
formularios de los domingos de Quotidiano en el Rito Hispánico (Valencia 1981).
264 P.IV. La santificación dei tiempo
" No obstante, la segunda lectura sigue una vía propia cf OLM 107
Cf Mosso, D , «La liturgia della parola nella messa domenicale», en RL 71
(1984), 20-32, VENTURI, G F , «II Lezionano, catechesi narrativa della Chiesa», ih ,
52-79
" Pese a elio en las ediciones alemana e italiana del Misal Romano se han introdu-
cido colectas alternativas inspiradas en las lecturas cf ALDAZABAE, J , «Las lecciones
del misal alemán», en Ph 98 (1977), 159-168, COLOMBOTTI, T , «Le collette alternative
per le ferie del T O », en RL 72 (1985), 535-553
" Cf WARD, A -JOHNSON, C. (ed ), Pontes liturgici The Sources of the Roman
Missal (1975), 2 Prefaces (Rome 1987), 222-294
Cf CASTELLANO, J , El año litúrgico, memorial del Cristo y mistagogia de la
Iglesia (Barcelona 1994), 264-266, FLORISTAN, C , «Lo ordinario del tiempo ordina-
rio», en P/; 189 (1992), 253-254
" Cf. NtJALC 3 Cf PINELE, J , Las oraciones del Salterio «per annum» en el libro
de la Liturgia de las Horas (Roma 1974)
C.23. Tiempo durante el año 267
propia vida como ofrenda pura, grata a Dios y culto espiritual (cf
Rom 12,1).
Esta nota del tiempo «durante el año» es preciso tenerla en cuen-
ta incluso cuando se celebran las memorias de la Santísima Virgen
María y de los santos, porque subsiste todavía una mentalidad de
que estas celebraciones del Santoral son «fiestas» en sentido absolu-
to El modo como se recomienda no interrumpir la lectura conti-
nuada del Leccionario ferial (cf OLM 82) y, sobre todo, la compo-
sición del Oficio divino que se combina con la feria (cf OGLH
235), ilustran la primacía que tiene la celebración del misterio de
Cristo sobre otros aspectos.
Por otra parte, el tiempo «durante el año» permite atender mejor
a las necesidades concretas de cada comunidad cristiana que piden
celebraciones especiales —entre las que destacan la celebración de
algunos sacramentos y sacramentales—, o misas por diversas nece-
sidades o para grupos particulares. Las fiestas religiosas populares
tienen más cabida en este tiempo, pudiéndose celebrar incluso misas
votivas según las normas litúrgicas
2'' Sobre el Pange lingua cf. AROZTEGUI, F. X., «Himno al Sacramento de la Euca-
ristia», en OrH 21 (1990), 169-181.
Cf BUGNINI, A., «Le messe del SS. Cuore di Gesù», en BEA, A. (dir.), Commen-
tationes in Lift. Enc. «Haurietis Aquas», 1 (Roma 1959), 61-94; LECEERCQ, J., «Les
sources liturgiques de la dévotion au sacré-Coeur», en Vie Spirituelle 104 (1961),
377-393, etc.
270 P.IV. La santificación dei tiempo
Cf. MEAOLO, G., «Presentación del Señor», en NDM, 1654-1662 (Bibl.), etc.
C f Pablo VI, Exhort. Apost. Marialis cultus, de 2-II-1974, n.20, en GUERRERO
1,691-692.
™ Cf ANDRONIKOF, C., Le sens des fêtes, 1. Le cycle fixe (Paris 1970), 65-92;
MAOQIONI, C., Annunziazione. Storia, eucologia, teologia liturgica (Roma 1990); MO-
RI, E. G., «Anunciación», en NDM, 143-153, etc.
272 P.IV. La santificación dei tiempo
BIBLIOGRAFIA
" Cf AUGE, M , «Le Imee di una rinnovata pietà mariana nella riforma dell'anno
liturgico», en Mananum 41 (1979), 267-286, ete.
" Algunas han cambiado de fecha para adecuarlas mejor a algunos datos evangé-
licos la Visitación el 31 de mayo, entre la Anunciación y el Nacimiento de san Juan
Bautista; y María Rema el 22 de agosto, a los ocho días de la Asunción a los cielos.
" Cf Manalis cultus, n.2, en GUERRERO 1, 685, C para el Culto Divino, Orienta-
ciones y sugerencias para el año mariano, nn. 1-3, en S N. de Liturgia, Orientaciones
y celebraciones para el año mariano (Coeditores Litúrgicos), 13-15
Collectio Missarum de B M V., 1-2 (Librería Ed Vaticana 1987); ed. oficial
española Misas de la Virgen, 1-2 (Coeditores Litúrgicos 1988) C f ALDAZABAL, J ,
«Las nuevas misas marianas. El lenguaje de su eucologia», en P/i 159 ( 1987), 207-236,
LOPEZ MARTIN, J , «María en la celebración del misterio de Cristo. Los praenotanda de
\a Collectio Missarum de B M V ». enMarianum 1 3 7 ^ 987), 43-86, etc.
c.24. Memoria de la Virgen María y de lo.s Santos 279
L a Iglesia v e n e r a la m e m o r i a d e la S a n t a M a d r e d e D i o s , u n i é n -
d o l a a la c e l e b r a c i ó n de la o b r a d e la s a l v a c i ó n e n el a ñ o litúrgico y
r e c o n o c i e n d o su « i n t e r v e n c i ó n e n los m i s t e r i o s d e C r i s t o » (cf. L G
6 5 - 6 6 ; S C 103). E s t e es el s i g n i f i c a d o b á s i c o de t o d a s las c e l e b r a c i o -
n e s e n h o n o r d e la S a n t í s i m a V i r g e n e n la liturgia. El análisis se
o c u p a ú n i c a m e n t e de las s o l e m n i d a d e s y fiestas.
T i e n e l u g a r el 8 de d i c i e m b r e , e n la p e r s p e c t i v a del A d v i e n t o ( c f
M C 3-4). La Concepción inmaculada de María, «llena de gracia»
( L e 1,26-38; E v a n g . ) , d e f i n i d a c o m o v e r d a d de fe p o r P í o I X el 8 -
X I I - 1 8 5 4 , es m e n c i o n a d a e n las o r a c i o n e s y e n el p r e f a c i o , i n c l u y e n -
d o t a m b i é n la p r o y e c c i ó n e c l e s i a l y e s c a t o l ò g i c a de la figura de la
n u e v a E v a ( G é n 3 , 9 - 1 5 . 2 0 : 1." lect.), e l e g i d a a n t e s d e la c r e a c i ó n del
m u n d o ( E f 1,3-6.11-12: 2." lect.). L a liturgia d e las h o r a s , u t i l i z a n d o
e n g r a n p a r t e las a n t í f o n a s del O f í c i o p r e c e d e n t e , es t o d o u n c a n t o
j u b i l o s o e n h o n o r d e M a r í a y d e C r i s t o el S e ñ o r ( c f R o m 5 , 1 2 - 2 1 ) .
L a s d e m á s l e c t u r a s a l u d e n a la e l e c c i ó n e n C r i s t o d e t o d o s los fieles
( c f R o m 8 , 2 9 . 3 0 ; E f 1,4; 1,1 l - 1 2 a ) y a la Iglesia, s a n t a e i n m a c u l a d a
(cf Ef 5,25b-26a.27).
E l d i e s natalis de M a r í a p e r m i t e a la I g l e s i a c o n t e m p l a r e n M a r í a
su i c o n o e s c a t o l ò g i c o ( c f M C 6). P a r a esta s o l e m n i d a d el M i s a l
o f r e c e u n a m i s a d e la v i g i l i a y u n a m i s a del día. El f o r m u l a r i o de la
v i g i l i a e s t a b l e c e u n a d e l i c a d a c o m p a r a c i ó n e n t r e M a r í a e n la e s c e n a
d e la V i s i t a c i ó n y el a r c a de la a l i a n z a e n el m o m e n t o d e ser i n t r o d u -
c i d a e n el s a n t u a r i o ( L e 1 1 , 2 7 - 2 8 ; 1 C r ó n 1 5 , 3 - 4 . 1 6 - 1 6 , 2 ) . M a r i a , en
ia t o t a l i d a d de su ser, h a s i d o a s o c i a d a a C r i s t o e n el m i s t e r i o p a s c u a l
(1 C o r 15,54-57). El p a p a P í o X I I d e f i n i ó el d o g m a d e la A s u n c i ó n
d e M a r í a e n c u e r p o y a l m a a los c i e l o s el 1 de n o v i e m b r e d e 1950.
L a m i s a del día v e e n M a r í a la i m a g e n d e la Iglesia ( A p 11,19;
12.1-6.10), E s p o s a d e C r i s t o (Sal 4 4 ) . L a v i c t o r i a d e C r i s t o s o b r e la
m u e r t e es t a m b i é n la v i c t o r i a d e M a r í a (1 C o r 15,20-26), p o r q u e el
S e ñ o r h a h e c h o m a r a v i l l a s e n ella ( L e 1,39-56). L a s o r a c i o n e s y el
p r e f a c i o s u b r a y a n la d i m e n s i ó n e c l e s i o l ó g i c a . L a liturgia d e las h o -
r a s a l u d e al p a r a l e l i s m o e n t r e la A s c e n s i ó n del S e ñ o r y la A s u n c i ó n
d e M a r í a (I V í s p . ) , a la p a r t i c i p a c i ó n de t o d o s los fieles e n la glorifi-
282 P.IV. La santificación dei tiempo
C f PASCHER, J., op. cit., 600-613; de san Juan Bautista se celebra también el
martirio el 29 de agosto: cf. ib., 613-617.
33 C f JOUNEL, P., «La solemnité des apotres Pierre et Paul selon la liturgie réno-
vée», en VV.AA., Mélanges liturgiques offerts au P. B. Botte (Louvain 1972), 245-
258; SAXER, V. «Pedro Apóstol», en DPAC 2, 1731-1734, etc.
c.24. Memoria de la Virgen María y de lo.s Santos 285
Cf. PEREZ DE URBEE, J., «Orígenes del eulto de Santiago en España», en Hispania
& c r a 5 (1952), 1-31, etc.
C f PASCHER, J., op. cit., 7 6 0 - 7 7 1 , etc.
286 P.IV. La santificación dei tiempo
» C f PASCHER, J . , o p . c i t . , 7 4 0 - 7 6 0 , e t c .
c.24. Memoria de la Virgen María y de los Santos 287
CAPÍTULO X X V
BIBLIOGRAFIA
BROUELLI, F. (dir.). Liturgia delle ore. Tempo e rito (BELS 75, Roma
1994); CASSIEN, Möns, et AA.AA., La prière des heures (Paris 1963); C U -
VA, A., La liturgia delle ore. Note teologiche e spirituali (Roma 1975);
D E L L ' O R O , F . , Liturgia delle ore. Documenti ufficiali e studi (Leumann-To-
rino 1972); GUIVER, G . , La compagnia delle voci. Liturgia delle ore e po-
polo di Dio nell'esperienza storica dell'ecumene cristiana (Milano 199l);
LÓPEZ M A R T Í N , J . , La oración de las Horas. Historia, teologia y pastoral
del Oficio Divino (Salamanca 1984), 19-137; MARTIMORT, A. G . , «La ora-
ción de las Horas», en MARTIMORT, 1047-1173; PINELL, J . , Liturgia delle
ore. Anamnesis 5 (Genova 1990); R A F F A , V., La liturgia delle ore. Presen-
tazione storica, teologica e pastorale (Milano 1990); RIGHETTI 1, 1078-
1172; T A F T , R . , La liturgia delle ore in Oriente e in Occidente (Cinisello B.
1988); VV.AA., La preghiera della Chiesa (Bologna 1974); VV.AA., «Li-
turgia de las Horas», en BOROBIO 3, 283-524; y EL 85/4-6 (1971); LJ 29/1
(1979); LMD 64 (1960); 105 (1971); 135 (1978); RL 64/3 (1975); RivPL 3
(1971); Seminarium 24 (1972).
2. La oración de Jesús
" C f RAFFA, V., «Dal Breviario del Quignonez alia Liturgia delle Ore di Pao-
lo V I » , e n DELL'ORO, F . , o p . c i t , 2 8 9 - 3 6 3 .
» Cf BUGNINI, A., La riforma liturgica (¡948-Í975) (Roma 1983), 482-561; MA
TEOS, J., «La historia del Oficio Divino y su reforma actual», en Ph 3 2 ( 1 9 6 6 ) , 5 - 2 5 ,
etcétera.
296 P.IV. La santificación dei tiempo
C f supra, cap. X.
ANDRONIKOF, C., El sentido de la liturgia. La relación entre Dios y el hombre
(Valencia 1992), espec 37-47 C f Cat 1091, 1099-1109 y 2670-2672, BEHLER, G -M.,
«Prier dans l'Esprit et prier sans cesse selon le N.T », en L M D 109 (1972), 31-50;
GOEDT, M. DE, «La intercesión del Espíritu en la oración cristiana (Rom 8,26-27)», en
Co«c 79 (1972), 330-342, etc.
C.25. Historia y teología del Oficio divino 297
4. Valor pastoral
5. Dimensión escatològica
BIBLIOGRAFIA
I. EL OFICIO DIVINO C O M O C E L E B R A C I O N
1. Componentes
1 Simbolismo
' ' Cf oración conclusiva de vísperas (= or. Vísp.) del martes I y del lunes II.
Cf or. Vísp. martes III.
" Cf or. Vísp. miércoles III y jueves III.
Cf or. Vísp. lunes IV.
Cf or. Vísp. viernes I, II, III y IV.
" Cf or. Vísp. miércoles I; or. Visp. jueves I; or. Vísp. lunes III y or. Vísp.
martes III.
C.26. Las Horas del Oficio divino 307
4. Estructura de la celebración
1. Significado
2. Estructura de la celebración
3. Las vigilias
BIBLIOGRAFIA
2. Sentido cristológico
Todos los que cantan o recitan los salmos deben conocer los di-
versos sentidos que tienen en la Sagrada Escritura (OGLH 102). En
efecto, hay en los salmos un primer sentido, que es el que tenían
para quienes los compusieron y usaron. Al paso de los siglos, los
hechos salvífícos realizados por Dios en favor de Israel van amplian-
do ese primer sentido con nuevas luces, hasta alcanzar la plenitud en
Cristo (cf OGLH 101; cf Heb 8,5; 10,1).
Chiesa (Leumann-Torino 1973); ROSE, A., Les psaumes, voix de Christ et de l'Eglise
(Pans 1981); y «Cuadernos Phase» 9 (Barcelona 1989); LMD 135 (1978); QL 71/3-4
( 1990); P/î 134 ( 1983); RL 68/2 ( 1981 ); RivPL 18/3 (1980), etc.
CF KRAUS, H. J., Teologia de los .salmos (Salamanca 1985); lo., Los salmos, Iss
(Salamanca I993ss); ENCISO VIANA, J., «Los títulos de los salmos y la historia de la
formación del Salterio», en E.stBihl. 13 (1954), 135-166, etc.
^ Cf GOURGES, M., «Los salmos y Jesús. Jesús y los salmos» («Cuadernos Bíbli-
cos» 25, Estella 1979); VANDENBROUCKE, F., LOS salmos Y Cristo (Salamanca 1975);
etcétera.
C f Kisi EMAKER, S., The Psalms Citations in the Epistle to the Hebrews (Amster-
dam 1961); sobre la interpretación de algunos salmos como el 21, el 109 y el 117;
DURONI, J., Etudes sur les Actes des Apôtres (Paris 1967), 2 6 5 - 2 6 9 y 2 8 3 - 3 0 7 , etc.
C. 2 7. Elementos de la Liturgia de las Horas 315
5 Para ello se omitieron los salmos impreeatorios (Sal 57; 82; 108; ef. OGLH 130);
316 P.IV. La santificación del tiempo
62 5 23 35 56 50 118"
LAUDES C C C C C C
149 28 32 46 47 99 116'
90 85 142 30' 15 87 4
COMPLETAS 129 133
II S E M A N A D E L S A L T E R I O
117 . 41 42 76 79 50 91
LAUDES C C C C C C C
150 18A 64 96 80 147 8
se redujo el número de salmos de cada hora (cf. OGLH 88); se dividieron en secciones
los más Sargos, como el S a l í 18Y otTos47 (cf OGLH 124; 132); y se reptieron algunos
(cf OGLH 126): C f BELLAVISTA, J., «La actual distriijueión de los salmos en la
L i t u r g i a d e l a s H o r a s » , e n Ph 1 3 4 ( 1 9 8 3 ) , 1 4 7 - 1 5 6 ; ROSE, A . , « L a r é p a r t i t i o n d e s
psaumes dans le cycle liturgique», en LMD 105 (1971), 66-102, etc.
c.27. Elementos de la Liturgia de las Horas 317
III S E M A N A D E L S A L T E R I O
92 83 84 85 86 50 118"
LAUDES C C C C C C C
148 95 66 97 98 99 116
IV S E M A N A D E L S A L T E R I O
I semana II semana
' Cf FISCHFR, B , «Les titres chrétiens des psaumes dans le nouvel Office Divin»,
en LMD 135 (1978), 148-157 Para la redacción de los títulos actuales se han tenido
en cuentan los antiguos recopilados en SAI MON, P , Les «titulipsalmorum» des anciens
manuscrits latins (Pans-Città del Vaticano 1959)
' Cf AROCENA, F., Orationes super psalmos e Ritu Hispano-Mozarabico ad Lau-
des matutinas et Vesperas per quattuor hebdómadas Psaltern distnbutae (Toleti
1993), CANAES, J M., Las colectas de salmos de la sene «Visita nos» Introducción,
edición critica e indices (Salamanca 1978), PINFU, J., Liher orationum psalmogra-
phus Colectas de salmos del antiguo Rito hispánico (Madrid 1972), etc
' Cf LODI, E , «L'antifonario della liturgia orana nei tempi forti», en DELL'ORO, F
{dir ), Mysterion Miscellanea S Mars;/; (Leumann-Tonno 1981), 499-523, etc
V é a n s e e n Not 6 8 ( 1 9 7 1 ) , 3 9 3 - 4 0 8 , 1 1 9 / 1 2 3 ( 1 9 7 6 ) , 2 3 8 - 2 4 8 , 3 2 4 - 3 3 3 y 3 7 8 -
3 8 8 . 3 0 6 / 3 0 7 ( 1 9 9 2 ) , 9 - 1 6 7 , Ph 9 3 ( 1 9 7 6 ) , 2 0 1 - 2 1 3 ; c f FARNES, P , « E l l e e e i o n a n o
bíblico bienal de la L H » , en Ph 125 (1981), 4 0 9 - 4 2 5 , MARTIMORT, A. G , « L e lection-
naire biennal de l'Office de lecture», en Not 302 (1991), 486-509; ROSE, A., «La
répartition des lectures bibliques dans le livre de la Liturgie des Fleures», en EL 85
( 1 9 7 1 ) , 2 8 1 - 3 0 5 , etc.
" Cf EVENOU, J , «Les lectures de la Messe et de l'Office, complémentaires ou
concun-entes''», en LMD 135 (1978), 83-97.
320 P.IV. La santificación dei tiempo
del que sólo se lee una selección (cf. OGLH 146). En la distribución
de los libros bíblicos se han tenido muy en cuenta los tiempos del
año litúrgico (cf. OGLH 147-152). Para las solemnidades y fiestas se
han asignado lecturas propias (cf OGLH 154). Cada una de las pe-
ricopas bíblicas guarda cierta unidad. Por este motivo, a veces, se
omiten algunos versículos (cf OGLH 155).
3. Los responsorios
1. Leccionario patristico
2. Leccionario hagiográfico
Los himnos son cantos que alaban a Dios, y suelen terminar con
una doxología trinitaria (cf OGLH 174) Situados al comienzo de
cada hora, introducen en la celebración y le dan un colorido propio
(cf OGLH 42; 58; 62). Los himnos son cerca de 300 en la edición
típica latina del actual Oficio divino La edición española de la
Liturgia de las Horas los ha conservado en apéndices, pero ha incor-
porado 270 himnos y poemas introductorios a la oración, en lengua
castellana Para elaborarlos se observaron los siguientes criterios:
traducir, en versiones más o menos libres, himnos latinos, recreán-
dolos a veces; seleccionar textos de la antología poética religiosa en
castellano; incorporar cantos religiosos de aceptación general; y
crear himnos nuevos —cerca de un centenar—, expresamente desti-
nados a la liturgia de las horas.
" Cf AMORE, A , «Le letture agiografiche nella Liturgia delle ore», en DELL'ORO,
F (dir.). Liturgia delle Ore. op c i t , 229-240, JOUNEL, P., «Les lectures du Sanctoral
dans la LH», en TVof 302 ( 1991 ), 531 -547
" Del himno como situación ntual se ha hablado en el cap IX
" C f COSTE, M , «L'hymne et sa fonction dans l'Office», en L M D 143 (1980),
61-78; LENTINI, A , «Te decet hymnus» Innario della Liturgia delle ore (Koma 1984);
Oí IVAR, A., «El himno en la celebración del Oficio», en P/i 65 ( 1971 ), 447-454
C f Himnos de la Liturgia de las Horas (Coeditores Litúrgicos 1988); VELADO
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3 2 5 - 3 3 5 , y e n L M D 151 (1982), 67-82.
C. 2 7. Elementos de la Liturgia de las Horas 323
BIBLIOGRAFIA
I. EVANGELIZACION Y LITURGIA
' JUAN PABLO II, «Discurso a la Asamblea del CELAM», en Haití el 9-III-1983, en
Ecclesia 2119(1983), 4 ! 5. No obstante fiie en 1979 cuando habló por primera vez de
la nueva evangelización: c f Peregrinación Apostólica a Polonia (BAC minor 56,
M a d r i d 1979), 211-212.
328 P. V. La vivencia del misterio
2 D e 8 - X I I - 1 9 7 5 , e n A A S 5 8 ( 1 9 7 6 ) 5 - 7 6 ; t r a d e s p a ñ . e n GUERRERO 1, 8 5 - 1 2 0 ( =
EN)
' C f . FEORJSTAN, C . , « ¿ E v a n g e l i z a la l i t u r g i a ? » , tnPh 1 9 0 ( 1 9 9 2 ) , 3 4 1 - 3 4 9 ; RAMOS,
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^ Respecto de España cf TENA, P , «Itinerario del tema "evangelización y sacra-
mento"», en Ph 85 (1975), 6-16; e Hispanoamérica cf CELAM, «Liturgia y evangeliza-
c i ó n » , e n Not 99. ( 1 9 7 4 ) , 3 2 8 - 3 3 0 , e t c .
' El documento de trabajo del Sínodo de los Obispos de 1974 recogía hasta cuatro
nociones de evangelización. Véase: La evangelización del mundo contemporàneo.
C.28. Evangelización, catequesis... 329
" BROVELLI, F. (dir.), Liturgia e catechesi (Roma 1993); MALDONADO, L., «Cele-
brar. Reflexiones para un diálogo entre catequistas y liturgistas», en TCat 26/27 (1988),
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P a r a l e l i s m o o c o n v e r g e n z a ? » , en Not 2 3 8 ( 1 9 8 6 ) , 3 2 2 - 3 4 6 ; VERHEUL, A., « L i t u r g i e et
c a t é c h è s e » , e n Q L 6 7 ( 1 9 8 6 ) , 2 5 2 - 2 6 1 , etc.
Véanse: C. para el Clero, Directorio Catequístico general, de 1971 (Madrid
1973), nn.l7ss, espec. n.25; JUAN PABLO II, Exhort. Apost. Catechesi tradendae, de
16-X-1979, nn.20 y 23-24, en GUERRERO 2, 130 y 133-134; Comisión E. de Enseñanza
y Catcquesis de España, La catequesis de la comunidad (Madrid 1983), nn.44ss, 59ss,
89-90 y 234.
" Cf. ESTEPA, Möns. J. M., «La comunidad cristiana, origen, meta, ámbito y
agentes de la catcquesis», en Actualidad Catequética 92/93 (l979), 231-253.
Cf CoEEY, R., «La celebración, lugar de la educación en la fe», en PA 118 ( 1980),
267-280; FERRIERE, C., «La célébration; licu de catéchèse?», en PLit 56 (1974), 451-
455; FLORISTÁN, C., «La liturgia, lugar de educación en la fe», en Conc 194 (1984),
87-99, etc.
C.28. Evangelización, catequesis... 331
Véanse Cat 1074 y 1075. Sobre la segunda parte del Catecismo cf LOPEZ
MARTIN, J., «La celebración del misterio cristiano. La 11 parte del "Catecismo de la
Iglesia Católica"», en TCat 43/44 (1992), 391-413, y los estudios citados en la n.6 de
la Introducción a este volumen.
" De la importancia del Ritual se ha hablado ya en el cap. XVI.
" Sigo a TRIACCA, A. M., «La liturgia educa alia liturgia?», en RL 58 (1971),
261-275; ID., «Contributo per una catechesi liturgico-sacramentale. In margine a i
nuovo Ordo Confirmationis», en RL 60 (1973), 611-632.
332 P. V. La vivencia del misterio
1. La liturgia y la confesión de la fe
2. La liturgia expresa la fe
Ritual del Bautismo de niños (Coeditores Litúrgicos 1970), 48. Véase también
Ritual de la Confirmación (Coeditores Litúrgicos 1976), 33.
" Les Évéques de France, Il est grand le mystère de ia foi. Prière et foi de i 'Eglise
Catholique (Paris 1978), Introd.
™ Cf. LANNE, E., «La relazione dell'anafora eucaristica alla confessione di fede»,
en Sacra Dottrina 47 ( 1967), 383-396; FEDERICI, T,, Letture bibliche sulla fede (Roma
1971), 453-480.
Cf. ALESSIO, L., «La liturgia y la fe», en Not 159 (1979), 578-583; MALDONADO,
I «Celebración y expresión de la fe», en EstT 19 (1985), 91-105; RAMIS, G., «La
liturgia, expresión de fe», en Ph 114 (1979), 519-523, etc.
C.28. Evangelización, catequesis... 333
IV LA LITURGIA, MISTAGOGIA DE LA FE
BIBLIOGRAFIA
I LA ESPIRITUALIDAD LITURGICA
I Espiritualidad de la Iglesia
2 Características
Las características de la espiritualidad liturgica definen el estilo
de vida de quienes la orientan de acuerdo con la propuesta de la
liturgia
La espiritualidad litúrgica es esencialmente bíblica, es decir, ba-
sada en la Biblia como Palabra de Dios celebrada y actualizada en
los signos litúrgicos El Leccionario de la Misa, el del Oficio divino
y el de los sacramentos y sacramentales ofrecen los contenidos sal-
víficos concretos para la santificación de los hombres y el culto a
Dios En este sentido, esta espiritualidad es también histórica y pro-
fética, en cuanto lleva a penetrar en el significado salvifico y escato-
lògico de los acontecimientos de la historia de la salvación, cumpli-
da en Cristo y prolongada en la existencia de los bautizados
La espiritualidad liturgica es cristocentrica y pascual, dado que
la liturgia tiene como centro el misterio de Cristo, culminación y
cumplimiento de la historia de la salvación «de una vez para siem-
pre» (ephapax) La liturgia anuncia, celebra y hace presente «aquí y
ahora» (hosakis) la obra de Cristo bajo la acción del Espiri tu derra-
mado en la Pascua Al producirse esta actualización en un regimen
de signos sensibles y eficaces, cada uno a su modo (cf SC 7), la
liturgia genera una espiritualidad sacramental, de manera que el
cristiano vive en Cristo y Cristo vive en él (cf Gál 2,20)
La espiritualidad litúrgica es, por último, espiritualidad mistagó-
gica La liturgia va produciendo una iniciación gradual, progresiva y
vital en el misterio de Cristo en su representación y actualización
litúrgica En este sentido, la espiritualidad litúrgica es plenamente
mística, sin la reducción, bastante frecuente, de ésta a estados psico-
lógicos o subjetivos de conciencia
1982); BERNAL, J. M., «La celebración litúrgica como experiencia íntima de Dios», en
Ph 114 (1979), 473-493; TRAETS, C., «La liturgie, recontre de Dieu dans le Christ», en
Q L 6 7 (1986), 2 1 4 - 2 3 4 , etc.
Estas nociones han sido ya estudiadas en el apartado 4 del cap. III.
' Cf. GARRIDO, M., «Piedad objetiva y subjetiva en la vida espiritual», en Liturgia
17 ( 1 9 6 2 ) , 1 7 0 - 1 8 0 ; KOSER, C . , « P i e d a d l i t ú r g i c a Y E X E R A Í / A , e n G . BARAÚNA ( d i r . ) .
La sagrada liturgia renovada por el Concilio (Madrid 1965), 313-352, etc.
' C f BAROFIO, B., «Oración», en DTI 3, 888-679; BOCASSINO, R. (dir.). La preghie-
ra, 1-3 (Milano-Roma 1967); HAMMAN, A., La oración (Barcelona 1967); ID., Compe-
dio sulla preghiera cri.stiana (Cinisello B. 1989); MARSILI, S., La preghiera (Librería
E. Vaticana 1989); SUDBRACK, J., «Oración», en SM 5, 1-18, etc.
* C f supra, el apartado 2 del cap. XXV.
' C f supra, n.l8 del cap. XXVL
C.29. Espiritualidad litúrgica, oración... 341
PABLO VI, Const. apost. Laudis canticum. en AAS 63 (1971), 531-532. Véase
OGLH, nn.5-9.
" Cf supra. apartado 4 del cap. III; además EVENOU, J., «Liturgie et dévotions»,
en /Voi 246 (1987), 31-51; GONZALEZ, R., «Liturgia y ejercicios piadosos», enPh 161
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210-217,ete.
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1,101-102. C f ALVAREZ, R., La religión del pueblo. Defensa de sus valores (BAC pop.
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TELLANO, J.. «Religiosidad popular», en NDL, 1722-1743; VV.AA., Liturgia e religio-
sità popolare (Bologna 1979); y Conc 206 (1986); Comm 9/5 (1987); «Cuadernos
Phase» 39 (Barcelona 1992); L M D 122 (1975); Ph 89 (1975); RivPL \i,ll (1978),
etcétera.
344 P V. La vivencia del misterio
1. Legitimidad
2. Conveniencia
3. Renovación
LA PASTORAL LITURGICA
Los pastores de almas deben fomentar con diligencia
y paciencia la educación liturgica, asi como la participa-
ción activa de los fieles (SC 19)
BIBLIOGRAFIA
1. Triple «función»
Una lectura atenta de este texto pone de manifíesto las tres gran-
des acciones que configuran la misión de la Iglesia: la predicación
del Evangelio (pastoral de la Palabra), el bautismo y la incorpora-
ción a Cristo (pastoral de los sacramentos), y la práctica de la cari-
dad (pastoral del servicio). Esta división, basada en Cristo «Profeta,
Sacerdote y Rey», aparece también en la distinción clásica de las
funciones del ministerio ordenado: el munus docendi o función de
enseñar, el munus sanctificandi o función santificadora y cultual, y
el munus regendi o función de guía del pueblo de Dios (cf. LG 25-
27; CD 12-16; PO 4-6). Todo el pueblo de Dios participa de estas
tres funciones de Cristo y cumple también la parte que le correspon-
de en la misión de toda la Iglesia (cf. LG 33-35; AA 2-4)
Más recientemente se han propuesto otras divisiones análogas,
que pueden sintetizarse así: la evangelización o misión (kerygma), la
catequesis (didascalia), la liturgia (leitourgía), la comunión eclesial
(koinonía) y el servicio (diakonía) Las dos primeras son engloba-
das por algiin autor y llamadas martyría. En realidad subsisten las
tres funciones anteriores, dado que la koinonía es fruto tanto de la
pastoral de la Palabra (evangelización y catequesis) como de la pas-
toral litúrgica, y constituye el fundamento de la pastoral del servicio.
1. El concepto
" Cí supra, m 15-20 del cap I, JUNGMANN, J A , «La pastoral litúrgica como clave
de la historia de la liturgia», en Herencia litúrgica y actualidad pastoral (San Sebastián
1961 >,450-471
5 En esto consiste la «renovación litúrgica», cf JUAN PABLO II, Carta Apostólica
en elXXVaniversario de la Constitución «Sacrosanctum Concilium» sobre la Sagrada
Liturgia, de 4-XIl-1988 (Typis Polyglottis Vatieanis 1988), nn 10 y 14, también TRIAC
CA, A M , «Riforma liturgica e rinnovamento liturgico», en Liturgia 174/175 (1974),
481-484
Cf SARTORE, D , «Concetto di pastorale liturgica Riflessione epistemologica a
partire dal dibattito contemporaneo», en RL 79 (1992), 9-24
' DELLA TORRE, L , a r t e i t . , 1 5 8 9
350 P. V. La vivencia del misierìo
2. Las notas
' ROGUET, A. M., «La pastoral litúrgica», en MARTIMORT (2.' ed. de 1967), 267-282,
aquí 268.
' GELINEAU 1, 3 6 - 5 1 , a q u í 4 7 .
FLORISTAN, €., «Pastoral litúrgica», en Teología práctica, op. cit., 479-501
(Bibl.), p. 487.
" C f LLABRES, P., «La pastoral litúrgica en el corazón de la misión de la Iglesia»,
enPh 181 (1991), 11-22; OÑATIBIA, L, «Nuevas perspectivas de la pastoral litúrgica»,
en ib. 179 (1990), 375-395; TENA, P., «La pastoral litúrgica del Vaticano II a nuestros
d í a s » , e n Ph 1 7 8 ( 1 9 9 0 ) , 2 7 3 - 2 8 8 , e t c .
" De esta problemática se ha hablado en el capítulo XXVIII.
c.30. La pastoral litúrgica 351
1. Las personas
" Cf. Cl ERCK, P. DE, «La participación en la liturgia: la aportación de las ciencias
humanas», enP/f 179 (1990), 361-374.
Este es el tema del eap. Vlll.
352 P. V. La vivencia del misterio
Cf A'o( 218 (1984), 532-571, y NOE, V , «La función de los Institutos litúrgicos»,
en Ph 157 (1987), 19-38 Lo mismo cabe decir de las Asociaciones de Profesores de
Liturgia, centros, publicaciones periódicas, etc ef Not 286 ( 1990), 250-287
"" En España fue creada en 1965 la Comisión Episcopal de Limrgia, ademas del
Secretariado Nacional de Liturgia cf LOPEZ MARTIN, J , XXV años en el Secretariado
Nacional de Liturgia, sn PastL 20\ (1991)27-40
c.30. La pastoral litúrgica 353
1. Noción
2. Autoridad litúrgica
VOCABULARIO LITURGICO *
cuerdo del Bautismo sobre el pueblo, protección divina sobre personas, lu-
o sobre el difunto (exequias), y en gares, objetos, etc (cf Bendicional)
numerosas bendiciones sobre lugares Bendicional: libro liturgico del Ritual
y objetos (ef Bendicional) Romano (ed típica de 1984), que
Aspersorio: instrumento provisto de contiene las bendiciones
una cabeza hueca y agujereada para Benedictus: canto evangeheo de los
la aspersión complemento del ace- Laudes (cf OGLH 50, Le 1,68 79)
tre Berakah (bendición) genero eueologi
Atril: mueble para sostener el Misal en co procedente de la Biblia y de la li
el altar turgia judia, que tiene continuidad
Ayuno: gesto de abstenerse de tomar en la plegana eucaristica y en otras
alimentos en señal de penitencia, o formulas eucologicas mayores
como participación en la pasión del Beso litúrgico: gesto de veneración del
Señor (cf SC 110, CDC e 1252), o a l t a r , del E v a n g e l i a r i o , etc (cf
como preparación para recibir la Eu- OGMR 85, 232), gesto de paz en di-
caristía (cf CDC c 919) versos ritos a los neofitos en las or-
\ z i m o : pan no fermentado, para la Eu- denaciones, en la profesion religiosa,
caristía (cf OGMR 282-283, CDC en la Misa, etc
c926) Blandones: hachas de cera que porta-
ban e n c e n d i d a s v a n o s m i n i s t r o s
Báculo: insignia episcopal, símbolo de (blandoneros) que se situaban, junto
la solicitud pastoral (ef RO CE 57, con el turiferario delante del altar
59, 588), y abacial (cf CE 677) durante la plegana eucaristica en las
Baldaquino: dosel apoyado en colum- Misas solemnes
nas o suspendido del techo que en- Bolsa de los corporales pieza cuadra
marca y cubre el altar, ya no se usa da de dos hojas revestidas de tela,
sobre la catedra (cf CE 47) del color liturgico que conesponda,
Basílica: iglesia mayor caracterizada para guardar el corporal
por su antigüedad, magnificencia o Bonete: birrete de vanas hechuras (de
prerrogativas Se llama también asi cuatro picos el modelo español), que
al modelo de edificio eclesial creado forma parte del habito coral y se
despues de la paz de Constantino usaba en el Oficio coral y en las pro-
(a 313) cesiones
Bautismo: el primer sacramento de la Breviario: antiguo nombre de la Litur
I n i c i a c i ó n c r i s t i a n a (cf R I C A , gia de las Horas, que correspondía al
RBN) vease cap XVI libro liturgico en el que se habían
Bautisterio: lugar liturgico para la ce- reunido todos los elementos para la
lebración del Bautismo, donde están celebración del Oficio divino
la fuente bautismal, los oleos y el ci-
rio pascual (cf RICA, RBN, CE Cabildo o capitulo catedral o cole-
995) gial colegio de sacerdotes (canóni-
Beatificación: rito por el cual un sier- gos) al que conesponde celebrar las
vo de Dios es elevado a los altares y fúnciones litúrgicas mas solemnes en
se autoriza su culto publico en cier- la catedral o en la colegiata (cf
tos lugares o ámbitos CDC e 503, OGLH 20, 24)
Bema (paso) banco presbiteral que Calendario: tabla o elenco de los me
flanquea la catedra episcopal, o zona ses, semanas y días litúrgicos de la
a la entrada del iconostasio en la Li celebración del misterio de Cristo y
turgia Bizantina de la memoria de la Stma Virgen y
Bendición (eulogia) acción de alabar a de los Santos (ef N U A L C 48ss)
Dios (bendición ascendente), y todo Junto al calendario general del Rito
don del Padre (bendición descenden- Romano (ed típica de 1969) existen
te cf Ef 1,3 6), rito de despedida del los calendarios particulares de las
pueblo (cf OGMR 57), sacramental Iglesias locales y de los Institutos re-
invocativo de ia presencia y de la ligiosos
362 Vocabulario liturgico
Cáliz: vaso destinado a recibir la San- Capitula: lectura breve de las horas
gre del Señor durante la Misa (cf del Oficio divino (ef O G L H 156-
O G M R 80, 290ss, CE 984) 158)
Campanas: se empezaron a usar en el C»ipit\i\ñte-capitulario lista de las
s VI para convocar a los fieles y para lecturas bíblicas, especialmente de
dar diversas señales según las cele- los Evangelios, antecedente de los
braciones litúrgicas, son bendecidas leccionanos
y llevan inscripciones y dedicatorias, Casulla: vestidura sacerdotal para la
su uso es regulado por la liturgia (cf celebración eucaristica, del color li-
CE 37, 300, 349) El campanario co- turgico que corresponda (cf O G M R
m o construcción j u n t o a la iglesia 81, 161,298, CE 6 5 , 5 3 4 )
data del s viii Catecumenado: tiempo de instrucción
Campanilla: se usaba para avisar a los catequetica y de preparación para los
fíeles en a l g u n o s m o m e n t o s de la sacramentos de la Iniciación cristia-
Misa y en otros actos litúrgicos, por na (cf RJCA) Por analogía se llama
ej el Viatico también asi a otros periodos de pre-
Cancelas: c e r c a b a j a q u e s e p a r a el paración presacramental
presbiterio de la nave central en las Cátedra: asiento reservado al obispo
Iglesia antiguas en la asamblea liturgica, signo del
Candelaria: nombre popular de la fies- magisterio y de la potestad del pastor
ta de la Presentación del Señor de la Iglesia particular (cf CE 42,
Candelero, candelabros soportes des- 47)
tinados a sostener los cirios o velas
Catedral: iglesia en la que el obispo
junto al altar, o en las procesiones, la
t i e n e situada la catedra y , p o r la
liturgia señala el numero de los que
«majestad de su construcción, es sig-
se usan en la Misa ordinaria (al me-
no del templo espiritual» (CE 43) y
nos dos) y en la estacional siete (cf
«centro de la vida liturgica de la dió-
O G M R 79, 84, 269), gran soporte
cesis» (CE 44)
del cirio pascual
Celebración: la liturgia en cuanto ac-
Canon (norma) Romano Plegaria eu-
ción, o momento expresivo, simboli-
caristica I de la Liturgia Romana
co y ritual de la evocacion y actuali-
Canonización: n t o de inscripción de
zación del misterio salvifico vease
un beato en el catalogo de los santos
cap VI
y declaración de la universalización
de su culto liturgico y del día de su Celebraciones dominicales en ausen-
memoria cia de presbítero: asambleas domi-
nicales en los lugares donde no se
Cántico: composiciones del Antiguo y p u e d e t e n e r la Misa p o r f a l t a d e
del N u e v o Testamento similares a sacerdote, constan de la liturgia de la
los salmos, usados en Laudes y Vis- Palabra y pueden comprender tam-
peras (cf O G L H 136-138) y en las b i é n la comunion sacramental (ef
Vigilias (cf O G L H 73) Directono para las celebraciones
Canto: gesto y acción de participación dominicales en ausencia de presbíte-
liturgica de gran valor religioso y es- ro, de 1989, C D C c 1248, § 2)
tetico, para responder a la Palabra di- Cementerio (koimétenon dormitono)
vina (cf SC 33) y fomentar la unidad lugar de enterramiento de los fieles,
y la solemnidad de la celebración (cf bendecido como lugar sagrado, hoy
SC 12ss) se debe bendecir al menos la sepultu-
Cantor: salmista o miembro del coro o ra (ef C D C c 1240)
schola cantorum es un v e r d a d e r o Ceniza: elemento natural, signo de la
ministeno liturgico (cf SC 29) conversión al comienzo de la Cua-
Capilla: lugar de culto destinado a una resma y recuerdo de la muerte (cf
comunidad particular vease orato- Bendición de la Ceniza, en el Misal
rio, y espacio para la celebración, Romano, CE 253)
con una cierta autonomía, en el mte- Ceremonia: n t o o acción exterior, for-
n o r de una iglesia mal y estereotipada, ejecutada ñor-
363 Vocabulario liturgico
malmente por los ministros, las cele der, con ciertas condiciones, a los sa-
braciones no son un aparato de cere cramentos de las Iglesias en las que
momas (cf CE 12, 34) estos son validos y acoger a los fie-
Ceremonial de los Obispos: libro que les de otras confesiones con tal de
describe y regula la liturgia episco- que profesen la fe católica respecto
pal, referencia de toda celebración li- del sacramento que quieren recibir
turgica (ed tipica de 1984) (cf CDC c 844)
Ceremoniero o Maestro de Ceremo- Competentes: los que comienzan el
nias el ministro que prepara y dirige catecumenado p r o p i a m e n t e dicho
las acciones litúrgicas para que trans (cf RICA)
curran con decoro, orden y piedad Completas: ultima hora del Oficio di-
(ef OGMR 69, CE 34 36) vino (cf OGLH 84)
Ciclo (Kyklos giro) cada uno de los Cómputo eclesiástico: c o n j u n t o de
periodos de tiempo que se vuelve a cálculos necesarios para resolver los
iniciar de nuevo problemas relativos a las divisiones
Cincuentena: vease Pentecostes de) tiempo y formar el calendano li
Cíngulo (cingere ceñir) cordon o cin- turgieo
ta para recoger el alba (cf OGMR Comunion: convite eucaristico o rito
298) de participación sacramental en la
Cirio pascual: vela grande de cera que Eucanstía (cf OGMR 56) Puede ha-
representa a Cristo resucitado duran cerse con una sola especie o bajo las
te el tiempo pascual y en la liturgia dos especies (cf OGMR 240ss)
del Bautismo y de las Exequias (cf Común de los Santos: en los libros li-
pregón de la Vigilia pascual) túrgicos los formularios para la Misa
Cirios: vease luz o para la Liturgia de las Horas desti-
Colecta (colligere reunir) oracion nados a celebrar a los santos que no
presidencial que cierra los ritos de cuentan con textos propios en el Pro
entrada de la Misa y expresa el senti- pío de los Santos y agrupados segun
do de la celebración (cf OGMR 32), la clasificación tradicional aposto-
acción de recoger las ofrendas de los les, mártires, pastores (antes confeso
fieles, reunión de la liturgia estacio- res pontífices), vírgenes, etc
nal Concelebracion: celebración eucansti-
Colores litúrgicos: tonalidades diver- ca por vanos sacerdotes, expresión
sas de los vestidos litúrgicos segun de la unidad del sacerdocio, del Sa
los tiempos del año liturgico o las erificio y del pueblo de Dios (cf
celebraciones blanco, rojo, verde, OGMR I53ss)
morado, negro y rosa (cf OGMR Concurrencia: cuando en el mismo
307 310) En España se usa el color día hubieran de celebrarse las Víspe-
azul en la solemnidad de la Inmacu- ras del Oficio en curso y las I Víspe-
lada ras del día siguiente, prevalecen las
Comentador: el ministro que explica del día que ocupan lugar preferente
los ntos e introduce en el sentido de en la tabla de días litúrgicos (cf
las partes de una celebración con una NUALC 61)
momcion (cf OGMR 68a, CE 51) Confesión (exomologeo confesar)
Comes: índices y pericopas de las lec- proclamación de la fe (cf OGMR
turas bíblicas de la Misa 43), y oracion de alabanza a Dios y
Communicatio in sacris: participa-
reconocimiento de los pecados (cf 1
ción en las celebraciones sacramen-
Jn 1,9), formula de confesion general
tales por ministros de distintas con
festones esta prohibida para los ca (Yo confieso), y acto del penitente en
tolicos (cf CDC 1365), otra cosa son el sacramento de la Penitencia
las celebraciones de la Palabra y de Confesonario: vease sede penitencial
la oracion, participación en los sacra- Confirmación: sacramento de la dona-
mentos de otras confesiones la Igle- ción del Espíritu Santo a los bautiza-
sia católica permite a sus fieles acce- dos (cf RC)
364 Vocabulario liturgico
Dalmática: vestido, a modo de túnica Diurnal: libro que contiene todas las
ancha, propio del diácono (cf 81b); horas (diurnas) del Oficio divino, ex-
la lleva también el obispo bajo la ca- cepto la de lectura
sulla, en la Misa estacional (cf CE Domingo (dominica dies, día del Se-
56) ñor) véase cap XIX,
Dedicación: rito de destinar al culto di- Doxología (doxa, gloria) fórmula de
vino la Iglesia y el altar (cf, RDIA, alabanza a Dios y a Cristo o a las di-
CE916SS) vinas Personas, última parte de la
Depositionis dies (día de la sepultura) plegaria eucaristica, conclusión de
el aniversario de la muerte o de la se- los salmos en la Liturgia de las Ho-
pultura de los cristianos, en el caso ras (cf OGLH 123-125) y aclama-
de los mártires y de los santos equi- ción al c o m i e n z o del O f i c i o (cf
vale al dies natalis OGLH 41)
Despedida (dimissio)- rito conclusivo, Durante el año, tiempo las 33 o 34
unido a la bendición del pueblo (cf semanas en las que no se celebra un
OGMR 57) cuando hay un ministro aspecto particular del misterio de
ordenado, en la Iglesia antigua, la sa- Cristo, sino el misterio en su pleni-
lida de los catecúmenos al término tud (cf NUALC 43-44)
de la liturgia de la Palabra, véase
Misa Economía salvífíca (oikonomia, go-
Devotio (piedad): se refiere a la actitud bierno): plan de salvación revelado
de la voluntad para con Dios, devo- por Dios, cumplido en Cristo y reali-
ciones, en plural, equivale a los ejer- zado en la Iglesia (cf Ef 1,3-14), por
cicios piadosos del pueblo cristiano la liturgia (cf SC 5-7): véase cap II
y a las tendencias espirituales hacia Effetá (ábrete): expresión aramea (cf
un aspecto del misterio de Dios, de Me 7,34) y gesto que pasó a la litur-
Cristo o de los santos. gia bautismal para significar la aper-
Día litúrgico: día natural santificado tura de los oídos y de la boca a la
por la liturgia, que en el caso de los Palabra de Dios (cf RICA, RBN)
domingos y solemnidades se inicia Eisodos (entrada), rito de comienzo de
en la tarde precedente (cf NUALC la Misa (pequeña entrada) y de la
3). procesión de ofrendas (gran entrada)
Diácono (diakonéó, servir) el grado en la Liturgia Bizantina.
inferior de los ministerios ordenados, Elegidos: candidatos al Bautismo des-
para proclamar el Evangelio, servir pués de la imposición del nombre
al altar, ayudar al presbítero, etc. (cf cristiano (cf RICA); se llama así
RO; OGMR 61, CE 9; 24ss) también a los candidatos a las órde-
Dies natalis (día del nacimiento)- ex- nes sagradas.
presión tomada por los cristianos pa- Elevación: gesto de ostensión del Pan
ra referirse al día de la muerte como eucaristico y del Cáliz después de la
entrada en la verdadera vida; equiva- respectiva consagración, gesto de
le al depositionis dies. ofrenda del Cuerpo y de la Sangre de
Difuntos, Todos los Fieles: conmemo- Cristo en la doxologia de la plegaria
ración del día 2 de noviembre, me- eucaristica.
mento de difuntos intercesión de la Embolismo (embálló, añadir)- texto
plegaria eucaristica breve que se introduce o se añade a
Diócesis: porción del pueblo de Dios una plegana (ej súplica que sigue al
confiada al obispo (ef CDC c.369), Padrenuestro), se llama también así a
cuya principal manifestación es la la parte central del prefacio.
eucaristía (cf SC 41, LG 26) Entrada: recibimiento del obispo en la
Dípticos: tablillas en las que se escri- Iglesia (cf CE 79), canto de entrada
bían los nombres de los santos, de véase introito
los difuntos y de los oferentes que Entrega: en la Iniciación cristiana,
eran recordados en la plegana euca- véase traditio, en las Ordenes, el rito
ristica. de imposición de las insignias ponti-
366 Vocabulario liturgico
capón para la adoracion (cf Ritual rio pascual y el incensario (cf Misal
de la Comunion y del Culto eucaris- Romano)
tico CE 1102ss) Fuente bautismal: lugar donde mana
Exsultet (alegrese) primera palabra o donde se contiene el agua bautis
del pregón pascual o laus cerei mal (cf CE 995), tiene bendición es-
Extrema unción: nombre dado en la pecial (cf Bendicional)
Edad Media a la Unción de los En-
fermos (cf SC 73) Gaudete (alegraos) se denomina asi
al domingo 111 de Adviento (cf Flp
Facistol: atril grande usado en el coro 4,4) Este domingo se usa el color
para colocar los cantorales, o en el rosa (cf OGMR 308f)
presbiterio para poner el leccionario Gelasiano: sacramentano romano con
o entronizar el Evangeliario (cf CE influencias galicanas del s vii, cabe-
336b, 1174) za d e f i l a de los Gelasianos del
s VIH (vease cap IV)
Faldistorio: asiento móvil o plegable
Genuflexión: arrodillarse como gesto
Familias litúrgicas: agrupaciones de
de adoracion (cf CE 69-71) y de su-
los Ritos litúrgicos de Oriente y de
plica profunda (ej en las oraciones
Occidente por su origen común o afi-
solemnes del Viernes Santo)
nidades rituales vease cap V Gestos litúrgicos: movimientos corpo-
Feria (fiesta) designa cada uno de los rales de los ministros y de los fieles
días de la semana, excepto el sabado de tipo practico o con caracter sim-
y el domingo lunes, feria segunda bolico, señalados por las rubricas en
etcetera, designa también los días li- los distintos momentos de una cele-
túrgicos en los que no hay oficio bración veanse eap XI y XII
propio (cf NUALC 16) Gloria: himno doxologico y festivo
Fermentum: vease conmistion entre los ritos iniciales de la Misa
Fiesta: tiempo de la celebración (vease (cf OGMR 31)
cap XIII), y días litúrgicos de menor Gloria al Padre: vease doxología
rango que las solemnidades que se Gradual: salmo despues de la epístola
celebran dentro del día natural, salvo c a n t a d o o p r o c l a m a d o desde las
que se trate de fiestas del Señor que «gradas» del ambón actualmente,
caen en dommgos durante el año y salmo responsoríal d e s p u e s de la
tienen entonces I Vísperas (cf pnmera lectura (cf OGMR 36)
NUALC 13) Graduale: libro liturgico que contiene
Fiestas de guardar o de precepto: los los salmos graduales (Graduale sim-
días festivos en los que los fieles tie- plex ed tipica de 1967 y de 1954,
nen obligacion de participar en la Graduale Romanum ed de Soles-
Misa y de abstenerse de trabajos y mes 1974)
actividades que impidan dar culto a Gregorianas, misas costumbre piado-
Dios y descansar (cf CDC 1246- sa de celebrar la Misa por un difunto
1248) durante 30 días seguidos
Flores: adornan la iglesia y el altar, y Gregoriano, calendario reforma del
la capilla de la Reserva eucanstica, calendario e f e c t u a d a por el p a p a
no se usan en algunos tiempos litúr- Gregono XIII en 1582
gicos (cf CE 48, 252) Gregoriano, canto el canto propio de
Fracción del Pan: nombre de la Euca- la Liturgia Romana (cf SC 116-
117)
nstía en el N T (cf Le 24,35), nto
de preparación de la comunion alusi- Gregoriano, sacramentano sacia-
vo a la unidad en Cristo de los que mentario papal, cabeza de fila de los
participan en ella (cf O G M R 56c, sacraméntanos de este nombre, for-
cf 1 Cor 10,16-17) mado en el s vii en Roma (vease
Fuego: elemento natural usado en la cap IV)
Vigilia pascual como símbolo de la Gremial: paño cuadrado que se ciñe
resurrección, de el se enciende el ci- para el lavatorio de los pies en la Mi-
368 Vocabulario liturgico
Cruz y las imágenes los ministros y Kairos: tiempo favorable (cf 2 Cor
el pueblo (cf CE 84 98) 6,2) en el que se manifesto la salva
Incensario: recipiente para las brasas, Clon vease cap II
sostenido con cadenillas y provisto Kyriale: libro que contiene los cantos
de tapa, que lleva el turiferario y que invariables de la Misa (ed típica de
sirve para la incensación 1965)
Incienso: resma de olor aromatico al
arder en el incensario usado en di- Laetare (alégrate) denominación del
versos momentos de la Misa y en d o m i n g o IV de Cuaresma (cf Is
otras celebraciones y que significa 66,10), se puede usar el color rosa
la oracion (cf Sal 140,2, Ap 8,3, CE (cf OGMR 308f)
84ss) Lampara del Santísimo: luz que indi
Inclinación: signo de reverencia, pue- ca y honra la presencia eucaristica en
de ser sencilla y profunda (cf CE el Sagrario (cf CDC c 940)
68) Laudes: oracion matinal al comenzar
Inhumación (humus tierra) acto de el día, hora de! Oficio divino (cf SC
enterrar un cadaver, el Ritual de Exe 89, O G L H 3 7 s s ) v e a s e el cap
quias preve la ultima estación ¡urAo XXVI
al sepulcro en el rito completo Laus cerei: nombre dado en la anti
Iniciación cristiana: proceso de incor- guedad a la bendición del cirio pas
poración a la Iglesia mediante los sa- cual vease exsultet
Lavabo o lavatorio de las manos ges-
c r a m e n t o s que consagran los co-
to de preparación personal del sacer
mienzos de la vida cristiana vease
dote en la Misa (cf OGMR 52, 106),
eap XVI también se realiza despues de la un-
Inmersión: forma mas significativa de ción en algunos sacramentos y sacra-
realizar el Bautismo (cf Rom 6,4) mentales
sumergiendo en el agua al bautizado Leccionario: libro signo de la Palabra
(cf RICA, RBN) de DIOS que contiene las lecturas de
Insignias: distintivos episcopales o la Misa y de otras celebraciones y
abaciales y de la consagración reli- modo de realizar la «lectura liturgi
giosa (cf CE 57, 723) ca» de dicha Palabra en la Iglesia
Institución de ministerios: antiguas vease los cap VII y XXVII, también
ordenes menores, vease cap XVII se puede decir del conjunto de lectu
Intercesión: suplica en favor de los ras patrísticas y hagiograficas vease
hombres que se hace en la Misa o en cap XXVII
el Ofício divino (vease preces), y Lectio divina: modo de leer y meditar
la Palabra divina, típicamente mo-
una parte de la plegaria eucaristica
nastico, pero apto para todos los fie-
en la que se expresa la comunion y el
les vease cap XXVI
ruego por toda la Iglesia, por los vi Lector: ministro mstitaido o encargado
vos y por los difimtos (cf OGMR de hacer la lecturas o proclamar el
56g) salmo (cf OGMR 34, 66)
Interrogatorio: preguntas sobre la dis- Lectura continua y tematica: modos
posición de ¡os candidatos en la cele- de selección y ordenación de las lec-
bración de vanos sacramentos y sa- turas siguiendo la sucesión del libro
cramentales bíblico o la unidad tematica vease
Introito (entrada) canto que abre la cap VII
celebración eucaristica (cf OGMR Lectura, Ojicio de antiguo oficio de
25-26) Maitines hoy celebración basada en
Invitatorio: invocacion y salmo (Sal ima mas abundante meditación de la
94, o bien 99, 66 o 23) que abren la Palabra de Dios que puede hacerse a
celebración del Oficio (cf O G L H cualquier hora del día (cf OGLH
34 36, CE 213) 55), y que mantiene, no obstante, el
370 Vocabulario liturgico
Sede penitencial: asiento para oír las hombre en Jesucristo, bajo la acción
confesiones, en lugar patente y pro- del Espíritu Santo, la liturgia es si-
visto de rejillas entre el penitente y el nergia del Espíritu y de la Iglesia
confesor que puedan utilizar libre- Sobre las ofrendas: vease oracion so-
mente los fieles que asi lo deseen (cf bre las ofrendas
CDC c 964, § 2) Sobrepelliz: vease roquete se reviste
Semana: cada periodo de siete días, siempre sobre la sotana (cf CE 65)
marcado por la celebración del do Solemnidad: los días litúrgicos mas
mingo vease cap XIII importantes, cuya celebración co-
Sentencias: frase del N T o de los SS mienza en las I Vísperas, el día pre-
Padres que llevan los salmos, a con- cedente, y que en algunos casos
tinuación del itulo en el salterio de cuenta con misa de la vigilia (cf
las cuatro semanas de la Liturgia de NUALC 11)
las Horas para indicar el sentido Solideo (solo a Dios) casquete que cu-
cristiano del salmo (cf OGLH 109 y
bre la parte posterior de la cabeza,
111)
usada por el Papa (de color blanco),
Septuagésima: antiguo tiempo, de tres los cardenales (de color rojo), los
semanas de duración, que precedía a obispos y abades (de color violeta) y
la Cuaresma y que empezaba en el otros clérigos (de color negro), se
domingo de este nombre, setenta quita ante el Santísimo Sacramento,
días antes del domingo II de Pascua de ahí el nombre
Sepulcro: se d e n o m i n a asi el lugar Sufragios: oraciones y otros actos en
donde se depositan las reliquias bajo favor de los fieles difuntos
el altar en el rito de la dedicación Superoblata: vease oracion sobre las
Sexagésima, domingo de dos domm-
ofrendas
gos antes del I de Cuaresma, dentro
del tiempo de Septuagésima sesenta
días hasta el miercoles de la octava Tabla de los días litúrgicos: vease
de Pascua precedencia
Sexta: hora intermedia que se celebra Te Deum: himno al final del Oficio de
al medio día (cf Mt 27,45, Hech lectura y de las vigilias (cf OGLH
10,9) 68. 73), se usa también como canto
Shemá: plegaria hebrea recitada tres de acción de gracias
veces al día (cf Dt 6,4-9, ete ) Témporas: vease Cuatro Témporas
Shémoné-esréh: plegaria hebrea de las Tercia: hora intermedia equivalente a
18 bendiciones las nueve de la mañana (cf Hech
Signación: vease signo de la cruz 2,15)
Signo de la cruz o señal de la cruz Tiara: triple corona que usaban los Pa-
gesto de formar la cruz con la mano pas y con la que eran coronados, no
sobre uno mismo (cf O G M R 28, era una insignia estrictamente litur-
vease persignar) o sobre una persona gica, fue suprimida por Pablo VI
o cosa (signacion) o en el aire para Titular de la iglesia: misterio o advo-
bendecir o invocar la gracia divina cación del Señor o de la Stma Vir-
Simbolismo litúrgico: conjunto de sig- gen o nombre del Santo en cuyo ho-
nos de la liturgia, y caracter exprcsi nor se ha dedicado la iglesia (cf CE
vo y sacramental de los signos lilur 865), se requiere también para la
gicos véase cap XII Iglesia que se bendice, aunque no se
Símbolo: formula de prolesioii di l.i le dedique (cf CI 955)
apostolica que se recita o c.iiil.i in l.i I ítulo sálmico: breve enunciado al co-
Misa los domingos y solemnul.idi.s mien/o de cada salmo cn el salterio
(cf OGMR 43-44) de las cuatro semanas de la l iturgia
Sinaxis (synaxis reuniiin) asuint'ha di las Horas para señalar su signifi-
liturgica cado (cl ( K i l l l I I I )
I r a d o (arrastrado) versículos de un
Sinergia o svnetgia (s]n < / i^iin lu i ion
salmo que se cantaban o recitaban
conjunta) la union di D I O N V 'H'l
378 Vocabulario liturgico