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La Carta A Los Efesios - Material Miercoles

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ESTUDIO DE EFESIOS

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ESTUDIO DE EFESIOS

LA CARTA A LOS EFESIOS


INTRODUCCIÓN:

¿QUIÉN ESCRIBIÓ EL LIBRO? El apóstol Pablo la escribió en algún momento durante


su encarcelamiento en Roma, alrededor de los años 60-62 d. C. Pablo se dirigió a las
iglesias de la provincia romana de Asia —Turquía occidental moderna— para
recordarles su nueva identidad en Cristo. Éfeso era la capital de esa provincia.
¿CUÁNDO FUE ESCRITO? 60-62 d.C.

¿A QUIÉN FUE ESCRITO? A los creyentes de Éfeso y sus alrededores. Éfeso era un
centro mundial de adoración a ídolos en el imperio romano. Era un imán para la
inmoralidad sexual y para cualquier tipo de búsqueda de placer imaginable. Al mismo
tiempo, filosofías impías y ocultismo espiritual competían por la atención en el próspero
mercado de la ciudad. ¡Los nuevos convertidos que salían de este entorno necesitaban
una forma totalmente nueva de verse a sí mismos y de relacionarse con Dios! Pablo
quería que pensaran de sí mismos como personas «unidos a Cristo», un pueblo con una
nueva identidad radicalmente distinta (Efe 2:12-13).

La carta de Pablo a los Efesios es diferente en comparación a muchas de las


cartas del Nuevo Testamento que él escribió. Como los Romanos, Efesios no fue escrita
tanto como para hablar de problemas de una iglesia en particular, más que eso, fue
escrita para explicar algunos de los grandes temas y doctrinas del Cristianismo.

Si la Carta de los Romanos se enfoca más en la obra de Dios en el Cristiano


individual, Efesios incluye los grandes temas de la obra de Dios en la iglesia, la
comunidad de creyentes.
¿DE DÓNDE FUE ESCRITO? Desde la cárcel en Roma.

ESTRUCTURA DE LA CARTA: Para resumir su estructura podemos decir: Me fue dada


la Gracia (1:1-23), debido a ello somos uno en Cristo (2:1-3:21), por tal motivo ahora
debemos caminar con diligencia (4:1-5:19), en obediencia (5:21-6:9), colocándonos toda
la armadura que nos fue dada (6:10-24).

Contexto Histórico de Efesios: Es probable que el evangelio fue traído primero a Éfeso
por Priscila y Aquila, una pareja excepcionalmente dotada (Hch 18:26) quienes fueron
dejados ahí por Pablo en su segundo viaje misionero (Hch 18:18, 19). Localizada en la
boca del río Caister, en el lado este del Mar Egeo, la ciudad de Éfeso fue quizás mejor
conocida por su magnífico templo de Artemisa o Diana, una de las siete maravillas del
mundo antiguo.
La fuerte iglesia comenzada por Priscila y Aquila fue más tarde firmemente
establecida por Pablo en su tercer viaje misionero (Hch 19) y fue pastoreada durante
unos tres años. Después de que Pablo partió, Timoteo pastoreó la congregación durante
quizás un año y medio, primordialmente para contrarrestar la falsa enseñanza de unos
poco hombres influyentes (tales como Himeneo y Alejandro), quienes probablemente

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ESTUDIO DE EFESIOS

eran ancianos en la congregación ahí (1 Ti 1:3, 20). Debido a esos hombres, la iglesia
en Éfeso estaba plagada de "fábulas y genealogías interminables" (1:4) y por ideas
ascéticas y contrarias a la Biblia, tales como la prohibición del matrimonio y la abstención
de ciertos alimentos (4:3). Aunque esos falsos maestros no entendían correctamente las
Escrituras, propagaron sus interpretaciones impías con confianza (1:7), las cuales
produjeron en la iglesia "disputas más bien que edificación de Dios que es por fe" (1:4).
Treinta años o algo así más tarde, Cristo le dio al apóstol Juan una carta para esta iglesia
indicando que su pueblo había dejado su primer amor por Él (Ap 2:1-7).
TEMAS HISTÓRICOS Y TEOLÓGICOS

Como todas las cartas apostólicas, al principio, los primeros tres capítulos son
teológicos, enfatizando doctrina del NT (Kerygma: es la revelación y la manifestación de
la persona y la obra de Cristo, el misterio de Cristo y su iglesia), mientras que los últimos
tres capítulos son prácticos (Didaké: la voluntad de Dios llevada a la práctica) y se
enfocan en conducta cristiana.

Esta es una carta de aliento y amonestación, escrita para recordarles a los


creyentes de sus invaluables bendiciones de Jesucristo; y no solo para estar agradecido
por esas bendiciones, sino también para vivir de una manera digna de ellas. A pesar de,
y en parte aún debido a, las grandes bendiciones de un cristiano en Jesucristo, él puede
tener la certeza de que será tentado por Satanás para que esté satisfecho y complacido
en sí mismo. Fue por esa razón que, el último capítulo, Pablo le recuerda a los creyentes
de la armadura completa y suficiente provista para ellos a través de la Palabra de Dios y
por su Espíritu (6:10-17) y de su necesidad de oración vigilante y persistente (6:18).

Un tema clave de la carta es el misterio de la iglesia. Este misterio era una verdad
que aun no había sido revelada. Este misterio consistía en "que los gentiles son
herederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús
por medio del evangelio". (3:6), una verdad completamente escondida a los santos del
A.T (3:5,9).
Todos los creyentes en Jesucristo, el Mesías, son iguales delante del Señor
como sus hijos y como ciudadanos de su reino eterno, una maravillosa verdad que solo
los creyentes de esta época actual poseen. Pablo también habla del ministerio de la
iglesia como la novia de Cristo (5:32; cp. Ap.21:9).

Una verdad importante enfatizada es la de la iglesia como el cuerpo


presente, espiritual, terrenal de Cristo, lo que llamamos el Cristo corporativo, también
una verdad distinta y previamente no revelada del pueblo de Dios. Esta metáfora muestra
a la iglesia, no como una organización, sino como un organismo vivo compuesto de
partes mutuamente relacionadas e interdependientes, donde Cristo es la Cabeza del
cuerpo y el Espíritu Santo es su sangre de vida, por decirlo así. El cuerpo funciona a
través del uso fiel de los dones espirituales de sus diferentes miembros, otorgados
de una manera única y soberana por el Espíritu Santo en cada creyente. El cuerpo
funciona en unidad y de un compromiso total, de todos los miembros, con todas
las actividades del cuerpo.
PRINCIPIOS DE VIDA EN EFESIOS.

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ESTUDIO DE EFESIOS

1.La vida cristiana es consiste en que el Señor Jesús viva su vida en y por medio
de nosotros. (Efesios 2:10)
2. Cuando naces de nuevo Dios te pone en una familia, la iglesia para que camines
junto a ellos el camino de la fe. (Efesios 4:16; 6:18)
3. Dios nos bendijo para ser de bendición a otros. (Efesios 4:28)
4. Andar en el Espíritu es caminar en obediencia a su voluntad. (Efesios 5:17-18)
5. Las adversidades son puentes que nos conducen a un crecimiento de la imagen
de Cristo en nosotros. (Efesios 6)
CONEXIÓN CON EL A.T.
El enlace principal de Efesios con el Antiguo Testamento, está en el sorprendente
(para los judíos) concepto de la iglesia como el cuerpo de Cristo (Efesios 5:32). Este
asombroso misterio (una verdad no antes revelada) de la iglesia, es que “los gentiles son
herederos juntamente con Israel; todos unidos como miembros de un cuerpo, y que
conjuntamente comparten la promesa de Jesucristo” (Efesios 3:6). Este era un misterio
totalmente escondido de los santos del Antiguo Testamento (Efesios 3:5, 9). Ahora no
es que hay tres pueblos, Los judíos, los gentiles y la iglesia. Ahora es un solo pueblo,
todos en Cristo, la cabeza de la iglesia.

“Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared
intermedia de separación, …”

“Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y


miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas,
siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,” (Efesios 2:14; 19 y 20)

Los israelitas que eran verdaderos seguidores de Dios, siempre creyeron que solo
ellos eran el pueblo elegido de Dios (Deuteronomio 7:6) es por ello que despreciaban a
todos aquellos que no eran judíos. El aceptar a los gentiles en un estatus igual en este
nuevo paradigma, fue extremadamente difícil y causó muchas disputas entre los
creyentes judíos y gentiles convertidos.

Pablo también habla del misterio de la iglesia como la “novia de Cristo,” un


concepto nunca antes escuchado en el Antiguo Testamento.
EL CARÁCTER DE DIOS EN EFESIOS
 Dios es accesible: 2:13, 18; 3:12
 Dios es glorioso: 1:12; 3:16
 Dios es bondadoso: 2:4-5
 Dios es misericordioso: 2:4
 Dios es poderoso: 1:19; 3:7, 20; 6:10
 Dios cumple sus promesas: 1:13; 2:12; 3:6
 Dios es reconciliador: 2:14, 17
 Dios es uno: 4:6
 Dios es sabio: 1:8; 3:10
 Dios se aíra: 5:6

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ESTUDIO DE EFESIOS

CRISTO EN EFESIOS

En el libro de Efesios, Pablo explica la singular relación entre Jesús y la iglesia


como cuerpo suyo. Cristo es la cabeza de la iglesia, ya que une a los creyentes entre
sí y fortalece al cuerpo (4:15, 16). Pablo también se centra en la posición del creyente,
que está "en Cristo" (1:1, 3-7, 11-13; 2:5-6, 10, 13, 21; 3:6, 12).

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ESTUDIO DE EFESIOS

DESARROLLO DEL ESTUDIO

EFESIOS 1 – EL PLAN FINAL DE DIOS


EFESIOS 1 (1-2) PRESENTACION DEL APOSTOL PABLO
1: 1-2 Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo
Jesús que están en Éfeso: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor
Jesucristo.
a. Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios.

La salutación es más breve que en otras cartas, pero a la vez contiene enseñanzas
fundamentales y teológicas.

Pablo aquí define que el ministerio apostólico, tan de moda hoy en día pero tristemente
muy mal entendido, Él nos dice que los apóstoles son puestos por Dios, son designados
por su voluntad, no es obra humana, no es auto designación y mucho menos una “casta
especial” dentro del cristianismo.

Además, como los apóstoles los designa Dios son de él, de Jesucristo, entonces, se
limita a hacer o a decir, lo que Dios quiere y lo que Dios le envía a hacer.
Los apóstoles son hombres o mujeres que están al servicio de Dios y no personas
“levantadas” como especiales, recordemos que, en el Nuevo Pacto, El Padre no levanta
a nadie, solamente el que fue y es levantado es su Hijo. Todos nosotros somos parte del
cuerpo y estamos a disposición de la “cabeza” para ser y hacer todo lo que él nos mande.
Más adelante desarrollamos este tema con más profundidad.

b. a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Éfeso

Pablo es apóstol por voluntad de Dios, y en consecuencia con este pensamiento nos
dice que los creyentes de Éfeso son santos y fieles por la obra de Cristo y por la posición
que hoy ocupan, “en Cristo”.

Uno de los ejes en toda esta carta tiene que ver con el posicionamiento en que nos
encontramos. Entendiendo que la salvación depende de la posición en que te
encuentras. Estas en Cristo o fuera de él, estás en el Hijo o fuera del Hijo, Estás en Cristo
o en Adán. No hay términos medios.

La solución de Dios para el problema eterno de la humanidad fue incluirnos en el Hijo. Él


es santo, Él es obediente, Él complace al Padre, Él colma las expectativas del Padre en
todo y no hace otra cosa que no sea Su voluntad y nosotros estamos en Él.

c. Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

La fuente de la Gracia y la Paz es Dios mismo. Cuando se nos reveló Cristo y decidimos
que viva Él y ya no nosotros, fuimos incluidos en aquel que es la paz, que es el amor,
que es la bondad, que es la plenitud. Por lo tanto, recibir a Cristo, es recibir la gracia de
Dios, es caminar en paz con él. Él es el todo en todos.

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ESTUDIO DE EFESIOS

Los creyentes en Éfeso estaban en una ciudad con mucha “turbulencia”, ya sea de
carácter espiritual, comercial o moral. La iglesia estaba inserta en medio de una sociedad
en donde todo era opuesto a la vida que Dios le estaba dando y demandando. Había
muchas fuentes de distracción. Fácilmente lo que rodeaba a la iglesia le podía
desenfocar del llamado y el propósito que ellos tenían. Es por eso que la carta a los
efesios en todo momento busca que el creyente se mantenga enfocados en las cosas
del cielo, en los asuntos espirituales porque el creyente que está en Cristo, camina en
paz en medio de la tormenta, camina seguro en la oscuridad de esta sociedad, camina
con sus ojos puestos en aquel que es el autor y consumador de la fe. Esto es así, debido
a que ahora habita en aquel que es la paz, y que, por su sacrificio en la cruz, nos
reconcilió con el Padre y ahora tenemos paz para con Dios.

Dice Romanos 5:1 y 2 “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de
nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual
estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.”

Continuará...

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ESTUDIO DE EFESIOS

EFESIOS 1 (3-6) LA OBRA DE DIOS EL PADRE.


a. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo: Pablo comienza diciendo a
la iglesia, todo lo que voy a decir, todo lo que ustedes son y todo lo que recibieron es
para que ustedes reconozcan al Padre, toda la gloria y honor tiene que ser dirigido al
Padre. Vivimos para manifestar su gloria.
Charles Spurgeon dijo: “No estamos sentados aquí, gimiendo, llorando,
preocupándonos, y preguntándonos sobre nuestra salvación. Él nos ha bendecido; y por
lo tanto nosotros le bendeciremos a él; pero si tú tienes una gran noción de su gran
misericordia hacia ti, estarás en gran manera agradecido hacia tu Dios de gracia.”

En el antiguo pacto Dios dispensaba, “vos haces esto entonces yo te doy esto”, pero
ahora, en Cristo, Dios que es todo, absolutamente todo, ya nos fue dado en su hijo. Es
decir que cuando pedimos algo al Padre, lo que sea, Él no tiene nada más para darnos,
porque ya nos fue dado todo en su hijo.

“¡Señor dame paciencia, o dame paz…!” La verdad es que ya te lo dio en su hijo, porque
el fruto del Espíritu es Paz, es paciencia… (Gálatas 5:22-23). Entonces qué necesitamos,
que su vida, su provisión, el fruto se manifieste y se exprese en nosotros y a través de
nosotros. En palabras más o palabras menos, que Cristo sea visto en nosotros. Que en
definitiva eso es evangelismo.

¿Qué quiere decir esto? Que Dios no nos dio vida. Dios no nos otorga el perdón, Dios
no nos da gozo. Dios no nos da la redención, ¡No! Dios nos dio a su hijo, en quien está
la salvación, la redención, el gozo, el perdón. Nos dio a su hijo donde está todo. Lo que
se espera de nosotros es que vivamos, disfrutemos y manifestemos esa nueva
naturaleza en el que hoy vivimos.

Entonces, Yo no tengo que esperar ninguna bendición, o sea, no somos gente esperando
las bendiciones, vivimos en el curso de las bendiciones y cada una de las dádivas que
recibimos lo administra Dios, conforme a su propósito, para modelarnos a la imagen de
su hijo. Pero somos personas completas en él. También esto es un grado de
conocimiento. A medido que le conozco, disfruto, vivo y manifiesto al Cristo que vive en
mí.
Romanos 8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a
bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
1 Juan 5:14 Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa
conforme a su voluntad, él nos oye.
Siguiendo con la idea, si lo que busco es que la gente venga a nuestras reuniones para
que reciba algo de parte de Dios, lo que estamos haciendo es manipulación. Pero
nosotros predicamos el evangelio, no para que la gente dependa de nosotros, sino para
que encuentre todo en Cristo. Nuestra tarea no es que la gente venga a “nuestra iglesia”
sino que la gente se encuentre con Jesús.
b. que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,

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ESTUDIO DE EFESIOS

Este párrafo nos define dos cosas: El tipo de bendiciones y el lugar de esas bendiciones.
Las bendiciones son de tipo espiritual, que son, por mucho, mejores que las bendiciones
materiales. Porque las bendiciones materiales son terrenales y temporales. Por lo tanto,
así como la recibimos, así también se terminan aquí en la tierra. Las bendiciones que
Dios nos dio, que ya son nuestras, están en los lugares celestiales, en Cristo, estas son
más sublimes, y más seguras que las bendiciones terrenales.
Jesús dijo: “No os hagáis tesoros en la tierra, (tesoros o bendiciones terrenales) donde
la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; (es decir, en un lugar
en donde todo se puede perder o dañar) sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla
ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. (Celestiales, en donde nada
ni nadie lo puede dañar ni robar. Es decir, un lugar donde nadie puede robar tu bendición)
Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Mateo
6:19-21

En el nuevo pacto las bendiciones son espirituales y están completas. ¿En quién? En
Cristo. Repetimos, Él es el TODO en TODOS.
Colosenses 3:11: donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro
ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos. Es decir que si estamos
en Cristo estamos completos. Él es la nuestra plenitud.
Juan 6:35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre;
y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.

Si alguien se dice creyente y vive una vida de insatisfacción, sigue teniendo hambre y
sed, necesita ser saciado es porque no está comiendo de Jesús. Come de cualquier otra
fuente, entonces vuelve a tener hambre y vuelve a tener sed.

Este es un punto fundamental, porque se predica un Evangelio que trae las enseñanzas
del antiguo pacto, al nuevo, como si Cristo nunca hubiese venido, muerto y resucitado.

Eso es un problema tremendo, es una mezcla del antiguo y lo nuevo. Lo pasado y lo


presente.

Ejemplo: Llamamos a la gente al altar para que allí se encuentre con Cristo. – Mezcla –
Hace que la gente crea que ese lugar es más santo, más cerca de Dios y después le
decimos Dios está en todo lado.

Le decimos a un hombre “el ungido de Dios” porque tiene ciertos dones, y el en el Nuevo
Pacto no hay iluminados, ya no hay ungidos, el ungido en el nuevo pacto es Cristo. O
sea, que, el que tiene a Cristo, tiene la unción del ungido, la unción del Santo, que es
Cristo en nosotros, y estamos completos en él, en él nos fueron dado todas las cosas.

Aunque suene repetitivo este concepto es fundamental, lo mejor no está por venir, lo
mejor ya vino, y está en nosotros, y se llama Cristo y estamos completos en él.
“Un nuevo corazón es mejor que un nuevo abrigo. El alimentarse en Cristo es mejor que
tener la mejor comida terrenal. El ser un heredero de Dios es mejor que ser un heredero
de la nobleza. El tener a Dios por nuestra porción es bendición, infinitamente más que el

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ESTUDIO DE EFESIOS

poseer acres enteros de tierra. Estas son las bendiciones más raras, ricas y duraderas
de todas; tienen un valor incalculable.” (Spurgeon)

Si no tenemos apreciación por la bendición espiritual, entonces vivimos en el nivel de los


animales. Los animales únicamente viven para comer, dormir, entretenerse y
reproducirse. Pero nosotros fuimos hechos a la imagen de Dios y Él tiene algo más
sublime para nosotros, pero, aun así, muchos escogen el vivir al nivel de los animales.
Dios quiere que sepamos que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares
celestiales en Cristo.
¿A qué llamamos bendición espiritual?

Primero: Esto significa que cada bendición que recibimos viene del Padre y es dado en
la dimensión espiritual. ¿Y qué tiene el Padre para darnos? Su hijo, que ya nos fue dado.
Romanos 8:32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos
nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas?
Segundo: “en los lugares celestiales” es una referencia a las realidades invisibles de
nuestra vida actual, y sin duda estas realidades se extienden a la eternidad, pero además
es algo que podemos experimentar en nuestra vida interior; por ejemplo, en el ámbito de
los pensamientos. Porque es nuestra mente es el lugar donde las presiones, las luchas,
el desánimo suele hacer desastre. Es el lugar donde estamos expuestos al ataque de
los principados y los poderes que se mencionan en el capítulo 6. Los espíritus malignos,
son los que vienen y rugen, nos hablan y nos susurran al oído, para que caminemos
deprimidos, temerosos y asustados, haciendo que nos sintamos ansiosos u hostiles. Los
lugares celestiales, es un ámbito sin conflictos, es el lugar en donde Dios nos ofrece
libertad y alivio, donde el Espíritu de Dios nos tiende la mano, por así decirlo, en lo que
se refiere a nuestro intelecto, las emociones y nuestra voluntad.

Los lugares celestiales es el ámbito donde nuestros profundos e imperiosos deseos, que
surgen de nuestro interior, experimentan la paz y la plenitud.

Evidentemente, todo esto lo recibimos como un gran paquete “en Cristo”. Si usted no es
un cristiano, alguien que haya rendido completamente su voluntad a la voluntad de Dios,
no tienes derecho a estos beneficios, sencillamente porque no está en el lugar correcto,
no está en Cristo, por lo tanto, no le pertenece. No hay estrategia o esfuerzo humano en
donde me haga merecedor o de alguna manera pueda apropiarme de esas bendiciones.
A menos que esté en Cristo, no hay otra forma.

Pero si usted está “en Cristo”, no hay nada que le impida tener acceso a todas ellas, en
cada momento de cada día. Es por eso que es tan importante la identidad que tenemos,
saber quiénes somos en Cristo.
(Leer anexo: Cuáles son los lugares celestiales)

Continuará...

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ESTUDIO DE EFESIOS

ENCUENTRO 3
EFESIOS 1 (3-6) LA OBRA DE DIOS EL PADRE. (Continuación)
c. (v4) según nos escogió en él antes de la fundación del mundo: Somos
poseedores de toda bendición espiritual porque fuimos escogido en Él, y esto fue desde
antes de la fundación del mundo.

Los creyentes son escogidos por Dios, en su hijo, y escogidos antes de que hiciéramos
algo o que hayamos sido algo para Dios.
Muchos crujen sus dientes contra esta doctrina; se sienten profundamente molestos
cuando nos escuchan hablar de un Dios soberano que hace todas las cosas según el
designio de Su voluntad. En otras palabras, no soportan la idea de que de que Dios
ejerza Su prerrogativa de ser Dios.

Y es que pocas doctrinas de la Biblia aplastan tan rotundamente el orgullo y la soberbia


del hombre como esta doctrina. Y es obvio que Pablo no pensaba que esta doctrina solo
debía ser estudiada en un seminario teológico. Esta carta fue escrita a una iglesia,
compuesta por hermanos comunes y corrientes, quienes debían unirse a Pablo
bendiciendo a Dios y alabando Su nombre, por haberlos escogido, predestinados para
salvación desde antes de la fundación del mundo.

Ya hemos repetido con la suficiente frecuencia que la elección consiste en que Dios nos
eligió en Cristo. Pero debemos enfatizar nuevamente que los hombres no se pierden
porque no hayan sido elegidos. Se pierden por ser pecadores. Se pierden porque
rechazan a Dios. Es una vida de rechazo, que aun habiendo escuchado de lo que Jesús
vino a hacer por ellos, el hombre dice: “Se trata de lo que yo hago y no del sacrificio de
Cristo”.

La voluntad libre del ser humano no es violada a causa de la elección de Dios. La persona
perdida hace su propia elección. Agustín lo expresó así: "si no hubiera gracia por libre
voluntad de Dios, ¿cómo puede Él salvar al mundo? Y si no hubiera voluntad libre en el
hombre, ¿cómo puede el mundo ser juzgado por Dios? Es decir: Si no fuera porque Dios
eligió salvarnos por gracia, cómo podría salvarnos. Y Cómo puede Dios condenar al
infierno a una persona por pecar si no fue elegido para salvación. ¡Sería injusto! ¿Es
Dios injusto?

Escuchemos la enérgica declaración de Pablo en Romanos 9:14, "¿Qué, pues, diremos?


¿Qué hay injusticia en Dios? ¡De ninguna manera!" Si usted cree que hay alguna
injusticia en Dios, sería mejor que cambiara de opinión.
No somos salvos por ser buenas personas, por hacernos miembros de una iglesia, o por
sentir alguna inclinación de volvernos a Dios (cosa que tampoco sucede si no es por
iniciativa de Dios). Él dice que somos salvos porque Él extiende Su misericordia sobre
nosotros. Y se lo tuvo que decir incluso a Moisés. Moisés no alegó méritos propios como
para ser el líder que condujo a los israelitas fuera de Egipto, ni se consideró
indispensable. Dios había dicho que Él tendría misericordia y compasión de quien Él
quisiera. Dios le dijo a Moisés que iba a escuchar y contestar su oración, pero no porque

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ESTUDIO DE EFESIOS

él fuera Moisés, porque la elección no depende del deseo ni del esfuerzo humano, sino
de la misericordia de Dios.

Algún día usted y yo estaremos en el cielo, pero no por méritos personales o por haber
sido una buena persona o por haber asistido a una iglesia. Usted y yo estamos
descalificados, “no hay justo ni aun uno, no hay quien entienda y no hay quien busque
a Dios” (Romanos 3:10-18) Somos pecadores y los méritos o logros personales no
cuentan para nada. El único motivo por el cual estaremos allí en el cielo será la gracia
de Dios. Hasta que usted y yo estemos dispuestos a venir a Él tal como somos y estamos,
sin nada que ofrecer, y le permitamos que nos convierta en nuevas personas, nacidos
de vuelta, nunca seremos salvos.

Como dijimos vez pasada, reconocerte pecador es la condición para ser salvo. Si vos
crees que ya sos bueno, que ya no pecas, que estás haciendo todo como para merecer
ser salvado, significa que ya no necesitas un salvador. Y el único camino al Padre es a
través de Jesucristo. Es al pecador perdido a quien Dios está dispuesto a extenderle su
misericordia.
Fuimos escogidos en él. “Pues si somos escogidos en Cristo, está fuera de nosotros
mismos. No es a vista de lo que merecemos, pero debido a que nuestro Padre celestial
nos ha implantado, por medio de la bendición de la adopción, al cuerpo de Cristo. En
pocas palabras, el nombre de Cristo excluye todo mérito, y todo aquellos que el hombre
tiene en sí mismo.” (Calvino)

Y en el versículo 5: Por su amor, nos predestinó. Algunos dirán que no sabían que se
podía hablar de la predestinación y del amor conjuntamente, en el mismo versículo. Pero
aquí están. El amor de Dios está implicado en esta palabra que ha infundido temor a
muchos.

En cuanto a la palabra “predestinación”, es la traducción del vocablo griego “proorizo”,


palabra compuesta de “pro” que significa “de antemano”, y “horizo” de donde proviene
nuestra palabra “horizonte”. El horizonte es la línea que divide el cielo de la tierra. De
manera que la idea de esta palabra es “trazar un límite de antemano”.

Cuando se refiere a Dios, la predestinación tiene que ver con el propósito de Dios para
aquellos que Él elige.
La palabra "predestinación" nunca se usa en referencia a personas que no son salvas.
Dios nunca predestinó a nadie para que se perdiera. Las personas se pierden porque
han rechazado el remedio provisto por Dios.

Por ejemplo: Hay un enfermo que se está muriendo, entonces el médico le ofrece la
posibilidad de tomar una medicina que le sanaría. Entonces el hombre mira al médico y
le dice: “Cuáles son mis opciones” a lo que el médico contesta: “Si usted recibe el
remedio se sana si usted lo rechaza se muere”. El paciente enfermo mira al doctor y le
dice: “No le creo”. Cuando ese hombre muere: el informe médico dirá que murió de cierta
enfermedad, y es verdad. Pero él tenía a su disposición un remedio y murió porque no
lo quiso tomar. Ese enfermo estaba predestinado a sanarse de esa enfermedad, porque
todos los enfermos que toman dicho remedio serán sanos, pero los que deciden rechazar

12
ESTUDIO DE EFESIOS

ya están muerto porque eligieron no tomarlo. ¿Podemos acusar de injusto a los


científicos que descubrieron y produjeron dicho remedio por no haber dado la posibilidad
de que los enfermos que rechacen tomarlo no se sanen?

Dios ha provisto una solución al problema del pecado, ya de antemano, antes de la


fundación del mundo.
Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo sea salvo por él.
El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no
ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Juan 3:17-18
Las razones de las elecciones de Dios no son caprichosas, ni hechas al azar. A pesar
de que están más allá de nuestro conocimiento, sabemos que todas son buenas y
sabías, pero todas las razones están en Él, no en nosotros. Su elección es de acuerdo
al puro afecto de su voluntad (Efesios 1:5).

La clave: “Según nos escogió en Él”. Cuando Dios nos incluyó en Su plan soberano Él
sabía que no merecíamos ser incluidos. Pero Cristo se comprometió de antemano a
pagar completamente nuestra deuda. De no haber sido por Jesús, nunca habríamos sido
parte del plan redentor de Dios.

El momento de la elección: “desde antes de la fundación del mundo”. En otras


palabras, esta selección se hizo en la eternidad. Antes del inicio del tiempo, antes de la
creación de todas las cosas, Dios nos incluyó soberanamente en Su plan de redención.

La fuente de nuestra bendición es Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo. Porque Él


mismo es nuestra bendición. La salvación es completamente de Él y en Él. Allí no hay
nada de nosotros mismos. Cuando meditamos en esto, nos damos cuenta de que el
hombre no es el originador, ni el promotor de nuestra salvación. Y mucho menos el
consumador. Dios lo hizo todo.
Hay una canción que lo expresa de la siguiente manera. "No he sido yo, Señor, quien te
eligió, porque eso no podía ser. Mi corazón aun te rechazaría, pero tú me has elegido a
mí".

Otra canción dice: "Jesús me buscó cuando era un extraño, alejándome del redil de Dios.
Y Él, para rescatarme del peligro, interpuso su preciosa sangre".

Dios es quien planificó nuestra salvación, en la eternidad, en el pasado, mucho antes de


que usted y yo llegáramos a este mundo. El Señor Jesucristo es quien vino a este mundo
y cuando se cumplió el tiempo determinado, logró nuestra salvación sobre la cruz del
Calvario. Y luego Dios el Espíritu Santo es quien nos convence de culpa y de pecado en
el presente. Él es quien nos lleva al lugar de fe en Cristo y al conocimiento salvador de
la gracia de Dios que es revelada en el Señor Jesucristo.

Se cuenta la historia de un joven que se presentó ante las autoridades de una Iglesia y
dijo que quería pertenecer a esa congregación. Los diáconos lo examinaron y le hicieron
las siguientes preguntas: "¿Cómo es que llegaste a ser salvo?"

13
ESTUDIO DE EFESIOS

"Bien", dijo el joven, "Yo hice mi parte y Dios hizo la Suya".


Y esos diáconos pensaron que este joven estaba equivocado. Y le dijeron: "¿Cuál fue tu
parte y cuál la parte de Dios?"

Y él respondió sin titubear, respondió: "Mi parte fue la de pecar, huí de Dios tan rápido
como me pudieron llevar estas piernas rebeldes, y donde mi corazón pecaminoso me
llevara. Me escapé de Él. Y, ¿saben una cosa? Él corrió detrás de mí y me alcanzó." Esa
fue su parte.

d. según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que


fuésemos santos y sin mancha delante de él,
Pero también hay un propósito en esa elección. Pablo responde dos cosas: por un lado,
nos dice que Dios nos escogió “para ser santos y sin mancha delante de Él”. No fue que
Él vio algo bueno en nosotros y por eso nos escogió, no. Él nos vio en nuestro pecado,
en nuestra impiedad, y nos escogió para hacernos santos (comp. Ef. 2:1-3 y 1P. 1:1-2).
La santidad es un fruto de la elección, no su causa, es decir, no fuimos elegidos por ser
santos o por hacer las cosas más o menos bien.
El mejor comentario de este texto es el que encontramos en la carta de Pablo a Tito
(2:11-14). Dios el Padre nos escogió, y Dios el Hijo murió en una cruz, para que nosotros
fuésemos un pueblo santo, un pueblo de hombres y mujeres apartados para Dios,
viviendo bajo los principios de Su voluntad revelada.

Ahora la santidad tiene que ver con la manifestación de la vida que está en nosotros. No
somos santos por esfuerzo o sacrificios humanos, o actos religiosos, sino que la vida que
portamos es la del Santo, la de Cristo, entonces, todo lo que es carnal, terrenal y temporal
va menguando en nosotros para que lo único que se manifieste sea la vida del santo. El
que está en Cristo hace morir las obras de la carne cada día. ¿Cómo? Llevándolo a la
cruz.
1Juan 3:6-10 |NTV| 6 Todo el que siga viviendo en él no pecará; pero todo el que
sigue pecando no lo conoce ni entiende quién es él. ¿Quiere decir que el que es
cristiano verdadero no peca? Sí peca, pero el pecado ya no es su estilo de vida. Cada
día aprende a rechazar el pecado.
7Queridos hijos, no dejen que nadie los engañe acerca de lo siguiente: cuando una
persona hace lo correcto, demuestra que es justa, así como Cristo es justo.
8Sin embargo, cuando alguien sigue pecando, demuestra que pertenece al diablo, el cual
peca desde el principio. Pero el Hijo de Dios vino para destruir las obras del diablo.
9Los que han nacido en la familia de Dios no se caracterizan por practicar el pecado,
porque la vida de Dios está en ellos. Así que no pueden seguir pecando, porque son hijos
de Dios.
10Por lo tanto, podemos identificar quiénes son hijos de Dios y quiénes son hijos del
diablo. Todo el que no se conduce con rectitud y no ama a los creyentes no pertenece a
Dios.

14
ESTUDIO DE EFESIOS

e. en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por


medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,
Lo segundo que nos dice Pablo es que fuimos predestinados en amor, “para ser
adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo”. Hoy día, cuando hablamos de adopción
pensamos de inmediato en niños pequeños, pero en el tiempo de Pablo no se solían
adoptar bebés, sino personas adultas. Si un hombre rico no tenía herederos, buscaba
una persona que fuese digna a quien dejarle toda su herencia, y lo adoptaba como su
hijo. De inmediato esa persona tenía derecho sobre todos los bienes del hombre rico.

Y eso es lo que Pablo tiene en mente cuando habla aquí de adopción. Nosotros somos
ahora hijos de Dios, con todos los derechos filiales de un hijo, porque Dios nos adoptó.
Sólo que cuando Dios decidió hacer eso nosotros no éramos dignos herederos. Por eso
primero nos justificó, poniendo en nuestra cuenta la justicia perfecta de Cristo, y luego
nos adoptó ahora que hemos sido perdonados. (ver Rom 8:28-30)

Y una vez más Pablo nos dice que todo eso ocurrió en Jesucristo. En virtud de la obra
redentora de Su Hijo, que nos es aplicada por la fe, el Juez de toda la tierra nos declara
“sin culpa”, y luego nos recibe como hijos en Su familia y nos concede liberalmente un
sinnúmero de beneficios, porque ahora Él es nuestro Padre y nosotros somos Sus hijos.

La adopción quiere decir algo más. Nos habla de una posición y de un privilegio. Nos
habla de identidad. Ahora que estamos en Cristo (posición) somos hijos (identidad) y
somos coherederos (privilegio)

f. “… según el puro afecto de Su voluntad” (vers. 5). Otra versión traduce la última
parte de este versículo de la siguiente manera: "según el buen propósito de su voluntad".
La razón de la elección de Dios no fue arbitraria o caprichosa. Una decisión arbitraria es
aquella que se toma sin razón alguna. Pero en el caso de Dios, Él sí tenía una razón
para escogernos, solo que esa razón se encuentra en Él, no en nosotros.

g. El propósito final de la elección: “para alabanza de la gloria de su gracia”


(vers. 6). La meta final hacia la cual se mueve todo lo antes dicho es el reconocimiento
en adoración. El propósito, el único propósito de Dios es la alabanza de su gloria, es la
glorificación, exaltación del Padre. Como bien señala Hodge: “El propósito de la
redención es exhibir la gracia de Dios de una manera tan eminente que llene todos los
corazones de sobrecogimiento y todos los labios de alabanza”.

h. Y una vez más, Pablo conecta todo esto con la persona de Cristo: “con la cual
nos hizo aceptos en el amado” (vers. 6b); literalmente el texto dice que esa gracia
nos fue bondadosamente conferida, gratuitamente impartida sobre nosotros “en el
Amado”. Dios el Padre ama a Su Hijo, con un amor eterno e inalterable, y nosotros
estamos en Él. En virtud de esa unión, nosotros somos ahora el objeto del amor del
Padre, y beneficiarios de todas Sus bendiciones.

Y a la luz de todo esto yo me pregunto, ¿acaso existe un privilegio más grande que ser
cristiano? ¿Es que acaso hay algo que sea más glorioso que conocer a nuestro Señor
Jesucristo, y tener nuestra vida escondida en Él? Nuestro Dios nos ha bendecido “con
toda bendición espiritual”; nosotros somos ahora los beneficiarios de las riquezas de Su

15
ESTUDIO DE EFESIOS

gracia, somos coherederos de Dios juntamente con Cristo, y algún día entraremos en el
disfrute pleno y eterno de esa herencia. Y todo eso porque Dios, de pura gracia, nos amó
cuando no había nada digno en nosotros que nos hiciera merecedores de ese amor.

El plan de Dios en el evangelio es muy a menudo rechazado debido a que glorifica


únicamente a Dios y Su gracia. El hombre es corrido del eje, deja de ser antropocéntrico
para ser Cristo céntrico Los esfuerzo o los logros del hombre no valen absolutamente
nada.

16
ESTUDIO DE EFESIOS

ENCUENTRO 4
EFESIOS 1 (7-8) LA OBRA DE DIOS EL HIJO. 7 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón
de pecados según las riquezas de su gracia, 8 que hizo sobreabundar para con nosotros
en toda sabiduría e inteligencia,

A. Jesús es el amado en quien tenemos redención y en nadie más. No hay posible


redención fuera de Jesús y de su sangre redentora.
La cruz no es el recordatorio de una tragedia, sino el foco de la victoria más grande del
creyente. El calvario es el lugar donde el Señor Jesucristo tomó sobre Él nuestra deuda
de pecado. La ira de Dios que estaba destinado a nuestras vidas fue sobre Jesús.
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo
Jesús Señor nuestro. Romanos 6:23

Si Dios justifica gratuitamente a los pecadores por su gracia, ¿Sobre qué base lo hace?
¿Cómo es posible que el justo Dios declare justos a los injustos sin comprometer su
propia justicia ni pasar por alto la injusticia de aquellos? Esta es nuestra pregunta. La
respuesta de Dios es la cruz.

La única base sobre la que se otorga este regalo es la muerte expiatoria de Cristo, y la
única condición para recibirla es que estamos en “Cristo Jesús”, nuestro Señor, es decir,
unidos personalmente a él por la fe.
Analicemos algunas palabras importante:

I. Redención significa volver a comprar algo, recuperarlo, pagando el precio del rescate.
Se redimía a un prisionero de guerra o a un esclavo. Si el esclavo pagaba su propio
rescate se convertía en un hombre libre, pero si otro pagaba el precio, pasaba a ser
propiedad del que lo había redimido. En cada caso el pensamiento es la liberación de
una persona de una condición de la que ella misma es incapaz de liberarse, o de un
castigo que no habría podido evitar de ninguna manera.

Dios nos redimió, y esa redención se llevó a cabo por medio de la sangre derramada en
la cruz por Su Hijo. Este aspecto no es muy popular en el presente. La mayoría de la
gente prefiere una religión hermosa, una religión que apele a su naturaleza estética. Sin
palabras que pueda ofender la sensibilidad.
Una persona se presentó ante un maestro de la Biblia y le dijo: "A mí no me gusta
escuchar hablar acerca de la sangre, eso es algo repulsivo para mí. Ofende mi naturaleza
estética". Y el predicador le respondió con toda calma y con aplomo: "Yo estoy de
acuerdo con usted, señora, que en este tema hay un aspecto repulsivo pero lo único que
resulta verdaderamente repulsivo es en realidad su pecado y el mío".
La redención es la obra principal de Cristo. (Leer Hebreos 10:5-12)

Nuestra redención es por Su sangre. Ése fue el precio que Él pagó. Aquí el precio es su
sangre, mostrando que la bendición del Padre y del Hijo viene no solamente de un

17
ESTUDIO DE EFESIOS

decreto divino, sino que también viene de acuerdo a Su justicia y santidad. Él no puede
bendecir oponiéndose a Su justicia y santidad.

Jesús no nos redime por medio de Su vida sin pecado o por su ejemplo moral, sino que,
viviendo una vida santa y perfecta, cargó sobre su cuerpo nuestros pecados y culpas. La
redención fue por Su muerte en nuestro lugar, fue por su sangre. Mediante su
padecimiento en la cruz quitó nuestra maldición, pagó nuestra deuda, murió nuestra
muerte. “Observe, no es redención por medio de su poder, es por medio de su sangre.
No es redención por medio de su amor, es por medio de su sangre.” (Spurgeon)

No debemos de tomar una perspectiva supersticiosa o mística de “la sangre”. No fue la


sangre física de Jesús la que salvó a alguien, La frase “la sangre de Cristo” es usada
muchas veces en el Nuevo Testamento, y es la expresión de la muerte sacrificial y la
obra completa de expiación de Jesús en nuestro favor.

Apocalipsis 5:9 dice: “…tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de
todo linaje y lengua y pueblo y nación;”

El apóstol Pedro habló de esa sangre en su primera epístola, "Pues ya sabéis que
fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir (la cual recibisteis de vuestros
padres) no con cosas corruptibles, como oro y plata, sino con la sangre preciosa de
Cristo, como de un Cordero sin mancha y sin contaminación" 1 Pedro 1:18-19
La realidad de la sangre de Cristo como medio de expiación por el pecado, tiene su
origen en la Ley Mosaica. El hombre que pecaba llevaba un cordero al sacerdote. El
pecador colocaba sus manos sobre el cordero y confesaba sus pecados. En ese
momento, simbólicamente, sus pecados se transferían al animal. El sacerdote
sacrificaba el animal inocente y derramaba su sangre. Este cordero moría en lugar del
pecador y el pecador quedaba libre de sus pecados.

Una vez al año, el sacerdote debía hacer una ofrenda de la sangre de animales sobre el
altar del templo por los pecados del pueblo. “Y según la ley, casi todo es purificado con
sangre, y sin derramamiento de sangre no hay perdón.” (Hebreos 9:22). Pero esta era
una ofrenda de sangre que estaba limitada en su efectividad, por lo que tenía que ser
ofrecida una y otra vez. Esta era una semblanza del sacrificio de Jesús ofrecido en la
cruz “una vez y para siempre” (Hebreos 7:27). Una vez que fue hecho ese sacrificio, ya no
hubo necesidad de la sangre de toros y machos cabríos.

La sangre de Cristo no solo redime a los creyentes del pecado y el castigo eterno, sino
que “Su sangre purificará nuestra conciencia de obras muertas para servir al Dios vivo”
(Hebreos 9:14). Esto significa que no solo somos ahora libres de ofrecer sacrificios, los
cuales son “inútiles” para obtener la salvación, sino que somos libres de depender de las
obras inútiles e improductivas de la carne para complacer a Dios. Porque la sangre de
Cristo nos ha redimido, ahora somos nuevas criaturas en Cristo (Leer 2 Corintios 5:14-17),
y por Su sangre somos liberados del pecado para servir al Dios vivo, para glorificarle, y
para gozar de El por una eternidad.
II. Perdón: Esta palabra tiene dos significados en la Biblia: 1) Rebelión contra la
autoridad de Dios. 2) Desviación del propósito de Dios. En el griego es amartita, y

18
ESTUDIO DE EFESIOS

significa “errar el blanco”. En resumen pecado es no hacer la voluntad de Dios. No es


una cuestión de que hago cosa buenas o cosas malas. Pecado es no buscar hacer la
voluntad de Dios en todo nuestros actos. Pecamos conscientemente y en el ejercicio de
nuestra voluntad. Todos hemos pecado, es decir, nos hemos rebelado contra Dios y nos
hemos desviado del blanco, del destino preestablecido por Dios para nosotros.

El mundo antiguo estaba asediado por el sentimiento de pecado. Bien se podría decir
que todo el Antiguo Testamento es un desarrollo del dicho «El alma que pecare, morirá»
(Ezequiel 18:4). Las personas eran conscientes de su propia culpabilidad y vivían en
constante terror de su dios o dioses.

Romanos 3:23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,

El pecado nos quitó de vivir en la plenitud gloriosa de Dios diseñada para nosotros. Nos
quedamos sin Dios eso significa sin vida, nos quedamos sin nada porque Dios es todo.

Se dice algunas veces que los griegos no tenían sentimiento de pecado. Nada podría
estar más lejos de la verdad. Decía Hesíodo «Los hombres deleitan sus almas en la
contemplación de lo que es su ruina.» Todos los dramas de Esquilo se basan en un solo
texto: "El que la hace, la paga.» Si había una cosa que la gente conociera era el
sentimiento de pecado y el miedo a Dios. Jesús cambió todo eso. Enseñó, no a odiar a
Dios, sino a amar a Dios. Porque Jesús vino al mundo, las personas, aun en su pecado,
descubrieron el amor de Dios.

También es necesario aprender a hacer una diferencia entre el perdón humano y el


perdón divino. No son lo mismo. El perdón humano siempre está basado en el hecho de
que se merece un castigo y que ese castigo nos es impuesto. Simplemente quiere decir
que uno borra o salda la cuenta. Pero Dios es santo y justo. Por lo tanto, el perdón divino
está siempre basado en el hecho de que ha habido una ejecución del castigo y que el
precio ya ha sido pagado. Es que la justicia de la ley requiere que se pague el castigo,
que se cumpla la pena

Isaías 53:5-6 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo
de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
6Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová
cargó en él el pecado de todos nosotros.

Isaías 53: 9-11 9…aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.
10Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto
su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová
será en su mano prosperada.

11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento


justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.

Un Dios justo perdona en base a que el castigo ya ha sido ejecutado. ¿Cuándo fue
ejecutado? Cuando Cristo derramó su sangre hace más dos mil años. Dice Isaías que el

19
ESTUDIO DE EFESIOS

Padre al ver el aplastamiento de su Hijo en la cruz “quedó satisfecho” y en ese hecho


fuimos justificados.

Tanto la cruz, como el sacrificio y muerte de Cristo y el derramamiento de Su sangre no


resulta estético y no le agrada a la naturaleza refinada del hombre civilizado de la
actualidad. Al ser humano el pecado no le parece tan malo. Trata de ser sofisticado y se
considera progresista y muy inteligente. Pero, aunque nos cueste, tenemos que
reconocer que somos pecadores perdidos, y Dios no puede perdonarnos hasta que el
castigo haya sido ejecutado. Y la buena noticia es que ese castigo ya ha sido ejecutado.
Es por esa razón que en la Palabra de Dios uno encontrará el perdón mencionado junto
a la sangre de Jesucristo. Porque el perdón depende de la sangre de Jesucristo.
Acerquémonos a Dios siendo nadie, y permitamos que Él nos convierta en alguien. Él ya
nos perdonó nuestros pecados porque Él ya pagó el castigo que merecíamos.

El Señor Jesucristo les dijo a Sus discípulos en el evangelio según San Lucas: "Así está
escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciera y resucitara de los muertos al tercer
día; y que se predicara en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas
las naciones, comenzando desde Jerusalén". (Lucas 24:46-47) Pablo dijo lo mismo en su
carta a los Colosenses, "en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de
pecados". (Colosenses 1:14) Cuando Jesús se encontró con Pablo en el camino de
Damasco, le dijo que se dirigiera a los no judíos, como dice el relato en los Hechos 26:18,
"Para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz y de la potestad
de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia
entre los santificados". El derramamiento de la sangre de Cristo y Su muerte en la cruz
es el fundamento del perdón, sin lo cual no lo hay. Dios no puede perdonar hasta que el
castigo haya sido pagado.

El apóstol Pablo dijo en Romanos 4:25: "El cual fue entregado por nuestras
transgresiones, y resucitado para nuestra justificación". Así es que la palabra pecados
incluye la lista completa de todos los pecados imputable al ser humano. Agustín lo
expresó concisamente al decir: "Cristo compró a la iglesia impura para poder hacerla
inmaculada". Cristo la compró con Su propia sangre y pagó el castigo por nuestro
pecado.

B. Según las riquezas de su gracia: La redención y perdón que se nos da viene de


acuerdo a la medida de las riquezas de su gracia.
Esa es una expresión interesante. Observemos que él no dijo "de" las riquezas de su
gracia, sino "según" las riquezas de su gracia. Para comprender mejor vamos a ilustrar
la diferencia que existe aquí. Hace algunos años un millonario estaba jugando en un
campo de golf y siempre le daba al caddie, su ayudante, una moneda. Como usted puede
ver, él no estaba dando aquí según sus riquezas: estaba dando de sus riquezas. Si este
hombre hubiera dado según sus riquezas, entonces su ayudante hubiera llegado a ser
rico. Pues bien, de la misma manera, Dios nos ha redimido según las riquezas de Su
gracia. Dios es rico en gracia, y Él está dispuesto a dar de acuerdo con Sus riquezas de
gracia. Él ha tenido que concederme mucha gracia a mí, pero aún le queda suficiente
para usted. Él tiene lo suficiente como para darnos a todos nosotros. Dios puede salvarle,
guardarle, y todo ello debido a Su gracia.

20
ESTUDIO DE EFESIOS

Alguien podría preguntarse: ¿pero no tenemos que servirle? Es verdad. Pero sobre una
base diferente, es decir, en base a una nueva relación; una relación de amor. En Juan
14:15, dice: "Si me amáis, guardad mis mandamientos". No les dijo: "como he muerto
por vosotros, tenéis que cumplir mis mandamientos". Les dijo, si me amáis. Así que, si
hoy usted le ama, el servicio es simplemente una manifestación, una expresión que surge
naturalmente. Lo servimos porque queremos hacerlo, no porque la obediencia nos lleve
a la salvación, sino porque la salvación nos lleva a obedecer. ¿Y cómo servimos?
Servimos a Dios con el nuevo poder que nos da el Espíritu Santo, que habita en nosotros

Nunca olvidemos que su redención, su liberación y el perdón fueron otorgados por Dios
conforme a las riquezas de Su gracia.

Y esto es precisamente lo maravilloso de la gracia de Dios; cuando Dios te salva por Su


gracia, no te pone en deuda con Él. Dios te compró para ponerte en libertad.

C. Que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia: Las
dos palabras en griego son sofía y frónêsis, y Cristo nos las trajo las dos. Esto es muy
interesante. Los griegos escribieron mucho sobre estas dos palabras. Si una persona
tenía ambas cosas, se decía, estaba perfectamente equipada para la vida.

Según los filósofos griegos: Sofía era la respuesta a los eternos problemas de la vida y
de la muerte, de Dios y del hombre, del tiempo y de la eternidad.

Frónêsis es el sentido práctico que permite a las personas enfrentarse con los problemas
prácticos de la vida diaria, y resolverlos.
Pablo afirma que Jesús nos trajo sofía, el conocimiento intelectual que satisface la mente,
y frónêsis, el conocimiento práctico que nos permite resolver los problemas de la vida
cotidiana. El carácter cristiano se presenta así como algo completo. Hay una clase de
persona que está en su ambiente en el estudio, que se mueve con soltura entre los
problemas filosóficos y teológicos, y que sin embargo se pierden en los asuntos
ordinarios de la vida de cada día. Y hay otra clase de persona que se considera muy
práctica, que se afana en los negocios de la vida, pero que no tiene interés en los asuntos
del más allá.

A la luz de los dones que Dios nos da por medio de Cristo, ambos caracteres son
imperfectos. Cristo nos trae la solución de los problemas tanto de la eternidad como del
tiempo. La primera nos da «el conocimiento que penetra hasta el corazón de las cosas»
y la segunda «el conocimiento que nos conduce a la acción correcta» (Robinson)

21
ESTUDIO DE EFESIOS

ENCUENTRO 5
EFESIOS 1 (9-12) EL MISTERIO DE SU VOLUNTAD.
A. “Dándonos a conocer el misterio de su voluntad”
Parte de lo que nos pertenece bajo las riquezas de Su gracia es el conocimiento del
misterio de su voluntad, el gran plan y propósito de Dios el cual una vez estaba escondido
ahora nos es revelado en Jesús.

El Nuevo Testamento usa la palabra misterio en un sentido especial. No es que sea algo
misterioso en el sentido de que sea difícil de entender, sino más bien algo que se ha
mantenido secreto durante mucho tiempo y que ahora se ha revelado, aunque sigue
siendo incomprensible para los que no han para los no creyentes.

No es una novela o historia de misterio, ni algo sobre lo cual uno se hace preguntas o le
anda dando vueltas. Un misterio en las Sagradas Escrituras quiere decir que Dios estaba
revelando algo que hasta ese momento Él no había revelado. Hay dos elementos que
siempre entran en un misterio del Nuevo Testamento: (1) No puede ser descubierto por
medios humanos, porque es siempre una revelación de Dios; y (2) es revelado en el
momento oportuno y no ocultado, y se revela lo suficiente para establecer el hecho sin
que se hagan conocer todos los detalles

¿Cuál era para Pablo el misterio de la voluntad de Dios? Que el Evangelio era también
para los gentiles. Dios ha revelado en Jesús que Su amor y cuidado, Su gracia y
misericordia, no son solamente para los judíos, sino para todo el mundo. Y que EN Él
todos los seres humanos teníamos acceso al Padre.
el misterio que había estado oculto desde los tiempos antiguos, pero que ahora ha sido
26

manifestado a sus santos,


a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los
27

no judíos, y que es Cristo en ustedes, la esperanza de gloria. Colosenses 1:26 y 27 |RVC|


(Ver también Mateo 13:10-17; Romanos 11:25-26; 16:25-27; Efesios 3:1-12)

B. “según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo.” Dios es Dios, y


su soberanía es absoluta. La voluntad de Dios pudiera definirse como aquel atributo por
medio del cual Dios aprueba y determina cada evento que ha de acontecer. Todos los
eventos por los cuales has atravesado han formado parte de la voluntad de Dios. Él
orquesta lo que orquesta y permite lo que permite porque entiende que esa es la mejor
forma de llevar a cabo los propósitos que tiene para ti y para mí. Pablo está diciendo que
toda la historia ha sido el desarrollo de este proceso. Los cristianos estamos convencidos
de que la Historia es el desarrollo de la voluntad de Dios.

Así es que resulta que estamos viviendo en una edad en la que la gente ha perdido la fe
en que el mundo tenga ningún sentido. Pero los cristianos creemos y estamos
convencidos de que en este mundo, se está desarrollando el propósito de Dios; y Pablo
estaba convencido de que ese propósito es que un día todas las cosas y todas las
personas formarán una familia en Cristo. Según Pablo, ese misterio no se intuyó hasta

22
ESTUDIO DE EFESIOS

que vino Jesús, y ahora la gran tarea de la Iglesia consiste en desarrollar el propósito de
unidad que Dios nos ha revelado en Jesucristo.
Todo esto conforme al buen propósito que de antemano estableció en Cristo.

C. “de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de


los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.”
La Biblia de las Américas traduce: " con miras a una buena administración en el
cumplimiento de los tiempos, es decir, de reunir todas las cosas en Cristo, tanto las que
están en los cielos, como las que están en la tierra. En Él".

La expresión "en la dispensación de los tiempos establecidos", a veces traducida como


"dispensación" "administración" o "economía" en realidad es un orden o un sistema que
se pone en vigor, que se lleva a la práctica. Es una forma de hacer las cosas. No tiene
que ver con un período de tiempo, como si el escritor se refiriera a una época.
Por ejemplo, una persona que tiene mucha actividad en la semana, planifica las comidas
de cada día y antes de que llegue esa semana ya programa las comidas. Administra sus
recursos para que llegado el tiempo no falte. Eso también se llama economía.

Es decir que Dios en su perfecta administración de los tiempos fue llevando a la


humanidad a su propósito final que es estar en Cristo. Aunque ese proceso, esa
administración o sistema fue diferente en cada tiempo.

Dios ha tenido un solo método de salvar a la gente. Todo su plan se apoya sobre un
método de salvación. Sin embargo, la aproximación, el planteamiento y el hombre bajo
un determinado sistema han sido diferentes. Por ejemplo, Abel ofreció a Dios un cordero
y así lo hizo también Abraham. Los sacerdotes del Antiguo Testamento ofrecieron a Dios
corderos, y Dios consideró que estaba bien. Pero ésa no es la forma en que Dios nos
dice que nos aproximemos a Él. Es que nosotros vivimos en una economía, en una
administración diferente.

Dios está actuando e impulsando todas las cosas hacia el momento en que Cristo
gobierne sobre todo en los cielos y en la tierra. Ésta es la "plenitud de los tiempos",
cuando todas las cosas estén bajo el gobierno y autoridad del Señor Jesucristo. Todo el
pasado, el presente y el futuro confluyen hacia el instante en que toda rodilla tendrá que
doblarse y toda lengua confesar que Jesús es el Señor. Éste es el misterio que nos es
revelado. El propósito de reunir todas las cosas en Cristo, en el cumplimiento de los
tiempos establecidos, así las que están en los cielos como las que están en la tierra. Y
como dice el escritor de Hebreos 2:8, aprendemos lo siguiente de Cristo, que Dios le
sujetó todas las cosas, nada dejó que no le sea sujeto, aunque todavía no vemos que
todas las cosas le sean sujetas. Estas palabras dejan bien en claro que aún no hemos
llegado a ese momento de la historia. Es que estamos viviendo en una economía
diferente, en un orden diferente. Pero Dios nos ha revelado este acontecimiento que va
a ocurrir, y que no había sido revelado en el pasado.

D. “también hemos obtenido herencia, habiendo sido predestinados según el


propósito de aquel que obra todas las cosas conforme al consejo de su voluntad,”

23
ESTUDIO DE EFESIOS

La versión PDT traduce: "Dios nos escogió por medio de Cristo para ser su pueblo, tal
como ya lo tenía planeado pues él actúa de manera que todo lo que suceda salga de
acuerdo con su voluntad."

La mejor herencia que Dios nos ha dado es que seamos parte de su pueblo gracias a
las acciones de Cristo. La iglesia va a heredar con Cristo porque ellos están en Cristo,
están unidos a Cristo. En la epístola a los Romanos, capítulo 8, versículo 17, Pablo dijo:
"Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que
padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados". Luego,
en 1 Corintios 3:21 al 23 dijo: "Así que, ninguno se gloríe en los hombres; porque todo es
vuestro: sea Pablo, Apolos o Cefas, sea el mundo, la vida o la muerte, sea lo presente o
lo porvenir. Todo es vuestro, y vosotros sois de Cristo y Cristo de Dios". Nuestra herencia
es Cristo y en Cristo todas las cosas son nuestras.

Recordemos que Dios nunca predestinó a una persona para que se perdiera. Él nos ha
predestinado a nosotros para que recibamos una herencia. Y si Él no la hubiera
predestinado para nosotros, por nuestra propia cuenta jamás lo hubiéramos conseguido.
Es algo que no merecemos. Es una recompensa que proviene de Su gracia y no de
nuestros propios méritos. Ésta es la voluntad de Dios, y ésa es la única base en la cual
todo esto se hace realidad. Es bueno, es correcto, y es lo mejor. ¿Por qué? Porque ése
fue el propósito de Dios.

Así que, recapitulando, estas son las tres obras maravillosas que Cristo ha hecho por
nosotros: nos redimió con Su sangre; nos ha revelado el misterio de Su voluntad; y nos
recompensa con una herencia. ¡Qué hermoso es esto, yo no puedo perder! Él pagó por
la iglesia, y yo le pertenezco porque Él pagó un precio.
Tenemos que decir que hoy la iglesia es muy importante para Él. Los planes humanos
aquí en la tierra no tienen importancia. Nosotros pensamos que la tienen. Los seres
humanos están corriendo de aquí para allá con un proyecto para el mundo actual, pero
ellos ni siquiera estarán aquí en los próximos cien años. Esta generación ya habrá
pasado a la historia. Pero los grandes planes de Dios serán llevados a cabo. Y tenemos
que estar agradecidos a Dios por ello.

E. “A fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que


primeramente esperábamos en Cristo”
El propósito de Dios en todos, esto es para que aquellos que han confiado en Cristo,
existan para alabanza de su gloria. La meta del plan final de Dios es el glorificarle a Él.
El creyente existe para la alabanza de su gloria. Dios no existe para satisfacer los
caprichos y deseos del creyente, recordemos siempre nosotros existimos para él no Él
para nosotros.

Cuando el creyente se encuentra en el centro de la voluntad de Dios, está viviendo una


vida de plenitud, llena de satisfacción y alegría. El vivir de acuerdo con la voluntad de
Dios añade propósito y significado a la vida y el creyente que vive de esa manera traerá
honra y gloria a Dios. Existimos para la alabanza de Su gloria y esto es suficiente.

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ESTUDIO DE EFESIOS

Nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo: En primer lugar, Pablo habla de
los judíos. A ellos también, se les había asignado una porción en el plan de Dios. Fueron
los primeros en creer en la venida del Ungido de Dios. A lo largo de toda su historia
habían esperado y anhelado al Mesías. Su porción en el esquema de las cosas fue el
ser la nación de la que habría de venir el Escogido de Dios.

El versículo siguiente dice “En Él también vosotros” aquí Pablo ahora incluye a los
creyentes Gentiles. El gran plan de Dios tiene lugar para ambos, judíos y gentiles, y atrae
a ambos hacia Jesús. Pero esa sección es para el próximo encuentro.

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ESTUDIO DE EFESIOS

ENCUENTRO 6
EFESIOS 1 (13-14) LA OBRA DEL ESPIRITU SANTO.
En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra
salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para
alabanza de su gloria.

a. En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad: Esta sección en la


cual nos encontramos, es sin lugar a dudas una de las más destacadas de las Sagradas
Escrituras, porque ahora estamos pasando de la obra de Dios a favor nuestro, a la obra
del Espíritu Santo en nosotros.
Al oír la Palabra de verdad el Espíritu Santo comienza una obra de regeneración y de
renovación, motivando al pecador a oír y creer en su corazón. El Señor Jesucristo dijo
en Juan 3:7: "Os es necesario nacer de nuevo". Y, ¿cómo puede uno renacer? Juan
explicó en 1:12 de su Evangelio: "Mas a todos los que lo recibieron, a quienes creen en
su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios". Puedo escuchar y no hacer
caso, puedo oír y no creer, por eso dice a los que recibieron, es decir, dejaron que
la Palabra de verdad entre en sus vidas y produzca cambios interiores que se
reflejan en el exterior.
El mismo Juan en el capítulo 3 versículo 19 dice: los hombres amaron más las tinieblas
que la luz porque sus obras eran malas. Oír es deponer mi voluntad para hacer la suya.
Es un estado de gobierno.

Pablo escribió en Primera de Corintios 1:23 y 24, "Los judíos piden señales y los griegos
buscan sabiduría, pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos
ciertamente tropezadero, y para los no judíos locura. En cambio para los llamados,
tanto judíos como griegos, Cristo es poder y sabiduría de Dios". Ahora, ¿quiénes son los
llamados? Son aquellos que han escuchado con entendimiento, con comprensión. Dios
los llamó. No es meramente una llamada donde se escuchan palabras, sino que
constituye un llamado donde el Espíritu Santo hace que estas palabras produzcan una
transformación de sus vidas. Mueren a su vieja vida y en Jesús son vivificados. Siendo
vivificados con Cristo significa experimentar la vida de Dios dentro de nosotros, significa
ser nacido de Dios por medio de Su Espíritu. (Comparar con: Ef 2:5; 1 Cor 15:22)

Romanos 10:17 dice: “La fe es por el oír, y el oír, por la Palabra de Dios.” Pedro lo explica
así: " Dios les ha cambiado su modo de vivir. Es como si ustedes hubieran vuelto a nacer,
no de padres humanos, que finalmente mueren, sino gracias al mensaje de Dios. Y es
que ese mensaje da vida y nada puede destruirlo. ". Pedro 1:23 |BLS|

El creer es el paso lógico después de haber oído el mensaje. Puede que no sea el
próximo paso cronológico, pero es el paso lógico. En Él también vosotros, habiendo oído
la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en Él. Ésta

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ESTUDIO DE EFESIOS

es la mejor explicación de lo que significa nacer de nuevo que podemos leer en la Palabra
de Dios.

b. Fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa: El proceso de oír y creer


en el mensaje de salvación culmina con el sello, la marca del Espíritu Santo, todo al
mismo tiempo. Por cierto, ese momento es llamado el bautismo del Espíritu Santo. El
bautismo del Espíritu Santo es la obra de completa impregnación de Cristo en nuestras
vidas.
Su presencia en nuestras vidas actúa como un sello el cual indica pertenencia, el cual
es la garantía de nuestra herencia.

Ahora creemos que hay un doble propósito en la obra del Espíritu Santo al sellar al
creyente.
1. Él implanta la imagen de Dios sobre el corazón para proporcionar una realidad
al creyente. Usted sabe que un sello se coloca en un documento, y que ese sello
tiene una imagen. Creemos que eso es exactamente lo que el Espíritu de Dios
hace en el creyente. El sello es por lo tanto el mismo Espíritu Santo, y Su
presencia en el creyente denota propiedad y seguridad. “El ser sellado con el
Espíritu no es un sentimiento de emoción o una experiencia interior misteriosa.”
(Gaebelein)
2. Ahora, el segundo propósito de este sello es indicar el derecho de una legítima
propiedad. 2Timoteo 2:19 leemos: Pero el fundamento de Dios está firme,
teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad
todo aquel que invoca el nombre de Cristo. Ahora, que Él provea esta seguridad
para usted, no quiere decir que usted puede vivir en el pecado. Si usted invoca el
nombre de Cristo, usted se va a apartar de la iniquidad. Y si no es así, si no hay
esta evidencia, entonces usted no ha sido regenerado o sellado. Recordamos
Filipenses 2:12 y 13 – El produce el querer como el hacer.

c. Que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión


adquirida, para alabanza de su gloria. La palabra arras era el “pago inicial”, la entrega
de una parte del precio acordado o el depósito de una cantidad con la que se garantiza
el cumplimiento de una obligación.
Es decir, que si uno va a comprar alguna propiedad y quiere que el vendedor le reserve
la propiedad, usted, deja cierto dinero como un depósito, como una señal. También
quiere decir que más adelante usted entregará más dinero, lo que falta para completar
el pago de la propiedad.
Él es nuestro único pago inicial de la gloria venidera y además es el pago total; no se
provee nada más, ni se necesita.
Tenemos estas arras hasta que seamos “completamente transformados” por Dios por
medio de la resurrección y la glorificación.
Dios nos ha dado a los creyentes el Espíritu Santo como una promesa y señal de que
hay más. Otra versión traduce este versículo 14 de la siguiente manera: "el Espíritu Santo
garantiza nuestra herencia hasta que llegue la redención final del pueblo adquirido por
Dios."

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ESTUDIO DE EFESIOS

Y todo esto es para la alabanza de su gloria. Y aquí encontramos la tercera doxología


en este capítulo. Como ya hemos visto, Pablo presentó una doxología después de
considerar la obra de cada miembro de la Trinidad. Aquí el hecho de que el Espíritu Santo
nos regenera, se convierte en nuestro refugio y sello, y nos proporciona una realidad
espiritual, es un motivo para la alabanza de Su gloria.

(Doxología: Alabanza a Dios)


(Las tres doxologías son: 1. Efesios 1:3 – Bendito sea Dios y el Padre. 2. Efesios 1:6 –
Aceptos den el Amado. 3. Efesios 1:14 – El Espíritu Santo nuestra garantía.)

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