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Argumentos A Favor Del Agua

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ARGUMENTOS A FAVOR DEL AGUA

El agua es un compuesto con características únicas, de gran significación para la vida, el más
abundante en la naturaleza y determinante en los procesos físicos, químicos y biológicos que
gobiernan el medio natural. El agua, al igual que el fuego, la tierra y el aire, fue para los griegos uno
de los cuatro elementos que formaron el mundo de la molécula de agua. Esta asociación no se hace
de cualquier manera: los dos átomos de hidrógeno interaccionan a los lados del átomo de oxígeno,
de ello se derivan dos consecuencias de gran importancia. Desde el punto de vista químico es
excepcional su importancia, ya que la casi totalidad de los procesos químicos que ocurren en la
naturaleza tienen lugar en sustancias disueltas en agua. El agua es un medio de transporte de
nutrientes; este trata de una cualidad muy importante para la vida, ya que para algunos ecosistemas
el agua sirve de recipiente de sustancias vitales para su existencia. El agua tiene otras muchas
propiedades, como su facilidad para disolver una gran cantidad de sustancias , su fuerte tendencia a
empapar las paredes de los tubos capilares y ascender por ellos, su propensión a dejarse atrapar en
la constitución de numerosas rocas, en forma de hidratos que, como el ópalo, adoptan a veces los
colores más tornasolados. El agua tiene una capacidad calorífica alta. Su calor específico, por
definición, es de una caloría por gramo. Es importante recordar que la mayor parte de la energía
solar que llega a la superficie terrestre es absorbida por la hidrosfera, donde se transforma en calor
que transporta ella misma o se transfiere a la atmósfera y a otras esferas. En la vida cotidiana la
percepción directa de las sustancias disueltas en el agua lleva a clasificarla en agua dulce y agua
salada. Al agua natural con una baja concentración de sales (menos de 1.000 mg/L) se le llama agua
dulce y generalmente, previo tratamiento, se usa para producir agua potable. El agua natural que
contiene una concentración de sales mayor a 3.000 mg/L se considera salada, aunque este término
comúnmente se asocia con el agua de mar, que contiene en promedio una concentración de sales
entre 34.000 y 35.000 mg/ L. Sin embargo, para algunos mares estas concentraciones pueden ser
superiores: por ejemplo, para el Mediterráneo y el mar Rojo alcanzan 45.000 mg/L. No obstante,
existen distintos grados de salinidad intermedios, como en el caso de las aguas estuarinas y de las
ciénagas. Realmente se trata de variaciones en la salinidad por influencia de las aguas continentales
y de las lluvias. Millones de años atrás la tierra se encontraba desnuda, sin cobertura vegetal,
expuesta a la acción del agua y sometida a grandes procesos de erosión. Fue entonces cuando los
océanos alcanzaron sus niveles de salinidad básica. Este proceso aún continúa con menor intensidad,
pero sin perder importancia. Actualmente, en los ciclos biogeoquímicos –en especial, en el ciclo
hidrológico– circulan las sales marinas manteniendo relativamente constante la concentración de
sales del mar. Ciclo hidrológico Como se anotó en el capítulo 2 de este libro, dentro de los ciclos
biogeoquímicos que se desarrollan en el ecosistema planetario, el ciclo hidrológico es tal vez el más
conocido y ocupa un puesto importante. El ciclo hidrológico es el proceso continuo de la circulación
del agua, en sus diversos estados, en la esfera terrestre. Sucede bajo la influencia de la radiación
solar, la acción de la gravedad y la dinámica de la atmósfera, la litosfera y la biosfera. Las diferentes
fases del ciclo son el marco de referencia para el estudio del estado y del comportamiento del agua.
El ciclo hidrológico y el balance de agua global son el modelo básico para entender el
funcionamiento del sistema hídrico atmosférico movido básicamente por la energía solar, el cual es
el enlace vital entre el océano y el continente, mediante la circulación y transformación del agua a
través de la atmósfera, la hidrosfera, la litosfera y la biosfera. El agua se evapora desde el océano
hacia la atmósfera en grandes proporciones (86%) y en menor grado desde el continente (14%),
siendo el viento el agente transportador del vapor de agua a distancia hasta encontrar condiciones
propicias para la condensación, reiniciándose así un nuevo ciclo hidrológico
La disponibilidad de agua es de suma importancia para la vida y el desenvolvimiento económico de
cualquier región del mundo. Los recursos disponibles deben repartirse entre numerosos usuarios
además de tener en cuenta las necesidades del medio ambiente. Durante muchos años, todos los
recursos eran considerados disponibles para cualquier uso antrópico, sin tener en cuenta la calidad o
las necesidades para los usos ambientales. muchos años, todos los recursos eran considerados
disponibles para cualquier uso antrópico, sin tener en cuenta la calidad o las necesidades para los
usos ambientales. Cuando se considera la distribución del agua entre los distintos usuarios, la
agricultura aparece como el sector de mayor demanda. Las dos terceras partes de los recursos
hídricos se destinan al uso agrícola, con una demanda creciente para el turismo, usos urbanos e
industriales, compitiendo por un acceso a un recurso cada vez menos disponible. Normalmente los
recursos hídricos se obtienen de aguas superficiales o de aguas subterráneas. El uso de unas u otras
depende de muchos factores, inicialmente de la disponibilidad de cada recurso. Normalmente las
aguas superficiales ofrecen cantidades mayores de agua a corto plazo, mientras que las subterráneas
son un recurso más constante, al menos, a mediano plazo. Existen diversas áreas en el mundo
donde la demanda de agua supera la oferta. En ellas se apela a los recursos no convencionales, como
por ejemplo el agua de lluvia, usada como recurso desde la época bíblica. Otra solución frecuente
consiste en la desalinización del agua de mar o el tratamiento del agua residual. Otras soluciones son
las aguas de escorrentía y el agua procedente del rocío o escarcha. Existe una relación estrecha
entre el uso de aguas numerosos usuarios además de tener en cuenta las necesidades del medio
ambiente. Durante muchos años, todos los recursos eran considerados disponibles para cualquier
uso antrópico, sin tener en cuenta la calidad o las necesidades para los usos ambientales. Cuando se
considera la distribución del agua entre los distintos usuarios, la agricultura aparece como el sector
de mayor demanda. Las dos terceras partes de los recursos hídricos se destinan al uso agrícola, con
una demanda creciente para el turismo, usos urbanos e industriales, compitiendo por un acceso a un
recurso cada vez menos disponible. Normalmente los recursos hídricos se obtienen de aguas
superficiales o de aguas subterráneas. El uso de unas u otras depende de muchos factores,
inicialmente de la disponibilidad de cada recurso. Normalmente las aguas superficiales ofrecen
cantidades mayores de agua a corto plazo, mientras que las subterráneas son un recurso más
constante, al menos, a mediano plazo.

Existen diversas áreas en el mundo donde la demanda de agua supera la oferta. En ellas se apela a
los recursos no convencionales, como por ejemplo el agua de lluvia, usada como recurso desde la
época bíblica. Otra solución frecuente consiste en la desalinización del agua de mar o el tratamiento
del agua residual. Otras soluciones son las aguas de escorrentía y el agua procedente del rocío o
escarcha. Existe una relación estrecha entre el uso de aguas residuales sin tratar y los problemas
sanitarios. La creciente competencia por el agua está llevando a un mejor uso de este enorme
recurso. El agua es usada para muchas finalidades y en cada caso se requiere una calidad particular,
siendo importante no utilizar agua de calidad superior para un uso que no lo requiera. El
aprovisionamiento de agua para uso doméstico es el más exigente, en términos de calidad y
seguridad del suministro. La calidad de agua tiene consecuencias directas en la salud humana,
situación que se torna más grave por la demanda creciente. El agua potable es necesaria para la
vida, para la salud y para una existencia productiva. La salud humana depende no sólo de la cantidad
de agua suministrada, sino principalmente de la calidad. Según la OMS (Organización Mundial de la
Salud), casi la cuarta parte de las camas disponibles en los hospitales del mundo están ocupadas por
enfermos cuyas dolencias se deben a la insalubridad del agua.

La Década Internacional del Agua Potable y Saneamiento de las Naciones Unidas, en los años
ochenta, fue proclamada por la Conferencia del Agua de las Naciones Unidas (Mar del Plata, 1977).
Se enfocó en el mejoramiento de la salud pública mediante la ampliación de la cobertura de
servicios, bajo el lema: “agua y saneamiento para todos”. Si bien hubo grandes avances y las metas
se reiteraron en 1990, aún quedan sectores sin acceso a agua segura y la situación es aún más crítica
en lo referente a saneamiento. La población mundial asciende aproximadamente a 7000 millones,
de los cuales el 20 % no bebe agua potable y el 40 % no tiene acceso a medios de saneamiento. La
Asamblea General de las Naciones Unidas, en 2010, estableció el derecho al agua potable y
saneamiento como un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los
derechos humanos. Los criterios de calidad para agua potable han sido desarrollados tomando en
cuenta el de agua de primer uso o sin contaminantes tóxicos sintéticos. En las últimas tres décadas,
se incrementó la preocupación por la producción, uso y destino final de numerosos productos
químicos empleados en la industria, agricultura, ganadería, medicina, etc. Las investigaciones
realizadas han demostrado que estas sustancias pueden incorporarse en el medio ambiente,
dispersarse y persistir en extensiones mucho más grandes que las esperadas. Algunas de ellas, como
por ejemplo los agroquímicos y en particular los pesticidas, son esparcidos intencionalmente sobre
vastas regiones para proteger los distintos tipos de cultivos de plagas; otras, como los subproductos
industriales, son vertidas al agua o al aire de manera directa o indirecta. Los productos
farmacéuticos y cosméticos, son elementos importantes dentro de la vida moderna, y se emplean
tanto en la medicina humana como veterinaria. Estas sustancias, se incorporan a las aguas
superficiales a través de los residuos cloacales, que pueden estar o no tratados previamente, en
forma directa. La eficiencia del tratamiento de las aguas residuales, no permite eliminar totalmente
este tipo de compuestos; por lo tanto, pueden alcanzar las aguas superficiales con relativa facilidad.
Algunos de los potenciales problemas que puede provocar esta contaminación, denominada
silenciosa, son: procesos fisiológicos anormales, disminución de la capacidad de reproducción,
aumentos de los casos de cáncer, desarrollo de cepas bacterianas conextremada resistencia a los
antibióticos, potencial incremento de la toxicidad de los compuestos presentes en el medio
ambiente por efectos sinérgicos. Los efectos pueden acumularse de manera lenta sin poder
detectarse, de allí su denominación silenciosa, hasta un determinado nivel donde los efectos se
evidencian y producen cambios irreversibles por efecto

cascada. El agua potable es normalmente garantizada por las autoridades, y su existencia es

absolutamente esencial para asegurar la presencia de población en un lugar determinado. Existen


normativas de calidad que se deben cumplir para el agua potable en todos los países y ésta no
puede provenir de cualquier fuente. La definición legal de agua potable consiste en proporcionar
una lista de compuestos y asociarlos con un nivel tolerable. Desde el punto de vista práctico, la
cantidad de sustancias seleccionadas debe ser limitada. En las legislaciones de los diferentes países
se consideran entre 80 y 130, a pesar de que se sabe que el número de compuestos sintéticos que el
hombre maneja es mayor que 70.000, y para muchos de ellos se desconoce el grado de toxicidad. De
esta manera, aún cuando un agua pueda cumplir con las normas de potabilización no se puede
asegurar que no exista algún otro contaminante. Cabe mencionar, que los criterios de calidad para
agua potable han sido desarrollados tomando en cuenta el empleo de agua de primer uso o sin
contaminación por tóxicos sintéticos

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