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Entre El Amor y Las Emociones

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ENTRE EL AMOR Y LAS EMOCIONES

Cuando la pasión se despierta


3 Confía en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la
verdad.4 Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu
corazón. 5 Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará. 6 Exhibirá tu
justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía.” Salmo 37:3-6

Ser reconocidos y afirmados como alguien valioso es una necesidad profunda de


cada ser humano. A raíz de esto, toda persona en este mundo está en una
búsqueda de significado personal, tratando de encontrar alguien o algo que les
haga sentir aceptados y valorados. Esta es una necesidad intrínseca del alma
humana, el deseo de trascender y sentirse más valioso, es la causa por la cual
buscamos relacionarnos con otras personas.
Cuando los jóvenes arriban a la pubertad, se despierta en ellos una búsqueda por
relaciones significativas, las cuales tendrán un impacto para el resto de sus vidas.
Despierta en ellos la pasión del descubrir su identidad plena, y es por lo tanto,
una transición muy crítica de su infancia a la vida adulta. Algunos estudios de
psicólogos cristianos identifican con claridad seis necesidades básicas de los
jóvenes en su paso hacia la vida adulta:
1. Desarrollar su propio sentido de identidad, individualidad y seguridad.
2. Desarrollar relaciones significativas con compañeros de la misma edad y
con personas ajenas a la familia.
3. Separarse progresivamente de la dependencia que, como niños tuvieron
hacia sus padres.
4. Conformar una sexualidad clara y desarrollar su capacidad para
relacionarse con el sexo opuesto.
5. Obtener la confianza y la habilidad necesaria para desarrollar una carrera o
vocación en el futuro, además de independencia económica y otras
cualidades propias de la vida adulta.
6. Desarrollar su fe, valores y actitudes hacia la vida.

Dr. Bruce Narramore: Ayúdenme, soy padre. CLIE


La necesidad de ser afirmados emocionalmente

Mientras se lleva a cabo la transformación física y sexual en el adolescente,


comienza una etapa de confusión emocional. En esta etapa crítica la autoestima
debiera ser alimentada y afirmada especialmente por sus padres. Ellos empiezan
a pensar más por sí mismos practicando ser independientes en su forma de
percibir el mundo. Desgraciadamente, muchas veces los padres suelen cometer el
error de confundir diferencias de opinión con rebeldía, es la causa por la que
muchos jóvenes se sientan tan desanimados y frustrados que prefieran hablar con
sus amigos más que con sus padres.

Entre el amor y las emociones

Muchos jóvenes hoy en día usan frases como estas: “¡Amo la pizza!, ¡Odio las
verduras!... ¡Amo el facebook!, ¡Odio lavar los platos!” Es muy fácil para ellos usar
la palabra “amar” sin tener en cuenta lo que realmente significa el amor. Asi es
tambien con las relaciones, es muy comun confundir el amor con las emociones y
experiencias pasajeras.

Nos sentimos “enamorados” cuando conocemos a alguien por quien nos sentimos
atraídos, y nos rendimos a una serie de emociones que producen un vaivén de
ánimo y nostalgia, entusiasmo y tristeza. Cuando compartimos con esa persona
nuestros sentimientos y pensamientos más íntimos, tenemos la sensación de que,
por fin, hicimos una “conexión” con alguien.

Este sentimiento nos produce gran placer, hasta la química de nuestro cuerpo
cambia, dentro de éste se producen unas sustancias llamadas endorfinas. Nos
sentimos felices y andamos todo el día de buen humor y atontados. De todo nos
reímos, todo parece bello…. Nuestra mirada cambia, se pierde en el horizonte,
esperando esa llamada, ese mensaje. Queremos que el celular suene, vibre, haga
bip, algo que nos indique que estoy en “contacto” con quien me hace sentir tan
especial.

Cuando estamos enamorados nos parece que nuestra pareja es perfecta y la


persona más maravillosa del mundo. Y esa es precisamente la enorme diferencia
entre la emoción de estar enamorados y el verdadero amor. Empezamos a amar
cuando dejamos de estar enamorados.
El amor requiere conocer a la otra persona, requiere tiempo, requiere reconocer
los defectos del ser amado, requiere ver lo bueno y lo malo de la relación. No
quiero decir que enamorarse no es bueno, al contrario es maravilloso, pero es
solo el principio.

Muchas personas son adictas a estar enamoradas. Terminan sus relaciones


cuando la magia de haber conocido alguien nuevo desaparece; cuando empiezan
a ver defectos en la otra persona y a darse cuenta que no es tan perfecta como
pensaban.

Comúnmente se dice que el amor es ciego, pero el verdadero amor no puede ser
ciego. Cuando amas a alguien puedes ver sus defectos y los aceptas, puedes ver
sus fallas y quieres ayudarle a superarlas. Al mismo tiempo esa persona ve tus
propios defectos y los entiende. Recordemos la descripción del verdadero amor
en 1 Corintios 13:

4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es


jactancioso, no se envanece; 5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no
se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la
verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

El amor verdadero esta basado en la realidad, no es la fantasía de encontrar a tu


príncipe azul o a tu princesa encantada. ¿Encontraste a una persona maravillosa?
¡Te felicito! Probablemente digas como muchos: “es mi alma gemela…” pero
debes saber que ese ideal no existe. En primer lugar, siempre nos sentimos
atraídos por quien posee un temperamento diferente a nosotros, por lo tanto,
esa persona deberá ser diferente a nosotros en muchos sentidos. En segundo
lugar, debes recordar que esa persona por la que sientes tanta atracción, no es
perfecta y al igual que tú, nunca lo será.

Amar es poner en una balanza lo bueno y lo malo de esa persona y después


amarla. El amor es una decisión consciente. Muchas veces oímos de personas que
dicen que se enamoraron de alguien y que no pueden evitarlo, como si eso fuera
una cuestión del “destino” ó de la suerte. Una hada madrina pasó por ahí y arrojó
unos polvos mágicos, contra lo cual no pudimos hacer nada.

No, el amor no es un accidente, el amor es una decisión. El amor nace de la


convivencia, de compartir, de dar y recibir, de intereses mutuos, de sueños
compartidos. El amor es entregarse sin reservas, pero no puedes amar a alguien
que no te ama, o que no se interesa en ti. El amor verdadero es reciproco, recibes
tanto como das.

Las emociones, aunque son lindas y necesarias nos confunden, no podemos


permitir que las decisiones que tomamos sean en base a nuestras emociones.
Nunca debes cultivar una relación por el hecho de cómo te “sientes” cuando estás
con el o ella. Las emociones pueden revelar una necesidad no resuelta de tu alma,
y no es la otra persona quien va a resolver el vacío de tu corazón. Recuerda el
principio bíblico:

4 Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu


corazón. 5 Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará…

Es en Cristo Jesús donde puedes estar confiado, de forma que puedas amar y
entregarte a otra persona, con la integridad de tu corazón y sin expectativas
equivocadas o inalcanzables. Recuerda siempre que ningún novio o novia, ni
siquiera el matrimonio podrá cesidad de tu corazón, nada inundará tu alma con
tanta paz y confianza como lo hace el Señor. Empezamos a amar no cuando
encontramos una persona perfecta, ni cuando estamos con alguien que nos hace
sentir “muy especial”, sino cuando aprendemos a ver con claridad y decidimos
amar a una persona imperfecta.

No comprometas tu cuerpo (1 Cor. 6:12-20)

Estamos en una sociedad donde la cultura es el sexo. La desbordante sensualidad


proclama hoy en día que las sensaciones son más importantes que la razón. Si
esta trampa cautiva tu mente, aceptarás sin ningún problema que la verdad y el
consejo de la Palabra de Dios, la responsabilidad y la integridad de corazón, es
algo que depende sólo de que uno “sienta” o no, hacer algo. En cuestión de
sexualidad y relaciones, lo responsable y honesto de hoy en día es: “cuídate y haz
lo que sientas.

Una relación de noviazgo debe ser especialmente una relación de amistad, no


comprometas tu cuerpo porque éste es el templo del Espíritu Santo. La etapa del
noviazgo es muy hermosa, no hay palabras para describir las sensaciones que nos
arropan cuando estamos cerca de esa persona especial, cuando vemos sus ojos,
cuando oímos su voz, cuando tomamos su mano. Es muy común confundir todas
estas sensaciones con amor, pero te aseguro que no es asi, por eso es que
debemos mantener una conducta respetuosa y cuidadosa cuando estamos juntos,
y sobre todo solos.
Las caricias en el noviazgo no fortalecen el amor, al contrario, lo ponen en riezgo.
Son muchas las parejas de novios cristianos que pensaron que podían “controlar”
el poder de la sensualidad, pero no fue así. Hoy muchos hombres y mujeres están
confundidos y avergonzados, viven amenazados por la condenación del diablo, o
le que es peor aún, justificándose de sus malas acciones y tratando de “parchar”
su pecado con obras y activismo que les haga sentir que aquello “ya quedó atrás”.
La Biblia dice en Proverbios 28:13 “El que encubre sus pecados no prosperará;
mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.” No menosprecies el
consejo, no te confíes de ti mismo. Cuida y honra el Templo del Espíritu Santo.

Encomienda al Señor tu camino


Los valores de éste mundo son temporales y dañinos. Pero debemos aceptar que
los presenta en un empaque muy llamativo y apetitoso para los sentidos. Este
asedio satánico tiene por objetivo cautivar tu corazón, quiere los oídos de ésta
generación. Y para esto utiliza toda la creatividad posible, toda la tecnología al
alcance y el más absoluto derroche económico que jamás hayamos visto.
Pareciera de pronto que Dios está en desventaja. El mundo está tan atractivo y
Dios parece tan aburrido y fuera de onda.
Cuando la Palabra de Dios nos instruye: “Confía en Jehová, y haz el bien; y
habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad.” ¿Puedes tu confiar en las
promesas del Señor y esperar en su perfecta voluntad? Enfócate en honrar al
Señor primero, debes saber que el tiene cuidado de ti, se interesa de lo que pasa
en tu corazón y desea verte dichoso (a) con el hombre o la mujer que llegue a ser
el compañero para toda la vida. ¡Vale a pena esperar en él! Recordemos la
hermosa declaración de Juan 2:17 “ Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que
hace la voluntad de Dios permanece para siempre.”

La búsqueda de identidad, pertenencia, propósito y realización está segura en el


Señor Jesús. Nunca busques realización o identidad en una relación romántica,
porque esto te puede traer mucho dolor y frustración. El noviazgo debe iniciarse
solo cuando se está listo para comprometerse y entregarse de por vida a ese
hombre o esa mujer que has decidido amar, mas nunca para experimentar o
tratar de llenar vacíos en el alma, ni para mostrarle a otros que soy popular o
especial.

La palabra “encomendar” no es una acción pasiva. Encomendar al Señor tu


camino es una decisión activa y personal. Se trata de separar o consagrar nuestra
vida para agradar a Dios. Confiar en el Señor no es abandonarse a una actitud de
indiferencia y pasividad en tu fe. Debes abrazar sus promesas con todo tu
corazón, amarlo a él con todas tus fuerzas, esperar en él y ¡El actuará a tu favor!

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