Nothing Special   »   [go: up one dir, main page]

Lecturas Hegel - Actividad 1 - Compressed

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 4

334 Introducción a la historia de la filo so fía H egel >’ la caída del idealism o 335

\ > v 6,
Schelling ' cristianism o -fo rm a de la religión sobrenatural- y la filosofía alia­
da al arte -fo rm a de religiosidad definitiva- y ya totalm ente he­
M uy distinto, ya to talm £ H t£ _ a tad ó p en sa m ien to de los rom án­ ch a espíritu.
ticos. está el pensar de F nedrich W ilhelm Joseph von Schelling. En su conjunto7 la filosofía de Schelling es poco sistem áti­
C ierto, Schelling era más joven' que Hegel; cierto tam bién que, ca. Sobre todo en sus últim as obras, Schelling, com o lo h a visto
precocísim o, su obra antecede en buena parte a la de Hegel. Bréhier, ‘^cuenta” más que prueb^. Su valor es, sobre todo, de or­
Nacido en 1775, amigo de Goethe, Novalis, Hegel, Hólderlin y den poético. Su influencia en la dialéctica hegeliana es, sin em ­
Schiller, es conocido y célebre a los veintidós, años cuando y a ha bargo, definitiva. En buena m edida Hegel vendrá a poner cuenta
escrito cinco exposiciones de su filosofía. Su pensam iento se acer­ y razón en el m undo inspirado, si bien poco preciso, que trató de
ca al de Friedrich von Schlegel y tam bién al de los m ísticos, com o “contar” Schelling.
Jakob B óhm e, o los rom ánticos com o Novalis. D ecía Novalis:
“L a esencia del rom anticism o es dar cuenta del absoluto.” No era
otra la intención de Schelling. Después de 1797 se suceden sus
libros, entre los cuales hay que señalar muy especialm ente la Fi­ II. L a s ín t e s is h e g e l ia n a 8
losofía del arte (1802) y la Filosofía de la m itología (obra postu­
ma). Cuando m uere Schelling en 185$ su huella ha sido decisiva
tanto en el rom anticism o com o en el idealism o de A lem ania. L a vida de Georg W ilhelm Friedrich,Hegel (1770-1831) transcu­
C ercano a los neoplatónicos, a G iordano Bruno, a los alqui­ rre en pleno periodo rom ántico. N o h a y que esperar sin em bargo
m istas! los herm éticos y los m ísticos, Schelling desarrolla una de su obra m anifestaciones rom ánticas en el sentido que, con de­
filosofía q u e .t iene por esencia, a pesar de sus variadas expresio­ m asiada generalidad, suele darse a este térm ino. Si el rom anticis­
nes,TaTntuición de la naturalez a L a naturaleza o el absoluto son m o se m anifiesta a veces por su carácter irracional, la filosofía de
la identidad del sujeto y el objeto, lo fundam ental, vivo y sustan­
cial (el G rund, la base dg un universo que e s Dios y es tam bién 7 Para los detalles de la filosofía de S chelling habría que tener en cuenta su propia
evolución de Dios e n ^ r n u n d o ). El absoluto se nos presenta bajo evolución constante. E n sus inicios Schelling busca un principio natural de la evolución
la form a de dos potencias: el espíritu y la m ateria; que no son (el oxígeno, com parable al m ercurio de los alquim istas); m ás tarde está influido por la
oposición Yo vs. no-Yo de Fichte. A partir de 1801 (Exposición de m i filo so fia ) sus ideas
otra cosa que el absoluto m ism o m anifestado. La expresión más se vuelven m ás claram ente panteístas hasta culm inar en un devenir de D ios m ism o en
allá del ab so lu ta ^ -u e rp try t^ fH Írito ^ .- .^ .se en­ L as edades del m undo (1815).
cuentra en el arte donde se u n e a y^pactan jjiateria y espíritu. El 8 D ebo advertir que la filosofía de H egel es en algunos de sus libros la más difícil
que se ha escrito. Su oscuridad es m uchas veces el resultado de una riqueza extrem a­
lenguaje m ítico -a lg o com o en V ico - es el lenguaje de los pue­ da de ideas; en otras ocasiones es sencillam ente falta de claridad. Q uien desee em pezar
blos. A la m itología pagana siguió la desm itologización cristia­ a leer a H egel deberá por lo pronto evitar la lectura de la Ciencia de la lógica y aun de
na. Schelling espera, com o lo esperaba F. Schlegel, u n a pronta y la m ayor parte de la F enom enología del espíritu. El lector que quiera iniciarse en la
filosofía de Hegel podrá tener una im presión clara del conjunto de la filosofía hegelia­
renovada m itología. n a si em pieza con ia lectura de la “ Introducción” a la F ilosofía de la historia, a la cual
-■RanteístaT' de un panteísm o dinám ico y dialéctico, Schelling podrá añadir la E stética y, en la form a resum ida que le da Hegel a sus ideas, las partes
piensa, sobre todo el “últim o” Schelling, que Dios se desarrolla de la E nciclopedia de las ciencias filosó fica s, que se refieren al espíritu objetivo y al
espíritu absoluto. Debo advertir tam bién que el resum en que aquí se p resenta es. ante
a partir del germ en prim itivo. Dios m ism o, unión del ser y del no- una filosofía form idablem ente com pleja, una suerte de esquem a que sólo pretende p re­
ser. r.re.a s' ic es ivaniirnte-htiraturaleza (la tesis), el espíritu (la an­ sentar la obra de Hegel sin entrar en los detalles, riquísim os, pero com plejísim os. Sobre
títe s is ) y eLalm a del m undo (síntesis final de Dios y m undo). A la filosofía de Hegel recom iendo especialm ente: B enedetto Croce, Lo vivo y lo m uerto
en la filo so fía de Hegel y Jean H yppolite, Logique et existence. Para quien desee lanzar­
estos tres m om entos de la divinidad m ism a obedecen tres Formas se al estudio m ás profundizado de la Lógica hegeliana, será m uy útil la detallada guía
de la religiosidad: el politeísm o -fo rm a de religión natural-, el que con el título de A Study o f H egel's Logic ha publicado G. R. G. Mure.
336 Introducción a la historia de la filoso fía ^ H egel y la caída del idealism o 337

Hegel es. a fin de cuentas, una filosofía de tendencia racionalista; todas las cosas es ante todo histórica. En este prim er sentido de
si el rom anticism o equivale en algunos casos a sentim entalism o, la palabra, Hegel es rom ántico. Toda su filosofía está dedicada a
la filosofía de Hegel es todo lo contrario de sentim ental; si el encontrar un m étodo que explique el m ovim iento: toda ella es
rom anticism o se concibe com o una rebelión contra el m étodo, la una filosofía en m ovim iento que quiere responder al hecho m óvil
filosofía de Hegel es, en cam bio, una filosofía especialm ente m e­ de la realidad tanto física com o espiritual.
tódica y dedicada a encontrar un m étodo. Ha hecho notar Jacques Barzufi9 que el rom anticism o es, fren­
Es m uy probable, sin em bargo, que ni el irracionalism o, ni el te a la disolución de los valores que establece el siglo xv ill, una
sentim entalism o ni la ausencia de m étodo ni otras cualidades co ­ época que busca soluciones. N aturalm ente estas soluciones pue­
mo el exotism o o la rebeldía sean típicas del rom anticism o. Com o den ser de m uy diverso tipo: idealistas o realistas, reaccionarias o
todo m ovim iento hum ano, el rom anticism o es com plejo en sus revolucionarias. Siguen siendo, en todo caso, intentos de solu-
m anifestaciones. Tan rom ántico es V ictor H ugo com o puede ción. Si es verdad que este espíritu constructivo define por lo
serlo Stendhal, tan rom ánticos tam bién B yron com o Beethoven, m enos a los rom ánticos de la prim era época, Hegel es sin duda
H ölderlin com o G oethe. Los rom ánticos suelen tom ar posiciones uno de los grandes rom ánticos. S u -ü lo so fía pretende no sólo
distintas frente a un m ism o género de problem as. De ahí que el dar una solución posible a los problem as del hombre. P retendedaí
rom anticism o deba buscarse más en una tem ática de época y en una solución definitiva, últim a síñfesis^(te1alikffirnrTr1írcmit T rer
una serie de estím ulos que en una coincidencia de actitudes. Tam ­ nen a desem bocar las filosofías, las creencias, las. f o m a s artísti­
bién el R enacim iento es, a pesar de elem entos coincidentes, una cas del pasado. Y es en este sentido muy preciso que la filosofía
época en la cual pueden presentarse las actitudes m ás opues­ de Hegel se presenta com o la síntesis, la sum m a de los tiem pos
tas: del escepticism o de M ontaigne al panteísm o de Bruno, de la m odernos. Su filosofía es una filosofía del m ovim iento y de la
p hilosophia Christi al pensam iento de la R eform a. De hecho, acción en la lógica, en la naturaleza y en el desarrollo del espíri­
cualquier época y en especial cualquier m ovim iento de ideas se tu; es tam bién una filosofía de la identidad que piensa encontrar
define m ás por el clim a en que viven sus escritores, artistas y en un principio superior la unión de los opuestos y la estabilidad
filósofos que por una reacción unánim e al m ism o clima. últim a de todo lo que se mueve, se altera y cambia. Tal es el sen­
Si buscam os este clim a com ún a todos los rom ánticos verem os tido del m étodo dialéctico que encontram os tanto en la Fenom e­
cóm o Hegel, en quien hay elem entos de clasicism o com o puede nología del espíritu com o en la Lógica, tanto en la Estética com o
haberlos en Goethe, es hom bre de su tiem po y parte muy a m enu­ en la Filosofía de la historia. Al m ostram os la m ovilidad de todas
do de la atm ósfera m ism a del rom anticism o. las cosas, del pensam iento a la naturaleza y de la naturaleza a la
El rom anticism o es, por una parte, una form a cultural que religión y la filosofía, H egel pretende m ostrarnos la profun­
obedece a un m undo en m ovim iento. Cuando Fausto dice “En el da unidad que existe entre ellas. Por decirlo en los térm inos
principio era la acción” , está definiendo una de las coordenadas que usaba Auden, la tentativa de Hegel consiste en hacer del bar­
básicas de todo el m ovim iento rom ántico. De ahí que parezca co una casa.
ju sta la distinción establecida por W. H. Auden en The E n ch a fid
Flood. El clasicismo, piensa Auden, puede simbolizarse en la casa,
en el equilibrio y la m edida de lo que está establecido de una vez El m étodo dialéctico
por todas; el rom anticism o podría sim bolizarse por el barco, por
el espíritu de m ovim iento, de cam bio, que a veces resulta en espí­ El m étodo dialéctico es el que Hegel em plea a lo largo de toda su
ritu de aventura, otra en espíritu de nostalgia por el pasado, pero filosofía para determ inar el m ovim iento. La dialéctica es así un
siem pre parte de la idea y del sentim iento de que el universo .y
el hom bre en el universo están de paso y que la naturaleza de 9 Jacques Barzun, Classic, Rom antic a nd M od em , Anchor, Nueva York.
338 Introducción a la historia de la filo so fía
Hegel y la caída del idealism o 339

m étodo dinam ico que responde a la dinam icidad de los pensa­ La Lógica de Hegel se inicia, com o la lógica aristotélica, con un
m ientos, las tendencias espirituales y culturales de los hom bres. exam en del ser. El ser que aquí exam ina Hegel es el ser en gene­
Desde^eLpmUo d e vista form al, el m étodo dialéctico eonsiste en ral, el ser exento de cualquier determ inación. Si pensam os a fon­
afirmar, revolucionariam ente, que la verdad no surge de la identi­ do la noción del ser en general, verem os que no se refiere a nacía
dad, sino de la oposición y aun de la contradicción. Si establece­ en particular. La noción del puro ser es indiferente. No es ni esto
mos una tesis A, esta tesis, analizada a fondo, dará lugar a su antítesis ni aquello ni lo de más allá. Es. en efecto, una-suerte de vacío. En
no-¿4, la cual, a su vez, analizada a fondo, volverá a rem itim os a este preciso sentido la noción de ser se niega a~sí~mísma v nos
A. En la filosofía clásica esta oposición de términos que nos rem i­ hace pasar a su opuesto: el no-ser. La tesis (ser) nos h a conducido
ten uno a otro era una simple y llana contradicción. Para Hegel, de a la antítesis (no-ser). Si ahora analizam os esta antítesis verem os
la oposición de dos térm inos surgirá un tercer térm ino (la sínte­ cóm o tam bién ella se niega a sí m ism a y nos rem ite nuevam ente
sis), en la cual A y no-A vendrán a reunirse para adquirir sentido al ser, pues el no-ser es im pensable a m enos que lo pensem os
y para dar lugar a una nueva realidad o un nuevo concepto.10 com o una suerte de cosa, o lo im aginem os com o aquella imagen
D entro de este m ecanism o, por ahora descrito desde un punto negra o aquel fondo de m ar im posible, es decir, a m enos que lo
de vista externo, lo que m ás im porta es la presencia de la nega­ pensem os o lo im aginem os com o alguna form a de ser. La nove­
ción. La idea fundam ental de Hegel es que cualquier térm ino, dad de Hegel consiste en sacar de esta contraposición un nuevo
ente físico, espiritual o m oral, contiene en sí su propia negación. concepto, una síntesis-qti^^pntiene a los dos conceptos opuestos.
No una negación definitiva, sin em bargo, sino una-negación que Tal es el concepto del devenir. En el devenir—pensamos por ejemplo
nos conduce a la afirm ación de una síntesis enriqueGida-por la en el devenir que es nuestro mundo para P latón- viene a juntarse el
presencia de los dos contrarios. En este sentido podem os decir ser y el no-ser. El devenir es el concepto de aquello que transita^
con Jacob Loew enberg11 que el papel del filósofo se parece, en la pasa y se altera y, por lo tanto, im plica .ser y no-ser.12
filosofía de Hegel, al del actor. El filósofo tiene que ser capaz de En una palabra: H egel encu en tra una fo rm a d in ám ica de
representar todos los papeles, de hacer suyos -to m a r sobre sí, deducción no sólo en la realidad y en la vida, sino en lo que
dirá H eg el- todos los conceptos y ver cóm o de un térm ino dado podríam os llam ar la vida de los conceptos. En ellos tam bién
nace su opuesto, representar el papel de am bos opuestos para aca­ existe un m ovim iento que se explica por las negaciones m utuas
bar por representar el papel de la unión de los opuestos. de los térm inos opuestos y el reencuentro de una realidad en la
H asta aquí el m étodo dialéctico queda en lo puram ente abs­ síntesis última.
tracto. Veamos, para precisarlo, cóm o funciona en un ejem plo No se piense que las ideas de Hegel sobre el ser, y el no-ser,
tom ado del principio de la Lògici}. Este ejem plo perm itirá preci­ son tan abstractas com o podría parecer en un principio. El pro­
sar más claram ente la intención del m étodo dialéctico. pio Hegel hace notar que si la filosofía occidental se inicia en
el ser, y la filosofía hindú se inicia con la idea de la nada, es, en el
10 Existen claros antecedentes del m étodo dialéctico que podríam os hacer rem on­
tar a G recia. Ya H eráclito hacía depender el m ovim iento de la presencia de opuestos y fondo, porque el ser y la ñ a d a , aunqueTHcT son lo m ism o, son tér­
la m ism a idea persistió en Platón y en A ristóteles cuando am bos quisieron interpretar el m inos que nos rem iten uno a otro.
m undo físico. E xisten, naturalm ente, antecedentes m ucho más inm ediatos. Ya el pro­
Este ejem plo puede servir para precisar dos nociones: la de
pio Kant decía que en cada uno de los grupos de juicios y de categorías del espíritu, el
tercero era la síntesis de los otros dos. Así, por ejem plo, el juicio infinito ( 5 es no-P. es, progreso y la de enriquecim iento.
por su cópula afirm ativa y su predicado negativo, la síntesis de un juicio afirm ativo y de En cualquier tríada -tesis, antítesis, sín tesis- la tesis es siem ­
un ju icio negativo). Más cercanos a Hegel, Fichte y Shelling trataron de aplicar un
m étodo de contrastes y oposiciones a la explicación de la realización conciencia-m un-
pre m ás prim itiva que la síntesis. La síntesis tiene siem pre m ucho
d o (Fichte), y a la evolución total del universo (Schelling). Sin em bargo, la aplicación
15 Hegel usa pocas veces los térm inos ''tesis” , "antítesis", "síntesis” , todos ellos de
sistem ática del m étodo dialéctico se debe a Hegel.
estirpe fichteana. Los térm inos equivalentes en Hegel son: "afirm ación” , “negación" y
" Jacob Loewenberg, "Introducción", en Hegel. Selections, Scribner's, Nueva York, 1961.
"negación de la negación” .
340 introducción a la historia de la filo so fía Hegel y la caída del idealism o 341

m ás contenido que la tesis o la antítesis. El devenir es m ás rico de enriquecim iento si se concibe que la naturaleza es prim ero
que el ser o que el no-ser. Por otra parte, la noción del ser es abso­ inorgánica, m ás tarde quím ica, y finalm ente orgánica y viva,
lutam ente pobre ya que no tiene ninguna determ inación. Así, la es decir, que la naturaleza apunta a u na realidad, vital q u e habrá
filosofía de Hegel debe concebirse com o un enriquecim iento pro­ de desarrollarse en realidad espiritual. Bástenos con decir, por
gresivo o, si se quiere, un progreso cada vez m ás lleno de conte­ fin, que en la filosofía hegeliana, la lógica constituye la tesis de la
nido. Este progreso es concebible com o un progreso espiritual. totalidad, una tesis donde se presentan los esquem as ideales de
La filosofía de Hegel es com o una vastísim a sinfonía en la cual la realidad; la naturaleza es la antítesis, es decir, la m anifestación
los m otivos están ya contenidos desde un principio; una filosofía real y concreta de lo que en la lógica era sim plem ente esqueleto
en la cual el desarrollo es básico para llenar estos m otivos de un ideal. C reem os que una breve exposición de la filosofía del espí­
contenido que es riqueza de espiritualidad. ritu, del enriquecim iento del espíritu, desde sus niveles inferio­
En esta sinfonía, donde las afirm aciones y las negaciones nos res en contacto con la naturaleza hasta el concepto de Dios en lo
llevan a una afirmación total y totalizadora, Hegel desenvuelve el m ás alto de la espiritualidad, servirá para dar por lo m enos el
tem a único del universo. Y el universo es, para él, un paso cons­ ritm o de esta filosofía a la vez tan varia com o unificadora.
tante de pobreza a riqueza, de ausencia a presencia. C uando
al final de nuestra exposición veam os cóm o H egel habla de
la identidad de todos los opuestos en un solo principio que po­ El espíritu subjetivo
dem os llam ar el absoluto o Dios, veremos que este concepto es
el m ism o y pobre concepto del ser enriquecido por todas las de­ Entiende Hegel por espíritu subjetivo el “espíritu concreto” .'j En
term inaciones de la naturaleza, del espíritu individual, de la his­ conjunto, en la evolución del espíritu subjetivo -evolución que no
toria, de la vida social, de las artes, de las religiones y del pensa­ es una evolución natural sino una suerte de crecim iento in terio r-
m iento filosófico. asistim os a la desnaturalización o, si se quiere, a la espiritualiza­
La filosofía de Hegel consiste en seguir los m eandrbs de enri­ ción del espíritu m ism o. En su nivel más elem ental el espíritu
quecim iento del ser para poder contem plar, al finárde su expo­ hum ano es lo que Hegel llam a “alm a” , es decir, el espíritu com o
sición, el ser en su totalidad determ inada y viva. lo m ás alto del m undo natural y lo m ás elem ental d en tro d el m un­
do espiritual. El alm a así concebida participa todavía de los he­
chos naturales y es, com o para los griegos, un principio de vida
Las determ inaciones progresivas del espíritu m ás que un principio inm ortal com o lo es para el cristianism o. El
alm a está influida por el clima, por el cambio de las estaciones, por
No hay por qué cansar al lector con la exposición excesivam ente las relaciones biológicas d e supervivencia, reproducción y de vida
técnica del desarrollo de los conceptos lógicos en la filosofía de atada a un m undo físico. El prim er despertar ya m edio consciente
Hegel. Bástenos aquí con decir que el análisis de los conceptos del alm a se encuentra en la sensación y, todavía en un nivel natu­
lógicos -in iciad o s precisam ente en la tríada ser, no-ser, devenir- ral, en el sentim iento - n o la co n cien cia- de sí, una suerte de pri­
acaban por precisarse y dar lugar a algo que parecía serles exter­ mitivo pensam iento de la “individualidad tan sólo natural” ,14 que
no y que es, a grandes rasgos, su antítesis: la realidad natural. No conduce a un sentim iento individual de la “totalidad efectiva”.15
vam os a detenernos, tam poco, en la filosofía de la naturaleza de Pero si el alm a naüiral crece va hasta realizarse com o sentim ien­
Hegel, tanto porque sus conceptos científicos han sido superados to de sí, crece y progresa m ás todavía cuando es conciencia.
com o porque la explicación detallada vendría a añadir bien poco
13 G. W. F. Flegel, Enciclopedia de las ciencias filosóficas, III, I. 387.
a un resum en com o el que tratamos de presentar. B ástenos aquí 14 Ibid., 403.
decir que la evolución de la naturaleza es tam bién-unaevolución 15 Ibid., 407.

También podría gustarte