Primera Prueba Lenguaje Unidades 1 y 2 Septimo Basico
Primera Prueba Lenguaje Unidades 1 y 2 Septimo Basico
Primera Prueba Lenguaje Unidades 1 y 2 Septimo Basico
LENGUAJE
UNIDADES 1 y 2
SEPTIMO BASICO
La ciudad de Atenas debía entregar cada año un tributo a Minos, rey de Creta. Debían
entregar cada año 14 jóvenes de las familias más nobles de la ciudad, siete chicas y
siete chicos, que serían entregados al Minotauro que se encontraba en el laberinto de la
ciudad.
Al llegar a Creta, el propio rey Minos los examinó para confirmar que servían como
sacrificios humanos. Teseo, al encontrarse en la corte, conoció a la hija de éste,
Ariadna, de quien se enamoró perdidamente.
Ella se enteró del objetivo que tenía Teseo y, habiéndose enamorado también de él,
decidió ayudarle, ya que a pesar de que lograse matar al Minotauro, salir del laberinto
era tarea imposible. Por ello, le entregó un ovillo de hilo de oro.
Cuando entró en el laberinto, Teseo fue desenrollando el ovillo para después encontrar
la salida. Al encontrar al Minotauro, lo primero que hizo fue dar rodeos para tratar de
agotar a la bestia.
Una vez que el Minotauro estaba agotado, se enfrentó a él hasta que expiró. Después
fue siguiendo el hilo que le había dado su amada para encontrar la salida.
Tras la victoria, Teseo se reunió con los jóvenes que le habían acompañado y con
Ariadna. Juntos, no tardaron en embarcarse y poner rumbo a Atenas. Durante el
trayecto, tuvo lugar una gran tormenta que les hizo detenerse en la isla de Naxos.
Ariadna, que se encontraba indispuesta, bajó del barco. Unas leyendas dicen que
Teseo la abandonó, otras que se olvidaron de que había bajado, y otras que el barco se
alejó debido a las condiciones climáticas.
Lo cierto es que el barco partió dejando a Ariadna en la isla y separando por tanto a los
jóvenes. Teseo, debido a la euforia del triunfo, se olvidó de cambiar las velas negras
por las blancas. Egeo, viendo las velas negras que significaban que su hijo había
fracasado, creyó que su hijo había muerto.
No pudo soportarlo y se arrojó al mar. Teseo decidió llamar al mar Egeo, como su
padre, una vez subió al trono. Gracias a su nombramiento como rey, logró unir a los
pueblos formando el estado ateniense.
1. ¿Por qué razón el rey de Creta debía entregar a las doncellas en sacrificio?.
4. ¿Cuál fue el plan que urdieron Teseo y Ariadna para combatir al Minotauro?.
a) Usar una espada gigante y enterrársela al monstruo.
b) Pedir ayuda desde afuera a los hombres de Teseo.
c) Cambiarle la comida al Minotauro por veneno.
d) Matarlo y usar el ovillo para salir del laberinto.
e) Ninguna de las anteriores.
Propósito comunicativo:
Cita:
9. Explica con tus palabras, en el contexto de la noticia leída, el siguiente
fragmento:
“Ali Mohammadian tomó serias cartas en el asunto”.
“... un niño de 8 años perdió todo su cabello y fue marginado de su curso por su
aspecto”.
- “Por la misma vereda desierta por donde yo camino, un hombre viene hacia mí, a
unos cien metros de distancia. La vereda es ancha, de modo que hay sitio de más para
que pasemos sin tocarnos”.
Narrador: _______________
- “Antes de anotar, Nicolás recordó a su familia y sus pichangas de infancia. Sabía
que si anotaba ese penal, se cumpliría el sueño de su vida, podrían vender su pase a un
equipo europeo. ¡Y así fue! Con una zurda reventó en el ángulo izquierdo del arco. Por
primera vez su equipo era campeón nacional”.
Narrador: _________________
- “Sentado en las tribunas del estadio, podíamos sentir la tensión de los veintidós
jugadores en la cancha, mientras nuestro campeón se preparaba para anotar el penal
decisivo bajo la atenta mirada de sus compañeros. Anotó justo en uno de los ángulos del
arco y el estadio se vino abajo: ¡Éramos los campeones!”.
Narrador: _________________
- “Giró y comenzó a nadar hacia la playa, a chapotear más bien con desesperación,
y de pronto rogaba a Dios que lo salvara...”
Narrador: ________________
- - "Cierta mañana, dos días después de Pascua, pasé a ver a mi amigo Sherlock
Holmes, con el propósito de desearle felicidades. Lo hallé recostado en el sofá, con una
bata color púrpura...".
Narrador: ________________
Trabajos de Hércules
Hércules es el héroe mitológico por excelencia. Sus hazañas no sólo entretenían a los
hombres griegos a modo de relatos épicos sino que simbolizaban otros aspectos que
eran importantes para ellos, como la invariabilidad del destino y el crecimiento personal,
convirtiéndose en un modelo a seguir.
Hércules era el hombre fuerte, semi-mortal criado bajo las tutelas de seres míticos y
extraordinarios que forja su propio destino sin los yugos de los dioses. Él se enfrenta a
las iras divinas cara a cara y sale victorioso, es conocedor de sus capacidades y está
seguro de sí mismo, pero Hércules también es mortal, así que dispone de
comportamientos humanos, ello lo hace más vulnerable a los ojos del hombre griego,
pues el héroe también se equivoca. Ese aspecto le confiere un halo más humano, algo
que los griegos conocen bien, pues toda su religión está basada en deidades
antropomórficas donde se cuestiona la personalidad y actitud de los propios Dioses, las
debilidades forman parte del carácter de éstos y se muestran en cada relato sacro.
La infancia del héroe fue la propia que se les encomendaba a los niños de la época,
destacó por su fuerza y valor pero en cuestiones artísticas Hércules era nulo, por lo que
en un ataque de ira mató a Lino, el maestro de lira por excelencia, por lo que Anfitrión
le castigó obligándole a cuidar los rebaños hasta los 18 años en el monte Citerón. Fue
ahí donde Hércules dio muerte a un león por orden del rey Tespis que estaba acabando
con el ganado de la zona, mientras duró la empresa el héroe se hospedó en el palacio
de este, yaciendo cada día con una de las cincuenta hijas que tenía el rey.
El día que Hércules acabó con el león tropezó en el camino con los emisarios del rey
Ergino, un rey despiadado que hacía pagar unos tributos abusivos a Tebas, por lo que
les arrancó las orejas y la nariz y las envió a modo de collar al rey, éste enfurecido
inició una guerra contra Tebas, pero Hércules luchó del lado de este último, saliendo
vencedor de la contienda y consiguiendo el favor del rey Tebano que agradecido le
ofreció a su hija Megara.
Hera, encolerizada por los éxitos de Hércules, se apareció a Euristeo dándole órdenes
explícitas de que impusiera a Hércules doce pruebas que no pudiera realizar, así fue
como Hércules fue llamado a su presencia, al principio se negó pero consultó el oráculo
que le indicó la necesidad de realizarlos, Hércules en un ataque de ira, y bajo los
efectos del enloquecimiento que le envió Hera, mató a sus propios hijos. Al volver en sí
se dio cuenta de su error y abandonando a su desconsolada mujer Megara, se puso
bajo el yugo de la autoridad de Euristeo en Argos, iniciando los doce trabajos que le iba
a encomendar.
a) Solo I y II
b) Solo II y III
c) Solo III
d) I, II y III
e) Solo I
16. ¿Por qué Hera solicita a Euristeo que le imponga las doce pruebas a
Hércules?.
18. ¿Qué tipo de narrador es posible reconocer en el cuento leído? Justifica con
una cita del texto.
19. Explica qué simboliza, en el cuento leído, el escribir sobre la arena y el
escribir sobre la piedra.
20. Identifica las cuatro oraciones que componen el siguiente párrafo del cuento
leído. Luego, reconoce el sujeto y el predicado de cada una. Si este no está
explícito, agrégalo:
Oración 1:
Sujeto:
Predicado:
Oración 2:
Sujeto:
Predicado:
Oración 3:
Sujeto:
Predicado:
Oración 4:
Sujeto:
Predicado:
Pez:
Color:
Vehículo:
Deporte:
Animal:
a) Viajaremos en avión. Mi padre dice que prefiere el avión por ser uno de los más
seguros.
b) Carlos empezó a leer el libro. Era un libro que le habían recomendado.
24. ¿Qué opina el emisor sobre la película Caballo de guerra?. Reconoce tres
argumentos que presenta el emisor para fundamentar su opinión acerca del filme
“Caballo de Guerra”.
25. Analiza los siguientes fragmentos. Indica si corresponden a un hecho o a
una opinión, y fundamenta.
- “A través de una narración clásica, de gran efecto dramático, Steven Spielberg consigue
hacer de su filme un inteligente retrato sobre la amistad en tiempos difíciles”.
Juana, la mujer del pescador, está en su choza, sentada junto al fuego reparando una vieja vela.
Afuera el viento silba y aúlla y las olas zumban, retumbando y rompiendo la costa... Está oscuro
afuera, y hace frío, hay tempestad en el mar, pero la choza del pescador es cálida y acogedora. El
piso de tierra está bien barrido; en el horno aún no se apaga el fuego; en el estante brilla la loza.
Sobre la cama, con su blanca cortina suelta, duermen cinco niños acunados por los aullidos del
mar tempestuoso. El marido salió a pescar en su bote, por la mañana, y todavía no vuelve. La
mujer escucha el ruido sordo de las olas, el bramido del viento. Y siente terror.
El viejo reloj de madera, con su ronco sonar, dio las diez y dio las once...Y él no llegaba. Juana
medita en lo mucho que se sacrifica, saliendo a pescar con frío y tempestad. También ella, por lo
demás, se lo pasa trabajando desde el alba hasta la noche. ¿Y que sacan? Apenas les alcanza para
comer. Los niños todavía no tienen zapatos: andan descalzos en verano y en invierno. Tampoco
comen pan de trigo, y tienen que agradecer a Dios que les alcance para el de centeno. El único
acompañamiento de esta comida es el pescado. “Pero gracias a Dios que los niños están sanos.
No puedo quejarme”, piensa Juana, y vuelve a prestar oído a la tempestad. “¿Dónde estará ahora?
¡Cuídalo Señor, protégelo y ten piedad de él!”, dice persignándose.
Y como es temprano para acostarse, se pone de pie, se echa un grueso pañuelo en la cabeza y,
encendiendo una linterna, sale a la calle, a ver si se ha calmado el mar, si está aclarando, si el faro
está iluminado y si se divisa el bote de su marido. Pero no se divisa. El viento le arranca su
pañuelo y algo la lanza de golpe contra la puerta de la choza vecina. Juana se acuerda entonces
que desde la tarde estaba deseando ver a su vecina enferma.
“Triste suerte la de esta viuda” piensa. “Aunque sólo tiene dos hijos, está obligada a hacerlo todo
ella sola. ¡Y además esta enfermedad!”
Y piensa “A lo mejor le ha pasado algo”, mientras empuja la puerta, que se abre ante ella de par
en par. Entra.
La choza estaba fría y húmeda. Juana levantó la linterna para ver dónde estaba la vecina enferma.
Lo primero que encontraron sus ojos fue la cama, frente a la puerta, y en la cama ella, la vecina,
acostada de espaldas, tan silenciosa y tan inmóvil como sólo pueden estar los muertos. Juana
acercó la linterna. Sí, era ella. La cabeza echada hacia atrás y sobre la cara, fría y azulada, la
inmovilidad de la muerte. Su pálida mano, sin vida, había resbalado del colchón de paja y
colgaba como si hubiera intentado alcanzar algo...
Y ahí mismo, en una pequeña cama junto a la difunta, dos niños pequeños, de pelo rubio rizado y
mejillas rellenas. Dormían acurrucados y apretados uno contra otro. Al parecer la madre,
muriendo, alcanzó a envolverles las piernecitas con un pañuelo viejo y cubrirlos con su ropa. La
respiración de los niños era tranquila; dormían con un sueño profundo y dulce.
Juana tomó la cunita, tras cubrir a los niños con su mantón, y se los lleva a su casa. El corazón le
late con fuerza; ella misma no sabe cómo y por qué hace eso, pero sabe que no podría dejar de
hacerlo.
En su casa, pone a los niños dormidos juntos a sus propios niños, y junta la cortina. Está pálida,
agitada. Como si le remordiera la conciencia. “¿Qué irá a decir él?”, piensa. “No es broma,
tenemos cinco hijos propios. Como si no tuviéramos ya bastantes preocupaciones con ellos... ¿Es
él? ¡No, aún no! ¡Y para qué me los traje! ¡Va a pegarme! Y me lo merezco. ¡Ahí viene! ¡No!
Tanto mejor…”
“No, ¡Nadie de nuevo! Dios mío, ¿para qué lo hice? ¿Cómo lo voy a mirar a los ojos?” Y se
queda pensativa, callada largamente al lado de la cama.
La lluvia terminó; ha amanecido, pero el viento aúlla y el mar sigue bramando como antes.
De repente la puerta se abre de par en par y junto con una corriente de fresco aire marino entra un
pescador alto y moreno, arrastrando redes, mojadas y rotas:
-¡Ah, eres tú!-dice ella, y se interrumpe, sin atreverse a mirarlo a los ojos.
Diciendo eso, el pescador arrastraba redes tras de sí y se sentaba por fin al lado del horno.
-¿Yo?- respondió Juana palideciendo-. Bien, nada de particular, he estado cosiendo... El viento
era tan fuerte que daba miedo. Tenía miedo por ti.
-¡Sí, sí! -musitó su marido-, ¡un tiempo horrible! Pero qué le vamos a hacer.
-¡No me digas!
-No sé cuándo; supongo que ayer. Sí, le fue duro morir. ¡Cómo debe haberle dolido el corazón
por sus hijos! Son dos niños chiquitos... Uno todavía no habla, y el otro recién está aprendiendo a
gatear...
Pero Juana no se movió de su lugar. -¿Qué pasa, Juana? ¿No quieres? ¿Qué te pasa?
Tolstói, L. (2004). Gente pobre. En Colección Cuento contigo. Tomo III. Santiago: Planeta.
26. Completa el siguiente esquema con las principales acciones del cuento:
28. ¿Qué motivaciones tiene Juana para actuar como lo hace?, ¿qué valores se
infieren de su modo de actuar?.
29. Identifica el problema de concordancia de las siguientes oraciones:
Ejemplo:
Los perro son mamíferos.
Error: La palabra perro no concuerda con LOS ni con MAMÍFEROS.
Correcta: Los PERROS son mamíferos.
Oración 2
Sujeto:
Predicado: