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Guía de Estudio Investigación Etnográfica

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¿Por qué está caracterizada la investigación etnográfica, y cómo están

enfocados? Está caracterizada por el trabajo de campo, los procesos de


investigación etnográfica han de estar enfocados a la descripción de la cultura,
acompañado de la interpretación de sus significados y del análisis de la
estructura social de la comunidad estudiada.

¿Cómo ha evolucionado la etnografía? Desde un punto de vista histórico, la


etnografía ha evolucionado hasta la forma en la que actualmente la conocemos.
Vinculada fuertemente a la antropología social y cultural, en un primer
momento, se centró en investigar, describir y explicar los patrones
culturales de las sociedades elementales que no se habían integrado
en las civilizaciones, entendidas éstas desde un punto de vista
occidental.
Años más tarde, este enfoque evolucionó a lo que se entiende por
etnografía de las sociedades complejas, centrándose en contextos
específicos como los ancianos, las aulas escolares y las instituciones,
entre otros. En la actualidad, la etnografía se centra en el estudio de
objetos más específicos de la cultura, interpretando sus significados,
valores, reglas, etc.

Etapas en la evolución de la etnografía

¿Cuál es el origen etimológico de la palabra etnografía?


Ethnos (pueblo) y Graphen (describir).
Definiciones de etnografía
Según el Diccionario de la Real Academia Española (2019, online) la
etnografía es el “estudio descriptivo de las costumbres y tradiciones de los
pueblos”.
Autores como Giacomelli, Guedes, Solares y Leite (2009), indican que desde
su uso en el ámbito sanitario, un estudio etnográfico se caracteriza por la
comprensión del mundo de una persona por parte del etnógrafo, sabiendo
que ambos poseen un sistema cultural, histórico y social diferente, construido
desde sus peculiaridades (Geertz, 1997).

Según Wilcox (1993), la etnografía es una disciplina dentro del área de la


Antropología que no significa observación participante, trabajo de campo o
investigación cualitativa. La concibe como una metodología que abarca más
que una serie de técnicas de recogida de datos que puedan describirse o
usarse con facilidad. Esta definición, debería verse complementada con la
realizada por Hammersley y Atkinson (1994).

Hammersley y Atkinson (1994) indican que la etnografía puede ser


considerada desde tres enfoques:

como un registro de conocimiento cultural;


como una investigación sobre patrones de interacción
como un análisis holístico de las sociedades.
Además, a esto se le debe sumar su carácter descriptivo, interpretativo y de
desarrollo y verificación de teorías (Axpe, 2003).

Para autores como Pujadas, Coma y Roca (2010) o Serra (2004), la


etnografía es entendida desde una doble vertiente.

Por un lado, la conciben como un método de investigación que centra su


objetivo en el estudio de las unidades sociales con el fin de describir,
reconstruir e interpretar la realidad desde un punto de vista analítico de la
cultura, formas de vida y estructura social del grupo estudiado.
Y, por otro lado, es entendida como el producto que surge a través del
proceso de investigación.

Desde el punto de vista de Pujadas et al., (2010), la etnografía se encuentra


vinculada a un triángulo antropológico en el que confluyen tres variables:
contexto, comparación y contextualización.
Para estos autores, la etnografía surge a raíz de la información obtenida,
realiza un planteamiento teórico comparativo que estimula y fomenta nuevos
problemas e interpretaciones que deben obtener respuesta en
investigaciones posteriores.
Por otra parte, para poder comprender la información obtenida e interpretada
dentro de su contexto, la etnografía requiere de un meticuloso trabajo de
contextualización histórica, política, económica y social. Por ello, la etnografía
como “fuente primaria del conocimiento antropológico sobre los sistemas
socioculturales” (Pujadas et al., 2010, p.19), abarca diferentes ciencias
naturales y sociales que se relacionan con el ser humano como centro del
estudio. Sin embargo, también incluye otros ámbitos como la antropología
física, paleontología, arqueología, la etnología y psicología social, entre otros.
No obstante, además del debate existente sobre la diversidad de definiciones
en torno a dicho concepto, se debe unir la falta de consenso sobre su marco
epistemológico. Muchos antropólogos se niegan a admitir trabajos
procedentes de otras disciplinas como la psicología, pedagogía o sociología
(Axpe, 2003).

Características del método etnográfico


Autores como Atkinson y Hammersley (1994), conciben la etnografía como
una forma de investigación social caracterizada por cuatro rasgos esenciales:
1. Interés por explorar la naturaleza particular del fenómeno social de
estudio antes que comprobar hipótesis sobre el mismo.
2. Tendencia a trabajar con datos no estructurados que no han sido
codificados antes de su recogida.
3. Investigar un pequeño número de casos, a veces solo uno, pero siempre
en profundidad y en detalle.
4. Analizar la información desde la interpretación de los significados de las
actuaciones de las personas, presentándolo a través de descripciones y
explicaciones verbales. En ocasiones, el análisis estadístico no aparece
o adquiere un segundo plano.

Pujadas et al., (2010), establecen dos características esenciales:


1. la estancia prolongada en el campo parte del investigador.
2. la capacidad para realizar estudios multisituados que permitan estudiar
diferentes unidades de observación dentro de una misma unidad de
análisis.

Spindler y Spindler (1992), consideran que las etnografías han de reunir diez
características esenciales:
1. Observaciones contextualizadas.
2. Hipótesis originadas en el momento en el que se desarrolla el estudio.
3. Observación prolongada y reiterada en el tiempo.
4. Las narraciones y voces de los participantes han de ser recogidas a través
de diversas técnicas de investigación etnográficas, como es el caso de la
observación y la entrevista, entre otras.
5. Explicación del conocimiento cultural y social de los participantes.
6. Los instrumentos, esquemas, códigos, categorías, que se generen deben
ser creados fruto de la observación.
7. Ha de ser transcultural y comparativa.
8. Debe clarificar lo implícito para los lectores: reglas, palabras,
comportamientos, etc.
9. El investigador no debe incidir en las respuestas de los participantes ni
conducir la entrevista bajo su perspectiva personal. Debe ser lo más
neutral posible.
10. Utilizar cualquier material que permita recoger más información
(grabadora, cámara, etc).

El investigador debe tener la capacidad de ser intersubjetivo y no inferir en


las narraciones con su propia perspectiva. Además, a estas características
debemos de añadir su carácter naturalista, fenomenológico, holístico e
inductivo.
A todo esto, hay que sumarle el carácter simultáneo del proceso etnográfico,
ya que tanto la recogida como el análisis se realiza de forma paralela, de ello
el carácter inductivo.
La etnografía tiene como fin principal describir, comprender e interpretar la
realidad social a través las relaciones humanas y su contexto atribuyéndole
significados e interpretaciones a sus normas, valores y patrones de conducta.
Para ello, el investigador debe de involucrarse en el contexto, pero siempre
desde un punto de vista intersubjetivo. Todo ello, concretándolo en un marco
espacial y temporal específico para la recogida de información, donde el
investigador emplee diferentes técnicas de recogida de información, siendo
la principal de ella la observación participante.

¿Qué tienen en común la etnografía y el método cuantitativo?


Ambos buscan la triangulación en sus datos a través de diferentes técnicas,
aunque la gran diferencia entre ambos radica en éstas y en el carácter dialógico
propio de las técnicas etnográficas.

Tipos de etnografías
Autores como Reeves (1979) y Sanday (1983), destacan tres estilos de
estudios etnográficos centrados en el ámbito de la antropología:
1. Estilo Holístico
2. Estilo Semiótico
3. Estilo Conductista
Esta clasificación se debe a la diferenciación que se realiza sobre el paradigma
etnográfico, ya que en ocasiones el foco de atención se encuentra en el conjunto
(estilo holístico); en otras en el significado (estilo semiótico) y en otras, en el
comportamiento (estilo conductista).
Desde un punto de vista educativo, Goetz y LeCompte (1988), establecen
una clasificación de los métodos etnográficos en función del enfoque, alcance
y métodos que deseen utilizarse. De esta forma indican que son cuatro
categorías:

1. Etnografías tradicionales: centradas en describir y explicar la cultura y


forma de vida de un grupo concreto. El investigador permanece períodos
prolongados en el campo delimitado geográficamente.
2. Microetnografías de aulas individuales: se caracteriza por usar una única
técnica de recogida de información, centrándose en pequeños
subsistemas culturales.
3. Cuasi-etnografías: interpreta, conceptualiza y teoriza basándose en la
antropología cultural, aunque puede adoptar algún método de la
etnografía clásica.
4. Etnografía relámpago o blitzkrieg etnography: se caracteriza por la corta
estancia que realiza el investigador en el contexto de estudio.

Por su parte, Cajide (1992) basándose en la propuesta de clasificación


realizada por Jacob (1987), Tesch (1990) y Wolcott (1992), entre otros, indica
que la etnografía se estructura en siete modalidades diferentes:

1. Holística: interpreta y explica los fenómenos sociales.


2. Interpretativa: describe cómo investigar a las personas fijando su atención
en los fenómenos sociales.
3. Artística/crítica: describe cómo investigar los fenómenos educativos
unificando el arte de la apreciación y el consenso.
4. Crítica: busca el empoderamiento y emancipación de las personas
oprimidas ayudándoles a conocer las fuentes psicológicas y sociales que
le generan sus estados, persiguiendo encontrar acciones para emprender
y cambiar su estado.
5. Constructivo-deliberativo: ofrece a los grupos un espacio para la reflexión
y creación de nuevos temas y perspectivas. Ayuda a sintetizar puntos de
vista.
6. Postmodernista: examina el mundo social desde múltiples perspectivas.
7. Etnometodología: investiga el modo de actuar de las personas en
actividades concretas.

Desde un punto de vista de contenido, Spradley (1980) la clasifica en tres


modalidades:
1. Etnografía comprensiva: estudia e interpreta la cultura global y estilo de
vida completo de un grupo o comunidad. Es sistemática.
2. Etnografía con una orientación temática: centra la investigación en un
aspecto de la cultura. Su propósito es contrastar o comparar.
3. Etnografía guiada por hipótesis: el inicio del estudio y la recolección de la
información se encuentra condicionada por las hipótesis establecidas con
anterioridad. Las conclusiones son obtenidas a través de la comprobación
de la hipótesis.

En este orden de ideas, Boyle (1994), centra su clasificación en cuatro


categorías:
1. Etnografías clásicas u holísticas
2. Etnografías particulares o focalizadas
3. Etnografías transversales
4. Etnografías etnohistóricas.

Pujadas et al., (2010), identifica “la etnografía como descripción de las


sociedades humanas”, como la más adecuada. Siguiendo a estos autores,
son cuatro las modalidades existentes de escritura etnográfica:
1. Los estudios de caso en profundidad
2. Los estudios de comunidad
3. Trayectorias sociales e historias de vida
4. La etnografía de orientación temática.

Desde este posicionamiento, el método etnográfico aborda un amplio espectro


de la cultura humana permitiendo investigar y analizar el funcionamiento y lógica
de las sociedades a través de las diferentes variables culturales y sociales a nivel
macro y micro. Todo ello, desde las y narraciones y testimonios subjetivos de los
actores principales.
Desde la perspectiva etnográfica, ¿en qué profundiza el investigador? El
investigador profundiza en el campo de las conductas dejando en un segundo
plano el de los significados. Se proceden a seleccionar categorías relevantes
sobre las que posteriormente observar. Además, las hipótesis son puestas a
pruebas.

Métodos de recogida de información


Aunque si bien es cierto que la observación y las entrevistas son las principales
técnicas de recogida de información por excelencia, también ésta puede
combinarse con otras tantas como es el caso de documentos personales, notas
de campo, fotografías, etc.

¿Qué define al proceso etnográfico?


Se define por su carácter circular y emergente huyendo de la linealidad que
pueden ofrecer otros métodos, no existe un patrón establecido para el desarrollo
de la investigación.

Modelo cíclico en forma de espiral


La constante interacción que se mantiene con los participantes durante la
recogida, análisis e interpretación de la información, facilita la escasa
clarificación de las etapas en las investigaciones etnográficas fomentando este
modelo. En este modelo, propuesto por Del Rincón (2000), el primer paso a
realizar es el diseño del proceso etnográfico, seguido por la clarificación de
objetivos y la recogida de información. Sin embargo, en este último proceso, el
acceso al campo y el análisis de los datos recopilados, van a permitir que el
investigador verifique y contraste el alcance de los objetivos establecidos o, por
el contrario, los vuelva a reformular. Este paso, se podrá repetir hasta que se
consiga obtener un informe final que dé respuesta a los objetivos formulados y
establecidos.

Siguiendo con la perspectiva cíclica, García Jiménez (1994) establece que el


diseño en investigación etnográfica no presenta ninguna secuencia lineal ni
etapas con un orden pre-establecido. Estas características dotan al proceso
de flexibilidad, adaptación y apertura a los acontecimientos que puedan surgir
en el campo de estudio. Es por ello, por lo que no se puede definir ni fijar con
antelación un diseño etnográfico de forma específica, sino que se debe
comenzar con rasgos muy generales para que, de forma posterior, se pueda
construir y reformular a lo largo del proceso investigador.

Para otros autores, como Goetz y LeCompte (1988), el diseño de una


investigación etnográfica gira en torno a dos planteamientos con cuatro fases
en el proceso de investigación.
- El primero de los planteamientos se relaciona con los fines de la
investigación
- el segundo, se centra en aclarar el planteamiento teórico en el proceso
investigador.
Respecto a sus fases, estas autores (opus cit.) indican que:
- La primera de ella radica en el trabajo previo al acceso al campo
estableciendo las cuestiones de la investigación, el marco teórico y la
selección del grupo de estudio.
- En la segunda fase, el investigador plantea cómo acceder al campo de
estudio, selecciona a los estudiantes y establece las estrategias y técnicas
de recogida de información.
- La tercera fase se basa en el trabajo de campo
- Para finalizar, la cuarta fase, se centra en el análisis de la información
obtenida y emisión de informe.

Para Sandín (2003), al igual que para las autoras anteriores, cuatro son
las fases que han de encontrarse en las investigaciones etnográficas:
1. Demarcación del campo
2. Preparación y documentación
3. Investigación
4. Conclusión.

Aportación de la investigación, nueve fases para el diseño de una


investigación etnográfica:

1. Selección de la temática y comunidad a investigar: se deberá especificar


el objeto central de la investigación.
2. Información y formación del investigador: se deberá informar desde una
perspectiva teórica y práctica (comunidad) del tema central de la
investigación.
3. Clarificación de los objetivos: se establecerán de forma clara y concisa
qué es lo que se pretende analizar.
4. Selección y diseño de las técnicas e instrumentos de recogida de
información: se seleccionarán y diseñarán los instrumentos principales
que se van a emplear. Estos podrán verse modificados, suprimidos o
ampliados durante el acceso al campo.
5. Contacto y selección los participantes: previo acceso al campo de estudio,
se contactará con la comunidad de referencia y se seleccionarán los
participantes en base a unos criterios y/o técnicas.
6. Trabajo de campo: se procederá a recoger la información.
7. Transcripción de la información: la información grabada a través de
medios audivisionales deberá ser transcrita en formato textual. Se
recomienda que sea facilitada a los informantes para que puedan añadir,
modificar o suprimir la información que consideren oportuna.
8. Análisis de la información recogida: se analizará la información siguiendo
el tipo, sistema y categorías establecidas.
9. Elaboración de las conclusiones e informe: si se ha dado respuesta y se
han cubierto los objetivos de partida, se procederá a la elaboración del
informe final.
Así, el método etnográfico, identificado por estas características tan peculiares,
permite el diseño y planificación de las fases y etapas de un modo más flexible.
No obstante, con ello no se indica que el investigador carezca de un diseño
etnográfico, todo lo contrario, sino que éste debe considerarse como un proceso
reflexivo en el desarrollo de las etapas de la investigación.

La mejor manera de realizar una investigación etnográfica es:


Establecer el campo de estudio, preparar la documentación y técnicas
principales, realizar la estancia en el campo entendida como inmersión y
observación participante en el contexto y, elaborar las conclusiones o informes,
serían las principales fases y pasos a realizar asumiendo siempre, su carácter
cíclico, naturalista, holístico e inductivo.

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