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Las Señoritas

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aver, Buenos Aires, 26 de enter Clapp 2 Willies He — ss ee no Pg Juni, HTL ea + pean a MG, Buenos Ai ot si : ta G, Estancia del Tat Sede 2188 gg ra a NG Een TY 17 dag, ST pat ob i Tam 1 17 hen eg go THs MG ke Cérdoba, 7 de m one Gould a su made, .7 de marzo, 1873, 6 Besamin, Gos gAlce Bache Gould Paper ci cx pe lscorcal Soi sss Hs Naseep Pa Spc 8 Glen Guerra de guerrillas Emma Caprile, Julia Adelaide Hope Stearns, George Stearns Emma Nicolay, que conté las guerras civiles argentinas como nadie, nacié en Poznan, capital de la antigua Gran Polonia, pero al parecer descendia de una casta noble que se habia asentado en un ala de un castillo de Trieste. De ojos celestes casi albinos y un suave pelo rizado, estudié pedagogia en Florencia y luego trabajé como maestra en Suiza; era cultisima, Antes de 1868 emigré a Nueva York, donde se cas6 con el italiano Giulio Caprile, Auténtica educadora, poliglota y clegante al punto de llevar una flor en su cintura al colegio cada dia, recorria la escuela prece- dida por su enorme perro Huéscar, al que sus alumnas te- nian pavor. Se decia que era generosa, serena y afable, que su pelo estaba siempre cuidadosamente peinado, que con- quistaba a todas las alumnas, “hasta a los corazones mas amargos”. Sarmiento la conocié en Estados Unidos y la invité a la Argentina a costa de violar sus propias reglas, porque estaba casada. Pero era catélica apostélica romana, y este era un punto a su favor. La Sociedad de Beneficencia, desde 1854 a cargo de las escuelas normales para nifias, ha- in tract Maestras extranjeras fo con Sarmiento ¢ ed sn de que fueran carlicas. El hecho de que ly con la cond — las estadounidenses fueran antes, un fac. nayoria de 5 en cuenta cuando se inicié tm ue Sarmiento no tuvo ae is incidencia en la sociedad argentina de aroyecto, tuvo mas inci Fe que pareciéen esos momentos . ‘tn ae aprile leg a Buenos Aires en 1870, contratada por la Sociedad de B tie ce del Colegio de Huérfanas de la M cernaci6n de las damas de la ficencia como directora de los estu- ed. Pero, , comienzos de 1874, para con Sociedad, renuncié a su empleo. Sarmiento la habia llamado para fundar la Escuela Normal N° 1 de Buenos Aires Seguramente orgullosa de haber sido ella la elegida —y no su colega Agnes Trégent, que habia legado al mismo tiempo— y consciente de que se trataba de un gran desafio, Emma CCaprile se puso al frente de un proyecta en clerta modo ilu- sorio. El normal no contaba con edificio, infraestructura, profesores o medios econdmicos. La escuela empezé a funcionar el 15 de mayo de 1875 “con ochenta y siete estudiantes y un profesor, sin vice ni ayu- dantes"*, Se instalé en una vieja casona que pertenecta a la quinta Cambaceres, en la Calle Larga de Barracas, también Hamada Santa Lucfa y luego Montes de Oca, naimero 9, Por «se tiempo, Barracas era una zona de quintas donde se levan- {aban muchas de las casas de veraneo de las familias pudien- ‘8 Portes, vecinas de pintorescas, aunque no muy bien * La Escuela Normal No Provincia de de 1874, mien | fue creada por la Ley de Presupuesto de la Bucnos Aites,reglamentada por un decreto del 10 del 30 de julio ras era gobernador de la provincia el doctor Mariano Acosta SF 75 reputadas pulperias. En la misma Calle Larga de la quinta Cambacetes estaban las de otras familias antiguas, como los Balcarce y los Diaz Vélez. En la quinta vivian el escritor Eugenio Cambaceres con su esposa Luisa y su hija Rufina, que pasaban largas estadias en Europa. Busto de Emma Caprile que permanece en la Escuela Normal N° | (reproduccién de la escultura aleada en el Cementerio de la Recoleta) Una vex afincada, con el auxilio de un docente de ciencias naturales que carecia de laboratorio y materiales, Emma Caprile decidié dar clases en el comedor y en los dormitorios, 6 porque fos cuartos destinados a as aula eran inhabjtabley, Pdi al gobienno que le acondicionara ttes claustros, pero gf pedido fue rechazado, ‘Tambiés jo con la calle, bastante alejada, n reclamé agua cortiente y un camino que unieta el ¢ Tnstaurd un curso normal de tfes afos, un aio preparatorio, un jardin de infantes y una escuela modelo para que los est. diamtes hicieran pricticas. La escucla de aplicacién, como la llamaban, solo contaba con tres grados. Pero al menos se ha- bian inscrpto ocho alumnas, cuando en el jardin de infantes nose habia inscripto ninguna. Se necesitaba una cocinera para lasestudiantes que vivieran en la escuela, ademas de jardinero, portero y algunos empleados administrativos. Emma Caprile era nérgica y animosa y, aunque hubiera preferido no mezclar ‘aalumnas de distintas edades y niveles de preparacién, tuvo que hacerlo, Las aulas-dormitorio inclufan a nifias de cinco a a veinticinco. ocho afios y a otras de dieci Era una maestra estricta y justa, Con una severidad sin énfasis,el 17 de marzo de 1875 reporté que “las chicas, abu- sando del privilegio de pasear en su hora de recreaci6n en la quinta, se pasaron al terreno del sefior Cambaceres a robar frura”’. Eugenio Cambaceres, que era muy apuesto y usaba un bigote monumental, descubrié que sus Arboles estaban raleados poco después de que las chicas se retiraran, Pero no debe de haber tomado con tanta seriedad el robo, ya que la maestra no reporté ninguna reaccién. Unos meses después See un escandaloso affaire con la soprano del Spey a hablaban del asunto ravesuras de las colegialas, = (ee Poco antes de la insurreccién de 1880 en Buenos Aires, ¢l colegio se habla mudado a un edificio Tudor, disefiado por el célebre arquitecto Ernesto Bunge con indicaciones y dibujos de Emma Caprile, La edificacién ocupa una manzana entera sobre la avenida Cérdoba, Paraguay y Ayacucho, su sede ac- tual, Con el mismo temple con el que reporté el robo de fru- tas, el 12 de junio de 1880 Emma Capri registeé la visita de un oficial municipal que le pidié usar el edificio de la escucla como hospital. La sangrienta revuelta se habia desatado en las cercanias. “Ellos estan haciendo fortificaciones en las calles. Todas las maestras ausentes™, anot6, con una letra elegante y apresurada que las contiendas no alteraron, El alzamiento del gobernador portefio Carlos Tejedor contra el gobierno naclo- nal, que impulsaba la federalizacién de Buenos Aires, conté con el apoyo de decenas de milicias de la joven elite de la ciu- dad, La federalizacién implicaria, entre otras cosas, que la ciudad-puerto comparticra los beneficios de la Aduana con el resto de la repiblica, politica que perjudicaria los intereses de Jos comerciantes portefios y de los terratenientes de la provin- cia de Buenos Aires, Silas milicias no reunian a gran cantidad de jévenes, a cambio contaban con mis de tres mil fusiles auser recién adquiridos. En junio se desataron violentos enfrentamientos en Puente Alsina, Barracas y Los Corrales. “Junio 12. Un oficial munici- pal deseaba usar el edificio para heridos, pero yo le indiqué que habia otro una calle més alla”. Emma Caprile, sola y en tun castellano defectuoso pero firme, se enfrenté dos veces a los oficiales gubernamentales para evitar que el edificio de la escuela se transformara en cuartel u hospital, “Junio 18. Gran __ Jsina. Mandé a las alumn, agitacion. Arias ces peste “ aed ns (de eee de los rifles me pidi6 UN apartamen. reac EL aornvnuartles. Yo le die q¥€ sin permiso del go. oe cero, Se fue al ospital™. El 18 ocupé a sys ee ee vendas para os heridos, y el 21 reports ef de Los Corrales: “Gran miimero de heridos” ao “ness después las fuerza nacionales, que apoyaban a las provinias contra Buenos Aires, detrotaron a las milicias po aprobs la disposiciéa que habia intentado evitar ‘Fedor: la separacion de la ciudad de Buenos Aies de la provincia y su federaizaién como capital de la replica alumna ty ee AER La Bieuela Normal N° 1 ylos sitios donde se desarrollaron las batallas de 1880 en Buenos Aires. 7 — Por fin, Caprile pudo organizar la escuela en el nuevo edificio. Ese mismo aio se incorporé Hipdlito Yrigoyen, fur turo presidente, como profesor de filosofia, instruccién civi- ca ¢ historia argentina, Ella enseftaba psicologia, pedagogia, educacién y economia doméstica, aunque solia reemplazar a los profesores de ciencias cuando eta necesario, El gobierno cestaba tan satisfecho con su trabajo que, aunque a regaiia- dientes, acepté su propuesta de incorporar la materia religidn a la curricula, Se trataba de un triunfo politico de Emma Caprile, catdlica, sobre un gobierno que propiciaba la escuela . Llegé a ganar ciento ochenta pesos mensuales, casi el doble del sueldo de muchas maestras que Ilegaron después’. El doctor Uriarte, director del asilo de insanos, escribié des- pués que “en su silla de directora, ella parecia una reina en su trono, y cuando circulaba por las galerfas de la escuela, stu majestad era acentuada por su distincién y belleza”®. Mas plebeyo fue el recuerdo de la alumna Sofia Suarez: “Recuerdo su austeridad y su dignidad”., Se dijo que en su casa solia hacer tertulias musicales que reunian alo més granado de la miisica de Buenos Aires. Y {que mantuvo su aspecto saludable y calmo, y su figura delga- da, aun cuando enfermé en el afto 1884. Sus alumnas no notaron la enfermedad ni siquiera el iltimo dia en que la vieron, Pero su muerte estuvo envuelta en un misterio que hasta ahora no se terminé de explicar. El diagnéstico de ede- ma cerebral que registra su certificado de defuncién del 30 julio de 1884 dejé lugar a especulaciones que no se resolvieron, ya que por entonces las enfermedades considera- das vergonzosas eran disfrazadas con nombres ambiguos, 80 — registra el historiador Ernesto CUNNE eM 5U lbs 74, onan! vnormalistas norteamericanas a — Fue ente. be Honores en et Cemencerio de la Recoleta, el mi, > co de cua, ¥en cl €OFS Parting Hip axistoct ven calidad de maestzo dela escuela. Su magn ico Yrigoye* e una 8 ada, donde una enorme estatug rags etd casi en 2 ge mirmal rilitud, € representa a Emma Caprile, con destacada vero. sefdndole a leer a un nifio™, «i Emma Caprile conté un levantamiento armado, Ios Gjeamns ovivieron a sangre y fuego. Como habia aconsejado Joana Manso, quien Sarmiento parecié escuchar después dc antas decepeiones, los nuevos maestros seleccionados para ea San Juan fueron un matrimonio. Julia Adelaide Hopes de vente aos, y su esposo George Stearns, de vein cinco, legaron a Buenos Aires a comienzos de 1870. No pu determinar si vigjaron en el mismo barco que Emma Capile, pero pudieron haberlo hecho. El matrimonio ya te- nia conocidos en el pais, lo cual les sugeria una vida social, i no exctante, al menos de cierto interés. Addie, con “sus me- ills lozanas como rosas de Escocia, y su precioso nene en los brazos™ Hegaba con resquemor ante la idea de instalarse nla provincia, Su hijito tenia un retraso mental y, pese al coptimismo de su esposo, ella flaqueaba ante los horrores que - Lai ls publiaciin fue hecha con el aporte de Ia c trio de Disidentes, Rosario, 2019. el escukor Lucio Cor ‘bio decal 2 Morales. El nif es el 81 ——— le habian relatado sus compattiotas. “Supongo que es wn lu- gar realmente temible. Hay peligros en torno al viaje y peli- ‘gros al acecho todo el tiempo, imagine”, George Stearns, (que trafa un flamante diploma de la Universidad de Artes de Harvard y una recomendacién de su director, no parecia es tar preocupado, Rubio y bastante engreido, seguin se decia, uusaba anteojos con armazén de oro y unos bigotes que deja ban ver su sonrisa; en tal caso era un obstinado luchador y habia Ilegado a la tierra prometida. George Stearns ganaria un sueldo equivalente a dos mil cuatrocientos délares anua- les y Addie, mil. Julia Adelaide Hope de Stearns, Addie 1 pintor escocéS MUY Fequerid El padre de Addie era u eee i ino, en el circuito artistico neoyord™ . | délares. El mismo habia pro. 7 ps casa de su familia en Castleton, Vermont, que ‘Addie dejé a los diecisiete afos Pat cose Se habfa ena. morado de su. maestro, que € también el director de la sreademia de Castleton, La imagen que se conserva de Addie cs precisamente un retrato que pintd a pode Poco antes de que ella se casara: redondas mgjillas anifiadas, oj0s oscuros, pelo cata abundance recogide en un gran mofo negro, figura menuda, La sefiora Mann tenia planes para ella: “Si puede organizar un departamento para mujeres en la escuela normal, la sefiora Stearns serd capaz de preparar a maestras del lugar segin el plan de nuestras escuelas normales"™, iba la paz con el interior, alzado contra la mis de quince mi supremacia de la ciudad-puerto, Sarmiento decidié retener a los Stearns el mayor tiempo posible en Buenos Aires. En contacto con la comunidad angloparlante, la misma que ha- bia desaconsejado el viaje a San Juan a Mary Gorman y a las otras maestras, los temores de Addie recrudecian. En la mis- mma carta a su hermano revela la calidad de la informacién que habia obtenido: "Yo no creo que haya otro pais en el mundo donde los crimenes sean cometidos y se les dé tan poca importancia””. Es muy probable que hayan conocido a Mary Gorman y compartido tertulias con el cénsul Clapp antes de que regresaraa su pais. Los Stearns se habian instalado en un hotel en la barriada de Belgrano, donde Addie disfrutaba de la vista luminosa del Rio de la Plata al atardecer en la azotea adonde Ilevaba a st 5 hijo a tomar fresco. Una vez cobrados sus primeros mil déla- res por adelantado, escribié a su familia: “;Pensar que me pa- gan todo ese dinero, cuando en mis veinte afios de vida no he ganado un solo délar!"*, En verdad, Sarmiento habfa dividi- do el sueldo de George Stearns en dos partes para justificar la alta cifra que habia arreglado. Se consideraba que Addie no iba a estar en disposicién de trabajar, ya que esperaba a otto bebé, pero estaba inscripta como maestra primaria. En un punto delicado de la negociacién con la ciudad de Parana, ya que el gobierno nacional le habia quitado su con- dicién de capital de la repiblica en favor de Buenos Aires, Sarmiento necesitaba hacer un gesto amable hacia la provin- cia. De manera que decidié establecer la primera escuela nor- mal en Parana, en vez de hacerlo en San Juan, y se trataba de un gran sacrificio de su parte. Addie Stearns estaba encanta- da. “Me siento inmensamente feliz de que no vayamos a San Juan”. El matrimonio ya estaba listo para viajar, luego de aprender el idioma y claborar los planes de estudio para la futura escuela normal, Pero el gobierno necesitaba demorar- Jos en Buenos Aires mds tiempo atin, mientras en las provin- to intentaban acabar con la guerra de guerrillas que habjan desatado las montoneras del caudillo Ricardo Lépez Jordan, Entretanto, George Stearns trabajaba en los planes de estudio, que sirvieron de modelo para todas las escuelas normales. El clima politico que encontraron Addie y George Stearns al llegar a Parané, en 1871, ain no se habia atemperado. El viaje duré dos dias, rio arriba, en el barco piloteado por ma- cias las fuerzas leales a Sarmic rineros genoveses que llevaria a muchas de las maestras esta- edificio del cOleBi0 CON el ue gp jecuado, No tenia esctitorios nj J gobierno, pero ese no era ¢| Jos tres primeros afios, el gran, Ja abierta. Ubicada en el eentrg dounidenses al licoral El inhdspito, inad encontraron ma sede del libros, era 1a mis principal problema. Durante desafio fue mantener Ta escuelt bade sae de os disarios, Parand no paecla un sitio propcig mi wana escuela. Sin amedrentarse, 10s Stearns sg propuseron abrir dos: Ix normal ara formar maestros, de ‘de cuatro afios, y una escuela primaria modelo para montar tuna duracién o de aplcacién. Las clases empezaron el 16 de agosto, con dos profesores yyla provincia convulsionada. Muchos padres, atemorizados por las revoluciones, mandaban a sus hijos alas escuelas de ciudades cercanas y eran pocos los que se atrevian a mante- nerlos en Parand. Al terminar el primer afto, la escuela nor- ‘mal contaba con ocho alumnos varones y la de aplicacién con veintidés, también todos varones aunque las escuelas eran mixtas. Stearns aplicé su plan de estudios, adaptado del sistema estadounidense, que serfa el prototipo de todas las escuelas del pais. Los aspirantes a la escuela normal, con mas de die- cistisafos, buena salud y moral intachable, debian aprobar un examen previo, No habia alumnos internos, pero si beca- ios. Se ensefaria inglés y francés, ya que atin no habia libros de aprendizaje en castellano, lo que obligé a las maestras es- tadounidenses, durante muchos aitos, a traducir al castellano sus propios manuales. Un aso ma y : 1 mis tarde se habfa organizado una biblioteca y creado una escuela noctutna grat , dirigida por alum- REE ig eee nos de la Escuela Normal de Catamarca, También Stearns consiguié que los terrenos de una quinta deshabitada pu- dicran usarse como campo de deportes, uno de los sucfios de Sarmiento. Antes de fin de afio Addie tuvo otro bebé, esta ver sano, pero los conflictos poli 29s que continuaban amenazando a la provincia ensombrecicron Ia dicha familiar. Tenian una casa “magnifica, espléndidamente amueblada para este pais, Y bien para cualquier otro, hermosas vistas para donde se mi en una ciudad casi sitiada. En 1872 los soldados gu- bernamentales ocuparon el edificio, de modo que la escuela tuvo que cerrar por dos meses. Lleno de brio, Stearns reem- re. plazé la gramética latina por la educacién militar, que se de- dicé a impartir a los alumnos con las pocas armas que tenia cn el edificio. A la ver, “observaba con su telescopio, colocado en la ciipula del edificio, la campiiia de los alrededores, para seguir los movimientos del enemigo””. Por la noche, escribia a las autoridades protestando por la ocupacién del edificio. Y entonces, inesperadamente, con un hijo de dos afios y el bebé de tres meses, Addie contrajo fiebre tifoidea. Parecia que la desgracia se habia abatido sobre la familia. George Stearns apenas podia dedicarse a su hijo enfermo, al bebé Louis y a Addie, que no mejoraba, En febrero, apenas iniciado el segundo aito escolar, Addie murié. La desespera- cin de George Stearns fue enorme. No solo debia dirigir dos cescuelas envueltas en una revolucién: tenfa a sus hijos a cargo y, mucho mis doloroso, el deber de dar un entierro cristiano a “mi pobre tesoro”, Pero el entierro mismo se convirtié en tuna cuestién politica, o de politica religiosa. Addie era la pri- provestante que filleiaen Para, ly las autoridades locales. El mismo di «las autoridades de Buenos Aires en mera persona de religion que planed un dilema a sent6 fema que se les pres i 1a 1875, cuando se negaron aenterrar a Juana Manso en abril de 1875, el. cementerio: de la Cl crsién del carolicismo al protestantismo la habia torna- hacarta a causa de su dsidencia Su con ; = do “primero una persona no grata y luego nan sancta””, ntras los Funcionaros de Parand debatian sil cemente- vo cio, el inico dela ciudad, podia alojar a una disdente, shan las horas y George Stearns aguardaba el veredicto ve- Iundo el cuerpo de Addie a la intemperie, bajo el calor del vera- mo, Una vex que logeé trasladar el atatid hasta las puertas del cementerio, donde no le permitieron entrar, monté guardia suros afuera,sentado sobre el cajén, y por la noche prendié un fuego para ahuyenta a las ficras, empapado de calor. Para proteger el cadaver de los pumas y yaguaretés de las selvasriberefas, que rondaban las tumbas atraidos por el olor, con sus noches, con un acampé durante “tres térridos di revolver en cada mano”. Cuando pasaron esos tres dias, Stearns se decidié a sepul- tara Addie en la tierra adyacente al cementerio, fuera de los muros. No mucho después tuvo que volver para enterrar jun- toa Addie a su hijo de dos afios y medio, que no sobrevivié a Ja ausencia de la madre. Entre viejos documentos encontré un delicado dibujo de George Stearns, hecho en tinta 0 carbén negro, que muestra las cipulas y cruces del cementerio cat6li- coy algunos drboles, Delante de las rejas que impiden la en- trada, pueden verse dos pequetios cajones con los cuerpos de los disidentes, hechos con trazos muy simples, casi infantiles. Dibujo hecho por George Stearns que muestra (con una cruz) el hygar en el que fueron sepultades su esposa Addie y su hij, fuera de los ‘muros del cementerio de Parand. El dibujo se conserva en el Archivo General de la Provincia de Entre Rios. Por fin, en 1874 Stearns se tomé una tardia licencia y partié a su pais con Louis, su hijo menor, ya de tres aitos. Dejé a cargo de la escuela a George Lane Roberts, un joven compatriota que habja llegado poco antes para convertirse en vicerrector. Una vez en Boston, mandé a su hijo Louis a pa- sar una temporada en casa de sus abuelos y, hombre préctico, se apresuré a casarse con Nelly Blood Grant, cuyo nombre coincide con el de la antigua maestra de piano de Addie. Los recién casados vigjaron con Louis a Francia y Alema- nia para cumplir con la nueva tarea que el gobierno argenti- no habia encomendado al director: la compra de modernos equipos de fisica y quimica para la escuela. Regresaron en 1875 Ilenos de equipaje, en parte porque la nueva esposa de Stearns traia un abundante vestuario, pero sobre todo por los equipos de ciencia encomendados. Al abrir las cajas, ante ia iradaexpectante de los alumnow descubricton que la a Mr as pezas de virio se habia pulvetizado, mal mayor parte eados de las fabricas europeas, dial de ese entonces afecté tam. uueldos docentes dejaron cembalada pot los emp La crisis financiera mun sén a a economia argentina. Loss seer fiados en precio oro par Paga#se en Papel moneda, iqusitvo se deprecis. Las becas dest. por lo que su valor ad , : Peta almnos de otras provincias no se pagaban, porque Uhpobieno 90 mandabs el dinero y el propio Stearns ruvo gue slventaas. “Pero estas gentes son realmente hostiles conmigo... Mi posicién aqui esta lejos de ser agradable, Irrta a los nativos ver a un extranjero a la cabeza de la escuela”, escribid a su suegro, el padre de Addie. Pero sus cexfuerzos se vieron compensados, ya que al final de su ges- tin consideraba que su establecimiento podia confundirse con “alguna escuela de primera categoria de los Estados Unidos”. En octubre de 1874 llegaron también a Parané William Stearns, hermano de George y egresado de Harvard, con su ice, de veinte san Wade, de -nto, las tres renunciaron no esposa, sus hijos y tres nuevas maestras: Anne aos, Abigail Ward, de treinta y cinco, y § veintirés, Para desazén de Satn mucho después para casarse, una después de la otra, en répida sucesién. La mis joven lo hizo con el vicerrector de la escuela normal, George Lane Roberts, cuatro meses después de ddesembarcar, La segunda se casé luego de un afo y la tercera al finalizar su contrato. Resentido por las noticias, Sarmiento bbromes, un poco dcidamente, que estaba promoviendo “una agencia de matrimonios para mujeres americanas”?. 9 La nueva esposa de George Stearns, que no era maestra como Addie aunque habia enseftado piano, parecié haberse adaptado bien a la sociedad de Parana. A menudo recordaba, dijo su hija, “los dias en que cabalgaba por el camino costero del fo Parané, con traje de terciopelo y sombrero con plu- ‘mas, escoltada por un peén a caballo”®, La profesora para- rnense Norma Fernandez Doux de Demarchi escuché alguna vex, aunque no podria asegurar la veracidad del hecho, que en la ciudad “Iamaban la atencidn los pascos a caballo de la segunda esposa del primer Parana”, entre otras excentri ctor por la costa del rio idades. Las maestras gringas seguian la moda de su pais, una fal- da corta que solo llegaba hasta el tobillo, una curiosidad para las argentinas. Esta “falda para andar”, como ellas la llamaban, habja sido introducida en Inglaterra por la madre estadounidense de Winston Churchill. En cambio, las da- ‘mas argentinas (“sefioras, doncellas y cocineras”) usaban “vestidos de larga cola, que suceda lo que suceda, no deben levantar del suelo. Aqui la sefiorita elegante va a misa tem- prano, seguida por una sirvienta, que le lleva la alfombrita para arrodillarse. Su resplandeciente vestido color fucsia ba~ re lenta y majestuosamente las calles, arrastrando —,quién puede decir qué?— del v: calzada”™, iadero que es el centro de la George Stearns viajé acompafiado por su “Hamativa”® es- posa y por Louis, que entonces solo tenia cinco afios. Segin la historiadora Luiggi, “el corazén nostilgico del nino suspi- 16 siempre por la Argentina... recordé toda la vida sus loros yy sus monos, en la quinta florecida con jazmines”*, 0 ere ‘Tachar de la lista de maestras estadounidenses a Addie que nunca legs a ejercer su profesién seria mer. pea orque su muerte trigica, su cadaver de- aquino de mi parte, p eerie fendido con pistolas, la colocan en una lirica silenciosa, pero no ajena alas peripecias de las maestras estadounidenses en la Argentina. Noras 1 Suérez de Jackson, Sofia, “Aniversario Jubiloso”, 30 de ju- lio, 1924, Alice Houston Luiggi Papers (AHLP), David M. Rubenstein. Rare Book & Manuscript Library, Duke University Libraries. 2 Diario de Emma Nicolay Caprile (ENC), 15 de marzo, 1875, AHLP, ob. cit. 3 Diario de ENC, 17 de marzo, 1875, AHLP, ob. 4 Diario de ENC, 8 de junio, 1880, AHLP, ob. 5 Diario de ENC, 12 de junio, 1880, AHLP, ob. cit. 6 Diario de ENC, 18 de junio, 1880, AHLP, ob. cit. 7 Registro Nacional, vol. 8, 20 de abril, 1881, p. 662, cit. en AHLP, ob. cit 8 ALD, ob ct 9 Testimonio de Sofia Suarez de Jackson, junio, 1949, AHLP, ob. cit. 10 Luiggi, Alice Houston, Sesenta y cinco valientes, Buenos Aires, Editorial Agora, 1959, p. 90. 11 Carta de Addie Hope Stearns (AHS) a Douglas Stearns (DS), Belgrano, 18 de junio, 1870, AHLP, ob. cit. 2 Mary Mann a Sarmiento, cit, en Velleman, Barry Thee ie dat de Mary Mann a Sarmiento (1865-1881), Buenos Ediciones Fundacion Victoria Ocampo, 2005, p. 274. 13 AHS a DS, Belgrano, 18 de junio, Maggio cp. 34, net 7 AHLD ob 1 15 AHS a DS, Belgrano, 18 de junio, 1870, AHLP, ob. cit. 16 Luiggi, ob. cit, p. 93. 17 Ibidem, p. 91 18 Ibidem,p. 93. 19 Mizraje, Maria Gabriela, “Juana Manso, dos siglos de una visio- natia’, Revista N, 22 de junio de 2019. 20 Luiggi, ob. cit, 21 Luiggi, ob. ci, 22 idem. 23 Peard, Julyan G., An American Teacher in Argentina. Mary Gorman's Nineteenth-Century Oise from New Mexico to the Pampas, Maryland, Bucknell University Press, 2016, p. 160. 24 Luiggh ob. cit, p. 100. 25 Correo electt6nico de Norma Fernandez Doux de Demarchi a la autora, 5 de julio de 2020. 26 Luigi ob. cit. p. 106. 27 Ibidem, p. 103, 28 {dem,

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