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Historia Natural de La Enfermedad

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Historia natural de la Enfermedad

La historia natural de la enfermedad describe la evolución de esta, sin


intervención médica, desde antes de que ésta se inicie (interacción entre el individuo y
su ambiente biopsicosocial), hasta su resolución en recuperación, cronicidad o muerte.
En la historia natural se distinguen el período prepatogénico (o período de riesgo) y
patogénico; este último se inicia con una etapa preclínica, caracterizada por cambios
bioquímicos y tisulares, sin síntomas ni signos propios de la condición patológica. Le
sigue la etapa clínica que es aquella con la cual el médico clínico habitualmente se
contacta. Desde el punto de vista de la salud colectiva, se ha demostrado que
mientras más precozmente se aborden los problemas a lo largo de esta historia
natural, más efectivas y de menor costo serán las intervenciones a nivel colectivo. Una
forma de ordenar las intervenciones colectivas, útil para la mayor parte del problema
de salud, es vincularlas a la historia natural de la enfermedad.

Clásicamente se han descrito 3 niveles de prevención (Leavell y Clark), cada


uno con estrategias de intervención propias: primario (asociado al período
prepatogénico), secundario y terciario (correspondientes al período patogénico).

1.-Nivel de prevención primario (periodo prepatogénico): Acciones individuales o


comunitarias orientadas a la población con el fin de reducir la incidencia de cierta
enfermedad, para esto se debe actuar en disminuir los factores de riesgo.

• Promoción de la salud: control de los determinantes en población


presuntamente sana.

• Protección específica o prevención de la enfermedad: también en población


presuntamente sana pero orientada a evitar problemas específicos de salud.

2.-Nivel de prevención secundario (periodo patogénico): dirigida a la población


presuntamente sana y/o en etapas iniciales de enfermedad, incluye:

• Diagnóstico precoz y tratamiento oportuno: búsqueda intencionada en


población general presuntamente sana o en grupos de alto riesgo y consecuente
tratamiento. IMPORTANTE: no modifica la incidencia real de la enfermedad.

• Limitación de la incapacidad: tratamiento de la enfermedad en sintomáticos


para acortar la enfermedad y evitar complicaciones y secuelas.

3.-Nivel de prevención terciario (periodo patogénico): Medidas destinadas a reducir en


el largo plazo las consecuencias de la enfermedad, dirigida a enfermos avanzado,
convalecientes o discapacitados. Incluye:
• Tratamiento

• Rehabilitación

• Prevención de la discapacidad

Ejemplo:

Componentes de la enfermedad

• Epidemiología

Representa información significativa que tentativamente define el contexto más


probable sobre el cual es posible que se desarrolle una enfermedad. La ciencia de la
epidemiología considera —estadísticamente— muchas variables para definir
casuísticamente tal contexto (poblacionales, medioambientales, étnicas, genéticas,
laborales, ecológicas, etc.).

La epidemiología de una enfermedad también proporciona parámetros para


determinar la importancia de una patología en particular en relación con su casuística
(frecuencia de casos) y a la probabilidad de determinar una causa para tales casos.

• Etiología

Para una enfermedad, la etiología es su causa principal identificada; representa


el punto de partida para establecer la enfermedad. La etiología se suelen describir los
factores desencadenantes de la enfermedad. A menudo, coexisten determinadas
circunstancias que no son causa (al menos directa) de la enfermedad, actúan como
hechos que dan inicio al proceso en sí mismo.

A veces, para una enfermedad, se describe su «etiopatogenia», esto es: su


etiología y su patogenia de manera conjugados como un proceso unificado.

• Patogenia

Patogenia o fisiopatología es la descripción (a veces tentativa) del complejo


proceso fisiopatológico que se desarrolla a partir de los efectos desencadenados por el
factor etiológico. Tal descripción define la transición hacia el estatus de enfermedad.

La patogenia de una enfermedad es la representación de los mecanismos


alterados de la fisiología normal que generan, sostienen y finalizan o perpetúan el
proceso patológico promovido por una causa (etiología).

• Cuadro clínico
Cuadro clínico, manifestaciones clínicas o sólo «clínica», es un contexto o
marco significativo, definido por la relación entre los signos y síntomas que se
presentan en una determinada enfermedad (en realidad, que presenta el enfermo). La
semiología clínica es la herramienta que permite definir un cuadro clínico, donde cabe
distinguir:

Síntomas: Son la referencia subjetiva que da el enfermo sobre la propia percepción de


las manifestaciones de la enfermedad que padece. Los síntomas son la declaración
del enfermo sobre lo que le sucede (véase anamnesis). Los síntomas, por su carácter
subjetivo, son elementos muy variables, a veces poco fiables y no muy certeros;
muchas veces, su interpretación puede ser difícil. Aun así, su valor en el proceso
diagnóstico es indudable.

Signos clínicos: Son los indicios provenientes del examen o exploración psicofísica
del paciente. Los signos clínicos son elementos sensoriales (relacionados con los
sentidos); se recogen de la biología del paciente a partir de la observación, el olfato, la
palpación, la percusión y la auscultación, además de la aplicación de ciertas
maniobras. Cada signo es pleno en significado, pues tiene una interpretación particular
según un contexto semiológico.

• Pruebas complementarias

Las pruebas complementarias de la semiología clínica comportan el aporte de


información adicional proveniente de la biología del paciente mediante la aplicación de
diferentes técnicas, generalmente instrumentales. Los resultados aportados por las
pruebas complementarias deben ser interpretados dentro del contexto clínico.

Ejemplos de pruebas complementarias son: todas las técnicas de imagen


(ultrasonografía, rayos X, tomografías, resonancia magnética, etc.),
electrocardiograma, espirometría, análisis de sangre (hemograma), mielograma,
punciones (varias), análisis de orina, test psicológicos, pruebas de esfuerzo físico, etc.

• Diagnóstico

Es un complejo proceso que desarrolla el profesional, e implica una respuesta


cognitiva ante el planteo de la situación del paciente. El diagnóstico puede determinar
un estado patológico o no (también se diagnostica la salud en un paciente).

El proceso incluye el diagnóstico diferencial, es decir, la valoración de todas las


posibles causas nosológicas que podrían dar un cuadro clínico similar. Se sigue de
escoger la posibilidad más adecuada en función de los resultados de la anamnesis, la
exploración física, las pruebas complementarias, y a veces el tratamiento.
• Tratamiento

Consiste en todas aquellas opciones ambientales, humanas, físicas, químicas,


entre otras, que contribuyen a la curación del paciente, de su proceso, o bien a la
atenuación de sus síntomas (tratamiento paliativo) para mejorar en lo posible su
calidad de vida logrando su incorporación a la sociedad.

• Pronóstico

Representa información de carácter estadístico sobre la tendencia que sigue un


proceso patológico. Muchas variables deben ser tenidas en cuenta al momento de
elaborar un pronóstico. No siempre es posible pronosticar la evolución de una
enfermedad, con o sin tratamiento.

• Prevención

La prevención o profilaxis es información relativa a actuaciones que modifican


la probabilidad de enfermar, disminuyendo los riesgos. La prevención comporta
medidas de actuación orientadas a evitar la enfermedad y a mejorar el estado de
salud.

Ejemplo:

BRONQUITIS

• Epidemiologia: es uno de los diagnósticos más frecuentes en una consulta de


medicina general. Se estima una incidencia de 50-60 casos por 1000 habitantes/año y,
aunque afecta a todos los rangos de edad, es más frecuente en niños y en fumadores.
Puede aparecer en cualquier época del año, pero su mayor frecuencia se registra en
los meses de invierno.

• Etiología o fisiopatología: puede ser causada por una infección o por la


exposición a sustancias irritativas, a virus o bacterias, generalmente por complicación
de una infección en vías respiratorias altas. La respuesta inflamatoria ante la infección
o lesión tisular produce edema de la mucosa y formación de exudado y aumento de la
producción de moco. La irritación de la mucosa y el aumento de la producción de
moco inicia en el reflejo tusígeno.

• Cuadro clínico: su manifestación inicia con una tos no productiva que se vuelve
productiva, es frecuente el dolor torácico, fiebre moderada y malestar general.
Bronquitis infecciosa: inicia con los síntomas de un resfriado común: goteo por la nariz,
irritación de garganta, cansancio, escalofríos, dolor de espalda y de músculos. Fiebre
leve de 37,5 a 38,5; tos.

Bronquitis viral: se expectora pequeñas cantidades de una mucosidad blanquecina;


cuando cambia de color verde a amarrillo puede sospecharse de una infección
bacteriana.

Bronquitis grave: fiebre durante 3 a 5 días incluso un tratamiento de antibiótico,


sibilancia.

• Diagnóstico: examen físico, entrevista en busca de síntomas, características


del esputo, radiografía de tórax.

• Tratamiento: expectorante para fluidificar las secreciones, reposo, paracetamol


o ibuprofeno para bajar la fiebre y aliviar la sensación de malestar, beber suficiente
cantidad de líquido para mantener la orina clara, broncodilatadores, vapor de agua,
corticoides.

• Recomendaciones: aumento del consumo de líquidos para fluidificar el moco y


facilitar la eliminación, uso de analgésicos y antitusígenos (para la tos), explicando la
pauta terapéutica y las posibles reacciones adversas.

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