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CAMPO DE CIENCIAS SOCIALES ACTIVIDAD #6 PRIMER AÑO A B y C
CAMPO DE CIENCIAS SOCIALES ACTIVIDAD #6 PRIMER AÑO A B y C
CAMPO DE CIENCIAS SOCIALES ACTIVIDAD #6 PRIMER AÑO A B y C
1º AÑO.
Entrega: 8/07/21
La propuesta tiene como finalidad abordar los modelos de ser mujer y varón como uno de modos en que socialmente se
construye la diversidad sexual. Más allá de las diferencias de sexo biológico, para varones y mujeres se construyen
(según el contexto sociocultural) distintas valoraciones y asignaciones de tareas y roles, formas de afectividad y
vínculos. En Educación Sexual Integral para la educación primaria (2009) se afirma que:
(…) Lo importante es no presionar ni sentirnos presionados o presionadas a hacer tareas que no nos gustan. Cada persona
tiene el derecho a vivir de ejercer su libertad responsablemente de acurdo a sus convicciones”. (p.40)
Expectativas de logro
• Reconocer y valorar las diferencias personales y el respeto de las mismas en la interacción con los otros.
• Conocer y respetar los derechos humanos, reconociendo su vinculación con la dignidad de la persona.
Contenidos conceptuales:
• Estereotipos de género
• Machismo
• Discriminación
Ley 26.485 “Ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en
los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales”.
Actividades:
• 1º Actividad:
Se propone a partir de esta actividad trabajar sobre distintas expresiones de niños y niñas: en ellas se relatan diferentes
situaciones que los mismos expresan como demostraciones de los modos en que ellos y ellas se comunican y vinculan
con los adultos y, como estos vínculos muchas veces contribuyen e involucran casos de discriminación vinculados con
estereotipos de género.
Relato 1
Agustín, de 7 años, dice: —A un chico, sus hermanos más grandes le dicen: “¿Por qué llorás así? ¡Eh! ¿No ves que
parecés una nena? Basta de llorar, ¡sos un estúpido!”. Pero a mí me parece que si a uno le dan ganas de llorar, no lo
tienen que burlar.
Relato 2
Fabián, de 10 años, dice: —Por ejemplo, yo conozco a un chico a quien su papá le dice: “¿Qué hacés escuchando música
todo el día y mirando esas novelitas de mujeres? ¿Qué sos? ¿Una nena? Tenés que ir a jugar al fútbol, ¡eso es de
hombres!”. A mí me parece bien, porque, si no, se va a acostumbrar a hacer cosas de mujeres.
Relato 3
Luciana, de 6 años dice: -“Andá a lavar los platos, barré la cocina, andá a hacer las compras”. Eso está bien que me lo
pidan a mí que soy nena y no a mis hermanos, Porque tengo que aprender para cuando sea grande.
(Educación Sexual Integral para la Educación Primaria. Contenidos y propuestas para el aula; 2009. p.34)
Consignas de trabajo
•Según lo que aparece en los relatos. ¿Qué cosas pueden hacer los varones y qué cosas las mujeres?
• Según los relatos: ¿Qué significa ser nena? ¿Qué significa ser varón? ¿Están de acuerdo con esas definiciones?
¿Por qué?
• 2º Actividad:
Las publicidades suelen tener rasgos discriminatorios en el sentido de que transmiten valoraciones asignadas por los
patrones hegemónicos de belleza en nuestra sociedad. Estos modelos, cada vez influyen en edades más tempranas, y
son transmitidos principalmente por los medios de comunicación masiva.
Niños y niñas pueden llegar a sentirse inseguros cuando sus figuras no se corresponden con las ideas que otras personas
tienen acerca de lo que es “verse bien”. Muchas de estas ideas provienen de la manera en que se presenta a las personas
en las revistas, las películas, la televisión. Estos estereotipos también se trasladan a los propios juguetes infantiles.
(Educación Sexual Integral para la Educación Primaria. Contenidos y propuestas para el aula; 2009. p.69)
Esta actividad se basa en cuatro imágenes de publicidades en las que podemos encontrar estereotipos de género: la
perspectiva de género pretende desnaturalizar las intervenciones sociales, el carácter jerárquico atribuido y mostrar que
los modelos de varón o de mujer, son construcciones sociales que establecen formas de interrelación y especifican lo
que cada persona debe y puede hacer, de acuerdo al lugar que la sociedad atribuye a su género. (Cecilia Merchán y
Nadia Fink; 2018, p.42)
Imagen 1
Imagen 2
Imagen 3
Imagen 4
Consignas de trabajo
- ¿Qué influencia creen que pueden tener estas propagandas y publicidades en las diferentes maneras de actuar,
de ser y de sentir de ustedes?
- Observamos las imágenes y recordamos otras publicidades: ¿Cómo definirían un estereotipo de género?
Estereotipos de género
Todos los días nos encontramos con representaciones de género ancladas en preconceptos y prejuicios.
Estas representaciones operan en el plano interno de las personas, pero también se configuran como
condicionantes externos del accionar individual, asignando expectativas, mandatos y roles sociales. El
proceso, además, ocurre en un contexto de subordinación de las representaciones asociadas con lo
“femenino” a aquellas vinculadas con lo “masculino”, y de primacía de lo masculino, por sobre todos los otros
géneros, como categoría universal desde la cual se analiza y decide bajo una supuesta neutralidad
(Molyneux, 2007).
Si bien los estereotipos de género perjudican particularmente a las mujeres, también impactan
negativamente sobre los varones, al reforzar una idea hegemónica de la masculinidad que la aleja de la
posibilidad de ejercer determinados derechos y los asocia con roles y mandatos que, por ejemplo, pueden
contribuir a una mayor exposición a conductas de riesgo especialmente en la adolescencia y juventud
(Heilman, Barker, 2018).
La socialización de género y la internalización de los estereotipos ocurren con más intensidad en las etapas
tempranas de la vida. Se trata del proceso por el cual se adoptan y luego representan las normas asignadas
socialmente a cada género, y tiene lugar a partir de la interacción con agentes clave como la familia y el
grupo de pares (UNICEF, 2017). Así, las visiones y conductas estereotipadas en torno al “ser hombre” y “ser
mujer” son resultado de procesos de socialización y aprendizaje que encuentran un punto de inflexión
particular en la niñez y la adolescencia.
Los estereotipos perpetúan las inequidades entre los géneros en distintos ámbitos y de diferentes maneras.
Afectan las decisiones que se toman y el marco de oportunidades en el que se decide. Impactan, por
ejemplo, en las trayectorias educativas: las mujeres están sobrerrepresentadas en las carreras que se
vinculan con “tareas feminizadas” (como la educación y la gestión de recursos humanos, por ejemplo),
mientras que los varones tienden a estudiar carreras vinculadas con “roles masculinizados” (como la
ingeniería). Esta segregación horizontal también se replica en las trayectorias laborales.
Los estereotipos y sesgos fundados en ellos evitan que personas calificadas y capaces lleguen a
determinados empleos o puestos de poder, lo que es injusto y, en ocasiones, ocurre de forma no intencional.
Esto termina afectando los derechos, la autonomía y el empoderamiento de los géneros no masculinos. Pero
también afecta las posibilidades de crecimiento de las organizaciones, empresas y de la economía en su
conjunto (al dejar talento relevante inutilizado e impactar negativamente sobre la productividad) (Brosio, Díaz
Langou y Rapetti, 2018).
Pero incluso cuando logran participar del mercado de trabajo, las mujeres se enfrentan a otros estereotipos,
en particular, a aquellos relativos a cuáles sectores y roles laborales son para ellas. Un 58% de la fuerza
laboral femenina está concentrada en los sectores de comercio, salud, educación y servicio doméstico,
típicamente en puestos con menor remuneración promedio y protección social.
Los estereotipos también restringen el acceso a puestos de decisión. El Programa de Naciones Unidas para
el Desarrollo en Argentina condujo una serie de entrevistas a mujeres en posiciones gerenciales del sector
privado y sus resultados dan cuenta de una estructura ideada para varones. En este sentido, por ejemplo,
las comunicaciones oficiales asumen que la persona a cargo de la gerencia es un varón que tiene una
esposa que lo acompaña, y las actividades informales de relacionamiento se centran en actividades
masculinizadas en horarios difíciles para personas (mujeres) con responsabilidades de cuidado (PNUD,
2014). Otro punto resaltado se vincula con la percepción sobre las responsabilidades de conciliación entre
vida familiar y vida laboral. Las mujeres entrevistadas afirmaron que, mientras los varones no lo consideran
en absoluto a la hora de tomar una decisión sobre un ascenso, un traslado o una posición en un proyecto
insignia, las mujeres lo consideran un elemento fundamental a la hora de tomar una decisión en sus
trayectorias laborales. Este conjunto de expectativas y mandatos diferenciales se plasma en una menor
llegada de mujeres a puestos de jefatura y dirección tanto en el sector público como privado.
Ruta a futuro
La prevalencia de las representaciones de género estereotipadas en nuestro país es un problema para todos
y todas. Deconstruir los estereotipos requiere de un cambio cultural que llevará tiempo, pero puede
acelerarse. Se trata de una labor que debe ser impulsada desde todos los sectores de la sociedad, teniendo
en cuenta el rol fundamental de los medios de comunicación y el sector privado. La exposición a contenidos
que reproducen prejuicios de género en los medios está asociada con la expresión de creencias más
sesgadas y rígidas acerca de cómo deberían comportarse las personas de distintos géneros. Además, el
consumo de programación que refuerza estereotipos en niños y adolescentes también se vincula con
elecciones educativas y de carrera consistentes con esas normas de género (Ward y Aubrey, 2017). Al
mismo tiempo, los medios tienen un enorme potencial para contribuir a la deconstrucción de estas
representaciones, presentando contra-estereotipos y modelos de rol positivos en términos de género y
contribuyendo a la transversalización de la perspectiva de género (Casserly, 2016).
El sector privado, por su parte, también es una importante fuente de prácticas y representaciones que
pueden acercarse o alejarse más de patrones de género estereotipados. Además del impacto directo en sus
empleados, las empresas también alcanzan e inciden sobre proveedores y otros agentes a lo largo de las
cadenas de valor, así como sobre los consumidores que diariamente están expuestos a publicidad. Así, el
sector privado tiene a su disposición un amplio menú de opciones para promover representaciones de
género diversas y positivas a través de sus prácticas de reclutamiento, compras y contrataciones, empleo y
marketing y publicidad (Gortnar, 2008).
El rol del Estado también es clave, tanto en sus vínculos con el sector privado y los medios como en términos
más amplios. La implementación de intervenciones públicas fundadas en evidencia para la deconstrucción
de los estereotipos de género y el combate de las representaciones que los sostienen debe ser una prioridad
en la agenda de políticas públicas. El logro de la equidad entre los géneros es un imperativo del derecho
que interpela al Estado y a la sociedad y también es fundamental de cara al desarrollo sostenible del país.
Actividades
3-Es interesante reconocer el rol de los géneros en la sociedad colonial y en la actual. Para ello deberá completar el
cuadro.
Sociedad colonial Sociedad actual
HOMBRE
MUJER
4-En el caso de las culturas indígenas ¿Qué sucedió en función al género luego de la conquista?