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6 Indumentaria y Complementos

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6 - INDUMENTARIA Y COMPLEMENTOS

INTRODUCCIÓN
El Wedding Planner es el profesional idóneo para ayudar a la pareja a escoger su indumentaria
y a fijar el dress code de los invitados, siempre en concordancia al estilo de boda que desean.
Por ello, debe conocer al detalle los diferentes tipos de vestidos, trajes, complementos
indispensables, códigos de vestimenta, alianzas, etc.

Cabe destacar que en las bodas homosexuales es común que, ante la falta de protocolo, las
parejas entren de la mano a la ceremonia. Esto hace que, a menudo, los contrayentes decidan
lucir iguales algunos complementos o incluso lleven la misma indumentaria.

Esto sucede, de forma más habitual, en enlaces entre hombres. En estos casos, es
recomendable que haya algunos elementos distintivos para que no parezcan mellizos. Por
ejemplo, pueden escoger diferentes tonos de traje o de corbata, pero de una misma gama.

También se puede elegir un color que ambos luzcan en distintos elementos. Por ejemplo, si uno
se pone una corbata gris y una americana azul, el otro puede optar por una corbata azul y una
americana gris. Siguiendo estas indicaciones, se conseguirán unos looks armoniosos y
coordinados, pero sin ser exactamente iguales.

Las novias pueden decidir libremente entre trajes, monos, vestidos u otras opciones. No es tan
común que vistan igual, aunque sí que opten por una indumentaria del mismo estilo o que se
complemente.

Otra de las posibilidades es lucir algún complemento igual, como los zapatos o el velo. Incluso
se puede apostar por ramos iguales o por las mismas flores, pero con un diseño diferente.

Lo más importante es no pretender que los novios o las novias cumplan en cada caso con un
rol femenino y un rol masculino. La celebración es de ellos y deben adecuarla a su estilo.

En conclusión, la libertad de elección es absoluta. Como en todas las bodas, la decisión


dependerá del tipo de pareja, de sus gustos y de sus expectativas. El papel del Wedding
Planner será, una vez más, comprenderles y hacer realidad el enlace de sus sueños.

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6.1 VESTIDO
En la elección de su indumentaria, la novia debe priorizar siempre su gusto y su estilo: clásico,
moderno, años veinte, minimalista, vintage, etc. El Wedding Planner puede acompañarla y
asesorarla cuando acuda a las tiendas a probarse vestidos.

También pueden ir algunos amigos o familiares, como la madre, la hermana o la suegra. Si la


novia no quiere tener tanta presión en la elección, quizás pueda optar por invitarles a una de
las pruebas posteriores, pero no en el momento de tomar la decisión (Clará, 2014).

El organizador de bodas puede asumir la tarea de seleccionar los diseñadores o las empresas
con los que se identifica la novia, y acotar las tiendas antes que recorrerlas todas y probarse
demasiados trajes. Porque, no por visitar muchas tiendas, irá mejor vestida (Clará, 2014).

Al llegar a la tienda, es importante dar algunos datos al profesional, como la fecha y el lugar de
celebración de la ceremonia y del banquete. Será esencial conocer, por ejemplo, si va a
hacerse en una finca rústica o en una playa para seleccionar un estilo acorde (Clará, 2014).

Es recomendable que la novia lleve puesto un sujetador adecuado y una ropa interior lo más
lisa posible. Las pruebas posteriores a la elección sirven para trabajar el vestido y que se

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adapte a su cuerpo (Clará, 2014).

Se suelen realizar un par de pruebas dos meses antes del enlace. Una semana antes se hace
otra más para ver el resultado final y que no haya sorpresas de última hora (Clará, 2014).

Figura 5. Vestidos con distintas telas, colores, volúmenes, talles, mangas, colas y escotes.
Fuente: Shutterstock.

6.1.1. Tela y color

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Si ya se tiene una idea del tipo de vestido que se quiere, la elección de la tela se basará en
líneas más o menos fluidas, cortes más o menos definidos y caídas más o menos ligeras (Clará,
2014).

La época del año también será muy importante para escoger las telas. A modo de ejemplo, la
seda, las fibras naturales y el algodón son tejidos idóneos para las temperaturas veraniegas,
mientras que otros más gruesos son adecuados para las épocas invernales (Clará, 2014).

El color supone todo un reto. Lo clásico y más habitual son los tonos blancos, rotos o marfil. No
obstante, asesorándose puede optar por colores como los rosa palo, salmón, verde agua,
champagne, u otros (Clará, 2014).

6.1.2. Falda

Partiendo del estilo, se puede seleccionar el tipo de manga, la falda, el corte, etc. En este
sentido, es recomendable dejarse orientar por los profesionales. Según el tipo de cuerpo, se
aconsejan unas piezas u otras, aunque la última decisión es de la novia y debe tomarse
atendiendo a su comodidad y a su seguridad con el vestido.

A continuación, se exponen los tipos de falda que, genéricamente, existen con todos los
matices, formas y tejidos ligeros o gruesos (Clará, 2014):

• Falda recta . “Para cuerpos muy estilizados y novias que quieran ir sencillas pero cómodas
en este día tan importante. No apta para caderas anchas”.

• Falda sirena. “Tampoco es apta para caderas pronunciadas. Marca mucho las curvas, por lo
que es recomendable tener una silueta muy estilizada para decantarse por este tipo de falda.
En mujeres bajitas acorta su cuerpo. Va ajustada al cuerpo hasta la altura de rodilla, donde
comienza a abrirse en cola”.

• Falda ancha . “Falda ajustada a la cintura y que, poco a poco, va abriéndose en forma de
triángulo. Es el tipo de falda más clásico, pero también el más elegante a la vez que cómodo,
al ofrecer una movilidad total. Es ideal para las mujeres con caderas más anchas, ya que
estiliza y las disimula, no las deja ver”.

6.1.3. Talle

Existen, principalmente, tres tipos de talle : imperio, cintura y bajo. Así los explica Clará
(2014):

• Talle imperio . “Ideal para chicas bajitas porque el corte va por debajo del pecho y la
proporción se verá más larga. Si no entalla la figura, ayuda a disimular algunos defectos de la
silueta [...]. Además, es muy cómodo y aporta un toque romántico y vintage”.

• Talle cintura. “Se recomienda para todo el mundo. Lleva el corte a la altura de la cintura”.

• Talle bajo. “Solo para mujeres altas y que no tengan caderas anchas. Marca el busto y toda
la parte del torso”.

6.1.4. Manga

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En la elección de la manga hay que tener en cuenta, primordialmente, la estación del año y el
diseño del traje, ya que algunos escotes admiten mejores mangas que otros (Clará, 2014).

Por ejemplo, las de farol crean sensación de mayor volumen y solo quedan bien en los vestidos
baby doll, y las de globo sirven para disimular los brazos menudos. Los principales tipos de
manga son (Clará, 2014):

• Media manga . “Suele llegar hasta el codo y generalmente va ceñida al brazo para
estilizarlo. Es mejor que no sea demasiado ancha. Quedan ideales en mujeres con brazos
largos y delgados”.

• Manga larga . “Queda mejor en las bodas de tarde-noche y aporta un plus de glamour y
estilo. Este tipo de manga puede ser de la misma tela que el vestido, de tul, encaje, seda,
malla, lisas, con bordados de pedrería, aplicaciones de pequeñas flores... Estiliza el brazo y lo
hace visualmente más largo. Existen incluso mangas desmontables que pueden ser largas para
la ceremonia y más cortas después o dejar el traje sin mangas para la celebración posterior”.

• Manga japonesa . “Cubre el hombro y la parte superior del brazo, dando un toque muy
coqueto, retro y encantador al look nupcial. Suele quedar bien con casi cualquier clase de
escote. Al igual que en los otros tipos de mangas, se pueden confeccionar de cualquier
material y estar plagadas de pequeños detalles. Pueden ser una continuación natural del
vestido o un añadido al mismo”.

• Manga bolero. “Una magnífica solución para entrar a la iglesia y cubrir los hombros.
También son fáciles de utilizar y muy versátiles porque pueden transformar el traje tras la
ceremonia. En tul o encaje son perfectos porque la novia va más cubierta, pero luce el vestido.
Es muy importante que el bolero no cubra el traje”.

6.1.5. Escote

Una vez elegido el tipo de vestido y la tela, detalles como el escote suponen otro reto. En
ocasiones, gusta un modelo que no termina favoreciendo al cuerpo, porque hay que tener en
cuenta el tamaño de la cintura, el pecho, la espalda, los hombros, los brazos y el cuello (Clará,
2014).

El escote hace que el resultado pueda ser más o menos elegante, atrevido, discreto o
romántico, entre otros, y existen muchos modelos. Los tipos más destacados son los
siguientes (Clará, 2014):

• Escote barco . “Resulta elegante y discreto, pero para elegirlo se debe tener la espalda
proporcionada y los hombros bonitos. Si la espalda es ancha habrá que desistir y, si no se tiene
mucho pecho, solo se conseguirá que parezca aún más pequeño. Para las más delgadas resulta
perfecto y, si el cuello es largo, la forma de este tipo de escote debe ser la más cercana al
cuello; igualmente, si las proporciones son más anchas habrá que optar por que este escote
sea muy abierto y más caído sobre los hombros. Y una buena noticia: si se quiere llevar manga
larga, queda precioso”.

• Escote cuadrado. “Es ideal para las mujeres con caderas anchas y poca cintura porque
marca la figura y la realza; si, además, se tiene algo de peso, ayuda a disimularlo. Si va
ajustado a los pechos pequeños, los resaltará, y si se tiene mucho, hay que intentar que no sea
demasiado bajo. Es perfecto para los vestidos con corte tipo imperio, que son también los más
recomendados cuando faltan las curvas, sobra barriguita o se quiere llevar mangas”.

• Escote en forma de V . “Estiliza como ninguno y sienta bien a todas, afina las caras más

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redondas, disimula cuando se tiene mucho pecho, lo potencia cuando se tiene poco, reduce la
cintura, admite mangas de todo tipo, alarga los cuellos menos estilizados, alarga las siluetas
más cortas y amplía los hombros”.

• Escote corazón . “Es el más romántico de todos y muy femenino. Como destaca sobre la
forma del busto, es perfecto cuando se tiene un pecho bonito y erguido. Si se tiene poco,
puede ayudar a realzarlo, pero si se tiene mucho no es tan recomendable porque los efectos
pueden no ser muy discretos y se acabaría estando incómoda”.

• Escote palabra de honor . “Aunque a todas nos encanta, eso no quiere decir que podamos
llevarlo y estar perfectas. Acertaremos con él si tenemos muchas curvas, pero no es muy
recomendable si existe exceso de peso, baja estatura o poco pecho porque lo aplastará y
parecerá que llevamos una venda. Es ideal si se tienen los hombros y los brazos finos y bien
formados o si se tiene el cuello corto. Se usa mucho en los vestidos de corte evasé, los de línea
A, y los de estilo princesa o sirena, y aunque suele ser recto, también puede acabar en pico, en
redondo o con forma de corazón”.

• Escote a caja . “Es un escote redondo. Se adapta a muchos tipos de vestidos y mangas.
Admite variaciones para adecuarse al busto, pudiendo ser más o menos cerrado. Es muy
apropiado para las novias con poco pecho y aporta sencillez y elegancia”.

6.1.6. Cola y escote en la espalda

La cola y el escote en la espalda cobran un protagonismo que no se debe obviar.


Tradicionalmente, las colas siempre han estado asociadas a los vestidos largos, han
representado distinción y elegancia, y se han utilizado para afinar y alargar la figura de quien
las lleva (Clará, 2014).

No obstante, en la actualidad también existen vestidos de novia cortos, por debajo de las
rodillas o por los tobillos, que también admiten cola. Por lo tanto, hay posibilidades para todos
los gustos (Clará, 2014).

Existen numerosos tipos, atendiendo a varios criterios distintivos. Sin embargo, Clará (2014)
los reduce a dos:

• Colas sueltas. “Se añaden al vestido y pueden tener la longitud que la novia quiera. Se
diseñan y elaboran con la misma tela o complementaria al vestido y se montan en la cintura
para lucirlas en la ceremonia. Tras la misma, suelen quitarse, ofreciendo un look diferente para
el resto de la velada. Resultan muy cómodas y permiten transformar el traje”.

• Colas unidas al traje . “Es un modelo perfecto para las novias que desean majestuosidad y
se utilizan más en los vestidos clásicos”.

Los escotes en la espalda se convierten muchas veces en los verdaderos protagonistas de


un vestido y le aportan elegancia y originalidad. Si la novia opta por llevarlo, debe elegir el
diseño que más se adecue a la forma de su espalda (Clará, 2014).

Este tipo de vestidos condicionan el peinado, ya que en estos casos habría que decantarse por
un recogido. Uno de los escotes más demandados es el que tiene forma de X, no recomendado
para las espaldas anchas porque las amplía visualmente (Clará, 2014).

Los escotes con barras horizontales son ideales para las mujeres más delgadas; para las que
son estilizadas y no muy altas, las espaldas descubiertas serán el mayor acierto (Clará, 2014).

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Las transparencias, puntillas, los bordados y encajes o las botonaduras y las gasas pueden ser
también los grandes protagonistas de muchos vestidos de boda. Según el tipo de novia, se
recomiendan unos acabados u otros (Clará, 2014):

• Para las novias que quieran ir elegantes . La elección del escote es fundamental. Los
acabados con botonadura son también un detalle esencial.

• Para las novias más clásicas . Deben probar con los acabados con brocados, los encajes,
los detalles de pedrerías, las organzas, muselinas, encajes y finos tules.

• Para las novias con toque romántico . Los escotes corazón o en palabra de honor, los
volantes y los bordados con flores o mariposas son ideales.

• Para las novias más atrevidas . El escote y las espaldas libres con transparencias y el
corte de sirena pueden ser una buena opción. También se puede apostar por nuevas
tendencias: pantalones, vestidos cortos, vestidos temáticos (flamenco, vintage, country, etc.).

6.1.7. Segundo atuendo

Actualmente, cada vez son más las novias que se compran un segundo atuendo para lucir en
el banquete. En cuanto a la elección, se recomienda que también sea blanco para distinguirse
del resto de invitados y, sobre todo, cómodo. Aun así, la decisión final siempre recae en la
novia (Clará, 2014).

Sí que se aconseja cambiar de zapatos, para mayor confort en momentos clave como el baile
(Clará, 2014).

6.1.8. Tipos de cuerpo

Tal como se ha ido poniendo en relieve, cada tipo de manga, de cola, de escote, u otros
detalles del vestido, favorecen más o menos a quien lo lleva según su cuerpo. Sin embargo, no
hay que cambiar el estilo propio, el color o las formas que le gustan a la novia para el “gran
día” (Blanco, 2010).

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Figura 6. Tipos de cuerpo: triangular o de pera, pajarita o reloj de arena, oval, tubular
rectangular y triangular invertido, respectivamente. Fuente: Shutterstock.

Los tipos de cuerpo más habituales (figura 6) son los triangulares o de pera, de pajarita, oval,
tubular rectangular y triangular invertido (Blanco, 2010):

• Cuerpo triangular o de pera . Tiene cierta desproporción entre la parte superior, menuda,
estrecha y a veces con los hombros bajos, y la inferior, donde se ensancha la cadera. La
solución más acertada es ampliar ligeramente la zona de los hombros y dejar suave holgura en
el cuerpo. De escoger un corpiño, es preferible que termine justo en la cintura. Los escotes en
la espalda y las mangas japonesas se desaconsejan.

• Cuerpo de pajarita o reloj de arena . Es equilibrado, el contorno de pecho es igual al de


cadera. Admite todo tipo de diseños, cortes, colores, dibujos, estructuras y tejidos. Se suele
ponderar la cintura sin dilación, marcando la cadera y el busto. La parte de la falda puede lucir
al bies, acampanada, a paños, plisada y recta, siempre partiendo de una cintura muy
entallada.

• Cuerpo oval. Se reconoce por sus hombros curvos que dan continuación a la redondez de la
espalda y de la zona central del cuerpo, terminando con unas piernas poco pronunciadas. Le
favorecen las líneas rectas y básicamente sin adornos salvo en la zona superior, aunque las
telas deben colgar de los hombros, ser de buena caída (creps, sedas, tules de punto), poco
gruesas y no tener rugosidades. El corte princesa o el dos piezas son sus aliados. Sin solapas o
solo con ellas redondeadas, la parte superior queda perfecta y la inferior mejora con faldas
cruzadas o paños.

• Cuerpo tubular rectangular . Se caracteriza por tener poco busto, ser recto y tener los
hombros y la cadera equilibrados. Hay que intentar ensalzar el busto y destacar la cadera. El
corte princesa, con pinzas y detalles en la parte superior, es apropiado. También los encajes
superpuestos en la zona del pecho.

• Cuerpo triangular invertido . Es un cuerpo a la inversa del triangular o de pera, con


amplios hombros y estrechas caderas. Requiere potenciar todos los detalles en la parte inferior

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del vestido. Le favorecen las líneas rectas, plisadas o a paños, evitando frunces en la cintura,
así como volantes o capas. Lo mejor es usar tejidos con apresto como sedas y satenes, además
de telas con cierta arruga. También le quedan bien los escotes amplios, las líneas y los dibujos
geométricos.

6.1.9. Alternativas al clásico vestido

Tal como se ha apuntado anteriormente, las novias no solo pueden llevar vestido. Existen otras
opciones que, ya sea por cuestión de gustos, de comodidad o de precio, también son
demandadas para este día especial. Estas son algunas de las alternativas a escoger:

• Falda y crop top o vestido dos piezas . Son propios de los meses con temperaturas más
cálidas y se han convertido en una alternativa un poco menos formal y más divertida. La falda
suele ser de cintura alta, por encima del ombligo, y el top deja entrever un poco el abdomen.
Algunos tops también admiten escote. De hecho, se puede optar por una parte delantera más
sobria y una espalda escotada. No hay que mostrar necesariamente algo de piel, se puede usar
un top algo más largo. Hay mucha variedad en cuanto a los diseños y la tela puede ser la
misma en las dos piezas o bien variar.

• Traje de pantalón . Los trajes de pantalón para novias han ido ganando terreno en los
últimos años. Se han convertido en una fórmula ideal para las que nunca llevan vestido y para
las que buscan mayor comodidad. Lo más importante es acertar con el tejido (gasa, tul, seda,
satén, crepé, etc.), la forma y el cuerpo del conjunto. Las mismas novias que buscan vestidos
sencillos, se decantan también por trajes de pantalón de líneas simples como segunda
indumentaria. Si el presupuesto es más reducido, la opción de un traje de pantalón con cola
superpuesta es una idea original y estilosa; para darle un nuevo aire al look solo habrá que
quitar la cola. Los monos, con gran variedad en cuanto a escotes, telas y cortes, también se
han convertido en un reclamo para las bodas (Asín, 2017).

Además de ser alternativas a los clásicos vestidos de novia, estas opciones suelen ser más
económicas. Tienen también la ventaja de que se les puede sacar partido después de la boda,
convirtiéndose en prendas que no son de un solo uso.

6.1.10. Complementos

6.1.10.1. Algo viejo, algo prestado, algo nuevo y algo azul

Ya sea por superstición o por tradición , el día de la boda las novias suelen llevar (Clará,
2014):

• Algo viejo . El pasado, que es la unión a la familia, tiene cierta continuidad. Por ello, habrá
algo viejo que apetecerá llevar para no romper con estos lazos: un rosario, una joya familiar,
una pulsera, etc.

• Algo prestado. Suele ser algo que haya hecho feliz a otra persona, como por ejemplo a una
amiga. De hecho, lo prestado simboliza la amistad.

• Algo nuevo. El matrimonio representa un cambio y la ilusión por el inicio de la nueva etapa.
De ahí el sentido de estrenar algo nuevo, ya sea el vestido, los zapatos, la ropa interior, etc.

• Algo azul . El azul representa la fidelidad, la fe y la confianza. Generalmente, como se


mencionará más adelante, las novias optan por una liga de este color, aunque también se

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pueden escoger unas flores, unos zapatos, una joya con zafiros, etc.

6.1.10.2. Velo y mantilla

El velo “es una prenda de un tejido fino, como el tul, la gasa u otra tela de seda o algodón, con
el cual suelen cubrirse las mujeres la cara para entrar en la iglesia el día de su boda” (Clará,
2014).

Suele necesitar unos 3 metros de ancho por 3 metros y medio o 4 de largo, dependiendo de la
cola del vestido, pero siempre tendrá que ser más largo que este. El velo se puede escoger
según el estilo del vestido, distinguiendo entre los tipos más habituales (Clará, 2014):

• Vestido clásico . Favorecen los velos estilo vintage y, a menudo, puede ser el que llevó la
madre, la abuela u otra mujer de la familia, o puede estar inspirado en este tipo de modelos.

• Vestido sencillo. Permite optar por un velo con más detalles, y el estilo mantilla le va
perfecto. Cuando el traje es recargado, lo mejor es escoger un velo sencillo y liso que, como
mucho, tenga algo de encaje delicado.

• Vestido moderno. Admite velos sencillos, sobrios, elegantes y sin muchos detalles.

• Vestido romántico . A los vestidos de estilo princesa le quedan mejor los velos que tienen
bordados o encaje.

Para la elección, la novia también se puede decantar por uno u otro según la forma de su
rostro (Clará, 2014):

• Rostro ovalado. Es un rostro equilibrado, por lo que le encajan casi todos los tipos de velo.

• Rostro redondo. Es más acertado un velo que no sea corto y que caiga hacia los lados de la
cara. Visualmente, la hará más delgada.

• Rostro cuadrado . Los velos de estilo catedral le favorecen; largos, con mucha caída y con
volumen en la parte superior de la cabeza.

Hay que tener en cuenta que, según el peinado, se colocará el velo de un modo u otro.
Generalmente, se monta en una peineta y dos horquillas y se coloca en la parte alta de la
cabeza, ligeramente hacia atrás (Clará, 2014).

Sin embargo, existen otras formas de ponerlo: bajo el recogido, colgando sobre la nuca o sobre
el moño en la parte frontal, sujeto con una tiara sobre la frente, a modo de pañuelo pirata, etc.

El tul es el tejido que más se utiliza en los velos y se puede rematar a juego con ondas de
encaje, si el vestido lo lleva, o elegir uno diferente. Principalmente, se distingue entre dos
tipos de tul (Clará, 2014):

• Tul ilusión. El de toda la vida, con cuerpo y muy usado en los vestidos más clásicos.

• Tul de seda . Completamente caído e ideal para vestidos con poco volumen y los vestidos
años veinte y vintage.

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La mantilla “es una prenda de seda, blonda, tul u otro tejido, adornada habitualmente con
encaje, que usan muchas mujeres para cubrirse la cabeza el día de su boda y en otros actos
solemnes. Se elabora con bordados y encajes y solo puede llevarse hacia atrás” (Clará, 2014).

La principal diferencia entre ambos es que el velo se coloca hacia delante, tapando la cara de
la novia, y no suele llevar bordados. Sin embargo, cada vez son más comunes los velos
amantillados, que llevan una franja de encaje y pueden cubrir la cara, la frente o ir
simplemente caídos (Clará, 2014).

6.1.10.3. Ropa interior, liga, medias, y enaguas o cancán

En relación a la ropa interior , hay soluciones para todo tipo de mujer y de vestido, incluso
para los asimétricos o muy escotados. La comodidad y la adaptación a la indumentaria serán
clave para su elección (Clará, 2014).

Según la tradición, también hay que llevar una liga . En este sentido, únicamente hay que
asegurarse de que queda bien sujeta. A menudo, se escoge de color azul para resolver la
superstición (Clará, 2014).

Las medias son otro de los complementos imprescindibles y es importante que se ajusten a las
piernas o que sean de tipo liguero, siendo estas últimas más cómodas (Clará, 2014).

Por último, dependiendo del tipo de vestido, hay que valorar la compra de unas enaguas o de
un cancán . Estas piezas se llevan debajo del vestido para darle volumen y movimiento,
además de evitar las transparencias.

6.1.10.4. Zapatos y otros complementos

En calzado nupcial , las tendencias se reinventan. El gusto es fundamental para escogerlo,


aunque también lo es la comodidad. Si la novia no está acostumbrada a llevar tacones muy
altos, no se recomiendan unos zapatos de este tipo, ya que le pueden entorpecer muchos
momentos de ese día (Clará, 2014).

Además, hay que ensayar, si es necesario, para caminar con naturalidad y sencillez y también
para cerciorarse de que no hacen ningún tipo de rozadura (Clará, 2014).

Se puede optar por zapatos vivos, que den una nota de color a la indumentaria y un toque
personal y original al conjunto. Los peep toes , con tacón alto y plataforma, estilizan y aportan
comodidad (Clará, 2014).

Los botines son una de las opciones más rompedoras que se han impuesto en los últimos
tiempos. Las cuñas, por su parte, están especialmente pensadas para el baile o la fiesta
posterior y reflejan una seña de identidad muy propia (Clará, 2014).

Tanto el bolso , como el chal , los cinturones y los guantes no son unos complementos
obligados ni habituales. No obstante, hay que saber que también pueden incluirse en el look de
la novia, si así se considera.

6.2 ELECCIÓN DEL RAMO

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En lo concerniente al ramo, no hay limitaciones. Su composición debe ser armoniosa, elegante
y proporcionada a quien lo lleva. Hay que tener en cuenta, eso sí, la personalidad, el modelo
del vestido, el tipo de boda, el lugar de celebración y la época del año (Blanco, 2010; Clará,
2014).

Existe el denominado lenguaje de las flores, que hace referencia a su simbología y a sus
significados. Por ejemplo: amapola – individualidad, sensación propia de las personas que se
sienten especiales y amantes de la vida; clavel rojo – enamoramiento; margarita – esperanza
en el amor; rosa – amor; tulipán – romance, respeto y fidelidad; violeta – belleza interior y
lealtad; etc. (Blanco, 2010).

Existen varios tipos de ramos según su forma, su composición y otras diferencias. Estos son
los más comunes (Bodas.net, 2016):

• Ramo bouquet o ramillete. Tiene forma redonda y es uno de los ramos más solicitados por
ser bastante manejable. Puede confeccionarse con todo tipo de flores, aunque no se
recomiendan las que son demasiado grandes. Armoniza a la perfección con vestidos de novia
de corte princesa, así como los que combinan un cuerpo sencillo y ajustado con una falda más
elaborada o recargada.

• Ramos domo, posy, bonche, clutch. Son de tamaño medio y sus tallos se sujetan con una
cinta: una tela bonita, un encaje antiguo, un pañuelo herencia de la familia o incluso un trozo
del mismo tejido empleado para el vestido de novia. Muchas veces se les añade un broche o
camafeo con la imagen de algún ser querido. Son ramos muy usados, que permiten todo tipo
de flores y, además, encajan con casi cualquier vestido de novia.

• Ramo silvestre. Es informal y perfecto para novias que buscan algo sencillo, pero con estilo.
Se incluye en los ramos naturales y se distingue por ser económico y marcar tendencia. Es

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ideal para bodas campestres o vintage, y cualquier flor de temporada es adecuada para
confeccionarlo.

• Ramo en cascada . Cae hacia el suelo a modo de cascada. La principal ventaja de este
diseño es que, debido a su verticalidad, alarga ópticamente la figura. Suele usarse en bodas de
estilo clásico y combina bien con vestidos con grandes volúmenes y mucha cola.

• Ramo de tallo largo . Es muy similar al ramo domo, aunque tiene tallos mucho más
alargados. Encaja a la perfección en bodas de estilo bohemio o vintage, así como en enlaces al
aire libre. Suele confeccionarse con flores diversas, de tonalidades contrastadas. Combina muy
bien con vestidos rectos, sobre todo cuando la novia es muy alta.

• Ramo de presentación . Está formado por flores atadas por su tallo, que se caracteriza por
ser bastante largo. Las novias lo suelen llevar reposado en el antebrazo, como mostrándolo a
sus invitados. Se asocia con vestidos elegantes y de toque clásico, como los vintage. También
es adecuado para diseños más actuales y extremados. Sin duda, es ideal para las novias con
mucha personalidad.

• Ramo asimétrico. Tiene una estética desestructurada, no adopta una forma definida. La
posición de cada flor no es casual, está pensada para conseguir un efecto final de aparente
caos. A este tipo de ramo le favorecen los colores pastel o empolvados, sobre todo rosas y
nude, perfectos para acompañar vestidos de novia con poco cuerpo o de telas con mucha
caída, como el crepé.

Para concluir, cabe recordar que la novia llevará el ramo durante muchas horas. Por ello, debe
ser cómodo y las flores deben aguantar durante un tiempo y no manchar (Clará, 2014).

6.3 TRAJE
Tradicionalmente, el traje chaqueta ha sido la indumentaria más utilizada por el novio porque
ofrece infinitas posibilidades de combinación de corte, colorido y tela, adaptables al gusto de
cada uno (Berthelot, 1998).

Siempre se ha optado, mayoritariamente, por trajes de pantalón en tonos sobrios, sobre todo
azul marino, gris o negro. Y, en verano, estos mismos colores en unos tonos más claros
(Berthelot, 1998).

Para los que “prefieran un traje alternativo al convencional, una buena opción es cambiar la
americana por una levita. Todo negro o con tejidos de fantasía, aunque conviene ir menos
adornado que la novia y no abusar de las telas bordadas o de colores claros” (Alcázar, 2002).

Cabe remarcar que todos los trajes admiten chaleco, ya sea liso, a rayas o estampado. Si la
boda no es en verano, es un complemento muy adecuado (Alcázar, 2002).

Los novios más clásicos pueden optar por una camisa blanca y los más atrevidos por una de
color. El cuello de la camisa es un punto importante a tener en cuenta, ya que los hay de
distintos tipos. Los más habituales: americano, italiano e inglés (Berthelot, 1998; Blanco,
2010).

Generalmente, la novia no revela cómo es su vestido hasta el día del enlace, pero es
recomendable que los cónyuges comenten, a grandes rasgos, el estilo que van a escoger. Así,

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existirá una armonía entre la indumentaria de ambos (Guiu, 2005).

Chaqué, esmoquin y frac

La elección del novio está, principalmente, entre el mencionado traje de chaqueta oscuro, el
chaqué, el esmoquin y el frac.

El chaqué es la prenda de día de más relieve del vestuario masculino, aunque habitualmente
tiene poco uso. Se conforma de (Blanco, 2010; Bodas de cuento, 2013):

• Camisa blanca de manga larga de vestir, con empuñadura para gemelos. Suele ser de cuello
italiano y puño doble.

• Pantalón con rayas características: finas, verticales, grises y negras.

• Corbata gris plateada o de otro tono, bien de nudo normal o de plastrón con alfiler de cabeza
de perla o brillante.

• Zapatos de piel negros, de cordón o en cualquier caso de empeine liso.

• Chaleco gris o beis perla, también negro con finos vivos en blanco.

• El sombrero de copa o chistera, característico de este traje, prácticamente no se usa.

• Levita negra o gris marengo, oscura, cuya parte delantera es curvada, de forma que termina
en faldón.

El frac únicamente hay que escogerlo si se trata de una celebración de noche, porque es el
traje de gran gala. Sus características son las siguientes (Blanco, 2010):

• Camisa blanca de manga larga de vestir, con pecho y cuello duro de pajarita, y con
botonadura y gemelos a juego.

• Pantalón del mismo color que la levita, con cubrecosturas exteriores, generalmente de seda.

• Corbata de lazo blanca.

• Zapatos siempre de cordones, empeine liso y, a poder ser, de charol.

• Chaleco blanco, normalmente ceñido, y de piqué.

• El sombrero de copa confeccionado en seda o pelo brillante, característico de este traje,


prácticamente no se usa.

• Levita negra o azul negra cuyo delantero remata en la cintura con un corte recto que origina
unas puntas características. Empata con el faldón trasero. Los botones son de adorno.

El esmoquin, menos solemne que el frac, se recomienda usarlo de noche. Sin embargo, está
considerado como una indumentaria de fiesta, más que de ceremonia. Se conforma de un traje

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negro (puede ser blanco en verano), camisa blanca o cruda y pajarita (Guiu, 2005).

Si la chaqueta es recta y tiene botones, se usa chaleco y fajín. Si es cruzada, no precisa de


estos complementos. La pajarita sí es muy característica y debe ser de color negro, porque la
blanca se reserva para el frac (Guiu, 2005).

A pesar de la tradición de llevar trajes más clásicos, hay novios más atrevidos. Según la
personalidad, se puede optar por una u otra opción (Bodas de cuento, 2013; Guiu, 2005):

• Novios clásicos . El chaqué es el traje de etiqueta ideal. La camisa se puede llevar blanca,
aunque una con listas o rayas tendrá un toque más actual.

• Novios casual. El traje de chaqueta es una buena opción. Los colores más usados son el
negro, el gris marengo y el azul marino, pero los grises claros y otros colores más suaves
empiezan a cobrar fuerza. Para romper un poco la sobriedad, existe la posibilidad de
combinarlo con un chaleco especial.

• Novios modernos. Existen tantas opciones como imaginación. Se puede optar, por ejemplo,
por dar un toque distintivo al traje clásico escogiéndolo de color granate, anaranjado, marrón,
e incluso blanco, o con tejidos brillantes, rugosos, etc.

6.3.1. Corbata o pajarita

En cuanto a la corbata , hay que tener en cuenta que se debe seleccionar su ancho en
coordinación con el tipo de cuello y pie de cuello que, tal como se ha apuntado anteriormente,
puede ser principalmente americano, italiano o inglés.

El cuello de la camisa ha de quedar suficientemente holgado para que sea cómodo, pero
ajustado para que siente bien. Para ello, es imprescindible que el botón superior siempre esté
cerrado (Blanco, 2010).

Los nudos de la corbata pueden ser de distintos tipos: simple, cruzado, doble simple, mariposa,
Windsor, pequeño, Ascot, etc. (Blanco, 2010).

La pajarita o corbata de lazo también permite variar su nudo, aunque existen algunas que ya
están anudadas y simplemente hay que ajustarlas y abotonarlas. Hay distintos tipos,
distinguiéndolas principalmente según su forma: mariposa, punta de diamante, skinny, thin,
etc.

6.3.2. Gemelos, pañuelo y prendido

Los gemelos dan mucho juego. Pueden ser clásicos, tipo joya o alguna pieza divertida e
informal (Bodas de cuento, 2013).

Además de la corbata, con el chaqué se puede adquirir un pañuelo o fular que, reducido con
pliegues en la parte posterior y cuadrado o en forma triangular en la parte anterior, puede
lucirse en el bolsillo del traje (Blanco, 2010).

En cuanto a los estilos, muchos novios optan por los modelos más clásicos, pero otros muchos
aprovechan este añadido para dar un toque original o de color al look.

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El prendido o boutonnière se coloca en la solapa del novio y, visualmente, tiene que ser
equilibrado. El tamaño dependerá de su altura y de cómo sea su traje, y se recomienda que
vaya a conjunto de este y del ramo de la novia. El padrino también suele llevar el mismo
prendido (Bodas de cuento, 2013).

6.3.3. Zapatos y calcetines

Los zapatos, si se opta por un estilo más clásico, deben ser sobrios, discretos y cómodos. Por
ejemplo, un modelo de salón, liso sin dibujo y con cordones. No obstante, en materia de gustos
no hay nada escrito y se han visto novios con alpargatas de cáñamo, con Converse, etc.

Si la boda es desenfadada, quizás precise de un toque así, con unos zapatos poco comunes o
con algún otro punto atrevido. Los calcetines , por ejemplo, también son una prenda con la
que distinguirse. Pueden ser temáticos o de colores divertidos, hay múltiples opciones.

6.4 ETIQUETA DRESS CODE


La etiqueta o el dress code (código de vestimenta) en una boda vendrá marcado por los
novios: hay mucha especulación en cuanto a lo que han de llevar, tanto ellos como los
padrinos, los testigos, los invitados, etc. No hay una normativa fija al respecto, la decisión
atañe a la pareja (Fuente, 2005).

La invitación de boda puede no incluir referencias a la etiqueta. En ese caso, se entiende que
no hay códigos y los asistentes tienen libertad para elegir su atuendo (Clará, 2014).

Tal como apunta Fuente (2005), tiempo atrás el género femenino solía optar por vestidos,
tradicionalmente blancos o de colores claros; mientras que el género masculino optaba por
trajes oscuros.

Actualmente esto ha cambiado, especialmente en el caso de las mujeres. A menos que se


indique que los asistentes han de ir de blanco, se debe evitar este tipo de colores para dar todo
el protagonismo a la novia (Fuente, 2005).

A rasgos generales, la etiqueta marca que, si el novio viste de chaqué, también deberán
hacerlo sus padres y los testigos (Bodas de cuento, 2013).

Existen varios dress code, y los más destacados son (Clará, 2014; Blanco, 2010):

• Casual. En este concepto cabe casi cualquier cosa. El invitado debe adaptar su indumentaria
a su gusto personal, al lugar de celebración, al clima y a la hora de la boda.

• Black tie . Es el código de vestimenta para bodas formales y muy elegantes, en las que hay
que vestir de etiqueta. Para las mujeres se recomienda vestido largo y para los hombres
esmoquin o frac con zapatos de cordón.

• Black tie opcional . Los hombres de traje, aunque no obligatoriamente de esmoquin. Las
mujeres pueden optar por vestido corto o largo.

• Creative black tie . Mantiene la etiqueta del black tie pero, en este caso, los invitados

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pueden introducir algo de color (ya sea en la corbata, camisa, chaleco, vestido, calcetines...).

• Cóctel. Es preferible que el hombre vista con traje y la mujer con un vestido por la rodilla.

• White tie. Las mujeres con vestido largo, de falda amplia y preferiblemente de color oscuro.
Los hombres con frac.

• Temática . Si la boda está planeada con un estilo determinado o se quiere que todos los
invitados asistan con un color específico, debe dejarse claro en la invitación.

6.4.1.Invitados especiales: pajes, damas de honor y best


men, padrino y madrina, y testigos

Cuando esté elegida la indumentaria de los novios, será momento de decidir qué llevan los
pequeños pajes . No hay que recargarlos mucho. Aunque no vistan todos iguales, sí deben ir
perfectamente conjuntados y diferenciados del resto de niños.

Los colores de la ropa deben ser los fijados en la paleta de la boda. Los ocres, blancos, beis,
azul celeste y otros tonos suaves son un acierto seguro. Para bodas de noche se puede jugar
con aportes de colores más intensos u oscuros como el rojo o el azul marino (Asín, s.f.).

Si se prefiere combinar dos colores, se puede probar con un tono pastel en el pantalón de los
niños y una camisa blanca. Para las niñas, un vestido blanco o crema con un fajín de color será
una buena apuesta. Se puede complementar el estilismo con alguna corona o diadema de
flores (Asín, s.f.).

En épocas de calor, las telas como el lino, el hilo o el algodón serán las más agradecidas y
mejor soportadas por los niños. En invierno es mejor optar por tejidos más gruesos y calientes.
El tul es un clásico para cualquier temporada del año (Asín, s.f.).

Sin embargo, a pesar de estos tips generales, la elección dependerá sobre todo del estilo de la
boda. Por ejemplo, si es en la playa es mejor que vistan de blanco e ibicencos. Si es una
celebración rústica podrán llevar prendas o complementos que evoquen a la naturaleza, como
los sombreros o las flores (Asín, s.f.).

Las damas de honor suelen vestirse al gusto de la novia. Es muy común, y recomendable,
que todas vayan con un mismo tejido y color (Clará, 2014).

Puede ser el tono preferido de la paleta de colores, uno que vaya a juego con el ramo, etc. El
rosa palo, los tonos tierra, el verde esmeralda o los azules claros son buenas opciones.

Lo que sí se aconseja es hacer distintas formas del vestido, generalmente largo, en función de
lo que más favorezca a cada dama y mejor encaje con su estilo (Clará, 2014).

Los zapatos deberían ser del mismo modelo y color, pero pueden variar los tacones. Se pueden
armonizar otros pequeños detalles: hacerse un recogido, pintarse las uñas igual, etc. (Clará,
2014).

Lo conveniente es que lleven los mismos accesorios para que el conjunto quede lo más
armonioso posible. En relación al ramo, algunas novias hacen pequeñas réplicas del suyo o
preparan una pulsera de flores para las damas.

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Los best men deben ir “vestidos con trajes siguiendo las indicaciones del novio y el prendido
debe ser igual o muy parecido al ramo de la novia”. Es importante que sean reconocibles en la
celebración (Sevilla, 2017).

Todos pueden llevar el mismo traje, chaquetas de un tono igual o un tipo de corbata
determinado. Dependerá del nivel de formalidad que se quiera dar a esta figura en la boda
(Sevilla, 2017).

El novio y el padrino deben ceñirse a un mismo dress code . También deberían vestir una
misma gama de colores, aunque nunca la misma corbata. El chaqué es la indumentaria
perfecta para las ceremonias de mañana y el traje oscuro para las de noche (Clará, 2014).

La recomendación es que el padrino vaya elegante, sin estridencias. Este consejo también se
aplica a los zapatos, unos Oxford serán una apuesta segura. Además, debe llevar el prendido
que se haya diseñado siguiendo el mismo modelo, o parecido, que el ramo de la novia (Clará,
2014).

El estilo de la madrina debe ser elegante y distintivo e ir en consonancia con los atuendos de
los cónyuges. Para el color, es de ayuda saber si la boda es de día o de noche (Clará, 2014).

Los tonos pastel como el salmón, los rosados, tierras, aceites, lavandas o azules son muy
adecuados para las bodas de mañana. Para las de noche oscilarán del plata al morado,
pasando por los azules oscuros o los granates (Clará, 2014).

Si el novio ha elegido chaqué, la madrina podrá ir con vestido largo y pamela, un tocado o una
peineta con mantilla negra. Para las ceremonias menos formales y menos clásicas, acertará
con un vestido cóctel a la altura de la rodilla (Clará, 2014).

El bolso es importante, se puede llevar una cartera, un bolso mini o un clutch. En relación a los
zapatos, un salón de tacón sigue siendo una buena elección (Clará, 2014).

De igual modo que el padrino y la madrina, la indumentaria de los testigos deberá ir acorde a
la de los cónyuges, al estilo de boda y a la etiqueta establecida.

A rasgos generales, el mejor consejo es que vistan elegantes. Para distinguir esta figura del
resto de invitados, los testigos también suelen llevar un prendido.

6.5 TRATAMIENTOS Y CUIDADOS

6.5.1.Tratamientos y cuidados previos al enlace

Preparar el pelo y la piel , para que en la boda luzca perfecto, es imprescindible. Los cuidados
diarios son clave, así que hay que usar productos hidratantes y no agresivos (Bodas de cuento,
2013).

Si hay que teñirse, el color hay que darlo al menos quince días antes para que el cabello
adquiera el tono deseado (Clará, 2014).

Los responsables de una piel apagada y sin luz son, generalmente, la falta de sueño, la

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deshidratación o el exceso de sol, tanto en el caso de las novias como en el de los novios
(Guiu, 2005).

Además de los consejos habituales, como dormir bien, practicar deporte, hidratar la piel o
beber mucha agua, también se puede optar por aplicarse algún tratamiento. Por ejemplo, un
peeling (Guiu, 2005).

Más allá de este tratamiento básico, existen muchos otros según las necesidades de cada
cónyuge: masaje terapéutico, tinte o rizado de pestañas, tratamiento reductor, pedicura, etc.
(Clará, 2014).

6.5.2.Peinado y maquillaje

Una vez escogido el atuendo y los complementos, será más sencillo elegir el peinado. Según
el estilo, estas son algunas de las opciones para las novias (Clará, 2014):

• Novias románticas . Un recogido bajo y algo despeinado da un toque muy elegante, y las
trenzas o las ondas son opciones perfectas para este look. Un semirrecogido con las ondas
sueltas con flores naturales también es un acierto. De igual modo, llevar la melena suelta con
algún complemento discreto no es opuesto a ir sofisticada.

• Novias princesa. Una melena sutilmente entrelazada y con aspecto de pelo suelto, aunque
esté acuradamente despeinada, será ideal. El moño alto, que dará visualmente altura, se
puede acompañar con una tiara, un velo o un tocado. Una trenza ladeada desecha o asimétrica
aportará un toque más informal y moderno.

• Novias cool . La coleta alta desecha es uno de los recursos, y se puede llevar con la raya
lateral y baja. Además, admite complementos. Otra de las apuestas puede ser un
semirrecogido con volumen o una combinación de trenza y coleta.

• Novias sofisticadas . Un recogido con ondas al agua o un moño, ya sea desaliñado o


perfecto, pueden ser un acierto. El moño bailarina es una opción muy sencilla y favorecedora,
apropiada además para llevar velo. La variante de colocarlo en un lateral también puede
quedar bien cuando el cuello sea largo y estilizado.

Tal como se ha apuntado, los complementos pueden ser buenos acompañantes para el pelo.
Algunos de los más clásicos son la tiara, la diadema, las horquillas y las peinetas (Clará, 2014).

Estos tienen cabida casi en cualquier tipo de peinado, ya sea un moño, una melena suelta, un
semirrecogido, etc. Las flores son uno de los recursos que se usan cada vez más, por ejemplo
en coronas, para conseguir un toque rústico (Clará, 2014).

Los hombres también pueden escoger entre distintas posibilidades. De entrada, la elección
dependerá del tipo de pelo que tienen o de cómo quieren tenerlo el día del enlace.

El cabello corto se puede llevar despuntado, lo que dará un toque informal, o siguiendo el estilo
spiky, dejando la zona de arriba algo más larga. Esto permite peinarlo de lado o moldearlo en
forma de cresta.

El tupé o la raya al lado son otras de las alternativas, así como el pelo largo. Una mayor largura
da más juego para escoger entre diferentes looks: fijado con gomina o long swept, despuntado
y con un efecto desenfadado y natural, etc.

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De nuevo, estas decisiones son muy personales, pero es recomendable contar con el criterio
de un profesional. Según la personalidad, el tipo de pelo o el rostro del novio, el experto le
aconsejará una opción u otra. Lo importante es que le favorezca y, a la vez, vaya acorde al
estilo de la boda y al suyo propio.

Además del pelo, los cónyuges también deben valorar el retoque del vello facial según el gusto
de cada uno. Los hombres deberán cuidar especialmente el aspecto de su barba, si es que la
tienen.

En el maquillaje , como en todo, hay modas y tendencias, pero la novia tiene total libertad
para elegir, pudiendo huir de los grandes tópicos si es conveniente (Bodas de cuento, 2013).

La “norma” general es que el maquillaje a lucir debe potenciar la belleza natural y ser discreto
y duradero. Sin embargo, lo más importante es ser una misma y seguir fiel al estilo propio
(Bodas de cuento, 2013).

En cuanto a los hombres, cada vez existen más productos de maquillaje específicos para ellos.
Se suelen realizar pequeñas correcciones: aplicar antibrillo, tapar las ojeras y las rojeces, fijar
las cejas, potenciar las pestañas con máscara transparente, etc.

Además de para lucir mejor y que la piel se vea más hidratada, un buen maquillaje evitará, en
la mayoría de los casos, la aparición de los brillos en las fotografías.

En lo concerniente a la manicura , tradicionalmente se ha optado por la francesa, pero


también se ven novias con uñas de colores. La manicura suave deja paso a tonos de tendencia,
o a veces se combina el esmaltado con el color de algún complemento del vestido (Bodas de
cuento, 2013).

Ante un abanico tan amplio de posibilidades, lo mejor es que un experto se encargue de la


tarea. De igual modo que con el vestido, se suele solicitar una prueba antes del día de la boda
(Bodas de cuento, 2013).

6.6 ALIANZAS Y OTRAS JOYAS


Las alianzas son la representación del compromiso, aunque son simbólicas: tienen más valor
por lo que simbolizan que por ser joyas en sí. Su intercambio es uno de los momentos más
especiales de la ceremonia nupcial (Clará, 2014).

Suelen colocarse en el dedo anular de la mano derecha. Sin embargo, esto puede variar
dependiendo de la región. Son joyas que hay que llevar mucho tiempo, por lo que deben
elegirse al gusto de ambos cónyuges (Clará, 2014).

Habrá que decidir desde la clase de oro o plata, hasta el grosor, el tallado, el precio, etc. Es
recomendable que sean sencillas, ya que así se pueden lucir habitualmente y nunca pasan de
moda (Clará, 2014).

En su interior se suele grabar la fecha de la boda y los nombres o las iniciales de los
contrayentes, en algunos casos incluso una frase significativa (Clará, 2014).

Además de las alianzas, también habrá que pensar en qué otras joyas se lucirán el día del
enlace. Las novias pueden apostar por piezas de oro viejo o plata envejecida, que son muy

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habituales; por perlas, que aportan luz al rostro, o por alguna sortija de la familia (Bodas de
cuento, 2013).

Generalmente, no se recomienda llevar ni collares ni pulseras, aunque sí zarcillos. De hecho,


son uno de los complementos que hay que tener más en cuenta. Algunos de los más utilizados
son los engarzados con perlas o los que tienen forma de lágrima (Clará, 2014).

Los broches son bastante habituales y quedan bonitos cuando se montan encima de los velos o
en el pelo. Al atuendo también se le puede agregar un cinturón joya, que dará un toque
especial a las cinturas de algunos vestidos. Se puede colocar tratado como una joya o bien
como si fuera un bordado del traje (Clará, 2014).

Para el novio, el complemento estrella suele ser el reloj. Es la pieza que, junto a los gemelos, le
da más juego a su look. Además, es uno de los regalos de pedida recurrentes. La aguja de
corbata está en desuso, pero aporta elegancia. El hombre también puede apostar por anillos,
pulseras, colgantes o pendientes a su gusto.

RESUMEN
• En referencia al vestido de novia, hay que tener en cuenta:

◦ Tela del vestido: más o menos fluida, con corte más o menos definido y con caída más
o menos ligera. ◦ Color del vestido: colores clásicos como el blanco, los tonos rotos o
marfil, o más atrevidos como el rosa palo, el salmón, el verde agua, el champagne , u
otros. ◦ Falda del vestido: falda recta, falda sirena o falda ancha. ◦ Talle del vestido: talle
imperio, talle cintura o talle bajo. ◦ Manga del vestido: media manga, manga larga,
manga japonesa o manga bolero. ◦ Escote del vestido: escote barco, escote cuadrado,
escote en forma de V, escote corazón, escote palabra de honor o escote a caja. ◦ Cola
del vestido: cola suelta o cola unida al traje. ◦ Cuerpo de la novia: cuerpo triangular,
cuerpo de pajarita, cuerpo oval, cuerpo tubular rectangular o cuerpo triangular invertido.

• Muchas novias, como alternativa al clásico vestido, optan por una falda y un crop top o bien
por un traje de pantalón. Cada vez son más las novias que se compran un segundo atuendo
para lucir en el banquete.

• El gusto y la comodidad son las claves para escoger un calzado nupcial adecuado para la
novia. Pueden ser clásicos o bien vivos, para que den una nota de color y un toque personal y
original al conjunto.

• El vestido puede complementarse con un velo o con una mantilla, para cubrir la cara de la
novia al entrar en la iglesia. Dependiendo del tipo de vestido, hay que valorar la compra de
unas medias, de unas enaguas o de un cancán. Los complementos como el bolso, el chal, los
cinturones y los guantes son opcionales.

• Ya sea por superstición o por tradición, el día de la boda las novias suelen llevar algo viejo,
algo prestado, algo nuevo y algo azul, además de una liga.

• Existen muchos tipos de ramos de novia, entre ellos: ramo bouquet o ramillete; ramo
domo, posy, bonche, o clutch ; ramo silvestre; ramo en cascada; ramo de tallo largo; ramo de
presentación y ramo asimétrico.

• En relación a la indumentaria del novio:

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◦ El traje chaqueta ha sido, tradicionalmente, la indumentaria más utilizada por el novio.
◦ El chaqué es la prenda de día de más relieve del vestuario masculino, aunque
habitualmente tiene poco uso. ◦ El frac únicamente hay que escogerlo si se trata de una
celebración de noche, porque es el traje de gran gala. ◦ El esmoquin, menos solemne
que el frac, se recomienda usarlo de noche. Está considerado como una indumentaria de
fiesta, más que de ceremonia. Se conforma de un traje negro, camisa blanca o cruda y
pajarita. ◦ El ancho de la corbata se debe seleccionar según el tipo de cuello y el pie de
la camisa. Los nudos pueden ser de distintos tipos: simple, cruzado, doble simple,
mariposa, etc. ◦ La pajarita, o corbata de lazo, también permite variar su nudo, aunque
existen algunas que ya están anudadas y simplemente hay que ajustarlas y abotonarlas.
Según su forma, las hay de varios tipos: mariposa, punta de diamante, skinny, etc.

• En cuanto a los complementos de los novios, estas son algunas indicaciones:

◦ Los gemelos dan mucho juego. Pueden ser clásicos, tipo joya o alguna pieza divertida e
informal. ◦ Con el chaqué, además de la corbata, se puede adquirir un pañuelo o fular
que, reducido con pliegues en la parte posterior y cuadrado o en forma triangular en la
parte anterior, puede lucirse en el bolsillo del traje. ◦ El prendido o boutonnière se coloca
en la solapa del novio y, visualmente, tiene que ser equilibrado. El tamaño dependerá de
su altura y de cómo sea su traje, y se recomienda que vaya a conjunto de este y del
ramo de la novia. ◦ Los zapatos pueden ser clásicos o más modernos y atrevidos. Todo
dependerá del estilo de la boda y del gusto del novio.

• La etiqueda (dress code) en una boda viene marcada por los novios. Las más destacadas son:
casual, black tie, black tie opcional, creative black tie , cóctel, white tie y temática. Los
invitados especiales deben diferenciar su indumentaria de la del resto de los asistentes a la
boda.

• Antes de la celebración, los novios deben preparar el pelo y la piel, para lucir perfectos. Es
importante que elijan peinados acordes a su esencia y al estilo de la boda, y maquillajes
discretos y naturales.

• Las alianzas son la representación del compromiso, aunque son simbólicas: tienen más valor
por lo que simbolizan que por ser joyas en sí. Los novios deberán elegir qué otras joyas lucir el
día del evento: pendientes, anillos, pulseras, colgantes, broches, cinturones joya, relojes,
gemelos, agujas de corbata u otros.

ESPACIO DIDÁCTICO
Contesta las siguientes preguntas y practica las bases teóricas de este capítulo. No olvides
analizar y responder de acuerdo a lo que entendiste.

1. Menciona: a. Tres tipos de talle. b. Tres tipos de falda. c. Tres tipos de manga. d. Tres tipos
de escote. e. Tres tipos de ramos.

2. ¿Qué es un velo?

3. Describe cómo son los ramos silvestres.

4. ¿Qué indica el código de vestimenta black tie?

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5. Explica qué son las alianzas y dónde se colocan.

SOLUCIONARIO
1. Menciona: a. Tres tipos de talle: talle imperio, talle cintura, talle bajo. b. Tres tipos de
falda: falda recta, falda sirena, falda ancha. c. Tres tipos de manga: media manga, manga
larga, manga japonesa, manga bolero. d. Tres tipos de escote: escote barco, escote
cuadrado, escote en forma de V, escote corazón, escote palabra de honor, escote a caja. e.
Tres tipos de ramos: ramo bouquet o ramillete; ramo domo, posy, bonche, o clutch; ramo
silvestre; ramo en cascada; ramo de tallo largo; ramo de presentación; ramo asimétrico.

2. ¿Qué es un velo? El velo es una prenda de un tejido fino, como el tul (el más usado, que
principalmente es tul ilusión o tul de seda), la gasa u otra tela de seda o algodón, con el cual
suelen cubrirse las mujeres la cara para entrar en la iglesia el día de su boda. Su elección se
basará en el estilo de vestido y en el tipo de rostro. Según el tipo de peinado, se colocará de un
modo u otro.

3. Describe cómo son los ramos silvestres. El ramo silvestre es informal y perfecto para
novias que buscan algo sencillo, pero con estilo. Se incluye en los ramos naturales y se
distingue por ser económico y marcar tendencia. Es ideal para bodas campestres o vintage,
cualquier flor de temporada es adecuada para confeccionarlo.

4. ¿Qué indica el código de vestimenta black tie? El black tie es el código de vestimenta
para bodas formales y muy elegantes, en las que hay que vestir de etiqueta. Para las mujeres
se recomienda vestido largo y para los hombres esmoquin o frac con zapatos de cordón.

5. Explica qué son las alianzas y dónde se colocan. Las alianzas son la representación del
compromiso, aunque son simbólicas: tienen más valor por lo que simbolizan que por ser joyas
en sí. Su intercambio es uno de los momentos más especiales de la ceremonia nupcial.
Generalmente, se colocan en el dedo anular de la mano derecha. Sin embargo, esto puede
variar dependiendo de la región. Son joyas que hay que llevar mucho tiempo, por lo que deben
elegirse al gusto de ambos cónyuges.

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