Nature">
Cómofuncionaunedificio I
Cómofuncionaunedificio I
Cómofuncionaunedificio I
La tierra y el sol
La tierra es el único, entre los planetas de nuestro sistema solar, que satisface todas las
necesidades básicas de la vida. Pero la vida, para los humanos, dista de ser fácil en muchas
partes de¡ globo. Un motor atmosférico de¡ tamaño de un planeta, aprovisionado por la
radiación del sol y enfriado por la radiación que devuelve al espacio, mueve aire, humedad y
energía térmica a través de su superficie en unos recorridos agitados que crean un medio
ambiente externo de condiciones variadas y, a menudo, extremas.
La tierra gira alrededor de¡ sol en una órbita ligeramente elíptica con un radio medio de
149,5 millones de kilómetros, girando además alrededor de su propio eje una vez al día, y
completando una órbita cada 365,25 días. La mitad de¡ globo orientada de espaldas al sol, en
cualquier momento, está en la oscuridad, y la otra mitad está iluminada. La excentricidad de
la órbita de la tierra es de un 3 % aproximadamente, diferencia que provoca una variación de
alrededor de un 7 % en la intensidad de la radiación solar sobre la tierra en un período de seis
meses. Esta variación no es lo que crea las estaciones de la tierra, ya que la tierra está más
cerca de¡ sol en invierno, así que la excentricidad orbital ayuda ligeramente a moderar las
estaciones. Las estaciones existen por la inclinación de 23'27' que hay entre el eje
de rotación de la tierra y una perpendicular al plano de esta órbita.
Aun en la posición en que el Polo Sur está más orientado hacia el sol, los rayos solares,
en el hemisferio sur, pasan a través de la atmósfera y alcanzan la superficie de la tierra
formando con ésta un ángulo inclinado. Pero entonces la atmósfera absorbe y esparce un
mínimo de luz solar antes de que la radiación alcance el suelo, donde es recibida en una
concentración máxima por unidad de área. Los rayos de¡ sol dan su máximo calor en esta
posición orbital, que se conoce como solsticio de verano y ocurre aproximadamente el 21 de
diciembre de cada año. El calor solar total que incide en el hemisferio sur el 21 de diciembre o
es incrementado, además, por otro factor importante: el sol se ve más tiempo este día que
durante cualquier otro día de¡ año. El sol sale por el este-sudeste antes de las seis de la
mañana y se pone por el oeste-sudoeste después de las seis de la tarde
En el hemisferio norte, el sol permanece en la mitad sur del cielo y las estaciones están
invertidas con respecto a las del hemisferio sur, con períodos diurnos más largos y producciones
solares más altas mientras aquellos son cortos y la luz solar es débil en el hemisferio sur. La
progresión de los efectos estacionases desde el Ecuador hasta el Polo Norte es la misma que
para el hemisferio sur.
Cierto número de factores influyen en la cantidad de radiación solar que alcanzará una
superficie dada. Como ya hemos visto, hemos de tener en cuenta la duración del día, el ángulo
de incidencia de la luz solar sobre el suelo y, por tanto, la anchura de la atmósfera atravesada
por la radiación en cada momento del día. La interferencia atmosférica es el factor más difícil
de evaluar. La intensidad del sol justo fuera de la atmósfera de la tierra es, aproximadamente,
de 1,4 Kw. por metro cuadrado (130 vatios por pie cuadrado). A una altitud aproximada de
En los puntos más bajos de la atmósfera, el dióxido de carbono, el vapor de agua, las
nubes, el polvo y los contaminantes actúan de varios modos para reflejar, esparcir, absorber y
reirradiar diferentes partes del espectro; las longitudes de onda más cortas de la luz solar son
las más afectadas y producen la apariencia azul del cielo durante el día. Una parte considerable
de la energía de la luz solar es restada por una atmósfera “clara”, casi la mitad de¡ promedio
universal, La mayor parte de esta energía es entonces reirradiada desde la atmósfera hacia el
espacio exterior, pero una cantidad apreciable es reirradiada hacia la tierra como una radiación
difusa del cielo, aumentando así ligeramente la energía solar total aprovechable en la superficie
de la tierra, las nubes, que cubren aproximadamente la mitad de la superficie de la tierra en
cualquier momento dado, cortan buena parte de la radiación directa del sol, pero todavía dejan
pasar una cantidad considerable de forma difusa. Debido a todas estas circunstancias, un metro
cuadrado de tierra a una latitud de 45', en un emplazamiento que tenga un 50 % de incidencia
cubierto por las nubes, recibirá aproximadamente 825 kilovatios/ hora de radiación solar directa
cada año, más aproximadamente otros 220 kilovatios/ hora de radiación difusa del cielo, siendo
un total de casi 1045 kilovatios/ hora anualmente. Un pequeño calor es proporcionado
directamente a la atmósfera por el sol.
En cambio, el suelo y sus objetos son calentados por la radiación, aunque pasan algo de
su calor al aire. La proporción en que una parcela de suelo se calienta depende en primer lugar
de la cantidad de energía solar que llegue a su superficie. En igualdad de condiciones
atmosféricas, una parcela de suelo más próxima al Ecuador recibe más producción solar que
otra más alejada de¡ mismo, a causa de¡ mayor ángulo de incidencia. La inclinación de¡ suelo
también tiene un efecto importante sobre la intensidad solar, por la misma razón. Un segundo
factor que afecta a la proporción en que el suelo se calienta es la parte de radiación solar que el
suelo refleja; ésta es generalmente de¡ 20 %, absorbiéndose el 80 %. De este 80 %, una parte
puede ir a calentar la tierra, y así es almacenada temporalmente; otra será gastada en la
evaporación de la humedad de la tierra; otra será irradiada en largas longitudes de onda
infrarrojo, desde el suelo hacia el cielo otra vez y hacia objetos terrestres más fríos que la
parcela de suelo puede “ver”: cimas de árboles, cercas, edificios, etc. El 80 %, restante
calentará el aire por encima de la pieza de terreno.
Hasta aquí hemos considerado lo que ocurre durante el día. Por la noche la corriente de
radiación está invertida, con el lado oscuro de la tierra soltando energía hacia el espacio por
medio de la radiación infrarrojo en longitudes de onda que alcanzan de 4 a 80 micrones,
considerablemente más largas que las de los rayos infrarrojos de¡
sol. En noches nubladas, húmedas, el vapor de agua en la
atmósfera, particularmente absorbente de longitudes de onda
infrarrojas, sirve para bloquear buena parte del escape de energía,
pero en noches claras, secas, se aprecia un efecto refrescante muy
poderoso por la rápida radiación desde la tierra caliente hacia la fría
oscuridad del cielo. El rocío se condensa frecuentemente a partir del
aire hacia las superficies frías de¡ suelo y hacia las superficies
radiadas por el frío de los techos de automóviles y edificios.
El tiempo
Si las condiciones atmosféricas son iguales, la pérdida de calor de por la noche, por
radiación, ocurre con igual velocidad en todas las partes de¡ mundo. En cambio, la adquisición
de calor durante el día, como ya hemos visto, no es igual en todos los sitios. En cualquier día
de¡ año, los trópicos y el hemisferio que se hallan en su estación caliente reciben mucha más
radiación solar que las regiones polares y el hemisferio más frío. A lo largo de¡ año, los trópicos
y las latitudes de aproximadamente 40' reciben más calor total de la que pierden por radiación.
Las latitudes por encima de los 40', sobre una base anual, tienen un balance de radiación
negativo. Así pues, las condiciones necesarias son creadas por la operación de un motor
atmosférico: su fuente de calor son los trópicos. Emite calor en las regiones polares. Su fluido
de trabajo es el aire, especialmente la humedad contenida en el aire. El aire es
calentado(en realidad el vapor de agua contenido en el aire) sobre la tierra cálida de los trópicos, se
extiende, sube y fluye en dirección al norte y al sur desde el Ecuador, a grandes altitudes,
enfriándose en su recorrido, para bajar y fluir luego hacia el Ecuador desde las latitudes
nórdicas y sureñas. Mientras tanto, la rotación hacia el este de la tierra desvía estas corrientes
en dirección oeste a lo largo de la tierra para formar los vientos alisios. Más hacia los polos,
unas células similares pero más débiles de convección del aire son puestas en movimiento, de lo
cual resulta un flujo de aire en dirección general este.
El calor del sol evapora continuamente agua del mar y de la tierra en el aire. El aire
caliente húmedo así producido sube a la larga, bien a causa de la convección, bien porque el
aire es empujado hacia arriba por unos vientos procedentes de la tierra. Como sube, el aire se
expande a causa de la disminución de la presión atmosférica; y, como se expande, sufre un
enfriamiento adiabático, hasta que se alcanza la temperatura en la cual la humedad empieza a
condensarse. La humedad condensada produce un calor latente en el aire, compensando
algunos de los efectos enfriadores de la expansión. Pero sigue un tipo de enfriamiento más
lento mientras el aire continúa subiendo, ya que la humedad sigue condensándose y formando
unas nubes de gotitas de agua y cristales de hielo. Muchas veces están incluidas cantidades
considerables de agua; se estima que una simple nube grande tipo cúmulo pesa unas cien mil
toneladas .
El mecanismo exacto por el cual una nube suelta su agua no está muy bien entendido,
pero generalmente comprende a la vez el enfriamiento posterior y la presencia en la nube de
partículas microscópicas de polvo alrededor de las cuales las pequeñas gotas de la nube se
pueden congregar para formar gotas de lluvia o cristales de hielo. Las precipitaciones tienden a
Tanto el agua como la tierra son capaces de absorber y almacenar calor, pero el agua,
con su calor específico más alto, es considerablemente más eficaz como medio de
almacenamiento. Como resultado, grandes extensiones de agua tienden a moderar las
Un terreno surcado o un pavimento oscuro tendrá temperaturas más altas que otras
áreas cercanas soleadas, aumentando el calentamiento radiacional de éstas y causando
pequeños remolinos de aire caliente. La topografía puede tener un importante papel en la
corriente de aire convectiva local: puede darse que un valle esté más protegido del viento que lo
alto de una colina, pero en noches tranquilas y frescas unas ráfagas de aire frío correrán por la
zona baja del valle para reunirse en presas, mientras el aire más caliente subirá hacia lo alto de
la colina. También las ciudades afectan al tiempo local. La energía gastada para que se
muevan los vehículos y para calentar los edificios se disipa gradualmente en forma de calor en
el exterior, calentando a menudo el aire de 2º C a 4º C por encima del de la región vecina. Las
grandes ciudades crean a menudo corrientes de aire ascendentes convectivas que pueden tener
un efecto climático significante a escala regional.
Sería difícil destacar suficientemente el valor que tiene para la humanidad la reacción
fotosintética de las plantas. No podríamos vivir sin ella. El organismo humano no puede crear
nutrientes a partir del sol. Las plantas, sin embargo, producen azúcares, almidones y proteínas
a partir del agua, del dióxido de carbono, del nitrógeno y los nutrientes del suelo a través del
proceso desencadenado por el sol. Durante la fotosíntesis toman dióxido de carbono del aire y
devuelven oxígeno como un producto de desperdicio. (Los animales consumen oxígeno en sus
procesos metabólicos y devuelven dióxido de carbono, formando así el otro eslabón mayor en la
cadena de auto mantenimiento del medio ambiente.) Al mismo tiempo, la gente y los otros
animales comen las plantas que son capaces de digerir o la carne de otros animales que viven
esencialmente de las plantas. Los excrementos animales contienen nitrógeno, fósforo, potasio,
carbón y otras sustancias que se vuelven aprovechabas para las plantas a través del suelo y el
agua, y así la producción de alimentos es perpetuada a través de otras cadenas de
autoabastecimiento. Incluso las plantas y los animales muertos tienen un papel que cumplir.
Sus cadáveres son deshechos, por otros animales y por microorganismos, en componentes
químicos básicos que se vuelven una parte más de¡ suelo, útiles para nutrir a las plantas y
empezar la vida de nuevo.
La geología de la tierra tiene mucho que ver con las formas de construir que poseemos.
Muchos de nuestros materiales de construcción, por supuesto, son minerales en su origen:
tierra, piedra, hormigón, ladrillo, yeso, amianto, acero, aluminio, cobre, aparte de otros. En
muchos casos, el más sencillo de ellos puede obtenerse directamente del lugar de construcción
o de fuentes vecinas. El subsuelo, los niveles bajo la superficie del agua, la superficie del suelo
y las rocas de un lugar influyen en los tipos de excavación, de
cimentación y del medio ambiente que serán probablemente
emprendidos. Los contornos de¡ lugar - sus colinas, valles y
desniveles- ayudan a determinar cuánta agua se reparte durante
las tormentas, dónde puede ocurrir la erosión del suelo, dónde
las carreteras y los senderos se pueden extender sin demasiada
inclinación, qué áreas estarán más o menos protegidas del
viento, qué áreas estarán expuestas más favorablemente a la luz
del sol, dónde varios tipos de planetas crecerán mejor, y dónde y
cómo serán construidos los edificios. Estos son factores
sumamente complejos, ricos a la vez en implicaciones positivas y
negativas para un diseñador.
También son importantes ciertos factores biológicos del
lugar. Los microorganismos están universalmente presentes en
formas tales como las bacterias y hongos que convierten a las
materias animales y vegetales muertas en nutrientes del suelo.
Las plantas más altas, así como las hierbas, las malas hierbas, las
flores, las matas y los árboles, desempeñan un papel importante para atraer las precipitaciones,
prevenir la erosión del suelo, proporcionar sombra, desviar el viento y otras funciones ya
mencionadas. Los insectos pueden afectar al diseño de un edificio: los insectos que pican y
contaminan la comida tienen que excluirse de los espacios interiores. Hay que oponerse a que
los insectos destructores de edificios, como las polillas, ataquen las estructuras. Los reptiles,
pájaros y mamíferos nativos deben ser también tenidos en cuenta en el proceso de
planificación. Podemos desear que los trinos de los pájaros se infiltren en la sala del desayuno,
pero no los pájaros mismos. Los ratones, las ratas, los mapaches, los zorros, el venado, las
ardillas, los lagartos y el perro del vecino, para nombrar unos pocos, pueden ser fastidiosos en
la casa de uno. Pero una vaca, una oveja o un caballo pueden ser bienvenidos en unas
cuadras, así como un perro, un gato, o el mismo hámster de una casa.
Los edificios vecinos muchas veces influyen en lo que queremos construir. Pueden dar
sombras a ciertas áreas del lugar, desviar el viento de modo inesperado, trastornar los diseños
naturales de desagüe o hacer que unas áreas del lugar estén faltas de aislamiento visual o
acústico. Los edificios o restos de edificios erigidos en el lugar por construcciones anteriores
deben ser tenidos en cuenta, con sus correspondientes caminos, áreas de aparcamiento,
paseos, jardines, fuentes, sistemas sépticos y servicios subterráneos. Los malos tratos en la
utilización de la tierra por los propietarios anteriores o vecinos pueden causar problemas de
maleza o erosión del suelo.
Los factores ambientales debidos a la gente incluyen el aire contaminado por el humo,
los gases, el polvo o las partículas químicas, el ruido de la circulación, los procesos industriales,
una discoteca cercana o una familia alborotadora en el piso de al lado, así como las aguas
residuales o sustancias químicas. Desgraciadamente, el diseñador debe contar también
Lecturas posteriores
David 1. Blumenstock, The Ocean of Air, Rutgers University Press, New Brunswick, N. J.,
1959.