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Lucas 10

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LUCAS 10

La misión de los setenta

10:1 Después de estas cosas, designó el Señor también a otros setenta, a quienes envió de dos en dos delante de
él a toda ciudad y lugar adonde él había de ir. – es alentador saber que, aparte de los doce apóstoles, Jesús había
ganado a otros como estos setenta que eran fieles y capaces de predicar la palabra. Sin duda había otros como éstos.
Véase lo que Pedro dice en Hech. 1:21, 22. Trabajar “de dos en dos” provee compañerismo, ánimo, valentía,
protección y credibilidad para los obreros . Véase Ecles. 4:9. Trabajaban juntos Pedro y Juan, Pablo y Bernabé, Pablo y
Silas, Bernabé y Marcos.

10:2 Y les decía: La mies a la verdad es mucha, --, Jn. 4:35. Esto se confirma también en Hech. 8:12. Los
que siembran saben que cuando llega el tiempo para cosechar, les urge hacerlo inmediatamente porque de otro modo la
cosecha se puede perder.

-- mas los obreros pocos; -- ¿Por qué? . Muchos quieren ser “obreros” después de hacer su propia voluntad. Si hay
cien cristianos, hay cien obreros. El verdadero cristiano se preocupa por los perdidos.

-- por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies. – Compárese Mat. 9:36. “La petición para más
obreros sería para más discípulos” Todo discípulo debe enseñar la palabra de acuerdo a su capacidad y oportunidad (1
Ped. 3:15).

10:3 Id; he aquí yo os envío como corderos (inocentes, indefensos) en medio de lobos (crueles, llenos de malicia).
– Mat. 7:15; 10:16; Juan 10:12; Hech. 20:29). Los apóstoles estaban rodeados de lobos “las ovejas perdidas de la casa de
Israel”.

-- sed, pues, prudentes como serpientes (prudentes, sabios, cautelosos, conscientes del ambiente y de peligros,
reconocer cuando alguien es lobo [enemigo del rebaño] aunque sea familiar o “amigo”, “guardaos” para no ser
sorprendidos (12:10; 22:15; Jn. 8:6, Jn. 2:24, 25; Efes. 5:15); y sencillos (inocentes, ingenuos, Rom. 16:18; Fil. 2:15;
carente de sospechas, libre de mezcla con mal, Heb 7:26, del carácter de Cristo,) como palomas. Esto es difícil en medio
de persecuciones, pero recordemos el ejemplo de Jesús, 1 Ped. 2:20-23. Los apóstoles imitaron a Cristo en esto.

10:4 No llevéis bolsa (para llevar dinero, 12:33; 22:35), ni alforja (“una bolsa de los viajeros para contener
provisiones”), ni calzado (no quiere decir ir descalzos, sino que no deberían llevar sandalias aparte de las que llevaban)

-- y a nadie saludéis por el camino. – Esta prohibición muestra la urgencia de su misión. Jesús no prohíbe la cortesía
pero entre los judíos el saludar “correctamente” era muy verboso, requería tiempo y ceremonia. Toda posesión material
requiere atención y cuidado y es sumamente importante que nuestra preocupación principal sea por la obra y no por
posesiones materiales. Compárese 2 Tim. 2:4.

10:5 En cualquier casa donde entréis, primeramente decid: Paz sea a esta casa. 6 Y si hubiere allí algún hijo
de paz (persona pacífica, receptiva) vuestra paz reposará sobre él (la casa sería bendecida por la presencia de estos
obreros de Cristo y en turno la familia bendeciría a los obreros con hospitalidad); y si no, se volverá a vosotros. – Para
no perder tiempo les era necesario saber de una vez el carácter de la gente para decidir si su casa sería apropiada para su
trabajo de predicar.

10.7 Y posad en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que os den; porque el obrero es digno de su
salario. – Los sitios principales de reunión (y, por eso, el “púlpito” principal) en el primer siglo eran las casas. Por eso,
los obreros tenían que escoger casas dignas de la predicación de la palabra. Recuérdese la advertencia de 2 Jn 10, 11;
como los obreros deberían seleccionar casas con cuidado, así también los hermanos deberían usar mucho cuidado con
respecto a quién predicara en sus casas. Las mismas advertencias tienen aplicación para nosotros.
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-- No os paséis de casa en casa – Deberían resistir los aspectos de la hospitalidad ofrecida a extranjeros que podrían
detenerlos en su obra. Véanse Deut. 24:15; 1 Cor. 9:9-14; 1 Tim. 5:18 sobre la frase, “el obrero es digno de su salario”.
Pero en este caso no fueron pagados por la iglesia sino por una familia. ¿Es justo eso? Sí, porque “¿no están haciendo un
gran favor a ese hogar?” . Cuando se predica que “el obrero es digno de su salario”, al mismo tiempo se debe predicar
que el obrero debe obrar diligentemente para merecer su salario, porque a veces se enfatiza mucho el derecho de recibir
salario sin enfatizar la necesidad de la obra misma.

10:8 En cualquier ciudad donde entréis, y os reciban, comed lo que os pongan delante; -- El obrero más
capacitado debe ser humilde y mostrar sincera gratitud hacia las personas que les recibían y atendían, sean ricas o pobres.
Cuando alguna familia recibe al obrero, éste debe comer lo que ellos comen, como si fuera miembro de la familia. No
debe buscar el lujo.

10:9 y sanad a los enfermos que en ella haya, -- Hoy en día no podemos sanar milagrosamente pero sí debemos
mostrar interés en el bienestar físico de la gente. Hay muchas maneras no milagrosas de ministrar a la gente. La palabra
misma es excelente remedio para muchos males físicos y mentales..

-- y decidles: Se ha acercado a vosotros el reino de Dios. – 9:6. La gran bendición de la sanidad era anuncio de la
cercanía del reino.

10:10 Mas en cualquier ciudad donde entréis, y no os reciban, saliendo por sus calles, decid: 11 Aun el polvo
de vuestra ciudad, que se ha pegado a nuestros pies, lo sacudimos contra vosotros. Compárese Hech. 13:46, 51; 18:6.
Jesús dice (Mat. 7:6), “No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las
pisoteen, y se vuelvan y os despedacen”. El evangelio merece respeto. Se debe tratar con dignidad y no con desprecio,
porque al menospreciar la palabra de Dios se menosprecia a Dios mismo.

-- Pero esto sabed, que el reino de Dios se ha acercado a vosotros. –El mensaje de los setenta era lo mismo para los
que lo aceptaban o lo rechazaban: el reino se ha acercado. Después del día de Pentecostés (Hech. 2) no se predicó que el
reino “se ha acercado”, sino como una realidad. Por ejemplo, Hech. 8:12,.

10:12 Y os digo que en aquel día será más tolerable el castigo para Sodoma, que para aquella ciudad. Los de
Sodoma y Gomorra son mencionados como ejemplos de los peores pecadores 2 Ped. 2:6), pero Jesús dice que el
juicio será más severo para los que oyeron el evangelio y no lo aceptaron. Esta declaración de Jesús es una de las
denuncias más severas contra el rechazo de la invitación del evangelio. Entre más luz (enseñanza) recibida más grande
será la condenación de los que la rechazan, Luc. 12:47.

Ayes sobre ciudades impenitentes (Mat. 11:20-24)

10:13 ¡Ay de ti, Corazín! (Mat. 11:21) ¡Ay de ti, Betsaida! que si en Tiro y en Sidón (Isa. 23:1-18; Ezeq. 26:1-28; Joel
3:4-8; Amós 1:9-10; Zac. 9:2-4) se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras (como los milagros
mencionados en Mat. 4:24; 8:16; 9:35), tiempo ha que sentadas en cilicio y ceniza (cilicio (material grueso y rústico
usado para hacer costales para cargar mercancía y otros artículos sobre los camellos; era usado como ropa incómoda por
los que eran de luto, 1 Reyes 21:27; Ester 4:1; Jonás 3:6) y ceniza (se echaba ceniza sobre la cabeza para indicar gran
aflicción; es decir, se hubieran arrepentido de todo el corazón), se habrían arrepentido. 14 Por tanto, en el juicio será
más tolerable el castigo para Tiro y Sidón, que para vosotras. -- porque gozaban de menos oportunidades que
vosotras, y los que han tenido oportunidades y las han descuidado serán juzgados con más severidad; según esto
obviamente los perdidos serán castigados con distintos grados de severidad (véase v. 12, notas). Lucas habla de discípulos
en Tiro y Sidón (Hech. 21:3-6; 27:3).

10:15 Y tú, Capernaúm (el centro de las actividades de Jesús en Galilea), que hasta los cielos eres levantada,
hasta el Hades serás abatida. -- Jesús emplea el lenguaje de Isaías acerca de la caída del rey de Babilonia: Isa. 14:11-16.
¿Supone alguien que el rey de Babilonia literalmente pensaba subir al cielo (el hogar de los redimidos)? Es lenguaje que
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describe el orgullo exagerado del rey de Babilonia; pensaba exaltarse “al cielo”, pero en realidad sería “derribado hasta el
Seol”. . Desde luego, todos los que van al juicio final sin haberse arrepentido serán castigados, pero en estos textos
(Isa. 14:11-13; Mat. 11:23; Luc. 10:15) se usa lenguaje poético que describe la exaltación (subir al cielo) de los hombres,
y la consecuente humillación (descender al Seol) efectuada por Dios.

“El haber escuchado la palabra de Dios es una gran responsabilidad. El hombre será juzgado de acuerdo con lo que
tuvo oportunidad de conocer… Es algo terrible rechazar la invitación de Dios. En un sentido toda promesa de Dios que el
hombre haya escuchado alguna vez puede convertirse en su condena. Si recibe esas promesas, serán su gloria más grande,
pero cada una que él haya visto y rechazado será algún día un testigo en su contra” (WB).

10:16 El que a vosotros oye, a mí me oye; (Mat. 10:40; Mar. 9:37; Jn. 13:20) y el que a vosotros desecha, a mí me
desecha; y el que me desecha a mí, desecha al que me envió. -- Los que recibieron a los apóstoles y otros discípulos
enviados por Cristo a predicar recibieron a Cristo y al Padre. Recibir significa darles hospedaje y escucharles. El que
recibe al representante de una persona eminente recibe a la persona eminente. ¡Qué pensamiento más alentador para los
apóstoles de que ellos serían identificados con Jesús como Jesús estaba identificado con el Padre! Además, el que persiga
al discípulo de Cristo persigue a Cristo. Hech. 9:1, 4.

Regreso de los setenta

10:17 Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre. –¿Cómo
regresamos de los viajes para predicar? ¿Quejándonos de lo duro del viaje, lo costoso, cómo sufrimos, como algunos nos
maltrataron, cómo no nos ayudaron mucho para los gastos, cómo tuvimos que dejar la familia por una semana o mes,
etc.? ¿O como los setenta con gran gozo por toda victoria lograda por Cristo?

10:18 Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. – En su primera venida Cristo venció a Satanás.
11:21, 22; Juan 12:31, 32; 16:11; Heb. 2:14, 15; 1 Jn. 3:8, etc. Al lograr grandes victorias en la obra (conversiones,
restauraciones, etc.) tengamos cuidado de enfatizar “en tu nombre”

10:19 He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os
dañará (espiritualmente). – Satanás no puede dañarnos espiritualmente a menos que cooperemos con él. Mat. 10:30;
28:20; Jn. 10:27, 28; Rom. 8:28-39; 16:20, “El Dios de paz pronto aplastará a Satanás bajo vuestros pies”.

10:20 Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están
escritos en los cielos. –deberían regocijarse en la gran bendición de tener sus nombres escritos en los cielos (Isa. 4:3;
Dan. 12:1; Fil. 4:3; Apoc. 3:5; 20:12, 15)..

Jesús se regocija (Mat. 11:25-27; 13:16, 17)

10:21 En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de
la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque
así te agradó. -- ¿Quiénes son los “sabios y entendidos”? Los fariseos, escribas, saduceos, intérpretes de la ley, etc.
¿Quiénes son los “niños”? Los discípulos de Jesús eran “niños” en el sentido de ser humildes. Eran los “pobres en
espíritu” que habían reconocido que estaban en la bancarrota espiritual y que necesitaban la salvación y, por eso, tenían
hambre y sed de justicia, etc. (véase Mat. 5:1-12).

¿Por qué escondió el evangelio de los sabios y entendidos y lo reveló a los niños? ¿Hace acepción de personas? ¿Es
justo que Dios oculte el mensaje acerca del reino de Dios y de la salvación a algunos y revelarlo a otros? ¿Cómo se
explica este texto? En primer lugar, Dios no hace acepción de personas (Hech. 10:34; Rom. 2:11). La invitación de Cristo
es para todos (Mat. 11:28-30). En segundo lugar, el mensaje de salvación fue predicado a todos. Cristo predicó de la
manera más pública, en las sinagogas, en el templo, como también en el aire libre. Además, sus milagros eran públicos.
Todos podían verlos o saber de ellos. Por lo tanto, Dios no escondió ni ocultó el evangelio de Cristo en el sentido de
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predicarlo y confirmarlo con milagros en algún rincón (Hech. 26:26) solamente para los discípulos. Entonces, ¿en qué
sentido escondió Dios la verdad de los sabios y entendidos? Les presentó un mensaje acerca del Mesías y su reino que no
era aceptable a ellos. No querían entenderlo porque no les convenía. Tenían otro concepto del Mesías y su reino y, por
causa de su prejuicio “no podían entender” la verdad. Recuérdese lo que Jesús dijo en Mat. 13:10-13. Los fariseos,
escribas y otros líderes habían oído la enseñanza de Jesús y habían visto sus milagros, pero teniendo ojos no veían y
teniendo oídos no oían. Los humildes, habiendo oído el mismo mensaje y habiendo visto los mismos milagros, sí creían.
Por lo tanto, Jesús dice, “a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado”.

Pablo explica a los corintios (1 Cor. 1:18-23) que los “sabios y entendidos” no quieren el evangelio, porque para
ellos es “locura”. ¿Quiénes aceptan el evangelio? 1 Cor. 1:26-31. Entonces Pablo explicó cómo él predicó a Cristo en
Corinto (1 Cor. 2:3-5). Entonces, ¿quién en realidad oculta la verdad y ciega al hombre? Véase la respuesta en 2 Cor. 4:3,
4.

Luc. 9:”44 Haced que os penetren bien en los oídos estas palabras; porque acontecerá que el Hijo del Hombre será
entregado en manos de hombres. 45 Mas ellos no entendían estas palabras, pues les estaban veladas para que no las
entendiesen”. En el v. 44 Jesús les explica que El sería entregado”. ¿Por qué “les estaban veladas” “estas palabras”?
Porque ellos, al igual que los demás judíos, no querían aceptar el concepto del Mesías que iba a sufrir. Estas palabras no
eran veladas por el Señor, sino por el prejuicio de los discípulos. Jesús quería que entendieran: “Haced que os penetren
bien en los oídos estas palabras”. Sin embargo, ellos tenían otras ideas como lo indica el siguiente versículo:
“46 Entonces entraron en discusión sobre quién de ellos sería el mayor”; es decir, querían ser príncipes en un reino
terrenal, como el de David y Salomón.

Hay lecciones valiosas en este texto para todos. Los fariseos, escribas, etc. entre los judíos, o los filósofos griegos no
son los únicos “sabios y entendidos” que no pueden entender el evangelio. El mundo está lleno de tales personas: (1) los
académicos, con sus doctorados y otros títulos, no pueden “entender” la creación de todo por Dios (sólo entienden la
evolución); (2) los modernistas no pueden “entender” que la Biblia es inspirada por Dios y no pueden aceptar lo
sobrenatural (milagros); (3) los romanistas no pueden entender que su movimiento religioso es la apostasía profetizada
por el apóstol Pablo (2 Tes. 2; 1 Tim. 4:1-4); (4) los calvinistas no pueden entender que el hombre nace sin pecado, que es
responsable ante Dios por su vida y tiene que obedecer al evangelio para ser salvo; (5) millones de mormones siguen a
José Smith, y otros millones siguen al “Pastor” Russell (los testigos contra Jehová) , y a docenas de otros falsos maestros
que profesan seguir la fe de Cristo, y ni hablar de los millones de religiosos que ni aceptan al Dios de las Escrituras.

(6) Pero hay que agregar otro grupo de “sabios y entendidos” que no son grandes ni poderosos ante los ojos de otros.
No son ricos. No tienen preparación académica. Algunos son analfabetos. Me refiero a los muchos que tienen opiniones
fuertes que han recibido de parientes, amigos y otras fuentes y por eso, siendo “sabios en su propia opinión” (Rom.12:16),
no reciben la verdad. Estos dicen, “Es lo que he sido enseñado y así es”; “es lo que siempre hemos creído”. Muchas de
estas ideas son pura superstición, pero los dueños de estas creencias son tercos, porfiados, y no les puede enseñar nada.
Aunque económicamente estos estén el los rangos bajos, se creen muy intelectuales (“sabios y entendidos”) y a ellos
también Dios esconde la verdad. Recuérdese la advertencia de Pablo a los tesalonicenses (2 Tes. 2:10-12). Es
indispensable que todos amen la verdad y que aborrezcan todo error (mentira). Es necesario tener la mente bien abierta
para estudiar la palabra de Dios. Como dice Pablo (1 Tes. 5:21), “Examinadlo todo, retened lo bueno”.

Los que rehúsen aceptar la verdad por cualquier motivo llegan a ser incapaces de entenderla. Les está escondida. Sant.
4:6, “Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes”.

10:22 Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni
quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar. – En este texto vemos la perfecta unidad entre
Padre e Hijo y también vemos otra vez la afirmación de la Deidad de Jesús.

El buen samaritano
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10:25 Y he aquí un intérprete de la ley (un experto en la ley de Moisés, LBLA, margen) – Véase 7:29,30. Eran
hombres orgullosos. No querían humillarse para confesar sus pecados y ser bautizados por Juan. “Desecharon los
designios de Dios respecto de sí mismos, no siendo bautizados por Juan”. Eran expertos en la ley de Moisés y también en
las tradiciones de los ancianos (Mat. 15:2).

-- se levantó y dijo, para probarle (del verbo PEIRAZO, literalmente, tentarle: Mat. 22:35-40; Mar. 12:28-34 –
Cuando se discute el tema de las tentaciones de Jesús, algunos concluyen que si fue tentado, esto indica que la tentación
era algo atractiva y deseable y que, por eso, Cristo quería pecar. Esto es completamente falso. Heb. 1:9 dice que Cristo
aborreció la maldad. El no fue “tentado por el mal” (Sant. 1:13) en el sentido de ser atraído o seducido por el mal (Sant.
1:14). Este verbo (tentar) se emplea “de tentaciones a pecar, p.e., Gá 6:1 … Stg 1:13,14”, pero también se usa “en un mal
sentido … de intentos de atrapar a Cristo en Sus palabras, p.e., Mt 16.1; 19:34; 22:18, 35, y pasajes paralelos” (WEV).
“Supuestamente bien versado en el Pentateuco, este hombre trata de desconcertar a Jesús. Trata de dejarlo en ridículo ante
el público” (GH).

-- Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna? Muy buena pregunta (compárese 18:18). ¡Qué bueno si
en verdad hubiera querido saber la respuesta correcta a su pregunta! Sin lugar a dudas es una de las preguntas más
importantes que el hombre puede hacer.

¿Contestó Jesús la pregunta o no? Sí, la contestó. Más bien, dejó que el intérprete de la ley contestara su propia
pregunta.

10:26 El le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees? – No le pregunta, ¿Qué piensas tú? Más bien le pregunta
¿Cómo lees (en la ley)? Era maestro de la ley y, por eso, debería conocerla a fondo. Jesús no dijo, “¿Qué dicen las
tradiciones de los ancianos?” sino “¿Qué está escrito en la ley?” (La ley de Moisés).

¿Cómo contestamos las preguntas bíblicas? Frecuentemente la gente nos hace preguntas para tentarnos; es decir, no
las hacen con sinceridad para aprender la verdad. Debemos seguir el ejemplo de Jesús, dejando que el que haga la
pregunta busque la respuesta en las Escrituras.

No hay otra manera mejor de contestar preguntas bíblicas. ¿Qué indica esto? (1) indica que cualquiera puede
encontrar en las Escrituras la verdadera respuesta de esta pregunta (“¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?”); (2)
indica que todo hombre es responsable delante de Dios de leer la respuesta él mismo; (3) indica que las Escrituras dan la
misma respuesta a todos los hombres. Es como si Jesús hubiera dicho, “Mira, intérprete de la ley, Dios ha dicho a los
hombres qué es lo que deben hacer para ser salvos; está escrito en las Escrituras; y usted, como todos los demás hombres,
puede encontrar la respuesta. Entonces, ¿qué dicen las Escrituras?” Esta es la única manera de encontrar la respuesta
correcta de esta pregunta tan importante. (JBC).

10:27 Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas
tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. – Compárese Mar. 12:28-34; en esta ocasión un
escriba “le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos?” Pero el escriba no le preguntó para atraparle. Jesús le
contesta citando estos mismos textos (Deut. 6:5; Lev. 19:18). El escriba le contestó diciendo, “Bien, Maestro, verdad has
dicho”, y “Jesús viendo que había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios”.

Según el relato de Mateo (22:40) Jesús agrega las siguientes palabras muy significativas: “De estos dos mandamientos
depende toda la ley de los profetas”. Lacueva dice que depende (pende) significa que “estos dos son como el soporte de
todos los demás mandamientos”. La versión inglesa dice que la ley y los profetas “cuelgan” de estos dos mandamientos.
Están colgados sobre ellos como una puerta cuelga de sus quicios o como unos artículos cuelgan de un clavo.

En este texto sobresalen las palabras “con todo… con toda … con todas … con toda …” Deut. 6:5 dice, “Y amarás a
Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas”. “Dios debe ser amado con todas las cuatro
capacidades del hombre (corazón, alma, fuerza, mente)” (ATR).
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Resta preguntarnos “¿Cómo leemos?” ¿Cómo contestamos esta pregunta? Desde luego, debemos contestar con Mar.
16:16; Hech. 2:38, etc., pero no debemos omitir este texto sumamente importante y básico citado por el intérprete de la
ley, porque todavía es cierto que “estos dos son como el soporte de todos de los demás mandamientos” (Lacueva). Esto se
afirma también del Nuevo Testamento (Rom. 13:10).

Todo hombre normal se ama a sí mismo. Entonces debe medir su amor por su prójimo por ese amor.

10:28 Y le dijo: Bien has respondido (contestó su propia pregunta); haz esto, y vivirás. – Para muchos de éstos
líderes de los judíos era necesario discutir la ley, pero no se preocupaban tanto por hacer lo que la ley decía (Mat. 23:3,
4). El hombre puede cumplir esta ley. Dios no diría, “haz esto” si fuera imposible hacerlo. Los comentarios calvinistas no
pueden resistir la tentación de inyectar su teología en tales textos que requiere el hacer, pero si Dios da mandamientos al
hombre que el hombre no puede cumplir, entonces Dios mismo tendría la culpa. Es verdad que todos pecan (Ecles. 7:29;
Rom. 3:23) pero eso no quiere decir que el hombre tiene que pecar como muchos suponen. Citan Rom 7:14 (“soy carnal,
vendido al pecado”) para probar que el hombre nació así, pero en realidad los que están vendidos al pecado se vendieron a
sí mismos al pecado. No pueden culpar a Dios por su problema.

10:29 Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, -- Esta es una tendencia muy común, aun desde la niñez.

-- dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? – El quería definir los límites de su deber, y entonces mostrar que él lo
había cumplido. Quería saber a quién tiene que amar y a quién no (ALA). El creía que podía justificarse si se aceptara su
definición de la palabra prójimo, pues para los judíos los únicos prójimos eran otros judíos. Para muchos fariseos su
prójimo era otro fariseo. Y ¿para nosotros? ¿Quién es nuestro prójimo? ¿Solamente nuestros hermanos en Cristo?

10:30 Respondiendo Jesús (en lugar de contestar la pregunta “¿quién es mi prójimo?” Jesús muestra para quien uno
debe ser prójimo), dijo: Un hombre (obviamente un judío, pues de otro modo lo hubiera especificado, JWM) descendía
de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones (salteadores, LBLA; bandidos), los cuales le despojaron; e
hiriéndole (darle golpes, LBLA), se fueron, dejándole medio muerto. -- “Este hombre, pues, bajaba desde Jerusalén, a
unos 900 m. de altitud sobre el nivel del mar, a Jericó, más de 300 m. bajo el nivel del mar Mediterráneo. Puesto que la
distancia entre Jerusalén y Jericó (hacia el oriente) es de más o menos 27 kilómetros, es inmediatamente obvio que el
descenso es bastante es bastante empinado … este camino corre por terreno montañoso. Es escabroso y rocoso, y durante
el era de los días de Cristo en el mundo – y en realidad hasta hace poco – era peligroso para viajar, bordeado como estaba
por muchas cuevas y hondonadas que podían facilitar la huida de ladrones y otros criminales” (GH). Este camino era
designado como “el camino rojo de sangre”.

10:31 Aconteció que descendió un sacerdote (uno de los pastores de Israel) por aquel camino (muchos de los
sacerdotes vivían en Jericó), y viéndole, pasó de largo. – De este pastor de Israel el herido tenía el derecho de esperar
asistencia, pero “pasó de largo” (al lado opuesto). Desde luego, los sacerdotes eran conocedores de la ley (por ej., Deut.
22:2), pero esta parábola indica que ellos no practicaban estos preceptos. Sin duda se justificaba de alguna manera
pensando en el peligro (los asaltadores bien podrían estar cerca todavía), tenía mucha prisa, había peligro de contaminarse
ceremonialmente (si ya estuviera muerto), habría gastos, no tenía tiempo, etc. La realidad del caso fue que para muchos
judíos la “religión” (los ritos, las ceremonias, etc.) estaba divorciada de la misericordia y la justicia (Mat. 23:23).

10:32 Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. – Los levitas eran ministros o
ayudantes en el templo.

10:33 Pero un samaritano, -- De este samaritano el herido no tenía derecho de esperar ayuda. Los samaritanos eran
despreciados por los judíos. Jn. 4:9. “Jesús no pierde ninguna ocasión de reaccionar contra los prejuicios que dividían a
judíos y samaritanos. (9:55; 17:16; Juan 4:5 y sig.)” (B-S). Véase también Hech. 1:8; 8:5-12.

Los judíos le dijeron a Jesús, “¿no decimos bien nosotros, que tú eres samaritano…?” (Jn. 8:48). En esta parábola
Jesús se presenta a sí mismo como samaritano o, mejor dicho, el buen samaritano se presenta como un verdadero imitador
de Jesús.
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-- que iba de camino, vino cerca de él, -- Compárese lo que se dice del levita: “llegando cerca de aquel lugar”; el
samaritano no simplemente llegó cerca del lugar, sino que “vino cerca de él”.

-- y viéndole, fue movido a misericordia; -- Miqueas 6:8; Lev. 19:34; Ex. 23:4, 5. El sacerdote y el levita
descuidaron estos textos, pero el odiado samaritano los cumplió al pie de la letra.

10:34 y acercándose, vendó sus heridas (administró primeros auxilios), echándoles aceite y vino; – Isa. 1:6. Eran
remedios caseros. El vino sirvió para limpiar la herida y aceite sirvió para suavizarla.

-- y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. – “No sólo llegándose a él – sino que, con
costo, inconveniencia y demora en su viaje, le prestó al hombre herido toda forma y grados de atención y ayuda, como los
que serían apropiados por parte de un amigo muy personal, con toda liberalidad, y con holgura completa” (GRB).

10:35 Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de
más, yo te lo pagaré cuando regrese. – Obviamente el samaritano era cliente del mesonero y había confianza en él.
Jesús no sólo dice que “fue movido a misericordia”, sino que explica los detalles de cómo la mostró: se detuvo, se acercó
al herido, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino, lo puso sobre su animal, lo llevó al mesón, cuidó de él y al
despedirse pagó por el cuidado adicional que necesitaría. Hizo todo esto por un enemigo sin esperar remuneración (AB).

“Su ojo y corazón y mano y pie y dinero todos estaban subordinados a la ley de Dios” (JWM). El hombre ayudado
podría haber salido antes del regreso del samaritano, tal vez sin saber su identidad, pero el samaritano no buscaba
gratitud, sino la oportunidad de aliviar el sufrimiento humano (ALA).

10:36 ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue (ha llegado a ser) el prójimo del que cayó en manos de los
ladrones? – Ahora Jesús permite que el intérprete de la ley conteste su propia pregunta y de esa manera juzgarse a sí
mismo.

10:37 El dijo: El que usó de misericordia con él. – El intérprete de la ley no quería ni siquiera pronunciar la palabra
“samaritano”. Prefirió decir “el que”. Los samaritanos le habían dado a Jesús causa para pensar mal de ellos (9:52, 53,
“no le recibieron, porque su aspecto era como de ira a Jerusalén”) , pero El no compartió el prejuicio racial de los judíos.

Aunque el intérprete de la ley no quería decir, “el samaritano”, no podía menos que contestar correctamente la
pregunta y de esa manera fue obligado a reconocer que un samaritano, tan odiado por los judíos, había mostrado la
bondad que la ley demandaba, mientras que un sacerdote y un levita la habían negado a otro de su propia nación (AB).

Si Jesús hubiera contestado su pregunta directamente, diciendo “Todo necesitado – aunque sea samaritano – es su
prójimo”, el intérprete de la ley se habría disgustado mucho, pero ¿qué podría contestar cuando Jesús le propuso esta
pregunta?

-- Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo. – No debería simplemente discutir la ley; más bien, debería
practicarla. Este mandamiento es para nosotros también (Mat. 5:44-48; 7:21-27). Requiere el vencimiento de todo
prejuicio (p. ej., racial). Requiere la abnegación de sí. Requiere servicio personal y aun sacrificial. 1 Jn. 3:18.

Esta parábola no enseña que los inconversos que son muy humanitarios son superiores a los religiosos que no
practican la caridad. Esto no es el punto de esta parábola. Jesús no está enseñando que los humanitarios heredarán la vida
eterna. La respuesta de la pregunta ya fue dada antes de hablar del buen samaritano; es decir, el intérprete de la ley la
contestó diciendo, “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda
tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo”. La persona que ama a Dios con todo tu corazón, etc., guarda sus
mandamientos (Jn. 14:15, 23, 24). Los únicos que serán salvos serán los que hacen la voluntad de Dios (Mat. 7:21;
12:50).

Desde luego, los que profesan ser cristianos y no son como el buen samaritano, sino que imitan al sacerdote y al
levita, no serán salvos, pero el punto es que el humanitario que depende de sus obras caritativas tampoco será salvo.
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Es interesante notar que muchos hospitales se identifican como “Hospital el Buen Samaritano”. Se puede decir que
esta parábola ha edificado muchos hospitales y muchas clínicas. Ha promovido toda clase de obras caritativas.

En esta parábola observamos diferentes actitudes o filosofías de vida. La actitud de los bandidos se expresa así: “lo
que es tuyo es mío y con fuerza te lo voy a quitar”. Esta es la regla de hierro. La actitud del sacerdote y del levita es: me
quedaré con lo mío. Pero la actitud correcta, la que Jesús enseña y que es ejemplificada por el buen samaritana es lo
siguiente: “lo que es mío es tuyo, y con toda bondad te lo doy.” Esta es la regla de oro.

Jesús visita a Marta y a María

10:38 Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; – ¿Entró en qué aldea? Jn. 11:1 dice, “Estaba entonces
enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana”.

-- y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. – Sin duda le dio una bienvenida sincera al Señor.
Sinceramente creía en Jesús (Jn. 11:27) y al preparar una buena comida ella le honraba. Luc. 8:3 habla de “otras muchas
que le servían de sus bienes”. Marta también quería servirle – con una buena comida.

10:39 Esta tenía una hermana que se llamaba María, -- ¿Cómo se llamaba el hermano de ellas? Jn. 11:1-5.

-- la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. --¿Estuvo literalmente sentada a los pies de Jesús? La
expresión “sentarse a los pies” de alguien indica ser enseñado por él. Hech. 22:3 ¿Qué himno se basa en este texto? María
estaba entre aquellos mencionados en los versículos 23, 24. Teniendo oídos para oír, María dócilmente oía la enseñanza
de Cristo. No hay otra escena más hermosa que la de una persona oyendo y absorbiendo la enseñanza de Cristo para ser
como Él. Es lo que Él desea sobre todo, que pongamos atención cuando Él habla. El nos dice, “aprended de mí” (Mat.
11:29).

10:40 Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, -- Marta quería servir a Jesús con una buena comida,
pero Jesús no vino al mundo para ser servido, sino para servir (22:27). El tuvo más interés en enseñar que en comer (Jn.
4:31-34).

¿Por qué tenía Marta “muchos quehaceres” si solamente iba a servir a Jesús? ¿Entró Jesús solo en la casa de estas dos
mujeres? LBLA dice, “Mientras iban ellos de camino, El entró en cierta aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su
casa”. Lucas no dice que Marta “les” recibió en su casa, pero compárense Luc. 6:1, “Aconteció en un día de reposo, que
pasando Jesús por los sembrados, sus discípulos arrancaban espigas y comían”, y Luc. 7:11, “Aconteció después, que él
iba a la ciudad que se llama Naín, e iban con él muchos de sus discípulos, y una gran multitud”. Estos textos indican que
Lucas se concentra en Jesús, aunque los discípulos estaban con El. Juan 12:2 usa lenguaje semejante: “Y le hicieron allí
una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él”. Y LE hicieron allí una cena…
Lázaro era uno de LOS que estaban sentados a la mesa con Él. Juan también se refiere especialmente a Jesús, aunque
otros estuvieran con Él.

El lenguaje de Marta (“muchos quehaceres” y que María le dejaba “servir sola”) indica que ella preparaba la comida
para los apóstoles también. El v. 38 dice, “Mientras iban ellos de camino, Él entró en cierta aldea, etc.”; no hay razón para
suponer que los discípulos no estuvieron con Jesús cuando entró en la casa de Marta y María.

-- y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude
(que ponga su parte). – Le convenía a Marta alabar la devoción de María, pero parece que las personas afanosas y
preocupadas quieren que otros sean iguales a ellas.

Fue una ocasión muy importante. Jesús era visitante muy importante. Por eso, Marta estaba muy ocupada, se apuraba,
haciendo muchas cosas, para que la comida fuera perfecta. Este lenguaje no solamente indica impaciencia de parte de
Marta, sino también una queja tanto contra Jesús como contra María. María no le ayudaba y Jesús se lo permitía. Pero al
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recibir a Jesús, ¿hubiera sido correcto dejar a Él (o a Él y sus apóstoles) solo(s) en la sala mientras las dos mujeres
trabajaran en la cocina?

10:41 Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, (al repetir su nombre, Jesús enfatiza lo que le iba a decir,
compárese 22:31) afanada y turbada (inquieta, FL) estás con muchas cosas. – Estaba distraída. Santiago 4:8 describe
esta condición como “doble ánimo”. Esta es una falta común entre muchos miembros de la iglesia. Se sienten abrumados
por los afanes de la vida. A consecuencia de estar ansiosa e inquieta, perdió la paciencia con su hermana María y aun con
Jesús. El preparar una buena comida en esta ocasión fue algo loable, pero no era necesario que estuviera afanada y
distraída aunque era para Jesús el Hijo de Dios.

La mujer – tanto María como Marta -- debe ser hacendosa en el hogar, Tito 2:5; Prov. 31:25. Además, debe practicar
la hospitalidad (Rom. 12:13; 1 Tim. 5:10; Heb. 13:2; 1 Ped. 4:9). Obviamente Marta estaba muy cumplida en esto. Sin
embargo, ahora le toca a Jesús exhortarle. Jn. 11:5, “Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro”, y el Señor
disciplina a los que ama (Heb. 12:5-11). El mundo está lleno de “Martas”, afanadas y turbadas con muchas cosas. Luc.
8:14, el mundo está ahogándose con los afanes de esta vida. Jesús nos da una advertencia solemne en Luc. 21:34. Véase
también Fil. 4:6, 7.

10:42 Pero sólo una cosa es necesaria; -- Sal. 27:4; 42:1, 2; 84:10. Esto se pone en contraste con “afanada y turbada
con muchas cosas”. ¿El ser buena cocinera no es necesario? ¿No es necesario invitar a los hermanos y servirles una buena
comida o cena? ¿No es necesario ser hacendosa en el hogar? Compárese Jn. 6:27. Marta quería alimentar a Jesús con el
alimento que perece, pero Jesús quería alimentar a María – y también a Marta – con el alimento que no perece. Jesús no
explica cómo Marta les pudiera haber servido la comida y a la vez recibir el alimento espiritual que Él ofrecía, pero sí
implica que hubiera sido posible. Jesús no menosprecia la importancia de la alimentación física, pero enfatiza que la
alimentación espiritual es más importante porque es más duradera. Para Marta en ese momento, el servir esa buena
comida fue más importante que el oír la palabra de Cristo. (Compárese la gente que cuida el tiempo el domingo por la
mañana para ver si el predicador termina su lección a buena hora. Una sugerencia: que no se duerman tan tarde que no
puedan desayunar. Que coman por lo menos un pan tostado u otro bocado para no tener tanta hambre durante el culto).

¿Qué diremos de la hermana que invite al predicador visitante a comer y luego ella se queda en la cocina para preparar
una buena comida o cena y ni siquiera asiste a la reunión para oír su predicación? Esto es semejante a lo que Marta hizo.
Ella no sólo perdió el estudio bíblico que Jesús presentaba, sino que también criticó a María por aprovechar ese estudio y
a Jesús por no enviarla a la cocina para ayudar a su hermana.

Aquí cabe otra pregunta también: ¿Según Jn. 6:27 no es necesario trabajar por la comida que perece? Obviamente
Jesús está comparando dos cosas y señalando lo que es más importante. Pero muchos creen que el trabajar por la comida
que perece es la una cosa necesaria. Es necesario comer y, por eso, es necesario trabajar, sujetándose completamente al
patrón, o al negocio o al empleo que sea. Para éstos el trabajo es necesario en el sentido de ser primero. Es necesario sin
condiciones. Pero ¿no es necesario asistir a los servicios de la iglesia para adorar a Dios? Parece que muchos piensan que
sí es necesario pero con condiciones (“peros”); es decir, es necesario, “pero hay que comer” (cumplir primero con todo lo
que el empleo requiera).

Es necesario recordar 1 Tim. 6:8, “teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto”. Es necesario reducir los
deseos (los “yo quiero”). Decimos necesario cuando en realidad hablamos de lo conveniente, de lo que queremos.

Sin duda alguna muchos miembros de la iglesia están en peligro de perder sus almas por causa de su afán por proveer
para sus familias. Según 1 Tim. 5:8 es indispensable que el hombre provea para los suyos, pero al mismo tiempo si no
busca primeramente el reino de Dios (Mat. 6:33) perderá su alma.

-- y María ha escogido la buena parte, -- La buena parte, la una cosa necesaria es la comunión con Jesús que
tenemos al oír su palabra con toda reverencia. La buena parte es, pues, la palabra de Cristo (RCHL).

La conducta de estas dos hermanas en esta ocasión es similar a su conducta en otra ocasión, Jn. 12:2, 3, Marta servía y
María expresó devoción personal a Cristo ungiéndole para su sepultura. Así también en esta ocasión María reconoce la
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importancia de aprovechar la presencia de Jesús para oír sus palabras. ¿Y qué de nosotros? Debemos aprovechar toda
oportunidad para oírle.

-- la cual no le será quitada. – Rom. 8:35-39. Jesús compara la alimentación física con la espiritual (Jn. 6:27). Marta
quería que María hiciera como ella, pero Jesús quería que Marta hiciera como María. La mujer más cumplida – más
hacendosa en el hogar – debe encontrar tiempo para ponerse a los pies de Jesucristo, estudiando la Biblia y enseñándola a
sus hijos. Muchísimas mujeres piensan que no tienen tiempo para estudiar la Biblia porque tienen dos trabajos, dos
empleos, y cada uno de ellos es trabajo de “tiempo completo”; es decir, las mujeres que trabajan fuera del hogar en
oficinas o plantas trabajan unas ocho horas diarias en ese empleo, y luego al llegar a casa tienen otro empleo de tiempo
completo. ¿Qué clase de comida preparan? ¿Qué tan hacendosas son en el hogar? Luego en los ratos “libres” no se sientan
a los pies de Jesús, sino a los pies de la televisión.

En este texto Marta estaba “afanada y turbada con muchas cosas”, pero no olvidemos otros textos que indican la fe de esta
mujer piadosa: Jn. 11:21, 22, 27.

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