La Formación Inicial Docente: Desde La Interdisciplinariedad en Chile
La Formación Inicial Docente: Desde La Interdisciplinariedad en Chile
La Formación Inicial Docente: Desde La Interdisciplinariedad en Chile
ISBN 978-956-227-530-9
Edición/producción editorial
Oscar Lermanda
Corrección de pruebas
José Uribe M.
Impresión
Trama Impresores S.A.
Hualpén, Chile
Prólogo.................................................................................................................. 11
Introducción......................................................................................................... 17
Reflexiones teóricas
Reporte de investigación
Reporte de investigación
Reporte de investigación
Reporte de investigación
Reflexiones teóricas
Reflexiones teóricas
Reflexiones teóricas
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La Formación Inicial Docente desde la Interdisciplinariedad en Chile / C. Sanhueza, C. Díaz, C. Espinoza (eds.)
¿Por qué una visión de aprendizaje? Una visión de aprendizaje es, ante todo,
una imagen de lo que esperamos ocurra en todos los estudiantes a partir del tra-
bajo pedagógico con ellos en la escuela. Es fruto de un proceso de construcción
colectiva, no impuesta, que inspira y guía el quehacer pedagógico de directivos y
docentes (Day et al., 2000; Fullan y Hargreaves, 1996). Senge (2012) propone
que “una visión compartida no es una idea. (...) Es una fuerza en el corazón de la
gente, una fuerza de impresionante poder” (p. 260). Senge señala que esta visión
del aprendizaje puede estar basada en una idea inspiradora que, si logra aglutinar
a las personas en torno a ella, deja de ser una abstracción, se puede palpar, se ve
como si existiera. Así, concluye este autor, “pocas fuerzas humanas son tan po-
derosas como una visión compartida” (p. 261). Esta visión se traduce a menudo
en una misión estratégica institucional, estable, trascendente y que encierra un
propósito moral para la organización educativa y su comunidad, centrada en los
estudiantes, pues expresa aquello que esperamos ocurra en todos ellos a partir de
los proyectos de vida que construyan.
Aunque se identifican declaraciones relevantes, en este sentido, en los Proyec-
tos Educativos Institucionales y en los Planes de Mejoramiento Educativos de
las distintas escuelas, las prácticas cotidianas se alejan de esa visión y a menudo
la contradicen, según lo declaran los propios actores escolares. Desde la recono-
cida presentación de la UNESCO (1997), “La educación encierra un tesoro” y
los cuatro pilares que releva, aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a
vivir y aprender a ser, hasta las últimas propuestas relacionadas con habilidades
para el siglo 21 del National Research Council de Estados Unidos (2012), se ha
revitalizado esta visión de una educación integral. Una visión que trascienda el
reduccionismo al que se ha llevado a la educación desde la política de la rendi-
ción de cuentas basadas en pruebas estandarizadas, impuestas en muchos países
y de la cual Chile no ha sido la excepción.
En efecto, más allá de las particularidades de varias propuestas relacionadas
con habilidades para el siglo XXI, hay amplio consenso de que estas habilidades
son, al menos, de tres tipos: habilidades cognitivas, como pensamiento crítico
y creatividad; interpersonales, como comunicación, colaboración y liderazgo; y
habilidades intrapersonales, como aprender a aprender, ética y autorregulación
(Bellei, 2020; Meller, 2016).
Hace ya varios años, Claxton (1987) afirmó que “si los profesores no saben en
qué consiste el aprendizaje y cómo se produce, tienen las mismas posibilidades
de favorecerlo que de obstaculizarlo”. Hoy sabemos que no es solo una cuestión
de los docentes, sino de la organización como un todo, incluyendo a sus direc-
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Prólogo
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REFERENCIAS
Báez Alcaíno, J., y Onrubia Goni, J. (2016). A review of three models for teaching thin-
king skills in the school context. Perspectiva Educacional, 55(1), 94-113.
Bellei, C. (2020). Educación para el siglo XXI en el siglo XXI ¿Tomamos el tren correc-
to? En M.T. Corvera y G. Muñoz (Eds.), Horizontes y propuestas para transformar el
sistema educativo chileno (pp. 79-103). Santiago de Chile: Ediciones Biblioteca del
Congreso.
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Prólogo
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INTRODUCCIÓN
L a formación inicial docente (FID) es, sin duda, un proceso muy desa-
fiante, especialmente debido a la rápida evolución y dinamismo de los tiem-
pos actuales. Asimismo, es evidente que los profesores del presente son muy dife-
rentes de aquellos de décadas pasadas y de cómo serán los del futuro, no solo en
términos de sus conocimientos disciplinares, sino también de sus metodologías,
habilidades psicosociales y de enfoques de enseñanza en el aula. Adquiere gran
importancia, por tanto, la necesidad de formar profesoras y profesores capaces
de educar integralmente a sus futuros estudiantes y de adaptarse a las nuevas
realidades a lo largo de su trayectoria.
Dentro de la FID hay diferentes áreas relevantes, tales como la formación
humana, formación disciplinar, formación didáctica y formación como futuro
investigador. La formación humana es un área que ha tomado gran importancia
en los últimos años. El desarrollo de las habilidades sociales e interpersonales, en
conjunto con la dimensión emocional, ha cobrado gran relevancia, dando pie a
sendas líneas de investigación en esta área. Esto ha hecho posible que, a través de
decretos educativos, se institucionalice, por ejemplo, la integración de estudian-
tes con necesidades educativas especiales. Del mismo modo, educar en el respeto
por las minorías, ya sean étnicas, raciales o sexuales, ha pasado a ser una de las
metas más importantes en la formación de personas. La formación disciplinar,
por su parte, ha sido tradicionalmente el área que ocupa la mayor parte de los
planes de estudio, el mayor creditaje y la mayor importancia en general. Sin em-
bargo, se ha hecho necesario un cambio de paradigma, en el cual las otras áreas
(humana, didáctica e investigación) tengan igual importancia. Comúnmente,
la formación didáctica se encuentra relacionada, de manera estrecha, con las
prácticas pedagógicas. Diversas casas de estudio del país, incluida la Universidad
de Concepción, han introducido actividades de práctica pedagógica temprana-
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Introducción
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Sección I
APORTES DESDE LA
INVESTIGACIÓN EDUCATIVA
Reflexión teórica
Resumen: Los docentes están demandados a hacer un uso consciente y reflexivo de la evidencia
y ser capaces de producir evaluaciones de sus prácticas y analizar los efectos sobre el aprendizaje
de sus estudiantes. En este capítulo, reflexionamos sobre estas habilidades docentes, ofreciendo
una discusión en el ámbito del ejercicio profesional y la formación inicial docente. Finalizamos
reflexionando sobre la necesidad de que los estudiantes de pedagogía tengan variadas experien-
cias de indagación que les permitan reflexionar sobre sus aprendizajes y los impactos que estos
pueden tener. Con esto podemos contribuir a una práctica docente activa y deliberante con
miras hacia la mejora escolar y el establecimiento de escuelas que aprenden.
Palabras clave: Formación inicial docente, investigación docente, uso de evidencia, re-
flexión pedagógica.
Abstract: Teachers are compelled to make conscious and reflective use of evidence, as well as
being able to assess their own practices and analyze the effects they have on their students. In
this article, we reflect upon these abilities in teachers, offering a discussion in terms of pedagog-
ical practices and initial teacher training. We finish this article reflecting on the need of provid-
ing pre-service teachers with plenty of research experiences that allow them to reflect on their
learning and the impact this may have. We aim at contributing to a more active and deliberative
practice, towards learning schools and improvement of students’ attainment.
Keywords: Initial teacher training, teacher research, use of evidence, reflexive pedagogy.
INTRODUCCIÓN
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1. ¿Necesitamos vincular la práctica educativa con el uso de evidencia e investigación?..
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Varios autores han reportado que los docentes encuentran difícil usar los da-
tos o que simplemente no los usan para evaluar la eficacia de su instrucción.
Los docentes asocian más los datos a aspectos de medición de los estudiantes,
como test y cuestionarios, pero poco para generar evidencia sobre el impacto
que tienen sobre el aprendizaje de los estudiantes (Gelderblom, Schildkamp,
Pieters y Ehren, 2016; Prenger y Schildkamp, 2018). Aplicar hallazgos basados
en datos sobre la instrucción que realizan los docentes puede ser crucial para los
aprendizajes de los estudiantes, porque de esta forma se puede ir adaptando sus
estrategias incidiendo en la mejora escolar. Gelderblom et al. (2016) dan cuenta
de cuatro aspectos de la instrucción donde el uso de datos puede ser significativo
para el aprendizaje e impacto en los estudiantes: la retroalimentación, las metas
de la enseñanza, adaptación de la enseñanza y sobre los tiempos de aprendizajes.
Que los docentes vean con dificultad el uso de datos para mejorar la instruc-
ción genera una serie de preguntas sobre las condiciones que pueden influenciar
su uso (Honig y Coburn, 2008). En la literatura se han destacado ciertas carac-
terísticas psicológicas para el uso de datos en la toma de decisiones (Prenger y
Schildkamp, 2018), así como el conocimiento en teorías de evaluación, sobre
validez y confiabilidad de los datos, etc. (Agencia de Calidad, 2018). Mathema-
tica Policy Research (2014) menciona que los docentes: a) requieren desarrollar
competencias que les permitan evaluar, es decir, identificar necesidades, valorar
progresos, fortalezas y debilidades, o medir desempeños; además, deben ser ca-
paces de reflexionar respecto a estas evaluaciones. También los docentes deben b)
identificar soluciones que permitan abordar los resultados de sus evaluaciones de
manera de propender a la mejora y, finalmente, c) deben contar con herramien-
tas que les permitan monitorear y evaluar las medidas que han tomado en base
a sus evaluaciones.
Considerando lo anterior, una vez que hemos dejado de manifiesto la impor-
tancia de trabajar con evidencia para la toma de decisiones, profundizaremos
sobre algunos elementos que, desde la formación inicial docente, se requieren
desarrollar para favorecer estas habilidades en las prácticas docentes.
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1. ¿Necesitamos vincular la práctica educativa con el uso de evidencia e investigación?..
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Una vez establecidos los aspectos a considerar para que el uso de evidencia
sea una práctica reflexiva y transformativa en los docentes, queremos proponer y
discutir tres elementos que consideramos esenciales en la formación inicial do-
cente. Estos elementos, pensamos, deben estar intencionados desde el comienzo
de la formación inicial, los cuales se irán desarrollando y profundizando en todas
las instancias de formación que integran los programas de estudios. Dichos as-
pectos son: a) la necesidad de establecer procesos de indagación sobre la visión
y teorías implícitas del aprendizaje y el desarrollo profesional; b) la necesidad de
observar el núcleo pedagógico y desarrollar evidencias desde la práctica de aula, y
c) la necesidad de sistematizar y discutir evidencia disponible en el conocimiento
educacional para tomar decisiones informadas y reflexivas.
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1. ¿Necesitamos vincular la práctica educativa con el uso de evidencia e investigación?..
nes asociadas al rol docente. Para ello se realizan una serie de actividades basadas
en entrevistas breves desarrolladas a personas de su propio entorno, así como
análisis de las propias creencias y teorías implícitas. El conjunto de indagaciones
permite abordar elementos clave en el currículo de primer año de pedagogía,
a saber, las expectativas sobre la profesión, la visión profesional y su propósito
moral, así como la visión de aprendizaje de los futuros docentes. Considerando
aquello, el desarrollo del primer módulo tuvo como propósito explorar la visión
profesional y de aprendizaje de los estudiantes, a fin de problematizar sus teorías
implícitas sobre el aprender, las concepciones sobre el enseñar y el rol del docente
en la escuela y la sociedad.
Para lograr lo anterior el módulo siguió una ruta formativa inspirada en el
aprendizaje experiencial. Los principales hitos de indagación desarrollados fue-
ron los siguientes:
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La tercera actividad de indagación tuvo como objetivo analizar las creencias so-
bre el aprendizaje que poseen los estudiantes de pedagogía. Para ello se aplica el
cuestionario sobre concepciones de aprendizaje de Martínez-Fernández (2004).
El objetivo del cuestionario es “describir cómo los sujetos asumen el aprendi-
zaje y su naturaleza, y cómo se aproximan al logro de los objetivos propuestos”
(Martínez-Fernández, 2004, p. 7). Las dimensiones de aprendizaje con las que
se realiza el análisis son las mismas señaladas por Martínez-Fernández (2007):
directa, interpretativa y constructiva. Considerando este insumo, los estudiantes
responden el cuestionario al inicio de la clase, se procesa de forma paralela, para
posteriormente discutir sobre los resultados y las implicancias que esto tiene para
la profesión docente.
Las distintas actividades de indagación se articularon para poder tensionar
los objetivos de aprendizaje del primer módulo de la asignatura. De tal forma,
se logra generar una discusión en torno a los sentidos y propósitos de la profe-
sión docente, considerando que un elemento importante de dicha discusión es
abordar el propósito moral de la docencia y su orientación social, para lo cual
se requiere contar con un dominio conceptual que permita problematizar cómo
aprenden los estudiantes.
Los resultados de las actividades de indagación permitieron descubrir que, si
bien por una parte existe en los estudiantes un discurso muy cercano a una visión
social del rol, cercano al cambio social y su promoción, por otro lado, manifies-
tan teorías implícitas sobre el aprender que requieren ser abordadas. Tal es el caso
de la predominancia de una visión de aprendizaje cercana a un enfoque de apren-
dizaje superficial, correlativa a teorías implícitas de tipo directo o interpretativo,
las que predominaron en los primeros acercamientos de los estudiantes a través
de los instrumentos y procedimientos de indagación desarrollados.
Frente a lo anterior, se problematiza en cuanto a las implicancias que tienen
estas teorías implícitas para los procesos de formación docente y aprendizaje en
general. Para ello, se desarrollan dos actividades de reflexión: por una parte, se
elabora un panel de aprendizaje virtual, para lo cual cada estudiante debe pre-
sentar sus propias reflexiones sobre el tema, así como sus aprendizajes a partir de
lo discutido en el primer módulo. Dicho panel es abierto a la retroalimentación
de todos los participantes. Del mismo modo, se les solicita grabar un video de
síntesis de aprendizajes, que ponga en tensión los hallazgos de las indagaciones
realizadas, a la luz de los enfoques teóricos y las lecturas desarrolladas a lo largo
del módulo. Este proceso de reflexión guiada se proyecta luego como un insumo
importante a considerar en la propia trayectoria formativa, de tal modo de rele-
var constantemente la pregunta ¿cómo puedo contribuir al desarrollo de apren-
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1. ¿Necesitamos vincular la práctica educativa con el uso de evidencia e investigación?..
dizajes profundos en mis estudiantes? Sin duda esta pregunta clave supone un
desafío que deben abordar no solo los estudiantes, sino la institución formadora
de docentes en general.
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alumnos? La idea del autor es que no se puede cambiar los aprendizajes y el des-
empeño escolar a gran escala sin crear una cultura de prácticas docentes fuertes,
visibles, transparentes y común. Por ende, la observación como herramienta es
clave para iniciar este proceso.
Dentro de la experiencia de formación inicial, hemos implementado prácticas
de observación basada en grabaciones de clase, usando como insumo la platafor-
ma docentemás. En términos de resultados se tiende a dos aspectos que son cru-
ciales, particularmente en el caso de los novatos en procesos de observación como
herramienta para recolectar evidencia. Primero, el foco de la observación está más
puesto en lo que hacen los docentes, y segundo, se tiende a describir en términos
de juicios y generando notas inconexas. Un buen ejemplo es el explicitado en el
trabajo de Müller, Calcagni, Grau, Preiss y Volante (2013), en donde se evidencia
el cambio en los registros de la observación que son necesarios considerar.
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CONCLUSIÓN
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1. ¿Necesitamos vincular la práctica educativa con el uso de evidencia e investigación?..
En este capítulo hemos dado cuenta de varios aspectos cruciales para el desa-
rrollo de la indagación basada en datos para la mejora escolar. Particularmente,
desde la formación inicial, hemos indicado que los estudiantes necesitan estar
en un constante proceso de observación y reflexión sobre las prácticas educati-
vas considerando aspectos claves del núcleo pedagógico, los cuales pueden estar
informados, ya sea, desde el análisis mismo de los datos del contexto educativo
en particular, como desde lo que la investigación educativa nos informa como
significativas de considerar. Es necesario que la formación esté mediada por la
indagación constante que permita a los estudiantes ir realizando un proceso de
descubrimiento, reflexión, adecuación y aprendizaje experiencial con miras a la
transformación.
Sin lugar a duda, esto implica un gran desafío para las instituciones forma-
doras, en la medida que implica revisar los modelos pedagógicos de formación
de profesores. Para ello es clave analizar los mecanismos de integración de los
centros escolares a los procesos formativos, así como su nivel de calidad y com-
plejidad. Por lo tanto, es fundamental transitar desde una visión centrada en la
experiencia anecdótica, hacia una experiencia de colaboración que permita gene-
rar asociaciones para crear entornos de aprendizaje auténticos. Dichos entornos
de aprendizaje deberían considerar su naturaleza situada, favoreciendo la inte-
gración del conocimiento teórico, el conocimiento práctico y la autorregulación
(Tynjälä, 2008). De este modo, se crea el contexto de trabajo para avanzar hacia
el uso de datos para la toma de decisiones en ambientes mediados y colaborati-
vos, que contribuyan a mejorar los aprendizajes de los estudiantes.
Los docentes necesitan ser no solo buenos ‘lectores’ de la evidencia, sino tam-
bién ser ellos mismo productores de evidencia, ya sea de sus propias prácticas y
de los impactos que producen, como de los aspectos de sus estudiantes que re-
quieren de mayor desarrollo. No tenemos que olvidar que la forma de aprender
de los estudiantes es espejo de la forma en que los docentes aprenden (Godfrey,
2016).
El desarrollo de una cultura escolar comprometida con la investigación estará
mediado por un rango de factores a diferentes niveles (crono, macro, meso y
microsistema) (Godfrey, 2016). Esta visión ecológica es un modelo a largo plazo,
que implica el desarrollo de un ecosistema que permita el fomento y el compro-
miso con la investigación (Godfrey y Brown, 2019). Una de las vías de conectar
la investigación con las prácticas (y la política) es a través de las escuelas. Para esto
se requiere una pedagogía rica en investigación, promoción de comunidades de
investigación, y poner a la investigación en el corazón de la política de la escuela
y sus prácticas (Godfrey, 2016).
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LA FORMACIÓN
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L a formación inicial docente (FID) es, sin duda, un proceso muy
desafiante, especialmente debido a la rápida evolución y dinamis- INICIAL DOCENTE CRISTIÁN SANHUEZA CAMPOS. Profesor de Inglés,
Magíster en Lingüística inglesa y Doctor en Lingüís-