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Epistemologia Folleto 4 Origen Del Conocimiento

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EPISTEMOLOGIA FOLLETO 4

3.2 EL ORIGEN DEL CONOCIMIENTO

El conocimiento humano proviene de la experiencia o del puro pensamiento.

El hombre viene dotado de por sí de conocimientos apriori, o por el contrario requiere


de la combinación activa de las facultades sensibles e intelectivas a la vez.

Frente a esta preocupación por establecer el origen de los conocimientos surgen los
siguientes sistemas como posibles soluciones:

- RACIONALISMO,

- EMPIRISMO,

- INTELECTUALISMO, Y

- A PRIORISMO.

Este problema ya estaba planteado en el mundo griego que anticipó también


soluciones. Pero solo en la edad moderna adquiere, como los demás problemas relativos al
conocimiento, toda su importancia.

3.2.1 EL RACIONALISMO

La filosofía de los siglos XVII y XVIII se caracteriza por su interés por determinar el
origen del conocimiento, Para el racionalismo, el conocimiento tiene su origen en la razón la
experiencia no cuenta en la elaboración de nuestros conocimientos. El único órgano adecuado
o completo de conocimiento es la razón. Esta ilumina lo real percibiendo todas sus
articulaciones; de modo que todo conocimiento (verdadero) tiene origen racional.

Su verdadero representante es Descartes, fundador de la filosofía moderna. Según él


hay conocimientos innatos, ya dados en el entendimiento, verdades sin las cuales no es posible
la experiencia. Esas verdades innatas son creadas por Dios, residen en nuestro pensamiento y
no corresponden a 'cosas' existentes fuera de él. Las cosas particulares, que están fuera de
nuestro entendimiento son existencias; las verdades eternas son esencias. Las verdades eternas
son eternas e inmutables porque Dios lo ha querido así.

Para llegar al plano de lo real o de las verdades objetivas, Descartes dice que es
indispensable tomar una actitud radical frente a todo lo que uno da por aceptado. La duda sería
el método para llegar a un estado original, el método que le daría plena seguridad en todo lo
que afirmaba, con el rigor de la matemática cuyas verdades nadie discute, sino que se aceptan,
y esto porque tiene una certeza incorruptible; certeza que está en relación directa con la
ausencia de elementos sensibles.

Dudaba de la existencia de Dios, de la existencia del mundo, de los conocimientos que


proporcionan los sentidos, de las verdades matemáticas, de su propia existencia. Si dudando de
todo podía llegar a una verdad tan "evidente" en sí misma, que se resistiera a la duda, sobre
esa verdad firme y definitiva se debía levantar todo el edificio de la filosofía.

La duda _radical dejó a Descartes en la primera gran verdad: "pienso luego existo". De
este principio de la filosofía, se sigue que todo lo que piense clara, distinta y evidentemente,
eso existe. Descartes, examinando las ideas que había en su, interior verdades eternas, no
derivadas de la observación de los hechos, por ejemplo: "De nada, nada puede crearse"; "es
imposible que una misma cosa sea y no sea al mismo tiempo"; "es imposible que el que piensa
o exista mientras piensa" …, se encontró con las ideas de Ser perfecto y Ser infinito, ideas
que él no pudo formar porque él es finito e imperfecto; de ahí concluyó que esas ideas se las
había colocado el mismo Ser perfecto, Dios (innatismo).

La idea de Dios nace con uno y por eso aceptamos su existencia. La existencia de Dios
es un hecho, por eso colocó en nosotros la idea de perfecto e infinito. Las ideas de Dios y de
alma no fueron sacadas por vía de los sentidos; La idea de Dios es Verdad eterna de la cual
dependen todas las otras verdades.

La tercera verdad es la de la existencia del mundo. Los cuerpos, el mundo existen


porque tienen a Dios como causa, Las ideas que formamos a través de los sentidos y que
corresponden a las cosas sensibles deben provenir de la sustancia extensa y su ser depende de
la potencia de Dios, sin Él no puede subsistir ni un solo momento. 1

Podemos resumir al racionalismo de Descartes así:" no tiene en cuenta la experiencia


como punto de partida de todo conocimiento. Coloca como criterio de verdad todo lo que se
conciba racionalmente como claro y distinto, es decir, objetivo. Hace derivar del pensar su
existencia. Primacía del sujeto frente al objeto. La evidencia de Descartes no se refiere a las
cosas como tales, sino a mi concepción de las cosas, a las ideas de las Cosas. Y basta en que
esas ideas sean claras para que de hecho representen algo objetivo. La objetividad del mundo
sólo se salva recurriendo a Dios. El pensar filosófico se realiza -en el ejercicio interior del
sujeto- sin necesidad de tener en cuenta el mundo, las circunstancias políticas o económicas
que ordenan al sujeto pensante. Sólo los juicios que se estructuran en la razón tienen validez,
necesidad, unidad"2

Esquematizando, vemos mejor, como lo lógico (evidente, claro, distinto) viene a


determinar de lo real u ontológico, en el pensamiento cartesiano:
1
Cf. DESCARTES R, Discurso del método, Edit. Losada, Buenos Aires, l97l, pp. 65-68
2
BARRAGAN H. Op. Cit. p.42
ORDEN LOGICO ORDEN ONTOLOGICO
Yo pienso Existo
Pienso en la idea de perfecto Dios existe
Pienso en la idea de extensión El mundo existe
Todo cuanto pienso Existe

Este racionalismo se verifica en Nicolás Malebranche para quien la razón y la fe tienen


la misma fuente, y por tanto no puede existir contradicción entre ellas. Su tesis fundamental
dice: Nosotros movemos todas las cosas en Dios. Por cosas entiende Malebranche, las cosas
del mundo exterior. Sólo a través de las ideas se pueden conocer las cosas. Su interés es hacer
una síntesis filosófica en la que la ciencia se muestre envuelta en la fe. Sin la fe, la razón no
puede alcanzar la verdad. Contrario a Descartes que sostenía que esas ideas estaban en nuestro
entendimiento, Malebranche las ubica en un mundo inteligible y son arquetipos o modelos de
todas las cosas. Es lo que se entiende como "ontologismo".

Según él las sensaciones son oscuras y confusas, en cambio las ideas son claras y
distintas, generales y comunes a todos los hombres. En ningún caso los sentidos nos permiten
conocer la verdad y la naturaleza de las cosas. Por ello predica cierta desconfianza de los
sentidos, a lo sumo tienen un valor práctico, ayudan a la conservación de la vida.

Baruc Spinoza sostiene que para estar seguros de algo no hay que acudir a causas
extrínsecas a nosotros mismos, sino que basta la evidencia, la conexión intrínseca necesaria de
las ideas entre sí y de todas ellas con la idea de Dios. Dios es la única sustancia, el Ser
primero, la Idea primera, fuente de todas las ideas y de toda verdad (panteísmo).

Spinoza reduce los grados de conocimiento a tres:


l. Por los sentidos externos (contactos empíricos), y por los sentidos 1nternos (opinión
e imaginación);

2. por razón (conocimiento discursivo, cierto, necesario verdadero); y

3. por intuición el grado más elevado de conocimiento (conocimiento perfecto


adecuado; que conoce en esencia).

Spinoza profesa una confianza absoluta en la razón. Para alcanzar la certeza de la


verdad no se requiere más que poseer la certeza de la idea verdadera consistente en su
correspondencia objetiva, clara y distinta.3

Otro representante del racionalismo es Guillermo Leibniz. el filósofo de mayor


influencia en la doctrina de la lógica actual.

Leibniz distingue dos clases de verdades:

Las de razón y las de hecho.

Las verdades de razón, por ejemplo, las de los números y las de las figuras son eternas
válidas para los ángeles y para el mismo Dios; son necesarias y negarlas implica
contradicción: Que 2+2 no sea 4 es contradictorio e imposible para toda inteligencia. El origen
de estas verdades de razón no puede estar en los sentidos, son innatas; tenemos que
aprenderlas gracias a la ocasión que los sentidos nos suministran. Por los sentidos esas
verdades pasan de virtuales a actuales.

Por verdades de hecho entiende las que son pero que pudieran haber sido otras; por
ejemplo, las leyes físicas: que el agua hierva a 100 g; que la tierra tenga un solo satélite..; son
afirmaciones que no implican contradicción.

3
(35) Cf. Ibid. pp. 43-45
Leibniz por medio del método matemático aspira a llegar: a las verdades absolutas.
Su deseo es que todo sea claro y demostrable por la razón. Las verdades de razón presentan
necesidad, nunca necesitan demostración. En cambio, las verdades de hecho son contingentes
y requieren de demostración.

El pensamiento de Leibniz se puede reducir a: solo al orden racional corresponde lo


real, lo objetivo, lo que se postula a nivel del orden racional, eso es lo que existe. En Dios se
unifican las verdades necesarias y contingentes, por una especie de reducción. El principio de
razón suficiente sirve para reducir las verdades de hecho a las verdades de razón. Esto lleva a
afirmar que las verdades son analíticas. El cálculo de probabilidades le sirve para poder
establecer las combinaciones posibles: las cosas tienen tanta mayor posibilidad de existencia,
cuanto más útiles, beneficiosas Y eficaces sean.

Este mundo es el mejor de los mundos posibles, la combinación más probable es real.
El hombre no puede llegar a una certeza absoluta porque es limitado en su inteligencia.

Conocer la cantidad de combinaciones o de acontecimientos de las cosas es hacer


verdadera ciencia.

El mérito del racionalismo consiste en haber visto y subrayado con energía la


significación del factor racional en el conocimiento humano. Pero es exclusivista al hacer del
pensamiento la fuente única o propia del conocimiento. Ello armoniza con su ideal del
conocimiento, según el cual todo verdadero conocimiento posee validez universal y necesidad
lógica. Pero este ideal es exclusivista coro sacado de una forma determinada del conocimiento,
el matemático. Otro defecto del racionalismo consiste en respirar el espíritu del Dogmatismo

Cree poder penetrar en la esfera metafísica por el camino del pensamiento puramente
conceptual. Deriva de principios formales, proposiciones, materiales; deduce de meros
conceptos, conocimientos (piénsese en el intento de derivar del concepto de Dios su
existencia; o de definir partiendo del concepto de substancia, la esencia del alma). Justamente
este espíritu dogmático del racionalismo ha provocado una y otra vez su antípoda, el
empirismo.

3·2.2 EL EMPIRISMO

Contra la actitud racionalista, el empirismo ve en la experiencia sensible, concreta, la


única fuente de conocimiento. Según él, todo individuo humano, desde que nace, se enfrenta
con el mundo y comienza a distinguir entre el yo y el no-yo. Como en una hoja en blanco, los
sentidos van registrando en el espíritu humano sus percepciones. No hay, pues, ningún
elemento racional en el proceso de conocimiento en sí.

Uno de los más grandes representantes del empirismo es John Locke. Su punto de
partida consiste en negar la tesis del racionalismo de que en nuestra alma haya ideas innatas.
Si los conocimientos vinieran con nosotros al nacer, la sensibilidad no tendría finalidad alguna
y el aprendizaje carecería de sentido. Pero, el espíritu humano es semejante al de un papel
blanco (tabla rasa) en la cual nada está escrito y texto viene a ser plasmado posteriormente por
la experiencia.

En su "Ensayo sobre el entendimiento humano", se trata con profundidad el origen de


las ideas. Todo el conjunto de ideas o conocimientos que tenemos en nuestra mente, producto
de la experiencia, proceden de un doble origen: por una parte, los sentidos externos que nos
ponen en contacto con las cosas, y aprehenden las cualidades (amarillo, duro, frio... ). Este
conocimiento se llama sensación.

Por otra parte los sentidos internos v que suministran los estados anímicos de la
persona, autopercepción Y recibe el nombre de reflexión. Locke entiende por reflexión la
experiencia interna: sentimientos, pasiones, dudas, gozo, etc. Todo el esfuerzo de Locke va
encaminado a mostrar que todo el conjunto de sensaciones suministrado por los sentidos
externos (sensación) e internos (reflexión) constituyen las ideas simples, las ideas compuestas
están formadas de amasijos de ideas simples así por ejemplo, la idea de extensión es simple,
pero está formada de impresiones que proceden del sentido de la vista, del tacto, del sentido
muscular. Pero La idea de sustancia es compuesta; está formada por otras ideas que se unen, y
de esa unión se constituye la idea de sustancia.

Este trabajo de Locke es un esfuerzo por introducir claridad psicológica en el amasijo


del conocimiento. Nuestro conocimiento es un conjunto de ideas, de pensamientos. Locke se
llega a ese conjunto; empieza a analizar, a dividir; va tomando esas ideas una por una; las que
son complejas, como los modos, las sustancias, las relaciones y las descompone en ideas
simples; y a cada una de las ideas simples les asigna un origen empírico, bien en la experiencia
externa de los sentidos, bien en la experiencia interna que es el darse cuenta la conciencia de sí
misma, reflexión.

Esquematizando el conocimiento según Locke tenemos:


Después de Locke el problema cae íntegramente en las manos de Jorge Berkeley,
Tomás Hobbes, David Hume... Berkeley intenta defender las Verdades de la religión. Afirma
que no existe más que una sustancia, la del Espíritu y lo que éste percibe; la sustancia material
no existe. Los únicos objetos del conocimiento diario son las ideas; Lo que se denomina
"cosa" no es más que una colección de ideas. Por ejemplo, una naranja no es más que un
conjunto de ideas de color, sabor, forma, tacto.

El ser de algo se reduce a ser percibido. Esas ideas tienen como fuente a Dios, que las
ordena y nosotros las 'percibimos a través de nuestros sentidos. Berkeley es empirista por
sostener que nuestro conocimiento se reduce a un conjunto de impresiones, sensaciones o
ideas, pero es inmaterialista al sostener que esas impresiones no proceden de sustancia
material, sino de la sustancia espiritual: Dios.
David Hume en sus "Ensayos filosóficos sobre el entendimiento humano", llevó a sus
últimas consecuencias la doctrina de Locke y Berkeley. Locke redujo la realidad corporal a
una combinación de impresiones, de sensaciones, a las cuales el espíritu atribuía una especia
de sustancia desconocida ("un no se qué" que está por debajo de las diversas cualidades,
sensaciones o impresiones que una cosa nos produce).

Berkeley hace la modificación de llegar las cualidades de los cuerpos y la base


material de esas cualidades, es decir, la sustancia, para sostener que solo existen sustancias
espirituales. Hume niega la existencia de la sustancia material, de sus cualidades, la existencia
de la causalidad y la de las sustancias espirituales para concluir que toda la realidad no es más
que un fenómeno o hecho de conciencia.

El psicologismo de Locke había respetado la sustancia de Descartes en su forma de


sustancia pensante, extensa y Dios. Berkeley prosigue con el método psicológico, empleado
por el empirismo, hasta deshacer la noción de substancia material y quedarnos con la de pura
percepción, quedando todavía un residuo sustancial: la sustancia espiritual.

Hume termina negando la substancia material y espiritual. La sustancia no es más que


un concepto complejo basado en la relación de identidad y de permanencia en el tiempo.
Redujo lo real a un conjunto de impresiones y negó la sustancia corporal caro sustento de esas
impresiones. Es lo que se llama fenomenismo escéptico.

En conclusión, los empiristas se orientan a un escepticismo metafísico. Si todos los


contenidos del conocimiento proceden de la experiencia el conocimiento humano queda
encerrado de antemano dentro de los límites conocimiento de lo suprasensible es imposible.
Los empiristas mantienen una actitud escéptica frente a todas las especulaciones metafísicas.
Lo mismo que los racionalistas ofrecen respuestas autoritarias y formulan mal el problema: no
se distingue entre la validez y el origen del conocimiento, ni discuten su legitimidad.
La significación del empirismo, para la historia de la Epistemología consiste en haber
señalado la importancia de la experiencia frente al desdén del racionalismo. Pero el empirismo
reemplaza un extremo por otro haciendo de la experiencia, la única fuente del conocimiento.
Queda abandonado en principio el empirismo. Pues lo decisivo no es la cuestión del origen
psicológico del conocimiento, sino la de su valor lógico.

3.2.3 EL INTELECTUALISMO

Como tentativa de conciliación epistemológica entre el racionalismo y el empirismo, el


intelectualismo propone un término medio, indicando una doble fuente de conocimiento; la
razón y la experiencia.

El intelectualismo o realismo aristotélico es de opinión que ambos factores tienen parte


en la producción de conocimiento. La mente percibe las imágenes sensibles de las cosas. De
éstas, la razón asume una idea abstracta, imagen fiel de la cosa en sí, y forma los conceptos o
ideas universales.

El intelectualismo sostiene con el racionalismo que hay juicios lógicamente necesarios


y universalmente válidos, Y sólo sobre los objetos ideales, sino también sobre los objetos
reales. Pero deriva los elementos de estos juicios de la experiencia: su axioma fundamental es:
"Nada hay en el entendimiento que antes no haya sido por los sentidos" . Nuestras
facultades sensibles están hechas por naturaleza para suministrarnos información acerca de la
realidad. La razón por su parte funciona con la materia suministrada por los sentidos. El
entendimiento elabora los conceptos, por un proceso abstractivo a partir de las percepciones
sensoriales. De este modo experiencia y razón se integran para constituir el conocimiento
humano.
El conocimiento, según Aristóteles, es la mutación de un sujeto por influencia de un
objeto: una mutación en el sentido de que formas del mundo exterior (realidad) actúan sobre la
vida del alma (entendimiento), lo mismo que un sello deja una impresión en una tablilla de
cera. De este modo los sentidos -cada uno, dentro de su circunstancia (el ojo - los colores; el
oído – los sonidos; etc. ) reciben impresiones. Ello despierta la actividad del entendimiento, el
cual puede recibir en sí mismo la forma de las cosas. Así el entendimiento llega a hacerse,
coro quien dice, el objeto conocido, pero no material sino formalmente (se recibe la forma, no
la materia de un objeto). El entendimiento que no tiene las limitaciones de los sentidos, pero
que precisamente utiliza todos los sentidos, es por tanto, la capacidad de llegar a ser, en cierto
sentido todas las cosas.

Según Aristóteles las sensaciones son conocimientos objetivos, pero no científicos; no


logran distinguir lo sustancial de lo accidental. Las sensaciones nos enfrentan con la realidad
particular concreta. A partir de los datos sensibles, la razón, puede formar conceptos
universales y puede generalizar; conocer las cosas por sus causas, obtener el conocimiento
'científico', es decir, de esencias y no de accidentes.

En esquema tenemos:
En la edad media, Tomás de Aquino desarrolló esta teoría y general la acepta toda la
filosofía tradicional que afirma que el conocimiento al cual el hombre está 'destinado'
principalmente de naturaleza intelectual, pero no de modo exclusivo. La tesis fundamental de
Santo Tomás dice:

Todo nuestro conocimiento intelectual deriva de los sentidos. Empezamos recibiendo


de las cosas concretas imágenes sensibles, especie sensible. El intelecto agente extrae de ellas
las imágenes esenciales generales, las especies inteligibles. El intelecto Posible, recibe en si
estas y juzga así sobre las cosas. De los conceptos esenciales así formados se obtienen luego,
por medio de otras operaciones del pensamiento, los conceptos supremos y más generales,
como los que están contenidos en las leyes lógicas del pensamiento. También los principios
supremos del conocimiento radican pues, en último término, en la experiencia, pues
representan relaciones que existen entre conceptos procedentes de la experiencia.

3.2.4 EL APRIORISMO

Un segundo intento de conciliación entre racionalismo y empirismo es el apriorismo


construido por Kant.

Este sistema considera la experiencia y el pensamiento como fuentes del conocimiento.


Pero define la relación entre la experiencia y la razón en un sentido directamente opuesto al
intelectualismo. Vamos a resumir con la mayor claridad posible el sistema kantiano, que es
ciertamente de los más difíciles en toda la filosofía.

El filósofo alemán, además de las dos fuentes: razón y experiencia, concibe también
esquemas mentales anteriores y superiores a cualquier experiencia (de ahí, el hombre
apriorismo) y que condicionan la propia experiencia. Son las formas a priori de la sensibilidad
(Espacio y tiempo) y las doce categorías del entendimiento por las cuales el hombre unifica en
sí mismo los datos de la experiencia. La intención de Kant es hacer una fundamentación del
conocimiento humano. En la "Crítica de la razón pura", fruto de una meditación de doce años,
manifiesta que se debe hacer un análisis exhaustivo de la facultad de la razón, determinando
sus fuentes, extensión y límites.

A partir del planteamiento que Kant se hizo del problema de la ciencia resuelve el
problema del conocimiento. Establece las condiciones que debe reunir la ciencia y que son las
mismas para todo conocimiento válido:

1. Ser Universal,
2. Ser Necesaria,
3. Consultar la Experiencia,
4. Ampliar el Conocimiento,

Kant considera que el racionalismo llega a verdades universales y necesarias, pero no


explica la relación de esas verdades con la experiencia. Por su parte, 'el empirismo muestra esa
relación con la experiencia, pero le quita a los juicios todo carácter de necesidad y
universalidad.

Según Kant todo conocimiento para que valga como tal, debe presentarse como nuevo
y objetivo. Es nuevo en cuanto no es repetición de lo que ya se conoce, sino que amplía el
conocimiento. Es objetivo en cuanto se presenta como universal y necesario. Kant
considerando el tipo de juicios que emplean las ciencias juzga que:

1. los juicios analíticos traen algo necesario y universal, pero no consulten la


experiencia y no agregan nada nuevo al sujeto, por lo tanto no sirven para la ciencia. Su
función es explicitar lo ya contenido en el sujeto, por ejemplo, el triángulo tiene tres lados.

2. Los juicios sintéticos agregan algo nuevo al sujeto; consultan la experiencia, pero no
tienen carácter universal ni necesario, por ejemplo, Pedro es Alto. Estos juicios tampoco le
sirven a la ciencia.
En resumen, ni los Juicios sintéticos, ni los juicios analíticos por separado satisfacen
las exigencias de un conocimiento válido y fecundo; es necesario ir a la búsqueda de juicios
que sean al tiempo analíticos y sintéticos para que le sirvan a la ciencia. Kant, los llama
juicios sintéticos a priori

¿Son posibles esos juicios?

Kant emprende para lograr su fin La crítica de nuevas facultades cognoscitivas. Estas
son tres:

La sensibilidad, el entendimiento, la razón pura.

Correspondiendo a estas facultades, Kant divide la "Crítica de la razón pura" en tres


grandes partes:

La Estética Trascendental. "Estética" hace relación al estudio de la sensibilidad; y


"trascendental" en cuanto estudia no los objetos aprehendidos por la sensibilidad, sino la
manera de aprovecharlos, las condiciones o formas a priori de la sensibilidad ( de carácter
innato)

La Analítica Trascendental: estudia las estructuras a priori del entendimiento


humano y que sirven de fundamento a las ciencias naturales.

La Dialéctica Trascendental: estudia la razón para determinar si ésta puede hacer


uso de las categorías a priori del entendimiento fuera de las condiciones de la experiencia.

l. Estética Trascendental.

La sensibilidad posee dos formas a priori o moldes innatos: el tiempo y el espacio.


En ellos organiza los datos que recibe por vía de la experiencia, los cuales llegan
caóticos, amorfos y desunificados y forman las intuiciones fenoménicas (fenómenos). El
'fenómeno' es la síntesis o integración de los datos sensibles desunificados, es el elemento
nuevo que pasa a la consideración del entendimiento.

En todo conocimiento podemos, entonces, distinguir una materia, o contenido y una


forma. La materia procede del objeto conocido; la forma es impuesta por el sujeto. La
intuición fenoménica nos permite aprehender el objeto (datos). La capacidad de intuir los
objetos, en que esos objetos nos afectan, merced a la manera se llama sensibilidad.

Mediante la sensibilidad los objetos son representados como extensos o como


sucesivos. Para que los objetos aparezcan como extensos es necesario que la sensibilidad los
aprehenda bajo la forma del espacio; para que aparezcan como sucesivos, es necesario que la
sensibilidad los aprehenda bajo la forma del tiempo. Espacio y tiempo son no dos realidades
exteriores, sino las dos formas de aprehensión sensible de los objetos. Esas formas no derivan
de la experiencia: no son a posteriori; por el contrario, son necesarias para que la experiencia
sea posible: son a priori. Estas formas a priori de la sensibilidad son el fundamento de todas
las intuiciones. Son maneras de intuir.

El espacio no es inherente a las cosas mismas, no es realidad empírica, sino la


capacidad formal del sujeto, para recibir de los objetos una representación inmediata. La
extensión no pertenece a la cosa en sí; la exterioridad es una representación de nuestra
sensibilidad impuesta a las cosas. El especio no es un concepto, sino una intuición, o lo que es
lo mismo, una forma pura de la sensibilidad.

Tampoco el tiempo deriva de la experiencia, ni es un concepto, ni una cosa; es la forma


a priori de los sentidos internos -con la cual podernos llevar un registro de los estados
anímicos- y externos. El espacio es la forma a priori, condición formal únicamente de los
fenómenos exteriores; el tiempo es la condición formal de todos los fenómenos. Espacio y
tiempo son las únicas intuiciones puras; todas las demás son intuiciones empíricas, es decir,
derivadas de la experiencia.

2. Analítica Trascendental.

Al estudiar el criticismo vimos que los juicios podían clasificarse según La cualidad
(afirmativos, negativos, indefinidos o limitativos); según la cantidad (universales, particulares
y singulares); según la modalidad (asertóricos, problemáticos y apodícticos); según la relación
(categóricos, hipotéticos y disyuntivos).

Kant en su Crítica de la razón pura, después de estudiar cómo es posible aprehender los
objetos y de concluir que es posible aprehenderlos gracias a las formas de la sensibilidad,
estudia cómo es posible pensarlos, y concluye que es posible gracias a las categorías del
entendimiento. La Analítica Trascendental tiene por fin descubrir y estudiar estas estructuras a
priori del entendimiento, (categorías), que hacen posible el que podamos pensar o relacionar
los fenómenos preparados por la sensibilidad y sirven igualmente, de fundamento a las
ciencias naturales.

El entendimiento es la facultad encargada de pensar el objeto de la intuición sensible


(fenómeno), hacerlo inteligible sometiéndolos a juicio. Enlaza fenómenos, los relaciona, hace
síntesis. El entendimiento piensa algo cuando reúne fenómenos en una categoría. El
entendimiento tiene 12 categorías a priori o moldes innatos para organizar las intuiciones
fenoménicas. Se forman así las doce clases de juicios sintácticos a priori, que según Kant
tienen valor.

Las doce categorías son a saber:

Unidad: singular pluralidad, Particularidad


Totalidad: general realidad, Afirmativos
Negación, negativos Limitación: indiferentes
Sustancialidad: categóricos Causalidad: hipotéticos
Reciprocidad - disyuntivos Posibilidad - problemáticos
Existencia - asertivos Necesidad - apodícticos

Para cada clase de juicios hay una categoría pura del entendimiento. Las categorías son
conceptos puros, son las condiciones que garantizan la objetividad de un juicio. Pensar un fenómeno
no es otra cosa que referirlo a una categoría a priori. Estas categorías tienen carácter necesario y
universal; por ellas el entendimiento hace la síntesis de los fenómenos y esta síntesis se verifica en el
juicio.

Gracias a las formas de la sensibilidad es posible representarse los objetos. Gracias a las
categorías del entendimiento es posible juzgarlos.

Las categorías a priori están dependiendo de La experiencia: las categorías sin las
intuiciones fenoménicas son vacías, las intuiciones sin las categorías son ciegas. Ninguna categoría
por sí sola, es tampoco conocimiento. Las categorías viven, pues, de la experiencia como la
experiencia vive de las categorías. Las categorías prescriben a priori leyes a los fenómenos y por lo
tanto a la naturaleza considerada como conjunto de fenómenos. Esto significa que las ciencias
naturales son posibles gracias a la necesidad y universalidad que las categorías imprimen a esos
fenómenos que proceden de la naturaleza.

3. Dialéctica Trascendental.

Estudia la razón. Además de la sensibilidad, que nos permite aprehender los objetos y nos da la
experiencia empírica y del entendimiento que nos permite pensar los objetos, está la razón, cuyos
moldes son las ideas.

Las doce clases de juicios sintéticos a priori pasan a la consideración de la razón pura, la cual
tiene tres ideas a priori o moldes innatos: el yo, el mundo, Dios.
Todo nuestro conocimiento empieza por los sentidos, pasa por el entendimiento y termina en la
razón. Mientras el entendimiento es la facultad del juicio, la razón lo es del raciocinio. La razón tiene
por objeto hacer la síntesis suprema de los conocimientos tratando de unificar todo el saber en las tres
ideas trascendentales:

- el yo, es la idea de la unidad del sujeto;

- el mundo, es la idea de los fenómenos como sistema único;

- Dios es la idea de la unidad de todas las existencias.

Estas tres ideas corresponden a los tres grandes problemas: el psicológico, el


cosmológico y el teológico. Ninguna de esas tres ideas corresponde a ningún objeto de
experiencia no se les puede dar existencia objetiva, no tiene otro sentido sino servir como
reguladores de la experiencia.

Estas ideas son conceptos puros que proceden de la naturaleza misma de la razón; por
lo tanto son incondicionados, pero sirven para unificar el conjunto de fenómenos externos e
internos del sujeto, o para sintetizar la totalidad de las experiencias tanto externas como
internas.

Así quedan organizados todos los fenómenos, tanto los que se verifican dentro del yo,
como los que se verifican en el mundo, como los que se verifican afuera del yo y del mundo,
es decir en Dios.

Del análisis anterior podemos sacar las siguientes conclusiones:

1. El conocimiento es una construcción activa de las facultades cognoscitivas, las cuales


conceden a los fenómenos sus formas, sus categorías e ideas a priori.
2. Nuestro conocimiento se limita a los fenómenos. El nóumeno (cosa en sí) o esencia es
incognoscible.
3. Son posibles las ciencias que tratan de fenómenos como las matemáticas, las ciencias
fisicoquímicas, las ciencias naturales.
4. La metafísica que trata de noúmenos , de cosas que no caen bajo los sentidos es
imposible como ciencia, porque las partes de la metafísica tradicional (que eran:
alma, mundo y Dios) quedaron reducidas a simples Ideas regulativas.
5. Nada sabemos propiamente de Dios, del yo. Dios es una idea a priori, un molde en el
que colocamos ciertos fenómenos.

Con La "Crítica de la razón práctica" (Voluntad) piensa Kant que puede fundar
sólidamente las principales verdades.

Al obrar, La razón práctica se siente regida por una ley moral, universal, necesaria.
Esta ley se presentó como un 'imperativo categórico' Y corresponde a la voz de la conciencia.

El imperativo categórico, puede ser formulado así:- "obra de tal modo que su acción
pueda servir de modelo para todos". Para cumplir este imperativo es necesario que el hombre
sea libre, que su alma sea inmortal, para recibir premio o castigo y que haya un Dios que
premie o castigue. Dios, inmortalidad del alma, libertad, son tres postulados, tres verdades
indemostrables pero exigidas por el imperativo categórico.

El apriorismo ha sido objeto de muchas críticas y objeciones:

El apriorismo kantiano pretende mostrar en el campo del conocimiento que es el objeto


el que gira en torno al sujeto y no a la inversa.

Así demuestra que la realidad no la conocemos sino como aparece: fenómenos. Por lo
cual, este sistema lleva indirectamente al escepticismo (o agnosticismo), pues al no conocer el
noúmeno, no conocemos la verdad de las cosas, sino los fenómenos o apariencias. El sujeto el
que a través de sus estructuras a priori tanto de la sensibilidad (espacio, tiempo) como del
entendimiento (categorías) y la razón (ideas a priori regulativas) condiciona la posibilidad del
conocimiento científico.

El nuevo criterio de la verdad no serán las cosas corro tal, sino las estructuras a priori
del sujeto, porque ellas son las que garantizan la objetividad. Esa supra valoración de las
estructuras a priori del sujeto ha llevado a algunos críticos a considerar a Kant como
subjetivista e idealista trascendental, y conceptualista = (los conceptos del entendimiento no
tienen correspondencia en la realidad).

Las categorías de nuestro pensamiento no son a priori: derivan de la experiencia, se


construyen en ella y se enriquecen con el tiempo. Hay otras categorías como la de evolución
que han ido surgiendo. El esquema kantiano convierte el espíritu en un sistema rígido de
formas y categorías negándole la posibilidad de creación, que es lo caracteriza al espíritu, en
contraposición a la simple naturaleza.

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