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Fisiologia Del Sistema Endocrino Control Endocrino Del Balance Hídrico y Salino

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“Año de la unidad, la paz

y el desarrollo”
PORTADA

Nutrición Humana

Fisiología del sistema endocrino:


Control endocrino del balance hídrico
y salino

Docente:

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

Presentado por:

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

Ciclo: xxxx

Huancayo – Perú

2023

1
DEDICATORIA

Dedicamos este trabajo a nuestros padres por

apoyarnos incondicionalmente en nuestros estudios

para mañana ser profesionales de éxito.

2
INDICE

PORTADA........................................................................................................................1

DEDICATORIA................................................................................................................2

INDICE..............................................................................................................................3

INTRODUCCIÓN.............................................................................................................4

FISIOLOGÍA DEL SISTEMA ENDOCRINO: CONTROL ENDOCRINO DEL BALANCE

HÍDRICO Y SALINO.......................................................................................................6

1.1. Definición..............................................................................................................6

1.2. Fuerzas osmóticas..................................................................................................8

1.3. Ingesta y excreción de agua...................................................................................9

1.4. ¿Cómo funciona la regulación del equilibrio hídrico?.........................................11

CONCLUSIÓN...............................................................................................................15

BIBLIOGRAFIA.............................................................................................................16

ANEXOS.........................................................................................................................17

3
INTRODUCCIÓN

El volumen hídrico corporal y la concentración de electrolitos se mantienen, en

condiciones normales, dentro de límites muy estrechos a pesar de las amplias

variaciones en la ingesta dietética, las actividades metabólicas y las tensiones

ambientales. La homeostasis de los líquidos corporales se conserva sobre todo gracias a

la acción de los riñones.

El balance hídrico y de sodio (Na) dependen uno del otro. El agua corporal total

representa alrededor del 60% del peso corporal en hombres (entre 50% en individuos

obesos hasta 70% en personas delgadas) y cerca del 50% en mujeres. Casi dos terceras

partes del agua corporal total se encuentra en el compartimento intracelular (líquido

intracelular o LIC) y el tercio restante se localiza en el compartimento extracelular

(líquido extracelular o líquido extracelular). En condiciones normales, alrededor del

25% del LEC se encuentra en el compartimento intravascular y el 75% remanente

corresponde al líquido intersticial (véase figura Compartimentos líquidos en un hombre

promedio de 70 kg).

Los desórdenes del balance de agua y electrolitos son comunes, pero la

fisiopatología de estos es frecuentemente incomprendida. Entender la terminología y

los principios básicos detrás de cada una de estas manifestaciones es esencial para el

diagnóstico y tratamiento adecuados. Es por esto que a modo de introducción de este

articulo ahondaremos en la fisiología y fisiopatología detrás del equilibrio hidrosalino y

electrolítico.

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5
FISIOLOGÍA DEL SISTEMA ENDOCRINO: CONTROL ENDOCRINO DEL

BALANCE HÍDRICO Y SALINO

1.1. Definición

El agua y la sal están estrechamente ligadas, “El agua sigue a la sal como la sombra

al cuerpo”, de hecho, en la mayor parte de las situaciones, los trastornos de ambos

elementos van juntos. La concentración plasmática de sodio no refleja la cantidad de

sodio del organismo, sino la relación entre la cantidad de sodio y la de agua: (1)

 Cantidad de sodio: regula volumen extracelular

- El exceso de sodio se manifiesta como edemas o hipertensión

- El déficit de sodio como hipotensión y taquicardia

 Concentración de sodio: regula la distribución del agua (osmolalidad)

 A través del balance hídrico se regula el volumen intracelular

El agua corporal se reparte entre distintos compartimentos, el espacio intracelular y

el espacio extracelular, y este a su vez entre el intersticial y el intravascular (figura 2-1).

El volumen intravascular también tiene dos partes:

 Sector venoso, es como un reservorio de sangre

 Sector arterial, es el importante fisiológicamente y constituye el volumen

circulante eficaz, el cual asegura la perfusión tisular. Está estrechamente

regulado.

En la insuficiencia cardíaca está aumentado el volumen del sector venoso y

disminuido el volumen circulante eficaz por el bajo gasto.

6
El término deshidratación es equívoco, ya que en realidad se produce una

disminución del volumen extracelular (deficiencia combinada de sodio y agua) y no un

mero déficit de agua. Se puede usar cuando las pérdidas son relativamente puras de

agua, las cuales cursarán con hipernatremia. (2)

Es importante recordar la distribución del agua a la hora del tratamiento, ya que, si

administramos suero glucosado, la glucosa se metaboliza y sólo queda agua, la cual irá

en dos tercios al interior de las células y el tercio restante al EEC. Si administramos

suero salino fisiológico, todo el volumen se distribuirá por el espacio extracelular, por

tanto, para tratar una depleción de volumen o un shock, siempre se debe usar suero

salino.

El catión intracelular principal es el potasio (K). El catión extracelular principal es el

sodio (Na). Las concentraciones de cationes intracelulares y extracelulares son como

sigue:

 La concentración intracelular de potasio es de 140 mEq/L en promedio (140

mmol/L).

 La concentración extracelular de potasio es de 3,5 a 5 mEq/L (3,5 a 5 mmol/L).

 La concentración intracelular de sodio es de 12 mEq/L (12 mmol/L).

 La concentración extracelular de sodio es de 140 mEq/L (140 mmol/L) en

promedio.

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1.2. Fuerzas osmóticas

La concentración de los solutos combinados en el agua produce la osmolaridad

(cantidad de soluto por litro de solución) que, en los líquidos corporales, es similar a la

osmolalidad (cantidad de soluto por kg de solución). La osmolalidad plasmática puede

medirse en el laboratorio o estimarse de acuerdo con la siguiente fórmula:

Estimación de la osmolalidad plasmática en unidades convencionales (mOsm/kg) =

donde el sodio sérico (Na) se expresa en mEq/L, y la glucosa y el nitrógeno ureico

en sangre (BUN) se expresan en mg/dL.

La osmolalidad plasmática estimada en unidades SI es 2[Na sérica] + glucosa + urea,

donde todos los valores se expresan en mmol/L.

La osmolalidad de los líquidos corporales oscila, en condiciones normales, entre 275

y 290 mOsm/kg (275 y 290 mmol/kg). El sodio es el principal determinante de la

osmolalidad plasmática. Los cambios aparentes en la osmolalidad calculada pueden ser

el resultado de errores en la medición del sodio (que puede ocurrir en pacientes con

8
hiperlipidemia o hiperproteinemia extrema porque el lípido o la proteína ocupa espacio

en el volumen de suero tomado para el análisis; la concentración de sodio en el suero

no se afecta. Los métodos más nuevos de medición de electrolitos séricos con

electrodos selectivos de iones directos eluden este problema. Hay una brecha osmolar

cuando la osmolalidad medida excede la osmolalidad estimada por ≥ 10 mOsm/kg (≥

10 mmol/kg). Es causada por sustancias osmóticamente activas no medidas presentes

en el plasma. Los más comunes son los alcoholes (etanol, metanol, isopropanol,

etilenglicol), manitol y glicina. (3)

El agua cruza las membranas celulares libremente desde áreas con baja

concentración de solutos hacia áreas con elevada concentración de éstos. En

consecuencia, la osmolalidad tiende a igualarse a través de los diversos compartimentos

hídricos corporales gracias al movimiento del agua más que al de los solutos. Los

solutos como la urea, que se desplazan libremente a través de las membranas celulares,

ejercen un efecto escaso o nulo sobre los desplazamientos de agua (actividad osmótica

escasa o nula), mientras que los solutos limitados principalmente a un solo

compartimento hídrico, como el sodio y el potasio, ejercen la máxima actividad

osmótica.

La tonicidad, u osmolalidad efectiva, refleja la actividad osmótica y determina la

fuerza que conduce al agua a través de los compartimentos hídricos (fuerza osmótica).

Otras fuerzas pueden oponerse a la fuerza osmótica. Por ejemplo, las proteínas

plasmáticas ejercen un leve efecto osmótico que tiende a movilizar agua hacia el

plasma; en condiciones normales, este efecto osmótico es contrarrestado por las fuerzas

hidrostáticas vasculares que atraen el agua fuera del plasma.

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1.3. Ingesta y excreción de agua

La ingesta promedio de líquido es de alrededor de 2,5 L por día. La cantidad

necesaria para reemplazar las pérdidas eliminadas por la orina y otras fuentes oscila

entre 1 y 1,5 L/día en adultos sanos. No obstante, en el corto plazo, un adulto joven

promedio con función renal normal puede ingerir sólo 200 mL de agua por día para

excretar los productos nitrogenados y otros desechos generados por el metabolismo

celular. Las personas que presentan algún grado de pérdida de la capacidad de

concentración renal deben ingerir más agua. La capacidad de concentración renal se

pierde en:

 Personas mayores

 Las personas con diabetes insípida, algunos trastornos renales, hipercalcemia,

restricción significativa de sal, hiperhidratación crónica, o hiperpotasemia

 Individuos que consumen etanol, fenitoína, demeclociclina o anfotericina B

 Personas con diuresis osmótica (p. ej., secundaria a dietas hiperproteicas o

hiperglucemia)

Otras pérdidas obligatorias de agua son sobre todo pérdidas insensibles a través de

los pulmones y la piel, que en promedio representan entre 0,4 y 0,5 mL/kg/h o

alrededor de 650 a 850 mL/día en un adulto de 70 kg. En presencia de fiebre, pueden

perderse entre 50 y 75 mL/día adicionales por cada grado centígrado de elevación de la

temperatura por encima del valor normal. Las pérdidas gastrointestinales suelen ser

mínimas, excepto en pacientes con vómitos abundantes o diarrea significativa. Las

pérdidas por el sudor pueden ser relevantes en climas muy cálidos o durante el ejercicio

excesivo. (4)

10
La ingesta de agua está regulada por la sed. Este mecanismo se desencadena en

respuesta a la estimulación de los receptores en la cara anterolateral del hipotálamo por

el aumento de la osmolalidad plasmática (desde tan sólo 2%) o la disminución del

volumen hídrico corporal. En raras oportunidades, una disfunción hipotalámica reduce

la capacidad del paciente de experimentar sed.

La excreción renal de agua está regulada principalmente por la vasopresina (ADH

[antidiuretic hormone]). La vasopresina es liberada por el lóbulo posterior de la

hipófisis y promueve la reabsorción de agua en la porción distal de la nefrona. Los

estímulos para la secreción de vasopresina son:

 Aumento de la osmoalidad plasmática

 Disminución de la volemia

 Disminución de la tensión arterial

 Estrés

La secreción de vasopresina puede verse comprometida tras la ingestión de algunas

sustancias (p. ej., etanol, fenitoína), por tumores o trastornos infiltrativos que afectan la

neurohipófisis y por un traumatismo encefálico. En muchos casos, no puede

identificarse una causa específica.

La ingesta de agua disminuye la osmolalidad del plasma. La baja osmolalidad del

plasma inhibe la secreción de vasopresina y permite a los riñones producir orina

diluida. En los adultos jóvenes, la capacidad de dilución de los riñones normales es tal

que la ingesta máxima de líquido puede alcanzar hasta 25 L por día; mayores

cantidades descienden rápidamente la osmolalidad plasmática.

11
1.4. ¿Cómo funciona la regulación del equilibrio hídrico?

El mantenimiento de un adecuado equilibrio hídrico (la diferencia neta entre el

aporte y la pérdida de agua) es esencial para la salud. (5)

Es particularmente importante ya que el cuerpo no tiene la capacidad de almacenar

agua: debemos reponer toda el agua que perdemos a diario, pues los humanos no

podemos sobrevivir sin agua más que algunos días.

Perdemos agua diariamente:

 A través del tracto respiratorio (respiración)

 A través del tracto gastrointestinal (heces)

 A través de la piel (transpiración y sudor)

 A través de los riñones (excreción de orina)

Tabla 1
Promedio de perdida de agua en diferentes órganos en adultos

El estilo de vida y las condiciones medioambientales tienen un impacto significativo

en la pérdida de agua a nivel personal, en promedio un adulto sano pierde alrededor de

2.6 L al día.

La actividad física y un ambiente caluroso pueden llevar a una pérdida de agua

adicional, y contribuir a pérdidas de hasta varios litros.

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El aporte de agua se obtiene a través de varias fuentes como las bebidas consumidas,

la dieta y el agua metabólica producida en distintas reacciones principalmente en la

utilización de nutrientes. La producción de agua metabólica representa

aproximadamente 300mL al día, el agua proveniente de los alimentos varía

dependiendo de la dieta y el resto se debe cubrir con una hidratación adecuada. El

balance de agua se mantiene gracias al control homeostático con pequeñas

fluctuaciones.

Los siguientes tipos de aportes y pérdidas de agua se encuentran bajo control

homeostático:

El consumo de bebidas es regulado a través de mecanismos de sed, hormonal

(hormona antidiurética) y mecanismos de concentración y dilución renal.

La excreción de agua a través de los riñones, varia de manera inversa al estado de

hidratación. Cuando se tiene deshidratación se trata de conservar el agua y en caso de

hiperhidratación el agua se elimina a través de la orina.

La manifestación de la sed y de la conservación de agua por parte de los riñones

tienen su origen en el aumento de la osmolaridad del plasma a diferentes umbrales:

La regulación por parte de la hormona vasopresina para la conservación de agua

comienza a un promedio de osmolaridad plasmática de 280 mOsm/kg H2O

La sed sólo se percibe cuando la osmolaridad plasmática alcanza alrededor de 290

mOsm/kg H2O.

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Figura 1
Equilibrio hídrico del hombre

Sin embargo, dicha situación de cambio en la osmolaridad plasmática solamente

sucede cuando la deshidratación ha alcanzado una pérdida de entre el 1% y el 2% del

peso corporal. Por lo tanto, en el día a día, podemos estar expuestos a deshidratación

leve aún sin tener la sensación de sed. La sed es una señal tardía de la deshidratación.

En la práctica, un consejo frecuente es beber en intervalos regulares a lo largo del día,

en lugar de hacerlo solo en los momentos en los que se siente sed. Adicionalmente, en

algunas personas, como es el caso de las personas mayores, la señal de sed es menos

efectiva, por lo que el riesgo de deshidratación aumenta.

14
15
CONCLUSIÓN

1) Los trastornos hidrosalinos y de equilibrio ácido-base constituyen una serie heterogénea

de trastornos con mecanismos fisiopatológicos comunes a pesar de las variadas etiologías,

lo que determina que el manejo de conocimientos fisiológicos y fisiopatológicos sea

esencial para su diagnóstico y manejo adecuado.

2) El manejo inicial de estos es fundamental para retornar rápidamente a la homeostasis, tras

lo cual una búsqueda etiológica acabada podrá ser realizada en caso de ser necesario.

3) El agua y la sal están estrechamente ligadas, “El agua sigue a la sal como la sombra al

cuerpo”, de hecho, en la mayor parte de las situaciones, los trastornos de ambos

elementos van juntos.

4) La ingesta promedio de líquido es de alrededor de 2,5 L por día. La cantidad necesaria

para reemplazar las pérdidas eliminadas por la orina y otras fuentes oscila entre 1 y 1,5

L/día en adultos sanos. No obstante, en el corto plazo, un adulto joven promedio con

función renal normal puede ingerir sólo 200 mL de agua por día para excretar los

productos nitrogenados y otros desechos generados por el metabolismo celular.

16
BIBLIOGRAFIA

1) Bercovich, M. (2014, October). Trastornos hidroelectrolíticos en diarrea aguda. Lectura.

2) Sterns, R. H. (2017, February 01). General principles of disorders of water balance

(hyponatremia and hypernatremia) and sodium balance (hypovolemia and edema).

Retrieved July 02, 2017, Disponible en: https://www.uptodate.com/contents/general-

principles-of-disorders-of-water-balance-hyponatremia-and-hypernatremia-and-sodium-

balance-hypovolemia-and-edema

3) Mosqueda, R., & Rojo, P. (2010). Gastroenteritis aguda. Aeped. Retrieved July 2, 2017,

Disponible en:

https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/gastroenteritis_aguda.pdf.

4) Kreimeier, U. (2000). Pathophysiology of fluid imbalance. Critical Care, 4(Suppl 2).

doi:10.1186/cc968

5) Banfi, A., MD. (2014). Pautas de tratamiento en pediatría. Santiago, Chile: Hospital de

Niños Luis Calvo Mackenna.

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ANEXOS

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