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Felicidad Organizacional

El concepto de felicidad
¿Qué es para usted la felicidad? ¿Se considera una persona feliz? Conozcamos un poco más sobre el concepto de
felicidad; sepamos si somos felices y aprendamos a cómo podemos lograr alcanzarla.

“Las pequeñas cosas de la vida que inspiran la alegría a menudo son


sutiles y no siempre llaman tu atención,” dice Barbara Fredrickson,
psicóloga estadounidense y una de las más destacadas investigadoras
sobre Psicología Positiva a nivel mundial, quien concentró la atención de
sus estudios en el efecto de las emociones positivas y negativas sobre el
desarrollo personal.

Fredrickson identificó que las emociones positivas muestran dos efectos


sobre las personas:

1. Efecto de reversión: El cual logra revertir las emociones negativas

2. Efecto espiral: Logra impulsar un desarrollo personal ascendente y en


espiral, ampliando exponencialmente nuestras posibilidades.

Así también sus investigaciones mostraron la relación que existe entre


emociones, pensamientos, posibilidades y resultados. Para explicar estos
hallazgos, la sicóloga norteamericana elaboró la teoría de la apertura y
desarrollo personal. Resumiendo este trabajo y algunos hallazgos
posteriores, las personas abrimos o cerramos nuestras posibilidades en la
vida de acuerdo a la siguiente secuencia:

En palabras simples, si mi sentimiento es positivo se expanden las experiencias y emociones positivas, anclando un
pensamiento optimista y amplio. La consciencia se amplía, se “ve” más, la energía disponible es percibida como tal y no
funciona con anteojeras mentales que cierran la percepción de la realidad ni las posibilidades disponibles. Tengo visión
amplia.

Módulo 2 - El concepto de felicidad


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Felicidad Organizacional

Es interesante la relación entre pensamiento y sentimiento, que es mutuamente condicionadora. Un pensamiento positivo
o negativo generará emociones en esa misma vibración, mientras que estados de ánimos positivos o negativos son el
caldo de cultivo para pensamientos equivalentes. Si bien han existido debates en la psicología sobre qué es primero, si el
sentimiento o el pensamiento, lo relevante es que gestionando cualquiera, el otro se alinea en la misma dirección.

Emociones positivas producen pensamientos positivos, mientras los pensamientos optimistas fortalecen el sentimiento
expansivo. Es clave el poder del sentimiento, el poder realizador de aquello que diseñamos y pensamos para nuestra vida.

El ánimo positivo genera un pensamiento amplio y expandido, que a su vez fortalece nuestro entramado emocional
positivo. En esta condición hacemos un buen uso de nuestras capacidades y recursos personales, expandiendo la
aplicación de nuestras fortalezas en la vida cotidiana. El sentimiento positivo es el amplificador de nuestros recursos
personales.

Usando nuestros talentos y fortalezas en un alto nivel, las posibilidades se abren, las oportunidades aparecen y las
relaciones con personas y equipos de alta positividad ocurren con mayor probabilidad, por encaje de sintonía emocional.
La conexión con otros nace desde la emoción positiva y se sostiene desde el sentido compartido.

Barbara Fredrickson identificó que las emociones positivas muestran dos efectos
sobre las personas: el efecto de reversión, el cual logra revertir las emociones
negativas y el efecto espiral, el que logra impulsar un desarrollo personal ascendente y
en espiral, ampliando exponencialmente nuestras posibilidades.

Cuando se articulan estas posibilidades ampliadas, nuestra acción es más efectiva, nos genera satisfacción, logro y
felicidad, y permite que se avance a nuevas espirales positivas, nuevos peldaños en la escalera del desarrollo personal y
relacional. Este avance y transformación son en espiral ascendente, impulsándonos hacia arriba, a lo nuevo y más
evolucionado.

La espiral opera como un imán y tiene ese poder de atracción. Nos atrae, convoca y hace girar en torno a lo positivo, un
núcleo poderoso. Nuestro aprendizaje va hacia mayores capacidades y posibilidades, manteniendo la energía por el
bombeo del combustible emocional positivo, que se retroalimenta y autogenera en altos niveles de sentimiento positivo.

Espiral descendente
Así como existe una espiral emocional ascendente existe una descendente, una cuesta abajo en la rodada que nos puede
hacer caer al fondo del pozo y profundizar nuestros miedos y fantasías más angustiosas. También opera como imán,
atrayéndonos hacia lo negativo. La secuencia es la misma que con lo positivo, pero en esta tonalidad mustia, baja y
alejada de lo que queremos para nuestra vida.

Un sentimiento negativo sostenido construye un estado de ánimo negativo, que va acompañando de pensamiento
pesimista, rígido y restringido. Todo se mira con los lentes de la negatividad. Se hace una anticipación catastrófica del
futuro, el pasado se interpreta de forma flagelante y victimizada (¿por qué me pasan cosas malas a mí, que soy bueno?) y
se comienza a vivir en el miedo y el egoísmo. Los pensamientos hacen que la mente “recorte” esa parte de la realidad
que queremos ver y casi toda la percepción se vuelve gris, amenazante y depresiva.

Desde ese pensamiento limitado y contraído nos hundimos aún más en estados de ánimo negativo. Ese sentimiento no
nos permite un buen uso de nuestros talentos personales, nuestras capacidades de acción se reducen, nos atrevemos
poco y no nos damos la oportunidad de desplegarnos. Es una secuencia negativa. Todo funciona mal.

Si no ponemos nuestras fortalezas en acción, naturalmente las posibilidades se estrechan y cierran, generándose malos
resultados, pobres relaciones con los otros y desempeños laborales mediocres, profundizándose el ánimo depresivo. Se
observa que quienes viven permanentemente en espirales negativos y descendentes consolidan trastornos depresivos y
se declaran infelices.

Módulo 2 - El concepto de felicidad


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Felicidad Organizacional

Emociones positivas v/s emociones negativas


Esta secuencia del impacto de las emociones positivas y negativas nos permite identificar e intervenir en aquellas etapas
que consideremos críticas para nuestro desarrollo. Lo relevante es que son las emociones positivas las que nos
promueven al florecimiento personal y colectivo, impulsándonos a una vida buena y feliz. La mayoría de nosotros quiere
florecer, tener una vida con sentido y poder declararse feliz con nosotros mismos y los demás.

Como vimos en la clase pasada, la primera teoría de la auténtica felicidad de Seligman, la describe de un modo simple y
causal: son felices quienes se sienten satisfechos con la vida. Esta idea tuvo dos efectos: impulsó numerosas
investigaciones y confundió a los académicos por lo estrecho del concepto. ¿Crees tú que el único predictor de la felicidad
es la satisfacción con la vida?

Comenzaron a aparecer evidencias de que ello no es así. Por ejemplo, si le preguntamos a una persona que acaba de
tener un hijo si es feliz, seguramente su respuesta será que sí. Ahora bien, si indagamos un poco más y le preguntamos,
cómo ha cambiado su vida desde que su hijo nació, si está durmiendo bien, si tiene tiempo para hacer las cosas que
generalmente le gustaba hacer, es muy probable que la respuesta sea negativa, es decir, podemos deducir que no está
muy satisfecho con su vida, ¿cierto?; pero a pesar de eso es feliz.

Daniel Kanheman, psicólogo que ganó el Premio Nobel de Economía por sus estudios sobre la influencia de las
emociones en los procesos de pensamiento y su impacto en la toma de decisiones, hace una distinción clave entre el yo
que experiencia (experiencing self) y el yo que recuerda (remembering self).

El yo que finalmente hace el juicio sobre si nos sentimos felices o no en la vida es el yo que recuerda y no el yo que
experiencia. Es por esto que podemos decir que la percepción de felicidad es un recuerdo de lo que pensamos o
recordamos respecto de lo vivido y tiene poca relación con la experiencia que vivimos.

Es decir, puedo haber vivido una mala experiencia pero haber construido una buena historia sobre eso, quedándome con
un recuerdo positivo. O al revés, podemos haber tenido una gran experiencia positiva y al pensar sobre ella tener una
historia y un recuerdo negativo, por ejemplo, porque no fue lo que esperábamos en relación a nuestra expectativa.

El modelo PERMA
La satisfacción en la vida no es un buen indicador de la felicidad, es efímero, da cuenta de mi vivencia de corto plazo y
muestra si estoy feliz en la vida, no si me considero feliz con mi vida. Es la diferencia entre experiencia y pensamiento. El
juicio de felicidad personal lo hace el pensamiento.

Estas evidencias llevaron a que el propio Seligman reconociera la estrechez de su original teoría de la felicidad y la
modificara. Los cambios son significativos para la noción de felicidad y se recogen en su libro Flourish, publicado a fin de
2011.

El modelo PERMA, creado por Seligman, debe su nombre a los cinco conceptos que
lo componen: P (emociones positivas); E (compromiso); R (relaciones positivas); M
(sentido) y A (logro).

Lo primero es reconocer que el constructo “felicidad” se usa para demasiadas situaciones y se mide de maneras muy
diferentes, siendo equívoco y poco específico. Por ello se modificó la idea de felicidad por la teoría de well being, un bien
estar en la vida, un buen vivir, un habitar la existencia de forma benéfica. Vivir la vida en armonía con uno mismo y con los
demás.

El segundo cambio es concebir el bien estar como resultado de 5 componentes, que Seligman llamó el modelo PERMA.

Módulo 2 - El concepto de felicidad


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Felicidad Organizacional

1. La P es de positive emotions (emociones positivas). Son felices quienes viven su vida en emociones que abren
posibilidades. Va en la misma línea de la tasa de positividad-negatividad de Marcial Losada, quien –como también vimos
la clase pasada- descubrió que los equipos y las personas con buenos resultados viven en atmósferas con un campo de
fuerza emocional positiva donde hay presencia de 2,9 emociones positivas por cada emoción negativa. La felicidad deriva
de vivir diariamente en emociones positivas, en una relación de 2,9:1 con las negativas.

2. La E (de PERMA) es engagement (compromiso). Se refiere a tener un conjunto de intereses y focos con los que me
comprometo y que orientan mi actuar. Los felices están comprometidos con ideas, propósitos y causas significativas para
ellos.

3. La R es de relaciones positivas. Este aspecto es central, pues la teoría anterior de felicidad era completamente
individual y remitía a la felicidad personal. Son felices quienes viven en buenas relaciones con otros. No se puede ser feliz
solo. Surge la felicidad relacional como un aspecto fundamental de la felicidad propia. El cultivo y cuidado de las
relaciones significativas con otros es fundamental para construir un bien estar. La felicidad individual deriva de la felicidad
relacional.

4. La M es de meaning (sentido). Las personas felices tienen un sentido y un propósito de vida claro y definido. Se
distinguen al menos tres niveles de sentido: sentido individual, sentido social y sentido trascendente, que va desde los
menores a los mayores niveles de felicidad. Personas que trabajan sólo para sí mismos, sin importar lo social o lo
trascendente, muestran menores niveles de felicidad (aunque mayores niveles de satisfacción de corto plazo) que
personas con un sentido trascendente de vida. Es una conclusión científica que las personas más felices son aquellas
capaces de amar de una manera más trascendente. Aparece el nivel de felicidad trascendente.

5. La A es de achievement (logro). La felicidad se revela en la acción concreta y en el logro de objetivos. Es decir, si bien
la felicidad requiere momentos de silencio y reflexión personal “alejados del mundo”, también requiere acción concreta y
resultados “en el mundo”.

En síntesis, las personas felices viven en emociones positivas, compromiso con sus objetivos, relaciones positivas con los
demás, un sentido de vida que los orienta y un conjunto de logros concretos que los hacen felices.

El resultado de ello no es la satisfacción con la vida, es el florecer humano, como consecuencia del aumento del PERMA.
El florecimiento trae aparejado un aumento del optimismo, la resiliencia, la vitalidad y la auto-determinación.

La evolución ha sido desde la felicidad al well being, desde el foco exclusivo en la felicidad individual a un foco balanceado
de felicidad individual + relacional + trascendente, del yo a los otros, y finalmente de la satisfacción en la vida al florecer
humano.

Módulo 2 - El concepto de felicidad


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Felicidad Organizacional

En Resumen...
Barbara Fredrickson concentró la atención de sus estudios en el efecto de las
emociones positivas y negativas sobre el desarrollo personal.
Un pensamiento positivo o negativo generará emociones en esa misma
vibración, mientras que estados de ánimos positivos o negativos son el caldo de
cultivo para pensamientos equivalentes.
El ánimo positivo genera un pensamiento amplio y expandido, que a su vez
fortalece nuestro entramado emocional positivo. En esta condición hacemos un
buen uso de nuestras capacidades y recursos personales, expandiendo la
aplicación de nuestras fortalezas en la vida cotidiana. El sentimiento positivo es
el amplificador de nuestros recursos personales.
Así como existe una espiral emocional ascendente existe una descendente ,
uno que nos hace profundizar nuestros miedos y fantasías más angustiosas.
También opera como imán, atrayéndonos hacia lo negativo.
Daniel Kanheman, psicólogo, hace una distinción clave entre el yo que
experiencia (experiencing self) y el yo que recuerda (remembering self).
Uno de los aspectos que Seligman, propone en su libro Flourish, es concebir el
concepto de “well being” (bien estar) como resultado de 5 componentes, los que
están concentrados en el modelo PERMA.

Módulo 2 - El concepto de felicidad


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