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Trabajo en Grupo Psicoanalisis

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Transferencia en relación al trabajo:

Evelyn Andrea Rodríguez Villagrán 1303-11-14134


Thania Vanessa de León Ramírez 1303-18-17431
Dalyeinis Merari Corado Ortiz 3017-17-10873
Helen Elizabeth Gelista Barrios 1303-19-4869

Facultad de Psicología Clínica

Universidad Mariano Gálvez de Guatemala


Proceso Terapéutico Analítico

Mgtr. Juan Chivalán de León.


.

Septiembre, 25 2022
Introducción:

En el siguiente trabajo veremos como las sucesivas reformulaciones conceptuales de la transferencia


nos han traído algunas aportaciones de interés. En la concepción clásica de la transferencia el paciente
revive su pasado. Esta definición, hoy en día ha sido superada y se acepta que el paciente no solamente
puede revivir el pasado, sino también lo deseado que no tuvo oportunidad de vivir en el pasado.

La mayoría de los autores están de acuerdo en situar el descubrimiento de la transferencia, hecho por
Freud, en el estudio que publica sobre el caso Dora, que veremos más tarde. No obstante, podemos
encontrar vestigios de lo que acabará siendo el concepto de transferencia en algunos episodios previos.
Transferencia en relación al trabajo:

La prehistoria de la transferencia: Por supuesto, ninguna de estas situaciones reúne los requisitos que
definen a la relación transferencial, pero sí dejan ver el interés de Freud por el especial vínculo que
surge entre analista y terapeuta.

Freud trabajó en París, junto a Charcot. Allí usaba la sugestión hipnótica como una forma de
tratamiento de las pacientes histéricas. Ya entonces notó la importancia de la relación terapeuta-
paciente mientras utilizaba el método sugestivo. Lo expresó en el texto “Tratamiento psíquico,
tratamiento del alma” del año 1890. Para él habría una dependencia que se establece en la relación
médico e hipnotizado. Esta relación en palabras de Freud “…no puede contarse entre los propósitos de
este procedimiento terapéutico”.

En 1882, Breuer comentó a Freud el tortuoso final que había tenido el tratamiento de Anna O. La
terapia acabó con el enamoramiento entre la paciente y Breuer y los celos de la esposa de éste. Este
hecho fue tenido como un episodio humano ajeno a la terapia. Incluso Freud, aseguró a su novia y
futura esposa que algo así no le ocurriría nunca a él.

Años más tarde, Freud trató de animar a Breuer para que publicara el caso de Anna O. Le animó a
vencer el desasosiego causado por la historia amorosa. A tal fin le confesó que a él también le había
ocurrido un caso parecido. Freud consideró que este enamoramiento del paciente con el analista es
típico de las pacientes histéricas.

La transferencia como obstáculo:


Años más tarde al analizar el caso, Freud consideró que Dora había proyectado en él la hostilidad
reprimida que sentía hacia su padre (por la permisividad que daba al señor K.) A raíz de este hallazgo
formuló la existencia de la transferencia. Para él la transferencia era considerada como un obstáculo
que se interponía en el avance del tratamiento analítico. Solamente desaparecía cuando se explicaba e
interpretaba al paciente.

Como en tantas otras ocasiones a lo largo de la historia un error propició un gran descubrimiento. Dora
no interrumpió el análisis por su transferencia agresiva hacia Freud. Lo hizo porque se sintió
injustamente tratada, al ser diagnosticada de histérica. Freud no fue capaz de reconocer en su modo de
actuación una contratransferencia negativa hacia la propia Dora.

La transferencia agresiva de la figura paterna hacia Freud existía. Sin embargo, Freud se equivocó al no
ver su contratransferencia como motivo de interrupción de la terapia. Estos fenómenos
contratransferenciales llevarían a Jung en 1904 a proponer a Freud que los analistas fueran previamente
analizados.
Freud usaba como método tradicional de trabajo la libre asociación y la interpretación de los sueños.
En su terapia se encontró de pronto con algo muy distinto y que no podía obviar. Encontró algo que
podía ser una valiosa herramienta de trabajo o un obstáculo insalvable.      

Al cabo de los años, Freud reformuló su planteamiento inicial sobre la transferencia. Acabó aceptando
que la transferencia es un proceso psíquico que se extiende fuera de la relación terapéutica. Este
proceso se manifiestaría de muchas formas en la vida cotidiana.

Tipos de transferencia.
Sigmund Freud clasifica en dos tipos básicos la transferencia. Tiene importancia reconocerlas con la
finalidad de no perder las riendas u orientación de la terapia. Estos dos tipos son:

1.La transferencia positiva. Es aquélla en la que los afectos proyectados hacia el psicoanalista son
amistosos y agradables. Esta transferencia de naturaleza favorable, si se vuelve demasiado intensa
puede resultar perjudicial (transferencia erotizada) ya que se convierte en una resistencia que conlleva
el fin de las asociaciones.
2.La transferencia negativa. Es en la que hay sentimientos de odio y aversión hacia el especialista.
Para Lacan, una transferencia negativa suave es beneficiosa para el tratamiento. Por el contrario, una
transferencia negativa intensa puede conllevar el fin de la terapia.

Un vínculo entre pasado y presente.


En psicoanálisis, la transferencia y la contratransferencia tienen su origen en la experiencia que crea un
vínculo psíquico del pasado con el presente. Esta experiencia no depende del nivel social, cultural o
educativo de la persona. Depende de una respuesta psico-neurológica específica e individual, que la
hace diferente a otra en las mismas circunstancias.

El terapeuta no escapa de sus vínculos formados en el pasado remoto o reciente. Él también “sufre” el
proceso de la transferencia. Lo que lo hace diferente a su paciente, es tener el conocimiento técnico
para reconocer esa transferencia y aprender a utilizarla. Para ello, es necesario ir superándolos con la
persona adecuada (terapeuta de apoyo o psicoanálisis didáctico). Todo esto se tratará más a fondo en el
capítulo de la contratransferencia.

Para iniciar el camino del conocimiento de la génesis de la transferencia, se puede decir, en primer
lugar, que es la forma en que la mente humana revive situaciones del pasado. Estamos ante un concepto
complejo del psicoanálisis, que involucra la función psíquica del paciente que transfiere
inconscientemente sus antiguos sentimientos, afectos o deseos infantiles reprimidos (en su relación con
personas cercanas de su infancia, padres, hermanos y otros), y los proyecta en el presente hacia otra
persona, en este caso el terapeuta. 

Importancia clínica de la transferencia.

La transferencia tiene un valor superior al de la historia contada por el paciente. El paciente narra sus
vivencias desde el presente y siempre de forma subjetiva y tendenciosa. Por el contrario, el
comportamiento mostrado en la transferencia nos deja ver claramente cómo vivió su vida el sujeto.
Esta apreciación no es irrelevante, pues de ella se desprende la importancia clínica de la transferencia.
En el análisis, el paciente nos puede decir con su narrativa cómo es, cómo siente o cómo actúa, pero
luego sus palabras pueden quedar desmentidas por su forma de vivir el vínculo con el terapeuta. El
examen de la transferencia nos deja ver los automatismos inconscientes del analizado, que pueden
diferir, en ocasiones, de su narrativa.

Abordaje de la transferencia:
A lo largo del psicoanálisis ha habido distintas actitudes a la hora de realizar el abordaje terapéutico de
la transferencia. 

Actitud clásica.
La actitud clásica ha sido poner al descubierto la transferencia mediante la interpretación. Durante
mucho tiempo, los analistas clásicos han tratado de modificar la distorsión del analista, generada por la
transferencia, a través de la interpretación. Es decir, el analista explica al paciente que está
confundiéndole con su padre o con su madre. Le dice “esto no es conmigo, esto es con papá”, “yo no
soy tu padre, yo no soy tu madre”.

Esta actitud clásica para poner al descubierto la transferencia mediante la interpretación puede servir en
algunos casos, pero en otros casos es poco útil.

Nuevas formas de abordaje.

En estas situaciones el analista, en lugar de interpretar lo que hace es tratar de establecer un tipo de
relación que modifique la vivencia, trata de favorecer el vínculo y la unión entre analista y analizado.

Es el caso de los pacientes paranoides que ven al analista como alguien que siempre va a cuestionar,
como alguien que siempre tiene razón, el señalamiento de la posición paranoide genera una mayor
defensa paranoide, con lo que se logra el efecto contrario al deseado. En estos casos puede ser más útil
decirle algo así como “Estuve pensando de nuevo lo que me dijo y creo que tiene razón, y yo no lo tuve
en cuenta”.

Esta actitud implica el reconocimiento del error, algo que ha sido ignorado durante años por el
psicoanálisis clásico. Este reconocimiento de los errores va creando un vínculo de confianza en la
relación entre analista y analizado. La interpretación no es el único instrumento de cambio. La actitud
de terapeuta y lo que uno hace puede producir cambios excepcionales. En determinados momentos, lo
que más transforma a un paciente es el vínculo de la relación terapéutica.

La actitud del analista.


Otra cuestión de bastante importancia es la actitud que el analista muestra ante la transferencia del
paciente. Algunos analistas, con una actitud equivocada pueden reforzar la patología del paciente. Si
tenemos un paciente muy enfático y yo como terapeuta soy muy enfático, puedo reforzar la patología
del paciente. La actitud del terapeuta puede modelizar al paciente, ya sea para bien o para mal.

De cara al abordaje terapéutico de la transferencia es importante tener en cuenta el modo de actuación


ante las defensas del paciente. Sobre esto hay dos orientaciones en psicoanálisis: Algunos
analistas trabajan directamente la defensa y sin embargo, otros prefieren trabajar primero las
ansiedades.
El inconveniente de señalar inicialmente la defensa es que cuestionamos al paciente sin haber señalado
antes la ansiedad oculta tras la defensa. Por el contrario, si analizamos en primer lugar la ansiedad y la
angustia, al paciente le queda la tranquilidad de saber y entender que su defensa es un modo de
protegerse y se siente justificado en su actitud y no se ve cuestionado. Como norma general, es
preferible mostrar lo que causa angustia al paciente, antes que mostrarle como se defiende ante esta
angustia.

Actuaciones y “acting out”:


Ahora bien, dentro de todos los aspectos que rodean a la transferencia, merece un apartado especial el
abordaje del término “acting out” en sus siglas en inglés. El “acting out”, debe ser tomado en
consideración durante el tratamiento analítico, pues lo que no es trabajado en la relación paciente –
terapeuta, queda como algo no encarado, y el paciente lo actúa fuera de la consulta.

¿Qué es el acting out?


En 1914 Freud publicó su trabajo “Recuerdo, repetición y elaboración”. Allí describe un concepto
novedoso para el psicoanálisis denominado “agieren”, que ha sido traducido al inglés como “acting
out”.

Freud describe el “acting out” como una forma de “repetir” en lugar de “recordar”. Es “un empuje a
repetir el pasado infantil en un acto, sin recordarlo”. Es decir, el sujeto no tiene consciencia de los
motivos de dicho acto. Mediante esta repetición revive “experiencias emocionales reprimidas de la
infancia” ya sea con la figura del analista o con diversos aspectos del encuadre.

Es decir, que sus actos, más que formas de actividad racionalmente emprendida, son repetición de
situaciones infantiles o intentos de poner fin a conflictos de la infancia. Utilizan una situación real, de
algún modo vinculada, por asociación, con un conflicto reprimido, como una oportunidad de descarga. 
Conclusiones:

La transferencia es un fenómeno psíquico, en el cual el paciente trae al presente cosas del pasado que
se encuentran en su inconsciente y lo vincula con la relación que tendrá con el terapeuta. La relación de
trabajo es indispensable en el proceso psicoterapéutico.
En sus inicios, Freud consideraba la transferencia como el peor obstáculo para el proceso
terapéutico.Sin embargo, no tardó mucho tiempo en darse cuenta de que su función trascendía esa
resistencia, a pesar de constituirse como resistencia, es fundamental para el trabajo del análisis.

La transferencia constituye la superposición de algo anterior sobre algo actual, convirtiéndose así en un
ámbito privilegiado para avanzar en la dirección de la cura.En el psicoanálisis, la cura se basa en la
relación terapeuta-paciente.La transferencia será el mejor vehículo para el estudio del funcionamiento
psíquico del paciente y así el terapeuta logra sus fines.

A lo largo del recorrido analítico pueden darse manifestaciones en el vínculo transferencial a las cuales
el analista ha de estar atento y manejarlas oportunamente, como son: los signos de enamoramiento
hacia el terapeuta y así también poder darse la contratransferencia.

La transferencia puede ser positiva como negativa y transferencia con relación con la resistencia al
trabajo es el conjunto de actitudes, sentimientos y pensamientos que experimenta el terapeuta en la
relación con el trabajador. También se encuentra contratransferencia positivo y negativo según los
indicadores que se podrían interferir con la terapia ya que se trata de un fenómeno inconsciente al
menos en que se manifiesta esencialmente, en el fenómeno de la transferencia hace referencia al
desplazamiento o proyección que se lleva a cabo el trabajador, sobre la persona del terapeuta de sus
emociones, tanto amistosas, compañeros de trabajo como hostiles y ambivalentes que provienen de
situaciones anteriores generalmente de la desde el principio del trabajo para poder tener una relación
sana y estable.

En la transferencia el individuo transfiere sus memorias de experiencias significativas previas,


cambiando la realidad de los objetos y dotándolos con las casualidades del pasado juzgandolos y
tratandolos como se realiza los principios y objetivos con referencia al trabajo se considera un hecho
universal que tiene lugar constantemente en la vida cotidiana con cualquier persona con las que se
relacionan.

La transferencia se explica por la constante necesidad de los seres humanos de relacionarse con otros.
todo fenómeno de transferencia sería una remuneración de las relaciones objetales primarias jefe de
unidad, jefe, compañeros de trabajo y amigos todos los impulsos que experimenta en relación en el
trabajo con el psicoanálisis para que su transferencia sea una nueva creacion por la situacion analitica
objetiva sino que se originan en las relaciones primitivas con los objetos y que ahora simplemente se
reviven por la influencia de compulsiones iterativas consiste en papeles o identidades irrealistas que el
trabajador atribuye inconscientemente al psicoanalista en la regresión del tratamiento del tratamiento
permite conocer y dirigir a la figura del terapeuta los mecanismos y conductas neuroticamente
estereotipadas de modo tal que este pueda atacar las resistencias neuróticas mediante las
interpretaciones logrando una reestructuración de la personalidad del trabajador que lo llevaría a una
mejor adaptación.
Aunque la transferencia tiene como fin ayudar a lograr sus fines al terapeuta hay que respetar los
procesos como:
- Reconciliar las exigencias contradictorias, simultáneas y opuestas.
-El analista debe preservar su privacidad y una actitud no gratificante de los deseos inconscientes del
paciente.
-Actitud cordial, humana y de respeto hacia la individualidad y libertad del paciente.
Referencias:

 CODERCH, J. (1990), Teoría y Técnica Psiconalítica, Barcelona: Herder 


 Nuestro Psicologo en Madrid, La transferencia en el psicoanálisis. Concepto, tipos y evolución.
https://nuestropsicologoenmadrid.com/la-transferencia-en-el-psicoanalisis/#:~:text=La
%20transferencia%20es%20una%20resistencia,se%20viven%20sobre%20el%20terapeuta
 Psicologia y Mente, La transferencia y la Contratransferencia en el psicoalisis,
https://psicologiaymente.com/psicologia/transferencia-contratransferencia-psicoanalisis
 Bleichmar, H. (2014). La Transferencia. En “Curso de especialista universitario en clínica y
psicoterapia”. Elipsis. Madrid.

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