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Capítulo VII-Encore (Autoguardado)

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Capítulo VII.

Lacan comienza el capítulo diciendo que va a hablar del saber y que el saber es secundario
respecto al S1, significante amo.

Después empieza hablando del sentido y dice que el Da tiende hacía el sentido pero que de
sentido solo puede ofrecer cada quien lo que éste está dispuesto a absorber, que s el sentido
en el que cada uno vive y eso no va muy lejos. Lo que el Da hace surgir es que el sentido no es
más que semblante y si indica que éste que sentido es sexual solo lo hace en relación a su
límite, su límite es lo que escapa a sentido, el objeto a, el sentido sería entonces escópico
invocante, oral o anal. El problema con el sentido es que si el análisis e limita al sentido no sale
del semblante es decir de lo I S. Con ello Lacan intenta preservarnos de comprender
demasiado rápido.

De ahí pasará a comentar las fórmulas de la primera página y del S1 dirá que es el significante
del cual no hay significado y que en lo tocante al sentido el S1 simboliza su fracaso. (Teimar en
el caso que presenta Isabel Alonso).

El Otro no es aquí ni el lugar de la verdad ni el de la palabra, como lo había definido antes,


sino que aquí Lacan al hablar del Otro se refiere al Otro sexo, es decir a las mujeres. El Hombre
solo la alcanza a través del objeto causa, objeto cuya coalescencia con el S de A/ permite al H
creer que la alcanza. En otras palabras el objeto a del fantasma masculino hace creer al H que
alcanza a la mujer mientras que hay en ella algo que se le escapa, se le escapa incluso a ella
misma.

En cuanto al Falo que es tomado aquí como significante y referido al goce fálico en juego en
las fórmulas. A este goce tienen acceso tanto los hombres como las mujeres, solo que hay en
el cuadro una flecha que parte de La/ y que toma dos direcciones, por un lado se dirige al goce
fálico en el cual una mujer también participa en tanto que hablante, por otro ella tiene la
posibilidad de acceder a Otro goce que Lacan escribe como s de A/, A el Otro, las mujeres
pueden acceder, tienen una relación con goce a situar a partir del agujero que hay en lo
simbólico, un goce que escapa a las palabras.

..Para que se recuperen solo me queda hablarles del amor…

Pero antes va a hacer una referencia al discurso científico para señalar que antes de la ciencia
el conocimiento siempre estuvo ligado al fantasma de un vínculo sexual, así por ejemplo los
términos activo y pasivo que encontramos en Platón y Aristóteles tienen como soporte un
fantasma con el cual trataron de suplir la ausencia de RS entre el H y la mujer, lo que no puede
escribirse. Con esta tosca polaridad en la que la materia es lo pasivo y la forma lo activo, el
agente que anima, lo que se introdujo no es otra cosa que la causa, el objeto a, ¿qué anima?
No anima nada toma al otro por su alma, lo toma por su semejante.

Si nos apoyamos en las fórmulas en el sitio opaco del goce del Otro, s de A/, donde estaría La
mujer , si existiese, es donde estaría situado el ser supremo de Aristóteles, esa esfera inmóvil
de donde proceden todos los movimientos. Lo que Lacan trata de decir es que el conocimiento
antiguo se funda en un fantasma que viene a escribir la relación sexual y que es equivalente al
fantasma masculino cuando cree acceder a la mujer a través del objeto causa de su deseo.

Por ser su goce radicalmente Otro la mujer tiene más relación con Dios que todo lo que se
pudo decir en la especulación antigua sobre el bien del hombre. La relación entre Dios y la
mujer es topológica, ella tiene un goce que es radicalmente Otro, S de A/ y A Dios lo situamos
en ese lugar donde en el Otro simbólico hay un agujero.

El psicoanálisis pretende deshacer este error disociando el objeto a imaginario del agujero
simbólico, confusión que se produjo echando mano de la función del ser.

¿De qué está hablando aquí Lacan?

Está hablando de cómo se produce en el análisis la separación entre el objeto a del fantasma y
el agujero del Otro, para ello dice Miller en el pase perfecto: “lo simbólico ha de haber
entregado al sujeto el equivalente de un teorema de imposibilidad”.

Ejemplo Ay si su madre la viera.

3 Lo único que hacemos en el discurso analítico es hablar de amor y eso desde el P. de V


científico es perder el tiempo. Hablar en pura perdida. Pero para el Da hablar de amor es en sí
un goce. Lo que se constata a través de la AL pues esta conduce al principio del placer,
lustprinzip que se funda precisamente en la coalescencia de a y S de A/.

Que el Otro este tachado no significa que no exista, con este matema Lacan designa el goce la
mujer, por eso Dios no ha efectuado aún su mutis.

La carta de almor, amor alma

El alma le permite al ser que habla tolerar lo intolerable de su mundo, por tanto se supone que
el alama es ajena a este. Considerarla ajena a este es decir que es fantasmática.

Se puede cuestionar la existencia del alma y cabe preguntarse si no es un efecto del amor.
Mientras el alama alme al alma, no hay sexo en el asunto. Hay aquí una ética homosexual,
fuera sexo.

Pero sucede también que las mujeres estén enalmoradas, es decir que almen el alma, ese alma
que alman en su pareja, homo hasta la empuñadura, solo puede conducirlas a lo que se llama
la histeria que es hacer de hombre y ser por tanto homosexual o fuera sexo, es homosexual o
fuera sexo todo el que rechaza el Otro sexo, la mujer. Pero por otra parte, a la histérica le es
difícil no sentir el impase que consiste en que ellas se misman en el Otro, porque a la postre no
hay necesidad de saberse Otro para serlo. ¿Qué está diciendo aquí Lacan?

El verbo mismar no existe, pero esta referencia al Otro sexo implica que la histérica por muy
homosexual que sea al posicionarse como hombre respecto a la Otra mujer, su pregunta ¿Qué
es ser una mujer para el deseo de un Hombre? Así lo atestigua, pero eso no le impide
mismarse en La Otra porque no hay necesidad de saberse Otro para serlo, para ser Otra.

El amor cortés
El amor cortés

Es una forma sofisticada de velar la imposible relación sexual.

Lo que vino a desterrarlo fue la ciencia de la que surgió el psicoanálisis, es decir de la


objetivación del ser habla y pierde el tiempo hablando, habla a pura perdida. Con eso no se va
a arreglar las cosas de la relación entre hombres y mujeres.

La mujer tiene que arreglárselas con el Otro mientras que para el H lo que está en juego es el
objeto a. o curioso es que Freud en Tres ensayos atribuye las perversiones, las relaciones con
el objeto a a las mujeres, lo que confirma que cuando uno es hombre, ve en su pareja lo que
un mismo usa como soporte, como soporte narcisista.

Luego se descubrió que la perversión no es la neurosis y que hay en la perversión un saber


hacer, el saber de la naturaleza de las cosas, un acoplamiento directo de la conducta sexual
con lo que es su a-moralidad, al-moralidad. La moralidad es de la conducta sexual.

Solo que a fuerza de decir Bien se desemboca en Kant, donde la moralidad confiesa ser Sade,
el asunto es que la moralidad se queda corta.

El asunto es que el amor es imposible, que la relación sexual se abisma en el sin sentido, sin
que esto disminuya el interés de debemos tener por el Otro, o sea por las mujeres. El asunto es
saber , ya que el h no la ocupa por entero, el asunto es saber que sabe ella .

Hay un animal que habla y que por habitar el significante, resulta sujeto, para él todo se juega
en el fantasma, que puede desarticularse y por eso puede darse cuenta de que sabe más de lo
que cree cuando actúa. Algo en el ser que habla sabe más que el : el inconsciente.

El psicoanálisis porque debe su existencia al discurso de la ciencia no es una cosmología ..

La mujer, solo puede almar en el h el modo que este tiene de encarase con el saber con que
alma. Pero la pregunta al saber parte del goce y de que no es posible decir si la mujer puede
decir algo de él, si puede decir lo que de él sabe.

¿Sabe la mujer?

¿Sabe el Otro?

Empédocles decía que Dios era el más ignorante de los seres por no conocer el odio. Así podría
decirse que mientras se preste el h a que la mujer lo confunda con Dios, o sea, con lo que ella
goza, menos odia, menos es, y como no hay amor sin odio, menos ama.
Preámbulo: Antes de empezar el capítulo VII conviene saber que en Encore Lacan utiliza
términos que ya había utilizado antes pero a los que ahora les da un sentido nuevo, así cuando
habla del Otro no está hablando del Otro como significante, ni del Otro como lugar de la
verdad, sino que se refiere al cuerpo del Otro como cuerpo sexuado en tanto que Otro sexo.
En la literatura clásica francesa las personas de sexo son las mujeres, aquí también, aquí el
significante se encarna, toma cuerpo. El falo, antes había hablado de la significación del falo, el
falo era un significante y ahora es un enigma. Lo que plantea el enigma es que el Falo estaba
relacionado con un elemento negativo: la ausencia, lo que escribe menos –fi y eso es ahora lo
enigmático para Lacan. El nuevo falo que introduce Lacan en este seminario es el falo como
órgano, no significante, sino como órgano del goce en la relación sexual. Aquí tenemos el goce
fálico como obstáculo. “El goce del Otro no es signo de amor”. En este seminario el amor
alcanza otro sentido, el amor apunta al ser e introduce el signo en relación al amor. Si antes de
Encore Lacan lo había pensado todo a partir del lenguaje, del significante, ahora lo hace a
partir del cuerpo, del cuerpo vivo y sexuado. El significante se encarna aquí en el cuerpo como
letra. Y hay una matriz en este cambio que es la del significante por el signo siendo el signo,
signo de la presencia de un cuerpo.

Capítulo VII, UNA CARTA DE AMOR. Al-mor, alma –âme, j’aime, hay en un equívoco en francés
entre âme y aime, de ahí el neologismo inventado por Lacan.

Lacan comienza el capítulo diciendo que el saber que escribe en sus discursos es secundario
con respecto al S1, significante amo.

A continuación pasa a comentar el cuadro en el que ha escrito las fórmulas de la sexuación, el


lado hombre y el lado mujer y abajo del lado hombres está el $ y el Falo y del sujeto sale una
flecha hacia el otro lado, el lado mujer, una flecha que apunta al objeto a que encarna una
mujer para un hombre. Un hombre desea a una mujer en tanto que objeto a.

En la parte inferior debajo del lado H tenemos al sujeto y al falo que es su soporte, y también
al S1 que es también soporte del sujeto en tanto lo representa, el S1 es un significante que
está fuera de sentido. Este $ acompañado de ese doblete, el Falo y el S1, solo tiene como
pareja el objeto a inscrito del lado de ella, de la mujer. Cuando se habla de la mujer objeto se
habla de algo que es de estructura. En el deseo una mujer es un objeto a, un plus de goce para
un H. Una mujer causa el deseo de un H en tanto es para él un objeto a. El H solo alcanza su
pareja sexual, el cuerpo sexuado de una mujer, por medio de la causa del deseo que es para él
el objeto a.

La relación entre el $ y el objeto a es lo que se llama el fantasma. El fantasma en el que está


cautivo el $ y que como tal es el soporte de lo que Freud llama el principio de realidad, un
principio fantasmático, cada cual ve la realidad según su fantasma.

Del otro lado, del lado de ella, La tachada /, Lacan sitúa el no-todo porque Ella no puede
escribirse como un universal, no existe La Mujer sino tachada. Por ser no-toda en el goce fálico
ella tiene acceso a Otro goce que no es fálico, un goce que promueve la infinitud.
“La mujer tiene relación con el significante de ese Otro tachado, es decir con el agujero que se
sitúa en el Otro y en tanto que Otro nunca deja de ser Otro”.

“La mujer tiene relación con s de A/ y también con el Falo, de ahí que sea no-toda.

El Falo es el significante sin significado, cuyo soporte es, en el H, el goce fálico. El goce fálico,
masturbatorio, el goce del idiota, añade…

2 Lacan anuncia que ahora va a hablar de amor pero se pone a hablar de la ciencia y de la Ética
de Aristóteles y de la idea del Bien que se funda en la existencia de un ser tal que todos los
demás seres, menos seres que él, no pueden tener otra meta que la de ser lo más ser que
puedan”. A continuación nos remite al cuadro y dice: “se ve a las claras que en el sito opaco
del goce del Otro, de ese Otro en tanto que podría serlo la mujer, si La mujer existiese, está
situado ese ser supremo. S de A tachado….esa esfera inmóvil de donde proceden todos los
movimientos… Por ser su goce radicalmente Otro, la mujer tiene mucha más relación con Dios
que todo cuanto pudo decirse en la especulación antigua siguiendo la vía de lo que se articula
como el bien del H”.

El fin de nuestra enseñanza sobre el discurso analítico, es disociar a de A, el objeto a del Otro,
reduciendo la primera a a lo que concierne a lo imaginario y la Otro A, a lo que concierne a los
Simbólico. Que lo S sea el soporte de lo que fue hecho Dios, está fuera de duda. Que lo I tenga
como soporte el reflejo de lo semejante a lo semejante, es seguro. Y sin embargo el a, pudo
confundirse con el S de A/, echando mano de la función del ser.

Al hacer esta separación entre lo I y lo S el psicoanálisis se separa de la psicología.

Lacan vuelve al tema de la lección precedente en la que Dios y el goce la mujer ocupan el
mismo espacio topológico, S de A/, el agujero de lo simbólico.

Antes de la ciencia cualquier conocimiento participaba del fantasma de un vínculo sexual. Los
términos activo y pasivo que dominan la relación de la forma y la materia, de la que habla
Platón y después Aristóteles, en referencia a la naturaleza ya las cosas, se ve claramente que
estos enunciaos tienen como soporte un fantasma con el cual tratan de suplir lo imposible de
decir: la relación sexual. En esta tosca polaridad en la que la materia sería lo pasivo y la forma
lo activo, lo que anima, esa animación no es otra cosa que el objeto a, cuyo agente anima,
¿qué? No anima nada, toma al otro por su alma. La idea del motor inmóvil de la esfera
suprema de Aristóteles se funa por completo en la existencia de un ser tal que los demás seres
menores que él no pueden tener otra meta que ser lo más ser que puedan.

Si volvemos al cuadro vemos que en ese lugar S de A/, en el sitio opaco del goce del Otro, que
podría ser La mujer si existiese, está situado el se supremo de Aristóteles, esa esfera inmóvil
de donde proceden todos los movimientos.

No se trata ya exclusivamente de los místicos y su idea de Dios del Dios del que gozan en su
éxtasis, goce no-todo que es el de La/ mujer, se trata de ente der que en el conocimiento
anterior a la ciencia, se produce lo mismo, que el motor inmóvil de Aristóteles donde sitúa el
ser supremo es también ese S de A/ y que al poner el objeto a como lo que anima en ese lugar,
no anima nada sino que toma al otro por su alma, por su semejante.
Por ser su goce radicalmente Otro la mujer tiene mucha más relación con Dios que todo
cuanto pudo decirse en la especulación antigua siguiendo la vía de lo que se articula como el
Bien del H. “Lo único que hacemos en el discurso analítico es hablar de amor”

El aporte del psicoanálisis respecto al amor es haberse dado cuenta de que hablar de amor es
en sí un goce. Lo mismo que la AL lleva al principio del placer sin tener que recurrir a las
esferas superiores que es el fundamento de la ética de Aristóteles.

¿En qué se funda el principio del placer?

Se funda en la coalescencia entre a y S de A/. Si con S de A/ Lacan designo el goce la mujer,


señaló entonces que Dios no ha efectuado aún su mutis.

El amor y el alma.

La única cosa más o menos seria que puede hacerse es escribir una carta de amor.

Si fuese verdad que tenemos un alma, solo podría llamarse alma, lo que permite a un ser, el
ser hablante, soportar lo intolerable del mundo, lo cual la supone ajena a éste es decir
fantasmática. Este ha sido siempre el sentido del alma, el permitir al ser hablante soportar lo
intolerable del mundo.

Lacan se sirve de la legua francesa y de la homofonía entre âme y aime, ama y alma crea un
neologismo : almor en el que el alama y el amor se confunden. El alma, ¿no será un efecto del
amor? En efecto mientras el alma alme al alma no habrá sexo en el asunto.

Lo que dije de la paciencia y la valentía del alama para soportar el mundo, es lo que responde
de que en la búsqueda del bien, Aristóteles desemboque en que cada uno de los seres está en
el mundo para orientarse hacia el mayor ser confundiendo su bien propio con lo que irradia el
ser supremo. La filia en Aristóteles evoca la posibilidad de un vínculo de amor entre estos dos
seres, al manifestar la tensión hacia el Ser Supremo, puede invertirse : la valentía para soportar
la intolerable relación con el ser supremo es lo que hace que los amigos se reconozcan y se
elijan. El fuera sexo de esta ética es manifiesto, Fuera sexo: sobre ese hombre especuló el
alma.
P.183La histérica que ama a los hombres. Ahí agrega un mati cuando precisa que a esas
mujeres histéricas les resulta muy difícil no sentir el callejón sin salida que consiste en que ellas
se misman en el Otro. El verbo mismar no existe, pero juega con el equívoco entre lo mismoy
el amar. Mismarse es encontrar a su sememjante del ladodel Otro y agrega “puesto que no es
necesario saberse Otro para serlo”.

En el mismo momento en que pone a la histérica del lado del h dice que no obtane ella es
también otra en cuanto mujer. La lecciónno es completa

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