Entrevistas
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El Castillo Azul tenía un gran parque al lado, que llegaba hasta lo que es hoy la
Facultad de Odontología. Este es uno de los patrimonios de Tarija, sobre el cual se
tejen diversas leyendas del pueblo y su dueño. Se dibujan cuadros y se crean versos
con esta obra arquitectónica que capta la atención de las personas propias del lugar
como también de turistas que pasan por la calle Bolívar.
Entrevista:
Mis abuelos lo compraron en el año 1968, con la idea de que sea una vivienda pero
con el tiempo lo mantienen como un área patrimonial, las generaciones serían hasta
tres, prácticamente toda mi familia vivió aquí y con mi persona sería la tercera
generación.
Con mi familia estamos empezando a hacer un proyecto para que esto pueda funcionar
como un museo privado y con el paso del tiempo volverlo un centro cultural, la idea es
mostrar a Tarija y Bolivia los principales museos de Tarija que es el Castillo Azul
Hay varias historias que comentaba la gente en ese tiempo y decían que el dueño,
Moisés Navajas tenía pacto con el diablo y venían aquí a jugar a la taba y hubieron
muchas historias, decían que escuchaban caminatas, sonidos extraños.
Por esta razón, el Castillo Azul de Tarija genera un halo de misterio entre los locales y
turistas que tejen conjeturas sobre lo que ocurre puertas adentro.