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CATEDRA: ESTADO Y SOCIEDAD

INSTITUTO PROVINCIAL DEAD-


MINISTRACIÓN PÚBLICA(IPAP)
INTRODUCCIÓN

El presente cuaderno ha sido preparado específicamente para la asignatura Estado y


Sociedad. En tal sentido, se pretende originar un texto donde se agrupen las principales
perspectivas conceptuales, su origen histórico, su contextualización y principales teóricos
que abordan su fenomenología.

Pretendemos y es nuestra intención que el presente material les permite una aproxima-
ción a las temáticas referenciadas en el Programa de la Asignatura.

ESTADO: CONCEPTO Y ORIGENES HISTORICOS

El Estado ha sido a través de los tiempos fruto de polémicas y debates. Sin embargo, es
necesario hacer algunas precisiones histórico – políticas. En primer lugar, es necesario
desechar definiciones confusas, desactualizadas acerca del fenómeno estatal.

Entre ellas podemos mencionar:

 el Estado es la Nación jurídicamente organizada. El error de este concepto ra-


dica en la falsa asociación de dos categorías a priori diferentes como lo son el
Estado y la Nación. No necesariamente la existencia de un Estado implica como
consecuencia directa la existencia de una Nación Por otra parte, la existencia de
una Nación no implica necesariamente la existencia de Estado.

 El Estado es el régimen que adopta una nación mediante una centralización


jurídica y política para realizar el bien común. En qué errores incurre esta
definición. Por un lado como soslayamos anteriormente existe una confusión de
dos términos históricos diferenciales. Por otra en el moderno estado capitalista que
es el objeto de análisis de la presente asignatura, la búsqueda del bien común no
siempre explica de por sí la existencia de las estructuras estatales.

Ahora bien, ¿qué otras definiciones caracterizan con mayor precisión el fenómeno del
Estado?

En primer lugar, hay que hacer una acotación de carácter histórico. En el presente cur-
sado haremos referencia exclusivamente al Estado Moderno Capitalista vigente en nues-
tros días y cuyos orígenes se remontan al siglo XIVy XV.

De esta forma y partiendo de estas premisas observemos los siguientes conceptos de


Estado:

“El Estado es el componente específicamente político de la dominaciónen una


sociedad territorial delimitada. Por dominación (o poder) entiendo la capacidad, ac-
tual y potencial, de imponer regularmente la voluntad sobre otros, incluso pero no
necesariamente, contra su resistencia” (Guillermo O’Donnell).

En el desarrollo de este concepto podemos observar un elemento novedoso que se in-


corpora al análisis del Estado como lo es el concepto de dominación. Si algo distingue al
Estado Moderno con respecto a anteriores estructuras estatales es el ejercicio de la do-
minación exclusiva sobre los habitantes de un territorio. Dicha dominación si bien se
plasma en los planos jurídicos, económico, cultural y educativo tiene en su génesis una
razón política.

Bien pasemos a otra definición:

“El Estado es aquella entidad que ejerce el monopolio de la violenciafísica en


un territorio delimitado” (Max Weber).

¿Qué significado tiene esta definición? Quiere decir que en el Moderno Estado Capitalista
quien sólo puede ejercer exclusivamente la coerción y coacción jurídica, política y física
es el Estado. Dicha coerción la podemos definir en planos reales y concretos. Es decir,
quien posee el monopolio de ejercicio de la violencia física es únicamente el Estado a
través de instituciones específicas creadas a tal efecto.

Bien pasemos ahora a otra definición que a nuestro criterio es mucho más amplia y toma
aspectos de las anteriormente citadas:

“El Estado es una relación social de dominación, es el articulador de las relaciones


sociales, garante del orden social y la coerción física, asegurador de la acumula-
ción y la reproducción ampliada del capital” (Oszlak, Oscar).

¿Qué significan estos términos y los conceptos que abarca? En primer lugar, debemos
mencionar que el Estado es un aspecto constitutivo del proceso de construcción social.
Esto es, la constitución del Estado no tiene un origen determinado ni una fecha precisa
de surgimiento. El Estado es un fenómeno social y político que tiene lugar en un proceso
social donde se construyen los componentes de la vida social organizada. Es decir, los
elementos constituyentes del Estado, por ejemplo, el ejército nacional, el sistema jurídico,
una moneda nacional, simbolismos, valores, la apelación a una historia común, la cons-
trucción de un modelo de dominación política, la creación de sistemasde control social,
organismos de coerción, etc, son convergentes en un determinado momento histórico, no
unívocos. Es decir, si bien se dan en un mismo espacio temporal no poseen un origen
común.
Volviendo a la definición precedentemente citada, profundicemos en el análisis de la
misma. El Estado es una relación social porque media entre los individuos que compo-
nen una sociedad determinada, asigna roles, funciones específicas.

Ahora profundizaremos en otra característica, aquella referida al papel del Estado como
articulador de las relaciones sociales. No constituye ninguna novedad que asistimos a
una sociedad donde prima la desigualdad. En este sentido, es menester mencionar que
la cátedra sostiene (argumento esgrimido también por autores como O’Donnell, Gui-
llermo; Oszlak, Oscar; Borón, Atilio; etc) que la igualdad en la sociedad capitalista sólo
se daen el plano ideal: específicamente en las relaciones jurídicas (todos somos iguales
ante la ley) y en el plano de la nación: todos somos ciudadanos de una misma nación,
todos somos compatriotas. Sin embargo, en la realidad objetiva existen diferencias so-
ciales, económicas, culturales, ideológicas y políticas muy nítidas. Esta desigualdad
genera naturalmente tensiones. El Estado, en este sentido,interviene regulando dichas
tensiones a partir de intervenciones muy precisas denominadas políticas públicas que
tienen como objetivo articular relaciones sociales desiguales en un contexto de conflicto
y tensión permanente. En esto consiste el papel del Estado como articulador de las rela-
ciones sociales.

Vayamos ahora a otra caracterización del concepto de Estado: “…garante del orden y
de la coerción física…”. El orden que prima en nuestra sociedad es un orden capitalista,
donde se privilegia el respeto por la propiedad privada. Es un orden social construido
históricamente a través de un proceso de disciplinamiento de las masas populares a tra-
vés de las “instituciones de secuestro” (Foucault) y las “instituciones de represión” (Fou-
cault), nociones que más adelante desarrollaremos.

Vamos a otra parte de la definición: “asegurador de la acumulación”. Esto significa


que el Estado asegura la propiedad privada y el capital privado en una sociedad capita-
lista.

Pasemos ahora a la última parte de la definición de Estado propuesta.


“Asegurador de la reproducción ampliada del capital”. ¿Qué implica esta noción?
Específicamente implica que para el Estado es prioritario mantener las actuales condicio-
nes económica y sociales (sociedad capitalista) y que éstas se mantengan inalterables a
través del tiempo.

CAPITALISMO: CONCEPTO Y ORIGENES HISTÓRICOS

El capitalismo es un sistema socio económico que surge en Europa en forma embrionaria


a partir de la desestructuración del régimen feudal (al igual que el Estado) y que se vuelve
masivo a partir del siglo XVIII cuando se produce la denominada Revolución Industrial
que provocó sustantivas transformaciones al panorama del viejo continente.
El capitalismo está basado en la idea hegemónica del mercado que tiende a visualizar en
el plano social distintos escenarios regulados por la oferta y la demanda (mercado de tra-
bajo, mercado de valores, mercado de transacciones, etc.). En el caso del mercado de
trabajo, el individuo o trabajador sólo tiene para vender su fuerza de trabajo al mejor
postor, al mejor oferente quien a cambio ofrece un salario y determinadas condiciones de
realización de la labor.

El capitalismo tiene su surgimiento a partir del desarrollo de las relaciones comerciales


en las postrimerías del feudalismo. Es allí, fundamentalmente en las ciudades (burgos)
donde surgirá una clase social que se volverá predominante en el plano social y, por
ende, en el político: la burguesía la propietaria de los medios de producción. Sin em-
bargo, este proceso mediante el cual la burguesía se vuelve hegemónica tardará aproxi-
madamente cuatro siglos en plasmarse objetivamente.

La Revolución Gloriosa Inglesa de 1688 y la Revolución Francesa de 1789 junto a la


Revolución Norteamericana constituirán los hitos mediante los cuales los sectores bur-
gueses se volverán predominantes. La industrialización al brindar una mayor impor-
tancia a los espacios urbanos antes que los rurales colaboró significativamente con la
tarea de la burguesía y su preponderante papel a partir de la desestructuración del mundo
feudal.

Para la burguesía la construcción del Estado como formación social colaboró con su
constitución como clase hegemónica. Este proceso estuvo acompañado, asimismo de
dos factores de tipo histórico que acompañaron y fortalecieron dicho papel. Ellos fueron
la expansión europea sobre otros continentes (entre ellos el americano) y la introducción
progresiva de máquinas al proceso productivo.
El proceso industrializador tuvo su epicentro en Inglaterra expandiéndose hacia otros paí-
ses posteriormente. ¿En qué consistió el proceso de industrialización? Básicamente po-
demos afirmar que se basó en la introducción masiva de máquinas al proceso productivo.
El descubrimiento del vapor como motor básico para el funcionamiento de máquinas per-
mitió la constitución de centros fabriles para la producción a escala masiva de mercade-
rías.
Ahora bien, hay una pregunta fundamental que podemos comenzar a desentrañar luego
de haber conceptualizado términos sumamente importantes como Estado y Capitalismo.

¿Por qué razón se constituyó el Estado? Observemos el planteo de algunas teorías en


relación a este punto.

EL CONTRACTUALISMO

El contractualismo es una doctrina filosófico-jurídica que sostiene que la sociedad y el


Estado nacen de un pacto. Ese pacto lo establecen los individuos que comienzan a ser
parte de esa sociedad, dirigida por el Estado. Esta doctrina se opone a la idea de que la
sociedad o el Estado son algo natural o preexistentes a la voluntad de los individuos.
En la antigüedad hubo algunas posturas que pueden considerarse cercanas a la idea del
contractualismo que se. Sin embargo, el contractualismo es una corriente filosófica que se
desarrolla en los siglos XVII y XVIII.
Quizá el primer autor que habla de forma expresa del contrato social sea Grocio, en su
obra, escrita en 1620, De iure belli ac pacis. Grocio da una definición novedosa del con-
cepto de derecho y habla del contrato social y del derecho a la resistencia, no obstante,
para algunos críticos no puede considerarse un moderno, sino que sigue la tradición me-
dieval.
Los nombres más conocidos, sin embargo, de la tradición contractualista son los de Hob-
bes, Locke y Rousseau, probablemente por la profundidad de sus pensamientos y por la
influencia posterior de sus obras. El contractualismo intenta explicar la legitimidad del Es-
tado negando que este sea natural. Por el contrario, es fruto de convenciones humanas,
de pactos entre individuos que acuerdan organizar la sociedad mediante leyes (no natu-
rales) e instituir un gobierno.
En tal sentido, los contractualistas :
a) Parten de la hipótesis de un Estado de naturaleza, anterior a la constitución de una
sociedad regida por leyes positivas en el que los individuos tenían derechos naturales
b) Sostienen que a través de un contrato social los individuos deciden constituir una
sociedad civil regida por leyes positivas, surgiendo así el Estado, con el fin de solu-
cionar algunos problemas del estado de naturaleza.
c) El tipo de Estado que se establece es diverso: absolutista, liberal o democrático.

EL PENSAMIENTO DE HOBBES (SIGLO XVII) EL ESTADO ABSOLUTISTA

Hobbes sostiene como punto de partido que en el estado de naturaleza prevalece el es-
tado de guerra de todos contra todos.
En tal sentido la naturaleza humana es malvada: "El hombre es un lobo para el hombre",
es egoísta, agresivo, ambicioso e insaciable y es capaz de cualquier cosa para conseguir
lo que desea, y siempre desea algo más. Como en un estado semejante no es posible
prosperar ya que no hay paz y siempre está en peligro la vida y la propiedad, la razón su-
giere normas adecuadas para hacer posible dicha paz, sin la cual sería imposible la sub-
sistencia. Estas normas son las que Hobbes llama Leyes de la naturaleza, que servirán
para que el hombre salga del estado de guerra que impera en el estado de naturaleza y
acuerde una sociedad civil.
Aunque Hobbes define 19 leyes de naturaleza, existen, sin embargo, dos fundamenta-
les de las cuales se derivan las restantes.
1. La primera ley se refiere a que cada hombre debe esforzarse por la paz.
2. La segunda ley dice que el hombre debe acceder (si los demás consienten también y
mientras se considere necesario para la paz y defensa de sí mismo) a renunciar este de-
recho de todas las cosas y a satisfacerse con la misma libertad que admitiría para otro.
Así pues, la misma naturaleza humana guiada por su razón aconseja buscar la paz y limitar
los deseos de poder absoluto sobre los demás. Esto implica la necesidad de establecer
un pacto mediante el cual ceden todos sus derechos a favor de un gobernante (que puede
ser una persona o una asamblea, aunque claramente Hobbes defiende una monarquía
absolutista) de tal manera que el Estado, el Leviatán (monstruo marino bíblico cuya imagen
usa Hobbes para simbolizar el poder arrollador del Estado) ejerce un poder omnímodo so-
bre los individuos, que pasan a ser considerados súbditos. Bajo la soberanía de Estado
se garantiza paz , porque sin Estado no hay sociedad entre los hombres, sino un mero
estado natural de desconfianza y terror mutuo.
El Estado tiene el derecho absoluto, según este pensador a establecer leyes o a incum-
plirlas. El soberano determina qué es lo políticamente aceptable y lo moral: lo justo y lo
bueno coincide con la voluntad del soberano. El soberano es el único poder legislativo y
el Estado la única fuente del derecho. Incluso en los asuntos de índole espiritual o religiosa
es el soberano quien tiene la máxima autoridad.

EL PENSAMIENTO DE LOCKE (SIGLO XVII)

La obra política más difundida de Locke es el "Segundo Tratado sobre el gobierno ci-
vil" (1690), que pasó a ser la obra en la que Locke condensó lo esencial de su pensa-
miento político. Aparece en el momento más oportuno y refleja la opinión de la ascendente
clase burguesa.
Parte de los supuestos generales siguientes:
a) El hombre es un ser razonable y la libertad es inseparable de la felicidad.
b) El fin de la política es la búsqueda de la felicidad que reside en la paz, la armonía y la
seguridad
Locke desarrolla una teoría política del contrato para explicar el origen de la sociedad hu-
mana y de dónde procede la legitimidad del gobierno. Al contrario que su compatriota Hob-
bes, considera que los hombres no son malvados por naturaleza, y que el absolutismo es
inadmisible, ya que atenta contra las libertades individuales.
Al igual que Hobbes, y posteriormente Rousseau, supone como hipótesis metodológica
la existencia de un primer estado de naturaleza, previo a la sociedad civil. Tal estado de
naturaleza es un estado:
"de perfecta libertad para ordenar sus actos y disponer de sus propiedades y de las per-
sonas que creen conveniente dentro de los límites de la ley natural, sin pedir permiso ni
depender de la voluntad de ningún otro hombre" Contrariamente a Hobbes, Locke estima
que el estado de naturaleza es un estado pacífico en el que rige la ley moral natural en la
que los individuos racionales se saben sujetos de derechos y deberes. Entre ellos, Locke
destaca: el derecho a la propia conservación, a defender su vida, a la libertad, y a la pro-
piedad privada, que es una de las cosas necesarias para preservar su existencia.
El estado de naturaleza se caracteriza por la libertad e igualdad de todos los hombres y
en la ausencia de una autoridad común.

El pensamiento de Locke y la propiedad privada

La propiedad privada, según Locke no sólo beneficia al propietario privadamente, sino a


todos los hombres: "El que se apropia de una tierra mediante su trabajo no disminuye sino
que aumenta los recursos comunes del género humano".
La propiedad produce felicidad y la mayor felicidad coincide con el mayor poder: "La mayor
felicidad no consiste en gozar de los mayores placeres, sino en poseer las cosas que
producen los mayores placeres".
Un individuo tiene derecho a la propiedad privada de tanta tierra cuanta pueda labrar,
sembrar y cultivar para aprovechar sus productos. La propiedad privada es un derecho
natural tan primitivo como el derecho a la vida, a la libertad, a la salud y a la integridad.
A causa de la instauración de la propiedad, la sociedad humana se hace más compleja y
aparecen en ella riesgos cada vez más numerosos de conflictos. Los hombres se manten-
drán en ese estado hasta que, por su propio interés, decidan establecer un pacto para
garantizar derechos y libertades frente a los posibles conflictos que en el estado de natu-
raleza puedan surgir.

Locke y el pacto mediante el que se instituye la Sociedad civil

Mediante el pacto social, los hombres renuncian a parte de su libertad para hacer lo que
le parezca oportuno para su salvaguarda individual, y renuncian a su derecho natural
de castigar las posibles ofensas.
Las ventajas de la sociedad civil consisten en que los hombres disponen de una libertad
que goza del reconocimiento general y evita arbitrariedades; se crea un poder capaz de
castigar crímenes, y de obligar a ejecutar las sentencias y, por último, se conserva la pro-
piedad privada.
Para garantizar la propiedad, los hombres salen del estado de naturaleza y constituyen
una sociedad civil "cuyo fin principal es la conservación de la propiedad".
El gobierno no tiene más fin que la conservación de la propiedad.
Para Hobbes el mismo acto del contrato generaba simultáneamente la saciedad civil y el
Estado. Para Locke no es este el caso: la relación entre el gobierno y sus súbditos queda
definida como mandato, es decir, como el encargo de una tarea... Así, mediante el pacto
se constituye la sociedad civil y, posteriormente, el pueblo se constituye en asamblea y
elige un gobierno al que confía una tarea. Ambos momentos constitutivos están clara-
mente diferenciados.
El pacto de institución del poder político obliga a instaurar la impotencia frente a las ame-
nazas de enemigos interiores y exteriores. Ante tales amenazas los derechos naturales se
desaparecen por la imposición de la fuerza bruta, y por lo tanto se hace necesario instituir
un poder capaz de establecer leyes, hacerlas cumplir y castigar su incumplimiento: habla-
mos del poder político:
La función de los gobernantes consiste en asegurar el bienestar y la prosperidad. El poder
político lo detenta el gobierno libremente elegido por el consenso de los ciudadanos. Se
trata de un gobierno no centralizado, al contrario de lo que sucedía en el absolutismo. La
garantía de que no se produzca abuso de poder radica en una estricta división del mismo
en tres ámbitos diferenciados que deben ser detentados por personas distintas.

ROUSSEAU Y EL CONTRATO SOCIAL

Obra muy polémica en su tiempo, el Discurso sobre las ciencias y las artes de 1750, parte
de una hipótesis contraria a la hobbesiana. Rousseau imagina que el ser humano en el
estado de naturaleza, antes de surgir la sociedad, era bueno, feliz y libre. En tal sentido, vi-
vía independiente, guiado por el sano amor a sí mismo. Sin embargo, tras el surgimiento
de los gobiernos, las ciencias y las artes han contribuído a alejar al ser humano de la
búsqueda de la libertad y la justicia, en definitiva, a corromper al ser humano:
En el prefacio al segundo discurso (Discurso sobre el origen y los fundamentos de la de-
sigualdad entre los hombres) de 1754, Rousseau enuncia dos principios propios de la na-
turaleza humana: El procurar nuestra supervivencia y bienestar, y nuestra piedad frente al
sufrimiento ajeno:
En el Discurso, profundiza en su crítica a las instituciones políticas y sociales como las
principales responsables de la corrupción de la inocencia y bondad naturales del ser hu-
mano. Rousseau analiza el tránsito del hipotético estado de naturaleza al estado so-
cial como una degeneración, y no un progreso, producto de las desigualdades socia-
les que surgen con la propiedad privada, el derecho para protegerla, y la autoridad para
que se cumpla ese derecho.
Las leyes establecidas en toda sociedad son siempre las leyes que defienden a los ricos
y poderosos frente a los pobres, no poseedores de propiedad alguna. La propiedad pri-
vada y el derecho a su servicio, han creado un abismo entre dos clases: la clase de los
propietarios, poderosos y amos, frente a la clase de los no propietarios, pobres, inermes y
esclavos. Esta situación no es superable, según Rousseau, pero puede ser mitigada a
través de una sana vuelta a la naturaleza y una educación que fomente el individualismo
y la independencia del individuo.
En El contrato social (1762), Rousseau manifiesta otra manera de remediar la degenera-
ción a la que nos ha conducido la vida social: "el hombre nace libre, pero en todas partes
se encuentra encadenado". Las injusticias sociales y las diferencias de clase pueden miti-
garse no sólo a través de la educación, sino transformando el orden social desde el interior
de la sociedad misma, y sin violencia. Los hombres deben establecer un nuevo Contrato
Social que los acerque a su estado natural y para controlar los conflictos que se derivaban
de las desigualdades sociales. Gracias a él se conseguiría la unidad del cuerpo social y
los intereses particulares se subordinan a la voluntad general.
Este contrato no es un pacto o convenio entre individuos, como en el caso de Hobbes, ni
un contrato bilateral como el de Locke. El nuevo contrato social es un pacto de la comuni-
dad con el individuo y del individuo con la comunidad, desde el que se genera una "volun-
tad general", distinta a la suma de las voluntades individuales y que se constituye en fun-
damento de todo poder político. El concepto está muy relacionado con el "bien común" al
que se refieren las teorías organicistas, así toda ley emanada de la voluntad general tiene
como finalidad el bien común, superior siempre al de cualquier individuo concreto. La li-
bertad individual ha de constituirse, a través de la voluntad general, en libertad civil y en
igualdad, de ahí resulta que, cuando un individuo acata y cumple una ley emanada de
aquella, sigue siendo tan libre como antes porque, en verdad, se está obedeciendo a sí
mismo como miembro de la comunidad.
Como sistema político, Rousseau es partidario de la democracia directa en caso de esta-
dos pequeños en los que eso sea posible (tal como sucedía, por ejemplo, en el cantón de
Ginebra, de la que era natural). Pero, en virtud de las circunstancias, cada Estado ha de
adaptar su forma de gobierno a sus características, aunque insiste en que cualquier forma
de gobierno, para ser legítima, ha de ser expresión de la voluntad general de la ciudada-
nía.

KARL MARX Y LA VISIÓN MATERIALISTA HISTORICA

Marx nació en la ciudad de Trevis en la Renania Alemana en el año de 1818. De su vasta


obra nos interesa, por su directa conexión con los temas del Derecho, la juvenil “Contribu-
ción a la critica de la Filosofía del Derecho de Hegel”, la “Ideología Alemana”, el prólogo
del libro “Contribución a la Crítica de la Economía Política”, “El 18 de Brumario de Napo-
león Bonaparte”, “La Crítica del Programa de Gotha” y dos célebres obras más: “El Mani-
fiesto Comunista” y “El Capital”. Muchos de los títulos mencionados fueron escritos en
colaboración con Engels.
La doctrina marxista presenta la particularidad de estar constituida por dos disciplinas teó-
ricas distintas, unidas por razones históricas y teóricas, aunque distintas en tanto que sus
objetos son diferentes: el materialismo histórico o ciencia de la historia y el materialismo
dialéctico o filosofía marxista. El materialismo histórico tiene por objetivo investigar los
modos de producción en la Historia, su estructura propia, su funcionamiento y las formas
de organización que hacen pasar de un modo a otro. Así no se ocupa solamente del modo
de producción capitalista sino de todos los modos de producción, de los cuales propor-
ciona una teoría general. La Teoría de la Historia es una ciencia de la totalidad orgánica o
estructura que constituye toda formación social, dependiente de un modo de producción
determinado. Cada estructura social comprende un conjunto articulado de niveles o ins-
tancias de esa estructura: la infraestructura económica, la superestructura jurídica – polí-
tica y la superestructura ideológica.
El materialismo histórico es la ciencia de lo social. Según el materialismo histórico, los
hombres comienzan a diferenciarse de los animales desde el momento en que empiezan
a producir sus medios de subsistencia, operación condicionada por su organización cor-
poral. Al producir sus medios de subsistencia, producen indirectamente su vida material.
El trabajo humano es indispensable para obtener los medios de subsistencia. Este trabajo
tiene la característica de ser siempre social, lo que crea un vínculo o relación entre los
hombres. La base social está entonces en la producción. En toda producción están pre-
sentes dos elementos en forma indisoluble: el trabajo, por el cual se transforma la Natura-
leza de manera útil para la existencia humana y la relación que surge de esa producción.
Consideremos ahora, el proceso del trabajo humano. El objeto del trabajo es la materia a
la cual se aplica; materia transformada por acción del mismo. La energía humana emplea-
das en esta transformación se denomina “fuerza de trabajo”, “los medios de trabajo”, son
las máquinas, herramientas, instrumentos, etc que el hombre precisa para producir los
bienes materiales. Los objetos y los medios de trabajo constituyen “los medios de produc-
ción”.
Para Marx, la historia muestra cinco tipos de modos de producción. El de las comunidades
primitivas –arcaicas- donde no hay diferenciación de trabajo, medios y productos obtenidos
pertenecen a todos, los otros son el esclavista, el feudal, el capitalista y el socialista. El
modo de producción capitalista se basa en la propiedad privada de los medios de produc-
ción. En la sociedad capitalista la fuerza de trabajo es la única propiedad del obrero, quien
se encuentra “alineado” porque se ha desvirtuado el sentido del trabajo humano.
El Estado es la forma a través de la cual el Derecho adquiere forma política, es decir se
convierte en ley. En el Estado moderno, el poder político, según las palabras del “Mani-
fiesto Comunista” es un comité de administración de los asuntos comunes de la burgue-
sía”.
En suma, tanto el Derecho como el Estado aparecen como superestructuras y elementos
de opresión, destinados a desaparecer en la utópica sociedad sin clases, postulada por el
marxismo como hipótesis revolucionaria. Es decir, el Estado no desaparecería sino que a
través de la revolución armada (la
utilización de la estrategia armada para derribar el sistema capitalista) podría imponerse
un modelo de Estado inclinado hacia las clases trabajadoras y de esta manera atenuar la
explotación existente. El “Manifiesto Comunista”, expresa “la historia de todas las socie-
dades es la historia de las luchas de clase, las que en la Edad Moderna han quedado
reducidas a dos: la burguesía y el proletariado”. La primera cumplió un rol revolucionario
en la Historia, al destruír las relaciones feudales, pero se ha dejado sucumbir al frío interés.
El proletariado, que no posee nada, al estar totalmente excluido de la sociedad, es la clase
que resulta ser la negación misma de la sociedad, y por ello, según el esquema marxista,
la clase que terminará con la burguesía y el sistema de luchas clasistas.
Según “El Manifiesto”, cuando el proletariado se convierta en clase dominante y como
clases dominante destruya violentamente las antiguas relaciones de producción “..en el
lugar de la antigua sociedad burguesa con sus clases y antagonismos de clases le susti-
tuirá una asociación en la que el libre desarrollo de cada uno será la condición del libre
desarrollo de todos”. Esa es la sociedad comunista, utópica sociedad en la que no habrá
Derecho ni Estado, los que – según Engels- pasarán a formar parte del museo de antigüe-
dades, junto con el torno de hilar y el hacha de bronce. En ellas se cumpliría lo que es el
principio marxista de justicia “a cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus
necesidades”. Pero cabe señalar que antes de la instauración de la sociedad comunista,
se encuentra la etapa de la dictadura del proletariado, en la que Derecho y Estado subsis-
tirían. El Derecho vigente en ese momento tendría algunas características diferenciales
con los anteriores; primero, aunque expresión de la voluntad de una clase dominante (el
proletariado) no consagraría un sistema de explotación económica; segundo liberaría y
buscaría la superación de sí mismo y su propia anulación. En esto se encierran varias
paradojas: Derecho opresivo, pero que posibilita la libertad, Derecho que se suprime a sí
mismo, etc.
La inexistencia de la explotación no hará necesario al Estado, ni tampoco al Derecho. La
existencia de la desigualdad e inequidad necesariamente provoca conflicto social y tensión
al interior de la sociedad. Por ello es necesario que existan límites para la acción. La de-
sigualdad necesariamente acarrea conflicto e inseguridad.
Luego de haber recorrido algunas teorías y autores analicemos el surgimiento histórico del
Estado Moderno y cuáles fueron las causas que conllevaron a dicho proceso.

FORMACIÓN DEL ESTADO NACIONAL MODERNO

La quiebra del orden político medieval, la aparición y desarrollo del Estado, del sistema
económico capitalista, de la estratificación social clasista, del absolutismo como régimen
político, etc; son fenómenos históricos que no admiten una explicación unicausal, como
así tampoco la ubicación exacta del acontecimiento. De todos estos procesos señalados
se destaca nítidamente aquel que desemboca en la aparición del Estado. El Estado, en el
sentido de Estado Nacional, es un producto de la cultura de Occidente que se plasma a
partir del Renacimiento. Con anterioridad a esta época no puede hablarse propiamente de
“Estado”. Existió, obviamente, la relación gobernante – gobernado pero ésta se dio de una
manera muy diferente si la comparamos con la que se efectiviza en la actualidad; esto
quiere decir que la organización política medieval fue muy distinta a lo que posteriormente
y hasta nuestros días se denominará Estado.
Para realizar una exposición acabada de las condiciones y circunstancias históricas que
dan surgimiento al Estado, debemos hacerlo a través del análisis del largo proceso histó-
rico que lleva a la aparición de las primeras monarquías nacionales (Francia, España e
Inglaterra).
La palabra “Estado” designa certeramente una cosa totalmente nueva porque a partir del
Renacimiento y en el continente europeo los diversos centros de poder que hasta entonces
tenían un carácter impreciso en lo territorial y cuya coerción era floja e intermitente, se
convierten en unidades de poder continuas y reciamente organizadas, con un solo ejército
que era permanente, una única y competente jerarquía de funcionarios y un orden jurídico
unitario, imponiendo además a los súbditos el deber de obediencia con carácter general.
El Estado es fruto de la desestructuración del feudalismo y de una serie de características
concurrentes en un mismo espacio temporal:

- Proceso de centralización político


- Formación de un proceso identitario
- Construcción de ejércitos nacionales
- Constitución del capitalismo mercantil

Estos fenómenos conjuntamente con otros permitieron que surgiera el Estado Moderno
Capitalista cuyo análisis seguiremos profundizando en las próximas unidades.

CONCLUSIONES

A modo de resumen podemos mencionar como insoslayables para la tarea de estudio la


aprehensión de conceptos como: estado, contractualismo, conflicto social, ciudadanía y
concepto que profundizaremos en los próximos cuadernos de trabajo y en la Plataforma.

Esperamos, sinceramente que este cuadernillo pueda resultar didáctico y ameno. Hemos
tratado y el esfuerzo que ha realizado la cátedra tendiente a cumplir con los objetivos de
la asignatura. Desde ya un cordial saludo y no duden en comunicarse con su respectivo
tutor cuando la situación así lo requiera

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