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Libro Factores, Riesgos Psicosociales, y Temas Emergentes en El Trabajo
Libro Factores, Riesgos Psicosociales, y Temas Emergentes en El Trabajo
Libro Factores, Riesgos Psicosociales, y Temas Emergentes en El Trabajo
Autores: Jorge Ignacio Sandoval Ocaña, Germán Gómez Pérez, Luis Manuel Fernández
Hernández, Amilcar Torres Ortiz.
ISBN: 978-607-30-2618-5.
DERECHOS RESERVADOS
Queda prohibida la reproducción o transmisión total o parcial del texto o
las ilustraciones de la presente obra bajo cualesquiera formas, electrónicas
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sin el consentimiento previo y por escrito del editor.
Prólogo vi
Introducción 1
Capítulo I Acerca de la emergencia de los nuevos riesgos psicosociales 7
1.1 Sobre los orígenes de lo «psicosocial» 7
1.2 Los factores psicosociales en México 14
1.3 Los riesgos psicosociales emergentes 19
1.4 La tecnología como condición para la emergencia de nuevos riesgos 24
Referencias 30
Capítulo II Adicción al trabajo: ¿apego, dependencia, alineación o 35
sobreexplotación?
2.1 Capitalismo neoliberal y síndromes emergentes en el trabajo 35
2.2 “Adicción” al trabajo una construcción más del medicalismo organicista 38
2.3 Adicción al trabajo o nuevas estrategias de extracción del capital 44
Referencias 69
Capítulo III Tecnoestrés, tecnofobia y tecnoadicciones 73
Introducción 73
3.1 Concepto de tecnoestrés 78
3.2 Tipos de tecnoestrés 80
3.3 Algunas fuentes del tecnoestrés 87
3.4 Sintomatología del tecnoestrés 91
3.5 Consideraciones para el afrontamiento del tecnoestrés 94
Referencias 95
Capítulo IV “Trabajo emocional” o dimensiones emocionales del trabajo 103
4.1 De entrada 103
107
4.3 Propiedades y características 112
vi Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
Una emergencia es una situación fuera de control que se presenta por el impacto de un
desastre; puede ser un suceso que altera la vida de una comunidad y que puede tener
consecuencias materiales, ambientales, económicas, sociales y humanas y que puede ser
Al mismo tiempo, los autores llegan al concepto de que en estos nuevos escenarios “para-pos-
sobre-ultramodernos” del siglo XXI, “la computadora, la internet, la nube, el ciberespacio, los
teléfonos inteligentes, los robots y demás productos y desarrollos tecnológicos aplicados a la
gran industria, al creciente sector servicios e incluso la decreciente agricultura, siguen siendo
artefactos tecnológicos que no surgen por la natural evolución de la tecnología en sí misma,
sino que se desarrollan y consolidan en la medida en que sirven para el acrecentamiento de los
Así pues, Jorge, Germán, Luis y Amilcar con una “prosa didáctica” nos explican en este libro,
que los llamados “riesgos psicosociales emergentes en el trabajo” deberán no solo ser tema de
del comportamiento social, dado que sin duda se tratará de una emergencia psicológica,
laboral, social, nacional y mundial en términos de salud mental y física entre los trabajadores
actuales y futuros que ya comenzó a mostrar su importancia. Temas como adicción al trabajo,
tecnoestrés, tecnofobia, tecnoadicciones y trabajo emocional, entre otros, son tratados con
seriedad, innovación y argumentos sólidos por parte de los autores, dando lugar a genuinas
viii Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
sindicatos y los mismos trabajadores no tomamos conciencia de lo emergente que van a resultar
los temas psicosociales en el trabajo las consecuencias en la salud y psique de la humanidad
pueden ser verdaderas emergencias con alto riesgo.
“apuntes” respecto a “lo negativo de la psicología positiva” que desde su muy perspicaz punto
Respecto a los autores, Jorge Ignacio Sandoval Ocaña, Germán Gómez Pérez, Luis Manuel
Fernández Hernández y Amilcar Torres Ortíz puedo decir con seguridad que se trata de
académicos jóvenes y no tan jóvenes que han dedicado su tiempo, esfuerzo y emociones
al estudio serio de los problemas sociales, psicológicos, ideológicos e individuales de los
trabajadores mexicanos por décadas, representando en sus actos, discursos y escritos los más
altos valores sociales, políticos, culturales y humanistas a favor de la clase trabajadora, mismos
que ponen en alto la misión de la Universidad Nacional Autónoma de México, y que sin duda
también los hace dignos representantes de los objetivos más humanistas de su Facultad de
Estudios Superiores Zaragoza, que los ha apoyado en su trabajo cotidiano, permitiéndoles esa
Finalmente, no puedo dejar de pensar en los lectores de este libro, quienes seguramente estarán
relacionados con la academia, con las organizaciones públicas y privadas, con los sindicatos,
en sus muy diversas modalidades de ideología y pragmaticidad, pero que también estarán
vinculados como trabajadores o actores del inevitable futuro mundo del trabajo. El estudiante,
el profesor, el investigador, el trabajador, el directivo de recursos humanos, el médico, el
psicólogo, el empresario, el líder sindical, etc. tendrán en sus manos con este texto una joya
para prepararse hacia el futuro, ya que podrán anticiparse a emergencias de los riesgos y de los
temas psicosociales antes que muchos otros profesionales que puedan caer en la tentación de
ser charlatanes, mercenarios o simplemente ingenuos de la psicología ocupacional. Agradezco
a los autores, a quienes considero mis colegas, pero también amigos, el honor de haberme
permitido escribir estos párrafos.
Previo a este texto, los autores han publicado dos libros sobre historia: el primero sobre
Historia de la Salud en el Trabajo en 2016, y el segundo sobre Historia de la Psicología del
Trabajo en 2018. La presente obra es un intento de escribir sobre el futuro; por supuesto la
En un sentido, estas páginas se pueden pensar como desligadas de los textos anteriores, en
otro se pueden considerar como continuación de las dos obras mencionadas. Independiente,
porque no necesariamente esta obra es continuación de las dos anteriores, incluso las
temáticas pueden parecer como autónomas; pero profundamente vinculadas si se asume
que para entender lo que ocurre en el momento hay que comprender la trayectoria histórica
de los fenómenos de la salud en el trabajo, el estudio de los daños a la integridad mental de
las poblaciones trabajadoras, y cómo es que en un futuro inmediato los riesgos y daños a la
salud integral de los y las trabajadoras se irán desarrollando al igual que en otras regiones del
mundo como resultado de las nuevas forma de organización del trabajo, la agudización de las
condiciones desfavorables en los ambientes laborales y la introducción y aceleración del uso
de las nuevas tecnologías en los variados y distintos lugares de trabajo.
hayan existido desde tiempo atrás, pero no se concebían todavía como objetos de estudio
de al menos una disciplina; ese fue el caso en su momento del burnout y el mobbing; aunque
se reconoce que fueron fenómenos presentes desde hace mucho tiempo en los escenarios
en los 70s del siglo pasado, pero hasta mediados de los 80s se convirtió en una temática
relevante.
Se reconoce por todos los investigadores del tema a Herbert J. Freudenberger como el
pionero en el mundo de la investigación a partir de la publicación de su multicitado artículo
de la exposición que hizo Freudenberguer sobre lo que ocurría con voluntarios en la St. Mak’s
Free Clinic de Nueva York para el tratamiento de toxicómanos, en donde observó la pérdida
progresiva de energía, hasta llegar al agotamiento, la ansiedad, depresión, disminución de la
motivación y agresividad hacia los pacientes, después de un año de trabajo, por parte de los
profesionales que los atendían.
Precisamente el concepto “estar quemado” se retoma del lenguaje coloquial usado para
referirse a los efectos del uso crónico de drogas, y después del uso coloquial que le daban
abogados de California que atendían a personas en situaciones de pobreza para describir los
síntomas presentes en sus colegas, (Maslach, Schaufeli & Leiter, 2001), (Schaufeli & Buunk,
en Schabracq, Winnubst & Cooper, 2003).
Sin embargo, también existen quienes previamente trataron el fenómeno desde la perspectiva
profesional. En 1911 Korner reportó en un artículo escrito en alemán titulado Moder Teacher’s
neurastenia, referían los síntomas típicos de lo que después se viene a conocer como el
síndrome del trabajador quemado. En 1953 Schwartz y Will reportaron un estudio de caso
de una enfermera psiquiátrica conocida como Miss Jones que presentaba los síntomas
característicos del burnout y en 1969 H.B. Bradley caracterizó el síndrome en agentes de
libertad que trabajaban con delincuentes juveniles bajo un programa de tratamiento bajo
libertad condicional, (Muheim, en Bährer-Kohler, 2013).
El estudio generalizado del burnout despunta a partir de los trabajos de la psicóloga social
Cristina Maslach, quien en 1976 se encontraba realizado estudios sobre las emociones de
empleados en sus lugares de trabajo, y basándose en el estudio de Freudenberguer da a
conocer en el Congreso Anual de la Asociación Americana de Psicología de ese año el que
mundo; más adelante, en el año de 1981 Maslach y Jackson reportan que este fenómeno se
Introducción
3
dependencia y en ese mismo año desarrollan el primer instrumento de medición del burnout
que con el tiempo se convirtió en la escala que más se ha utilizado en todo el orbe para la
investigación sobre el fenómeno. Cabe destacar que la primera vez que Maslach intentó
publicar el artículo sobre el problema y donde describe el MBI, le fue rechazado por el editor
originó la ridiculización del tema entre los eruditos (Maslach, Schaufeli & Leiter, 2001).
El mobbing, por su parte, sólo se convirtió en objeto de estudio hasta que Heinz Leymann,
psicólogo alemán radicado en Suecia lo hizo del conocimiento de los especialistas en
la primera mitad de la década de los 90s del siglo XX, sin embargo, también existen
antecedentes sobre la investigación del fenómeno; en 1972 Peter-Paul Heinemann publicó
el primer texto sobre mobbing para referirse al comportamiento grupal violento en niños.
Por su parte Carroll Brodsky, psiquiatra norteamericano, en 1976 da a conocer su libro
The Harassed Worker. En Japón, con el nombre de ijime el fenómeno del acoso moral se
obra de 1963 traducida al español como Sobre la agresión, el pretendido mal (Hirigoyen,
2001), (Navarrete, 2010).
Con esto se puede apreciar que la inauguración del estudio de un fenómeno en el terreno de
las ciencias siempre tiene antecedentes y lleva mucho más tiempo que su reconocimiento
El caso de los riesgos psicosociales emergentes que en este texto serán analizados puede ser
parecido, pero en algunos de ellos hay una condición particular; efectivamente sólo pudieron
las situaciones de trabajo, como es el alto nivel de desarrollo de las nuevas tecnologías, que
se supone no obedecían a necesidades exclusivas del mundo laboral; como ejemplo de ello
se tiene el llamado tecnoestrés.
Hamborg y Greif (2003) señalan que las innovaciones tecnológicas en el trabajo no son
perjudiciales en sí mismas, de acuerdo a los múltiples estudios que reseñan en su trabajo,
visibles o incluso existir repercusiones favorables para los trabajadores, pero en efecto,
aquí no se hace referencia a las innovaciones en abstracto, las planteamos dentro del
encuadre de los intereses de la empresa por introducir esas innovaciones tecnológicas
En la actualidad, y como resultado de las nuevas formas de organización del gran capital
a escala mundial y sus subsecuentes impactos en las condiciones de trabajo, se han
empezado a vislumbrar sus efectos en algunos países, como sería el caso de México, pero
los graves riesgos y daños a la salud, la integridad mental y las formas trastocadas de
convivencialidad entre hombres y mujeres trabajadores de la industria, los servicios e incluso
del sector agropecuario. No obstante, este conocimiento, las medidas para contrarrestar los
enmascara los daños ambientales, la degradación de la vida social y los efectos nocivos y
alienantes en los individuos y las colectividades.
Por otro lado, para el caso del trabajo emocional, aunque no necesariamente puede estar
asociado a la emergencia de las nuevas tecnologías, y se reconoce que es un fenómeno
la segunda del siglo XXI como consecuencia del incremento desorbitado de las exigencias
condiciones.
A partir de lo anterior, es que los autores de este libro consideran al trabajo emocional, la
adicción al trabajo, el tecnoestrés, las tecnofobias y las tecnoadicciones, como riesgos con
carácter emergente, en virtud de que en países como México aún son desconocidos por
buena parte de los especialistas, la población en general y por grupos de trabajadores y
trabajadoras, aun cuando de alguna forma día a día tengan que lidiar con sus consecuencias.
Un asunto similar ocurre con “temas” de la psicología del trabajo que, de igual forma, no
obstante, su presencia en los discursos profesionales y académicos en otras latitudes,
en el país no son del conocimiento generalizado, y mucho menos, analizados desde una
perspectiva no convencional o con un modo crítico de observarlos, como es el caso de la
psicología positiva, el trabajo emocional y sus aplicaciones en los espacios laborales.
De ello se puede deducir, que los riesgos y temas emergentes muy pronto dejarán de
aparecer como tales y serán los riesgos “comunes” con los que los trabajadores tendrán que
lidiar cotidianamente en los centros de trabajo como algo “natural”, como hoy se hacen ver a
los riesgos tradicionales como el ruido o la temperatura en el lugar de trabajo, situaciones que
aparentemente no se pueden controlar, por lo cual el trabajador colectivo tiene que asumirlos
de manera equivocada como inevitables.
1
Acerca de la emergencia de los
nuevos riesgos psicosociales
En la primera reunión efectuada en 1950 por parte del Comité Mixto OIT/OMS de medicina
del trabajo, se reconoció la importancia del entorno psicosocial, entre otros asuntos, para la
ubicación y mantenimiento de los trabajadores en actividades que correspondieran con sus
el trabajo por parte del Comité Mixto OIT/OMS, lo que dio lugar a su generalización en el
mundo, sobre todo a partir de la publicación del texto que sirvió de guía en el estudio de este
fenómeno. (OIT, 1986).
De manera particular, la OMS en 1988 aseguraba que desde 1974 los Estados miembros de
ese organismo ya atendían con mayor frecuencia el fenómeno de los factores psicosociales
y su relación con la salud y el desarrollo humano, ya que éstos se encontraban entre los
salud total de las poblaciones de trabajadores, y este organismo
8 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
gobiernos, y aunque se entendía la preocupación por alcanzar los objetivos económicos, esto
no debía de estar por encima de la calidad de vida de los trabajadores (Kalimo, El-Batawi y
Cooper, 1988).
Son varios los asuntos que generan controversia con respecto a la noción de factores
psicosociales, por ejemplo, tenemos la discusión alrededor de la misma noción de “factores”.
de las ciencias físicas y naturales y su traslado a las ciencias sociales promovida por el
Círculo de Viena. La generalización del concepto en el mundo laboral se debe a la OIT,
más correcto desde el punto de vista teórico hacer uso de conceptos como el de proceso,
propiamente, procesos psicosociales.
Por su parte, Delahanty (2011), señala al concepto “psicosocial” como una noción equívoca, en
tanto que con dicha palabra se remite a grupos de comportamientos, rasgos de personalidad
de los individuos y características del ambiente, a la vez que con esta categoría se pretenden
analizar los niveles corporales, de las relaciones interpersonales y del sistema social; de ahí,
entre otras razones más, su ambigüedad. Por otro lado, Delgadillo (2011), indica la limitada
pertinencia del concepto, por su amplitud, en la que se encuentra desde la biografía del
tiene que ver con la cultura y las estructuras sociales, con lo que de acuerdo con la autora, se
prescinde en el análisis del fenómeno de la explotación en el mundo.
Martínez (2011), señala la falta de teorización del concepto “factores psicosociales” pues aun
fundamentos teóricos en los cuales están sustentadas; para esta autora, lo psicosocial lo
abarca todo, lo externo al trabajador, el trabajador mismo y las repercusiones sobre la salud
y con ello, en ocasiones el concepto se considera como riesgo, agente o factor, en otras
como mediación o proceso y en unas más como efecto o consecuencia. Para el caso del
concepto factor, señala que con éste no se trasciende la parcialidad de la teoría multicausal
los particulares.
se puede retornar a confusiones como las que se pretenden aclarar, estos dos autores
ofrecen como solución un equívoco aún mayor, al hablar de factores biopsicosociales como
la categoría que resuelve la discusión. Sobre este concepto tan utilizado para querer zanjar
casi todas las disputas epistemológicas y teóricas sobre la salud, el psiquismo, lo humano y
muchos otros fenómenos tanto de las ciencias sociales como de algunas de las naturales,
de las partes, y que con esa trilogía conceptual de algún modo se sustraen las dimensiones
históricas y sociales de la forma en que se genera la supuesta articulación de esos
componentes.
Sumándose a las observaciones críticas descritas, Sandoval (2011), añade que el problema
de la ambigüedad del concepto es que parece englobar todo, pero al mismo tiempo nada.
Cabe entonces hacer algunas preguntas: ¿todos estos conceptos son sinónimos?, si fuera
así, ¿por qué tantos conceptos para referirse al mismo fenómeno?; de no ser así, ¿por qué
de rigurosidad con la que no se cumple? ¿cuáles son las consecuencias para la investigación
y la intervención sobre factores psicosociales en el trabajo si hay una profunda dispersión
conceptual que debe orientar las acciones en el terreno, incluso legal, donde la precisión de
las palabras es condición esencial para un fallo legal en uno u otro sentido?
En el informe emitido por el Comité Mixto OIT/OMS se argumenta que existen factores
psicosociales positivos que pueden favorecer la conservación o fomentar el mejoramiento
de la salud, pero a la vez se sostiene que los factores psicosociales desfavorables de origen
profesional han aumentado de manera importante y contribuyen para la presencia de distintos
daños a la salud, por lo que han sido considerados principalmente desde una óptica negativa,
así, el tratamiento más común para abordar la relación entre el medio ambiente psicológico
del trabajo y la salud ha sido a través del concepto de estrés.
exigencias
psicosociales.
De acuerdo con el Instituto Navarro de Salud Laboral (Escrich, García, Góngora, Lahera,
Lasa, Muñoz, Pérez, y Ventura 2005), en concordancia con el Instituto Nacional de Seguridad
e Higiene en el Trabajo de España (INSHT), el riesgo psicosocial
Lo notorio del caso es que los diferentes autores citando el mismo organismo, en ocasiones
los autores los caracterizan como factores de riesgo psicosocial y parten del reconocimiento
de que es un concepto “ambiguo y puede abarcar diversos y distintos aspectos” p. 5.
12 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
factores de riesgo
y factores psicosociales, pero también hace uso de la expresión amenazas psicosociales:
Los factores de riesgo psicosociales, como cualquier otro factor de riesgo, ha de ser aquellas
características de las condiciones de trabajo (sic) y, sobre todo, de su organización, que
Tras esta somera revisión, cabe hacerse algunas preguntas: ¿de qué se está hablando
cuando se hace uso de los conceptos factores psicosociales, riesgos psicosociales,
factores de riesgo psicosocial, condiciones psicosociales de trabajo, problemas de carácter
psicosocial, condiciones psicosociales laborales adversas y exigencias psicosociales?,
Para algunos, esto puede ser un simple juego con el uso de los conceptos, pero para otros
esperar efectos negativos o perjudiciales para la salud o el bienestar del trabajador y ambos
repercuten de manera desfavorable para lo que él denomina la “salud de la organización”.
En otro escrito, Moreno (2011), nuevamente en un intento encomiable por aclarar las
confusiones establece que en la literatura actual se pueden encontrar tres maneras para
explicar el fenómeno: factores psicosociales, factores psicosociales de riesgo y riesgos
psicosociales laborales
asunto: “Frecuentemente se usan como intercambiables y no existe una diferenciación usual
y académica neta entre ellos, sin embargo se pueden advertir aspectos diferenciales en su
uso y una cierta gradación en las connotaciones implicadas.” (Moreno, 2011, p. 7). Pero,
Al respecto, Noriega, Franco, Martínez, Villegas Alvear y López (2001) proponen el concepto
de exigencia, pues según ellos:
consecuencias en los individuos, que sería la manera más precisa de utilizar el concepto.
De tal suerte, las consecuencias negativas o positivas que el trabajo entraña en términos
mentales (por ejemplo, la depresión, la ansiedad o el aprendizaje de nuevos conocimientos,
la satisfacción laboral, etcétera) son efectos psicosociales sobre el trabajador p. 24.
Una vez más, pareciera que entre las preocupaciones de la OIT no se encuentra la de
búsqueda de rigurosidad conceptual con lo que sigue abonando a la falta de precisión
14 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
Las preguntas hechas líneas arriba pudieran parecer ociosas, pero no lo son tanto cuando
se observa que hay “especialistas” o “expertos” en el terreno de los factores psicosociales
que no entienden las diferencias entre estos conceptos o, peor aún, no saben que hay
las empresas, realizan investigación y evalúan a los trabajadores y trabajadoras; ¿se puede
En México, a pesar de que existen varios antecedentes desde la década de los 70´s por
la preocupación de los efectos de las condiciones de trabajo sobre la mentalidad de los
trabajadores (Sandoval, Gómez, Fernández y Torres, 2016), es apenas hasta años recientes
que las autoridades laborales del país empezaron a tomar en consideración el rubro de los
factores psicosociales en el trabajo.
En 2016 la Secretaría del Trabajo y Previsión Social dio a conocer el texto Bienestar
emocional y desarrollo humano en el trabajo: evolución y desafíos en México, en el que se
tratan “los factores psicosociales, los factores de riesgo psicosocial, los riesgos psicosociales
y los efectos negativos que estos provocan en la seguridad y en la salud física y mental de
la población trabajadora” (STPS, 2016, p. 81). Esta dependencia gubernamental, partiendo
la siguiente manera:
Capitulo 1. Acerca de la emergencia de los nuevos riesgos psicosociales
15
Así, la STPS considera que los factores psicosociales denotan las condiciones objetivas y
subjetivas en las cuales se dan las interacciones entre el trabajo, los ambientes laborales,
las condiciones de organización y las interrelaciones personales entre los diferentes
niveles organizacionales por una parte y, por la otra, las capacidades del trabajador (a),
percepciones, experiencias, necesidades, su cultura y situación bio-psico-socio-espiritual,
“no debe considerarse como limitativa” (p. 86). Al conceptualizar los riesgos psicosociales
En un intento fallido por precisar algunas diferencias entre los conceptos la STPS establece:
La diferencia conceptual entre los factores de riesgo psicosocial y los riesgos psicosociales
es fronteriza, en virtud de que los primeros son los elementos organizacionales y
psicosociales derivados de la inadecuada gestión de los factores psicosociales, ya sea por
condiciones de trabajo con el potencial de causar malestar y daño a los trabajadores (as),
y por tanto, se convierten en factores de riesgo psicosocial, que si se dan las condiciones,
pueden contribuir a la generación de un riesgo psicosocial propiamente dicho. Por tanto,
un factor psicosocial puede o no convertirse en un factor de riesgo psicosocial siendo estos
últimos los predictores o desencadenantes de situaciones de riesgo psicosocial (STPS,
2016, p. 91).
Aclaración que resulta tautológica, y además en sus conclusiones recurren al caso del
estrés para supuestamente aclarar la relación entre factores psicosociales, factores de
riesgo psicosocial y riesgos psicosociales, pero hasta ahora no hay un acuerdo unánime
entre los investigadores sobre la cualidad del estrés, pues en ocasiones aparece como
factor psicosocial, otras como factor de riesgo psicosocial, en otras como riesgo (si se
prevención.
permite); las jornadas de trabajo superiores a las previstas en la Ley Federal del Trabajo,
rotación de turnos que incluyan turno nocturno y turno nocturno (sic) sin periodos de
recuperación y descanso; interferencia en la relación trabajo-familia, y el liderazgo negativo
y las relaciones negativas en el trabajo (Secretaría del Trabajo y Previsión Social, 2016).
terminológica cabe preguntar: ¿se puede actuar legalmente cuando no hay concordancia
Gobierno que versan sobre la misma materia? ¿Los empresarios, ante posibles demandas
de los trabajadores o sus representaciones sindicales, no objetaran bajo el pretexto de la falta
de concordancia legal sobre el asunto?
plan diseñado precisamente para frenar las acciones que correspondan para la prevención,
corrección o eliminación de los riesgos psicosociales y sus consecuencias en la salud, la
integridad metal y las formas de relación no armónicas en los centros de trabajo?
(DSM-III) publicado en 1980 la neurosis desapareció como entidad nosológica dando paso
Americana, 1980). Entre los objetivos de la comisión encargada de elaborar el DSM III se
encontraban los siguientes que fundamentan en algún sentido las razones de dicho cambio
terminológico:
forma poco o nada apropiada y evitar el uso de términos que ya han perdido su utilidad
(APA, 1980, p. 5).
uso de la categoría de neurosis que sí se encuentra en la Ley Federal; por su parte, en la Ley
Federal no hay ninguna mención a los factores o riesgos psicosociales ¿hay un vacío legal
en la materia? ¿Se resuelve el asunto recurriendo a la simple sinonimia? ¿Los abogados
no invalidarán una demanda porque ya no se usa el concepto en el lenguaje psiquiátrico-
psicológico aun cuando se encuentre en la ley correspondiente? ¿Basta con enunciar los
trastornos de ansiedad que si se reconocen en los tres instrumentos mencionados?
Esto último fuerza a una serie de aclaraciones más que necesarias. ¿“Lo espiritual” a lo
que hace referencia el programa es un componente de lo biopsicosocial o es una entidad
18 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
de lo neuronal? ¿Lo espiritual opera junto, por encima o es independiente de los otros
componentes enunciados? ¿Corresponde a un ordenamiento moral? ¿Hay en este plano
parece plausible ante estas incógnitas, plantados en el terreno de lo espiritual, es que “sólo
Dios lo sabe”.
que incluyan el turno nocturno y turno nocturno sin períodos de recuperación y descanso” p.
2. ¿Es un error la repetición de “turno nocturno” o en la Norma se da por sentado que puede
haber un turno que sí tendrá la opción de recuperación y descanso y otro que no? Estará
vigente a partir de octubre de 2019 y lo que corresponde a las evaluaciones propiamente
dichas, como obligación de los patrones entra en vigencia en el 2020.
Todo lo anterior refuerza la inquietud de los autores respecto al uso difuso del lenguaje que
en al ámbito de lo legal-laboral.
riesgo psicosocial y evaluación del entorno organizacional en los centros de trabajo (con más
de 50 trabajadores). En los tres casos se enuncia que no son de cumplimiento obligatorio,
y se da la opción de utilizar “cualquier método” que cumpla entre otros requisitos con criterios
de validación estadística rigurosos.
Capitulo 1. Acerca de la emergencia de los nuevos riesgos psicosociales
19
El caso es que a mediados del 2019 las empresas ya han iniciado las evaluaciones y hasta
el momento la mayoría ha optado por los cuestionarios propuestos en la norma, pero ésta no
fue diseñada siguiendo ninguno de los parámetros psicométricos que se exige para cualquier
otro “método” ¿La NOM-035 puede estar exenta de los criterios de validación estadística que
sus cuestionarios? ¿O basta que hayan sido aprobados por el Comité Consultivo Nacional de
Normalización de Seguridad y Salud en el Trabajo?; hasta donde se sabe, en ese organismo
no participa ningún especialista o experto en factores psicosociales, entonces, ¿con qué
2. La NOM-035 establece que: “El patrón tendrá la opción de contratar una Unidad de
acreditada y aprobada, en los términos de la Ley Federal sobre Metrología y
improvisada como ocurrió con la misma NOM-035? ¿Quién o qué organismo validará la
conformación de dichas Unidades y cuáles serán los criterios para su aprobación? Lo que se
sabe hasta el momento (julio de 2019) es que han surgido múltiples despachos, consultoras
y demás que ya ofrecen capacitación, asesoría para la evaluación de riesgos psicosociales
y las mismas evaluaciones; por supuesto, la eliminación de los riesgos psicosociales en los
lugares de trabajo, la integridad mental de los trabajadores y trabajadoras, y los “entornos
organizacionales saludables” son lo de menos, lo que importa es hacer de todo ello un
negocio rentable, como lo ha sido para algunos, desde siempre la salud en el trabajo.
emergentes: se entiende como riesgo emergente a todo aquel riesgo que es nuevo y que va
en aumento.
que sea un problema antiguo, pero ahora se considera un riesgo debido a los
cambios en la percepción pública o social;
los efectos de los riesgos sobre la salud de los trabajadores empeoran por la propia
gravedad de los efectos en la salud o por el número de trabajadores afectados.
Las cinco áreas en las que se agruparon los riesgos emergentes fueron las siguientes:
Lo que resulta destacable del caso es que ni entre los diez principales riesgos, ni en su
agrupación en las cinco áreas, quedaron contemplados ninguno de los riesgos psicosociales
que se podrían considerar como dentro de los más “típicos” de lo psicosocial: el estrés laboral,
De acuerdo con el reporte, los riesgos psicosociales emergentes deben su existencia con alta
frecuencia a los cambios técnicos u organizacionales, no a situaciones de orden personal
en los trabajadores como en muchas de las ocasiones se plantea con respecto a los riesgos
o factores psicosociales “clásicos” o “típicos”. Llama poderosamente la atención el hecho
que se reconoce de manera explícita que los cambios que denominan socioeconómicos,
la emergencia de estos nuevos riesgos, y aquí los autores de este texto remitimos a la noción
de determinaciones sociales para referirse a todos estos aspectos como eso precisamente,
sentido aparecen como “las causas de las causas” de todos esos riesgos; no son solamente
un conjunto de hechos más que intervienen, no son únicamente variables que juegan un
papel en los modelos estadísticos predictivos.
22 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
De forma similar, otro conjunto de expertos indican que en la Unión Europea los riesgos
también problemas que no se podrán enfrentar o que involucran distintos aspectos de no fácil
resolución.
Los autores del presente texto han decidido, (hasta no contar con un concepto más claro,
efectivamente consensuado entre los especialistas y de mayor rigurosidad analítica) utilizar
la noción de riesgos psicosociales emergentes en el trabajo, sin embargo, con ello no se
asume la concepción tradicional de “riesgo” (exposición al agente o “riesgo” y sus posibles
daños) sino entendiendo que lo que se propone es plantear un debate que no únicamente
Capitulo 1. Acerca de la emergencia de los nuevos riesgos psicosociales
23
como el caso de “riesgo psicosocial”, y penetrar en la capacidad explicativa del concepto para
dar cuenta del conjunto de problemas que se desean comprender en todas sus múltiples
dimensiones, mediaciones y grados de complejidad correspondientes.
De esta manera, se reconoce que aun cuando lo psíquico tiene una serie de cualidades
propias, no hay que soslayar su relación con lo biológico, pero también cómo es, existe,
esta lógica como simplemente lo que existe simultáneamente como psíquico y social;
es lo interconectado y jerarquizado entre el conjunto de condiciones de orden histórico-
social que dan sentido a lo mental. Lo que determina a lo psicosocial, es mucho más
que lo social entendido únicamente como lo colectivo unido a lo mental individual. Los
procesos sociales deben ser entendidos como los que tienen la cualidad de transformar,
dirigir o constituir lo “psicosocial” y permiten explicar las relaciones externas e internas del
fenómeno estudiado.
Por otro lado, recurriendo a palabras ya expuestas en otro momento, se puede decir que:
laborales que están presentes de manera objetiva en el transcurso del trabajo y que en
algún sentido afectan la integridad psicofísica (Sandoval, 2011, pp. 144-145).
organizacionales en las formas de trabajar y ello ha traído como secuela inevitable la afectación
de la salud de los trabajadores, el impacto negativo en su psiquismo y el trastocamiento de
las relaciones interpersonales en el trabajo, y esto solamente hablando de lo relativo a la
salud de los trabajadores y trabajadoras, otro problema vinculado es todo aquello que tiene
con menos efectos para el trabajador y será más creativo, estimulante y satisfactorio. Coriat
por mencionar algunos. Alguien podría argumentar que eso era aplicable únicamente para el
caso del trabajo taylorista-fordista, pero en la misma obra Coriat menciona que en 1976 ya
había quien hablaba de “autómatas industriales” y que el uso de la informática y su aplicación
en bancos y centros administrativos servirían para la parcialización de las tareas y era
contraposición con las ideas más comunes, que la tecnología no precede a la organización
Capitulo 1. Acerca de la emergencia de los nuevos riesgos psicosociales
25
En ese mismo sentido Braverman, desde el lejano 1974, hacía planteamientos similares
el papel que juega en la acumulación de capital. La ciencia misma puede ser vista como una
mercancía que se compra y se vende como cualquier otro de los “factores de la producción”.
De acuerdo con este autor, que remite sistemáticamente a la obra de Marx, en el sistema y
las empresas capitalistas las formaciones sociales son las que dominan a la tecnología y no
a la inversa.
Estas formulaciones que fueron desarrolladas por el marxismo para explicar el trabajo
industrial, también dan sustento a lo que desde mediados del siglo XX igualmente ocurre
con el trabajo del sector de los servicios; la racionalización del trabajo se traslada a la
complementario del trabajo productivo. De ahí que para estos escenarios laborales la mejoría
del trabajo, la satisfacción, la motivación y la humanización del trabajo se convierten en parte
sustancial del discurso gerencial, en palabras de Braverman:
De esta manera, se puede observar que aún en los tiempos de posmodernidad según
Vattimo y Lyotard; de la sociedad de hiperconsumo, a decir de Lipovetsky, o de la sociedad
líquida de Bauman, de la segunda década del siglo XXI, la computadora, la internet, la
nube, el ciberespacio, los teléfonos inteligentes, los robots y demás productos y desarrollos
tecnológicos aplicados a la gran industria, al creciente sector servicios e incluso a la decreciente
agricultura, siguen siendo artefactos tecnológicos que no surgen por la “natural evolución” de
la tecnología en sí misma, sino que se desarrollan y consolidan en la medida en que sirven
para el acrecentamiento de los grandes capitales y, más y peor aún, cuando demuestran
26 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
En este momento de la lectura quizá valga la pena recurrir a las palabras del propio Marx
“La maquinaria más desarrollada, pues, compele actualmente al obrero a trabajar más
tiempo que el que trabaja el salvaje o que el que trabajaría el mismo obrero con las
herramientas más sencillas y toscas”. (Marx, 2011, p. 232.) cursivas en el original.
uso de las máquinas, enuncia varias ideas que, salvando las distancias en el tiempo y las
circunstancias histórico sociales, pudieran ser aplicables al mundo del trabajo del siglo XXI;
por ejemplo, que la capacidad productiva del trabajo se encuentra en función de varios
elementos entre los que destacan el nivel del progreso de la ciencia y de sus aplicaciones
Posiblemente es necesario analizar con cierto detalle hasta qué punto el sentido de las
palabras de Marx son posibles de trasladar en la misma medida a un martillo, a un torno, a
una máquina de control numérico, a un sistema automatizado en el sentido contemporáneo,
a la computadora, a un robot, a la internet o a cualquier otro artefacto tecnológico de última
Desde encuadres fuera del marxismo también hay un reconocimiento explícito de que hay
razones de orden histórico y estructural para que los factores y riesgos psicosociales se
destaquen de manera sobresaliente, tal y como lo plantea Moreno (s.f.), quien en una oración
sintetiza la idea de esta forma: “Probablemente los riesgos psicosociales son una característica
de nuestra época histórica y el marco societario de los acontecimientos actuales de todo tipo”
p. 7. Más adelante este investigador español enfatiza:
Los factores y riesgos psicosociales han estado igualmente presentes a lo largo de toda la
historia del trabajo, pero la eclosión de nuevas realidades organizacionales, económicas y
laborales ha generado una “emergencia” del riesgo psicosocial, entendida al menos como
una urgencia que se ha hecho masiva en el mercado actual del trabajo. p. 8.
tecnología es en sí misma neutra, y señala que según las encuestas europeas en un 40%
manera con las TIC y que se reconoce que los grupos de trabajadores se ven sometidos a
sobrecargas de trabajo cuantitativas y cualitativas, exigencias de mayor responsabilidad y
crecientes demandas cognitivas y emocionales, el fenómeno en su conjunto es analizado
bajo el esquema restringido de que el saber más sobre el estrés por parte de la gente en
De acuerdo con la tradición investigativa de esta autora, los modelos con los que estudia
el fenómeno son con el ampliamente conocido demanda-control de Karasek y el de la
las nuevas tecnologías en las organizaciones tiene mucho tiempo, apenas pocas décadas
atrás ha sido del interés de la psicología del trabajo y las organizaciones. Según estos
autores la tecnología puede concebirse como “un agente potencial de cambio” y al analizar
lo que denominan el imperativo tecnológico,
28 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
sus principales exponentes, dicen que esta perspectiva no considera la actuación humana
en los procesos de desarrollo, apropiación y cambio de la tecnología con lo cual se ve
limitada la conducta individual y de las organizaciones. El interés de estos autores se reduce
a poner atención a las percepciones de los trabajadores con respecto a la tecnología con
la idea de prevenir algunos posibles problemas de bienestar psicológico, preocupación
que resulta un reto para la investigación por parte de los psicólogos organizacionales.
Bajo estos esquemas, la determinación económica y la confrontación entre capital-trabajo
quedan veladas.
También desde la psicología de las organizaciones, pero con una tónica diferente Conde, de
la Torre y Vega, (2000 citando a Drucker, 1960) indican:
Todo el que escribe sobre tecnología reconoce el carácter extraordinario del número,
su vez por ella: economía y sistema legal, instituciones políticas y valores sociales,
saber todo esto y menos manejarlo en sus relaciones, constantemente variables. Y, sin
embargo, todo ello forma parte de la tecnología de una manera o de otra, en un momento
o en otro. (p. 8).
En el estudio reportado por estos investigadores sobre cómo percibían los trabajadores
un proceso de cambio tecnológico en una industria automotriz, utilizando tanto escalas o
cuestionarios y entrevistas individuales con trabajadores y mandos medios, se reconoció que
las razones del cambio tecnológico obedecen a la necesidad de enfrentar la alta demanda y la
del fenómeno es necesaria y la búsqueda de datos cualitativos con los actores de los cambios
puede dar otra perspectiva sobre el fenómeno que no se reduzca a variables mediadoras,
varianzas explicadas y modelos predictivos.
Capitulo 1. Acerca de la emergencia de los nuevos riesgos psicosociales
29
Una trama que se tiene que considerar con cierta frialdad es hasta cuándo o hasta dónde
se pueden pensar como emergentes a los riesgos psicosociales emergentes en el trabajo,
pues al respecto el Observatorio Europeo de Riesgos, en 2014, señalaba que el futuro de la
emergencia de estos riesgos se encuentra entre los límites de 10 a 20 años aproximadamente,
en tanto que a largo plazo existe un mayor grado de incertidumbre sobre el futuro del trabajo y
sus efectos en la salud y la seguridad laboral (Cox, Fletcher, Brun, y Sas, 2014) ¿Habría que
esperar a que el futuro nos alcance?
En los siglos XIX y XX la maquinaria fue la encarnación de la idea del desarrollo y el progreso
en la humanidad; si se piensa que los desarrollos tecnológicos más actuales (incluidos los
prototipos que están por salir al mercado) pueden ser considerados de una manera genérica
como “máquina”, entonces resultan nuevamente pertinentes las palabras de Braverman
(1987): “La maquinaria viene al mundo no como sirviente de la “humanidad”, sino como
instrumento de aquellos a los que la acumulación de capital da la propiedad de las máquinas”
(p. 226).
que además de contradictorios, uno de ellos pareciera hasta gracioso; mientras Foxconn
invierte $1510 millones de dólares en la subsidiaria Shenzehen para el desarrollo de
tecnología robótica, con la consecuente sustitución de trabajadores humanos (FayerWayer,
2017), en el Reino Unido, el robot llamado Fabio fue “despedido” porque no obstante ser
Posiblemente las líneas anteriores puedan ayudar a entender que los riesgos “emergentes”,
no solamente los psicosociales, como el tecnoestrés, la tecnoadicción, la explotación del
trabajo emocional y la supuesta adicción al trabajo son resultado de la nueva división
ganancia; los efectos perniciosos sobre trabajadores de cuello azul y empleados de cuello
blanco son consecuencias que parecen inevitables del desarrollo tecnológico.
No hay porque preocuparse en demasía, dirán los señores empresarios, y como dice uno
de los personajes de Émile Zola en su novela Germinal: “No debemos quejarnos, no todos
tienen un trabajo de muerte”.
REFERENCIAS
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emerging occupational safety and health (OSH) risks and challenges. Luxemburgo:
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Tomo II. En Stellman, J. (Directora). Enciclopedia de Salud y Seguridad en el Trabajo.
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and the Health Psychology. John Wiley y Sons, Ltd.
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en el Trabajo: Evolución y desafíos en México. México: Biblioteca de Publicaciones
Webster, S. & Buckley, P. (2008). Psychosocial working conditions in Britain in 2008. Health
and Safety Executive.
II
Adicción al trabajo: ¿apego, dependencia,
alienación o sobreexplotación?
“Una extraña locura se ha apoderado de las clases obreras de las naciones donde domina la
civilización capitalista. Esta locura trae como resultado las miserias individuales y sociales que,
desde hace siglos, torturan a la triste humanidad. Esa locura es el amor al trabajo, la pasión
moribunda por el trabajo, llevada hasta el agotamiento de las fuerzas vitales del individuo y
de sus hijos. En vez de reaccionar contra esta aberración mental, los curas, los economistas
y los moralistas han sacralizado el trabajo. (…) Yo, que no me declaro cristiano, economista
ni moralista, planteo frente a su juicio, el de su Dios; frente a las predicaciones de su moral
religiosa, económica y librepensadora, las espantosas consecuencias del trabajo en la sociedad
capitalista. En la sociedad capitalista, el trabajo es la causa de toda degeneración intelectual,
de toda deformación orgánica.”
(Paul Lafargue. El Derecho a la Pereza)
El período comprendido entre las últimas dos décadas del siglo XX y las dos primeras del
planeta, exceptuando quizá las recientes expresiones que intentan diferenciarse del modelo
aludido y que las encontramos en la resistencia de países que aún se denominan socialistas,
con una economía de estado cerrada o bloqueada como el caso de Cuba, Corea del Norte,
Viet-Nam y los gobiernos de Venezuela, Nicaragua y Bolivia en América Latina, así como
el recientísimo viraje hacia la izquierda en el gobierno de México, apenas en julio del año
mixta con rectoría del estado. El mundo ha transitado por más de 30 años bajo la égida del
Guerra Fría.
Aun cuando los ámbitos político, económico, ambiental y tecnológico, pueden estar englobados
en la dimensión social/cultural, en el que mayor expresión tiene la interrelación globalizadora
es el económico, el cual implica la integración de todas las economías nacionales en una
economía internacional, donde el control político y económico, no da cabida a las decisiones
democráticas, sino a la imposición de los intereses privados y especulativos que rigen los
intereses comerciales de los grandes corporativos multinacionales, quienes basados en el
más estricto sentido del libre mercado, reducen los derechos colectivo-laborales y arrasan
con las conquistas que le han costado al menos 100 años de lucha y resistencia a los
trabajadores de todo el mundo.
para poderlos vender posteriormente en los países altamente industrializados a precios muy
elevados con la consecuente utilidad, que en ocasiones resulta de dimensión estratosférica.
Sin que medie consideración alguna o interés por el bienestar colectivo y común, la aplicación
de este esquema neoliberal globalizador se repite sistemáticamente en todos los países del
mundo, anteponiendo el crecimiento económico al desarrollo humano.
Los efectos graves sobre el empleo, los derechos laborales y el respeto a los recursos
naturales, tienen como marco de referencia la libertad de desplazamiento de las empresas
Con las respectivas diferencias que pudieran contrastarse entre los múltiples críticos del
modelo neoliberal globalizador, los principios del Neoliberalismo que dirigen el rumbo de la
Globalización podrían enunciarse sucintamente de la siguiente manera:
La globalización neoliberal, es por tanto un proceso a nivel planetario impuesto por el gran
A.
empírica, lo que ha permitido teorizar sobre ellos y considerarlos como instalados en
el espectro de las afectaciones al bienestar integral de los trabajadores, tales como el
distrés, el burnout, la fatiga y el mobbing o acoso laboral, suscitando que se busque
impulsar y legislar, de modo que se permita intervenir con estrategias de detección
temprana y actuar de manera preventiva en el rediseño de los ambientes, puestos,
políticas y procedimientos de trabajo con el objetivo de lograr su erradicación.
B. Los síndromes laborales recientes que son llamados emergentes porque la evidencia
empírica sobre su incidencia y prevalencia en los escenarios laborales aún no es
Uno de los rasgos distintivos coincidentes de los síndromes psicosociales asociados al trabajo
que se han mencionado, es su apego a la conceptualización paradigmática del llamado modelo
médico hegemónico o “medicalismo”, conocido también como modelo “biomédico” “biologista”
“organicista” o “naturalista”, el cual tiene como principal característica teórico-metodológica
el privilegio de las explicaciones donde la dimensión orgánico-natural predomina sobre lo
histórico-cultural o también podría decirse que las dimensiones psicosociales son soslayadas
o subordinadas al predominio de la dimensión orgánico-natural (Gómez, 2011).
aborda el tema.
Con el propósito de tenerlos presentes para señalar su presencia a lo largo del análisis
realizado en torno al síndrome emergente que nos ocupa, se enuncian los rasgos principales
del medicalismo:
Llorens, 2012).
que subraya los aspectos positivos del síndrome y aquellos que enfatizan sus características
meramente negativas. Aquí algunas de ellas:
Machlowitz (1980), Korn, Pratt y Lambrou (1987), Peirpel y Jones (2001) desde el punto de
al trabajo de lo que requiere, manteniéndose separados del resto de los trabajadores; no son
Moiser (1983), por el contrario, establece que aquellos que dedican al menos 50 horas a la
semana al trabajo tienen el síndrome.
progresiva y fatal enmascarada como un rasgo cultural positivo, establece que los “adictos”
se alienan de sus propios cuerpos, sentimientos, creatividad y familia.
Por su parte, Killinger (1991) también entiende al “adicto” como una persona que va enfermando,
emocionalmente (sic) y dependiendo del control y el poder de forma gradual a través de un
impulso compulsivo para conseguir la aprobación de los demás y alcanzar el éxito.
de manera extrema, impulsado a trabajar a causa de una compulsión interna más que por
demandas externas, experimentando bajo placer por el trabajo.
40 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
Porter (1996) entiende a la “adicción” como implicación excesiva con el trabajo descuidando
otras áreas de la vida y manteniéndose por motivos internos más que por los requerimientos
laborales de la organización.
del individuo a actividades y pensamientos relacionados con el trabajo sin que deriven en
necesidades externas.
Salanova, Del Líbano, Llorens, Schaufeli y Fidalgo (2008) entienden a la “adicción” al trabajo
como un daño laboral de tipo psicosocial, que se caracteriza por el trabajo excesivo que un
individuo lleva a cabo debido a una irresistible necesidad o impulso de trabajar constantemente.
Schaufeli, Taris y Bakker (2006) establecen, por último, las principales dimensiones que
Resulta importante la comparación de los diferentes estudios sobre la “adicción” al trabajo que
se realizó utilizando la base de datos PsycInfo en el 2009, donde se aprecia una proporción
de 10:1 en relación a considerar al síndrome de “adicción” al trabajo como fenómeno
negativo con consecuencias perniciosas para el trabajador tales como problemas de salud,
Capitulo 2. Adicción al trabajo: ¿apego,
dependencia, alineación o sobreexplotación? 41
Cabe resaltar que los autores que consideran positivo al síndrome plantean sin tapujos y
organización.
En contraparte, y en total acuerdo con las posturas que consideran a la llamada “adicción”
al trabajo un síndrome emergente de consecuencias perniciosas que tienen que ver con
el trabajo en general y particularmente con los excesos, mal llamados “adicción”, que se
constituyen en riesgos laborales, entendidos como daños posibles para quienes realizan
la integridad psíquica que es lo que más debiera interesar a todos aquellos que desde la
problema generado por la personalidad del “adicto”, sino de una condición estructural de la
forma en que se planea, organiza, ejecuta y hasta evalúa el desempeño en el trabajo, que
tiene las características descritas en el primer apartado de este capítulo, en torno a la forma
de trabajar en el capitalismo neoliberal globalizado.
Lo de menos sería que lo anterior fuera solo una interpretación malévola y mal intencionada
de quienes escribimos esto, sin embargo, cobra alta relevancia cuando son los organismos
El Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH, por sus siglas en
inglés), la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA, por sus siglas en
inglés, ambos de Estados Unidos, la Comisión Internacional para la Salud Ocupacional
(ICOH, por sus siglas en inglés), La Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en
el Trabajo y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), han reconocido de manera
explícita que el trabajo afecta la integridad psicofísica de los trabajadores de todas las
ramas productivas y en todos los sectores de la prestación de servicios, al igual que las
condiciones de no trabajo, el subempleo o la realización de trabajo precario. En México no
hay un reconocimiento por parte de los distintos sectores de la sociedad de que el trabajo,
en las condiciones actuales en que se realiza, es altamente patógeno, alienante y, por
desgracia, en muchas ocasiones mortal” (Sandoval, 2011, p. 150; subrayado nuestro).
Tenemos entonces las dos versiones acerca de la llamada “adicción” al trabajo en torno a
de “adicción” y llama a las alteraciones causadas por dichas sustancias, trastornos mentales
y del comportamiento y no enfermedades. Por su parte en el DSM-IV encontramos estas
sorprendentes aseveraciones:
Los términos adicción y adicto están relacionados con la dependencia. La palabra adicto ha
adicciones, sea a sustancias, a jugar, robar o comer. Estas diversas adicciones pueden
como el área tegmental ventral, el locus coruleus y el núcleo accumbens (Kaplan y Sadock,
1998, p. 429).
a quien muestra apego a las actividades laborales más allá de los estándares comunes
o sin que supuestamente le sea requerido un desempeño extraordinario o fuera de los
límites establecidos en cuanto a horarios, carga de trabajo o exigencia de las actividades
o funciones.
El hecho de que el término “adicción” se siga utilizando para describir un llamado síndrome
psicológico´”, se pretende contrastar en este apartado el análisis del síndrome emergente mal
llamado “adicción” al trabajo, con otras perspectivas que explican las condiciones actuales en
las que ocurre el trabajo y que si bien no son novedosas en su esencia y fundamentos teóricos,
sí se constituyen en una postura fresca y diferente dentro de la psicología del trabajo, que
reivindica como su objeto fundamental de estudio e interés, el impacto que tiene el trabajo en
la forma como ocurre en la actualidad, en la mentalidad de los trabajadores y las relaciones
Capitulo 2. Adicción al trabajo: ¿apego,
dependencia, alineación o sobreexplotación? 45
El contraste inicia con la concepción que se tiene del trabajo. Concebido como una actividad
pertenencia y la interacción entre las personas que están involucradas en la misma tarea.
Sin embargo, en la forma en que ocurre actualmente el trabajo tiene aristas que pueden
considerarse hasta perversas, que denigran al ser humano y lo convierten en el depositario
de las miserias más inimaginables, reduciéndolo a un engranaje más del mecanismo que
produce el plusvalor mercantil, siendo al mismo tiempo productor y consumidor de su propia
tragedia, tal como hace más de cien años lo expresaba un familiar del creador del marxismo,
ideología emancipadora de la clase trabajadora:
el proletariado, la gran clase que abarca a todos los productores de las naciones
civilizadas, la clase que, al emanciparse, emancipará a la humanidad del trabajo servil y
hará del animal humano un ser libre; el proletariado, traicionando sus instintos y olvidando
su misión histórica, se dejó pervertir por el dogma del trabajo. Rudo y terrible castigo.
Todas las miserias individuales y sociales nacieron de su pasión por el trabajo (Lafargue,
2010, p. 16).
Más de cien años después, desde el medicalismo reduccionista, la mal llamada “adicción” al
trabajo, a pesar de ser considerada un daño psicosocial, no ve mal que una persona trabaje
en exceso, dado el estatus social que proporciona el trabajo, muy presente en la sociedad
caracterizada por la búsqueda a ultranza del éxito y el rendimiento, con lo que enmascara
los efectos perniciosos del exceso de trabajo y los diluye en variables organizacionales y
los que Del Líbano, Llorens, Schaufeli & Salanova (2006) les atribuyen las siguientes
características:
éxito y prestigio, suelen trabajar solos y les cuesta delegar, con sensación de urgencia
46 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
importante en su vida.
establece por contrato; suelen llevarse tareas a casa de manera permanente e incluso
suelen ir a trabajar estando enfermos, lo que algunos han llamado Presentismo.
Del Líbano, Llorens, Schaufeli & Salanova (2006) resumen las características del Patrón de
Conducta Tipo A en 5 categorías que presentan los llamados workahólicos o trabajólicos:
Sin embargo, los mismos autores, de manera contradictoria, mencionan que el trabajólico
puede ser evaluado a través de inventarios exprofeso, entre ellos el Inventario de Actividades
de Jenkins, que permite valorar una serie de dimensiones subrogadas de la personalidad de
estas personas:
· La urgencia e impaciencia
· La implicación en el trabajo
la cólera y la ira
Los modelos teóricos reseñados brevemente son: a) la teoría de los rasgos de personalidad;
b) modelo de esfuerzo-recompensa; c) la teoría del afecto-cognición-conducta; d) el modelo
Partidaria de que los “adictos” nacen, no se hacen, esta teoría propuesta por McMillian,
O´Discroll, Marsh y Brady (2001) parte de que ante ciertas condiciones ambientales, se
activan rasgos de la personalidad que conducen a la “adicción”. Los rasgos que considera
más representativos son la obsesividad, la compulsividad, poseer un alto nivel de energía,
la tendencia al perfeccionismo, entre otros. El rango limitado de las conductas que dice
presenta la persona “adicta”, es el principal inconveniente de este modelo, así como centrarse
en los rasgos de la personalidad, soslayando los elementos de carácter organizacional,
B. Modelo de Esfuerzo-Recompensa
Peirpel y Jones (2001) consideran dos dimensiones independientes a partir de las cuales
estudian la “adicción”: 1) la percepción del esfuerzo que realiza la persona y 2) la percepción
de la recompensa recibida. La combinación de estas dos dimensiones distingue cuatro tipos
de trabajadores:
I. Los “adictos” al trabajo. Son aquellos trabajadores que perciben que realizan un
gran esfuerzo y a cambio reciben también una gran recompensa, lo que refuerza el
esfuerzo por la obtención de resultados.
Capitulo 2. Adicción al trabajo: ¿apego,
dependencia, alineación o sobreexplotación? 49
II. Los “overworkers”. Son aquellos que perciben un desequilibrio entre el gran esfuerzo
que realizan y la pobre recompensa que reciben, lo que los hace experimentar
sentimientos de frustración e impotencia.
III. Los “witheholders”. Perciben que se esfuerzan poco y reciben también una recompensa
pequeña o disminuida, su motivación es escasa, así como su rendimiento.
IV. Los “coleccionistas”. Son aquellos que perciben que se esfuerzan poco, pero reciben
a cambio grandes recompensas, con lo que suelen ser trabajadores motivados que
obtienen por lo general buenos resultados.
que los “adictos” al trabajo, dedican mucho tiempo a trabajar, orientados siempre a recibir
recompensas que ansían.
C. Modelo de Afecto-Cognición-Conducta
Propuesto por Ng, Sorensen y Feldman (2007) considera las tres dimensiones que le dan
Conducta: tiene que ver con la cantidad de horas que se dedican al trabajo, que siempre son
excesivas y la interferencia de éste con la vida personal y familiar del trabajador.
Considerado por muchos como el modelo más completo para explicar la “adicción” al trabajo,
tiene el inconveniente de no tener validación empírica alguna, por lo que es un modelo
exclusivamente teórico.
50 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
D.
Propuesto por Schaufeli, Bakker, Van Der Heijden y Prins (2009), consiste en una mediación
determinan los niveles de burnout o bienestar. El modelo propone que las demandas laborales
que llevan a una persona a mostrar “adicción” al trabajo, están asociadas indirectamente con
el burnout y el bienestar. La persona presentará burnout ante las altas demandas laborales
es decir, que perciba las demandas contradictorias entre sí a la hora de realizar el trabajo.
Propuesta por Liang y Chu (2009) como una variante de la Teoría de la Personalidad descrita
anteriormente, propone que la “adicción” al trabajo es producto de la combinación de 4 rasgos de
la personalidad del trabajador que predominan sobre otros (obsesión-compulsión, orientación
hacia el éxito, perfeccionismo y responsabilidad), con dos tipos de incentivos, los personales,
en la prioridad que da a éste por encima de otras actividades y entornos, dichos incentivos
pueden fomentarse por aprendizaje vicario familiar y, los incentivos organizacionales que
fomentan la “adicción” al trabajo mediante el reconocimiento explícito (económico o relacional)
que obtienen las personas que trabajan por encima de los estándares que le demanda la
empresa u organización para la que laboran y que repercute en el fomento de una cultura
organizacional donde trabajar en exceso sea lo habitual y en ocasiones hasta lo obligado. En
Los rasgos de personalidad como factores más estables y permanentes son “activados” por los
incentivos personales y organizacionales que se generan a lo largo del tiempo. Combinados al
interactuar, los factores individuales (rasgos de personalidad) y las condiciones ambientales
(incentivos familiares y organizacionales) producen la “adicción” al trabajo, concluyendo que
la persona “adicta” al trabajo “no nace”, “se hace”, contrariamente a lo que plantea la primera
teoría causal de la “adicción” al trabajo, descrita en este segmento.
en la búsqueda de bases teóricas más sólidas que posibiliten la explicación del fenómeno,
su aparición, causas y distribución en el mundo del trabajo, así como el establecimiento
de intervenciones de carácter preventivo fundamentalmente, sin embargo, lo que también
Reiterar que los 5 modelos teóricos abordados tienen el sello global del modelo medicalista
es necesario, debido a que responsabilizan al trabajador, a quien consideran “adicto”, término
que soslayan elementos involucrados en las condiciones de trabajo formal, como las altas
demandas laborales propias de las actividades que se desempeñen; la alta competitividad
Las familiares:
Las de convivencialidad:
de trabajo, así como el incremento del desempleo y las distintas modalidades de trabajo
informal que proliferan, sobre todo en los países del subdesarrollo, son consideraciones
centrales desde una postura crítica no convencional en la psicología del trabajo, para explicar
la aparición de fenómenos recientes en el mundo del trabajo que tienen repercusiones
de las formas de planeación, organización, gestión, ejecución y control del trabajo bajo este
régimen. La postura crítica no convencional además señala la necesidad de las precisiones
conceptuales de los fenómenos involucrados en el trabajo que tienen que ver con el bienestar
por la defensa de sus derechos y bienestar dentro de los entornos laborales, promoviendo
la organización colectiva de éstos, enfatizando prioritariamente en la prevención de riesgos
laborales y en su disminución-eliminación.
Para entender la llamada “adicción” al trabajo desde una óptica distinta al medicalismo se
parte de una concepción diferente del trabajo y de quienes lo realizan: las personas, los
hombres y mujeres que trabajan, concepción que se contrapone a lo que la llamada psicología
industrial/organizacional ha tenido en un solo sentido: el incremento de la productividad a
costa de la salud, integridad mental y vida de trabajadoras y trabajadores, lo que implica
mostrar interés primario por la investigación e intervención acerca de cómo la actividad
laboral afecta precisamente la salud e integridad mental-relacional de la gente que trabaja y
cómo repercute en las relaciones interpersonales de los centros de trabajo, así como en sus
relaciones con la familia y demás congéneres afectivamente cercanos; en suma, los impactos
negativos del trabajo en la vida integral o bienestar genérico de los trabajadores (Sandoval,
Gómez, Fernández y Torres, 2018).
Esta postura desde la psicología del trabajo, se denominó inicialmente psicopatología del
trabajo, salud mental y trabajo y recientemente, abarcando los fenómenos que tratan los
efectos tanto positivos como negativos del trabajo en la mentalidad y relacionalidad de los
trabajadores, se le llama de manera genérica como factores psicosociales en el trabajo y/o
riesgos psicosociales (Sandoval, Gómez, Fernández y Torres, 2018).
Dado que la mal llamada “adicción” al trabajo es considerada un riesgo psicosocial, conviene
iniciar con la concepción del trabajo desde la mencionada postura crítica no convencional.
Desde la posición de los trabajadores organizados en instancias que les han permitido la
defensa y lucha por sus derechos laborales, entre ellos su vida y bienestar genérico (salud,
integración psíquica y relacional), se extrae esta cita de una publicación del SITUAM
(Sindicato Independiente de la Universidad Autónoma Metropolitana) en 1989, uno de los
Capitulo 2. Adicción al trabajo: ¿apego,
dependencia, alineación o sobreexplotación? 55
primeros sindicatos en México, junto con el SME (Sindicato Mexicano de Electricistas, hoy
en resistencia por no desaparecer), que mostró interés por vincularse con profesionales de la
salud para realizar investigaciones sobre los efectos nocivos de las exigencias y riesgos del
El trabajo es el medio mediante el cual el hombre produce bienes para satisfacer sus
necesidades. El hombre se crea, se produce y se reproduce a través del trabajo, puesto
que su desarrollo sólo es posible en la medida que elabora sus propios instrumentos y
transforma los objetos existentes en la naturaleza por medio de su actividad.
El objetivo central del trabajo es, pues, la satisfacción de las necesidades humanas que
van desde la producción de bienes industriales o agropecuarios, hasta la producción de
servicios, de ideas o de cualquier otro elemento que satisfaga al hombre. Entendemos
el trabajo como la actividad fundamental del ser humano (…) desde un punto de vista
individual y colectivo, le permite, más que ninguna otra actividad, el desarrollo de todas sus
capacidades, incluyendo las imaginativas y creativas.
Por ello, el trabajo crea al propio hombre y éste, a su vez, crea los elementos para su goce
y disfrute. Es, por tanto, una actividad que también toma en cuenta la belleza de los objetos
creados. El trabajo concebido de esta manera no sólo no es productor de enfermedad, sino
que posibilita la vida humana misma. Sin el trabajo no podría existir el hombre, ni forma
alguna de sociedad (Noriega y Villegas, 1989, p. 5)
central de la existencia y vida humana, sin embargo, la historicidad de éste nos conduce a
Por supuesto no puede dejar de enunciarse que el trabajo es la actividad que permitió
“Hay dos grandes formas en que sucede la alienación: a) la alienación ´por los objetos´
(que también llamamos objetual) y b) la alienación ´por los sujetos´ (que también llamamos
sujetual).
La alienación ´por los objetos´ consiste en que las cosas producidas por los hombres
se convierten en una especie de control externo sobre ellos mismos. Cabe aclarar que
cuando se habla de ´objetos´, no sólo hablamos de cosas materiales (como el dinero o las
mercancías, como ejemplo), sino que también hablamos de instituciones sociales (como
el estado o el sistema mismo de trabajo asalariado), y además hablamos de sistemas de
ideas o de creencias (las ideologías o las creencias religiosas, por ejemplo) (…) Y eso es
así, a pesar de que los seres humanos no sean conscientes de ello o no quieran aceptar
tal situación. Por esa razón puede decirse que todos estamos enajenados ´por los objetos´,
aunque unos en mayor grado que otros. (…) El mejor ejemplo se da en el trabajo asalariado
donde los hombres son tratados y contratados como mercancía al igual que todos los
demás elementos no humanos que componen el conjunto de los medios productivos: las
materias primas, la maquinaria, etcétera.
¿Por qué recurrir a la alienación para explicar un fenómeno laboral emergente como la mal
llamada “adicción” al trabajo?
El ser humano que trabaja bajo un régimen de trabajo asalariado incorpora su integridad en
la actividad laboral (sus capacidades y destrezas orgánico-corporales como sus capacidades
mentales, intelectuales y hasta de conciencia). Dicha integridad es fracturada, rota, separada
por la forma en que los empresarios organizan el trabajo, generando en el trabajador una
cantidad variada de problemas que incluyen manifestaciones orgánicas, del pensar/sentir y
relacionales.
Gómez y Sandoval (1989) citan como ejemplo de lo anterior, el trabajo de alta rutinización y
poco esfuerzo muscular, como caso típico de alienación y señalan que ser conscientes de
tales consideraciones permiten darnos cuenta de cómo el trabajo que realizamos enajena
o aliena nuestra personalidad (sobre todo, el trabajo de mayor automatización), que es
el que prolifera en los centros de trabajo industrializados de alta maquinización, aunque
también se presenta en establecimientos comerciales y de servicios, donde los trabajadores
deben ajustar sus actividades manuales, intelectuales y afectivas, al funcionamiento de
la maquinaria y sistemas administrativos acordes, cuya planeación, organización y
ejecución es dependiente, de manera esencial, de la extracción de ganancias. De tal forma
que todo aquél que trabaja en lugares donde existe un grado amplio de maquinización,
automatización de procesos o sistemas administrativos, ahora sobre todo mediados por
las nuevas tecnologías, se le enajenan o expropian los productos de su trabajo y también
la forma en que los crea; alienados les son tanto sus creaciones como el proceso para
producirlas, repercutiendo en la génesis tanto de enfermedades profesionales como de
Capitulo 2. Adicción al trabajo: ¿apego,
dependencia, alineación o sobreexplotación? 59
alienación que permite la validación de las explicaciones y fundamentos a partir del contraste
de datos disponibles sobre horas de trabajo en el mundo proporcionados por la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económico del 2015 al 2018 y las condiciones de trabajo
precario en el subdesarrollo que someten a los individuos a jornadas extenuantes de trabajo,
cuatrimestre, etc.), lo que propicia que se tengan más de dos empleos, no se disponga
de tiempo libre, se altere el sueño, se tengan desequilibrios en la relación trabajo-familia y
Por otro lado, también es importante enfatizar que las características de exceso de trabajo
en los estratos altos de la pirámide organizacional están asociados a la incorporación de las
nuevas tecnologías de la información y la comunicación, en el proceso laboral de mandos
medios, gerentes y demás directivos, suscitando dependencia extremas a la tecnología o
60 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
vinculando casi todo el proceso laboral a éste, suscitando el trabajo desde casa o extrapolado
a equipos móviles y demás herramientas que caracterizan al trabajo en el siglo XXI, dentro de
la sociedad de la información, presentándose los fenómenos del tecnoestrés, las tecnofobias
y las “tecnoadicciones”, los cuales se abordarán en renglones posteriores.
Gómez (2011, p. 55) deja claro que el tipo de alienación que es de interés de la psicología
es la que llama alienación por los sujetos o alienación sujetual que, como se ha precisado
es derivada de la alienación por los objetos o alienación objetual, es la que particularmente
permite explicar las actitudes de los trabajadores cuando le son ajenos, extraños o le resultan
alejados, particularmente las acciones y productos de su propia actividad, su personalidad y
su vida, que son tipos de la expresión restringida de la alienación sujetual, lo que repercute
no sólo en la conciencia del trabajador, sino también en su comportamiento o forma de actuar,
(1989) mencionan también que hacer visible la alienación de la subjetividad ante uno mismo
e inclusive ante los compañeros de trabajo (alienación sujetual), representa un primer paso
para luchar contra las condiciones que la causan, así como estar en condiciones de superarla
en alguna medida. Reiteran la necesaria precisión o eliminación conceptual de términos
laxos o reducidos al medicalismo, sin caer en terminología psicologizante, sino enfatizando el
marco teórico-conceptual y metodológico del que se parte, incluso enfatizando los elementos
ideológicos implicados. Gómez (2011) lo escribe de esta manera:
como productor de los bienes y servicios que su actividad laboral genera; en todo caso cuando
llega a considerar otros propósitos del trabajo, lo relaciona con la satisfacción, motivación,
el compromiso (engagement), la obtención del poder que le proporciona pertenecer a la
jerarquía organizacional siendo el jefe, gerente, directivo o, el reconocimiento temporal que
le proporcionan quienes detentan esos cargos en la estructura organizacional. En suma, un
sujeto como el descrito, no es un “adicto” al trabajo, es un sujeto autoalienado de sí mismo,
62 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
No sobra señalar que estos planteamientos deben ser objeto de validación empírica, para lo
que se requiere impulsar investigación de este tipo que tenga como marco teórico la teoría
de la alienación y la construcción de instrumentos que permitan medir-evaluar variables e
indicadores al respecto.
Por último y después de indicar que uno de los terrenos donde la precariedad investigativa
para explicar los psicotrastornos en México es precisamente el campo laboral, Gómez (2004)
es más directo aún al hacer alusión al necesario vínculo entre los trabajadores organizados y
los profesionales de la psicología del trabajo:
Enfaticemos que los síndromes laborales que han surgido en el escenario del capitalismo
neoliberal, pueden explicarse desde modelos más amplios, que no se restringen
a consideraciones reduccionistas del medicalismo que no ha podido validar sus
teorizaciones sobre ellos y en todo caso los ha intentado ajustar a su terminología y
por tanto a sus intervenciones de corte terapéutico-individual y hasta farmacológica, las
Por supuesto que, desde el campo de la psicología del trabajo, valdría la pena insistir en
la necesaria investigación, vinculada con las instancias de los trabajadores organizados e
interesados en una vida laboral que preserve y potencie su integridad mental y convivencial,
de manera creativa y crítica, contribuyendo a proyectos de vida plena y feliz para amplias
franjas de su población en todos los sectores de la actividad laboral (Gómez, 2004).
Capitulo 2. Adicción al trabajo: ¿apego,
dependencia, alineación o sobreexplotación? 63
No sobra alertar que también desde un enfoque crítico no convencional de la Psicología del
Trabajo, se pueden tener desaciertos y errores que conduzcan a intervenciones estériles,
poco fructíferas e incluso innecesarias, sin embargo, después de más de 30 años de
Neoliberalismo y de la hegemonía explicativo-interventoria sin éxito alguno del medicalismo
organicista, vale la pena apostar y arriesgar por otros enfoques.
Para cerrar este apartado y respaldar el enfoque crítico, desde la teoría de la alienación,
descartando que la llamada “adicción” al trabajo es sólo un síndrome laboral de corte
psicosocial, sino que, por el contrario, presenta mayor relación con las condiciones de
con mayor distrés laboral, dicho fenómeno se encuentra asociado a que en el 85% de las
organizaciones laborales, las condiciones de trabajo no son las adecuadas para que los
trabajadores mantengan un equilibrio laboral y de vida, propiciando trastornos orgánicos y
psíquicos en ellos. Estas organizaciones son llamadas “tóxicas”, dado que el desempeño de
sus empleados se ve alterado por el entorno en que ocurre el trabajo, mostrando el mínimo o
nulo interés hacia su talento humano y propiciando situaciones donde el distrés es el común
denominador de las actividades de trabajo, condición que se ha asociado con la presencia de
otros fenómenos del mundo laboral como el acoso, el burnout y la sobreexplotación, que es
El trabajo en exceso suele ser una de las condiciones laborales más frecuentes entre los
empleados de las organizaciones “tóxicas” y va en incremento debido a la tecnología. El
uso de diferentes dispositivos tecnológicos permite la extensión de las jornadas laborales
Las características que se le han atribuido a los mal llamados “adictos” al trabajo, relacionadas
1. Empleo estable
66 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
4. Libertad sindical
sindicato libremente y sin injerencias del Estado o de los empleadores, es considerada, para
las organizaciones sindicales, como un derecho humano básico que, además, forma parte
integral de una sociedad libre y abierta. El papel que los sindicatos juegan en la defensa de la
libertad sindical es fundamental e imprescindible en el contexto actual y está avalada por una
larga tradición de lucha y de defensa de los derechos humanos y de los derechos de la clase
trabajadora. Es más, es completamente incuestionable que las organizaciones sindicales, en
muchos casos, son fundamentales en los procesos de transformación democrática de sus
países (OIT, 2019).
En los países del Sur ejercer los derechos sindicales implica riesgos físicos; amenazas de
muerte, tortura, agresión física, desapariciones, detenciones, asesinatos y discriminación
Se puede consultar el Índice Global de los Derechos de la CSI, en el que se muestra cuáles son
escala de 1 al 5, basada en el grado de respeto a los derechos de los trabajadores. Los países
que se encuentran en el grupo 5 no tienen garantía para los derechos de los trabajadores y en
los países del grupo 1 se producen violaciones irregulares de estos derechos.
Rights-Index.html).
El ataque directo a las instancias de organización y lucha de los trabajadores y las estrategias
Según la OIT (2019), cada año 2.34 millones de personas mueren por accidentes y
enfermedades relacionadas con el exceso de trabajo, y se registran 160 millones de casos
por enfermedades no mortales igualmente vinculadas.
Corea del Sur tiene la jornada laboral más extensa que cualquier otro país desarrollado:
un promedio de 2,069 horas por año por trabajador, pero, aunque es el país desarrollado
que más trabaja, dos naciones latinoamericanas en vías de desarrollo, encabezan la lista
de los países en los que se trabaja más horas. Estos son México y Costa Rica. El análisis
de la OCDE, que incluyó a 38 países, mostró que los mexicanos (2,225 horas/año) y los
costarricenses (2,212) tienen las jornadas laborales más extensas del mundo.
Estudios llevados a cabo por la OIT muestran que los países de ingresos bajos y medios
tienden a trabajar más horas que sus contrapartes más ricas. Esto se debe a una serie de
factores que van desde la proporción de trabajadores cuentapropistas o autónomos a los
Tailandia 84
Islas Seychelles 74
Costa Rica 72
Nepal 68
Irán 64
Malasia 62
Singapur 61
Según las cifras más recientes de la OIT, Asia es el continente donde el mayor número de
personas trabaja la mayor cantidad de horas: la mayoría de los países asiáticos (el 32%) no
tienen un límite máximo para la jornada laboral. Otro 29% tiene umbrales altos (60 horas
semanales o más). Sólo el 4% de los países cumplen con las recomendaciones de la OIT y
acatan las normas laborales internacionales que establecen un máximo de 48 horas o menos
para la semana laboral.
En América y el Caribe, el 34% de las naciones no tienen límite de horas semanales, la tasa
más alta entre todas las regiones. Uno de los países sin límite es Estados Unidos, pero es en
Medio Oriente donde los límites legales son más extensos: ocho de cada 10 países permiten
jornadas laborales que exceden las 60 horas por semana.
En Europa, en tanto, todos los países tienen un horario semanal máximo y sólo Bélgica y
Turquía tienen jornadas laborales legales de más de 48 horas.
Capitulo 2. Adicción al trabajo: ¿apego,
dependencia, alineación o sobreexplotación? 69
También hay encuestas que muestran en qué ciudades se trabaja más. En 2016, Swiss Bank
UBS publicó un análisis de 71 ciudades que mostraban a Hong Kong con un promedio de
50,1 horas semanales de trabajo, por delante de Bombay (43.7), Ciudad de México (43.5),
Nueva Delhi (42.6) y Bangkok (42.1).
Los mexicanos, además de trabajar las jornadas más largas, también están sujetos a uno de
los regímenes vacacionales más mezquinos del mundo: sus vacaciones mínimas pagadas y
legales son de menos de 10 días, lo mismo que ocurre en Nigeria, Japón y China, por ejemplo.
En cambio, Brasil ofrece un mínimo de entre 20 a 23 días. Podría ser peor, sin embargo, en
India, donde no existe un límite para el horario laboral máximo, los trabajadores no tienen una
cantidad mínima garantizada de vacaciones pagadas anuales (BBC Mundo, 2018).
REFERENCIAS
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(y los dos primeros son de América Latina) Recuperado de (https://www.google.com/
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y evaluación (I). Gestión Práctica de Riesgos Laborales N° 27. 24 pp.
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Defensa de la Salud en el Trabajo. SITUAM, México. Pp. 61-73.
Gómez, G. (2004) Apreciaciones Teórico-Metodológicas; una mirada desde la psicología.
Universidad Autónoma de Querétaro. México. Pp. 47-199.
Gómez, G. (2011) Acercamientos conceptuales sobre salud mental, distrés, procesos
psicosociales y enajenación
conceptuales de lo psicosocial en el trabajo. Juan Pablos Editor. Universidad Autónoma
de Morelos. México. Pp. 27-60.
INTRODUCCIÓN
importancia de qué causas fueron determinantes para la constitución del ser humano,
parece que hay cierto consenso que el bipedismo, la sociabilidad, la capacidad lingüística
y las habilidades técnicas fueron fundamentales en el proceso de hominización puesto que
no hubiera sido posible si sus manos no hubieran empuñado piedras que lanzar o palos
y huesos para cazar, así, esos instrumentos rudimentarios, convertidos posteriormente en
cuchillos, hachas y lanzas, fueron las primeras herramientas que sustituyeron a las garras
de otros depredadores mejor dotados anatómicamente. Este fue el principio por el cual se
fueron desarrollando nuevas formas de vida en la que la selección natural dejó de intervenir
al humano ya que las prótesis técnicas terminaron por sustituir la evolución natural por una
De este modo, cuando la técnica comienza a vincularse con el conocimiento (ciencia) e inicia
la sistematización de los métodos de producción, es cuando hablamos del surgimiento de
la tecnología al enfocar determinados problemas técnico-sociales desde una concepción
Este inicio de siglo el mundo ha visto un avance tecnológico sin precedente que ha trastocado
la vida cotidiana a partir de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación
(NTIC) que son el conjunto de tecnologías para el almacenamiento, recuperación, procesos
y comunicación de la información a partir de múltiples instrumentos electrónicos (Belloch,
2012) como las smart TV, los smartphones, tablets pero también en los robots industriales
al igual en actividades como el teletrabajo, el e-business, e-commerce, redes sociales,
correo electrónico, e-sports, videojuegos, entre muchos más términos y acciones que
prácticamente imposible que exista alguna actividad laboral o sector productivo que no esté
entre internautas mexicanos (Interactive Advertising Bureau, 2019) el cual menciona que la
sociedad contemporánea se encuentra en un entorno cambiante y cada vez más integrado
al mundo digital pues es casi imprescindible una conexión constante y con cada vez menos
limitantes. Mientras en 2009 el promedio de conexión a internet era de 4 horas y 28 minutos,
hoy se desdibuja la percepción del tiempo y lugares de conexión al estar de forma activa o
pasivamente conectado las 24 horas del día los 7 días de la semana.
Un dato que nos permite ver el nivel de uso de las NTIC en el trabajo es el estudio de la
asociación que agrupa a las empresas de la publicidad interactiva de los principales mercados
del mundo, Interactive Advertising Bureau (2019) donde reporta que el 61% de las empresas
mexicanas tienen al 75% de sus ejecutivos utilizando dispositivos móviles para la ejecución
de tareas empresariales, además 43% de ellas asegura que el 75% del personal operativo
también lo hace para desempeñar sus labores.
Desde la década pasada se ha venido dando un impulso a la robótica a partir del auge de
los robots industriales para la automatización de los procesos de producción de artículos
de consumo masivo por lo cual se esperaba que la inversión alcanzara 1,266 millones de
dólares, en 2019, lo que habría representado un crecimiento del 21% respecto al año previo,
con el 73% de robots industriales, 27% de robots de servicios y un 0.09% de robots de
consumo (Internacional Data Corporation, 2019).
En términos generales, las empresas a nivel global que han invertido en tecnología dentro
de sus actividades, así como en la forma en que ofertan sus productos y servicios, han
tenido un crecimiento en sus ventas hasta de 10 por ciento (Citixsys, 2019), es a partir de
Cada vez es más notoria la evolución tecnológica que impulsa cambios sobre las formas de
Capitulo 3. Tecnoestrés, tecnofobia y tecnoadicciones
75
Internacional del Trabajo sobre si son las principales generadoras del crecimiento o poseen
el poder de transformar el mundo del trabajo a partir de la destrucción y la generación de las
fuentes de trabajo comenzando con la transformación de la naturaleza de las ocupaciones
(Molina, Benítez y Ernst, 2018). Desde esta situación es importante conocer las posibles
consecuencias por el uso de la tecnología en las organizaciones y sus repercusiones en las
y los trabajadores, por ello, instituciones internacionales como la Agencia Europea para la
Seguridad y la Salud en el Trabajo (EU-OSHA) investigan los efectos de la rápida evolución
En este sentido, el término tecnoestrés toma una mayor relevancia puesto que se entiende
como un tipo de estrés provocado por la exposición continua al uso de las NTIC, tanto dentro
como fuera del ámbito laboral lo que podría producir determinadas alteraciones mentales en
el trabajador como ansiedad, fobia o incluso provocar una cierta dependencia al uso de la
tecnología, por lo cual, está íntimamente relacionado a efectos psicosociales negativos. Por
lo tanto, para intervenir en el problema, es necesario conocer en qué consiste el tecnoestrés,
su origen y cómo se podría regular su exposición y, en cierto caso, prevenir o evitar sus
consecuencias negativas.
Con el propósito de tener una mayor claridad sobre el tecnoestrés, se hará una breve revisión
sobre el concepto.
amenaza real o supuesta a la integridad del individuo y que da como resultado una
una amenaza a la homeostasis que genera una respuesta adaptativa la cual podría ser
homeostático, concepto que parte de que el cuerpo posee un estado ideal a partir de la
acidez, temperatura, nivel de oxígeno entre muchos indicadores más con el objetivo de
mantener al organismo en un estado óptimo.
76 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
encontraría alguna respuesta ya que los animales, al entrar en crisis, al igual que los gatos, la
peristalsis se detenía, esto lo llevó a realizar una serie de mediciones encontrando en todos
los casos un aumento de adrenalina, componente primordial para preparar al organismo ante
una situación de emergencia, sea para pelear, huir o defenderse. Sus estudios lo llevaron a
investigar otros temas como los componentes químicos en la neurotransmisión, las respuestas
psicosomáticas, así como el sistema corporal que mantienen un estado estacionario ya que
observó cierta estabilidad de diferentes indicadores como la frecuencia cardiaca, presión
arterial, temperatura, entre otras. Al realizar un análisis de toda la información pensó que
por esto, llegó a la conjetura de que la homeostasia (homeo o semejante y estasis o condición)
designa la capacidad de un sistema para conservar su medio interno en equilibrio y es el
sistema nervioso autónomo, el sistema fundamental en el mantenimiento del equilibrio. Si
bien en un primer momento Cannon consideró que la homeostasis era un mecanismo de
reacción ante una emergencia en circunstancias amenazantes, posteriormente consideró
que es la actividad simpática, junto con la glándula adrenal, los que se encargan de mantener
las condiciones del medio interno, en suma, para regresar a un balance homeostático se
debe activar una respuesta (el estrés) pues esto ocurre cuando los cambios en el medio son
interpretados por el organismo como una amenaza a su equilibrio.
Después de unos meses, Selye comenzó a analizarlas encontrando que estas tenían
crecimientos anormales en las glándulas adrenales y los tejidos del sistema inmune estaban
fue mayor cuando al analizar al grupo control halló los mismos efectos por lo que concluyó
que no era el componente que inyectó sino la experiencia de ser inyectadas, es decir, que
Para explicar esta situación retomó un término de la física y llamó estrés (de la palabra
griega stringere, provocar tensión) a la situación que habían experimentado las ratas y si
ideas: Por una parte el organismo tiene una serie de síntomas y signos como respuestas para
afrontar al estímulo o estresor (síndrome general de adaptación) y si el estresor se extiende
por más tiempo, aumenta las probabilidades de que los enferman.
Capitulo 3. Tecnoestrés, tecnofobia y tecnoadicciones
77
Ante esto, Selye propuso tres etapas: alarma que es cuando se percibe la presencia del
estímulo, adaptación o a la resistencia al movilizar el sistema para volver al estado de
equilibrio y agotamiento si es que el estímulo que se percibe como negativo continúa por un
largo periodo por lo cual surge una serie de alteraciones que conllevan al estrés agudo. De
hecho, observó que en esta última etapa era cuando más se incrementan las probabilidades
de enfermarse pues sabía que se agotaban las reservas de hormonas que son secretadas
durante el periodo de respuesta al estímulo, aunque, posteriormente, se explicó que no era
precisamente así.
En suma, podríamos decir que cuando un estímulo altera nuestro sistema de balance
homeostático, es el estrés la respuesta al intento del cuerpo por recuperar el equilibrio a partir
de una secreción de ciertas hormonas con el objetivo de activar determinadas estructuras del
sistema nervioso, independientemente del estímulo se activa la misma respuesta: el estrés.
Es común que exista confusión entre el estrés y los retos o la presión de la vida diaria,
sin embargo, se debe analizar si no es consecuencia de las altas exigencias del entorno
laboral actual, ya que no debemos confundir la presión que exige el trabajo y que, en cierto
sentido, al trabajador le permita considerarlo como algo que lo mantiene motivado y en alerta
para poder aprender dependiendo de los recursos de que disponga y de sus características
personales. En otras palabras, es la respuesta que puede tener el sujeto ante exigencias y
presiones laborales que no se adaptan a sus conocimientos y capacidades lo que ponen a
prueba sus competencias para afrontar la situación, es decir, el estrés laboral se da cuando
dicha presión se hace excesiva o difícil de controlar lo cual puede alterar la integridad física y
Cuando se habla del estrés laboral, se hace referencia al estado físico y mental que producen
alteraciones orgánicas y anímicas al trabajador como consecuencia del desequilibrio entre
las exigencias laborales y la capacidad de respuesta, la cual se caracteriza por altos niveles
de excitación y angustia, con la reiterada percepción de no poder afrontar las demandas
laborales pues la capacidad de respuesta depende, en cierta medida, de la percepción que
se tiene de los requerimientos y de las posibilidades de adaptación del mismo. Es importante
destacar la importancia de este componente individual para evitar señalar al trabajador como
78 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
de trabajo y de la organización, entre otras condiciones pero que son variables sobre las
estrés creado por el uso de las NTIC, ya que es una de las consecuencias de los intentos y
luchas de un individuo para lidiar con las tecnologías que están en constante evolución, así
Capitulo 3. Tecnoestrés, tecnofobia y tecnoadicciones
79
un estado psicológico negativo, que está relacionado con el uso de la tecnología o con la
amenaza de su uso en un futuro. Esta experiencia está relacionada con sentimientos de
excesivo y compulsivo, por lo tanto, una exposición prolongada a las NTIC y la incompetencia
una alteración que supere las capacidades del sujeto para enfrentar la exposición a estos
nuevos estímulos externos que dé como resultado distrés al provocar una respuesta negativa
asociada al uso de las NTIC con posibles y hasta graves consecuencias para la salud de los
usuarios (Comisión Ejecutiva Confederal de UGT, 2008).
Llorens, Salanova y Ventura (2011) indican que el tecnoestrés es un cajón de sastre, es decir,
un conjunto de cosas diversas y desordenadas, en el que se podrían distinguir diferencias
del tecnoestrés. Por ejemplo, como se observa al inicio, las primeras aproximaciones
conceptuales eran demasiado amplias lo que podrían generar confusión y referirse a otros
tecnoestrés, debido a que éste es un fenómeno de adaptación que los sujetos experimentan
de las NTIC. Otro caso es la diferencia que hay entre el tecnoestrés y la tecnoadicción, este
1.
mayor velocidad de trabajo o cambio de hábitos de trabajo debido por la nueva
tecnología.
En cuanto a las características del tecnoestrés, Tu, Wang y Shu (2005) mencionan tres tipos:
la tecnología.
Para Salanova, Llorens y Cifre (2013) existen dos experiencias del tecnoestrés: tecnostrain,
o la experiencia psicológica negativa caracterizada por presentar altos niveles de activación
Tecnostrain
utilizan las NTIC como una herramienta básica para realizar su trabajo.
los sujetos hacia las interacciones con las computadoras o cuando piensan en usarlas. Es
importante considerar que la ansiedad relacionada por el uso de la tecnología es un tipo
Capitulo 3. Tecnoestrés, tecnofobia y tecnoadicciones
81
que la evitación del uso de la tecnología podría verse desde tres perspectivas de la ansiedad:
psicológica, sociológica y operativa. La perspectiva psicológica se centra en el miedo a
dañar el sistema informático y las computadoras. La perspectiva sociológica se centra en
el miedo relacionado con los cambios en los patrones sociales, las demandas laborales y el
estado laboral inseguro debido a la informatización y la perspectiva operacional es causada
por problemas al realizar tareas relacionadas con la computadora, de esta forma, las tres
perspectivas buscan evitar el uso de la computadora, sin embargo, se pueden elaborar
medidas que ayuden a realizar el desempeño diario de los trabajadores por medio del uso
de las NTIC ya que, a medida que las tecnologías evolucionan, se vuelven más complejas y
difíciles de entender, lo cual aumenta la probabilidad de que su uso pueda producir ansiedad.
Por otra parte, la fatiga mental, el cansancio y el agotamiento son otros efectos negativos
debido a que provocan alteraciones mentales generando paradojas y alteraciones por los
problemas de cantidad y calidad de la información a la que se puede acceder, esto conlleva
a la sobrecarga de información pues cada día la producción y consumo de información
ocasiona, para cualquier individuo promedio, una tendencia a elevar los niveles de fatiga
informativa como lo mencionan autores como Bawden y Robinson (2008).
David Lewis (1996) denominó esta situación como fatiga informativa que es la exposición
a un exceso de información, esto provoca una reducción de la capacidad para solucionar
problemas, a la par de causar la pérdida de atención y de memoria, así como generar
ansiedad. Lewis publicó sobre el síndrome en el informe Dying for information? partiendo
de tres estudios que elaboró la agencia Reuters desde 1994 sobre tópicos de información
en el mundo de los negocios. El primer estudio mostró que, a pesar del incremento del uso
demostró cómo las organizaciones no se daban cuenta del valor de la información que
generaban. Para el tercer estudio, Reuters divulgó un informe donde desvelaba que el alto
grado de sobrecarga de información se convertía en un problema en esta era de la información.
Un dato interesante fue que poco más del 60% de los gerentes encuestados mencionaron que
requerían de niveles “muy altos” de información, a partir de la idea de que una gran cantidad
de información es fundamental para tomar decisiones. A su vez, se demostró que poco más
de la mitad tiene la sensación de que necesita recopilar información para mantenerse al
día con sus compañeros, mientras que 65% cree que la información está infrautilizada en
contraste con el 50% que a menudo cree que no puede manejar el volumen de información
82 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
que recibe. Con relación al tiempo, los gerentes mencionaron que se desperdician cantidades
importantes de tiempo buscando información (47% de los entrevistados), es decir, se pierde
tiempo pues factores como la conjugación de diferentes formatos de archivos (software) y la
velocidad de la conexión a internet en momentos claves del día contribuyen al retraso para
la toma de decisiones por la falta o la existencia de demasiada información. A partir de estos
elementos existe el riesgo de generar cansancio, agotamiento o fatiga mental en la población
trabajadora.
Tecnofobia
Retomando a Fuentes y Ortiz (2004) se puede observar que las actitudes de los trabajadores
electrónicos de última generación son la solución a todos los problemas laborales, si las
organizaciones están equipadas adecuadamente y los trabajadores tienen una formación y
motivación idónea para aplicarla en sus actividades. En el otro extremo, la tecnofobia que,
por supuesto, está ligada íntimamente con la ansiedad relacionada con el uso de la NTIC
No obstante, son dos conceptos distintos debido a que, por un lado, la ansiedad informática
las NTIC mientras que la tecnofobia es un fenómeno más amplio debido a la inclusión de
respuestas adversas de comportamiento, afectivas y actitudinales a las NTIC (Martínez-
Córcoles, Teichmann y Murdvee, 2017) pues los usuarios no se sienten cómodos con el
uso de las NTIC, por lo cual evitan usarlas o utilizan métodos tradicionales para realizar las
tareas encomendadas o limitan el uso de los dispositivos tecnológicos de alto rendimiento a
una forma de resistencia mental que se presenta en los sujetos que hablan o piensan en las
computadoras, como miedo o ansiedad hacia la computadora y que contiene pensamientos
hostiles o agresivos sobre las computadoras, esto conlleva a que existen tres componentes
de la tecnofobia: comportamiento, emociones y actitudes.
Capitulo 3. Tecnoestrés, tecnofobia y tecnoadicciones
83
actuales o futuras con las computadoras, las actitudes globales negativas sobre las
causado por los efectos secundarios de las tecnologías avanzadas, es decir, por el temor a
los efectos secundarios del avance tecnológico en la sociedad (robo de datos y de identidad,
videovigilancia o lo que implique un atentado a las libertades individuales que conlleve a un
control social que resulte en un totalitarismo) y su impacto (destrucción) en el ambiente y, al
miedo a usar dispositivos tecnológicos. Este miedo no es actual y se puede rastrear en el arte
a partir de obras como Dr. Frankenstein o el moderno Prometeo (Shelley, 1998) o Tiempos
constructo dinámico, que cambia a medida que el sujeto adquiere nueva información y
experiencia, es, en síntesis, la creencia que uno tiene sobre la capacidad de realizar un
es la autoevaluación o el juicio que una persona hace sobre su propia capacidad para usar
persona sobre su capacidad para usar una computadora y no solamente en realizar tareas
84 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
simples como insertar sencillas fórmulas en alguna hoja de cálculos, sino la incorporación
de juicios sobre su propia capacidad para aplicar esas habilidades a tareas más complejas
se vuelve esencial para que muchos principiantes superen el miedo en sus primeras
experiencias con las computadoras. Guimarães y Abbad (2015) elaboraron un análisis sobre
tecnología hace referencia a la percepción negativa sobre la capacidad para utilizar las NTIC
con éxito (Llorens, Salanova y Ventura (2011).
Tecnoadicción
puede observar en el capítulo anterior. Hasta hace poco, hablar de adicción era sinónimo
del consumo en exceso de alcohol y drogas. Ahora, varios autores proponen que diversos
comportamientos pueden ser vistos como potencialmente adictivos: adictos al ejercicio, al
sexo, al juego de azar, los videojuegos, al uso del internet, entre otras. Sin bien se ha llegado
autores creen que las nuevas tecnologías forman parte de una adicción sin sustancia debido
a que cualquier conducta puede llegar a ser adictiva pero, en el caso de las NTIC, es su uso
el que actúa como reforzador de la acción, en otras palabras, que toda conducta adictiva
está controlada inicialmente por reforzadores positivos, esto es, el aspecto placentero de la
conducta en sí, pero termina por ser controlada por reforzadores negativos, o sea, el alivio de
la tensión emocional (Marks, 1990).
inicialmente se obtuvo.
entre otros.
Recaída. Es la situación que repite la actividad en particular e, incluso, para que los
patrones típicos de la adicción se restauren rápidamente aún y después de muchos
años de abstinencia o control.
abusivo de los avances tecnológicos. Por su parte, Arias, Gallegos, Rodríguez y Del Paso
(2012) comentan que según sea la participación del individuo, tendríamos dos clases de
la televisión que aleja al sujeto de su red social mientras que, la adicción activa tiene
consecuencias más graves debido a la producción de problemas económicos, legales
y de autoestima así como diferentes afecciones al equilibrio psicológico del sujeto que
86 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
sueño, desnutrición, cefaleas, fatiga ocular, problemas musculares, cansancio mental hasta
epilepsias, convulsiones, retraso en el desarrollo y alteraciones en el sistema inmune y, desde
Si bien el avance de la tecnología facilita la vida diaria, de igual forma se puede convertir
en una serie de conductas abusivas, es aquí cuando se habla de la adicción a las nuevas
también pueden complicarla ya que el internet y los recursos tecnológicos pueden convertirse
o las NTIC se transforman en el instrumento prioritario de placer, el ansia por estar actualizado
puede enmascarar necesidades más poderosas.
En este sentido, sucede con las redes sociales que pueden atrapar en ciertos casos a un
adolescente debido a que el mundo virtual contribuye a elaborar en él una identidad distinta
que conlleve a una pérdida de contacto personal real o alterar el mundo real (Becoña, 2009).
Estos primeros hallazgos mostraron que la mayoría de los usuarios de internet, para inicios
del siglo, eran estudiantes jóvenes, con diversas características obsesivas y problemas de
relacionados con su edad suelen ser comunes, ellos mostraban una preferencia por las
interacciones en línea, esto podría aumentar la probabilidad de divorcio, negligencia infantil y
pérdida del trabajo debido al uso compulsivo del internet ya que el poder adictivo del internet,
Capitulo 3. Tecnoestrés, tecnofobia y tecnoadicciones
87
hogar, el centro de trabajo o estudio, los sitios de descanso, ocio, espera, etc., así como por
exigir nada a cambio, o eso se creía ya que se consideraba que, por ejemplo, el anonimato
era una de las grandes ventajas del internet así como cubrir ciertas necesidades básicas
como la estimulación solitaria a partir de la búsqueda de información o productos multimedia
o la búsqueda de interacción social como los canales de conversación en tiempo real (chats),
foros de discusión, el correo electrónico, páginas web, juegos en línea (Echerburúa, Amor,
Cenea, 1998).
García, Terol, Nieto, Lledó, Sánchez, Martín-Aragón y Sitges (2008) mencionan que la
otras que se han adaptado de las utilizadas para evaluar otras adicciones relacionadas a
sustancias.
la sociedad moderna busca que las personas sean multitarea, es decir, hacer más de una
Ejemplos hay muchos, los anuncios en la televisión mostrando a un hombre que puede leer
un informe mientras se alimenta a la par de estar escribiendo un mensaje instantáneo cuando
se está trasladando a su centro de trabajo. Para el caso de las mujeres es similar, la imagen
muestra a una mujer que está manejando, hablando con el manos libres dando instrucciones
88 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
contactos lo que hace que estén en constantemente alerta de no dejar pasar la información
(Yoo, 2010).
de los noventas para describir un comportamiento multitarea donde los sujetos están en un
decisiones lo que provoca estar en una situación de crisis constante, estar en alerta por los
Ophir, Nass y Wagner (2009) mencionan que la cognición humana no está diseñada para
Es importante considerar que existen dos estrategias de atención que tienen diferentes
motivos a partir de diferentes estímulos pues no es lo mismo cuando el sujeto realiza diversas
En otro estudio, Hembrooke y Gay (2003) analizaron dos grupos de estudiantes de nivel
universitario que acudieron a una conferencia; se les solicitó que recordaran lo tratado
en la actividad académica y encontraron que aquellos que usaron sus computadoras
Capitulo 3. Tecnoestrés, tecnofobia y tecnoadicciones
89
portátiles cerradas.
En estudios concretos sobre la multitarea en los centros de trabajo, Horsnell (2005) investigó
la infomanía; una situación de concentración y rendimiento mental reducido debido a que debe
responder de forma continua a las comunicaciones electrónicas que recibe lo cual abarca
desde mensajes instantáneos, correos electrónicos y publicaciones en redes sociales. Se
encontró que muchos trabajadores sufren de infomanía pues es muy frecuente que revisen
y envíe mensajes no solo referentes al trabajo, sino también en su esfera social (familiar,
como durante compromisos sociales. Un dato curioso fue que los infomaniacos experimentan,
consumen marihuana.
Es importante mencionar que no sólo existe un creciente volumen de correo electrónico, sino
que además hay que agregar otras comunicaciones que también son consideradas como una
fuente de estrés en la vida laboral, por ejemplo, los mensajes instantáneos.
Ante esto, Barley, Myerson y Grodel (2011) sugieren que los nuevos medios de comunicación
llevó a los usuarios a señalar al correo electrónico como un símbolo cultural de la sobrecarga
que experimentan en sus vidas.
Por último, esta situación sirve para confundir la atención debido a que el correo electrónico
distrajo a las personas de reconocer otras fuentes de sobrecargas laborales.
Disponibilidad continua
la organización (productividad) por medio de las NTIC como instrumento para favorecer una
rápida y mejor atención a las nuevas exigencias del mercado y la producción, sin embargo,
González (2015) menciona que esto genera efectos negativos en la salud de los trabajadores
con el uso de las NTIC genera interferencias del trabajo en la vida personal por la inadecuada
utilización de las NTIC debido a que los trabajadores están a disposición de la organización
sin que esta actividad sea totalmente libre o voluntaria, aún y al estar fuera de su jornada
laboral, lo que reduce la calidad y duración del tiempo de descanso del trabajador.
También debe considerarse el mal diseño ergonómico de los dispositivos que impactan
Mokyr, Vickers y Ziebarth (2015) realizaron una revisión sobre el miedo al desempleo por
la tecnología considerándolo como un fenómeno que ha existido desde hace varios siglos,
esto genera una serie de documentos que hablan sobre las consecuencias de los cambios
tecnológicos radicales que inician con los economistas clásicos hasta la fecha coincidiendo
en que la tecnología tiende a reemplazar al trabajo humano, esto acarrea mecanismos de
compensación o mitigación de los efectos adversos al cambio tecnológico en el nivel de
Capitulo 3. Tecnoestrés, tecnofobia y tecnoadicciones
91
mecanismos puedan restablecer el pleno empleo en el mercado del trabajo (Minian y Martínez
Monroy, 2018). Esta diferencia genera incertidumbre en la población trabajadora, lo que
tiende a ser una fuente contínua de distrés, al menos, mientras no se resuelva la incógnita.
Además, es importante considerar el cuestionamiento acerca de la propia capacidad para
adaptarse a los nuevos cambios que, indudablemente suele provocar estrés y ansiedad
en los individuos ante las dudas sobre sus capacidades, habilidades, destrezas, lo que
genéricamente se conoce como competencias y las posibles consecuencias negativas que
tendría su no adaptación (Bosqued, 2005).
Podemos ubicar los síntomas y afectaciones más frecuentes del tecnoestrés a partir de las
investigaciones de diversos autores (Bosqued, 2005; Prado, Morales y Molle, 2017; Kirsh,
2000; Stone, 2012; Rose, 2010; Bawden y Robinson, 2008; Picón, Toledo y Navarro, 2016 y
Manzano, 2016) y que a continuación se presenta:
Cognitivos:
aumento en las horas de trabajo usando las NTIC fuera del horario laboral, lo que
supone realizar las tareas en casa para adelantar trabajo. Otro caso podría ser que,
ante la inestabilidad laboral, el sujeto se lleve trabajo a casa para lograr consolidar
su puesto de trabajo ante la amenaza de no renovación contractual o despido. De
igual modo, las TIC pueden marcar el ritmo de trabajo y la urgencia de realizar las
tareas, esto implica una mínima posibilidad de controlar el ritmo de trabajo con sus
respectivas consecuencias: una sobrecarga de trabajo cognitiva potenciada por la
sensación de urgencia en la inmediatez de la respuesta al usar las NTIC. También
puede ocasionar en el sujeto malestar por la falta de valoración y reconocimiento
de su trabajo al no ser visibles para la empresa (teletrabajadores). Es importante
considerar que la dependencia de las NTIC para desarrollar el trabajo puede generar
ansiedad en caso de problemas técnicos como lentitud del procesamiento, pérdida de
datos, conexión lenta o nula, falta de infraestructura, entre otras.
cometer errores que impacte en el rendimiento del usuario tras largas horas de
trabajo sin ningún descanso y también a partir de la sobrecarga informativa a causa
del manejo y gestión de grandes cantidades de información. Es esencial considerar
92 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
Fisiológicos:
Cefaleas.
Fatiga Ocular a partir de síntomas por visión cercana, síntomas de cansancio ocular
(astenopia), trastornos de poder de enfoque (acomodación) y el balance muscular
de los ojos (la foria y el poder de convergencia). Al realizar en el puesto de trabajo
múltiples tareas, obliga a los trabajadores a permanecer de manera prolongada
delante de dispositivos con pantalla, enfocando a diferentes a distancias de trabajo,
con cambios en la acomodación y convergencia que dan lugar esfuerzos visuales
intensos, causa fundamental del Síndrome de Fatiga Ocular.
Capitulo 3. Tecnoestrés, tecnofobia y tecnoadicciones
93
Del Comportamiento
Individuales
Familiares
El rol laboral llega a ocupar el tiempo contemplado para el desempeño del rol familiar
Relaciones interpersonales
Ambigüedad del rol propiciada por el tipo de comunicación que impide establecer
interacciones con el demás personal de la organización para informar o aclarar la
asignación de tareas no previstas.
Diversos autores (Ayyagari et al., 2011; Jena, 2015; Ragu-Nathan et al., 2008; Salanova
et al., 2013; Tarafdar et al., 2010; Tarafdar et al., 2007, 2011; Tu et al., 2005) han realizado
estudios explorando las consecuencias del tecnoestrés, describiendo que las respuestas
Por otra parte, la alteraciones mentales relacionadas con la tecnología pueden cambiar o
tomarse en cuenta las diferentes dimensiones que generan y que deben considerarse para
diseñar aplicaciones, sistemas o equipos informáticos deben tomar nota de las características
que pueden causar estrés por el uso de la tecnología para buscar medidas y minimizar los
efectos negativos de su uso y, por último, aumentar el uso con las NTIC para generar una
Una revisión de la literatura muestra que, con respecto a las causas, los componentes y las
estrategias de afrontamiento del tecnoestrés, se han centrado principalmente en los factores
a nivel individual, pero rara vez en los factores de nivel organizacional, por lo tanto, las
organizaciones también deben tomar medidas para evitar o disminuir los efectos negativos de
(Murphy, 1987).
96 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
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IV
¿“Trabajo Emocional” odimensiones
emocionales del trabajo?
4.1 DE ENTRADA
Su núcleo de interés es una importante dimensión doble del desempeño del trabajador: a) el
surgimiento o experiencia de sus emociones, y b) el control de la expresión de las emociones.
El tema es de relevancia si consideramos el enorme papel que hoy juega el llamado trabajo
del sector terciario: los servicios.
Y puesto que la realización de la ganancia para las empresas hoy día depende del trato
entre quien ofrece y quien compra el servicio (trabajador y cliente), ello exige una imagen y
actuación personal persuasivas ante el consumidor.
Así, se observa que para mayo de 2019, el porcentaje de la PEA que labora en el sector
llamado informal, es decir, de servicios sin salario ni prestaciones, es de poco más de 56
millones de personas, porcentaje en que también se encuentran vendedores en mercados
y tianguis, conductores de taxi, personas dedicadas al trabajo a domicilio, lavadores de
104 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
Desde luego la proporción del interés sobre las dimensiones emocionales del trabajo en estas
personas será en extremo desigual respecto a los trabajadores bancarios, supermercados,
telefonía o turismo.
De modo que para los horizontes laborales del futuro, la actitud mostrada por quien oferta
el servicio al posible comprador o usuario, jugará un papel crecientemente protagónico, cuya
vigencia puede notarse ya en medida considerable. Y desde luego ello amerita poner en el
foco de atención todo cuanto desde la psicología tiene que ver con las emociones, con los
afectos, con los sentimientos.
Pero ¿quiénes son los trabajadores expuestos a este tipo de desempeño laboral?
Desde luego también, aunque sujeto a un tipo de supervisión menos estricto e interacción
muy distinta con su “clientela” (el estudiantado), también está el enorme contingente de
trabajadores de la Educación que rebasa los dos millones de profesores, de los cuales poco
más del 75% lo hacen en la educación básica (INEGI, 2018 pp. 8-10).
Asimismo, tomando en cuenta que hasta abril de 2019 se contabilizaron poco más de 400 mil
camiones de pasajeros (INEGI, 2019 p. 19) y calculando que fuesen sólo conducidos por un
conductor, y si se agrega la cantidad de taxis, mototaxis y los nuevos servicios informáticos
calculaban 140 mil registrados), puede inferirse que en este rubro laboral trabajan no menos
de tres millones de personas, pero, reiterando, estos sectores serán punto de interés muy
disminuido.
Capitulo 4. “Trabajo emocional” o dimensiones emocionales del trabajo
105
En virtud de todo ello el espectro de acción del especialista en psicología será de enormes
proporciones, en particular acerca de impactos del trabajo en las dimensiones cognitivo/
afectivas de quienes se desempeñarán en el sector. Todo indica que en los próximos lustros
habrá de enfrentarse una enorme avalancha de contingentes que padecerán trastornos
neuropsíquicos.
como la teoría de la acción razonada, en que la actitud es sólo uno de entre 5 componentes:
intencionalidad, información, intereses, norma subjetiva y propiamente la actitud. Pero
además de existir otras tantas teorías sobre las dimensiones cognitivas y emocionales, todo
Pero cabe interrogarnos sobre por qué una temática como el llamado TE se puso de moda
del empresarialismo tras la derrota del socialismo realmente existente a expensas del
victorioso tras las guerras); y también un hecho doble en la psicología: la decadencia del
conductismo y la impetuosa emergencia del cognoscitivismo, desde la segunda mitad del
siglo XX.
las emociones es un tema de los más trillados por el sentido común, pero también en los
enorme lápida integrada por imprecisiones que, como otrora reconociera Bunge respecto
al concepto mente: “está formulado en términos del lenguaje ordinario, lo cual es más grave
106 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
teoría ingenua de la gente sobre ciertos fenómenos físicos no sostiene ninguna relación
lleva a descubrir la gramática de las emociones para hacer explícito aquello que es sólo
implícito de la experiencia normal de las emociones (Ortony, 1988 p, 16).
Pero hay además suposiciones emparentadas; una de ellas la dicotomía “trabajo intelectual-
trabajo manual”. Y además aún pululan dichos del saber común como: …hay rencores del
corazón que la razón no conoce…
Lo aquí asumido es que, no obstante existir un genuino interés por el estudio de las
emociones y el trabajo, parecen necesarios algunos ajustes conceptuales hacia, con y desde
teorizaciones y estudios rigurosos recientes.
Como dijera Ebbinghaus acerca de la psicología toda: cuenta con un largo pretérito, pero
con una historia demasiado corta. Algo semejante ocurre con el estudio de las emociones;
de ellas se ha hablado durante toda la historia humana, pero apenas hace poco más de
unas 4 décadas se ha iniciado su estudio sistemático, riguroso y expansivo, basado más
en investigación que predominantemente en suposiciones interpretativas; emplazamiento
investigativo que ha sido emprendido casi en exclusiva por la psicología.
En estas páginas se opta por hablar de dimensiones emocionales del trabajo, en virtud de
razones a exponer páginas adelante.
conjunto de autores multicitados: Brotheridge & Lee (1998); Morris & Feldman (1997); Zapf
(1999 y 2002) o Ashforth & Humprhey (1993).
Lo cual se asocia al control de los sentimientos y modos de expresarlos para crear manifestaciones
corporales y faciales observables y aprobadas públicamente (Gracia et al, 2004 p. 2) pero,
sobre todo, para la “maximización” de las metas organizacionales; léase: empresariales.
Ello implica que el suceso emocional puede ser espontáneamente genuino, pero no es lo
común; por lo que, con frecuencia es forzado para adecuarlo o “acomodarlo” a normas de
expresión emocional implantadas y exigidas por la empresa.
el esfuerzo de control de emociones que tienen que hacer los empleados para atender las
demandas de su trabajo, generalmente de cara al público”, con el agravante de enmarcarlo
como exigencias de la tarea, y diferenciado de los esfuerzos músculo-esqueléticos o
intelectuales (Cano, 2012 p. 5).
Pero hay argumentos que indican que la emoción valorada (tomada en cuenta o supervisada
por la gerencia) no es necesariamente una reacción natural del empleado, sino una parte del
trabajo exigido por el puesto. Esto es: se trata de una prescripción o exigencia laboral propia
de este desempeño laboral que implica, para quienes lo desempeñan, una actividad por
atender, una tarea extra: el forzamiento de una expresión emocional indicada por la empresa,
independientemente de la emocionalidad realmente experimentada por el empleado; es lo
que se ha denominado disonancia emocional.
Cabe decir que ello implica que las dimensiones emocionales pueden mostrarse espontánea
y “naturalmente”, pero también que pueden mostrarse forzadas o encubiertas, para cumplir
con los requerimientos organizacional-empresariales.
para conseguir que las emociones de quienes trabajan sean exitosas en la operación
interpersonal con los clientes:
De modo que, entre los especialistas del tema, el “trabajo emocional” consiste en un tipo
de desempeño en que los sentimientos de quienes trabajan son la materia de interés. Así,
la emocionalidad, o afectividad es convertida en un ingrediente del rendimiento del trabajo
y, por ende, el que un trabajador se asuma satisfecho, conduce a que su productividad sea
sincrónica con su estado de ánimo mostrado como parte primordial de su desempeño laboral
(Zambrano, 2011).
deseables, pero desde la óptica de la empresa: además se cuenta con esfuerzos, planeación
y supervisión puestos en juego para que la empresa muestre, en las acciones laborales de
sus empleados, emociones exitosas para su operación (Moreno-Jiménez, 2010).
Es decir, algo que destella en el grueso de las argumentaciones por los teóricos especializados,
es el vínculo del control de las emociones y el éxito empresarial. En cierto modo eso es una
prolongada toma de la estafeta de aquella preocupación de Elton Mayo, respecto al control
organizacional de las dimensiones convivenciales de los trabajadores, pero especialmente
de las dimensiones subjetivas, las dinámicas mentales, en particular: las emocionales.
demandas del puesto. Por ejemplo, una azafata para hacer bien su trabajo ha de sonreír y ser
cortés con todos los pasajeros, hasta los más antipáticos (Gracia y otros, 2004).
110 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
De modo que el TE es una modalidad laboral en que los sentimientos de los empleados son
la herramienta de su profesión; así el llamado “sentimiento” es un ingrediente del rendimiento
del trabajo. Esto es: si un empleado se asume contento, satisfecho o feliz, por ende, su
productividad pende de ese estado de ánimo (Zambrano, 2011 p. 7).
Algo destacable es que, desde la perspectiva del TE, el trabajador debe mostrar una
núcleo de algo mencionado por los intereses empresariales, como una suerte de obstáculo
para la buena marcha de la productividad: la “disonancia emocional”, sobre lo que se revisará
líneas adelante.
Por otro lado, son mencionadas cuatro dimensiones que integran el trabajo emocional:
entre sí y con la atención. Generalmente las interacciones más largas están menos
estandarizadas, durante las mismas se recibe más información sobre la otra persona
y en ellas es más probable que aparezcan un mayor número de emociones, a veces,
inapropiadas. Por todo esto, en las interacciones de mayor duración el TE no puede
realizarse de modo automático y demanda mayores niveles de atención. Por último,
cuando las potenciales consecuencias negativas ligadas a una mala ejecución del
TE son mayores (p. ej. cuando se interactúa con una persona con mayor estatus)
aumenta la vigilancia sobre las normas de expresión.
En especial este último elemento parece ser de enorme relevancia, ya que centra la atención
Cabe recordar que la alienación puede entenderse como un fenómeno de doble dimensión:
a) una, que trata sobre cómo las personas son controladas o sometidas económica,
política, ideológica o laboralmente por instituciones, reglamentaciones, sistemas
de ideas o por grupos o individuos, sin importar si se dan cuenta de ello o no, que
denominamos alienación Objetual ó Por los Objetos:
Reiterando sobre el caso de quienes laboran en los “call centers” al enfrentar el rechazo
explícito, y con frecuencia ofensivo, de las personas contactadas por ellos vía telefónica,
están restringidos por la supervisión empresarial para mostrar reacciones ásperas, ríspidas
o groseras a tales personas inconformes con sus llamadas. Por cierto, dicho sea de paso,
el comportamiento laboral en estas empresas es supervisado de modo constante mediante
¿Qué tenemos en este caso? Sencillamente una alienación sujetual del propio yo y de la
propia actividad. Lo que es desde luego visible también en el trabajo de azafatas, de cajeras
en los centros comerciales, de quienes atienden tras la ventanilla en los bancos y, claro,
también del enorme contingente laboral de las empresas turísticas. Sin embargo, no parece
sencillo decir que lo mismo ocurre con el trabajo docente o el de transporte de pasajeros, al
menos en apariencia.
nucleares; por ejemplo, lo planteado por teóricos como H. Gardner, P. Ekman, o A. Damasio.
3. Se produce en aquellos trabajos que suponen el trato con personas y que generalmente
se dan en el sector servicios. Conllevan relaciones interpersonales que forman parte
del propio trabajo, generalmente en situaciones entre el trabajador y un cliente,
paciente, alumno, usuario, etc.
4. Es una exigencia del trabajo que la mayoría de las veces lo facilita (por ejemplo,
cuando nuestro objetivo principal es la venta de un producto, la tarea de obtener una
sonrisa del cliente, facilita la venta).
Capitulo 4. “Trabajo emocional” o dimensiones emocionales del trabajo
113
5. Toda interacción social sigue ciertas reglas o normas, y para cada situación existen
emociones más apropiadas.
Podemos señalar una serie de variables sobre el TE que se relacionan con las posibles
consecuencias negativas que éste le reportará a la persona. Estas son:
4. Variedad de las emociones. Hay trabajos donde se requiere expresar una emoción
en concreto (ej. telefonista), pero en otros se necesita expresar una gran variedad de
emociones (ej. profesor). Cuanto mayor es el repertorio de expresiones a manifestar,
peores consecuencias traen consigo (Gracia et al, 2004 p. 2).
Estos renglones de un breve, pero muy relevante texto español, concentra mucho de lo
indicado en la literatura.
El TE, desde la óptica empresarial, debe ser punta de lanza exitosa de sus trabajadores hacia
la persuasión de la clientela.
Se aprecia una suerte de opinión ingenua y optimista respecto al TE, al mencionar que
“facilita” la transacción mercantil, pero ni media palabra del impacto sobre el trabajador.
Una persona puede manejar algunos episodios emocionales diminutos durante un período
dado, antes de empezar a sentirse tensa, recargada, cansada y agotada. Cuántas veces
no hemos oído decir a un empleado de servicio: “Hoy ya no soportaré un cliente más”; “Hoy
ya no atenderé un cliente más” (Zambrano, 2011 p. 3).
Pero en la literatura especializada estos argumentos sobre los ángulos perjudiciales del
TE no se encuentran en la misma proporción que las indicaciones de su control para el
incremento productivo del trabajo del sector terciario, como se advierte en estos renglones
de las autoras mencionadas:
FEWS (Frankfurt Emotion Work Scales) y mediante el cual se evalúa el TE a través de ocho
dimensiones diferentes:
3. Demandas de sensibilidad
4. Empatía emocional
5. Control emocional
6. Margen de interacción
7. Disonancia Emocional
8. Normas Emocionales.
Otro instrumento aplicable en este sentido es el desarrollado por el equipo WONT Prevención
Psicosocial e incluido en la metodología RED (Recursos-Demandas-Emociones) y que evalúa
la existencia de sobrecarga emocional considerando tanto las demandas emocionales como
los recursos emocionales y obteniendo el desajuste entre ambos. Un desajuste negativo (más
demandas que recursos) indicaría que el trabajador no cuenta con los recursos emocionales
necesarios para hacer frente a las demandas emocionales que su puesto de trabajo le exige.
Este instrumento está accesible en su versión on-line (http://www.wont.uji.es/) y además,
una vez completado el formulario ofrece feedback inmediato con las puntuaciones en las
diferentes escalas (Gracia et al, p. 4).
Las menciones sobre los instrumentos de Schaubroeck y Jones y del equipo WONT
muestran una particularidad: las emociones “negativas” o los “recursos” del empleado, deben
como entorpecedoras del trabajo productivo del empleado. No aparecen indicaciones sobre
la evaluación de los efectos orgánicos o mentales del empleado.
Por otro lado, existe en habla hispana el Cuestionario de Trabajo Emocional (TREMO)
constituido por 27 reactivos:
1 Mi organización está atenta a los sentimientos que expreso ante los usuarios
7 Para hacer bien mi trabajo debo ser “un poco psicólogo” con los clientes
12 Para hacer bien mi trabajo es necesario saber ponerse en el lugar del otro (del usuario)
Capitulo 4. “Trabajo emocional” o dimensiones emocionales del trabajo
117
16 Los supervisores tienen indicaciones de la empresa sobre cómo actuar en los posibles
problemas de comunicación con los clientes
20 Mi trabajo implica situaciones emocionales desagradables ante las que yo tengo que
disimular
23 Para ser efectiva/o en mi trabajo, debo mostrarme positivo y vital frente a las personas
Como se puede observar, predomina en los 27 reactivos el interés para detectar la mencionada
disonancia emocional, y ni una palabra sobre las afecciones mentales y/u orgánicas del
trabajo.
Tal vez debiera admitirse que el escaso conocimiento acerca de instrumentos que midan tanto
pueda deberse a que la trayectoria investigativa sobre la temática es aún inicial (Hülsheger &
Schewe, 2011; Gracia et al, 2014 y Mesmer-Magnus, 2012).
a las demandas habituales del servicio, y también cómo ajustarse a la interacción con
personas cuyo comportamiento es distinto a los estándares. Algo semejante a la capacitación
de empatía, tanto rutinaria como inesperada.
Una de esas estrategias fue planteada por la misma Hochschild, la llamada “actuación
profunda” (deep acting): …el individuo emplea distintos métodos para generar una experiencia
emocional compatible con la expresión emocional recogida en las normas emocionales
(Hochschild, 1983).
Incluso se ha hablado de mecanismos para actuar sobre las propias cogniciones (como
Hay el manejo también de los dos grandes grupos de mecanismos, los individuales y los
adoptados por la empresa.
Respecto a las de afrontamiento individual a su vez hay varios tipos. Pero el núcleo de la
cuestión es que mientras “más falsa” o menos genuina es la emoción expresada (es decir más
Capitulo 4. “Trabajo emocional” o dimensiones emocionales del trabajo
119
disonante con las emociones experimentadas por el trabajador), más efectos perjudiciales
provoca tanto para el empleado como, a la larga, para la organización.
genuinamente acordes con la expresión exigida, así como pensar que necesariamente sus
propias interpretación y valoración del desempeño sean acordes con las exigencias de la
empresa. Por tanto, lo que hace, de manera frecuente, consiste en actuar de manera forzada
la gerencia.
Puede suponerse que esa “actuación profunda” exige intensos niveles de atención, lo que
implica una regulación cognitiva, es decir, una subjetividad explícitamente consciente sobre
y silueta del personal, de acuerdo a las características promedio de las personas que se
habrán de atender.
una guía o protocolo, que puede ser útil para resolver dudas y reducir la ambigüedad y
del puesto y reduce el potencial negativo de los efectos del trabajo. Además, a nivel
organizacional, mejora las interacciones sociales. El TE hace que la interacción social sea
más predecible y ayuda a superar situaciones embarazosas, por lo que desarrolla una
Asimismo, se reconoce que hay vínculo entre estados emocionales “positivos” y modos
de vivir que mantienen optimistas niveles de funcionamiento cardiovascular y del sistema
inmune.
Esto llega hasta el punto de plantear: “el TE no tiene efectos negativos en el trabajador
cuando forma parte de la identidad profesional, cuando expresa emocionalmente lo que
120 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
cree que debe expresar o cuando la interacción está tan mecanizada, que las emociones
requeridas surgen de forma espontánea y rutinaria” (Moreno-Jiménez, 2010 p. 66).
personal, tales como satisfacción laboral o logro personal; es el caso de las sonrisas
correspondidas tanto entre compañeros de trabajo como, obviamente, a clientes; lo que a su
control laboral.
Sin embargo, cabe insistir, tales repercusiones plausibles, tienen lugar a condición de que en
el trabajador no exista la llamada “disonancia emocional”.
Pero por el lado de argumentaciones sobre la nocividad, cabe mencionar a las afectaciones
en la integridad de quienes están circunscritos a las exigencias del TE, veamos un conjunto
de casos:
La “regulación emocional automática”, en que el TE puede requerir del empleado que realice
existen casos donde las emociones requeridas son experimentadas de forma espontánea
y genuina (ej. una enfermera que siente simpatía por un niño herido, no necesita actuar).
La emoción en este caso se realiza en “modo automático”, la enfermera actúa, pero no
a nivel consciente. Esos procesos se perciben sin esfuerzo emocional, se produce la
llamada “armonía emocional” (concordancia entre la emoción sentida y la esperada por la
organización).
correctamente el rol que se espera de ellos. En este caso, no sólo se regula la expresión de
la emoción conforme a las normas emocionales, sino también la experiencia de la emoción.
Por lo tanto, se necesita invocar pensamientos, imágenes y recuerdos para inducir cierta
emoción (ej. pensar en un pasajero difícil como si fuera un niño, que no es responsable de
su conducta y actuar en consecuencia). Esta estrategia se requiere cuando la actuación
Tal como sucede con la sobrecarga física o mental, la exposición a demandas emocionales
durante largos períodos de tiempo puede llevar a la persona a un deterioro de su salud
No parece haber certeza aún sobre las dimensiones de los daños cuando todo ello se
acumula por el trabajo durante meses o años.
A partir de la investigación psicosocial reciente, de cara ante una amplia variedad de hallazgos,
las explicaciones acerca del vínculo dimensiones emocionales y trabajo hasta el momento
son concluyentes y, menos aún, que los instrumentos para detectar implicaciones de las
Muchas de las supresiones de impactos sociales negativos pueden ser moderadas por los
valores culturales, por ejemplo, procedencia de culturas asiáticas, en contraste con las formas
de aculturación europea-occidental, es decir, las dimensiones transculturales.
Así, de ello pende la uniformidad de las supresiones emocionales, para reducir ya sea la
En convergencia tal parece que hay diferencias de sexo respecto a las reacciones ante
eventos emocionales negativos; las mujeres son más proclives a reaccionar con mayor
intensidad que los varones. Y algo semejante ocurre respecto a la medición del sistema
sensitivo aversivo motivacional (Gard y Kring, 2007).
Por otro lado, la evitación de dimensiones del enojo puede mejorar la accesibilidad cognoscitiva
de los pensamientos y sentimientos relacionados con el enojo (Quartana y Burns, 2007).
Capitulo 4. “Trabajo emocional” o dimensiones emocionales del trabajo
123
regular actividades de diversión, hay hallazgos de que es posible una regulación emocional
voluntaria, que contribuye a un mejor entendimiento acerca de cómo las personas usan el
humor para enfrentar las metas relacionales (Giuliani, McRae y Gross 2008).
las emociones tiene un valor adaptativo, tanto biológica como psicológicamente, y contribuye
para la evitación preventiva de daño potencial o intercambios sociales desagradables;
además las palabras negativas son más impactantes que las positivas en su categorización
Respecto a qué tanto la regulación emocional es subconsciente, existen hallazgos que indican
la importancia potencial de las metas subconscientes para facilitar el control emocional
en ambientes muy complejos del mundo real, lo cual puede hacer repensar los modelos
contemporáneos de regulación emocional (Williams, Bargh, Nocera y Gray 2009).
Acerca del importante tema de la supresión y expresión de las emociones, hay indicios de que
la expresión de las emociones en general se relaciona con mejores resultados convivenciales,
mientras que la expresión del enojo se asocia con un bienestar de carencias. La expresión de
las emociones negativas también se asocia, si bien genéricamente, con precarios resultados
convivenciales (Chervonsky y Hunt, 2017).
Respecto a la memoria de los eventos emocionales, tiende a ser más duradera que la de
eventos neutrales y paradójicamente, los recuerdos negativos debilitadores pueden ayudar a
promover el bienestar. Se ha detectado que la regulación convivencial de la emoción puede
disminuir el recuerdo de la información negativa, lo que puede jugar un papel decisivo de
las memorias negativas fuertes en diferentes formas de la psicopatología como depresión, o
afecciones de estrés postraumático (Flores y Berenbaum, 2017).
Por otro lado, para un entendimiento más preciso de la experiencia emocional, debe
considerarse la relación entre el afecto positivo y el negativo, y dos aspectos importantes son,
primero, el grado en que están correlacionados el afecto positivo y el negativo, y segundo, el
grado en que ocurren al mismo tiempo.
124 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
Los resultados destacan que la correlación entre el afecto positivo y negativo y su co-
ocurrencia son modos distintos de la relación entre el afecto positivo y negativo. Tales
hallazgos ayudan a aclarar las implicaciones del trabajo existente en las diferencias
Hester, 2017).
De modo que puede deducirse que en el trabajador surja indiferencia hacia el trabajo y el
cliente, así como pérdida de interés por la calidad del propio trabajo, además de escasa
autoestima y un precario sentido de realización.
las cosas no son tan sencillas ya que, para una visión más rigurosa, actualizada y
omnicomprensiva sobre las emociones, hay aristas un tanto complejas que exigen mayor
detenimiento y profundidad; algo que no se aprecia en la mayoría de la literatura sobre la
temática.
Como quedó asentado en estos primeros renglones, el de emociones es uno de los temas
que más apasionan desde tiempos ancestrales y que apenas en los lustros recientes ha
que dentro de las teorías e investigación psicológicas el asunto está resuelto o que existe una
postura homogéneamente aceptada por la mayoría de sus practicantes.
Capitulo 4. “Trabajo emocional” o dimensiones emocionales del trabajo
125
Más aún, a la par que muchos de los conceptos psicológicos, el de emociones es tratado
con asombrosa e irritante elasticidad semántica; es decir, se le trata por igual en sus usos
ordinario/vulgares y literarios, que en los de rigor investigativo/conceptual.
Desde luego la polisemia no es algo criticable per se, y menos aún si la asumimos como una
A este respecto, por principio de cuentas, desde luego cabe subrayar que las emociones se
generan en centros cerebrales no mentales, subcorticales, tanto límbicos (o viscerales) como
del cerebro reptiliano (u ofídeo) (MacLean, 1990 y Ostrosky & Vélez, 2013), y por supuesto
también que en los primeros meses/años de vida predominan por sobre las ideaciones; pero
que conforme avanzan tanto la maduración orgánico/neural, como el aprendizaje complejo
(interiorización de las premisas propias de la culturaleza humana), la antecesión emocional
cede terreno, y las emociones pasan a ser acompañadas o regidas por cogniciones de
órdenes e intensidades multivariados (Ostrosky & Velez, 2013; De Rivera, 1977; Ortony et al,
1988 y Kemper, 1978).
sin cognición; y más aún, hablar de funciones separadas no pasa de ser, reiterando, una
ingenuidad rudimentaria propia del lenguaje metafórico vulgar.
Una creencia de subrayada imprudencia es suponer que las ideas (“la razón”) marchan
separadas y hasta divergentes de las emociones (afectos o sentimientos como es preferible
denominarles desde la perspectiva de estas páginas). Asociada a ello existe la cándida
inocencia de creer, tanto dentro como fuera del conocimiento especializado, que las
emociones residen “en el corazón” o en las vísceras. Suele decirse desde allí con angelical
desparpajo: “eres impulsivo porque eres irracional”.
Una desproporción análoga es aquella mantenida por siglos, respecto a “la separación
del trabajo manual y el intelectual”. En términos rigurosos, nunca hay una separación
fragmentante entre ambas dimensiones; en realidad lo que sí puede admitirse es que existe
y ha existido un trabajo predominantemente intelectual y otro predominantemente manual,
porque hasta el desempeño más rudimentariamente manual implica dinámicas cognitivo/
afectivas, y viceversa: los desempeños más cognitivamente especializados exigen al menos
un mínimo de dinamización músculo-esquelética.
suponer que hay emoción sin cognición asociada (Ortony, 1988 p. 34) y por ello es una
creencia tan rudimentaria como atávica secundar aquello de que las emociones son
126 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
Algo habitual, aunque incorrecto, en la sociedad occidental que incluye también a algunos
eruditos, es pensar que las emociones son irracionales (...) Aunque sea correcto decir
que empleamos la razón para controlar las emociones destructivas, y que la emoción y la
en qué consisten dichas reglas (...) Las emociones son el producto de la razón porque
se derivan del modo en que valoramos lo que está sucediendo en nuestras vidas. En
efecto, el modo en que evaluamos un suceso, determina nuestra forma de reaccionar
emocionalmente al mismo (Lazarus, 2000 pp. 97-98).
A pesar de estas limitaciones sociales, las pasiones aplastan a la razón una y otra vez. Esta
característica de la naturaleza humana surge de la arquitectura básica de la vida mental
(...) Que las emociones conducen a la acción en muy evidente cuando observamos a niños
o animales; sólo en los adultos “civilizados” en los que tan a menudo encontramos la gran
anomalía del reino animal: emociones –impulsos arraigados que nos llevan a actuar—
divorciadas de la reacción evidente (...) En un sentido muy real, tenemos dos mentes, una
que piensa y otra que siente (Goleman, 1999 pp, 23-24 y 27).
Sólo cabe añadir que aberraciones tales son una variante contemporánea del ancestral e
insostenible dualismo escisionista cartesiano mente-cuerpo. Suponer que realmente alguien
se comporta “irracionalmente” o que sólo se rige por “sus emociones” es una reedición de ese
caduco y anacrónico dislate cartesiano.
Deben mencionarse algunas contribuciones decisivas de las recientes tres décadas y uno
de los enfoques más reveladores, recientes y teóricamente fecundos son los argumentos
del neurólogo Antonio Damasio, quien propone que hay las emociones básicas (comunes
e innatas en todas las especies vivas) y las propiamente humanas, que él denomina
sentimientos
del género humano:
Las emociones son acciones o movimientos, muchos de ellos públicos, visibles para
Llegados a este punto, es legítimo preguntar por qué las emociones preceden a los
sentimientos. Mi respuesta es sencilla: tenemos emociones primero y sentimientos
después porque la evolución dio primero las emociones y después los sentimientos. Las
De modo que parecería más conveniente hablar de sentimientos o afectos, que de “emociones”
si de enfocar las emociones complejas de los seres humanos se trata, como es el caso de los
autores más reconocidos sobre el TE.
Pero además cabe insistir en las fecundas aportaciones de Paul Ekman (1997) quien desde
hace décadas ha propuesto que las emociones que denomina básicas, pueden entenderse
en tres momentos: el surgimiento, su microexpresión facial y manejo (un manejo más implícito
que explícitamente deliberado).
Lo que cabe decir al respecto es que proposiciones como éstas no son atendidas en las
teorías recientes sobre las emociones y trabajo, lo cual es comprometedor debido a que esas
primera y segunda fases planteadas por Ekman son semejantes en todos los seres humanos y
de orden natural, evolutivamente heredadas, cuya duración es de sólo 200-250 milisegundos;
tales fenómenos son lo que aquí hemos subrayado como la genuina experiencia emocional
o el plano natural de las emociones. Mientras que el tercer momento (manejo expresivo) es
regulado y determinado por la culturaleza humana, es decir, por las exigencias ético, político,
ideológico, económicas del entorno societal. Esto último es propiamente lo que hemos
manejado como la expresión emocional, impregnada de la valoración cognitiva e intención
las costumbres o, en su caso, entrenamiento para expresarlas; y desde luego en ello juegan
importante papel las modalidades corporales expresivas: movimientos músculo/esqueléticos,
como ademanes, mirada, vestimenta y tono, volumen y velocidad de la voz.
Así, puede decirse que la emoción genuina, de orígenes evolutivos y por ello un hecho
no cognitivo, tiene lugar sólo durante una fracción de segundo; el resto es una suerte de
Por cierto que Ekman ha sostenido que los hallazgos investigativos sobre la emoción
Aún es prematuro saber las implicaciones de una vida laboral asociada a sentimientos/
afectos como el temor, envidia, enojo, pena, consuelo y admiración, por lo cual un análisis
de la emoción debe ir más allá de la simpleza de diferenciar entre “emociones positivas” y
“negativas” para dar cuenta sistemáticamente de las diferencias cualitativas entre emociones
individuales (Ortony et al, 1988 p. 87).
4.6 FINAL
la expresión positiva (facial, conductual y verbal) del empleado ante la clientela, importando
poco las posibles incompatibilidades entre experiencia y expresión.
como suele decirse con palabras del lenguaje ordinario: “no es consciente”); en todo caso
puede llamársele “subconsciente”, con riesgo de mantener cercanía ante las delirantes
fantasías freudoanalíticas, que sustantivan tal nivel de la dinámica mental. No se trata de
ningún “inconsciente”, sino de niveles subconscientes de la mentalidad.
Capitulo 4. “Trabajo emocional” o dimensiones emocionales del trabajo
129
Insistiendo; todo el tiempo las cogniciones, y por ende las expresiones de sentimientos
o afectivas, son conscientes; la complicación sobreviene al reconocer que no todo es
explícitamente autoconsciente. Un tanto como sucede con el fenómeno sensorio/perceptual:
sensorializamos todo el tiempo vígil o consciente, pero no percibimos autoconsciente o
explícitamente todo cuanto sensorializamos.
Ello es un ángulo problemático para estudiar con precisión y rigurosidad las dimensiones
afectivo/sentimentales del trabajo (o “TE”).
¿A quiénes habrá que atender de estos fenómenos en el futuro mediato? Por lo pronto,
contemplemos que: “México presenta una alta y persistente incidencia de informalidad en el
empleo que comprende aproximadamente a un 60% de los trabajadores del país” (OIT, 2014).
Y convergentemente:
en México, 77.8 por ciento de los trabajadores de la construcción son informales, así como
65.5 de quienes laboran en restaurantes y hoteles, 41.5 de quienes se desempeñan en la
industria manufacturera, 16.7 de los que están en la explotación de minas y canteras y
54.8 por ciento de los del rubro del transporte (OIT, 2015).
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V
Apuntes sobre lo negativo
de la psicología positiva
INTRODUCCIÓN
lo llevó a transformar el entorno natural para satisfacer las necesidades colectivas hasta
dominar toda la naturaleza, incluidas todas las demás especies animales; con el trabajo el
humano logró el desarrollo de todas sus capacidades orgánicas y mentales, le ha permitido
acrecentar sus potencialidades, desarrollar la creatividad como uno de los rasgos distintivos
A partir de lo anterior, es que el trabajo como la actividad que ha originado las relaciones
sociales de los grandes grupos societales ha obligado a los distintos actores a buscar la
satisfacción en el trabajo, la motivación laboral, la calidad de vida laboral, el engagement, el
y demás paliativos para enfrentar el descontento de la gente que trabaja; y no obstante
el compromiso y las ganas que imprimen a su quehacer, el gusto que llegan a sentir por su
trabajo, terminan en algún momento por deplorar sus esfuerzos cotidianos en la fábrica, en
Sin embargo, aun cuando no se puede dejar de reconocer el efecto estructurador del trabajo
en la mentalidad y personalidad de los individuos, en muchas de las ocasiones lo que se
plantea desde esta visión positiva deja de lado muchos de los elementos necesarios para el
análisis del impacto del trabajo en la vida de relación, en el psiquismo y en cómo el trabajo es
vivenciado por los distintos grupos de trabajadores.
tan pernicioso y que mucho de lo que hacen las empresas para el control del estrés, por
ejemplo, es recomendable aunque la mayoría de estas propuestas individualizan el problema
y hacen responsable al trabajador de sus problemas de insatisfacción con respecto al trabajo,
restando importancia a los riesgos psicosociales o las condiciones de trabajo no favorables.
los asuntos abordados reduciéndolos a recetas de cómo ser feliz y se deslizan en una
argumentación que deja fuera de sus análisis a las condiciones objetivas laborales y sus
impactos negativos sobre las emociones o estados de ánimo y cómo es que contribuyen
a estructurar o desestructurar el psiquismo de los trabajadores. Esa actitud demasiado
laboral en la segunda década del siglo en curso facilita que se soslayen las condiciones de
trabajo, las situaciones riesgosas en el ambiente laboral y las altas exigencias por encima
de toda capacidad de ejecución, lo que puede llegar a convertirse en un enmascaramiento,
una velada negación o un franco engaño sobre la desfavorable realidad laboral en casi todo
el mundo, lo que puede inducir a los individuos al conformismo, la inmovilidad, al engaño
mañoso y a la falsa creencia de que se vive una buena vida laboral.
Según Seligman, (2011) para incrementar la satisfacción laboral hay que poner en juego
veinticuatro fortalezas personales más que buscar mejores condiciones de trabajo, algunas
de tales fortalezas dejan ver un ligero matiz de sumisión por parte del empleado. De acuerdo
con este autor, en la actualidad en los Estados Unidos de América hay una reorientación
de sí sin importar la actividad laboral que realicen o las condiciones bajo las cuales se
encuentren.
inhumanos.
Por supuesto, los autores de este texto no dejamos de reconocer que es necesario tener
actitudes positivas ante la vida, que es indispensable contar con buena disposición para
enfrentar los retos laborales, que hay que buscar desarrollar las fortalezas personales para
enfrentar las adversidades, que hay que ir en busca del sentido más positivo del vivir y que
útiles para la sumisión de los empleados ante los empresarios y las malas condiciones de
trabajo y para la conservación de las condiciones sociales desfavorables imperantes en el
mundo laboral.
138 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
vaticano de la psicología) con amplio margen en la votación gracias a sus logros académicos
a partir de sus investigaciones sobre la indefensión aprendida y el optimismo aprendido; sin
para desarrollar durante su presidencia. Su primera idea fue trabajar sobre la prevención,
bajo la premisa de que la psicología hasta entonces fundamentalmente se había enfocado
en los aspectos negativos que implican la “enfermedad mental”. Segundo, es objeto de
una casi epifanía a partir del reclamo de su pequeña hija Nikki que lo caracteriza como un
“cascarrabias” y en ese momento decide “cambiar”. Tercero, en enero de 1998, nada menos
que en Yucatán, México, en la región turística de Akumal, en la casi paradisiaca Riviera
Maya, se reúne con Mihaly Csikszentmihalyi y con Ray Fowler y entre el café por la mañana,
el buceo por la tarde y los paseos con los niños, deciden crear un nuevo campo de estudio
llamado Psicología Positiva (Seligman, 2011).
Para la promoción de la psicología positiva en los países de habla hispana se fundó en 2009
la Red Iberoamericana de Psicología Positiva y no podía faltar la apertura de las puertas
en revistas Latinoamericanas como Psicodebate, y en México, en 2008 la Universidad
Iberoamericana se congratuló de inaugurar el primer programa de posgrado en lengua
hispana, (Castro, 2010).
Capitulo 5. Apuntes sobre lo negativo de la psicología positiva
139
Una de las razones aducidas por Lupano y Castro (2010) del porqué del surgimiento de la
psicología positiva se encuentra en el hecho de que con esta perspectiva una parte de la
psicología se adscribe al enfoque salugénico, y con ello se complementa el modelo médico
hegemónico que da cobijo a la psicología en su conjunto, puesto que había centrado toda
la práctica en la psicopatología, eludiendo la perspectiva sobre el “funcionamiento mental
complementarse con el modelo médico, sino más bien independizarse de éste e integrarse con
desde las neurociencias pueden contribuir a una mejor comprensión del fenómeno psíquico
denominado hegemónico por Menéndez, (1984, 1990) cuenta con una serie de críticas que
ya han sido señaladas abundantemente desde la medicina social y la salud colectiva, por lo
que aquí sólo se menciona que hay una visión muy limitada de lo que desde la psicología
positiva se dice acerca de él, el análisis sobre las limitaciones que esta perspectiva tiene en
la psicología rebasa con mucho lo poco que los psicólogos positivos han mencionado sobre
el tema por lo cual puede parecer hasta irrelevante lo dicho desde esa postura.
Para este psicólogo humanista conceptos de uso común entre médicos, psiquiatras y
valor positivo; en sus palabras señalaba: “Tenemos un vocabulario abundante para las
psicopatologías, pero muy escaso para la salud y la trascendencia” (Maslow, 1954, p. 276) y
reclamaba una psicología “metafuncional” que estudiara la utilidad del autoperfeccionamiento.
Poco más de cuarenta años antes de que “la originalidad” de la psicología positiva hiciera su
aparición en el mundo como la “nueva ciencia”.
Fernández (2008) es más exigente al plantear que las fuentes de la psicología positiva son
más remotas y que habría que reconocer la poca originalidad de esta vertiente; de acuerdo
140 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
con él, tanto en occidente como en el oriente ha existido la idea de la búsqueda de la felicidad,
los recursos personales para el desarrollo de los grupos, los individuos, las organizaciones
personajes como Aristóteles, Demócrito, Heráclito, Terencio, Cicerón, Séneca, Marco Aurelio,
San Agustín, Maimónides, Al-Farabi, Kant, Locke, Nietzsche, Kierkegaard, Heidegger, entre
otros más, quienes discurrieron sobre las virtudes, la templanza, la voluntad de luchar por
el bienestar y la salud, la fortaleza de la mente, y no dejaron de reconocer lo “positivo” del
enfrentar las adversidades y las emociones “negativas”. En el campo propio de la psicología
se pueden reconocer a Cattell, James, Allport, Frankl, Rogers, Fromm, Jahoda, Bandura, e
incluso Damasio, entre otros, como portadores de pensamientos que han dado sustento a
ideas que ahora se hacen pasar como arquetipos propios de la psicología positiva.
radica en que el reconocimiento a todo el pensamiento previo sobre lo que se asume como
materia prima del trabajo de los psicólogos positivos, es anulado, no hay un reconocimiento
de lo anterior y hay un autoengaño al mostrarse como los primeros en preocuparse por
estos temas, y como dice Fernández: “…no se trata de un olvido circunstancial sino de un
gran desconocimiento histórico” (Fernández, 2008, p.163). Se podría pensar que no sólo
hay un autoengaño, sino que además pretenden seducir, por no decir, timar, a los receptores
entusiastas de la originalisima psicología positiva.
las cuales parte la psicología positiva, pero existen antecedentes que aunque los profesantes
de esta psicología niegan como parte de su bagaje histórico, conceptual y programático bien
pueden reconocerse como parte del andamiaje de esta corriente de pensamiento.
Entre 1875 y 1920 se estableció en los Estados Unidos de América lo que se conoció
como el “Nuevo Pensamiento”, una seudo doctrina cuasi religiosa que postulaba que el
mundo espiritual o mental existían como una entidad real, en tanto que la vida cotidiana o
mundo material en realidad no eran más que una creación de la mente de los individuos;
a partir de esta proposición se ponían en juego “técnicas psicológicas” que se basaban en
el supuesto poder curativo de las palabras, en la búsqueda de creencias alojadas en el
pensamiento que fuesen las causas de los malestares, en la negación desde la mente de
las molestias del cuerpo, el uso de la imaginación para provocarse sensaciones de agrado,
gratitud y el perdón, todas éstas como formas de enfrentar las alteraciones en los estados
de los tratamientos médicos ortodoxos. Junto a ello evolucionó la noción que ha constituido
uno de los ideales permanentes de la sociedad norteamericana, las personas merecen y
tienen que ser felices.
Capitulo 5. Apuntes sobre lo negativo de la psicología positiva
141
El pensamiento positivo surgió un tanto como una forma de rebelarse a la noción calvinista
de la entrega absoluta al trabajo, y el encuentro en 1860 de Phineas Parkhurst Quimby con
Mary Baker Eddy, ambos creyentes en la metafísica y predicadores de la idea de la dicha y la
felicidad e incrédulos a los tratamientos médicos que no daban respuesta a la “enfermedad”
que era llamada “neurastenia”. Quimby ejerció de curandero y como tal trató a Baker y al
poco tiempo ella declaró estar curada y a la muerte de aquel, su paciente y discípula se
convirtió en la difusora del nuevo pensamiento como recurso terapéutico.
de las ideas del nuevo pensamiento era tan poderoso que permitía el restablecimiento de la
El nuevo pensamiento fue tierra fértil para que brotara el germen de los best sellers que
apoyados en el credo de que el pensamiento controlaba los hechos, se convirtieron en el
canal de difusión de ideas como las de Hill Charles Fillmore, que en 1936 difundía en sus
que generó una corriente de individualismo “positivo”. También en esa década, Napoleon Hill
publicó el libro Piense y hágase rico en el que de igual manera decía que los pensamientos
son cosas y que todo consistía en seguir las indicaciones necesarias para lograr que los
142 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
En 1952 Norman Vincent Peale puso a la venta su libro El poder del pensamiento positivo
con el cual lanzó al mundo el concepto “pensamiento positivo”, manual de autoayuda en el
obra resultó ser, para entonces, la segunda más vendida después de la biblia. Para Peale,
que igual que Quimby y Baker se consideró “sanador”, la neurastenia dejó de ser la principal
enfermedad que había que enfrentar y él estableció que el verdadero problema que tenía
que atender la gente era “un complejo de inferioridad”. En su exitoso libro mostró diez reglas
que permitían a las personas hacer “automáticos” sus pensamientos positivos con lo que era
posible una reprogramación y sus consecuentes logros. Uno de los aciertos de este autor
tan leído fue que su discurso fue construido con conceptos provenientes de la psicología
“académica” y se permitió el uso de palabras en boga de esta disciplina: el condicionamiento,
el aprendizaje, las actitudes, atribuciones, y, lógico, no podía faltar, el subconsciente. La
profesión del señor Peale, empresario, y por si fuese poco, republicano. (Ehrenreich, 2011),
casualidades de la vida.
en la gente” de Dale Carnegie, de entonces para acá el desarrollo de esta industria editorial
permite que aparezcan 2000 nuevos títulos al año pero se tienen indicios que de ese total
el 95% salen a la venta sin investigaciones que comprueban su efectividad. Se calcula que
los best sellers de autoayuda dejan un aproximado de 563 millones de dólares de ganancia
anual. Hacer feliz a la gente, generar la excelencia y crear estados de ánimo positivos no
parece ser un mal negocio; si a lo anterior se le añaden seminarios sobre el tema, venta de
CDs y los servicios de coaching, la cantidad aumenta a nada más 2500 millones de dólares
al año. Prieto-Ursúa (2006). Entre otras de las aportaciones de Carnegie se encuentra la
Con todas estas concepciones, como bastión de las emergentes clases medias norteamericanas
ante las exigencias impuestas por el desarrollo desenfrenado del capitalismo industrial, fue
la autocomplacencia vía el consumo desmedido, se podía alcanzar el éxito con sólo desearlo
y la felicidad sería el pináculo al que todos podrían llegar. Por supuesto, no faltan quienes
Capitulo 5. Apuntes sobre lo negativo de la psicología positiva
143
Pero no puede pasar desapercibido el hecho de que es en Estados Unidos el país en que
el que surge, se desarrolla, se consolida y se difunde a todo el mundo la psicología positiva
teniendo como estandarte a la felicidad, el bienestar, el éxito, la trascendencia, el ;
pero también es un país que junto con su riqueza exorbitante (e insultante), se encuentra
también una pobreza inaceptablemente denigrante, un altísimo consumo de drogas entre
su población sin importar la clase social y altos grados de criminalidad, violencia y racismo
entre otras tantas barbaries; ¿por qué en la nación que inventó la psicología positiva y mucho
antes la Coca-Cola (la "chispa de la vida") ocurren estas cosas? A propósito de esto último,
cabe recordar que coca cola ha sido de las multinacionales que a escala global desde hace
como el sello de la compañía; el principal indicador de cómo para esta empresa es importante
la noción de la felicidad desde la perspectiva del american way of life es que creó El Instituto
Coca-Cola de la Felicidad en 2007.
Sin embargo, vale la pena señalar que Estados Unidos no ocupa los primeros lugares en
las mediciones de la felicidad y cuando lo que se mide es el bienestar el país que más ha
promovido la psicología positiva ha llegado a quedar en el lugar 150 en el Índice Planeta
Feliz, y a decir de Ehrenreich (2011), en Norteamérica los antidepresivos son el medicamento
más recetado y sus ventas alcanzan dos terceras partes del mercado en el mundo; ¿cómo se
explican estas contradicciones?
Por otro lado, se tiene que los propósitos, objetivos y conclusiones de los psicólogos positivos,
Desde la psicología positiva es fácil referirse a lo que ocurre en el mundo del trabajo con un
matiz optimista, alegre, “positivo”, pero existe una serie muy larga de posibles inconvenientes
que se le pueden atribuir a esta perspectiva psicológica.
Lo primero que se puede decir es que proviene de esa tradición norteamericanizante que
atribuye el progreso y el bienestar al esfuerzo estrictamente personal; no son las condiciones
concretas, objetivas, reales de la vida social las que permiten o facilitan la superación de los
sujetos, las que impulsen los cambios en un sentido efectivamente positivo en el conjunto de
sino el arrojo personal, la decisión de cada quien, la voluntad del individuo. Con ello se hace
hincapié en el individualismo como el artilugio que impulsa la cultura empresarial inherente a
la idea de progreso dentro del capitalismo, la individualidad se muestra como independiente
positiva (no sólo en número, sino también por su profundidad teórica, ideológica y empírica),
por ejemplo, Cabanas y Sánchez (2012) llaman la atención sobre algunos de los problemas
de índole teórico que no han logrado subsanar los eminentes teóricos de lo positivo: dejan
ver poca claridad conceptual, ofrecen reiteradas argumentaciones tautológicas, hay una
Lo que resulta más o menos evidente cuando se leen libros o artículos en los que se desarrollan
los principios de la psicología positiva es que hay una carencia imperdonable de una teoría,
o de una revisión o discusión entre diversas teorías de las emociones. Si el objeto de estudio
de esa corriente de investigación y aplicación, de “ese nuevo paradigma”, son las emociones,
sobre todo el desarrollo de las “positivas” cabría esperar una elaboración conceptual sólida,
provenientes de las neurociencias de al menos desde la última década del siglo pasado y
cómo se ha analizado desde las ciencias sociales el comportamiento, no sólo individual,
sino además colectivo, en su relación directa con la emociones, las afectividades, o las
subjetividades, en un sinnúmero de procesos de orden social; por ejemplo, qué emociones se
involucran en el descontento social, la alta incidencia de la violencia, las elecciones políticas
en los pueblos, la euforia de las masas en los encuentros deportivos, el gozo colectivo en
los espectáculos multitudinarios, la rabia contenida ante las masacres en escuelas y plazas
públicas y muchísimos fenómenos más que indiscutiblemente contienen una fuerte, a
Capitulo 5. Apuntes sobre lo negativo de la psicología positiva
145
veces predominante, carga emocional. O cabría pensarse que “lo emocional” es un evento
estrictamente psicológico, en un sentido principalmente individual, y que su desarrollo, su
con los otros sólo compete o involucra al individuo, al sujeto aislado y que la experiencia
emocional es “sólo emocional” y no también afectiva, sentimental.
cultural y artística, la psicología e incluso desde enfoques económicos, las emociones han
del fenómeno, al menos problematizan sobre el asunto; si bien se puede reconocer que
resueltos todos los enigmas sobre la emocionalidad de los seres humanos sí se esperaría
(Denton, 2009), (Damasio, 2010) y (Ortiz, 2011) analizan desde distintas aproximaciones
emociones son revisadas por Ulich, (1985), Lazarus, (1999), Ekman, (2001), Morgado,
(2010) y Morales, López y Hedlefs, (2010); desde un enfoque eminentemente psiquiátrico,
Castilla del Pino, (2000) estudia emociones y sentimientos; el surgimiento, uso de las
emociones y los sentimientos en el capitalismo es analizado por Illuouz, (2007); cómo han
sido abordadas las emociones en la literatura y el cine es revisado por Veraza, (2003) y
y los estudios literarios realiza un profundo análisis Elster, (2002) y (Elster, 1997), Evans
(2002) desde la neurociencia, pasando por la antropología, la psicología y los posibles
contenidos emocionales en la computadoras y los robots, realiza un análisis provocador de
146 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
las emociones y la felicidad, y Levy (2008), de manera inquietante, revisa las emociones, los
sentimientos amorosos, las formas de interacción y las relaciones sexuales de los humanos
con la tecnología y los robots. Sin embargo, teorizar sobre las emociones no parece ser un
que la distinción entre emociones negativas y positivas es un ardid engañoso pues recuerda
que todas las emociones, incluso las de valencia negativa, terminan por ser funcionales
para los individuos y pone como ejemplo que sin miedo sería difícil enfrentar ciertos
acontecimientos de los cuales se puede obtener un resultado positivo, así, se tiene que la
existencia de emociones “negativas” no necesariamente representa impedimento alguno y
lo que ocurre es que se intenta una proscripción de ciertas formas de respuesta emocional,
a eso lo llama “la tiranía de la actitud positiva”. Evans (2002) también enfatiza el aspecto
funcional y positivo de las emociones negativas y lo caracteriza como “realismo depresivo”.
como indiferentes generan cierta tonalidad emocional que puede ser tan tenue que parecen
no existir, pero se encuentra presente en esa valoración de indiferencia; el plantear que algo
es indiferente al individuo supone reconocer que esa indiferencia surge de un reconocimiento
del objeto y de que ese objeto no despierta ningún matiz emocional ante su presencia. De
cualquier forma, lo importante de la argumentación de Castilla del Pino es que emociones
y sentimientos siempre se encuentran presentes en toda relación humana y tenderán a
moverse en un continuo que puede llegar a alguno de los extremos o de las preferencias
y contratransferencias. Por lo anterior, se puede sugerir que el priorizar la búsqueda de
emociones positivas versus emociones negativas, o poner en primer lugar y por encima
de todo a las positivas buscando la eliminación de las negativas no tiene sentido o validez
en todos los casos; la persona permanente y profundamente feliz puede estar simulando,
autoengañándose o sufrir un tipo de alteración emocional a las que tanto se proponen
soslayar los psicólogos positivos. Las personas que legítimamente viven una vida feliz y
Personas así seguramente disfrutan de la mejor manera la vida y son envidiables, pero el
bienestar de la sociedad no se logra con la suma de felicidades individuales, menos con
seudofelicidades individualistas.
Seligman ha contribuido con sus aportaciones de la psicología positiva como antes lo hizo con
la teoría de la indefensión aprendida, fue nombrado presidente de la APA y es más que factible
asegurar que conoce muy de cerca no sólo muchas de las teorías dentro del andamiaje de
la psicología de los últimos cincuenta años, sino incluso a los mismos creadores de ellas, fue
nada menos que representante o líder de la amplia comunidad de psicólogos norteamericanos,
entonces no resulta nada comprensible que la psicología positiva desarrollada por él no se
asiente en un nivel de explicación teórico que sería el esperado dados estas características
de su autor, el caso de Csikszentmihalyi sería semejante.
Cómo es posible que dos de los creadores de una “teoría” no construyeron una teoría
La auténtica
felicidad
siguiente” p. 259. más adelante en esa misma obra al hablar del desarrollo de fortalezas de
Después de leer esto y seguir el estilo de escritura de este respetado psicólogo cabe
Por otra parte, entre otros autores, Prieto-Ursúa (2006) registra que la psicología positiva ha
surgido de un supuesto un tanto falso: que la psicología fundamentalmente desde la Segunda
Guerra Mundial ha estado orientada principalmente sobre el sufrimiento, sobre lo patológico
de la mente, lo negativo de los individuos y en las reparaciones de los daños de manera
fortalezas emocionales que van más allá de la persona y nos conectan con algo más elevado,
amplio, con el futuro, la evolución, lo divino o el universo” p. 231 (cursivas nuestras).
válidos (cosa que no aceptan) lo serían únicamente para el caso de los ocho sujetos
investigados y no como verdades universales sobre la dinámica de las emociones humanas;
pareciera que el ratio de positividad, supuestamente descubierto a partir de estos cálculos,
a factores o condiciones que se distribuyen en un 50% como de origen genético, 40% a las
actividades que se emprenden y 10% a las circunstancias. Seligman no se podía sustraer a
esta tendencia psicometrizante de la felicidad al promulgar su ecuación F=R+C+V (F= nivel
sobre el pensamiento positivo y negativo y su relación con las posibles realidades en las que
se encuentran los seres humanos.
los cuestionarios con una sola aplicación lo que implica para él problemas en la medición de
la emoción.
Discute sobre el cuidado necesario que se debe tener al estudiar constructos como esperanza,
alegría o felicidad, orgullo, amor y enfado, entre otros, desde la perspectiva de una valencia
sólo positiva o sólo negativa y remite a los estudios de la psicología social que tratan las
150 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
emociones como patrones de reacción discreta. Para el investigador del estrés Dios necesita
a Satanás y viceversa.
psicología negativa es un pista falsa y que se ha hecho de todo esto un uso a la manera de
eslogan político y una ideología.
la fundación Atlantic Philantropies del multimillonario Charles Feeney y después recibir una
modesta oferta de 20 millones de dólares para desarrollar sus investigaciones junto con otros
Seligman lo llevó a reconocer este hecho públicamente en su libro de 2011 “Florecer”. Todo
sea por el bien de la ciencia, pero como dice el dicho popular: “el dinero no da la felicidad,
pero bien que ayuda”. Quizá valdría la pena también investigar cuántos de quienes realizan
investigación o desarrollan proyectos en torno a la “psicología negativa” reciben esos tipos de
apoyo para hablar de lo negativo de la vida y las personas.
toda la psicología, tanto “la positiva” como “la negativa”, a lo largo de su historia ha sido
puesta sin ningún miramiento al servicio de los intereses bélicos.
En 2009 el ejército estadounidense, una vez más, recurrió a eminentes psicólogos para
colaborar en un programa dirigido a sus fuerzas armadas: el Programa de Resistencia de
Penn, administrado por el Programa de Condición Integral para Soldados y Familias del
Ejército de los EE. UU. Con el también llamado Programa de Resiliencia de Penn se entrenó
a 40 000 sargentos que a su vez entrenaron a un millón cien mil soldados, (McCarthy, 2010).
Capitulo 5. Apuntes sobre lo negativo de la psicología positiva
151
millones de dólares. Los “teóricos” de la psicología detrás del programa: Martin Seligman
y Karen Reivich capacitadora directa del ejército y autora del libro El factor resiliencia. Las
teorías psicológicas utilizadas: la psicología positiva y la resiliencia. Entre las posibles
derivaciones de este programa se encuentran algunas en las que ya están pensando algunos
personajes, como Dan Bowling, que fue director de la compañía que incluso tiene un Instituto
de investigación sobre la felicidad, Coca Cola, para su aplicación en los escenarios laborales
y los negocios. Cuando se le preguntó a Seligman sobre la viabilidad de generalización de
este programa a otras empresas él arguyó con la candidez de la que suele hacer gala: “Esta
es la segunda corporación más grande del mundo” (el ejército norteamericano) y se muestra
optimista (como debía de ocurrir) en las derivaciones hacia el mundo empresarial.
En Florecer de 2011, los capítulos 7 y 8 los dedica Seligman a narrar la forma como fue
convocado por el Pentágono para participar en el programa que tiene como metas el
incrementar la resiliencia física y psicológica y medir el bienestar psicológico de los militares
de todos los rangos en cuatro áreas: aptitud emocional, aptitud social, aptitud familiar y aptitud
espiritual, (cursivas nuestras) también se incluye, no la atención al estrés postraumático,
sino el crecimiento postraumático. Pero hay dos frases que son reveladoras de lo que se
puede suponer es uno de los objetivos principales: “De forma más importante, aumentaría
el número de soldados que crecerían psicológicamente en el crisol del combate” p. 146. Y
en palabras del jefe de Estado Mayor, según Seligman: “Es mi responsabilidad asegurar que
nuestros soldados, sus familias y los civiles en el ejército estén preparados tanto física como
psicológicamente para continuar sirviendo y apoyando en los combates futuros” p. 147. En
libros anteriores ya se ha comentado la intervención de la psicología en el terreno bélico y un
poco de la también negra historia de la APA (Sandoval, Gómez, Fernández y Torres, 2016,
2018).
En Florecer
animales, deja en claro su malestar por haber maltratado a perros, gatos, conejillos de
indias y ratas en los estudios que le llevaron a formular la teoría de la indefensión aprendida
desarrollada desde los años sesenta hasta mediados de los 90´del siglo XX, postura altamente
loable; sin embargo, aportar elementos para el entrenamiento de las fuerzas armadas de su
país, que bien sabe él, van a matar gente, “culpable o no”, en otras partes del mundo, no le
152 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
deja ningún mal sabor de boca. Quizá su posición sobre este asunto se deba a que es de
los patriotas norteamericanos que saluda la defensa de su nación frente los enemigos de la
Vía correo electrónico Seligman en 2008 negó su participación en estudios sobre tortura,
pero existen evidencias, o al menos sospechas, de que él en persona, después del 11 de
septiembre, diseño nuevas formas de tortura para aplicar a quien se sospechaba era terrorista
(Ehrenreich, 2011). Aunque se argumenta a favor de todo esto con una simple frase: “yo odio
el juego, no los jugadores” habría que añadir que sin jugadores, no hay juego. La psicología
positiva aplicada al entrenamiento de los reclutas: evidentemente el estar bien capacitado
para matar poblaciones requiere de una visión positiva de la vida, la excelencia y el saber
Por cierto, habría que decir que Seligman siempre ha sido reconocido como el “fundador”
de la teoría de la indefensión aprendida, pero los experimentos sobre este fenómeno ya
estaban en curso cuando él se integró para sus estudios de doctorado en el laboratorio de
Richard Solomon y el que podría ser el verdadero padre de ese modelo teórico es Bruce
Overmier con quien llegó a colaborar el teórico que dio un salto de la psicología negativa
a la positiva, gracias también a los estudios de algunas de sus alumnas sobre emociones,
autoestima, atribuciones, logros, éxitos y fracasos. Una de esas alumnas, Judy Garber,
trabajó voluntariamente con Seligman durante varios años junto a su profesor sin recibir
salario, tal vez ese hecho reforzó la idea de Seligman de que el dinero no es tan importante
para alcanzar la felicidad (García-Vega, 2010).
El inicio de la psicología positiva a principios del siglo XX tuvo como epicentro a la innegable
felicidad pero en 2001 Seligman, en otra de sus confesiones en el texto de 2011, reconoce
que su teoría de la felicidad no alcanza a explicar todo lo que él ha construido sobre el tema
Aunque falta aún mucha investigación en este ámbito, parece razonable pensar que la
felicidad no depende sólo de factores individuales o microsociales (por ejemplo, redes
de apoyo, relaciones familiares, etcétera), sino también de factores de espectro social y
político más amplio…El nivel de seguridad (por ejemplo, número de accidentes y nivel de
corrupción), el nivel de libertades sociales (como derechos político y sociales), el nivel de
igualdad (por ejemplo, acceso a la educación) o una menor militarización de la sociedad
están relacionados de un modo positivo con el bienestar de los ciudadanos (Vázquez,
2009, p. 122).
en la patología por lo que pareciera que el humano no posee también rasgos positivos,
por lo que según ella, tendría que haber un giro hacia el desarrollo de una psicología de
las organizaciones que logre potenciar la motivación de los recursos laborales, pues en
sus palabras y las de sus colaboradoras: “las organizaciones necesitan tener empleados
motivados y psicológicamente `sanos´” (Salanova, Martínez y Llorens 2005).
médico que se ha posicionado en el “lado oscuro” del estrés laboral y que es necesaria
“una aproximación, positiva, más novedosa y emergente que se centre en las fortalezas del
empleado y del funcionamiento organizacional óptimo”.
¿Cuál sería una de las inconformidades ante los principios establecidos por estas estudiosas
de los procesos psicosociales en el trabajo? No obstante que en su propuesta remiten en
más de tres ocasiones a lo “social”, no hay ninguna mención explícita a cómo entender el
papel de las condiciones sociales en el entramado de la dinámica laboral, su énfasis está
en lo que debe de desarrollar el individuo, si acaso los grupos, pero las determinaciones
económicas mundiales, los intereses empresariales, las contradicciones entre los actores
laborales y las posiciones políticas que entran en juego en las organizaciones se encuentran
ausentes en sus análisis, nuevamente nos encontramos con que la acción individual, lo
que debe de hacer el sujeto aislado, cuando mucho lo que los grupos aportan al ambiente
En coincidencia con lo anterior Seligman, en una muestra más del abuso de su visión
concentración y reduce las distracciones, y en muchos casos permite que coincidan las
Aseveraciones como las anteriores dan apertura a que surja lo que Salanova y Schaufeli,
(2009) denominan Psicología Ocupacional Positiva cuya misión es mejorar la “salud
psicosocial”, el bienestar y la satisfacción de quienes trabajan, pero, por supuesto, no podía
faltar en la fórmula, mejorar sus competencias, sus recursos y su desempeño.
I Congreso sobre la Felicidad que se efectuó en Madrid en octubre de 2010: “cada vez más
empresas son conscientes de primar un ambiente de felicidad en el trabajo y tienen interés en
cómo conseguir que la plantilla sea más feliz porque entonces será más productiva”. (Europa,
realmente los trabajadores sean felices o que su felicidad percibida sólo sirva como medio
empresarización de la vida
(Schvarstein y Leopold, 2005).
El engagement
la caracterizan como “el poder de creer que tú puedes” p. 151. Y no escatiman en sus
postulados más que optimistas cuando remiten al valioso capital humano psicológico positivo
que proviene de los empleados. El subtítulo del libro de estos dos investigadores europeos
es elocuente en lo que respecta a su forma de concebir el trabajo: “Cuando el trabajo se
convierte en pasión”.
intervenir con quienes padecen estrés, por lo que se atreven a realizar una recomendación
que sobresale no precisamente por lo atinado, sino por su candidez o malintencionado
objetivo: “De hecho, la mayoría de los trabajadores necesitan ejemplos y consejos para
alcanzar una existencia más rica y plena” p. 62. Según estos analistas, la Psicología de la
Salud Ocupacional Positiva además de promover la salud y el desarrollo en el trabajo impulsa
lo positivo como los recursos personales, las virtudes y las fortalezas como una forma de
proteger a los trabajadores frente a los riesgos en el trabajo, poco dicen sobre como eliminar
o al menos disminuir esos riesgos laborales.
Bajo la misma lógica, Bakker, Rodríguez-Muñoz y Derks (2012) establecen que el surgimiento
de la psicología de la salud ocupacional positiva obedece, entre otras razones, a que hasta
el capital psicológico, el job crafting y las intervenciones positivas. Estos autores tampoco
pueden dejar de mencionar como muchos otros de sus colegas que más de un tercio de
los artículos de la Journal of Occupational Health Psychology
“temas negativos”.
las reivindicaciones de la clase trabajadora por un trabajo digno salen sobrando para los
paladines de la positividad.
De acuerdo con Gorroño, (2008) el trabajo con las emociones dentro de las organizaciones
debe tomar en consideración cómo los cambios que se desprenden del sistema económico
capitalista de las décadas recientes repercuten de forma directa a las empresas y de ello se
por parte de quienes laboran en esas organizaciones. Las emociones, por tanto, o quizá
valdría la pena decir, los estados afectivos, los sentimientos, la subjetividad, no solamente las
emociones, juegan un papel de suma importancia en los procesos organizativos del trabajo.
A diferencia de lo que plantean de manera implícita los teóricos de las emociones positivas,
que éstas son casi universales, obedecen a una supuesta “naturaleza humana” y que tienen
un carácter individual, se tiene que reconocer que los sentimientos elaborados en y por el
trabajo son resultado de una construcción social, y que la subjetividad individual y colectiva
un sentido u otro, según las circunstancias cambiantes producto de los cambios globales.
Trabajadores y trabajadoras como sujetos sociales exponen, canalizan y construyen
afectividades que producen efectos en las organizaciones, no son entes que únicamente
actúan de manera pasiva, no responden de manera automática con una emocionalidad
maleable ante las manipulaciones “manageriales” para obtener la armonía organizacional.
Una aplicación más de la positividad extrema es cuando, por ejemplo, en el otro éxito editorial
de esta amañada corriente de pensamiento ¿Quién se ha llevado mi queso? publicado en
el 2000, se recomendaba enfrentarse al desempleo sin quejarse; de ahí al reiterado uso
último que los trabajadores puedan soportar la jornada laboral y todas las demás condiciones
de trabajo desfavorables que hacen del trabajo un tiempo nada feliz.
suyo, siempre es el de los demás” p. 20, y la perversión de los empresarios radica en que los
trabajadores asuman en forma voluntaria su propia servidumbre; el lenguaje empresarial está
estructurado para conformar un sistema en el que los empleados se conviertan en “esclavos
de oro” que deben construirse una mentalidad que les permita “positivizar” sus fracasos.
y a aquellos que sientan que no cobran tanto como para ilusionarse, les aconseja: `con
esa actitud, vas a recibir pocas bendiciones. Dios quiere que lo des todo en tu trabajo. Sé
entusiasta. Conviértete en un ejemplo” (Ehrenreich, 2011 p. 176).
Podría suponerse que el entusiasmo de algunos de los profetas de lo positivo nace de sus
propias aspiraciones personales y que no necesariamente tendrían que considerarse como
revelaciones cuasi místicas en las que los trabajadores de todo el orbe tienen que creer
desde una fe absolutamente dogmática, pero las exageraciones con respecto a lo positivo
de lo positivo provienen de los mismos fundadores de esta corriente de pensamiento. Desde
Seligman y Csikszentmihalyi pareciera que hay un desconocimiento de la compleja dinámica
del mundo, si no es que una velada negación de la realidad; eso se aprecia cuando se lanzan
siglo XXI.
la encuesta Gallup realizada en 2013, en la que encontró que en 189 países con información
de 230,000 empleados, el 87% de trabajadores encuentran que su actividad laboral es fuente
de frustración más que de satisfacción. De ese total el 63% no estaba comprometido o no
se sentían contentos, el 24% prácticamente odiaban a su trabajo y solamente el 13% se
sentían comprometidos, sentían pasión con la actividad y tenían una profunda conexión con
el empleador. Los Estados Unidos de América se encontró entre los países más afortunados
con un 30% de los empleados más felices, el 52% desconectados y el 18% odiando su
trabajo. México se ubicó en los sótanos de Latinoamérica con un 12% de trabajadores
completamente satisfechos con su empleo, el 60% desconectados o descontentos y un 28%
que repudian su actividad laboral, (Adams, 2013).
Ante estos datos ¿qué dicen los evangelizadores de la psicología positiva?, no son
disquisiciones teóricas sin fundamento empírico, no son postulados ideológicos de
izquierdistas resentidos, no son consignas de sindicalistas oportunistas, no son propuestas
nebulosas de académicos desligados de la realidad; son datos duros obtenidos con la
rigurosidad metodológica de la cual ellos gustan hacer gala. ¿La realidad es falsa y hay
Capitulo 5. Apuntes sobre lo negativo de la psicología positiva
159
que cambiarla con pensamientos positivos, decretar su nulidad y construir un mundo feliz al
mejor estilo Huxley? Sería esclarecedor escuchar la opinión de Seligman, Csikszentmihalyi,
Schaufeli, Salanova y en México de personajes como Arias Galicia.
A lo anterior habría que añadir que el afamado historiador contemporáneo Yuval Noah Harari,
autor entre otras obras de análisis de la historia reciente del mundo como De animales a
dioses, cuyos textos también se publicitan para su venta como bestsellers, en Homo Deus
dice, derivado en las versiones más ortodoxas de las ciencias bioquímicas:
Si la ciencia está en lo cierto y nuestra felicidad viene determinada por nuestro sistema
bioquímico, la única manera de asegurar un contento duradero es amañar este
sistema. Olvidemos el crecimiento económico, las reformas sociales y las revoluciones
políticas: para aumentar los niveles mundiales de felicidad necesitamos manipular la
bioquímica humana. Y eso es exactamente lo que hemos empezado a hacer en las
últimas décadas. p. 51.
Habría que ver qué respuesta dan a esas consignas los millones de mujeres y hombres
que día a día tienen que enfrentarse el trabajo precario, al subempleo, los bajos salarios, la
inseguridad en el empleo, todos los viejos y nuevos riesgos químicos, biológicos, físicos y
psicosociales y la carencia absoluta de recursos para la sobrevivencia propia y de la familia.
Los que escribimos estas páginas deseamos dejar claro que no estamos en contra del
optimismo, la felicidad o el bienestar sobre todo si es considerado como un bien social, pero
suscribimos plenamente las palabras de Bruckner, (2008):
“Me gusta demasiado la vida como para querer ser solamente feliz”
CONCLUSIONES
Parece ser una falsa dicotomía que la psicología positiva haya surgido como oposición a la
psicología “negativa” sólo porque se ha priorizado el estudio de lo que en esta última se ha
trabajado siempre; en la vida social a lo largo de la historia de la humanidad ha existido el
sufrimiento, el dolor, el malestar, la desesperanza o las alteraciones del psiquismo humano y
habría que preguntarse si todas estas afecciones son parte de la condición de vida, si son algo
en cierto sentido “natural” e inevitable, como mucho se hace aparecer a las enfermedades del
cuerpo, o son resultado de las formas en cómo se ha organizado la vida en sociedad desde
que unos pocos decidieron controlar o incluso apropiarse de la vida de los demás.
La psicología llamada positiva, tal y como se ha desarrollado en las tres últimas décadas
en el mundo, más que esclarecer algunas de las problemáticas que pretende estudiar,
160 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
pareciera que las ha oscurecido aún más de lo nebulosas que pudieran ser y ha resultado
personas dentro y fuera del trabajo requieren y merecen vivir en armonía con su entorno
social, el medio natural, en su convivencia con los demás y con su propio ser, con su propia
experiencia existencial, con su forma de vivir su vida, pero ello no puede ser posible cuando
la vida se encuentra llena de experiencias negativas, de condiciones sociales desfavorables,
de maneras de trabajar patologizantes y enajenantes.
La felicidad como condición de vida es algo profundamente relativo, pero ello no debe
de negar la oportunidad para buscarla o mejor aún obtenerla o alcanzarla, sólo que para
la gran mayoría de la humanidad no es fácil lograrla sólo con el deseo de tenerla, es
requisito necesario satisfacer condiciones básicas, necesidades esenciales, poseer bienes
elementales, obtener medios de vida primordiales. Si bien hay múltiples ejemplos de vidas
felices aún en las peores adversidades, éstas no son la mayoría, no son la constante, no es
lo persistente en los individuos y las colectividades.
condiciones mínimas para vivir sin carencias ni exclusiones; más allá de eso, también se
necesita de la convivencia fraterna y solidaria con los demás, es necesidad insustituible
contar con la afectividad de los otros y otras así como otorgarla, es indispensable desarrollar
virtudes y valores, sin embargo, nada de eso es posible conseguirlo con la receta fácil, con
Capitulo 5. Apuntes sobre lo negativo de la psicología positiva
161
el “hágalo usted mismo”, con el “decreto” repetitivo, con una espiritualidad comprada, con el
pensar positivo que sirve para el autoengaño.
El bienestar social requiere de cierto tipo de organización social, por eso no en todas las
sociedades puede existir, el bienestar social no puede concertarse si no es pensándolo como
bienestar de las colectividades y se opone al bienestar individual cuando éste se concentra
en la comodidad personal, el consumismo egoísta y la satisfacción individualista.
Ser feliz no puede concebirse exclusivamente como el hecho de tener satisfechos los deseos
individuales, el bienestar psicológico no consiste en “la vida feliz” per se sino en los procesos
del vivir con todo y sus momentos amargos y dolorosos, la psicología positiva difícilmente
entiende eso y más aún cuando se planta en el terreno del optimismo ramplón, triunfalista,
actividad laboral.
162 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
Pero por el otro lado, las emociones denominadas “positivas” en un exceso de su fomento
pueden llevar al autoengaño, a la falsedad en el comportamiento ante los demás, la vacuidad
en las relaciones, a la vida sin compromiso con los otros y consigo mismo, el egoísmo, la
egolatría, el narcisismo, la autocomplacencia, la banalidad ante la vida, el ensimismamiento
en el perfeccionismo, el desprecio o marginación a los no felices, realizados o exitosos según
los parámetros de la sociedad competitiva capitalista; desde el punto de vista de los autores
de este libro más que la felicidad o el éxito individual hay que trabajar colectivamente para
construir el bienestar colectivo, si los diversos sectores sociales logran alcanzar la meta del
bienestar, probablemente en el plano individual más sujetos también lo obtendrán.
y vulgaridad sólo conduce al fracaso de la felicidad y retoma a Diderot cuando éste dice que
las teorías de la felicidad sólo cuentan las historias de quienes las conciben, insiste en que “el
problema de la felicidad es que cuanto más se impone como objetivo universal, más se vacía
de contenido”, p.112 y mientras la sociedad se preocupa por la felicidad se habla más que
nunca de sufrimiento; para Bruckner la felicidad y la espiritualidad son la mayor industria de la
Puede resultar espinoso pensar que el bienestar psicológico, el bienestar social, la felicidad,
la estabilidad emocional de los individuos y el equilibrio en la relaciones y en la construcción
seguramente condena a quienes hemos escrito estas páginas a que tendremos vidas más
Aunque no lo parezca por la actitud “pesimista” mostrada en los tres libros escritos bajo el
mismo hilo conductor, hemos disfrutado la vida y deseamos un futuro más promisorio, no
REFERENCIAS
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España: Paidós.
164 Factores, riesgos psicosociales y temas emergentes en el trabajo
En el libro que se pone a consideración de los lectores se realiza una revisión crítica de
estos temas y, no podían faltar las consideraciones para determinar cómo adquieren la
cualidad de emergentes estos riegos; se presentan una serie de planteamientos acerca
de las teorizaciones de estos fenómenos y un conjunto de propuestas de modificación
conceptual que tienen como propósito iniciar un debate fructífero que logre esclarecer
algunas premisas de todas estas ideas, que a juicio de los autores, distorsionan o
enmascaran una realidad laboral que no siempre se analiza con la rigurosidad que exigen
las nuevas condiciones de trabajo impuestas por los intereses empresariales.
Las paginas contenidas en este texto tiene la intención de provocar en el lector la
inquietud de repensar mucho de lo que se dice sobre estos temas para, en la medida de
lo posible, ser más finos en el análisis teórico y más certeros en las intervenciones en los
escenarios laborales.
http://www.zaragoza.unam.mx