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García Romero, Cristian
García Romero, Cristian
García Romero, Cristian
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En la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer de la ONU, en 1975, la dirigente minera
de Bolivia, Domitila Barrios, marcó las distancias, con la mujer blanca, burguesa y heterosexual
europea y norteamericana, respecto del entrecruzamiento opresivo del género y la raza en
Latinoamérica: “(…) nosotras las mujeres de los mineros, tenemos solamente una pequeña vivienda
prestada y cuando se muere nuestro esposo o se enferma o lo retiran de la empresa, tenemos
noventa días para abandonar la vivienda y estamos en la calle. Ahora, señora, dígame: ¿tiene usted
algo semejante a mi situación? ¿Tengo yo algo semejante a su situación? Entonces, ¿de qué
igualdad vamos a hablar entre nosotras? ¿Si usted y yo no nos parecemos, si usted y yo somos tan
diferentes? Nosotras no podemos, en este momento, ser iguales, aún como mujeres, ¿no le
parece?”4.
Las relaciones jerárquicas del género y la raza tienen una estricta relación con la vulneración
de los derechos -en tintes represivos- que sufren las clases postergadas. En esta dirección, el
testimonio de un participante de Radio La Cantora describe una situación generalizada: “Las
comisarías sirven para reprimir a los pobres, ellos cuidan a los ricos, las comisarías reprimen a los
pobres y a las cárceles van los pobres, no la gente de plata” 5. El sistema reproduce condiciones de
vida indignas dentro y fuera de los muros. La lógica misma de funcionamiento promueve la
exclusión de vastos sectores sociales, los mismos a los cuales se los calificará de peligrosos, sobre
los que va a recaer el disciplinamiento punitivo. Dentro de las instituciones carcelarias se verifica,
por su composición, los altos castigos administrados a los más vulnerables; mientras que los grupos
pudientes, en líneas generales, escapan a las sanciones de la sociedad disciplinadora. Los sobrantes, a
los que refiere Segato, forman la gran masa de la población carcelaria de nuestro país.
Siguiendo el recorrido por la vulneración de derechos, el Doctor Eugenio Zaffaroni, vía
conferencia, señala que en la actualidad la perspectiva que atenta contra la integralidad de las
personas es el discurso neoliberal que niega derechos inalienables a las personas por el solo hecho de
ser humanos6. En consecuencia, el acceso a gozar de esos derechos tiene un íntimo vínculo con el
hombre economicus que debe saber manejarse dentro del mercado. Quien no logra ajustarse a los
vaivenes y designios del mercado termina excluido. En clave meritocrática cada sujeto forja su
propio destino y sus logros o desaciertos tienen como condición la (in)capacidad de poder manejar la
inestabilidad de las instituciones y la crisis de sus antiguas estructuras de organización. Los
perdedores de este nuevo régimen -la gran mayoría- son los sujetos al que las instituciones actuales
-el sistema carcelario tiene un gran protagonismo- buscan aleccionar en pos de orientar su conducta a
vivir en un mundo volátil y vertiginoso. Todo aquello que podemos decir de las condiciones de vida
dentro de las instituciones totales tiene su contrapartida para toda la sociedad: produce temor,
disciplina y amenaza a todo aquel que se permita romper las pautas de vida en un sistema ajustado
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por el mercado. Si no querés pasar por esas experiencias de castigo, soporta el desamparo teñido por
cierta pretensión -irreal- de libertad.
Sintetizando, una cuestión trascendental planteada por Zaffaroni es que no se ha edificado un
proyecto alternativo, no emerge un sistema nuevo, y se vislumbra ante una crisis definitiva: el caos.
Por otra parte, se han anunciado diversas crisis terminales, pero hasta ahora ninguna ha dilapidado
por completo el capitalismo que se ha reinventado y desarrollado una etapa neoliberal, desde fines de
los años 80 del siglo XX. En esta coyuntura se han consolidado valores y formas de vida mercantiles
que atraviesan todos los aspectos humanos, incluso el acceso restringido a sus derechos, imponiendo
lógicas excluyentes y sobrantes -en términos de Segato- justificadas por el éxito o fracaso en el
mercado.
Notas
4
1
Racosta, Azucena (2023). Clase 1: “De qué hablamos cuando hablamos de derechos humanos en nuestra región. Contextos
de encierro.” Derechos Humanos y Políticas Públicas en ECE. Buenos Aires: Ministerio de Educación de la Nación, p. 5.
2
Racosta, Azucena (2023). Clase 2: “La importancia de la perspectiva de género en los contextos de encierro. Contextos de
encierro”. Derechos Humanos y Políticas Públicas en ECE. Buenos Aires: Ministerio de Educación de la Nación, p. 4.
3
Segato, R. “La necesidad de entender el poder para actuar. Violencia, género y colonialidad”. Disponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=7yzeAdAkmEk&t=340s
4
Viezzer, M. Si me permiten hablar… Testimonio de Domitila, una mujer de las minas de Bolivia. Buenos Aires: Siglo XXI
Editores, 2003.
5
Racosta, Azucena (2023). Clase 3: “Controversias entre los derechos humanos y la cuestión de género en una institución
totalitaria y violenta. Contextos de encierro”. Derechos Humanos y Políticas Públicas en ECE. Buenos Aires: Ministerio de
Educación de la Nación.
6
Zaffaroni, R. "Colonialismo y derechos humanos" - Campus DH. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?
v=Q60I7M1O0cI&t=2346s