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Arte y Arquitectura Aztecas
Arte y Arquitectura Aztecas
Arte y Arquitectura Aztecas
1 INTRODUCCIÓN
El término azteca, junto con los de mexica y tenochca, se utiliza hoy día para designar al
pueblo que llegó al valle de México procedente de Aztlán, lugar mítico situado al norte de
Mesoamérica. El arte azteca es, fundamentalmente, un arte al servicio del Estado, un lenguaje
utilizado por la sociedad para transmitir su visión del mundo, reforzando su propia identidad
frente a la de las culturas foráneas. De marcado componente político-religioso, el arte azteca
se expresa a través de la música y la literatura, pero también de la arquitectura y la escultura,
valiéndose para ello de soportes tan variados como los instrumentos musicales, la piedra, la
cerámica, el papel o las plumas. Lo primero que llama la atención es la asimilación azteca de
las tradiciones artísticas anteriores y la impronta personal que otorgaron a sus
manifestaciones. El arte azteca es violento y rudo pero deja entrever una complejidad
intelectual y una sensibilidad que nos hablan de su enorme riqueza simbólica.
2 ARQUITECTURA
Entre los tipos arquitectónicos más comunes no podemos dejar de mencionar los templos
piramidales de planta cuadrada o rectangular con una sola escalinata de acceso en la parte
frontal, delimitada por dos alfardas lisas. Muchas de las pirámides de Tenochtitlán seguían este
modelo.
Dos de las más extraordinarias creaciones arquitectónicas de los aztecas fueron Tepoztlán y
Malinalco, ambas excavadas en la roca y terminadas con construcciones de mampostería. El
templo de Tepoztlán es de planta rectangular y tiene dos salas: a la primera se accede por una
puerta dividida por dos pilastras, mientras que en la del fondo hay un banco corrido decorado
con relieves que muy bien pudieran ser insignias funerarias. El conjunto del templo descansa
sobre una plataforma piramidal con escalinatas limitadas por alfardas. Malinalco, por su parte,
es un conjunto irregular de construcciones templarias excavadas en la roca madre, compuesto
por seis unidades de las que cuatro al menos presentan una forma circular. La estructura I es
la más elaborada del yacimiento y representa un conjunto escultórico de una impresionante
belleza. En ambos caso nos encontramos ante un tipo de construcción religiosa que tiene la
función de expresar el poder militar y religioso de los aztecas.
3 ESCULTURA
Existen obras escultóricas de menor envergadura entre las que destacaremos el llamado
Caballero Águila en la que se representa el rostro de un guerrero surgiendo del pico de un
águila y algunas imágenes del dios Tláloc y de la diosa Chalchiuhtlicue. La más conocida es la
imagen del dios de las flores Xochipilli, sentado sobre un gran sitial, con todo el cuerpo
cubierto por flores tatuadas.
Museo de Prehistoria y Etnografía Pigorini, Roma/Werner Forman
ArchiveMuseo de Prehistoria y Etnografía Pigorini, Roma/Werner
Forman ArchiveMuseo de Prehistoria y Etnografía Pigorini,
Roma/Werner Forman ArchiveMuseo de Prehistoria y Etnografía
Pigorini, Roma/Werner Forman Archive
Chalchiuhtlicue
Esta máscara representa a Chalchihuitlicue, 'la que tiene falda
de jade', diosa de ríos, mares y lagos y pareja de Tláloc, deidad
de la lluvia. Tenía a su cuidado las aguas que corren o se
estancan en la tierra. El pendiente que adorna su nariz y el
cabello trenzado eran típicos entre las mujeres aztecas.
Los trabajos escultóricos en madera y turquesa, aun siendo mucho menos numerosos,
supusieron un aporte interesante. Encontramos tambores con relieves muy complejos, marcos
para espejos de obsidiana y los llamados mosaicos de turquesas (esculturas en madera
cubiertas con mosaicos de piedras) que continúan la antigua tradición mesoamericana y de los
que sólo se conservan algunas cabezas zoomorfas y máscaras.
4 ORFEBRERÍA
Aunque los orfebres mixtecos que realizaron las ofrendas de las tumbas de Monte Albán fueron
los mejores de Mesoamérica, los aztecas alcanzaron tal pericia en la fundición, combinando oro
y plata, que no se quedaron atrás. Los metales se utilizaban fundamentalmente para hacer
joyas: collares, pendientes, pectorales, orejeras, bezotes (adornos que se colocaban en un
orificio practicado bajo el labio inferior) y pulseras. También se hacían figuras y recipientes.
Utilizaban la cera perdida y eran maestros en la fundición, hasta el punto de fabricar figuras
articuladas. Frecuentemente se combinaban los metales con piedras semipreciosas como el
jade, la amatista y la turquesa, formando collares y adornos de gran belleza.
5 PLUMERÍA
La plumería fue una de las expresiones más originales y características de los aztecas,
especialmente en la elaboración de mosaicos. Las aves utilizadas para estos trabajos procedían
de los bosques tropicales del sur de México y Guatemala, o bien eran criadas en cautividad y
cazadas con técnicas refinadas que no dañaban el plumaje de la presa. Eran clasificadas de
acuerdo con el tamaño, calidad y color, siendo las más apreciadas las verdes de quetzal (sobre
todo las larguísimas caudales); las rojas del tlauquecholli, parecido al flamenco, y las azules
turquesa del xiuhtótotl. Los especialistas dedicados a estas tareas se llamaban amanteca y
eran muy apreciados, destacando los de Tlatelolco, Texcoco y Huaxtepec. Se conservan buenos
ejemplares de escudos y tocados
en museos de América y Europa.
Destacaremos el escudo del dios
de la lluvia, que representa un
coyote (quizá el emblema del
tlatoani Ahuizotl), pero, sobre
todo, el gran tocado de plumas
de quetzal con adornos de oro,
conocido como el penacho
(corona) de Moctezuma,
conservado en el Museo
Etnográfico de Viena.
Constituye la forma de expresión más popular, sobre todo en lo relativo a las figuras de
personas y divinidades, entre las que destacan figurillas femeninas de fertilidad y
representaciones de dioses. Las figurillas femeninas aparecen de pie, con el cabello dividido en
dos crestas o bucles que se elevan sobre la cabeza, un faldellín decorado que llega hasta los
pies, y suelen llevar en sus brazos otras dos figuras más pequeñas. Se ha interpretado como
una representación de la diosa madre azteca (Tonantzin, Xochiquetzal, Coatlicue o Cihuacóatl),
aunque en la actualidad son consideradas como un símbolo de la maternidad. Otras figuras son
representaciones de los dioses Tláloc y Quetzalcóatl Ehécatl.
7 CÓDICES
Giraudon/Art Resource, NY
Códice Borbónico
El Códice Borbónico azteca muestra a los dioses
Tezcatlipoca y Quetzalcóatl, éste en forma de
serpiente verde que devora a un hombre. La
ilustración muestra la importancia del sacrificio
humano en la religión azteca, así como la leyenda
de que Quetzalcóatl, el dios desterrado por
Tezcatlipoca, volvería para dirigir a los aztecas.
8 LITERATURA Y MÚSICA
A la llegada de los españoles muchos de los textos de los códices prehispánicos fueron
recopilados en libros escritos en lengua náhuatl con caracteres latinos. Entre ellos destacan los
llamados Anales de Tlatelolco, los Códices Matritenses de fray Bernardino de Sahagún y, sobre
todo, por su gran calidad literaria, la Colección de cantares mexicanos y Los romances de los
señores de la Nueva España, donde se ensalza lo bello, lo efímero y lo sutil de la vida. El
mundo de la música y la danza corría parejo al de la literatura. Por lo que sabemos existieron
gran variedad de instrumentos musicales de los que se sirvieron para realizar escalas
pentatónicas y, en ocasiones, de seis, siete o más tonos.