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Cómo Superar La Infidelidad
Cómo Superar La Infidelidad
Cómo Superar La Infidelidad
sobre cómo superar la infidelidad, pero antes creo conveniente ofrecer información para comprender mejor este
término, y para ello creo que es bueno conocer algunos datos estadísticos. Ser infiel es un comportamiento que puede
producirse de distintos modos y con diferente alcance. Sucede en persona, pero también puede producir a través de
internet o por teléfono. El último estudio de la web AshleyMadison.com revela que el servicio de mensajería WhatsApp
es el aliado perfecto para la infidelidad. Según el informe, el 88% de los hombres y el 78% de las mujeres de esta web
practican el ‘sexting’ en sus ratos libres (intercambio de fotografías o mensajes de contenido sexual a través de
dispositivos móviles). La facilidad que dan las nuevas tecnologías para dejarse llevar por los deseos ha provocado que
el 29% de los hombres y el 33% de las mujeres ‘chateen’ en el trabajo con sus “amantes”. La fidelidad no deja de ser
una “creación humana”, una convención social, una conducta adaptativa fruto de nuestra evolución. Apareció con el
mismo objetivo que muchas de nuestras conductas: asegurar la continuidad de los genes. Los humanos nacemos muy
indefensos, vivimos una infancia prolongada hasta que llegamos a desenvolvernos por nosotros mismos. Así que la
hembra cavernícola necesitaba a un macho a su lado para proteger a sus crías. Y surgió la fidelidad. Desde un punto
de vista biológico, la fidelidad está prácticamente asegurada cuando se está enamorado o enamorada. En esa etapa
no tiene mérito ser fiel, es lo que “pide el cuerpo”. Cuando el “enganche hormonal” se termina, aunque queramos
profundamente a nuestra pareja, en muchos casos y circunstancias necesitamos de la voluntad, de la capacidad de
elegir, para continuar siendo fieles.
Y es este hecho: que la infidelidad es en definitiva una decisión, una opción, lo que provoca en algunas personas
sentimientos profundos de culpabilidad. El último estudio de la web AshleyMadison.com revela que los hombres se
sienten más culpables cuando son infieles que las mujeres.
Por qué somos infieles El principal motivo para ser infiel es la falta de sexo en la pareja, ya que la
inmensa mayoría de hombres y mujeres registrados en la página (86% ellos y 81% ellas) solo tienen relaciones
sexuales una vez al mes dentro de su relación. El 56% de los hombres y el 38% de las mujeres confiesa que ésta es
la principal causa para engañar a su pareja.
La falta de intimidad es la segunda causa para el 22% de las mujeres, mientras el 21% de los hombres confesaba ser
infiel para probar nuevas fantasías sexuales que no podían realizar “en casa”.
Puede salvar un encuentro puntual una relación duradera El 81% de ellas piensa
que sí, al igual que la mayoría de los encuestados. La culpa se reparte de forma desigual. Ellos son los que sienten
más remordimientos (78%), frente al 81% de las encuestadas que «ni sienten ni padecen”.
El sexo es una parte fundamental de las relaciones, pero aun así el 9% de los hombres y el 14% de las mujeres
confiesan que están atrapados en un matrimonio sin placer. Las películas eróticas siguen siendo un gran “sucedáneo”
del sexo en pareja: la mayoría de los encuestados confiesa que las ve entre dos y siete veces a la semana. El 75% de
los hombres y el 64% de las mujeres confiesan consumirlas, aunque prefieren hacerlo con sus amantes. Por último,
los juguetes sexuales siguen siendo territorio femenino: el 88% de las encuestadas los utiliza en su día a día. Sin
embargo, solo el 4% de los hombres se atreve a usarlos.
Qué es la infidelidad Se puede definir “ser infiel” a aquel comportamiento en el que nos se respetan de
manera consciente los valores, normas y compromisos que la pareja ha decidido otorgarse, ya sea de un modo
explícito o implícito, y que conllevan respecto y lealtad hacia tu compañero o compañera. A lo largo de la historia, el
significado del término infidelidad ha ido cambiando. La forma de interpretar y practicar la infidelidad varía en los
diferentes contextos socioculturales. Por ejemplo, en Grecia y Roma se consideraba que un hombre era infiel si tenía
relaciones sexuales con una mujer casada (que no fuera su esposa), pero no lo era si lo hacía con esclavas,
concubinas o prostitutas. Pero sin irnos tan lejos, de un tiempo a esta parte, se ha puesto de moda la palabra
“poliamor” tratándose de parejas que deciden tener varias relaciones emocionales simultáneas basadas en la
honestidad con uno mismo o una misma y con sus parejas. De esta manera el concepto de infidelidad varía según la
cultura, pero también la ideología o la evolución de la persona, y por tanto cómo superar la infidelidad también será
distinto.
Lo importante en esta clara subjetividad del término infidelidad es que no olvidemos que participan dos
personas, y que conviene coincidir y acordar cómo se entiende para ambas.
Cómo superar la infidelidad: Saber por qué somos infieles Insisto en que la
infidelidad es un comportamiento que depende de numerosos factores, todos ellos son decisivos en cómo superar la
infidelidad. Por un lado, la forma de ser de cada persona, la capacidad de controlar los deseos e impulsos propios, la
autoestima, las expectativas, el grado de satisfacción, las experiencias que se han vivido a lo largo de la vida, los
aprendizajes… Por otro lado, depende de las oportunidades de conocer a nuevas personas por las que sentirse
atraída o atraído, el entorno social, el estilo de compromiso de la pareja, la satisfacción en la relación, las necesidades
no cubiertas (sexuales o emocionales) etc.
Un comportamiento infiel puede tener diferentes orígenes, y en función de ellos será distinto cómo superar la
infidelidad. Algunos de los motivos que con mayor frecuencia se encuentran detrás de una infidelidad son:
1. La relación está deteriorada. Cuantas veces habremos escuchado “la pareja ya estaba rota”. Cuando los
deseos y las expectativas que uno tiene de su pareja no son satisfechos, es más probable que puedan
aparecer esos deseos hacia otra persona. Digamos que se favorece la predisposición a conocer a alguien.
2. El anhelo de pasión y amor romántico. Con el tiempo, puede desligarse en la pareja la pasión de la
vinculación o apego, y aunque el amor continúa, podrían aparecer hacia otras personas sentimientos de
enamoramiento, deseo u otras emociones que generan confusión.
3. Buscar experiencias o algo que no se tiene en pareja. El afecto, la atención o el sexo que no se encuentra
en la relación de pareja.
4. La falta de estímulos o el aburrimiento. Tanto si la relación es satisfactoria como si no lo es, en algún
momento simplemente una de las partes se aburre y busca otras sensaciones. Lo novedoso reactiva y
satisface.
5. Algunas creencias (erróneas o no) que algunas personas tienen, como que para salvar una relación
duradera es beneficioso un encuentro puntual ya que da vida a “una pareja sin alicientes”
6. La aventura amorosa. Un desliz para recuperar viejas emociones que están presentes en la fase de
enamoramiento y que nos hace sentirnos de nuevo jóvenes y sobre todo deseadas o deseados.
7. “Ojos que no ven, corazón que no siente”. Para muchas personas lo prohibido les provoca morbo y
tentación, la adrenalina de ir más allá de las normas. También es una fuente de atracción para quienes
disfrutan con el riesgos y piensan que si no “les descubren” no hacen daño a nadie.
8. La adicción al sexo. Una persona de estas características, es infiel por tendencia. Este es un problema real
que conviene tratar cuando se sufre.
9. El juego de la seducción. Quienes sienten esta tendencia les gusta “tontear” para reforzar su auto concepto,
y en ese “territorio” es fácil pasar a la infidelidad.
10. La inseguridad o la baja autoestima. La persona infiel se siente en inferioridad de condiciones respecto a su
pareja: menos atractiva o atractivo. La infidelidad sirve para reafirmar su valor, subir la autoestima al
considerarse deseable.
11. La represalia. Algunas personas engañan sólo como venganza por un comportamiento de su pareja que
consideran injusto, ante una sospecha o una infidelidad descubierta.
12. El tener a alguien en la “recámara”. Personas con un patrón dependiente, cuando empiezan a percibir que
las cosas no van bien en su relación, buscan a otra persona, para poder reemplazar a la pareja actual. Y esto
puede llevar a infidelidades repetidas al no encontrar al recambio adecuado.
13. El deseo de tener pareja, cuando la tuya ya no existe y por miedo o incapacidad para cerrar y dejar una
relación, se simultanean.
Esta sociedad premia ser fiel, está dentro de nuestro valores, está implícito en cualquier relación,
aunque no se hable de ello, entra en los buenos esquemas de pareja, implica cuidados, respeto,
adaptación… esta es nuestra realidad social. Si no puedes ser fiel, no te juzgues, pero tal vez sea
conveniente que revises tu relación de pareja, reflexiona sobre las razones por las que estás
sucediendo, detecta que es lo que no va bien, aprende a ser coherente, empatiza con la otra persona, y
toma decisiones.
¿Es la confesión la respuesta a cómo superar la infidelidad? La respuesta a la
pregunta de si se debe confesar o no confesar una infidelidad es simple: es una decisión de cada persona. En esta
decisión se debe valorar la causa que la ha producido, las consecuencias, el grado de culpa, la respuesta que vaya a
tener la pareja, etc. La culpa y el perdón son dos emociones que juegan un papel importante para optar a contarlo o
no. Hay personas que se sienten profundamente mal consigo mismas después de una infidelidad, les puede la culpa,
y ese malestar les empuja a contarlo. También pueden decidir contarlo como un modo de desahogo y a la vez ser
conscientes de las consecuencias de los hechos, es decir, ofrecen a la pareja la oportunidad de que perdone, o que
no lo haga. Otras personas, toman la decisión de no contarlo porque tienen la seguridad de que no volverá a ocurrir, o
cuando se sabe que el daño al otro es muy grande, o porque la desconfianza que va a generar podría hacer inviable la
continuación de la relación, o porque se sabe que no obtendrá el perdón y con ello vendrá la ruptura y en ocasiones el
desprecio y rechazo de la pareja. Es común en lugar de contarlo a la pareja, hablarlo con alguien cercano para pedir
consejo y aliviar la confusión y el sentimiento de culpabilidad. Cada caso es diferente, cada persona decide si lo
confiesa o no. Lo importante es saber que si se confiesa una infidelidad es fundamental tener empatía y entender los
sentimientos que puedan surgir (rabia, ira, rechazo o tristeza), estar atento a las necesidades de la otra persona y ser
paciente y tolerante. Las heridas tardan tiempo en curarse y cómo superar la infidelidad es diferente para cada
persona.
Cómo superar la infidelidad Tampoco hay una receta universal válida en cómo superar la infidelidad.
Afrontar el engaño tiene que ver con la forma de ser de cada persona y de sus recursos emocionales.
Hasta aquí he hablado de cómo superar la infidelidad, centrándome tal vez en la persona que la sufre, que es
engañada. Pero también la persona que es infiel en ocasiones lo vive con un sentimiento de falta de control de sus
impulsos que le genera sufrimiento y confusión. ¿Cómo se puede dejar de ser infiel?.
El que es infiel puede que lo haya sido en una ocasión eventual, y tiene claro que no va a repetir, o es infiel una vez
tras otra.Si la infidelidad se lleva acabo una y otra vez, primero pararse hay que pararse a pensar que puede tratarse
de un problema, bien de control de los deseos hacia otra persona que no es tu pareja, bien porque ya no se quiere
estar con la pareja. Es conveniente reflexionar con calma sobre ello. Solo a partir de ahí podrás avanzar.
Si lo que quieres es dejar de ser infiel, tienes que analizar la voluntad que tienes para resistirte a tus deseos por otra
persona que no es tu pareja y cambiar tu comportamiento infiel. Ese cambio de comportamiento puede conllevar, no
quedar con la otra persona, no llamar… no mantener contacto. Comprende que durante un tiempo vas a pensar en
esa persona, la vas a echar de menos. Digamos que se pasa una especie de duelo amoroso donde las emociones y
pensamientos van a estar modulados por una ruptura con la otra persona a la vez que vas a recuperar tu relación de
pareja. Puede que incluso aumente el mal humor con tu pareja, sientes enfado por perder a alguien y duele, e incluso
te sientes culpable por lo que le has hecho a tu pareja. Cambia el concepto de culpabilidad por el de responsabilidad.
La culpa te atormenta, en cambio, la responsabilidad te convierte en dueño de tus actos y te dota de la libertad de
poder actuar de otra forma en el futuro. Date tu tiempo. Si ya has decidido dejar de ser infiel cada cosa volverá a su
lugar. Piensa también que si este proceso se hace demasiado doloroso y confuso puedes acudir a un psicólogo o
psicóloga especialista para que te ayude.
Por otra parte, hay que tener presente que la vida en pareja no está hecha para todo el mundo. Cada persona tiene
que elegir su camino. Tener una relación supone establecer un compromiso pactado con otra persona, y eso, como
otros muchos compromisos en la vida, implica disfrutar de una serie de cosas pero también renunciar a otras. La base
es el respeto hacia tu compañero o compañera, la firmeza en los sentimientos y la lealtad.
El tema de la infidelidad es tan apasionante como complejo y extenso, es un asunto que afecta de igual
modo a mujeres y hombres, pero que por convenciones, roles y estereotipos, tiene diferentes
consecuencias emocionales… En cualquier caso es importante entre tanta confusión centrarse en
ciertos términos que a veces lo simplifican todo: lealtad, empatía, respeto, claridad… Tu eliges.