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La Cortesía Positiva

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10.

La cortesía positiva, negativa, relativa y absoluta

11.1. Cortesía positiva y cortesía negativa.

La cortesía negativa es también llamada cortesía mitigadora se utiliza para


compensar la posible agresión a la imagen negativa del interlocutor. Utiliza
mecanismos y estrategias de atenuación.

La cortesía positiva es la que intenta establecer una relación positiva en la que se


respeta la necesidad de una persona de agradar. Se refiere a los actos relacionados
con la imagen que demostramos para poder agradar. Por lo tanto, utiliza
procedimientos intensificadores. Los elementos directos del discurso, las máximas
de GRICE y los juramentos implican cortesía positiva por las siguientes razones:

1) demuestran que la relación es suficientemente fuerte para hacer frente a lo que


normalmente se considera descortés;

2) exteriorizan un conocimiento de los valores del interlocutor que satisface su


deseo de ser aceptado.

Por ejemplo:

- actos que amenazan la imagen positiva del hablante autocrítica, confesión…


- actos que amenazan la imagen positiva del oyente sarcasmo, insulto…
- actos que amenazan la imagen negativa del hablante promesa, compromiso,
oferta…
- actos que amenazan la imagen negativa del oyente orden, prohibición…

10.2 Cortesía relativa

Los estudios que privilegian este tipo de cortesía conceden un lugar determinante a la
vertiente social. el emisor, por el mero hecho de dirigirse a otra persona, entabla con ella un
determinado tipo de relación que se refleja en el uso del lenguaje. Escandell (1993: 160).

Por tanto, la naturaleza de dicha relación depende de una compleja serie de factores
sociales tales como: la edad, el sexo, el grado de conocimiento previo, la autoridad, la
jerarquía, la posición social, etc.

Haverkate (1994), indica la necesidad de considerar las siguientes correlaciones:

I) La cortesía aumenta en la medida en que es mayor la distancia entre hablante y oyente

II) La cortesía aumenta en la medida en que es mayor el poder del oyente sobre el hablante.
III) La cortesía aumenta en la medida en que es mayor el grado de imposición. De acuerdo
con Goffman (1959), cuando los participantes tienen las mismas obligaciones y las mismas
expectativas, siguen reglas de conducta simétricas; generalmente, éste es el caso de todos
aquellos que tienen un mismo estatus. En cambio, cuando las obligaciones de algunos son
superiores o inferiores a las expectativas de otros, se considera que las reglas de conducta
que rigen sus relaciones son asimétricas. Esto puede manifestarse en las interacciones entre
un participante "dominante" y otro "dominado".

10.3 Cortesía Absoluta

La cortesía, en función del tipo de acto de habla, se denomina “cortesía absoluta” (Leech,
1983). Esta cortesía, entendida en sentido absoluto, se evalúa en una escala en términos de
equilibrio del coste y beneficio.

10.3.1 El costo-beneficio

El concepto de costo se define en términos de gasto realizado de energía verbal. Esto


implica que, considerando un objetivo comunicativo determinado, el hablante escogerá
aquella estrategia de cortesía que contenga menor gasto de energía verbal para alcanzar
dicho objetivo.

En este sentido, Haverkate (1994, 37-38) señala que: “Las estrategias son variables,
adaptándose particularmente a la situación comunicativa concreta, el grado de cortesía de
un acto de habla aislado no puede medirse, sino que queda determinado por el contexto o la
situación en que se efectúa”. Esto quiere decir que la cortesía no es propia de determinadas
clases de oraciones, sino de expresiones emitidas en una situación comunicativa específica,
es decir, que son las circunstancias en las que se emplean los enunciados, las que
determinan si un acto verbal es cortés o no es cortés. Según Escandell (2002: 144) nos
indica que: “La acción es intrínsecamente más «descortés» cuanto mayor es el coste para el
destinatario y menor su beneficio; y es más «cortés» en el caso contrario, es decir, cuanto
mayor sea el coste para el emisor y mayor el beneficio para el destinatario”. En este caso se
considera que, cuando es mayor el coste para el destinatario, el acto será descortés y,
cuando mayor es el beneficio para el receptor, será cortés; contrariamente, en el caso del
emisor, cuando mayor es el coste, el acto será cortés y mayor el beneficio para el
destinatario.

Nuestro estudio, se basa en estas concepciones ya que la cortesía negativa y positiva es


dirigida por estos parámetros. En esta perspectiva, las solicitudes o demandas, así como las
órdenes o mandatos, son de tipo opuesto en relación a la del ruso y es posible que incluso
dentro de la cultura de nuestro país Bolivia las cortesías negativas sea mucho más mitigante
que la del idioma ruso y que la cortesía positiva del ruso tenga matices más cortantes que
dentro de la cultura rusa son tomados de manera natural y que nuestra cultura lo
identificaría con demasiada rigidez.

11. La cortesía y el concepto de imagen

Muchos consideran que el modelo de Brown y Levinson es el que ofrece la teoría de


cortesía más elaborada. El modelo explica el funcionamiento de la cortesía basándose en
dos conceptos: La racionalidad y la imagen pública.
Estos dos conceptos, según Brown y Levinson, son propiedades básicas de todo individuo,
y sirven para explicar su comportamiento comunicativo (retomado por Escandell 2008:
154). La racionalidad se refiere al modo de razonamiento del individuo, y está ligada al
principio de cooperación. Como se sabe, este principio se basa en la lógica aristotélica, y su
objetivo es la emisión de información concisa para asegurar la eficacia de la conversación.
La imagen pública, a su vez, es el perfil público que el individuo reclama para sí y quiere
conservar (ibíd.: 154).

La imagen pública es algo que se otorga emocionalmente, puede ser perdida, mantenida o
mejorada, y hay que atenderla constantemente en la interacción (Brown y Levinson 1987:
61).

En la comunicación, todos cooperamos para mantener nuestra propia imagen y la imagen


del otro, y esta cooperación se basa en una vulnerabilidad mutual de “perder” la imagen: el
mantenimiento de nuestra imagen pública depende del mantenimiento de la imagen de
nuestro interlocutor. Las formas de cortesía que se emplean, se eligen considerando que los
dos interlocutores tienen y aspiran a conservar esta imagen pública.

En palabras de Escandell,

“De la necesidad de salvaguardarla la imagen pública se derivan todas las


estrategias de cortesía” (2008: 154). Esta imagen pública tiene sus dos vertientes; la imagen
negativa y la imagen positiva. La imagen negativa se refiere al deseo que tiene el individuo
de libertad de acción y de verse libre de imposiciones por parte de los demás. La imagen
positiva se refiere al deseo de ser apreciado y aceptado por los demás, y de que otros
compartan sus deseos (ibíd.: 155).

12. Las estrategias de cortesía verbal en Bolivia

Las estrategias de cortesía positiva se basan en los elementos positivos del interlocutor. Se puede
demostrar cercanía y solidaridad, apelar a la amistad, procurar que nuestro interlocutor se sienta
bien, enfatizando los objetivos comunes…
Ejemplo:

papito, por favor ayúdame a tocar el timbre, no alcanzo…

Qué bueno que hayas venido a la fiesta, tu siempre alegras nuestras fiestas con tu
forma de ser.

Otra estrategia común de la cortesía positiva es buscar un acuerdo o evitar el desacuerdo.

La verdad es que eso no es eso exactamente lo que quería decir, pero sí estamos de
acuerdo todos en lo importante que son estas directrices generales para mejorar
la gestión de nuestra empresa.
Por último, también se puede conseguir la cortesía positiva ofreciendo o asumiendo una
reciprocidad.

Te invito a otro café y me dejas contarte lo que me paso el fin de semana con el
problema que tuve…

Uno de los antecedentes en el estudio de la pragmática en nuestra región, es el de Mendoza


(2000) quien estudia: “El sufijo diminutivo como indicador pragmático de atenuación,
familiaridad y afectividad”. En este estudio el autor se refiere a los usos de los diminutivos
en seis ciudades de Bolivia, donde realiza entrevistas grabadas en las conversaciones
dirigidas sobre temáticas de la vida cotidiana, esto lo realiza a informantes de la variedad
culta y variedad popular; el estudio concluye que, en Bolivia, el diminutivo con frecuencia
es usado con valor afectivo y por otro lado, el grado de cortesía puede incrementarse por la
repetición del diminutivo.

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