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8/5/2020 – CLASE 02
LA OBRA VISUAL
documento de una época
“A mucha gente le gusta ver en los cuadros lo que también le gustaría ver en la
realidad. Se trata de una preferencia perfectamente comprensible. A todos nos atrae lo
bello en la naturaleza y agradecemos a los artistas que lo recojan en sus obras. Esos
mismos artistas no nos censurarán por nuestros gustos. Cuando el gran artista
flamenco Rubens dibujó a su hijo, estaba orgulloso de sus agradables facciones y
deseaba que también nosotros admiráramos al pequeño. Pero ésta inclinación a los
temas bonitos y atractivos puede convertirse en nociva si nos conduce a rechazar obras
que representen asuntos menos agradables. El gran pintor alemán Alberto Durero
seguramente dibujó a su madre con tanta devoción y cariño como Rubens a su hijo. Su
verista estudio de la vejez y la decrepitud puede producirnos tan viva impresión que nos
haga apartar los ojos de él, y sin embargo, si reaccionamos contra ésta primera
aversión, quedaremos recompensados con creces, pues el dibujo de Durero, en su
tremenda sinceridad, es una gran obra. En efecto, de pronto descubrimos que la
hermosura de un cuadro no reside realmente en la belleza de su tema”1
En resumen, éste paper nos ayudará a pensar que la obra visual es, realmente, un
documento de un momento, de un modo de vivir y de un modo de experimentar la
realidad. Tanto si se trata de nuestro entorno físico y social como si hablamos de
nuestra realidad interior, lo esencial al momento de crear es considerar a dicha creación
como un registro certero de nuestro pensamiento y percepción emocional. De ahí la
importancia de poder llevar registro de nuestro contexto y vivencias. Nuestros recursos
actuales no excluyen la fotografía como arte visual pero la misma ha de ser explorada
como un hecho compositivo además de una “instantánea” del momento.