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Asma Bronquial Lo Basico

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Introduccion

El asma bronquial es una de las enfermedades más comunes que existen a nivel mundial, y ésta,
va en aumento debido a la industrialización continua que sucede en los países. Esta no es una
enfermedad ni de “pobres” ni de “ricos” ya que cualquier estatus social puede padecerla. Es por
esto, que es un tema importante que debe conocer el personal del área de la salud.

Definición

El asma es una enfermedad inflamatoria crónica espontánea o terapéuticamente reversible de


las vías respiratorias que provoca una obstrucción episódica al flujo aéreo.

Historia

Desde tiempos antiguos, el asma ha sido reconocida por muchas culturas, incluidas la china, la
hebrea, la griega y la romana. En los relatos homéricos (del siglo VIII a. C.), Héctor y Áyax sufren
de asma: el primero, luego de un golpe en el cuello, y el segundo, luego de un gran esfuerzo
físico (1, 2).

La palabra asma se deriva de la raíz griega asthmaino (αστημαινω), que significa “jadeo” o
“respirar con dificultad” (3-5). Fue el médico griego Hipócrates (460-377 a. C.) de los primeros
en describirla (6), aunque el término era usado para referirse a un síntoma y no a una
enfermedad.

Historia del asma: día moderno

Un científico canadiense, sir Guillermo Osler, se conoce que pues el “padre del remedio
moderno”, denunciado en su libro que hace época “los principios y la práctica del remedio”, ese
asma era una hinchazón de las membranas bronquiales acompañadas por el espasmo de los
tubos bronquiales, estrechamente vinculado a la fiebre de heno, a menudo pediátrica, y familiar
en naturaleza.

Él reconoció el estímulo nervioso como causa del ataque de asma. Su investigación llevó a la
idea que el asma era una enfermedad psicosomática. Su opción de las aproximaciones del
tratamiento reflejó su comprensión de los gatillos del sistema nervioso del asma.

Los 1900s

En el asma temprano de los 1900s comenzó a ser tratado con los agonistas selectivos de β2-
adrenoceptor. Los alcaloides de la belladona de la fuente de la instalación comenzaron a ser
utilizados a partir de 1905. La inmunoterapia de la alergia también fue introducida durante el
mismo período para tratar esta dolencia.

Francisco Rackemann descubrió que el asma podría resultar de razones con excepción de alergia
también, y los gatillos alérgicos y no-alérgicos caracterizados del asma en 1916. Küstner y
Prausnitz determinaron IgE y su correlación con reacciones alérgicas en asthmatics en 1921.

Epidemiología

En cuanto a su epidemiología, es una enfermedad prevalente que está aumentando en cantidad


en los últimos años. Se debe más a factores ambientales que a factores genéticos y más en países
industrializados. Se dice que el 12.1% de los niños son asmáticos. Además, aproximadamente,
unos 300 millones de individuos alrededor del mundo padecen esta enfermedad.
Factores de Riesgo

En cuanto a los factores de riesgo que inducen asma, estos se pueden dividir en factores
genéticos y factores ambientales. En los últimos años, ha sido difícil determinar que regiones
cromosómicas y que genes están alterados en el asma, pero se conoce que esta enfermedad
está asociada mucho a un componente familiar. Se ha encontrado que múltiples genes tienen
influencia en esta patología. Entre ellos se encuentra el ADAM33, el cual se encuentra en células
musculares y una de sus funciones es la miogénesis. De esta manera, puede estar relacionado
con la hiperreactividad bronquial. Los complejos genéticos PHF11 y SETDB2 codifican para la
transcripción nuclear de células B y T. El gen DPP10 codifica para una peptidasa que puede
retirar una de las dos terminaciones peptídicas de las quimiocinas.

Entre los factores ambientales que inducen el asma bronquial, se encuentra la exposición al
humo de tabaco, la exposición al aire contaminado, el contacto con alérgenos, las infecciones,
la obesidad, principalmente en mujeres, factores laborales y las emociones (17). Principalmente,
la contaminación a aire externo exacerba los síntomas del asma y rinitis, y contribuye al aumento
de estas enfermedades en todo el mundo (18). Junto con esto la exposición al tabaco aumenta
la resistencia de las vías aéreas junto con el riesgo de presentar sibilancias a temprana edad (19)

DIAGNOSTICO: Laboratorio y Pruebas de Gabinete

En cuanto a las pruebas diagnosticas del asma, las de mayor utilidad son: el recuento de
eosinófilos, las radiografías de tórax, la espirometría forzada, la medición del flujo espiratorio
máximo, las pruebas alérgicas cutáneas y la broncoconstricción inducida por el ejercicio.

El recuento elevado de eosinófilos en sangre y esputo puede orientarnos al asma,


principalmente, junto con un conteo alto de IgE. La radiografía de tórax ayuda a descartar otras
patologías y evaluar la presencia de alguna complicación. Aunque habitualmente es normal en
asmáticos, puede haber signos de hiperinsuflación pulmonar como horizontalización de las
costillas, aumento de la distancia entre las costillas, hiperlucidez torácica, un diafragma
descendido y aumento de la trama bronquial.

Con la espirometría, se puede evaluar los diferentes volúmenes y capacidades pulmonares.


Entre ellos están el volumen corriente o tidal, el volumen de reserva inspiratoria, el volumen de
reserva espiratoria, la capacidad vital y la capacidad inspiratoria. La medición del flujo
espiratorio máximo evalúa principalmente las vías respiratorias pequeñas y también se mide por
espirometría (30). Las pruebas cutáneas son formas comunes de investigar la sensibilidad a
alérgenos. Esta se realiza colocando pequeñas cantidades de antígenos en solución en la piel a
través de una raspadura, punción epicutánea o punción transdérmica.

Anamnesis:

La anamnesis es una pieza fundamental del diagnóstico del asma, cuyos puntos clave son:

1. Es preciso comprobar, de manera explícita, la presencia de dificultad respiratoria,


tos y sibilancias. Si el paciente está asintomático es importante disponer de informes
médicos que describan los hallazgos de la exploración, el diagnóstico emitido y los
tratamientos prescritos. Puede ser útil convenir que el paciente acuda cuando tenga
los síntomas sugestivos, para poder presenciarlos. La tos aislada, en ausencia de
otros síntomas de asma, no es suficiente para hacer un diagnóstico de asma.
2. La reversión (espontánea o por el tratamiento) y la reiteración de estos síntomas es
fundamental para definir la naturaleza crónica pero no estática de la enfermedad.

3. La edad de inicio, el tiempo de evolución y la forma de inicio de los síntomas son


útiles para delimitar el diagnóstico diferencial y las probabilidades de remisión con
la edad.

4. La intensidad de los síntomas durante las crisis, su frecuencia y los síntomas


residuales entre las crisis nos sirven para establecer la gravedad del asma.

5. La estacionalidad de las crisis y las circunstancias que las desencadenan pueden


aportar información sobre la base alérgica u otros desencadenantes de la
enfermedad.

6. La respuesta a los tratamientos recibidos nos informa del grado de reversibilidad e,


indirectamente, de la gravedad. La respuesta a distintos tratamientos puede estar
relacionada con los mecanismos etiopatogénicos subyacentes.

7. Los antecedentes personales (circunstancias perinatales, crecimiento, otras


enfermedades alérgicas, respiratorias o sistémicas…) y familiares (asma y
enfermedades alérgicas en padres o hermanos) contribuyen al diagnóstico del asma
y su naturaleza

Exploración física

La exploración física suele ser estéril o poco expresiva fuera de las crisis. Ha de realizarse una
exploración completa por aparatos con el objeto de tener obtener una visión global del paciente
y realizar un adecuado diagnóstico diferencial. Es especialmente importante comprobar el
aspecto general y la somatometría del paciente, el estado de su piel, sus rasgos faciales, la vía
aérea superior y la inspección y auscultación cardiorrespiratoria. Durante la crisis de asma,
entendida como el agravamiento evidente de los síntomas, podemos observar todo el cortejo
de síntomas típicos del paciente asmático: la obstrucción al flujo aéreo se manifiesta con
taquipnea, retracciones y tiraje subcostal, intercostal y supraesternal, y dificultad para realizar
otras actividades como alimentarse, hablar o desplazarse; puede observarse tos, cianosis y, en
los casos graves, alteraciones del sensorio; en la auscultación notaremos el alargamiento de la
espiración y la presencia de sibilancias, pero también de estertores mixtos difíciles de definir y
la posible disminución del murmullo vesicular. La intensidad de los síntomas y de los hallazgos
exploratorios nos servirá para clasificar la gravedad de la crisis, lo que tendrá utilidad para
adecuar el tratamiento y la necesidad de supervisión médica u hospitalización

Etiología y patogénesis

El común denominador subyacente del asma es la hipersensibilidad exagerada a diversos


estímulos. La inflamación de las vías respiratorias manifestada por la presencia de células
inflamatorias (en particular eosinófilos, linfocitos y mastocitos) y daño al epitelio bronquial
contribuye a la patogénesis de la enfermedad. Hay 2 subconjuntos de células T cooperadoras
(T1 H y T2 H) que se desarrollan a partir del mismo linfocito precursor CD4+ T16 a 18. Las células
T1H responden a microbios y estimulan la diferenciación de células B en células plasmáticas
productoras de inmunoglobulina (Ig) M e IgG. Las células T2H responden a alergenos y helmintos
(parásitos intestinales) y estimulan las células B para que se diferencien en células plasmáticas
productoras de IgE, sinteticen factores de crecimiento de mastocitos y recluten eosinófilos
activos. En personas con asma alérgica, la diferenciación de células T parece sesgarse hacia una
respuesta de T2H proinflamatoria.

Se ha determinado que las infecciones respiratorias virales frecuentes predisponen a las


personas con asma a experimentar exacerbaciones de su enfermedad. De hecho, las infecciones
virales frecuentes pueden conducir al desarrollo de asma en algunas personas17. Cuando estas
infecciones respiratorias son frecuentes en una edad temprana, hay evidencia de que la
respuesta de T2H es exagerada. Cuando se liberan las citocinas IL-4, IL-5 e IL-13 de CD4T2H, las
vías respiratorias se predisponen a una respuesta alérgica, que favorece la producción de IgE16
a 18.

Manifestaciones clínicas

Los ataques de asma se presentan de modo espontáneo o en respuesta a diversos activadores,


infecciones respiratorias, estrés emocional o cambios climáticos. El asma que a menudo
empeora en la noche se denomina asma nocturna. Los estudios de asma nocturna sugieren que
existe una variación circadiana y relacionada con el sueño en las hormonas y la función
respiratoria25, 26. La mayor disminución de la función respiratoria tiene lugar cerca de las 4:00
am, hora en que los niveles de cortisol son bajos, los de melatonina son altos y la actividad
eosinofílica aumenta.

Las personas con asma muestran una amplia variedad de signos y síntomas, desde episodios de
sibilancias y sensaciones de opresión torácica hasta un ataque inmovilizador agudo. Los ataques
difieren de una persona a otra y, entre ataques, muchas personas son asintomáticas. Un ataque
leve puede producir una sensación de opresión torácica, un ligero incremento de la frecuencia
respiratoria con espiración prolongada y sibilancias leves. Es posible que la tos se acompañe de
sibilancias. Los ataques más graves se acompañan del empleo de músculos accesorios, ruidos
respiratorios distantes debidos a la captación de aire y sibilancias fuertes. Conforme la afección
avanza, se presenta fatiga, la piel se vuelve húmeda y la ansiedad y la aprensión son obvias. Las
sensaciones de dificultad para respirar pueden ser graves y a menudo la persona apenas es capaz
de pronunciar palabras antes de tomar un respiro. En el punto en el que el flujo de aire está
marcadamente reducido, los ruidos respiratorios se vuelven inaudibles con sibilancias reducidas
y la tos se torna inefectiva a pesar de ser repetitiva y seca17. Con frecuencia este punto marca
el inicio de insuficiencia respiratoria.

Conclusión

El asma es la enfermedad crónica respiratoria más prevalente en el mundo, con unos 300
millones de personas afectadas, que provoca una marcada merma en la calidad de vida de los
enfermos y sus familias, y un elevado coste económico para los individuos y para la sociedad. El
asma suele originarse en la infancia y es una de las principales enfermedades crónicas en los
niños. La prevalencia del asma en la edad pediátrica en España se estima en torno al 10%, si bien
varía de unas zonas a otras y en diferentes edades. El asma se entiende, cada vez más, como un
síndrome, una etiqueta que engloba a los pacientes que presentan síntomas recurrentes
provocados por una obstrucción variable de la vía aérea inferior, tales como respiración ruidosa
y dificultosa, opresión torácica y tos, que varían en el tiempo y en intensidad. Este síndrome
puede estar producido por diversos mecanismos etiopatogénicos que será preciso determinar
en cada paciente para adecuar el tratamiento.
BIBLIOGRAFÍA

1. Gauthier M, Ray A, Wenzel SE. Evolving concepts of asthma. Am J Respir Crit Care Med.
2015;192:660-8.

2. Guía Española para el Manejo del Asma 2018 (GEMA 4.3) [en línea] [consultado el
20/06/2019]. Disponible en: www.gemasma.com

3. Global Initiative for Asthma. Global Strategy for Asthma Management and Prevention.
National Heart, Lung and Blood Institute. National Institutes of Health, Bethesda. Online
Appendix 2018 [en línea] [consultado el 20/06/2019]. Disponible en: www. ginasthma.org

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