1) El gobierno revolucionario de las Fuerzas Armadas en Perú tuvo dos fases, la primera bajo el liderazgo de Juan Velasco Alvarado y la segunda bajo Francisco Morales Bermúdez tras derrocar a Velasco. 2) En la primera fase, el gobierno inició rápidas reformas como la reforma agraria, de vivienda, transporte, comunicaciones y educación. 3) La reforma agraria peruana fue una de las más radicales de América del Sur, distribuyendo tierras a campesinos y pequeños agric
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1) El gobierno revolucionario de las Fuerzas Armadas en Perú tuvo dos fases, la primera bajo el liderazgo de Juan Velasco Alvarado y la segunda bajo Francisco Morales Bermúdez tras derrocar a Velasco. 2) En la primera fase, el gobierno inició rápidas reformas como la reforma agraria, de vivienda, transporte, comunicaciones y educación. 3) La reforma agraria peruana fue una de las más radicales de América del Sur, distribuyendo tierras a campesinos y pequeños agric
1) El gobierno revolucionario de las Fuerzas Armadas en Perú tuvo dos fases, la primera bajo el liderazgo de Juan Velasco Alvarado y la segunda bajo Francisco Morales Bermúdez tras derrocar a Velasco. 2) En la primera fase, el gobierno inició rápidas reformas como la reforma agraria, de vivienda, transporte, comunicaciones y educación. 3) La reforma agraria peruana fue una de las más radicales de América del Sur, distribuyendo tierras a campesinos y pequeños agric
1) El gobierno revolucionario de las Fuerzas Armadas en Perú tuvo dos fases, la primera bajo el liderazgo de Juan Velasco Alvarado y la segunda bajo Francisco Morales Bermúdez tras derrocar a Velasco. 2) En la primera fase, el gobierno inició rápidas reformas como la reforma agraria, de vivienda, transporte, comunicaciones y educación. 3) La reforma agraria peruana fue una de las más radicales de América del Sur, distribuyendo tierras a campesinos y pequeños agric
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PRIMERA FASE DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO DE LA FUERZA
ARMADA
El Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas (1968-1980) fue un período de
régimen militar en la historia del país, dirigido bajo un gobierno nacionalista conformado por miembros de las Fuerzas Armadas, encabezado por el general Juan Velasco Alvarado, tomando el poder político mediante el golpe de Estado del 3 de octubre de 1968. El Gobierno Revolucionario tuvo dos fases: La primera, bajo el liderazgo de Juan Velasco Alvarado y la segunda, tras el relevo en el poder por Francisco Morales Bermúdez. El 29 de agosto de 1975, el General Francisco Morales Bermúdez, entonces presidente del Consejo de ministros, lideró un golpe de estado desde la ciudad de Tacna y derrocó a Velasco en una acción que se conoció como el Tacnazo. Para la realización de esta acción, Morales Bermúdez alegó la mala situación económica que atravesaba el país y la deteriorada salud de Velasco. En la tarde de ese mismo día Velasco abandonó Palacio de Gobierno y se marchó pacíficamente a su residencia de Chaclacayo. Oficialmente, se le consideró “relevado” del alto mando. No hubo manifestación alguna a su favor. En este periodo de tiempo, el gobierno inicio un proceso rápido de reformas. En primer lugar, tenemos la reforma agraria, se dio a partir de 1969, implementándose una serie de medidas con el objetivo de transformar el contexto social del país, a través de un cambio en el sistema de distribución equitativa de la propiedad rural, esta distribución se proporcionó entre campesinos y ´pequeños agricultores organizados en cooperativas y sociedades agrícolas. En segundo lugar, está la reforma de la vivienda, debido a las grandes migraciones del campo a la ciudad, las condiciones en que estos vivían y la marginación, el estado se vio obligado a crear el ministerio de vivienda, con el objetivo de brindarles mejores condiciones de vida, desarrollándose programas para que estos puedan acceder a los servicios básicos como agua, desagüe y electricidad, además crear programas estructurales para las viviendas económicas. En tercer lugar, tenemos a la reforma de transporte y comunicaciones, el Perú era dependientemente de las los transportes extranjeros, por estos motivos se creó la compañía AEROPERÚ, la compañía de vapores y la empresa ENAPU encargada de la administración de los puertos, así mismo se desarrollaron los servicios públicos de comunicación con el objetivo de unificar el sistema nacional eficiente, seguro y económico, en el contexto de comunicaciones los programaciones radiales y televisivas estuvieron obligadas a transmitir programas de cultura y arte del país, además las noticias que difundían en los medios tenían que ser tanto en castellano como que en quechua. En cuarto lugar, tenemos a la reforma educativa, en el gobierno revolucionario la educación se encontró entre las primeras prioridades, se debía realizar una reforma educativa que lograra la creación de una nueva sociedad, con el objetivo que el hombre reconozca su derecho a la educación sin discriminación alguna. La reforma agraria peruana fue una de las más radicales de América del Sur. Las condiciones internas para su realización se presentaron en los años cincuenta del siglo recién pasado y fueron varias: (a) las migraciones del campo a la ciudad se incrementaron significativamente, y en las clases urbanas acomodadas apareció el temor a la formación de ‘cinturones de pobreza’ que empezaban a rodear las principales ciudades; (b) las recurrentes y masivas manifestaciones reivindicativas de campesinos, muchas de las cuales culminaron en la toma de tierras de las haciendas; (c) una extrema concentración de la propiedad de la tierra, la pobreza omnipresente de la población rural y la difusión de relaciones laborales preca- pitalistas, particularmente en la sierra; (d) la necesidad de ampliar los mercados para una industria en gestación, que no podía desarrollarse en un medio rural con esas características. La clase política conservadora, reacia a la idea misma de una reforma agraria, se vio obligada a aplicar alguna forma de intervención para modificar la estructura de la propiedad. Así, en las décadas de 1950 y 1960 una serie de hechos dieron inicio a la transformación del campo peruano. En 1956 un Gobierno de derechas formó una comisión para la reforma agraria y la vivienda; en 1962 una Junta Militar de Gobierno dio una ley de reforma agraria que, en la práctica, convalidaba la ocupación de tierras por campesinos en los latifundios de los valles de La Convención y Lares, en el departamento del Cusco; en 1964 un Gobierno democrático aprobó una Ley de Reforma Agraria que debía tener alcance nacional pero que, a falta de decisión política, fue tímidamente aplicada; en 1969, por último, un Gobierno Militar expidió y ejecutó una nueva Ley de Reforma Agraria, esta vez con el respaldo de la institución que era y sigue siendo la más organizada del país: las Fuerzas Armadas. Por último, en 1968, Los militares peruanos derrocaron al presidente Belaúnde Terry. La intervención del ejército en la vida política de Perú no era novedad. Sin embargo, el golpe de Estado de 1968 representó un giro, pues la intención del nuevo presidente, general Velasco Alvarado, y de sus asesores más próximos, no era solamente la de supervisar una transición hacia otro gobierno civil, si-no la de iniciar un proceso de profundas y radicales reformas económicas y sociales. Esta aspiración era inusitada en uno de los países latinoamericanos más tradicionalistas. El curso inestable de los doce años subsecuentes traería más sorpresas aún, y para colmo el electorado peruano habría de reelegir, en1980, al hombre derrocado en 1968. Sería difícil imaginar un repudio a los militares más decisivo y humillante. El análisis de cualquier gobierno militar debe basarse firmemente en características locales y específicas. A pesar de múltiples esfuerzos por generalizar, sorprende que sean tan pocas las características comunes a las intenciones políticas de gobiernos militares diferentes, inclusive cuando existen entre ellos similitudes marcadas de estilo y de comportamiento político. En los años sesenta, Perú resultaba atípico en América Latina por varias razones, y se podría ver al gobierno militar como un intento de romper las ataduras del pasado para integrar a Perú a la corriente del desarrollo latinoamericano.